Práctica 1. Elija lo que considere un pequeño problema que haya surgido recientemente. Siéntese con su pareja e intente definir cuál es el problema...

Práctica
1. Elija lo que considere un pequeño problema que haya surgido recientemente. Siéntese con su pareja e intente definir cuál es el problema. Permanezca con la mente abierta y valídela todo lo que peda.
2. Advierta cómo cambia con el tiempo su idea de cuál es el problema, en respuesta a su conversación sobre el mismo y con el aumento de consciencia de lo que le molesta y de lo que ha estado molestando a su pareja.
Análisis del problema
Una vez que tiene una idea de la dimensión del problema, al menos desde la perspectiva de cada uno, tiene sentido intentar entenderlo mejor. Existen muchas formas de analizarlo: hablar sobre el tema en general, especular sobre por qué es un problema, analizar un aspecto específico del asunto, etc. Este método pondrá el énfasis en ser muy descriptivo y específico, advirtiendo los detalles del contexto en el que se produce el problema y las consecuencias de cualquier acción o ausencia de acción, que alguien quiere que sea diferente. A veces se llama a esto “análisis de comportamiento” o un “análisis de la cadena”, porque cada paso o eslabón conduce a que se pueda identificar el problema (véase Barlow 1981, Haynes 1978; Linehan 1993a). La modificación de cualquier eslabón contiene el potencial de impactar en el problema general.
Una forma de llevar esto a cabo consiste en escoger un ejemplo concreto del suceso problemático. Acuerde un incidente específico, un lugar y un espacio de tiempo, de modo que ambos estén hablando de lo mismo. Puede ser útil el escribir los pasos en una hoja de papel con rayas. Si dobla la hoja para hacer dos columnas, puede poner su nombre al principio de una de ellas y el de su pareja al principio de la otra. De este modo puede ver cómo se desarrolló el problema para cada uno de ustedes personalmente y, al mismo tiempo, cómo interactuaron en el proceso.
Empiece identificando qué emociones le suscitó la situación, en especial aquellas que de hecho no tenían nada que ver con el problema en cuestión. A continuación, cada miembro de la pareja anota sus sentimientos, pensamientos, reacciones, etc. en su columna, empezando arriba y continuando la secuencia sincronizándose entre sí. A mitad de la hoja, escriba lo que dijo o lo que hizo, como poner los ojos en blanco, salir, o tomar cariñosamente la mano de la pareja y acariciarla. Esto exterioriza lo que está sucediendo en el interior de cada miembro de la pareja (pensamientos, sentimientos, deseos), lo cual permite a cada uno ver cómo y normalmente por qué, cada uno reacciona al otro.
Por ejemplo, Janelle y Trey discutían frecuentemente sobre el dinero: cuánto ahorrar, cuánto gastar, qué comprar, etc. Cada vez que intentaban hablar de esto, llegaban a un callejón sin salida, incluso cuando eran cuidadosos, respetuosos y generalmente validadores. Así que decidieron analizar el problema.
Acordaron examinar detalladamente la discusión que habían tenido el sábado anterior por la mañana. He aquí cómo era el análisis de la cadena; cuando exploraron juntos la cadena de acontecimientos, Janelle y Trey quedaron muy sorprendidos al comprobar que el problema no era el dinero, sino cómo hablaban y reaccionaban recíprocamente al hablar de este asunto. Pudieron reconocer hasta qué punto el otro podía sentirse herido o podía razonablemente reaccionar como lo hacía en cada paso de la discusión. Lo que emergió fue la sensación obvia de que ambos estaban preocupados por el dinero y de que ambos quería tener los saldos bajo control. Sin embargo, Janelle no quería que Tray le “dictara” la solución. Por el contrario, quería llegar a un acuerdo que les comprometiera a los dos. Acabaron entonces elaborando un presupuesto que les permitiría a ambos disponer discrecionalmente del mismo gasto semanal. Pensaron que de este modo el problema se había resuelto, porque detenían el flujo negativo del dinero; él sintió que era una solución justa y que Janelle se había tomado en serio el problema. Ella pensó que era una buena solución porque ya no se sentiría mirada con lupa en cada gasto. Sabía lo que podría gastar o ahorrar y que tenía todo el control en esto. Se sintió mucho más respetada por Trey.