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nado un derecho penal de garantía, despreocupado de incidir en la realidad y más bien preocupado en no hacerlo, el nuevo Estado social estaba llama...

nado un derecho penal de garantía, despreocupado de incidir en la realidad y más bien preocupado en no hacerlo, el nuevo Estado social estaba llamado a encarnar un derecho penal de prevención efectiva. Se saldría así al paso del importante aumento de la delincuencia que produjo la industrialización. Pero adviértase: esto último indica que en derecho penal la filosofía intervencionista se volvió, por así decirlo, contra el agente histórico que la había originado a nivel político general: el proletariado, cuyas dificultades de adaptación a la nueva sociedad industrial eran la principal causa del referido aumento de la criminalidad. El segundo factor, más específico, que determinó la aparición del positivismo naturalista en el derecho penal fue el apogeo de las ciencias de la naturaleza, en general, y del evolucionismo de DARWIN (1859), en particular. Se creyó que el único concepto de "ciencia" valedero era el concepto positivista de ciencia, según el cual, salvo la lógica y las matemáticas, sólo el método experimental propio de las ciencias de la naturaleza caracteriza a una actividad como científica. La resonancia que alcanzó la conferencia que ya en 1847 pronunciara KIRCHMANN en contra del carácter científico del derecho, no fue sino un anuncio que reflejó el ambiente cultural "cientifista" que triunfaría en la segunda mitad del siglo XIX. Era lógico que la única salvación del carácter científico del derecho se viese en la incorporación al mismo de los métodos científico-naturales. Éste fue el programa metodológico del positivismo naturalista que en Alemania inició VON LISZT. Las dos clases de factores -políticos y científicos- que explican en Alemania la aparición del positivismo naturalista, concurrieren también, como se vio en su lugar, en el origen de la escuela positiva italiana. Pero, además de primera en el tiempo, esta última llevó a consecuencias más extremas para la ciencia penal el planteamiento naturalista. En Alemania no se llegó a sustituir el objeto tradicional de la dogmática jurídico-penal, el derecho positivo, por la realidad empírica del delito. El estudio experimental del fenómeno criminal se añadió a la dogmática jurídico-penal, como parte diferenciada de la total ciencia penal (gesamte Strafrechtswissenschaft). En la dogmática el naturalismo influyó sólo en cuanto al modo de estudio del derecho positivo, que siguió constituyendo su único objeto. En voN LiszT se expresan con la mayor brillantez los dos factores del positivismo naturalista. Políticamente, el giro a la concepción social del Estado, aparte de ser reconocido expresamente por VON LISZT se manifiesta en la preocupación que despierta por la "política criminal", cuyo mismo concepto debe su difusión a dicho autor. En la conferencia que pronunció el 4 de abril de 1892 ante la sociedad jurídica de Budapest dijo: "Exigimos una vigorosa política criminal consciente de su meta; exigimos que el Estado, el orden jurídico, combata el delito con mayor conciencia de sus objetivos que hasta ahora, con menos prejuicios que hasta ahora". A continuación toma posición en contra de quienes no consideran preciso o posible cambiar nada del actual estado de la justicia penal. Queda claro que la lucha contra el delito, mediante la reforma penal, es el principal motor del programa de VON LISZT. En esto se refleja el abandono del liberalismo abstencionista y el tránsito a una concepción intervencionista del Estado y del derecho. Pero el planteamiento "social" de VON LISZT se halla limitado estrechamente por el deseo de mantener en toda su vigencia las conquistas del liberalismo. No quiere significar vuelta atrás, sino adición junto a las garantías liberales de un cometido configurador. Escribe VON LISZT: "El individualismo liberal, que destaca en un primer plano los intereses del particular frente a los de la colectividad, el espíritu de la época de la Ilustración y de su producto, la gran Revolución Francesa, nos han traído la clara limitación del poder punitivo estatal; ¿podrá ésta ofrecer resistencia a la arrolladora corriente socialista? Respondiendo negativamente a esta pregunta, prosigue: "En el Estado socialista será tan imprescindible la pena como en nuestro actual orden jurídico, por mucho que la imagen global de la criminalidad pase a ser otro. Pero precisamente porque tal Estado acentúa más intensamente que nosotros hoy los intereses de la colectividad, porque debe proceder más intensivamente, con mayor conciencia de sus objetivos y menos prejuicios contra el individuo que se rebela, tanto más exactamente tendrá que fijar los presupuestos bajo los cuales el individuo sucumbe a la colectividad y determinar los límites hasta los que puede llegar la merma de protección jurídica". No es preciso comentar el sentido de estas palabras, que traslucen bien a las claras la simbiosis que el autor pretende de la nueva filosofía social y el sentido de garantía del derecho penal liberal. Que no se trata de una mera concesión a las mentalidades rehacías a abordar la nueva perspectiva, sino de una de las bases del pensamiento de VON LISZT, lo demuestran las frases escritas en el mismo trabajo pocas líneas más arriba, que con razón, se han hecho célebres: "En mi opinión, por muy paradójico que pueda resultar, el Código Penal es la Magna Charta del delincuente. No protege al orden jurídico, ni a la colectividad, sino al individuo que se levanta contra ella. Le otorga el derecho a ser castigado sólo bajo los presupuestos legales y únicamente dentro de los límites legales. El doble aforismo: nullum crimen sine lege, nulla poena sine lege es el bastión del ciudadano frente a la omnipotencia estatal, frente al desconsiderado poder de la mayoría, frente al 'Leviathan'. Desde hace años vengo caracterizando al derecho penal como 'el poder punitivo del Estado jurídicamente limitado'. Ahora puedo añadir: el derecho penal es la infranqueable barrera de la política criminal. Y lo que hoy es, seguirá y deberá seguir siéndolo". Sólo faltaba que añadiese, como en seguida hace: "En el derecho penal defendemos la libertad individual frente a los intereses de la colectividad", para que resultase inequívoca la función de garantía del individuo que, paradójicamente, el "socialista" VON LISZT atribuye a nuestra parcela jurídica. No ha renunciado al invidualismo liberal, sino que lo cree compatabile con un derecho penal que intervenga activamente en la vida social. Posiblemente piensa que esta nueva tarea social tiene como objetivo mejorar la vida del individuo. El influjo del segundo factor determinante del positivismo naturalista, el cientifismo que reinaba durante la segunda mitad del siglo XIX, se percibe en YON LISZT ya en su global enfoque de su programa político-criminal. A pesar de su naturaleza política, YON LISZT no quiso defenderlo por la vía político-ideológica, sino por el camino de la ciencia, entendido como estudio empírico

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349 pag.

Direito Penal, Direito Civil, Direito Natural, Direitos Humanos OutrosOutros

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