El lugar escogido para dar tierra a Cora era un pequeño montículo sobre el cual había crecido un grupo de frondosos pinos, dando lugar a una apropi...
El lugar escogido para dar tierra a Cora era un pequeño montículo sobre el cual había crecido un grupo de frondosos pinos, dando lugar a una apropiada sombra de melancolía en ese sitio. Al llegar allí, las muchachas depositaron la camilla y, haciendo alarde de su paciencia nativa, esperaron durante varios minutos para que los familiares y amigos diesen alguna señal de estar satisfechos con lo dispuesto. Al final, el explorador, siendo el único que comprendía sus costumbres, les dijo en su idioma nativo:
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