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Respuesta inmune frente a patógenos bacterianos La respuesta inmune frente a patógenos bacterianos involucra una serie de mecanismos complejos que el sistema inmunológico utiliza para detectar, neutralizar y eliminar las bacterias invasoras. Esta respuesta inmunitaria puede dividirse en dos componentes principales: la respuesta inmune innata y la respuesta inmune adaptativa. A continuación, se describen los principales aspectos de la respuesta inmune frente a patógenos bacterianos: 1. Respuesta Inmune Innata: Detección inicial: Los patrones moleculares asociados a bacterias (PAMPs), como los lipopolisacáridos (LPS), peptidoglicanos y ácidos nucleicos bacterianos, son reconocidos por receptores de reconocimiento de patrones (PRRs) en las células del sistema inmunológico, como los receptores tipo Toll (TLRs) y receptores tipo lectina (NLRs). Fagocitosis: Los macrófagos y los neutrófilos son células fagocíticas importantes que se activan para fagocitar y destruir las bacterias invasoras. Los fagocitos pueden reconocer y unir bacterias gracias a los PAMPs, y una vez fagocitadas, las bacterias son degradadas en los fagolisosomas. Respuesta Inflamatoria: La detección de bacterias por el sistema inmunológico innato desencadena una respuesta inflamatoria que incluye la liberación de citocinas proinflamatorias, como el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α) e interleucinas (IL), así como la activación del sistema del complemento. La inflamación aumenta el reclutamiento de células inmunes al sitio de la infección y facilita la eliminación de bacterias. 2. Respuesta Inmune Adaptativa: Presentación de Antígenos: Los antígenos bacterianos procesados por los fagocitos son presentados a los linfocitos T y B en los ganglios linfáticos. Los péptidos antigénicos son presentados por moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC) en la superficie de las células presentadoras de antígeno (APC). Activación de Linfocitos T: Los linfocitos T colaboradores (CD4+) son activados por la interacción entre el receptor de células T y el complejo MHC-peptido antigénico en las células presentadoras de antígeno. Estos linfocitos secretan citocinas que ayudan a activar y guiar la respuesta inmune. Activación de Linfocitos B: Los linfocitos B específicos para antígenos bacterianos son activados cuando se unen al antígeno a través de su receptor de células B (BCR). Esto conduce a la proliferación y diferenciación de los linfocitos B en células plasmáticas que producen anticuerpos específicos contra la bacteria. Producción de Anticuerpos: Los anticuerpos producidos por las células plasmáticas se unen a las bacterias, marcándolas para la fagocitosis por los fagocitos o la activación del sistema del complemento. Los anticuerpos también pueden neutralizar la actividad de las toxinas bacterianas. Respuesta de Linfocitos T Citotóxicos: Los linfocitos T citotóxicos (CD8+) pueden reconocer y destruir células infectadas por bacterias, ayudando a limitar la propagación de la infección. En conjunto, la respuesta inmune frente a patógenos bacterianos implica una coordinación compleja entre la inmunidad innata y adaptativa para eliminar la infección y prevenir la diseminación de las bacterias invasoras. La eficacia de esta respuesta depende de una variedad de factores, incluida la virulencia bacteriana, la salud general del huésped y la función del sistema inmunológico.
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