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LA MIGRACIÓN COMO REFLEJO DE LA CRISIS VENEZOLANA1 Steven Manuel Cruz González2 Resumen: A lo largo de la historia, Venezuela ha sufrido cambios en sus pautas migratorias, pasando de ser un país receptor a un país emisor de migrantes. En la actualidad, ese fenómeno se encuentra enmarcado por la crisis. Este texto tiene como objetivo establecer la relación de la migración de venezolanos con la situación actual del país en diversos contextos. En el primer tópico se indaga en el contexto político y socioeconómico que ha sido determinante sobre la situación migratoria distinguiendo algunos acontecimientos históricos y sus consecuencias. En el segundo tópico se abordan estos aspectos en un escenario más reciente donde se percibe algunos cambios esenciales en el patrón migratorio del país. Palabras clave: Migración; Crisis; Venezuela. Resumo: Ao longo da história, a Venezuela passou por mudanças em seus padrões de migração, deixando de ser um pais receptor para ser um pais emissor de migrantes. Atualmente, esse fenômeno está caracterizado pela crise. O objetivo deste texto é estabelecer a relação entre a migração dos venezuelanos e a situação atual do país em diferentes contextos. O primeiro tópico explora o contexto político e socioeconômico que tem sido determinante sobre a situação migratória, distinguindo alguns eventos históricos e suas conseqüências. No segundo tópico esses aspectos são abordados em um cenário mais recente onde são percebidas algumas mudanças essenciais no padrão migratório do país. Palavras-chave: Migração; Crise; Venezuela. 1. INTRODUCCIÓN Desde el siglo pasado hasta nuestros días, Venezuela ha sido lugar de procesos migratorios que han estado enmarcados por hechos históricos importantes de carácter global. Durante el inicio del siglo XX, el país se caracterizó por ser una tierra receptora de migrantes, recibió grandes cantidades de personas provenientes de Europa entre las décadas del 50 y 60 y una década más tarde y hasta los anos 90, provenientes principalmente de Latinoamérica. En ese primer momento, aproximadamente desde 1945 hasta mediados de la década de los 60, el patrón migratorio era bastante homogéneo, llegaban desde Europa personas huyendo de acontecimientos graves como la Segunda Guerra Mundial y de la consecuente situación política y socioeconómica de la época. ____________ 1 Trabajo realizado para la disciplina Fundamentos de América Latina III en mayo del 2019. 2 Estudiante del tercer período del curso de Medicina en la Universidad Federal de Integración Latinoamericana (UNILA). Foz de Iguazú, Brasil. Todo este contingente se vio atraído al país, más allá de su régimen dictatorial, por la estabilidad que estaba presentando, ausencia de conflictos y un proceso naciente de modernización del cual estos migrantes fueron piezas importantes (De la Vega, 2005). Durante este período, principalmente entre 1948 y 1958, este flujo extraordinario alcanzó la cifra de 800.000 personas, hecho que se atribuye a las políticas de puertas abiertas del gobierno del General Marcos Pérez Jiménez y a la minimización de los requisitos para el ingreso al país. De este grupo, el 78% correspondía a ciudadanos españoles, italianos y portugueses. Por otro lado, en la segunda etapa de estos procesos, se movilizó mayormente la población latinoamericana, haciendo el panorama bastante heterogéneo ya que había personas de diferentes países con atributos diferentes y de condiciones socioeconómicas sumamente desiguales. Venezuela recibió ciudadanos argentinos, bolivianos, chilenos, colombianos, cubanos y peruanos, quienes optaban por salir de sus países por causa de las dificultades en la situación económica del momento. Huida de la dura dictadura cubana, argentina y chilena, así como también de la guerrilla colombiana sumado a los altibajos en el mercado del café, escapada de los grupos armados peruanos y de diversas situaciones de violencia, autoritarismo, desigualdad, pobreza e inflación fueron los factores que los aquejaban y llevaron a adoptar como solución del problema emigrar a Venezuela. Igual que en el caso de los europeos, los hermanos latinoamericanos veían en Venezuela una tierra llena de oportunidades, económicamente sólida, destinada a la bonanza derivada del alza del petróleo en los mercados mundiales. La estabilidad social y económica que se proyectaba en Venezuela se mantuvo hasta 1983, cuando se vió interrumpida por una profunda crisis que derivó de diversos compromisos que fueron adquiridos durante este tiempo de prosperidad de la renta petrolera, los cuales resultaron en una gran deuda externa. Desde este punto de inflexión que marca un notable momento histórico se observa un cambio en el comportamiento demográfico poblacional, en el cual los venezolanos pasan a ser los protagonistas del proceso migratorio. Hasta ese momento, la emigración venezolana consistía básicamente en jóvenes que cursarían estudios superiores fuera del país, con planes de retorno y otros casos extraordinarios. Según De la Vega, “en la década de los ochenta el país (Venezuela) pasó de receptor neto a emisor progresivo de la población.” (2005). Durante estas dos décadas (80 y 90) Venezuela comienza a mudar sus pautas migratorias, la severa crisis que impulsó el contexto de recesión económica, descomposición social y detrimento institucional llevó entonces a desalentar a los movimientos provenientes del exterior y a impulsar el retorno de los extranjeros que habitaban en el país. No existía un precedente de emigración internacional entre los venezolanos, esta migración que representaba otra cara de aquella migración para profesionalizarse y con miras a volver para hacer camino en el país, ahora reflejaba aquel abandono del lugar de nacimiento por un período de tiempo totalmente indefinido. Cabe mencionar que en Venezuela, hasta la actualidad no se tiene acceso a fuentes nacionales de estadísticas que permitan realizar alguna consulta sobre la cuantificación de los envueltos en el proceso migratorio internacional de los venezolanos. En los censos poblacionales hasta la fecha no se ha considerado como factor de estudio la emigración internacional. Desde la última década, Venezuela ha atravesado por procesos complejos e intensos en todos los ámbitos de la vida nacional, pasó de una bonanza cuantiosa que se prolongó como nunca antes a una serie diversa de problemas relacionados crudamente a la dificultad para sobrevivir, aunque parezca increíble, hay una reducción progresiva y alarmante de las condiciones para satisfacer las necesidades mínimas requeridas para la población tales como una nutrición adecuada, acceso oportuno a la salud, garantías de seguridad personal y colectiva, eficiencia del saneamiento y servicios básicos como energía eléctrica, agua potable y transporte público, hasta la falta oportunidades laborales, académicas, acceso a proyectos de innovación y desarrollo tecnológico y la escasa probabilidad de compra y venta de bienes y servicios. Estos hechos vienen generando incertidumbre respecto al futuro, lo que ha derivado en dos vertientes importantes: se ha alentado la decisión de emigrar, independientemente del destino, requisitos básicos legales de permanencia y vía de transporte, y por otro lado se ha agudizado la crisis humanitaria que se traduce en violaciones permanentes de los derechos humanos, donde se atenta contra la integridad física, mental y moral de los venezolanos que deciden quedarse (o no tienen otra opción). 2. CONTEXTO HISTÓRICO, POLÍTICO Y SOCIOECONÓMICO Las migraciones internacionales se caracterizan por ser procesos complejos, llenos de diversas vías, causas y contextos, en los cuales se hace difícil definir y explicar de forma precisa los aspectos que las impulsan y las mantienen. Según Fernández: “Las migraciones internacionales son fenómenos sociales multidimensionales,tan poliédricos y multifacéticos, tan diversos en su composición, tan volátiles en sus dinámicas, tan complejos en sus causas y efectos en origen y destino, que han terminado por despertar el interés de diversos especialistas, de diversas disciplinas y de distintas corrientes de interpretación teórica [...]” (2013, p. 2). De esa forma, se dificulta encontrar un concepto único que enmarque los estudios migratorios al considerar que este fenómeno no ocurre en un escenario homogéneo y en la mayoría de las veces involucra múltiples participantes con características totalmente diferentes. La explicación sobre el porqué se movilizan las personas, porqué ocurre de una forma u otra y sus posibles consecuencias son interrogantes que podrían resumirse en mejorar la situación que el individuo que se está movilizando presenta en un momento determinado de su vida. En este punto, se destaca que la población venezolana no tenía una cultura migratoria, por ende, se ha encontrado prácticamente desprovista de la experiencia y la planificación que representa este proceso, en comparación con otros grupos del continente como los colombianos o peruanos. Desde finales del siglo XX, Venezuela da un giro en su historial migratorio, el cual era casi inexistente antes de la década de los años 80. Es por causa de la crisis política y económica de la época que hay un impacto negativo sobre los movimientos migratorios de extranjeros a Venezuela, inicia el retorno de algunos migrantes que se encontraban residenciados en Venezuela y se comienza a impulsar la emigración de venezolanos, afectados por la recesión económica y la descomposición social. La estabilidad socioeconómica hasta esta década se había mantenido de forma creciente enmarcada por la renta petrolera, de esa forma continuó hasta 1983, donde compromisos adquiridos durante la temporada de bonanza petrolera trajeron consigo un aumento de la deuda externa, acontecimiento que provocó un decrecimiento económico que terminó en el “viernes negro3”. siendo este hecho un punto de inflexión definitivo para lo que sería la situación migratoria venezolana. ____________ 3. El llamado viernes negro se refiere a aquel día 18 de febrero de 1983 cuando el bolívar sufrió una de sus mayores devaluaciones frente al dólar estadounidense, esto después de las medidas económicas tomadas por el presidente Luis Herrera Campins. Al viernes negro se le sumó un desequilibro de los gastos públicos y los ingresos del Estado, la situación económica y las medidas tomadas trajeron repercusiones en la caída de los precios del petróleo y le dio inicio a una crisis de deudas en América Latina. La emigración internacional venezolana hasta ese período se limitaba a viajes de estudios con planes de retorno, es decir, los venezolanos realizaban cursos superiores fuera para volver a ejercer profesionalmente en el país, además de casos esporádicos de individuos que en esos viajes académicos o de placer decidían quedarse en el exterior. A partir del viernes negro, las políticas económicas sufrieron cambios sustanciales donde el alto índice inflacionario era el protagonista, aunado a las altas tasas de interés, controles de cambio y la propia devaluación de la moneda, siendo este el punto de partida de la situación. En un segundo momento, para el año 1989, ocurre el llamado “Caracazo” durante el segundo mandato de Carlos Andrés Pérez. Venezuela entonces continua con una situación económica, social y política en caída, se registran grandes cifras de extranjeros volviendo a sus países de origen, principalmente europeos. Un tercer hito importante tiene lugar en el año 1994, llamado “crash financiero”, donde se intervienen y cierran diversas entidades bancarias del país durante el segundo gobierno de Rafael Caldera, esto impulsó la salida de empresarios y comerciantes venezolanos con el fin de resguardar sus capitales y de esa forma reinó la desconfianza sobre el futuro económico del país. El cuarto momento, que ocurre durante la presidencia de Hugo Chávez tiene suma importancia para conseguir comprender la situación migratoria desde 1998 hasta la actualidad, más de 20 anos después. En palabras de Guardia “la emigración era un fenómeno que se presentaba de manera muy esporádica pues los venezolanos consideraban que su nivel de vida a futuro no estaba en riesgo” (2007, p. 190). En ese punto histórico, tras casi dos siglos de ser un país mayoritariamente receptor de migrantes y con escasas cifras de emigración de venezolanos, se presenta un éxodo sin precedentes, hecho que tiene lugar en el mismo período donde el país alcanzó la mayor cantidad de ingresos que percibió a lo largo de su historia. La afirmación de Guardia cambia completamente con la llegada del presidente Chávez y la instalación del nuevo panorama político y socioeconómico que ha estado caracterizado hasta hoy por una intensa conflictividad política y social y que ha complicado de manera inmensurable la vida cotidiana de los ciudadanos. Como fue mencionado, el ascenso en las cifras de venezolanos saliendo del país, coincidió en un momento con el mayor ingreso de divisas a las arcas públicas en toda la historia conocida de Venezuela, el presidente Hugo Chávez, quien inició su mandato en 1999, contó durante una buena parte de su gobierno con los más altos precios del petróleo, de unos 16 dólares para 1999, éste consiguió incrementarse hasta 130 dólares por barril para el año 2008, es decir, la mayor bonanza petrolera en la historia del país. Según el Banco Central de Venezuela, entre 1999 y 2015, el país obtuvo aproximadamente 879 mil millones de dólares por concepto de la exportación de crudo. Chávez llega al poder de forma democrática a través de elecciones, a pesar de eso, los primeros pasos en la política como presidente ya mostraban contundentes intenciones de cambios, lo que llevó y ha mantenido a Venezuela en un permanente proceso convulsivo en la mayoría de los sectores. A pesar de esa época próspera, hasta nuestros días el aparato productivo nacional se encuentra parcialmente paralizado, el gobierno nacional ha administrado los recursos de forma ineficiente e irresponsable, donde a través del abuso de poder, persecución y expropiación ha generado un proceso inflacionario que se ha prolongado de forma abrupta, además de la devaluación de la moneda, que ha sufrido diversas modificaciones durante el gobierno de Chávez y el actual. Esto ha ocasionado también una profunda incertidumbre respecto a las inversiones y a la producción nacional, tanto industrial como agrícola, situación preocupante para el sector empresarial. Sobre los ingresos nacionales, cabe mencionar que es a través de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) que se mantiene un “control” sobre las divisas que entran al país, adicionalmente, con la existencia del control cambiario, se restringe la adquisición de divisas por parte de ciudadanos regulares y empresarios. De esta forma, al no satisfacerse las necesidades personales y comerciales de la población es que surge un mercado negro o paralelo, que se establece para generar una oferta de bienes y servicios con dos facetas, una de escasez si son adquiridos a dólar preferencial y otra de precios inaccesibles para la mayoría si son adquiridos a dólar “negro”. Así puede comprenderse que el hecho de que las importaciones de productos básicos como alimentos y medicinas que se realizan con dólar a tasa preferencial representen la dificultad para encontrarlos en los anaqueles de forma convencional, lo que lleva entonces a una reventa “ilegal” de los mismos. El gasto público elevado y el manejo a voluntad de la tasa cambiaria se tradujo en una disminución de las reservas internacionales y un incremento de la inflación, conduciendo al país a un proceso hiperinflacionario, el cual organismos internacionales estiman que se encuentra actualmente en másdel 70.000%. Según el Banco Central, para el 2015 las reservas internacionales rondaban casi el mismo monto que había antes de 1999, cuando el valor del barril de petróleo era de solo 16 dólares. Por otra parte, existe la imposibilidad de contrastar el nivel de inflación alcanzada en Venezuela ya que no existen datos oficiales, ni ofrecidos por el Banco Central de Venezuela ni por otro organismo público nacional. Las políticas económicas del presidente Chávez fueron mantenidas e intensificadas por Nicolás Maduro, el actual presidente. Devaluaciones del bolívar, control más riguroso sobre los precios de los rubros, promulgación de la “Ley de precios justos”, acceso limitado a las divisas a tasa preferencial, entre otras, han profundizado el quiebre de empresas y la disminución de fuentes de empleo. Sólo en el 2014 se reportó el cierre de más de 75 mil empresas en el país. Estos controles desde luego no detuvieron la inflación, la escasez se agravó y los costos de los bienes y servicios continuaron incrementando, fortaleciendo así el mercado negro y el contrabando. Según encuestadoras como Datanálisis, para el 2015 el índice de escasez de productos básicos alcanzó el 40% y el de medicinas el 60%. Según este índice, 8 de cada 10 productos básicos como harina, arroz, aceite, pasta, mantequilla, leche y productos de aseo personal, no se hallaban en los supermercados. Por eso, los venezolanos diariamente se apostaban desde tempranas horas del día a las puertas de los supermercados para poder adquirir los pocos productos que fueran ofertados. Además, existía un racionamiento de los mismos, es decir, en primer lugar, se limitaba la cantidad de productos por persona, y en segundo, se reducía la cantidad de veces que el usuario podía realizar una compra, normalmente se restringía a una vez por semana. Esta situación trae como consecuencia una ruptura no solo económica, sino social, de manera que, ante la imposibilidad de acceder a esos productos, el individuo se encuentre presionado a ir de establecimiento en establecimiento para conseguir suplir sus necesidades, descuidando sus responsabilidades académicas, profesionales y familiares. Cabe señalar, que entre 1997 y 2008, Venezuela ha presentado un aumento en el índice de precariedad laboral y la tasa de desempleo continúa incrementándose, esto sumado a la situación de la escasez, ha tenido como consecuencia que el venezolano no consiga acceder a la canasta básica alimenticia, la cual para finales del 2016 representaba más de 13 salarios mínimos. Para finales de 2017, Venezuela se encontraba ahogada por los compromisos externos, con precios e ingresos petroleros que no suplían las necesidades económicas nacionales, sin reservas suficientes y aislada financieramente de los mercados internacionales, con un régimen cambiario en picada y arraigada únicamente a la dinámica de la importación. Este desbalance económico, aunado a la explosiva situación política y el colapso social, donde el ciudadano se percibe con un presente tortuoso y sin un futuro claro, ha llevado a intensificar la emigración internacional en los dos últimos años. 3. PANORAMA ACTUAL El caso de la emigración venezolana está directamente relacionado con los factores del contexto histórico, político y socioeconómico respecto a las posibilidades que el país ofreció por un período determinado y a las que dejó de ofrecer actualmente, sumados a los obstáculos que se han presentado durante el siglo XXI que han ido reduciendo las oportunidades laborales, académicas, de investigación, innovación y desarrollo en diversas áreas, llegando hasta el punto de no encontrar ni siquiera cómo satisfacer necesidades mínimas requeridas como una nutrición adecuada, acceso a la salud y garantías de la integridad personal, lo que ha generado una crisis humanitaria. La actual crisis en Venezuela es consecuencia de un proceso de deterioro progresivo de la economía, como ya fue comentado, esta crisis ha sido encubierta por el actual gobierno bajo el pretexto de una denominada “guerra económica”. Organismos internacionales e instituciones en el país muestran una profunda depresión en los índices de pobreza, escasez y pérdida de la capacidad productiva del venezolano. Muchas veces, la situación se ha caracterizado como una crisis económica o política, sin embargo, esta definición no es del todo verdadera. Las movilizaciones masivas de la población, abuso de poder, empleo de las Fuerzas Armadas para el control del país, amedrentamiento contra los ciudadanos, y aumento de las deficiencias en todos los sectores han sido parte del plan de acción del Estado para continuar llevando las riendas del país. Todos estos actos han tenido consecuencias graves cada vez más evidentes para los venezolanos y hasta para los Estados vecinos. Según datos de las Naciones Unidas, más de 3 millones de venezolanos han salido de Venezuela desde 2014 hasta la actualidad, aproximadamente un 7% de la población total, sin embargo, considerando la cantidad de venezolanos que han salido a través de cruces fronterizos no oficiales y aquellos que aún no obtienen un estatus legal, es probable que esa cifra sea mucho más elevada. Estimaciones claras son difíciles de obtener ya que varían dramáticamente. Algunos países, han restringido el acceso a diversos métodos de migración legal, es por ello que prácticamente se ha obligado a los migrantes potenciales a encontrar esas rutas ilegales llamadas “trochas” (sendero). Naturalmente esta práctica hace que las estadísticas sean mucho más difíciles de establecerse. Mientras tanto, el Estado venezolano continúa afirmando que las tasas migratorias permanecen “normales” y sostienen que países que no siguen su línea política se encuentran inflando las cifras a manera de un complot contra el gobierno venezolano. Volviendo al año 2014, tras la convocatoria de sectores políticos de oposición se produce una serie de protestas contra el gobierno justificadas por la incapacidad del Estado de mejorar las condiciones de vida de la población en un contexto de inflación elevada, desempleo y altos índices de pobreza, además de altas tasas de inseguridad y violencia. Estas manifestaciones tuvieron una duración de aproximadamente tres meses y dejaron como resultado un total de 43 fallecidos y casi 2000 detenidos según cifras del Ministerio Público. Luego de este episodio de protestas, incrementó entre la población la consideración de emigrar, pues el gobierno de Nicolás Maduro se proyectaba como una representación aún más aguda del mismo modelo empleado en 1999. Esta situación también tuvo como consecuencia el aumento de las solicitudes de asilo y de los casos de exilio, de jóvenes y dirigentes políticos que estaban siendo perseguidos públicamente por haber participado de las manifestaciones. El año siguiente, el 2015, representó un nuevo capítulo trascendente en la decisión de emigrar de los venezolanos. Se realizaron las elecciones parlamentarias a final de año, la cual tuvo como resultado la escogencia mayoritaria de diputados de oposición. Este proceso electoral tuvo como consecuencia un incremento en la persecución de líderes políticos, inhabilitación política por parte del Estado de algunos diputados electos al afirmar un proceso fraudulento o falta de requisitos esenciales y una guerra naciente entre el poder judicial y el nuevo poder legislativo, que llevó a un choque de poderes y a aumentar la tensión en la ya delicada situación política nacional. Meses más tarde, el gobierno de Nicolás Maduro implementó como estrategia política la creación de un parlamento paralelo, una Asamblea Nacional Constituyente, que nunca tuvo fines específicos que justificaran su creación además de la represión contra la Asamblea Nacional electa de mayoría opositora. Desde los últimos 20 años, las características de los migrantes venezolanos han variado ampliamente.En principio emigraban personas altamente calificadas, luego salían profesionales jóvenes y empresarios que generalmente poseían un plan específico en sus posibles destinos y en algunos casos ya se lograban insertar en trabajos relacionados al área de conocimiento en la que estaban formados. El estatus socioeconómico de estos venezolanos era de nivel medio a alto, salían del país con cierta preparación sobre la actividad que iban a desarrollar, tanto de trabajo como de estudio. El patrón ha cambiado desde los últimos cuatro años, donde se ha reducido la cantidad de venezolanos con esas características dando entrada a un proceso generalizado de salida de la población que comprenden individuos de cualquier estrato socioeconómico y de cualquier grado de instrucción, aumentando así también la cantidad de solicitudes de asilos y refugios en el exterior. Esta salida masiva sigue estando relacionada con los factores del contexto, sin embargo, dejó de tratarse solamente de una problemática del escaso poder adquisitivo, la inflación, el desempleo y la inseguridad, pasando a ser un problema mayor, donde los venezolanos ven la emigración como la única posibilidad de oponerse a las condiciones precarias de vida que poseen en Venezuela y las que consideran poco probables de mejorar. Este hecho también se refleja en el cambio que hay en los destinos de los venezolanos, los cuales ya no se dirigen principalmente a países desarrollados como hace un par de décadas, sino que se dirigen en primer lugar a países vecinos en más del 90% de los casos, lugares que continúan recibiendo grandes cantidades de migrantes y que llegan a profundizar problemáticas locales, tanto socioeconómicas como políticas. Existen diversas dificultades que hacen más compleja la emigración de los venezolanos, por ejemplo, el acceso a la emisión y/o actualización de documentos personales como cédula de identidad o pasaporte, apostillas, documentos civiles y académicos. Por otro lado, las opciones de transporte también se encuentran cada vez más reducidas e inoperantes. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo reconoce que en Venezuela ha reducido el tráfico de vuelos, y que más de 14 aerolíneas internacionales han suspendido sus operaciones en el país, situación que las líneas aéreas justifican por la creciente deuda debido del cambio monetario derivado de la compra de pasajes y costos operativos, además de las normas y reglamentos que se han dejado de acatar en el ámbito aeronáutico, lo que representa alta inseguridad para los vuelos y el personal de las empresas de transporte. Para finales del 2017 solamente se encontraban operativas ocho aerolíneas internacionales en el país. Cuestiones como estas, derivan en un proceso en el cual la dinámica de planificación del emigrante se ha reducido y no está orientada en cómo y cuándo se va a incorporar en el posible destino, sino que lo ha llevado a tener como principal objetivo la “huida” a otros países de la región que se transforman en destinos inmediatos, especialmente países fronterizos como Colombia y Brasil, motivando el auge de las rutas terrestres, las cuales muchos actualmente deciden por afrontar a pie. También figuran en la lista Perú, Ecuador, Argentina y Chile, por la creación de políticas que favorecen a los ciudadanos venezolanos a tener un estatus migratorio legal en sus territorios. Asimismo, se mantienen flujos a Panamá, República Dominicana, México, Estados Unidos y España. En este sentido, existe cierta vulnerabilidad perceptible entre los migrantes venezolanos, donde bajo esta situación de huida, considerando la falta de preparación respecto a los documentos necesarios para emigrar, pérdida del capital intelectual al no insertarse en el área para la cual está formado y a la ruptura permanente de su red social y familiar, que se ve afectada por la constante salida de personas, han mostrado la dificultad del migrante para adaptarse y desarrollar su nueva vida. Las últimas proyecciones indican un saldo definitivo de 10% de la población venezolana, es decir, aproximadamente 3.500.000 venezolanos se encontrarian en el exterior. Éxodo justificado en primer lugar por la crisis humanitaria compleja causada por las acciones inestables e inescrupulosas del Estados y sus instituciones, que no brindan a los habitantes garantías de ningún tipo y que, al contrario, acaban vulnerándolos mediante una constante violación de sus derechos primordiales. La situación actual en Venezuela se resume en pobreza, desigualdad social, destrucción de la economía, quiebre social, movilización masiva de venezolanos al exterior, polarización entre los sectores públicos, violencia, desesperación, en fin, un colapso generalizado. 4. CONCLUSIÓN Venezuela fue un país de acogida de inmigrantes durante los siglos XIX y XX en un escenario favorable que ofrecía mejor calidad de vida a quien la necesitaba, sin embargo, en las tres últimas décadas ha presentado un cambio drástico en su patrón migratorio, motivado ante todo por una crisis nacional que incluye un cambio en el modelo político, desequilibrio económico y descomposición social. Los efectos de esta crisis se reflejaron en la pérdida generalizada de los niveles de bienestar y calidad de vida entre la población residente en el país. En ese sentido, Venezuela aparentemente dejó de ser un destino atractivo para la migración internacional y, por el contrario, se produjeron importantes movimientos de retorno de extranjeros a sus países de origen y la insurgencia de la emigración de venezolanos, que hasta el momento se concentraba en migración de tipo académica. De esa forma, se modificaron las pautas migratorias nacionales, que se habían caracterizado por una baja predisposición a migrar al exterior, de allí que el venezolano no posee originariamente una cultura migratoria. Según cifras de organismos como la ONU, existen más de 3 millones de venezolanos actualmente fuera del país, concentrados principalmente en países de la región. De los 195 Estados miembros de la ONU, los venezolanos han emigrado a 96 de ellos. En el fenómeno migratorio venezolano influyen una serie variada de determinantes que se constituyen como factores motivadores o “de empuje”. Hasta hace años, las principales razones para emigrar se centraban en factores económicos y de crecimiento profesional, que involucraban individuos de un estatus socioeconómico medio a alto. Actualmente, quienes emigran consideran en primer lugar sus derechos primordiales, como el derecho a la vida, a la libertad, a tener seguridad y alimentación, acceso a la salud, a tener paz y conseguir proyectarse hacia el futuro, garantizando su estabilidad socioeconómica. El perfil de estos migrantes es variado e incluye venezolanos de todos los estatus, de todos los grados de instrucción y principalmente jóvenes, que representaban la población económicamente activa del país. Este proceso se ha concebido como una necesidad para la mayoría de los venezolanos, quienes ven como un sueño la posibilidad de mejorar su condición de vida. Los acontecimientos políticos y económicos de 1983 sirvieron como primer punto de inflexión para la situación migratoria venezolana, ahora bien, el 2014 representa otro punto de referencia importante. La situación desde ese año ha hecho con que aumente de forma abrupta la cantidad de migrantes, que van hacia países vecinos o hacia Estados Unidos, España y algunas islas del Caribe. La incorporación de diversos grupos sociales a la dinámica migratoria la convierte en una migración de características mixtas. Aunque buena parte de la población aún usa canales legales y comunes para salir del país, un grupo cada vez más grande opta por vías irregulares para ejecutar su “huida”, lo cual lo expone a riesgos ya evidentes, sobre todo en zonas fronterizas como en el caso de Colombia y Brasil, esto puede desencadenarsituaciones como explotación laboral ante la irregularidad de documentación, trata de personas, eventos violentos como los ocurridos constantemente en el principal puente que conecta Venezuela con Colombia, xenofobia e imposibilidad para optar por un estatus legal. La migración venezolana representa problemas tanto para Venezuela, al significar una pérdida intelectual, profesional y de fuerza de trabajo, además de continuar fortaleciendo el colapso social y familiar, como para los otros países latinoamericanos, que podrían sufrir la saturación de diversos sectores al nunca haber contado con un flujo tan elevado de migrantes. Claramente la realidad venezolana es compleja, una posible reconstrucción profunda del país implicaría un esfuerzo descomunal de todas las partes involucradas, Estado, instituciones y sociedad civil, con el fin de ofrecer a quienes quedan y a quienes se fueron un país con garantías mínimas para vivir de forma digna y con respeto a los derechos humanos individuales, que son pilares de un verdadero Estado democrático. Cada día se hace más vigente la necesidad de un cambio de gobierno a uno comprometido con el fortalecimiento de todos los sectores y con miras al restablecimiento de las garantías constitucionales, donde existan condiciones para el desarrollo de una vida normal y posibilidades de un futuro próspero. “La migración es inevitable, la migración es necesaria, la migración es deseada. Una Venezuela que ahora es otra, y en muchas partes” REFERENCIAS ALHADEFF, S. Venezuelan emigration, explained. Washington: Wilson Center. 2018. 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