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Tiempo de Educar
ISSN: 1665-0824
teducar@hotmail.com
Universidad Autónoma del Estado de México
México
Castañeda Reyes, María del Rosario
ARTE Y LITERATURA EN EL BACHILLERATO: ELEMENTOS PARA UN PROGRAMA DE
LITERATURA MEXICANA
Tiempo de Educar, vol. 9, núm. 17, enero-junio, 2008, pp. 59-80
Universidad Autónoma del Estado de México
Toluca, México
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ARTE Y LITERATURA EN EL BACHILLERATO: ELEMENTOS PARA UN 
PROGRAMA DE LITERATURA MEXICANA
María del Rosario Castañeda Reyes1
RESUMEN ABSTRACT
Tiempo de educar, año 9, segunda época, número 17, enero-junio de 2008
1 Maestra en Enseñanza Superior por la ENEP-Aragón de la UNAM y en Estudios 
Romances por la Universidad Paul Valéry de Montpellier, Francia. Profesora de la 
Preparatoria núm. 36, docente en el ISCEEM-División Académica Ecatepec.
En este artículo se propone la rela-
ción de la enseñanza de la literatura 
mexicana en el bachillerato con 
las otras artes también mexicanas. 
La justificación de la propuesta se 
basa, por un lado, en que los planes 
y programas de estudio vigentes de 
este nivel desplazan esta literatura 
y estas artes. Por otro lado, las 
tendencias actuales en la formación 
de docentes para bachillerato se 
basan en teorías anglosajonas 
situadas en la practicidad inmediata. 
Se citan ejemplos de cómo existe una 
producción suficiente en los distintos 
campos de las artes, que la escuela no 
difunde. También se da muestra de 
cómo los escritores mexicanos nos 
remiten a las literaturas y geografías 
de otros tiempos, en un paseo de lo 
nacional a lo universal de ida y vuelta, 
donde se involucran la música, la obra 
plástica, la arquitectura, el cine y 
desde luego la misma literatura.
In the present article the writer 
proposes Mexican literature teaching 
connected with other Mexican arts 
in bachillerato.
The proposal is based on current 
curricula at this level, which do not 
include native literature and Mexican 
arts; and on the other hand the 
tendencies of teachers training are 
based on Anglo-Saxon theories. 
Schools do not diffuse the production 
from the different fields related to 
arts.
Mexican writers remit us to literature 
styles of other times and 
geographies; to and fro national 
and universal music, architecture, 
films and of course literature.
Key words: art, literature, education, 
high-school diploma, teaching.
Palabras clave: arte, literatura, 
enseñanza, bachillerato, docencia.
El objetivo del presente artículo es describir algunas de las múltiples 
relaciones que se pueden establecer entre la literatura mexicana y 
las demás artes, también mexicanas, para su enseñanza en el 
bachillerato, y que no son aprovechadas en los programas de 
estudio. La propuesta parte de dos preocupaciones centrales: la 
poca importancia que se le concede a la enseñanza de esta disciplina 
y la tendencia actual en la formación de docentes en el nivel y 
modalidades respectivas.
En julio de 2003, el Consejo Académico de la UNAM aprobó el Plan 
de Estudios para la Maestría en Docencia para la Educación Media 
Superior, Especialidad Español.2 La revisión que realicé de los 
programas de la citada maestría para el año escolar 2005-2006 
confirma mis dudas sobre el futuro tanto de la enseñanza de la 
literatura mexicana como de su didáctica en el bachillerato.
Las asignaturas sobre didáctica de la disciplina (Español 1 y 2), 
en el citado plan, tienen como base teórica la pragmática y la 
psicología cognitiva, desarrolladas en Estados Unidos, y son de 
carácter obligatorio. Hay otras materias de estudio como 
Fundamentos teórico-metodológicos de la lingüística y de la 
literatura, Avances y desarrollos en hermenéutica, Avances y 
desarrollos en retórica y Avances y desarrollos en teoría y análisis 
del discurso que son de carácter optativo. Estas últimas permiten 
análisis más abiertos y con una visión crítica, la cual no es el centro 
de interés de las asignaturas obligadas para la didáctica del español. 
Y, siguiendo el criterio utilitarista, estas materias tienen poca 
probabilidad de ser elegidas por los alumnos para cursarlas. Además 
de que, desde la guía para el examen de selección de aspirantes, el 
lugar que ocupa la literatura mexicana está disminuido por la 
literatura española y desde luego por la iberoamericana.
2. Ver www.posgrado.unam.mx/madems/docs.español.htm
INTRODUCCIÓN
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Revista Interinstitucional de Investigación Educativa
En México, recordemos, existen múltiples subsistemas de 
bachillerato; sin embargo, se puede percibir que prevalecen tres 
modalidades: el de carácter tecnológico, llamado terminal; el 
bivalente, que al mismo tiempo es terminal y propedéutico, y 
el netamente propedéutico. Proliferan los de carácter terminal, y en 
la mayoría de estos últimos no es necesario, según la política 
educativa, incluir la enseñanza de la literatura mexicana, sí de la 
lengua española en cierta medida, de ahí la justificación de cómo 
está diseñado el plan de estudio para la docencia en esta área y 
nivel educativo. Hay por lo tanto un abandono de la enseñanza 
literaria nacional y, más aún, del conjunto de artes que la 
acompañan. No estaría de más preguntarse sobre el desinterés que 
el Estado mexicano tiene sobre la educación de la sensibilidad de 
la sociedad mexicana contemporánea.
¿Por qué una metodología de la enseñanza que incluya la relación de 
la literatura mexicana con las artes? Hay varias razones. La primera 
es mi interés por las formas en que la literatura es recibida por las 
artes. Se conocen algunos ejemplos basados en la literatura 
occidental. Citaré sólo el caso del pedagogo y músico alemán Carl 
Orff, quien encontró un manuscrito de la Edad Media, Les Chants de 
Beuren. Se trataba de un conjunto de poemas. Compuso la música 
inspirado en esos textos literarios. Y en México, Los Carmina Burana, 
cada año, son representados con una coreografía creada por la 
Compañía Nacional de Danza.
Justo es indagar si la literatura mexicana ha tenido repercusiones en 
las artes. Y cómo las artes tienen su recepción en los textos literarios 
mexicanos. Para ello se requiere, entre otras cosas, de una revisión 
histórica. Y analizar las características de estas formas de recepción.
Haciendo un breve recorrido por la literatura mexicana, desde 
la época prehispánica hasta nuestros días, se establecen algunas 
relaciones. La danza del palo volador, el juego de pelota y el baile 
de los gigantes entre los mayas tienen su origen en el Popol Vuh 
(Valencia Solanilla, 2000). Y su versión moderna la encontramos 
en la cinta Fata Morgana (El Espejismo) del cineasta alemán Werner 
Arte y literatura en el bachillerato: elementos
para un programa de literatura mexicana
LAS RELACIONES ENTRE LA LITERATURA MEXICANA Y LAS ARTES
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Tiempo de educar
Herzong. Los poemas de Netzahualcóyotl han sido musicalizados 
por una cantante mexicana, Jaramar Soto. Esta misma intérprete se 
ha interesado por otras poetas; de entre ellas están Sor Juana Inés 
de la Cruz y algunas escritoras contemporáneas como Pita Amor, 
Enriqueta Ochoa, Carmen Villoro, Silvia Eugenia Castillero y 
Leticia Villagarcía. Gabino Palomares nos muestra en su canción La 
maldición de la Malinche, su lectura de los presagios que tuvieron 
los mexicas antes de la llegada de losespañoles. David Alfaro 
Siqueiros pintó su mural Cuauhtémoc contra el mito, también parte 
de las leyendas generadas por la Conquista. El periquillo sarniento, 
primera novela latinoamericana (Valles, 1994: 37), escrita por José 
Joaquín Fernández de Lizardi, tiene su versión teatral. Al cine han 
sido adaptadas las novelas: A la sombra del caudillo de Martín Luis 
Guzmán, Pedro Páramo de Juan Rulfo y El apando de José Revueltas, 
sólo por citar algunas.
Entre los ejemplos en que el texto literario incluye a la arquitectura 
(y en algunos casos a la arqueología), tenemos poemas como Himno 
entre ruinas, En Uxmal y desde luego Piedra de Sol, de Octavio Paz. 
En este último observamos que el título y algunos elementos del 
poema hacen alusión al Calendario Azteca. Y no debemos olvidar el 
cuento de Carlos Fuentes, Chac Mool, que hace referencia al Dios 
del Agua de los mayas.
Contribuir al desarrollo de la investigación en las artes en México 
es otro de mis motivos. Hay pocos estudios que relacionan arte, 
literatura y enseñanza en el bachillerato, a pesar de que en el país 
se cuenta con instituciones dedicadas a la investigación en estos 
tópicos.
Una manera de justificar el estado actual de la investigación en las 
artes mexicanas es su propio proceso histórico. Dentro de la época 
moderna, a partir del primer tercio del siglo XX se observa una 
producción que después merecerá la mirada internacional. Los 
ejemplos los tenemos en los diferentes campos:
En la literatura con escritores como Alfonso Reyes, José Juan Tablada, 
Juan Rulfo, Octavio Paz, entre otros.
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Revista Interinstitucional de Investigación Educativa
En la música con Julián Carrillo, Silvestre Revueltas, José Pablo 
Moncayo, Carlos Chávez, Blas Galindo y Manuel María Ponce.
En la pintura con los muralistas Diego Rivera, José Clemente Orozco, 
David Alfaro Siqueiros y Rufino Tamayo, sin olvidar a Frida Kalho y 
al grabador José Guadalupe Posadas, de igual manera está Gabriel 
Figueroa pero en la fotografía.
En el cine a Fernando de Fuentes, Julio Bracho, Felipe Cazals, por 
citar algunos.
Y por último en la danza con Nelly Campobello y Guillermina Bravo, 
quien en su coreografía Reportaje a la Patria, hace alusión a pasajes 
del poema Suave Patria de Ramón López Velarde. Y, no puede 
faltar, en los finales del siglo XX y abriendo el XXI, Gloria Contreras, 
quien en julio de 2005 presentó una coreografía en la UNAM que 
incluía música de Silvestre Revueltas basada en Tres sonetos de 
Carlos Pellicer.
Estas producciones artísticas mexicanas van ganando reconocimiento 
dentro de sus mismos campos disciplinarios, si acaso tocan los que 
les son cercanos, en una que otra relación, pero difícilmente tienen 
un espacio de difusión, análisis y reconocimiento en las clases de 
literatura mexicana en los bachilleratos.
Desde esta lógica es posible comprender que por ahora la 
investigación en México está interesada sólo en algunas artes, 
géneros y periodos; sin atender a sus relaciones. Y si al interior de 
este campo disciplinario se está empezando, es comprensible su 
lentitud para que los productos lleguen a las instituciones educativas 
como parte central del programa de literatura mexicana.
Un primer acercamiento consiste en mostrar las relaciones que 
se pueden establecer entre las artes y la literatura desde una 
postura dialéctica, como parte de la metodología de enseñanza en el 
bachillerato.
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Tiempo de educar
Arte y literatura en el bachillerato: elementos
para un programa de literatura mexicana
A pesar de que existen particularidades en las relaciones de la 
literatura y las artes, considero que la recepción se manifiesta, 
provisionalmente, de dos maneras:
Primero. Cuando el músico, artista plástico, fotógrafo, cineasta, 
dramaturgo o coreógrafo ha leído el texto y le surge la 
idea de hacer una creación basada en él para transformar 
el lenguaje de difusión. O sólo por el puro placer de 
recrearlo, de jugar con él, a partir de su propia experiencia 
estética.
Segundo. Cuando hay una solicitud de transformar el lenguaje de 
difusión. En este caso la recepción puede ser guiada 
según las intenciones del solicitante. Aquí se puede hacer 
una analogía con las tareas escolares, es decir, el análisis 
de textos literarios es una recepción guiada.
También distingo, tentativamente, dos formas en que la obra literaria 
nos remite a las artes.
1. Las técnicas de elaboración del texto basadas en la 
intertextualidad, una de las características de las producciones 
de la posmodernidad. Algunas de ellas son:
La citación. Ésta puede estar sometida a la moda, o puede dar cuenta 
del acervo cultural del escritor.
La alusión. Ésta se inserta en alguna parte del texto o en toda su 
estructura. El autor sugiere al lector a qué está haciendo referencia. 
Se necesita que el lector tenga un marco referencial que le permita 
comprender que hay una alusión implícita.
La fusión. Es la más complicada. En ella se trata de borrar las fronteras 
entre un arte y/o género y otro. Es una suerte de integración que 
implica un dominio, por parte del escritor, de las técnicas básicas de 
los géneros y/o artes que está utilizando en su texto, es decir, si se 
trata de la música no es suficiente con citar la letra de una canción. El 
autor escribe de tal manera que genera los sonidos musicales, para 
que el lector escuche la música.
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Revista Interinstitucional de Investigación Educativa
2. La ubicación del texto en cuanto a:
El tema. Resulta ser uno de los puntos de encuentro fundamentales 
entre las artes y los géneros. Buscar las relaciones temáticas no 
requiere un gran esfuerzo por parte de los profesores de literatura 
mexicana, siempre y cuando se muevan en un circuito cultural más 
amplio que el de sus alumnos. Salvador Flores, cronista musical de 
México, nos cuenta, en una de sus canciones, la tradición del pan y 
nosotros podemos analizar el tema en un ensayo, también de otro 
cronista mexicano, Salvador Novo, titulado Antología del pan. Y en 
ambos miraremos el recurso básico de escritura, el humor. Así como 
el carácter regional del tema en el primero, y en el segundo, sus 
implicaciones históricas y universales.
La corriente artística. Por ahora observo que se muestra de dos 
maneras. Una, al interior de la literatura pero producida en 
diferentes países. Dos, cuando se manifiesta el mismo movimiento 
en otras artes. En cuanto a los primeros. Los escritores mexicanos 
siempre han leído la producción literaria occidental. Algunos de ellos 
han dejado evidencias más explícitas en su obra personal. Pongo 
por caso a Federico Gamboa con su novela Santa, muy influenciado 
por el naturalismo francés y sobre todo por Émile Zola, a través de 
su novela Nana. En segundo lugar, los movimientos artísticos en los 
otros lenguajes, si llegan a matizarse tanto, pueden dar lugar a una 
tipología interna. Por ejemplo, el estilo tequitqui en México como 
parte del barroco español. Los indígenas mexicanos que trabajaron 
en la construcción de las iglesias, en lugar de colocar las 
características occidentales le colocaron el sabor indiano (Rojas, 
1975: 32). Y si el ejemplo lo llevamos a las letras, nadie mejor que 
Sor Juana Inés de la Cruz para ilustrar las tonalidades del barroco en 
la literatura, en dicho país. Necesitaríamos estudiar estas diferencias 
artísticas al interior mismo de la corriente en su paso por México y 
los escritores que se influenciaron por ellas.
Dedicaré las siguientes páginas a explicar cómo se dan estas formas 
de recepción de acuerdo con las características de cada arte.
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Tiempo de educar
Arte y literatura en el bachillerato: elementos
para un programa de literatura mexicana
Debo advertir que las artes en la clase de literatura mexicana, 
desafortunadamente, tienen dos objetivos que no deseo sean 
reduccionistas, a pesar de su carácter pragmático:
 Son un recurso de atracción y a la vez de apoyo al análisis literario, 
sin descuidar su función social.
Son un recurso de apertura del circuito cultural de los alumnos. 
Dicha apertura tiene que ver más con su mundo de vida, con su rol 
social en la colectividad a la que pertenecen que con sólo reducirse 
al ámbito de lo escolar. Y, por lo tanto, será difícil observar sus 
alcances de manera inmediata.
Es riesgoso efectuar una clasificación de las formas en que la 
literatura se relaciona con la música. Sin embargo, para nuestros 
fines didácticos no tenemos otra opción. Tendré que realizar al 
menos dos clasificaciones básicas. La primera nos remite a los tipos 
de música y la segunda a los géneros literarios. Y dentro de ellas a la 
literatura como punto de partida para esa creación musical en 
particular. O como punto de llegada, es decir, si la obra musical 
puede inspirar la creación de un texto literario. Y, tentativamente, 
por último, como la obra literaria en su interior hace referencia a 
determinados géneros musicales o se estructura con base en alguna 
obra musical en especial.
Arturo Brennan (1992: 21-38) hace una extensa clasificación de la 
música. Percibo que su manera de agruparla obedece a dos criterios, 
uno es de orden cronológico y el otro tiene que ver con el objetivo 
que la origina y los receptores específicos a quienes se dirigen. Me 
detendré sólo en dos tipos de música que me permitirán hacer una 
clasificación con fines didácticos.
Cuando un compositor intenta describir situaciones, ideas o 
personajes de la vida real o de la literatura, o de otras formas 
de arte, estamos, según Brennan (1992: 34-35) ante la música 
programada o descriptiva. A veces resulta un poco difícil entender 
LA LITERATURA MEXICANA Y LA MÚSICA
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Revista Interinstitucional de Investigación Educativa
lo que los compositores intentan describir a través del sonido y en 
ocasiones agregan voces que nos cuentan, cantando, de qué se trata 
la historia de tal o cual obra.
El reverso de la moneda de la música programada es la música 
absoluta (Brennan, 1992: 35). Aquí encontramos obras que no 
intentan describir ninguna cosa, que no intentan contarnos ninguna 
historia; se trata simplemente de la música por sí misma, por el 
placer del sonido mismo.
Vamos a entender entonces que toda música que esté inspirada en 
un texto literario es descriptiva o programada. Y que ésta a su vez 
se clasifica en otros dos grupos, la instrumental y la vocal. Ambas 
pueden combinarse o presentarse de manera separada. Por 
ejemplo, dentro de la música vocal tenemos la canción Cardenche, 
que se interpreta a cappella en la Región de la Laguna en Gómez 
Palacio, Durango y en Torreón, Coahuila, México. Son cantos que 
sobre todo los adultos, al final de la jornada de trabajo, interpretan 
como única forma de entretenimiento por las características de la zona.
Un ejemplo de música programada instrumental y a la vez vocal es la 
ópera. Eduardo Mata, músico mexicano, invitó a la soprano Lourdes 
Ambriz para llevar a este género la novela Aura de Carlos Fuentes.
Intencionalmente escogí estos dos ejemplos tan opuestos para 
mostrar la dificultad de clasificar a la música en culta y popular. 
Hago alusión a ello por su carácter polémico; sobre todo cuando nos 
preguntamos sobre los tipos de música que llevaríamos a los cursos 
de literatura. En todo momento atenderemos a dos criterios: la 
relación que ésta tiene con el texto literario y la apertura del 
circuito cultural de los alumnos. En este orden de ideas, ni la canción 
Cardenche ni la ópera son géneros muy escuchados por los alumnos 
de bachillerato en México. La primera producida por la pequeña 
comunidad de la zona, y de ella no todos, solamente los adultos 
mayores, y en el campo. La segunda representada en un teatro, pero 
que rara vez modifica o incrementa el número de espectadores.
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Tiempo de educar
Arte y literatura en el bachillerato: elementos
para un programa de literatura mexicana
Y ya que me remito a los géneros, éstos son definidos por las formas 
muy particulares en que los compositores juegan o experimentan 
con los elementos de la música (Hirsbrunner, 2001): el ritmo, la 
melodía, la armonía, el timbre, en sí los sonidos y los silencios. 
Hasta ahora he observado que los músicos mexicanos han 
preferido el bolero y la llamada trova para agregar el lenguaje 
musical al texto literario. Sin embargo, los géneros pop, salsa, 
jazz, así como la música instrumental (sonatas, cantatas) no están 
excluidos de estas relaciones.
¿Qué de la literatura mexicana prefieren los músicos? Ante todo la 
poesía, y en segundo lugar la narrativa.
El poema Suave patria de Ramón López Velarde inspiró Cantata a la 
Patria, del músico Blas Galindo. Composición que en 1946 recibió un 
premio por parte de la Secretaría de Educación Pública.
Eugenia León y el Cuarteto Latinoamericano de Cuerdas se 
inspiraron en el mismo poema para hacer una selección de 
canciones que dan cuenta de esa noción de Patria de López Velarde. 
Y el disco tiene el nombre del poema.
Guillermo Briseño, David Haro, Marcial Alejandro y otra vez Eugenia 
León se reunieron para hacer un homenaje a Velarde. En esta ocasión 
hicieron una selección de sus poemas y les pusieron música. El disco 
se llama Las canciones del íntimo decoro.
En suma, Jaime Sabines, Justo Sierra, Manuel Acuña, Vicente 
Quirarte, Jorge Esquinca, Rubén Bonifas Nuño, Francisco Hernández 
y Juan José Macías son otros poetas cuya obra ha inspirado ritmos 
musicales a compositores como el veracruzano Guillermo Zapata.
La narrativa, aunque en menos medida, también ha inspirado 
composiciones musicales. Un ejemplo es el grupo Café Tacuba 
con la canción Batallas. Esta canción remite a Carlitos, narrador 
homodiegético de la novela Batallas en el desierto de José Emilio 
Pacheco.
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Revista Interinstitucional de Investigación Educativa
Ya dije que el texto literario puede remitir a la música de varias 
maneras. Una de ellas es la citación y es precisamente en Batallas 
en el desierto que se incide en un bolero: por alto que esté el cielo 
en el mundo, por hondo que sea el mar profundo, no habrá una 
barrera en el mundo que mi amor profundo no rompa por ti ... 
canción que escuchaba el personaje principal y que sólo al final de 
su relato nos deja ver que ya entendió.
Jorge Volpi ha contado que su novela En busca de Klingsor tiene 
una estructura que corresponde a la ópera Persifal del músico 
alemán Richard Wagner. Siguiendo un lenguaje musical, la citada 
novela presenta tres actos (o como diríamos en literatura, capítulos 
y hasta libros) y un preludio (prólogo). Y dicho sea de paso, el 
preludio es el planteamiento del problema (en términos de ciencia), 
el misterio que resolver; sobre todo por la serie de disciplinas 
factuales que Volpi consideró.
Aún no hemos estudiado, en la literatura mexicana, obras que nos 
muestren un determinado ritmo musical insertado en el texto. Sólo 
tenemos lo citado por Lauro Zavala (2005: 3), quien nos comenta que 
Alain Derbez en Los usos de la radio ha escrito críticas musicales en 
forma de relato y también en sentido inverso.
Hasta aquí hemos observado formas muy directas de relación 
literatura música, y en ambas direcciones. No está demás advertir 
que existen formas de relación un tanto indirectas. Para profundizar 
en ello nos podemos remitir a la investigación de Danièle Pistone 
(2001: 69-80) que cita 170 novelas contemporáneas francesas, las 
cuales tienen como tema o hacen alusión a la música.
Lo importante en el análisis de textos literarios es que los 
alumnos observen estas formas de lenguaje musical en la lectura. Y 
si esta idea los reenvía a diferentes fuentes musicales, éstas pueden 
enriquecer su comprensión de la palabra escrita. Entonces nos 
estaremos acercando al objetivo.
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Tiempo de educar
Arte y literatura en el bachillerato: elementos
para un programa de literatura mexicana
El término plástico remite a todo aquello dúctil o blando, que se 
puede moldear o que permite dar forma. Dentro de este campose utiliza la palabra plástica para calificar a las artes que producen 
imágenes sobre los objetos o sobre los espacios. Juan Acha (1994) 
nos dice que las artes plásticas son las que producen imágenes sobre 
los objetos o los espacios.
Ahora bien, ¿cómo se da la relación de las artes plásticas con la 
literatura mexicana? De igual manera que con las artes en general. 
Por ahora he analizado que en cuatro direcciones. Si la obra plástica 
se originó a partir del texto literario, si fue a la inversa, si ambas 
coinciden en la temática abordada y por último si pertenecen a la 
misma corriente o movimiento artístico. Todas ellas con variantes 
a su interior, sobre todo por la vastedad de ambos campos 
disciplinarios. En México se cuenta con pocas investigaciones sobre 
estas relaciones y que consideren la producción nacional.
En un intento por concretar puedo citar los siguientes ejemplos.
1. La obra plástica en la edición del libro (Ramírez, 2001: 593-604). 
Si utilizamos un concepto de Gérard Genette estaríamos 
refiriéndonos al paratexto, el cual se presenta de varias maneras.
Cuando la cubierta se diseña ex profeso, es decir, a partir de la 
lectura de la obra literaria. En la portada de la novela Batallas en el 
desierto de José Emilio Pacheco (1994), se coloca al centro la imagen 
de una joven sentada en una silla y con los ojos vendados. Esta 
imagen ha sido importante para interesar a los bachilleres en la 
lectura de la obra, según testimonios de algunos de ellos (Castañeda, 
2004: 56-57). Y remite al personaje femenino, Mariana, de quien se 
enamora el niño Carlos, y sirve de hilo conductor para develar, entre 
otras cosas, la doble moral de ciertas familias mexicanas en la década 
de los 70.
Cuando la cubierta utiliza una obra que puede corresponderse con 
el texto literario. Muy ilustrativo es una de las ediciones de ¿Aguila 
o sol? de Octavio Paz, libro donde se fusiona una serie de géneros
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Revista Interinstitucional de Investigación Educativa
LA LITERATURA MEXICANA Y LAS ARTES PLÁSTICAS
literarios. Incluye el poema “Piedra de Sol”, el cual motiva que en 
la portada aparezca una reproducción fotográfica del Calendario 
Azteca, pieza arqueológica en la que se observa que Octavio Paz 
hace alusión tanto en el título del poema como en su estructura 
circular y desde luego en la cosmogonía del tiempo en esta cultura. 
Este es un caso que también corresponde a la influencia que una 
obra, en este caso arqueológica, puede tener en la creación 
literaria.
Cuando se incluye obra plástica al interior. De igual manera las 
viñetas, dibujos, fotografías, mapas, etc. pueden hacerse a partir 
de la lectura del texto o puede seleccionarse obra ya realizada. 
Contamos con ejemplos de los primeros casos sobre todo en poesía 
y en relatos breves o minicuentos. En estos últimos están: El nuevo 
catecismo para indios remisos, de Carlos Monsiváis, Ficciones, 
Bestiario, Animalia de Alfonso Reyes con dibujos de Juan Soriano 
titulados Fauna doméstica. Y como parte de la poesía Álbum de 
Zoología de José Emilio Pacheco con dibujos de Francisco Toledo.
2. La obra plástica inspiradora del texto literario. Es importante 
hacer notar que, sin que se incluya la obra plástica en el paratexto, 
hay textos literarios que la toman como base. Un ejemplo lo 
tenemos con una poesía de Rosario Castellanos (1972,1989: 221) 
“Mirando a la Gioconda”, incluida en sus Obras Completas.
3. El tema como elemento de convergencia entre la obra literaria 
y la plástica. En este sentido existen múltiples posibilidades de 
relación. Citaré dos ejemplos.
El patio vinculado a la casa-habitación. Haré referencia a tres 
periodos relevantes en donde observo este tema. 
Primero. Con Miguel León Portilla, quien con base en las 
investigaciones de Ángel María Garibay, nos muestra 
cómo en los cantares y actuaciones entre los nahuas se 
hacía alusión al patio:
Yo soy el travieso: / yo soy tordo de rojo cuello: / ya grito mi cantar: 
/ Jo Jo Jo Joh / Vengo a ponerlas pintadas / en donde el patio se 
extiende: / yo soy tordo de rojo cuello: / grita, grita mi cantar: Jo
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Tiempo de educar
Arte y literatura en el bachillerato: elementos
para un programa de literatura mexicana
Jo Jo Joh / Yo el guiñador de ojos / el que anda riendo: / de dentro 
del patio vengo, / en flor vengo a convertirme, yo el Conejo que se 
sangra (SEP-Cultura, 1984: 188-189).
Segundo. Consideremos una novela de Armando Ramírez, 
Quinceañera, que sin ser éste el tema central, nos ilustra 
sobre la tradicional vecindad mexicana de los barrios 
marginales de la década de los 80. Nos recuerda al patio 
como espacio de interacción social, donde se combinaban 
diferentes funciones: lugar para lavar la ropa, colocar los 
tendederos, hacer los ensayos para el vals de los quince 
años para la joven, “sala” de reuniones diversas para los 
vecinos, campo de fútbol, o cancha de juegos de pelota, o 
de lo que sea, en fin, para hacer la fiesta.
Tercero. Un cuento de Guadalupe Dueñas (1995: 123) nos 
sugiere cuestionar el actual modelo arquitectónico que 
prevalece. Han desaparecido las vecindades, que a pesar 
de no contar con grandes espacios habitacionales para 
las familias, sí consideraban el lugar para la colectividad, 
y ese era el patio. Ahora, los edificios construidos en los 
terrenos que antes fueron para la agricultura, “olvidaron” 
el patio. Ernesto Velasco León (2002: 147), arquitecto, 
nos señala cómo la posmodernidad arquitectónica llega 
a México exacerbando el individualismo, lo privado, lo 
particular.
1. Los volcanes. Una exposición se presentó de febrero a julio de 
2005 en el Palacio de las Bellas Artes. El tema fue “El mito de los 
volcanes”, es decir, el Popocatépetl y el Iztlaccíhuatl que han 
generado leyendas, mitos, ritos, poemas, y desde luego obra 
plástica. El poema más conocido es “El idilio de los volcanes” de 
José Santos Chocano. Algunas de las obras plásticas que se 
exhibieron fueron “Las sinfonías del Popocatépetl” de Gerardo 
Murillo, “Los dioses de la montaña” (grafito sobre papel) de Carla 
Rippey, “La fiesta de los cerros” (óleo sobre tela) de Daniel 
Lezama, y no faltaron esculturas de Vicente Rojo, cerámicas de 
Gabriel Orozco y fotografías de Manuel Álvarez Bravo y Armando 
Salas Portugal.
 
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Revista Interinstitucional de Investigación Educativa
2. La corriente o movimiento artístico como �unto de coincidencia. La corriente o movimiento artístico como �unto de coincidencia.La corriente o movimiento artístico como �unto de coincidencia. 
Un ejercicio interesante es encontrar las características que hacen 
la semejanza de un movimiento artístico, independientemente 
del campo del arte del que se trate. Pongo por caso el 
costumbrismo con la novela Navidad en las montañas de Ignacio 
Manuel Altamirano y con pintores como Saturnino Herrán, 
alumno del español Antonio Fabrés, quien introdujo esta 
tendencia en México.
3. Las técnicas de construcción de la obra como “�réstamos” entre 
uno y otro cam�o disci�linario. Tentativamente distinguimos dos 
maneras de relación.
En la primera observamos que tanto los escritores como los artistas 
plásticos “invaden” el otro campo, es decir, de manera general el 
escritor quiere crear imágenes, percepciones del mundo que no dan 
lugar a múltiples interpretaciones, son una especie de fotografías, 
de estampas que permiten fijar recortes de realidades. Un ejemplo 
de ellos constituye “Luvina” de Juan Rulfo. Por otro lado, los artistas 
plásticos no fijan recortes de realidades, juegan de tal manera que 
permiten múltiples posibilidades de interpretación, sobre todo en 
las tendencias del siglo XX de carácter abstraccionista. Juan Acha 
nos dice que “Gunther Gerzo primero practicó un abstraccionismo 
lírico, con uso de la textura. De ahí pasó a las formas geometrizadas 
de efectos poéticos. Ellas están situadas entre un geometrismo 
simple y los signos de escrituras perdidas” (Acha, 1994: 222).
En la segunda forma de relación seencuentra el uso parcial de las 
técnicas entre uno y otro campo. No es ocioso citar cómo el mosaico 
y el collage, también llamado encolado, son técnicas del campo de 
la plástica que pueden ser utilizadas en el texto literario. Las 
descripciones del tianguis de Tlatelolco, hechas por Hernán Cortés 
en las Cartas de Relación (1942: 97), son un claro ejemplo de este 
mosaico lleno de color.
… Tiene otra plaza tan grande como dos veces la ciudad de 
Salamanca, toda cercada de portales alrededor, donde hay 
cotidianamente arriba de sesenta mil ánimas comprando y 
vendiendo; donde hay todos los géneros de mercadurías que en 
todas las tierras se hallan, así de mantenimientos como de vituallas, 
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Tiempo de educar
Arte y literatura en el bachillerato: elementos
para un programa de literatura mexicana
joyas de oro y de plata, de plomo, de latón, de cobre, de estaño, de 
piedras, de huesos, de conchas, de caracoles y de plumas. Véndese 
cal, piedra labrada y por labrar, adobes, ladrillos, madera labrada y 
por labrar de diversas maneras. Hay calles de caza donde venden 
todos los linajes de aves…
Por último, considero que existen otras formas de relación, como 
cuando se lleva a la imagen un personaje literario. No cuento, por 
ahora, con ejemplos que ilustren esta posibilidad en el caso de las 
artes en México.
Dentro de las relaciones que he venido exponiendo, la más estudiada 
es precisamente ésta. Y desde luego que también la más utilizada en 
los salones de clase. Me interesa entonces subrayar dos razones para 
su consideración en la enseñanza literaria, primero que el cine sea 
un espacio de confluencia de varias artes, lo que permite contar con 
más elementos para apreciar las obras cinematográficas. Cuando hay 
una armonía en ese conjunto, entonces nos permitimos decir que 
estamos ante un excelente trabajo.
El crítico analizará las correspondencias entre las artes que 
armonizan el resultado final. El investigador encontrará la serie de 
préstamos e intercambios que un campo le ha dado al otro, sobre 
todo las técnicas narrativas que bien ha aprovechado la literatura de 
la posmodernidad. 
Desde una postura didáctica, me interesa exponer tres formas en 
que observo se presenta la relación literatura y cine, y que constituyen 
la segunda razón de porqué insistir en su inclusión analítica.
Cuando el cine parte de una obra literaria específica. Aquí el traslado 
puede lograr diferentes resultados:
 Reproducir literalmente sin importar el aporte (cinematográfico, 
musical, plástico, etc.). Un ejemplo es La sombra del caudillo de 
Martín Luis Guzmán, dirigida por Julio Bracho (1960).
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Revista Interinstitucional de Investigación Educativa
LA LITERATURA MEXICANA Y EL CINE
 Tocar solamente una parte de la obra literaria. La novela 
¡Vámonos con Pancho Villa! de Rafael F. Muñoz al ser llevada al 
cine por Fernando de Fuentes (1935) sólo abarca hasta el capítulo 
“El desertor”.
 Respetar la obra literaria y aportar más elementos enriquecedores 
para ambos campos. Es difícil encontrar ejemplos en este caso, 
el cuento escrito por Bruno Traven, Macario, casi lo logra si no 
fuera porque el cineasta Roberto Gavaldón (1960) nos dice que la 
mujer del protagonista robó el guajolote y no que estuvo 
trabajando y ahorrando para comprarlo, guisarlo y regalarlo a su 
marido. La obra es recreada por la forma de presentar los planos 
narrativos y desde luego la fotografía.
 Enriquecer la propia obra literaria en caso de que hubiera pobreza. 
Contados son los casos. Según Lauro Zavala (2003a) generalmente 
surge de un proyecto autoral y se construye a partir de una notable 
relectura estilística, genérica y contextual del texto literario. Un 
ejemplo es la pareja formada por el escritor José Revueltas y el 
cineasta Felipe Cazals con El apando.
 No aportar elementos desde este otro campo “no literario” (cine, 
música, pintura, etc.) pero sí desvirtuar lo literario. Ilustra esta 
posibilidad la película dirigida por Roberto Gavaldón, La Escondida 
(1955) basada en la novela homónima de Miguel N. Lira. La versión 
cinematográfica ni responde a la literatura de la revolución 
ni a las características del cine de la época (música anacrónica, 
torpeza en el juego de los intertextos de color, entre otros). Y más 
aún, contribuye a la formación de la imagen oficial de la revolución 
al crear los estereotipos de esta parte de nuestra historia.
 Desvirtuar lo literario, no aportar elementos cinematográficos 
pero lograr trascender en otro campo artístico. Claro ejemplo de 
ello es La noche de los mayas, basada en textos poéticos de Antonio 
Mendez Bolio, con la dirección de Chano Urueta, la fotografía 
de Gabriel Figueroa y la música de Cornelio Cárdenas Samada y 
Silvestre Revueltas. Esta película no trascendió, lo curioso es que 
la música que compuso Revueltas se ha tocado en diferentes salas 
de concierto del mundo (Soto, 2002).
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Tiempo de educar
Arte y literatura en el bachillerato: elementos
para un programa de literatura mexicana
2. Cuando la película y el texto literario coinciden en el tema. Los 
relámpagos de agosto, libro de cuentos de Rosario Castellanos, 
toca el tema de la soledad de la mujer mexicana de provincia. Y en 
el cine tenemos a María Novaro con las películas Danzón (1991), El 
jardín del edén (1994) y Sin dejar huella (2000).
3. Y por último, cuando comparten y/o “se prestan” las mismas 
técnicas de producción en uno y otro lenguaje. Una estrategia 
narrativa básica es el suspenso que consiste en la complicidad que 
se establece entre quien narra y el espectador, a expensas de uno 
o varios personajes. Haré referencia, para ilustrar esta técnica, a 
Rosario Castellanos y su cuento “El viudo Román” incluido en el ya 
citado Los relámpagos de agosto, llevado al cine por Busi Cortés 
(1989) con el título de El secreto de Romelia.
En México, a partir de la década de los ochenta aproximadamente, 
ha habido un interés mayor por el cortometraje que va paralelo al 
desarrollo de la literatura, es decir, a la vez que hay más producción 
en el relato breve (cuentos, minicuentos, poemas, hibridaciones 
entre ensayo, instructivo, crónica, etc.) también los jóvenes directores 
exploran este género cinematográfico y llegan a combinarlo un poco 
con el documental. Citemos como ejemplo El abuelo Cheno, de Carlos 
Rulfo, que tiene como tema el ambiente de la obra de su padre. 
Una de las relaciones que no es posible obviar, es precisamente 
las que establece la misma literatura mexicana con obras, autores, 
periodos, géneros y corrientes —sólo por citar algunas formas—, 
tanto del mismo país como con otras sociedades. De tal manera que 
ésta es otra línea de acercamiento y estudio del texto literario 
que bien puede incluirse en una didáctica de la disciplina.
Partiendo de esta primera aproximación, en términos generales, la 
reescritura se presenta de las siguientes formas:
 Cuando un escritor mexicano retoma la idea básica de otra obra, 
también mexicana y la traslada a otro contexto cuidando su 
pertinencia.
LA LITERATURA MEXICANA Y SU REESCRITURA
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Revista Interinstitucional de Investigación Educativa
 Cuando un escritor utiliza un tipo de plagio de una obra literaria 
como recurso retórico para introducir la escritura pertinente de 
otra obra.
En el caso anterior y en éste, es posible remitirnos a uno de los 
cuentos de Rafael Pérez Gay, “Nos han dado Cadereyta”, como 
muestra de la relectura y reescritura de dos obras de Juan Rulfo, 
se trata de Nos han dado la tierra y de Pedro Páramo. Mientras 
Rulfo nos plantea el problema de la tierra infértil y sin recursos para 
explotarla en el contexto del México rural, Pérez Gay construye un 
paralelismo al denunciar el problema de la calidad de los servicios en 
el México urbano. Además, se sirve de un tipo de plagio, como 
recurso retórico, para introducir las primeras líneas de su cuento, 
de tal manera que mientras Pedro Páramo inicia con “Vine a Comala 
porque me dijeron que acá vivíami padre, un tal Pedro Páramo…” 
Pérez Gay comienza con “Vine a Cadereyta porque me dijeron que 
acá la renta era baja…”
 Cuando un escritor mexicano, a través de su relectura, nos lleva aCuando un escritor mexicano, a través de su relectura, nos lleva a 
obras de la considerada literatura clásica universal, replanteando 
los contextos y haciendo lectura crítica de la obra primigenea. Sólo 
por citar algunos tenemos a Alfonso Reyes con su Ifigenia cruel, a 
Rosario Castellanos con obras de teatro como son Salomé y Judith 
y a Salvador Novo con su Tercer Fausto.
El campo de las relaciones entre las distintas artes es basto y poco 
explorado sobre todo para aprovecharse en los salones de clase. Es 
triste que la enorme producción artística mexicana no tenga espacio 
en los programas escolares. Se requiere que de manera articulada 
los bachilleres, sin ser saturados de información, puedan tomar sólo 
una obra y establecer sus posibles relaciones. Después, la tarea la 
podrán realizar de manera independiente, como parte fundamental 
de su formación en el área sensitiva. Claro está que no omito las 
dificultades que presenta una propuesta de esta naturaleza, la 
primera es la formación de los docentes en este nivel y disciplina.
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