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Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 1 4.1.Osteoarticulares 4.1.1. Luxaciones en el adulto Luxación es la pérdida total de contacto entre las epífisis que forman la articulación, y subluxación es la pérdida parcial de contacto. En ambas hay que valorar la integridad del perfil óseo. Para ello los sistemas estabilizadores pasivos de la articulación (cápsula y ligamentos) deben estar rotos de manera parcial o total. En la estabilidad articular interviene el tipo de perfil óseo de las epífisis. Hay articulaciones con un alto perfil óseo (articulaciones cerradas o estables) y otras con bajo perfil, más propensas a la inestabilidad. Entre las más estables de las grandes articulaciones está la cadera (enartrosis) y la del codo (trocleartrosis) y entre las más inestables la del hombro (enartrosis) y la del tobillo (trocleartrosis). El concepto de perfil óseo es la cantidad de hueso que envuelve la articulación dificultando su luxación en la dirección más habitual. En la cadera la luxación posterior es la habitual y el reborde posterior del cotilo la dificulta en abducción del fémur, pero no limita la luxación en aducción. En el codo la luxación se acompaña frecuentemente de fractura de la apófisis coronoides o de la fractura de la cabeza del radio. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 2 Las articulaciones de bajo perfil óseo deben tener sistemas efectivos de retención como en el caso del hombro o la rodilla, que por tener gran rango de movimiento y bajo perfil óseo, y sus sistemas de contención pasivos y activos son importantes. Por lo tanto los rebordes anatómicos o las apófisis son una manera de mejorar la estabilidad y deben ser reparados si se lesionan para no entrar en la inestabilidad. Luxaciones sin pérdida del perfil óseo La mayoría de las luxaciones son lesiones puras sin afectación ósea. En todas se produce lesión de la cápsula y la mayoría de los ligamentos. Son habituales algunas desviaciones, la de la cadera es frecuente hacia posterior así como la del codo. En el hombro se desplaza hacia delante y hacia abajo siendo más raras las posteriores, y la del tobillo hacia dentro. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 3 La exploración orienta pero la radiología confirma el desplazamiento y su grado. Con la radiología simple es suficiente pero la obtención de una radiografía en estrés es muy recomendable ya que permite definir el grado de lesión según la cantidad de desplazamiento que se obtiene forzando la articulación en una dirección concreta. Durante el desplazamiento se distienden o rompen otras estructuras como nervios, que pueden estar más o menos fijos, y más raramente vasos como la arteria axilar en la luxación del hombro o la poplítea en la luxación de la rodilla. La definición de los desplazamientos en las extremidades es siempre del extremo distal en referencia con el extremo proximal y la reducción se debe realizar en sentido contrario, llevando el extremo distal en busca del proximal. En la columna se desplaza el segmento superior con referencia al inferior. Hay reducciones que es imposibles reducir si no es mediante cirugía, debido a la interposición de partes blandas en medio de la articulación, placa palmar en la luxación metacarpofalángica o interfalángica, tendón del tibial anterior en la luxación interna subastragalina, ligamento palmar transverso e intersóseos en la metacarpofalángica del segundo o quinto dedo, nervio mediano en la luxación del codo, etc. Dependiendo del grado de lesión de los ligamentos el tiempo de inmovilización puede llegar hasta las seis semanas. Dependiendo de la lesión o lesiones asociadas se puede decidir efectuar una reparación quirúrgica de los ligamentos. Durante muchos años se pensó que la reparación de los ligamentos del tobillo era necesaria pero posteriormente se ha demostrado que un tratamiento funcional proporciona idénticos Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 4 resultados, o incluso mejores, con la recuperación rápida de la propioceptividad. La posición de inmovilización es la posición funcional de la articulación. Posteriormente se debe iniciar un programa de recuperación del rango articular y especialmente de la capacidad de respuesta de la articulación ante los movimientos forzados rehaciendo los sistemas de respuesta rápida y adecuada mediante un entrenamiento propioceptivo que puede durar más que la inmovilización. Luxaciones con pérdida del perfil óseo En esta situación entendemos tanto la fractura de un reborde óseo (acetábulo, márgenes distales del radio, la fractura de Barton o de Goyrand) como aquellas partes del hueso que comprometen la estabilidad articular, sea de la propia articulación (arrancamiento de la espina tibial, arrancamiento con fragmento óseo de un ligamento colateral, o la fractura bimaleolar) como de un hueso vecino que colabore con la estabilidad (cúbito en la fractura-luxación de Monteggia). Un aspecto interesante lo observamos en las luxaciones recidivantes en que además de la distensión permanente de los sistemas ligamentosos Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 5 existe algún tipo de alteración ósea, como en la luxación del hombro la existencia de una fractura del borde posterior de la glenoides o la lesión de la cabeza humeral, o una fractura de la cabeza del fémur en la luxación de la cadera. La fractura de la glenoides Tipo I de Ideberg favorece la subluxación inferior o posterior de la cabeza del húmero si el fragmento es grande, en las de Tipo II en que el fragmento es mayor la subluxación es segura. En la luxación recidivante del hombro la lesión de Hill-Sachs en la cabeza del húmero (fractura por hundimiento de la parte posterior de la cabeza) está asociada hasta en el 82% de los casos, aunque se acepta que puede ser menor (40%-50%). La triada terrible del codo es la asociación de luxación de codo con fractura de la cabeza o del cuello del radio y de la apófisis coronoides. Se clasifica siguiendo los criterios de Mason para la cabeza radial y la de Regan para la apófisis coronoides. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 6 Los objetivos del tratamiento son obtener una radiocubital estable sintetizando la apófisis coronoides o el olécranon e intentar preservar la cabeza del radio o colocar una prótesis. Hay que reparar el complejo ligamentoso lateral. Si no se consigue estabilizar la humerocubital se coloca un fijador externo o agujas de Kirschner transfixiantes en la articulación humerocubital durante 3-6 semanas. En la luxación coxofemoral está muy aceptada la clasificación de Pipkin que reúne la luxación posterior con la perdida del perfil óseo del cotilo o de la cabeza del fémur. Un pequeño fragmento de la cabeza en el interior de la articulaciónprovoca una reducción incongruente de la cadera y el fragmento debe ser extraído. A nivel del tobillo la luxación con pérdida del perfil óseo se produce tanto Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 7 por la fractura de los maléolos como por la pérdida del perfil óseo de la tibia en su margen anterior o posterior. Ocasionalmente la luxación externa es abierta. 4.1.2. Fracturas abiertas y por arma de fuego La fractura abierta presenta una herida en la piel y partes blandas, con el foco de fractura y su hematoma en contacto con el exterior. Una fractura y una herida no quiere decir siempre que sea una fractura abierta. Su frecuencia es de 11,5 por 100.000/año. Son más frecuentes en la tibia, y alrededor de la rodilla. Siguiendo la clasificación de Gustilo de las fracturas abiertas se distinguen tres tipos, dependiendo del grado de lesión de partes blandas asociada. Tipo I: Pequeña herida de un centímetro o menos, causada por un traumatismo de baja energía, ya sea de dentro a fuera (fragmento óseo que perfora la piel) o de fuera a dentro (objeto punzante que penetra hasta el foco de fractura). En ambos casos las lesiones de tejidos blandos son mínimas. Tipo II: Herida amplia, pero con poca desvitalización de tejidos blandos y pocos cuerpos extraños en la misma. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 8 Tipo III: Cuando a nivel de la herida cutánea (amplia) se añade gran atrición de tejidos blandos, con zonas de tejido desvitalizado y material extraño. También se incluyen en este grupo las amputaciones traumáticas. Este tipo III se divide en tres subgrupos. El tipo IIIa son heridas con gran afectación de partes blandas, por traumatismo de alta energía, pero con tejido suficiente para cubrir el hueso fracturado. El tipo IIIb es una heridas con gran lesión de partes blandas, pérdida de sustancia, denudación perióstica y exposición ósea. El IIIc se trata de fracturas abiertas asociadas a lesiones vasculares que precisan reparación. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 9 Hay que destacar, pues, que el tamaño de la herida no es lo importante sino su grado de contaminación y el estado de las partes blandas: músculos, hueso sin periostio, vasos y nervios. Los tiempos orientativos de consolidación de los diferentes tipos son: I 14,7 semanas Infección 0-2% II 23,5 semanas Infección 2-7% IIIb (sin pérdida ósea) 38.0 semanas Infección 7% IIIb (con pérdida ósea) 74 semanas Infección 10-50% Fracturas por arma de fuego En las fracturas penetrantes por armas de fuego existe una gran fuerza que actúa sobre una pequeña zona. Depende del calibre de la bala (de 5,56 a 7,62 mm), de su peso y de su velocidad inicial. Las de baja velocidad son las que salen con menos de 300 metros por segundo (revólver) y las de alta velocidad con más de 600 m/s (rifles de asalto). Las primeras provocan fracturas limpias y las heridas vasculares son equiparables a las de arma blanca. Las de alta velocidad producen una cavitación. La cavidad residual tiene un gran cono de atrición. En los vasos lesionan la íntima y provocan trombosis aunque no exista lesión directa sobre el vaso. Es decir, las lesiones secundarias son mucho más importantes que en las de baja velocidad debido a su energía cinética (Ec = masa por el cuadrado de la velocidad Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 10 dividido por dos). La fractura por arma de fuego es un tipo de traumatismo causado por agresión con disparo de un arma, tales como armas ligeras, incluyendo pistolas, subfusiles y ametralladoras. Se estima que ocurren más de 500.000 lesiones cada año por el uso de armas de fuego. La Organización Mundial de la Salud calculó en 2001 que esas heridas representaron aproximadamente un cuarto de las 2,3 millones de muertes violentas: 42% de ellas por suicidios, 38% homicidios y 26% relacionados con guerras y otros conflictos armados La magnitud de la lesión producida por un proyectil esta dada por su peso (masa), forma, velocidad, resistencia del tejido por el cual pasa el proyectil, coeficiente de arrastre, la combinación de forma y velocidad del proyectil y las propiedades viscoelásticas de los tejidos, desplazamiento y estabilidad del proyectil dentro de los tejidos y la energía cinética liberada por el proyectil al momento del impacto. En general, el potencial de lesión de un proyectil en particular está determinado en gran medida por la eficiencia del mismo para transferir energía cinética a los tejidos impactados. Así mismo, al duplicar la masa de Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 11 un proyectil se duplica la energía cinética, pero al doblar la velocidad se cuadriplica la energía cinética. La velocidad de un proyectil al salir del cañón del arma permite clasificar a éstos en: proyectiles de alta velocidad cuando viajan a más de 760 m/seg, proyectil de velocidad media de 600 a 335 m/seg, y proyectil de baja velocidad a menos de 335 m/seg. Las lesiones causadas por los proyectiles de alta y baja velocidad difieren tanto en magnitud como en clase y, por lo tanto, en su tratamiento. Los proyectiles de alta velocidad tienden a producir mayor destrucción tisular debido a su fragmentación y sus efectos de cavitación temporal. La velocidad necesaria para atravesar la piel es de 36 m/s. Para atravesar el hueso se necesitan 61 m/s. Entre 20 y 30 m/s se perforan todos los huesos. La velocidad para que sea mortal un disparo se sitúa en los 122 m/s. A más de 600 m/s se produce un efecto hidrodinámico, siendo más notable en los órganos llenos de líquidos, en los que aumenta la presión a que son sometidos los líquidos dependiendo de la velocidad de la bala. El proyectil no avanza en línea recta sino que cabecea y gira. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 12 La cavidad temporal se produce al expandirse la que será la cavidad definitiva, la cual puede agrandarse después del paso del proyectil y alternativamente colapsarse 4 milisegundos después y a continuación repetirse el ciclo hasta que la energía cinética es disipada. Al expandirse esta cavidad temporal puede ser de 10 a 15 veces mayor que el diámetro del proyectil. Con la expansión estira, desplaza, contunde y desgarra nervios, vasos y otros tejidos, después se colapsa, con varias oscilaciones pulsátiles en un lapso de pocos milisegundos y al hacerlo succiona coágulos, suciedad, fragmentos de ropa y otros detritus. El efecto permanente de la cavidad temporal está determinado por la elasticidad de los tejidos. El músculo es relativamente elástico por lo que su lesión es menor, pero el hígado el bazo y el cerebro son poco elásticos y así la cavidad temporal frecuentemente se convierte en un defecto permanente. A mayor velocidad será más gravela lesión tisular directa y adyacente a la trayectoria del mismo. Los proyectiles de baja velocidad producen una cavidad permanente cilíndrica y no causan daño extenso más allá de su trayectoria, a menos que se fragmenten o alcancen hueso, generando proyectiles óseos secundarios. Los rifles disparan proyectiles a mayor velocidad producen mayores lesiones tisulares aunque su calibre, por lo general, es menor que el de las pistolas. La cavitación es la elongación radial de los tejidos sobre las paredes del trayecto del proyectil. Durante el vuelo, el proyectil se estabiliza girando Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 13 sobre su eje de gravedad por la fuerza de rotación conferida por las estrías del cañón, entre mayor potencia (velocidad) tenga el proyectil y más largo sea el cañón, más rápido será el giro de éste durante el vuelo y mayor la cantidad de energía cinética. Al impactarse sobre un tejido, el cambio de densidad hace que el proyectil trasmita su energía cinética, ocasionando una onda expansiva que elonga los tejidos más allá de los diámetros del calibre del proyectil provocando trauma contuso a los tejidos adyacentes y formando lo que se conoce como cavidad secundaria o temporal. La cavidad temporal máxima dura algunos milisegundos, después que el proyectil atraviesa los tejidos y alcanza diámetros de hasta 20 veces el calibre del proyectil Debido a las fuerzas que siguen el trayecto del proyectil son de menos resistencia, la cavidad temporal tiende a ser asimétrica y abarcar varios planos anatómicos. Al producirse la presión negativa dentro de la herida puede succionar cuerpos extraños como tierra y ropa. Tratamiento Los objetivos del tratamiento para lograr la consolidación, la restauración de la anatomía y la funcionalidad son: 1. Limpieza de la herida y foco de fractura (desbridamiento) 2. Extracción de cuerpos extraños, incluido el proyectil y tejidos desvitalizados 3. Drenajes 4. Estabilización de la fractura 5. Antibioterapia Del correcto, meticuloso y extenso, desbridamiento inicial dependerán los resultados del tratamiento. Es un tratamiento de extrema urgencia. El análisis de la viabilidad muscular es necesario. Recordemos las 4C: Color, Consistencia, Contracción y Capacidad de sangrado. La Contractilidad es la que mejor representa la viabilidad del tejido. La estabilización de la lesión y el seguimiento de la herida se obtiene mediante fijadores externos. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 14 Hay muchos tipos de fijadores y en caso de necesidad se pueden improvisar con cemento o con yeso. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 15 Las heridas hay que dejarlas abiertas pero tapando el hueso expuesto, incluso haciendo coberturas con músculo. En la fractura de tibia el tibial anterior se puede escindir a lo largo y permitirá la cobertura de la lesión. La cobertura antibiótica se inicia con una cefalosporina de amplio espectro, pudiendo añadir los aminogricosidos para los gérmenes gram negativos. 4.1.3. Fracturas metafisoepifisarias del adulto Todas las epífisis de los huesos largos son intracapsulares y presentan una serie de puntos en común: 1. Tienen hueso esponjoso 2. Recubierta por cartílago hialino Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 16 3. Corticales finas 4. No hay inserciones musculares 5. Facilidad para la isquemia de los fragmentos 6. El hematoma articular y la inmovilización de la fractura facilita las adherencias y la pérdida de movilidad del sistema articular 7. Se precisa perfecta congruencia entre extremos articulares 8. Mala tolerancia a las mínimas irregularidades Las epífisis son los extremos del hueso y la zona de mayor diámetro para aumentar el contacto entre los extremos articulares y repartir las cargas por una mayor superficie articular. En huesos osteoporóticos la epífisis es todavía más frágil dificultando el anclaje de cualquier osteosíntesis por disminución del número de trabéculas. Por ser intracapsulares no existen inserciones tendinosas. Ello hace que la vascularización después de una fractura pueda ser muy escasa, lo que repercutirá en la consolidación. El aporte vascular de la cápsula y los ligamentos no llega a ser suficiente para revascularizar algunos fragmentos de la fractura. Es importante que en estas fracturas, por tratarse de la zona de fricción articular, no se toleran pequeñas desviaciones o escalones que en el resto del hueso pueden ser perfectamente aceptables. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 17 Todo ello conforma una zona en que la fractura repercutirá sobre el deslizamiento de la articulación y la fibrosis de la cápsula y ligamentos lo que lleva siempre a un grado más o menos importante de pérdida de movimiento en la articulación. Una fractura epifisaria debe ser reducida y estabilizada de forma correcta y completa, debe estar inmovilizada el menor tiempo posible y debe seguir un riguroso programa de rehabilitación con la intención de perder la menor función. Todo esto es aplicable a cualquier epífisis pero las más proximales de la extremidad repercutirán de forma importante en su segmento distal. Los tendones próximos pueden traccionar y desviar grandes fragmentos óseos (troquiter, trocánter menor, epitróclea). Algunas metáfisis son muy superficiales, recubiertas solo por la piel (metáfisis proximal de la tibia, y distal de radio). Este detalle, asociado al gran sangrado de un hueso esponjoso, provoca conflictos mecánicos con las partes blandas llegando a la isquemia de la piel (flictenas en las fracturas de la meseta tibial). La proximidad a grandes vasos que pasan cerca de una zona articular hace que puedan quedar comprimidos, no solo por la desviación de los fragmentos sino también por el hematoma (codo, rodilla) llegando a provocar su oclusión y generando un síndrome compartamental. Su tratamiento presenta dificultades para la estabilización por ser hueso poco resistente, tener poco recubrimiento por masas musculares y ser zonas relativamente pequeñas por lo que no admite grandes o voluminosas osteosíntesis. Fracturas epifisometafisarias del húmero La fractura de la epífisis proximal es frecuente en mujeres por encima de los 60 años, sobre una base osteoprótica y por caída casual. Una característica de esta epífisis proximal es la presencia de dos tuberosidades separadas por la corredera bicipital. La anterior e inferior para la inserción del músculo subescapular y la superior con dos carillas, para el supraespinoso la más superior y para el infraespinoso la más Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 18 posterior. El mecanismo habitual de producción es la caída sobre el brazo y la contusión sobre el acromion en huesos osteoporóticos, siendo posibleun mecanismo de tracción muscular brusca en las convulsiones o electrocución. La clasificación de Neer es la más utilizada para comprender estas fracturas y las divide por el número de fragmentos. La fractura con cuatro fragmentos son la cabeza humeral, el tubérculo mayor o troquíter arrancados por el supraespinoso e infraespinoso, el tubérculo menor o troquín arrancado por el subescapular, y la diáfisis. En la fractura con poco o ningún desplazamiento, o las impactadas, se realiza tratamiento conservador mediante cabestrillo 7-10 días, seguido de movimientos pendulares suaves hasta las 3-4 semanas en que se inicia ejercicios en abducción hasta las 6 semanas. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 19 El arrancamiento aislado del troquíter (sistema abductor del hombro) requiere la reducción quirúrgica y fijación, cuando no se logra una reducción perfecta. En fractura desplaza de dos fragmentos se prefiere el enclavado con agujas a cielo cerrado, entrando por el tercio proximal del húmero. En fracturas de tres fragmentos la osteosíntesis con placas anatómicas de bajo perfil es una buena alternativa. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 20 En fracturas con cuatro fragmentos, si la osteosíntesis no es posible se puede optar por la resección artroplastia tipo Laurent Jones o la artroplastia con hemiprotesis ya que la tasa de necrosis en estas fracturas oscila alrededor del 25%-30%. Los buenos resultados de la prótesis parcial se sitúan alrededor del 85%, con un 50% de movilidad próxima a la normalidad. El mecanismo de lesión en la epífisis distal del húmero es la compresión vertical con el codo entre 0º y 80º de flexión. Cuando el codo está flexionado más de 90º el mecanismo produce una fractura del olécranon. La zona metafisoepifisaria distal es plana y ancha con una forma de triangulo con una columna lateral, de arco poco pronunciado, y una columna medial más curvada. Estas dos columnas tienen el suficiente grosor y consistencia como para poder anclar una osteosíntesis con placa Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 21 atornillada. Entre las dos columnas, el tercer lado del triángulo, está la epífisis formada por el cóndilo que es una semiesfera y la tróclea que es asimétrica con una inclinación de 4º-8º de valgo. En el centro de este triangulo existe una zona central de menor grosor y no debe colocarse ningún tipo de osteosíntesis para no interferir ni la flexión ni extensión completa. En general se produce la flexión y separación de los fragmentos. Cuando los fragmentos están desplazados el tratamiento siempre debería ser la reducción abierta y osteosíntesis, siendo útil el abordaje transarticular mediante osteotomía del olécranon que posteriormente se repara con un obenque o tornillo a compresión. La osteosíntesis nunca debe ser con sistemas precarios como las agujas de Kirschner. En esta epífisis hay que considerar las fracturas aisladas del cóndilo o de la tróclea humeral. Siempre se debe intentar reponer y fijar para lo que se puede utilizar agujas, tornillos de pequeños fragmentos. Las fracturas del epicóndilo y la epitróclea aisladas son raras en el adulto. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 22 Fracturas epifisometafisarias del cúbito y radio El olécranon es la parte proximal del cúbito, situado totalmente superficial y expuesto a traumatismos directos. También se puede lesionar por mecanismo indirecto debido a la tracción violenta del tríceps. Se trata de una fractura intraarticular. Se interrumpe el sistema extensor del codo y es imposible extenderlo. La fractura no desplazada tiene tratamiento ortopédico y las desplazadas tratamiento quirúrgico, siendo el mejor sistema un obenque que permite la movilización al cabo de una semana o tornillo de compresión si la fractura es transversal o placa atornillada cuando es una fractura conminuta. La epífisis proximal del radio, cuando está íntegra, resulta ser el mejor sistema de estabilización del codo en los movimientos de abducción y es un segmento óseo importante en la pronosupinación. Su principal mecanismo de fractura es el indirecto al sufrir una caída con el codo en extensión y en valgo. Se utiliza la a clasificación de Mason. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 23 Tipo I: Fractura no desplazada de la cabeza y cuello Escalón articular menor de 2 mm. Tipo II: Fractura desplazada de la cabeza y cuello Escalón articular mayor de 2 mm. Tipo III: Fractura conminuta La fractura Tipo I se trata mediante cabestrillo o yeso con flexión de 90º del codo durante 3-4 semanas. En las de Tipo II es importante conocer el tamaño del fragmento y la localización del trazo de fractura, generalmente externo. Con fragmento único y superior a 45º de la curvatura del radio, se deber realizar la reducción y osteosíntesis con tonillos de mini-fragmentos. Se debe comprobar que durante la pronosupinación el tornillo no entre en la articulación radiocubital superior. En las fracturas Tipo III, donde la reconstrucción es técnicamente imposible, está indicada la extirpación de la cabeza del radio. Se debe realizar preservando el ligamento anular. Las complicaciones de la extirpación de la cabeza son tres y que se presentan de manera progresiva con el tiempo: aumento del valgo del codo, algoparesia del nervio cubital e incongruencia radiocubital distal por ascenso del radio. El mecanismo de lesión de la fractura distal del radio es indirecto por caída sobre la mano con el codo en semiflexión. Aunque es una fractura que ocurre a lo largo de la vida, en las mujeres es muy frecuente a partir de los entre los 60, y menos frecuente en los varones. En el tratamiento hay que tener en cuenta la calidad ósea ya que el tratamiento y los resultados pueden ser marcadamente diferentes. La presencia de un fragmento dorsal o la conminución será un factor importante en el momento de decidir la estabilización. La fractura distal del radio no desplazada es poco habitual y se tratar con yeso antebraquial durante cuatro semanas. Cuando existe desplazamiento la reducción se realiza mediante tracción con “cazamuchachas” aplicándolo en los tres primeros dedos, seguida de inclinación cubital y flexión palmar. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 24 El yeso de antebrazo se colocará en esta misma posición, pero no superando los 25º de flexión ya que la presión dentro del canal carpiano puede comprimir el mediano. Si existe conminución dorsal o se trata de fractura intraarticular, la reducción se puede apoyar con agujas de Kirschner. La fractura con un gran fragmento en cuña externa (fractura de la estiloides radial) se trata mediante osteosíntesis con tornillo. Traumatismosdel adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 25 Fracturas epifisometafisarias del fémur La fractura proximal del fémur puede ser intracapsular (cervical) que se dividen, según su nivel en subcapital, transcervical y basicervical. Las fracturas extracapsulares son la que transcurren entre los trocánteres o pertrocantéreas. Tiene una incidencia de 38,2 por 10.000 habitantes. El 63% son fracturas extracapsulares y el 37% lo son intracapsulares, más frecuentes en mujeres (80%). La incidencia en los países con menor desarrollo humano la situación es diferente por varios motivos, existe una menor población mayor de 60 años, poseen una mejor calidad ósea debido a las largas caminatas y el transporte de peso. Con todo, a medida que el desarrollo mejora esta epidemia de los países más desarrollados surge con fuerza. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 26 Bases biomecánicas de la fractura proximal de fémur Recordemos dos clasificaciones que condicionaran el tratamiento, la de Garden según la pérdida de alineación del las trabéculas de compresión y la de Pauwels según el ángulo del trazo de fractura. En la fractura subcapital impactada (Garden I) el tratamiento conservador es totalmente aceptable, aún a riesgo de un desplazamiento secundario en pacientes de edad. El paciente se puede sentar a los tres días, cargará a los 30 días y la mayor parte precisan bastones o andador. Una colocación de Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 27 tornillos canulados percutáneos es una excelente opción si se prevé mayores necesidades del paciente o que no colaborará. En las fracturas subcapitales de fémur desplazadas en pacientes de menos de 70 años está indicado el tornillo placa deslizante, siendo recomendable la cirugía antes de las 48 horas del accidente. En el 86% se pueden obtener buenos resultados. Los peores resultados se obtienen en las fracturas tipo IV de Garden. Los fallos se deben a necrosis de la cabeza femoral (33%), pseudartrosis (12%), fallo de la osteosíntesis (3%) o infección (1,8%). En este caso una prótesis biarticular, o en su defecto una hemiprótesis cementadas son la indicación. En la fractura transcervical se puede efectuar una osteosíntesis con tornillos, mediante un mínimo abordaje quirúrgico y en la fractura desplazada de cuello de fémur se recomienda la osteosíntesis o la hemiartroplastia. Las fracturas de la zona pertrocantérea se producen por mecanismo directos por caída sobre el trocánter y muy habitualmente por mecanismo indirecto al caerse mientras se gira el cuerpo (especialmente en pacientes osteoporóticos). Es una zona habitual de metástasis tumorales lo que provoca una fractura patológica y posteriormente la caída. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 28 En las fracturas pertrocantéreas se han utilizado el enclavado de Ender pero ha dado hasta un 53% de problemas mecánicos (migración del clavo) aunque mejora con un encerrojado distal. Se puede utiliza en pacientes mayores con pocas demandas. Se recomienda los clavos endomedulares encerrojados que permite atornillar el cuello como punto de anclaje. En el postoperatorio existe un 14% de complicaciones siendo las más frecuentes la migración del tornillo cefálico por efecto corte. La zona mefisoepifisaria distal del fémur presenta unas características algo diferentes que deben tenerse en cuenta: Se denomina supracondílea cuando el trazo es más o menos transversal sobre los cóndilos y supraintercondílea cuando el trazo de fractura es en Y afectando la articulación. Se tratan de fracturas intrarticulares Son frecuentes en pacientes jóvenes por mecanismo de alta energía (accidentes de tráfico) y en pacientes mayores por caídas casuales. El 20% pueden ser fracturas abiertas, con frecuencia del Tipo II de Gustilo. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 29 Por tratarse de fracturas articulares se deben reducir de forma quirúrgica para evitar los escalones articulares y realizar osteosíntesis mediante placa condílea, tornillo placa o tornillos. Se recomienda la movilización inmediata mediante férulas motorizadas y analgesia epidural continua para evitar la rigidez, que puede ser importante. La consolidación no se obtiene antes de las 16 semanas. A pesar de todas las precauciones es frecuente perder una importante movilidad de la rodilla. Luxaciones en el adulto Fracturas epifisometafisari as de la tibia La fractura de la meseta tibial se produce en un 60% de los casos como resultado de un traumatismo directo sobre la rodilla. El golpe sobre la cara externa, con el pie fijo en el suelo, provoca un valgo forzado. En ese momento se pueden lesionar los ligamentos internos de la rodilla y al agotarse la energía no provoca lesión ósea. Si los ligamentos resisten se produce una impactación del cóndilo femoral contra la meseta Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 30 tibial provocando una fractura vertical. El 40% restante se produce por mecanismo indirecto de compresión y desviación axial. La frecuencia varía según el segmento de edad. Antes de los 60 años es más frecuente en varones y después de esta edad es más frecuente en mujeres. El 50% se debe a accidente de tráfico y un 46% a accidentes casuales y se presenta un 39% de lesiones asociadas. Se clasifican en unituberositarias (66%), espinotuberositarias (17%) y bituberositarias (17%). Dentro de las unituberositarias la más frecuente es la externa. Por tratarse de fracturas epifisarias sangran mucho y las flictenas son señal de sufrimiento de la piel debido a la isquemia. La fractura no desplazada tiene un tratamiento conservador y si el hundimiento central es menor de 0,3-0,5 cm se tolera aceptablemente, pero no así las desviaciones en varo o valgo. Por otro lado una cirugía insuficiente es peor que un tratamiento conservador. El objetivo es obtener la mejor reducción posible evitando las desalineaciones, para lo cual se debe reponer la superficie articular Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 31 elevando el hundimiento que exista mediante la colocación de injerto autólogo corticoesponjoso atornillado. El ensanchamiento de la tibia se debe cerrar para lo cual se emplean tornillos o una placa en forma de T. El menisco se debe conservar, pero se sutura si está desinsertado periféricamente. La fractura bituberositaria se aborda desinsertando la tuberosidad anterior de la tibia y reinsertándola posteriormente. Para obtener una buena reducción es imprescindible una visión completa de la meseta tibial. El postoperatorio es importante y se recomienda comenzara movilizar de forma inmediata bajo anestesia continua epidural y un trabajo intensivo de Fisioterapia. Hundimientos de menos de 0,5 cm pueden dar un 97% de buenos resultados. No existe correlación entre los resultados radiológicos y los funcionales. La artrosis secundaria se puede observar a partir del segundo año. Una rodilla bien alineada tiene un 13% de posibilidades de desarrollar una artrosis, las rodillas en valgo un 31% y las que quedan en varo un 79% de posibilidades. La necesidad de extirpar el menisco del cóndilo fracturado puede ocasionar una artrosis en el 74% de los casos. La inestabilidad también está relacionada con la aparición de artrosis. La rodilla estable en extensión tiene un 14% de posibilidades, y la inestable un 46%. No hay correlación entre hundimiento y aparición de artrosis si no se acompaña de desviación de ejes. Se ha encontrado artrosis en el 14% de los pacientes con buenos resultados funcionales y en el 89% con malos resultados funcionales. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 32 La epífisis distal de la tibia se lesiona con mayor frecuencia entre las articulaciones de carga, y las fracturas del tobillo representan el 11% de todas las fracturas. Los mecanismos de producción son básicamente la inversión o la eversión de pie asociada, o no, a la rotación externa de la pierna. Si se produce un mecanismo de tracción sobre el maléolo externo tanto se puede producir una lesión de ligamentos como un arrancamiento óseo. Una rotación externa del pie provoca una fractura espiroidea sobre el maléolo externo y una lesión del ligamento deltoideo o fractura del maléolo interno. La fractura abierta del maléolo interno (10 %) no es rara y se da en los mecanismos de eversión violenta (caída o accidente de tráfico). La fractura de ambos maléolos provoca luxaciones anteriores del pie. Las grandes desviaciones se pueden acompañar de lesiones vasculares o nerviosas. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 33 La clasificacion más utilizadas es la de Danis-Weber: Tipo A: Fractura del maléolo peroneal transversal al nivel de la interlínea articular o distal a ella. Eventual fractura por inversión (trazo vertical) del maléolo interno (13%) Tipo B: Fractura espiroidea a nivel de la sindesmosis con ruptura del ligamento tibio-peroneo distal anterior en el 50% de los casos. Ruptura del ligamento deltoideo o fractura por arrancamiento del maléolo interno (35%) Tipo C: 1. Fractura oblicua del peroné inmediatamente por encima de la sindesmosis. Ruptura de los ligamentos de la sindesmosis con posible arrancamiento de un fragmento óseo de la tibia. Fractura alta del peroné con ruptura de la membrana interósea y de los ligamentos sindesmótico. El Tipo C representa el 51% de las fracturas maleolares. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 34 La clasificación de Lauge-Hansen se basa en el sistema de producción de la fractura. Incorpora dos palabras en que la primera define la posición del pie y la segunda la dirección de la fuerza lesionante. Fracturas por supinación-adducción Fracturas por supinación-eversión Fracturas por pronación-abducción Fracturas por pronación-eversión Los criterios de una reducción cerrada satisfactoria serían los siguientes: separación del maléolo tibial del astrágalo no superior a 2 mm, desviación del maléolo medial no superior a 2 mm, menos de 2 mm de desplazamiento lateral, menos de 5 mm de desplazamiento posterior del maléolo peroneo. Cuando existe un maléolo posterior su separación debe ser menor de 2 mm si su grosor representa un 25% o más de la superficie articular. El tiempo de inmovilización es de 4-8 semanas. Si existe desplazamiento se debe realizar la reparación quirúrgica inmediata, independiente de la edad, por tratarse de una fractura articular. Se puede realizar la indicación no quirúrgica en los casos con mínimos desplazamientos y en pacientes jóvenes que toleren bien un yeso. La técnica quirúrgica tiene objetivo la reducción anatómica de las fracturas, reparación de los ligamentos lesionados, supresión de los cuerpos libres articulares y fijación estable mediante osteosíntesis. Básicamente eso se obtiene mediante placa atornillada para el peroné, obenque o tornillos para el maléolo tibial. La osteosíntesis solo con agujas de Kirschner o clavo de Rusch proporcionan poca estabilidad y un gran número de fracasos. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 35 Los defectos de reducción o de estabilización son frecuentes. No hay que olvidar hacer una RX de toda la tibia para descartar la fractura de Maisonneuve que es un Tipo C pero con fractura muy alta del peroné. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 36 La frecuencia de artrosis postraumática oscila entre el 18% y el 86% en fracturas tratadas ortopédicamente y entre el 7% y el 70% en las tratadas de forma quirúrgica. La calidad de la reducción influye en que los resultados sean excelentes o buenos. Con una buena reducción son del 86,6% y con una reducción insuficiente solamente del 68,5%. Si se relaciona la presencia de artrosis con los buenos resultados se observa: sin artrosis 82% de buenos resultados, con moderada artrosis (reducción del espacio articular a la mitad) 42%, con artrosis importante (desaparición del espacio articular) ningún buen resultado. 4.1.4. Fracturas diafisarias del adulto Las zonas diafisarias la cortical ya es gruesa y el canal medular estrecho e irregular. La anchura del canal es muy variable e irregular y eso lleva a dificultades en el momento de realizar un enclavado, dependiendo del nivel de la fractura. El grosor de la cortical permite un fuerte anclaje de los sistemas de osteosíntesis. Por ser una zona central del hueso tolera pequeñas desviaciones en el plano frontal o sagital que van a ser corregidas con la remodelación. No se toleran los desplazamientos en el plano transversal (rotaciones). Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 37 Los acortamientos en la extremidad inferior generan desequilibrio de la pelvis que deben ser compensados por la columna. En la extremidad superior existe más tolerancia a los acortamientos. Por ser la parte más larga de los huesos se pueden provocar trazos de fracturas largos o fracturas bifocales con tercer fragmento. Todo ello compromete la estabilidad de la fractura. FFrraaccttuurraa ddiiaaff iissaarr iiaa ddeell hhúúmmeerroo Se produce por mecanismo directo o por caída, y la rotación puede ser importante. Los mecanismos habituales de las fracturas diafisarias del húmero pueden ser directo, indirecto o por contracción muscular. El mecanismo directo provoca un momento de flexión de tres puntos (golpe directoo caída sobre un objeto) que ocasiona un trazo de fractura transversal o con tercer fragmento en ala de mariposa. El mecanismo indirecto es por tracción-rotación distal creando un patrón de fractura espiroidea. Este trazo de fractura también se produce por movimiento de lanzamiento al pasar de la rotación externa máxima a la rotación interna (lanzamiento de una piedra). Raramente la fractura es abierta. La proximidad del nervio radial en toda la longitud del hueso puede provocar su lesión durante el accidente o por la manipulación de la fractura, sea cerrada o abierta. El nervio está bloqueado en su tercio distal y externo por el tabique que separa el compartimento posterior del anterior y es la zona de máxima frecuencia para las lesiones. La parálisis radial se diagnóstica por la falta de extensión del carpo y de los dedos. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 38 Los desplazamientos predecibles están condicionados por el nivel y el trazo de la fractura. En fracturas por encima de la inserción del pectoral mayor el fragmento proximal está en abducción y rotación externa (manguito rotador). Entre la inserción del pectoral mayor y el deltoides el fragmento proximal se desplaza en aducción (pectoral mayor). Por debajo de la V deltoidea el fragmento proximal está en abducción y el distal en aducción y flexión (bíceps y braquial anterior). En el tratamiento de estas fracturas se aprovecha que no se trata de un hueso de carga y el peso del resto del miembro ejerce tracción sobre el foco de fractura. Por ello es correcto el tratamiento utilizando el propio peso del brazo y de un yeso. El brazo se coloca a 90º y el yeso no debe pesar más de 900 gr. para no causar separación de los fragmentos. Otro tratamiento no quirúrgico es la colocación de férulas en forma de U bien moldeadas desde la axila, rodeando el codo hasta el deltoides, con el codo a 90º. La gran incomodidad es que, en todos estos tratamientos, es necesario dormir semisentado. La técnica de Hackethal consiste en colocar de un número variable de agujas de Kirschner de 2,5 Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 39 mm de forma retrograda para la estabilización de las fracturas de la cabeza y de la diáfisis de húmero. El mejor tratamiento quirúrgico es el clavo encerrojado y las placas atornilladas, aunque estas últimas se van utilizando menos. El índice de paresias del radial oscila entre 0% a 5%. FFrraaccttuurraa ddiiaaff iissaarr iiaa ddeell ccúúbbii ttoo yy rraaddiioo Desde el punto de vista biomecánico recordemos que en el antebrazo se realiza la pronosupinación. El mecanismo de producción de estas fracturas es múltiple pero el accidente de tráfico y la agresión son los más frecuentes. En estas fracturas es imprescindible realizar un diagnóstico radiológico con una placa que incluya la articulación del codo y del carpo para ver si hay subluxación o luxación y comprobar la integridad de las epífisis. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 40 El cúbito en visión lateral es casi rectilíneo menos en su parte proximal que presenta una suave curva hacia atrás. En visión anterior se curva ligeramente hacia fuera en su centro, y en la porción distal se aproxima al radio. El radio presenta una pequeña curva en el tercio proximal hacia fuera y en su centro una gran curvatura hacia dentro. Los dos huesos dejan una zona en el tercio medio de sus diáfisis en que están más separados, teniendo la membrana interósea una anchura de 3 cm. Ninguno de los dos es totalmente recto, por lo tanto el enclavado no es la mejor opción, además no bloquea la rotación de los fragmentos. Estas curvas hay que reconstruirlas después de una fractura para conservar la pronosupinación. La sección del radio es de forma prismática triangular con una cresta o borde interóseo en el tercio media de sus diáfisis, lo que hace que tenga una cara anterior y posterior aplanada. Este es el lugar para la colocación de las placas atornilladas. En la fractura del radio la desviación de los fragmentos dependen del nivel de la fractura. En la fractura del tercio proximal el fragmento proximal (por encima de la inserción del pronador redondo) está en supinación completa por la tracción del bíceps, y el fragmento distal en pronación completa por la acción del pronador redondo y del pronador cuadrado. Se debe reducir en supinación completa. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 41 Si la fractura está en el tercio medio-distal (por debajo de la inserción del pronador redondo) el fragmento proximal está equilibrado entre la tracción del bíceps y el pronador redondo, lo que lo coloca en pronación intermedia. El fragmento distal está en pronación completa por el pronador cuadrado y se reduce en supinación intermedia. Se trata con yeso braquial si no existen desplazamientos después de la reducción y es totalmente estable. De lo contrario existe la indicación de osteosíntesis con el objetivo de dar estabilidad y reconstruir las curvas de ambos huesos, especialmente las del radio. La cirugía debe realizarse antes de las 48 horas para facilitar la reducción. En niños la utilización de agujas de Kirschner es correcto, no así en el adulto. La placa a utilizar ha de ser de orificios ovalados para colocación excéntrica de los tornillos, lograr la compresión dinámica y debe se de bajo contacto. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 42 FFrraaccttuurraa ddiiaaff iissaarr iiaa ddee fféémmuurr El fémur es un hueso colocado profundamente y totalmente rodeado de musculatura, rectilíneo en visión anteroposterior y algo curvado en visión lateral. En sección no es redondo por presentar una gruesa rugosidad posterior y media para la inserción muscular. Los cóndilos están paralelos al suelo y el eje del fémur se abre hacia fuera con un ángulo de 10º. El eje de carga pasa por la cabeza del fémur y el centro de los cóndilos para seguir por el centro de la meseta tibial hasta el centro del tobillo. Los músculos que rodean el fémur forman tres compartimentos. El anterior contiene el tensor de la fascia lata, sartorio y cuadriceps; el medial los aductores, pectíneo y recto interno, y el posterior los isquiocrurales, semimembranoso, semitendinoso y bíceps femoral. La arteria femoral pasa del compartimento medial al posterior por el anillo de Hunter formado por las inserciones del aductor mayor a nivel de la zona medial diafisometafisaria distal, quedando bloqueada en este punto donde se puede lesionar. El canal medular no es uniforme siendo más estrecho en la zona media y superior que en la inferior, comenzando a abrirse de forma progresiva en su tercio medio distal. Hay dos grandes mecanismos de fracturas, en personas jóvenes son mecanismo de alta velocidad o violencia directa y en personas con algún grado de osteoporosis lo es por mecanismo poco violento, frecuentemente indirecto, por rotaciónde la extremidad. Siempre se produce acortamiento de los fragmentos y el distal se desplaza hacia en varo por la tracción de los aductores y el proximal en flexión, Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 43 abducción y rotación externa por la tracción del psoas y glúteo medio. En los trazos distales el fragmento distal está en flexión por la fuerza de los gemelos. Se pueden clasificar por su nivel y por su trazo, la presencia de tercer fragmento o por la presencia de conminución en uno o varios de ellos. El objetivo del tratamiento implica una correcta alineación para que la línea articular de la rodilla permanezca paralela al suelo y corregir el acortamiento. En una fractura sin tercer fragmento o trazos poco oblicuos las relaciones se mantienen y la reducción tiene referencias, se podría utilizar una tracción continua para su estabilización (solo utilizada en niños). Una opción útil es la tracción de Perkins aunque tiene el inconveniente de su duración y ocupación de camas. La osteosíntesis con placa no se está utilizando por la gran exposición, perdida hemática y riesgo de infección, a favor de los enclavados endomedulares encerrojados, fresados o no, que mantienen la alineación y la longitud. Estos clavos tienen una forma curvada en sentido anteroposterior para adaptarse al fémur. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 44 El enclavado endomedular abierto es una opción de recurso, aunque el riesgo de infección es mayor y no se acostumbra a fresar lo suficiente cuando no se utiliza motor. Para las fracturas abiertas se recomienda el fijador externo. En fracturas patológicas el enclavado sigue siendo la primera opción ya que, aunque la lesión siga evolucionando el fémur permanecerá estable. FFrraaccttuurraa ddiiaaff iissaarr iiaa ddee tt iibbiiaa yy ppeerroonnéé La diáfisis de la tibia es recta de sección aproximadamente triangular recubierta por músculos salvo en su cara anterointerna que es superficial en toda su longitud. La diáfisis del peroné es rectilínea y algo aplanada haciéndose superficial su cara externa en el extremo distal. Los músculos que se inserta en la tibia comienzan a generar sus tendones en el tercio distal lo que hace que la cortical no tenga inserciones musculares, siendo más fácil la isquemia cortical cuando existe un trazo de fractura a ese nivel. La membrana interósea mantiene unida la tibia y el peroné en todo su trayecto. La arteria poplítea queda anclada en el anillo del sóleo en la zona metáfisodiafisaria proximal. En la pierna existen cuatro compartimentos musculares, el compartimento posterior ocupado por gemelos, plantar delgado, sóleo, poplíteo, tibial posterior, flexor largo de los dedos y del dedo gordo. El compartimento anterior ocupado por el tibial anterior, extensor largo de los dedos y del dedo gordo, y por el peroneo anterior cuando existe (92% en los europeos Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 45 y 86% en la raza negra). El compartimento lateral contiene al peroneo largo y al corto. Los mecanismos de lesión más frecuentes son las caídas, lesiones deportivas, impactos directos o agresiones, accidente de tráfico y lesiones por arma de fuego. La fractura aislada de tibia o de peroné se produce por algunos mecanismos directos, pero es más frecuente la fractura asociada de los dos huesos. La caída desde altura tiene una baja incidencia (17,8%) pero en cambio es la que presenta más fracturas abiertas (53 %), junto con las producidas por arma de fuego, seguidas por los accidentes de tráfico (40 %) y el impacto (30%). La edad de aparición presenta una distribución bimodal en varones de 31 años y mujeres de 54 años, con una mayor frecuencia en varones jóvenes de 15 a 19 años. Estas estadísticas son orientativas ya que son cambiantes entre países (más fracturas por armas de fuego en países en conflicto bélico), entre niveles de industrialización (accidente de Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 46 tráfico) o en regiones con deportes de riesgo (automovilismo en que son más frecuentes en peatones y motoristas que en conductor o viajeros) El desplazamiento es siempre con acortamiento y con poca desviación en el plano frontal y sagital, el peso del pie hace que el fragmento distal esté en rotación externa. La fractura de tibia y peroné se puede tratar mediante enyesado cruropédico (desde la zona inguinal hasta las cabezas de los metatarsianos) durante 13-15 semanas pero el 22% de las fracturas tardan 20 semanas o más. Las fracturas abiertas presentan un 60% de retardos o seudartrosis. Este tipo de tratamiento provoca un 20% de rigideces articulares que llegan al 70% en caso de seudartrosis. Es evidente que estos resultados no son aceptables. El yeso funcional de Sarmiento hasta la rodilla con apoyo en el tendón rotuliano o las férulas funcionales para determinadas fracturas mejora los resultados, pero no evitan los acortamientos ni soluciona totalmente el problema de la rigidez del tobillo y subastragalina. Una opción es utilizar el sistema de Boehler que utiliza dos clavos de Steinman en tibia y calcáneo para reducir y sobre el colocar una botina de yeso. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 47 No es se recomienda utilizar placa atornillada sino el enclavado fresado o encerrojado dependiendo del tipo de fractura. En las fracturas abiertas el fijador externo es la mejor indicación. 4.1.5. Fracturas y luxaciones de la columna Traumatismos del raquis cervical LATIGAZO CERVICAL Son una serie de lesiones producidas por mecanismo indirecto ligado no solo a un accidente de tráfico sino a cualquier movimiento brusco en hiperextensión-hiperflexión, inclinación lateral o compresión axial. Hay gestos de la vida diaria que provocan aceleraciones (g) de la misma magnitud que se observa en los latigazos cervicales ocurridos a baja velocidad. Los síntomas más frecuente son el dolor cervical en el 98% de los casos, Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 48 con irradiación a la nuca en el 72%, a los hombros en el 36%, y brazos en el 20% y columna lumbar en el 26%. El vértigo se encuentra en el 20% de los casos, así como síntomas auditivos y visuales. Los signos neurológicos se observan en el 10% de los pacientes sintomáticos y se presentan más claramente a las tres semanas del accidente. El estudio radiográfico muestra pocos datos. La pérdida de la lordosis fisiológica tiene un valor relativo, pero la persistencia es índice de mal pronóstico. Los signos degenerativos de la columna no son propios de esta afección, pero cuando existen provocan cuatro veces más de clínica que si no los presentaban. Pueden existir lesiones del ligamento longitudinal anterior, fracturas de laplaca marginal, lesiones de la parte anterior del disco, hernia discal y lesión de los ligamentos interespinosos. Entre un 14% y 42% de los pacientes con esguinces cervicales desarrollarán dolor crónico en el cuello y un 10% llegan a tener dolor constante y severo de manera indefinida. En la fase aguda se utiliza la fisioterapia que es más efectiva que la inmovilización con collar. En la fase crónica se utilizan de forma totalmente subjetivas los analgésicos, antidepresivos, tracciones, masajes e infiltraciones. El collar cervical blando no inmoviliza la columna y se puede considerar con efecto placebo. Existen muchos factores de mal pronóstico, la duración de los síntomas de más de un año, la edad superior a 50 años, las alteraciones psicológicas (82% de los caso), así como la gravedad de los signos al inicio, el sexo femenino, la irradiación a extremidades superiores, el dolor dorsal o lumbar y el dolor occipital, son signos de peor pronóstico. Fracturas del atlas Representan el 4,7% de las fracturas cervicales y frecuentemente por mecanismo de compresión axial. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 49 La radiografía de frente y perfil es imprescindible, pero la anteroposterior debe realizarse con la boca abierta. En ella se puede observar si existe desplazamiento de las masas laterales. Se clasifican en tres tipos. En el Tipo I el arco del atlas está fracturado por dos partes (mecanismo de avulsión). En El Tipo II está fracturado en cuatro puntos (mecanismo de hiperextensión) y el ligamento transverso seccionado (fractura de Jefferson). Las fracturas Tipo III ocurren a través de las masas laterales. Las fracturas Tipo II estables tienen tratamiento ortopédico con ortesis durante 12 semanas. Las de Tipo II inestables tienen tratamiento quirúrgico. Si las masas laterales están desplazadas menos de 7 mm se coloca un halo-chaleco. Si es superior a 7 mm (rotura del ligamento transverso) se realiza una tracción axial hasta la consolidación de la lesión. Puede estar indicada la artrodesis occipito-atlas. Puede existir un 17% de pseudartrosis, sobre todo en las fracturas conminutas de las masas laterales. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 50 En las fracturas Tipo I presentan molestias en un 50% de los casos a largo plazo, las del Tipo II son las que tienen peor pronóstico con un 70% de molestias y las de Tipo III presentan un 30% de molestias. Fracturas del axis Las fracturas de la odontoides representan el 10%-15% de las fracturas cervicales del adulto, la mayor parte causadas por accidente de tráfico al golpear la frente contra alguna parte de la cabina. La fractura del arco del axis se produce por un mecanismo muy típico de hiperextensión e inclinación (fractura del ahorcado). El os odontoideum es la falta de unión entre la odontoides y el cuerpo del axis. Se caracteriza por provocar inestabilidad que requiere, frecuentemente, artrodesis. Existe un antecedente de traumatismo torácico superior, del cuello o de la cabeza. El raquis cervical es doloroso y está contraído. La exploración radiográfica consiste inicialmente en un perfil de columna cervical, seguido de una AP con la boca abierta y dos oblicuas. Puede ser oportuno realizar la TC, pero en las reconstrucciones sagitales se puede pasar por alto fracturas transversas situadas en el plano del corte de la TC. El núcleo de osificación de la odontoides aparece entre los 3-6 años de edad y se fusiona sobre los 12 años, pero a veces persiste hasta la edad adulta y puede ser confundida con una fractura. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 51 Se dividen en fracturas de la apófisis odontoides y fracturas del arco. Las fracturas de la odontoides se clasifican en tres tipos en las que el Tipo I es una fractura parcelar de la apófisis por avulsión. Las del Tipo II ocurren a nivel del cuello, y las del Tipo III transcurren en su base entre las dos articulaciones, ambas por flexo-extensión. Las fracturas del arco (espondilolisis del axis) se clasifican en tres tipos. Las del Tipo I son fisuras sin desplazamiento, en las del Tipo II existe desplazamiento, y en las de Tipo III existe una luxación C2-C3. Estas presentan un 33% de mortalidad. Las fracturas de la odontoides Tipo I son muy raras y se pueden asociar a luxaciones occipito-atlas. Si no coexiste la luxación se trata de lesiones estables y se puede inmovilizar con una ortesis durante 6 semanas. En las fracturas del Tipo II el tratamiento conservador es proclive a las pseudartrosis. Este riesgo se ve aumentado si existe un desplazamiento anterior superior a 5 mm o se produce un desplazamiento posterior. En fracturas no desplazas se puede utilizar un collar cervical rígido tipo SOMI (un collar blando inmoviliza solo el 75% de los movimientos de esta zona) o un yeso tipo minerva. Una forma de evaluar la consolidación es practicar una radiografía Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 52 dinámica (flexión-extensión). Si persiste la línea radiotransparente se continúa con la inmovilización durante 2 meses más. En fracturas desplazadas 5mm o más está indicada la osteosíntesis directa de la fractura por abordaje anterior. Los índices de complicaciones pueden llegar al 24%. El tratamiento conservador de las fracturas Tipo III requiere una inmovilización rígida. Existe un 13% de pseudartrosis y un 15% de consolidaciones viciosas, especialmente en los casos tratados con ortesis cervicales. Esta quedaría indicada para las fracturas no desplazadas. Las fracturas del arco Tipo I y II se tratan de forma conservadora (Halo- vest) y la las de Tipo III tienen indicación reducción y artrodesis debido a su gran inestabilidad. La artrodesis C1-C2 consolida en más de un 90%. Una vez lograda la artrodesis existe una perdida de la rotación en el 40% de los pacientes. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 53 La consolidación viciosa se puede dar en los niños y llegando a provocar una importante cifosis. Fracturas y luxaciones del raquis cervical bajo El tipo de lesión que sufre la columna cervical dependerá de la actitud de la cabeza y el cuello en el momento del impacto, la dirección e intensidad de la fuerza determinarán la gravedad. Existe un antecedente de traumatismo en el cual el cuello ha sido forzado en alguna dirección, con dolor y contractura. Es importante detectar la gravedad del accidente (caída, colisión de vehículo, expulsión violenta) y los signos clínicos inmediatos apercibidos por el paciente (calambre, parestesia, parálisis). Se explora de forma sistemática la fuerza y sensibilidad en las cuatro extremidades. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 54 El estudio radiológico requierepoder ver todas las vértebras cervicales, para lo que es necesario descender los hombros y analizar la zona cervicodorsal o realizar proyecciones especiales (posición del nadador) con una precisión del 84%. Existen signos de inestabilidad si la inclinación entre cuerpos vertebrales es superior a 11º, si hay un desplazamiento superior a 3,5 mm, si las apófisis espinosas o las carillas articulares están separadas, desalineación de las espinosas en visión frontal, rotación de las articulaciones en visión lateral. Una mayor exactitud en el conocimiento de las lesiones se puede obtener con las planigrafías o la TC. Ocasionalmente la radiografía dinámica de perfil, con el paciente despierto, ayuda a detectar pequeñas inestabilidades. La luxación unilateral de las facetas articulares puede pasar desapercibida en un primer momento. El 85% ocurren a nivel de C5-C6 y C6-C7 de las cuales el 40% sufren un retraso en el diagnóstico de dos semanas. Las lesiones marginales del cuerpo o de las apófisis son estables y se tratan con ortesis rígidas, tipo SOMI, durante 6 semanas. La fractura por estallidos del cuerpo se deben a compresión axial, y no tiene por que ser inestable, o flexión-compresión que son siempre inestables. Si existe un aplastamiento menor del 25% se coloca un yeso Minerva o un halo-chaleco Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 55 durante 12 semanas. Cuando el aplastamiento es mayor y existe retropulsión de los fragmentos hacia el canal se recomienda estabilizar la lesión mediante corporectomia anterior más injerto y placa atornillada, o fusión posterior. Las luxaciones se producen por mecanismos de flexión y engloba desde esguinces ligamentosos hasta luxación unilateral o bilateral. Las luxaciones unilaterales pueden pasar desapercibidas. Tanto la unilaterales como las bilaterales se pueden asociar a hernia discal por lesión traumática del disco. El tratamiento va desde la reducción con tracción progresiva con compás craneal y la colocación de un yeso minerva o un halo-chaleco. Si la inestabilidad es importante se puede optar por una artrodesis anterior. La complicación más importante de estas fracturas es la lesión radicular o medular. Otras complicaciones son las pérdidas de corrección (cifosis cervical o falta de lordosis) que provoca rigidez cervical y rectificación de la columna dorsal. La pseudartrosis es una de las secuelas más frecuente (17% en el atlas y 32% en el axis) lo que provoca inestabilidad cuando ocurre a nivel del axis. La inestabilidad es causa de mielopatía cervical a largo plazo (en ocasiones a los 20 años de la lesión). Está indicada la artrodesis artrodesis atlas-axis. La consolidación viciosa de la odontoides se considera cuando el desplazamiento en cualquier plano es superior a 5 mm o la inclinación superior a 10º. Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 56 Traumátismos de la columna dorsolumbar El accidente de tráfico es el motivo más frecuente de fractura en la columna dorsolumbar con un 45% de los casos, seguido de caídas (20%) y accidentes deportivos (15%). Entre el 15% y el 20% tienen lesiones neurológicas, y en el 10%-15% lesiones viscerales asociadas. El mecanismo más frecuente es la flexión forzada (48% de los casos) seguido de las compresiones axiales y la flexión más tracción. Los segmentos altos (D1 a D10) son estables debido a la presencia de las costillas y la caja torácica. La situación cambia a nivel de la charnela dorso- lumbar, donde al existir cambio de dirección de las curvas y mayor movilidad se localiza la mayor parte de las fracturas. Lesiones altas con aplastamientos importantes sin un traumatismo suficientemente violento o claro debe hacer pensar en fracturas patológicas (mieloma o metástasis). Existe un antecedente violento, o muy violento, fácilmente identificable. En personas de más de 65 años el traumatismo puede ser menor y como patología previa se debe valorar la osteoporosis. El dolor espontáneo y a la movilización es significativo. Se debe explorar las extremidades inferiores para detectar alteración neurológica, su nivel e intensidad. El estudio radiográfico en anteroposterior y lateral es imprescindible. La TAC permite valorar la conminución y desplazamiento de las fracturas, así como la invasión del canal y tamaño de los fragmentos. No está indicada en casos de fracturas simples por acuñamiento. En caso de lesiones complejas puede ser útil la reconstrucción tridimensional con la TAC. Hay tres grados de inestabilidad, la de primer grado es una inestabilidad mecánica con riesgo de cifosis evolutiva. La de segundo grado es una inestabilidad neurológica y la de tercer grado es la suma de las dos (mecánica y neurológica). Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 57 La columna se puede dividir en tres pilares o columnas. El anterior formado por el ligamento longitudinal anterior, el anillo fibroso anterior y la parte anterior del cuerpo vertebral. La media formado por el ligamento longitudinal posterior, el anillo fibroso posterior y la parte posterior del cuerpo vertebral. El posterior lo forma el arco posterior y el complejo ligamentoso posterior. La inestabilidad clínica es la perdida de la capacidad de la columna para mantener, bajo cargas fisiológicas, su patrón de desplazamiento produciéndose un déficit neurológico inicial o secundario, una deformidad o un dolor incapacitante. La incidencia de fractura vértebras se da con más frecuencia entre los 15 y los 30 años debido a accidentes de alta energía en que casi el 50% son debidos a accidentes de tráfico y el resto a caídas o accidentes deportivos. Hay seis mecanismos que pueden provocar fracturas toracolumbares y provocar inestabilidad de la columna. La fractura por compresión o acuñamiento (48%) es la lesión del pilar anterior y se trata de una lesión básicamente estable. La fractura por estallido (14%) es la lesión del pilar anterior y medio, se trata de una lesión inestable. La fractura por cinturón de seguridad (16%) o fractura de Chance afecta el pilar medio y posterior. Se trata de una lesión por flexión-tracción. La inestabilidad depende del grado de afectación del pilar posterior. El cinturón de dos puntos ya no está homologado en España, por lo que esta frecuencia es seguramente mucho menor. La fractura luxacion (5%) es una lesión inestable y existe lesión de los tres pilares. Se puede considerar juntas otras fracturas menos frecuentes como la las apófisis transversas (14%), fracturas articulares (1%), fracturas de las espinosas (1%) o de la istmo (1%). Traumatismos del adulto Cirugía Ortopédica y Traumatología en zonas de menor desarrollo Rodrigo Miralles (Centre de Cooperació al Desenvolupament, URV Solidaria) Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) 58 En el mecanismo de hiperflexión de la columna provoca un fallo de la columna anterior por compresión de los cuerpos vertebrales. Las columnas osteoligamentosa media y posterior suelen quedar intactas cuando el hundimiento anterior es inferior al 50% de la pared anterior del cuerpo vertebral (muro anterior). Estas lesiones, más frecuentes en la columna torácica, se suelen considerar estables. Si la compresión anterior es superior al 50% la columna posterior está sujeta
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