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¿Qué tipo de poder se representaba en la figura del pastor? 1. Congregar. Su poder consiste en una relación esencial con la multitud, y se ejerce ...

¿Qué tipo de poder se representaba en la figura del pastor?

1. Congregar. Su poder consiste en una relación esencial con la multitud, y se ejerce más sobre el número (aunque sea innumerable) que sobre la superficie. Otros construyen el edificio de un Estado, de una ciudad, de un palacio de sólidos cimientos. Él reúne una muchedumbre: «El que dispersó a Israel lo reunirá, lo guardará como un pastor a su rebaño»(44). Esa reunión tiene dos operadores. La unicidad, porque si el pastor hace la unidad de las ovejas, «sometiendo a los pueblos» a su sola voluntad, es porque está solo y es el único: el pastor soberano logra que «los hombres leales marchen todos al unísono»(45). Y la acción instantánea: a cada instante, su voz y su gesto hacen surgir, de la multiplicidad, el rebaño. «Les silbaré para reunirlos(46)». Si está ausente, los animales no pueden más que dispersarse. A diferencia del fundador de imperios o del legislador, el pastor no deja su obra tras de sí.
2. Guiar. Lo propio del pastor no es fijar los límites de una patria ni conquistar nuevas tierras. Su residencia es su recorrido: atraviesa la pradera, conduce a los manantiales, hace su ruta en el desierto. Amón, el dios pastor de los pueblos de Egipto, «conducía a la gente por todos los caminos», «guiaba al rey en todo momento y en cada una de sus excelentes empresas»(47). El pastor es el amo de las trashumancias. Los otros, cuando ejercen su poder, se mantienen en su mayoría «por encima»; él camina «por delante»: «Oh Dios, cuando salías al frente de tu pueblo»(48). Lo cual remite a varias diferencias esenciales: su poder no tiene su razón de ser en el lugar donde se encuentra; apunta como fin a otra parte y a un más adelante. Un poder que tiene la forma de una misión. No consiste en establecer la ley de una vez por todas, sino en fijar la meta y elegir a cada instante, según las circunstancias, el mejor camino. Un poder que indica. Por último, en vez de someter a los pueblos a su voluntad, el pastor les muestra el camino por el cual él mismo se interna; da el ejemplo y los dirige menos por una potestad que hace temblar que en virtud de cierta fuerza singular y un poco misteriosa. Un poder que arrastra.
3. Alimentar. «Compañero deslumbrante que participa en el pastorado de Dios, cuida el país y lo alimenta, pastor de abundancia(49)» El pastor no es el que recauda el tributo o acumula los tesoros. Su papel es fomentar la prosperidad de los animales al darles de beber y comer generosamente. Permite vivir, no en el sentido lato de que los buenos gobiernos enriquecen el Estado, sino en el sentido preciso de que se ocupa, cabeza por cabeza, del sustento de todos: «A causa de tu boca benefactora, oh pastor mío, todos se dirigen anhelantes a ti»(50). Es principio nutricio. Los sofistas, y Trasímaco con ellos, se equivocaban al creer que el poder del pastor era, como cualquier otro, egoísta y solo se interesaba, «día y noche», en la utilización de los animales para su propio beneficio: buena comida o negocio interesante; «lo que imaginaban de ese modo no era un pastor»: este no debe tener otra preocupación que obtener para el rebaño la mejor condición posible(51). Maldición, también, de los reyes de Israel, que no pensaron ante todo y únicamente en su pueblo: «¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿No deben los pastores apacentar el rebaño?»(52). La relación del pastor con sus ovejas tiene pues tres características: por el objetivo buscado, debe ser productora de abundancia, o al menos de vida o supervivencia; por su forma, es del orden del celo, la aplicación, eventualmente de la preocupación y el dolor(53); por último, su efecto está en una especie de identificación entre la gordura de los rebaños a los que no se les quita nada y la riqueza de un pastor que solo piensa en ellos. El «poder sobre…» parece convertirse en una «atención a…» que justifica y termina por envolver todos sus efectos de autoridad(54).
4. Velar. La atención del pastor se prodiga a todos, pero su arte es echar una mirada particular a cada uno. Allí donde el rey no vería más que súbditos sometidos indistintamente y el magistrado, ciudadanos iguales, el cratismo pastoral trata de recuperar la individualidad de cada quien. Esto quiere decir, en primer lugar, que le es preciso tener en cuenta, en la medida de lo posible, hasta la más mínima de las diferencias: el pastor de hombres no deberá olvidar nunca que «entre ellos, como entre sus acciones, hay deseme

Esta pregunta también está en el material:

Historia Sexualidad IV Las confesiones de la carne
338 pag.

Psicologia, Psicanálise, Psicologia Humano Universidad Nacional De ColombiaUniversidad Nacional De Colombia

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La figura del pastor representa el poder de "Guiar". El pastor no fija límites ni conquista nuevas tierras, sino que su poder radica en conducir, en su recorrido por la pradera, en su capacidad de guiar a las ovejas por el mejor camino, mostrando el ejemplo y dirigiendo menos por una potestad que hace temblar que en virtud de cierta fuerza singular y un poco misteriosa.

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