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Dr. Ricardo J. G. Harvey MANUAL deHISTORIACONSTITUCIONALARGENTINA ISDN N" 987-98466-5-6 Queda licclio el depósito que previene la Ley 11.723 Prohibida su reproducción (.'onltol fie edición: Arturo Zamndio ''dilado por M OGLIA EDICIONES - Impreso en MOGLEA S.R.L. i a Rio ja 755 - 3400 Corrientes, Argentina moglin@gigared.com lincro de 2005 mailto:moglin@gigared.com Para mis queridos nietos, María Denise, Ricardo Eduardo, María Cecilia, María Emilia, .José Adolfo, Bárbara, Edwin Guillermo, María Elvira, '■María Elis* ' Benjamín Juan Alberto hermosas reclidades de hoy maravillosa esperan. :a del mañana. PROLOGO Este MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCÍO NAL ARGENTINA ha sido elaborado siguiendo en forma total la metodología impuesta en el Programa de Estudios aprobado por la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Nordeste que ha sido adoptado, sin mayores modificaciones, por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la Cuenca del Plata. Me propuse satisfacer un permanente redamo de nuestros alumnos que aspiran a contar con un texto que guíe su aprendizaje y que, en líneas generales, se ajuste a las exigencias requeridas por nuestras Casas de Altos Estudios. Me apresuro a advertir que, como l o señala s i i Ulu lo, no se trata sino de un Manual que aspira a facilitar el estudio de nuestros educandos recién iniciadas en las au las de la Facultad de Derecho que no han logrado desa rrollar aún la técnica de un estudio de mayor profundi dad, consultando la numerosa bibliografía genera! y espe cial que le sugiere el programa o ficial. Si bien estas páginas pueden orientarlos en el cono cimiento de la materia, no serán ellas suficientes para un estudio profundo de un tema tan atrapante como lo es >.! de nuestra Historia Constitucional, y la consulta de las tratadistas sugeridos, será el medio adecuado para cum plir cabalmente con aquél fin. He tratado de volcar en este Manual la experiencia de más de 40 años de cátedra, adquirida como profesor adjunto del amigo Dr. Carlos María Vargas Gómez, y más adelante ya como titular de la materia. He recorrido durante mi carrera docente gran parte de la nutrida bibliografía sugerida, tanto aquella de vieja data como la recientemente publicada, realizando el fi- chaje y guías que me permitieron el desarrollo de las cla ses; esa información me ha servido para ordenar las pá ginas que siguen de tal manera que el alumno tenga un medio rápido de ir tomando conocimiento de los temas que deberán desarrollarse en los cursos regulares y en la oportunidad de rendir los exámenes pertinentes. Confio en que esta obra será de utilidad para nues tros alumnos, especialmente aquéllos que residiendo en el interior de las provincias de nuestra región tienen mayor dificultad para obtener material de estudio que los resi dentes en nuestra ciudad. El recuerdo de mis propias difi cultades para lograr el material bibliográfico necesario cuando debía concurrir a rendir exámenes libres en la querida Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Litoral en Santa Fe, me inspiran en esta etapa de mi vida a dejar este trabajo que espero logre cumplir el ob jetivo propuesto: facilitar el estudio de nuestros educan dos universitarios. Corrientes, Febrero de 2001. *• MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J . G. H an ey PROLOGO A LA SEGUNDA EDICION Las Facultades de Derecho y Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Nacional del Nordeste y la de Abogacía de la Universidad de la Cuenca del Plata, ambas con asiento en la ciudad de Corrientes, han hecho reformas para ajustar sus pro gramas de estudio a las exigencias de los nuevos tiempos. La asignatura "Historia Constitucional Argentina" ha sido una de las que ha experimentado algunos cambios especial mente referidos a las enmiendas constitucionales producidas en el siglo XX, a la inclusión de los partidos políticos nacionales como tema de estudio, y a una mejor estructuración de los ante riores contenidos del programa. Mantengo en esta segunda edición el propósito inicial que me propuse, esto es facilitar el estudio de los educandos univer sitarios que recién se inician en la carrera de Abogacía, me diante un Manual ágil y ordenado según las exigencias del pro grama. Reitero lo que también manifestara en el sentido de que pa ra un estudio más profundo será necesario recurrir a otras fuentes, para lo cual he ampliado considerablemente la biblio grafía adecuada de carácter general y especial, que los alumnos pueden consultar. A un año y medio de la Primera Edición que tuvo favorable acogida en el estudiantado pongo a consideración de los mis mos esta nueva edición que espero sea una valiosa herramienta para la mejor y más rápida comprensión de los temas exigidos en los respectivos programas. 1 MANUAL DE HISTORIA CONSTTTt,'C1 ON.VL ARGENTINA Dr. Ricardo J. C. lU rrcr No puedo más que agradecer la muy valiosa y eficiente predisposición de Xfoglia Ediciones para la elaboración de esta segunda edición, empresa que se destaca en nuestra región por su permanente apoyo a la difusión de autores locales, entre los cuales están, naturalmente, los estudiosos del Derecho. Corrientes, Julio de 2002. MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. A 'oW ., J. G. lU rrrr CAPITULO 1 1. Introducción. Abordaje de la Historia, La palabra ‘"Historia” significa, etim ológicamente, la informa ción obtenida mediante búsqueda. Búsqueda de los hechos ocurridos. Si se entiende por “hecho” lo que sucede, es decir algo dinámico, his toria tiene un significado de descripción de los diversos estadios por los que ha pasado una realidad determ inada hasta llegar a su situación presente. En este sentido, la realidad cuya, dinám ica es más interesante para el hombre es su propia realidad como ser humano, la cual sólo se da como tal en un contexto social. Por ello, la historia ha venido a sig nificar casi exclusivamente “ la narración y exposición de los hechos pasados" de la humanidad (Historia Universal), de un determinado ■¡jrjpo social ( por ejemplo la Historia de Roma), o de un determinado .ispéelo de la actividad del hombre (por ejemplo Historia del Dere cho). lil contenido de esta asignatura, según lo desarrolla el Programa vigente en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Nordeste y en la Universidad de la Cuenca del Plata, comprende el estudio de los antecedentes constitucionales y políticos que sirvieron de base a nuestra Organización Nacional plasm ada en la Carta Fun damental de 1853 y las reformas que posteriorm ente le fueron intro ducidas, especialmente la de 1860 que posibilitó la unión definitiva de la República Argentina. La denominación de “Historia Constitucional"’ resulta insufi- . I cíente en relación al contenido de dicho program a de estudios, ya que este se refiere a objetos más amplios. Pareciera querer referirse a un •ana determinado que seria la historia de la Constitución de nuestro pjis. o si se lo prefiere, como la génesis histórica de la ley fundamen ta!, cuando hoy, con el avance de la ciencia política, se iia ampliado considerablemente el terreno de su contenido. MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ocnrdo J . C. ílunrcy Se trata de una historia “constitucional” y “política" , lo cual nos obliga a prescindir de la narrativa de hechos que no tienen una directa relación con los aspectos mencionados, los que -p o r otra parte- se consideran adecuadam ente estudiados en el nivel secundario. Se ha estudiado la génesis y evolución de nuestras instituciones políticas y, por ello, en m uchos casos, el programa no sigue el método cronológi co, que es dejado de lado, por ejemplo, en el tratamiento de las algu nas Bolillas referidas al Federalismo Argentino y a la G eneración del 37, respectivam ente. El estudio de la H istoria Constitucional estará directam ente inte- rrelacionado con el Derecho Constitucional, alque necesariam ente habrá que referirse en el desarrollo de este curso, de la m isma m anera que en m uchos casos habrá que hacerlo con el Derecho Político y con el Derecho Público Provincial y Municipal. Al final del estudio de cada una de las Bolillas que com ponen el Program a de Estudio, señalam os las fuentes bibliográficas consultadas y utilizadas que han servido de guía para la confección de este M a nual, procurando en todos los casos recom endar al alumno textos cuya obtención sea accesible, a los que deberá recurrir en todos los casos para obtener una más am plia y profunda información. D igam os, para term inar esta introducción, que el historiador debe m anejarse con la m ayor objetividad posible, lo cual no le quita en ma nera alguna su posición filosófica en la valoración de los hechos y fuentes que m aneje, pero sin que por ello caiga en la posición negativa de las pasiones que ensalzan a unos para denigrar a otros. La adopción de una determ inada posición por parte del autor no significa dejar de lado la posibilidad de otros enfoques, y el alumno tiene la más amplia libertad para em plear los métodos, fuentes y bibliografía que conside re más adecuados a su personal punto de vista, que perm anentem ente tratamos de incentivar en la Cátedra. En tal sentido resulta oportuno recordar las palabras de S.S. el papa Paulo VI hablando sobre la “ Dignidad de la H istoria”, señalando como cualidad fundamental para el historiador el espíritu critico, que le perm ite discernir, apreciar, comparar, dar su justo valor a cada do cum ento, utilizar sin forzar sus límites el argumento del silencio, im poniéndose una lealtad intelectual absoluta para el logro de la verdad histórica. Y recordaba acertadamente que la “verdad histórica” no es la verdad m atem ática de las ciencias exactas, porque ella no reposa en 10 m a n u a l d e h i s t o r i a c o n s t i t u c i o n a l a r g e n t i n a a -, « w » j . a ¡U rrrr la demostración sino en el testimonio y en la interpretación de ese tes timonio. Y precisamente la búsqueda de esa verdad es el nobilísimo elemento de la dignidad de la Historia. 2. Historia en general. La primera aproximación al tema de la Historia, en su más am plio sentido, es el de llamar así a la narración de los hechos humanos. Como se advierte, tres son los contenidos: 1) la narración elaboracla_£n- base a distintos elementos que luego estudiaremos como “ fuentes ’’; 2) esta narración jfi-tgfiere a “hechos” o acontecimientos ya j 3cmriiÍQ¿_y. finalmente, 3) que estos hechos han sídS'prodücidos por el hombre. A lo anterior debemos agregar que la Historia o narración de los hechos humanos del pasado, está realizada por hombres, quienes in vestigan y exponen los acontecimientos que han ocurrido a través del tiempo, que han tenido alguna importancia o repercusión colectiva pa ra que la Humanidad, así, considere necesario recordarlos. Como los hechos motivo de la Historia son acontecimientos del pasado, qué no pueden volver a repetirse físicamente, al historiador le corresponde indagar cómo han ocurrido, quiénes han sido sus actores, .|ué causas los han determinado, que trascendencia han tenido en la marcha de la humanidad, y para realizar esa tarea tendrá que valerse de un método que le permita, con relativa certeza, “recrear intelec- ;ualmente‘’ ese pasado. Esa es en definitiva la labor de la Historia: re creación intelectual del pasado humano trascendente. Se ha señalado que la primera forma de la Historia ha sido la na rración, y de allí el nombre con que se caracteriza ese periodo, o sea el de "historia narrativa”. Se trata por lo general de una mera narración de los hechos ocurridos, y aún de anécdotas, a los que muchas veces se adornaba con aspectos poéticos, épicos, para ensalzar un.determ i nado héroe o conjunto de héroes, la tradición de un pueblo, etc., y en los que parecen tomar intervención junto a los hechos puramente hu manos el accionar de dioses y semidioses, a los que el historiador les atribuye una divina voluntad capaz de torcer la marcha de tales acon tecimientos. Pueden citarse como ejemplos “La lliada” o “La Odisea” . Por eso también esta etapa es llamada “poética” . En un prim er momento de la historia narrativa o poética, por lo general se refieren leyendas, se formulan cronologías, listas de gober nantes y la narración de los principales acontecimientos referidos a sus 11 MANUAL DE ¡flSTORIA CONSTITUCIONALARGENTINA Dr. M om io J. G. / k i t y vidas, pero esto se hace sin una valoración específica de los hechos, sin resaltar unos hechos sobre los otros; es historia original de escrito res que, por sobre todo, han venido observando acciones y situaciones que pasan bajo sus propios ojos. Pero en el avance de esta etapa, como dice Galletti, va apare ciendo un carácter nuevo dentro de la narrativa, que es el nexo de cau salidad. Se com ienza a analizar los hechos y a estudiar la influencia que ellos tienen sobre otros acontecimientos contem poráneos o poste riores. Asi, se señalan las obras de Julio César “ Las Guerras de las G alias” y "La G uerra C ivil” en las que el historiador, además de rela tar las acciones bélicas, formula com entarios o anotaciones que van más allá de la m era narrativa. De la misma m anera, se menciona a autores como Tucidides y Cornelio Tácito, que además de sus valiosas descripciones form ulan valoraciones de los hechos narrados. Hasta el Siglo XIV perduraba la noción del tiempo propia de la Edad Media en !a que los historiadores se limitaban a hacer cronolo gía, sumando hechos cada año, sin darles otra significación. Con el Renacimiento, com ienza a darse un quiebre a esta concepción y los pensadores hum anistas retomaron el pasado griego y reflexionaron sobre el destino humano. Vino después la filosofía de la Ilustración en el Siglo XVIII, que entronizó a la razón como instancia definitoria de la naturaleza hum ana. Y, el romanticismo, de fines del siglo XVIII y ,-comienzos del XIX, abrazando la ¡dea de la razón la instaló en la his toria. Una segunda etapa, podríamos decir, referida a la concepción de la Historia, ya no se limita a una mera relación de hechos humanos; ahora se busca obtener del conocimiento del pasado humano una ex periencia aleccionadora para mejor orientar el accionar dé los hombres en el presente y con proyección hacia el futuro. A esta etapa de la Historia se la conoce como f'Pragm ática” o "D idáctica” . Partiendo del falso supuesto de que los hechos humanos se repi ten, los acontecim ientos del pasado servirían d e lecc ió n para evitar in currir en los m ism os errores y, así se ha dicho que la Historia era “maestra de la vida”. Se afirmaba tam bién que los buenos ejemplos de la antigüedad y, especialmente de sus “arquetipos”, sus héroes, sus grandes hom bres, eran la mejor referencia para el buen gobierno y manejo de los pueblos. Hasta hoy se sigue discutiendo si la Historia, como tal, debe enseñar por la vía de la exaltación del espíritu cívico, la; MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. RU^rdo J. G. ftx r,r r glorificación de las virtudes y el destaque de ¡os hechos más signifi cativos y heroicos. Las historias de uso escolar de cada nación, tien den a orientarse por lo general en ese sentido. Los nuevos países que buscan afirmar el sentimiento de nacionalidad recurren a este expe diente de exaltación patriótica, especialm ente cuando describen vida y obra de sus padres fundadores. El Dr. Ricardo Levene ha dicho a su respecto que esta historia no debe ocultar el conocimiento de las fuertes pasiones humanas que han sacudido aún a los héroes -pero pasiones al servicio de ideales- evo cando la emoción del pasado con elevación y serenidad, sirviendo como substancia para la cultura de un pueblo. El profesor Sigfrido Radaelli nos dice que la Historia sirve a los hombres para dos cosas: para entretenerlos o para que hagan política. En el primer caso, la historia esun espectáculo sumamente interesan te, apreciando objetos y sucesos ocurridos hace muchos o muchísimos artos, ver como obraban las sociedades antiguas, algo así como inter namos en la visión de un álbum de viejas fotografías. En el segundo aspecto, el espectador no mira ni piensa simplemente en las reliquias ^ue se le exhiben, sino que se entrega a desentrañar todos los signos Jel pasado que se refieren a la com unidad de que forma parte. Co mienza a advertir que ese conocimiento de la historia le permite expli carse mejor la vida de hoy y entender si ese pueblo cumple o no su destino. Explicamos este vivir nuestro de hoy y quizá algo del que nos socará vivir mañana. En este sentido, afirma que la obra histórica hace política, en el mejor de los sentidos del término. Dice este autor que esta seria una variante de la historia ' ‘m agistra vitae” (maestra de la vida). Termina aseverando que la política utiliza de la historia aqué llos elementos que le sirven. Típico ejemplo de la Historia Pragmática <> Didáctica, es decir la búsqueda del conocim iento del pasado, humano y la mcmoración de los hechos brillantes o heroicos ocurridos, para exhibirlos como fuente de lecciones morales, políticas o estéticas. Una tercera etapa es aquella que considera a la Historia como 'evolutiva'’ o “genética”, situación que conduce a tratar el carácter científico de la misma. Sobre este aspecto muchas han sido las discu siones entre quienes le atribuían el carácter de ciencia y quienes se lo negaban. La controversia tuvo su origen en la circunstancia de que se consideraba ciencia a aquéllos conocim ientos susceptibles de ser em píricamente comprobables y por m edio de los cuales podían formular se leyes, que invariablem ente debían cumplirse. Estas son las así lla m adas ciencias de la naturaleza, cuyas leyes absolutas, han com enzado a ponerse en duda en m uchos casos, con los adelantos de este siglo. Esa discusión acerca del carácter científico de la H istoria ya no tiene razón de ser, pues -com o lo expresa Galletti- esta es una ciencia perteneciente al sector de las culturales o del espíritu, totalm ente ale jadas tanto en sus finalidades como en sus métodos de las ciencias fí- sico-naturales. Explica este autor que les ciencias pueden distinguirse unas de otras, no sólo por los objetos de que tratan, sino tam bién por los m étodos que aplican. Puede, entonces, señalarse un m étodo natu ralista y un m étodo histórico. Marca la diferencia entre la naturaleza y la cultura, significando que lo primero es aquello que ha nacido por sí, oriundo de sí y entregado a su propio crecimiento y lo cultural es lo producido directam ente por el hombre actuando según fines por él valorados. Hay por lo tanto objetos naturales y objetos culturales, cada uno de los cuales es m ateria de ciencias diferenciadas. El ejem plo de una piedra encontrada en el camino, que no es más que un objeto de la naturaleza; pero si a esa piedra el hombre le ha dado una transform a ción, la ha labrado im poniéndole algún sentido, la ha convenido en su elem ento de defensa o agresión, le ha incorporado a ella un valor. Deja de ser así un objeto puramente natural para convertirse en objeto “cultural". La Historia entonces se encontraría dentro de las ciencias del es píritu, y sería necesario determ inar si como tal, ciencia, busca la obje tividad y la verdad con referencia a los’ objetos de que ella trata, para lo cual el prim er planteo será determinar cuales son los objetos de que se ocupa la H istoria. Necesario es recalcar que la Historia se m aneja con conceptos ideográficos, y no con leyes invariables como las cien cias naturales, aún cuando algunas corrientes históricas han querido encontrar ciertas analogías con estas últimas. Sin embargo, la Historia como ciencia cultural no puede formular leyes a la m anera deJ a s x ie n - cias naturales. ^Dentro de lo que llamamos historia evolutiva o genética debemos considerar el origen o génesis y la evolución de los hechos del hom bre, considerados dentro del ámbito social y geográfico en que el m ism o se ha desenvuelto a través del tiempo, y esa consideración de berá hacerse con sentido dinámico, a través de los sucesivos cambios. No estáticam ente, com o dice Galletti, como si se tratara de una línea MANUAL DE HISTORIA CONSTITUaONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J. G. Ummrr V» V>v' 14 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. RJcmrx/a J. G. fU rrcr horizontal, sin quiebras, que se limitaría a catalogarlos y colocarlos, como si se tratara de un fichero mental, dentro de un orden cronológi co. ‘ ..................... 3. Objeto de la Historia. De lo que se viene expresando podemos desprender que el objeto de la historia es el saber qué hicieron o qué pensaron antes otros hom bres que actuaban, igual que nosotros, integrando una organización social, dice Zonraquin Becú. para agregar seguidamente que la historia no se limita sólo a conocer el pasado sino que. además, necesita cono cer ¡os hechos, explicarlos, investigar sus motivaciones y sus finalida d e s /) ' sobre todo, extraer de ellos ideas generales que permitan com prender un proceso o una época, para juzgar tales acontecimientos y su tiempo, con arreglo a ciertos ideales superiores. El objeto, entonces, es el pasado humano en general que ha teni do trascendencia social o repercusión colectiva. La Historia se ocupa de objetos reales, que han ocurrido en el tiempo y en el espacio, pero que hoy no existen. Son hechos pasados e irreversibles, trascendentes, que han gravitado hacia el futuro. Y serán tanto más importantes cuanto mayores hayan sido sus consecuencias. Es necesario remarcar aquí que el objeto de la Historia no se li mita a un simple relato o al comentario de docum entos u otras fuentes, sino que forma parte del objeto la determinación de los motivos que produjeron tales sucesos y cuales fueron losjpropósitos que sus autores tuvieron al realizarlos, para entenderlos cabalmente. De esta manera la historia se transforma en una obra del intelec to, pues el historiador debe tratar de pensar e interpretar como pensa ron los hombres del pasado. 4. Concepto moderno. No existe una única definición para conceptualizar a la historia desde el punto de vista actual. Muchas son las escuelas que se dispu tan la apreciación acerca de lo que debe considerarse Historia, desde el punto de vista científico. Para Berheim, la historia es la ciencia que investiga y expone los fechos del pasado humano, en el espacio y en el tiempo, en sus accio nes como seres sociales, y de la relación psico-fisica de causalidad que entre ellos existe. Tal conceptualización no difiere demasiado de lo 15 MANUAL DE HISTORIA CONSTriL’aO N A L ARGENTINA Dr. Ricardo J . G. lU m rr que hemos venido exponiendo anteriormente, salvo en lo relativo -a la relación o nexos causales, que entre los hechos humanos existen. Bauer, otro estudioso de la Historia, dice a su vez que es la cien- ein que trata de describir, explicar y com prender los fenómenos de la vida de los pueblos, en cuanto a los cambios que lleva consigo en las distintas sociedades y analizando aquéllos fenómenos desde el punto de vista de sus efectos sobre las épocas sucesivas o la consideración de sus propiedades típicas, pero dirigiendo su atención especialmente sobre los cambios que no se producen. V*Para Ricardo Zorraquin Becú es el conocimiento del pasado hu mano para explicarlo, ordenar sus variadas estructuras, discernir las razones de sus cambios y juzgarlos con arreglo a ideales superiores y, en lo posible, permanentes. Como se advierte hay gran similitud con los anteriores, aunque aquí se incorpora el concepto de “estructura'’, que es una forma de encarar el estudio de la Historia, analizando el conjunto de hechos vinculados entre sí, cuyas íntimas relaciones for man un proceso orgánico. Cassani y Pérez Amuchástegui, la definen como la re-creación intelectual del pasado humanomediante la búsqueda de los hechos, realizada sobre la base de testimonios .y la exposición congruente de sus resultados. El Dr. Levene señala que la historia integral analiza la sociedad en todos sus aspectos, desde lo económico y jurídico hasta sus más J^rillantes expresiones culturales y científicas, pero no es la suma o la .?-yuxtaposición, sino la síntesis de las descripciones laterales. Y el crite rio de la historia genética reclama la organización de las series históri cas. vinculando las de un país con las series universales y desterrando de la interpretación toda especie de historia m icroscópica y catastrófi ca. Finalmente, señalemos que Carlos Marx con su visión m ateria lista de la Historia, interpreta los hechos del pasado humano como la adaptación de sus actores al mundo y a la sociedad. Dice que ésta avanza mediante una serie de luchas de clases, que se originan en las desigualdades económicas fundamentales. Así la marcha de la civili zación tiene por bases fundamentales a los procesos y cambios eco nómicos, siendo efectos secundarios de ese proceso el arte, las letras, la filosofía, 1a religión y las instituciones jurídicas y políticas. A po yándose en el concepto de ley natural, Marx ha establecido una con MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Riairdo J. G. lU m rr cepción científica de !a Historia, según la cual las relaciones sociales resultan de las relaciones económicas. La actividad material humana revela las leyes.de la Historia (M aterialismo Histórico). 5. Método. Toda ciencia dispone de un método que le permite arribar co rrectamente al conocimiento del objeto de que se trata. Las ciencias naturales cuentan con métodos que le permiten la comprobación de la certeza de sus afirmaciones, que son consagradas como leyes inmuta bles. en los que dado un hecho antecedente debía necesaria e inevita blemente producirse un resultado consecuente. La Historia como ciencia del espíritu o cultural tiene también su propio método, que le es indispensable para confirmar la veracidad de sus afirmaciones. Afirma Zorraquin Becú que la metodología histórica que predominaba hasta hace poco tiempo se refería a las causas de los acontecimientos, creyendo que en todo hecho era posible descubrir una causa determinante. Para llegar al conocimiento histórico es necesario contar con un método que nos permita su comprobación mediante los instrumentos Je investigación adecuados y de principios que guíen la selección de! material. El método histórico, según cita Galletti, no es otra cosa que los medios de que se vale el historiador para transformar el frío y mu do testimonio en fuente de información y posibilitarla transformación del hecho pasado en actualidad presente. | — La primera parte del proceso metodológico es la “heurística” , que nos da las normas para el adecuado tratamiento de las fuentes históri cas. La palabra heurística viene del griego y significa “hallar”, y en consecuencia la primera tarea del método consiste en el hallazgo de los testimonios que van a servir de fuentes, tarea en la que ciencias auxiliares como la museología, la archivística o la bibliotecología, nos brindarán una ayuda inapreciable. Obviamente, lo primero es determi nar la temática y el alcance que se aspira a dar a la tarea de investiga ción. y lo segundo verificar la bibliografía existente sobre el tema, pa ra evitar realizar una tarea que ha sido hecha antes por otros historia dores. En esta primera parte se trabajará con medios científicos hacien do uso de ciencias como la paleografía, diplomática, epigrafía, etc., y la investigación se realiza a través del método inductivo a la manera MANUAL DE HISTORIA CONSTTTUCiaNALARGENTINA Dr. Riemrdo J. G. ¡binrcr de las ciencias naturales, partiendo de lo particular para llegar a lo ge neral. S intetizando, la heurística tiende a la búsqueda y hallazgo de tes tim onios que pueden convertirse en fuentes del conocimiento, a la re unión de antecedentes, elección del tema, etc., seleccionando ese ma terial y realizando la diagnosis y el fichado correspondiente. | | — ■ El segundo paso es el de la crítica, Esta crítica se realiza de dos m aneras, esto es, desde el punto de vista externo e interno. La primera com probación que el historiador debe realizar es la verificación acerca de la autenticidad del testim onio del que pretende valerse. Es decir, realizar por los m edios científicos a su alcance, si el testimonio co- . rresponde al tiem po en que se pretende originado, para no correr el riesgo de trabajar con un m aterial falsificado, para lo cual la química, ia física y otras ciencias resultan de un valor inestimable. Se logrará a través de este procedim iento la determ inación de los caracteres exter nos de los antecedentes hallados y reunidos como propios de la época de origen, del autor, del lugar, etc. en suma, la autenticidad del testi monio. V erificada la autenticidad del testimonio, corresponde realizar b-' una tarea m ucho m ás difícil que es la de la critica interna, para deter m inar en forma fehaciente que el hecho histórico contenido en el tes tim onio refleja la verdad histórica. ¡Cuántas veces una carta, un diario, un docum ento, que son auténticos de su época, sin embargo, no refle jan la realidad de los acontecim ientos ocurridos, que son distorsiona dos por m últiples razones! Es m uy fácil que las circunstancias hicieran torcer la voluntad de decir la verdad. Entonces la tarea más ardua del h istoriador es la de desentrañar la veracidad del contenido de un tes tim onio, y nos encontrarem os aquí con el problem a fundamental de la crítica histórica, que es el de la objetividad. III Una vez cum plida esta etapa, viene la tarea de la ordenación de los hechos. Una vez elegido el o los temas que le interesan, agrupa los datos que le parecen más característicos para ordenarlos, darles una estructura y constru ir con ellos el proceso que es su propósito descri bir. U na de las formas de esta ordenación era el de construir series cronológicas, m ostrando de esta manera, cómo unos hechos eran con secuencia de otros anteriores; hoy prefiere hablarse de estructuras o conjuntos de hechos vinculados entre sí, cuyas íntimas relaciones for m an un proceso orgánico. La más importante función del historiador consiste en presentar los resultados de su investigación y sus reflexiones sobre el tema estu diado, como también el juicio que surja de ese conjunto de hechos. No una mera relación o comentario de los documentos, sino la investiga ción de los motivos que produjeron tales sucesos, para lograr expli carlos cabalmente. Y en esa tarea deberá el historiador tratar de pensar como pensaron los hombres del tiempo o la época motivo de su estu dio. y no tratar de explicar el pasado con ideas actuales, como si los hombres de entonces hubieran podido pensar de la misma manera que los de ahora. Pretender que los acontecimientos pretéritos se ajusten a los criterios contemporáneos resultaría anacrónico e injusto. Zorraquin Becú, a quien seguimos, dice que el juicio histórico tiene siempre una gran importancia, ya que al valorar una situación determinada deberá analizarse si se ha producido o no un perfeccio namiento de los hombres y de los pueblos, es decir los objetivos supe riores que toda sociedad debe proponerse, tales como el asegurar a to dos sus libertades y sus derechos naturales para que puedan realizar sus tiñes lícitos, el perfeccionamiento moral, el adelanto de la cultura. Je la técnica y de la ciencia, el aumento de los niveles de vida, el pro greso material y el establecimiento de un orden social justo que con tribuya a la obtención de todos esos fines. El juicio histórico, por lo :anto, debe analizar la realización de esos valores universales y conve nientes. y no fundarse sólo en ideologías transitorias o parciales. 6. División. -v Seguimos en este punto los lineamientos expuestos por Carlos Sánchez Viamonte referidos alas Edades Históricas. A la clásica divi sión de Prehistoria e Historia, y a esta última dividida en Edad Anti gua. Edad Media. Edad M oderna y Edad Contemporánea, teniendo en cuenta la contemplación de la Historia Universal desde el punto de vista de las “ Instituciones Políticas” se inclina a replantear el proble ma de las Edades y su clasificación, pues el aspecto institucional de la '•ida humana es el único que puede suministrar jalones ciertos para la cronología de la sociedad. En principio no encuentra ninguna dificultad para aceptar el nombre de Edad Antigua, aplicado a los pueblos de Oriente y también a Grecia y Roma, porque esa etapa abarca todo un ciclo que se cierra con la caída del mundo romano por efecto de las “invasiones de los JIANUAL DE H1ST0 RIA CONSTITUCIONAL ARGENTITiV Dr. U J . O. H*m r, 19 MA-NUAI. DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. RJc*rdo J. G. tlir-rry bárbaros”. Grecia y Roma pertenecen al Mundo A ntiguo y aun cuando actúan en el escenario geográfico de Europa, constituyen el corona m iento de un proceso histórico de origen oriental, y nunca dejaron de tener sus ojos puestos en aquél Oriente, que constituía todo el pasado para la civilización y la cultura. El fin del M undo Antiguo es el comienzo de una nueva edad. En Historia nada term ina sin el hecho o los hechos nuevos por los cuales adquirim os la convicción de que algo empieza y de que ese algo es distinto de lo anterior. Así el mundo europeo, con el que se inicia la JEdad M edia, adquiere una personalidad propia como consecuencia de dos hechos capitales que señalan el fin de la edad anterior, el triunfo del Cristianism o y las m igraciones o invasiones de los bárbaros. No obstante su origen oriental, el Cristianismo va a constituir el rasgo primordial de una nueva cultura que com ienza su ciclo cuando se inicia la decadencia de la cultura romana, construyendo un sistem a poHtico, religioso y social, con una moral propia, que va a dar su fiso nom ía y carácter a todo Occidente. Esta revolución profunda que significó el Cristianism o se verá com plem entada con las invasiones de los bárbaros, que traen consigo el problema de una sociedad primitiva,tprgamzada-tedavía_enjilaQ£¡Ly _tribus, y dominan y ocupan las regiones que los rom anos habían po blado y organizado. Estos “bárbaros” se incorporan a la cultura ante- rior de ¡os pueblos invadidos, como ha ocurrí do liTempre en las inva siones. Una vez com pletada la irrupción buscan en la cultura romana los frutos de una experiencia humana que era ineludible aprovechar-?- La calificación de “Edad M edia” para esta etapa, que es la época inicial de la vida europea propiam ente dicha, responde a un criterio sim plista que consiste en contem plar la Historia como una pura cro nología. Ei nombre de Edad M edia indica un m om ento histórico que, dentro de una evolución apreciable en conjunto, sirve de pasaje o de tránsito de un estado anterior a otro ulterior. En realidad, a la Edad M edia se ¡a puede considerar como el momento inicial del ciclo euro peo propiam ente dicho, no sólo por su alcance geográfico, sino por sus características propias, que le dan hom ogeneidad al conjunto y conservan sus rasgos esenciales hasta nuestros días. El nuevo ciclo de cultura que los europeos com enzaron a crear tem a sus fuentes en el Cristianism o y en el Derecho Romano,, que se MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. R i^rdo J. G. / /« r^ r conjugaron para servir de fundamento y punto de partida a un nuevo espíritu, con el cauce común y materno de la lengua latina. La llamada Edad Moderna ha merecido ese calificativo para ca racterizar una etapa que se suponía comenzada en la Edad Antigua y que, pasando por la Edad Media, clausuraba un gran proceso evoluti vo, en el cual era conveniente hacer aquella separación. La Edad M o derna fue “moderna” para los hombres que vivieron en ella y también para los que luego entraron en una nueva época a la que se vieron en la necesidad de llamar “Edad Contemporánea”, y la que hoy comienza 3 llamarse “Edad Atómica”. Durante la llamada ;Edad Moderna subsisten, en trance de des composición, las formas feudales de organización social, pero los es fuerzos realizados para lograr el cambio se verán cristalizados con el constitucionalismo, la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y la forma de gobierno republicano-democrática. Son sus características, además de la descomposición política del feudalismo con la afirmación y acentuación centralista de la monarquía, y el pre dominio de la vida urbana sobre la rural o campesina, el poderío cre ciente de la burguesía, el desarrollo del comercio interurbano e inter nacional y las industrias, las ciencias y las artes, los inventos, los des cubrimientos y el influjo cada vez mayor de ia cultura en todas sus formas. Se sale de la Edad Moderna para entrar en la Contemporánea con la Revolución Francesa, cuyo punto de partida, para nuestro Conti nente, puede señalarse en la Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica. La marcha de la historia, que se acelera progresiva mente, ha sido dividida en periodos o edades que se acortan en el üempo a medida que aumenta la densidad de su contenido. El autor señala el error de perspectiva en que se incurrió cuando se hizo esa clasificación en Edades, como si los historiadores que la efectuaron hubieran partido del supuesto de que la Historia terminaba con ellos. Primero fueron tres Edades para los hombres que inventaron ¡a clasificación; pero todavía quedaba un nuevo tiempo, que fue trans curriendo con caracteres propios y distintos de los anteriores. Ante la necesidad de clasificarlo y denominarlo lo llamaron “Edad Contempo ránea”. sin advertir que toda edad es contemporánea para quien perte nece a ella, y que tal cualidad contingente y transitiva es susceptible 21 ) ) MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J. G. lU m r de ser invocada para cada época, con igual derecho por cada genera ción. 7 .Fuentes. El conocim iento de los hechos históricos se adquiere mediante la investigación de las fuentes que reflejan lo que se hizo en el pasado, sean éstos vestigios, docum entos, escritos de toda índole, m onum en tos, utensilios, armas, etc. Señala Galletti que se han establecido dife rentes divisiones de las fuentes historiográficas, siendo una de las más conocidas la que distingue entre “ restos” y “tradiciones” . Los “restos” pueden ser los de las obras producidas por el hom bre, los modos de vida de las com unidades, los ordenam ientos juríd i cos, las obras literarias o filosóficas y los documentos en general: y las “tradiciones”, que pueden clasificarse en orales y escritas, por las cuales se transm ite la m em oria de los hechos pasados. Bauer hace un cuadro más im portante de las fuentes históricas, señalando entre otras a las “etnológicas” (antigüedades, m onedas, se llos); las transm itidas oralm ente (que pueden ser atribuidas a persona lidades); las que no tienen origen personal ( informes orales, mitos y leyendas, rumores, anécdotas, proverbios, canciones populares, etc.). Hay otras fuentes basadas en la tradición oral ( testigos presenciales de los hechos); y otras, de im portancia mucho más considerable, transm itidas por escrito. En este último caso, los docum entos ocupan el prim er lugar, tam bién los escritos juríd icos, la convención, la costumbre, la ley, co mo fundamentos del derecho; ias actas o generalidades, los informes diplom áticos, las actas de la adm inistración, las militares y las deriva das de la vida parlam entaria o social. Tam bién m erecen especial referencia los registros y libros ofi ciales, las exposiciones históricas, las fuentes autobiográficas, los dia rios, mem orias, cartas, publicaciones a través de los distintos medios de expresión, los libelos, periódicos, y, finalmente, la opinión pública como fuente historiográfica. Las fuentes se han enriquecidocon la incorporación de nuevos m edios técnicos de expresión o difusión, como las reproducciones fo tográficas, cartográficas, fonográficas, etc. (microfilmes, facsímiles, alam bres, cintas m agnéticas, discos, C .D ., Internet, etc. 22 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Jücmrdo J. G. H *m r Frente a ias fuentes, el investigador tendrá que determinar su fe cha originaria, sus caracteres externos, lugar de origen, determinación del autor y Verificar su autenticidad, y cum plida esta tarea, comprobar la veracidad de su contenido. Estos pasos, como ya dijimos, corres ponden a la tarea heurística y crítica. 8. Las Ciencias Auxiliares de la Historia. La ciencia de la Historia o la técnica de la investigación histórica necesitan del apoyo de las disciplinas o ciencias auxiliares, en su pri mera fase de investigación, la que tiene cierta similitud con la investi gación “científica” ya que el investigador deberá trabajar con medios provenientes de esas disciplinas a las que se denomina, por ello, como “auxiliares” . En esta fase de la investigación se trabaja con el método inductivo a la manera de las ciencias naturales, partiendo de lo parti cular para llegar a lo general, aunque buscando conexiones causales y no leyes generales. En sentido estricto se incluyen como “ciencias auxiliares”, entre otras, a la Diplomática (Ciencia que estudia los diplomas u otros do cum entos oficiales); la Biografía (H istoria de la vida de una persona); la Genealogía (Ciencia que estudia los ascendientes de cada individuo o de una familia); la Num ism ática (Ciencia que se dedica al estudio de monedas y medallas antiguas); la Iconografía (Ciencia de las imáge nes y pinturas); Paleografía (Ciencia o arte de descifrar las escrituras antiguas) y la Cronología ( o Ciencia de las fechas históricas). En un sentido más general, se ubica a la Arqueología (Ciencia que estudia los monumentos y cosas de la antigüedad); la Etnología (Ciencia que estudia la formación y los caracteres físicos de las razas humanas); la Antropología (Ciencia que estudia al hombre y su evolu ción como ser físico), el Folklore (C iencia de las tradiciones y cos'- tumbres de un país); la Paleontología (Ciencia que estudia los fósiles animales y vegetales); la Filosofía (Ciencia general de los seres, de los principios y de las causas); Arte (Aplicación del entendimiento a la realización de una concepción.); la Religión (Estudio de los cultos con que se tributa a la Divinidad); la Geografía (Ciencia que estudia la tie rra desde el punto de vista del suelo, el clima, las producciones del suelo, de las razas, las lenguas, los límites de los pueblos, la forma del globo y su posición en el sistema solar, etc.), el Derecho (Conjunto de leyes y disposiciones que determ inan las relaciones sociales, desde el 23 punto de vista de las personas y de la sociedad); la Estadística (C ien cia que tiene por objeto agrupar metódicamente todos los hechos que se prestan a una valuación numérica, ya sea población, riqueza, im puestos, cosechas, etc.); la Econom ía (Ciencia que trata de 1a produc ción, la repartición y el consum o de la riqueza), etc. Guillermo B auer ha distinguido las ciencias de las cuales la H is toria toma conocim ientos auxiliares de carácter general y las ciencias y conocim ientos relacionados más íntimamente con ella. También se ha hecho una distinción entre las ciencias que auxilian a la H istoria y las que están a su servicio, señalándose como ejemplos a la geografía en el primer caso, y a la cronología y paleografía en el segundo. La ta rea fundamental de estas.ciencias será el estudio de los testimonios y fuentes que sirven de base a la Historia. 9. H istoria del D erecho . La Historia del Derecho comprende el estudio de los sistemas j u rídicos del pasado y su posterior evolución, abarcando a la vez al de recho público y ai privado, pero formando parte de la Historia de la Civilización, no se circunscribe a la dogmática jurídica, sino que abar ca el horizonte de 1o económ ico y espiritual conexo, como lo afirma el Dr. Ricardo Levene. Es ia disciplina fundamental que estudia uno de los aspectos del Derecho, que es ei origen y proceso formativo del fenómeno y de las instituciones jurídicas, de la m isma manera que la Ciencia, la Filosofía y la Sociología del Derecho, se ocupan de otras manifestaciones del mismo fenómeno. Sigue diciendo que la H istoria del Derecho, como ciencia del es píritu, mdaga las fuentes del Derecho y todo lo concerniente al desa rrollo y transform ación de las instituciones jurídicas, formando parte integrante del dilatado dom inio de la Historia Universal y del campo más circunscripto de la H istoria de la Civilización y la Cultura. Es el estudio de la convivencia organizada, las normas éticas, religiosas, etc. Dice este autor que en las entrañas del fenómeno jurídico se des cubre la psicología de un pueblo, las ideas y sentimientos dom inantes, sus arraigados intereses, los residuos tradicionales del pasado, la lenta penetración del porvenir; en sum a, la continuidad de la Historia. MANUAL D E HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTELA Dr. Ricardo J. G. ffurrer 24 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. K avdo J . G. Hmrrer A través de la vida del derecho, y su interpretación por la Histo ria y la Sociología, se pulsa el ritmo regular y se ausculta el proceso de formación gradual de la coexistencia organizada, conforme a los fi nes de justicia y bienestar colectivos, sin cesar renovados. Lo permanente y orgánico constituye su contenido, que se es tructura y sedimenta en el derecho consuetudinario, en ia jurispruden cia de los Tribunales, en la Ley y en la doctrina científica. La vida del Derecho resulta dinámica y funcional, Cuando un derecho nuevo es reconocido o uno revolucionario es impuesto avasalladoramente por la lucha, es porque anteriormente la revolución se ha impuesto en los es píritus. Podemos sintetizar el concepto diciendo que es el estudio de la convivencia organizada, las normas éticas, religiosas, morales y ju rí dicas que han existido y rigieron la conducta humana. No puede reali zarse ningún estudio sobre la actividad del hombre, especialmente en su vida de relación, sin conocer primero cuáles son o han sido las norm as éticas reguladoras de esa actividad. Las normas religiosas y morales permanecen generalmente in mutables, aunque tengan una vitalidad cambiante según las épocas, m ientras que el derecho está en constante evolución, sobre todo en los aspectos que no derivan de la ley natural, es decir, del contenido ético que guía y orienta a las instituciones. Así, la Historia del Derecho es una disciplina que investiga los sistem as jurídicos del pasado y su evolución respectiva, proponiéndo se conocer las estructuras políticas, sociales y económicas que cada com unidad ha tenido en las distintas etapas de su existencia. Este es tudio requiere, para ser completo, analizar las razones de sus cambios, la aparición de nuevas normas e instituciones, el contenido jurídico de estas últimas, su vigencia y las consecuencias de su aplicación. No hay dudas de que el conocimiento de los sistemas jurídicos antiguos es indispensable para com prender las formas de vida y las instituciones que han regulado la existencia de una sociedad en el pa sado. Pero si el análisis del derecho que ha regido en el pasado es in dispensable para comprender la evolución social y la cultura de un pueblo, estas circunstancias no deben hacer perder de vista el objetivo fundamental de la Historia del Derecho, que es eminentemente juríd i co. Por ello, conviene acentuar el enfoque jurídico. La circunstancia de que integre los planes de nuestra Facultad de Derecho muestra cla 25 ) MANUAL DE HISTORIA CONSTTTUaONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J . G. lU rnrr ram ente que está destinado a com pletar la formación de los abogados, jueces y juristas, aum entando y profundizando la cultura jurídica, en cuantopermite superar la m era contem plación estática de las norm as vigentes para ofrecer un panoram a completo de las doctrinas y de las realidades que han contribuido a su elaboración y a sus transform acio nes. Hay una estrecha relación entre la Historia y el Derecho, pues este último se m odifica y evoluciona a través del tiempo y es, gene ralmente. consecuencia de los cambios que ocurren en una sociedad. La religión, la moral, los problemas económicos y las condiciones po líticas influyen y determ inan esos cambios. De tal m anera un sistema jurídico no puede nunca ser bien comprendido sino en función de los antecedentes históricos que nos explican las razones de su evolución y e! sentido de sus normas. 10. Sujeto y O bjeto de la H isto ria del D erecho. El objeto de la Historia del Derecho, ya se ha dicho, es el estudio de los sistemas juríd icos del pasado y su evolución. El derecho ha existido y existe en todas las sociedades, porque toda com unidad hu mana necesita un sistem a de normas que regule la actividad de sus miembros e imponga sanciones a los transgresores, corrigiendo así las debilidades de la naturaleza del hombre en su vida de relación. En doctrina se habla de un derecho inmutable, conocido como el Derecho Natural, pues se ajusta a la naturaleza física y espiritual del hombre, a sus instintos y apetencias como ser biológico y como ente racional. La otra pane del derecho suele reformarse para que responda a las necesidades, tendencias o ideales que predominan, y se lo llama Derecho Positivo. Ese estudio de la evolución jurídica de una com unidad, no debe limitarse a las leyes sancionadas o a las doctrinas expuestas, pues ese estudio sistem ático nos daría una visión incom pleta del panorama ju rídico. Debe analizarse, especialm ente, la entidad productora del dere cho que es la com unidad que se da tales normas, estudiar las razones de 'os cambios, buscando los motivos que los determinaron y los fines que se propusieron sus autores, que en definitiva son los sujetos de la Historia del Derecho, a fin de lograr una explicación cabal del proceso histórico. Bien entendido que el derecho no siempre es la expresión de una sola voluntad, llámese Rey, Presidente, Congreso o Parlamento, 26 MANUAL DE ÍUSTORLV CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. RJardo J. G. JUrrcr sino que en la mayor parte de los casos responde a verdaderas necesi dades de la comunidad, verdadero sujeto de esta disciplina. 11. Importancia de la Historia del Derecho como disciplina social, filosófica, cultural y jurídica. La Historia del Derecho, como ciencia, ilustra sobre los princi pios que presiden el desenvolvimiento general del derecho y el propio de cada pueblo o Nación, ofreciendo enseñanzas provechosas para la reforma y mejoras progresivas de las instituciones jurídicas. Desde el punto de vista científico la Historia del Derecho de cada pueblo repre senta un valor notable como contribución a la evolución integral del Derecho y como conocimiento básico en la evolución nacional de ca da país. La Historia de! Derecho constituye una ciencia sociai con plena vigencia, ya que estudia la realidad plena del derecho a través de la evolución en el tiempo y en el espacio, además de analizar la entidad creadora, que es el pueblo, colectividad o Nación, que resulta el sujeto activo y propulsor de esa evolución, es decir lo que llamamos “dere cho en acción". Como disciplina filosófica presupone el conocimiento puro de la naturaleza y finalidad del Derecho, como también de la trabazón de los hechos sociales que le dan nacimiento y sustento. La Historia del Derecho nos permite com prender la noción de las causas objetivas y subjetivas que dieron nacimiento y le dan fundamento a las institucio nes jurídicas. Finalmente, esta disciplina nos permite apreciar la uni dad de los valores superiores del espíritu de la Historia. Tal como se ha venido expresando la Historia en general y la Historia del Derecho en particular, es una disciplina cultural vigente, una ciencia del espíritu, por contraposición a las ciencias que se ocu pan de los fenómenos físico-naturales. Estas últimas se explican por las leyes generales de la causación exterior al hombre. La Historia del Derecho, al evocar los cuadros encendidos de la vida humana, nos muestra al hombre y a la sociedad o com unidad en la que actuó a tra vés de los tiempos, señalándonos el grado de avance o retroceso, de civilización o barbarie en que se desenvolvía, según los sistemas ju rí dicos que regulaban su vida. También hemos señalado que la Historia del Derecho estudia la convivencia organizada, las norm as éticas, religiosas y jurídicas que 27 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J. G. H * m j han existido, el derecho consuetudinario, los fallos de los tribunales y la opinión de los tratadistas. Es el conocimiento del origen y evolución de las instituciones jurídicas. Desde este punto de vista científico, la Historia del Derecho de cada pueblo representa un valor notable como contribución a la evolución integral del Derecho y como conocimiento básico en la evolución nacional de cada país, abarcando la crónica m uerta y la historia viva del pasado jurídico que sobrevive en la Constitución, las leyes, el pensam iento y la creencia del pueblo. El de recho contem poráneo es original, como lo es el que corresponde a ca da época nueva, pero no se lo com prende sin la indagación de la His toria y la com paración de sus instituciones pretéritas, como lo afirma el m aestro Dr. Levene. ^ 12. División de la Historia del Derecho. G odofredo Leibniz, filósofo alemán, dividió a la historia del de recho en externa e interna. La historia extem a debía abarcar todo lo que no fuera estrictam ente jurídico, es decir era materia de su estudio las fuentes materiales que preceden y provocan las transformaciones del derecho, o sea los m otivos que han promovido su creación, tales como los cambios ideológicos, políticos, sociales o económicos. La historia interna com prendía el proceso subsiguiente, es decir la aparición de las.nuevas norm as a través de las fuentes formales, como las leyes, costum bres, jurisprudencia, etc. y el contenido in stitu í cional de las mismas. El Dr. Ricardo Levene, por su parte, ha hecho también una divi sión de la Historia del D erecho en extem a e interna, comprendiendo en la prim era a las fuentes y en la segunda el estudio de las institucio nes juríd icas, siguiendo en esto la nueva orientación dada por los se guidores de Leibniz y los expositores de la Escuela Histórica. El Dr. Levene sostiene que no es posible establecer una diferencia científica entre am bos aspectos de la H istoria del Derecho, aunque considera que la distinción tiene im portancia didáctica, porque impulsa las in vestigaciones históricas en forma metódica, comenzando por las fuentes del derecho y los sucesos políticos y sociales, para conocer en seguida las instituciones juríd icas. El estudio de la historia externa o de las fuentes (materiales y form ales) tiene básicam ente un interés histórico, ya que aspira a cono MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. U J. G. /fcm y cer como se han ido creando las normas, las causas de sus transforma ciones y los modos de su elaboración. j^La historia interna, por su parte, penetra en el análisis del conte nido de aquellas fuentes, para^desentrañar de ellas el origen y evolu ción de las instituciones jurídicas^ Busca señalar la evolución de los sistemas jurídicos para explicar el derecho actual como un resultado de ese proceso. Este aspecto de la Historia del Derecho tiene un senti do predominantemente jurídico, interesa sobre todo al estudioso del derecho y debe ser tratado con el método que utilizan los juristas en sus estudios doctrinarios. Por ello se ha dicho que para la tarea de recopilación de las ' g e n te s formales se requiere fundamentalmente de los conocimientos propios del historiador, pero paradesentrañar de tales fuentes el ori gen y evolución de las instituciones jurídicas, hace falta un conoci miento profundo del derecho. 13. Historia del Derecho Argentino. Contrariamente a lo que alguna vez sostuvo Alberdi y algunos otros publicistas, para estudiar la Historia del Derecho Argentino, de be partirse del estudio de los sistemas jurídicos que precedieron a nuestra Nación como Estado independiente. En tal sentido se señala que debe considerarse formando parte de la historia de tal derecho al Derecho Castellano, al derecho de los aborígenes americanos, al Dere cho Indiano y, finalmente, al Derecho Argentino propiamente dicho. No existe una división tajante entre los derechos mencionados, en orden a las etapas de la evolución histórica, ya que las normas del derecho castellano tuvieron vigencia en los territorios americanos, pe ro debieron necesariamente acomodarse a las nuevas circunstancias que enfrentaban los conquistadores y colonizadores, dando lugar a un derecho propio al que llamamos Indiano; recordando por otra parte que m uchas instituciones que los naturales de estas tierras observaban, terminaron siendo aceptadas por la legislación. Digamos también, que ya constituido el gobierno patrio y posteriorm ente declarada la inde pendencia, las disposiciones que mayores modificaciones sufrieron fueron las del derecho público lo que resultaba lógico pues se trataba de una nueva Nación Soberana, pero en cambio las disposiciones del derecho privado, continuaron vigentes en gran medida hasta la sanción MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. RJcmrdo J. G. iU rrcr de los C ódigos Nacionales, y aún a través de ellos se conservan m u chísim as disposiciones provenientes del viejo derecho español. 14. División. Por razones metodológicas se divide el estudio de la Historia del Derecho Argentino en la siguiente forma: a) Derecho Castellano; b) Derecho Indiano; c) Derecho Indígena y d) Derecho Argentino pro piam ente dicho. El Derecho Castellano era el que regia en gran parte de España, a la fecha del descubrimiento. Era el derecho propio de los conquistado res y con él iban a tratar de manejarse en el gobierno y en las relacio nes con ios habitantes del Nuevo Mundo. España había iniciado con la Edad M oderna un nuevo periodo, caracterizado por la política unifica- dora de los Reyes Católicos y con ella la formación de un derecho na cional com o resultado de la expansión del derecho castellano en la pe nínsula y su posterior expansión a las Indias. La penetración jurídica castellana se prolongó durante centurias hasta dictarse los Códigos Nacionales en la segunda mitad del Siglo XIX. Com o las Indias, o América como se dio en llamar después, fue ron incorporadas en 1519 a ¡a Corona de Castilla y León como verda deros reinos y no como factorías o colonias, se mandó aplicar en ellas las Leyes de Castilla, según un orden de prelación que comprendía desde las más modernas recopilaciones de leyes castellanas hasta los fueros, com o el Fuero Juzgo del Siglo VII y el Fuero Real del Siglo XIII, e inclusive las Siete Partidas de Alfonso el Sabio, que llegó a te ner mayor vigencia en América que en España, además de dictarse normas propias para ser aplicadas exclusivamente en el Nuevo M un do, a las que clasificamos como Derecho Indiano. Cabe señalar aquí que las instituciones del Derecho Castellano provienen en muchos casos de otros sistemas que sucesivamente lo in fluenciaron, como los derechos romano, germánico, musulmán y ca nónico, producto de la evolución general del derecho en la Europa oc cidental. Pero iniciada la conquista y colonización, se puso de manifiesto que en m últiples aspectos la legislación Castellana era inaplicable o no respondía cabalm ente a las exigencias jurídicas y políticas de la nueva sociedad en formación. En su reemplazo una nueva legislación espe cialm ente dictada para Indias se fue enriqueciendo sin cesar, m odifi 30 MANUAL DE ÍÍ1ST0RU CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Rh*rdo J. G. Hmrrcr cando en forma lenta pero inexorable el derecho público y privado castellano. Para ello hay que tener presente el inmenso escenario hispanoa mericano y las profundas diferencias que separaban las culturas de sus pueblos, para interpretar el significativo hecho de la “Legislación In diana" desde el punto de vista de su cambiante m ovilidad por una pane y su orientación social por la otra. El Derecho Indiano fue for mado y acumulado durante la pacificación y población del Nuevo Mundo. La Legislación Indiana, que no debe confundirse con el Derecho Indígena, pretendía continuar en América el espíritu y tendencia del Derecho Castellano, porque -com o afirmaba el jurista Juan de Ovan- do- “siendo de una corona los reinos de Castilla y de las Indias, las le yes y maneras de gobierno de los unos y los otros debe ser lo más se mejante y conforme que se pueda". Pero, la diversa realidad de los he chos en su natural desenvolvimiento, determinaba la elaboración de un derecho nuevo, con caracteres propios. En principio y siempre hubo un trasvasamiento hacia las Indias de las instituciones castellanas, pero también emanaba vigorosa de los órganos locales con potestad legislativa. El Dr. Levene, a quien se guimos, señala que el Derecho Indiano se constituyó sobre nuevas ba ses políticas, administrativas, jurídicas, económicas y éticas, creándo se en cada una de ellas instituciones propias. Fue armándose una com pleja estructura política que hizo imposible el ejercicio del gobierno absoluto. Ninguna autoridad detentaba todo el poder y éste se des prendía de la fuente de la Monarquía, am pliándose en una vasta orga nización. El Dr. José María Ots, refiriéndose a los períodos históricos del Derecho Indiano, admite la existencia de una etapa insular caracteri zada por las grandes experiencias iniciales, muchas veces de carácter contradictorio frente a una realidad social y geográfica desconocida, y de una etapa continental en la que se perfilan los grandes descubri mientos y conquistas y la acción individual predomina todavía sobre la acción oficial del Estado, y un tercer período en el que van apare ciendo las distintas instituciones jurídicas con la presencia enérgica del Estado Español en esos territorios, por medio de una nutrida buro cracia. 31 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J. G. lU rrcr A m edida que se extendía la administración, creándose institu ciones desconocidas hasta entonces, las leyes y ordenamientos arre batan a los V irreyes im portantes facultades para distribuirlas en las entidades de nueva creación. Las instituciones centrales o m etropoli tanas y las locales o indianas se desenvolvían en órbitas propias, en el juego de las funciones respectivas. Puede afirm arse que todo el Derecho Indiano es esencialmente de naturaleza social, abarcando no sólo la vasta esfera de los derechos Penal, Político, Internacional, Eclesiástico, sino también al propio de recho privado, que m odificó en m uchos aspectos al derecho castella no. Se pueden señalar en tal sentido las disposiciones referidas a la com posición de la familia, al m atrim onio del español con indias y la form ación de una nueva raza, disposiciones referidas a la capacidad ju ríd ica de indios, negros y mestizos; disposiciones referidas al dere cho sucesorio, disposiciones testamentarias, un régimen distinto del derecho de propiedad, en un continente casi desierto, que se caracteri za por el principio de la regalía. Las tierras, las minas, las aguas, etc. pertenecían al M onarca y era éste quien daba las concesiones de la propiedad y era él quien imponía la obligación del trabajo y las m últi ples restricciones al dom inio, tanto en la manera de cultivar las tierras y laborar las m inas, beneficiar estancias de ganados, y la inversión de las rentas; pero ninguna de sus ramas tiene un carácter tan entraña- sr'b lem ente social, com o la regulación del trabajo de los indios,conteni do en el Libro VI de la Recopilación de 1680, gloria ju ríd ica de Espa ña. El "D erecho Indígena” preexistía al descubrimiento y conquista de España. Cada una de las etnias que habitaban las Indias, tenía su propia organización juríd ica de m ayor o menor com plejidad, según el grado de evolución cultural de cada una de ellas. Se conocen grados de civilización destacables entre algunos pueblos americanos, como los M ayas y los Aztecas, que tenían adelantados regím enes jurídicos, aunque debe recordarse que es la zona geográfica que corresponde hoy a nuestra Nación, las tribus que la poblaban no eran de las más evolucionadas. El Derecho Indígena, o de los aborígenes, sobrevivió en muchos aspectos a la colonización española e inspiró la sanción de leyes que se integraron a la legislación indiana. Se recom endaba a los gober nantes en Indias que no entraran de inmediato a m udar las costumbres MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J. G. H*rr*r y hacer nuevas leyes y ordenanzas hasta conocer suficientemente las costum bres y condiciones de los naturales de la tierra y de los espa ñoles que en ella se habían asentado. Cabe señalar, entre otras institu ciones aborígenes subsistentes al Cacicazgo, el Ayllú, la Mita, el Ya- naconazgo, etc., que estudiaremos en el capítulo correspondiente. 15. El Derecho Patrio Argentino. Finalmente, en esta clasificación corresponde referimos al Dere cho Patrio Argentino, que es un derecho nuevo, fonmativo de la nacio nalidad, elaborado durante el proceso histórico que se cumplió en el Virreynato del Río de la Plata y creado por la Revolución de Mayo que tuvo como finalidad la Independencia y la Libertad. Las revoluciones que en forma sincrónica se producen en toda América hispana constituyen la ruptura con el pasado y la afirmación de nuevos principios sociales del derecho en todas sus ramas. El Derecho Patrio Argentino comprende dos etapas: Ia) La etapa del derecho pre-codificado desde 1810 hasta 1853 y los Códigos N a cionales. 2a) La etapa del derecho codificado, con los Códigos Nacio nales de Comercio en 1862, Civil en 1871, Penal en 1886 y de M ine ría en 1887. Después de la revolución de 1810 las normas del derecho indiano fueron perdiendo rápidamente vigencia, especialmente en las materias de Derecho Público, mientras que en Derecho Privado subsistieron las normas del Derecho Castellano hasta la sanción de los Códigos. El sistema jurídico argentino queda elaborado cabalmente en la época de la Organización Nacional, esto es, desde 1853 en adelante. Dice el Dr. Levene que los diferentes antecedentes históricos de nuestro ordenamiento jurídico son demostrativos de que nuestra Re volución de 1810 no es un epifenómeno de otras revoluciones, sino que se trata de un proceso elaborado durante la dominación española, proceso de formación de naciones independientes y libres común a to da Hispanoamérica, que encontró su oportunidad histórica -agrega mos por nuestra parte- como consecuencia del proceso de descompo sición a que asistió la Madre Patria entre 1808 y 1814. Termina el au tor citado expresando que la Constitución y los Códigos nacionales, sin desconocer las influencias exteriores universales, no son copia de Canas y legislaciones extranjeras. MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J. G. tU rrcy 16. Historia Constitucional Argentina. Objeto particular. Aristóbulo del Valle delim itaba la materia Historia C onstitucio nal como la génesis del derecho constitucional positivo, esto es la su ma de los antecedentes históricos necesarios para com prender nuestra Carta M agna. Las palabras “ Historia” y “Constitucional” se aparecen com o formando una sim biosis. que daría por resultado un cam po de trabajo y de estudio referidos sólo a la historia de la Constitución. Pe ro el término resultaría restringido, desactualizado, frente a las nuevas corrientes e ideas en ios ám bitos de la historia y del constitucionalis mo. De tal m anera quedaban delimitados dos campos: uno que se ocupaba del estudio de los antecedentes y de la génesis de la Constitu ción, que seria la "H istoria Constitucional” propiam ente dicha, y el otro que se ocupaba del estudio de las normas constitucionales positi vas vigentes en el Estado. Linares Q uintana anota sobre otros intentos de sistem atización, pareciendo inclinarse por la anexión de la Historia Constitucional al cam po del derecho constitucional, como génesis de éste, estudio histó rico de los precedentes constitucionales, organización constitucional a través de la historia o, tam bién, como historia de las instituciones po líticas. El Dr. Galletti apunta que a partir de 1930, el profesor Emilio Ravignani intentó dar un contenido efectivo a la materia, sistem ati zando con claridad los elem entos informativos, afirmando que la H is toria Constitucional no es pura y simplemente historia de las constitu ciones. Sostenía que en m uchas ocasiones las normas legislativas y proyectos de constituciones sin sentido de la realidad a la que se pre tendía aplicar, sin adecuarse a las circunstancias históricas, sociales o políticas, resultaba un instrum ento meramente teórico que era recha zado o bien m erecía el desprecio de sus destinatarios. Para Ravignani, entonces, la H istoria Constitucional es el estudio de un proceso que tiene por finalidad la organización política de la República. Es decir, que debía estudiarse lo que denom inaba la vida constitucional dei pa ís, cuya estructura interna consideraba aún en formación. Entendía que se trataba de un proceso dinámico en el cual había que tener presente la historia de las ideas políticas y los procesos de canalización de las mismas a través de las facciones, grupos y parti dos. El estudio de la Historia Constitucional no puede ni debe pres- ü t : cindir de la faz documental, pero al hacerlo deben tenerse presentes dos vertientes: la de la historia y la de la constitución, con los apones . nacionales y extranjeros consiguientes. Pero no debe, de ninguna ma- %■ ñera, detenerse exclusivamente en lo documental y a él debe agregár sele un nuevo tipo de interpretación, en el cual los hechos sociales, económicos y políticos tienen preponderancia. La Historia y la Cons titución, ambas venientes de la Historia Constitucional, toman nuevos aspectos formando pane de una esfera cada vez más amplia y la in- J-ocvlw vestigación tiende a una mejor comprensión de los procesos, la inser ción de los hechos dentro de ellos y su consiguiente valoración. Queda claro, dice el autor, que el documento tendrá primacía en la valora ción. pero nuevas fuentes habrán de incorporarse y nuevas disciplinas ofrecerán sus apones. Más adelante señala que se podría afirmar que la Historia Cons titucional posee un ámbito o campo dentro del cual ejerce cieña auto nomía, aunque se encuentran en ella “zonas interdisciplinarias”, por lo que no pueden señalarse con toda nitidez sus límites. En primer térmi no, si bien en ella participa la Historia en forma activa como motor esencial, se trata primordialmente de una historia política, atinente a las instituciones, y como tal, se acentúa su carácter jurídico. Pero esa historia jurídico política tiene proyecciones o está condicionada por hechos sociales y económicos. Los términos “historia” y “constitución” están bastante delimita- ... dos. La constitución, tomada en sentido estricto, será el resultado de un proceso histórico. Y en este proceso se van dando los pasos para el logro del Estado de Derecho a través de la Constitución. Considerado asi. la Historia Constitucional podría asimilarse a la génesis de la Constitución. Pero aún así, ella no es un todo, una solución que re suelva ios problemas. Pueden haberse elaborado a través de la historia sus grandes te mas: pero será necesario estudiar, sin embargo, a lo largo de la Histo ria. las diferentes manifestaciones de soberanía. la formación del Esta do, los diferentesgrupos y tendencias, los intereses económicos en lu cha, el grado de movilidad social que permita o no llevar adelante pla nes de organización social y política, etc. Sintetizando el pensamiento del M aestro Ravignani, podemos afirmar que la Historia Constitucional no es pura y simplemente la MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J. G. Hmrrr? MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J. G. Hamry historia de las diversas constituciones que pudieron regir en el país o las que no llegaron a tener vigencia, sino que será necesario analizar el divorcio existente entre los textos escritos y la realidad del país, la ac ción de lo que se ha dado en llam ar “fuerzas colectivas" mediante cu yo crecim iento y transform aciones se llega a una norm a juríd ica, có mo se va formando una conciencia común, como las masas populares con sus caudillos van buscando, vagamente en sus com ienzos, y en forma concreta después, una línea de definición. Las tentativas cons tituyentes, textos escritos y no vividos, no pueden ocupar la misma atención que los cuerpos legales definitivamente impuestos a los pue blos. Dice finalm ente que nuestra H istoria Constitucional es un proce so que tiene como fin la organización política de la República, pero term ina reconociendo que el estudio de la vida constitucional de un país, cuya estructura interna sigue en formación, por los constantes cam bios en la conform ación dem ográfica y por el desarrollo económ i co, impone el conocim iento de variantes de interpretación de todo el proceso. El proceso histórico constitucional argentino no ha concluido, es por lo demás, dinám ico y continúa abierto. 17. H isto ria de las In stituciones. En el desarrollo de esta Bolilla hemos empleado muchas veces el térm ino “ Instituciones” e “ Instituciones jurídicas” y hem os insistido en que para com prender y extraer de lás fuentes formales de nuestra investigación la existencia de tales instituciones, su origen y evolu ción, como así su transform ación o desaparición, hacen falta no sólo los conocim ientos propios del historiador sino que a ellos debe agre garse el de los juristas. ¿Pero qué debe entenderse por Institución?. Digamos que puede ser definida, de m anera sintética, como un |sistem a de vigencias^ que tienen actualidad espacio tem poral y ejercen de alguna m anera in fluencia sobre la sociedad. "P recisando un poco*más, diríam os que es una ordenación parcial de la vida del hom bre en sociedad, que ha llegadO cTurTcIesaiíólíos oTí̂ d o y autónom o a través de la actividad desplegada y la renovada adhe sión de muchas generaciones. Las instituciones forman una compleja red que abarca los m ás diversos aspectos de la vida del hombre, repre MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. RJcxrdo J . G. JUrver sentando cada una de ellas sendos ordenam ientos parciales, ya que no existe institución que abarque la integridad del ser humano ni de la so ciedad que él in tegra....................... ~ Para mejor comprender el alcance de lo que es una Institución, es necesario analizar los diversos elementos que la integran y caracteri zan: a) Vigencia, utilización y uso social, que constituyen el fundamento de la Institución. En el uso social, la costumbre, moral y derecho son elementos ideales para descubrir el mecanismo de la Institu ción y analizar su desarrollo. b) La Institución tiene sentido de permanencia. El dinamismo vital de las generaciones es el del cambio. c) La Institución es creada, conservada y transformada por el hombre y está exclusivamente a su servicio. Depende de la actividad hu mana y necesita de su adhesión. d) Los individuos que integran una sociedad tienen relación directa con las Instituciones y resultan agentes pasivos prestando su adhe sión. y agentes activos actuando sobre su vigencia. e) La Institución que no responde a necesidades cesa de ser útil; en tra en crisis y es adecuada, entonces, a las nuevas exigencias del medio social. 0 La generación es la que da fuerza existencial a las Instituciones, que son, en última instancia el producto resultante de la actividad generacional. g) Existen instituciones en los diversos ámbitos de la vida de rela ción. El derecho es uno de los elementos o componentes de la Instituciones, que en tal caso son llamadas Instituciones Jurídicas. El derecho regla su existencia para responder a las necesidades sociales. Por ello no debe confundirse norm ativa con Institución. El Dr. Carlos Sánchez Viam onte refiriéndose al tema dice que cuando las formas jurídicas llegan a convenirse en formas orgánicas se llaman Instituciones, y a eso se llega únicamente cuando la forma adquiere consistencia, rellenada por una conciencia viva y operante que actúa desde adentro hacia fuera. Toda Institución, inclusive las políticas, es la estabilización de formas jurídicas de convivencia. La continuidad no basta por si misma para crear la Institución. Sólo se institucionaliza lo que adquiere vita- 37 MANUAL DE IDSTORLV CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J . G. Harrcr üdad orgánica, lo que se incorpora a la sociedad con caracteres ana- tom ofisioiógicos. Se podría decir que el material plástico y cambiante de que está form ado el derecho adapta sus formas a las exigencias de un constante fluir, característico de la vida social a lo largo de la Historia. Cuando este m aterial plástico fragua, es decir se solidifica o consolida, sus formas adquieren firmeza definitiva o, por lo menos, durable. En ese m om ento se configura la Institución, que es siempre una estructura. Su durabilidad reposa sobre el acierto con que se plasma la substancia ética m ediante la cual se expresa la voluntad humana de ser y de per sistir. De esa m anera, lo institucional trasciende lo individual y lo efí m ero. y satisface cierta apetencia espiritual de la hum anidad dirigida hacia una finalidad que, por remota, se confunde con valores de impo sible realización completa. i Bibliografía consultada v utilizada. ! ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA. "Historia de la Na- | ción Argentina” Tomo 1°. | BAUER, Wilhem "Introducción al Estudio de la Historia" | BIDART CAMPOS, Germán J. "Historia Política y Constitucional | Argentina” Tomo 1°. ¡ CARR, Edward H. “ ¿Que es la Historia? I CROCCE, Bcnedetto. "La Historia como hazaña de la Libertad" j GALLETTI, Alfredo. “Historia Constitucional Argentina” Tomo Io. I KAHLER, Erich. "Historia Universal del Hombre" í LEVENE, Ricardo. “Manual de Historia del Derecho Argentino” . | LEVENE. Ricardo. “Historia del Derecho Argentino” . Tomo Io. | RADAELLl, Sigfrido. “ El Hombre y la Historia”. ¡ SANCHEZ VIAMONTE, Carlos. “Las Instituciones Políticas en la j Historia Universal”. j SIERRA. Vicente D. “Historia de la Argentina” Tomo Io. | TOYNBEE. Amold J. "Estudio de la Historia" Tomo Io ! ZORRAQUIN BECU, Ricardo. “Historia del Derecho Argentino". | Tomo 1°_____________________________________________________ 38 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL .\RGENTINA Dr. Ricardo J . G. Ifarrrr CAPITULO 2 1. E spaña y los JustosT ítuIos a la dom inación de Indias. Este es un tema cuyo estudio es esencial para determinar la signi ficación y naturaleza de la conquista y colonización española en in dias. Se trata de los tíralos con los que España pretendía justificar el dominio de aquéllos territorios para incorporarlos a su patrimonio. A ntecedentes históricos: Para m ejor comprender el tema es ne cesario remontamos a antecedentes no muy lejanos en el tiempo del descubrimiento de América referidos a la disputa existente entre los reinos de Castilla por un lado y el de Portugal por el otro. Citamos como tal a la que se suscitara acerca del dominio de las Islas Canarias, reclamadas por ambas potencias, fundamentalmente por la proyección que de su dominio pudiera derivarse respecto al derecho sobre el te rritorio africano, que había sido reconocido especialmente por los portugueses. La cuestión tenia unaimportancia económica pues la Guinea, ubicada en Africa, producía marfil, oro y esclavos. En el año 1454 (poco menos de medio siglo antes del descubrimiento de Améri ca) el Papa Nicolás V m ediante la Bula “ Romanus Pontifex” da el dominio del Africa a Portugal y en 1456, dos años después, el Papa Calixto III daba el patronato eclesiástico del océano a la portuguesa 'Orden de Cristo". En 1465 comienzan las guerras civiles en España referidas a la sucesión de la corona, guerras en las que interviene el Rey de Portu gal. triunfando finalmente Isabel de Castilla, esposa de Fem ando de Aragón. El Papa Sixto IV dicta la Bula “Aetemi Regis” que bendice el Tratado de Alcaipobas de 1479 y de Toledo de 1480, que había puesto • in a la guerra, y que concedía a Portugal el mar desde las Islas Cana nas "para abajo” contra Guinea, pero nada se decía acerca del mar oc cidental. Se ha considerado el Tratado de A lcafobas como un verdade ro reparto de espacios oceánicos entre castellanos y portugueses. . 39 V * MANUAL DE H1ST0RLV CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J . G. Í W N ecesario es señalar aquí que el derecho público de la época asignaba al Sumo Pontífice, como árbitro y defensor del orden univer sal, la facultad de disponer de los territorios ocupados.por infieles para atribuirlos en plena soberanía a algún príncipe cristiano. Este poder había sido ejercido en m uchas oportunidades, señalándose como ejemplo la donación del reino de Jerusalén a Carlomagno, la conce sión de la isla de Irlanda al Rey de Inglaterra (1155), la Islas Canarias a un rey español (1344) y las costas de Guinea a los portugueses como ya hem os referido. 2. T eo ría s . El exam en de los títulos de los Reyes de Castilla y León a la do minación de Indias es un tema de gran significación jurídica. En su época alentó polém icas entre teólogos y jurisconsultos, em peñados en la búsqueda de razones para fundamentar la conquista. Estas teorías estarán referidas a cubrir dos aspectos fundamentales en orden al de recho de Castilla a posesionarse de las tierras descubiertas. En prim er lugar, Castilla deberá asegurar su dominio sobre Indias con relación a los demás reinos cristianos de la época y, especialm en te, contra su rival en los mares, ei reino de Portugal. En segundo lugar, deberá justificar su dom inio respecto de los aborígenes y, muy espe cialm ente, acerca de ios medios que legítimamente podía em plear para * incorporar esas tierras a su Corona. En relación al primer aspecto, España invocará como titulo váli do las Bulas que rápidam ente obtendrá del Papa Alejandro VI y que le otorgaban el señorío sobre tales tierras, a las que agregará las similares disposiciones pontificias dadas con anterioridad y a la que ya nos he mos referido. A ellas le agregará otros ‘'justos y legítimos títulos” que fueron alegados por los juristas del reino. En el segundo, se deprimió la categoría del aborigen por conside rarlo bárbaro, pecador, infiel y vicioso, señalándose el deber de los in dios de som eterse pacíficam ente a los conquistadores. Una conse cuencia de esta posición era que, en caso de no hacerlo así, se debía o no hacérseles la guerra para someterlos. Numerosos e intensos fueron los debates que se suscitaron con tai motivo. / 40 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J. G. H irrcr 3. La versión teológica. Ya hemos anticipado al hablar de los antecedentes históricos la potestad del Sumo Pontífice para arbitrar y defender el orden univer sal. En opinión del Ostiense, Cardenal Arzobispo de Ostia, canonista del Siglo XIII, “ los pueblos gentiles tuvieron jurisdicción y derechos antes de la venida de Cristo al mundo, pero desde su venida todas las potestades espirituales y temporales quedaron vinculadas a su persona y luego, por delegación, en el Papado de suene que los infieles podían ser privados de sus reinos y bienes por autoridad apostólica, la cual estaban obligados a obedecer”. A su vez, en la “Suma Teológica” de Santo Tomás de Aquino hay ideas muy claras sobre las relaciones del mundo cristiano con los gentiles, llegando a afirmar que cuando estos últimos posean injustamente, se les podían quitar las cosas, y de este modo limitaban el derecho de los gentiles. Esta teoría tomista era en señada en las Universidades y los teólogos y juristas se inspiraban en el Angélico Doctor. El principio general señalaba que Cristo, hijo de Dios y Dios El mismo, eligió de entre sus Apóstoles a San Pedro como Ministro o Pastor, dándole el poder de que "lo que atares en la tierra, atado será en los cielos", poder que se extendía a sus sucesores, los romanos pontífices, para el engrandecimiento y dirección de su Iglesia Univer sal y, en virtud de ese mandato, podían repartir tierras en poder de los infieles para la propagación de la fe católica, correspondiendo a los principes descubrir lugares e- informarse de sus gentes. De allí que la Iglesia ejercía aquella suprema jurisdicción pudiendo los infieles ser despojados de sus tierras si no reconocían la fe católica. Se apoyaba esta teoría en expresiones de N. Señor Jesucristo en el Nuevo Testa mento, cuando decía a San Pedro “apacienta mis ovejas”, o bien que, “al final de los tiempos, se hará un sólo rebaño bajo un sólo Pastor”. Por ello, cuando Colón presentó su proyecto de viaje hacia el Oeste de la mar océano a la Reina Isabel de Castilla, la Junta Real de Salamanca a la que fue derivado el estudio, tuvo opiniones encontra das, pero finalmente prevaleció el criterio juríd ico considerando lícita la posibilidad de descubrir nuevas tierras al dirigirse en aquella direc ción. Señalábase que en el Tratado de Toledo, reconocido por una 3ula Papal, se había convenido que Castilla renunciaba al Océano "solamente para debajo de las Canarias contra Guinea”, pero de nin 41 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGESTINA Dr. Ricardo J. G. lU rrcr guna m anera quedaba obligada respecto del m ar occidental de “arriba de las Canarias fuera de G uinea", o lo que es lo mismo, que los reyes de Castilla eran señores de todo el océano al norte y oeste de las Islas Canarias. En el viaje de Colón se cuida muy bien de ultrapasar la zona portuguesa al sur; no obstante ello, al regreso de su prim er viaje, el rey de Portugal formula formal protesta invocando los títulos em ergentes de las Bulas Papales de 1454 a 1456, que le habían dado soberanía so bre las costas africanas al sur del Cabo Bojador y, accesoriamente, el dominio del mar situado frente a esas costas y la soberanía sobre las islas M adeira, Azores y Cabo Verde. Este monarca entendía que Co lón había tocado tierra dentro de la linea de los dominio que el Papa Caiixto II le había acordado por Bula de 1456. Cuando los reyes de Castilla y Aragón, Isabel y Fem ando, toman conocim iento de la protesta de su vecino, sin perder tiempo, buscan una justificación, un titulo “ legal” que le dé a Castilla el mar al Norte y Oeste de las Islas Canarias y aprovechando la circunstancia de que ocupa el Papado un aragonés con el nombre de Alejandro VI, recla man de él su reconocim iento. Quieren poner al rey de Portugal ante el hecho consum ado; m ediante una nueva Bula que confirme los dere chos españoles y, al mismo tiempo, sirva para quitarle una eventual interpretación favorable a Portugal de las anteriores bulas dictadas por los antecesores de la Silla Apostólica. 4. Las Bulas Papales de 1493. ,r A nte el pedido de los monarcas españoles, el Papa Alejandro VI expidió el 3 de mayo de 1493 la primera bula “ Inter Caetera” . conoci da como de "donación '’, en la cual teniendo en cuenta el propósito de los reyes españoles de difundir el catolicismo en las tierras descubier tas, les otorgaba todas las islas y tierras que no se hallaran sujetas al dom inio de algún otro príncipe cristiano, con plena, libre y om nímoda jurisdicción. Pero si bien este documento dejaba a salvo el derecho que pudieran acreditar otros reyes, por casoel de Portugal, adolecía de una falla que era la falta de precisión geográfica, para determ inar con exactitud el alcance de cada una de las jurisdicciones. Se dicta entonces una segunda “ Inter Caetera” el 28 de junio del mismo año, aunque aparece antedatada con fecha 4 de mayo, (cabe acotar que la prim era “ Inter Caetera” la tuvo reservada el m onarca es MANUAL DE HI5TORLS CONSTmJCIONAI, ARGENTINA Dr. RJc*nJo J . G. H trrcr pañol sin darla a conocer.). Por esta nueva bula llamada de “dem arca ción" se determinaba que la donación a los Reyes Católicos era de las tierras que se encontraban al oeste de una línea imaginaria que corría de polo a polo, ubicada a cien leguas al occidente de las Islas Azores y de Cabo Verde. Bien entendido que no se quitaba ni se debía quitar el derecho adquirido a ninguno que lo posea anteriormente. Aunque dictada con fecha posterior, a la Bula “ Eximias Devatin- n is '\ se le puso fecha 4 de mayo, y parece ser su objetivo dotar a ios Reyes Católicos de una letra pontificia que les permitiera contener cualquier avance de las reclamaciones portuguesas mientras se estu diaba la segunda “ Inter Caetera” de demarcación. Como dice en su texto, se concede a los monarcas españoles y a sus herederos y suceso res, las islas y tierras descubiertas o que se descubran, con todas y ca da una de las gracias, privilegios exenciones, libertades, facultades e indultos concedidos hasta hoy a los Reyes de Portugal. Se dicta posteriormente la Bula “Eiis-EideLLum” que está dirigida al Vicario de la Orden religiosa de los Mínimos, y en ella se expresa que los Reyes de España, deseosos de hacer florecer y exaltar la fe católica en las regiones orientales y en la Mar Océano, se había re suelto destinar a estas regiones a esos religiosos con otros seculares y seglares, concediéndoles el Pontífice la más amplia facultad, licencia, potestad y autoridad para trasladarse y residir sin licencia de sus supe riores, predicar y hacer predicar la palabra de Dios para convertir a la fe a los naturales, bautizarlos, instruirlos y administrarles los sacra mentos. El contenido de esta Bula enfatiza el sentido de la donación pontificia, que fue el de la evangelización de los indios. Finalmente la “Dudum Siquidem” del 25 de septiembre de 1493. am plía la donación “a todas y cada una de las islas y tierras firmes, halladas o por hallar, descubiertas o por descubrir, que estén, fuesen o apareciesen a los que navegan o marchen hacia Occidente y aún el mediodía, bien se hallen en las regiones occidentales como en las orientales y existan en la India...” . La redacción de esta Bula viene a demostrar que la línea de demarcación de Alejandro VI no fue un me ridiano completo. 5. Bases jurídicas de la Bula de Donación Para una clara comprensión de las bases y naturaleza jurídicas en virtud de las cuales el Papa donaba las tierras a los Reyes Católicos, MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J . G. Ilarrer m enester es tener presente dos circunstancias muy importantes: 1) Las bulas no hacen donación del continente americano, como hoy lo cono cem os, sino un núm ero reiarivamente insignificante de islas recorridas por Colón en su prim er viaje; 2) Durante la Edad Media, en materia de derechos se entendían los derivados del uso y la costumbre. Las Bulas alejandrinas respondían a incuestionables antecedentes vaticanos, existiendo como ya hemos dicho, muchas concesiones ante riores dadas por diferentes Pontífices. Estas “islas” fueron concedidas a la soberanía castellana en el documento que analizamos, pero en el m ism o no se explicaba cual era la fuente del derecho bajo cuyas de term inaciones pudo el Papado hacer concesión semejante. Necesario es reconocer que Alejandro VI al otorgar las Bulas de Donación y Demarcación, lo hizo como un acto propio de su sobera nía, conforme a antecedentes de otorgamientos semejantes apoyados en la doctrina que veía en el Papa al “verus imperatur” . Si bien se afirma que las bulas respondían a una costum bre, a un derecho consuetudinario, esa costumbre tenía que haber surgido de un hecho primario de carácter jurídico. Y tal hecho jurídico se trataría de una pretendida donación hecha por el Emperador Constantino al papa Silvestre y a sus sucesores, creando un derecho especial que fue apli cado en las donaciones de la Isla de Cerdeña, la de Irlanda y las Cana rias, entre otras. La base juríd ica invocada es que todas las islas son de derecho público, y que éstas habrían sido donadas por el Emperador Constantino al Papado. Lo que interesa aquí dejar sentado es que este hecho dio origen a un principio del derecho público nedioeval que m antuvo viva como tradición vaticana la afirmación de la soberanía pontifical sobre las islas. De cualquier manera, con gran habilidad, el documento señala el hecho de que los reyes Católicos, según la costumbre de sus progeni tores, decidieron som eter al Papa las islas y tierras descubiertas y sus habitantes y m oradores y convertirlos, por lo que aún en el supuesto de que las tales islas pudieran no ser consideradas entre las donadas por el Em perador Constantino, si bien aplicaba la doctrina insular ya referida, declaraba que ios reyes de España que la habían descubierto y poblado “la habían colocado bajo su jurisdicción”. Cabe señalar aquí que la bula de donación no era por sí sola un título de dominio, sino un derecho a ocupar los nuevos territorios y 44 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. U b J . C. H*rr*T ejercer soberanía sobre ellos, que para hacerlo efectivo requería la conquista y consiguiente ocupación por pane de los españoles. 6. Tratado de Tordesillas^............. Sabido es que el Rey de Portugal no estuvo conforme con el sentido de las Bulas Papales, por lo cual presionó a los de España para arribar a un aneglo razonable. Ya que no podía, como príncipe cristiano que era, cuestionar la decisión del Romano Pontífice, se limitó a reclamar acerca del agravio que constituía la línea fijada en la “ Inter Caetera” de demarcación, señalando que los límites allí establecidos eran tan angostos que impedirían en lo futuro que pudiesen pasar sus navios más adelante, en sus excursiones hacia los territorios que por anterio res concesiones papales le habían sido otorgados, dadas las condicio nes y características de la navegación y los vientos y mareas predomi nantes. A consecuencia de ello, se firmó el Tratado de Tordesillas, el 7 de junio de 1494, por el cual de común acuerdo se amplía la línea de demarcación y se la fija a 370 leguas al Oeste de las Islas de Cabo Verde, quedando el hemisferio occidental en poder de Castilla y el Oriental en el de Portugal. Ambas partes acuerdan, además, no realizar exploraciones en el sector atribuido a la otra y cederse las tierras que por casualidad descubriesen en él. Cabe mencionar que ambas potencias reconocen la línea demar- catoria trazada por el Papa, limitando su iniciativa sólo a modificar la distancia, y por ello suplican al Pontífice que confirme y apruebe esta Capitulación, lo que es aprobado por el Vaticano. Sabido es que, a consecuencia de esta nueva traza Portugal adquirirá derechos para ha cer pié en América, luego de las expediciones de Vicente Yañez Pin zón y de Alvarez Cab'ral. Como España y Portugal eran entonces las únicas naciones en aptitud de realizar empresas ultramarinas en gran escala, el Tratado de Tordesillas significó la más com pleta panición del mundo, atribuyen do la exclusividad de la navegación y de las conquistas a cada uno de esos dos Estados, y en tal sentido debe señalarse que ninguna otra na ción europea se opuso ni discutió, en ese momento, ni las Bulas de donación ni el Tratado de Tordecillas. 45 MANUAL DE H1STORU CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. RJcnnJo J. G. f k m r 1. Otros Justos Títulos invocados. Los Reyes de Castilla reconocieron el supremo derecho del Pon tífice, pero alegaron el propio derecho a la posesiónde las Indias, fun dados en otros títulos. Así lo hacen constar en la Real Cédula por la cual se declaraban incorporadas las Indias a su Corona, el 14 de sep tiembre de 1519, al expresar en el inicio del documento que “por do nación de la Santa Sed^ Apostólica y otros justos y legítimos títulos somos Señor de las Indias Occidentales, Islas y Tierra Firme del Mar Océano descubiertas y por descubrir...” Ello fue así, pues si bien en las primeras décadas posteriores al descubrimiento no se discutió la validez de las bulas como título de soberanía, a medida del transcurso del tiempo la Santa Sede dejó de ser reconocida en su posición eminente dentro de la Cristiandad, y después de! Renacimiento y de la Reforma sus actos atributivos de so beranía perdieron eficacia en un mundo que ya no respetaba la jerar quía del pontificado. Y entonces, todas las naciones se creyeron auto rizadas para navegar los mares y ocupar las tierras que Castilla había incorporado al mundo conocido. Primero fueron empresas privadas, auspiciadas por sus soberanos, luego fueron los mismos Estados los que se instalaron en los lugares que España no había conquistado, ci tándose en tal sentido a ingleses, franceses y holandeses, principal mente, f A ello se irán agregando las polémicas suscitadas por los teólo gos que cuestionaban aquél derecho emergente de la concesión ponti ficia, desde el punto de vista de los indígenas que poblaban el conti nente americano. ¿Bastaba la donación pontificia para quitar sus tie rras y destruir los señoríos políticos del nuevo continente? Este fue el interrogante que se planteó España misma en el Siglo XVI, empeñán dose en discutir los fundamentos mismos del dominio que sus reyes ejercían en las Indias. Analizaremos primero los “otros justos y legítimos títulos” invo cados por España, que en su mayoría fueron auspiciados por los ju ris tas del Reino, para luego entrar a considerar las objeciones que a ellos le harían los clérigos empeñados en buscar otra justificación, sobre otras bases y en miras, fundamentalmente, de la protección del indio frente a los avances de una explotación exagerada por pane de los conquistadores. 46 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. R icrJo J. G. H ^rcr a) La ocupación efectiva: Este es el título más contundente que los españoles tuvieron para oponer a los avances de las otras poten cias. La ocupación territorial fue el título indiscutido e indiscutible que España tuvo frente a las demás naciones europeas para conservar su dominio en el Nuevo Mundo. Este título provenía del Derecho Ro mano que autorizaba al primer ocupante a adueñarse de las tierras deshabitadas (res nullius), y tuvo reconocimiento internacional. La propia España, pese a los títulos provenientes de la concesión pontifi cia, debió reconocer a otras potencias el dominio de territorios que aquellas llegaron a ocupar y conquistaban, aun cuando se hallaren dentro de las tierras concedidas por la autoridad papal. b) El hecho del Descubrimiento: Consideraba que habían sido los castellanos quienes habían descubierto estas tierras y en virtud del Derecho Natural les correspondía su propiedad. c)" Títulos religiosos: Se señalaban muchos divinos impulsos, inspiraciones y revelaciones que habían incitado a los Reyes Católicos a realizar esa empresa, manifestándose esa voluntad divina en la feli cidad y facilidad con que se llevó a cabo y por los muchos y sorpren dentes milagros y apariciones. Se invocaba, también, la palabra divina a través de un versículo de Isaias; o de las profecías de Isaias según las cuales el Nuevo Orbe habría de ser convertido a Cristo por gente es pañola; o por la significación del apellido del descubridor (Colón = Columbus = Paloma = representación del Espíritu Santo). d) La misión evangélica: Colonización destinada a incorporar a los indios a la fe católica; algo así como una guerra santa destinada a convenir a los infieles, autorizada por el Papa al otorgarles las tierras en donación a los Reyes Católicos. Se admitía la licitud del previo dominio temporal sobre los indios para implantar la cristiandad y para conservarla una vez recibida por éstos y, especialmente, para defender a los conversos de los eventuales ataques de los gentiles. e) La barbarie e incultura de los Indios: Se afirmaba que los aborígenes de estas tierras apenas merecían ser llamados “hombres” y necesitaban quienes los elevaran a la condición humana, ya que llega ba a afirmarse que carecían de razón, y citando a Aristóteles, se los consideraba una especie de “bestias parlantes”, con una condición de siervos por naturaleza, que tenían el deber de someterse a los europeos de una cultura superior. 47 MANUAL DE IÍISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J. G. H urer f) Los abom inables vicios: que dominaban entre ios indios, co mo la idolatría, con sacrificios humanos a sus ídolos, antropofagia, sodomía e incesto, así como la embriaguez y la tiranía g)La vo lun taria aceptación de los Indios de la soberanía es pañola: En muchos casos tribus indias buscaban voluntariamente la protección de los españoles en contra de la sangrienta tiranía que les era impuesta por otras tribus dominantes, que los sometían a esclavi tud. Sintetizando: En esta primera etapa del descubrimiento y con quista, ¡os títulos alegados se fundaban en la exaltación de jurisdiccio nes y valores locales de Occidente, como ser la autoridad temporal del Papa, y la jurisdicción universal del Emperador, o bien en deprimir la categoría del indio por considerarlo, bárbaro, siervo por naturaleza, pecador, infiel y vicioso, por lo que de ello se concluía el deber de los naturales de someterse pacíficamente y que si no se sometían, podían los españoles declararles la guerra. 8. Opinión de F ray Bartolom é de las Casas y del P ad re Francisco Vitoria. Las Indias estaban pobladas en el momento del descubrimiento por una cantidad de razas y de tribus de diversa cultura y hábitos dife rentes. Junto a los aztecas y a los incas, que eran pueblos ya evolucio nados y organizados, otros grupos evidenciaban un estado muy rudi mentario de civilización. También fueron muy distintas las reacciones de estos indígenas frente a los españoles, aceptando algunos su domi nación, sometiéndose y mezclándose con ellos, mientras otros mantu vieron una resistencia a veces prolongada y tenaz, que en algunos ca sos llegó hasta la época independiente. Posición sim plista: Pero ante la oposición que muchas tribus hi cieron a la penetración española, surgía el interrogante acerca de si era lícito o no el hacerles la guerra, para así lograr los fines que perseguía la conquista. La posición más simplista para los que no acatasen vo luntariamente la dominación de los españoles, la representa el jurista Palacios Rubios, autor de un famoso “requerimiento” que debía ser leído por el Escribano ante los indígenas, y en el cual, en nombre de los reyes de España, muy católicos y muy defensores de la Iglesia, se íes notificaba que Dios existe, que creó el mundo, que existía un Papa a quien el Señor encargó que de todos los hombres del mundo fuese MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Rkxrdo J . G. fíkrrrr señor y superior y a quien todos obedeciesen, dándole todo el mundo por su reino, señorío y jurisdicción, y que uno de los Papas hizo dona ción de estas tierras a los reyes de Castilla y sus sucesores, y que co mo tales reyes debieran ser obedecidos, y que si así lo hicieren se Íes daría privilegios y mercedes y en caso contrario se les haría la guerra y los sometería al yugo y obediencia de la Iglesia y de los reyes, y toma ría sus mujeres e hijos y ios haría esclavos y les haría todos los males y daños que pudiera. Fácilmente se comprenderá que la lectura de esta documento ha bría de dejar perplejos a los nativos, pues no entendían el idioma en que estaba redactado, y la falta de intérpretes que lo tradujeran, sería un factor más que suficientepara el rechazo de los indios conminados. No faltaron en España críticas ácidas e irónicas a este procedimiento, que no podía terminar sino en el enfrentamiento armado con los indios hostiles, o en el acatamiento de aquéllos que estaban dispuestos a ha cerlo, para lo cual no era menester leerles tan sesudo documento. Posición de Bartolomé de las Casas: Cabe destacar que muchos teólogos de la época aceptaban la necesidad del previo dominio tem poral sobre los indios, como medio lícito para implantar la cristiandad entre ellos, y otros aceptaban la dominación temporal sobre los indios para conservar la religión cristiana una vez recibida por éstos. El Padre Bartolomé de las Casas desconoció el poder temporal invocado por el Papado sobre los infieles para poder disponer de sus tierras, razón por la cual no podía sustraérselas, quitarles el dominio y entregarlo a otros príncipes. Sólo reconocía el poder temporal del Pa lpado en orden al logro de los fines espirituales que era su misión cumplir, esto es la evangelización del Orbe. Aceptaba, entonces, que se pudiera atribuir determinadas jurisdicciones a los príncipes cristia nos para cumplir ese fin evangélico, pero de ninguna manera para quitarles el señorío y dominio que sobre tales jurisdicciones ejercían sus legítimos propietarios los indios. Bartolomé de las Casas, desde un principio se manifestó contra río a la conquista de América por la fuerza, rechazando totalmente ese medio para el cumplimiento de los fines apostólicos. Sostuvo firme mente la teoría general de la injusticia de la guerra contra los indios, porque no era un procedimiento lícito para convertirlos al cristianis mo, En los casos en que la actitud de los indigenas ofrecía peligro para la integridad física de los conquistadores, estos debían limitarse a le 49 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Or. R icrdo J. G. ÍU m y vantar fortalezas y desde allí iniciar el trato con ellos, y poco a poco, se fuese multiplicando la religión, ganando tierra por paz y amor, y fundamentalmente, dándoles el ejemplo de una vida mejor a la que llevaban. Las Casas condenó siempre las guerras contra los indios porque ellas eran violatorias de sus derechos naturales, pues sin haber ofendi do eran agraviados y reducidos por la fuerza; porque no eran un medio lícito para atraer a nadie a la fe cristiana; porque tampoco lo podían ser para cumplir algún fin temporal o político, siempre de menor ran go que el fin espiritual, y porque además faltaba autoridad en los reyes para declararlas y no existía justa causa. Terminemos diciendo que este sacerdote, gran defensor de los indios, sostenía que estos, como criaturas de Dios, participaban de los atributos humanos y que tenían, por lo tanto, uso de razón y que eran capaces de religión, de virtud y de vivir como hombres libres en so ciedad civil y de tener propiedades, leyes y gobiernos legítimos, todo lo cuai habían demostrado tener y usar antes de la llegada de los espa ñoles. La posición del P ad re V itoria: Este sacerdote estuvo de acuer do con la posición de Las Casas respecto a la potestad temporal del Papa, señalando que éste sólo había concedido el cuidado de la predi cación, conversión y protección general de los indios, y no que el do minio otorgado fuese general y absoluto, ya que para ello no tenía fa cultades suficientes, y menos pudiera otorgar tal poder a los príncipes. Francisco de Vitoria hizo un profundo análisis de los títulos in vocados hasta ese momento para justificar la dominación de Indias, llegando a la conclusión de que ellos eran ilegítimos. Siguiendo el orden en que los tratamos al analizarlos anterior mente. señalemos las razones que llevaban a Vitoria a esa conclusión: a) Concesión pontificia: Negaba la potestad temporal del Papa que emergía de su condición de monarca universal temporal, y que por lo mismo pudiera constituir a los reyes de Castilla en príncipe de los indios. Recordaba que, si bien conforme a las Sagradas Escrituras, Nuestro Señor había puesto a San Pedro y a sus sucesores al frente de la Iglesia, ese poder estaba circunscrito a lo temporal en orden a lo es piritual. es decir, en cuanto es necesario para la recta administración del orden espiritual. En tal sentido eran de aplicación la parábola refe rida al momento en que N.S. Jesucristo recuerda que “Su Reino no es 50 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Rkardo J. G. H ^rry de este Mundo”, o cuando responde a los fariseos diciéndoles “Dad al Cesar lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, palabras que determinan claramente las potestades terrenas y las espirituales de la doctrina cristiana. Por ello, no toda la potestad divina había sido transmitida al Papa, y aún en el supuesto de que el Sumo Pontífice estuviera dotado de tal poder secular universal sobre todo el mundo, no podría darlo a los príncipes seglares pues sería anexo al papado. b) La ocupación efectiva y el hecho del descubrim iento: Sobre estos títulos Vitoria decía que apoyaba el principio, hoy consagrado por el Derecho de Gentes del cual fue un precursor, de que si no es de nadie, no tiene dueño, debe concedérselo al ocupante. Pero en el caso americano no careciendo de dueños esos territorios, ya que los indios eran verdaderos señores, no podían comprenderse en las leyes prece dentes. No podía descubrirse lo que ya lo estaba, y menos podía ocu parse a titulo de dueño, establecer un dominio, a territorios que ya es taban poseídos en tal carácter por otras naciones. c) Títulos religiosos y misión evangélica: Sobre el primer as pecto no le atribuye el valor jurídico para otorgar titulo de dominio, más allá de la existencia o no de tales milagros. En relación a la evan- gelización de los indios, como un imperativo impuesto por las Bulas Papales, Vitoria señalaba que los indios, antes de oír cosa alguna de la fe de Cristo no podían ser considerados como incurriendo en pecado de infidelidad; que tampoco tenían el deber de creer al primer conoci miento de esta fe, y aún cuando ésta Ies hubiese sido anunciada razo nablemente, y ellos no hayan querido aceptarla, no por eso había ra zón suficiente para hacerles la guerra y quitarle sus bienes. d) La barbarie e incu ltu ra de los Indios: Sobre este aspecto, Vitoria consideraba que, en general los indios eran criaturas suscepti bles de ser atraídas a la fe católica, pero creía que esta circunstancia no autorizaba a los reyes a desposeerlos de sus propiedades. Hacía, sin embargo, alguna salvedad respecto de algunas tribus, como los Cari bes. cuya antropofagia era conocida, lo cual los ubicaba por debajo de ia categoría humana, en el nivel de bestias que podían ser conquista das. e) Los abom inables vicios de los indios: Que contrariaban los principios del Derecho Natural, especialmente la tiranía que afectaba a los naturales en muchos casos, tiranías muchas veces sangrientas, o la sodomía, incesto, la antropofagia, etc., no bastaban para apartarlos 51 MANUAL DF. HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J. G. H*rrcy violentamente de ellos ni castigarlos, porque tal potestad suponía la falsedad de aceptar que el Papa tenía jurisdicción sobre ellos. f) La voluntaria aceptación de los indios: Aun cuando a su lle gada los españoles hubieran hecho ver a los indios que el Rey los mandaba allí para hacer su felicidad y ellos lo aceptaran, tampoco este antecedente satisfacía demasiado a Vitoria, pues entendía que pudo haber miedo o ignorancia, elementos que viciaban toda elección por parte de los naturales. Los legítimos títulos según el P adre V itoria: El principal título que Vitoria reconoce como legítimo para la penetración en Indias es el de la propagación de la religión. Argumenta que por ley divina los cristianos tienen el derecho y la obligación de predicar y anunciar el Evangelio entre los indios, y aunque considera que esto es lícito a to dos los puebles cristianos, no obstante ello está dentro de lasfaculta des del Papa atribuir a un determinado reino la realización de esta ta rea y prohibírselo a los demás, porque aunque el Romano Pontífice no sea señor universal, sin embargo tiene poder sobre las cosas tempora les en orden a las espirituales. Y ello siendo su misión divulgar el Evangelio por todo el mundo, pudo confiárselos a ellos que habían dado sobradas muestras de su fe y su adhesión a la jerarquía eclesiás tica, y prohibírselo a los demás. Al considerar en este titulo si era legítimo o no hacer la guerra a los indios a los efectos de predicarles la fe, Vitoria se muestra en prin cipio contrario a esa medio bélico. Pero hace una importante disquisi ción, en el sentido de que si los predicadores son atacados, si se pone en peligro sus vidas que ellos estaban también obligados a preservar por mandamiento de la propia religión, resultaba legítimo que ejercie ran su defensa mediante el uso de la fuerza. De tal manera para cum plir el objetivo de la predicación de la fe justificaba el uso de la fuerza, siempre que los indios los atacaran. Pero, se manifiesta total y abso lutamente contrario a que la aceptación de la fe les sea impuesta por la fuerza, ya que este es un acto libre en el que la voluntad no puede ser forzada por aquél medio. El segundo titulo que Vitoria aceptaba, aún cuando con reservas para ciertas tribus como los Caribes, era el de la superioridad cultural de los españoles, que ante el ataque de aquéllos, debían someterlos por la fuerza. 52 Partiendo de principios def Derecho Natural, que era conocido por los seres racionales precisamente por contar con la razón necesa ria, consideraba que los indios cometían pecados muy graves, como la sodomía, la antropofagia, el incesto, y especialmente, la tiranía. Por lo que era legítimo enseñarlos para seguir la buena senda, pero ante su oposición por la fuerza, era legítimo hacerles la guerra. Partiendo también de principios del Derecho Natural, que poste riormente dieron lugar al Derecho de Gentes, existía una sociedad y comunicación natural, la libertad de puertos y de mares, por cuya vir tud los españoles tenían el derecho de recorrer aquellas tierras y de permanecer allí, sin que se les haga daño alguno por parte de los in dios y sin que puedan prohibírselo, pues todas las naciones considera ban que los huéspedes y peregrinos recibieran el mal sin justa causa, a menos que los viajeros obraran mal al llegar a tierra ajena. Si los indios querían impedir a los españoles todo lo que podían hacer, como el comercio y otras cosas, que es de derecho de gentes, deben éstos primero evitar el escándalo con razones y mostrarle que no han ido allí para hacerles mal, sino que quieren ser sus huéspedes. Pero si los indios no se aquietaban, podían los españoles defenderse, porque es lícito rechazar la fuerza con la fuerza. En consecuencia si los españoles no podían conseguir seguridad de parte de los indios, si no ocupando sus ciudades y sometiéndolos, también esto les era licito hacer. Francisco de Vitoria planteó el tema de la guerra indiana de la forma más conforme a la doctrina escolástica, superando en sus con clusiones a Bartolomé de las Casas en el tema de la guerra para quien siempre ella era injusta. Vitoria no fue un impugnador ni un defensor de la conquista, sino un autor de tipo considerativo que resolvía la justicia de la guerra indiana, según la conducta que observaban los in dios. Si éstos no violaban los derechos que el autor concedía a los es pañoles en tomo a los títulos legítimos aceptados en su “Primera Re elección”, como ser el comercio, la predicación, etc., no había injuria, y por lo tanto faltaba ia causa justa para guerrearles. 9. Evolución de la legislación española. El estudio de las Instituciones del derecho español y más espe cialmente del derecho castellano, es fundamental para el conocimiento del derecho indiano. Trátase de la historia que ha revelado el genio ju- MANUAL DE1IIST0RLV CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. IUc*rdo J. G. flarrrr 53 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. KJcmnhJ. G. fUrrrr rídico, como dice Levene, del pueblo que con tanta personalidad y vi gor elaboró el derecho foral y las Partidas. Además de señalarse que Castilla y León, en primer término, hicieron el descubrimiento y colo nización de América, los soberanos de estos reinos fueron incorpora das las tierras descubiertas, formando parte de la monarquía y se man dó aplicar en ellas en forma subsidiaria su legislación. Pero esta vigencia en las Indias del Derecho Castellano tuvo su m ayor alcance en la esfera del derecho privado más que en el público. En este último debieron adaptarse ios viejos modelos que lo habían inspirado, a las nuevas circunstancias que le imponía un mundo dis tinto. En cambio, en el ámbito del derecho privado, la aplicación de los preceptos jurídicos contenidos en los distintos cuerpos legales de Cas tilla, alcanzaron en América casi la misma amplitud que en España, sin alterar su doctrina jurídica tradicional. España tenía una tradición jurídica propia, formada desde sus orígenes, en las sucesivas oleadas invasoras de pueblos, resultado de su complicada composición social y, por lo tanto, de su nueva y origi nal organización jurídica. Ese pasado culmina con Alfonso el Sabio y la imponente creación de las Partidas, en las que hay recepción del de recho extranjero, del romano y del canónico, aunque sin desconocer la importante contribución del Derecho Foral autóctono. En la Recopilación de Leyes de Indias promulgada en 1680 se establecía el orden de prelación de los cuerpos jurídicos que se debía aplicar en las Indias. Por ello, el programa de estudios considera nece sario tener algunas noticias históricas sobre el carácter y significado de tales fuentes. Los fueros m unicipales: Son fuentes del derecho de carácter lo cal que recogen normas jurídicas de aplicación en un municipio de terminado y representan la manifestación más importante del derecho vigente en las ciudades de los distintos Estados hispano-crístianos du rante la Alta Edad Media y aún durante los primeros siglos de la Baja Edad Media. Con los llamados “fueros” o cuadernos forales se inicia en España un tipo de legislación cantonalista cuyo ámbito de vigencia fue bastante extenso. Por “fuero” debe entenderse la regla jurídica especial y privile giada. excepción del derecho común y que sólo obliga a las personas de determinada clase o vecindad. Resumiendo lo mucho que se ha es- 54 MANUAL DE HISTORIA CONS'nTL'GONAL ARGENTINA Dr. Rhmnio J. G. / í m r crito al respeto, dice Cabral Texo, que “ fuero” era la costumbre local o guardada entre determinada clase de personas y promulgada o manda da observar por la autoridad del monarca. Algunos encuentran el ori gen de los fueros en las distintas formaciones territoriales que se fue ron gestando por quienes tuvieron a su cargo la reconquista española de manos de los árabes, obra realizada en gran parte por verdaderos caudillos, que terminaron convirtiéndose en señores feudales. El ger men de los fueros territoriales o municipales, por oposición a los fue ros personales o de clase, se halla en las cartas de inmunidades o en los privilegios que el rey o el señor de la ciudad, en su caso, concedían a los señores territoriales. El período de formación de estos fueros se los ubica entre los Siglos IX al XI En los Fueros se encuentra siempre manifestada de una manera expresa o tácita, la idea de que las normas en ellos contenidas consti tuyen una especie de derecho pactado entre el Rey, el señor feudal y los vecinos de la ciudad. Es importante señalar que no siempre los fueros de cada ciudad eran originales de ella, sino que en muchos ca sos se reproducían normas jurídicas procedentes de los fueros de otras ciudades, según lo afirma Ots y Capdequí. El contenido de estos fue ros no reflejaban por lo general todo el conjunto del derecho vigente en una ciudad, sino que más bien recogían losprivilegios y exenciones peculiares de la ciudad de que se trataba. Al producirse en la península la recepción del derecho romano justinianeo. los fueros recogieron en sus preceptos las nuevas tenden cias jurídicas. Por lo general. Jos fueros representaron un intento de unificación del derecho “dentro” de la ciudad, sometiendo a unas mismas normas a todos los vecinos. Cabe señalar, sin embargo, que, aunque estos fueros municipales no tuvieron vigencia alguna en los te rritorios de Indias, se hallan incluidos en los ordenamientos que orde nan su aplicación. 10. El Fuero Juzgo. En el reino hispanogodo aparecen desde muy temprano compila ciones jurídicas con formas de leyes, entre ellas las “Teodoricianas” (419 al 467); “Código de Eurico” (467^85); “Código de Leogivildo” (582-586); "Código o Breviario de Alarico” (506) y el “Liber Judicia- rum” (654). Precisamente esta última compilación, por disposición de Fernando III el Santo, padre de Alfonso X el Sabio, se tradujo al 55 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Kh*rdo J. G. Hmrrcr idioma castellano para que con el nombre de “Fuero Juzgo” fuera la base del derecho territorial de Castilla y León. Se creyó que podría vencerse la resistencia de las ciudades, celosas en la defensa de sus propios fueros municipales. En el caso de la ciudad de Córdoba, se trató de imponer como fuero municipal a este Fuero Juzgo. El Fuero Juzgo fue tenido como derecho común en los reinos de León, Asturias y Galicia, rigiendo en Castilla como ley supletoria y como fuero particular en una serie de ciudades Es interesante señalar que en todos aquéllos cuerpos de legisla ción visigótica, que contienen en su mayor parte disposiciones sobre derecho privado, pueden encontrarse sin embargo principios y pre ceptos dirigidos ostensiblemente a fijar límites morales al ejercicio del poder real. Por ejemplo, el Fuero Juzgo contiene máximas y reflexio nes según las cuales “el Rey y toda forma de autoridad, tienen por fi nalidad ei beneficio del pueblo y no pueden ser utilizadas en provecho propio. El Rey que no corrige con misericordia no rige sus estados piadosamente; el rey que obra rectamente merece ser exaltado y re cordado. pero se pierde irremisiblemente si obra mal". 11. El Fuero Real. A los tres años de comenzar a reinar Alfonso X, llamado “el Sa bio”. se redactó y fue acordado como fuero local en un lugar denomi nado Aguilar del Campo (1255) el Fuero Real, que es, desde el punto de vista cronológico el primero de los códigos alfonsinos. Se trataba de una adaptación de otros fueros municipales y, en parte, también del Fuero Juzgo, que el monarca hizo preparar con miras a obtener un de recho territorial uniforme para todo su reino, y procurar con su aplica ción, la substitución definitiva de los fueros municipales. Una de las características señalables en este cuerpo de leyes es que con él se inicia la recepción del derecho romano, que bien pronto habrá de desplazar a los cuadernos forales. No existen dudas de que fue redactado para servir como texto en los tribunales reales, en subs titución del Fuero Juzgo y reemplazo de las costumbres locales, para corregir la anarquía legislativa propia de las instituciones forales y propender a la unificación de la legislación. Este propósito encontró resistencias entre los señores feudales, por lo que el rey debió acceder a que aquéllos no debieran ser juzgados por el Fuero Real, salvo que expresamente lo aceptaran. 56 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. RJcmrdo J. G. lUrrcr La vitalidad del Fuero Real se debió, dice Cabral Texo, a que de be ser considerado como el mejor y más difundido de los fueros de ti po municipal. Si bien fue redactado con criterio romanista, por razón de su división en libros, títulos y leyes, lo fue de acuerdo con un dere cho más conforme con el que imperaba en Castilla en aquél entonces, y eso explica que haya logrado ir sustituyendo a numerosos fueros lo cales a punto tal que llegó a convertirse en ley general o derecho te rritorial, y no pocos de sus preceptos pasaron a las recopilaciones posteriores, aunque sin lograr concretar los esfuerzos para conseguir su vigencia con carácter general . 12. Las Partidas. El Código de las Siete Partidas, promulgado también bajo el rei nado de Alfonso X, dice Ots y Capdequí, es la obra más importante del derecho histórico castellano y una de las que alcanzaron más difu sión, por su alta autoridad doctrinal. Representan las Partidas el in tento más ambicioso de sustituir el viejo derecho local de los fueros municipales por un nuevo sistema jurídico de carácter territorial inspi rado en la doctrina del derecho romano justinianeo. Pero la hostilidad con que fueron recibidas por las clases populares hicieron infructuosa, una vez más, la política de unificación legislativa seguida por este monarca. La primera redacción de Las Partidas fue terminada en 1263 y la segunda en 1265. Como lo indica su nombre está dividido en siete partidas, que tratan sucesivamente de los siguientes aspectos del dere cho: 1)Referido a la génesis del Derecho y a la aplicación de la ley. Asimismo, trata de las relaciones entre la iglesia y el Estado. 2)Trata de la Constitución política del Reino. Normas de de recho político, denominada como la Constitución politicomilitar de la monarquía española, asegurándose que la fuente que se ha seguido ha sido Aristóteles. En esta partida se sostuvo que la facultad de dictar la ley pertenecía sólo al Rey, lo que estaba en oposición a la tradición fo ral, y aunque se sienta el principio democrático de la igualdad ante !a ley, por otro lado se fundamenta el absolutismo gubernamental basado en la propiedad personal del monarca sobre el reino, afirmando que la soberanía tiene un origen divino. MANUAL DE HISTORIA CO.NSTTTUQONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J. G. ¡Urrcr 3 )Se refiere a las leyes procesales y referidas a la administra ción de justicia. Esta parte se ha mantenido incólume a través de los tiempos, a tal punto que no pocas disposiciones de esa época están actualmente en vigor. 4 )Organización de la familia. 5)Herencias, testamentos y otras instituciones de derecho pri vado. Se regulan aquí aspectos referidos ai comercio marítimo, si guiéndole la compilación denominada Leyes de Olerón. 6)Obligaciones e instituciones del derecho común. 7)Legislación Penal. No obstante la riqueza de su contenido ha sido poco estudiada; su jurisprudencia criminal es un extracto del Código Justinianeo, remozado con penalidades contra los herejes, mo ros y judíos. Respecto de las Partidas los conceptos tradicionales las han con siderado unos como una Enciclopedia de valor jurídico doctrinario y otros, como un Código o cuerpo de derecho positivo. Los que las ca talogan como una obra didáctica, parten de la base de su fuerte conte nido literario, y que ha sido redactada con la mira de enseñar y tender a elevar la cultura jurídica media a fin de preparar al país para futuras y trascendentales reformas de orden legal. En rigor de verdad, y en función de la época en que fue dictada, la determinación sobre si fue dictada como una enciclopedia o como un código no tiene mayor im- „ portancia, pues lo doctrinario y lo preceptivo de la ley andaban muy mezclados. No obstante los propósito del rey Alfonso, las Partidas no pudie ron ser puestas en vigencia durante su reinado: muchos obstáculos se opusieron a ello, tales son sus trabajos en busca de la exaltación al trono alemán, la anarquía producida por su propio hijo, Sancho, la ig norancia de la época y por sobre todo, la tenaz resistencia de los cas tellanos a ver abolidos sus venerados fueros. Recién tuvo vigencia al ser promulgado el Ordenamiento de 1349 por las Cortes de Alcalá, aunque en el orden de prelación se la ubica en tercer lugar. Las Partidas, por estar escritas en un castellano elegante, muy li terario y correcto, se difundieron grandemente en las escuelas convir tiéndose en textosde enseñanza por su gran fondo romanista, que le aseguraba una evidente superioridad, por lo completa, frente a los di minutos cuadernos forales. 58 MANUAL DE HISTORIA CONSTTTL'QONAL ARGENTINA Dr. R kxrdo J. C. / W c r En los territorios de Indias las Partidas alcanzaron una difusión extraordinaria y, probablemente, su vigencia fue más efectiva allí que en la propia España, pues los letrados y Oidores de las Audiencias coloniales no tuvieron necesidad de luchar para su aplicación como derecho supletorio, contra las resistencias que hubo de vencer en la metrópoli por las razones históricas que ya se han expuesto. 13. Ordenamiento de Alcalá. Ya hemos señalado que las Partidas fueron puestas en vigencia por un Ordenamiento dictado en Cortes Generales reunidas en Alcalá de Henares en 1348. Mediante este Ordenamiento se tendió a ordenar la legislación en vigor, poner término al desbarajuste y a la arbitrarie dad de los procedimientos judiciales. Podemos decir de este Ordena miento que es el que inaugura el periodo transaccional en la historia del derecho castellano, entre la antigua legislación foral, la tendencia hacia la territorialización y el nuevo derecho de fondo romanocanóni- co, a fin de llenar las lagunas de los fueros y el arbitrarismo judicial que se cometía en su aplicación. El Ordenamiento de Alcalá está compuesto por Ordenamiento de Burgos del año 1328, el Ordenamiento de Segovia de 1347, el Orde namiento de las peticiones formuladas en las mismas Cortes de Alcalá en 1348 y por el Ordenamiento de Nájera. El contenido del Ordena miento de Alcalá versa fundamentalmente sobre la administración de justicia y el régimen señorial y la parte fundamental la constituye la que fija el orden de prelación legal a seguirse en lo sucesivo para-la invocación, enjuicio, de los distintos cuerpos legales, a) primeramente debía tenerse en cuenta las leyes aprobadas en Alcalá en 1349; b) en segundo lugar se aplicarían los fueros en cuanto estuvieran en uso y en cuanto no fuesen contra Dios, razón o leyes; c) en subsidio se estaría a lo declarado en Las Partidas y d) en último término se recurriría a la interpretación real para que diera la norma a seguirse en caso de duda o vacío o silencio de las anteriores disposiciones. Cabe señalar que, a partir de entonces, la aplicación de los fueros quedó supeditada a la demostración de que estuvieran en uso. 59 MANUAL DF. HISTORIA CONSTTTUaONAL ARGETfTINA Dr. Rícxrdo J . G. Hmttct 14. Ordenanzas Reales de Castilla. Durante un largo período de tiempo hasta el gobierno de los Re yes Católicos (1474-1517), siguió vigente lo ordenado en Alcalá sobre * prelación de leyes, no alterándose la legislación dispuesta en el Orde namiento, salvo las disposiciones adoptadas por la Realeza mediante pragmáticas, ordenanzas, reales cédulas, etc., que sólo llegaron a compilarse mucho más tarde. Pero las disposiciones dictadas con posterioridad al Ordenamiento transformaron el derecho positivo de Castilla en un verdadero mosaico legal. A fin de remediar esa situa ción, los procuradores a Cortes reclamaron se consolidara toda la le gislación en un sólo código. Resultado de estas peticiones fue el encargo dado por los Reyes Católicos a Alonso Diaz de Montalvo para que recopilase todas las le yes y ordenanzas en vigor, lo cual se hizo mediante las Ordenanzas Reales de Castilla. Este cuerpo estaba integrado por leyes dispersas, algunas compiladas anteriormente, como el Fuero Juzgo, el Fuero Re al' el Ordenamiento de Alcalá y otros ordenamientos parciales. Se han hecho muchas criticas a estas Ordenanzas, conocidas vul garmente como “ El Montalvo", por falta de expurgo o sentido heurís tico, achacándosele muchos errores como los de incluir títulos equivo cados con relación a sus originales, inclusión de disposiciones ya re vocadas por otras posteriores, o derogadas por su uso en contrario; asimismo, por haber fraccionado o fusionado indebidamente muchas disposiciones legales, alterándose el sentido del precepto, razón por la cual la compilación se resintió por una falta de sistematización. Con todo lo apuntado, el Montalvo, desde el punto de vista prác tico, prestó importantes sen/icios en los tribunales al reunir no pocas disposiciones legales que estaban dispersas, debiendo su nombradla no a su valor científico sino al servicio que prestó como digesto legal. 15. Las Leyes de Toro. En el orden del tiempo, la compilación legal que sigue es la lla mada “Leyes de Toro”, así llamadas por ser ésta la localidad donde fueron promulgadas en 1505. El origen de estas leyes está en la peti ción de los procuradores populares sobre la necesidad de poner fin. le gislativamente, a las encontradas interpretaciones que se daban a los fueros, partidas y ordenamientos, dictándose una ley de carácter inter- 60 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA. Dr. Ricardo J. G. lla m r pretativo. La misma fue puesta en vigencia al asumir la reina Juana, hija de los Reyes Católicos. 'Es importante señalar que al tiempo en que fueron promulgadas las Leyes de Toro el derecho castellanoleonés había variado en forma notable, pues el derecho territorial privaba sobre el local, especial mente por su romanización y centralización y en todo lo relativo a la administración de la justicia. Prácticamente, estas Leyes de Toro son las últimas que se dictan en Cortes y tienen, en alguna medida, un cierto carácter democrático, pues sus disposiciones son de índole ge neral con prescindencia de la clase de personas a quienes se les iba a aplicar y fueron dadas con la mira de conciliar al derecho romano y al canónico con el foral. La legislación de Toro continuó con el sistema de establecer el orden de prelación de leyes, aclarándose que son un conjunto de 83 leyes que no forman un todo orgánico, destacándose su carácter acla ratorio e interpretativo enlazando, como se ha dicho, el antiguo con el nuevo derecho, llenando vacíos legislativos puestos en claro por la interpretación jurisprudencial y supliendo, principalmente, el antiguo derecho civil con aclaraciones y correcciones concretas que pasaron a formar parte, más adelante, de la Nueva y la Novísima Recopilación. Las leyes de Toro establecían el siguiente ordenamiento: 1) La Nueva Recopilación; 2) En lo que en ella no se pudiere determinar, se aplica ran las leyes de los fueros, como las de los fueros municipales de cada ciudad, mientras no fueren contrarias a las leyes del Ordenamiento y 3) Las Siete Partidas de Alfonso el Sabio. Debe señalarse que esta fuente de! derecho jugó un papel muy importante en la formulación histórica de aigunas instituciones jurídi cas del pueblo castellano, especialmente los requisitos exigidos para la presunción de viabilidad en el nacimiento, así como para definir la condición jurídica de los hijos naturales y las disposiciones en materia hereditaria, que consiguieron amplia repercusión histórica. 16. Nueva y Novísima Recopilación. Con posterioridad a las Leyes de Toro las compilaciones jurídi cas castellanoleonesas ya no son elaboradas mediante ordenamientos o disposiciones dictadas en Cortes, sino por decisiones.tomadas por los monarcas obrando como Supremo Legislador del Reino y recibieron la denominación de Pragmáticas. 61 MANUAL DE HISTORIA CXhNSTTTUCJONAL ARGENTINA Dr. RUardo J. G. H ^rer Durante los siglos XVI y fines del XVIII se elaboraron dos gran des recopilaciones o códigos no sistematizados, ya que comprenden las materias más dispares, siendo denominadas Nueva y Novísima Re copilación. Debe señalarse que estas recopilaciones que hacen su apa rición durante la Edad M oderna en todos los territorios peninsulares, nada innovan pues se limitan a recoger, con mayor o menor orden, los elementos jurídicos existentes en forma dispersa en otras leyes o com pilaciones. La Nueva Recopilación, obra de varios juristas del reino, fue promulgada y puesta en vigencia por Real Cédula de Felipe II en Ma drid en 1567, disponiendoque los preceptos legales en ella contenidos tendrían valor de tal aunque sus originales no hubieren sido publica dos y aunque fuesen contrarios a otras leyes dadas con anterioridad. Pero como se mantenía el orden de prelación de las leyes establecido en Alcalá y Toro, tenemos que con ello no se dio satisfacción a los pedidos formulados en el sentido de dictarse una nueva recopilación, un sólo código general que derogase a los demás cuerpos legales y no que se dejase subsistentes a las anteriores. Pero en definitiva continuó en vigor la anterior legislación local o territorial de vieja data, con lo que se em brollaba aún más la legislación castellanoleonesa, por la aplicación conjunta de muchísimas disposiciones legales que en su mayoría eran casi desconocidas. Se trata de una obra voluminosa de 3005 leyes extensas, dis puestas en 212 títulos, siendo el método seguido bastante deficiente, al extremo de que algunos consideran de que fue la más imperfecta de las compilaciones conocidas, y fue un motivo más de desorden del de recho castellano, ya anarquizado y desorganizado por dejar subsistente en forma prom iscua al derecho foral, al romano y al real. La N ovísim a Recopilación fue sancionada oficialmente en 1805, ya en vísperas del proceso de independencia de los países americanos, por lo que puede afirmarse que prácticamente no llegó a tener vigencia en nuestro medio. Labor realizada por el jurista de la Reguera y Val- delomar, quien pretendió presentar sistemáticamente el conjunto de las normas jurídicas vigentes en su época, sin reproducir los textos le gales de donde aquellas procedían. Para ello utilizó las leyes recogidas en la Nueva Recopilación, juntamente con las dictadas con posteriori dad, elaborando un proyecto poco afortunado, ya que la aplicación-de esta fuente del derecho resultó sumamente difícil ya que se advierten 62 MANUAL DE I tlSTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA. Dr. J M , J a H ~r*r contradicciones entre la doctrina jurídica contenida en el texto de las leyes y la que se contiene en las notas que a estas leyes se acompañan. Su promulgación no hizo disminuir la autoridad doctrinal de las Partidas que durante toda la Edad Moderna había venido siendo la fílente del derecho más consultada, tanto por los juristas de la metró poli como por los funcionarios de Indias. 17. Las O rdenanzas de Bilbao. Conforme con la Real Cédula de 1494. dice Galletti, expedida por los Reyes Católicos, se concedió a los mercaderes y comerciantes de Burgos la facultad de gobernarse en sus transacciones y asuntos mercantiles en base a algunas ordenanzas que dicha Cédula cita expre samente, facultad que se hizo extensiva a los comerciantes de Bilbao. Las ordenanzas referidas al comercio y a la navegación tienen las ca racterísticas de un verdadero y ordenado código. Los temas tratados son los siguientes: en el Capítulo I se deter mina la jurisdicción en materia comercial y de navegación, los modos de proceder enjuicio y el grado de apelación; se establece un proce dimiento de carácter sumario interviniendo el Tribunal de! Consulado y las diferencias entre las partes -comerciantes- debían substanciarse breve y sumariamente sin dar lugar a dilaciones. Los Cónsules o los Priores debían hacer acudir a las partes en audiencia verbal tratando de solucionar amigablemente los pleitos. Los Capítulos II al VI se refieren a la elección de los Cónsules, Conciliarios, Síndicos y las calidades que debían tener, nombramiento de contador y tesorero de averías y otros funcionarios, así como las juntas y los salarios que debían percibir los funcionarios. En el Capítulo IX se determina las condiciones que deben reunir los comerciantes y mercaderes, los libros de comercio que habrían de llevar, y la obligación de hacer balances. En el Capítulo X se hace re ferencia a las compañías de comercio: contrato entre dos o más perso nas mediante el cual las partes se comprometían a proseguir en común los negocios, conforme al caudal y proporción de lo que cada uno aporte, echándose las bases de las sociedades mercantiles con caracte rísticas que aún perduran. Los capítulos siguientes se refieren a con tratos de comercio entre mercaderes, las comisiones, las letras de cambio, aceptaciones, endosos, protestos y términos, vales, libranzas, seguros y fletamientos y todo lo referido al comercio marítimo en 63 MANUAL D E HISTORIA CONSTTTUQONAL ARGENTLNA Dr. Riendo J. G. JUmrr particular. En ei Capítulo XVII se legisla sobre quiebras y en el modo cíe proceder en el caso de atrasos, falencias, etc. Las disposiciones referentes a navegación son minuciosas y se ocupan de los problemas emergentes de los naufragios, daños o ave rías, el modo y forma de contar las averías, los seguros y pólizas de mercancías, etc. 18. Las C ortes: O rigen y evolución. José María Ots, dice que los orígenes históricos de las Cortes castellano-leonesas hay que buscarlos en los célebres concilios nacio nales de Toledo, celebrados en España durante el período de la mo narquía visigoda. Pero debe señalarse que a aquéllos concilios sólo asistían, presididos por el Rey, los miembros del alto clero y los miembros de la nobleza. En cambio, a las Cortes de León y Castilla asiste un tercer elemento : el estado llano o brazo popular integrado por los procuradores representantes de las ciudades, que es el que en realidad imprime el carácter a estas asambleas, hasta el punto de que sin su presencia no hay Cortes, aun cuando asistan a la reunión nobles y prelados. Pero por el contrario, basta con la sola actuación del estado llano, bajo la presidencia del Monarca, para que la reunión tenga el ca rácter de Cortes, aun cuando dejen de concurrir el clero y la nobleza. Es muy difícil precisar el momento en que se le da nacimiento. Para Sánchez Albornoz, el origen de las Cortes se encuentra en las Curias Regias, alto organismo consultivo que asesoraba a los mo narcas de Asturias y León, en los primeros siglos de la reconquista peninsular. Los avances territoriales de los estados hispano-cristianos motivaron el desdoblamiento de esta Institución en una Curia Regia Ordinaria o restringida, y en otra Curia Regia Plena o Extraordinaria. A la primera concurrían sólo los miembros del Alto Clero y de la No bleza que vivían en la propia Corte del Rey. A la segunda se convoca ba sólo cuando las circunstancias lo requerían, y eran llamados todos los miembros calificados de la nobleza y del clero que vivían disper sos radicados en los distintos territorios del Estado. Con el aumento de la complejidad de la administración publica y los cambios sociales y económicos, se transformaron las curias regias en Consejos y las Cu rias Regias extraordinarias en Cortes, al ser requerida la colaboración de un tercer eiemento, el estado llano o brazo popular, por exigirlo así 64 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Kk*rdo J. G. Ih n xy el régimen económico y fiscal de ia época y la necesidad de contar con las ciudades dada la creciente pujanza de los Municipios. La aparición de las Cortes a partir del Siglo XIII fue un factor de moderación del poder real. Concurrían a ellas el Rey, su familia y al tos funcionarios de palacio, y los tres brazos, constituidos por repre sentantes del Clero, la Nobleza y del Pueblo. Estos últimos eran de signados por las ciudades, ya por elección popular, ya por sorteo entre un escogido grupo según las modalidades de los Concejos Municipa les. Los representantes de las ciudades o concejos municipales eran llamados Procuradores a Cortes, y gozaban de la prerrogativa de in munidad durante el desempeño de su mandato. Los procuradores pre sentaban al Rey peticiones en las cuales denunciaban los males que padecían los pueblos y proponían los remedios mas convenientes. El Rey podía convocar a uno o dos de dichos brazos, pero no ha bía Cortes sin la concurrencia del brazo popular. Era condición indis pensable para que una ciudad o villa ruvierael derecho de enviar re presentantes a las Cortes, el ser de realengo, es decir, pertenecer a la jurisdicción de la Corona, sin estar sujeta a otro señorío. El número de ciudades o concejos que tenían derecho de voto en las Cortes no fue constante, pero se siguió al principio la norma de convocar a todas las ciudades y villas, concurriendo aproximadamente unas cincuenta y en algunos casos más. Debía convocar a Cortes para todos los asuntos de interés gene ral, pero no se determinó cuales eran esos asuntos ni se estableció pla zo para su funcionamiento. La prerrogativa más relevante de las Cortes fue el otorgamiento de los Impuestos extraordinarios, ya que los ordinarios eran obligato rios y el Rey procedía directamente a recaudarlos. Aquella facultad de las Cortes obligó muchas veces a los monarcas en aprietos económi cos, a otorgar concesiones a las ciudades en cambio del voto favora ble. Era también costumbre convocar a Cortes para consultarlas sobre declaraciones de guerra y tratados de paz. Las Cortes recibían el juramento que prestaba el Rey al ocupar el trono, de respetar los fueros, privilegios y libertades otorgados por sus predecesores, rindiendo a su vez al nuevo Rey tributo de fidelidad y vasallaje. Le competía asimismo entender en todo lo relativo a la re nuncia al trono y decidir lo concerniente a la tutoría cuando el monar ca era menor de edad. También las Cortes presentaban al Rey peticio- 65 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. &c*rdo J. G. Hmtkt nes en las que especialmente los representantes de las ciudades solici taban diversas medidas que conceptuaban convenientes para el reino. El Rey en consulta con el Consejo resolvía en definitiva. Las cortes castellanas decayeron paulatinamente. La autoridad real no sólo se fortaleció sino que el mejoramiento hacendístico hizo innecesaria la obtención de recursos extraordinarios, principal objeto de la reunión del organismo. Con todo, si redujeron la participación en el gobierno, no dejaron de intervenir en los actos de juramento de los nuevos monarcas. Bibliografía consultada y utilizada. ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA. Historia de la Nación Argentina” Vol.il - Cap. VII. Cabral Tcxo, Jorge. "Evolución del De recho Castellanoleonés desde los Fueros a la Nueva Recopilación”. ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA. “Nueva Historia de la Nación Argentina" Tomo 1°. Cap. 12. Cuesta Domingo, Mariano. “Castilla en el dominio del Atlántico". GALLETTI, Alfredo. “ Historia Constitucional Argentina”. Tomo Io. LEVENE, Ricardo. “Historia del Derecho Argentino” Tomo 1". LEVENE, Ricardo. “Manual de Historia del Derecho Argentino”. OTS y CAPDEQUI, José María. “Instituciones”. ROSA. José María. "Historia Argentina” Tomo Io. SANCHEZ VIAMONTE, Carlos. "Las Instituciones políticas en la Historia Universal'’. SIERRA, Vicente D. “Historia de la Argentina” Tomo Io. ZORRAQUIN BECU, Ricardo. “Historia del Derecho Argentino” Tomo Io. ZORRAQUIN BECU, Ricardo. “La Organización Política Argentina en el Período Hispánico". 66 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J. G. IUtykt CAPITULO 3 1. Organización política y administrativa. En 1492 con el viaje de Colón, España descubre lo que creian ser islas de las Indias Occidentales y, con el correr de los meses, adverti rán se trataba de un nuevo continente. El Estado que había realizado esta hazaña y que luego va a realizar la conquista y colonización del Nuevo Mundo era un conglomerado político resultante de la unión de diversos reinos que conservaban celosamente su propia personalidad. Esa unión comenzó a hacerse efectiva con el matrimonio de Isa bel, reina de Castilla y Femando, rey de Aragón que iniciaron su rei nado juntos en 1479. Castilla era el reino aglutinante de mayor im portancia en la península ibérica y se fue ampliando con la incorpora ción de otros reinos como los de León y Galicia, las provincias vas congadas y Granada. La reconquista de esta última se realizó en 1492, fecha memorable para España pues completó la expulsión de los mo ros de su territorio. Mas tarde, en 1515, incorporaría el reino de Nava rra. Aragón, por su parte, reunió bajo el mismo cetro a Cataluña, Va lencia, las Islas Baleares y más adelante Nápoies y Sicilia. Desde el punto de vista de la estructura política el Imperio Espa ñol constituía una unión de Estados que se va haciendo cada vez más estrecha. AI incorporarse a la corona de Castilla o a la de Aragón, cada reino había conservado su propio derecho y sus órganos de gobierno, siendo el único vínculo común la existencia del matrimonio reinante de Femando e Isabel.. Por eso es importante señalar aquí que, luego del descubrimiento, estas nuevas tierras fueron incorporados a la corona de Castilla y Le ón, y con ello se produjeron las consecuencias institucionales confor me a las cuales las leyes y gobiernos castellanos modelaron las de América. Conforme a las Bulas de Concesión, estas tierras habían sido entregadas precisamente a Castilla para cumplir la misión histórica de ia evangelizador y ese principio de anexión implicaba la igualdad le 67 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. JGc*rJo J. G. / W gal entre Castilla e Indias o América, amplio concepto que así abarca la jerarquía de sus instituciones. La igualdad de los Consejos de Cas tilla y de Indias, como el reconocimiento de iguales derechos a sus naturales. El gobierno y administración a partir del descubrimiento se inicia con la Capitulación de Santa Fe, de abril de 1492. por la que los reyes reconocían a Colón el carácter de Virrey y Gobernador de las islas y tierra firme que descubriese, con autorización para designar funciona rios en las villas y ciudades que se fundasen, y además la facultad de resolver en segunda instancia las sentencias dictadas por los funciona rios a él subordinados. Estas nuevas tierras descubiertas adquieren la categoría de rei nos, distinto de los otros que integraban el imperio hispánico, espe cialmente a partir de la organización del Consejo de Indias en 1524. Debe señalarse, también, que los Reyes Católicos dispusieron la prohibición de enajenar las Indias, lo cual significaba que pasaban a ser bienes realengos, es decir, bienes incorporados al dominio directo de la corona y exentos de toda jurisdicción y vasallaje feudal. Las In dias no fueron ni propiedad particular de los reyes, ni dominio del Estado español, sino bienes públicos de la corona de Castilla, la cual no podía enajenarlos ni concederlos en beneficio. Estas y otras razones, como ser la potestad legislativa que ejer citaban ¡os virreyes, audiencias, cabildos, consulados, etc., por la si militud que se busca a la legislación castellana, por depender exclusi vamente de la corona de Castilla, la idea de colonia o factoría no apa rece mencionada en ninguna disposición emanada de la metrópoli, si no que por el contrario, se las llama provincias, reinos o señoríos. Esta circunstancia nos permite comprender que las instituciones que se fueron dando para el gobierno de Indias fueron delineadas si guiendo el molde de las instituciones de gobierno castellanas, aunque necesariamente tuvieron que ir adaptándose a las modalidades, cir cunstancias y características del Nuevo Mundo. 2. Instituciones Metropolitanas. Lo dicho anteriormente nos permite afirmar que las autoridades creadas en la metrópoli para el gobierno de Indias, nada tenían que ver con los organismos actuantes en la península en cada uno de los reinos 6 8 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. K cvdo J. G. lU m ? unidos, con la lógica excepción del Rey que era el vinculo común en tre todos ellos y las Indias. El derecho político indiano constituye un sistema orgánico de instituciones metropolitanas y provinciales o territoriales destinadas al gobierno de las Indias. Su organización política y administrativa no se hizo cumpliendo planes sistemáticos, sino que fue un resultado empí rico que a la vez iba ensayandomúltiples creaciones institucionales. Las divisiones administrativas y los organismos creados para ellas se fueron adecuando a los resultados de la conquista y a las particulari dades de cada región. Con posterioridad tampoco se trató de unifor mar los distintos regímenes así creados, salvo a fines del siglo XVlf, al implantarse el sistema de las Intendencias. Consecuentemente, además de la autoridad deij l e y que era co mún para todos los territorios integrantes de la Corona, encontraremos las entidades metropolitanas que irradiaron su acción gubernativa: en primer lugar, cronológicamente hablando, a lajTasa de Contratación y luego al Consejo de Indias, aunque necesario es destocar que en el pe riodo intermedio'eTTTre latreación de uno y otro, funcionó en el Corw sejo de Castilla una Secretaria encargada de los asuntos de Indias o “Plenum Consilium Indiarum”.. Podemos mencionar también entre las autoridades metropolitanas a las Juntas de Guerra, organismo éste que se integraban en las graves circunstancias bélicas que debía soportar la corona, en cualquiera de los territorios de su vasto imperio. 3. El Rey: Evolución de la m onarquía Ibérica. Su característica institucional. La monarquía castellana que por razón del descubrimiento, con quista y donación pontificia vino a convertirse también en monarquía indiana, fue un producto secular de las circunstancias históricas y de las influencias ideológicas que habían presidido y orientado su lenta evolución, dice Zorraquin Becú. Señala que sus orígenes se remontan a la época en que los visigodos formaron sus propios reinos en Espa ña. cuando se rompieron los vínculos políticos que los unían al Impe rio Romano, en decadencia. A la organización predominantemente militar de las primeras re- yecías, surgió muy pronto un régimen más estabilizado, que fue afian zando su autoridad sobre la mayor parte de las poblaciones de la anti 69 MANUAL. DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. JVcrdo J. G. /¿ trrrr gua Hispania. Esa monarquía no era otra cosa que “la jefatura de una comunidad en armas”, con una base electiva que le daba cierta base popular, si es que así puede calificarse la reunión de los guerreros que participaban de ese acto. Más tarde recibió la influencia de las concepciones políticas del Bajo Imperio, caracterizadas por la idea de un príncipe despótico cuya voluntad se imponía a todos los súbditos. Pero la conversión de los godos al catolicismo y la preponderancia creciente que adquirió la Iglesia, suavizaron desde fines del Siglo VI ese concepto absolutista para dar paso a las ideas más moderadas y cristianas. A partir de la conversión del rey Recaredo (587 DC.) y sobre to do de la promulgación del Liber Judiciorum (654 DC), la monarquía hispano-goda se convierte en un principado dirigido a realizar el bien común y que está sometido a las leyes, a las costumbres y a las nor mas religiosas y morales. ' El Rey recibirá desde entonces un poder emanado de Dios, que lo convierte en una persona sagrada a la cual los súbditos deben fidelidad y obediencia, pero cuyo ejercicio está condicionado por la observancia de las normas ¿ticas a cuyo cumplimiento se obliga solemnemente y la historia demostró que el soberano podía ser depuesto si dejaba de obrar con rectitud y de proceder con justicia. (“Rey serás, si ficieres derecho, et si non fecieres derecho, non serás Rey”: Fuero Juzgo I.i.2). A esta etapa sucedió la invasión de los musulmanes que llegaron a adueñarse de casi toda la península, aunque algunos de los reinos en que se dividía, no pudieron ser dobiegadp.s. La tradición de la monar quía hispano-goda fue restaurada en el reino asturleonés y los demás estados que se formaron durante la Edad'Media. El principio electivo fue sustituido en el Siglo X por el principio hereditario, que permitió mantener el poder dentro de la familia real. Pero en esa época y durante las guerras de la reconquista contra los árabes aparecen modalidades señoriales que, sin dar a la península una organización propiamente feudal, debilitan la autoridad de los monarcas y les hacen perder la soberanía directa sobre muchos territo rios y poblaciones. En esa época se mantuvo la concepción de una re- yecía limitada en sus poderes. El monarca asumía el poder mediante un pacto tácito con el pueblo, exteriorizado en el juramento de respe tar las leyes de! país y los derechos de sus habitantes. El crecimiento del poderío de los nobles y las ciudades y la necesidad de obtener el MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. KcmnJo J. G. Hm^cy consentimiento dei alto clero, limitan su actuación gubernativa. No se trataba sólo de limitaciones exteriores, ya que el Estado Medioeval fue en toda Europa y especialmente en España, “un Estado ético- religioso”, cuya autoridad es restringida por un orden superior, inmu table, conocido bajo la denominación de derecho natural, que com- prendía también el derecho de gentes, los derechos de las personas, el cumplimiento de los pactos y contratos, etc. todo lo cual se introducía profundamente en el derecho humano o positivo. La m onarquía Castellanar^Én la baja Edad Media, sigue di ciendo el autor citado que transcribimos, la monarquía castellana ya definitivamente constituida, se fortalece y ocupa un lugar preponde rante en España y pese a su tendencia centralizados, subsistieron los principios que limitaban el ejercicio de sus poderes. Las teorias esco lásticas acentúan el fundamento pactista de su autoridad, que proviene de Dios por intermedio del pueblo y debe ejercitarse en beneficio de éste. También se acuña la teoría de que el Rey es Vicario de Dios en la tierra y debe actuar sometido a las leyes divinas y humanas, todo lo cual conduce a la limitación de sus facultades, pues está obligado a respetar los derechos de los súbditos, los Fueros, los privilegios con cedidos y las normas fundamentales que regulaban su autoridad. Las Cortes, las ciudades y los nobles pueden recordarle esas obligaciones y contrarrestar sus abusos. Los Reyes Católicos: Esta monarquía así limitada en sus pode res por la existencia de aquéllos estamentos procurará, en el tránsito de la Edad Media a la Moderna eliminar las trabas impuestas a su au toridad^ Esa fue la obra de los Reyes Católicos y, especialmente, de su nieto Carlos V, que aseguraron la unidad del Estado, al mismo tiempo que fortalecieron la potencia y la majestad de su oficio, mediante la ! desaparición de los principales privilegios y resabios feudales, con lo cual entraron en decadencia política las ciudades y las Cortes, aunque este afianzamiento del poder real no elimina las limitaciones de orden religioso, moral y jurídico. Triunfa así una concepción paternal y tutelar de la monarquía, que se mantiene hasta fines del Siglo XVII, una monarquía a la que podemos caracterizar como “moderada”, que autolimita sus poderes al reconocer la superioridad de los principios religiosos y morales y el derecho establecido, acordando garantías a sus súbditos para que pue dan hacerlas valer aún contra el propio Rey. 71 MANUAL DF. HISTORIA CONSTTTUaONAL ARGENTINA Dr. K cxJo J . G. lU rrcr La teoría política sostiene el fundamento contractual de la reye- cía y señala que el deber de fidelidad y obediencia desaparece cuando ei soberano infringe el pacto y se convierte en tirano. Puede, entonces, decirse que en el gobierno de los Reyes Católicos el absolutismo esta ba en el origen de la autoridad, pero no se manifestaba mayormente en su ejercicio. A fines del Siglo XV y principios del XVI aparecen debidamente estructurados los diversos reinos que en España integran la monarquía. El de Castilla y León presidido por Isabel, unida en matrimonio a Fer nando, Rey de Aragón, asume una evidente superioridad a la que se agrega la incorporación de los reinos de Galicia, las provincias vas congadas y Andalucía y Granada, recuperados de los árabes en 1492, y de Navarra en 1515, además de su influenciaen Marruecos y las Is las Canarias. .Aragón, por su parte, reunió bajo el mismo cetro a Ca taluña, Valencia y las Baleares; y a principios del Siglo XVI los reinos de Ñapóles y Sicilia. Los Reyes Católicos son, en verdad, los primeros reyes de una España casi definitivamente unida. Si bien aquéllos Estados se habían incorporado con mayor o me nor autonomía, la unión personal de los monarcas citados, que se afianza y mantiene con sus descendientes, crea un verdadero Estado español, en los que la unidad de la monarquía va creando relaciones cada vez más estrechas entre los respectivos territorios, afianzándose la política central dirigida no sólo por los reyes, sino también por los organismos que a su lado gobiernan la península y que aseguran la unidad de dirección y de fines. Los A ustrias o H absburgos: Al morir la Reina Isabel la sucedió en Castilla su hija Juana, pero la enajenación mental de ésta y el falle cimiento de Femando de Aragón en 1516, dieron ambos reinos al hijo de Juana y Felipe el Hermoso, conocido como Carlos de Austria, que ya tenía por herencia de su abuelo las posesiones de los Habsburgos y luego iba a recibir la corona imperial de Alemania, siendo éste el mo mento en que el Imperio Español tuvo su máxima amplitud y poderío. Con Carlos de Austria, llamado Carlos V de Alemania y Carlos I de España se inicia desde 1517 la dinastía de los Habsburgos o Casa de Austria, pudiendo afirmarse que es el verdadero fundador del ab solutismo español, pues con la caída de las libertades comunales en la batalla de Villalar (1521) llevada a cabo por este monarca, se solidifi 72 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. KxmdoJ. G. }I*ry*r ca el estado autoritario y absolutista que abarca tantos territorios que llegó a decirse que “en él nunca se pone el sol”. -......... - España adquiere el rango de gran potencia mundial y reordena su predominio a través de la fundación de la Compañía de Jesús en 1534, convirtiéndose en una monarquía absolutista y teocrática. En 1556 Carlos V cedió el trono a su hijo Felipe II, que gobernó hasta 1598, las posesiones hispánicas y los Países Bajos, continuando así el Siglo de Oro de España. Durante su reinado España se caracteri za por el logro de su Unidad interna, constirayéndose, además, en guía del mundo católico y centro de la Contrareforma. Su reinado llega al punto máximo del poderío español, pero en sus últimos años ya co mienzan a manifestarse los signos de decadencia. Lo suceden Felipe III (1598-1621) y Felipe IV (1621-1665) que mantienen todavía cierta prestancia frente a la preponderancia que ad quieren Inglaterra y Francia, y con el último de los Austrias, Carlos II (1665-1700) “el Hechizado”, la decadencia militar y económica de España le hacen perder su rango de primer potencia europea, luego de ruinosas guerras, aniquilada por sus malos gobiernos, exhaustas sus arcas y totalmente empobrecida. El de los Austrias fue un gobierno que tenía en el origen de la autoridad el absolutismo, aunque ya sea en forma directa o más ade lante. por sus ministros o validos supieron reconocer siempre las tra bas impuestas a su autoridad y orientaron su accionar por el camino del derecho. No .sólo debía el Rey cumplir el derecho establecido, sino que invitaba a no cumplir sus mandatos cuando estos violaban la le gislación imperante (Obedezco, pero no cumplo) o cuando tenían los vicios de obrepción o subrepción (información falsa o incompleta). El pueblo tenía la facultad de pedir revocación de las órdenes reales, injustas o inconvenientes, pero fuera de estas restricciones el Rey era el Supremo Legislador y el más alto Magistrado. En los últimos tiempos de esta dinastía se produce la decadencia española, el descuido administrativo, la entrega de la función real a los validos y ministros, un creciente abandono del espíritu imperial, la pobreza, el estancamiento de las actividades, fallas en el gobierno, pe culado, venta de oficios, etc. Cada vez menos las fuerzas del reino (nobleza, clero y represen tantes de las ciudades) podrán servir de contrapeso al poderío de los reyes y los cabildos abiertos dejaran de reunirse, especialmente des- 73 MANUAL DE HISTORIA CONSTTTUaONAL ARC ENTINA Dr. PJairJa J. G. lU m cr pues de haber sido abatidas sus libertades comunales en la batalla de Villalar. Los Borbones: A la muerte de Carlos II se produce la guerra de la sucesión, en la que triunfa el heredero instituido Felipe VI (1701- 1746), ei primero de la Casa de Barbón, emparentado con el Rey Luis XIV de Francia. La subida al trono de España implicó la implantación de un nuevo sistema de gobierno inspirado en el despotismo francés, expresado en los conceptos de “centralismo”, “unificación” y “poder personal” de los reyes. La frase que compendiaba el pensamiento de gobierno era la de “Todo para el pueblo, pero nada con el pueblo”. Las Cortes dejaron de reunirse; los Cabildos municipales con las reformas introducidas vieron languidecer sus tradicionales autonomías y la bu rocracia estatal más perfeccionada será más un instrumento del Rey que de la Nación. El sistema francés de las Intendencias hace cambiar toda la estructura administrativa, pasando a ser la columna vertebral del nuevo estado. El advenimiento de la dinastía borbónica le otorga un carácter distinto a las instituciones de América, afirmándose un acentuado centralismo, manifestándose cada vez más directa la acción del mo narca en la administración del Estado, produciéndose en esta época importantes reformas a través del pensamiento de sus ministros libe rales, imbuidos del espíritu del “iluminismo” y del “regalismo” propio de los Borbones. Puede decirse que el absolutismo adquiere en esta dinastía caracteres significativos, cayendo incluso en el despotismo. Durante su reinado, en virtud de la Paz de Utrecht, pierde nuevas posesiones. Los otros reyes Borbones serán Femando VI (1746-1759), Carlos III (1759-1788) y Carlos- IV (1788-1808), quienes tratan de restablecer la grandeza española con la ayuda de Francia, pero no lo gran eliminar la preponderancia inglesa. Las vergonzosas situaciones exhibidas por la familia real en este último periodo determinaron la decadencia española, a lo que se agregó el intento de dominación por parte de Napoleón Bonaparte, y la disgregación del viejo Imperio Es pañol con las guerras de independencia de parte de las naciones de sus extensas colonias americanas. Femando VII, hijo de Carlos IV, asisti rá a las exequias del vasto imperio español. C aracterísticas: Hemos visto la evolución de la monarquía ibé rica partiendo de los primeros reyes visigóticos hasta llegar a los Re yes Católicos, seguir con la dinastía de los Austrias y terminar con la MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAI. ARGENTINA Dr. Ricardo J. a lU ^cr de los Borbones, última que rige a los reinos de Indias en la etapa en que éstos inician su proceso de revolución e independencia. La corona era una entidad que personificaba a la monarquía y que por lo tanto se distinguía del reino o Estado, integrado por el go bierno, el pueblo y los territorios, sin confundirse tampoco con la per sona de los reyes. La monarquía castellana, por razón del descubrimiento, con quista y donación pontificia vino a convertirse también en monarquía indiana. Características: Corresponde ahora hablar de la monarquía como tal. señalando sus características institucionales, más allá de recordar que entre las distintas dinastías existieron, y aún entre los reyes de una misma Casa gobernante, diferencias substanciales en el alcance de sus poderes y las limitaciones que a ellos se oponían. Como expresa Zorraquin Becú, la forma de gobierno que cada uno de estos reinos tenía era la de una monarquía hereditaria, que ge neralmente era transmitida por testamento y, a falta de él, llamando al primogénito varón o a sus descendientes. Debe recordarse que Felipe V excluyó de la sucesión a las hijas mujeres. El Rey ejercía todos lospoderes o funciones del Estado; era el supremo legislador y podía sancionar nuevas leyes o reformar las existentes y. además, establecer su interpretación auténtica. En materia judicial tenía la atribución suprema en lo civil o criminal, pero no la ejercía en forma personal sino por medio de Consejos y demás orga nismos judiciales. En algunos casos delegaban en sus ministros o "validos” muchas de las funciones que le correspondían, aunque otros las desempeñaron en forma personal con singular capacidad. Ningún otro organismo podía limitar o reducir la autoridad de los reyes, no obstante lo cual algunos monarcas, especialmente los de la Casa de Austria, reconocieron la existencia de importantes restriccio nes a sus amplias facultades. Por ello, se afirma que en esos casos, no existía una monarquía absoluta total, aunque el absolutismo estuviera en la naturaleza de la institución. Los monarcas ejercían una función o un servicio público: eran Vicarios de Dios “puestos sobre la gente para mantenerlos en justicia y verdad en cuanto a lo temporal”. El primer deber del soberano era asegurar el mantenimiento de un orden justo en la sociedad, a fin de 75 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Rk*rJoJ. C. lUrr*r realizar el bien común. Ese deber que derivaba de los principios reli giosos y morales, se cumplía respetando el derecho y especialmente las normas más elevadas. De allí que las órdenes y disposiciones con trarias al derecho divino y al derecho natural no tenían valor alguno ni debían ser cumplidas por los súbditos. Tampoco debían cumplirse las órdenes “contra derecho o contra la ley o contra los fueros usados” El recurso que tenían los súbditos en esos casos era obedecer o acatar el mandato real y no cumplirlo, como lo establecían las leyes del reino. E! poder del rey era amplísimo, pero sometido al orden jurí dico. Cabe señalar que estas normas no se modificaron en la época de los Borbones, pero en la práctica bajo la influencia de las nuevas ideas y concepciones políticas se afirmó cada vez más la tendencia a pres cindir de esas limitaciones tradicionales, hasta llegar al despotismo ilustrado que ponía todos los derechos en manos del rey. Durante esta última dinastía, se introduce en España la ideología que predominaba en Francia durante el reinado de Luis XIV, en el sentido de que los reyes ya no recibían el poder de Dios por interme dio del pueblo y con el consentimiento de éste, sino que lo obtienen directamente de Dios, como “ungidos del Señor”. Esta teoría del dere cho divino de los reyes contribuye no sólo a exaltar su personalidad, sino que también los exime del cumplimiento de las leyes, acentuando el absolutismo real. Este absolutismo se afirma con la supresión de la mayor pane de los privilegios regionales y de los Consejos que los re presentaban, la decadencia de los otros Consejos, y la centralización gubernativa en tomo al rey, a sus ministros, y a los intendentes que se nombran en cada provincia. Resumiendo, podemos señalar como características instituciona les del Rey, las siguientes: 1) Era la más alta autoridad en España e Indias. 2) Las Indias (América) le pertenecían en virtud del descubri miento al Rey. No a España, ya que eran considerados “reinos de In dias”, propiedad de la Corona. 3) El dominio de las nuevas tierras era personal , absoluto y per petuo. 4) Concentraba en sí la autoridad suprema, en cualquiera de los órdenes, sean estas ejecutivas, legislativas, judiciales o militares. Aunque no puede hablarse de división de poderes. ) 5) Era Vicario de Dios dentro de su reino, España e Indias. 6) Las funciones de la monarquía, podían dividirse en las de Go bierno, Justicia, Guerra y Hacienda. 7) El Gobierno era realizado tanto en lo espiritual como en lo temporal. 8) La Justicia no estaba confiada exclusivamente a un sólo órga no en forma excluyente. 9) En materia de Guerra, estaba a cargo la organización militar, la defensa contra los enemigos del exterior, la protección armada del comercio ultramarino y la campaña contra los indígenas. 10) En materia de Hacienda, correspondía todo lo relativo a la administración financiera, el cobro de los impuestos, y la organización de los funcionarios y medios de percepción. 11) Tenía carácter hereditario, correspondiendo la corona, en principio, al primogénito varón. Debe señalarse que la mayor parte de los órganos o las autorida des de Indias ejercían varias de las funciones señaladas, reuniendo en sí lo que hoy llamaríamos poder ejecutivo, legislativo o judicial. Los reinos de Indias nunca intervinieron en el reconocimiento y proclamación de sus monarcas y nunca fueron consultadas al respecto. 4. El Consejo de Indias. Después de la persona del Rey, la más alta autoridad para el co nocimiento de los asuntos de América fue el Consejo Real y Supremo de Indias. Origen y evolución: Tan pronto se produjo el descubrimiento se designó, dentro del Consejo de Castilla, como encargado del Despa cho sobre los asuntos administrativos de Indias al Arcediano de la Catedral de Sevilla, Juan Rodríguez de Fonseca, mientras las funcio nes judiciales se la reservaba al mencionado Consejo. Posteriormente, al producirse el fallecimiento del Rey Femando, se habilitó una sala especial para el tratamiento de estos asuntos lla mada “Plenun Consilium Indiarum”, actuando así en forma colegiada y perdiendo Fonseca una pane de su autoridad exclusiva. Al subir al trono Carlos Io en 1517, se rehabilitó a Fonseca, creándose la Supe rintendencia para asuntos de Indias. A raíz de una disputa entre Fonseca y Bartolomé de las Casas, se designó a Fray Gerónimo de Loaysa para el gobierno de las Indias en MANUAL DF. HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J. G. H irrrr 77 MANUAL DF. HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. KlcnrJoJ. C . ¡U r*r 1522, y dos años después por Real Cédula, se crea definitivam ente el Consejo Real y Supremo de las Indias, encargándose la presidencia al religioso Loaysa. Durante el reinado de Felipe V, en 1714, se crearon las Secreta rías de Despacho, con amplias facultades para expedir reales decretos y órdenes del Rey, y al implantarse en 1717 la Secretaría del Despa cho Universal de las Indias, el Consejo quedó limitado a sus funciones judiciales y tratar los problemas que se les encomendaban, con lo cual perdió la importancia que había tenido en los siglos anteriores. Sub sistió hasta 1812, fecha en la que fue suprimido por las Cortes de Cá diz y la Constitución dictada en ese año. O rgan ización : Fue organizado con independencia del Consejo de Castilla, habiéndose producido muchas transformaciones desde su inicio hasta la definitiva supresión. Se trataba de un organismo cole giado, con única subordinación al Monarca, integrado por un Presi dente y de siete a nueve Consejeros Togados, que debían ser “perso nas aprobadas en costumbres y limpieza de linaje, temerosos de Dios y escogidos en letras o prudencia”, que llegó a aumentarse a doce, compuesto de clérigos, letrados y “caballeros de capa y espada”. Dependían del Consejo como “oficiales salariados”, pero sin in tegrarlo, el Gran Canciller custodio del Sello Real, dos Secretarios (de Justicia y Gobierno); un Cronista encargado de recopilar crónicas e historias de Indias; un Cosmógrafo encargado de las cartas geográfi cas; un Matemático, un Contador, un Tesorero, un Fiscal y un Agente del Real Patronato ante la Santa Sede, con residencia en Roma. Tanto los Consejeros, como los oficiales salariados tenían carácter vitalicio y sus cargos no podían ser comprados. Generalmente estos cargos eran provistos con quienes habían desempeñado magistraturas o dignidades eclesiásticas en Indias, resultando así la culminación de una carrera administrativa o religiosa. Dependían, además, del Consejo otros funcionarios como el Al guacil Mayor, con funciones policiales, tres relatores de Cámara que debían leer y resumir los expedientes que debía resolver elConsejo, Escribanos de Cámara, Procuradores. Capellanes, .Defensores de Po bres, etc. El Consejo residía en la Corte y tuvo su asiento definitivo en Madrid al ser declarada Capital del reino. A los efectos de sus reunio nes se dividían en Salas para tratar temas distribuidos entre ellas pero MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Kc*nk> J. G. / W dándose preferencia en el tratamiento a aquéllos asuntos que requerían la concurrencia en pleno de los miembros del Consejo, generalmente materias graves de gobierno. Impedimentos: El presidente y los consejeros tenían rigurosos impedimentos en el ejercicio de sus funciones, por ejemplo no tener encomienda de indios ni negocios particulares en las Indias, no debían recibir dádivas, préstamos o presentes, no debían casar a sus hijos con quienes tuvieran intereses en las colonias, no recibir cartas de reco mendación, y guardar estricto secreto de las actuaciones del cuerpo. Funciones: Aunque de acuerdo a las disposiciones de Indias na da podía hacerse sin consultar la voluntad del Rey, la realidad fue que el Consejo ejerció casi exclusivamente la más alta autoridad en Amé rica y, como se decía en la Recopilación de 1680, "el Consejo de In dias tiene la jurisdicción suprema de todas las tierras descubiertas y por descubrir, con facultad de ordenar, previa consulta, las leyes, pragmáticas y provisiones generales y particulares que por el tiempo y para el bien de aquellas provincias conviniere”. En su mayor esplen dor, tuvo a su cargo la totalidad de las funciones de gobierno y admi nistración. Legislativas: elaborar las leyes, cédulas, ordenanzas, pragmáti cas, provisiones reales, todos los cuales venían a servir de fuente del derecho indiano. Los consejeros debían realizar un intenso estudio de los antecedentes antes de dictar nuevas leyes, las cuales debían tener por base la legislación castellana. También intervenía en la confirma ción de la legislación dictada por los órganos de Indias que tenían po testad para hacerlo. Administrativas: Eran múltiples sus funciones administrativas, nombrando y removiendo con el consentimiento del rey a los funcio narios residentes en América y establecía sus divisiones territoriales. Los vigilaba con el envío de jueces “visitadores” y “pesquisadores” manteniendo con los funcionarios coloniales permanente comunica ción. Ejercía la censura de los libros que se intentaba introducir o im primir en las Indias. Judiciales: Tenía funciones originarias y en grado de apelación En forma originaria lo hacían en causas de suma gravedad que les eran confiadas por real cédula, o pleitos originados en España referidos a asuntos de Indias, los relativos a encomiendas, y los juicios de resi dencia y visita, a que debían someterse obligatoriamente al término de 79 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. IVcirJo J. G. lU rrcr su mandato en el primer caso, y ante sospechas o denuncias, en el se gunda. En grado de apelación, actuaba en los recursos de segunda su plicación interpuestos respecto de los fallos de las Audiencias colo niales o de la Casa de Contratación. Eclesiásticas: Vigilaba el cumplimiento de las prerrogativas rea les en virtud del Patronato sobre las iglesias de Indias, conferido a los reyes por los Sumo Pontífices; examinaba bulas, breves, cartas y de cretos papales, para concederles su pase y vigencia en las colonias- Militares: Estas funciones las cumplía a través de las Juntas de Guerra. Hacienda: En una primera etapa tuvo a su cargo todo lo concer niente al manejo de la Real Hacienda Indiana, pero a partir del Rey Felipe II, estas funciones les fueron transmitidas a una Junta o Con sejo de Hacienda, modificación por la cual perdió gran parte de su autonomía. Im portancia: El Consejo tenía jurisdicción en todos los reinos de Indias, que además de los territorios españoles establecidos en América del Sur, Central y del Norte, comprendía las Filipinas y las Islas de Oceania, es decir, todos los territorios de ultramar sobre los que ejercía la más alta potestad en todos los ramos del gobierno. Es de destacar la permanente preocupación de este organismo por hacer cumplir las disposiciones referidas al buen trato de los indios y el co metido apostólico de la evangelización. 5. Casa de Contratación. Como señala Ots y Capdequi, la Casa de la Contratación de Se- vilia fue , al mismo tiempo que el organismo rector del comércTo*pe- ninsular con las Indias, una institución de gobierno con, atribuciones políticas, especialmente en el orden fiscal, una pieza importante en el ramo de la administración de Justicia y un factor poderoso para el es tudio de la geografía colonial y de la ciencia náutica de la época. Fue la primera institución, cronológicamente hablando, instilada en Espa ña con la finalidad específica de gobierno sobre el Nuevo Mundo. O rigen: Antes de su creación, todo lo referido a 1a organización de las expediciones colombinas había sido encomendado al Arcediano Fonseca y al Contador Juan de Soria. En 1493 se había dispuesto, además, la creación de una Aduana especial en Cádiz, para controlar todo lo que se enviaba o se traía de América. La Casa de Contratación 80 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J. C. H tr-cr fue creada por Real Cédula de 1503, integrándose en sus comienzos con un tesorero, un factor y un escribano-contador con funciones ad ministrativas y comerciales. Evolución: En sus comienzos, expresa Galletti, se trataba de una simple casa de comercio, almacenes de mercancías y abastos navales. Más tarde tiene por finalidad el estudio y situación del mercado, la compra y venta de mercancías en cuanto ello fuera ventajoso para las colonias, y el registro sistematizado y pormenorizado de todas las transacciones que se llevaban a cabo. Luego se transforma en Tribunal de Justicia y Junta Económica que constituyen sus caracteres funda mentales. Tan larga como proficua fue su tarea, con facultades cada vez más amplias, aunque con posterioridad con la creación de los Consulados, sus facultades mermaron sensiblemente. Muy numerosas reglamentaciones diversificaron sus funciones, desde el contralor de lo atinente a la navegación, al fomento del comercio de ultramar, hasta la de actuar como verdadero registro de comercio, con sentido moderno y dinámico. A medida que aumentó el volumen y complejidad de los negocios y asuntos americanos, el organismo fue acrecentando sus atribuciones y su personal. Desde que fue creado el Consejo de Indias, la Casa de Contrata ción se mantuvo en estrecha comunicación con aquél alto organismo, viendo disminuir la gran autonomía de que antes gozaba La decaden cia que se produjo durante el gobierno de los Austrias menores, en el Siglo XVII, repercutió en forma negativa en su desenvolvimiento y, finalmente, a consecuencia de las reformas introducidas por los Bor bones en el Siglo XVIII se precipitó el ciclo histórico de su decaden cia. En 1722 se ordenó su traslado a la ciudad de Cádiz, donde siguió funcionando hasta su extinción en 1790. Composición: A los primeros'funcionarios establecidos con oca sión de su creación, se irán agregando otros hasta adquirir el rol prota- gónico que asumió como organismo destinado a fortalecer los descu brimientos americanos, aumentando en complejidad sus atribuciones, especialmente a lo largo de todo el Siglo XVI. A mediados de esta centuria, el cuerpo estará compuesto por un Presidente, con dignidad de “Caballero de Capa y espada", al que lo acompañaran tres Jueces oficiales, un Tesorero, Contador, Factor, tres Oidores o Jueces letra dos y un Fiscal. Se agregaron, además, el cargo de Piloto Mayor, un 81 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Kcmrdo J. G. flurrxrr Cosmógrafo, un Correo Mayor, un Proveedor General de Armadas y Flotas, un Promotor Fiscal y un Comandante de la Maestranza. Funciones: Se ha señalado ya cuales eran sus funciones más im portantes. según se resume seguidamente:(Administrativas'; Fiscalización del comercio entre España y las Indias: contralor de las entradas y salidas de los bienes reales; registro de ¡os despachos que la Corona dirigía a sus autoridades americanas; registro de toda clase de objetos almacenados para el apresto de las flotas y compras de materiales; organización y despacho de las expe diciones colonizadoras; control de la importación del oro y minerales preciosos para evitar su contrabando; medidas sobre ios bienes de los fallecidos en las Indias: licencia de pasajeros, registros de mercancías, cobro de las rentas procedentes de ultramar, etc. jJudiciales: Una de las cuestiones más debatidas fue la referente a la competencia de la Casa de Contratación en asuntos judiciales. En 1539 se estableció que la Casa tuviera jurisdicción en materia civil y comercial para conocer en primera instancia todos los asuntos de la Real Hacienda, Contratación y Navegación de Indias. En 1511 se dis puso que todos los pleitos organillos entre mercaderes o marinos que iban a las Indias debían resolverse por los jueces de la Casa. De las sentencias que dictara se podía apelar a la Audiencia de Sevilla o ai Consejo de Indias, según la importancia del pleito. En materia crimi na!. la jurisdicción se extendía a los delitos cometidos en los viajes de ida o regreso de las Indias. Tanta importancia llegó a tener la Casa de Contratación en materia judicial que en 1596 su Sala de justicia, inte grada por tres oidores, alcanzó la categoría de Real Audiencia, que dando bajo la dirección del Presidente. Figuraban además, entre sus atribuciones las de actuar como amigables componedores en las dis putado diferencias entre navegantes. 'Educacionales y científicas! Promediando el siglo XVI se institu yó una oficina hidrográfica y una escuela de navegación, anexándose el personal científico, tal como el Cosmógrafo, encargado de la con fección de cartas de navegación. Se creó en 1552 una cátedra de Cos mografía. constituyendo una veráattefá~e5CuéTá~de navegación donde' 'se'eñseñaba la ciencia nautica de la época, y donde, ad em aste la ela- .boración-de-mapas, se fabricaban instrumentos marinos y se adiestraba v'exam inaba a los pilotos para la travesía del Océano, lo cual estuvo a MANUAL DF. HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Rkmrxk, J. C. /Ur^rr cargo del Piloto Mayor, siendo el primero en esa función Américo Vespucio. Dice Longhi que bajo su extrema vigilancia el monopolio comer cial pudo ser una realidad; ella despachaba desde su puerto único to das las naves encargadas del tráfico colonial, ya fueran aisladas al principio o en las grandes expediciones anuales o bianuales que orga nizó con destino a Portobello, Panamá y el Callao. Claro está, dice, que su extremado celo fue doblemente perjudicial para América y para España, ya que esto no era otra cosa que la práctica de un sistema eco nómico que para desgracia de la Metrópoli y de las Colonias, era el único que entendían los gobernantes de España. Cabe señalar que con la habilitación de gran cantidad de puertos en América y en España, a consecuencia de las reformas introducidas por los Borbones con el Reglamento de Comercio Libre, se consideró innecesaria la continuidad del vetusto organismo, que fue suprimido el 18 de junio de 1780. 6. Jun tas de G uerra. Los asuntos militares y navales estaban a cargo de una Junta de Guerra de Indias, integrada por cuatro miembros del Consejo de In dias y cuatro miembros del Consejo de Guerra de Castilla, y tenía por función la dirección de los asuntos de gobierno, justicia y hacienda, en tiempos en que algún problema bélico involucrara a los territorios del Nuevo Mundo. Fue creada en 1597. Además de todo lo referido al or den militar por tierra y por mar, tenía a su cargo el despacho de las flotas y armadas que viajaban-a las Indias y retomaban con el tesoro real y dineros enviados por los particulares, en miras a garantizar su seguridad. 7. Autoridades residentes en Indias. Son las que se fueron creando en América a medida que se pro dujo la conquista y colonización de estas tierras, necesarias para el mejor manejo de los intereses de la Corona. A los primeros conquista dores. por lo general se les confería el titulo de Adelantados. En una segunda etapa desaparece esta Institución que va paulatinamente sien do reemplazada por funcionarios de la Corona con el titulo de Gober nadores. En una etapa siguiente, al crearse nuevas y mas extensas ju risdicciones se denomina Virreyes a las cabezas de tales territorios. 83 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUaONAL ARGENTINA Dr. ¡Cardo J. G. Hmttct Los demás funcionarios se irán creando a medida que ei transcur so del tiempo y los requerimientos del buen gobierno lo hicieron asi necesario, aunque indispensable es destacar la presencia desde los primeros tiempos de la institución de los Cabildos. Los A delantados. La primera institución creada para entender en los asuntos de Indias, de carácter unipersonal, es la del Adelantado, haciendo la salvedad de que a Cristóbal Colon por las Capitulaciones de Santa Fe del 17 de abril de 1492 se le habían conferido, además, los tíralos de Virrey y Almirante y Gobernador de los territorios que por él fuesen descubiertos. En la primera etapa de la organización política indiana, los Ade lantados constituyen su figura más característica. Puede decirse que la organización de estas empresas iniciales por medio de Capitulaciones representa un sistema intermedio entre la concepción señorial, propia del feudalismo, y la concepción política del Estado. En rigor de ver dad, todas las instituciones inicialmente utilizadas para la conquista de América tenían ascendencia medioeval, puesto que era lógico encua drar la organización de los nuevos territorios en los moldes y en las fi guras ya existentes y conocidos, aún cuando adecuándolas a las nue vas circunstancias que se presentaban. O rigen y evolución: Esta institución trasunta el sentido y carác ter de la monarquía de los Reyes Católicos, durante la cual persisten características heredadas de los antiguos fueros. La institución tiene su origen en tiempos de la reconquista española, en la lucha contra los moros y, etimológicamente, resulta de “adelantar”, es decir llevar adelante, dice Galleti. Necesitando el Rey extender sus fronteras, adelantar sus dominios, nombraba “Adelantados” a aquéllos que avanzaban en la conquista, asentando poblaciones, y en mérito a su campaña recibían, en el territorio ganado, pleno poder civil y militar. Isabel de Castilla establece la institución en el Nuevo Mundo, otor gando las mismas o mayores atribuciones que poseyeron en España. Esta típica institución castellana desapareció al organizarse ad ministrativamente las vastas posesiones de España en América y pre cisamente al superarse la época de los descubrimientos, es decir al transcurrir el primer siglo de la conquista. Debemos recordar además que el adelantazgo participaba de las características de emprendi- miento o empresa costeada por los propios adelantados con concesión estatal, dada la difícil situación por la que atravesaba el tesoro espa- 84 MANUAL DF. HISTORIA CONSTTTUGONAL ARGENTINA Dr. JUcmrda J . G. / £ r c ? nol, situación que mejora ostensiblemente, a medida que se afirma el dominio español en Indias y hace innecesario e inconveniente aquél sistema. En el Río de la Plata hubo cinco Adelantados, Pedro de Mendo za, Alvar Nuñez Cabeza de Vaca, Juan de Sanabria que no pudo con cretar su empresa en razón de su deceso, y fue realizada por su hijo Diego, Juan Ortíz de Zárate, cuya tarea fue cumplida por su yerno Juan Torres de Vera y Aragón, fundador de Corrientes. El estudio de sus viajes e historia pertenece a lo que comúnmente se conoce como “época de los Adelantados” Atribuciones, deberes y facultades: El Adelantado firmaba con el Rey las Capitulaciones, contrato de naturaleza especial, por el cual se comprometía a realizar una expedición de conquistade territorios americanos, la cual debía realizar a su propia costa, con el fin de esta blecer el dominio de las tierras conquistadas a favor de la Corona, fundar, poblar y asentar nuevas ciudades, cumplir el objetivo apostóli co de la evangelización de los indios. En la práctica el Adelantado resultaba tener las mismas faculta des que más adelante serán propias de los gobernadores, ejerciendo el gobierno tanto en la esfera política como en la administrativa y mili tar. Su cargo tenía carácter de vitalicio y era susceptible de transmitir se por una o dos vidas. Es decir que reunía todos los poderes en sus manos. El oficio de Adelantado era de elevada jerarquía, sin llegar a te ner carácter nobiliario. Sus atribuciones fueron minuciosamente detalladas en la Reco pilación de Leyes de Indias, pudiéndose sintetizar la mismas de la si guiente manera: Gobierno y administración: El Adelantado era al mismo tiempo Gobernador. Capitán General y Alguacil Mayor del territorio con quistado. Se le daban varios títulos para significar las diversas faculta des que les eran concedidas, en vez de señalar en forma expresa sus atribuciones. Entre otras podían trazar los límites de las provincias, fundar ciudades y nombrar a sus autoridades; realiza el primer repar timiento de tierra a los pobladores de cada pueblo fundado y enco mendarles indios, podía poseer troqueles propios para acuñar mone das; tenía también facultad para nombrar los Oficiales reales, que no 85 MANUAL DE IflSTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTE'wV Dr. Ricardo J. G. Hmmr hubiese sido prevista en la respectiva Capitulación, como así la de cu brir las vacantes que se produjeran. Militares: Debía construir fortalezas necesarias para la defensa de las tierras conquistadas y dotarla de los medios necesarios para cum plir ese objetivo, correspondiéndole el mando de todas las fuerzas te rrestres y de mar que estaban a su cargo. Legislativas: Dictaba las ordenanzas necesarias para la primera colonización como también para el laboreo de las minas, con un plazo de validez de dos años, prorrogables por confirmación de la Corona.. Judiciales: Como Justicia Mayor, el Adelantado entendía en la apelación de las sentencias de los Corregidores o Alcaldes de las ciu dades, y sus fallos podían ser apelados ante el Consejo de Indias. C apitulaciones: Los adelantados firmaban con el Rey las capi tulaciones. documentos que si bien revisten la forma de una concesión real, eran verdaderos contratos de derecho público, que entrañaban fa cultades y obligaciones recíprocas. Como señala Zarini, el contenido de las capitulaciones no es uniforme; difiere notablemente según la importancia de los casos y la época en que se conceden, lo que difi culta la determinación exacta de las atribuciones conferidas. Ya hemos señalado las obligaciones asumidas por el Adelantado y las facultades de que quedaba investido para el cumplimiento de su misión. A cambio del cumplimiento de lo convenido se le otorgaban < mercedes reales, consistentes en una parte del valor de la riqueza re caudada, la concesión de tierras, la promesa de otorgar títulos nobilia rios, etc. 8. Los Virreyes. El cargo de Virrey fue el más elevado en la organización indiana, ya que representaba a la persona del Monarca y debía ser obedecido como si se tratara del propio soberano. Su nombramiento estaba reser vado al Rey. Es necesario recordar que la institución virreinal aparece, cronológicamente hablando, con posterioridad a la de los Adelantados y a la de los Gobernadores. O rigen: El origen de la Institución, señala López Rozas, es ante rior al descubrimiento de América, expresando que hacia fines de la Edad Media la corona de Aragón creó para el ejercicio del gobierno de los dominios que fue anexando, el titulo de Virrey. Era necesario dar la más alta dignidad y los poderes más amplios a los lugartenientes 86 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Rkardo J. G. Hmnrr que gobernaban lejos de ia sede real, refiriéndose a los virreyes que se designaron para regir en Cataluña, Cerdeña, Ñapóles y Sicilia. E in clusive los hubo en el propio reino de Aragón, pues cuando el monar ca se encontraba fuera del reino designaba un virrey que gobernaba en su ausencia. Creación en América: Debe señalarse que antes de realizar Colón su primer viaje, obtuvo de los Reyes Católicos la Capitulación de Santa Fe el 17 de abril de 1492, por la que se le concedía el titulo de Virrey y Gobernador de las tierras que descubriera, pero este nom bramiento tuvo más un carácter honorífico que efectivo. Corresponderá al rey Carlos Io de España, el primero de los Austrias, institucionalizar este cargo en el Nuevo Mundo, con la crea ción de los virreinatos de Nueva España en 1535 y del Perú en 1544 y, dos siglos después, se van a subdividir éstos, dando lugar a la creación de los de Nueva Granada en 1739 y del Río de la Plata en 1776. Es necesario recordar que la institución virreinal, como todas las instituciones jurídicas indianas, va cambiando su estructura y aún sus funciones, según los lugares y los momentos políticos e históricos. Atribuciones y facultades: Ya hemos señalado la jerarquía de este funcionario dentro de la organización gubernativa de Indias. Si bien se los consideraba como la “encamación misma del Rey, el otro yo del soberano español en las colonias”, y la representación directa del monarca, al extremo de estar dotados de las más amplias atribu ciones para hacer cuanto podía hacer el rey, no es menos cierto, que estas facultades estaban restringidas por otras disposiciones que ex presa o tácitamente, recortaban la amplitud de aquéllos poderes. En tal sentido, podemos resumir cuáles eran aquellas facultades: Políticas: Todas las autoridades del Virreinato estaban sometidas a su jurisdicción, con excepción de los Adelantados, lo cual fue causa de muchos conflictos, que desaparecieron a medida que terminaban los “adelantamientos”. Legislativas: Dictaban Ordenanzas, reglamentos e instrucciones para el cumplimiento de las disposiciones reales, aunque en muchos casos debía hacerlo en acuerdo con la real Audiencia y en algunos ca sos con el Cabildo. Cabe señalar que sus disposiciones legislativas sólo podían dejarse sin efecto por el Consejo de Indias o por el propio Rey. La inmensidad de las distancias, la dificultad de comunicaciones con la metrópoli y la urgencia de los múltiples problemas a resolver. 87 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. RUardoJ. G. ÍU rrrj que en cada caso se le presentaban, obligaba a los Virreyes a decidir por si y ante si, sin plantear la cuestión a los organismos'metropolita nos, al extremo de que los propios monarcas los autorizaron a modifi car y aún suspender las Reales Cédulas, cuando las circunstancias así lo exigieran imperiosamente, mediante la formula de “se acata, pero no se cumple”. Administrativas: Nombraban a los empleados cuya designación no correspondiera a la Corona; y proponía al Rey la designación de los gobernadores de su jurisdicción; podía suspenderlos y pedir su desti tución; repartían tierras o autorizaban la venta en remate de los bienes realengos; realizaban los censos de población; entregaban indios en encomienda; ejercían la superintendencia de las obras públicas; perci bían las rentas reales, procurando incrementar los ingresos del tesoro; promovían la agricultura, la ganadería, la explotación minera y el co mercio, y la vigilancia del orden público. Debía fomentar la actividad colonizadora procurando la fundación de nuevos pueblos y ciudades. Resolvía las causas contencioso-administrativas y presidía el Cabildo metropolitano. Resolvía también las cuestiones de competencia que se producían entre los distintos funcionarios bajo su mando. Judiciales: Era presidente de la Real Audiencia Virreinal, a la que dividía en Salas, controlando su funcionamiento mediante inspec ciones; juzgaba a los indios con asistencia de un Oidor letrado; nom brabajueces para causas especiales, y asistía a los juicios de residen cia. Inspeccionaba las cárceles y tenía la facultad de indultar penas. Militares: Tenían el mando de las fuerzas de mar y tierra asigna dos al Virreynato; reclutaban tropas, ordenaban construir fortificacio nes, sostenían los cuarteles y hospitales militares y ejercían las fun ciones judiciales en el fuero castrense. El Virrey podía conceder as censos y resolvía las expediciones contra los indios y. aún, las guerras contra sus vecinos hostiles a España. Por lo general el Virrey era un militar de reconocido prestigio, y su titulo agregado al de Virrey era el de Capitán General. Religiosas: Tenía a su cargo el ejercicio del Real Vice-Patronato, ejerciendo importantes funciones, colaborando con el clero en el cum plimiento del objetivo evangélico de la conquista en las empresas mi sionales, controlando la edificación, organización y funcionamiento de los templos, conventos, colegios y hospitales que eran creados y sos tenidos por la Iglesia. Controlaba también la recaudación de los im MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. ¡dardo J. C. ¡Ism y puestos que la Iglesia debía satisfacer a la Corona. Castigaba a los blasfemos, hechiceros, amancebados y demás “pecados públicos”, de biendo intervenir en el logro de la paz y conformidad entre los prela dos y eclesiásticos. Hacienda: Vigilaba la percepción de las rentas reales, que estaba a cargo de un tesorero, un contador y un depositario de cada ciudad, además de un Tribunal de la Reai Hacienda establecido en la capital dei Virreinato, al que también presidía. Para los gastos extraordinarios debía requerir la autorización de la Real Audiencia. Tenía a su cargo el cuidado de la conducción de los metales preciosos hacia las Cajas Reales y de su despacho hacia la Casa de Contratación de Sevilla. Or denaba la cantidad de moneda que podía acuñarse y, en caso de nece sidad, recibía del Rey la autorización para percibir donativos de veci nos acaudalados o recabar empréstitos más o menos voluntarios. De bía mantener una estricta vigilancia para evitar y reprimir el comercio de contrabando. Obligaciones y prohibiciones: El Virrey debía consignar en una memoria sus experiencias de gobierno para que pudieran ser aprove chadas por su sucesor. Debía consignar en un documento llamado "pliego de mortaja”, el nombre de la persona que debía hacerse cargo del Virreinato en caso de su fallecimiento y hasta tanto el Monarca proveyese lo necesario. A falta de este instrumento, en caso de su muerte, lo reemplazaba la Audiencia en pleno, de la misma manera que en caso de ausencia temporaria del asiento del virreinato, lo reem plazaba el Oidor más antiguo. Tenía obligación de informar minucio samente al monarca de todos .los pormenores de su gestión y debía someterse a los juicios de residencia y de visita. El Virrey no podía tener propiedades ni encomiendas de indios en su jurisdicción, ni vincularse social o familiarmente con sus gober nados, estándole prohibido contraer enlace él o cualquiera de sus fa miliares, con personas domiciliadas en su jurisdicción, salvo dispensa real. Es decir, que en todo debía parecer superior y equidistante como un monarca. Duración: A los primeros virreyes designados para América se les dio el titulo con carácter vitalicio, pero luego se fueron estable ciendo plazos que se extendían de tres a cinco años, aunque este pe riodo no era estricto, ya que el monarca podía reemplazarlos cuando lo 89 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUaONAL ARGENTINA Dr. R iarJoJ. G. //Wrrcr creyera conveniente. No podían abandonar su puesto hasta la llegada del sucesor. ........... 9. Capitanes Generales. Ya hemos señalado que los Virreyes tenían además el titulo de Capitán General, esto es. que estaba a su cargo todo lo referido al mando de las fuerzas de mar y tierra de su jurisdicción. Pero por múl tiples razones, algunas demarcaciones territoriales ubicadas en regio nes fronterizas, escasamente colonizadas, que requerían una autoridad de mano fuerte para asegurar la paz y el mantenimiento del orden pú blico, y exigencias apremiantes de índole militar, fueron creadas como Comandancias o Capitanías Generales, tal el caso de la Capitanía Ge neral de Chile. El alto funcionario que allí se designaba ejercía, con respecto a su circunscripción, funciones análogas a las del Virrey, con sus mismas facultades y restricciones. Para esta función siempre se designaba a un militar de probada competencia en el arte de la guerra. Cumplía generalmente sus funciones con la asistencia de una Junta de Guerra y un Auditor, encontrándose entre sus tareas específi cas. además del gobierno y administración de la Capitanía, el reclutar tropas, administrar víveres y municiones, sostener cuarteles, hospitales militares, dirimir las contiendas castrenses venidas en grado de apela ción y preocuparse por la defensa y fortificación de su territorio. 10. Gobernadores. El Gobernador indiano constituye la figura más representativa del régimen establecido por España en el Nuevo Mundo, desde su or ganización definitiva en el Siglo XVI hasta la implantación de las In tendencias a fines del Siglo XVIII. Cabe destacar, como lo señala Zo- rraquín Becú, se llamaba gobernador a todo el que ejercía la función de gobierno, desde los virreyes hasta los mandatarios de las provincias subalternas, y a este oficio se agregaban generalmente funciones de justicia y de guerra que configuraban la magistratura más alta de cada región. O rigen y evolución: Como en otros casos, el cargo de Goberna dor aparece antes del descubrimiento de América ya que en las cono cidas capitulaciones celebradas por Colón en 1492, antes de empren der su histórico viaje, se le concedió a su pedido, el titulo de Virrey y Gobernador de todas las tierras firmes e islas que descubriese. 90 MANUAL DE HISTORIA COCSSTmjCIONAL ARGENTIXV D r. R icnráo J . G. lU n ^ y En los reinos aragoneses existían desde mediados dei Siglo XIV gobernadores generales que ejercían el mando en ausencia del sobera no, en su condición de delegado de éste. En Cataluña, Aragón, Ma llorca, Valencia y Cerdeña, hubo gobernadores que ejercían elevadas funciones, siempre subordinadas al Rey. También en Castilla algunos funcionarios eran conocidos como “gobernadores”, aunque su titulo oficial fuera otro. El cargo de gobernador va a aparecer en Indias años después configurando una creación original. En 1499 los reyes católicos en comendaron a Francisco de Bobadilla la gobernación y oficio del Juz gado de las islas y tierra firme, ordenando fuera reconocido como “juez gobernador”, sucediéndose posteriormente designaciones simila res en todo el nuevo mundo. Estos nombramientos significaban la creación en Indias de una nueva magistratura que sólo en parte tenia precedentes españoles, ensayándose una creación institucional por ra zones circunstanciales. A las dos funciones primitivas se agregó des pués la de guerra incorporándole el titulo de Capitán General, dejando asi debidamente perfilada la nueva institución. Cabe señalar, siguiendo al autor mencionado, que el titulo de go bernador se dio tanto a los que habían capitulado con el Rey para rea lizar determinadas conquistas, como a los que actuaron más adelante como funcionarios administrativos designados para una provincia que ya estaba poblada y organizada. Los primeros recibían por lo general un nombramiento vitalicio, la tenencia de una fortaleza, el cargo de Alguacil Mayor, como así la posibilidad de atribuirse una extensión de tierras o una encomienda de indios. Concluida la conquista desapareció esta clase de gobernadores "capitulantes”, suprimiéndose los resabios feudales, siendo en ade lante sólo funcionarios administrativos, con sueldo fijo, carga tempo rario y poderes limitados, encargados de gobernar una provincia ya organizada. Designación y clases: Los gobernadores eran nombrados por el Rey a propuesta del Consejo deIndias, aunque los virreyes tuvieron la facultad de proponer candidatos para esos cargos, y aún de designarlos provisoriamente para cubrir vacantes. Dentro de la clase de gobernadores “administrativos” aparecen cuatro categorías que se distinguen nítidamente por su diversa jerar quía, a saben Io) Los virreyes eran también gobernadores del distrito MANUAL DE HISTORIA CONSTITUQONAL ARGENTINA Dr. Riendo J. G. H urey en el cual ejercían el mando directo; 2o) Los presidentes de las Au diencias pretoriales o subordinadas gobernaban la provincia mayor sobre la cual tenía jurisdicción el tribunal; 3o) Los gobernadores y Ca pitanes Generales que presidían una provincia menor; y 4o) Los go bernadores subordinados que ejercían su función en una provincia menor, bajo la dependencia de cualquiera de los anteriores. En esta última categoría se encontraban los Corregidores así llamados en una comarca o Alcaldes Mayores, en otras, limitados generalmente al go bierno de una ciudad y sus términos, siendo los jefes políticos y admi nistrativos de su jurisdicción y, a la vez, jueces superiores de los Al caldes ordinarios. Una vez concluida la etapa de organización, las provincias india nas aparecen regidas políticamente por gobernadores de las tres prime ras categorías. Todos ellos ejercen la función con gran autonomía, aunque subordinados jerárquicamente al Virrey, cuyas órdenes debían acatar, aunque nunca quedó bien precisada esa dependencia, actuando con gran libertad en la esfera de sus atribuciones. A tribuciones y facultades: Con la aclaración referida a las dis tintas categorías de funcionarios que llevaron la designación de Go bernadores, podemos sintetizar sus funciones de la siguiente manera: Gubernativas: La función de gobierno era amplísima y compren día vastas atribuciones vinculadas con el desarrollo espiritual y mate rial de las poblaciones. Tenía a su cargo resolver las cuestiones admi nistrativas, las que podían ser apeladas ante el Virrey. Podía proponer la designación de funcionarios y empleados y le correspondía presidir el cabildo metropolitano de su jurisdicción, aprobar la elección de sus miembros y vigilar el funcionamiento del cuerpo. Debía realizar pe riódicas visitas a los términos de su provincia, para informarse perso nalmente de su marcha. Podía designar un Teniente General que a ve ces era letrado y que desempeñaba las funciones políticas, judiciales o militares que aquél le señalaba, y podía reemplazarlos en caso de muerte o ausencia. Legislativas: Podía sancionar ordenanzas relativas a la condición de los indios y al régimen de las ciudades, aunque esta actividad deca yó posteriormente cuando en la Recopilación de 1680 se dispuso que antes de sancionar nuevas leyes informara al Consejo de Indias a fin de que éste resolviera. 92 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Rjcanb J. G. lltrw r Militares: Comandaba, bajo la dirección dei Virrey, ias tropas establecidas en su jurisdicción. _ - --------------- Judiciales: Como se dijo, el gobernador en un principio era Justi cia Mayor, ante el cual se podían recurrir las sentencias dictadas por los Alcaldes. Más adelante sólo conocerá de causas penales que le lle gan por vía de apelación, y los fallos que dictaba eran recurribles, a su vez, ante la Real Audiencia. Eclesiásticas: El Gobernador debía cooperar con las autoridades eclesiásticas para difundir la religión, proveer los curatos a propuesta en tema de los Obispos, informar acerca de las iglesias y hospitales que era necesario erigir. Cabe anotar aquí que los gobernadores mantenían corresponden cia directa con las autoridades metropolitanas y recibían también en forma directa las órdenes de ellas, sin pasar por la vía jerárquica del Virrey. Una manera de tener un directo control de ¡a marcha de los asuntos de Indias, sin que los funcionarios coloniales pudieran atarse a lealtades inconvenientes con sus similares de mayor jerarquía. Para ejercer el mando en cada una de las ciudades que no eran capitales de provincia, se nombraban Tenientes de Gobernador, que eran además Capitanes a guerra y Justicia mayores, cumpliendo las órdenes del mandatario provincial. Duración: El nombramiento del gobernador emanaba del Rey. a propuesta del Consejo de Indias y en un principio era por tiempo in determinado o vitalicio. Con posterioridad a la Recopilación de las Leyes de Indias se establece una duración de tres años en el caso de personas establecidas en América, y de hasta cinco años, para aquéllos que debían trasladarse desde la Metrópoli. En caso de muerte eran inmediatamente reemplazados por el Te niente General de la Gobernación, y a falta de éste por los tenientes de gobernador en cada ciudad subalterna y por el Alcalde de primer voto en la ciudad Capital. Prohibiciones: Les estaba vedado a los Gobernadores tener o celebrar negocios dentro de su jurisdicción, ni procurarse granjerias por si o por interpósita persona, ni a negociar con el sueldo de los em pleados inferiores, según se determinaba en la Recopilación referida. Al asumir su cargo debía realizar un inventario de sus bienes, para determinar en oportunidad del juicio de residencia, al que estaban 93 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. RicmrdoJ. G. lU m cr obligados como todos los funcionarios coloniales superiores, si su pa trimonio había engrosado notoriamente. Los gobernadores indianos no podían establecer impuestos ni de cretar gastos y en los casos de urgencia o de invasión de enemigos po día realizárselos con aprobación del Virrey. No manejaban la Real Hacienda ni aprobaban las cuentas de los oficiales, pero debían juntar se con ellos semanalmente para procurar el aumento de los recursos. 11. Organismos co leg iad o^ ^ h ü ¿osT j A través de toda la conquista y colonización de América, dice López Rosas, numerosas instituciones se arraigan en el continente americano. Algunas dan poco resultado y otras sólo proliferan en de terminadas regiones o son creadas solamente para un singular mo mento histórico. Así, adelantazgos, capitanías generales, intendencias, consulados, gobernaciones o virreinatos van cambiando al pasar de las épocas. Unas son suprimidas ante la experiencia institucional; otras son modificadas o reestructuradas; y lo que era aceptado en tiempo de los Austrias deja de funcionar en época de los Borbones. Solamente una institución permanece a lo largo y a lo ancho de toda América, y ésta es el órgano colegiado Cabildo. Fundada una ciudad en lo más remoto del continente, podrá care cer de organización, habrá conflictos de jurisdicciones acerca de su dependencia, carecerá de las cosas más elementales, pero cumplido el rito de la fundación, habrá necesariamente un Cabildo. A partir de ese momento este Cabildo tendrá que afrontar todos los problemas, desde lo meramente municipal hasta la solución de la paz o la guerra en su lucha contra los piratas o los indios. Tendrá que improvisar su vida, enfrentar el hambre, la seca, la langosta y las pestes, tendrá que forta lecer sus instituciones, designar sus sucesores y velar por todos para sobrevivir. Y en medio del desierto, aislado por distancia de leguas de las más cercanas poblaciones, conformará su propio estilo de vida. O rigen y evolución: Analizando esta institución, dice el autor citado, que el signo característico y fundamental del pueblo español es su "individualismo”, signo bajo el cual se realizó la conquista de América y conformó sus instituciones desde siglos atrás. Dice que ese espíritu individualista, proveniente de los celtas e íberos, dio origen a un verdadero espíritu regional, influido por las condiciones físicas y MANUAL DF. HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Wc*rdo J. C. /£u-»tr geográficas y acentuado luego por las posteriores invasiones, primero de los romanos y luego de los visigodos. Este espíritu que animaba a los antiguos ayuntamientos españoles de la Edad Media, ya en franca decadencia frente alavance del poder absoluto de los monarcas que afirmaba la unificación española con la expulsión de los moros, será trasplantado a América y allí recuperará el perdido vigor de otras épocas. Las nuevas circunstancias geográficas y sociales van a imprimir a esta Institución una gran vitalidad. Y ellos servirán, además de satis facer las elementales necesidades de las poblaciones a las que regían, un valladar para hacer frente a los privilegios de los descendientes de los fundadores y a los desmanes de la alta burocracia venida de Espa ña. Los Cabildos, que cumplieron una tarea fundamental, van a sen tir también, con la marcha del tiempo, su decadencia provocada espe cialmente cuando se produce la venta de los oficios concejiles, cayen do éstos en manos de verdaderas oligarquías, más atentas a la satisfac ción de vanidades sociales que a la defensa de los intereses ciudada nos, como afirma Ots y Capdequí. Y esta decadencia se acentúa aún más con el advenimiento del régimen intendencial, que le quita mu chas de sus atribuciones y especialmente los recursos llamados “arbi trios”. Sólo en los últimos años de la dominación española en Améri ca, con el relajamiento de los poderes del Estado, vuelven los munici pios coloniales a dar muestras de mayor actividad social y política, y algunos de ellos, como el de Buenos Aires, tuvieron papel decisivo en las luchas por la Independencia, afirma el autor citado. Composición y funciones. Los Cabildos tenían distinta compo sición, según rigieran la vida de ciudades diocesanas o bien de las su fragáneas. El nombramiento de los distintos funcionarios u “oficios concejiles” del primer Cabildo, correspondía a la persona a quien se había confiado la erección de la ciudad. Pero en los casos en que la ciudad hubiese sido fundada por un grupo de vecinos, situación que en algunos casos se daba, la Recopilación de 1680 los facultaba para que entre ellos mismos eligieran a los Alcaldes Ordinarios y a ios oficia les, los que se renovaban en forma anual. Los Alcaldes Ordinarios tenían a su cargo el ejercicio en prime ra instancia de la justicia ordinaria, tanto en materia civil como crimi na!, cuyos fallos podían ser recurridos a los Corregidores o Gobema- MANUAL DF. HISTORIA CONSTITUCIONAL ARC ENTINA Dr. R¿*rdo J. G. lUt-rer dores, que por tal motivo eran llamados Justicias Mayores. Estos Al caldes eran elegidos anualmente por los propios cabildantes, y fueron oficios que no eran vendibles, como ocurrió con otros, tales los Escri banos, Alguaciles, Alféreces, Regidores, Fieles ejecutores, etc. Los Regidores tenían como atribución todo lo referido a la poli cía de abastos e intervenir en las obras públicas de la ciudad. También corría a su cargo la visita de cárceles y el desempeño de la función de Alcalde en caso de ausencia o muerte de éstos. Tenían obligación de concurrir a los ejercicios militares, cuando concurrieran el Gobernador o el Capitán General y además vigilaban la administración de los hos pitales existentes en la ciudad. El Alférez Real era el encargado de pasear el estandarte real en las ceremonias públicas, tenía voz y voto en las reuniones del Cabildo y en caso de ausencia o muerte de los Alcaldes podía sustituirlos. Los Procuradores tenían como misión representar al Cabildo ante las más altas autoridades, tales como Audiencias y Tribunales e inclusive ante el Consejo de la Corte del Rey- Su elección se realizaba por medio de los Regidores y únicamente en Cabildo cerrado. Cuando se presentaba algún caso que por su gravedad hiciese necesario que alguna ciudad enviase a España su Procurador, el Cabildo debía obte ner previamente la licencia del Virrey o la Audiencia del distrito a que pertenecía la ciudad. El Procurador debía estar presente en los repar timientos de tierra o de ganados. Fieles Ejecutores. Su función específica era la de intervenir en la policía de Abastos de la ciudad, tarea que cumplía en compañía del Regidor. Ponía precio a los abastos que se traían a la ciudad, determi naba los lugares donde debía tirarse la basura, vigilaba la venta en las pulperías evitando se excediese el precio fijado para mercaderías de primera necesidad como el pan, hortalizas, pescados, etc. Para el me jo r cumplimiento de su misión se le concedió el ejercicio de ciertas fa cultades jurisdiccionales en asuntos de su incumbencia. Alguacil M ayor. Era su tarea la de prender a las personas que se les mandara y se les encomendaba hacer cumplir las órdenes y man damientos de los Gobernadores, Alcaldes Ordinarios y demás funcio narios judiciales. Tenían también a su cargo perseguir los juegos prohibidos y “los pecados públicos’’. Escribanos y Depositarios: El Escribano debía llevar el Libro de Acuerdos, donde se asentaban las resoluciones del Cabildo. Esta- 96 bar, obligados a guardar secreto absoluto de lo que se tratare, hasta el punto de que no podía ser obligado a quebrantar ese secreto. El nom bramiento de Depositario General competía al Cabildo, y este funcio nario tenía a su cargo los depósitos de los bienes que eran motivo de litigios y debía dar cuenta detallada al Escribano del detalle de lo reci bido. con indicación de la fecha en que se recibió el depósito. FuncionamientorLos Cabildos sólo podían reunirse en las Casas Capitulares y estaban integrados por los Alcaldes Ordinarios y los Re gidores, los que eran presididos por el Gobernador o su lugarteniente. Los Corregidores y Alcaldes Mayores podían entrar libremente en los Cabildos, pero en cambio se prohibía la entrada a los Oidores,-inte grantes de las Audiencias, y tanto a éstos como a ¡os Virreyes se les ordenaba que no impidieran la elección de sus componentes. Otros funcionarios que tenían voz y voto en los Cabildos, como ya hemos dicho, eran los Alféreces como también el Alguacil Mayor y los Oficiales Reales de la ciudad donde residieran ejerciendo sus fun ciones. AtribucionesrLos Cabildos tenían facultades legislativas, pu- diendo redactar o confirmar Ordenanzas para el buen gobierno de las ciudades, aunque sujetas a la aprobación superior. Tenían facultades electivas, ya que como es sabido, podían elegir a los miembros del siguiente Cabildo, que tenían mandato por un año. El Cabildo tenía facultades para conocer en grado de apelación en ciertas causas falladas por los Justicias Ordinarios en primera ins tancia, y sus decisiones no eran'apelables hasta cierto monto. Cuando ¡as sumas del pleito superaban los montos señalados se podía apelar al Gobernador o Alcalde Mayor, pero si la cuantía era superior a 500 pe sos podía apelarse al Consejo de Indias o a la Audiencia Virreinal. Además el Cabildo tenía facultades de policía, pudiendo-castigar los actos que atentaran contra las buenas costumbres, regulaban los honorarios que podían cobrar ciertas actividades, intervenían en los repartimientos de solares, y en la vigilancia de obras y servicios públi cos Las atribuciones que hemos mencionado eran propias de los Ca bildos “cerrados”. Los Cabildos “abiertos” prácticamente no aparecen mencionados en la legislación de Indias, y sólo en situaciones excep cionales habla de esa posibilidad para la elección de Regidores en los lugares de nueva fundación, o cuando determina que la elección de los MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARCENTINA Dr. Riendo J. G. Ih m r 97 MANUAL DE HISTORIA CXhNSTITUClONAL ARGENTINA Dr. R íanlo J. G. H*rrx-r Procuradores sea hecha por los Regidores y no por “Cabildo Abierto’’. No obstante, es sabido que en los tiempos de descomposición del ré gimen colonial se hizo uso de esta facultad extraordinaria. Importancia en el Derecho Constitucional Argentino. Los autores se plantean acerca de si los Cabildos fueron o no cuna de nuestra democracia representativa. Y también si ellos fueron el origen de nuestras acruales provincias. Siguiendo el pensamiento de Galletti digamos que en el primer caso, se señala que los Cabildos se organizaron con la ciudad misma (ciudad-cabildo)y que intervenía directamente en los asuntos atinen tes a la ciudad, y así se lo compara con los viejos Concejos castella nos. A lo largo de nuestra historia política vemos en numerosas oca siones interviniendo el Cabildo como autoridad soberana y convirtién dose en otras como poder constituyente. No podemos dejar de recor dar que en el Cabildo Abierto de 1810, el pueblo de Buenos Aires por medio de esta Institución ejerció el derecho de retroversión del poder, y no es menos cierto que el Fiscal de la Real Audiencia Genaro de Vi- llota, reclamó la presencia de los demás pueblos del interior, confián dose la elección de sus diputados precisamente a los Cabildos de cada una de las futuras provincias. Recordemos también que cuando se producía la vacancia del poder por distintas razones, el Cabildo de Buenos Aires pretendía ejercer el poder que le había sido retrovertido en 1810. Es cierto que la elección de los miembros de los cabildos coloniales estaba circunscripta a un grupo restringido, pero alr menos tenía el mérito o el valor de que eran los propios habitantes de estas tierras, los que designaban los funcionarios que regían la ciudad, más allá de que otros principales funcionarios, como gobernadores, te nientes, etc. venían nombrados desde la metrópoli. En tai sentido se podría hablar de una democracia restringida, pero democracia primiti va o atisbo de democracia al fin. El otro punto está referido al Cabildo como origen de nuestras actuales provincias. En general se admite que cada uno de los Cabil dos coloniales con sus respectivas jurisdicciones terminaron convir tiéndose en ¡as primeras catorce provincias fundadoras de nuestra Na ción. La circunstancia de que en la Banda Oriental existiesen varios Cabildos, y en Buenos Aires y Entre Ríos dos, pareciera ser la excep ción que confirma la regla, pues el resto del país se dividió en provin- 98 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J. G. f t j i t t cias tomando como cabeceras, cada una de ellas, la ciudad donde teníai asiento el Cabildo. i La excesiva ingerencia del Cabildo de Buenos Aires cir-tos' asuntos políticos va a determinar al Gobernador Martin Rodríguez, por acción de su ministro Bemardino Rivadavia, la supresión tie sus dos cabildos, política que será seguida rápidamente por todas las-p vincias. El régimen municipal, que era parte de las funciones del Ca bildo, recién será restablecido al dictarse la Constirución de 1853. 12^E! Consulado. [ Con el objeto de desarrollar el comercio se creó en Burgos (Es paña) un Consulado o Casa de Tratantes, facilitando a sus miembros el transporte y colocación de sus mercaderías. Los altos beneficios al canzados por la nueva institución determinaron más tarde a los comer ciantes de Sevilla a presentar un petitorio al Rey para establecer idén tico organismo en aquella ciudad. En el trasplante de las Instituciones metropolitanas a América no faltó el Consulado que los reyes crearon primeramente en Méjico y después en Lima. La causa de la creación en aquellas dos ciudades se debía a que el comercio entre España e Indias pasaba únicamente por aquellas. La administración de justicia en lo comercial estuvo a cargo de los Consulados, una vez que fueron creados en América y sus fallos, en causas por montos superiores a 1.000 pesos fuertes, podía apelarse ante la Audiencia que a ese efecto se constituía en Tribunal de Alzada, integrado por el Oidor Decano y dos Oidores nombrados por él entre los candidatos propuestos por las partes interesadas. Las reformas introducidas por ¡os Borbones al dictarse el Regla mento de Comercio Libre en 1778, facilitaron el desarrollo del comer cio en todo el continente, con la apertura de nuevos puertos, lo cual favoreció especialmente al Río de la Plata, hasta entonces relegada en el aspecto comercial. Por Real Cédula de 1794 se creó el Consulado en la ciudad de Buenos Aires, el cual además de tener funciones de Junta Protectora del Comercio y de Fomento Económico, era tribunal en asuntos co merciales y entendía además en todas las causas por delitos cometidos durante la navegación. Este tema será ampliado al tratárselo en el Ca pítulo V. MANUAL. DE HISTORIA CO-NSTITUO0NAL ARGENTTiA Dr. R ^rd o J . C. IUttct Era un organismo predominantemente judicial. Las primeras fun ciones judiciales en América fueron desempeñadas por el descubridor Cristóbal Colón. Las Capitulaciones firmadas con la Corona le conce dían como privilegio el administrar justicia en los territorios que des cubriera, y de la misma manera se establecieron cláusulas semejantes con relación a las facultades de los Adelantados que continuaron el proceso de descubrimiento y conquista. Una vez que Castilla tomó conciencia de la necesidad de estable cer la administración de las Indias sobre bases estables, se crearon las Audiencias similares a los organismos ya existentes en España. La primera Audiencia americana fue establecida en Santo Do mingo en el año 1511. Estos altos tribunales de Justicia llegaron a re vestir mayor autoridad que los establecidos en la metrópolis, dada las enormes distancias que existían entre los súbditos y el Rey. En su ori gen la Audiencia americana tuvo como modelo a las Reales Audien cias de Valladolid y Granada, pero pronto se diferenciaron de estos precedentes, ya que adquirieron importantes funciones de gobierno que en España no tenían. Las audiencias americanas pueden ser clasificadas en tres grupos: a) las Virreinales, presididas por el Virrey; b) Pretoriales, presididas por el Gobernador y c) Subordinadas, presididas por un presidente to gado. Todas ellas estaban integradas por cinco oidores, un canciller que guardabael sello real, un fiscal en lo civil, otro en lo criminal, un alguacil y varios tenientes. El Fiscal intervenía en las causas en las que estuvieran en juego los intereses de la Real Haciendo o del Real Patronato. No obstante ser un organismo predominantemente judicial, sus funciones eran más amplias que las de un mero tribunal de justicia, pudiendo clasificarse en Políticas: Ejercitaban un contralor de la actividad del Virrey o del gobernador en su caso, siendo un contrapeso de su autoridad, aconse jándolos en los casos de gravedad institucional. Entendían en el juicio de residencia del Virrey y, además, en caso de ausencia temporal de éste, lo reemplazaba el Oidor más antiguo. En el caso de producirse acefalía, asumía el cuerpo en pleno como “Audiencia gobernadora” hasta tanto el monarca designara al reemplazante. MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. RxmrJo J. G. Hmrrrr Judiciales: Eran Tribunal de primera instancia en los juicios im portantes, y actuaba como Tribunal de Apelación de los fallos emiti dos por los tribunales inferiores (Alcaldes, Alcalde Mayor, etc.). En las Audiencias Virreinales había Alcaldes del Crimen, en cuyo caso actuaba como tribunal de apelación presididos por el Virrey. Administrativas: Tenía a su cargo el cuidado de los intereses fis cales y autorizaba a la autoridad superior la realización de gastos ex traordinarios, Conocía en todo lo referido a los diezmos y patronato y estaba facultada para enviar jueces pesquisadores contra cualquier autoridad de su jurisdicción. Los Oidores gozaron en América de grandes honores y preemi nencias, y el Virrey debía considerarlos sus iguales y en ningún caso ■as**- MANUAL DE HJSTORLV CONSTTTUQONAL ARGENTINA Dr. JVcxrdo J. C. Hmt^ t Bibliografía consultada y utilizada. ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA. “Nueva Historia de la Nación Argentina’’ Tomo 1“ GALLETTI, Alfredo. "Historia Constitucional Argentina” Tomo Io j LAFONT, Julio B. “Historia de la Constitución Argentina” Tomo 1° ! LEVENE, Ricardo. “Manual de Historia del Derecho Argentino” i LEVENE, Ricardo. "Historia del Derecho Argentino” Tomo Io ¡ LONGHI, Luis R. “Génesis e Historia del Derecho Constitucional Ar- ! gentino y Comparado” | LÓPEZ ROSAS, José Rafael. “Ensayo de Historia ConstitucionalAr- ! ! gemina” OTS Y CAPDEQUI. José María. “Instituciones” OTS Y CAPDEQUI, José María. Trasplante en Indias de las Institu ciones castellanas y organización legal de Hispanoamérica hasta fines del Siglo XVH” en Historia de la Nación Argentina de la Academia Nacional de la Historia. ROSA, José María. “Historia de la Argentina" Tomo Io SIERRA, Vicente D. “Historia de la Argentina” Tomo Io. ZAR1N!, Helio Juan. "Historia e Instituciones en la Argentina" ZORRAQUIN BECU. Ricardo. “Historia del Derecho Argentino” i Tomo lu ! ZORRAQUIN BECU, Ricardo. "La Organización política argentina | i en el período hispánico”________________________________________ j 102 ■MANUAL DE HISTORIA CO.NSTTTL'QO.NAL ARGENTINA D r.XcnrdoJ. G. IL m r CAPITULO 4 1. Legislación hispano-americana. Para comenzar el tratamiento de este tema, es conveniente recor dar con Ots y Capdequí en su libro “Instituciones”, que España, al tiempo del descubrimiento, no tenía una verdadera unidad nacional. A pesar del matrimonio de los Reyes Católicos, Castilla seguía mante niendo su propia personalidad política y jurídica, con sus autoridades y sus cuerpos de leyes que reflejaban su derecho peculiar. Como la que patrocinó la empresa colombina fue Isabel de Cas tilla, ello motivó que los territorios descubiertos se incorporaran a la corona de Castilla, y que fuese el derecho castellano el que rigiese desde los primeros momentos la vida jurídica de las Indias. Pero la intención de los soberanos españoles de organizar los te- rrttorios descubiertos bajo las mismas normas jurídicas imperantes en Castilla, tuvo que ceder en gran parte ante el imperativo inexcusable de la realidad. Las circunstancias económicas, raciales y geográficas del Nuevo Mundo, tan complejo en su enorme extensión, tan distante y tan distinto, no pudieron ser encuadradas dentro de los rígidos pre ceptos del viejo derecho castellano. Se tuvieron que'dictar normas ju rídicas nuevas para hacer frente a situaciones de hecho desconocidas hasta entonces, y así nació el derecho propiamente indiano que alcan zó un desarrollo extraordinario y que en muchos aspectos desplazó ai derecho castellano tradicional. Frente a ello, se dispuso desde la metrópoli que las disposiciones dictadas por los altos organismos del gobierno radicados en España, para su aplicación en Indias, como así las normas dadas por las autori dades coloniales facultadas para ello, tuvieran primacía en su vigencia y observancia, no pudiendo acudirse a las fuentes del derecho caste llano más que a falta de derecho aplicable en las fuentes del derecho propiamente indiano, es decir que el derecho castellano no tuvo sino un carácter meramente supletorio. 103 MANUAL D E HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. KcxrJo J. G. H trrcr Cabe señalar que la vigencia del derecho castellano en Indias tu vo un alcance mucho mayor en la esfera del derecha privado que en la del derecho público. 2. Sus características. Como rasgos más característicos de la legislación indiana pueden ofrecerse los siguientes, que hemos extractado del trabajo del Dr. José María Ots y Capdequí:: a) Un casuismo acentuado. No se intentó, salvo en contadas excep ciones, realizar amplias construcciones jurídicas que fijasen ple namente los contornos de una institución o una rama especial del derecho. Por el contrarío, se legisló sobre problemas muy concre tos y se trató de generalizar, en lo posible, la solución en cada ca so adoptada. Por esa razón en la esfera del derecho privado se tu vo que recurrir preferentemente a las fuentes del derecho castella no, a pesar de su carácter supletorio, porque en las del derecho in diano propiamente dicho apenas si se hallan preceptos que supon gan una verdadera innovación jurídica de la doctrina tradicional mente aceptada en la metrópoli. b) Una profusión legislativa: Las sucesivas disposiciones dictadas por los diversos organismos, tanto metropolitanos como residen ciales, pobló de disposiciones el gobierno de Indias, dándose el caso de situaciones en las que existían disposiciones contradicto rias, a las que quiso poner fin el Ordenamiento de 1680. c) Una tendencia asimiladora y uniformadora: En un primer mo mento por parte de la Casa de Austria, y en mayor medida por la de los Borbones, se intentó estructurar la vida de las Indias con criterio uniformador y tratando de asimilarlos al propio territorio metropolitano. Así se indicaba que “siendo de una misma corona los reinos de Castilla e Indias, las leyes y maneras del gobierno de los unos y de los otros deben ser lo más semejantes y conformes que se pueda”. Pese a ello las mismas instituciones creadas para América, adquirieron modalidades diferentes en las distintas re giones, según el ambiente geográfico, social y económico en que hubieron de desenvolverse. d) Una gran minuciosidad reglamentaria: Los monarcas españoles pretendieron tener en sus manos todos los hilos del gobierno de. un mundo tan vasto, tan complejo en su diversidad y tan lejano. No sólo les preocupaban los problemas de las grandes divisiones ad ministrativas, llámense virreinatos, gobernaciones o audiencias si no que querían conocer los propios de una ciudad o de reducidos núcleos rurales. Como esto les era prácticamente imposible, tuvie ron que otorgar a los funcionarios amplias facultades, pero movi dos por la desconfianza buscaron un equilibrio de poderes entre los organismos más elevados del gobierno, con interferencias pe ligrosas entre sus respectivas esferas de acción, multiplicando las instrucciones políticas y administrativas y complicando extraordi naria y minuciosamente los trámites burocráticos, e) Un profundo sentido ético y religioso. El fin religioso fue una de las preocupaciones primordiales de la Corona, y al incorporarse a ella las tierras americanas, la conversión a la fe cristiana de los aborígenes sometidos y la defensa de la religión en aquellas regio nes, fue uno de los móviles que impulsaron su política colonizado ra, y esa actitud se reflejó ampliamente en las leyes de Indias. Teólogos y moralistas, más que juristas y hombres de gobierno, fueron los animadores espirituales de esta legislación, que acusa un tono de plausible elevación ética, aunque en la realidad de los hechos se observaba un divorcio en su aplicación concreta. En muchas ocasiones fueron distintas la doctrina declarada en la ley y la realidad de la vida social. 0 Vigencia de la costumbre. La costumbre tuvo gran importancia en la formación de algunas instituciones, aunque algunas de ellas no estuvieron consignadas en la Recopilación de 1680, pero esas costumbres subsistieron vigorosamente no obstante las disposi ciones en contrario de las nuevas leyes. Puede afirmarse que en América el derecho consuetudinario llegó a constituir todo un cuerpo de derecho positivo, formado natural y espontáneamente a espaldas de la legislación que se dictaba, g) Supervivencia de instituciones aborígenes. Las primitivas costum bres jurídicas de los indios aborígenes se hicieron respetar por el legislador español, siempre que no estuvieran en contradicción in salvable con los principios básicos del pueblo colonizador y no constituyeran un peligro para la seguridad y soberanía del nuevo estado. MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J. G. ¡U m y 105 MANUAL DE HISTORIA CO N STrrU aO N A L ARGESTLNA Dr. fücmrjo J. C. //^ > rr 3. Capitulaciones. - ---- - Eran los instrumentos jurídicos celebrados en forma previa a la empresa de descubrimiento por parte de los Adelantados y la Corona.. Las capitulaciones son contratos firmados entre el Rey, por una parte, y el Adelantado, por la otra, en cuya virtud se establecen dere chos y obligaciones recíprocas. Según las opiniones se trata de un contrato de derecho público, por la naturaleza especial de una de las panes contratantes (la Corona), por la naturaleza de su contenido y por la función política, económica y social que llenaban, aún cuandoentre sus cláusulas se determinaban cuestiones que importan la vigencia de normas contractuales de derecho privado. Cuando España decidió realizar la conquista y colonización de las nuevas tierras descubiertas, la situación del tesoro real no era lo más floreciente, por lo que se vio en la necesidad de convenir con particulares la efectivización de tales empresas, quedando a cargo de éstos todos los gastos que ellas demandaban. Galleti dice que se trataba de un contrato de naturaleza especial, por el cual se comprometía a adelantar o conquistar nuevas tierras para y en nombre del Rey, sostener los gastos de la expedición y de la con quista a su propia costa; promover la conversión de los indios y reali zar fundación de ciudades, llevando adelante la empresa de la con quista. Por su parte, José María Rosa dice que el Rey, o el Consejo de Indias en su nombre, dispone con el Adelantado la capitulación de los derechos y obligaciones recíprocas, a la que no se le quiere dar la for ma de un “pacto feudal” concluido, por escrito o de palabra, y por eso reviste la apariencia de un nombramiento donde el Rey hace merced durante “dos vidas", al Adelantado y su sucesor, de una zona de In dias, con sus tesoros naturales, botines de guerra, tierras y habitantes. El Adelantado se compromete a explorarla, pacificarla, y poblarla por su cuenta, pero a nombre del Rey y bajo la vigilancia del Consejo de Indias. En la mayor parte de las Capitulaciones, ya que no todas eran iguales, se concedía al Adelantado, por una o dos vidas y a veces a perpetuidad, las facultades de repartir tierras y encomendar indios, asi como para nombrar, libremente o con limitaciones, a los funcionarios menores que habrían de regir en las tierras descubiertas, para lo cual Je concedía los títulos necesarios para ejercer en ellas el gobierno políti 106 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricarda J. G. ll*r.*r co y administrativo y ei mando militar, además de las judiciales, aun que en estas debía actuar junto a dos alcaldes mayores. Antecedentes históricos: a) Existen capitulaciones como instrumento jurídico para comisionar a particulares el desempeño de funciones determinadas, antes del descubrimiento de América (por ejemplo en las Islas Canarias). b) Se utilizó no sólo para empresas de descubrimiento y colonización, sino también para formalizar mandatos de naturaleza muy diversa, confiados por el Estado a los particulares. c) A su vez, existían casos en que el que ha contratado con la Corona, capitulaba a su vez con un tercero que asociaba a su empresa, cele brando nuevo asiento o capitulación, llamado “de compañía”. Facultad de otorgar capitulaciones: La Corona o las autorida des expresamente facultadas por ella a ese efecto. En la Metrópoli go zó de esa facultad el Consejo de Indias y la Casa de Contratación. En las Indias, podían hacerlo las Audiencias, los Virreyes, y los goberna dores, con la reserva de la confirmación real. Partes de las Capitulaciones: 1) Licencia otorgada por el Rey para conquistar, descubrir, etc. 2) Obligaciones del descubridor y mercedes otorgadas por la Co rona. 3) Carácter condicional de las mercedes regias, supeditadas al éxito de la empresa y la conducta del descubridor. Se determinaban los castigos por el incumplimiento de lo pactado. 4) Más tarde se incorporaron preceptos relativos al buen trato de los indios conquistados. Las mercedes regias variaban de una capitulación a otra, pero a medida que la colonización avanzaba, se observa una tendencia a 1a uniformidad en la concesión de mercedes. 4. Ordenanzas. Reales Cédulas. Otras formas de instrumentar las disposiciones. Desde el punto de vista técnico se distinguían muy diversas cla ses de normas jurídicas, como lo señala Zorraquin Becú:. Leyes: En sentido estricto eran las disposiciones sancionadas en las Cortes del Reino, las cuales tenían siempre alcance general y gran autoridad. Tuvieron muy poca importancia en la formación del dere 107 MANUAL DE HISTORIA CONSTmjaONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J .G . H *m y cho indiano, y aún en Castilla las Cortes entraron en decadencia en el Siglo XVI............................................... - ............ - ............. - Pragm áticas sanciones: Fueron dictadas por los Reyes en em plazo de las leyes. Versaban sobre materias muy generales y tuvieron la misma autoridad que las leyes. De esta naturaleza fueron las que dispusieron la incorporación de los reinos de Indias a Castilla (1520), las Nuevas Leyes de 1542 y la que ordenó expulsar a los jesuítas en 1767. Las demás disposiciones del monarca derivaban del ejercicio normal de su actividad legislativa, y se distinguían por su contenido y por su forma. O rdenanzas: Se las llamaba así cuando eran de carácter muy general, aunque no necesariamente destinadas a todas las provincias, y sobre materias muy importantes. Reglamentaban, por lo general, una institución en forma más o menos completa, como por ejemplo las Ordenanzas de Poblaciones, del Consejo de Indias, la de Intendentes, etc. No emanaban necesariamente del Rey, pero eran suscritas a su nombre y a través de ellas se daban atribuciones a las instituciones pa ra dictarlas, aunque debían ser elevadas al monarca para su aproba ción. Las Instrucciones: Estaban destinadas casi siempre a un funcio nario o a un organismo y tenían por objeto señalar las normas que de bían aplicar o a las que debían sujetarse en el ejercicio de sus funcio nes. O tras disposiciones: Emanadas de los Reyes, eran los nombra mientos o títulos, las mercedes de tierra, oficios, etc., los privilegios, las declaraciones destinadas a interpretar o modificar normas anterio res, las sobrecartas mediante las cuales el Rey insistía en imponer re soluciones suplicadas. Por su forma de promulgación, se distinguían en: Provisiones reaies: Estas iban encabezadas con el nombre del monarca, precedido del “Don” (Don Carlos, Don Felipe, etc.) y segui do de todos sus títulos, indicándose a quien o quienes se dirigía, expo niéndose los motivos de la medida, la decisión tomada, la fecha y la firma (Yo, el Rey). También podían expedirse provisiones reales, con el nombre y los títulos del monarca pero con la firma de sus miem bros, tanto el Consejo de Indias como los Virreyes y las Audiencias: 108 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. JUcxrda J. G. liarr*r Las reales Cédulas: Eran las más frecuentes y sólo tenían como encabezamiento la fórmula “El Rey”-,- sin su nombre ni sus títulos. Las C artas Reales: Asumían una forma epistolar, mediante la cual los reyes contestaban las consultas hechas por las autoridades y a veces les comunicaban la resolución tomada. 5. Potestad legislativa de los O rganos de Indias. En un sentido doctrinal estricto, tanto en España como en Indias, la potestad de dictar las leyes radicaba en forma exclusiva en la Coro na, supremo legislador del reino. Los demás organismos a quienes se facultaba para dictar disposiciones de carácter legislativo, lo hacían en nombre del Rey y sujeto a su confirmación. Las autoridades designadas para gobernar el nuevo mundo, resi dentes en las colonias, tuvieron en mayor o menor medida, potestades legislativas que es necesario estudiar separadamente en cada una de las instituciones. Según lo explica Zorraquin Becú, los Adelantados podían im partir órdenes particulares y generales en todo lo relativo al gobierno de su territorio, aunque las Capitulaciones respectivas les imponían algunas restricciones. Tal, por ejemplo, la de asesorarse con los sacer dotes y los oficiales reales, pero dentro de ese amplio marco podían dictar ordenanzas generales que requerían la confirmación del Rey, pero que entre tanto eran aplicadas. Los lugartenientes de aquéllos, en su ausencia, también podían sancionar múltiples disposiciones, por si solos o en acuerdo con los oficiales reales. Los Virreyes gozaron de la autorización para expedir normas nuevas, ya sea sobretrato a los indios, organización de los cabildos, laboreo de las minas, comercio interior, y todas las que pareciesen convenientes para el buen gobierno, exigiéndoseles en todos los casos contar con el acuerdo de la Real Audiencia, sobre todo en las materias graves o extraordinarias. En este caso no requerían confirmación real, pero era de su obligación el comunicarlas al Consejo de Indias. En la Recopilación de 1680 se prohibió a los virreyes, audiencias y gober nadores dictar leyes nuevas sin previa consulta al Consejo. Esta legis lación virreinal debía ajustarse a las normas del derecho indiano o su plir sus vacíos. Los gobernadores tuvieron también facultades legislativas, es pecialmente para regular el trato de los indios y organizar el gobierno 109 MANUAL DF. ¡nírTORU CONSTITUClOiNAL ARGESTLNA Dr. Ricmrdo J. G. Umrrcr de las ciudades, y las referidas al buen gobierno de su jurisdicción, hasta la prohibición de 1680. ■ ............ - . ........................ ... Los Intendentes, establecidos en el Siglo XVIII por los Borbo nes, continuaron con poderes similares, y aún recibieron mayor am plitud de facultades en asuntos vinculados a la organización financiera y el régimen económico. Los Visitadores, Jueces de Residencia, Jueces de Comisión, etc. funcionarios enviados esporádicamente para realizar investigacio nes o regular el funcionamiento de algún órgano gubernativo, tuvieron a veces facultades legislativas expresamente concedidas en sus res pectivos nombramientos, señalándose como ejemplo el caso del Visi tador Alfaro y sus conocidas Ordenanzas. C orregidores, Tenientes de G obernador y Cabildos, ubicados en un plano inferior, unos y otros podían tomar medidas de importan cia secundaria para resolver los problemas inmediatos de sus distritos, fijar salarios, precios, medidas de carácter edilicio, sanitarios, abasto de ¡a ciudad, uso y distribución del agua, etc. Las Audiencias, aunque eran organismos fundamentalmente ju diciales, que podían dejar sin efecto las providencias gubernativas de ¡os virreyes y de los gobernadores, mediante la apelación de los inte resados, cuando las consideraban contrarias a las leyes y, además, es taban facultadas para impartir órdenes fundadas en derecho a las auto ridades inferiores, mediante acuerdos solemnes que tenían la forma de reales provisiones expedidas con el nombre y sello del Rey. Estas pro visiones muchas veces eran verdaderas leyes por el carácter general de su contenido, que suplía los vacíos del derecho vigente o le daba una interpretación definitiva. 6. Legislación Indiana. Se llamaba así a la legislación dictada desde los órganos metro politanos con el fin de regir en los reinos de Indias, y también a la que dictaban los funcionarios e instituciones de gobierno establecidos en América. Como los problemas locales no eran idénticos, se dictaban nor mas especiales para cada provincia sin pretender implantar un régimen uniforme en todas ellas, por lo que la legislación sancionada en Espa ña para Indias no tenía necesariamente un alcance general. Ya hemos dicho que una de las características del derecho indiano era su casuis- 1 1 0 MANUAL DE mSTORUCONSTTTUaONAL ARGENTINA Dr. Ricmrdo J. G.Hsrrcr mo. La legislación indiana se formó así con multitud de disposiciones particulares, que a veces constituían precedentes para otras regiones, pero que sólo con respecto a ciertas instituciones dieron origen a un sistema orgánico. La abundancia de tales disposiciones obligó a pensar en la nece sidad de reunir y ordenar ese vasto material legislativo. Esa labor era indispensable para asegurar su difusión y su conocimiento y para eli minar disposiciones caducas o contradictorias. 7. Situación jurídica y social del Indígena. El maestro Ots y Capdequí en su libro "‘Instituciones” analiza la situación del indio, con posterioridad ai descubrimiento de América, expresando que desde el primer momento se mantuvieron en la Corte dos criterios opuestos acerca de cual debía ser la condición jurídica de los indios sometidos. Dice que algunos juristas y hombres de gobierno se pronunciaban a favor de mantenerlos en la servidumbre, como es clavos; los teólogos y especialmente el Padre Bartolomé de las Casas, propugnaban que se considerase a los indios como hombres libres. Los primeros indios llevados por Colón al regreso de su expedi ción fueron vendidos, aunque se ordenó prestar fianza por ellos hasta que dicha venta fuera confirmada, pero poco tiempo después se orde naba que tales indios fueran puestos en libertad y restituidos a sus paí ses de origen. Doctrinariamente no tardó en imponerse el criterio de conside rarlos como hombres libres, vasallos de la Corona de Castilla, pronun ciándose así en forma terminante en contra de su esclavitud. No obs tante ello, en los primeros tiempos los indios sirvieron como elemen tos de cambio por animales u otros bienes, pero las Audiencias se en cargaron de aplicar la sana doctrina legal. Sin embargo, en algunos ca sos como el de los indios salvajes o caníbales tales como los caribes, se permitía reducirlos a la esclavitud, aunque con carácter excepcional cuando ellos eran cautivados en una guerra justa. Tal lo que reproduce la Recopilación de Leyes de Indias de 1680. Prevaleció, sin embargo, el criterio de considerarlos vasallos li bres de la Corona, aunque considerándolos personas rústicas o mise rables, necesitados de tutela o protección jurídica. Así lo establecía la legislación emanada del Consejo de Indias, especificando que en con dición de vasallo debía pagar tributos a la Corona, aunque equiparado 111 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J. G. lU m rr a lo que en nuestra legislación actual se considera como “menor inca paz”, y como tal necesitado de una tutela legal, que generalmente es- _ taba a cargo de un Protector de Indios. Desde un punto de vista social, una vez decidido por teólogos y juristas que los habitantes de América eran seres humanos, dotados de alma, y no meros “animales parlantes” , la relación entre conquistado res y conquistados cambió radicalmente, no obstante lo cual su situa ción esruvo en la generalidad de los casos en verdadera servidumbre. Si bien se los colocaba en un pie de igualdad a españoles e indios, pues todos eran vasallos y debían pagar tributo al Rey, la realidad de la vida era otra, ya sea por el imperativo de la conquista de atraerlos a la fe cristiana, como el propósito de incorporarlos a la economía en la que su mano de obra era indispensable. Los indios asi', eran entregados mediante repartimientos hechos por el Adelantado, y sujetos a regímenes de trabajo como la Mita, la Encomienda o el Yanaconazgo, buscándose de esta manera hacerles abandonar sus hábitos nómades, reduciéndolos y encomendándolos. Resulta interesante destacar que en la medida en que las normas protectoras dictadas a favor de los indios se ponían en práctica, la ne cesidad permanente de mano de obra encontró un camino para satisfa cerla en la adquisición de esclavos negros traídos del Africa por los comerciantes ingleses y holandeses y más adelante por los propios es pañoles, medidas que fueron aconsejadas hasta por los propios teólo gos como el Padre Bartolomé de las Casas, quien había solicitado del Rey se autorizara su introducción en las Indias. 8. Normas Protectoras Civiles, penales y laborales. En primer lugar debe considerarse como un grave error ocuparse de las normas dictadas a favor de los indígenas cómo si durante los tres siglos de la dominación española, éstas hubiesen tenido un carác ter invariable. Estas normas fueron cambiando según las épocas, la política de la metrópoli y la acción perseverante de muchos defensores de los indios, que hicieron conocer a los monarcas españoles muchos de los excesos que aquí se cometían. La colonización española en Indias fue realizada por una minoría de europeos y los aborígenes constituyeron la base con que se desenvolvió aquella actividad, adquiriendo una presencia preponderante, en la primitiva vida económica y social y de allí la preocupación de los 112 MANUAL DF. HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. K crdo J. G. f ím y gobernantes en dictar normas protectoras de esta mano de obra fun damental, más allá del fin de la conversión al cristianismo que fue la base misma de la conquista. El Dr. Levene recuerda que una ley de Indias proclamaba que los indios son útiles a todos y para todo, y que todos debían mirar por ellos y por su conservación, pues si los indios faltasen todo cesaría. Se reconoce ahora que la legislación de los aborígenes tuvo marcada in fluencia en la legislación indiana, la que en gran medida se apartó de la originaria normativa castellana, adecuándose a las nuevas circuns tancias que les tocaba vivir en estos nuevos territorios. La colonización española no abolió el sistema político y econó mico de ios Incas, y si bien en las cabeceras de ios pueblos se desig naban corregidores españoles, los caciques continuaban con el gobier no de sus tribus, y para evitar los abusos que sobre ellos pudieran co meterse, se designaba un funcionario con el titulo de “Protector de In dios”, que debía asumir su defensa. Puede afirmarse que la legislación española para Indias, espe cialmente la Recopilación de 1680, es una verdadera “gloria jurídica de España” ya que especialmente en su libro VI legisla sobre los in dios de la misma manera en que lo hace para los castellanos, con amor y humanidad, en una época en que aún no habían desaparecido del to do las supervivencias bárbaras y la división de la sociedad en clases, propia de la Europa del Feudalismo. En el orden civil, la protección de los indios estuvo orientada a evitar que a los indios reducidos se les quitaran las tierras que antes hubiesen tenido, a que se procurase fundar pueblos de indios, en los que debían designarse alcaldes y regidores indios, y se evitaba en ge neral el contacto de éstos con los españoles, negros, mulatos y mesti zos. En general a los indios se les destinaba las tierras necesarias, re partiéndoseles lo que fuere necesario para labranza y sementeras y pa ra poder disponer de animales de cría. En las Leyes de Indias se encontraba también una definida políti ca de protección de la niñez, y respecto de los niños abandonados se creó la obligación de recogerlos en asilos o entregándoselos a familias para su crianza. Uno de los aspectos en que se diferencian las leyes castellanas de las indianas es la referida a la familia, tanto para los es pañoles como para los indios. Frente al amancebamiento en que iban cayendo los conquistadores con las mujeres indias, se fijaron piazos 113 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Rkarxh J. G. Hmr^r para que éstos contrajeran matrimonio, señalándose penas tales como las de perder lo que habían recibido de las indígenas. Desde 1503 se. había autorizado el casamiento de cristianos con indias y de mujeres cristianas con indios, en cambio se coartó la de los españoles con mu jeres negras o mulatas. Esta prescripción tiene un valor excepcional, dice Levene. por el espirita igualitario que la alienta y el pensamiento de la formación de una nueva sociedad, como la que se iba formando en América. En el Libro V! de la Recopilación de Leyes de Indias de 1680 se consignan numerosas disposiciones sobre la organización de la familia indígena sobre la base del modelo de la familia española, castigándose a aqué llos que incurrían en poligamia. También se prohibió el “matrimonio por compra” que usaban los indios para vender a sus hijas al mejor postor, lo que generalmente llevaba a los maridos a tratar a sus muje res como si fueran esclavas. En el orden penal, la legislación indiana mandaba respetar las costumbres y gobiernos antiguos de los indios, transformándolos gra dualmente en cuanto lo permitía su capacidad. Los excesos de tiranía en que pudieran incurrir los principales, eran castigados sin que por ello se suprimieran los cargos. Cabe destacar como un hecho signifi cativo el que en Indias se atenuaran los castigos frente a faltas o deli tos que en España eran más severamente castigados. Así, resultaba muy rara la aplicación de la pena de muerte o de prisión, la que en la mayoría de los casos era sustituida por las de carácter pecuniario, im puestas por la necesidad de dedicar a las gentes, españoles o indios, ai trabajo productivo. Para los indios se establecía una jurisdicción espe cial. y en ella los Alcaldes podrían poner preso al indio que faltase a la mita o a la doctrina o se emborrachase y aún aplicarle azotes por mano de otro indio, pero si el delito era de mayor importancia, debía ser lle vado a 1a ciudad y entregarlo a la justicia. Este sistema funcionó con mayor eficiencia en las misiones jesuíticas. En el orden laboral, los repartimientos de indios y las enco miendas constituyen una materia vital dei derecho indiano. Sobre estas instituciones se erigió el edificio de la Conquista y Colonización ame ricana, debiendo señalarse que estas instituciones fueron diferentes en las distintas zonas geográficas y según el momento histórico vivido, cambiando su estructura en el curso de la dominación española. MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J. G. JLtney Así, pueden señalarse períodos claramente definidos: una primera etapa en la que el indio prácticamente fue tomado en grado de servi dumbre similar a la esclavitud, sin retribución alguna, etapa de la que rápidamente se reaccionó, y en tal sentido, ¡as Leyes de Burgos de 1513 fueron dictadas a consecuencia del informe producido por los frailes dominicos que consideraron a los repartimientos de indios co mo contrarios a los principios de humanidad y de igualdad del derecho natural. El Rey convocó a una Junta de Teólogos, resultando de ella una serie de proposiciones fundamentales, como la de que debia tra tarse a los indios como seres libres; que debían ser instruidos en la fe; que se los podía mandar a que trabajen , pero sin que ello impidiera la instrucción de la fe y fuera provechoso a los indios y ai reino; que de bía dárseles el debido descanso; que tuvieran casa y hacienda propia; que se les diera tiempo para labrar su tierra y que se les pagara un sa lario adecuado por su trabajo. Puede afirmarse que éstas fueron las primeras leyes obreras de carácter general dictadas para los indios, aunque conservando el sis tema de repartimientos, aunque rodeándolos de garantías para asegurar el trato humano de los indios. En 1542 se dictaron las “Nuevas Leyes" que se ocupaban deteni damente de la situación de los indios, entre ellas las de que no se car gasen a los indios contra su voluntad ni sin pagárseles; prohibía a los funcionarios reales en Indias el otorgamiento de indios en encomien da, y a medida que se producía la muerte del encomendero, los indios encomendados se incorporaban a la Corona. El Dr. Levene afirma que con estas leyes se destruían los fundamentos de la propiedad y de una plumada se convertía en libre a una nación de esclavos. Sin embargo, los encomenderos se resistieron a libertar a los indios y a disolver los repartimientos realizados con anterioridad. Con respecto al régimen de trabajo de los indios, en la segunda mitad del siglo XVI, éste consistía en un alquiler obligatorio, con in tervención oficial, para que no se impusiera un trabajo excesivo y éste fuera debidamente remunerado. En el siglo siguiente, por Real Cédula de 1601, se mandaron cesar los repartimientos de indios, pero como eran inevitables los servicios se disponía que en adelante se llevara a éstos a las plazas y lugares públicos para que convinieran libremente con los patrones, concertándose el trabajo por días o por semanas. Se determinaba que el Virrey y los Gobernadores tasarían con espíritu de 115 MANUAL. DE inSTORLV CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Hiendo J. G. Hmrr*r justicia los jóm ales, evitándose queel trabajo fuera excesivo y asegu rándose el pago de sus jornales. Cabe señalar que ante la actitud de los indios poco afectos al trabajo, se determinó compulsivamente la obli gación de trabajar, aunque dejando al indio la libre elección de su pa trono. Al analizar el tema del servicio persona! de los indios y la enco mienda se estudiaran las características laborales de estas institucio nes. Respecto de los trabajos en las minas se adoptaron, también, una serie de medidas protectoras en defensa de la seguridad de los obreros, que en su mayoría eran indios. Las primeras leyes destinadas a reglar las relaciones del trabajo, derechos y obligaciones de los españoles e indios, fueron dictadas por Domingo de Irala, Juan Ramírez de Velazco, Juan de Garay y Her nando Arias de Saavedra, aunque las más significativas fueron las del Fiscal y Visitador, el Licenciado Francisco de Alfaro, que veremos en un punto siguiente. 9. Instituciones que regulaban la vida del indígena. R epartim ien tos y Encom iendas. Los indios convertidos a la doctrina cristiana eran considerados, como hemos dicho, vasallos libres de la Corona al igual que los espa ñoles, aunque sujetos a tutela. También hemos señalado que en los primeros tiempos de la Conquista los españoles se repartían a los in dios como bienes mostrencos para beneficiarse con su servidumbre. Poco a poco la legislación empezó a poner orden en el reparto de estos seres e hizo resurgir una vieja institución del derecho Castellano, la ■'encomienda” . Esta era un pacto feudal clásico necesario por el estado de inse guridad de Europa entre los siglos IX a XII y en virtud de él los tra bajadores de la tierra se “encomendaban” a un Señor a quien daban una pane de los beneficios del suelo a cambio de la seguridad de de fenderlos en sus vidas y bienes. El Señor mediante sus huestes guerre ras debía defenderlos y levantar su castillo que debía servar de lugar de refugio ante las invasiones a que estaban expuestos. Esta institución fue adaptada en América a las circunstancias di ferentes que se vivían en estas tierras: ios miembros de una tribu, con su cacique y su propia organización eran “encomendados” a la protec 116. MANUAL DE HISTORIA CONSTTrL’aONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J. G. ción de un ‘‘encomendero” . En nombre de los indios, el Protector de - indios, expresaba !a presunta voluntad de éstos de trabajar en benefi cio del español, debiendo éstos como contraprestación velar por su instrucción doctrinaria y responder a su integridad física y seguridad personal. Variaron mucho en el tiempo las características y formalidades de la encomienda, así como la vigilancia de los funcionarios sobre los procederes de los encomenderos, dice el historiador José María Rosa a quien seguimos en este tema, . En un principio las encomiendas fue ron temporales, reintegrándose los indios a la Corona una vez vencido el plazo. Luego adquirieron carácter vitalicio, mientras no se produje sen excesos por parte del encomendero, pero luego surgió la práctica de que los indios no volviesen a la Corona, sino que siguiesen para beneficio de la viuda y de los hijos del encomendero, otorgándose desde entonces las encomiendas por dos vidas, que luego son extendi das a tres, según una real provisión de 1513. Sobre la institución de las encomiendas hubo fuertes polémicas. Los que eran contrarios a ella exhibían los excesos de algunos enco menderos, mientras sus partidarios argumentaban sobre la imposibili dad de establecer otro régimen más apropiado al trabajo y cuidado de los indios. Hubo reglamentaciones protectoras de los indios, y por las Leyes Nuevas llegó a suprimirse el régimen de encomiendas, dando lugar a serias resistencias, y más tarde se reemplazó el servicio perso nal por un tributo que debía ser pagado por el indio al encomendero. A comienzos del Siglo XVII se comenzaron a abolir las encomiendas y un siglo más tarde quedaron prácticamente extinguidas. El autor que venimos siguiendo comenta que el objetivo de las distintas formas de encomienda era la formación de un proletariado indígena, más o menos protegido y defendido contra las expoliaciones de terceros. Afirma ser éste el objetivo fundamental ya que el español no arriesgaba su vida para ejercer en el Nuevo Mundo funciones su balternas. sino que buscaba convertirse en Señor con buena mano de obra a su alcance; tanto ello es asi, que al finalizar el Siglo XVI habi taban las siete ciudades del Tucumán setecientos españoles, de los que trescientos eran encomenderos, formando la clase “alta” de la socie dad. La clase “media” restante estaba constituida por los que ejercían oficios, o esperaban simplemente su tumo para convertirse en propie- MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J. C. Hmrr*r torios de encomiendas. La clase “proletaria” la constituían los 14.000 indígenas que laboraban o pastoreaban las tierras de sus señores. Contrasta esta desproporción con relación a Buenos Aires, donde para comienzos del Siglo XVII hay 2.730 habitantes, con 600 en cali dad de “vecinos” y no más de 4.900 indios, casi todos en reducciones, lo que señala que en esta zona no arraigaran las encomiendas por el carácter indócil de los naturales. Partiendo de estas circunstancias el autor sostiene que la función del proletariado debieron cumplirla los estantes blancos o los hijos desposeídos de antiguos pobladores, ya que la introducción de esclavos negros no dio el resultado esperado, y de allí proviene el carácter más igualitario de la sociedad “porteña” comparándola con la del interior. 10. Reducciones y Misiones. Debe tenerse presente siempre al estudiar la situación del indio en América los distintos periodos de aquella colonización, diferen ciando momentos y lugares y ubicando al indio, para su examen histó rico, dentro de instituciones muy diversas como las que se han estu diado. Ya hemos visto el primitivo sistema de repartimientos y enco miendas: alcanzó a una parte de ellos, pero grandes núcleos de pobla ción india quedaron al margen de aquellas instituciones, lo que motivó a la Corona a adoptar otras medidas como fueron las de crear reduc ciones, o corregimientos como luego se las llamó. Desde el primer momento de la conquista se buscó fijar en nú cleos de población regular a los indios, entendiéndose que los altos fi nes de la colonización sólo podían lograrse mediante su inteligente utilización sometiéndolos como sujeto de trabajo y sujeto fiscal, do tándosele de la necesaria capacidad económica. Y ello exigia, como dice Ots y Capdequi, que los indios vivieran en núcleos de población regular, como nuevos súbditos de los monarcas españoles, dedicados al cultivo de las tierras o de otras actividades productivas. A la realización de esta política se opusieron por una parte la re sistencia de los propios indios, y por la otra ios intereses de los coloni zadores españoles, que preferían explotarlos en forma directa a través de servicios personales, en la forma que hemos señalado. Por lo tanto no hubo verdaderos pueblos de indios incorporados directamente a la Corona en la etapa inicial de la colonización como tampoco hubo un 118 MANUAL DE KISTORLV CONSTITL'aO.VVL ARGENTINA Dr. Rk^nk> J. G. U rrr,, régimen tributario de carácter fiscal, ni la organización del trabajo so bre bases de libertad económica. Recién va a surgir en el Virreinato de Nueva España la institu ción de las reducciones o corregimientos o pueblos de indios incorpo rados directamente a la Corona, puestos bajo la autoridad de los corre gidores que habían de ejercer, en nombre del Rey, funciones tutelares que antes habían estado confiadas a los encomenderos. Se trata, como hemos dicho, de pueblos de indios no encomendados a particulares, que constituyen pequeñas entidades políticas y administrativas, en las que no se olvida por cierto la finalidad espiritual de la conquista. En cada reducción de indios debía edificarse una iglesia y existirpor lo menos un cura encargado de la doctrina, que debía ser sostenido con el tributo que aquéllos pagaban. El legislador tuvo especial preo cupación por determinar que en los sitios donde se establecieran re ducciones hubiese suficiente agua, tierra apta para el labradío y con pastos para sus ganados, y también se aconsejaba que donde existieran minas se formaran reducciones de indios. A los indios reducidos no se les podía quitar las tierras que hubiesen poseído, ni se podía mudar de sitio a las reducciones sin la autorización del Rey, Virrey o las Au diencias. Los indios reducidos no podían abandonar el pueblo en que residían, y se prohibía que viviesen en éstos españoles, negros, mesti zos y mulatos. Excepcionalmente a los viajeros se les permitía quedar un día en las reducciones, por aplicación del principio de hospitalidad, y los mercaderes no podían estar más de tres días, no pudiendo alber garse en las casas particulares de los indios. Estas reducciones estaban organizadas bajo la dirección de un Regidor español, pero a medida que la institución se fue afirmando, sucesivas disposiciones reales posibilitaron que nombraran indios há biles para desempeñarse como Regidores y Alguaciles del pueblo, al comienzo propuestos por la autoridad española y con el tiempo nom brados por los propios indios, con participación de sus caciques y el protector español. Con respecto a las misiones: en los primeros años del Siglo XVIL.dice Ots y Capdequi, secundando la política de colonización pacífica defendida por la Corona para poblar y proteger las comarcas todavía no exploradas y las regiones fronterizas, se establecieron en América las primeras misiones de religiosos jesuítas, que pronto al- . canzaron extraordinario desarrollo, oreanizando pueblos de indios que 119 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J. G. iU rrer vivieron sometidos a la autoridad de un padre jesuíta, secundado por uno o dos asistentes. Se consiguió así, por el esfuerzo y perseverancia de estos religiosos, que se crearan importantes núcleos de población en regiones hasta entonces no colonizadas y que vivieran sometidos a normas de trabajo y convivencia social dentro de los principios de la religión católica, numerosas familias indias que antes vivían errantes y entregadas a costumbres no civilizadas. El autor citado señala que las misiones del Paraguay no fueron las únicas creadas en las distintas regiones fronterizas de América, ni tampoco fue la de los jesuítas la única orden religiosa que tuvo a su cargo tal tarea, pero destaca el volumen alcanzado por las Misiones de ia Guaira, dirigidas por los jesuítas, que sobrepasan a todas las otras en importancia. Al ser expulsados los jesuítas en 1767, los indios de sus misiones fueron entregados a funcionarios civiles o militares, que fueron secundados en el orden espiritual por sacerdotes pertenecientes a otras órdenes, especialmente los franciscanos. Se recuerda que el padre del que después fuera el Gral. San Mar tin, tuvo a su cargo la dirección de la antigua misión jesuítica de Ya- peyú, en territorio de ia actual provincia de Corrientes. 11. Instituciones aborígenes recepcionadas en la legislación india na. La colonización fue realizada por una minoría de españoles y las sociedades indígenas constituyeron la base de su dominación, dice el Dr. Ricardo Levene, y de ahí la preponderante intervención aborigen en virtud de su número, en la primitiva vida económica y social. Planteado el problema de la población en los términos expuestos, se desprende de él la fusión de las razas, la formación de nuevas clases en la sociedad hispano americana y su incesante renovación. Como el trabajo del indio era el factor básico en el descubri miento y explotación de las fuentes de riqueza en el Nuevo Mundo, bajo la dirección de los españoles, su obligada consecuencia consiste en admitir que las instituciones indígenas de naturaleza económica y política fueron utilizadas, adaptándolas y haciéndolas servir a los fines de la administración hispana. En tal sentido podemos precisar con el autor citado que la colonización española no abolió el sistema econó mico y políticos de los Incas, sino que por el contrario, las institucio 120 MANUAL DE inSTORJA INSTITUCIONAL AKGENTINA Dr. Ricardo J. G. Hmmr nes propias de los habitantes de América fueron receptadas total o parcialmente en la legislación de Indias. 12. La Mita. . ............... La mita es, también, una, institución jje origen indígena, que po día abarcar diferentes tipos de trabajo, aunque en la práctica fue la manera más usual de reclutar indios para_Ja explotación minera, La palabra “mita” significa “tumo”, y esto es en esencia la naturaleza de esta forma de explotación del indio, que consistía en ir dando el labo reo dejas minas a un grupo de mitayos, provenientes de una tribu en el que su cacique los había dividido de tal manera para el cumpli miento de sus tareas, turnándose cada tres meses para evitar el des gaste físico agotador que podía llevarlos a la muerte. De hecho, esto muchas veces ocurría, por los abusos que se cometían al no respetarse las disposiciones protectoras reguladas por la Corona. De la mita minera se pasó a la mita “pastoril” y agrícola y tam bién a la de servicio doméstico. Un pueblo indígena se sorteaba para establecer los tumos del pastoreo de los ganados propiedad del con quistador o bien para servir en sus casas en periodos de quince días. En todos los casos tenían derecho a un salario fijado por los vi sitadores, y debía pagárseles los jornales de ida y regreso a sus pue blos. En la mita agrícola se turnaban los indios por terceras partes para cultivar la tierra. El encomendero, como contraprestación debía dar ¡otes a los indios para sus cultivos propios y debía, además, sostener los servicios de adoctrinamiento cristiano, la atención de su salud y la administración de la justicia. Por las Ordenanzas de Alfaro el trabajo mitayo fue reglamentado con minuciosidad, estableciéndose tumos de cuarenta días por año en el laboreo de las minas, jomadas de ocho horas, especificaciones del salario y tipo de alimento que debía entregárseles. 13. El Yanaconazgo. El Yanaconazgo tiene, al igual que ¡a mita, un origen incaico. Era una institución auxiliar, mediante la cual, algunos indios a los que se denominaba “yanaconas” o sin caciques, se los adscribía a algunas propiedades para el trabajo rural en particular, trabajo que debían cumplir sin retribución alguna, ya que esta institución tenía un verda MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J. G. lU m cr dero castigo para aquéllos que no se sometían a sus caciques. Las condiciones de las tareas que les eran encomendadas eran extremada mente duras. La particularidad de esta institución era que los indios yanaconas no podían desvincularse de las tierras a las que habían sido ‘‘adheri dos” como cosas o como bestias y, en el caso de que tales tierras pasa sen a otro propietario, eran traspasados al nuevo adquirente o usuario como cosa accesoria de ia heredad. 14. El Avllú. Esta es una institución típica de una especie de comunismo agra rio, que representa al mismo tiempo el régimen de la comunidad de la tierra, dei parentesco y del culto. Para conocer esta institución es me nester remontarse a la organización incaica: el reparto de la tierra se hacía en tres grandes secciones, tierras para la divinidad que servían para mantener el culto; tierras del Inca para atender los gastos del go bierno, y tierras de los habitantes poseídas en común, que no se podían enajenar ni dividir entre los herederos. El agua y el ganado también se repartían entre las tres secciones mencionadas. Posteriormente, ya dentro del régimen que subsistió entre los españoles, se repartían entre los indios las tierras de cultivo y las de pastoreo quedaban para uso común. Los montes les pertenecían si estaban dentro de los límites fi jados a los terrenos repartidosentre las familias del ayllú, según el número de personas que la integraban. En época de la dominación es pañola el número de familias oscilaba entre 30 y 190. 15. El Cacicazgo. Ots y Capdequi señala que España adoptó frente a los caciques de los distintos pueblos de indios una actitud análoga a la adoptada por otros pueblos colonizadores, frente a los antiguos señores de los pueblos colonizados. Les realizaban una guerra implacable de exter minio a aquéllos que fueran un obstáculo a los fines de la conquista, y una política de captación para aquéllos que manifestaran un menor es píritu de resistencia o se pusieran a su servicio, a fin de poder utilizar se su ascendencia sobre su tribu facilitando la obra colonizadora. En cabeceras de los pueblos indios se designaban corregidores españoles, dice el Dr. Levene, pero los caciques, “curacas” o princi pales continuaban gobernando aquéllos pueblos. 122 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARCENTINA Dr. KcmdoJ. G. Umyxr Por ello, las disposiciones dictadas por la Corona recomendaban que en el régimen de cacicazgo que existiese en los pueblos conquis tados no se hiciera novedad, es decir, que no se modificaran los usos y costumbres referidos al gobierno de sus pueblos y al modo y la forma en que se operaba la sucesión de ese atributo de gobierno, reconocién dose el derecho de sangre a imitación de los mayorazgos de España. En tal sentido se llegó a insistir en que los hijos de los caciques goza ran de la condición propia de los “hijosdalgo" o hidalgos, como en el derecho español. Las disposiciones que reconocían la institución del cacicazgo y protegían a los caciques de los abusos de los españoles, tenían también disposiciones que protegían a los indios del manejo ar bitrario y tiránico de su propio cacique, disponiendo castigos pero sin hacerles perder el cargo. Más adelante, con motivo de la rebelión de Tupac Amarú, se dictaron normas muy severas en cuanto al nombramiento de los caci ques y a los privilegios que a estos representantes de la nobleza indí gena se les había venido reconociendo, pero sin dejar de reconocer que así como era justo que a los caciques rebeldes y a sus descen dientes y cómplices se Ies prive de sus cacicazgos, no sería justo que se les privase a los caciques leales. 16. Ordenanzas de Alfaro. Francisco de Alfaro fue un funcionario de la Corona que con el titulo de Visitador recorrió especialmente el Tucumán y el Rio de la Plata, dictando una serie de Ordenanzas que tuvieron importancia en la organización de la vida del indio, contribuyendo a suprimir algunas instituciones que hasta entonces habían sido motivo de abusos en su perjuicio. Estas ordenanzas ofrecen especial interés por el espíritu de protección al indígena y su importancia radica en que fueron aproba das por la Corona y posteriormente incorporadas a la Recopilación de Leyes de Indias de 1680, convirtiéndose así en leyes aplicables en to das ¡as colonias de Indias. Las. Ordenanzas de Alfaro datan de los años 1611 y 1612 y una de sus principales disposiciones está referida a la forma de organizar las reducciones, disponiéndose que en cada caso hubiera un alcalde y un regidor indígenas, los que tendrían a su cargo elegir anualmente a sus sucesores, a semejanza de lo establecido en los Cabildos colonia les. Estos funcionarios indígenas tendrían el gobierno de sus pueblos 123 gg&inaja, MANUAL DF. HISTORIA CONSTTtUaONAL ARGENTINA D r. Ricardo/. G . Hm rrtr quedando a su cargo inclusive el repartimiento de las mitas. También disponía Alfaro que en cada reducción se hiciesen construcciones para viviendas, dotándoselas de iglesia y cura doctrinero. Cabe recordar que en jurisdicción de Corrientes se organizó la de “Limpia y Pura Concepción de Itatí” en 1615, sin dudas la más importante de todas las que se organizaron en nuestro actual territorio, la de “Santa Lucía de los Astos” en 1622, “Santa Ana de los Guacaras”, etc. También se ocupó Francisco de Alfaro del servicio personal prestado por los indios a sus encomenderos, motivo de muchos abu sos, transformándolo en un sistema de trabajo obligatorio y remunera do, mediante el cual los indios debían concurrir a las plazas de las ciu dades para conchavarse libremente en determinadas épocas y por pe ríodos establecidos. Esta reforma fijó la condición definitiva de los in dios en el Río de la Plata y en el Tucumán, generando reacciones ne gativas tanto de parte de los antiguos beneficiarios como de algunos cabildos protestando porque el nuevo régimen había introducido un peligroso germen de disolución social, al otorgar a los indígenas una libertad excesiva. Cabe señalar también que Francisco de Alfaro en sus Ordenanzas no se limitó a dar disposiciones sobre la organización de reducciones y el mejor trato de los indios, sino que además incursionó en otros as pectos referidos al buen gobierno de las tierras por él visitadas, sugi riendo entre otras cosas la necesidad de dividir la antigua gobernación del Paraguay creándose la del Río de la Plata, con asiento en Buenos Aires y comprensiva de las ciudades de Santa Fe, Corrientes y Con cepción del Bermejo, ésta última hoy desaparecida, Además autorizó a las autoridades para que en compañía de oficiales reales pudiera visi tar los navios que entraban y salían de Buenos Aires con la finalidad de combatir el contrabando, que afectaba los ingresos de las Arcas Reales. 17. Recopilación de Leyes de Indias de 1680. Contenido e Im por tancia. José María Ots y Capdequi señala que la recopilación fue pro mulgada en el año 1680 y constaba de nueve iibros, divididos en 218 títulos y 6.377 leyes, indicándose al frente de cada ley la fuente de la que procede. Los textos de las distintas leyes tratan de resumir las di 124 MANUAL DE HISTORIA CONSTTTUaONAL ARGENTINA D r.X iardoJ. G .H am r versas disposiciones reales que se consideran vigentes sobre las res pectivas materias. — - ...... —...........- ........ El Dr. Ricardo Levene ha dicho que desde el punto de vista teó rico y de los principios de la ética, la Recopilación de Leyes de Indias es admirable en alguno de sus libros, especialmente el VI que conside ra "una gloria jurídica de España”, al legislar para los indios como lo hacía para con los españoles, esto es con amor y humanidad. Los primeros libros están en gran pane destinados a organizar el gobierno indiano, representando un tipo evolucionado de organización política, si se tiene especialmente en cuenta el criterio absolutista que en materia de gobierno se profesaba entonces y el atrasado concepto que se tenía sobre el papel y destino de las colonias en la historia del mundo. En el libro 1, dedicado al derecho público eclesiástico, organiza a la Iglesia como institución dependiente del rey, afirmándose su autori dad suprema, con lo cual volvían a adquirir el antiguo derecho de eri gir obispados y nombrar y remover obispos. En otras muchas disposiciones, el soberano aconseja el bien e in duce a sus súbditos a vivir honestamente, o bien fustiga el vicio del juego, o persigue la vagancia, normas que más se parecen a un código moral que a normas jurídicas propiamente dichas. Otras normas man dan la obligación de trabajar y contemplan humanitariamente la situa ción de los esclavos negros, manteniéndose sin embargo la vigencia de esta institución. Se han objetado otras disposiciones, tales las que impedían la impresión o ingreso de libros a las colonias sin la previa aprobación del Consejo, o las que impedían el ingreso de extranjeros con excep ción de los que tuviesen oficio mecánico, disponiéndose además la expulsión de los gitanos, sus mujeres, hijos y criados. Se trata, además, en esta Recopilación del régimen rentístico y el sistema comercial adoptado Teóricamente, ha dicho el Dr. Levene, la Recopilación de Indias es un Código encomiable, pero la realidad viva, el choque de intereses sórdidos y desmedidas ambiciones, el espíritu individualista y rebelde,la incultura de la sociedad colonial, la diferencia y mezcla de razas di versas, contribuyeron a hacer pedazos muchas de esta disposiciones escritas y a subvertir el régimen legal establecido. El mismo autor se ñala la existencia de defectos técnicos, como la falta de precisión en la MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricmrdo J. G. Hmrrcr redacción y más parece que aconsejaran antes que mandar, faltando además un plan orgánico de distribución y ordenación del material le gislativo. El autor citado termina diciendo que la Recopilación de Indias es un código que a pesar de notables insuficiencias y a pesar de graves desacuerdos con las ideas modernas, por su amplio espíritu humanita rio y de protección a favor de los súbditos americanos del rey, encierra un valor mucho más grande que todo lo que se ha hecho en las colo nias inglesas o francesas en el mismo orden. Las Leyes de Indias de los Monarcas Españoles forman un monumento de protección y bene volencia que puede ser equiparado con ventaja a las leyes de cualquier país europeo relativas a la condición de las clases trabajadoras. El Dr. Luis R. Longhi, por su parte, ha dicho que a despecho de la legislación escrita que nadie ha negado ni dejado de reconocer su por gran espíritu humanitario, no es posible revalorar la práctica de un sistema que no se puede juzgar a través de la ley y fuera del medio. Hay que remitirse a la realidad de un hecho, cual es, el exterminio y la miseria degradante de una raza fuerte y rica e inteligente, cuyo pode río y cultura cada día se aprecia más, a medida de que nuevas excava ciones y hallazgos se realizan en el suelo americano. Y termina seña lando que, si alguna excepción hubo a lo dicho, la constituyeron las reducciones guaraníticas, donde la organización impuesta por las mi siones jesuíticas sirvió para cohonestar las necesidades de la conquista y civilización con la condición humana de los indios. Más allá de tales consideraciones digamos que el gran valor práctico de la Recopilación es el de haber logrado reunir la suma ó' compendio de la experiencia adquirida a través de dos siglos de go bierno en América, llevando a sus vasallos -como era el propósito de los monarcas- tantas y tan variadas disposiciones contenidas en Reales Cédulas, Cartas Provisiones, Ordenanzas, Instrucciones y Autos de gobierno, que por razón de distancia entre una provincia y otra, pudie ron no haber sido conocidas de todos. 18. O rden de prelación de las Leyes de Indias. En el Libro II de la Recopilación se especifican normas acerca del orden de prelación en que deben ser aplicadas a las leyes, determi nándose qué en primer lugar debía aplicarse la normativa contenida en dicho ordenamiento, y si ello no estuviese previsto o en las cédulas, 126 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. FicmdoJ. C. Hmrrrf provisiones u ordenanzas reales dadas y no revocadas para las Indias, debía recurrirse supletoriamente a las Leyes del Reino de Castilla, conforme al ordenamiento dispuesto en las Leyes de Toro (1505). Es tas últimas establecían el siguiente ordenamiento: 1) La Nueva Reco pilación; 2) En lo que en ella no se pudiese determinar, se aplicaran las leyes de los fueros, como las de los fueros municipales de cada ciudad, mientras no fuesen contrarias a las leyes del Ordenamiento y 3) Las Siete Partidas de Alfonso el Sabio. Es interesante, dice Galleti, anotar que entre las disposiciones de la Recopilación hay algunas leyes que contemplan aspectos particula res del antiguo derecho indígena, lo que significa que no obstante la uniformidad y generalización de las leyes, en determinados casos han debido ceñirse a la realidad existente. Y en tal sentido transcribe ia ley IV del Titulo I y Libro II, ordenando que las leyes y buenas costum bres que antiguamente tenían los indios para su buen gobierno y poli cía, sus usos y costumbres observadas y guardadas después de haber sido convertidos al cristianismo, que no se contrapongan a la religión ni a las disposiciones de la Recopilación, como los que hayan hecho posteriormente y se ordenara guardar y ejecutar, quedaban confirma das para su aplicación. 127 MANUAL DE HISTORIA CONSTTTUCJONAL ARG FITINA Dr. RUardo J. G. / /« n tr Bibliografía consultada y utilizada. FURLON'G CARDIFF, Guillermo. "Las Misiones Jesuíticas" en His toria de la Nación Argentina. Tomo 3o de la Academia Nacional de la Historia. GALLETTI, Alfredo. “Historia Constitucional Argentina” Tomo 1°. GANDIA, Enrique de. “Francisco de Alfaro y ¡a condición social de los Indios” LEVENE, Ricardo. “Manual de Historia del Derecho Argentino” LONGHI, Luis R. “Génesis e Historia del Derecho Constitucional Ar gentino y Comparado” LORENZO, Celso Ramón. “Manual de Historia Constitucional Ar gentina” Tomo Io. OTS Y CAPDEQUI, José María. “Instituciones”. ROSA, José María. “Historia Argentina” Tomo 1°. SOLVE1RA, Beatriz R. "Encomiendas de Indios y distribución de la tierra'' en Nueva Historia de la Nación Argentina. Tomo Io de la Aca demia Nacional de la Historia. TAU ANZOATEGU1, Víctor y MARTIRE, Eduardo. “Manual de Historia de las Instituciones Argentinas” ! ZORRAQUIN BECU, Ricardo. “La Organización política argentina i en el periodo hispánico” ¡ ZORRAQUIN BECU, Ricardo. "Estudios de Historia del Derecho" | Tomo 2°__________________________________________________ __ MANUAL DE HISTORIA COÍS'STTTUGONALARGENTINA Dr. Ricardo J. G. /U n rr CAPITULO 5 1. Reformas españolas para América en el Siglo XVIII. A partir de Felipe III la vida y el poderío político de España muestran su tendencia a la declinación. Hasta entonces España había sido el Estado más poderoso de Europa. Hubo una gran indiferencia por los negocios públicos por pane de los monarcas. Lo que si lograron mantener es el principio de la unidad religiosa. Con la muerte de Carlos II “El Hechizado”, sin descendencia, se extinguía en España la Casa de los Austrias. Tres candidatos podían legalmente reclamar la herencia de este monarca, por ser ellos hijos de Infantas españolas: Luis XIV Rey de Francia; Leopoldo 1 de Austria y Femando, Elector de Baviera. Antes de morir Carlos 11 había hecho testamento dejando el trono a Femando de Baviera, pero éste falleció en 1699. Por ello y para impedir que se produjera un desmembra miento de España, a consecuencia de las pretensiones de los demás herederos, hizo un nuevo testamento en virtud del cual dejaba como único heredero de la corona española a Felipe, Duque de Anjou y nieto de Luis XIV, dejando establecida la condición de que España y Francia no podrían reunirse bajo una sola corona y que el territorio es pañol no se desmembraría. El Io de noviembre de 1700 moría Carlos “El Hechizado” y Luis XIV aceptaba en 1701 el testamento a favor de su nieto, que asumiría al trono como Felipe V, provocando la reacción de otros países euro peos que veían en esta circunstancia la ruptura del tan delicado equili brio de las potencias europeas. A consecuencia de ello, Inglaterra, Austria, Holanda, Suecia. Dinamarca, Portugal y otros principados menores constituyeron una coalición opositora, provocándose enfren tamientos especialmente con el otro pretendiente, Carlos de Austria, hijo segundo de Leopoldo de Austria, instituido primeramente herede ro del trono de España. MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricarda J. C. ILrrrcr El enfrentamiento bélico va a terminar mediante ia paz de Utrecht, que restablece el equilibrio de las potencias europeas, que se reparten amigablemente una parte de España. Así como el siglo XVII fue un siglo de tristezas, lamentacio nes y desesperanzas en cuanto a los problemas más apremiantes de la vida nacional, el XVIII fue un siglo de alegría, de confianza en las fuerzas propias y de acometividad para producir un renacimiento. El rey Felipe V, cabeza de una nueva monarquía, traía la influen cia espiritual del pueblo francés, que se encontraba entonces en pleno esplendor de civilización,se valió de sus compatriotas de aquél origen para plantear las reformas que requerían la hacienda y la administra ción pública española. Su influencia fue muy grande y beneficiosa pa ra el Estado español. Tan absolutistas o más que los Austrias los Borhonps trajprnn una adminisrrnrinn hi,*n r.rri>»nnHQ y una burocracia muy elaborada y absorbente. Fue una administración esencialmente centralista v unifir jvn jnra- Una novedad la constituyó el entronizamiento del régimen mi nisterial, ya que en época de los Austrias los órganos asesores eran los Consejos, aunque éstos no desaparecen del todo. 2. Las nuevas ¡deas en lo filosófico, político y económico.. José Ingenieros, al estudiar la evolución de las ideas argentinas, dice que a mediados del Siglo XVIII se acentuaron en Europa los sín tomas precursores de la revolución que opondría al mundo feudal, el mundo moderno, iniciando un renacimiento de creencias, costumbres e instituciones. Todos los hombres de pensamiento, sin acuerdo pre vio, convergían a un nuevo modo de plantear los problemas y de juz gar los hechos. Tres grandes corrientes de ideas se sumaron en ese es fuerzo común: Locke y Condillac tuvieron la hegemonía filosófica, Quesnay creó la economía social y Montesquieu y Rousseau renova ron el derecho político. En tomo de esas tres direcciones fundamenta les se constituyó una mentalidad nueva, reflejada en cierta medida en La Enciclopedia, por influjo principal de Diderot. Todo ese movi miento de ideas ha pasado a ¡a Historia con el nombre de enciclope dismo y constituyó el renacimiento espiritual que sacudió los cimien tos del antiguo régimen. 130 MANUA1.DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. KcmrdaJ. C. ÍUrrrr En su contenido básico había cierta unidad, especialmente en su hostilidad contra todo lo que tenía sus raíces en el pasado medioeval y su definida aspiración hacia los ideales del liberalismo, tanto en lo fi losófico como en lo religioso, político y económico. Como expresa el Dr. Galletti, estas nuevas ideas, que son co rrientes en la época que se denomina “edad de la razón” impregnada de un espíritu racionalista e iluminista. se van introduciendo en las clases altas y desde arriba, oponiendo al dogmatismo religioso y al ab solutismo eclesiástico, la razón, la libertad del espíritu, la tolerancia religiosa y la libre critica, con ideales de progreso y cosmopolitismo y el predominio del conocimiento científico. Descartes nos presentará un nuevo método para la investigación científica; Voltaire ataca las tradiciones del culto en nombre de la ra zón; Hobbes y Locke hablan de una nueva interpretación filosófica a través de los sentidos, las sensaciones o la reflexión. En la Enciclope dias. obra que recoge y divulga el saber de la época, trabajan grandes figuras y echan las bases que serán retomadas por la Revolución Fran cesa. Cabe señalar aquí, como lo hace el autor citado, que los Borbo nes. pese a su espíritu fuertemente centralista y absolutista, represen tan, sin embargo, ese nuevo espíritu en España, aunque limitado a de terminados y reducidos sectores, a consecuencia de la influencia fran cesa que los nutre, y esa etapa será conocida como la del Despotismo Ilustrado, que no fue sólo patrimonio de ese país, sino que reflejó el accionar de la gran mayoría de las testas coronadas de Europa en esa época. El movimiento de las nuevas ideas se vio complementado en el siglo XVIII por la extraordinaria producción filosófico política de una serie de grandes pensadores entre los que se destacaban Fenelón, Ba- yle, Mably, Condorcet, Diderot y los que ya hemos señalado. También aparecen, especialmente en Francia, los sostenedores de un nuevo or den económico, agrupados con el rótulo de fisiócratas, ente ellos Quesnay, fundador de la escuela y sus seguidores Goumay, Turgot. Dupont de Nemours, Le Mercier de ia Riviere y otros, que considera ban a la tierra como la única fuente de riqueza y el trabajo que se apli ca a extraer sus productos es la única forma de esfuerzo que produce utilidad. Son enemigos de! antiguo orden económico, contrarios a la reglamentación y al monopolio y partidarios de la libertad económica, 131 y MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. KcmrJo J. C. Hv-rrr que encontrarán en Inglaterra con Adam Smith su principal sostene dor, luego complementado con los estudios de su compatriota David Ricardo. 3. El Despotismo Ilustrado. Los Borbones trajeron una novedad que produjo grandes y bene ficiosas consecuencias en el orden de la cultura, de la economía y de la política misma: una especie de mezcla de absolutismo con la forma de "revolución desde arriba” y de democracia de carácter económico social, al que se llamó “despotismo ilustrado”. Francia tuvo influencia en las letras y en las artes españolas, co mo así en el renacimiento científico, todo lo cual fue en esencia obra de los propios españoles. Se desarrolló un gran entusiasmo por el es tudio de las ciencias, incorporando a la sociedad española ilustrada al movimiento científico y educativo europeo. Se fundaron escuelas de artesanos, centros de estudios científicos, certámenes para premiar trabajos de investigación de materias económicas, educación, agri cultura, etc. Aunque el movimiento en favor de la educación de las clases tra bajadoras parezca haber obedecido a un sentimiento democrático, lo que sin duda algo de esto llevaba el filantropismo del siglo, y el des potismo ilustrado con la frase “todo para el pueblo”, lo que propia mente guiaba era el resultado económico, beneficioso no sólo para las clases pobres, sino también para las ricas; y, como máxima conse cuencia de carácter popular, el reconocimiento implícito del valor que corresponde a la mano de obra en la producción. Una de las más importantes reformas se refirió a la de las clases labradoras, independizándolas de los grandes propietarios, en la propia península. Se buscó a través de una forma de explotación colectiva de la tierra, o bien mediante la formación de una numerosa clase de pe queños propietarios, sobre la base del reparto de tierras no cultivadas del Estado (baldíos). La expresión doctrinal más completa de esta po lítica se encuentra en el Proyecto de Ley Agraria escrito por Jovella- nos, siendo digno de mencionar el Discurso sobre el fomento de la in dustria popular de Campomanes. Las medidas de carácter democrático referidas se completaron con leyes que ampliaban a los diferentes oficios manuales los privile gios de hidalguía (nobleza en su grado inferior) y con el acceso de los 132 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. RScirJo J. G. Hmytr plebeyos a los oficios concejiles: única concesión propiamente política que registra la historia del absolutismo borbónico, cuya fórmula de despotismo ilustrado era “todo p o r el pueblo, pero sin el pueblo”. Se desarrollaron en esa época los estudios de matemática, de físi ca, química, medicina, historia natural, economía, de historia y de de recho. Se continuaron las expediciones científicas, de descubrimientos geográficos y de estudios náuticos y una admirable producción carto gráfica, cuyo terreno principal fue América. El Siglo XV11I fue eminentemente enciclopedista en el doble sentido de esa palabra, que comprende las enciclopedias propiamente dichas en forma de diccionario o en cualquiera otra forma expositiva, y los diccionarios especiales para cada una de las ramas de estudios. La Enciclopedia fue una obra metódica, escrita por un grupo de científicos y filósofos franceses de ideas avanzadas, un cuadro muy completo de las doctrinas políticas, filosóficas y de ciencias matemáti cas y de observación que pretendían substituir con ventajas a la cien cia y a las creencias medioevales, contra las que en parte se había le vantado el Renacimiento. Los hombres que aceptaron esas ideas y trataron de aplicarlas al gobierno y educación de los pueblos fueron llamados enciclopedistas La política borbónica inicialdirigida a la reforma de la adminis tración y de la hacienda, se completó con medidas fomentadoras de las diversas fuentes de producción nacional (agricultura, industria y co mercio) y de los medios auxiliares de la vida económica (obras publi cas, etc.). Resultado de esto fue disminuir gran parte de la deuda pública y aumentar los ingresos del Estado. Pero más adelante la mala adminis tración de Carlos IV y de su favorito Godoy, hizo retroceder nueva mente la hacienda hacia finales del siglo XVIII. La política regalista de los Borbones tuvo por objeto unificar en la comunidad de una misma organización económica y jurídica, a la metrópoli con sus provincias. Se quería reaccionar contra el concepto de la dinastía austríaca tendiente a la descentralización que había lle vado a la América española a la ruina. Se hacia cada vez mas necesa rio uniformar el gobierno de estas grandes colonias con el de su me trópoli, y así se propuso el plan de Intendencias Con el Despotismo Ilustrado, se acentúa el absolutismo y el cen tralismo del gobierno, manifestándose en la acción cada vez más di 133 MANUAL DE HISTORIA CONSTTTUaONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J. G. tU m * recta del monarca en la administración del Estado y sus colonias, des tacándose en la época ministros de tendencia liberal e iluminista como fueron Floridablanca, Campomanes y Jovellanos 4. Causas que determinaron la creación del Virreynato del Río de la Plata. Con ia terminación de la dinastía de los Austrias, se iniciaron las Guerras de Sucesión. España había perdido su rol hegemónico, mien tras se constituían en principales potencias Francia, Inglaterra Austria y Holanda. Luis XIV de Francia consigue imponer a su nieto Felipe de An- jou, quien inicia la dinastía de los Borbones como Felipe V de España. Por el Tratado de Utrecht se logra el anhelado equilibrio europeo, y sale gananciosa Inglaterra que así puede comerciar libremente. España e Inglaterra celebran el Tratado de Asiento (1713), beneficioso para Inglaterra, que adelanta fondos a España y ésta le permite el comercio de esclavos negros y de productos manufacturados a cambio de meta les (plata y oro). Esto se proyecta a América, donde se inicia la llamada “época del cuero” que continuaría por largo tiempo en nuestro país. El aporte de mano de obra barata -los negros reemplazan ventajosamente al in dio- provoca cambios en la economía y en la demografía. La paz de Utrecht convierte a Inglaterra en el arbitro de Europa, y trae una secuela de complicaciones para España en América, con el dominio de! mar por Inglaterra. También se producen problemas por la separación del Portugal de la corona de los Borbones (1762), y sus pretensiones reivindicato rías de tierras americanas, lo que darán lugar a conflictos como los de Colonia del Sacramento. La revisión del Tratado de Tordesillas tiene como consecuencia otorgar al Portugal las tierras de Rio Grande Do Sul y los siete pueblos de las misiones jesuíticas en la orilla oriental del Uruguay. El Virreinato del Río de la Plata fue creado por Real Cédula de Carlos III el 8 de agosto de 1776. Demarcación: El Virreinato estaba integrado por las antiguas gobernaciones del Río de la Plata, del Paraguay, de Tucumán y de Charcas, agregándosele la región de Cuyo, que hasta entonces había pertenecido a la Capitanía General de Chile. 134 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Xkardo J. G. /U m r Extendíase, pues, a los territorios que cubren actualmente la Re pública Argentina, el Paraguay, Uruguay, Bolivia y Río Grande do Sul. Causas políticas: La continua expansión dei Portugal hacia e! Oeste, en detrimento territorial de las posesiones españolas determina ron la necesidad de una dirección militar cercana para contener tales avances y cubrirse de los eventuales ataques de las grandes potencias marítimas. La enorme extensión territorial que abarcaba el Virreinato del Perú, especialmente las distancias de la gobernación del Río de la Plata, impedían el buen gobierno desde la capital ubicada en Lima, y la oportuna adopción de medidas en defensa del patrimonio de la Co rona Española. La presencia de un Virrey, con amplios poderes, se ha cia cada vez más necesaria para asegurar los propósitos indicados. Cabe apuntar que para la época en que se va a crear el Virreinato del Río de la Plata (1767), se habían generado problemas internacio nales en la zona del Atlántico Sur, derivados de la rivalidad hispano portuguesa y de las pretensiones inglesas sobre los territorios ubicados en ese área. Pocos años antes de aquella fecha, el gobernador de Bue nos Aires, D. Pedro de Ceballos, había tomado posesión de toda la Banda Oriental inclusive el territorio de Río Grande, pero se vieron obligados a devolver la estratégica Colonia del Sacramento, ubicada frente a Buenos Aires. Pese a encontrarse en paz, los portugueses fue ron tomando sucesivamente posesión de territorio considerado espa ñol, lo cual determinó al Rey Carlos 111 a organizar la expedición mi litar más importante que España hubiese enviado hasta ahora a las Américas, en la que puso a su. frente precisamente a D. Pedro de Ce ballos, designándolo Virrey, Capitán General de las provincias de Buenos Aires, Paraguay, Tucumán, Potosí. Santa Cruz de la Sierra, Charcas y todos los pueblos comprendidos en la jurisdicción de la Audiencia de Charcas. Por ello puede afirmarse que la creación del vi rreinato rioplatense estuvo determinada casi exclusivamente por con sideraciones estratégicas que hacían necesario oponer un fuerte con glomerado político a las desmedidas ambiciones lusitanas y al latente peligro británico. Causas económicas: Hemos señalado ya que con el adveni miento de los Borbones se impusieron una serie de nuevas medidas de tipo económico, en las que se buscaba mejorar la situación de la Real Hacienda por medio de un contralor más cercano. Los cambios opera- 135 XtVMiALDEHlSTORL\CONSTTTLTa(>NALARGENTIN,V Dr. Ricardo J . G . lU rv c j dos en el Río de la Plata a consecuencia de las transformaciones intro ducidas, especialmente por el Reglamento de Comercio Libre, sobreseí que hablaremos más adelante, hicieron necesaria la creación de una autoridad virreinal que pudiera ejercitar una más efectiva vigilancia del incremento de transacciones comerciales y, especialmente, para frenar el contrabando que perjudicaba fundamentalmente el erario. Otro aspecto significativo lo constituyó el desarrollo ganadero operado en la región y el aprovechamiento del cuero y orros subpro ductos de ¡os vacunos, que eran la base del incremento comercial le gitimo con los navios españoles y el no autorizado con navios de otros países. Para cumplir tales fines, se crean y establecen en Buenos Aires y en el nuevo Virreynato, el régimen de Intendencias, la Aduana y el Consulado, sobre los que nos referimos más adelante. 5. Principales Reformas. El Dr. Zorraquin Becú, refiriéndose a esta etapa de la vida colo nial, señala que los numerosos organismos y las distintas autoridades que se establecieron dieron una fisonomía muy diversa al territorio actualmente argentino, tanto desde el punto de vista administrativo como político y, a su vez, estas reformas produjeron múltiples conse cuencias de orden social y económico, que unidas a la transformación * universal del mundo moderno, iban a conducir paulatinamente hacia ia independencia. ... La política económica seguida anteriormente por el Estado Espa ñol estuvo regulada por dos principios: exclusivismo colonial y la teo ría de los metales preciosos. Las colonias eran mercados complemen tarios de la economía peninsular, reservado a los comerciantes de la metrópoli. Cádiz era el puerto natural de este comercio, pero luego la in fluencia de los mercaderes de Sevilla y la creación de la Casa de Con tratación en esa ciudad, destruyeron la influencia o tendencia liberal del comercio. En un primer momento, Carlos V, basándose en razones de téc nica comercialdecretó en 1529 la apertura de nuevos puertos comer ciales en la península. Con Felipe II, triunfa el criterio centralizador del comercio y la influencia de Sevilla, y se establece el régimen de “flotas y galeones” en 1561. 136 MANUAL DE JI1STORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J, G- tJmrvcr Por la Recopilación de Leyes de Indias de 1680 se asegura el cumplimiento y eficacia de la política de monopolio y protección de la navegación contra los corsarios. Se realizaban así dos flotas anuales, para asegurar la tranquilidad del comercio y el ataque de navios pira tas o de naciones beligerantes. Las reformas fundamentales impuestas por los Borbones en este período, estaban dirigidas a lograr una mayor fluidez comercial con sus colonias, poniendo así en práctica las nuevas ideas económi cas que se imponían ante el obsoleto sistema de “flotas y galeones”, imperante desde los tiempos de Felipe II y que en realidad sólo era de beneficio para los comerciantes monopolistas de Cádiz y Sevilla y a quienes los representaban en los dos únicos puertos hasta entonces ha bilitados en América. La prosperidad económica del Rio de la Plata fue enorme durante esta centuria, dicen Tau Anzoategui y Martiré, ya que las medidas adoptadas por la Corona o las decretadas por los gobernantes locales, determinaron una coyuntura francamente favorable para el nuevo Vi- rreynato mediante una política más liberal. El comercio de toda Amé rica se enriqueció con el nuevo sistema y una estadística dada a cono cer por el Dr. Ricardo Levene señala que el movimiento comercial entre Indias y España se sextuplicó entre 1778 y 1800. El mismo autor señala que desde 1772 hasta 1776 apenas habían entrado en el Río de la Plata 35 embarcaciones, pero luego que se hicieron sentir los efec tos del libre comercio, los navios alcanzaron a duplicar esa ciña en los diez últimos años del siglo. El auge dei comercio superó todas las de más fuentes de riqueza virreinales y Buenos Aires se constituyó en la distribuidora de las provisiones que necesitaron no sólo los mercados rioplatenses, sino también los del Alto y Bajo Perú, en atención a la baratura de sus precios. 6. El Reglamento de Comercio Libre. El objetivo que movió esta serie de reformas rué el de activar el comercio marítimo como la mejor manera de generar una mayor re caudación impositiva para sus arcas y posibilitar, además, un mayor desarrollo de sus colonias. En tal sentido la sanción de este Regla mento, cumplida en octubre de 1778, constituyó un factor gravitante en la transformación que se buscaba. Se ponían en práctica las teorías MANUAL DE HISTORIA CONSTm;QO.NAL ARGENTESA Dr. Ricardo J. G. llrn cy del mercantilismo ya probadas en Francia por el Ministro Colbert. que buscaba conseguir una balanza comercial ac tiva .......................... Sus principales disposiciones son las siguientes: a) La habilitación de nuevos puertos tanto en España como en Améri ca. Esto posibilitó un creciente intercambio no sólo entre los diver sos puertos de la Metrópoli y los de sus colonias, sino que además autorizó el intercambio de los puertos americanos entre sí. b) La supresión de los diversos impuestos hasta entonces vigentes, re emplazándolos por los del almojarifazgo y la aleábala. c) Otra importante medida de política fiscal fue la liberación impositi va de algunos productos, con el fin de favorecer su comercializa- . ción. d) Cabe anotar que la libertad de comercio que por este Reglamento se establecía, no tenía un carácter general, sino que estaba limitada al comercio de españoles con sus colonias, con la aclaración de que los navios que ingresaran a los puertos americanos debían ser de propietarios españoles, como también debía serlo la tripulación, aceptándose que hasta un tercio de extranjeros pudieran compo nerla. e) Por otra disposición se alentaba la construcción de navios, a cuyo fin la Corona proporcionaba la madera necesaria para su construc ción, a lo que debía agregarse que en el primer viaje redondo que realizara el barco se beneficiaba con una importante reducción de los impuestos. f) La creación del Consulado, tema que tratamos más adelante. Los efectos de este Reglamento resultaron positivos para los comer ciantes en general, con un ascenso marcado de la burguesía, pero sus consecuencias resultaron desastrosas para las clases producto ras, principalmente campesinas, asestándole golpes, a veces mor tales, a las producciones locales, a las artesanías y manufacturas de las diferentes regiones del Virreinato, afirma el Dr. Galletti. 7. La Aduana de Buenos Aires. Su creación es una consecuencia inmediata del régimen de co mercio libre, permitido por la inclusión del puerto de Buenos A.ires entre los habilitados por el Reglamento que hemos analizado. El vo lumen creciente del comercio hacía imposible que el contralor pudiera seguir a cargo de los funcionarios de la Real Hacienda, ya que se da 138 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTES,V Dr. Ricardo J. G. H *m r ñaba a los particulares con las demoras que se producían en los despa chos. ....................... Fue creada por Real Orden del 7 de abril de 1778 y comenzó a funcionar el año siguiente bajo la dirección de un Administrador Ge neral de Aduana y Aleábalas, al que asistían un Vista de Aduana, un Contador y dos Oficiales de Contaduría. Por iniciativa de la Aduana de Buenos Aires se crea la similar de Montevideo, ciudad que contaba con un mejor puerto para recibir los navios de ultramar, desde la cual se enviarían a Buenos Aires los géneros y efectos por medio de lan- chones o barcos menores. La Aduana se estableció en el edificio que llamaban de la Ran chería. Se dictó un Código Aduanero dividido en 7 títulos, y es la or denanza de aduana inicial que se puso en práctica en el Río de la Plata. Tenia como función fundamental la vigilancia de la entrada y sa lida de mercaderías, el cobro de los derechos de importación, exporta ción y aleábalas, la policía aduanera y la contabilidad respectiva. Más adelante, en 1794 se organizó el Resguardo de la Capital, destinado a la vigilancia del contrabando, estando ambos organismos bajo la de pendencia del Superintendente General. 8. La Audiencia. El Virrey, D. Pedro de Cebados, tan pronto se terminó la acción bélica contra los portugueses, pidió que la creación provisional del Vi rreinato se convirtiese en definitiva y se trasladase la Audiencia de Charcas a la ciudad de Buenos Aires. Y al no producirse esto, pide la creación de una nueva Audiencia en esta ciudad. El Rey accede por Real Cédula de 1782 y el 14 de abril de 1783 se dicta la Cédula erec- cional. Fundamentaba su pedido en la circunstancia de haberse au mentado en gravedad e importancia los negocios de toda clase, a con secuencia de la creación del Virreinato y el incremento de las activi dades comerciales. Composición: La presidía el Virrey y estaba integrada por un Regente, cuatro Oidores, un Fiscal, que era, a su vez, Protector de In dios. Se integraba además con dos agentes fiscales, dos relatores, dos escribanos de Cámara y otros funcionarios. Comenzó a actuar en 1785 y su jurisdicción comprendía las provincias del Río de la Plata. Tucu- mán, Paraguay y Cuyo. 139 MANUAI. DE inSTORU CONSTITUaONAL ARGENTINA Dr. Ricxrdo J. G. H xn*r Ya había habido una primera audiencia en Buenos Aíres en 1661, pero fue abolida. Las disposiciones que entonces se dictaron para esa Audiencia fueron aplicadas con leves modificaciones en la nueva Au diencia. Una de las novedades en esta institución es la figura del Regente, funcionario encargado del gobierno interior de !a Audiencia, una es pecie de enlace entre el cuerpo y su presidente. Estaba facultado para presidir el organismo en caso de ausencia de su titular, asistiendo a to dos los acuerdos con voz y voto, pudiendo dividir a la Audiencia en Salas, designando a los Oidores que las compondrían, teniendo facul tades de vigilar la marcha de los asuntospara evitar demoras injustifi cadas. Además, como novedad, se le acordaba al Regente la facultad de actuar como Juez de Primera Instancia en juicios verbales de poca monta, en los casos que las partes sometieran voluntariamente. Este funcionario formó parte de la Audiencia de Buenos Aires desde su fundación y fue incorporado como una medida destinada a fortalecer la administración de justicia indiana, desterrando viejos males y co rruptelas. La Audiencia era un órgano que tenía predominantemente facul tades judiciales, como ser las de apelación de resoluciones adoptadas por los alcaldes ordinarios, los tenientes letrados en las Intendencias, los que debían resolver la Audiencia en pleno. Además, los oidores individualmente tenían funciones a su cargo. Actuaban además en las funciones de Justicia administrativa, en causas de gobierno, militares, hacienda y correos. Pero además tenía funciones en lo político, ya que reemplazaban al Virrey en caso de muerte, incapacidad, o ausencia definitiva, salvo que aquél funcionario hubiese dejado instrucciones acerca de quien debía ser su reemplazante, lo que se conocía como “Pliego de Morta ja ” . En el caso de una ausencia temporaria del Virrey, lo reemplazaba el Oidor mas antiguo. En lo financiero, debía autorizar al Virrey para realizar determi nados gastos, y ejercitaba un contralor de la Real Hacienda. Tenía a su cargo la realización de ios juicios de residencia de los funcionarios del Virreinato, de menor jerarquía. La Audiencia de Buenos Aires desarrolló una intensa y prestigio sa labor, no sólo judicial, sino de gobierno, como afirman los Dres. Tau Anzoátegui y Martiré, ya que procuró en todo momento orientar ta tendencia avasalladora de los gobernantes o el desordenado dina mismo popular, obrando con gran prudencia y decoro. Sus miembros demostraron un profundo saber jurídico y una conducta digna del alto cargo que ejercían. 9. El Consulado. El Reglamento de Comercio libre prevé la creación de un Con sulado en cada puerto habilitado en España, y se aplicó este principio por analogía en América. Los comerciantes de Buenos Aires solicita ron su habilitación en 1785 y tras una ardua gestión, recién rué autori zado en 1794, dándosele jurisdicción sobre todo el Virreinato del Rio de la Plata. El cuerpo estaba compuesto por un Prior, dos Cónsules, nueve Conciliarios y un Sindico, todos con sus respectivos Tenientes a los que se agregaba un secretario, un contador y un tesorero. Además podían nombrar diputaciones consulares en todo el te rritorio, los que duraban dos años y debían actuar asociados a los co merciantes y con el Escribano del Cabildo del lugar, y tenían como función facilitar la atención de los pleitos mercantiles. Una de las funciones más importantes atribuidas a los Consula dos era la de actuar como Tribunal Judicial en asuntos mercantiles, pa ra lo cual debía integrarse con el Prior y los dos Cónsules, debiendo entenderse comprendida en esa facultad todas las cuestiones atinentes al comercio, contratos mercantiles, transporte marítimo, fletes y de más cuestiones conexas, inclusive juzgaban los delitos cometidos a bordo durante la navegación. Funcionaban además como Junta de Fomento Económico para procurar el progreso de la agricultura y la industria, la introducción de herramientas y el aumento del comercio, ocupándose además de las ciencias y artes útiles, así como la construcción de obras públicas y de conservar las existentes que estuvieran vinculadas con su ramo. En sus inicios el Consulado tenía predominio total de comer ciantes, pero la importancia que fueron adquiriendo rápidamente los hacendados, decidió a la Corona a disponer que este organismo se constituyese con igual número de comerciantes y hacendados, a fin de que el comercio y ia agricultura recibiesen el mismo fomento. MANUAL DE HISTORIA (XXNSTTTUC30NAL ARGENTINA Dr. Ríarda J. G. f/*r*cr 141 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Riau-Jo J. G. Hamry f ____________________________________________________ :___________is 10. La Real Ordenanza de Intendentes» La creación del régimen intendencial es una consecuencia de las - nuevas ideas imperantes en la Metrópoli, y la necesidad de mejorar la recaudación hacendista, promover el desarrollo económico y acentuar la centralización político-administrativa del Imperio, constituyendo un nuevo sistema administrativo que modificó la estructura tradicional. Fue creado en el Virreinato del Río de la Plata por Real Ordenanza de 1782, extendiéndose paulatinamente, y para 1790 está implantado en todo el Imperio Español. De acuerdo con la Real Cédula de erección del sistema intenden cia!. el Virreinato del Río de la Plata estuvo dividida en 8 Intenden cias, bajo la dirección de la Superintendencia establecida en Buenos Aires. Las ocho intendencias fueron las siguientes: la de Buenos Aires que comprendía además a Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes; la de Asunción del Paraguay: la del Tucumán, que comprendía a las juris dicciones de Córdoba, La Rioja, Mendoza, San Juan y San Luis: Salta del Tucumán, que abarcaba Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Este ro y Catamarca y más adelante Tarija; la jk X h atcas o Chuquisaca: la- de Potosi; la de Cochabamba v la de La Paz. El Intendente era elegido directamente por el Rey y estaba al frente de cada uno de los distritos mencionados,. Dependía directa mente del Superintendente Delegado de la Real Hacienda. En al cús pide del sistema estaba el Superintendente General de la Real Hacien da, función que desempeñaba en la Metrópoli el Secretario de Estado o del Despacho Universal de Indias. Este nuevo sistema no significó la eliminación del anteriormente vigente, por lo que vino a injertarse en el antiguo, ya que el Virrey continuaba con su real autoridad, pero las funciones de hacienda le fueron confiadas al nuevo funcionario. Con el tiempo se irán produ ciendo roces por materia de conflictos jurisdiccionales, que determina ron a la Corona a establecer en una sola persona las funciones de Vi rrey y Superintendente de la Real Hacienda. A tribuciones: La Ordenanza otorgaba a los Intendentes las si guientes funciones, a saber: De Policía: Tenía a su cargo el fomento económico y el progreso material (agricultura, ganadería, industria, minería, comercio; cons trucción de caminos, puertos, transportes, etc.) Debían realizar perió dicas visitas a los distritos de su jurisdicción. En estas amplias funcio- k p p f t f c nes de policía se resume el ímpetu de progreso material que se consi deraba necesario para la revitalización del Imperio. También se les concedía a los Intendentes el vicepatronato real en sus respectivas provincias. De Hacienda: Este aspecto estaba minuciosamente reglamentado en la Ordenanza, estando a su cargo la administración de las rentas reales y jurisdicción contenciosa en todo lo referido a la materia de Hacienda, que hasta entonces había estado a cargo de los oficiales reales. De Justicia: En la Capital de cada Intendencia, tenía a su cargo la administración de justicia civil y criminal a cargo de un Teniente Le trado nombrado por el Rey, quien, además, era asesor en todos los ne gocios de la Intendencia, siendo sus fallos apelables ante la Real Au diencia. Los alcaldes continuaron funcionando, pero con menores atri buciones. El Intendente tenía además a su cargo la vigilancia de la administración de Justicia y el cumplimiento de las leyes. En materia de Guerra, tenía a su cargo todo lo concerniente a aprestos militares que tuviera conexión con la Real Hacienda. Los in tendentes no tenían mando militar alguno, sólo debían atender a la subsistencia de la tropa y a los gastos militares. Si bien, conforme al nuevo régimen el Intendente debía reempla zar al Gobernador, se dispuso que a los funcionarios que ya estaban al frente de las gobernaciones de provincias ejercieran las atribuciones ¡ntendenciales, dándoseles el titulo de “Gobernadores Intendentes”.Había también Sub-Delegados de Intendentes de dos categorías. Los de pueblos de Indios, que ejercían las funciones ya descriptas. En las ciudades o villas subalternas, atendían sólo las atribuciones de ha cienda y de guerra. En todos los casos estaban subordinados a los Go bernadores Intendentes. Quedó al margen de la organización de Intendencias el gobierno de ciertas regiones fronterizas, como gobernadores político-militares, como en el caso de los distritos de Moxos, Chiquitos, Montevideo y Misiones, con atribuciones en materia de gobierno, justicia y guerra, pero que dependían de los Intendentes en materia de hacienda, sin perjuicio de su subordinación a la autoridad general del Virrey. MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. RicmrJo J. G. !t*r>*r 143 MANUAL DE HISTORIA COiNSTnUQOiNAL ARGENTINA Dr. K i^rdo J. G .H m m y j Bibliografía consultada y utilizada. I ACEVEDO, Edberto Oscar, "Las reformas borbónicas en la segunda ¡ mitad del Siglo XVllt” en Nueva Historia de la Nación Argentina ” Tomo 1° de la Academia Nacional de la Historia. INGENIEROS, José. "La evolución de las ideas argentinas" GALLETTI, Alfredo. “Historia Constitucional Argentina” INGENIEROS, José. “Evolución de las Ideas Argentinas”. LEVENE, Ricardo. “Manual de Historia del Derecho Argentino” LEVENE, Ricardo. "La Legislación de Indias en el Siglo XVIII" en ! Historia de la Nación Argentina. Tomo 3o de la Academia Nacional de J ¡ la Historia. LEVENE, Ricardo. "Funciones económicas de las Instituciones vinre- ynales" en Historia de la Nación Argentina Tomo 4o (2') de la Acade mia Nacional de la Historia. LOPEZ ROSAS, José Rafael. “Ensayo de Historia Constitucional Ar- i gemina” | LORENZO, Celso Ramón. “Manual de Historia Constitucional Ar- ¡ | gemina” I RAVIGNANI. Emilio. "El Vireynato del Río de la Plata" en Historia j i de la Nación Argentina. Tomo 4o (2a) de la Academia .Nacional de la | i Historia. | TAU ANZOATEGUI, Víctor y MART1RE, Eduardo. “Manual de I | Historia de las Instituciones Argentinas” ! ZARINI, Helio Juan. “Historia e Instituciones en la Argentina” j ZORRAQUIN BECU, Ricardo. “La Organización Política Argentina i en el periodo Hispánico” MANUAL DE HISTORLV CONSTTTUCIONAL ARGENTINA Dr. Kkarda J. G. CAPITULO 6 1. Revolución de Mayo. Las ideas filosóficas y políticas sobre el origen del poder. Los historiadores discuten acerca de la filiación ideológica de ios hombres que llevaron adelante nuestra Revolución de Mayo, conside rando algunos que éstos se hallaban estrechamente ligados al pensa miento expuesto en las universidades americanas, cuyo mayor expo nente era el Padre Francisco Suárez, mientras otros autores que res ponden en mayor medida a la tendencia liberal, creen encontrar ese fundamento en el pensamiento del ginebrino Juan Jacobo Rousseau, cuyas ideas habían llegado en forma posterior al Río de la Plata, aun que de manera más o menos clandestina, y eran conocidas por los" principales actores del proceso revolucionario. Ambos pensamientos son expuestos para conocimiento de los educandos: x 2. Las ideas dei Padre Francisco Suárez. Francisco Suárez fue un sacerdote de la Cqrnpañía de Jesús, na cido en Granada (España) en 1548 y fallecido en el año 1617. Fue uno Je los expositoresj:ató!icos más lúcidos de su época -llamado por sus dotes el Doctor Eximio- y las doctrinas por él sustentadas encuentran precedentes en la Summa Teológica de Santo Tomás de Aquino, en Fray Francisco de Vitoria, San Roberto Belarmino, San Isidoro de Se villa, etc. Enseñó en las Universidades de Salamanca y Coimbra y su pen samiento se tíadujo en numerosas obras de gran valor filosófico- teolóefco^jtmdjcor siendo las que más nos interesan en orden al tema a desarrollar el Tratado de las Leyes (“De Legibus”) y Defensa de la fe católica y apostólica contra los errores de la secta anglicana, con res puesta a la apología dei juramento de fidelidad y a la carta enviada a ios principes cristianos por el Serenísimo Jacobo, Rey de Inglaterra C'Defensio Fidei”), las que tuvieron gran repercusión en España y to- MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. RiavxJoJ. G. tU m r da Europa y, trasladadas a América por los sacerdotes jesuítas, sirvie ron de base para la enseñanza en las Universidades de Charcas y Cór doba, con influencia directa sobre los hombres que habrían de tener un papel protagónico en los sucesos de nuestra Revolución de Mayo. ^Suárez desarrolló su teoría sobre el origen de la autoridad o del Estado'poder, jomando como base la tradición cristiana y consideran do especialmente el momento histórico en que vivió, ya que sus estu dios nunca fueron indiferentes a la realidad contemporánea que lo ro deaba, y la segunda de las obras mencionadas más arriba es precisa mente una refutación a las ideas del monarca inglés sostenedoras del principio del absolutismo de origen divino inmediato, dado por Dios directamente al Príncipe. Suárez divide en cuatro pasos sus enseñanzas respecto al origen y posesión de la autoridad: El primero de ello puede resumirse diciendo que “a ninguna per sona. física o moral, le viene inmediatamente de Dios la potestad civil, ya sea por naturaleza o por donación graciosa” Para entender este primer paso es necesario apreciar que siendo el hombre de naturaleza racional, lo es también de naturaleza social. El ejercicio de la razón presupone en la propia raíz del hombre el im pulso a la vida en común. No es llamado a lo social por el temor ni por la indigencia, ni para librarse del caos, ya que si estos elementos han movido el instinto radical de conservación, debe entenderse que pre viamente lo pensó, lo evaluó y lo aceptó como medio para salir de aquél estado anterior. Sigue diciendo que “natural y voluntariamente los hombres tien den a asociarse en comunidad perfecta” y que “por naturaleza todos ios hombres nacen libres y, por lo tanto, ninguno tiene jurisdicción o potestad política sobre otro, ya que esa potestad no ha sido dada en forma inmediata por Dios a ningún hombre en particular” Analiza más luego que los hombres pueden presentarse como “muchedumbre” en cuanto son un agregado sin orden y no son pro piamente un cuerpo político, por lo que no necesitan una cabeza o autoridad o principe. Pero si por especial voluntad o común consenti miento se reúnen en un sólo cuerpo político por un vinculo de socie dad para ayudarse mutuamente en orden a un fin político, necesita él de una sola cabeza. 146 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. RJcmrdoJ. C. fbrrer Señala que esta potestad de jurisdicción no es un arbitrio utilita rio de la razón, o encuentro casual para un mejor vivir, sino que fluye normalmente de la naturaleza racional cuando los hombres se unen con un fin político y forman la comunidad perfecta. Es decir, que en la “muchedumbre” o “multitud” ningún miem bro puede tomar la dirección de cada una de las partes, ya que nadie lo ha investido para ello, por lo que antes tendrá que darse la muche dumbre un “cuerpo político” para que se dé en él, como propiedad natural, el poder de jurisdicción que no obliga a los particulares como tales sino como socios de un destino común. La potestad civil por ser y por naturaleza está en la misma comu nidad. Por derecho natural inmediato sólo la comunidad humana per fecta y congregada para formar el cuerpo de la república tiene la su prema jurisdicción temporal sobre si misma. Este hacer la “comunidad política” es de derecho natural y de allí se concluye que la potestad de jurisdicción responde a la misma ley. Pero como el derecho natural es la ley de Dios en el hombre, se en tiende que el poder civil, como todo poder, tiene su origen en Dios. "Todas las cosas que son de derecho natural vienen de Dios co mo autor de la Naturaleza; pero como el principado político es de de recho natural, luego viene de Dios como autor de la Naturaleza” 2. El segundo paso de su argumentación nos dice que es mediante el pueblo que leviene al gobernante la autoridad. En su concepción re ferida al origen del poder, señala que Dios no nos da la potestad civil por una acción especial, sino que ella se deriva de cierta natural con secuencia que muestra la razón natural, resultando que el poder civil sólo existe en el sujeto naturalmente dispuesto para recibirlo, que es el puebio. o sea la muchedumbre congregada como cuerpo político. El tercer paso dice que el pueblo otorga la autoridad por su libre consentimiento, derivándose de allí los títulos legítimos de gobierno. Antes de formarse la comunidad perfecta nadie tiene poder civil: y después de la unión la potestad no es de nadie sino del todo y se en vende que ningún miembro tiene autoridad sobre los otros, ni la auto ridad del todo puede ejercerse sobre todos, sin que previamente el .■¡cuerdo de las partes objetivice su autoridad en un centro que queda como cabeza visible del cuerpo civil y con el poder de la conducción política. A la comunidad le toca establecer el régimen gubernativo y entregar la potestad a una persona determinada. 147 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricarda J. G. H *m r Esta actitud de la comunidad perfecta hacia uno o un grupo de sus miembros es la invesüdura que recibe el principe directamente de la soberanía popular, que a su vez la ha recibido directamente de Dios, h El cuarto paso dice que al hacer este traspaso hay limitaciones en el poder tanto por parte del gobernante que la recibe y no puede usar de ella a su antojo, como por parte dei pueblo o comunidad perfecta que la confiere, quien ya no puede reasumirla a su capricho. El pacto ciudadano por el que se otorga el poder al príncipe, de ninguna manera deja sin soberanía al cuerpo social. La potestad es siempre propiedad formal del cuerpo. Al transferir la potestad el pue blo no enajena su poder en el sentido de quedar sin la cosa dada. Por el contrario, la institución del gobernante resulta de su consentimiento y de su voluntad. De tal manera, si el principe cambiase en tiranía la potestad que le ha sido dada, abusando de ella para daño manifiesto del pueblo, po dría éste usar de su potestad natural para defenderse, porque nunca se ha desprendido de ese derecho Pero, transferida la potestad política al príncipe el pueblo no puede, sin razones fundadas en la necesidad común, desposeer al titu lar de la investidura que le ha sido otorgada en forma libre. Ambos hechos, el de conferir la potestad y el de privarla de ella, es ejercicio directo de la comunidad perfecta. Ni el hombre ni el pueblo crean el poder civil. Al pueblo le viene inmediatamente de Dios y también al príncipe, pero mediante el pue blo. "N o se dice que la potestad viene simplemente de Dios, sino sólo en cierto sentido; porque es dada por el hombre y depende de él”. “ Porque no puso medio entre Dios y el Pueblo, sino que quiso que en tre Dios y el Rey, el pueblo fuese el medio, por el cual el Rey recibe la potestad” Resumiendo: para Suárez la sociedad responde a la naturaleza de las cosas, a la propia condición humana, que es social o política; y así es designio de Dios la existencia de la sociedad. Toda sociedad necesita de un gobierno, pero ningún hombre tie ne poder sobre otro, pues todos nacen libres, por lo que los individuos se reúnen entre sí por libre decisión, respondiendo a la necesidad natu ral de hacerlo y deciden darse una autoridad, un gobierno. 148 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. !Uc*rJa J. G. ¡Umrr No se trata de darse un contrato social a la manera de Rousseau como un fruto caprichoso de la voluntad general, sino por que la so ciedad es necesaria por naturaleza. “La “potestas”, es decir el derecho de gobernar reside en la tota lidad de los miembros que integran la sociedad, es decir, en el pueblo. El origen de la autoridad, como de todos los derechos humanos es de Dios; pero Dios no la deriva directamente al príncipe o monarca, co mo ocurre en la teoría del origen divino del poder real, sino que Dios la deriva al pueblo (organizado como comunidad perfecta) y éste se da la forma de gobierno que mas le agrade y elige a ios gobernantes que desea. El consentimiento, tácito o expreso, de los gobernados es el título que legitima el poder, pero una vez que los ciudadanos escogen el ré gimen que desean, éste ya no puede ser modificado, salvo las excep ciones de vacancia de poder o cuando el príncipe incurre en tiranía. Esta teoría del poder recibido en forma indirecta de Dios, se completa con la afirmación de la autonomía de la autoridad civil frente a la autoridad religiosa. La teoría de las dos espadas se concreta en el sentido de que ambas jurisdicciones son autónomas y completas en si mismas, aunque el Sumo Pontífice tiene poder directo en el ámbito ci vil en la medida en que en él se jueguen intereses espirituales. Tal po der llegaría incluso a deponer a los monarcas que sean ocasión de es cándalos para los cristianos. 3. Las Ideas de Juan Jacobo Rousseau. Juan Jacobo Rousseau pertenecía a una familia de calvinistas suizos de origen francés, nacido en Ginebra ( 1712 - 1778 ). Ha sido considerado como el término que completa la excepcional trilogía cu yos dos primeros son Montesquieu y Voltaire, y a quienes se puede considerar como los precursores de la Revolución Francesa. Pero especialmente se considera a Rousseau como el verdadero revolucionario en todo el sentido de la palabra. Innovador en todos los campos, su influencia fue tan duradera que se percibe claramente la marca de sus ideas en toda la Revolución, animada por la ideología del Contrato Social y su obra se encuentra manifestada en las Consti tuciones de casi todos los pueblos modernos. Promediaba el Siglo XVIII y reinaba en Francia Luis XV con la Ilustración en su apogeo. El joven ginebrino, hombre de exasperada 149 - * sensibilidad, enfermizo, trotamundos por temperamento que frecuen taba los salones parisienses, llegará a convertirse en uno de los hom bres mayores de la filosofía política de todos los tiempos. El centro de la teoría política de Rousseau esta en el Contrato Social. Es el paladín de la Razón, de la razón iluminista, que se refu gia en un mítico primitivismo natural, en una Naturaleza ideal, de la que los hombres no debieron salir. En su libro “El Contrato Social” define lo que debe entenderse como "legitimo cuerpo político”, diciendo que supone a los hombres viviendo en estado de naturaleza, llegados a un punto tal en que los obstáculos que le impiden mantenerse en ese estado superan las fuer zas de cada individuo. De tal manera ese estado primitivo de naturale za no puede subsistir y el género humano estaría destinado a perecer si no cambiara su manera de ser. Así, no le quedará otro remedio que formar por asociación una suma de fuerzas que pueda superar a esos obstáculos, poniéndolas en juego con un sólo móvil y haciéndolas ac tuar al unísono. Será entonces necesario encontrar una forma de asociación que defienda y proteja con toda la fuerza común la persona y los bienes de cada asociado, por la cual cada uno, uniéndose a todos, no obedezca si no a si mismo y permanezca tan libre como antes. Este Contrato Social estará determinado por la misma naturaleza del acto, y aunque no hayan sido formalmente enunciadas son siempre las mismas en todos los tiempos y en todos los países, siempre tácita mente emitidas y . reconocidas. Este reconocimiento tendrá vigencia mientras el pacto social no sea violado, en cuyo caso cada cual reco brará sus primitivos derechos y su libertad natural. En síntesis, las cláusulas se reducen a una sola: la enajenación total de cada asociado con todos sus derechos a la comunidad, porque al darse cada uno por entero, la condición es igual para todos y, siendo igual tal condición, nadie tiene interés en hacerla onerosa para los de más. Y al efectuarse la enajenación de los derechos sin reserva alguna la unión resultará insuperablemente perfecta, sin que ningúnasociado pueda reclamar. Pues si se dejase algún derecho a los particulares, como no habría ningún superior común que pudiese sentenciar entre ellos, cada cual, siendo su propio juez, pretendería serlo de los demás. Y entonces el estado de naturaleza subsistiría y la asociación se con vertiría en tiránica o inútil. MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGEsTINA Dr. Ri.-M.-doJ. G. lÍMrrcr 150 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Kkwrdo J. G. ÍUrrrr La esencia del Contrato Social consiste en que cada uno de no sotros pone en común su persona y todo su poder bajo la suprema di rección de la voluntad general, y cada miembro es considerado como pane indivisible del todo. Y para terminar de ilustrar su concepto Rousseau agrega que este acto de asociación convierte la persona par ticular de cada contratante en un cuerpo moral y colectivo, compuesto de tantos miembros como votos tiene la Asamblea, el cual recibe de este mismo acto su unidad, su yo común, su vida y su voluntad. La persona pública que constituye asi por la unión de todos los demás, tomaba en otro tiempo el nombre de “ciudad" y toma hoy el de "república” o el de “cuerpo político", el cual es denominado por sus miembros “Estado” cuando es pasivo y “Soberano” cuando es activo y "Potencia” cuando se le compara con sus semejantes. Los asociados toman colectivamente el nombre de "Pueblo” y se llaman en particular "Ciudadanos” como participantes de la autoridad soberana, y “Súbdi tos" como sometidos a las leyes del Estado. Se ha señalado que Rousseau considera al derecho natural como punto de partida para lograr los resultados de su Contrato Social, pues afirma que no está permitido violar las leyes naturales por el pacto, de la misma manera que no está permitido violar las leyes positivas por ios convenios entre los hombres. La teoría del pacto social importa en su consecuencia una for mulación concreta de la teoría de la Soberanía Popular de antiquísima existencia y constituye un excelente punto de partida para asentar en él la doctrina de la “voluntad general” como único asiento legítimo de la soberanía. Termina afirmando que el Contrato Social en lugar de des truir la igualdad natural, la sustituye por una igualdad moral y legítima a lo que la naturaleza pudo haber puesto de desigualdad física entre los hombres; y esta desigualdad que proviene de su fuerza o de su ge nio, se convierten ahora en igualdad por convención y por derecho. Con referencia a la soberanía, dice que el acto de asociación contiene un compromiso reciproco y cada individuo, contratando, por •isí decirlo, consigo mismo, se encuentra obligado desde dos puntos de vista: como miembro del poder soberano hacia los particulares y como miembro del Estado hacia el Soberano. En la doctrina de Rousseau el Soberano está formado por los particulares que lo componen y por ello no tiene ni debe tener ningún interés contrario al de los mismos. Pero para que el Contrato Social no sea una vana fórmula debe contener tácitamente una cláusula en el sentido de que quienquiera rehúse obedecer a la voluntad general será_. compelido a ello por todo el cuerpo social, lo que no significa otra co sa que lo forzará a ser libre. Y ello, porque al pasar del estado de Naturaleza y perder su li bertad natural y su derecho ilimitado sobre todo lo que esté a su alcan ce, con el Contrato Social lo que gana es la libertad civil y la propie dad de lo que posee. La libertad natural no tiene otros límites que las fuerzas del individuo y la libertad civil está limitada por la voluntad general. Refiriéndose a como se ejerce y cuál es la naturaleza de la Sobe ranía, Rousseau dice que uno de sus principales caracteres es la de ser inalienable. Siendo el Soberano un ser colectivo sólo puede ser repre sentado por si mismo. El poder puede transmitirse pero no la voluntad. Y así la voluntad general puede dirigir las fuerzas del Estado de acuerdo a los fines de su institución que es el bien común. Dado que la Soberanía se identifica con la voluntad general de todos los miembros del Estado, jamás puede ser enajenada la sobera nía en provecho de un sólo hombre y desde el momento en que existe un “amo” ya no existe el “Soberano” y, por lo tanto, el cuerpo político queda destruido. La segunda característica de la Soberanía es su indivisibilidad. Si las resoluciones surgen de la manifestación de la voluntad de todo el pueblo, se está en presencia de un acto de soberanía. Si proviene de una fracción del pueblo, ya no se tratará de la voluntad general, sino de un acto de magistratura, de una voluntad particular. Rousseau sostiene que la voluntad general es incapaz de equivo carse ya que conoce sus propios intereses y lo que ella disponga a su respecto no es susceptible de ser superado. Pero la voluntad general no debe confundirse con la voluntad de una mayoría. “La voluntad gene ral es siempre recta y tiende siempre a la utilidad pública”. Sigue este pensador analizando las diferencias entre la voluntad de todos y la voluntad general: esta última sólo se refiere al interés común, mientras que la otra sólo al interés privado y no constituye si no una suma de voluntades particulares. Para lograr un perfecto enun ciado de la voluntad general es menester que no existan asociaciones parciales dentro del Estado y que cada ciudadano no opine sino por si mismo. Esta última aserción es característica del individualismo de MANUAL DE HISTORIA INSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J. G. / W e r 152 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. JUardo J. G. Hmmr Rousseau basado en el Derecho Natural, y justificaba la adopción del voto nominal por oposición al voto colectivo de cada una de las órde nes en los Estados Generales de Francia. Analizando los límites del poder soberano, dice que el Estado es una persona moral que para conservar su vida, que no es sino la unión de todos sus miembros, debe disponer de una fuerza suprema y com pulsiva. “Así como la Naturaleza otorga a cada hombre un poder ab soluto sobre sus miembros, así también el pacto social otorga al cuer po político un poder absoluto sobre todos los suyos, y es ese mismo poder, dirigido por la voluntad general, el que lleva el nombre de So beranía. El pacto social establece entre los ciudadanos tal igualdad que todos deben comprometerse bajo las mismas condiciones y gozar de los mismos derechos. Dada la naturaleza del Contrato Social, todo acto de soberanía o todo acto emanado auténticamente de la voluntad general obligará o favorecerá por igual a todos los ciudadanos. Resumiendo: para Rousseau el hombre es bueno por naturaleza y vivía en libertad. La sociedad lo hizo malo y lo somete, a menos que se establezca una situación similar a aquélla (la Naturaleza), lo cual para Rousseau es posible con la fórmula del contrato. Considera que es menester asociarse de tal modo que cada asociado, en virtud del contrato, no obedece a nadie más que a si mismo y permanece tan li bre como antes de asociarse. Así, la sociedad política no tiene su fundamento en el Derecho Natural, sino que se trata de una libre y voluntaria creación humana, fruto de una convención. “Cada cual pone en común su p e r s o n a y todo su poder bajo la suprema dirección de la voluntad general” y cada miembro es considerado como parte indivisible del todo, reiterando la existencia de la voluntad general, a la que califica de soberana, inape lable, indivisible, infalible y absoluta. Esta voluntad general se distin gue de la voluntad de todos. Es siempre recta y dirigida al interés co mún. El individuo queda cobijado en ella, con su libertad “protegida”, sin someterse a nadie en particular. Sigue manteniéndose en él su so beranía, ia que no será transmisible ni enajenable, y el poder sólo será transmitido al gobernante como a un mandatario para que ejerza sobre todos lo resuelto por la “Voluntad General”, y como tal, por naturale za, será revocable cuando se aparte de los fines delbien común. 153 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. JUarxh J. G. Hju-ttt 4. Quien fue el filósofo de la Revolución de Mayo. Cuando se analiza quienes fueron los pensadores que mayor in fluencia tuvieron en los sucesos de Mayo de 1810, con mayor fre cuencia se lo ha considerado a Juan Jacobo Rousseau, teniendo en cuenta que así como su Contrato Social fue el camino que condujo a la Revolución Francesa, de la misma manera vino a guiar los pasos de los americanos en la obtención de la independencia. Son muchos los que afirman que la producción fiiosófico-politica del Siglo XVII alcanzó un desarrollo extraordinario y que sus figuras cumbres Voltaire, Montesquieu, Rousseau, Diderot y Condorceí ilu minaron en las sesiones hispánicas de América una influencia que con el correr dei tiempo adquirió los contornos y el contenido de la doctri na revolucionaria. Se afirma que en la España del “ Iluminismo” y el “Despotismo Ilustrado” eran conocidas las obras de Juan Jacobo Rousseau, mayor mente gracias a las refutaciones que le hizo Fray Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro que, sin quererlo, constituyeron para el ginebri- no su mejor propaganda. También se dice que en el Río de la Plata se habían introducido las obras del nuevo pensamiento europeo y que muchos de los hijos de la clase media aburguesada de estas tierras pu dieron beber el conocimiento de las nuevas ideas al ser enviados a es tudiar a la España. Y es el propio Dr. Manuel Belgrano, estudioso en Salamanca, quien se encarga de advertirlo. Terminan señalando que la Revolución de Mayo derribó las barreras que se oponían al conoci miento abierto de estas nuevas ideas y que la publicación del Contrato Social de Rousseau por el Secretario de la Junta Dr. Mariano Moreno, inmediatamente después de hacerse cargo, nos hace suponer un cono cimiento anterior de esta obra por parte de los hombres de su'genera ción. Sin embargo, el Padre Guillermo Furlong Cardiff, Sacerdote Je suíta, en un interesante trabajo que integra un libro de homenaje al Doctor Eximio, afirma que fue el Padre Suárez, sacerdote de su misma orden, el filósofo que dio a los hombres de 1810 la formula filosófico- juridica y el substractum ideológico sobre el que levantaron una nueva estructuración que diera por finalizada la subordinación de estas tie rras a los Reyes de España y, andando el tiempo, se constituyera en MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA D r.Rk^rdoJ. G.Hmrrcr Nación Soberana e Independiente, negando al mismo tiempo el que Rousseau haya tenido influencia alguna en ella. En tal sentido recuerda la influencia de Suárez en el Río de la Plata desde principios del Siglo XVII hasta 1767, año en que fueron expulsados los jesuítas de estas tierras donde tenían instalados Cole gios y Universidades en que se formaba la juventud estudiosa ameri cana, como es el caso de Córdoba y Chuquisaca. El Padre Furlong llega a afirmar que la expulsión de los jesuítas del Río de la Plata tuvo como causa eficiente la doctrina populista de Francisco Suárez que, originada en Santo Tomás de Aquino, era favo rable a la idea democrática y hostil a los tronos, especialmente cuando estos desvirtuaban la razón de ser de su existencia y se llegaba a justi ficar el tiranicidio. Para Furlong los hombres que gestaron la independencia nacional pusieron toda su fuerza en el hecho de haberse disuelto o roto el con trato o pacto que había existido entre los reyes españoles y las colo nias americanas, disolución o rotura que había sido causada por la ab dicación del Rey Femando VII, ruptura que ponía al Río de la Plata en circunstancia de reasumir su soberanía y organizar un nuevo sistema de gobierno. Suárez había desarrollado en “De Legibus” la teoría de que la potestad le viene al gobernante inmediatamente de los hombres y me diatamente de Dios. Al Rey Jacobo Io de Inglaterra le desagradaba so bremanera esta opinión de Suárez, desaprobando este modo de pensar que consideraba un fundamento de sediciones, ya que si el rey depen de, en su'potestad, del pueblo que le ha entregado el poder, éste puede levantarse contra él siempre que le parezca, apoyado en la misma po testad. Y Suárez lo resumía diciendo que “si el rey tiene la potestad recibida del pueblo siempre depende de él: luego la potestad del pue blo es superior y puede hacer todo lo que se ha mencionado” Pero seguidamente puntualizaba y limitaba las potestades tanto del gobernante como del pueblo, expresando que después que el pue blo ha transferido en el rey su potestad no puede, apoyado en la misma potestad, a su arbitrio proclamar su libertad, pero puede hacerlo cuan do hay razón suficiente para ello y debe hacerlo cuando el rey desapa rezca sin dejar sucesor legítimo. Partiendo de los principios esbozados en el pensamiento suare- ciano, Furlong afirma que son tales doctrinas y no las roussonianas las que inspiraron a los hombres de 1810, ya que ellas no se referían al pacto o contrato social de-Rousseau que unía a los ciudadanos entre sí,- sino al que ligaba a los ciudadanos con el gobernante, que era el plas-- mado y preconizado por Suárez. Para el pensamiento de Rousseau no podía haber pacto o contrato alguno entre la comunidad y el jefe o gobernante de la misma y la so beranía era intransferible; en cambio, para Suárez la autoridad o sobe ranía del pueblo podía y debía ser transferible, pudiendo ser ejercida por otro. Para Suárez la soberanía era atributo de la comunidad perfecta pero no de cada individuo; para Rousseau la soberanía era de todos y de cada uno, pero no la podían abdicar en todos ni en una sola perso na. Para Suárez el hombre era culto y social y de esa condición brotó la necesidad de reunirse y una vez hecha la reunión con un fin político nacia la autoridad suprema en la comunidad, como algo que emana de ia naturaleza, lo quieran o no lo quieran los hombres que se habían re unido en comunidad perfecta. Para Rousseau, en cambio, el hombre era naturalmente salvaje y la autoridad sólo fue efecto de un pacto enteramente artificial ; es de cir no fue emanación de la naturaleza. Según Suárez, Dios da inmediatamente la suprema autoridad a la comunidad perfecta por el mero hecho de formarse por la unión de las voluntades; en cambio para Rousseau la autoridad es la simple suma de las voluntades materialmente tomadas. Según Suárez, la comunidad no siempre’ se despoja de toda su autoridad sino que ordinariamente la comunica limitadamente al prín cipe; en cambio para Rousseau los individuos pierden toda su libertad natural y adquieren la libertad civil y política, viniendo la suma de las voluntades a convertirse en fuente y origen de todos los derechos, sin ninguna limitación. Castelli, en su memorable discurso de! 22 de Mayo expuso y sostuvo la realidad de un contrato existente entre los reyes hispanos y los pueblos de América o Reinos de Indias, como los llamaron los Austrias, y sobre la existencia de ese contrato basó toda su argumenta ción, afirmando que con la disolución de la Junta Central había cadu cado el gobierno soberano de España y se deducía de este hecho la “reversión de los derechos de la soberanía al pueblo de Buenos Aires MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Rjcmnio J. G. Iltm er !m MANUAL DE HISTORIA CONSTTIUaONAL ARC ENTINA Dr. K o m h J . G. H er^y y el libre ejercicio en la instalación de un nuevo gobierno principal mente no existiendo, como se suponía, la España en la.dominación de Femando VII. Puede entonces sintetizarse la doctrina sustentada por Castelli en los siguientes puntos: 1) Hay una crisis del derecho político hispano iniciada en 1808, conforme a la cual los pueblos de la península constituyeron Juntas de Gobierno propias y mas luego la Junta Central. 2) Esta Junta Central había quedado disuelia y no tenía facul tades para organizar un Consejo de Regencia, entre otras razones por que no habían concurrido a su elección los diputados de las Américaso Indias- 3) Por tanto el gobierno soberano de España había caducado, produciéndose en consecuencia la reversión de los derechos de la so beranía al pueblo y su libre ejercicio de establecer un nuevo gobierno. 4) La resolución del Cabildo fue que debía subrogarse la auto ridad que investía el Virrey Cisneros y reasumirla el Cabildo a nombre del pueblo. Y se ratifica ese pensamiento con las palabras de D. Comelio de Saavedra cuando afirmaba “que no quede dudas de que es el pueblo el que confiere la autoridad o mando”, posición que fue seguida por el bloque mayoritario de los asistentes al Cabildo Abierto, confirmándo se así el principio suareciano de “la reversión de los derechos de la soberanía al pueblo”, esgrimido en el discurso del Dr. Castelli. Sintetizando: queda claro que al afirmarse que habiendo fenecido la Junta Central Suprema debía reasumirse el derecho de nombrar la autoridad superior de Buenos Aires, se estaba aplicando el principio del contrato político pensado por Suárez celebrado entre el pueblo y su gobernante y no así el contrato social de Rousseau para lo cual no era menester que feneciese la Junta Central para que el pueblo pudie se, a su arbitrio, disponer de la soberanía. Y tampoco está adecuado al lenguaje de Rousseau hablar de “reasunción del poder” pues el pueblo no podría “reasumir” un poder que ya poseía y que nunca había perdido. El propio Padre Furlong reconoce, sin embargo, que algunos asertos de Moreno y de Castelli, posteriores a la Semana de Mayo, son de neta filiación roussoniana, pero nada hubo hallado de tal naturaleza con anterioridad al 25 de mayo de 1810 y, por e! contrario, reproduce un párrafo de lo expresado por el Secretario de la Primera Junta en la “Gazeta de Buenos Aires” del 8 de diciembre de ese año en el sentido de que “la autoridad de los pueblos, en la presente causarse deriva de la reasunción del poder supremo que por el cautiverio del Rey ha re- trovertido al origen de que el monarca lo derivaba; y el ejercicio de éste es susceptible de las nuevas formas que libremente quieran dár sele” . Y seguía diciendo que “en otra oportunidad, discurriendo sobre la instalación de las Juntas en España, manifesté que disueltos los vín culos que iigaban los pueblos con el monarca cada provincia era due ña de si misma por cuanto el pacto social no establecía relaciones en tre ellas directamente, sino entre el Rey y los pueblos", entre los que se contaban los reinos de Indias, conforme lo establecía la legislación dada en época de los Austrias. Terminemos negando con Galleti que las influencias recibidas por los hombres de Mayo hayan sido excluyentes y, por el contrario, en numerosas oportunidades pudieron coexistir y tuvieron decisiva importancia, señalándose como ejemplo a Moreno, en el que conflu yeron dos líneas de pensamiento distintas: la francesa y la hispánica. 5. Causas políticas, económicas y sociales. Cuando se analizan las causas de la Revolución de Mayo, hemos señalado ios diferentes movimientos ocurridos en el Continente Ame ricano, que pueden ser tomadas como factores precursores, aunque ninguna de ellas lo suficientemente directa como para ser considerada ■ tal en forma absoluta. En el capítulo siguiente, analizaremos las causas política constituida por los hechos desencadenados en la península, tales como la subordinación de Carlos IV y el Ministro Manuel Godoy a la política napoleónica, el desastre de la flota española en Trafalgar en 1805. que posibilita al año siguiente las invasiones inglesas a Bue nos Aires, el Motín de Aranjuez (1808) que determina la abdicación de Carlos IV a favor de su hijo Femando VII; el rechazo español a la invasión francesa y la constitución de Juntas locales de gobierno y posteriormente la Junta Central de Sevilla, su posterior disolución y la consiguiente retroversión de la soberanía que ella investía a favor de los pueblos constitutivos de la monarquía ibérica, primero en España y luego en América.. Pero ahora nos toca hablar de un aspecto, sin duda gravitante, como es el referido al aspecto económico, a los hechos de esta natu MANUAL DE HISTORIA CONSTITUaO.NAL ARGENTINA Dr. ¡tien to J. G. H m rr 158 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. KcxrdoJ. G. lU n tr raleza que gravitaron en la decisión de nuestros proceres en la toma de la decisión de gobernarse a si mismos, sin injerencia de los españoles que desde Cádiz pretendían seguir gobernándonos como Consejo de Regencia. Debe recordarse que en el largo período de la dominación espa ñola se estableció un sistema de monopolio comercial a favor de los españoles y sus representantes en las colonias. El intercambio comer cial estuvo durante muchos años ceñido a las esporádicas travesías que las flotas hacían, trayendo sus productos pero muy especialmente en busca del oro y la plata que tan generosamente producían estas tierras. A ello se agregaba la prohibición de comerciar con navios de otros países, salvo situaciones excepcionales, y también a realizar intercam bio con puertos que no estuvieran habilitados, dándose el caso de que en América española fueran sólo dos. El encarecimiento y la escasez de los productos europeos y el estancamiento y reducido precio de los productos coloniales trajo co mo consecuencia dos hechos* el primero de los cuales fue el contra bando, forma lucrativa e ilegal de introducir mercaderías por parte de navios ingleses, holandeses o franceses, con la obvia complicidad de comerciantes locales y la ceguera de las autoridades. En segundo lu gar, el monopolio español que no lograba satisfacer las exigencias de los colonos, generó la aparición de una industria precaria pero activa, que generó el intercambio entre las distintas regiones. La política de los Borbones advirtió la necesidad de agilizar el comercio para lo cual dictó el Reglamento de Comercio Libre, a fines del siglo XVIII, que entre otras cosas habilitó al puerto de Buenos Ai res y muchos otros puertos americanos y otros tanto en la Metrópoli, circunstancia que agilizó las transacciones mediante el intercambio comercial, trajo la riqueza de importantes sectores e hizo gustar de la conveniencia de que haciéndolo extensivo a las demás naciones, gene raría una mejor situación para estas tierras. Debe agregarse a ello la presencia de los ingleses, dos veces vencidos por las armas, pero triunfadores en la propagación de sus ideas a favor del comercio libre, como así en la colocación de sus productos en el tiempo de su domi nación y el correlativo aumento de los productos locales. Los reclamos en materia comercial se hicieron cada vez más exi gentes a medida que nos acercamos al proceso de Mayo, y es en el Consulado, cuyo Secretario es el Dr. Manuel Belgrano, donde se con 159 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Rxmrdo J. G. Hin-cr traponen las teorías que cada sector pretende imponer. Por ello, nada extraño resultará que una de las banderas de la Revolución de Mayo haya sido el establecimiento de relaciones comerciales con todas las banderas del mundo. Cabe también recordar que las ideas físiocráticas de Quesnay, Turgot, Herbet, Moreller y sus discípulos, imperantes en Europa, lle garon al Río de la Plata y hallaron eco al amparo de la decidida pro tección que les prestaba el despotismo ilustrado de los Borbones. Y evolucionando por sobre aquéllos pensadores, el inglés Adam Smith dio origen a la escuela liberal que posteriormente será perfeccionada por David Ricardo. La necesidad del fomento de la agricultura y de las artes útiles, los oficios y las ciencias, como la libre circulación de los bienes fueron temas corrientes en las reuniones de los patriotas. Entre las causas sociales debe señalarse una cada vez más tensa relación entre los habitantes del Río de la Plata, especialmente entre “españoles peninsulares” y los “criollos” descendientes de aquéllos, a los que habría que agregar los “mestizos” originados en las relaciones entreespañoles e indias. Si bien la sociedad indiana de los primeros tiempos de la con quista y colonización presentaba un espíritu igualitario que desconocía las diferencias de clase, especialmente la estructura estamental vigente en la Península, y las fronteras que eventualmente pudieron separar a los grupos sociales no eran infranqueables. Pero durante los Siglos XVII y XVII se produjo una lenta pero progresiva decadencia de ese espíritu igualitario, advirtiéndose un desprecio de los españoles a los que no lo eran y se trato de impedir, y en líneas generales se lo consi guió, que los integrantes de los grupos sociales inferiores ocupasen cargos públicos, contrajeran matrimonio con personas de condición superior, e ingresaran en las universidades o aspirasen al sacerdocio. Contra esta situación reaccionarían las corrientes ideológicas, exterio rizadas especialmente a fines del Siglo XVIII y principios del XIX. Cabe, sin embargo, señalar que en el Río de la Plata las diferencias sociales no eran tan pronunciadas, aunque se debiera soportar el pre dominio de los “peninsulares” en el ejercicio de las funciones públicas más importantes. Tanto ello es así que el Fiscal de la Audiencia de Charcas en 1797 propugnaba medidas “para la reforma del reino”, creando órganos representativos en los cuales debían intervenir los 160 americanos, valorándose a los “criollos” al colocarlos en una verdade ra y real igualdad con los peninsulares. 6. Las ideas de los enciclopedistas. Se conoce como “Enciclopedia” a la inmensa obra publicada en Francia por D'Alembert y Diderot, entre 1751 y 1765, que recopila los trabajos de los pensadores más importantes de su época, más de un centenar de colaboradores, pretendiendo encerrar en sus varios volú menes prácticamente todo el conocimiento universal de la época. Las ideas en ella encerradas constituyeron un arma poderosa en el movi miento filosófico del Siglo XVIII. Para el Dr. López Rosas, al impulso del Renacimiento el mundo occidental cambia fundamentalmente su fisonomía. Nuevas concep ciones filosóficas, políticas, económicas o religiosas revolucionan a los pueblos echando por tierra seculares instituciones. Entre los siglos XVII y XVIII a merced de las ideas y dogmas proclamados, al ideal mágico del progreso y al fundamento de las novísimas escuelas se lo gra sepultar definitivamente la antigua concepción del mundo. El principio de autoridad inicia su declinación y los derechos absolutos del hombre nacidos al amparo del liberalismo dan nueva fisonomía al campo político y filosófico. Dando fuerza a todas estas corrientes ideológicas, toda una gene ración de pensadores, precursores unos y enciclopedistas en su mayo ría, van a dar doctrinas renovadoras que fundamentan sus ideales. Asistiremos así a la aparición de obras como “Emilio”, “El Discurso sobre la desigualdad” y en especial ‘‘El Contrato Social” de Juan Ja cobo Rousseau; “El Espíritu de las Leyes” de Montesquieu, que re produce las ideas imperantes en Inglaterra, la “Historia Natural” de Buffon; el “Diccionario Filosófico” de Voltaire, el “Tratado de las Sensaciones” de Condillac, entre muchos otros, conforman el panora ma de un mundo que surge al amparo de nuevas ideas, sustentando la libertad del hombre frente a la estructura anterior, quebrantando el principio de autoridad de los absolutismos reinantes y reclamando pa ra el pueblo los atributos de la soberanía. Si bien es cierto que en todas las colonias españolas de América la Corona prohibió la introducción de éstas y otras obras, no es menos cierto que ellas fueron conocidas por los americanos, aunque se tratara sólo de una “elite”, una minoría ilustrada, que supo aplicarlas en lo MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. K crd o J . G. ¡Urrcr 161 MANUAL DE HISTORIA (XkNSTTTUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricmrdo J. G. Hmrvcr que era adecuado a nuestra idiosincrasia, aunque sin aceptar en la ma yoría de los casos, todo aquello que pudiera afectar el profundo espí ritu religioso de nuestro pueblo. Así, se ha podido determinar sin lugar a dudas, que tanto Moreno como Belgrano conocieron las obras de Juan Jacobo Rousseau, también Juan José Castelli y el Deán Funes, las de aquél y de Montesquieu, y también se pudo determinar la exis tencia de obras de autores como Voltaire, Diderot, Filangieri o Condi- llac, expresiones del “ Iluminismo Enciclopedista”. Entiende el autor que venimos siguiendo que el Río de la Plata no pudo escapar al mo vimiento ideológico del Siglo XVIII ya que todo ese acervo indivi dualista se volcó en las instituciones surgidas desde 1810, pero al es tablecer la influencia y gravitación que tuvieron estas ideas, hay que considerarlas dentro de un todo, pero no como fuerza exclusiva y ex cluyeme de toda otra formación ideológica, como lo fue el pensa miento escolástico español. 7. Influencia de las revoluciones norteam ericana y francesa. Otras de las causas de la Revolución de Mayo que se han men cionado son las revoluciones ocurridas en los Estados Unidos de Nor teamérica y Francia. Cronológicamente, el primero de estos hechos ocurrió en la América del Norte en 1776. Los colonos ingleses de aquella parte de América se rebelaron contra su monarca en razón de no haber sido consultados para la aplicación de impuestos que los perjudicaban no toriamente. La lucha emprendida llevó varios años, pero finalmente lograron independizarse, sancionando en 1787 una Constitución que habría de regirlos, estableciendo un régimen republicano y representa tivo en consonancia con las ideas de Rousseau y Montesquieu, y lo que es muy importante, consagraron la organización del Estado bajo el sistema federal, que habría de ser el modelo que reclamaron después nuestras provincias y finalmente consagraron en la Constitución de 1853. Este movimiento ejerció una honda influencia en las colonias es pañolas del sur, pues, aparte de la analogía que se desprendía de la si tuación colonial de ambas, el nuevo régimen político permitía abrigar la esperanza de modificar substancialmente el gobierno al que se ata caba por ineficaz y corrompido, como afirman los autores Tau An- zoategui y Martiré. Cabe destacar aquí la existencia de un verdadero activismo re volucionario por parte de potencias interesadas en provocar conflictos entre España y América, especialmente los intereses británicos, no sólo por el viejo resquemor de que España había ayudado a las colo nias norteamericanas en sus luchas por la independencia, sino que, so bre todo, tenían en cuenta sus propias necesidades de expansión co mercial, que exigían imperiosamente la obtención de nuevos merca dos. La revolución estallada en Francia en 1789 contra el régimen monárquico, dicen los autores mencionados, asumió también una orientación republicana y proclamó los “Derechos del Hombre y del Ciudadano”. Pero desde el primer momento , la violencia y el terror que caracterizaron buena parte de su realización, así como la persecu ción religiosa, le retrajeron adhesiones, y aunque significó un podero so toque de atención para los tronos europeos, no contó en España y en América con la simpatía que inspiraban algunos de los principios por ella sustentados. Sin embargo, estos principios, esbozados doctrinariamente por los autores franceses, ejercieron notable influencia, preparando el cli ma adverso al régimen imperante en España y América. En esta nutri da bibliografía, afirman los autores citados, los americanos encontra ron elementos que permitieron elaborar planes de emancipación, atra yendo sus ideas a figuras de tanta gravitación en los sucesos de Mayo como lo fueron Moreno, Belgrano, Pueyrredón, Funes y otros. 8. Las prim eras m anifestaciones del ejercicio de la soberanía y proceso de independencia en Am érica Latina. El Dr. Bidart Campos, refiriéndose a los antecedentes de la Re volución de Mayo, expresa que una cadena de movimientos insurrec cionales ocurridos en América es siempre traída acolación cuando se habla de este tema. Expone que a su juicio no se trata de levanta miento que con el transcurso del tiempo hayan originado la revolu ción, sino que son exclusivamente indicios de la capacidad de oposi ción y resistencia de algunos sectores de la comunidad y explican así que el fenómeno de la Revolución de Mayo no sea un episodio aisla do, improvisado ni imprevisto, sino en algún modo una reacción que ya conocía rebeldías anteriores análogas. Los movimientos insurrec cionales americanos no conducían necesariamente a la independencia, MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. RicmrdoX G. I ! m r 163 MANUAL DE HISTORIA CONSTnUCIONAI. ARGENTOU Dr. RicxrJo J. G. IU m r pero muestran que en la mal llamada “siesta colonial” ya existían vi gilias de agitación y de lucha............................... ............... Y citando al historiador D. Vicente D. Sierra éste expresa que los movimientos insurreccionales americanos tienen como característica su espontaneidad, o sea, la inexistencia de injerencia extranjera. En ningún caso se encuentra una concepción revolucionaria previa. Se trata siempre de rebeldías locales y por problemas locales, conside rando que puede verse en esos movimientos una manifestación del in dividualismo español, pero lo es también del sentido político comar cal, localista, determinado en parte por los desiertos que separaban a una comarca de otra. Bidart Campos cita como antecedentes americanos a los si guientes movimientos: a) Insurrección de Gonzalo Pizarro en el Perú al promediar el Siglo XVI; b) la insurrección de Contreras en Nicara gua en la misma época; c) el complot de los Cortés en el Virreinato de Nueva España, en la segunda mitad del Siglo XVI; d) en el mismo pe ríodo las insurrecciones de Tucumán y de Quito; e) los motines de México de 1624 y 1642; f) de Concepción de Chile de 1655; g) de Asunción del Paraguay en 1691 y 1702; h) de Corrientes en 1764; i) otro movimiento comunero en el Paraguay en el Siglo XVIII; j) el movimiento indígena de Tupac Amarú en 1780 en el Perú y k) los motines de Chuquisaca y La Paz en el Siglo XIX. Antes de abordar el estudio de las primeras muestras de rebeldía, resulta interesante transcribir la opinión de Máximo Soto Hall, referi da a los movimientos separatistas que se dejaron sentir en las colonias españolas casi a raíz de la conquista. Dice este autor que no pudiendo España por su propia fuerza realizar la conquista de América, tuvo que pactar con sus aventureros que iban por su propia cuenta ganando con su brazo la tierra en nombre dei Rey, pero una vez ganada apelaban a éste para que los consagrara en la posesión y disfrute de todo lo gana do. Entre lo que ellos pretendían y lo que quería restarles el Rey, se pasó la lucha de la colonia, sobre todo en los primeros días cuando no estaba asentada la conquista ni el sistema. Luego de considerar que estos antecedentes tienen mucho que ver con la lucha entre los criollos y peninsulares que se produce mu cha después, como también la lucha fina! entre criollos y la madre pa tria. Y para el autor citado, siguiendo la opinión de Eugenio Sellés, di ce que no es ajeno a este fenómeno la actitud de los nobles durante la 164 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. KJatrdo J. G. h W Edad Media, la que pujante por sus privilegios, turbulenta por su or gullo,, acostumbrada al mando y a la guerra, imponía sus consejos, quitaba y nombraba ministros a su antojo, Constituía camarillas a su gusto y devoción. Dice que no es maravilla que usara despóticamente el poder quien lo ganaba como si fuera despojo de infieles, con la punta de la lanza, y lo disfrutaba con derecho de conquista. Y termina expresando que desde el Siglo X con Alfonso III hasta el Siglo XV con Enrique IV, en todos los reinados se advierte cons tantes conspiraciones, un encadenamiento de actos subversivos de los grandes señores contra los reyes, y cuando no era contra éstos, los complots iban contra los ministros, pero siempre de una manera u otra se vivía en un estado de inquietud y de intriga, deduciendo de ello que este temperamento levantisco e independiente de ia Península, con los conquistadores fue trasplantado al Nuevo Mundo no tardando en dar sus frutos en e! suelo americano. Analizaremos sintéticamente cada uno de los movimientos y ve remos sus características mas salientes. Insurrección de Gonzalo Pizarro en el Perú: En conocimiento de los abusos que se cometían contra los indios fue enviado como Virrey Blasco Nuñez de Vela con severas instrucciones que, apenas llegado a Lima en 1544, comenzó a pone en práctica, generan grandes resisten cias. Estos rápidamente adquirieron la magnitud y el carácter de un movimiento separatista que fue encabezado por Gonzalo Pizarro quien después de la muerte de su hermano Francisco se sintió con títulos bastantes para heredar los derechos de aquél. Los actos del Virrey de terminaron a la Real Audiencia de Lima a disponer su destitución y embarque para España, y posteriormente capturado el Virrey fue de capitado por orden de Pizarro, quien quedó así dueño absoluto del go bierno y aspiró a ser nombrado soberano de todas las posesiones que España contaba en América del Sud. Los refuerzos enviados por el Rey consiguieron vencerlo y fue, finalmente, condenado a muerte co mo traidor al rey. Insurrección de Contreras en Nicaragua: Probablemente repercu sión directa de los hechos que se desarrollaron en el Perú, son los ocu rridos en Nicaragua en 1549. Rodrigo de Contreras había sido gober nador de Nicaragua, pero por los abusos que cometía contra los indios fue destituido. Sus reclamos ante la Corte no tuvieron éxito y con la ayuda de algunos de los facciosos que habían huido del Perú, concibió 165 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricmrdo J. G. Hmrrcr la idea de tomar el gobierno de Nicaragua, pasar luego a Panamá y fi nalmente dirigirse al Perú para terminar la obra que no pudo culminar Gonzalo Pizarro. Luego de asesinar al Obispo en Nicaragua, y hacerse del gobierno, se dirigieron a Panamá, a la que sometieron e intentaron, luego de importantes caudales que serian enviados a España, tarea en la que fracasaron y, finalmente, fueron vencidos. Con su muerte, tuvo término el segundo proyecto de independencia y fundación de un rei no en el Nuevo Mundo. El complot de los Cortes en el Virreynato de Nueva España: La tercera intentona se llevó a cabo en Nueva España en 1564. Al produ cirse la muerte del virrey, la Real Audiencia, a. falta de “pliego de mortaja" designando sucesor provisorio, se hizo cargo del gobierno. Durante esta gestión llegaron desde España los hijos de Hernán Cor tés, descontentos con la Corte por no haber sido reconocidos sufi cientemente los méritos y servicios prestados por su padre. Comenza ron a urdir un complot que terminaría deponiendo a las autoridades y elevaría en la dignidad al hijo legítimo de Cortés, Don Martin, Mar qués del Valle, pero el secreto no pudo ser bien guardado y, anoticiado de los propósitos la Real Audiencia, dispuso la detención de Cortés y, finalmente, de los principales cabecillas que fueron condenados a muerte o a largas y severas penas, no así los hijos de Cortés, los que quedaron sin castigo, pero constante y cuidadosamente vigilados. La insurrección de Quito: A fines de 1591 una decisión real impo niendo nuevos impuestos, que la Audiencia hizo pregonar sin esperar a que el Cabildo diera su aprobación, generó la reacción de este orga nismo que invocaba la extrema pobreza en que se encontraba el país. Al haber puesto la Audiencia en prisión a un importante miembro del Cabildo que había logrado levantar al pueblo, esto dio origen a un motín en el que se habló claramente de la independencia de España. El pueblo entero se levantó en armas y fue necesario requerir auxilios y, tras largo asedio, éstos pudieron imponerse y dar término a la rebeldía. Los historiadores ecuatorianos loconsideran como el primer intento de emancipación de la corona realizado en el país. En 1659 se produjo un movimiento en Nueva España, acaudillado por Guillermo Lombardo de Guzmán con la finalidad de independizar el Virreinato; en el mismo Virreinato se produjo en 1799 el movi miento llamado de Los Machetes, animado de igual tendencia y que consistía en arrojar del país a todos los “gachupines”, matar al Virrey, 166 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricardo J . C. lU m v proclamar la independencia y aún declarar la guerra a España, debien do hacerse cargo del movimiento Don Pedro Portilla, pero denunciado éste por uno de los conjurados, fracasó y su cabecilla, condenado a muerte. En 1780 se produjo en Nueva Granada el levantamiento de los Comuneros, en el que los rebeldes triunfaron transitoriamente y las autoridades españolas se vieron en la necesidad de firmar un pacto de compromiso, que posteriormente fue incumplido por los españoles. Un nuevo levantamiento fue sometido por la autoridad española. Levantamientos indígenas en el Yucatán: Los indios mayas, po seedores de mayor cultura, consideraban que eran los verdaderos due ños de las tierras que por la fuerza habían ocupado los conquistadores. En 1546 se produjo la revuelta conocida como de “los hechiceros", condición que se le atribuía a sus principales jefes; en 1558 Andrés Cocom encabezó otra en Campeche; en 1610 hubo un gran motín en Tekax, dándosele muerte al cacique por creer que estaba de parte de los españoles; en 1624 en el pueblo de Saclum los indios se levantaron en armas y mataron al Capitán Diego Mirones y acabaron con las tro pas que allí se encontraban; en 1761 tuvo lugar el más importante en cabezado por el indio Jacinto Canee, que se proclamó rey, ya que por sus venas corría sangre de caciques de los mayas; en 1800 produjo otro indígena de nombre Mariano, en Tepik, con el objeto de restable cer la monarquía azteca, relacionándose con muchos pueblos indíge nas. Pero el proyecto fue desbaratado. Levantamientos indígenas en Perú: En 1661 se produjo en La Paz un levantamiento encabezado por el mestizo Antonio Gallardo, que logró apoderarse de importantes funcionarios a ios que dio muerte, tomó por asalto el cuartel y quedó dueño de la ciudad. En las calle se oía el grito de “Libertad a los americanos” y durante tres años los es pañoles no lograron vencerlo, hasta que finalmente las tropas del rey lograron sofocar la rebelión; en Agosto de 1780 otra revuelta, en este caso dirigida por el indio Tomas Catad, a consecuencia de no ser atendidas sus justas reclamaciones a favor de los indios. El movi miento tuvo éxito y se tomaron varias poblaciones, pero finalmente fue vencido; en 17S0 el de Tupac Amarú, José Gabriel Condorcanqui: detuvo e hizo ajusticiar a un corregidor español y dispuso declarar abolidos los repartimientos y las mitas y se promulgó emperador del Perú como José Io. En poco tiempo su movimiento se extendió consi 167 MANUAL DF. lflSTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. Ricmrdo J. G. líurrcr derablemente aunque en forma sangrienta y asoladora. Aunque Tupac Amarú era contrario a estos procederes, no pudo controlarlos. Sus ideas libertarias comprendían también a los criollos descendientes de españoles, pero su movimiento fue finalmente derrotado y cruelmente ajusticiado su conductor; tres años después se produjo otro movi miento, que se dijo continuador del anterior, dirigido por Tupac Inga Yupanqui, que también terminó vencido por las armas reales, no sin oponer una denodada resistencia. Levantamiento en Asunción: En 1717 se produjo por parte de José de Antequera contra el gobernador Balmaceda, cuyos procedimientos hicieron surgir las quejas del común, procediendo a su destitución. El Virrey del Perú repudió el procedimiento y le ordenó a Antequera trasladarse a Lima, pero éste organizó una gran fuerza militar y se de claró abiertamente contra el dominio de España; finalmente, las fuer zas venidas de Buenos Aires consiguieron vencerlo y atrapado, tiempo después, fue condenado a muerte. Levantamiento de los Comuneros en Corrientes en 1764. A todo este ciclo de insurrecciones que se fueron sucediendo a lo largo de los siglos, se sumaron los de Chuquisaca y La Paz, precisa mente el 25 de mayo de 1809, en que se depone al gobernador. La Audiencia tomó el gobierno político y ia revolución en marcha era di rigida por elementos criollos, figurando entre ellos nuestros conocidos Bernardo de Monteagudo y Juan Antonio Alvares de Arenales. En La Paz se creó una Junta Representativa del Pueblo en julio de 1809, pero ambas revoluciones fueron sofocadas sangrientamente, y sus jefes pa sados a degüello o ahorcados. El profesor López Rosas dice que es verdad que los focos revolu cionarios producidos durante los Siglos XVI y XVII estaban lejos de poseer el espíritu que alentó a la emancipación americana del Siglo XIX, ni de tener la filiación ideológica del mismo, pero, ya sean los intentos tanto de criollos como de españoles, manifiestan el descon tento y el espíritu de rebelión que se anidaba en los pueblos de Améri ca, como consecuencia de la despótica política española. En cuanto a los criollos, especialmente, un ansia de gobierno propio les fue domi nando a medida que los privilegios de la oligarquía española los iba reduciendo a la impotencia. Las insurrecciones indígenas no fueron menos importantes. MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. ItkmrdoJ. C. J ü m r 9. Las invasiones inglesas como antecedente. Las invasiones inglesas llevadas a cabo en los años 1806 y 1807 van a producir importantes alteraciones en el orden político, militar y económico en el Río de la Plata. A consecuencia de este hecho militar y el abandono que hizo el Virrey Sobremonte de la ciudad de Buenos Aires, retirándose hacia el interior en busca de refuerzos, generó una actitud de rebeldía por parte de aquel pueblo, que poco tiempo después en épicas jomadas logró la reconquista de su ciudad y la rendición de los invasores. A consecuencia de ello el Cabildo Abierto depone al Virrey y el pueblo toma conciencia de que puede gobernarse en forma indepen diente de la metrópoli, imponiendo su voluntad con la designación como Virrey al héroe de la reconquista Santiago de Liniers, lo que en definitiva no es sino el ejercicio del poder soberano. Desde el punto de vista económico los ingleses sembraron ideas acerca de las ventajas del comercio libre, que pudieron apreciar con los efectos que sus navio trajeron para comercializar en esta parte de América durante su ocupación. Y desde el punto de vista militar recordemos que la expulsión de los invasores se basó en la organización de un poder puramente criollo que actuó en forma absolutamente independiente del que ejercía el Vi rrey, poder éste que va a gravitar poderosamente en los sucesos revo lucionarios de Mayo. 169 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. R¡c*rdo J. G. lU m v Bibliografía consultada y utilizada. ABAD DE SANT1LLAN', Diego. “Historia Constitucional Argentina. BIDART CAMPOS, Germán J. “Historia Política y Constitucional Argentina" CA1LLET B01S, Ricardo R. “La Revolución de Mayo hasta la Asamblea Ge neral Constituyente”, en Historia de la Nación Argentina. Academia Nacional de la Historia. Vol. 5o CAiLLF.T BOIS. Ricardo R. "Las corrientes ideológicas europeas del Siglo XVII y el Virreynato del Rio de la Plata" en Historia de la Nación Argentina, Tomo 5“ ( l 4) de la Academia Nacional de la Historia. DE VEDIA Y MITRE, Mariano. “Derecho Político General" Tomo 1°. FRANCESCHI. Gustavo J. “Francisco Suárez y el origen del poder civíi” en Presencia y Sugestión del Filósofo Francisco Suárez. Su influencia en la Re volución de Mayo. FURLONG, Guillermo. "Francisco Suárez fue el filósofo de la Revolución Argentina de 1810. En Presencia y Sugestión del Filósofo Francisco Suárez. ¡ Su influencia en la Revolución de Mayo. | GALLETTI, Alfredo. “Historia ConstitucionalArgentina” Tomo 1°. Editorial ! Piálense. La Plata. 1972. ! GARCIA VENTURINI. Jorge L. "Politeia” ! LEVENE, Ricardo. “El 25 de Mayo” en Historia de la Nación Argentina, de la | Academia Nacional de la Historia. Vol. V. LEVENE, Ricardo. “Ensayo histórico sobre la Revolución de Mayo y Maria- ! no Moreno” | LOPEZ ROSAS. José Rafael. “Ensayo de Historia Constitucional Argentina” ¡ LOPEZ, Vicente Fidel. “Historia de la República Argentina" Tomo II . | LORENZO, Celso Ramón. “Manuat de Historia Constitucional Argentina” | MF.N'OCI. Doncel. 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La Historia considerada como ciencia busca en la relación de los hechos trascendentes de la vida del hombre y de los pueblos el nexo o relación causal que entre ellos puedan existir, para sacar una explica ción coherente de sus causas y de sus móviles. La historia de nuestro país y de los acontecimientos que dieron origen a la Revolución de Mayo no es una excepción a ese principio y es necesario hurgar en los hechos que la precedieron, para encontrar en ellos las razones que impulsan a sus protagonistas a adoptar las trascendentes decisiones que llevaron a formar con los años “una nue va y gloriosa Nación”. Las colonias americanas dieron a España siglos de esplendor. El oro y la plata inundaron sus reales tesoros. Eran los tiempos de bonan za. Los conquistadores habían penetrado la tierra, fundado ciudades, establecido la dominación del español sobre el indio nativo, y se ha bían fusionado sus razas. Se habia organizado el gobierno, se habían dictado leyes para estas comarcas, y finalmente, lo que hoy es nuestro país había pasado a convertirse en un Virreinato con asiento en la ciu dad de Buenos Aires, que comenzará a brillar, a partir de entonces, como la orgullosa “Reina del Plata”. Al esplendor de los Austrias había sucedido la decadencia de esta dinastía con los Austrias menores; tras las guerras de sucesión, habían llegado los Borbones, con sus nuevas ideas y la influencia francesa transformadora de las tradiciones netamente españolas, el adveni miento de tendencias liberales, y la consagración del “Despotismo Ilustrado”. La Revolución Francesa puso en tela de juicio los valores soste nidos por el absolutismo monárquico, V ante la deposición y posterior muerte del Rey Luis XVI, puso a España en el inevitable enfrenta miento con Francia. Que no duró mucho, sin embargo. El “Pacto de Familia” que había unido a ambos reinos en una causa común, se que 171 MANUAL DE HISTORIA CONSTTTUOOXAL ARGENTINA Dr. ÍVcxrJo J. G. H*rrcr bró ante la presión francesa y los españoles debieron sufrir la humilla ción de que su "propio rey tuviera que cerrar los ojos ante el regicidio en la persona del primo de su consorte María Luisa de Borbón y Par- ma. Los acontecimientos más significativos que preceden a la inva sión Francesa a España, tema de nuestro trabajo, pueden sintetizarse en los siguientes: después de la paz de Basilea firmada luego de la contienda desatada entre Francia y España en 1795, se suscribe el Tratado de San Ildefonso con el Directorio francés, conviniéndose una alianza ofensiva-defensiva que pone a España en la dependencia de aquella potencia. Ello motiva la declaración de guerra por parte de In glaterra que le destruirá parte de ia flota en el Cabo San Vicente, de jando a España sin medios para asumir la defensa de sus colonias. Siempre como aliada de los franceses, en 1801 España acepta llevar la guerra al Portugal enfrentando a la propia hija de Carlos IV, la princesa Carlota Joaquina casada con el Regente de aquél país, en la conocida "Guerra de las Naranjas”, que impone al vencido la obliga ción de clausurar sus puertos a los ingleses, completándose así el blo queo continental que Napoleón había decretado contra la Gran Breta ña, con la que estaba enfrentado. San Martín participa de esta guerra como 2° Teniente del Regimiento español de Murcia. Napoleón afirma su poderío al ser declarado Emperador de los franceses en 1804. Ese mismo año, España declara nuevamente la guerra a Inglate rra, y ello trae como consecuencia la suspensión de! envío de navios con destino a las colonias, quedando así América aislada de la metró poli, y la batalla de Trafalgar, llevada a cabo en 1805, significará la destrucción de su flota marina y la consiguiente desprotección de sus dominios de América. Esto ocurre en los preliminares de la Primera invasión de los in gleses a Buenos Aires, que es ocupada por las fuerzas al mando de Be- resford. El Virrey del Río de la Plata, Marqués de Sobremonte, por ra zones "estratégicas” , huyó a Córdoba pretendiendo salvar el tesoro re al y organizar la resistencia, produciendo muy mala impresión en Buenos Aires, asiento de su gobierno, a cuyos habitantes dejaba des- protegidos. La reconquista de aquella ciudad se produjo por el accionar de sus habitantes, pero el mérito de la conducción se le atribuye al mari 172 MANUAL DE HISTORIA CONSTITUCIONAL ARGENTINA Dr. ¡UcmrdaJ. G. y no francés Santiago de Liniers, ai servicio de la Corona Española. El triimfo entusiasmó a los porteños, les dio conciencia de su valer, y los impulsó a entregar el mando de las armas y la conducción del Virrei nato a Liniers. Aquí hay un acto de ejercicio de la soberanía, que ya estaba ínsito en el espíritu español americano, aunque dormido por muchos años de dominio y servidumbre. En 1807 se produce la segunda invasión y una nueva reconquista por parte de sus habitantes. Conviene tener presente estos antecedentes, porque llegado el momento, sólo tres años después, ellos van a influenciar de manera categórica a los patriotas en el proceso revolucionario de Mayo. Dice el historiador Diego Luis Molinari que “la separación de los procesos históricos americanos de los europeos, no obedece sino a un criterio equivocado acerca de la verdadera naturaleza de la vida políti ca y económica internacional”,... y así “toda nuestra historia se ve in fluenciada por los sucesos de Europa y, querer hallar solamente en los episodios que se producen en nuestro país, la clave de todos ellos, es olvidar lamentablemente la interrelación necesaria que suponían con los que allá se producían” Digamos a manera de síntesis. Inglaterra necesitaba expandir sus mercados. El bloqueo continental napoleónico se lo impedía. Volvía sus ojos hacía América que consideraba una presa fácil anie la impo sibilidad de la metrópoli de protegerla. Y ya estamos en vísperas de los sucesos que nos interesa anali zar. 2. El T ratado de Fontainebleau y la tom a de Portugal. Para 1807 Napoleón estaba en el apogeo de su meteórica carrera. Había triunfado en Jena y desaparecido con ello el peligro ruso y aus tríaco, mediante la paz de Tilsit. España estaba totalmente sometida a los designios de la política del Gran Corso. Ello estaba favorecido por la vergonzosa situación de la familia real: Carios IV, era un monarca anciano y débil, que había entregado finalmente el manejo de los asuntos de Estado al favorito de la reina. Manuel Godoy, “El Príncipe de la Paz”. El único enemigo