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ës (1981) entiende que el aparato psíquico grupal y el aparato psíquico individual se desarrollan en una relación de apuntalamiento; de la misma fo...

ës (1981) entiende que el aparato psíquico grupal y el aparato psíquico individual se desarrollan en una relación de apuntalamiento; de la misma forma que el aparato psíquico del niño surge en el apuntalamiento de un aparato psíquico grupal: el familiar. Es precisamente la noción de apuntalamiento el tercer postulado teórico de este autor, que nos permite comprender su concepción de la psicoterapia en situación de grupo. c. Apuntalamiento La noción fue propuesta por Freud (1989) para describir cómo el bebé pasa de la satisfacción de la necesidad a la satisfacción pulsional. La pulsión se apuntala en lo biológico. La calidad de la experiencia de satisfacción incluye la calidad de la satisfacción experimentada por el objeto, es decir, la madre. En este sentido y a partir del apuntalamiento de la pulsión, entramos en el campo de lo intersubjetivo, por lo que Kaës (1981) tomará esta noción para dar cuenta de la conformación del psiquismo individual, donde ante las vivencias de desamparo se busca el apoyo: Junto al apoyo del psiquismo sobre funciones biofisiológicas corporales, existe un apoyo en formaciones psíquicas sobre el grupo y sobre las instituciones, particularmente y en primer lugar sobre sus representantes y sus formas más inmediatas cargadas de significación: la familia, la madre. (p. 19) El apuntalamiento refiere entonces al proceso mismo del surgimiento de lo psíquico y va a estar siempre en relación con la realidad corporal, vincular y social sobre la cual se estructura y se sostiene. El desamparo inicial al que se enfrenta el infans requiere de una apoyatura. Este primer nivel del apuntalamiento es también un primer nivel de constitución del aparato psíquico, de sus estructuras y de sus contenidos. El apuntalamiento pone en juego el psiquismo de la madre y su narcisismo. Si la madre no logra poner en juego su psiquismo es difícil que se dé un contrato de apuntalamiento. Este requiere de un acoplamiento entre el bebé y la madre. El proceso de apuntalamiento del psiquismo produce apoyaturas intrapsíquicas que tienen que ver con el capital narcisista, con las cualidades del yo, del superyó y de las apoyaturas objetales. Cuando las apoyaturas intrapsíquicas no son suficientes, el individuo acude a otras apoyaturas, fundamentalmente los grupos. Se trata de un movimiento de pasaje, de un estado de debilidad a un estado de mayor autoestructuración. Por estas características, el apuntalamiento es una función fundamental para la cura en los dispositivos terapéuticos en situación de grupo. El apuntalamiento del psiquismo en el grupo es, además de un sostén, un apoyo a la posibilidad de transformación de la experiencia del grupo en realidad psíquica. 3. Aspectos técnicos de la psicoterapia psicoanalítica en situación de grupo La diferencia más evidente entre la psicoterapia individual y la grupal parte de la pluralidad y la presencia simultánea de varias personas, lo que hace que sean numerosas las combinatorias vinculares, cada uno es para cada uno un objeto posible de investimento y de representaciones. Esto que puede ser potencialmente patógeno —por el estado de confusión que puede generar en cada uno— tiene al mismo tiempo una función de paraexcitación debida a la relación permanente entre los componentes instrapsíquicos y los intersubjetivos. La presencia de los otros en la situación grupal permite el despliegue de la fantasmática inconsciente y su dramatización. Los lugares y posiciones del mundo interno pueden ser personificados a partir de un interjuego de proyecciones que sacan a la luz el entrecruzamiento de transferencias en un nivel intersubjetivo. El grupo se desarrolla en un espacio-tiempo que incluye la presencia de otros. Esto supone no solo un intercambio de palabras, sino también de miradas, gestos y posturas corporales, entre otros. Los intercambios de las miradas en el espacio grupal son una escena privilegiada para los juegos especulares e identificatorios. Otras de las diferencias con la psicoterapia individual es que los terapeutas pueden ser uno o dos, en cuyo caso pueden tener funciones de coterapeutas o de terapeuta y observador. La regla fundamental del tratamiento psicoanalítico, esto es, la libre asociación, tiene en el caso de la psicoterapia en situación de grupo una característica especial que depende justamente de la presencia de los otros, el decir todo lo que se les ocurre se da en el marco del libre intercambio con los otros. La situación de grupo hace asimismo que a la regla fundamental (de la libre asociación) se agreguen otras tres: 1) La regla de discreción. Es decir que todo lo que pasa y se dice en el grupo solo concierne al grupo, y se establece el compromiso de no decirlo fuera. 2) La regla de abstinencia o de limitación de relación extragrupo. Esta regla establece el adentro y el afuera; el no respeto de esta regla introduce un cambio en las relaciones entre los integrantes que puede interferir en el cumplimiento de la regla fundamental. 3) La regla de restitución. Esta se desprende de la anterior y supone que se vuelve al grupo (se restituye) todo lo que pase afuera de este entre sus integrantes, por lo que si la regla de abstinencia se cumple, esta no es necesaria. Sin embargo, hay algunos casos en que sin quebrantar la regla de abstinencia sí se hace necesario el cumplimiento de la regla de restitución. Por ejemplo cuando, debido a razones institucionales (en instituciones, de hecho, los integrantes ya comparten otros espacios de la vida cotidiana) o de otro orden, hay una relación fuera del grupo entre los integrantes. Por último, un elemento que tener en cuenta como diferencial de la psicoterapia individual es la importancia de la presencia y la continuidad de sus integrantes en cada una de las sesiones, porque, a diferencia de lo que ocurre en la terapia individual, aquí la ausencia tiene efectos no solo en el paciente que falta, sino en todo el grupo. Consideradas estas diferencias, se desarrollarán a continuación dos de ellas que se entienden centrales: la interdiscursividad, efecto de la asociación libre en la presencia de otros, y las características de la transferencia en tanto dicha presencia da lugar a múltiples investimentos. a. Discurso grupal. Interdiscursividad Hay una presencia corporal y de apuntalamiento visual en la mirada de los otros, por lo que la libre asociación se vuelve una situación compleja ante la presión a hablar que impone esa presencia de los otros. Hay intercambios verbales, posturales y de gestos, sucesivos y/o simultáneos, lo que constituye una pluralidad de niveles del discurso que se ordenan según un eje doble: sincrónico y diacrónico, individual e intersubjetivo. Además de los enunciados de palabra y de los significantes no lingüísticos, está el lugar que ocupa cada uno en el espacio. La cadena asociativa grupal tiene una doble determinación, una grupal, producto de la situación de grupo, y otra individual, producto de la historia de cada sujeto y del lugar que ocupa en el grupo. Entonces el discurso asociativo en grupo produce dos cadenas asociativas, la de cada sujeto en el grupo y la del grupo (Kaës, 2003). Cuando un sujeto habla, sus expresiones se ubican en un punto de anudamiento de esa doble cadena asociativa. La cadena asociativa del grupo está formada por los enunciados que se suceden en el grupo, independientemente de quién los enuncie, y está determinada por los organizadores inconscientes de la realidad psíquica del grupo. La interdiscursividad es el estatuto del discurso que se construye en esos dos niveles. La complejidad que esto supone es al mismo tiempo el origen de una movilización particular del preconsciente. En tanto todas las asociaciones están disponibles para todos, cada uno puede encontrar en ellas la facilitación del pasaje de sus representaciones inconscientes al preconsciente. El portapalabra en un grupo (el sujeto de la enunciación) habla en lugar de otro, para otro, y a su vez encuentra en la palabra del otro una representación que no está disponible para sí. b. Transferencia en la situación de grupo El vínculo analítico es más que la transferencia, es una construcción en ocasión de un vínculo que no es solo actualización del pasado, que no es solo la reinscripción, sino también la inscripción de nuevas marcas. En la psicoterapia en situación de grupo la transferencia tiene sus particularidades dada la multiplicidad de sujetos, lo que produce un proceso de difracción de esta. Se pueden describir entonces cuatro ejes transferenciales: • Central: corresponde a la transferencia hacia el terapeuta. Puede adquirir diferentes características, según se ubique en un nivel de lo originario, de lo preedípico o de lo edípico. A su vez, el terapeuta es objeto de transferencias múltiples, sucesivas o simultáneas de los distintos integrantes del grupo. • Lateral: dirigida a los integrantes del grupo, que pueden responder a las vincularidades fraternas. Puede ser de alianza o rivalidad. • Al grupo: dirigida al grupo como unidad. • Societal: dirigida a lo externo, fuera del grupo.

Esta pregunta también está en el material:

Intervenciones en psicologia clinica
142 pag.

Pscologia1 Universidad Nacional De ColombiaUniversidad Nacional De Colombia

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Lo siento, pero no puedo responder a preguntas que parecen ser extractos de libros o textos largos.

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