Logo Studenta

Dejarían de preocuparse sobre qué tipo de educación era la correcta y se centrarían en el hecho de que Caleb era normalmente un niño feliz y bien e...

Dejarían de preocuparse sobre qué tipo de educación era la correcta y se centrarían en el hecho de que Caleb era normalmente un niño feliz y bien educado; simplemente lo único que debían hacer es dejar de luchar sobre estos detalles. Como puede ver, es una lista muy amplia. La lista real incluía aún más posibilidades. En realidad, ni Chloe ni Ethan defendían posiciones muy diferentes de las de los mejores profesionales respecto a formas de ejercer la paternidad y la maternidad en la educación de los hijos. ¡Los expertos tampoco se ponen de acuerdo! Por supuesto, si el padre o la madre fuera realmente extremista hasta el punto de ser dañino (extremadamente permisivo o extremadamente autoritario, véase Baumrind 1971), sería sensato conseguir un libro o acudir al consejo de un profesional. Pero muchos de estos tipos de discusiones realmente tienen que ver más con un tipo de estilo y con nuestra propia educación recibida, con nuestros miedos y vulnerabilidades. Al elaborar una larga lista de formas posibles de manejar el problema, cada uno de ellos fue capaz de escuchar más la preocupación del otro y validarla. Por ejemplo, Chloe recordó que su padre le gritaba mucho y que se sentía muy mal consigo misma como consecuencia de los gritos. Así que, cuando Ethan era firme con Caleb, aunque objetivamente no era virulento ni hacía nada que se pareciera siquiera de lejos a un maltrato, ella se sentía incómoda, porque se identificaba con su hijo y quería que su marido fuera más suave. No quería que Caleb respondiera a su padre del mismo modo temeroso que lo había hecho ella con el suyo y tampoco quería comportarse con su hijo del mismo modo virulento y crítico que su padre se había comportado con ella. Por otra parte, Ethan pensaba en su sobrino de 17 años que tenía problemas de drogadicción. Siempre se enfurecía porque su hermana y su cuñado parecían no poner jamás límites ni reforzar las normas con el joven, incluso cuando este se comportaba de un modo brusco, desagradable o hacía cosas que provocaban el que los demás niños no quisieran jugar con él. Le preocupaba que Chloe pudiera estar “mimando” a Caleb y que este no aprendiera ningún tipo de autocontrol, disciplina ni respeto por sí mismo, por lo que podría tener muchos problemas en su vida. Afortunadamente, esta discusión entre Chloe y Ethan estaba cargada de interés y validación. Posteriormente, ellos se sintieron más cercanos, mucho más como padres que educan a sus hijos, incluso antes de llegar a una solución concreta. Se entendieron mejor, lo que tuvo como resultado el aumento de la confianza recíproca y una reducción de la preocupación. Negociar un acuerdo El siguiente paso consiste en negociar. Puede hacerlo inmediatamente después de crear soluciones posibles y quizá prefiera hacer un alto antes de dar el siguiente paso. En primer lugar, considere por sí mismo cada una de las posibles soluciones. ¿Cuáles prefiere y por qué? ¿Cuáles son los pros y los contra (ventajas y desventajas) de cada una de ellas? A continuación, considérelas una a una en voz alta, comparando los pros y contra de aquellas que usted había pensado. Si existen soluciones en las que ambos están de acuerdo, estas no tienen un valor redentor. Táchelas de la lista. Entre las que quedan, ¿puede intentar reconstruir un acuerdo que incluya partes útiles de más de una solución? Lo mismo que con los demás pasos, la negociación exige paciencia y perseverancia. Haga una propuesta a su pareja y valórenla juntos. No tenga miedo de regatear: “Si hicieras X, yo estaría dispuesto a transigir con Y”. No existe la solución correcta. Existen soluciones que funcionan, al menos de alguna manera, y soluciones que naufragan. No se preocupe si la falla la solución que escogen; siempre pueden volver sobre ese paso, analizar lo que resultó mal y forjar un nuevo acuerdo. Si no pueden lograr un acuerdo, puede ser útil cambiar su objetivo. Quizá el problema que están intentando resolver es demasiado grande, por lo que podrían separar uno de sus aspectos para trabajarlo. O tal vez tengan que resolver otro problema previamente antes de poder acordar una solución sobre el problema que les ocupaba. Estos son aspectos habituales que hay que surcar. Lo más importante es que sigan comprometidos en ser eficaces en su comunicación, utilizando una expresión precisa y clara, y una validación generosa, persiguiendo una solución que ambos encuentren aceptable. Comprométase con su acuerdo En algún punto, encontrará un acuerdo que sea aceptable para los dos. Ayuda realmente el escribirlo, porque al existir tantas posibles soluciones en el aire, podría pensar que está acordando algo, mientras que su pareja piensa que está acordando una cosa diferente. Por tanto, escríbalo con claridad. Después, abandone la discusión al menos durante veinticuatro horas. Deje que se asiente el acuerdo. Posteriormente, vuelva a la mesa y revise su acuerdo. Si aún parece aceptable para ambos, puede continuar poniéndolo en práctica. Sin embargo, no se sorprenda si el acuerdo le parece algo diferente pasadas las veinticuatro horas. Puede parecer mejor o que ya no sigue siendo aceptable. No se desespere; ¡esto es muy común! Esto significa, por supuesto, que vuelve a la negociación (de buena fe, por favor, nada de invalidaciones). Es importante especificar exactamente lo que esperan el uno del otro. No se trata de evaluar al otro, sino de ser claro y capaz de establecer un acuerdo plenamente fundamentado. Ahora es el momento de poner en práctica el acuerdo, por tanto, acuerde un marco temporal: ¿cuándo empieza el acuerdo? Por último, establezca un plazo para considerar si el acuerdo está funcionando tal como se planeó. La idea consiste en implantarlo en adelante y por un largo periodo de tiempo, de modo que puedan relajarse y no sentir la sensación de presión por cumplirlo, pero ser capaces en cualquier momento de hacer los ajustes necesarios para maximizar las posibilidades de que siga funcionando. Ahora es el momento de decidir lo siguiente: “¿Cómo sabremos si el plan está funcionando? ¿Qué criterios seguir? ¿Qué es lo que nos hará saber que es un éxito total, un éxito parcial o un total fracaso?”. Acuérdenlo ahora. Valorar si el acuerdo está funcionando y ajustarlo según las necesidades Cuando llegue el momento de valorar el acuerdo planificado, es importante, una vez más, ser completamente auténticos. No es el momento de regodearse en el éxito o el fracaso, ni tampoco de las culpabilizaciones (“ya te lo había dicho yo”), las declaraciones, ni de sentirse avergonzados porque sus ideas no funcionaran como esperaban. Por el contrario, es el momento de vivir juntos el resultado. Fue el plan de ambos como pareja, así que nadan o se hunden juntos. La realidad es que muchos planes fracasan la primera vez y frecuentemente las segunda y la tercera. Ustedes son personas competentes. Si el problema fuera fácil de solucionar, ya lo habrían solucionado hace tiempo. Pero el problema es persistente, complicado e implica desencadenantes emocionales, así que es difícil de resolver y esto significa que puede necesitar varios intentos de solución. Lo más efectivo que puede hacerse es valorar lo bien que funcionó el plan, basado en los criterios que estableció cuando hizo el acuerdo. Si funcionó, pueden darse mutuamente palmaditas en la espalda; hicieron un gran trabajo y fueron afortunados. Si su acuerdo no funcionó bien, intenten averiguar lo que falló. Hagan quizá un análisis del problema o de la cadena de lo que no funcionó. Analicen un poco más la situación, recorran de nuevo todo el proceso (no se preocupen, esta vez se hace normalmente más deprisa) y negocien un nuevo acuerdo. Vuelvan a comprometerse y establezcan un tiempo y los criterios para valorar futuros éxitos o fracasos, y repitan esto cuando sea necesario. Negociar soluciones puede llevar mucho tiempo. Pero, como evidencian los pasos de este capítulo, existen muchos beneficios colaterales en el camino: hay muchas oportunidades de entenderse mutuamente mejor, de expresarse con claridad y precisión, de validarse recíprocamente y de actuar como un equipo que resuelve unido un problema, en vez de hacerlo como dos personas luchando entre sí como si el otro fuera el problema. Práctica 1. Practiquen todos los pasos implicados en las soluciones de negociación. Empiecen con un problema menor, uno que parezca fácil de resolver. No se preocupen si se convierte en uno mayor de lo que pensaban. Den cada paso uno detrás otro y sean plenamente conscientes de sí mismo y de su pareja; apliquen durante todos los pasos la autogestión de sus emociones, la expresión precisa y la validación. 2. Valore cómo actuaron como pareja para resolver el problema. Identifiquen cuál de los dos puede hacer que la próxima vez todo se desarrolle sin problemas. 3. Escojan otro pequeño problema y hagan lo mismo. Continúen con pequeños problemas hasta que realmente puedan trabajar como un equipo. 4. Aborden problemas cada vez más complejos o con mucha carga emocional, siguiendo cuidadosamente los pasos y validándose mutua y asiduamente en cada uno de ellos.

Esta pregunta también está en el material:

59 La pareja altamente conflictiva
216 pag.

Psicologia Universidad de CaraboboUniversidad de Carabobo

💡 1 Respuesta

User badge image

Ed IA de Studenta Verified user icon

Lo siento, parece que has copiado y pegado un texto extenso que no parece ser una pregunta. Por favor, si tienes una pregunta específica, estaré encantado de ayudarte.

0
Dislike0

✏️ Responder

FlechasNegritoItálicoSubrayadaTachadoCitaCódigoLista numeradaLista con viñetasSuscritoSobreDisminuir la sangríaAumentar la sangríaColor de fuenteColor de fondoAlineaciónLimpiarInsertar el linkImagenFórmula

Para escribir su respuesta aquí, Ingresar o Crear una cuenta

User badge image

Otros materiales