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SCIENTIFIC & MEDICAL NETWORK 
BOOK PRIZE 2016
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La evolución humana 
desde los
orígenes; del universo
JOHN HANDS
John Hands
COSMOSAPIENS
La evolución humana 
desde los orígenes del universo
Traducción del inglés
Isabel Murillo
la e/fera 0 de lo/ libro/
John Hands
COSMOSAPIENS
La evolución humana desde los orígenes del universo
Traducción del inglés: Isabel Murillo
la e/fera 0 de lo/ libro/
Con amor, en recuerdo de mi esposa, Paddy Valerie Hands.
ÍNDICE
Agradecimientos .......................................................................
Capítulo 1. La expedición ........................................................................................
PRIMERA PARTE
El origen y la evolución de la materia
Capítulo 2. Mitos sobre el origen....................................................................
Temas principales .............................................................................
Caos o agua primigenios. El buceador de la Tierra. El 
huevo cosmogónico. Padres del mundo. La rebelión de 
los hijos. Sacrificio. La batalla primigenia. La creación a 
partir de la nada. El ciclo eterno.
Explicaciones ....................................................................................
Verdad literal. Metáfora. Aspecto de realidad absoluta. 
Verdad arquetípica. Experiencia fetal. Comprensión li­
mitada de los fenómenos naturales. Necesidad política y 
cultural.Visión mística.
El test de las evidencias y del razonamiento ............................
El porqué de su supervivencia .....................................................
Influencia sobre el pensamiento científico ..............................
COSMOSAPIENS
Capítulo 3.El origen de la materia: la teoría ortodoxa de la
CIENCIA ................................................................................................................
Primera mitad del siglo xx ...........................................................
La teoría actual: el Big Bang .........................................................
Base teórica. Simplificación de supuestos: isotropía y 
omnicentrismo.
Problemas de la teoría del Big Bang...........................................
Monopolo magnético. Homogeneidad. Isotropía del 
fondo cósmico de microondas (el problema del horizon­
te). Planicidad (Omega).
La solución de la teoría de la inflación ......................................
Validez de la teoría inflacionaria del Big Bang........................
Fiabilidad de la teoría básica. Necesidad de evidencias 
que sustenten la teoría básica. Fiabilidad de la teoría de la 
inflación. Necesidad de evidencias que sustenten la teo­
ría de la inflación.
Conclusiones ....................................................................................
Capítulo 4. Lo que la teoría ortodoxa de la ciencia no
CONSIGUE EXPLICAR .......................................................................................
Singularidad.......................................................................................
Proporción observada de materia respecto a radiación.........
Materia oscura y Omega ...............................................................
Energía oscura...................................................................................
El ajuste de precisión de los parámetros cosmológicos .........
La creación a partir de la nada .....................................................
Conclusiones ....................................................................................
Capítulo 5. Otras conjeturas cosmológicas.........................................
El universo sin límites de Hartle-Hawking..............................
La inflación caótica eterna ............................................................
La velocidad variable de la luz .....................................................
El universo oscilante cíclico..........................................................
La selección natural de universos ................................................
La gravedad cuántica de bucles ....................................................
ÍNDICE 9
La cosmología de estado cuasi-estacionario .............................
La cosmología del plasma ..............................................................
La quintaesencia...............................................................................
El universo ecpirótico cíclico ......................................................
El paisaje de posibilidades de la teoría de cuerdas ..................
Problemas de la teoría de cuerdas................................................
El universo y sus definiciones ......................................................
Conclusiones ....................................................................................
Capítulo 6. Los problemas de la cosmología como medio
EXPLICATIVO ......................................................................................................
Dificultades prácticas ......................................................................
Límites de detección. Problemas de medición.
La interpretación de los datos ......................................................
Edad del universo. Desplazamiento al rojo de las super- 
novasTipo la.Aceleración aparente del ritmo de expan­
sión del universo. Desplazamiento al rojo. Ondulaciones 
en el fondo cósmico de microondas. Declaraciones exa­
geradas. Los datos del WMAP. La confirmación de evi­
dencias contradictorias del telescopio Planck. Selectivi­
dad de datos. Ley de interpretación de datos.
Teoría inadecuada ...........................................................................
La inconclusión de la teoría de la relatividad y de la teo­
ría cuántica. La idoneidad de la relatividad general. La 
realidad del mundo cuántico. Infinidades en un cosmos 
físico. La falta de idoneidad de las matemáticas. 
Limitaciones intrínsecas de la ciencia ........................................
Conclusiones ....................................................................................
Capítulo 7. La racionalidad de las conjeturas cosmológicas ...
El alcance de las conjeturas cosmológicas.................................
La causa de las leyes de la física. La naturaleza de las leyes 
de la física. La naturaleza de las matemáticas.
Las conjeturas cosmológicas sometidas a test ..........................
Belleza. Parsimonia. Consistencia interna. Consistencia 
10 COSMOSAPIENS
externa con las evidencias. Consistencia externa con 
otros dogmas científicos.
Origen del universo ........................................................................
Modelo ortodoxo: el Big Bang. Conjeturas multiverso. 
Modelos «eternos».
Forma del universo .........................................................................
Ajuste de los parámetros cosmológicos. La explicación 
multiverso.
Conclusiones ....................................................................................
Capítulo 8. La evolución de la materia a oran escala ..............
Las fuerzas fundamentales de la naturaleza...............................
Interacción gravitatoria. Interacción electromagnética. 
Interacción fuerte. Interacción débil.
La evolución de la materia según la cosmología ortodoxa 
actual ...........................................................................................
El Big Bang caliente.
La estructura del universo ..............................................................
Causas de la estructura del universo ...........................................
Causas de las heterogeneidades iniciales. Causas de las 
grandes estructuras. Causas de la formación de estrellas. 
Explicación alternativa.
¿Evolución continua? .....................................................................
Galaxias perpetuamente autosuficientes. Universo frac- 
tal. Big Crunch. Muerte térmica a largo plazo. Muerte 
térmica a corto plazo.Conclusiones ....................................................................................
Capítulo 9. La evolución de la materia a pequeña escala ....
La evolución del núcleo de los elementos ...............................
Los elementos desde el helio hasta el hierro. Los elemen­
tos más pesados que el hierro. Producción de elementos 
por rayo cósmico. Estrellas de segunda y tercera genera­
ción. Elementos producidos. El ajuste de precisión de los 
parámetros nucleares.
ÍNDICE 11
La formación de los átomos..........................................................
Las leyes de la mecánica cuántica. El principio de exclu­
sión de Pauli. El ajuste de precisión de los parámetros 
atómicos.
La evolución de los átomos...........................................................
Métodos de enlace. La singularidad del carbono.
Moléculas en el espacio .................................................................
Conclusiones ....................................................................................
Capítulo io. El patrón hacia la evolución de la materia .... 
Consistencia con las leyes científicas conocidas .....................
El principio de la conservación de la energía. El princi­
pio del aumento de entropía.
Contradicciones del principio del aumento de entropía .....
Sistemas locales. El universo.
Capítulo i i. Reflexiones y conclusiones sobre el origen y la 
EVOLUCIÓN DE LA MATERIA ........................................................................
Reflexiones........................................................................................
Conclusiones ....................................................................................
SEGUNDA PARTE
El origen y la evolución de la vida
Capítulo 12. Un planeta idóneo para la vida .....................................
Condiciones necesarias para las formas de vida conocidas ...
Los elementos y moléculas esenciales. La masa del plane­
ta. El rango de temperatura. Las fuentes de energía. La 
protección contra la radiación nociva y los impactos. La 
estabilidad.
La formación de la Tierra y de su biosfera...............................
Características de la Tierra. Estructura interna. Formación.
¿Es especial la Tierra? .....................................................................
12 COSMOSAPIENS
El punto de vista ortodoxo. Evidencias que cuestionan el 
punto de vista ortodoxo.
Conclusiones ....................................................................................
Capítulo 13. La vida.........................................................................................................
El concepto de la vida en el mundo antiguo ..........................
El desarrollo de la explicación de la vida por parte de la cien­
cia .................................................................................................
Supuestas reconciliaciones entre las posturas antiguas y la 
ciencia moderna ......................................................................
La medicina alternativa. Hipótesis de campos.
La respuesta de la ciencia ortodoxa ............................................
La ciencia ortodoxa y su definición de la vida ........................
Características de la vida................................................................
Reproducción. Evolución. Respuesta al estímulo. Meta­
bolismo. Organización. Complejidad
Definiciones de vida........................................................................
El sistema auto-organizado de Smolin. La trama de la 
vida de Capra. Ausencia de finalidad. La vida cuántica de 
McFadden.
Definición funcional de vida .......................................................
Conclusiones ....................................................................................
Capítulo 14. El origen de la vida 1: evidencias ................................
Evidencias directas ..........................................................................
Fósiles. Extremófilos.
Evidencias indirectas ......................................................................
Análisis genético. ¿Antepasado universal común?
Tamaño, complejidad, estructura y funcionamiento de la cé­
lula más sencilla ........................................................................
Tamaño. Componentes y estructura. Partes externas. 
Formas cambiantes de las proteínas.
Conclusiones ....................................................................................
ÍNDICE 13
Capítulo 15. El origen de la vida 2: hipótesis .....................................
La «sopa primigenia» de Oparin y Haldane.ARN auto-repli­
cante. Péptido auto-replicante. Sustrato bidimensional. Ori­
gen extraterrestre. Diseño inteligente. Principio antrópico. 
Emergencia cuántica. Complejidad auto-organizada. Teoría 
de la emergencia.
Conclusiones ....................................................................................
Capítulo 16. El desarrollo de las ideas científicas sobre la 
EVOLUCIÓN BIOLÓGICA ................................................................................
Ideas pre-evolucionistas .................................................................
Aristóteles. Creacionismo. Lineo.
El desarrollo de las ideas evolucionistas ....................................
De Maillet. Buffon. Erasmus Darwin. Hutton. Lamarck. 
Geoffroy.Wells. Grant. Matthew.
Wallace ................................................................................................
Charles Darwin .................................................................................
¿Un pensador original? La contribución de Darwin. Los 
problemas de la hipótesis de Darwin. El darwinismo.
Ortogénesis........................................................................................
Kropotkin y el apoyo mutuo .......................................................
Observaciones fundamentales. Apoyo mutuo. Base empírica. 
Simbiogénesis ...................................................................................
Mendel y la herencia ......................................................................
Experimentos. Las leyes de Mendel.
Neodarwinismo ...............................................................................
Biología molecular ..........................................................................
Principios de la biología ortodoxa .............................................
Consecuencias del paradigma actual ..........................................
Capítulo 17.Evidencias de la evolución biológica i: fósiles ... 
Especies ..............................................................................................
Fósiles ..................................................................................................
Escasez de registro fósil. Interpretación. El registro fósil. 
Fósiles de transición. Extinción de especies. Estasis y es- 
14 COSMOSAPIENS
peciación súbita. Registro fósil de animales y plantas. 
Evolución de los mamíferos. El seguimiento de la evolu­
ción humana a partir del registro fósil.
Conclusiones ....................................................................................
Capítulo 18.Evidencias de la evolución biológica 2: análisis
DE LAS ESPECIES VIVAS ...................................................................................
Estructuras homologas....................................................................
Vestigios..............................................................................................
Biogeografia.......................................................................................
Embriología y desarrollo ...............................................................
Cambios en especies........................................................................
Selección artificial. Especies en estado salvaje. Definición 
de especie.
Bioquímica ........................................................................................Genética .............................................................................................
Genómica ...........................................................................................
Conclusiones ....................................................................................
Capítulo 19. Evidencias de la evolución biológica 3: la
CONDUCTA DE LAS ESPECIES VIVAS ..........................................................
Especies unicelulares ......................................................................
Especies pluricelulares ....................................................................
Genes ..................................................................................................
Plantas .................................................................................................
Insectos ................................................................................................
Peces .....................................................................................................
Suricatas .............................................................................................
Primates..............................................................................................
Asociación entre especies ..............................................................
Conclusiones ....................................................................................
Capítulo 20. El linaje humano ............................................................................
Arboles filogenéticos ......................................................................
Taxonomía del linaje humano .....................................................
ÍNDICE 15
Capítulo 21. Causas de la evolución biológica: el relato
ORTODOXO ACTUAL .........................................................................................
El paradigma actual .........................................................................
Lo que la ortodoxia neodarwinista no consigue explicar ....
Estasis y especiación rápida. Especiación.Especiación in­
mediata: poliploidía. Reproducción asexual.Transferen­
cia genética horizontal. Embriología y desarrollo del 
organismo. Genotipos y fenotipos. ADN «basura». He­
rencia de caracteres adquiridos. Colaboración. Comple­
jidad progresiva.
Capítulo 22. Hipótesis complementarias y en competencia i:
EL INCREMENTO DE LA COMPLEJIDAD ....................................................
Diseño inteligente ...........................................................................
Equilibrio puntuado........................................................................
Orígenes súbitos...............................................................................
Selección estabilizadora .................................................................
Teoría neutral....................................................................................
Duplicación total del genoma......................................................
Epigenética ........................................................................................
Homología profunda y evolución paralela...............................
Convergencia evolutiva .................................................................
Teoría de la emergencia.................................................................
Complejidad auto-organizada......................................................
Leyes de la evolución del genoma..............................................
Ingeniería genética natural............................................................
Biología de sistemas.........................................................................
La hipótesis de Gaia ........................................................................
Causación formativa........................................................................
Capítulo 23. Hipótesis complementarias y en competencia 2:
COLABORACIÓN ..................................................................................................
Sociobiología ....................................................................................
Selección de grupo. Altruismo por parentesco o aptitud 
inclusiva. «Altruismo recíproco».Teoría de juegos. Prue­
16 COSMOSAPIENS
ba empírica. El gen egoísta. El gen genial. Selección 
multinivel.
Colaboración ....................................................................................
Apoyo mutuo. Simbiogénesis.
Capítulo 24. La evolución de la consciencia .....................................
La evolución de la conducta .........................................................
Bacterias y arqueas. Eucariotas: unicelulares. Eucariotas: 
animales. Patrón evolutivo.
Correlaciones físicas del aumento de consciencia ..................
El sistema nervioso. El sistema nervioso en el linaje hu­
mano.
Capítulo 25. Reflexiones y conclusiones sobre el origen y la 
EVOLUCIÓN DE LA VIDA ................................................................................
Reflexiones........................................................................................
Conclusiones ....................................................................................
TERCERA PARTE
La emergencia y la evolución del hombre
Capítulo 26. La emergencia del hombre ...................................................
¿Qué es un humano?......................................................................
Definición propuesta. Evidencias de consciencia 
reflexiva.
Predecesores humanos....................................................................
Las evidencias y sus problemas.Tribus de homininos. El 
género Homo.
Primeros indicios de Homo sapiens ...................................
Utensilios. Uso controlado del fuego. Símbolos y orna­
mentos. ¿Comercio? Travesías marítimas. Enterramientos 
y cremaciones ceremoniales. Pinturas, estatuillas y flautas. 
Lenguaje.
La culminación de la emergencia del hombre ........................
ÍNDICE 17
Hipótesis explicativas......................................................................
Modelo multirregional. Sustitución o modelo de oríge­
nes africanos recientes. Modelo de asimilación. Orígenes 
africanos recientes con modelo de hibridación. Modelo 
de revolución humana. Modelo gradualista.
Causas propuestas para la emergencia del hombre ................
Mutación genética. Cambio climático en Africa Orien­
tal. Cambios climáticos globales.
Conclusiones ....................................................................................
Capítulo 27.La evolución humana i: el pensamiento primitivo ... 
¿Cómo evolucionaron los humanos?..........................................
Físicamente. Genéticamente. Noéticamente.
La evolución del pensamiento primitivo ..................................
De las bandas nómadas de cazadores-recolectores hasta las 
comunidades agrícolas asentadas. De los poblados agríco­
las a las ciudades-estado y los imperios. El desarrollo de la 
escritura. Los cimientos de la astronomía y las matemáti­
cas. El desarrollo de las creencias y las religiones.
Conclusiones ....................................................................................
Capítulo 28. La evolución humana 2: el pensamiento 
filosófico .........................................................................................................................
La emergencia del pensamiento filosófico ...............................
India. China. Europa. Oriente Próximo. América Central. 
La evolución del pensamiento filosófico ..................................
India. China. Europa.
La ramificación del pensamiento filosófico .............................
Visión general de la evolución noética ......................................
Conclusiones ....................................................................................
Capítulo 29. Laevolución humana 3: el pensamiento 
CIENTÍFICO ..........................................................................................................
La emergencia del pensamiento científico...............................
Ciencias médicas. Ciencias de la vida. Ciencias físicas.
18 COSMOSAPIENS
La evolución del pensamiento científico ..................................
Ciencias físicas. Ciencias de la vida. Ciencias médicas. 
Psicología. Interactividad y sub-ramas híbridas. Tenden­
cia convergente. Resultados del pensamiento científico.
Capítulo 30. La singularidad del ser humano ..................................
La ortodoxia actual..........................................................................
Ego-antropocentrismo. Identidad genética. Diferencia 
conductual solo en grado.
Conductas exclusivas de los humanos .......................................
Capítulo 31. Conclusiones y reflexiones sobre la emergen­
cia Y LA EVOLUCIÓN DE LOS HUMANOS .............................................
Conclusiones ....................................................................................
Reflexiones........................................................................................
Disminución de la agresividad. Aumento de la coopera­
ción. La velocidad del cambio. Globalización. Aumento 
de la complejidad. Tendencia hacia la vanguardia. Con­
vergencia. Hominización. La dualidad cambiante de la 
naturaleza humana. La integración de los patrones en las 
evidencias.
CUARTA PARTE
Un proceso cósmico
Capítulo 32. Las limitaciones de la ciencia .........................................
Limitaciones dentro del ámbito de la ciencia..........................
Observación y medición. Datos. Subjetividad. Método. 
Teoría. Ciencia defectuosa.
Limitaciones fuera del ámbito de la ciencia .............................
Experiencias subjetivas. Conceptos y valores sociales. 
Ideas no verificables. Preguntas metafísicas.
Otra posible limitación...................................................................
ÍNDICE
Capítulo 33. Reflexiones y conclusiones sobre la evolu­
ción HUMANA COMO UN PROCESO CÓSMICO ..................................
Reflexiones........................................................................................
Conclusiones ....................................................................................
Notas .....................................................................................
Bibliografía ..............................................................................
Glosario ..................................................................................
Créditos de las ilustraciones ........................................................
Indice onomástico ....................................................................
AGRADECIMIENTOS
Nombrar a todos los que me ayudaron a hacer realidad este libro es imposible. Entre 
ellos están los autores cuyos documentos y libros he consultado. La sección de Notas del 
final del libro incluye referencias completas de la mayoría de documentos académicos así 
como referencias de los libros consultados, además de los documentos más extensos y 
destacados, por autor y año. Los detalles completos de los libros y los documentos citados 
en las Notas se encuentran en la Bibliografía que las sigue. La distinción es arbitraria 
porque algunos de los documentos académicos son muy extensos y he incluido los más 
destacados en la Bibliografía pero, en términos generales, he intentado evitar una 
Bibliografía voluminosa.
De entre los muchísimos especialistas que han compartido con gran generosidad su 
experiencia conmigo, me siento especialmente en deuda con aquellos que respondieron a 
mi solicitud de revisar los borradores de las distintas secciones en busca de errores de 
hecho u omisión o de conclusiones no razonables y de realizar cualquier tipo de 
comentario. Los nombro a continuación dentro de amplias áreas de estudio, cada una de las 
cuales abarca los diversos campos de especialización relevantes para el libro. El puesto que 
aparece junto a cada nombre es que el que ocupaban en el momento de ser consultados.
Mitos: Charles Stewart y Mukulika Baneijee, profesores titulares del departamento 
de Antropología, University College London (UCL).
Cosmología y astrofísica: George Ellis, profesor honorario de Sistemas Complejos 
en el departamento de Matemáticas y Matemáticas aplicadas, Universidad de Ciudad del 
Cabo; Paul Steinhardt, profesor Albert Einstein de Ciencias, Princeton University; Ofer 
Lahav, catedrático Perren de Astronomía y director de Astrofísica, UCL; Bernard Carr, 
profesor de Astronomía, Queen Mary, Universidad de Londres; el fallecido Geoffrey 
Burbidge, profesor de Astronomía, Universidad de California, San Diego; Javant Narlikar, 
profesor emérito, Inter-University Centre for Astronomy and Astrophysics, Pune, India; Jon 
Butterworth, profesor de Física y director del departamento de Física y Astronomía, UCL; 
Serena Viti, profesora adjunta del departamento de Física y Astronomía, UCL; Eric J 
Lerner, presidente de Lawrenceville Plasma Physics, Inc.
Filosofía: Tim Crane, profesor y director del departamento de Filosofía, UCL, y 
director del Institute of Philosophy, y también posteriormente profesor Knightbridge de 
Filosofía, Universidad de Cambridge; Hasok Chang, profesor de Filosofía de las ciencias, 
UCL.
Ciencias planetarias y atmosféricas: Jim Kasting, profesor honorario, Pennsylvania 
State University.
Geología: John Boardman, profesor adjunto de Geomorfología y degradación del 
suelo, Universidad de Oxford.
Historia de la ciencia: Adrian Desmond, biógrafo e investigador honorario del 
departamento de Biología, UCL; Charles Smith, profesor y bibliotecario de Ciencias, 
Western Kentucky University; John van Whye, fundador y director de The Complete Works 
of Charles Darwin online; James Moore, biógrafo y profesor del departamento de Historia, 
Open University; James Le Fanu, médico e historiador especializado en ciencias y 
medicina.
El origen y la evolución de la vida: profesor Adrian Lister, investigador del 
departamento de Paleontología del Museo de Historia Natural; Jim Mallet, profesor del 
departamento de Genética, evolución y medioambiente, UCL; Johnjoe McFadden, profesor 
de Genética molecular, Universidad de Surrey; Mark Pallen, profesor de Genómica 
microbiana, Universidad de Birmingham; Chris Orengo, profesor de bioinformática, UCL; 
Jerry Coyne, profesor del departamento de Ecología y evolución, Universidad de Chicago; 
el fallecido Lynn Margulis, profesor honorario, Universidad de Massachusetts; Jim 
Valentine, profesor emérito del departamento de Biología integrativa, Universidad de 
California, Berkeley; Jeffrey H Schwartz, profesor de Antropología física y de Historia y 
filosofía de la ciencia, Universidad de Pittsburgh; Hans Thewissen, profesor de Anatomía 
del departamento de Anatomía y neurobiología, Northeastern Ohio Universities College of 
Medicine; Rupert Sheldrake, biólogo celular y director del Perrott-Warrick Project, 
patrocinado por el Trinity College, Cambridge; Simon Conway Morris, profesor de 
Paleobiología evolutiva, Universidad de Cambridge; Francis Heylighen, profesor 
investigador, Universidad Libre de Bruselas; Jonathan Fry, profesor titular del 
departamento de Neurociencia, fisiología y farmacología, UCL; Thomas Lentz, profesor 
emérito de Biología celular, Yale University School of Medicine; Richard Goldstein de la 
división de Biología matemática del National Institute for Medical Research, Londres; 
Avrion Mitchison, profesor emérito de Anatomía zoológica y comparativa, UCL.
Conducta animal: Volker Sommer, profesor de Antropología evolutiva, UCL; Alex 
Thornton, Drapers’ Company Research Fellow, Pembroke College, Cambridge; Heikki 
Helantera, investigador académico, Universidad de Helsinki; Simon Reader, profesor 
adjunto del departamento de Biología, McGill University.
El origen del hombre:Robin Derricourt, historiador y arqueólogo, Universidad de 
Nueva Gales del Sur; C Owen Lovejoy, profesor del departamento de Antropología, Kent 
State University; Tim White, profesor del departamento de Biología integrativa, 
Universidad de California, Berkeley.
La evolución de los humanos: Steven LeBlanc, profesor de Arqueología, Harvard 
University; John Lagerwey, profesor del Centre for East Asian Studies, Universidad China 
de Hong Kong; Liz Graham, profesora de Arqueología mesoamericana, UCL; Subhash 
Kak, profesor Regents de Ciencia de la computación, Oklahoma State University; Fiona 
Coward, profesora titular de Ciencia de la arqueología, Bournemouth University; Dorian 
Fuller, profesor adjunto de Arqueobotánica, UCL; Pat Rice, profesora emerita del 
departamento de Sociología y antropología, West Virginia University; Damien Keown, 
profesor de Ética budista, Goldsmiths, University of London; Stephen Batchelor, profesor 
de budismo y escritor; Naomi Appleton, Chancellor’s Fellow en Estudios religiosos, 
Universidad de Edimburgo; Simon Brodbeck, profesor de la Escuela de Historia, 
arqueología y religión, Universidad de Cardiff; Chad Hansen, profesor de Filosofía, 
Universidad de Hong Kong; Gavin White, autor de Babylonian Star-Lore; Magnus Widell, 
profesor de Asiriología, Universidad de Liverpool; Stephen Conway, profesor y director del 
departamento de Historia UCL; Bruce Kent, fundador y vicepresidente del Movimiento 
para la abolición de la guerra; Dean Radin, director científico del Institute of Noetic 
Sciences.
Charles Palliser, novelista, realizó comentarios en diversos capítulos desde el punto 
de vista de un no especialista.
Cualquier error que pueda haber queda totalmente bajo mi responsabilidad. No 
todos los especialistas mencionados se mostraron de acuerdo con las conclusiones que yo 
extraje a partir de las evidencias. De hecho, busqué deliberadamente comentarios de 
muchos cuyas publicaciones demostraban que tenían puntos de vista distintos al mío. Con 
algunos entablé una larga correspondencia, llamándome la atención hacia evidencias que yo 
desconocía, proporcionándome una interpretación distinta de las evidencias o cuestionando 
mis argumentos. Valoré muchísimo estos intercambios, que sirvieron para mejorar el 
manuscrito y las conclusiones. Otros exhibieron una mentalidad lo suficientemente abierta 
como para decir que, después de reflexionar, estaban de acuerdo con mis conclusiones. 
Varios especialistas se mostraron en desacuerdo con otros especialistas de su mismo 
ámbito.
A pesar de que las preguntas sobre qué somos, de dónde venimos y por qué estamos 
aquí me han intrigado desde que era un estudiante de ciencias, la idea de investigar y 
escribir un libro sobre el tema surgió en 2002. Mi nombramiento como Royal Literary Fund 
Fellow del University College London en 2004, me proporcionó los ingresos, el ambiente y 
la biblioteca necesaria para permitirme desarrollar y dar forma a mis ideas y, en 2006, el 
libro acabó adquiriendo la orientación con la que ha salido a la luz. Mi infinito 
agradecimiento para la UCL y mis colegas en la institución, a la Graduate School por su 
apoyo, a los estudiantes universitarios a los que he impartido clases y de los que tanto he 
aprendido y al RLF por financiar el proyecto. Mi agradecimiento también para el Arts 
Council of England por el regalo en forma de beca literaria que recibí en 2009 y que me 
permitió trabajar prácticamente a tiempo completo en la investigación y la redacción del 
libro. Katie Aspinall me ofreció muy amablemente su casita en Oxfordshire para poder 
disfrutar de periodos de reflexión sin interrupciones.
Cuando mis amigos querían mostrarse comprensivos, decían que era un proyecto 
ambicioso. Cuando querían ser realistas, decían que era una locura. En mis momentos más 
cuerdos, es lo que yo pensaba también. He contraído una deuda enorme con mi agente, 
Caspian Dennis, de Abner Stein, que mantuvo su fe en el proyecto y demostró la habilidad 
necesaria para colocarlo en el editor adecuado en el momento adecuado. Andrew Lockett, 
el recientemente nombrado director editorial de Duckworth, se quedó intrigado con la 
propuesta y durante su primera semana en el puesto nos invitó a reunirnos con él. El 
proyecto necesitaba la aprobación del propietario de Duckworth, Peter Mayer, fundador de 
Overlook Press, Nueva York. El exhaustivo y extremadamente educado interrogatorio al 
que me sometió Peter durante una de las visitas que realizó a Londres me hizo entender por 
qué durante más de veinte años, incluyendo los dieciocho que pasó como consejero 
delegado de Penguin Books, había sido el editor más destacado e innovador del mundo. 
Andrew defendió el libro y proporcionó comentarios editoriales valiosísimos del 
manuscrito. Su equipo, integrado por Melissa Tricoire, Claire Easthman, Jane Rogers y 
David Marsall, se mostró entusiasta tanto en su apoyo como en las ideas proporcionadas 
para producir un libro atractivo y accesible que llamara la atención de los potenciales 
lectores, y similar entusiasmo mostraron Nikki Griffiths, el sucesor de Andrew como 
director editorial, y Deborah Blake, la revisora. Mi agradecimiento también para Tracy 
Carns y Erik Hane, de Overlook Press.
PRIMERA PARTE.
El origen y la evolución de la materia
CAPÍTULO 1. LA EXPEDICIÓN
Si descubrimos una teoría completa, con el tiempo habrá de ser, en sus líneas 
maestras, comprensible para todos y no únicamente para unos pocos científicos. Entonces 
todos, filósofos, científicos y la gente corriente, seremos capaces de tomar parte en la 
discusión de por qué existe el universo y por qué existimos nosotros. Si encontrásemos una 
respuesta a esto, sería el triunfo definitivo de la razón humana, porque entonces 
conoceríamos el pensamiento de Dios.
Stephen Hawking, 1988
Cuando hayamos unificado la cantidad necesaria de conocimientos, 
comprenderemos quién somos y por qué estamos aquí.
Edward O. Wilson, 1988
«¿Qué somos?» y «¿por qué estamos aquí?» son preguntas que llevan fascinando al 
ser humano desde hace al menos veinticinco mil años. Durante la inmensa mayoría de este 
tiempo, hemos buscado respuesta a través de las creencias sobrenaturales. Hace apenas tres 
mil años, empezamos a buscar la respuesta a esas preguntas a través de la visión filosófica 
y el razonamiento. Hace poco más de ciento cincuenta años, la obra de Charles Darwin, El 
origen de las especies, aportó un enfoque completamente distinto. Adoptaba el método 
empírico de la ciencia y llegó a la conclusión de que somos producto de la evolución 
biológica. Cincuenta años atrás, los cosmólogos declararon que la materia y la energía de la 
que estamos compuestos tenían su origen en un Big Bang que creó el universo. Y luego, 
hará cuestión de treinta años, los neurocientíficos empezaron a demostrar que lo que 
vemos, oímos, sentimos y pensamos está correlacionado con la actividad que desarrollan 
las neuronas en distintas partes del cerebro.
Estos grandiosos logros en la ciencia fueron posibles gracias a avances tecnológicos 
que generaron un incremento de datos de carácter exponencial. Esto a su vez llevó a la 
ramificación de la ciencia en focos de investigación cada vez más delimitados y profundos. 
En los últimos tiempos, nadie ha dado un paso atrás para examinar la hoja de una de esas 
ramas sin ver que la totalidad del árbol evolutivo nos está mostrando quién somos, de 
dónde venimos y por qué existimos.
Esta búsqueda es un intento de hacer precisamente eso: averiguar lo que la ciencia 
puede contarnos de manera fiable a partir de la observación sistemática y la 
experimentación sobre cómo y por qué evolucionamos desde el origen del universo y si lo 
que somos nos hace distintos del resto de animales.
Abordaré esta tarea en cuatro partes. La primera parte examinará la explicación que 
da la ciencia al origen y la evolución de la materia y la energía de las que estamos 
formados; la segunda parte hará lo mismo para el origen y la evolución de la vida, puestoque somos materia viva; la tercera parte examinará el origen y la evolución del ser humano. 
En la cuarta parte veremos si en las evidencias existen patrones consistentes que nos 
permitan extraer conclusiones generales.
En cada una de estas partes, desglosaré la cuestión fundamental «¿qué somos?» en 
las diversas preguntas que investigan los distintos ámbitos de especialización; intentaré 
encontrar en cada uno de estos ámbitos, y a partir de publicaciones académicamente 
reconocidas, aquellas respuestas que estén validadas por las evidencias empíricas antes que 
las derivadas de las especulaciones y creencias; y miraré si en estas evidencias existe o no 
un patrón que permita extraer conclusiones. Solo en el caso de que esta estrategia no 
ofrezca una explicación satisfactoria, consideraré la sensatez de hipótesis y conjeturas, así 
como de otras formas posibles de conocimiento, como punto de vista.
Luego, pediré a especialistas de cada ámbito (que aparecen listados en los 
Agradecimientos) que verifiquen los resultados de mi borrador en busca de errores de 
hecho o de omisión y la posible presencia de conclusiones inadmisibles.
Al final de cada capítulo, realizaré una lista de conclusiones para que el lector que 
desee saltarse cualquiera de las secciones más técnicas pueda conocer mis hallazgos.
La pregunta qué somos me ha intrigado desde que era estudiante de ciencias. Aparte 
de ser el coautor de dos estudios de investigación, de escribir un libro sobre ciencias 
sociales y de mis cuatro años como profesor de física a tiempo parcial en la Open 
University, nunca he practicado como científico y por lo tanto, en este sentido, no estoy 
cualificado para esta tarea. Por otro lado, pocos investigadores actuales poseen 
conocimientos relevantes fuera de los campos de especialización que estudiaron y que 
ahora practican.
Doy por supuesto que muchos de estos especialistas pensarán que no he escrito con 
detalle suficiente sobre su campo de especialización. Me declaro culpable de ello de 
antemano. Mi intención es escribir un libro, no una biblioteca entera, lo cual exige 
necesariamente resumir con el objetivo de ofrecer al lector una imagen general de la 
evolución humana: una visión de lo qué somos y de por qué estamos aquí.
A pesar de los esfuerzos por corregir errores, en una empresa como esta habrá 
detalles que presentarán fallos, de los cuales asumo toda la responsabilidad. O que habrán 
quedado superados por los resultados de nuevas investigaciones aparecidas entre el 
momento de la escritura del libro y su publicación, pero la ciencia, a diferencia de las 
creencias, avanza así. Lo que espero es que este libro ofrezca un marco de trabajo amplio 
que otros puedan refinar y desarrollar.
Una mayoría de la población mundial, sin embargo, no acepta que seamos producto 
de un proceso evolutivo. Cree en varios mitos que explicarían nuestros orígenes. Empezaré, 
por lo tanto, con un capítulo que examina los diversos mitos sobre el origen, por qué han 
sobrevivido durante los casi quinientos años que han transcurrido desde el inicio de la 
revolución científica y si han tenido influencia sobre el pensamiento científico.
Gran parte de las desavenencias surgen porque distintas personas utilizan la misma 
palabra para referirse a cosas distintas: los significados cambian con el tiempo y con los 
diferentes contextos culturales. Para minimizar los malentendidos, la primera vez que 
utilice una palabra relevante y potencialmente ambigua, definiré el significado concreto que 
le aplico y, además, elaboraré una lista de dichos términos en el glosario que aparece al 
final del libro, que incluye también definiciones de términos técnicos inevitables.
La primera palabra a definir es «ciencia». Deriva del latín scientia, que significa 
conocimiento. Cada tipo de conocimiento puede adquirirse, o afirmarse que se ha 
adquirido, de una manera distinta. Desde el siglo xvi se equipara con conocimiento sobre el 
mundo natural —inanimado y animado— adquirido mediante la observación y la 
experimentación, a diferencia del conocimiento adquirido únicamente a través del 
razonamiento, la percepción o la revelación. En consecuencia, la definición de ciencia debe 
incluir los medios a través de los cuales se adquiere el conocimiento. Nuestro concepto 
actual de ciencia podría resumirse como
Ciencia: el intento de comprender y explicar los fenómenos naturales mediante la 
observación y la experimentación sistemáticas, y preferiblemente mensurables, y de aplicar 
el razonamiento al conocimiento obtenido de esta manera para deducir leyes verificables y 
realizar predicciones o retrodicciones.
Retrodicción: un resultado que se ha producido en el pasado y que se deduce o 
predice a partir de una ley o teoría científica posterior.
La ciencia pretende formular una ley, o una teoría más general, que explique la 
conducta invariable de un sistema de fenómenos. Utilizamos dicha ley o teoría para 
predecir resultados futuros, aplicándola a fenómenos concretos del sistema. Por ejemplo, 
dentro del sistema de objetos en movimiento aplicamos las leyes del movimiento de 
Newton para predecir el resultado de lanzar un cohete concreto al espacio dentro de un 
conjunto de circunstancias concretas.
La ciencia puede también informarnos sobre resultados del pasado. Un ejemplo de 
retrodicción es que, a partir de la teoría de las placas tectónicas, podemos deducir que cerca 
de la costa este de América del Sur y de la costa oeste del África austral podremos 
encontrar fósiles similares anteriores a la ruptura del súper continente Pangea, que se 
produjo hace unos doscientos millones de años.
A partir del siglo xviii, el estudio de los fenómenos naturales incluyó también el ser 
humano y sus relaciones sociales. En el siglo xix, la aplicación del método científico a estos 
estudios dio como resultado el desarrollo de las ciencias sociales, un término amplio que 
abarca disciplinas como la arqueología, la antropología, la sociología, la psicología, las 
ciencias políticas e incluso, la historia. En la tercera parte evaluaré los descubrimientos más 
relevantes de estas disciplinas.
En la ciencia, el término «teoría» tiene un significado más concreto que en su uso 
general, aunque incluso en la ciencia, tanto «teoría» como «hipótesis» se utilizan a menudo 
de forma vaga. Es importante distinguir entre ambos conceptos.
Hipótesis: teoría provisional planteada para explicar un fenómeno o un conjunto de 
fenómenos y utilizada como base de posteriores investigaciones; suele llegarse a ella bien 
por revelación, bien por razonamiento inductivo después de examinar evidencias 
incompletas y puede ser susceptible de ser falsa.
El criterio de la falsabilidad fue propuesto por el filósofo científico Karl Popper. En 
la práctica, puede no resultar claro, pero la mayoría de científicos actuales acepta el 
principio de que para distinguir una hipótesis científica de una conjetura o creencia, debe 
estar sujeta a pruebas empíricas que puedan falsarla.
Teoría: explicación de un conjunto de fenómenos que ha quedado confirmada por 
diversos experimentos y observaciones y que se utiliza para realizar predicciones o 
retrodicciones precisas sobre dichos fenómenos.
Cuanto más amplio sea el rango de fenómenos explicados, más útil resultará la 
teoría científica. Y debido al hecho de que la ciencia avanza mediante el descubrimiento de 
nuevas evidencias y la aplicación de nuevas ideas, una teoría científica puede quedar 
modificada o refutada como resultado de evidencias contradictorias, aunque nunca podrá 
ser demostrada de manera absoluta. Algunas teorías científicas, sin embargo, están 
ampliamente consolidadas. Por ejemplo, a pesar de que la teoría de que la Tierra es el 
centro del universo y el sol y las demás estrellas giran a su alrededor ha quedado refutada, 
la teoría de que la Tierra gira en órbita alrededor del sol ha quedado validada por tantas 
observaciones y predicciones precisas que se acepta hoy en día como un hecho establecido.Sin embargo, puede darse el caso de que ni siquiera esto sea así. En realidad, es muy 
probable que deje de ser cierto en el plazo de unos cinco mil millones de años, momento en 
el cual muchos estudios sobre la evolución del sol predicen que éste se habrá convertido en 
una estrella roja gigante que se expandirá y acabará engullendo y quemando la Tierra.
Cualquier investigación está fuertemente influenciada por creencias anteriores. Yo 
nací y fui educado como católico, me volví ateo y ahora soy agnóstico. No tengo creencias 
previas relacionadas con el teísmo, el deísmo o el materialismo. No sé nada, sinceramente. 
Y esta es en parte la emoción que conlleva embarcarse en una expedición cuyo objetivo es 
descubrir, a partir de evidencias científicas, qué somos y en qué podríamos convertirnos. 
Invito a los lectores con mentalidad abierta a que se sumen a mi expedición.
CAPÍTULO 2. MITOS SOBRE EL ORIGEN
Quiero saber cómo Dios creó el mundo.
Albert Einstein, 1955
El mundo y el tiempo tienen un único principio. El mundo no se creó en el tiempo, 
sino simultáneamente con el tiempo.
San Agustín de Hipona, 417
Desde el 11 de febrero de 2013[1], el relato ortodoxo de la ciencia, que se presenta 
habitualmente como un hecho, afirma que hace 13,7 miles de millones de años el universo, 
incluyendo el espacio y el tiempo y también la materia y la energía, explotó e inició su 
existencia como una bola de fuego de densidad infinita y temperatura increíblemente 
elevada que se expandió y se enfrió para dar lugar al universo tal y como lo vemos hoy en 
día. Fue el Big Bang a partir del cual hemos evolucionado.
Antes de investigar si la ciencia es capaz de explicar nuestra evolución a partir del 
origen de la materia y la energía, consideraré brevemente los mitos en los que cree una 
inmensa mayoría de la población mundial. Resulta instructivo examinar los conceptos 
principales de los distintos mitos, las diversas explicaciones que les han dado los científicos 
sociales y si estas explicaciones superan el test de las evidencias o de la racionalidad, por 
qué los mitos han sobrevivido y hasta qué punto han influido el pensamiento científico.
Temas principales
Toda cultura a lo largo de la historia posee uno o más relatos sobre el origen del 
universo y el ser humano: comprender de dónde venimos forma parte del deseo humano 
inherente de comprender qué somos. El Rigveda, el texto sagrado más antiguo del mundo y 
el escrito más importante de lo que hoy conocemos como hinduismo, presenta tres de estos 
mitos en su décimo libro de himnos a los dioses. Los Brahmanas, la segunda parte de cada 
veda dedicada básicamente a los rituales, contienen otros, mientras que las Upanishads, 
relatos sobre las percepciones místicas de videntes que la tradición vincula al final de los 
vedas,[2] expresan de diversas maneras una perspectiva única sobre el origen del 
universo.[3] Las culturas judeo-cristiana e islámica comparten, en términos generales, la 
misma explicación para la creación, mientras que otras culturas tienen otras. Los chinos 
poseen, como mínimo, cuatro mitos sobre el origen que presentan, además, en distintas 
versiones. Pero a pesar de que cada mito es diferente,[4] hay nueve temas principales 
recurrentes, algunos de los cuales se solapan.
Caos o agua primigenios
Muchos mitos hablan de un caos preexistente, a menudo descrito como agua, del 
cual emerge un dios para crear el mundo o partes del mismo. Los pelasgos, que hacia 3.500 
a. C. invadieron la península griega procedentes de Asia Menor, trajeron con ellos la 
historia de la diosa creadora Eurínome, que surgió desnuda de Caos.[5] Los mitos de
Heliópolis, en Egipto, que datan del cuarto milenio antes de Cristo nos hablan de Nun, el 
océano primigenio, del cual surgió Atum, de cuya masturbación nació el mundo. Hacia 
2.400 a. C., Atum quedó identificado con el dios del sol, Ra, y su aparición quedó asociada 
con la salida del sol y la disipación de la oscuridad caótica.
El buceador de la tierra
Otros mitos, extendidos por Siberia, Asia y algunas tribus nativas norteamericanas, 
hablan de un animal preexistente —a menudo una tortuga o un ave— que se sumerge en las 
aguas primigenias para extraer de ellas un pedazo de tierra que posteriormente se expande y 
crea el mundo.
El huevo cosmogónico
En determinadas partes de India, Europa y el Pacífico, el origen de la creación es un 
huevo. El SatapathaBrahmana dice que las aguas primigenias produjeron el dios creador 
Prajapati en forma de huevo dorado. Al cabo de un año, salió del huevo e intentó hablar. Su 
primera palabra se transformó en la tierra, la segunda en el aire, y así sucesivamente. De un 
modo similar, una versión del mito chino del P'an Ku empieza con un gran huevo cósmico 
en el interior del cual flota en el Caos un P'an Ku embrionario. En el mito griego órfico de 
la creación, cuyo origen se remonta al siglo vii o vi a. C. y contrasta con los mitos 
olímpicos de Homero, es el tiempo el que crea el huevo plateado del cosmos del que surge 
el bisexual Fanes-Dionisos que lleva con él las semillas de todos los dioses y todos los 
hombres y que crea el Cielo y la Tierra.
Padres del mundo
Un tema muy extendido es el del padre del mundo —normalmente el cielo— que se 
empareja con la madre del mundo —normalmente la Tierra— para crear los elementos del 
mundo. A menudo permanecen unidos en el acto sexual, mostrándose indiferentes hacia sus 
hijos, como en un mito maorí de la creación.
La rebelión de los hijos
En varios mitos, los descendientes se rebelan contra los padres del mundo. Los hijos 
del mito maorí —bosques, plantas alimenticias, océanos y el hombre— luchan contra sus 
padres para obtener espacio. Tal vez el mito más conocido de este tipo sea la Teogonía, 
compuesta por el griego Hesíodo en el siglo viii a. C. En ella se relata la rebelión de varias 
generaciones de dioses contra sus padres, los primeros de los cuales fueron Caos, Tierra, 
Tártaro (el inframundo) y Eros (el amor); la rebelión acabó con el triunfo de Zeus.
Sacrificio
La idea de la creación a través del sacrificio es frecuente. El mito chino de P'an Ku 
dice: «El mundo no estuvo terminado hasta que se produjo la muerte de P’an Ku. Solo su 
muerte pudo perfeccionar el universo. De su cráneo surgió la cúpula del cielo y de su carne 
el suelo de los campos [...]. Y [finalmente] de las alimañas que cubrieron su cuerpo surgió 
la humanidad».[6]
La batalla primigenia
La gran epopeya babilónica, el Enuma Elish, describe la guerra entre los dioses 
sumerios y la deidad babilónica, Marduk, y sus seguidores. Marduk mata a la diosa original 
superviviente, Tiamat, y a sus monstruos del Caos, establece el orden y se convierte en el 
dios supremo y creador del universo: toda la naturaleza, incluyendo los humanos, le debe a 
él su existencia. Encontramos mitos similares en todo el mundo, por ejemplo en la victoria 
olímpica de los dioses masculinos del cielo de los invasores arios sobre las fértiles diosas 
de la tierra de los pelasgos y los cretenses.
La creación a partir de la nada
Los mitos que presentan el tema de la creación a partir de la nada son escasos. Sin 
embargo, su creencia no solo es una de las más extendidas, sino que además es la 
explicación científica preferida actualmente.
La versión más antigua es la del Rig Veda. Investigaciones arqueoastronómicas 
recientes desafían la datación que realizó Max Müller en el siglo xix y documentan con 
pruebas la tradición india; concluyen que la obra fue compilada a lo largo de un periodo de 
dos mil años que se inició en torno a 4.000 a. C.[7] En el décimo y último libro, el Himno 
129 dice: «Entonces no existían ni lo existente ni lo inexistente, no existía el espacio etéreo, 
ni el cielo que está más allá [...]. Solo aquel Uno respiraba sin aire, por su propia 
naturaleza. Aparte de él no existía cosa alguna».
La idea se desarrolla en las Upanishads, los más destacados de los cuales fueron 
probablemente escritos entre 1000 y 500 a. C. La ChandogyaUpanishad representa la idea 
central de que «El universo proviene de Brahmán y regresará a Brahmán. Ciertamente, todo 
es Brahmán». Varias Upanishad emplean la metáfora, la alegoría, la parábola, el diálogo y 
la anécdota para describir a Brahmán como la realidad definitiva que existe a partir del 
espacio y el tiempo, del cual mana todo y de lo cual todo está formado; se interpreta 
generalmente como la Conciencia Cósmica, el Espíritu o la Divinidad Suprema que 
sustenta cualquier forma.
El taoísmo expresa una idea similar. El principal texto taoísta, conocido en China 
como Lao-Tzu y en Occidente como Tao Te Ching, fue seguramente compilado entre los 
siglos vi y iii a. C. Destaca la unicidad y la eternidad del Tao, el Camino. El Tao es «nada» 
en el sentido de que es «ninguna cosa»: carece de nombre o de forma; es la base de todo ser 
y la forma de todo ser. El Camino, o la nada, da lugar a la existencia, la existencia da lugar 
a los opuestos yin y yang, y el yin y el yang dan lugar a todo: macho y hembra, tierra y 
cielo, y así sucesivamente.
El primer libro de las escrituras hebreas, escrito no antes de finales del siglo vii a. 
C,[8] empieza con las palabras «En el principio, dios creo los Cielos y la Tierra».[9] El 
siguiente versículo describe la Tierra en términos que evocan los mitos del caos y las aguas 
primigenias, después de lo cual Dios dice que habrá luz y se crea la luz, y después Dios 
separa la luz de la oscuridad en su primer día de creación. En el transcurso de los cinco días 
siguientes, ordena la creación del resto del universo.
En el Corán, escrito a partir del siglo vii d. C., Dios ordena también la creación de 
los Cielos y la Tierra.[10]
El ciclo eterno
Varios mitos originarios de India niegan que el universo fuera creado y sostienen 
que el universo ha existido siempre, pero que este universo eterno está sometido a ciclos.
En el siglo v a. C., Buda dijo que realizar conjeturas sobre el origen del universo 
provoca la locura a aquellos que lo intentan.[11] Esto, sin embargo, no impidió que sus 
seguidores lo intentaran. Aplicaron su punto de vista de que todo es temporal, que todo 
surge, se crea, cambia y desaparece constantemente, con el resultado de que la mayoría de 
escuelas budistas predica en la actualidad que el universo se expande y se contrae, se 
disuelve en la nada y evoluciona para volver a ser siguiendo un ritmo eterno.
Posiblemente estuvieron influidos por los jainistas, cuyo último Tirthankara 
(literalmente «constructor de vados», aquel que enseña a cruzar el río de los renacidos para 
alcanzar el estado de liberación eterna del alma) empezó a predicar sus enseñanzas en el 
este de India antes que Buda. Los jainistas sostienen que el universo no está creado y es 
eterno. El tiempo es como una rueda con doce ejes que miden los yugas, o edades del 
mundo, cada uno de los cuales tiene una duración fija de miles de años. Seis yugas forman 
un arco ascendente en el que el conocimiento humano y la felicidad aumentan, elementos 
que disminuyen en el arco descendiente de seis yugas. Cuando el ciclo alcance su nivel más 
bajo, desaparecerá incluso el jainismo. Entonces, en el transcurso del siguiente ascenso, se 
redescubrirán los conocimientos jainistas y nuevos Tirthankaras se encargarán de 
reintroducirlo, aunque al final del nuevo ciclo descendente de la rueda eterna del tiempo, el 
proceso se repetirá.
Todo esto es similar a las principales creencias yóguicas, que derivan de la filosofía 
védica. Suelen postular solo cuatro yugas. La primera, Satya Yuga o Krita Yuda, dura 
1.728.000 años, mientras que la cuarta, Kali, dura 432.000 años. El descenso desde Satya 
hasta Kali va asociado con un deterioro progresivo del dharma, o rectitud, manifestado en 
forma de disminución de la duración de la vida humana y de la calidad de los estándares 
éticos de la humanidad. Por desgracia, actualmente estamos en el periodo Kali.
Explicaciones
Las muchas explicaciones de estos mitos sobre el origen pueden agruparse en cinco 
categorías.
Verdad literal
Todos los mitos sobre el origen son distintos y, en consecuencia, no todos pueden 
ser literalmente ciertos. Sin embargo, algunas culturas afirman que su mito es literalmente 
cierto. Un 63 por ciento de norteamericanos cree que la Biblia es la palabra de Dios y que 
es literalmente cierta,[12] mientras que la abrumadora mayoría[13] de los 1,6 miles de 
millones de musulmanes del mundo cree en la verdad literal del Corán porque es la palabra 
eterna de Dios escrita sobre una tabla en el Cielo y dictada a Mahoma por el arcángel 
Gabriel.
Muchos creyentes en la verdad literal de la Biblia suscriben el cálculo sobre el 
Génesis que realizó James Ussher que afirmó que la creación en seis días del universo 
culminó el sábado 22 de octubre de 4004 a. C. a las seis de la tarde.[14] [15] Sin embargo, 
la mayoría de las evidencias geológicas, paleontológicas y biológicas, que se sirven de la 
datación radiométrica obtenida a partir de rocas, fósiles y testigos de hielo, sitúa la edad de 
la Tierra en al menos 4,3 miles de millones de años. Los datos astronómicos indican que el 
universo tiene una antigüedad de entre diez y veinte mil millones de años. Las evidencias 
contra la verdad literal de la creencia creacionista son conclusivas.[16] Más aún, creer en la 
verdad literal de la Biblia es creer, como mínimo, en dos relatos contradictorios de la 
creación. En Génesis 1:26-1, Dios crea las plantas y los árboles el tercer día, los peces y las 
aves el quinto día, el resto de animales al principio del sexto día, y el hombre y la mujer, a 
su propia imagen y semejanza, al final del sexto día. En Génesis 2, por otro lado, Dios crea 
primero un varón humano a partir del polvo; solo después crea un jardín donde crecen 
plantas y árboles y luego, a partir de la tierra, crea todos los animales y aves (no hay 
mención de los peces), hasta que finalmente crea una mujer a partir de la costilla del 
hombre.
También resulta ilógico que los creyentes en la verdad literal del Corán crean que 
Dios creó la Tierra y los cielos en ocho días (Sura 41:9-12) y que creara la Tierra y los 
cielos en seis días (Sura 7:54).
Metáfora
Barbara Sproul, una de las principales especialistas en mitos sobre el origen, 
defiende que, pese a que no son literalmente ciertos, los mitos se sirven de metáforas para 
expresar sus verdades. La única evidencia que cita es la interpretación que el etnólogo 
Marcel Griaule realiza de la explicación de un sabio dogón que afirma que el mito de su 
pueblo debe entenderse en palabras del mundo inferior. Para el resto, explica lo que en 
realidad significan los distintos mitos sobre el origen. Así, en el mito de Heliópolis, el dios 
creador que se masturba y crea con ello el mundo representa la dualidad interiorizada y 
manifiesta que toda dualidad «se convierte en sagrada y revela la naturaleza de la realidad 
solo si comprendemos lo que quiere dar a entender con ello».[17] No aporta evidencias que 
sustenten que los creadores de mitos de Heliópolis, y menos aún la población de Heliópolis 
de hace cinco mil años, compartieran sus conclusiones. Para otros ejemplos que cita resulta 
difícil evitar la impresión de que está proyectando en los mitos interpretaciones propias y 
características de finales del siglo xx. Si el 63 por ciento de la nación tecnológicamente más 
sofisticada del mundo cree que el mito de la creación del Génesis es literalmente cierto, ¿es 
razonable suponer que las tribus nómadas de hace cuatro mil años, o incluso los escribas 
del rey Josías de hace dos mil quinientos años, pensaran que era una metáfora?
Por mucho que sea razonable llegar a la conclusión de que, por su contexto, algunos 
de los relatos sobre el origen, como los de las Upanishad, emplean deliberadamente la 
metáfora, Sproul no aporta pruebas que demuestren que la mayoría de esos mitos fueran 
concebidos o reconocidos como otra cosa que no fuera un relato literal.
Aspecto de realidad absoluta
Sproul sostiene que todaslas religiones declaran una realidad absoluta que es a la 
vez trascendente (verdadera en todo momento y lugar) e inmanente (verdadera en el aquí y 
ahora), y que «Solo los mitos de la creación tienen como finalidad principal la 
proclamación de esta realidad absoluta».[18] Además, su conjunto de mitos de la creación 
«no muestra ninguna disparidad esencial en su comprensión, sino que revela una similitud 
de visiones a partir de una amplia variedad de puntos de vista».[19]
Así pues, muchos mitos sobre el origen mencionan polos opuestos: luz y oscuridad, 
espíritu y material, macho y hembra, bien y mal, etc. Los más profundos identifican Ser y 
No-ser y algunos, como la Chandogya Upanishad, afirman que el No-ser surge a partir del 
Ser, mientras que otros, como un mito maorí, asevera que el No-ser en sí mismo es el 
origen de todo Ser y No-ser. Algunos ven el origen de toda esta polaridad como el Caos, 
que incluiría todas las distinciones posibles; la creación se produce cuando el Caos se 
fusiona y toma forma y actúa sobre todo lo no formado para crear más distinciones y, con 
ello, crear el mundo. «En este caso, ¿qué es la realidad absoluta? ¿El Caos en sí mismo? ¿O 
el hijo del Caos que actúa sobre él? Ambos. Son uno». [20]
Las diferencias aparentes surgen porque los mitos hablan de lo desconocido en 
términos de lo conocido, normalmente utilizando formas antropomórficas o sirviéndose de 
palabras relacionadas para intentar describir lo absoluto. Según Sproul, incluso el rechazo 
de un acto de creación por parte de los budistas, los jainistas y los yoguistas, separa su 
universo eterno del universo creado; los mitos que relatan sucesos de creación 
temporalizan, simplemente: hablan de lo absoluto en términos de lo primero.
La reivindicación de que todos los mitos sobre el origen revelan aspectos de la 
misma realidad absoluta resulta fascinante. No está, sin embargo, sustentada por ninguna 
evidencia. Queda igualmente explicada por la interpretación que Sproul realiza de estos 
mitos según sus propias creencias de lo que constituye la realidad absoluta.
Verdad arquetípica
Según Sproul, que fue alumna de Joseph Campbell, los mitos de la creación son 
importantes no solo por su valor histórico sino también porque revelan valores arquetípicos 
que nos ayudan a comprender nuestro crecimiento personal «físicamente, mentalmente y 
espiritualmente, en el contexto del flujo cíclico de ser y no-ser y, finalmente, en la unión 
absoluta de los dos».[21]
Su utilización de los conceptos de Campbell, derivados de la psicología de Jung, no 
logra presentar una explicación convincente.
Experiencia fetal
El biólogo molecular Darryl Reanney sugiere que el tema común de unas aguas 
oscuras e informes preexistentes en las que aparece la luz y nace el universo podría 
explicarse por los recuerdos subliminales del feto que experimenta el nacimiento al emerger 
de las aguas oscuras, informes y nutritivas del útero. «Las huellas que la experiencia del 
nacimiento deja en el cerebro pre-natal predisponen a los mitos a desarrollar 
configuraciones concretas de imaginería simbólica que tocan teclas extremadamente 
receptivas desde un punto de vista psicológico».[22] Para sustentar su teoría, afirma que a 
partir del séptimo mes de embarazo es posible registrar actividad eléctrica en el córtex 
cerebral del feto (datos más recientes sugieren que puede registrarse antes del sexto mes).
[23]
Se trata de una conjetura interesante, pero es difícil entender de qué manera podría 
validarse o refutarse.
Sugiero tres explicaciones más.
Comprensión limitada de los fenómenos naturales
En la fase de la evolución humana en la que se desarrollaron estos mitos, la mayoría 
de culturas poseía una comprensión errónea o limitada de las fuerzas naturales y, con la 
excepción de India occidental y ciertas partes de China, la indagación filosófica ni siquiera 
existía.
El elemento de las aguas primigenias común en tantos mitos podría tener su origen 
en el motivo por el que muchos pueblos neolíticos tardíos instalaron sus poblados a orillas 
de un río. Utilizaban el agua para beber, para seguir con vida y para regar sus cultivos. El 
agua era fuente de vida y de fertilidad y antes del desarrollo de las ciudades solía estar 
asociada con el espíritu y la divinidad de la vida.
La mayoría de mitos se remonta a culturas de la Edad de Bronce en las que la 
ciencia, con la excepción de la astronomía, era completamente desconocida. Cuando a los 
hombres sabios se les preguntaba cuál era el origen del mundo, recurrían a sus propias 
experiencias de creación para dar la respuesta. Hombres y animales eran resultado de la 
unión sexual de sus padres y madres y, en consecuencia, también el mundo tenía que ser 
resultado de la unión de un padre y una madre. Para fertilizar el mundo, este padre tenía 
que ser todopoderoso, y la fuerza más poderosa que conocían era el cielo, de donde 
provenía el calor del sol, los truenos, los rayos y la lluvia que fertilizaba todo lo que crecía. 
Para gestar el mundo, la madre tenía que ser tremendamente fecunda, y lo más fecundo que 
conocían era la tierra, de donde provenían los árboles, la vegetación y los cultivos. De ahí 
el dios-cielo padre y la diosa-tierra madre.
Sabios de distintos pueblos consideraron el huevo como el objeto a partir del cual 
emerge la vida. De ahí que el cosmos, o el dios que lo crea, hubieran surgido de un huevo. 
Otros sabios tomaron debida nota de los ciclos del sol, la luna, las estaciones y los cultivos. 
Todos ellos menguan, mueren, resurgen y se desarrollan en una serie aparentemente eterna. 
Así, dedujeron, debe de ser cómo funcionan los elementos esenciales del universo y cómo 
debe de funcionar el universo en sí.
Necesidad política y cultural
En la Edad de Bronce, los espíritus de la naturaleza invocados por los 
cazadores-recolectores y por las culturas agrícolas primitivas evolucionaron para 
transformarse en dioses, cuya jerarquía funcional es un reflejo de la de las ciudades-estado, 
mientras que sus mitos sobre el origen, por otra parte, solían satisfacer una necesidad 
política o cultural.
Atum, el dios creador autosuficiente venerado en Heliópolis durante el cuarto 
milenio a. C., fue degradado por los teólogos del faraón Menes a hijo y funcionario de Ptah, 
que hasta el momento había sido simplemente el dios del destino, y al que quisieron elevar 
a la categoría de dios creador porque era una deidad local de Menfis, lugar donde Menes 
construyó allí la nueva capital.
La creación de mitos a través de la batalla primordial conforma habitualmente esta 
explicación. Así, vemos como en el mito babilónico de Enüma Elish, Marduk mata a 
Tiamat y a sus monstruos del Caos y se erige como dios creador supremo, lo que santifica y 
legitima el triunfo de los babilónicos sobre los antiguos poderes sumerios y la imposición 
de su orden en la totalidad de Sumeria.
Las evidencias arqueológicas descubiertas a finales del siglo xx sugieren que el 
relato bíblico de la creación, escrito según la palabra de Dios, se explica probablemente por 
una necesidad política y cultural. A finales del siglo vii a. C., el rey Josías encargó a sus 
escribas que recopilaran los mitos y las leyendas de la región en un texto canónico cuyo 
objetivo era santificar y legitimar la unión de su reino de Judea con el derrotado reino de 
Israel y dejarlo bajo un único gobierno absoluto patriarcal y un único ordenamiento 
jurídico. Yahvé, el dios local de Judea, que en sus orígenes tenía como esposa a la diosa 
Asherá, se convirtió no solo en el dios principal, sino también en el único dios. Yahvé es el 
nombre que se aplica a Dios en el relato de la creación que aparece en Génesis 2. Pero para 
convencer al pueblo de Israel de que aceptara la unión, se intentó que fuera igual que sus 
dioses. Elohim, el nombre que recibe Dios en Génesis 1, es el término genérico empleado 
para cualquier ser divino y lo utilizaban los cananeos, cuyo territorio y cultura habían 
adoptado los israelitas, parareferirse a su panteón de dioses; en Génesis 1, los dioses pasan 
a formar una sola deidad. En un reflejo del papel de gobernador absoluto del reino unido de 
Judea e Israel que Josías quería santificar, a este único Dios le bastaba con decir una cosa 
para que se cumpliera; y así se creó el mundo. Pero este cambio de mitos no es prerrogativa 
del conquistador. La historia de la creación de los chiricahua apaches es una fusión 
tragicómica del Antiguo Testamento y su mitología previa a la conquista. El Diluvio bíblico 
ahoga a todo aquel que veneraba a los dioses de la montaña del Rayo y el Viento. Cuando 
las aguas se retiran, se pone ante dos hombres un arco y una flecha y un rifle. Uno coge el 
rifle y se convierte en el hombre blanco, mientras que el otro tiene que quedarse con el arco 
y la flecha y se convierte en el indio.
Visión mística
Algunas culturas de India y China valoraban el entrenamiento de la mente para 
concentrarse en el interior y adquirir conocimientos directos fusionándose con el objeto a 
estudiar. A través de la meditación, los videntes de India tuvieron la visión de que atman, el 
Yo esencial, era idéntico al universo, que a su vez era idéntico a Brahmán, la inefable 
entidad omnipresente de la que procedía. Esta visión mística es muy similar a la de los 
primeros taoístas y a la de los posteriores videntes de otros países. Es importante distinguir, 
sin embargo, entre la esencia de estas visiones comunes y las interpretaciones culturalmente 
sesgadas que realizaron los discípulos, que a menudo mostraban una falta de comprensión 
de los fenómenos naturales o eran un reflejo de una necesidad social o política.
El test de las evidencias y del razonamiento
Carecemos de evidencias que validen científicamente los mitos sobre el origen y las 
explicaciones que podamos hacer de ellos. Poseemos, sin embargo, evidencias suficientes 
para refutar la verdad literal de la mayoría de estos mitos, incluyendo los que declaraban 
haber sido revelados por un Dios externo y trascendente.
La comprensión limitada, o incluso falsa, de los fenómenos naturales, sumada a 
necesidades culturales y políticas y a las interpretaciones culturalmente sesgadas de las 
visiones místicas podrían ser explicaciones más prosaicas que las ofrecidas por muchos 
mitólogos, etnólogos, psicólogos y otros eruditos, aunque no puedo citar evidencias 
conclusivas que apoyen esto. Sin embargo, ellos tienen la ventaja de mostrarse de acuerdo 
con estos hechos, como bien sabemos, y han llegado a dicho acuerdo aplicando la navaja de 
Ockham o, lo que es lo mismo, la regla científica de la parsimonia: son la explicación más 
sencilla.
Los relatos sobre el origen que sustentan su reivindicación de veracidad no en las 
evidencias materiales, ni en la racionalidad ni en la revelación por parte de un Dios 
trascendente, sino en la visión mística, no pueden ser ni validados ni refutados por la 
ciencia ni por el razonamiento. Volveré a tratar con mayor profundidad la visión mística 
cuando hable sobre el desarrollo del pensamiento filosófico. Sin embargo, desde una 
perspectiva puramente científica y racional, la mayoría de mitos entra dentro de la categoría 
de superstición, que definiré como
Superstición: creencia que entra en conflicto con las evidencias o para la que no 
existe una base racional y que surge normalmente como consecuencia de una falta de 
entendimiento de los fenómenos naturales o del miedo a lo desconocido.
El porqué de su supervivencia
Una explicación del porqué los mitos sobre la creación sobreviven incluso en 
culturas científicamente avanzadas como la nuestra la encontramos en que la ciencia solo 
examina el mundo físico, pero existe una realidad principal que trasciende ese mundo 
físico; todos los mitos sobre la creación expresan esta realidad principal en términos —a 
menudo antropomórficos— que son un reflejo de las distintas culturas.
Y a pesar de que esto podría ser cierto en muchos casos, hay demasiados mitos que 
son mutuamente contradictorios con esta propuesta para que podamos considerarla válida 
en términos generales. Una explicación más simple es que la supervivencia de estas 
creencias no es el testimonio de su veracidad, sino más bien el poder de inculcación que 
han tenido doscientas generaciones de sociedades humanas en el transcurso de más de 
cinco mil años.
Influencia sobre el pensamiento científico
La supervivencia de estos mitos no solo resistió la primera revolución científica, 
sino que los arquitectos de esa revolución jugaron su papel al descubrir las leyes por las que 
el Dios judeo-cristiano gobernaba el universo que había creado. Isaac Newton, el 
consumador de esa revolución, creía que el universo «solo podía provenir del 
asesoramiento y el dominio de un ser inteligente y poderoso».[24]
Los mitos sobrevivieron también a la segunda revolución científica, que se inició a 
mediados del siglo xix con los argumentos de Darwin a favor de la evolución biológica y 
que culminó en el primer tercio del siglo xx con la transformación que supusieron para la 
física las teorías de la relatividad y de la mecánica cuántica. Darwin abandonó sus creencias 
cristianas y acabó su vida en el agnosticismo,[25] pero Albert Einstein, el creador de las 
teorías de la relatividad especial y de la relatividad general, compartía con Newton la 
creencia de que el universo había sido creado por una inteligencia suprema, aunque negaba 
la intervención de ese Dios en los asuntos humanos.[26]
Muchos pioneros de la teoría cuántica abrazaron la creencia de que la materia no 
existe de manera independiente sino solo como una construcción de la mente. Erwin 
Schodinger, por ejemplo, estuvo toda la vida fascinado por la visión de las Upanishad de 
que todo, incluido el universo, proviene de la conciencia de Brahmán, la realidad definitiva 
que existe fuera del espacio y del tiempo;[27] hasta qué punto influyo esto en su trabajo es 
una pregunta que permanece abierta. Lo que sí es evidente es que el pensamiento científico 
de David Bohm estuvo influido por esta creencia. [28]
Hoy en día, una minoría de científicos profesa públicamente su fe religiosa. Entre 
ellos destacan John D. Barrow, cosmólogo y miembro de la Iglesia unida reformada de 
Cristo Emanuel; Francis Collins, antiguo director del Proyecto del genoma humano y 
cristiano evangélico, que ve el «ADN, la molécula de información de todas las cosas vivas, 
como el lenguaje de Dios, y la elegancia y la complejidad de nuestro cuerpo y del resto de 
la naturaleza como un reflejo del plan de Dios»[29] y Ahmed Zewail, musulmán y Premio 
Nobel de Química en 1989. En general, estos científicos sostienen que la ciencia y la fe 
religiosa operan en terrenos distintos, aunque algunos, como John Polkinghorne, físico 
teórico y sacerdote anglicano, promueven activamente el debate sobre la intersección entre 
ciencia y teología.
Alejándose del mito, la ciencia nos ofrece una comprensión más clara del origen del 
universo y, a partir de ahí, de la materia y la energía a partir de las cuales evolucionamos. 
¿O no?
[1]1 El día que los científicos de la NASA anunciaron que los datos de la sonda 
espacial Wilkinson Microwave Anisotropy Probe (WMAP), habían confirmado el modelo 
del Big Bang y les habían per mitido determinar la edad del universo con un uno por ciento 
de margen de error, una exactitud sin precedentes. El 21 de marzo de 2013, científicos de la 
Agencia Espacial Europea anunciaron que los datos de su telescopio espacial Planck 
indicaban que dicha edad debía ser revisada y establecerse en 13,82 miles de millones de 
años.
[2]2 Véase el glosario, al final del libro, para una explicación más detallada de estos 
términos.
|3|l^’a las traducciones, he utilizado The Rig Veda (1896) y The Upanishads 
(1987).
[4] Para la mayoría de mitos resumidos en este capítulo, he recurrido a Sproul (1991) 
y Long, Charles H., «Creation Myth», EncyclopwdiaBritannica Online, 2014.
[5] Graves (1955), p. 27.
[6] Sproul (1991), pp. 19-20.
[7] VéaseKak, Subhash C., «Archaeoastronomy and Literature», Current Science, 
73: 7, 1997, pp. 624-627 como ejemplo de un grupo pequeño pero creciente de académicos 
indios que desafían lo que consideran la interpretación colonial de la historia y la cultura 
indias enraizada en la intelectualidad victoriana.
[8] Finkelstein y Silberman (2001).
[9] The RevisedEnglish Bible (1989), Génesis 1:1.
[10] The Holy Qur’an (1938), Sura 7:54 y Sura 41:9-12.
[11] Buda (1997).
[12] Según una encuesta llevada a cabo el 21 y 22 de abril de 2005 por Rasmussen 
Reports.
[13] Las ramas místicas y más modernas del islam están hoy en día marginadas, 
véase Ahmed (2007).
[14] Ussher (1581-1656) era arzobispo de Armagh, Irlanda, por lo que se supone 
que la hora corresponde con la del meridiano de Greenwich.
[15] Los cálculos de Ussher aparecen en Gorst (2001). Para apoyos contemporáneos 
véase, por ejemplo, la Creation Science Association y su página web 
http://www.csama.org/ .
[16] Véase, por ejemplo, Kitcher (1982); Futuyma (1983).
[17] Sproul (1991), p. 17.
[18] Ibíd, p. 6.
[19] Ibíd, p. 4.
[20] Ibíd, p. 10.
[21] Ibíd, p. 29.
[22] Reanney (1995), p. 99.
[23] Finkelstein y Silberman, (2001).
[24] Citado en Snobelen, Stephen D., «God of Gods and Lord of Lords: The 
Theology of Isaac Newton’s General Scholium to the Principia», Osiris, 16, 2001, 
pp.169-208.
[25] Véase el apéndice cuando trata sobre sus creencias religiosas en Darwin, 
Charles (1929).
[26] Einstein (1949).
[27] Schrodinger (1964).
[28] Véase Krishnamurti y Bohm (1985), (1986), (1999).
[29] http://www.cnn.com/2007/US/04/03/collins.commentary/index.html, consultado 
el 6 de febrero de 2008.
http://www.csama.org/
http://www.cnn.com/2007/US/04/03/collins.commentary/index.html
CAPÍTULO 3. EL ORIGEN DE LA MATERIA: LA TEORÍA ORTODOXA 
DE LA CIENCIA
A mí, esa teoría del Big Bang siempre me pareció insatisfactoria.
Fred Hoyle, 1950
[El Big Bang] es un testimonio de aquel fiat lux primordial.
Papa Pío XII, 1951
Somos materia. Podríamos ser algo más que materia. Podríamos ser 
manifestaciones de una conciencia cósmica, como defienden las visiones místicas, o 
simulaciones tridimensionales generadas por un ordenador súper inteligente, como propone 
una conjetura filosófica. Pero el objetivo de este estudio es establecer lo que sabemos en la 
actualidad, o lo que podemos deducir de un modo razonable, a partir de la experimentación 
y la observación del mundo que percibimos: es decir, lo que la ciencia nos cuenta sobre qué 
somos y de dónde venimos.
El punto de partida, por lo tanto, es lo que conocemos sobre el origen de la materia 
a partir de la ciencia, y la teoría ortodoxa actual de la ciencia es que la materia y la energía 
tienen su origen en el Big Bang que se produjo hace 13,8 miles de millones de años.
Me gustaría destacar la palabra «actual» porque tanto los medios de comunicación 
como los libros científicos más populares presentan las teorías científicas, e incluso las 
conjeturas, como si fueran hechos indiscutibles. Las teorías científicas cambian. Para dejar 
claro este hecho, describiré la teoría imperante en la primera parte del siglo xx, explicaré 
por qué y cómo cambió para dar lugar al modelo del Big Bang, examinaré los problemas 
que presenta el modelo y consideraré las soluciones que proponen los cosmólogos actuales 
para hacer frente a dichos problemas.
Primera mitad del siglo xx
De haber escrito este libro en 1928, habría dicho que la teoría ortodoxa actual de la 
ciencia es que el universo es eterno e invariable.
Era una teoría tan establecida que Einstein cometió lo que posteriormente reconoció 
como el mayor error de su vida. En 1915 presentó su Teoría general de la relatividad, que 
incorporaba la gravedad en su descripción de toda la materia y las fuerzas conocidas. Sin 
embargo, cuando la aplicó al universo como un todo, descubrió que predecía un universo 
cambiante —la fuerza de la gravedad provocaba el efecto de unir toda la materia del 
universo—, razón por la cual dos años después introdujo una constante arbitraria, Lambda 
(A), en sus ecuaciones de campo. Realizando los ajustes necesarios al nivel de Lambda, 
consiguió que ese término adicional de las ecuaciones equilibrara exactamente la fuerza de 
la gravedad, produciendo, en consecuencia, un universo estático.
Durante los quince años siguientes, todos los teóricos físicos aceptaron la propuesta 
porque estaba respaldada por la evidencia: las estrellas se movían muy poco. El concepto 
de universo estático siguió imponiéndose incluso después de que el astrónomo Edwin 
Hubble demostrara en 1924 que en la única galaxia conocida por aquel entonces —la Vía 
Láctea— había manchas difusas de luz que no eran nubes de gas, sino galaxias de estrellas 
muy lejanas.
Entre 1929 y 1931, sin embargo, Hubble demostró que en la luz emitida desde esas 
galaxias remotas había un desplazamiento al rojo, y que ese desplazamiento al rojo 
aumentaba cuanto más lejos estaban de nosotros. La luz roja consiste en una mezcla de 
colores que se revela cuando un prisma se descompone en un espectro de longitudes de 
onda, siendo las longitudes de onda más cortas de color azul y las longitudes de onda más 
largas de color rojo. Cuando una fuente de luz se aleja del observador, su longitud de onda 
aumenta y se desplaza hacia el extremo rojo del espectro. Las observaciones de Hubble 
fueron interpretadas como un signo de que las galaxias se alejan de nosotros y que cuánto 
más lejos están, a mayor velocidad se mueven.
No fue hasta entonces que los teóricos físicos se tomaron en serio el trabajo de 
aquellos que habían producido soluciones distintas a las ecuaciones de campo de la 
relatividad general de Einstein y que daban como resultado un universo en expansión. Uno 
de ellos fue el jesuíta y científico belga Georges Lemaitre, que en 1927 incorporó los datos 
de Hubble a sus propias ideas y planteó la expansión del universo con carácter retrospectivo 
para obtener su hipótesis del átomo primitivo. La hipótesis defendía que en el tiempo cero, 
todo lo que contiene el universo —toda la luz y todas las galaxias, estrellas y planetas— 
estaba comprimido en un único átomo súper denso que explotó y formó un universo en 
expansión.
En 1948, el astrónomo Fred Hoyle se refirió en tono despectivo a esta hipótesis 
como el Big Bang después de haber desarrollado, junto a Thomas Gold y Herman Bondi, la 
teoría del estado estacionario. Según esta hipótesis, el universo está en expansión pero no a 
partir de un punto, sino que la materia se crea continuamente en el espacio en expansión y 
produce una densidad uniforme en un universo infinitamente grande.
Durante la década posterior a la Segunda Guerra Mundial, varios teóricos físicos 
volcaron su atención hacia el rompecabezas de la cosmogénesis, o cómo se inició el 
universo. Enrico Fermi, Edward Teller, Maria Mayer, Rudolf Peierls, George Gamow, 
Ralph Alpher y Robert Herman estuvieron entre los que examinaron la idea del Big Bang.
Gamow, Alpher y Herman intentaron averiguar de qué modo pudieron crearse todos 
los tipos de átomos que vemos hoy en día en el universo a partir del plasma increíblemente 
pequeño, denso y caliente de protones, neutrones, electrones y fotones de la hipótesis.[1] 
Demostraron que los núcleos de helio y los isótopos[2] de hidrógeno estarían producidos 
por la combinación de protones y neutrones en los tres primeros minutos posteriores al Big 
Bang, puesto que aquel plasma se expandió y se enfrió a una temperatura inferior a mil 
millones grados Kelvin.[3] El cálculo de Alpher y Herman sobre la proporción de 
hidrógeno y helio producido de esta manera encaja aproximadamente con el que se observa 
en el universo, lo que viene a sustentar la hipótesis del Big Bang pero ni ellos ni nadie, 
debido a la inestabilidad de los núcleos formados por una combinación de cinco u ocho 
protones y neutrones, fue capaz de demostrar cómo debieron crearse los elementos más 
pesados. Todo ello sembró dudas sobre el Big Bang, y Fermiy sus colegas lo dejaron como 
un modelo de cosmogénesis.[4]
Según el relato ortodoxo, Gamow y Alpher calcularon que, después de trescientos 
mil años de expansión a partir del Big Bang, el plasma se enfrió hasta alcanzar una 
temperatura de 4.000 K,[5] momento en el cual los electrones con carga negativa fueron 
capturados por los núcleos atómicos con carga positiva para formar moléculas de hidrógeno 
diatómicas estables y eléctricamente neutras, sus isótopos, y átomos de helio. Los fotones 
—partículas de radiación electromagnética con carga neutra— dejaron entonces de estar 
vinculados al plasma y se separaron para viajar libremente por el espacio en expansión. 
Con ello, se enfriaron y su longitud de onda se incrementó. Cuando el universo alcanzó su 
tamaño actual, esa longitud de onda se situó en la región de las microondas y llenó todo el 
espacio, produciendo un fondo cósmico de microondas. En 1948, esos científicos estimaron 
que la temperatura de este fondo cósmico de microondas era aproximadamente de 5 K. En 
1952, Gamow estimó que la temperatura se situaba alrededor de 50 K.[6]
Entretanto, Fred Hoyle y sus colegas demostraron que los elementos más pesados 
podían ser producto de una fusión nuclear en el interior de las estrellas.
Esta obra de la postguerra, por lo tanto, dejo la teoría del estado estacionario y el 
Big Bang como dos hipótesis en competencia para explicar el origen del universo: la 
primera sostenía que el universo era eterno y que, en consecuencia, no había principio, 
mientras que la segunda defendía que el universo empezó como una explosión de luz y 
plasma a partir de un punto.
Sin esperar las evidencias que la comunidad científica necesitaba y, de este modo, 
poder elegir entre las dos, la iglesia católica romana emitió su veredicto. En 1951, el papa 
Pío XII dijo a la Pontificia Academia de las Ciencias que el Big Bang era un testimonio del 
relato de la creación plasmado en el Génesis, cuando Dios dijo que se hizo la luz. La 
alacridad con la que la Iglesia respondió a esta hipótesis científica contrasta con los 
doscientos años que fueron necesarios para que aceptase que Galileo tenía razón cuando sus 
observaciones sustentaron la teoría de Copérnico de que la Tierra no es el centro del 
universo, sino que la Tierra y los demás planetas orbitan alrededor del sol.
A diferencia de la iglesia católica, la comunidad científica siguió dividida entre los 
seguidores del Big Bang y los de la teoría del estado estacionario hasta 1965, momento en 
el cual, según la versión ortodoxa de la historia, un descubrimiento casual produjo las 
evidencias decisivas.
Los astrónomos Arno Penzias y Robert Woodrow Wilson no conseguían eliminar el 
«ruido» de fondo que llegaba desde todas las regiones del firmamento cuando las 
observaban a través de su radiotelescopio en los Bell Laboratories de Nueva Jersey. 
Pidieron consejo a Robert Dicke, de Princeton, que, sin que ellos estuvieran al corriente, 
llevaba tiempo intentando encontrar la radiación de fondo cósmico de microondas predicha 
por Gamow. Dicke se dio cuenta entonces de que este «ruido» uniforme en la región de las 
microondas era esta radiación que se había enfriado a una temperatura de 2,7 K.[7]
Rara vez, si alguna, se comenta que Geoffrey Burbridge, profesor de astrofísica de 
la Universidad de California, afirmó que este relato ortodoxo está distorsionado. Según él, 
la elección de parámetros que Alpher y Herman realizaron para sus ecuaciones fue lo que 
hizo que la proporción entre hidrógeno y los demás elementos ligeros que presentaron se 
correspondiera aproximadamente a la proporción observada. Más aún, señaló que el 
descubridor de la radiación de fondo cósmico de microondas fue Andrew McKellas, que 
estimó además su temperatura entre 1,8 y 3,4 K, y que publicó dichos descubrimientos en 
1941; alegó que Gamow conocía como mínimo estos resultados y que, por lo tanto, no 
predijo la radiación de fondo cósmico de microondas que las observaciones posteriores 
confirmaron.[8]
Sin embargo, el relato ortodoxo prevaleció y Penzias y Wilson recibieron un Premio 
Nobel por su descubrimiento. La inmensa mayoría de la comunidad científica adoptó el Big 
Bang como modelo para el origen del universo y los que no se mostraron de acuerdo con él 
lo pasaron realmente mal. Según John Maddox, la continuada adhesión de Hoyle a la teoría 
del estado estacionario «lo condenó al ostracismo de sus colegas académicos y a la renuncia 
sin precedentes de su puesto como profesor en Cambridge».[9]
Probablemente, este último hecho fue una consecuencia de las duras críticas de 
Hoyle a las evidencias contra la teoría del estado estacionario que presentó su colega 
académico en Cambridge, Martin Ryle, y que acabaron con la enemistad entre los dos. Y 
mientras que Hoyle jamás consiguió un nuevo puesto académico, Ryle acabó 
convirtiéndose en Astrónomo Real de Gran Bretaña y siendo galardonado con un Premio 
Nobel. De manera inexplicable, el Premio Nobel de 1983, concedido por el trabajo sobre la 
nucleosíntesis estelar, fue otorgado únicamente a William Fowler e ignoró tanto a Hoyle 
como a Geoffrey y Margaret Burbidge, los otros tres autores del trascendental documento 
de 1957 que describe en detalle cómo se forman en el interior de las estrellas todos los 
elementos naturales distintos al hidrógeno y el helio. Fowler reconoció libremente que 
Hoyle fue el primero en establecer el concepto de nucleosíntesis estelar y que se había 
incorporado a Cambridge con una beca Fullbright con el único fin de trabajar con 
Hoyle.[10]
El relato ortodoxo ejemplifica el método científico según el cual una teoría 
consolidada —el universo eterno— queda descartada cuando nuevos datos confirman 
predicciones realizadas por una hipótesis distinta —el Bing Bang—, que pasa entonces a 
convertirse en la teoría ortodoxa. En el trato recibido por Hoyle, ejemplifica también el 
comportamiento de la clase dirigente científica hacia aquellos que se muestran 
disconformes con la ortodoxia.
Desde mediados de la década de los sesenta del siglo pasado, el modelo del Big 
Bang se ha mantenido con la misma convicción que mantenía la teoría del universo eterno e 
invariable en 1928. ¿Pero siguen las evidencias validando este modelo y, en caso contrario, 
como ha respondido la comunidad científica?
La teoría actual: el Big Bang
Para ver si el modelo del Big Bang ofrece una explicación satisfactoria del origen 
del universo, debemos examinar su base teórica.
Base teórica
A diferencia del método científico[11] comúnmente aceptado, la teoría del Big 
Bang no derivó de la observación sino que surgió a partir de soluciones a las ecuaciones de 
la teoría general de la relatividad de Einstein, una de las cuales fue seleccionada por ser la 
que mejor encajaba con las observaciones.
La visión de Einstein produjo leyes del movimiento que no dependen de que el 
observador se mueva de un modo particular en relación con lo que está observando. 
Einstein asumió que la velocidad de la luz (c) es constante, que es la misma para todos los 
observadores en cualquier momento y en todas las partes del universo, y que no hay nada 
que pueda viajar más rápido. Su teoría de la relatividad especial de 1905 aporta la idea de 
que espacio y tiempo son independientes y absolutos: ofrece una matriz espacio-tiempo de 
cuatro dimensiones en la que el espacio o el tiempo podrían expandirse o contraerse 
dependiendo del movimiento del observador, pero el espacio-tiempo es igual para todo el 
mundo.
Una consecuencia de la teoría de la relatividad especial es que la masa (m) y la 
energía (E) son equivalentes, lo que queda reflejado en la famosa ecuación E = mc2.
Cuando Einstein incorporó la gravedad a estas leyes del movimiento para producir 
una teoría general de la relatividad, su visión era que la gravedad no es una fuerza que actúa 
instantáneamente entre masas, según definía la ley de Newton, sino que es una distorsión en 
el tejido espacio-tiempo provocada por la masa y que, cuántomás grande sea la masa, 
mayor será la distorsión. Estas distorsiones dictan entonces el movimiento de otras masas 
en el espacio-tiempo. Para parafrasear a John Archibald Wheeler, la materia le dice al 
espacio-tiempo cómo debe curvarse y el espacio-tiempo le dice a la materia cómo debe 
moverse.
Para producir una ecuación que cuantificara este concepto y permitiera realizar 
predicciones, Einstein utilizó una rama complicada de las matemáticas, conocida como 
geometría diferencial, que se ocupa de las superficies curvas. Llegó de este modo a lo que 
hoy en día se conoce como las ecuaciones de campo de Einstein. Se utiliza el plural porque 
la ecuación única contiene tensores[12] que tienen diez posibilidades lo que genera, a todos 
los efectos, diez ecuaciones. Las muchísimas soluciones posibles a estas ecuaciones 
producen muchos universos teóricos y el reto consistía en descubrir la solución que mejor 
encajara con los datos observacionales.
Fjfiw 3 • /. Rqwr$rirffw»w f'tfrwmjrjinad Je h rununmi Jri MjfUfo'ftrmjM 
ahvJedor Jr una num esfrrva, nvirf podría ser una estrella
Resolver estas ecuaciones es extremadamente difícil. Los intentos fueron liderados 
por cuatro hombres. Además de Einstein y Lemaitre, los otros dos fueron el astrónomo 
holandés Willem de Sitter y el meteorólogo ruso Alexander Friedmann.
Simplificación de supuestos: isotropía y omnicentrismo
Todos ellos realizaron dos supuestos con fines de simplificación: en cualquier 
momento dado, el universo es el mismo independientemente de la dirección hacia la que 
miremos (es isotrópico) y esto sigue siendo cierto si observamos el universo desde 
cualquier otra parte (es omnicéntrico). Estos dos supuestos implican necesariamente que el 
universo es el mismo en todos sus puntos (es homogéneo).[13]
Evidentemente, el supuesto isotrópico no es totalmente válido: las estrellas de 
nuestra galaxia forman una banda perceptible de luz en el cielo nocturno, lo que conocemos 
como la Vía Láctea. Pero los supuestos se hicieron por tres motivos: (a) la intuición de que 
era una buena aproximación a la escala del universo; (b) la creencia de que no ocupamos un 
lugar especial, o privilegiado, en el universo, del mismo modo que Copérnico demostró que 
no ocupamos un lugar único en el sistema solar; y (c) la conveniencia matemática, puesto 
que reduce drásticamente el número de posibles geometrías, o espacios-tiempo, que 
describen la forma del universo pues, si la materia produce curvatura y si el universo es 
homogéneo, la curvatura del universo es la misma en todas partes.
Friedman demostró que una consecuencia de estos supuestos es que el universo solo 
puede tener tres geometrías: cerrada (esférica), abierta (hiperbólica) o plana, cada una de 
las cuales cambia con el tiempo según el factor de escala, o expansión, del universo. Según 
las ecuaciones de campo de Einstein, es la materia lo que curva la totalidad —geometría 
tridimensional más el factor de escala función del tiempo— que define el espacio-tiempo.
Estas matrices matemáticas cambiantes de cuatro dimensiones son difíciles de 
visualizar. La figura 3.2 ofrece solo representaciones bidimensionales de los espacios 
tridimensionales que cambian con el tiempo.
Geometría cerrada
Geometría abierta
Geometría planta
Figura ,12. Rcjwrorariiiri hidimrnrronal de la geometría de /.>< nrilirrrr’r de 
FraaMrarrir (fírnrlOHtr Mmttdófaa r arbitraria).
Friedman demostró que los universos con estas tres posibles geometrías tenían tres 
destinos distintos. El universo cerrado (o esférico) se expande a partir de un Big Bang, pero 
el efecto gravitacional de su materia es lo bastante fuerte como para ralentizar, detener y 
cambiar el sentido de la expansión hasta que el universo en contracción termina en un Big 
Crunch, o gran implosión. El universo abierto (o hiperbólico) se expande a partir de un Big 
Bang, pero el efecto gravitacional de su materia es demasiado débil para detener esta 
expansión, que continúa indefinidamente a un ritmo regular hasta que sus elementos dejan 
de tener contacto entre ellos, lo que conduce a un universo vacío. El universo plano se 
expande a partir de un Big Bang, pero el efecto gravitacional que une su materia equilibra 
exactamente la energía cinética de la expansión, lo que da como resultado que el ritmo de la 
expansión disminuya pero no lo bastante como para detenerla, de modo que el universo se 
expande eternamente a un ritmo de expansión continuamente más lento.
Como consecuencia de los supuestos de simplificación, tanto el universo plano 
como el abierto son necesariamente infinitos en su extensión: si llegaran a un límite 
definido, entrarían en contradicción con el supuesto de que el universo se ve igual desde 
todos los puntos. Pero esto no aplica para un universo esférico: una esfera perfecta tiene el 
mismo aspecto desde todos los puntos de su superficie.
A diferencia de Einstein, Friedman no incorporó una constante arbitraria Lambda 
para conseguir el resultado deseado. En su modelo matemático, la fuerza de la gravedad de 
la materia en relación con la energía cinética de la expansión se expresa como el parámetro 
de densidad crítica Omega (Q). En un universo cerrado, Omega es mayor que 1; en un 
universo abierto, Omega es menor que 1; en un universo plano, Omega es igual a 1.
Después de que Hubble publicara sus datos, la mayoría de científicos llegó a la 
conclusión de que lo que más encajaba con las observaciones era un universo plano 
iniciado a partir de un Big Bang muy caliente, razón por la cual el modelo 
Friedmann-Lemaitre pasó a ser el modelo ortodoxo.[14]
Una geometría cerrada es el análogo tridimensional de la superficie de una esfera: 
en esta geometría, la suma de los ángulos de un triángulo es superior a 180° y la 
circunferencia de un círculo es inferior a n veces su diámetro. Una geometría abierta es el 
análogo de una superficie hiperbólica, o en forma de silla de montar: en este caso, la suma 
de los ángulos de un triángulo es inferior a 180° y la circunferencia de un círculo es 
superior a n veces su diámetro. Una geometría plana es la geometría euclidiana que 
conocemos: la suma de los ángulos de un triángulo es igual a 180° y la circunferencia de un 
círculo es exactamente n veces su diámetro. Las distintas geometrías espaciales cambian 
con el tiempo según el factor de escala, o de expansión, del universo. Sin embargo, si 
introducimos una constante cosmológica distinta a cero, podrá producirse cualquier tipo de 
geometría con cualquier tipo de evolución en el tiempo.
Problemas de la teoría del Big Bang
El universo como sujeto de la investigación científica dejó de ser dominio exclusivo 
de la astronomía observacional y teórica. Surgió entonces una nueva ciencia de la 
cosmología, que definiré como
Cosmología: el estudio del origen, la naturaleza y la estructura a gran escala del 
universo físico, que incluye la distribución y la interrelación de todas las galaxias, cúmulos 
de galaxias y objetos cuasi-estelares.
La teoría de la relatividad había jugado un papel crucial en la investigación del 
universo como un todo en comparación con la astronomía, que tradicionalmente había 
puesto su foco en las estrellas y las galaxias. En la actualidad se utiliza la física de 
partículas, la física de plasmas y la física cuántica, tanto a nivel teórico como experimental, 
para examinar lo que sucedió durante el Big Bang, e inmediatamente después del mismo, 
cuando el universo era increíblemente minúsculo y caliente. Cuando los científicos 
aplicaron estas disciplinas al modelo del Big Bang, se encontraron con cuatro problemas.
Sin constante cosmológica, una densidad de masa lo suficientemente elevada como 
para cambiar el sentido de la expansión produciría un universo cerrado; una densidad de 
masa baja sería insuficiente para cambiar el sentido de la expansión, que seguiría a un ritmo 
constante y llevaría a un universo abierto; si la densidad es igual a la densidad crítica 
tendría una geometría plana: se expandirá eternamente,pero a un ritmo cada vez menor.
J. I. La txvtuíwu de Zn« jouhtuií de bned/nau.
Monopolo magnético
Los físicos de partículas y de plasmas defienden la teoría de que la temperatura 
extremadamente elevada y la energía del plasma inmediatamente posteriores al Big Bang 
tendrían que haber creado monopolos magnéticos, que son partículas con un único polo de 
carga magnética en vez de los habituales dos.[15] Y utilizando la teoría de la relatividad, 
calcularon que el Big Bang tendría que haber producido la cantidad suficiente de los 
mismos como para generar un centenar de veces la densidad de energía observada del 
universo.[16]
En el universo no se ha detectado ni un solo monopolo magnético.
Homogeneidad
Los dos supuestos del modelo ortodoxo producen un universo que es homogéneo, o 
completamente uniforme, mientras que todas las demás soluciones a las ecuaciones de 
campo de Einstein sin estos supuestos, producen universos irregulares.
Contrastando con este modelo, cuando observamos el universo vemos que no es 
completamente uniforme. Tiene sistemas solares, cúmulos de galaxias y supercúmulos, 
todos ellos separados por inmensos vacíos que contienen poca o ninguna materia. La Tierra 
tiene una densidad unas 1030 veces superior a la de la media del universo, el aire que 
respiramos tiene una densidad 1026 veces superior, la densidad media de nuestra galaxia, la 
Vía Láctea, es 106 veces superior, nuestro grupo de galaxias tiene una densidad media 
doscientas veces superior, mientras que los vacíos entre los supercúmulos tienen 
normalmente una anchura de ciento cincuenta años luz.[17]
Si el universo fuese perfectamente homogéneo, no estaríamos aquí para observarlo.
Sin embargo, los cosmólogos piensan que en una escala del tamaño del universo, el 
alejamiento de la homogeneidad es solo de una cienmilésima parte.
El modelo del Big Bang no consigue explicar cómo y por qué el universo debería 
estar tan extremadamente cerca de la homogeneidad perfecta, aunque sin llegar a 
alcanzarla, y permitir aun así la formación de estructuras como nuestro sistema solar, con 
planetas como la Tierra en la que el hombre ha evolucionado.
Isotropía del fondo cósmico de microondas (el problema del horizonte)
El modelo del Big Bang defiende que el fondo cósmico de microondas (FCM) es la 
radiación que se escindió de la materia en estado de plasma unos 380.000 años (según las 
estimaciones revisadas) después del Big Bang, y que perdió energía y que, a medida que el 
universo fue expandiéndose, se enfrió hasta alcanzar su temperatura actual de 2.73 K.
Los detectores de los satélites Cosmic Background Explorer (COBE) y Wilkinson 
Microwave Anisotropy Probe (WMAP) demostraron que esta temperatura es prácticamente 
isotrópica, es decir, que es la misma en todas direcciones. Para alcanzar esta temperatura 
casi uniforme, todas las partículas de radiación (fotones) deberían haberse combinado a 
través de colisiones repetidas justo después de escindirse del plasma.
La teoría de la relatividad afirma que nada puede viajar más rápido que la velocidad 
de la luz. De ahí que, para poder combinarse, la distancia de separación entre los fotones no 
debería ser mayor a la que se puede viajar a la velocidad de la luz. Esta distancia se conoce 
como el horizonte de contacto del fotón.
Sin embargo, el modelo del Big Bang afirma que el ritmo de expansión del universo 
se ralentizó. En consecuencia, en un universo mucho más joven, el horizonte de contacto de 
un fotón era muy inferior al que pueda ser ahora. De ahí que habría sido imposible que 
todos los fotones estuvieran en contacto entre sí justo después de escindirse del plasma. Por 
lo tanto, la energía de los diversos fotones debía de ser distinta y esto tendría que quedar 
patente en la actualidad con distintas temperaturas del fondo cósmico de microondas 
medido en distintas direcciones.
La teoría del Big Bang es incapaz de explicar este conflicto con pruebas 
observacionales.
Planicidad (Omega)
Un universo plano es inestable por definición. Se sustenta mediante el equilibrio 
precario entre la energía cinética de la expansión y la atracción de fuerza gravitacional de 
su materia para producir Omega = 1. Pero los cálculos matemáticos del modelo del Big 
Bang demostraron que Omega es extremadamente sensible, sobre todo en el universo 
primitivo. Las desviaciones ínfimas de la unidad, en un sentido u otro, pueden magnificarse 
muy rápidamente, inclinando el universo hacia una configuración cerrada o abierta. Dicke 
calculó que cuando el universo tenía un segundo de antigüedad, el valor de Omega debió de 
situarse entre 0,99999999999999999 y 1,00000000000000001, es decir, una sensibilidad de 
± 1-17. Si Omega se hubiera desviado de 1 por una cantidad superior a esta cifra, el 
universo habría colapsado en un Big Crunch o se habría expandido hacia el vacío mucho 
antes de que pudieran formarse los sistemas solares y los planetas, y nosotros no estaríamos 
aquí para hacer especulaciones sobre el Big Bang.
La mayoría de cosmólogos deduce, a partir de bases teóricas más que de la 
observación, que el universo se ha estado expandiendo desde que tenía 10-43 segundos de 
vida[18] (por ninguna otra razón que la teoría cuántica[19] se desmorona con un tiempo 
inferior). De ser así, el valor de Omega no podría diferenciarse de la unidad por más de 
10-64, una sensibilidad que resulta inconcebible. [20]
Pero Omega no podía ser exactamente igual a uno desde un buen principio; de ser 
este el caso, el universo jamás se habría expandido.
El modelo del Big Bang no consigue explicar cómo o por qué el valor de Omega 
tiene que situarse tan increíblemente cerca de uno, aunque no ser igual a uno, para permitir 
que el universo se expanda establemente.
Existe un quinto problema, más fundamental si cabe, que la inmensa mayoría de 
cosmólogos no aborda. Consideraré este esqueleto encerrado en el armario en el siguiente 
capítulo, cuando examine lo que el modelo revisado no consigue explicar.
La solución de la teoría de la inflación
Hay una idea que afirma solucionar estos primeros cuatro problemas de un solo 
plumazo.
A quién se le ocurrió la idea fue, y sigue siendo, tema de debate. Alan Guth, del 
Massachusetts Institute of Technology, declara «Protagonicé el debut oficial de la inflación 
en el seminario que impartí en SLAC el 23 de enero de 1989».[21] El ruso Andrei Linde, 
que trabaja actualmente en la Universidad de Stanford, California, reivindica que Alexei 
Starobinsky, David Kirzhnits y él desarrollaron los conceptos esenciales de la inflación en 
la antigua Unión Soviética antes de esa fecha.[22]
Según la versión publicada por Guth en 1981, muy poco después de que se 
produjera el Big Bang el universo sufrió una expansión enorme y casi instantánea que lo 
infló billones de veces en lo que podría haber sido menos de un billón de billones de 
billones de segundo. Para que este fenómeno fuera posible, el universo estaba en un estado 
inestable tremendamente frío; esta inflación decadente acabó deteniéndose y el inmenso 
universo inició la expansión desacelerada que predice el modelo básico del Big Bang.[23]
Después de la inflación, el universo ha quedado convertido en algo tan inmenso que 
solo alcanzamos a ver una mínima fracción del mismo. Y esta es la razón por la cual, igual 
que sucede con un área minúscula en la superficie de un globo gigantesco, nuestra parte 
tiene aspecto plano. Dicho de otra manera, la inflación diluye de tal manera cualquier 
desequilibrio entre la energía explosiva de la expansión y la energía de la fuerza de 
gravedad de la materia del Big Bang que permite que el universo post-inflación 
experimente una expansión desacelerada estable. En efecto, después de la inflación Omega 
queda igual a uno y el universo no está destinado a sufrir una aceleración rápida hacia el 
vacío ni una contracción veloz hacia el colapso: sigue el modelo matemático del universo 
plano. Lo cual soluciona el problema de la planicidad.
La enorme expansión inflacionariaha diluido también cualquier irregularidad 
surgida a partir del Big Bang explosivo. Lo cual soluciona el problema de la 
homogeneidad.
De un modo similar, todos esos monopolos magnéticos existen en algún lugar del 
inmenso universo, pero nuestra región es tan increíblemente minúscula que no contiene 
ninguno. Lo cual soluciona el problema de los monopolos magnéticos.
El universo que somos capaces de ver actualmente, cuyas distancias más lejanas 
están limitadas por la velocidad de la luz y la edad del universo, es solo la región 
post-inflación expandida de lo que fue una parte increíblemente minúscula del universo 
inflacionado. En esta parte increíblemente minúscula, todos los fotones estuvieron en 
contacto y alcanzaron una temperatura uniforme. Lo cual soluciona el problema del fondo 
cósmico de microondas.
La conjetura sobre la inflación de Guth, sin embargo, tenía un punto débil que acabó 
resultando fatal. Su mecanismo para terminar con la expansión exponencial desbocada y 
que permitía que el universo pudiera entonces iniciar su expansión desacelerada según el 
modelo básico de universo plano de Friedmann-Lemaitre, producía en el universo grandes 
heterogeneidades que las observaciones refutan. Guth la retiró después de un año.
Andreas Albrecht y Paul Steinhardt y, por otro lado, Linde, presentaron versiones 
modificadas.
Pero según Linde, estas versiones tampoco funcionaban. Declaró que los problemas 
de la conjetura de la inflación solo quedaron solventados cuando, en 1983, él concibió una 
nueva versión más sencilla en la que prescindía del súper enfriamiento, de los efectos 
cuánticos de la gravedad e incluso del supuesto habitual de que el universo era caliente en 
su origen; se basaba simplemente en los campos escalares. Un campo escalar en un 
concepto matemático según el cual todo punto del espacio está asociado a un escalar, una 
cantidad como la masa, la longitud o la velocidad que queda totalmente especificada por su 
magnitud.[24] Linde se limitó a asumir que el universo tenía todos los campos escalares 
posibles, y que cada uno de ellos tenía todos los valores posibles. Este supuesto otorgó a su 
modelo matemático infinitas posibilidades y produjo, teóricamente, regiones del universo 
que continúan siendo pequeñas y otras que se inflan de manera exponencial. Por su 
naturaleza arbitraria, lo denominó «inflación caótica». Se convirtió en una versión popular 
de la inflación y desde entonces se han propuesto muchas más versiones de la misma.[25]
La conjetura de la inflación no solventa el problema del esqueleto en el armario 
—de hecho, agranda incluso más el tamaño del esqueleto—, pero los cosmólogos se 
sintieron tan aliviados al ver que solucionaba los cuatro problemas que habían identificado, 
que la aceptaron con entusiasmo. De hecho, acordaron ponerle el título de Teoría de la 
inflación y el modelo Inflacionario del Big Bang pasó a convertirse en la ortodoxia 
científica.
Validez de la teoría inflacionaria del Big Bang
Que esta ortodoxia cosmológica revisada ofrezca una explicación científica al 
origen del universo depende de si tanto la teoría básica como el añadido inflacionario son 
válidos en dos sentidos: (a) ¿es fiable la teoría? y (b) ¿está sustentada por observaciones o 
experimentación?
Fiabilidad de la teoría básica
La teoría básica del Big Bang caliente consta de dos partes. La primera es la 
solución a las teorías de campo de Einstein que asume que el universo es tanto 
omnicéntrico como isotrópico (y, por lo tanto, homogéneo) y la elección de un universo 
geométricamente plano. La segunda parte es el modelo estándar de la física de partículas.
El supuesto omnicéntrico no es verificable. Incluso en el caso de que una 
civilización avanzada de una galaxia remota nos hiciera llegar su visión del universo, 
estaría tremendamente obsoleta cuando llegara a nosotros.
A pesar de que tanto el supuesto de isotropía como el supuesto de homogeneidad no 
son totalmente válidos porque el universo está integrado por sistemas solares, galaxias, 
grupos locales de galaxias, cúmulos de galaxias y supercúmulos separados por gigantescos 
vacíos, los cosmólogos creen que estos supuestos son válidos en la escala del universo. Sin 
embargo, cada vez que los astrónomos han examinado secciones grandes a enormes 
distancias con instrumentos cada vez más sofisticados, han descubierto estructuras tan 
grandes como el tamaño de la región examinada. En 1989, Geller y Huchra identificaron 
una estructura casi bidimensional de aproximadamente 650 millones de años luz de 
longitud a la que apodaron la Gran Muralla. En 2005, Gott y sus colegas detectaron la Gran 
Muralla Sloan, de más del doble de longitud que la primera, 1,3 miles de millones de años 
luz, a una distancia aproximada de nosotros de mil millones de años luz. En 2013, Roger 
Clowes y sus colegas identificaron un grupo de cuásares sin precedentes con una longitud
de cuatro mil millones de años luz a una distancia que se sitúa entre ocho y nueve mil 
millones de años luz.[26] En 2014, István Horváth y sus colegas informaron de que en 2013 
habían realizado el descubrimiento de un objeto que multiplicaba por seis el tamaño de la 
Gran muralla Sloan, de una longitud de entre siete y diez mil millones de años luz y a una 
distancia aproximada de diez mil millones de años luz.[27] Los tamaños de estos objetos 
contradicen los supuestos de isotropía y homogeneidad.
En cuanto a la elección de la geometría plana, no podemos verificar la consecuencia 
de que el universo tiene un tamaño infinito.
Más aún, la idea de que el universo, espacio-tiempo incluido, cobra existencia a 
partir de la nada gracias un Big Bang caliente partió de extrapolar la expansión del universo 
al momento de tiempo cero. Pero la teoría cuántica se desmorona en ese momento porque 
su Principio de la incertidumbre defiende que no es posible especificar nada dentro de un 
periodo inferior a 10-43 segundos, lo que se conoce como tiempo de Planck.[28] Además, 
esta extrapolación comprime el universo hasta un punto de densidad infinita donde la 
curvatura del espacio-tiempo es infinita, lo que provoca el derrumbe de la teoría de la 
relatividad.[29] Como dice Guth, «la extrapolación a temperaturas arbitrariamente elevadas 
nos lleva mucho más allá de la física que comprendemos, razón por la cual no existen 
motivos válidos para confiar en ella. La verdadera historia del universo en “t = 0” sigue 
siendo un misterio».[30]
Una teoría que se basa en un misterio en el que las teorías que la sustentan se 
desmoronan y, que se basa además en supuestos simplificadores, uno de los cuales no 
puede verificarse mientras que los demás entran en contradicción con las observaciones 
astronómicas, queda lejos de ser totalmente fiable.
La segunda parte de la teoría básica del Big Bang es el modelo estándar de la física 
de partículas, que utiliza la teoría del campo cuántico para explicar cómo, mediante un 
mecanismo denominado ruptura de simetría, se forman las partículas subatómicas a partir 
de la energía liberada por el Big Bang.
Modelo estándar de la física de partículas: pretende explicar la existencia de, y 
las interacciones entre, todas las cosas, excepto la gravedad que observamos en el universo, 
en términos de partículas elementales y sus movimientos. Actualmente describe diecisiete 
tipos de partículas elementales, agrupadas en forma de cuarks, leptones o bosones. Cuando 
se tienen en cuenta las correspondientes antipartículas y variaciones de bosones, el total de 
partículas elementales asciende a sesenta y una.
Según este modelo, distintos tipos de cuarks se combinan para crear los protones y 
los neutrones (cuyas distintas combinaciones crean el núcleo de todos los átomos). Las 
interacciones entre doce de estos tipos de partículas elementales son los movimientos de 
cinco partículas elementales más, bosones que son portadores de fuerza, como los gluones, 
que proporcionan la fuerza de unión a los cuarks.[31]
El modelo ha predicho con éxitola existencia de partículas que posteriormente han 
sido detectadas, directamente o por inferencia en el caso de los cuarks, mediante 
experimentación u observación. Una predicción clave es la existencia de una partícula 
conocida como el bosón de Higgs, esencial para explicar por qué los dieciséis tipos de 
partículas elementales restantes, con la excepción del fotón y el gluon, tienen masa. En 
2012, dos experimentos llevados a cabo con el Large Hadron Collider, o Gran Colisionador 
de Hadrones (LHC), construido por el Centro Europeo para la Investigación Nuclear 
(CERN) en el subsuelo de la frontera franco-suiza, identificó la muy efímera existencia del 
bosón de Higgs, o posiblemente de una familia de bosones de Higgs, en cuyo caso el 
modelo estándar necesitaría revisión.
Incluso en el caso de que solo se confirmara un único bosón de Higgs después de 
que el LHC reabriera en 2015 con niveles de energía muy superiores, seguiría habiendo 
problemas importantes. El modelo estándar contenía diecinueve parámetros, que se 
revisaron después de 1998 a veintinueve para permitir que los neutrinos tuvieran masa, algo 
que no había predicho el modelo. Estos parámetros son constantes libremente ajustables 
cuyos valores deben elegirse: desde un punto de vista matemático, la teoría resulta 
consistente independientemente de los valores que se incorporen. Estas constantes 
especifican las propiedades de la materia, como la carga de un electrón, la masa de un 
protón y constantes de acoplamiento (números que determinan la fuerza de las 
interacciones entre partículas). Las constantes se calculan experimentalmente y luego se 
incorporan al modelo «a mano». Tal y como Guth reconoce «[según el modelo estándar] las 
masas de la partícula W+ y del electrón surgen esencialmente de la misma manera, de 
modo que el hecho de que la masa del electrón sea 160.000 veces inferior se incorpora a la 
teoría amañando los parámetros para que así suceda».[32] Una teoría de este estilo es, por 
naturaleza, menos fiable que aquella cuyas predicciones queden posteriormente 
confirmadas por la experimentación y la observación.
Cuando se tienen en cuenta las antipartículas correspondientes y las variaciones en 
los bosones, el número de partículas elementales asciende a sesenta y uno, [33] lo que 
parece un número importante para definirlas como elementales o irreducibles. Además, el 
actual modelo estándar es necesariamente incompleto porque no tiene en cuenta la 
gravedad. De hacerlo, se harían necesarias más partículas elementales, como los gravitones.
La fiabilidad de la teoría básica del Big Bang depende también de su 
correspondencia con la realidad. Los cosmólogos han adoptado la interpretación que hizo 
Friedman para solucionar matemáticamente las ecuaciones de campo de Einstein. Esta 
interpretación defiende que las estrellas (que posteriormente se revisaron para pasar a ser 
galaxias y más adelante cúmulos galácticos) no se mueven. Están incrustadas en el espacio 
y lo que se expande es el espacio entre las galaxias. Puede que la lógica matemática que lo 
respalda sea correcta, pero para muchos no-cosmólogos parece una interpretación jesuítica: 
en el mundo real, si la distancia entre dos galaxias aumenta con el tiempo, las galaxias se 
distancian durante ese tiempo. De hecho, los cosmólogos se refieren al desplazamiento al 
rojo de una galaxia como la medida de la velocidad a la que esa galaxia se aleja de la 
nuestra.
Necesidad de evidencias que sustenten la teoría básica
La inmensa mayoría de cosmólogos reivindica la existencia de tres plataformas 
distintas de evidencias que sustentan con fuerza suficiente la teoría básica del Big Bang: (a) 
los desplazamientos al rojo observados de galaxias que demuestran que el universo está 
expandiéndose; (b) la existencia y la forma de cuerpo negro del fondo cósmico de 
microondas; y (c) la abundancia relativa observada de elementos ligeros.
Desplazamiento al rojo cosmológico
La interpretación del desplazamiento al rojo observado en los objetos celestes como 
su movimiento de alejamiento de nosotros y la conclusión de que cuánto más se alejan 
dichos objetos más rápido es su movimiento, dio lugar a la constante de Hubble, la 
proporción entre velocidad de recesión y distancia. Su cálculo es tremendamente 
complicado, por no decir, además, que calcular la distancia es un reto gigantesco.[34] Pero 
con todo y con eso, los cosmólogos ortodoxos asumieron que todos los desplazamientos al 
rojo de objetos que se alejan de nuestro Grupo Local de galaxias se deben a la expansión 
del universo y adoptaron el desplazamiento al rojo como una medida de distancia.
Diversos astrónomos de renombre han desafiado este supuesto y afirman que las 
evidencias demuestran que muchos desplazamientos al rojo tienen un origen distinto. 
Examinaré las distintas reivindicaciones en conflicto en el capítulo 6, cuando trate sobre los 
problemas a los que se enfrenta la cosmología como medio explicativo. Pero si su 
interpretación de los datos[35] es correcta, el desplazamiento al rojo por sí mismo —y muy 
especialmente el desplazamiento al rojo muy elevado sin evidencias de que surge del 
espectro de emisión o absorción de luz estelar— no sería un indicador fiable ni de la 
distancia cosmológica ni de la velocidad de recesión y, consecuentemente, de la edad. Lo 
cual socavaría una de las tres plataformas claves de evidencias que soportan el modelo del 
Big Bang de la cosmología ortodoxa.
Fondo cósmico de microondas
La temperatura de 2.73K del fondo cósmico de microondas (FCM) es consistente 
con la radiación que se habría desprendido de la materia en las primeras fases del Big Bang 
caliente y de su enfriamiento en su diseminación por el universo en expansión. Además, 
dicha radiación tendría lo que se conoce como un espectro de cuerpo negro de Planck. El 
satélite COBE, lanzado al espacio en 1989, detectó este espectro, lo que aportó una base 
sólida al modelo ortodoxo.[36]
Sin embargo, como veremos en el capítulo 6 cuando considere la interpretación de 
los datos, los defensores de otros modelos cosmológicos afirman también que la existencia 
y las características del FCM son consistentes con sus hipótesis.
Abundancia relativa de los elementos ligeros
Gamow, Alpher y Herman demostraron que los núcleos de helio, deuterio y litio 
podrían ser resultado de la fusión nuclear de protones y neutrones en el plasma 
tremendamente caliente existente durante los dos primeros minutos posteriores al Big 
Bang.[37] La abundancia relativa de estos elementos ligeros antes de la expansión y el 
enfriamiento que provocaron el proceso de nucleosíntesis debería permanecer básicamente 
invariable en el universo actual. La predicción que hicieron Alpher y Herman de la 
proporción de aproximadamente un 75 por ciento de hidrógeno y un 25 por ciento de helio 
por masa es la misma proporción observada y se cita como evidencia convincente del Big 
Bang.
Como se ha apuntado anteriormente, Burbridge declaró que el valor que Alpher y 
Herman eligieron en sus ecuaciones para la proporción entre la densidad de bariones 
(material normal, visible) y la radiación, se calculó expresamente para que produjera la 
proporción entre hidrógeno y helio observada entonces y que, en consecuencia, no era una 
predicción.[38] Reconoció que el parámetro elegido también produce la proporción 
observada de hidrógeno respecto a deuterio y que ello sustenta la hipótesis del Big Bang.
Sin embargo, en 2004, Michael Rowan-Robinson, entonces profesor de Astrofísica 
del Imperial College de Londres y presidente de la Royal Astronomical Society, destacó 
que las estimaciones más recientes presentadas por Tytler y sus colegas sobre la abundancia 
de deuterio procedente de las líneas de absorción de cuásares con un desplazamiento al rojo 
muy alto y situados en el mismo campo visual, precisa una revisión de la estimación de la 
densidad bariónica. El nuevo valor está sustentado por el análisis de las fluctuaciones del 
fondo cósmico de microondas.Y coincide poco con la abundancia de helio.[39]
Todo esto sugiere que esta plataforma de evidencias del Big Bang podría no ser tan 
sólida como la mayoría de cosmólogos afirma.
Una hipótesis alternativa planteada por Hoyle y Burbridge sostiene que todos los 
elementos surgen a partir de la nucleosíntesis que se produce en el interior de las estrellas. 
Para sustentarla, afirman que si la abundancia de helio que conocemos se hubiera producido 
de esta manera a partir del hidrógeno, la energía liberada cuando aumenta de temperatura 
generaría un espectro de cuerpo negro como el del fondo cósmico de microondas a una 
temperatura de 2.76 K, que coincide casi exactamente con la observada. Defienden que los 
demás elementos ligeros podrían crearse bien a partir de la actividad de las llamaradas que 
se producen en la superficie de muchas estrellas, como se sabe que sucede con el sol y otros 
astros, bien a partir de la combustión incompleta del hidrógeno en su interior.[40]
¿Objetos antiguos en galaxias jóvenes?
Astrónomos respetables afirman que las galaxias con desplazamientos al rojo muy 
elevados, que según el modelo ortodoxo serían muy jóvenes, contienen objetos muy 
antiguos, como estrellas rojas gigantes además de hierro y otros metales. Como que las 
galaxias no pueden contener objetos más antiguos que ellas mismas, los astrónomos 
defienden que la teoría ortodoxa del Big Bang es, por lo tanto, errónea. Consideraré esta 
postura con mayor detalle cuando examine la evolución de la materia en el universo en el 
capítulo 8.
De los cinco problemas mencionados previamente, tres presentan conflictos menos 
controvertidos con las evidencias: la ausencia de monopolos magnéticos, el alejamiento de 
la homogeneidad de solo una cienmilésima parte y la isotropía del fondo cósmico de 
microondas. Fueron estas tres inconsistencias con las evidencias, además del problema de 
planicidad del modelo del Big Bang, lo que empujó a la mayoría de cosmólogos a aceptar 
la solución de la teoría de la inflación como parte del modelo ortodoxo del universo. De ahí 
que se haga necesario examinar la validez de esta incorporación a la teoría básica del Big 
Bang.
Fiabilidad de la teoría de la inflación
Linde dice que «si el universo en el inicio de la inflación tenía un tamaño de 10-33 
centímetros,[41] después de 10-35 segundos de inflación este campo adquiere un tamaño 
increíble. Según algunos modelos inflacionarios, este tamaño en centímetros puede ser 
equivalente a (1010)12», es decir, 101000000000000 centímetros.[42] Lo que pretende 
decir uno de los creadores de la teoría de la inflación es que en cien mil millones de 
millones de millones de millones de millonésimas de segundo, un universo con un supuesto 
diámetro de mil millones de millones de millones de millones de millonésimas de 
centímetro podría haberse expandido en un orden de magnitud de más de diez miles de 
millones del universo que hoy observamos. Sería presuntuoso poner reparos al calificativo 
«increíble» que propone Linde.
Pero que una conjetura sea increíble, sin embargo, no significa que sea 
científicamente inválida. Aunque alcanzar un tamaño tan increíble en un espacio de tiempo 
tan breve sí significa que el universo se expandió a una velocidad de magnitudes 
muchísimo más elevadas que la velocidad de la luz. Los inflacionistas sostienen que esto no 
viola la teoría de la relatividad. Apelando a la interpretación de Friedmann, defienden que 
no fue la sustancia del universo lo que viajó más rápido que la velocidad de la luz sino el 
espacio entre la sustancia, y lo que prohíbe la teoría de la relatividad es que la sustancia y la 
información, que no el espacio, viajen más rápido que la luz.
Una mayoría de inflacionistas sostiene actualmente la postura de que el Big Bang 
caliente se produjo después de la inflación, es decir, que lo que sufrió la inflación no fue 
sustancia —materia y radiación— sino solo una burbuja de vacío que al finalizar la 
inflación se convirtió en energía y materia. Sin embargo, los inflacionistas defienden 
también que el espacio o vacío que se expandió posee una energía del estado fundamental, 
y como que energía y masa son equivalentes, la masa-energía del espacio o vacío viajó a 
una magnitud muchísimo más veloz que la luz, lo que entra en conflicto con la teoría de la 
relatividad.
Cómo y cuándo se inició la supuesta inflación del universo sigue siendo una 
pregunta sin respuesta. La versión que Guth planteó de entrada estaba basada en teorías de 
gran unificación (TGU) de la física de partículas, y propone que la inflación se inició unos 
10-35 segundos después del Big Bang. Desde entonces, los teóricos han desarrollado más 
de cien versiones distintas de la inflación basadas en diversos mecanismos y que suelen 
incorporar algún tipo de campo escalar al que genéricamente se refieren como campo de 
inflación; entre estas teorías destacan la inflación caótica, doble, triple e hibrida, y la 
inflación que utiliza la gravedad, el espín, los campos vectoriales y las branas de la teoría 
de cuerdas.[43] Cada una de ellas plantea un distinto momento de inicio, un periodo 
distinto de inflación exponencial más rápida que la velocidad de la luz y un momento 
distinto de finalización, lo que produce una inmensa variedad de tamaños del universo. 
Pero, con todo y con eso, cada versión defiende que su periodo inflacionario termina con un 
universo con una densidad crítica altamente improbable en la que Omega = 1, de modo que 
un universo plano experimenta una expansión estable y desacelerada.
Si el Big Bang se produjo después de que el universo experimentara una inflación, 
surgen las preguntas acerca de qué había antes de la inflación y por qué, cómo y cuándo se 
inició la inflación. Pero es algo que no parece preocupar a Guth: «la teoría inflacionista 
permite una amplia variedad de supuestos sobre el estado del universo antes de la 
inflacion»,[44] y «Independientemente de lo poco probable que sea que se iniciara la 
inflación, el crecimiento exponencial externo puede fácilmente compensarlo».[45] 
Respuestas tan vagas no son precisamente el sello distintivo de una teoría fiable.
Otra pregunta que suscitan estas teorías inflacionistas es la de qué es lo que conduce 
a los distintos mecanismos a inflar de forma exponencial un universo primigenio súper 
denso contra su inmenso campo gravitatorio, que cabría esperar que se comprimiera en un 
agujero negro[46] del que nada podría escapar. Para dar una respuesta, la mayoría de 
teóricos reintrodujo en sus ecuaciones la constante arbitraria Lambda que Einstein descartó 
como un error. Al asignar a esta constante arbitraria un valor positivo mucho mayor del que 
Einstein le otorgó, fueron capaces de proporcionar a sus campos de inflación conceptuales 
una enorme energía gravitatoria negativa (o repulsiva) que hace insignificante el inmenso 
campo gravitatorio normal.
Y en cuanto a lo que Lambda es en la realidad física, para diferenciarlo de la 
constante matemática arbitraria que proporciona a una ecuación la solución deseada, 
consideraré los distintos puntos de vista en el capítulo 4 puesto que, más de quince años 
después de la presentación de la hipótesis de la inflación, los cosmólogos volvieron a 
invocarla —aunque con un valor muy distinto— para explicar otra observación 
astronómica que contradecía el modelo del Big Bang.
Es evidente que no todas las versiones de la inflación pueden ser acertadas, aunque 
Guth comenta: «De las muchas versiones de la inflación que se han desarrollado, pueden 
extraerse algunas conclusiones [...]. La inflación solo exige que haya algún estado que 
juegue el papel de falso vacío, y que haya algún mecanismo que produzca los bariones (por 
ejemplo, los protones y neutrones) del universo una vez la inflación haya finalizado. Por lo 
tanto, la inflación puede sobrevivir incluso si las teorías de gran unificación se equivocan 
[la cursiva es mía]».[47] Esto no define una teoría tal y como la entiende la ciencia, sino 
unacolección de conjeturas tan abstracta y generalizada que carece de sentido en el mundo 
físico.
Este problema de definición surge porque la cosmología ha estado liderada por 
teóricos cuyo principal instrumento son las matemáticas. Los matemáticos utilizan el 
término «teoría» para describir una colección de propuestas sobre un tema que son 
demostrables mediante razonamiento deductivo para un conjunto de supuestos o axiomas y 
que se expresan mediante símbolos y fórmulas. Una teoría matemática no tiene por qué 
mantener relación con los fenómenos físicos, tal y como Einstein reconoció sin reservas: 
«Los escépticos dirán: “Tal vez sea cierto que este sistema de ecuaciones es razonable 
desde un punto de vista lógico. Pero ello no demuestra que tenga correspondencia en la 
naturaleza”. Tiene usted razón, mi querido escéptico. Solo la experiencia puede decidir 
acerca de la verdad».
Mientras que la mayoría de cosmólogos afirma que su disciplina es una ciencia, 
muchos fusionan teoría matemática con teoría científica, algo que es bastante distinto. La 
ciencia es una disciplina empírica, y una teoría científica es la explicación de un conjunto 
de fenómenos validado por experimentos u observaciones independientes y se utiliza para 
realizar predicciones o retrodicciones rigurosas sobre fenómenos.
Necesidad de evidencias que sustenten la teoría de la inflación
¿Hay alguna de las hipótesis de la inflación que realice predicciones únicas que 
hayan quedado confirmadas por las evidencias? En 1997, Gurth escribió: «Es justo decir 
que la inflación no está demostrada, pero creo que está avanzando rápidamente de hipótesis 
de trabajo a hecho aceptado».[48] En 2004, declaró que «Las predicciones de la inflación 
coinciden maravillosamente con las mediciones del fondo cósmico de microondas».[49] De 
hecho, el equipo científico responsable del satélite espacial Wilkinson Microwave 
Anisotropy Probe (WMAP) anunció en 2006 que las ondulaciones detectadas en el fondo 
cósmico de microondas (FCM) favorecen las versiones más simples de la inflación, lo que 
confirmó la inflación como un elemento esencial de la explicación que da la cosmología 
ortodoxa a la aparición del universo.
Más aún, en 2014 el equipo encargado de examinar de uno a cinco grados del 
firmamento (de dos a diez veces el ancho de una luna llena) desde una estación situada 
cerca del polo sur, como parte del proyecto que lleva el nombre de BICEP2, anunció haber 
encontrado evidencias directas de inflacion.[50]
Lo que de hecho descubrieron fue una señal de polarización de modo B en el fondo 
cósmico de microondas (FCM). El equipo del BICEP2 llegó a la conclusión de que esta 
señal estaba provocada por ondas gravitacionales primigenias generadas por la expansión 
inflacionaria del universo. Después de la excitación inicial y de las declaraciones de 
diversos premios Nobel, dos estudios independientes de los datos aportados por BICEP2 
afirmaron que la señal podía ser también resultado del polvo y los campos magnéticos 
galácticos de nuestra propia galaxia, la Vía Lactea.[51] Además, las señales eran mucho 
más potentes de lo esperado e inconsistentes con los datos de la sonda WMAP y del 
telescopio Planck.
Si las distintas versiones de la inflación consiguen realizar predicciones y si los 
parámetros de sus ecuaciones de campo Estan forzados para producir resultados 
consistentes con las observaciones es un tema que examinaré en el capítulo 8. Más aún, la 
literatura cosmológica rara vez menciona que las ondas del FCM sean consistentes con 
otras hipótesis, como la de un modelo de universo esféricamente simétrico y no 
homogéneo, el modelo de universo cíclico ecpirótico, la cosmología de estado 
cuasi-estacionario y el modelo de universo eterno de la cosmología del plasma.
Examinaré estas posturas y los datos de la sonda WMAP con más detalle cuando 
trate sobre la cuestión de la interpretación de los datos en el capítulo 6. Baste con decir por 
el momento que Peter Coles, profesor de Astronomía de la Universidad de Nottingham, 
subraya las discrepancias entre los datos de la WMAP y la inflación, citando el 
alineamiento inexplicable de determinados componentes de puntos calientes y fríos, que 
teóricamente no deberían poseer estructura. Concluye con:
Existen escasas evidencias directas de que la inflación tuviera realmente lugar. Las 
observaciones del fondo cósmico de microondas [...] son consistentes con la idea de que la 
inflación se produjo, pero eso no significa que realmente tuviera lugar. Lo que es más, 
seguimos incluso sin saber qué habría causado de haberse producido.[52]
Lo cual es una réplica de la conclusión de Rowan-Robinson:
Se han propuestos distintas versiones sobre cómo se produjo la inflación. La 
característica común esencial es el periodo de expansión exponencial en el universo 
temprano, lo que resuelve los problemas del horizonte y la planicidad. Sin embargo, no 
existen evidencias de que alguna de estas fases se haya producido y comprender cómo 
podrían obtenerse dichas evidencias resulta tremendamente difícil.[53]
Ellis llama la atención hacia la debilidad explicativa y el escaso poder predictivo de 
la teoría de la inflación.
Si la hipótesis solo soluciona los problemas concretos sobre el universo primigenio 
para los que fue diseñada y nada más, la verdad es que tiene escaso poder explicativo y se 
quedaría tan solo en una descripción alternativa (tal vez preferible desde un punto de vista 
teórico) de la situación conocida [...] el supuesto campo inflatón que sustenta una era 
inflacionaria de rápida expansión en el universo primigenio no se ha identificado y ningún 
experimento de laboratorio ha demostrado su existencia. Al ser cp un campo desconocido, 
podemos asignarle un potencial arbitrario V(^) [...]. Se ha demostrado que podemos 
obtener la evolución de escala S(t) deseada del universo si elegimos adecuadamente su 
potencial; y también es posible obtener la perturbación del espectro que deseemos si 
realizamos la elección (posiblemente distinta) adecuada. De hecho, en todos los casos es 
posible realizar los cálculos matemáticos a la inversa, a partir del resultado deseado, para 
determinar el potencial V(^) requerido.[54]
Finalmente, para que una hipótesis se convierta en teoría científica debe ser 
susceptible de ser verificada. La reivindicación principal de las diversas hipótesis de 
inflación es que el universo que observamos no es más que una parte increíblemente 
minúscula de la totalidad del universo. Si la información no puede viajar a velocidad 
superior a la de la velocidad de la luz, no podremos comunicar con, ni obtener ninguna 
información sobre, ninguna otra parte de este universo. Hasta que los proponentes de los 
distintos modelos de inflación conciban un método para verificar sin ambigüedades la 
existencia de algo con lo que no podemos ni comunicar ni obtener información, su principal 
reivindicación no solo seguirá pendiente de verificación sino que además seguirá siendo no 
verificable. En consecuencia, me referiré a ella como la conjetura de la inflación.
Como John Maddox, director editorial de Nature durante veintitrés años, dijo: «Un 
hecho revelador sobre los hábitos de la comunidad científica es que no haya vertido con la 
generosidad acostumbrada su perpetuo y sano escepticismo sobre esta atrevida e ingeniosa 
teoría».[55]
Conclusiones
Con tantos supuestos carentes de validez y dependientes de la incorporación o la 
variación de los valores de parámetros arbitrarios para que los resultados coincidan con las 
observaciones, se hace difícil no llegar a la conclusión de que la teoría ortodoxa de la 
cosmología no es fiable. Además, los diversos modelos de inflación introducidos para 
explicar las contradicciones reconocidas del modelo básico del Big Bang con respecto a las 
evidencias aportadas por la observación, no solo carecen de fiabilidad sino que además su 
reivindicación principal no es verificable.
Y lo que es más, no aborda tampoco, ni explica adecuadamente,varios conflictos 
clave que consideraré en el siguiente capítulo.
[I] Véase el glosario, al final del lilurr para una expllcación más detallada de estos 
términos.
12|l.os átomos con el mismo número de protones pero un número distinto de 
neutrones reciben el nombre de isótopos. El núcleo de un átomo de hidrógeno está formado 
por un protón, el del deuterio está formado por un protón y un neutrón, mientras que el del 
tritio está formado por un protón y dos neutrones.
[3] 3 Un kelvin es la unidad de temperatura de la escala de temperatura Kelvin, que 
empieza con 0K, el cero absoluto debajo del cual la energía molecular no puede caer. Un 
grado Kelvin tiene la misma dimensión que un grado Celsius, y 0K corresponde a -273,15° 
C.
[4] Burbidge, Geoffrey, «Quasi-Steady State Cosmology», 2001. 
http://arxiv.org/pdf/astro-ph/0108051. Consultado el 29 de diciembre de 2006.
[5] K es la abreviatura de Kelvin.
[6] Assis, Andre K. T. y Neves, Marcos C. D., «History of the 2.7 K Temperature 
Prior to Penzias and Wilson», Apeiron 2: 3, 1975, pp. 79 87.
[7] Véase, por eiemplo, Bryson (2004), pp. 29-31.
[8] Burbidge (2001).
[9] Maddox (1998), pp. 33-34.
[10] Fowler, William, A., Anlobiography. Fundación Nobel, 1993,
hllp: nobelprize.org nobelprizes physics lanreale\ 1983Jowler-anlobio.hlml. Consultado 
el 31 de octubre de 2007.
[II] Véase el glosario para una descripción completa.
[12]Un tensor es una entidad algebraica de varios componentes que cambian en la 
transformación de un sistema coordinado de espacio a otro.
\13]Isotrópico significa que, para el observador, el universo es el mismo en todas 
direcciones. Homogéneo significa que el universo es igual en todos sus puntos. Lo cual no 
es necesariamente lo mismo. Por ejemplo, un universo con un campo magnético uniforme 
es homogéneo porque todos sus puntos son iguales, pero no es isotrópico porque un 
observador vería distintas líneas de campos magnéticos en distintas direcciones. Por otro 
lado, una distribución esféricamente simétrica de material es isotrópica cuando se observa 
desde su punto central, pero no es necesariamente homogénea; el material de un punto 
determinado podría no ser el mismo que el de un punto distinto en la misma dirección. Sin 
embargo, si asumimos que la distribución de material es isotrópica cuando se observa desde 
todos los puntos, el universo será necesariamente homogéneo.
[14]Magueijo (2003), pp. 79 85.
http://arxiv.org/pdf/astro-ph/0108051
http://nobelprize.org/nobel_prizes/physics/laureates/1983/fowler-autobio.html
[ 15]Véase el glosario para una definición completa.
[16] Ibíd, pp. 109-111; Linde (2001).
[17] Guth (1997), pp. 213-214.
[18] Es lo que se conoce como tiempo de Planck; v éase el glosario para su 
explicación.
[19] Véase el glosario para una definición de teoría cuántica y página 159 para una 
descripción más completa.
[20] Magueijo (2003), pp. 94 98.
[21] Guth (1997), p. 186
[22] Linde (2001).
[23] Guth, Alan y Steinhardt, Paul, «The Inflationary Universe», Scientific 
American, 250, 1980, 116-128.
[24] Véase el glosario para una definición completa.
[25] Linde (2001).
[26] Clowes, Roger G., et al., «A Structure in the Early Universe at Z ~ 1.3 That 
Exceeds the Homogeneity Scale of the R-W Concordance Cosmology», Monthly Notices of 
the Royal Astronomical Society, enero 2013.
[27] Horváth, I., et al., «Possible Structure in the GRB Sky Distribution at Redshift 
Two», Astronomy & Astrophysics, 561, 2014, L12, 4pp. http://arxiv.org/abs/1401.0533v2. 
Consultado el 29 de Agosto de 2014.
[28] Véase el glosario para una explicación del Tiempo de Planck y el Principio de 
incertidumbre.
[29] Hawking (1988), p. 46.
[30] Guth (1997), p. 87.
[31] Véase el glosario para una definición de cuark, leptón y bosón.
[32] Ibíd, pp. 238 239.
[33] Braibant, et al. (2012), pp. 313 314.
[34] Véase página 140.
[35] Véase página 146 para más discusión sobre esta interpretación de los datos.
[36] Rowan-Robinson (2004), pp. 89 92.
[37] Véase página 55.
[38] Véase página 56.
[39] Ibíd, p. 99.
[40] Burbidge, Geoffrey y Hoyle, Fred, «The Origin of Helium and the Other Light 
Elements», The Astrophysical Journal, 509, 1998, 1.11.3; Burbidge (2001).
[41] Un supuesto basado en la longitud debajo de la cual la teoría cuántica se 
desmorona.
[42] Linde (2001).
[43] Las principales versiones se consideran en mayor detalle en la página 201 y las 
páginas siguientes.
[44] Guth (1997), p. 186.
[45] Ibíd, p. 250.
[46] Véase el glosario para una descripción completa de agujero negro.
[47] Ibid. pp. 278 279.
[48] Ibíd, p. 286
[49] Alspach, Kyle, «Guth, Linde Win Gruber Cosmology Prize», Science & 
Technology News, 1, mayo 2014, pp. 1 y 3.
http://arxiv.org/abs/1401.0533v2
[50] Ade, P. A. R. et al., «Detection of P-Mode Polarization at Degree Angular 
Scales by BICEP2», 2014, http://arxiv.org/pdf/1403.3985. Consultado el 18 de marzo de 
2014.
[51] Cowan, Ron, «Big Bang Finding Challenged», Nature, 510, 2014, p. 20.
[52] Coles, Peter, «Inside Inflation: After the Big Bang», New Scientist Space, 2007, 
Informe especial, 3 de marzo de 2007,
http://space.newscientist.com.libproxy.ucl.ac.ukcn'iK'k'ng^ 19^:^^5^^^3L-^(4)js^es <̂iHnikl(C41 
NEIPIDDIE. Consultado el 2 de abril de 2007.
[53] Rowan-Robinson (2004), p. 101.
[54] Ellis (2007), S.5.z
[55] Maddox (1998), p. 55.
http://arxiv.org/pdf/1403.3985
http://space.newscientist.com.libproxy.ucl.ac.uk/article/mg19325931.400;jsessionid=CCH
CAPÍTULO 4. LO QUE LA TEORÍA ORTODOXA DE LA CIENCIA NO 
CONSIGUE EXPLICAR
Como principio científico general, no es deseable depender esencialmente de lo que 
no es observable para explicar lo observable.
Halton Arp, 1990
No solo no podemos ver aquello de lo que está hecha la mayor parte del universo, 
sino que además ni siquiera estamos hechos de lo que la mayor parte del universo está 
hecha.
Bernard Sadoulet, 1993
Si la teoría ortodoxa de la ciencia, el modelo del Big Bang inflacionario, pretende 
proveernos de un relato convincente sobre el origen de la materia de la que estamos hechos, 
debería ofrecernos una respuesta satisfactoria a seis preguntas clave.
Singularidad
Según el modelo del Big Bang, si echáramos hacia atrás el reloj de la expansión del 
universo se produciría una singularidad. Los físicos teóricos desarrollaron el concepto de 
singularidad cuando estudiaron los agujeros negros. Podría definirse como sigue:
Singularidad: región hipotética en el espacio-tiempo donde la fuerza de la 
gravedad hace que una masa finita quede comprimida en un volumen infinitamente 
pequeño, y por lo tanto tenga una densidad infinita, y donde el espacio-tiempo queda 
infinitamente distorsionado.
En 1970, Stephen Hawking y Roger Penrose publicaron una prueba matemática de 
que el universo empezó a existir a partir de una singularidad, el Big Bang, siempre y 
cuando la teoría general de la relatividad fuera correcta y el universo contuviera toda la 
materia que observamos. Y esto se convirtió en la teoría ortodoxa.
Hawking, sin embargo, ha cambiado de idea desde entonces y sostiene que la 
singularidad desaparece en cuanto tenemos en cuenta los efectos cuánticos (véase el 
universo sin límites de Hartle-Hawking en el próximo capítulo).
Nos preguntamos, por lo tanto, ¿hubo una singularidad en el Big Bang y, de haberla 
habido, qué sabemos sobre el universo en aquel momento? La teoría ortodoxa se muestra 
ambigua respecto a la primera parte de la pregunta. Y respecto a la segunda parte, si hubo 
una singularidad en el Big Bang, no nos dice nada porque, como se ha comentado en el 
capítulo anterior,[1] la teoría de la relatividad y la teoría cuántica que la sustentan se 
desmoronan. Por mucho que un periodo de 10-43 segundos pueda parecer un periodo de 
tiempo absurdamente pequeño en el que no es posible concretar nada, diversos modelos de 
inflación especulan que en o durante ese periodo de tiempo, antes o después del Big Bang, 
se produjeron sucesos tremendamente importantes.
Proporción observada de materia respecto a radiaciónLa teoría ortodoxa sobre el origen de la materia invoca la teoría estándar de física de 
partículas para explicar la creación de la materia a partir de la energía que liberó la 
explosión del Big Bang.
Según la teoría estándar, una partícula elemental de materia se materializa 
espontáneamente a partir de un campo de energía junto con una partícula de antimateria 
simétricamente opuesta a ella, que posee la misma masa y espín pero carga eléctrica 
opuesta. Así pues, un electrón (con carga negativa) aparece con un positrón (carga 
positiva), y un protón (carga positiva) lo hace con un antiprotón (carga negativa). En 
condiciones de laboratorio, estas partículas y antipartículas pueden separarse y 
«embotellarse» mediante campos electromagnéticos. Sin embargo, sin campos aplicados 
externamente, la vida de estas partículas y antipartículas elementales es ínfima, 
normalmente de 10-21 segundos, después de lo cual se aniquilan mutuamente en una 
explosión de energía, un proceso contrario al que las crea.
De ahí que el modelo del Big Bang inflacionario tuviera que explicar lo siguiente: 
(a) puesto que en la densidad extremadamente elevada que siguió al Big Bang todas las 
parejas partícula-antipartícula se vieron presionadas entre ellas, ¿por qué esas partículas y 
antipartículas no se aniquilaron mutuamente?; y (b) ya que sabemos que en el universo 
existe una cantidad enorme de materia, ¿dónde está la cantidad correspondiente de 
antimateria?
Las especulaciones sobre las anti-galaxias dieron paso a estimaciones 
observacionales de la proporción entre fotones y protones del universo, que se sitúa 
aproximadamente en dos miles de millones contra uno. Con ello, los teóricos llegaron a la 
conclusión de que para cada mil millones de antipartículas (antiprotones y positrones) que 
se materializaron a partir de la liberación de energía del Big Bang, debieron de 
materializarse mil millones más una partículas correspondientes (protones y electrones). 
Los mil millones de partículas y antipartículas se aniquilaron entre ellas en una explosión 
de energía y produjeron dos mil millones de fotones, que son cuantos de energía 
electromagnética. Según el modelo del Big Bang, es esta energía, ahora expandida y 
enfriada, lo que forma la radiación de fondo cósmico de microondas que vemos hoy en día. 
Los mil millones más uno protones y electrones que quedaron huérfanos sobrevivieron y se 
combinaron para crear toda la materia del universo: todos los planetas, sistemas solares, 
galaxias y cúmulos de galaxias.
Sin embargo, esto entraba en conflicto con la teoría estándar de la física de 
partículas que decía que, según la ley de la simetría, solo pueden materializarse parejas de 
partículas y antipartículas.
Este conflicto siguió siendo un problema para los físicos teóricos hasta mediados de 
los años setenta del siglo pasado, cuando conjeturaron que, bajo las condiciones de 
temperaturas extremadamente elevadas del Big Bang, las tres fuerzas fundamentales de la 
naturaleza —electromagnética, nuclear débil y nuclear fuerte[2]— son simplemente tres 
aspectos distintos de la misma fuerza. Los teóricos concibieron asimismo distintos modelos 
matemáticos, que denominaron teorías de gran unificación (TGU), aunque los datos 
experimentales han refutado la TGU original y hasta el momento no han conseguido validar 
ninguna de las otras. Estas conjeturas permiten que todo tipo de partículas elementales 
interactúen, y transmuten, con todas las demás partículas. Como consecuencia de ello, los 
físicos teóricos consideraron que no era necesario conservar la simetría entre materia y 
antimateria. Ajustaron el modelo estándar para que diera cabida a la asimetría. Este ajuste 
no predice la cantidad de asimetría pero, como la carga de un electrón, requiere medidas 
obtenidas a partir de la observación que se incorporan luego al modelo para que el mismo 
sea consistente con la observación.
A pesar de las esperanzas albergadas en los años setenta, no fue posible detectar y 
calibrar en laboratorio la asimetría materia-antimateria hasta 2001, momento en el cual se 
produjeron mesones B y anti mesones B y se logró que sobrevivieran 10-12 segundos. Sin 
embargo, la asimetría observada no resultó ser lo bastante grande como para explicar la 
proporción estimada entre energía y materia en el universo.[3]
De ahí que la actual teoría ortodoxa de la ciencia sobre el origen de la materia 
necesite ofrecer una respuesta convincente a la pregunta de cómo se formó la materia a 
partir de la energía liberada por el Big Bang para producir la proporción entre materia y 
energía que observamos actualmente en el universo.
Materia oscura y Omega
Y aquí surgen dos problemas.
En primer lugar, si estimamos la masa de una galaxia mediante el método 
convencional de medir su luminosidad, vemos que la atracción gravitatoria de la masa es 
solo una décima parte de la que sería necesaria para que todas sus estrellas orbitaran a su 
alrededor. De un modo similar, la atracción gravitatoria de la masa de un cúmulo de 
galaxias medida por su luminosidad es solo de una décima parte de la que sería necesaria 
para mantener las galaxias unidas en un cúmulo.
Lo cual no es una sorpresa, puesto que el método convencional se limita a medir tan 
solo la cantidad de luz emitida. Estrellas y galaxias de distintas masas varían en cuanto a su 
luminosidad y su distancia de nosotros, y las más remotas pueden quedar oscurecidas por el 
gas y el polvo u ocultas por la luz de estrellas y galaxias más próximas. Por lo tanto, el 
cálculo de la masa no es más que una burda estimación basada en el promedio de valores 
estimados «conocidos».
Y lo que es más importante, el método convencional no mide la masa de nada que 
no emita o refleje luz. Si la teoría general de la relatividad fuese válida, tendría que haber 
diez veces más cantidad de materia no luminosa —materia oscura— extendiéndose más 
allá del radio de cualquier galaxia visible para con ello impedir que la galaxia no se 
dispersase. De un modo similar, tendría que haber diez veces más cantidad de materia 
oscura en lo que se cree que es el vacío que rodea las galaxias visibles de un cúmulo.
Las numerosas especulaciones sobre lo que constituye la materia oscura podrían 
agruparse en dos tipos:
MACHO: los objetos masivos de halo compacto (MACHO del inglés «Massive 
Compact Halo Objects») son formas de materia densa —como los agujeros negros, las 
enanas marrones y otras estrellas tenues— que los astrofísicos utilizan para explicar la 
materia oscura.
WIMP: las partículas masivas de interacción débil (WIMP, del inglés «Weakly 
Interacting Massive Particles») son partículas dejadas por el Big Bang —como los 
neutrinos, con una masa que multiplica por cien la del protón, y otros— que los físicos de 
partículas utilizan para explicar la materia oscura.
A pesar de que la existencia de la materia oscura se ha deducido siempre a partir de 
sus efectos gravitatorios, más de treinta años de investigaciones no han logrado todavía 
identificar la naturaleza de la materia oscura ni confirmar experimentalmente la existencia 
de WIMP. Muchos físicos de partículas confían en que el Gran Colisionador de Hadrones 
produzca evidencias de la existencia de WIMP después de su reapertura en 2015 con casi el 
doble de energía de colisión que tenía anteriormente.
El segundo problema es que, aun en el caso de que sumáramos toda la materia 
oscura estimada para mantener las estrellas orbitando en galaxias y las galaxias agrupadas 
en cúmulos a toda la materia estimada visible y conocida, seguiríamos obteniendo una masa 
total demasiado pequeña para proporcionar la atracción gravitatoria necesaria para 
equilibrar la energía cinética de la expansión del universo según el modelo ortodoxo del 
Big Bang inflacionario. Las estimaciones producen un valor del parámetro de densidad 
Omega de aproximadamente 0,3,[4] que es significativamente inferior al 1,0 del universo 
plano que supone el modelo ortodoxo de Friedmann-Lemaitre yque racionalizan las 
conjeturas de la inflación.
Por lo tanto, la teoría ortodoxa de la ciencia sobre el origen de la materia no 
consigue responder a las siguientes preguntas: (a) ¿qué es la materia oscura que al parecer 
mantiene a las estrellas trazando órbitas y a las galaxias agrupadas en cúmulos?; y (b) ¿qué 
y dónde está la materia oscura adicional necesaria para ser consistente con el modelo 
ortodoxo del universo?
Energía oscura
Y por si todo esto no fuera bastante malo para el modelo ortodoxo, en 1998 los 
astrónomos anunciaron un descubrimiento de importancia mayor si cabe.
Gracias al desarrollo de la tecnología y de la teoría astrofísica, dos equipos 
internacionales de astrónomos fueron capaces de recopilar datos de supernovas Tipo 1a con 
gran desplazamiento al rojo; consideraron que estas explosiones violentas de estrellas 
enanas blancas producían luminosidades estándar. Según la cosmología ortodoxa, el grado 
de desplazamiento al rojo indicaba que eran estrellas lejanas, y por lo tanto jóvenes, que 
habrían explotado cuando el universo tenía entre nueve y diez miles de millones de años. 
Sin embargo, eran más tenues de lo esperado. Los cosmólogos llegaron a la conclusión de 
que debían de estar situadas más lejos de lo predicho por el modelo de geometría plana de 
Friedmann-Lemaitre, que defiende que el ritmo de expansión del universo está 
ralentizándose. De ahí que decidieran que alguna cosa tenía que haber provocado la 
aceleración de la expansión del universo. Y a ese ingrediente desconocido le pusieron el 
nombre de «energía oscura».[5]
Basándose en los supuestos de la teoría ortodoxa y en su interpretación de los datos 
astronómicos, los científicos que dirigen la Wilkinson Microwave Anisotropy Probe 
anunciaron en 2003 que el universo está integrado por un 4 por ciento de materia conocida, 
un 23 por ciento de materia oscura de tipo desconocido y un 73 por ciento de esta 
misteriosa energía oscura.[6] Es decir, que la materia oscura desconocida que deja reducida 
a nada la materia que conocemos queda a su vez reducida a nada por una energía oscura 
desconocida que es responsable de más de dos terceras partes del universo. Tal vez la cita 
de Bernard Sadoulet que encabeza el capítulo debería decir: «No solo no estamos hechos de 
aquello de lo que está hecho la mayor parte del universo, sino que además ni siquiera 
sabemos de qué está hecha la mayor parte del universo».
La figura 4.1 describe esta versión ortodoxa revisada de la historia del universo.
E*po-oidn acelerad» 
de lo energía oscura
inflocon.
WMA
E»porPOn del B<g Bang
ti,/) mito* iJ» rr«lk**m de
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*r<nMHos enrolas hoco *'<-•<•
aproa . 400 mJIonct de »Vx -~?v'
Figura 4. t. Huloria Jet imiwrw srpm la iOímofqfja ortodoxa.
Los científicos empezaron de inmediato a tratar de identificar la energía oscura. Los 
cosmólogos teóricos pensaron que podía ser la responsable de aquel incremento 
relativamente reciente de la expansión del universo si reintroducían Lambda en las 
ecuaciones de campo de Einstein.
Como vimos en el capítulo 3, Einstein había descartado esta constante cosmológica, 
describiéndola como su mayor error. No aparece en las ecuaciones de Friedmann utilizadas 
en el modelo básico del Big Bang, pero la mayoría de modelos de inflación la 
reintrodujeron, aunque con un valor muy superior al que le había otorgado Einstein y solo 
durante un periodo de tiempo increíblemente breve, para justificar una inflación del 
universo primigenio y así conseguir la densidad de masa crítica con Omega = 1 para una 
expansión con desaceleración estable. (Al tratarse de una constante arbitraria, los 
cosmólogos pueden otorgarle cualquier valor, positivo, negativo o cero.)
Los teóricos actuales han vuelto a introducir la constante cosmológica —aunque 
con un valor distinto al que le otorgaron Einstein o los inflacionistas— para intentar 
justificar la aceleración implícita, muy inferior a la aceleración inflacionista. No carece de 
razón el cosmólogo de la Universidad de Chicago, Rocky Kolbe, cuando se refiere a ella 
como la «constante cosmo-ilógica».
Pero si pretende ser algo más que una constante matemática que los teóricos pueden 
insertar de manera arbitraria en sus ecuaciones y cuyo valor pueden manipular hasta que las 
soluciones cuadren con la observación, deberá significar alguna cosa en el mundo real. Los 
físicos de partículas pensaron que representaba la energía del punto cero, o energía del 
estado fundamental de la mecánica cuántica, del universo: es decir, la energía más baja 
posible del universo, que es la energía asociada al vacío del espacio. Pero cuando 
calcularon su valor de esta manera, resultó que tenía una magnitud ciento veinte veces 
superior a la observada por los astrónomos.4
El físico teórico Martin Kunz y sus colegas pusieron palos en la rueda de la 
constante Lambda señalando que, en primer lugar, los datos astronómicos presentan una 
gran dispersión y, en segundo lugar, la interpretación de los datos es implícitamente 
sensible a los supuestos sobre la naturaleza de la energía oscura. Sugirieron que 
comparando datos en una amplia variedad de fenómenos astrofísicos sería posible descartar 
una constante cosmológica como el origen de la energía oscura.[7]
Otro físico de partículas, Syksy Rasanen, del CERN, lanzó un palo más a la rueda al 
proponer que la expansión acelerada del universo está provocada no por una energía oscura 
misteriosa sino, paradójicamente, por una disminución cada vez mayor del ritmo de 
expansión de esas pequeñas regiones de espacio dominadas por la materia. Como que la 
atracción gravitatoria de estas regiones las lleva a absorber más materia, se condensan y 
representan un porcentaje cada vez más pequeño —y menos importante— del volumen del 
universo. La expansión de los vacíos sigue avanzando de manera desenfrenada y, por 
consiguiente, ocupan un porcentaje cada vez mayor del volumen del universo. La 
consecuencia general de todo ello, sugiere Rasanen, es que el ritmo medio de expansión del 
universo aumenta sin necesidad de energía oscura.[8]
En 2011, la física teórica Ruth Durrer, de la Universidad de Ginebra, destacó que 
todas las evidencias aportadas hasta la fecha para corroborar la existencia de la energía 
oscura dependen de distancias calculadas de desplazamiento al rojo que son mayores de lo 
que cabría esperar según el modelo ortodoxo.[9] Richard Lieu, profesor de Astrofísica de la 
Universidad de Alabama, va más allá y argumenta que gran parte del modelo ortodoxo, que 
ahora incluye materia oscura y energía oscura, «está sustentado por una cantidad 
impresionante de propaganda que reprime las evidencias que apuntan en direcciones 
opuestas y los modelos alternativos». Apunta que dos modelos alternativos, uno que 
elimina la materia oscura y otro que elimina tanto la materia oscura como la energía oscura, 
no presentan resultados peores en cuanto a corresponderse o no con las evidencias, y 
concluye diciendo que cuánto más fracase el ámbito ortodoxo —que es el que domina las 
entidades de financiación— en su empeño de encontrar estos ingredientes oscuros 
desconocidos, más se invertirá el dinero de los contribuyentes en intentar encontrarlos, 
hasta el punto de ahogar por completo cualquier enfoque alternativo.[10]
Ellis sostiene también que hay explicaciones alternativas a los datos astronómicos 
que poseemos que son perfectamente posibles. Podrían encajar con un modelo de universo 
esféricamente simétrico y no homogéneo, o podrían deberse en parte a la retro-reacción de 
heterogeneidades sobre la expansión cósmica, o al efecto de heterogeneidades sobre el área 
distancia efectiva.[11]
El cosmólogo Lawrence Krauss concluye diciendo que «la naturaleza de la “energía 
oscura” que está provocando la aparentemente acelerada expansión del universo es, sin 
lugar a dudas, el mayor misterio de la física y la astronomía».[12]
Por lo tanto, si la teoría ortodoxa de la cienciasobre el origen de la materia pretende 
ser convincente, deberá responder a lo siguiente: (a) si la expansión del universo se está 
acelerando o no; (b) en caso afirmativo, cuándo se produjo el cambio de expansión 
desacelerada a expansión acelerada; y (c) que causa verificable está produciendo esta 
aceleración.
El ajuste de precisión de los parámetros cosmológicos
Cuando en el capítulo 3 examinamos el problema de la planicidad del modelo 
básico del Big Bang, vimos que diferencias extremadamente minúsculas en el valor de 
Omega —una medida de la atracción gravitatoria de la materia en el universo en 
comparación con su energía de expansión— producen tipos de universo muy distintos.
En 2000, Martin Rees, astrónomo real de Gran Bretaña, defendió que nuestro 
universo no habría evolucionado hasta la fase en la que se encuentra, con seres humanos 
como nosotros que reflexionamos sobre el origen del universo, si el valor, no solo de 
Omega sino también de cinco parámetros cosmológicos más, hubiera sido distinto en 
cantidades increíblemente minúsculas.
De hecho, se afirma que para la evolución humana es imprescindible ajustar con 
precisión muchos parámetros, además de los seis apuntados por Rees, y examinaré la 
cuestión del «universo antrópico» con más profundidad en posteriores capítulos. Baste por 
el momento decir que la teoría cosmológica ortodoxa no responde a la pregunta de cómo y 
por qué el universo que emergió del Big Bang adoptó la forma que adoptó entre otras 
muchas formas posibles.
La creación a partir de la nada
Este es el esqueleto encerrado en el armario. Es la pregunta más importante que la 
teoría ortodoxa sobre el origen de la materia está obligada a responder. Dicho de forma 
muy sencilla: ¿de dónde vino todo?
Y más concretamente, ¿de dónde procede la energía que no solo produjo todo el 
universo, sino que además contrarrestó la inmensa atracción gravitatoria de la materia súper 
densa que se creó —infinitamente densa si se inició como una singularidad— y expandió el 
universo hasta su tamaño actual?
Muchos cosmólogos apoyan la idea de que procede de la energía neta cero del 
universo. Según la teoría de la relatividad especial de Einstein, toda masa m posee una 
energía equivalente calculada mediante E = mc2 y, convencionalmente, esta energía de la 
masa de la materia en reposo tiene un valor positivo. Guth defiende que la energía de un 
campo gravitatorio es negativa. Basándose en una idea que al parecer fue avanzada por 
Richard Tolman en 1934,[13] la argumentación de Guth para la creación a partir de la nada 
utilizando el concepto de energía neta cero se resumiría como sigue:
1. Si el prindppo de ccon^eiAvK’iiói de la emergía apllca al umverro. entonces el 
universo tiene que tener la misma energía a partir de la cual fue creado.
2. Si d universo fue creado de la nada, entoncd la energía lotaa dd universo liene 
que ser cero.
3. Como que es evidenne que d umverro o1:^^^i^^1?1^ está lleno a rebosar de la 
inmensa energía-masa de cien miles de millones de galaxias en expansión, dicha expansión 
tiene que estar originada por otra energía.
4. Como que d campo gravitalorio tiene emergía nesíariva, la i ininensa emergía que 
observamos puede quedar anulada por una contribución negativa de igual magnitud del 
campo gravitatorio.
5. Como que la magnitud de emergía dd campo gravitalorio no tiene 11miie, lampoco 
tiene límite la cantidad de energía-masa que es capaz de anular.
6. Por lo lanto, d umverro podría haber evotudonado a paitir de abro1utamente 
nada y de forma consistente con todas las leyes de conservación conocidas.[14]
La proposición (2) depende de la condición de que el universo fue creado a partir de 
la nada. Lo cual no es una verdad obvia. De ahí que la validez de esta proposición sea 
cuestionable.
La proposición (5) se basa en un supuesto cuestionable; en el capítulo 6, cuando 
examine la infinitud de un cosmos físico, discutiré términos como «ilimitado» s «infinito».
Pero aun aceptando proposiciones tan cuestionables como estas, el argumento 
muestra que, en teoría, el universo podría haber evolucionado a partir de la nada, pero no 
nos explica cómo evolucionó en la práctica.
En 1973, Edward Tryon propuso la respuesta de la «fluctuación cuántica del vacío». 
Según el principio de incertidumbre de la teoría cuántica, es imposible calcular la energía 
exacta de un sistema en un momento exacto. En consecuencia, la teoría cuántica permite la 
conjetura de que incluso el vacío, un espacio en el cual todo ha sido eliminado, tiene un 
punto cero, o estado fundamental, de energía fluctuante a partir de la cual una pareja de 
partículas de materia y antimateria puede materializarse de manera espontánea, existir 
durante un periodo de tiempo increíblemente breve y luego desaparecer. Tryon sugirió que 
el universo se materializó espontáneamente a partir de un vacío mediante esta fluctuación 
cuántica.[15]
Sin embargo, en la teoría cuántica, la probabilidad de que un objeto se materialice a 
partir de un vacío disminuye dramáticamente a tenor de su masa y su complejidad, lo que 
hace que la probabilidad de que un universo complejo de catorce mil millones de años de 
antigüedad y que posee unos diez mil millones de millones la masa del sol surgiera de esta 
manera es tan remota, que resulta prácticamente imposible. Nadie se tomó en serio la 
sugerencia de Tryon hasta que la inflación acudió a su rescate.
Guth y otros especularon que, durante el tiempo de vida infinitésimamente breve de 
estas fluctuaciones cuánticas del vacío, surgió un proto-universo que se infló en un instante 
hasta alcanzar una magnitud cincuenta veces mayor, y que lo hizo incluso a pesar del 
campo gravitatorio provocado por su masa que amenazaba con aplastarlo y acabar con su 
existencia.
Lo cual plantea dos retos. En primer lugar, como vimos en el capítulo 3, a pesar del 
intento de los teóricos de la inflación de defender lo contrario, esta energía-masa no puede 
viajar más rápido que la velocidad de la luz sin entrar en conflicto con la teoría de la 
relatividad.[16]
En segundo lugar, como vimos también en el último capítulo, existe alrededor de un 
centenar de versiones de la inflación, pero en su mayoría siguen a Linde y asumen que el 
mecanismo es algún tipo de campo escalar, que recibe el nombre genérico de campo de 
inflación. Sin embargo, a diferencia de un campo electromagnético que puede ser detectado 
y medido, nadie ha encontrado todavía la manera de detectar, y mucho menos de medir, un 
campo de inflación. Por lo tanto, esta conjetura crucial carece de base empírica.
Se supone que la energía que impulsa este supuesto campo de inflación proviene de 
la energía neta cero del universo. Y mientras que Rees se muestra cauteloso y utiliza la 
palabra «conjetura» para calificar esta idea[17], Hawking no tiene tantas reservas. Asevera 
que, en el caso de un universo que es aproximadamente uniforme en el espacio, la energía 
de gravitación negativa cancela por completo la energía positiva representada por la 
materia. De ahí que la energía total del universo sea cero. «El doble de cero es también 
cero. Por lo tanto, el universo puede duplicar la cantidad de energía de materia positiva y 
duplicar también la energía gravitatoria negativa sin que se viole la conservación de la 
energía. [...] Durante la fase inflacionaria el universo aumenta su tamaño en una cantidad 
muy grande. De este modo, la cantidad total de energía disponible para crear partículas se 
hace muy grande. Como comentaba Guth: “Se dice que la comida gratis no existe. Pero el 
universo es la comida gratis por excelencia”».[18]
No conozco muchos científicos, aparte de los cosmólogos, que crean en la comida 
gratis. Pero incluso en el caso de que el universo fuera una comida gratis, la idea sigue sin 
decirnos de dónde provienen los ingredientes. Concretamente, un vacío con una energía 
fundamental que experimenta fluctuaciones cuánticas aleatorias no es la nada. ¿De dónde 
surgió este vacío? Más aun, ¿cómose puede verificar esta conjetura?
Se trata de preguntas que la cosmología ortodoxa está obligada a responder si 
pretende que su conjetura de la creación a partir de la nada sea tratada como una teoría 
científica.
Conclusiones
El capítulo 3 concluía diciendo que la teoría ortodoxa de la cosmología no es fiable 
y que su reivindicación principal, la inflación, que se incorporó para explicar las 
contradicciones que presenta la teoría con las evidencias aportadas por la observación, no 
es verificable con casi toda seguridad.
Este capítulo llega a la conclusión de que, incluso con dos añadidos importantes 
—la materia oscura y la energía oscura—, la teoría actual sigue sin ofrecer respuestas 
convincentes a seis preguntas clave: si hubo o no una singularidad y, en caso afirmativo, 
cómo se originó el universo como singularidad; cómo se formó la materia oscura a partir de 
la energía liberada por el Big Bang para producir la proporción entre materia y energía que 
observamos en la actualidad; qué es esa materia oscura que al parecer es necesaria para 
explicar por qué las galaxias y los cúmulos de galaxias no se disgregan, y qué y dónde está 
esa cantidad mucho mayor de materia adicional necesaria para explicar por qué el ritmo de 
expansión del universo es el pronosticado por la teoría; cómo y cuándo este ritmo 
desacelerado de expansión cambió a un ritmo acelerado y qué es la energía oscura invocada 
como su causa; cómo y por qué el universo adoptó la forma que adoptó habiendo tantas 
otras formas disponibles; y, lo que es más importante, cómo se creó todo a partir de la nada 
cuando la burbuja de vacío originaria posee una energía fundamental y, por lo tanto, no es 
la nada.
En 1989, Nature publicó un editorial en el que calificaba de «inaceptable» el 
modelo del Big Bang y predecía que «es poco probable que sobreviva la próxima 
década».[19] Pero ha sobrevivido más que eso: el Big Bang caliente inflacionario sigue 
siendo la explicación ortodoxa de la cosmología para el origen del universo. ¿Pero por 
cuánto tiempo más?
En la actualidad, otras hipótesis compiten bien para modificar el modelo ortodoxo, 
bien para desbancarlo. ¿Ofrecen un relato más riguroso, desde un punto de vista científico, 
sobre el origen del universo?
| l|a'e^e página 71.
|2|a'ease el glosario para una definición de las distintas fuerzas.
[3] Rodgers, Peter, «Where Did All the Antimatter Go?», Physics World, 2001. 
http://physicsweb.org/articles/world/14/8/9. Consultado el 12 de junio de 2006.
[4] Ellis (2007), S.2.3.6.
[5] Ellis, George, «Physics Ain’t What It Used to Be», Nature 438: 7069, 2005, pp. 
739-740.
[6] Los datos aportados en 2013 por el telescopio espacial Planck de la Agencia 
Espacial Europea provocaron una revisión de estas proporciones que quedaron en un 4,9 
por ciento de materia conocida, un 26,8 por ciento de materia oscura y un 68,3 por ciento 
de energía oscura.
[7] Kunz, Martin, et al., «Model-Independent Dark Energy Test with Sigma [Sub 8] 
Using Results from the Wilkinson Microwave Anisotropy Probe», Physical Review D 
(Particles, Fields, Gravitation, and Cosmology) 70: 4, 041301, 2004.
[8] Shiga, David, «Is Dark Energy an Illusion?»,
http:/.7www.newscientist.com/article/dn11498-is-dark-energy-an-illusion.htmltt.UhGjRSjhh 
http://physicsweb.org/articles/world/14/8/9
http://www.newscientist.com/article/dn11498-is-dark-energy-an-illusion.html%252523.U5GjRSj5h
hl. 30 de marzo de 2007.
[9] Dur^er, Ruth, «What Do We Really Know About Dark Energy?», Philosophical 
Transactions of the Royal Society, 369, 2011, pp. 5102 5114.
[10] Lieu, Richard, «ACDM Cosmology: How Much Suppression of Credible 
Evidence, and Does the Model Really Lead Its Competitors, Using All Evidence?», 2007, 
http://arxiv.org/abs/0705.2462 .
[11] Ellis (2007), S.2.3.5.
[12] Krauss, Lawrence M., «What Is Dark Energy? », Nature 431, 2004, pp.
519 520.
[13] Tolman (1987).
[14] Guth (1997), pp. 9-12 y 289-296
[15] Tryon, Edward P., «Is the Universe a Vacuum Fluctuation?», Nature 246, 1973, 
pp.396397
[16] Véase página 79.
[17] Rees (1997), p. 143.
[18] Hawking (1988), p. 129.
[19] Maddox, John, «Down with the Big Bang», Nature 340, 1989, p. 425.
http://arxiv.org/abs/0705.2462
CAPÍTULO 5. OTRAS CONJETURAS COSMOLÓGICAS
Buscar una alternativa [al modelo ortodoxo] es buena ciencia, simplemente. La 
ciencia avanza con mayor rapidez cuando hay dos o más ideas en competencia.
Paul Steinhardt, 2004
Muchos de los teóricos actuales no parecen estar preocupados por la posibilidad 
de que sus hipótesis acaben viéndose confrontadas a observaciones objetivas y reales.
Michael Riordan, 2003
Algunos cosmólogos, a diferencia de algunos papas, no están satisfechos con la idea 
de que el universo surgió de la nada a partir de una explosión. Para ellos, resulta mucho 
más atractivo el concepto de que el universo es eterno. Una de las dificultades a las que se 
enfrenta la evaluación, tanto de estas ideas como de otras alternativas al modelo ortodoxo 
del Big Bang inflacionario, es que, del mismo modo que la literatura religiosa está escrita 
por creyentes en las distintas religiones, la literatura sobre la especulación cosmológica está 
escrita por creyentes en las distintas especulaciones; e igual que sucede con sus homólogos 
religiosos, a menudo distan mucho de ser objetivos cuando presentan sus hipótesis y 
seleccionan e interpretan las supuestas evidencias que las sustentan.
He elegido las que considero ideas más relevantes.
El universo sin límites de Hartle-Hawking
Para abordar la primera pregunta planteada en el anterior capítulo —si el universo, 
incluyendo el tiempo y el espacio, se originó o no como una singularidad en la que dejan de 
ser válidas las leyes conocidas de la física—, Stephen Hawking examinó diversas maneras 
de aplicar la teoría cuántica al estado inicial del universo. Plantear sus ecuaciones sin 
realizar distinción alguna entre las dimensiones del espacio y la dimensión del tiempo, le 
permitió introducir un tiempo imaginario. Lo cual sería equivalente al concepto de los 
números imaginarios aceptado desde hace mucho tiempo en las matemáticas. Si tomamos 
un número real, como 2, y lo multiplicamos por sí mismo, el resultado obtenido es un 
número positivo, 4. Lo mismo sucede si multiplicamos un número negativo por sí mismo: 
-2 por -2 igual a 4. Un número imaginario es aquel que, multiplicado por sí mismo, da un 
número negativo. Por ejemplo, i multiplicado por sí mismo es igual a -1, mientras que 2i 
multiplicado por sí mismo es igual a -4.
El resultado de este trabajo, que desarrolló junto con Jim Hartle en 1983, fue 
producir un universo en el que el tiempo y el espacio son finitos, pero sin límites de ningún 
tipo.[1] Una analogía simplificada del universo espacio-tiempo de cuatro dimensiones de 
Hartle-Hawking sería la superficie de la Tierra, que es finita pero no tiene límites, como se 
muestra en la figura 5.1.
¡LMCILMCH
fl UNMH&O
I ignra 5. I. Krpr'f^oiMwHi titnpÜfieMla «r la siipefir del lutlirTC un
fimi/es de Hanle-HairkiiiX nmp«mu¿> «w la superficie de la Tierra.
En la figura, el universo se origina con el Big Bang con un tamaño cero en su 
equivalente del polo norte, se expande en un tiempo imaginario hasta alcanzar el tamaño 
máximo en su equivalente del ecuador, y se contrae en un tiempo imaginario para terminar 
en un Big Crunch con tamaño cero en su equivalente del polo sur. Y del mismo modo que 
las leyes de la física aplican en el polo norte real de la superficie de la Tierra, aplican 
también en el tiempo imaginario cero.
Esta solución describe un universo en el que, según Hawking, «No habría 
singularidades en las que las leyes de la ciencia dejaran de ser válidas y no habría ningún 
límite del espacio-tiempo [...]. La condición de frontera del universo es que no hay 
frontera. El universo [...] no sería creado ni destruido. Simplemente SERIA».
Hawking reconoce que cuando regresemos al tiempo real en el que vivimos, seguirá 
pareciendo que hay singularidades, pero sugiereque lo que denominamos tiempo 
imaginario podría de hecho ser el tiempo real, mientras que lo que denominamos tiempo 
real no es más que un producto de nuestra imaginación.
Esta propuesta ingeniosa soluciona muchos problemas del modelo ortodoxo de la 
cosmología, no siendo precisamente el menor de ellos el de la creación a partir de la nada. 
Sin embargo, Roger Penrose, coautor con Hawking de la prueba matemática de que se 
produjo una singularidad tipo Big Bang siempre y cuando la teoría general de la relatividad 
sea correcta,[2] describe el modelo como un «truco inteligente» para producir teorías 
cuánticas de campo consistentes pero presenta «severas dificultades» cuando se utiliza en 
conjunción con las aproximaciones necesarias para resolver las ecuaciones.[3]
Para ver si describe el mundo que experimentamos, hay que comprobarlo. Hawking 
afirma que realiza dos predicciones que coinciden con las observaciones: la amplitud y el 
espectro de fluctuaciones del fondo cósmico de microondas. Sin embargo, como en el caso 
de las de la inflación, las «predicciones» derivan de la elección arbitraria de campos 
escalares, más que de las predicciones reales del modelo del universo sin límites.
Por muy atractivo que resulte conceptualmente el modelo, han pasado más de 
treinta años y Hawking no ha conseguido convencer todavía a muchos cosmólogos teóricos 
de que sus cálculos matemáticos son viables y de que su tiempo imaginario es 
verdaderamente tiempo real. Además, el modelo no ha realizado ninguna predicción única 
que esté sustentada por la observación.
La inflación caótica eterna
Si al Big Bang le siguió un periodo de inflación, como la mayoría de cosmólogos 
actuales apoya, surge entonces la cuestión de qué fue lo que lo precedió. En consecuencia, 
Linde desarrolló en 1986 lo que describió como el modelo de un «universo que se 
reproduce a sí mismo a través de una inflación caótica eterna».[4]
A pesar de que los cosmólogos formados después de 1965 con la cultura del Big 
Bang como única cosmogonía rara vez lo reconocen, este modelo tiene mucho en común 
con la versión actualizada de la teoría del estado estacionario conocida como cosmología 
del estado cuasi-estacionario.[5] Linde propone que la inflación caótica se prolonga 
eternamente como un proceso continuado que crea nuevas regiones de espacio con 
propiedades distintas. Algunas de estas regiones podrían ser tan grandes como todo nuestro 
universo observable. «Con la inflación eterna, todo sería el mismo universo, pero sus partes 
estarían tan distanciadas las unas de las otras que, a todos los efectos prácticos, podríamos 
decir que son universos distintos».[6]
El modelo sugiere que una vez estas regiones se hayan inflado, contendrán 
necesariamente en su interior partes minúsculas que se inflarán, y que cuando estas partes 
se inflen, contendrán también partes minúsculas que a su vez se inflarán. En consecuencia, 
el proceso inflacionario se reproduce a sí mismo eternamente.
Guth lo suscribe con entusiasmo porque «la inflación eterna pone fin a la difícil 
cuestión de decidir hasta qué punto es plausible que la inflación se iniciara». Además,
Si el concepto de la inflación eterna es correcto, el Big Bang no fue un acto singular 
de creación, sino más bien algo parecido al proceso biológico de la división celular [...]. 
Dada la plausibilidad de la inflación eterna, creo que cualquier teoría cosmológica que no 
conduzca hacia la reproducción eterna de los universos pronto quedará considerada como 
algo tan inimaginable como una especie de bacterias incapaz de reproducirse.[7]
Guth tiene razón al respaldar este punto de vista como una declaración de fe más 
que como una conclusión científica.
En principio, la conjetura responde a la cuestión del origen de nuestra región, o 
nuestra burbuja, del universo: tuvo un principio y podría o no tener un fin, pero el proceso 
no concluirá nunca. Pero Linde ya no está tan seguro en lo referente a cómo se inició el 
proceso. En 2001 escribió: «Existe la posibilidad de que todas las partes del universo se 
crearan simultáneamente en una singularidad inicial tipo Big Bang. La necesidad de este 
supuesto, sin embargo, ha dejado de ser obvia».[8] Siete años antes, los cosmólogos Arvind 
Borde y Alexander Vilenkin llegaron a una conclusión más precisa. Defendieron que, 
siempre y cuando se acepten determinados supuestos técnicos, un espacio-tiempo 
físicamente razonable que esté inflándose eternamente hacia el futuro tendría que haberse 
iniciado a partir de una singularidad.[9]
El peso del argumento sustenta con claridad la conclusión de que la conjetura de la 
inflación caótica «eterna» no es eterna: por mucho que la inflación caótica continuara 
indefinidamente en el futuro, tuvo un principio. En consecuencia, no responde a la pregunta 
fundamental sobre de dónde salió todo, ni pone tampoco fin a la difícil cuestión de decidir 
hasta qué punto es plausible que la inflación empezara. Más aún, presenta exactamente los 
mismos problemas de imposibilidad de verificar su principal reivindicación que situaba las 
demás versiones de la idea de la inflación fuera del terreno de la ciencia y dentro del 
terreno de las conjeturas filosóficas.
La velocidad variable de la luz
Un joven cosmólogo, Joao Magueijo, que en aquel momento estaba en posesión de 
una prestigiosa beca para investigación de la Royal Society, propuso una alternativa a la 
conjetura de la inflación que, según sostiene, se ha convertido en la teoría sagrada para la 
comunidad cosmológica americana. La idea central es que en el universo primigenio, la 
velocidad de la luz era muchísimo más rápida que la actual. Esta conjetura solventa todos 
los problemas que solventa la conjetura de la inflación y, a pesar de que no existen 
evidencias de la existencia de una partícula inflatón ni de su correspondiente campo 
inflacionario, Magueijo defiende que sí hay evidencias observacionales de estrellas muy 
jóvenes que sustentan la hipótesis de la velocidad de la luz variable desarrollada por él y 
Andreas Albrecht (que también había desarrollado conjuntamente una de las primeras 
versiones modificadas de la conjetura de la inflación, véase página 70). Esta idea, por 
supuesto, quebranta uno de los principios fundamentales de la teoría de la relatividad de 
Einstein, el de que nada puede viajar más rápido que la velocidad de la luz y, por ello, 
Magueijo está intentando reformular en consecuencia las ecuaciones de Einstein.
Especular que en un periodo justo después Big Bang (en el que la teoría de la 
relatividad de Einstein deja de ser válida), la velocidad de la luz era miles de veces más 
rápida de lo que lo es ahora, no parece más irracional que especular que la energía-masa de 
un vacío se infló a una velocidad miles de veces superior a la velocidad de la luz. A pesar 
de ello, a Magueijo y a Albrecht les resultó extremadamente difícil poder publicar su 
artículo, igual que les sucedió a Hoyle y a otros cuyas hipótesis difieren de la ortodoxia 
cosmológica.
El relato de Magueijo sobre sus intentos de publicación y las respuestas a su artículo 
de los grandes referentes, ofrece una imagen del tan cacareado proceso de revisión por 
parte de los colegas que impera en la ciencia que emula la revisión por parte de obispos de 
la ortodoxia que instintivamente rechazan aquellos puntos de vista herejes que suponen un 
desafío a las conjeturas en las que se basa su reputación. Una triste reflexión acerca de 
Nature la expone el hecho de que para leer la versión completa de Magueyo me vi obligado 
a comprar la edición norteamericana de su libro, puesto que Nature amenazó con acciones 
legales al editor británico si no cribaba la primera edición y publicaba una versión 
expurgada. Entre otras cosas, Magueijo alega que el consenso en su campo de investigación 
es que el editor de cosmología de Nature no está a la altura del puesto pero que sus colegas 
no se atreven a decirlo por miedo a perjudicar su propia carrera profesional. Utiliza unlenguaje desmedido, tildando al editor de «imbécil redomado» y «científico fracasado» con 
envidia de pene. Este tipo de lenguaje degrada su caso. Evidentemente, Nature habría 
estado más en la línea de los ideales de la ciencia si hubiese desistido de la idea de 
comportarse como el Santo Oficio y hubiese permitido que los lectores decidieran hasta qué 
punto el relato de Magueijo es el de un egocéntrico inmaduro y equivocado o el de un 
hombre razonable abocado a la frustración.[10]
El artículo de Magueijo y Albrecht fue finalmente publicado en 1999 por Physical 
Review. Su conjetura podría llevar a una teoría más robusta si pudiera realizar predicciones 
capaces de ser verificadas por la observación, pero cualquier opinión al respecto debe 
esperar a la aparición tanto de más trabajo teórico como de más evidencias observacionales.
El universo oscilante cíclico
La hipótesis de que el Big Bang surgió del colapso de un universo anterior fue 
sugerida por Richard Tolman, del Instituto Tecnológico de California, en un momento tan 
temprano como 1934. Se basó en otra solución a las ecuaciones de la relatividad general de 
Einstein para el universo, que también asumió que era isotrópico y omnicéntrico, pero 
cerrado en lugar de plano. Su solución muestra un universo oscilante, que se expande, se 
contrae en un Big Crunch y luego vuelve a expandirse, proceso que se repite ad infinitum. 
Cuando Tolman aplicó al modelo la segunda ley de la termodinámica, descubrió que cada 
ciclo del universo oscilante era mayor y duraba más tiempo que el anterior.[11] 
La hipótesis cayó en desgracia por varias razones, sobre todo cuando los 
cosmólogos llegaron a la conclusión de que las evidencias obtenidas mediante la 
observación apoyaban el modelo del universo plano. Pero, como hemos visto, el modelo del 
universo plano se topó con conflictos tan importantes al ser contrastado con las evidencias 
obtenidas mediante la observación, que hubo que incorporar la conjetura de la inflación 
además de cantidades inmensas de materia oscura desconocida y de energía oscura 
desconocida.
La hipótesis de Tolman parece evitar el problema de la singularidad. Sin embargo, 
si cada ciclo del universo oscilante es mayor y más prolongado, cada ciclo precedente será 
menor y habrá durado menos tiempo. Si movemos el reloj hacia atrás, llegará un punto en 
el tiempo cero en el que el ciclo se aproximará a una insignificancia infinita y a una 
densidad infinita, es decir, las condiciones que se conjeturan para la singularidad del Big 
Bang. De ahí que el modelo no sea verdaderamente eterno y no evite el problema básico del 
origen: cómo y por qué se origina una singularidad infinitamente pequeña y densa.
Además, nadie ha concebido hasta la fecha ningún medio que sirva para observar o 
demostrar la existencia física de un universo previo del supuesto ciclo. Hasta que no se 
consiga, esta conjetura deberá mantenerse también fuera del terreno de la ciencia, tal y 
como la entendemos hoy en día.
La selección natural de universos
Lee Smolin es un teórico que no solo está preparado para pensar más allá de las 
cuatro paredes de la ortodoxia, sino que además cree que es necesario para que la física 
progrese. Su conjetura de una evolución de universos mediante selección natural ha sido 
tomada muy en serio por diversos sectores de la comunidad científica, razón por la cual 
merece la pena examinarla con cierto nivel de detalle.
En 1974, John Wheeler especuló que el colapso del universo en un Big Crunch 
podría conducir a un Big Bounce, o «gran rebote», en el que el universo se reprocesara para 
producir un nuevo universo donde las leyes de la física serían las mismas pero los 
parámetros físicos, como el de la masa de un protón o la carga de un electrón, que las leyes 
no predicen, serían distintos.
Como vimos en el último capítulo cuando hablamos sobre el ajuste de precisión de 
los parámetros cosmológicos, cambios muy pequeños pueden producir universos muy 
distintos. Por ejemplo, si el único cambio fuera que los protones son un 0,2 por ciento más 
pesados, no se formarían átomos estables y el universo se mantendría en estado plasma; en 
consecuencia, nunca podría haber evolucionado la materia compleja, como la del ser 
humano.
Llevando este concepto un paso más allá, Smolin lanza la conjetura de que no es 
solo el colapso de un universo en un Big Crunch lo que produce otro universo con 
parámetros distintos a través de un Big Bounce, sino que además el colapso de una estrella 
en un agujero negro produce otro universo con parámetros distintos al otro lado del agujero 
negro. Generaciones de universos producidos de esta manera con parámetros aleatorios a 
partir de un universo progenitor llevaría, mediante un proceso de selección natural similar 
al de la biología,[12] a universos más adaptados para sobrevivir y capaces de permitir la 
evolución de vida inteligente.[13]
Esta especulación se sustenta sobre ocho parámetros:
1. Los efectos cuánticos impiden la formación de una singularidad en la que el 
tiempo se ponga en marcha o se detenga cuando un universo colapse en un Big Crunch o 
una estrella colapse en un agujero negro, de tal modo que el tiempo continúa en una nueva 
región de espacio-tiempo conectada al universo padre solo en su primer momento.
2. Essa nueva región de espacio-tiempo donde d tiempo continúa después dd 
colapso de una estrella en un agujero negro es inevitablemente inaccesible para nosotros 
pero «podría ser tan grande y tan variado como el universo que podemos ver».
3. Debido a que nuestro uini-erro vistble contiene un numero enorme de almic^os 
negros, «debe de haber un número enorme de otros universos [...], como mínimo tantos 
como agujeros negros hay en nuestro universo [... ] [además] si hay muchos más que usos, 
¿por qué, entonces, cada uno de estos universos no podría tener también estrellas que 
colapsan en agujeros negros y engendran otros universos?».
4. Los parámetros del primer universo son tales que produce como mínimo una 
descendencia de un universo.
5. Cada descendiente sucesivo produce al menos un vástago.
6. Los parámetros del nuevo universo formado por el colapso de un universo o de 
una estrella son ligeramente distintos a los de su padre.
7. En el proceso aplican las reglas de la selección natural: el efecto acumulativo de 
pequeñas mutaciones aleatorias en los parámetros de los universos hijos acaba generando 
universos cuyos parámetros están mejor adaptados para producir muchos agujeros negros 
—y de ahí, muchos vástagos— hasta acabar en universos como el nuestro, que crea 
alrededor de 1018 agujeros negros.
8. Los parámetros de universos como el nuestro, con cantidades tan grandes de 
agujeros negros, están ajustados para la evolución de vida inteligente.
Estos supuestos no son ni mucho menos evidentes.
Smolin comparte el supuesto (1) con muchos otros teóricos, pero reconoce que si 
esto corresponde o no a la realidad depende de los detalles de la teoría de la gravedad 
cuántica, que no está completa.
El supuesto (2) parece poco razonable. Si la teoría actual de los agujeros negros es 
correcta, los agujeros negros pueden tener una densidad enorme, si no infinita, pero poseen 
una masa limitada. Por ejemplo, un agujero negro podría estar formado por el colapso 
gravitacional de una estrella con una masa tres veces superior a la de nuestro sol. Se estima 
que la masa de la materia luminosa y de la hipotética masa oscura del universo es 
aproximadamente la de diez mil millones de millones de soles. Incluso sin tener en cuenta 
la energía necesaria para impulsar la expansión del nuevo universo, suponer que una masa 
de, por ejemplo, cinco soles, colapsa en un agujero negro y explota hacia el otro lado como 
una masa de diez mil millones de millones de soles, parece ilógico. Probablemente, Smolin, 
al igual que Guth y otros teóricos,[14] está siguiendo las ideas de Tolman, pero se muestra 
menos ambicioso y crea un nuevo universo a partir de cinco masas solares en vez dehacerlo a partir de la nada.
En el supuesto (4), Smolin admite que si los parámetros del primer universo fueran 
aleatorios es «más probable» (abrumadoramente probable, creo que sería más adecuado) 
que en cuestión de microsegundos este primer universo se inflara hacia el vacío o 
colapsara. Es decir, que el proceso evolutivo no empezara nunca. Para evitar esto, Smolin 
asume que los parámetros del primer universo, y de los universos posteriores, están 
afinados con precisión para que los universos puedan experimentar al menos un rebote. Sin 
embargo, la única justificación que ofrece para sustentar este supuesto es que es necesario 
para que su especulación funcione. Y además, la especulación no explica cómo se originó 
este universo progenitor. Lo cual le impide reivindicar un poder explicativo superior al que 
pueda tener el modelo ortodoxo del Big Bang inflacionario.
El supuesto (8) implica que la física que maximiza la producción de agujeros negros 
es la física que permite la evolución de la vida, pero Smolin no ofrece ninguna base que 
sustente este supuesto.
Por lo que a su base empírica se refiere, esta especulación plantea la existencia de 
un número enorme de universos que o han desaparecido o, en el caso de existir todavía, nos 
resulta imposible comunicarnos con ellos. Smolin, de todos modos, sostiene que su 
conjetura es verificable argumentando que predice los parámetros de la ley de la física de 
las partículas elementales que se acercan a un valor que maximiza el número de agujeros 
negros de nuestro universo. Se trata de un argumento circular. La especulación no puede 
verificarse con ningún método o medio conocido y de ahí que sea más una conjetura 
filosófica que ciencia.
La gravedad cuántica de bucles
Igual que sucede con la conjetura de Smolin, la mayoría de las hipótesis alternativas 
al modelo del Big Bang gestiona el problema de la singularidad especulando que, si 
echáramos hacia atrás la expansión, los efectos cuánticos impedirían la formación de una 
singularidad en la que el tiempo empieza o se detiene. Intentan unificar la teoría cuántica y 
la teoría de la relatividad y proponen un universo que colapsa al otro lado del Big Bang al 
cual está conectado nuestro universo a través de un túnel cuántico. De ser así, echarían por 
tierra la reivindicación principal del modelo del Big Bang, a saber, que el espacio y el 
tiempo surgieron en el Big Bang a partir de la nada.
Un problema importante, que tanto Smolin como otros cosmólogos reconocen, es 
que todavía no disponemos de una teoría adecuada de la gravedad cuántica.
Gravedad cuántica: la esperada teoría de la gravedad cuántica que permitiría que 
la energía gravitatoria se unificara con otras formas de energía en único marco teórico 
cuántico.
Teoría cuántica: la teoría de que la energía es emitida y absorbida por la materia en 
cantidades minúsculas y discretas, cada una de las cuales se conoce como un cuanto que 
está relacionado con la frecuencia de radiación de la energía y, por consiguiente, posee 
propiedades tanto de las partículas como de las ondas. Dio lugar a la mecánica cuántica. El 
término se utiliza ahora en general para hacer referencia a todos los desarrollos teóricos 
subsecuentes.
Abhay Ashtekar, sin embargo, declara con osadía que él y sus colegas del Penn 
State Institute of Gravitational Physics and Geometry han sido los primeros en ofrecer una 
descripción matemática robusta que establece sistemáticamente la existencia de un universo 
colapsado previo y deduce propiedades de geometría espacio-tiempo en dicho universo. 
Ashtekar y su equipo utilizan un enfoque denominado gravedad cuántica de bucles en el 
afirman demostrar que en vez del clásico Big Bang, lo que se produce es un rebote 
cuántico, al otro lado del cual hay un universo clásico como el nuestro.
Ashtekar reconoce una limitación en su modelo, a saber, los supuestos de que el 
universo es homogéneo e isotrópico. «Es una aproximación que se hace en cosmología, 
aunque sabemos que el universo no es exactamente así. Así que la pregunta es cómo 
conseguir que el modelo sea cada vez más realista. Y eso es precisamente en lo que 
estamos trabajando».[15]
El jurado está evaluando el modelo matemático, pero aun en el caso de que el 
veredicto emitido fuera «queda demostrado», la ciencia exigiría evidencias físicas que 
sustentaran cualquier prueba matemática, y nadie ha sugerido todavía cómo dichas 
evidencias podrían obtenerse.
La cosmología de estado cuasi-estacionario
En 1993, Fred Hoyle, Geoffrey Burbridge y Jayant Narlikar modificaron la teoría 
del estado estacionario a partir de las observaciones y presentaron lo que denominaron 
cosmología de estado cuasi-estacionario (CECE o QSSC, del inglés «Quasi-Steady State 
Cosmology»), que defiende que en el plazo de mil miles de millones de años el universo se 
expande hasta alcanzar un estado estacionario, pero que lo hace en ciclos de cincuenta 
miles de millones de años de expansión y contracción en los que la contracción nunca llega 
a cero, es decir, a una singularidad.
Este equipo de astrónomos y astrofísicos postula que el responsable tanto de la 
creación contínua de materia como de la expansión del universo es un campo universal de 
creación, al que denominan campo C. El campo C tiene energía negativa y crea materia en 
forma de partículas de Planck, la partícula elemental con el máximo de masa posible: con 
una masa superior a esta, una partícula elemental quedaría superada por su propia fuerza 
gravitacional y colapsaría en un agujero negro.[16]
El campo C solo tiene la fuerza necesaria para crear partículas de Planck cuando se 
encuentra cerca de unos objetos muy masivos, compactos y densos, que el equipo 
denomina agujeros casi negros (ACN o NBH, del inglés «near black holes»), que se 
encuentran en el centro de las galaxias. Se forman cuando la fuerza creciente del campo C 
impide que un objeto celeste en contracción alcance un radio de 2GM/c2, después de lo 
cual se convertiría en un agujero negro. Lo que hace entonces el objeto en contracción es 
ralentizarse hasta detenerse y empezar a rebotar contra el radio del agujero casi negro. 
Aquí, la fuerza del campo C es lo bastante potente como para crear partículas de Planck, de 
aproximadamente un centenar de milésimas de gramo, en un mini-bang no singular o 
evento de creación de materia (ECM o MCE, del inglés «matter creation event»). Dichas 
partículas se desintegran luego en muchas partículas más pequeñas, incluyendo entre ellas 
bariones (como protones y neutrones) y leptones (como electrones y neutrinos), con la 
producción de radiación, para formar la materia a partir de la cual evolucionan las galaxias.
El campo C cobra fuerza cuando crea materia, incrementando tanto la producción 
de materia como de radiación. Sin embargo, la energía negativa del campo C actúa como 
fuerza repulsiva que expulsa del agujero casi negro la materia y la radiación recién creadas, 
por lo que podría considerarse como un «agujero blanco».
En el modelo de la cosmología de estado cuasi-estacionario, la constante 
cosmológica es negativa, mientras que en el modelo ortodoxo es positiva. Por lo tanto, la 
materia y la radiación que se crean están sujetas a las dos fuerzas de atracción de la 
gravedad y de la constante cosmológica y a la fuerza repulsiva del campo de creación. La 
que domina de entrada es esta última, y la materia y la radiación se ven expulsadas del 
agujero casi negro a altísima velocidad, lo que provoca la expansión del universo.
pi)¡um 5,2- Crrorifin de maten* en un afujeni mí nc^m (ACN) dnrnk la Jwrza 
envíente ¿r¡ amtpo C impide que un objeto crie/fe en arntiwwH afra/mr un radio de 
2( ^.VíZr, después de lo nuil te aumwtina en un agujero negro
Cuando la materia se expande la densidad disminuye y, con ella, la fuerza del 
campo C, hasta el punto que ya no puede seguir creando partículas de Planck. Las fuerzas 
de atracción de la gravedad y de la constante cosmológica pasan a ser dominantes y hacen 
queel universo se contraiga. Y cuando se contracta hasta alcanzar una densidad lo bastante 
elevada, el campo C adquiere la fuerza suficiente como para crear nueva materia y se inicia 
el siguiente ciclo.[17]
Cuando la base teórica de todo esto se vió cuestionada, Hoyle destacó con ironía en 
una reunión de la Royal Astronomical Society que tuvo lugar en Londres en diciembre de 
1994, que las ecuaciones relevantes de la cosmología de estado cuasi-estacionario son las 
mismas que las ecuaciones de la inflación correspondientes si se sustituye la letra griega 
«O» por la letra «C».
Los defensores de la cosmología de estado cuasi-estacionario defienden que solo 
exige un supuesto, el campo C, y que el resto se obtiene a partir de la observación y queda 
explicado por la física normal, a diferencia del modelo ortodoxo, que tiene que recurrir a 
ideas como la de una era de gravedad cuántica, un campo de inflación, teorías de gran 
unificación, materia oscura desconocida y energía oscura desconocida para mantener la 
idea del Big Bang y la consistencia con las observaciones.
Además, mientras que el Big Bang se produce una única vez y no puede ser 
observado, los eventos de creación de materia se producen constantemente y pueden ser 
observados en los chorros de plasma de las fuentes de radio y en explosiones de energía en 
forma de radio, rayos infrarrojos, visibles, ultravioleta y gamma de las zonas cercanas al 
centro de las galaxias. (La cosmología ortodoxa interpreta estas observaciones como 
emisiones de cuásares en las que la materia es absorbida por un agujero negro que se 
encuentra en el centro de galaxias muy remotas y, por lo tanto, muy jóvenes, véase página 
146).
Sus defensores defienden además que la cosmología de estado cuasi-estacionario 
ofrece una explicación mejor que la del modelo ortodoxo para otras observaciones. Por 
ejemplo, los cosmólogos ortodoxos aceptan la teoría de la nucleosíntesis estelar avanzada 
por Hoyle y sus colegas para explicar cómo todos los elementos, además del litio, se 
originan a partir de estrellas, pero afirman que solo el modelo ortodoxo demuestra que la 
cantidad observada de helio se corresponde con la generada a partir de la bola de fuego del 
Big Bang. Burbidge y Hoyle contraatacaron diciendo que es ilógico pensar que el helio 
pueda crearse mediante un método distinto: todos los elementos se originan a partir de 
estrellas, y la cantidad de helio observada en la actualidad incluye el helio producido en la 
escala de tiempo del universo de la cosmología de estado cuasi-estacionario, mucho más 
extensa que los 13,7 miles de millones de años defendidos (entonces) por la cosmología 
ortodoxa.
Por otro lado, los cálculos muestran que la termalización de la energía irradiada por 
la producción estelar de helio genera casi exactamente la temperatura de 2.73 K del 
espectro de cuerpo negro del fondo cósmico de microondas (FCM) observada en la 
actualidad.[18] La termalización se consigue mediante la absorción de esta energía 
irradiada y la emisión de longitudes de onda milimétricas que producen las partículas de 
hierro en forma de aguja del medio intergaláctico. Estas agujas son resultado de 
explosiones de supernovas que expulsan átomos vaporizados de hierro que se enfrían y se 
condensan en forma de agujas minúsculas, no de bolas, tal y como se ha demostrado 
experimentalmente; este polvo de agujas es un absorbente y un emisor efectivo de radiación 
con longitudes de onda milimétricas.
La evidencia de este polvo de agujas la proporciona la radiación del púlsar del 
Cangrejo, que muestra un vacío en su espectro en longitudes de onda milimétricas; la 
cosmología de estado cuasi-estacionario lo achaca a la absorción del polvo de agujas de 
hierro producido por la supernova del Cangrejo que dio como resultado el púlsar del 
Cangrejo. Un vacío similar aparece en el espectro de emisión del centro de nuestra galaxia, 
donde la actividad supernova se supone intensa.
La cosmología de estado cuasi-estacionario explica que las heterogeneidades del 
fondo cósmico de microondas reflejan las heterogeneidades de la distribución del cúmulo 
galáctico en la fase de contracción mínima del ciclo anterior.
Mientras que la cosmología ortodoxa tiene que invocar un cambio arbitrario en su 
constante cosmológica positiva para explicar el desplazamiento al rojo de las supernovas 
Tipo 1a, en la cosmología de estado cuasi-estacionario la constante cosmológica negativa 
se mantiene constante; estas supernovas aparecen más débiles de lo esperado porque su luz 
queda parcialmente absorbida por el polvo de agujas de hierro.
Narlikar y Burbridge defienden que la observación astronómica acabará 
demostrando qué modelo refleja la realidad. La cosmología de estado cuasi-estacionario 
predice objetos muy débiles con desplazamiento al azul, que son fuentes de luz en el ciclo 
previo, cuando el universo era más grande que ahora; el modelo ortodoxo no los predice.
La cosmología de estado cuasi-estacionario predice además la existencia de galaxias 
muy jóvenes formadas a partir de materia expulsada por el campo C en el transcurso de 
eventos de creación de materia relativamente recientes, mientras que el modelo del Big 
Bang defiende que las galaxias muy jóvenes tienen que ser muy remotas porque se 
formaron en la primera época del universo. Narlikar y Burbridge defienden que las 
observaciones astronómicas apoyan la predicción de la cosmología de estado 
cuasi-estacionario. Esto, sin embargo, depende de la interpretación de los desplazamientos 
al rojo.[19]
La cosmología de estado cuasi-estacionario predice asimismo la existencia de 
estrellas muy antiguas formadas en el ciclo anterior. Por ejemplo, una estrella de la mitad 
de la masa solar formada entre cuarenta y cincuenta miles de millones de años debería ser 
ahora una gigante roja. En consecuencia, si se detectaran gigantes rojas con poca masa, 
quedaría confirmada la cosmología de estado cuasi-estacionario. El modelo ortodoxo, por 
otro lado, afirma que no puede existir materia anterior al Big Bang que se produjo hace 
13,8 miles de millones de años.
Narlikar y Burbridge lamentan que los defensores de la cosmología de estado 
cuasi-estacionario no disponen del tiempo que les gustaría para poder trabajar con 
telescopios, tipo el telescopio Hubble, y poder de este modo probar sus afirmaciones; los 
astrónomos ortodoxos defensores del Big Bang monopolizan los instrumentos, lo cual no es 
compatible con una investigación científica de carácter abierto.
Los defensores del modelo ortodoxo de la cosmología rechazan la cosmología de 
estado cuasi-estacionario. Ned Wright, profesor de Astronomia de UCLA y científico de los 
proyectos COBE y WMAP, argumenta que el modelo de la cosmología de estado 
cuasi-estacionario es incompatible con los datos observados, y muy en particular con los 
cálculos relacionados con fuentes de radiación intensas, y sostiene que la afirmación de que 
el modelo coincide con los datos del fondo cósmico de microondas es falsa. Además, 
asevera que el artículo escrito en 2002 en el que se afirmaba que el modelo de la 
cosmología de estado cuasi-estacionario explica mejor los datos de las supernovas Tipo 1a, 
requiere que el universo tenga una opacidad óptica elevada, mientras que otro artículo del 
mismo año que defendía la conformidad del modelo con la anisotropía del fondo cósmico 
de microondas requiere una opacidad baja. «Estos artículos fueron publicados en distintas 
revistas y se refieren mutuamente como ejemplos de cálculos correctos del modelo de la 
cosmología de estado cuasi-estacionario, cuando en realidad se contradicen. Se supone que 
es un intento deliberado de engañar al lector informal».[20]
La incorporación innecesaria de un ataque por un supuesto engaño por parte de 
Narlikar y Burbridge es un triste reflejo de la actitud que a menudo exhiben los creyentes 
en modelos cosmológicos distintos. Sin duda alguna, este tipo de reivindicaciones y 
reconvenciones seguirá existiendo mientrasexistan creyentes. Pero esta en concreto no 
durará mucho tiempo. Fred Hoyle falleció en 2001 y Geoffrey Burbridge en 2010, y Halton 
Arp nació en 1927 y Jayant Narlikar en 1938. Las generaciones de cosmólogos más jóvenes 
se han criado con las creencias ortodoxas y, para la inmensa mayoría, la investigación de 
vías alternativas ha dejado de ser una opción para hacer carrera académica en el mundo de 
la cosmología.
La cosmología del plasma
Eric Lerner, físico del plasma, publicó en 1991 un libro titulado The Big Bang 
Never Happened, en el que recopilaba evidencias obtenidas a partir de la observación que 
contradicen el modelo ortodoxo de la cosmología. Sostiene que ese modelo es un mito 
renovado de un universo creado a partir de la nada que viola una de las leyes de la física 
más comprobadas, el principio de conservación de la energía. Y que además, con el fin de 
reconciliar el modelo matemático con la observación, exige la presencia de tres importantes 
conjeturas —un campo de inflación, materia oscura y energía oscura— que carecen de base 
empírica.
Basándose en el trabajo de Hannes Alfven, físico del plasma y laureado con un 
premio Nobel, Lerner propone una cosmología que, según él, representa observaciones 
astronómicas realizadas a partir de la física del plasma y la gravedad, ambas empíricamente 
demostradas. Asume para el universo, igual que los defensores del modelo ortodoxo, una 
geometría euclidiana, o plana, que ya conocemos (véase figura 3.2), pero propone que no 
tiene ni principio ni fin y que tampoco se expande.
Según Lerner, dentro de este universo sin expansión, la teoría de la filamentación 
del plasma predice la creación de estrellas de masa intermedia durante la formación de 
galaxias así como la observada abundancia de los elementos ligeros. Las estructuras a gran 
escala —como las galaxias, los cúmulos y los supercúmulos—, se forman a partir de 
vórtices de filamentos comprimidos magnéticamente y ya que la conjetura propone que el 
universo no tuvo un principio, el tiempo que necesitan las estructuras a gran escala 
observadas para evolucionar a partir del desordenado plasma inicial, no tiene límite.
La radiación emitida por las primeras generaciones de estrellas proporciona la 
energía necesaria para la aparición de eventos de creación de materia. La densa maraña de 
filamentos de plasma comprimidos magnéticamente que impregna el medio intergaláctico 
termaliza s isotropiza esta energía. Lo cual cuadra adecuadamente con el espectro del fondo 
cósmico de microondas y predice la absorción observada de ondas de radio. Además, el 
ajuste con la anisotropía del fondo cósmico de microondas, que contradice la cosmología 
ortodoxa, queda explicado porque la densidad de los filamentos absorbentes es superior 
localmente a lo largo del eje del supercúmulo local e inferior en los ángulos rectos con 
respecto a este eje.[21]
Sospecho que muchos cosmólogos ortodoxos califican a Lerner de científico poco 
serio porque no es un académico. Es presidente de Lawrenceville Plasma Physics Inc. 
(compañía dedicada a la investigación de la energía de fusión), miembro del Institute of 
Electrical and Electronic Engineers, de la American Physical Society y de la American 
Astronomical Society, y ha publicado más de seiscientos artículos. Las evidencias que cita 
incluyen muchos artículos de astrónomos del ámbito académico y en 2014 publicó un 
artículo en coautoría con dos de estos astrónomos donde se compara el tamaño y la 
luminosidad de alrededor de un millar de galaxias cercanas y extremadamente remotas.[22] 
Afirma que los resultados contradicen la luminosidad de superficie predicha por un 
universo en expansión y que son consistentes con un universo que no se expande.
Lo que podría denominarse modelo de universo estático evolutivo de la cosmología 
de plasma propone un universo eterno y, a diferencia de la cosmología de estado 
cuasi-estacionario, no requiere la creación de materia a partir de la nada. Explica la 
evolución observada del universo como una interacción de fuerzas físicas conocidas: 
electromagnetismo, gravedad y reacciones nucleares dentro de las estrellas y en rayos 
cósmicos. Sin embargo, en su desarrollo hasta el momento, no explica qué fue lo que 
provocó la existencia del plasma desordenado inicial de este universo eterno y qué fue lo 
que provocó la existencia de estas fuerzas físicas conocidas y las llevó a interactuar para 
que produjeran estados de materia más ordenados y complejos.
La quintaesencia
Paul Steinhardt, profesor Albert Einstein de Ciencias de la Universidad de 
Princeton, es otro cosmólogo dispuesto a pensar más allá de las cuatro paredes de la 
ortodoxia. En vez de utilizar, para un periodo de tiempo increíblemente breve, una 
constante arbitraria, Lambda, con un valor muy distinto del que descartó Einstein o el que 
introdujeron los inflacionistas, Steinhardt propuso que la energía oscura supuestamente 
responsable del aparente aumento en el ritmo de expansión del universo es en realidad un 
nuevo componente del universo.
Puesto que los cosmólogos ya habían considerado previamente que la evolución del 
universo estaba determinado por cuatro componentes —bariones,[23] leptones,[24] 
fotones[25] y materia oscura[26]—, Steinhardt decidió ponerle el nombre de quintaesencia 
a este quinto elemento, rememorando la quinta esencia superior en la que creían los 
antiguos griegos y que consideraban el elemento del que estaba constituida la esfera 
celestial, a diferencia de los cuatro elementos básicos: tierra, aire, fuego y agua.
Su principal diferencia con respecto a Lambda es que, mientras que la constante 
cosmológica tiene el mismo valor en todo el espacio y es inerte, la densidad de la 
quintaesencia disminuye lentamente con el tiempo y su distribución en el espacio no es 
uniforme. Los cosmólogos ortodoxos criticaron la quintaesencia destacando que las 
observaciones obtenidas hasta la fecha no mostraban evidencias de variaciones temporales 
o espaciales en la energía oscura. Lo cual descarta algunos modelos de quintaesencia pero, 
según Steinhardt, sigue dando cabida a un amplio abanico de posibilidades.[27]
Sería más elegante un nuevo modelo que eliminara un Lambda arbitrario con un 
valor cincuenta veces inferior a la Lambda arbitraria del modelo inflacionario. Sin 
embargo, igual que sucede con el modelo ortodoxo, los modelos de quintaesencia no 
consiguen explicar de dónde proviene esta energía oscura variable.
Posteriormente, Steinhardt y otros desarrollaron un modelo alternativo del universo 
que dice proporcionar esta explicación. Lo examino a continuación.
El universo ecpirótico cíclico[28]
Esta alternativa al modelo cosmológico ortodoxo se basa en la teoría M, la última 
versión de la teoría de cuerdas, que afirma que todo en el universo se reduce a cuerdas de 
energía infinitamente pequeñas. Las distintas masas y propiedades, tanto de las partículas 
elementales —electrones, neutrinos, quarks, etc. — como de las partículas de fuerza 
asociadas a las cuatro fuerzas de la naturaleza —las fuerzas fuertes y débiles, el 
electromagnetismo y la gravedad—, son simplemente un reflejo de las distintas formas de 
vibración de estas minúsculas cuerdas unidimensionales.
La teoría M permite que las cuerdas se expandan, y una cuerda expandida se conoce 
como una brana (una abreviatura de membrana); estas branas pueden tener 0, 1, 2, 3 o 
cualquier cantidad de dimensiones. Con la energía suficiente, una brana puede alcanzar un 
tamaño enorme y ser incluso tan grande como nuestro universo.
En 1999, Steinhardt y Neil Turok, entonces profesor de Física matemática en la 
Universidad de Cambridge, asistieron en esa universidad a una conferencia de cosmología 
en la que Burt Ovrut, teórico de cuerdas de la Universidad de Pensilvania, sugirió que 
nuestro universo consiste en tres grandes dimensiones espaciales observables (altura, 
anchura y longitud) en una brana, y seis dimensiones espaciales adicionales compactadas, 
demasiado pequeñaspara ser observadas, más una décima dimensión espacial —una línea 
finita— que separa esta brana de la brana de otro universo, que tiene también tres 
dimensiones espaciales grandes y seis dimensiones compactadas minúsculas. Como que ese 
otro universo ocupa dimensiones distintas, queda oculto a nuestra percepción. Lo cual 
planteó la pregunta de cómo podrían interactuar dos universos de este estilo.
Steinhardt y Turok llegaron a la conclusión de que si esa décima dimensión espacial 
que separa los dos universos se contrajera hasta cero, la interacción liberaría una cantidad 
de energía enorme, como la que se liberó en el Big Bang; además, creyeron que un 
escenario de universos en colisión podría responder algunos de los problemas del modelo 
del Big Bang inflacionario de la cosmología ortodoxa. Los tres científicos, más Justin 
Khoury, uno de los estudiantes graduados de Steinhardt, desarrollaron entonces el modelo 
del universo ecpirótico, llamado así por la palabra griega que significa «salido del fuego» y 
que describe una antigua cosmología estoica en la que el universo experimenta un ciclo 
eterno de ardiente nacimiento, enfriamiento y renacimiento.
Este modelo ecpirótico encontró también problemas y Steinhardt y Turok lo 
desarrollaron para producir una versión cíclica que tiene el ambicioso objetivo de explicar 
«toda la historia del universo, pasada y futura, bajo un punto de vista eficiente y 
unificado».[29] Lo basaron en tres ideas:
a. El Big Bang no es d lineco dd l¡ampo sino una llr■an^it■iiót a partir de una fase 
anterior de evolución.
b. La evolución del universo es cíclica.
c. Los hechos clave que eonfornaron la ert¡rJCiilra dd umvcrso se produíeron 
durante una fase de contracción lenta de la décima dimensión antes del Big Bang y no 
durante un periodo increíblemente breve de expansión inflacionaria después del Big Bang.
La construcción de su modelo matemático se basó en tres supuestos. Los dos 
primeros son los siguientes:
1. La leoriíi M es vállda. En palr¡cillalr las parttc^as observabbes de itllcst^o 
universo —protones, electrones, etc. — están en nuestra brana: cualquier partícula que se 
encuentre en la brana del otro universo puede interactuar gravitacionalmente con partículas 
de nuestra brana, pero no electromagnéticamente ni de ninguna otra manera.
2. Las dos birania se artaen i^llrtilall^cene mediante una fucer/a siimiair a la de un 
muelle que es muy débil cuando las dos branas están a una distancia de miles de unidades 
de longitud de Planck (que sigue siendo una distancia increíblemente pequeña), como 
sucede en la actual fase de evolución del universo, pero cuya fuerza aumenta a medida que 
las branas se acercan.
La figura 5.3 ilustra el ciclo.
«Usted está aquí» indica la fase actual del ciclo (la brana de la derecha es una 
representación bidimensional de las tres dimensiones observables de nuestro universo). La 
energía oscura dinámica (la quintaesencia) incrementa el ritmo de expansión del universo 
de tal modo que, en el transcurso del próximo millón de millones de años, toda la materia y 
la radiación se diluirán exponencialmente hasta que la densidad de la materia sea inferior a 
un único electrón por mil millones de millones cúbicos de años luz de espacio: en efecto, 
cada brana es un vacío casi perfecto y casi perfectamente plano.
En este punto, la fuerza de atracción entre branas toma el relevo. Al atraer las dos 
branas, su fuerza aumenta y detiene la expansión acelerada de las branas. No existe 
contracción de las tres dimensiones grandes de las branas, sino solo de la décima dimensión 
adicional (una línea) que se sitúa entre ellas. A pesar de que cada brana es un vacío casi 
perfecto, cada una de ellas posee una energía de vacío enorme. A medida que se aproximan, 
los efectos cuánticos hacen que estas branas planas se ondulen antes de establecer contacto 
y se separen con una liberación explosiva de energía que sería el Big Bang; las dos branas 
rebotan y alcanzan la separación máxima casi de inmediato. Puesto que el contacto se 
produce primero entre los picos ondulados, la explosión de energía no es exactamente 
homogénea: los puntos calientes corresponden a los picos ondulados y los puntos fríos a las 
depresiones. Cuando la bola de fuego de energía de cada brana se expande y se enfría, la 
materia se condensa fuera de los puntos calientes y evoluciona en cúmulos galácticos, 
mientras que los puntos fríos forman los vacíos intermedios.
Las branas se expanden a un ritmo decreciente, como en el modelo del Big Bang, 
hasta que su densidad de energía queda lo suficientemente diluida para que domine la 
densidad de energía potencial entre branas. Esta densidad actúa como una fuente de energía 
oscura que acelera la expansión de las branas, con lo que se vuelve al inicio y el ciclo 
continúa.
Pero a diferencia de lo que sucedía con los ciclos de Tolman, aquí no se produce 
reciclaje de materia y la entropía no aumenta en cada ciclo; los ciclos ecpiróticos de 
millones de millones de años se repiten eternamente.
Para que el modelo funcione se necesita un tercer supuesto.
3. Las branas sobreviven a la collsión. Esta collsión es una sinngilaridad en el 
sentido de que se produce la desaparición momentánea de una dimensión, pero las demás 
dimensiones existen antes, durante y después de la colisión.
Steinhardt y Turok afirman que su modelo matemático posee todas las ventajas del 
modelo ortodoxo del Big Bang inflacionario en cuanto a que predice la producción de 
elementos en la proporción conocida hoy en día, un universo observable que es casi 
homogéneo pero con heterogeneidades suficientes como para que se formen cúmulos de 
galaxias mediante la atracción gravitacional de materia y las ondas observadas en un fondo 
cósmico de microondas isotrópico.
Defienden que presenta la ventaja adicional de la parsimonia: requiere 
modificaciones mínimas del modelo básico del Big Bang para ser consistente con la 
observación. Las ondas de la materia y la energía de la radiación no surgen de un añadido 
inflacionario, lo que invocaría una constante cosmológica arbitraria, sino que están ya 
impresas en la liberación de energía del Big Bang que produce la ondulación de la brana 
cuando las dos branas-universo vacías y frías se aproximan entre sí antes de establecer 
contacto. La energía oscura no es la reaparición inexplicable de la constante cosmológica 
con un valor considerablemente inferior; sino que, como quintaesencia dinámicamente 
evolucionada, juega un papel fundamental s lo largo de cada ciclo. El problema de la 
singularidad no existe porque ni la densidad ni la temperatura llegan al infinito durante la 
transición desde la colisión de las branas hasta el Big Bang.
Más aún, el modelo responde a la pregunta de cómo se iniciaron el tiempo y el 
espacio en el Big Bang. No se iniciaron. Desde la perspectiva de nuestro espacio de tres 
dimensiones y una sola dimensión temporal, «parecen» haberse iniciado pero, en el 
megaverso de diez dimensiones espaciales en el que está incrustado nuestro universo 
observable tridimensional, el espacio es infinito y el tiempo es continúo: los ciclos se 
prolongan eternamente.
La respuesta a esta hipótesis que tantos problemas resuelve, aparentemente, resulta 
reveladora, sobre todo teniendo en cuenta que Steinhardt había desarrollado en un principio 
un modelo inflacionario.[30] En el transcurso de una conferencia, Andrei Linde, fundador 
de una de las conjeturas inflacionarias que el modelo ecpirótico desafía, dibujó la caricatura 
de uno de los gráficos en forma de U utilizados por Turok y cortó por la mitad la U. En la 
conferencia de la USA’s National Academic of Sciences de 2006, Alan Gurth, otro 
fundador de la conjetura de la inflación, respondió a la presentación de Turok mostrando 
una transparencia con un mono.[31] Respuestas de este estilo no cumplen con lo que sería 
un debate razonable.
Para defender que el modelo del universo ecpirótico cíclico es fallido, otros teóricos 
afirmanque el tercer supuesto no es válido: argumentan que cuando las branas entran en 
contacto, la dimensión extra que separa las dos branas pasa de ser infinitamente pequeña a 
cero, se produce, pues, una singularidad y las leyes de la física se desmoronan, como 
sucede en el modelo básico del Big Bang. Steinhardt reconviene diciendo que, debido s las 
condiciones especiales que se obtienen cuando las dos branas colisionan, no se produce 
ninguna singularidad, mientras que otros teóricos especulan que las branas rebotan y se 
distancian antes de la colisión, evitando con ello una singularidad.[32]
Actualmente es imposible establecer —matemáticamente o a cualquier otro nivel— 
quién lleva la razón, del mismo modo que actualmente es imposible establecer si en el 
modelo básico del Big Bang existe o no una singularidad.
Si el modelo del universo ecpirótico cíclico pretende satisfacer su ambicioso 
objetivo de explicar la historia del universo, tanto pasada como futura, con un enfoque 
eficiente y unificado, deberá responder s cinco preguntas.
En primer lugar, ¿se conserva la energía? La materia y la energía de radiación 
producidas por la colisión de las dos branas —una de las cuales crea el universo que vemos 
ahora— no se transforman en nada. Al final del ciclo, permanecen en su brana, aunque 
estresadas hasta tal nivel de dilución que sus componentes quedan más allá de sus 
horizontes de contacto. En el ciclo siguiente, la colisión de branas produce una nueva 
masa-energía que es exponencialmente mayor s la producida en el ciclo anterior.
Según Steinhardt y Turok, esto no viola el Principio de conservación de la energía. 
Igual que en las otras conjeturas en competencia —a excepción de la cosmología del 
plasma—, el modelo del universo ecpirótico cíclico afirma funcionar con gravedad: la 
energía necesaria para producir continuamente nueva materia y nueva energía de radiación, 
además de la energía cinética positiva necesaria para expandir esta materia casi 
infinitamente densa contra la atracción gravitatoria de sus componentes, proviene del 
campo de energía gravitatoria negativa que aumenta con cada ciclo. Ya he cuestionado la 
validez de este argumento al hablar sobre la energía neta cero del universo en el capítulo
4.[33] Depende del supuesto de que el cosmos se creó s partir de la nada; asume además 
que la gravedad es una fuente de energía infinita.
En segundo lugar, ¿describe el modelo de universo ecpirótico cíclico un universo 
eterno? Parece que sí, teniendo en cuenta que realiza dos supuestos adicionales:
4. Las tres dimensiones espaciales que observamos pueden expandirse, detenerse y 
expandirse más en el ciclo siguiente, sin límite alguno de distancia; y
5. el número de ciclos es ilimitado.
Las ecuaciones permiten estos supuestos. Pero hacerlo significa extrapolar teoría 
física basada en la evidencia no solo más allá de lo que es verificable, sino también hasta el 
infinito; sacan el modelo del ámbito de la ciencia para convertirlo en una conjetura 
filosófica.
Además, los supuestos cuarto y quinto plantean la pregunta de qué sucede si 
hacemos retroceder los ciclos hasta el punto en que se inició la expansión. En 2004, 
Steinhardt y Turok sugirieron que «la historia más probable es que los ciclos estuvieran 
precedidos por un inicio singular»,[34] aunque posteriormente Steinhardt dijo que 
eliminaría las palabras «más probable» porque los argumentos que había utilizado eran 
débiles. La respuesta s la pregunta sobre si el modelo es realmente eterno permanece 
abierta.[35] Pero no puede ser eterno si el universo aumenta de tamaño en cada ciclo 
porque si retrocedemos en el tiempo, llegaríamos al punto en que la expansión sería 
infinitamente pequeña, lo que daría lugar a una singularidad inicial.
Si hubo un inicio singular, Steinhardt y Turok consideran un efecto denominado 
«túnel a partir de nada», una forma de crear cuánticamente espacio, tiempo, materia y 
energía, todo en uno.[36] Pero esto dependería de la existencia previa de un campo 
cuántico, lo cual no es «nada».
La tercera pregunta es: ¿cuál es la naturaleza de la fuerza que se produce entre las 
branas, que sería similar a la que ejercería un muelle, y que actúa en esa hipotética décima 
dimensión, y cómo podría verificarse su existencia? No tenemos información al respecto.
El cuarto conjunto de preguntas sería: ¿por qué dos branas-universo distintas 
tendrían que estar tan cerca la una de la otra y, además, colocadas en paralelo? Se trata de 
un supuesto matemáticamente exigido para que se cumpla la teoría M, donde la décima 
dimensión espacial es una línea que une dos branas cuya existencia es necesaria para que 
existan partículas con distintas propiedades de espín. En efecto, las dos branas-universo 
comparten esta décima dimensión. Lo que implica que el universo va necesariamente por 
parejas. ¿Pero por qué tendría que ser así, excepto para que la teoría M sea consistente con 
la evidencia de que existen partículas con distintas propiedades de espín? En principio, la 
longitud de esta línea de la décima dimensión no tiene límite; en la práctica, no puede tener 
más de un milímetro pues, de lo contrario, la teoría M produce efectos gravitatorios 
inconsistentes con lo que observamos. Witten y Horava sugirieron que, para que la teoría M 
sea consistente con la observación, la dimensión adicional tendría que ser de unas diez mil 
unidades de Planck (10-28 centímetros), y esta es la longitud que Steinhardt y Turok 
adoptaron como hipótesis de trabajo. Y mantienen que las dos branas-universo son 
paralelas porque curvarlas exigiría mucha energía y el ciclo repetitivo es lo que las 
mantiene alineadas así.[37]
De ahí que la respuesta a este cuarto conjunto de preguntas dependa de la quinta 
pregunta: ¿es válida esa teoría M en la que se basa todo? Consideraré esto de aquí a dos 
secciones.
Steinhardt y Turok han dicho posteriormente que su modelo no se sustenta sobre la 
teoría M. El modelo funciona cuando eliminamos las seis dimensiones espaciales, 
demasiado pequeñas para ser observadas, y sustituimos la décima dimensión espacial (la 
distancia entre las branas en la teoría M) por un campo escalar que desempeña el mismo 
papel. El resultado es un modelo matemático que no es precisamente más exótico que los 
modelos de la inflacion.[38] Y tampoco es empíricamente más verificable que muchos 
modelos inflacionarios basados en un campo escalar igualmente arbitrario.
El paisaje de posibilidades de la teoría de cuerdas
A partir de la teoría de cuerdas surge otra conjetura. Leonard Susskind afirma que 
no hay razón para limitar la vibración de las cuerdas de energía fundamental para que 
produzcan solo aquellas partículas y fuerzas que nosotros observamos. En una miríada de 
universos distintos, las cuerdas vibran de formas distintas para producir una miríada de 
partículas y fuerzas distintas y, en consecuencia, una miríada de leyes físicas distintas y 
constantes cosmológicas distintas, etc. Susskind lo denomina el «paisaje de posibilidades» 
de la teoría de cuerdas.[39][40]
Esto respondería al problema de afinación de los parámetros cosmológicos: ¿por 
qué nuestro universo emergió tal y como es cuando podría haber sido de otra manera? El 
paisaje de posibilidades de la teoría de cuerdas significa que nuestro universo no tiene nada 
de especial. Es simplemente un universo donde las cuerdas vibran de tal manera que 
generan las leyes de la física y las partículas que observamos; en una miríada de universos 
más, son distintas.
Problemas de la teoría de cuerdas
Una teoría que unifica partículas y fuerzas elementales, incluida la gravedad, y la 
teoría cuántica y la de la relatividad es el santo grial de la física. La teoría de cuerdas, que 
afirma hacer eso sustituyendo las sesenta y una partículas «elementales» del Modelo 
Estándar de la Física de Partículas por una cuerda de energía, e incorporando la gravedad, 
ha atraído a las mentes más brillantes de la física teórica, y no solo por su innegableatractivo conceptual sino también por su elegancia matemática. Era aparentemente el 
presagio de una nueva era en la física (una conferencia sobre teoría de cuerdas que se 
celebró en Harvard llevaba el nombre de Seminario de física postmoderna) y sus defensores 
están tan convencidos de que es cierta, que los hay que incluso han dejado de lado la norma 
de la verificación experimental u observacional para buscar solo la demostración 
matemática.
Pero esto plantea una pregunta con la que ya nos hemos tropezado antes: 
¿constituyen realmente una teoría científica esos diversos modelos matemáticos (modelos 
que pueden emplear de inmediato menos o más dimensiones que las tres dimensiones 
espaciales y la única dimensión temporal que percibimos)? Según muchos y respetados 
teóricos (incluyendo entre ellos al Premio Nobel Sheldon Glashow, al cosmólogo 
matemático Sir Roger Penrose y al físico teórico y antiguo teórico de cuerdas Lee Smolin), 
la respuesta es no. Las bases sobre las que se sustenta este punto de vista son las siguientes:
Teoría inadecuada
Las versiones iniciales de la teoría de cuerdas requerían veinticinco dimensiones de 
espacio, una partícula que viajara s mayor velocidad que la luz y partículas que nunca 
podían quedar en reposo.[41] Estas diferencias con el mundo que observamos serían, s 
todas luces, un problema relevante para la teoría.
En vista del escepticismo despertado entre los teóricos físicos, los pioneros 
desarrollaron la teoría de cuerdas durante la década de los 70 y hasta 1984, momento en el 
cual John Schwarz y Michael Green convencieron a Ed Whiten, un destacado físico 
matemático, de que una teoría de cuerdas que utilizara nueve dimensiones espaciales más la 
supersimetría —de ahí la «supercuerda»— era una buena candidata para una teoría 
unificada del todo. De pronto, la teoría de las supercuerdas se convirtió en el último grito de 
la física teórica.
Surgieron entonces cinco teorías de cuerdas matemáticamente consistentes, cada 
una de las cuales postulaba la existencia de diez dimensiones: una de tiempo, las tres 
dimensiones espaciales que observamos, y seis dimensiones espaciales adicionales que son 
demasiado pequeñas como para poder ser observadas. Pero algunas simetrías implicaban 
que las teorías de cuerdas no podían explicar la existencia de partículas materia, como 
electrones y neutrinos, con propiedades de espín a izquierda o s derecha (lo que se conoce 
como quiralidad), tal y como exige la teoría cuántica. Además, la existencia de cinco 
teorías distintas indicaba algún error. De modo que la teoría de cuerdas acabó pasando de 
moda.
Witten «solucionó» este segundo problema en 1995, cuando propuso que las cinco 
teorías podían unirse en una teoría M que incorporaba al modelo una onceava dimensión. 
Esto permite que las cuerdas se expandan en una brana, que puede tener todas las 
dimensiones que se deseen.[42] No existe ninguna condición de simetría, lo que permite 
que en una brana exista un universo con partículas con propiedades de espín a izquierda y 
derecha. La teoría de cuerdas volvió a ponerse de moda.
Sin embargo, ni Witten ni nadie ha formulado todavía una teoría M más elaborada. 
Tal y como Joan Magueijo, por aquel entonces profesor en el Imperial College de Londres, 
expresó con su típica brusquedad, «la gente de la teoría M lo afirma [que todas esas teorías 
de cuerdas y membranas se han unificado en un único invento, la teoría M] con tal fervor 
religioso, que a menudo se pasa por alto que la teoría M no existe. No es más que una 
expresión utilizada para referirse a una teoría hipotética que en realidad nadie sabe cómo 
presentar».[43] Incluso David Gross, Premio Nobel, destacado teórico de cuerdas y antiguo 
mentor de Witten, reconoce que «estamos todavía muy lejos de entender qué es realmente 
la teoría de cuerdas».[44]
La teoría afrontó un tercer problema importante en 1998, cuando muchos 
cosmólogos, en su interpretación de la oscuridad de las supernovas Tipo 1a con gran 
desplazamiento al rojo, llegaron a la conclusión de que el universo inició una expansión 
acelerada después de unos diez mil millones de años, y que esto exigía incorporar una 
constante cosmológica positiva al modelo matemático ortodoxo.[45] Las teorías de las 
supercuerdas revisadas no solo no habían predicho esto, sino que una de sus escasas 
conclusiones había sido que la constante cosmológica solo podía ser igual a cero o 
negativa. Witten reconoció en 2001: «No conozco ninguna manera clara de llegar al 
espacio de De Sitter [un universo con una constante cosmológica positiva] a partir de una 
teoría de cuerdas o una teoría M».[46]
Un grupo de teóricos de Stanford «solucionó» este tercer problema a principios de 
2003 cuando presentaron otra versión en la que, entre otras cosas, envolvían teóricamente 
con antibranas las seis dimensiones no observables y elegían valores de parámetros que 
producían una constante cosmológica positiva.
Sin embargo, tanto el resultado de este como de otros trabajos implica la existencia 
de 10.500, o una infinidad, de teorías de cuerdas. Susskind reconoció que «Podríamos decir 
que la esperanza de que surja una solución matemáticamente única [a partir de este paisaje 
de teorías de cuerdas] es un acto de fe similar al del DI [Diseño Inteligente]».[47] Lo cual 
sitúa la teoría M, subyacente en el modelo, en el ámbito de la fe, no en el de la ciencia. Y 
por lo que a la teoría de las supercuerdas se refiere, si existen infinitas versiones no hay 
entonces ninguna que pueda falsarse, lo que la llevaría a no superar el test de Popper, sobre 
lo que constituye una hipótesis científica.
En 2003, Dan Frieda, teórico de cuerdas desde 1985, llegó a la conclusión de que 
«la teoría de cuerdas, tal y como se presenta en la actualidad, es incapaz de ofrecer 
explicaciones precisas a los conocimientos que tenemos del mundo real y es incapaz de 
realizar predicciones precisas. La fiabilidad de la teoría de cuerdas no puede evaluarse, y 
mucho menos establecerse. La teoría de cuerdas, tal y como está actualmente, no posee 
credibilidad para ser candidata a teoría fisica».[48]
Según Smolin, «la búsqueda por parte de la teoría de cuerdas de una teoría de la 
naturaleza única y unificada ha llevado a conjeturar un número infinito de teorías, ninguna 
de las cuales puede exponerse con detalle. Y si son consistentes, conducen a un número 
infinito de universos posibles. Además de esto, todas las versiones que podemos estudiar 
con cierto nivel de detalle discrepan de la observación. [...] Los que creen en estas 
conjeturas se hallan en un universo intelectual muy distinto al de aquellos que insisten en 
creer solo lo que las evidencias sustentan».[49]
Estos universos distintos están separados por algo más que una diferencia de puntos 
de vista con respecto a la necesidad de base empírica. Según Smolin y Peter Woit,[50] el 
dominio de los teóricos de cuerdas en los comités estado que deciden los nombramientos y 
las becas académicas en los Estados Unidos en el campo de la física teórica dificulta que 
enfoques alternativos obtengan subvenciones. Dibujan la imagen de un culto que lleva a 
cabo prácticas dudosas para acallar las opiniones discordantes de otros físicos. La amargura 
de las disputas entre los teóricos de cuerdas y sus críticos queda ejemplificada con la 
denigración que supuso la crítica que el profesor adjunto de Harvard, Lubos Motl, realizó 
en Amazon.com del libro que Smolin publicó en 2006, Las dudas de la física en el siglo 
xxi: ¿es la teoría de cuerdas un callejón sin salida?.[51] Woit contratacó el comentario con 
otra crítica, alegando que la crítica de Motl era deshonesta y acusando a Motl de haber 
ofrecido veinte dólares a todo aquel que publicara un comentario de su propio libro con la 
máxima puntuación. Transcurrida una semana, Amazon eliminó ambas críticas.
Falta de base empírica
Una teoría en la que llevan trabajando los mejores cerebros del campo de la física 
desde hace más de treinta años deberíahaber conseguido una base empírica importante. Sin 
embargo, una cuerda es cien mil millones de millones de millones más pequeña que los 
protones del núcleo de un átomo. Dicho de otro modo, si escaláramos un átomo al tamaño 
del sistema solar, una cuerda tendría el tamaño de una casa. Lo cual significa que no existe 
por el momento forma alguna de poder detectar cuerdas.
De todas maneras, defensores de la teoría de cuerdas, como Brian Green, creen —el 
verbo «creer» se utiliza más de lo que cabría esperar en las publicaciones científicas y en 
las entrevistas a científicos especialistas— que las predicciones de la teoría son validables. 
Uno de los requisitos de las teorías de las supercuerdas es la supersimetría, que afirma que 
para cada partícula subatómica que conocemos, como podría ser un electrón o un protón, 
existe una pareja mucho más potente denominada «super compañera». Pero la 
supersimetría no depende de la teoría de cuerdas —hay otras hipótesis, como la extensión 
supersimétrica mínima del Modelo Estándar y la gravedad cuántica de bucles que la exigen 
o son compatibles con ella[52]— y, en consecuencia, no es una predicción única cuya 
confirmación validaría la teoría de cuerdas. Además, nadie ha detectado nunca una súper 
compañera. A pesar de que hay investigadores que albergan esperanzas, parece poco 
probable que ni siquiera el renovado Gran Colisionador de Hadrones, que en 2015 inició 
operaciones de energía mucho más potentes, pueda conseguirlo.
La predicción fundamental de la teoría de las supercuerdas por lo que respecta al 
origen de nuestro universo es que existen otras dimensiones con las que no podemos 
comunicarnos. Greene cree que es una predicción demostrable, incluso validable, utilizando 
otra predicción de las teorías de las supercuerdas, esta vez sobre los gravitones, hipotéticas 
partículas desprovistas de masa que transmitirían la fuerza de gravedad. Las teorías de las 
supercuerdas defienden que si en nuestro universo la gravedad es tan débil en comparación 
con las demás fuerzas de la naturaleza, es porque las cuerdas de las que consisten los 
gravitones son bucles cerrados que no están confinados a la brana en la que existe nuestro 
universo de tres dimensiones espaciales observables: un gravitón puede moverse hacia otras 
dimensiones. Por lo tanto, si un detector de partículas observara la desaparición repentina 
de un gravitón, habría una base experimental suficiente para sustentar la predicción de la 
teoría de cuerdas sobre la existencia de dimensiones adicionales. Sin embargo, nadie ha 
detectado todavía un gravitón, y mucho menos un gravitón que desaparezca de forma 
repentina.
Amazon.com
De ahí que debamos llegar a la conclusión de que no existe forma predecible de 
verificar las afirmaciones de los teóricos de las supercuerdas y de que su principal 
reivindicación es, a todas luces, no comprobable.
A pesar de que la idea de que toda la energía y la materia consisten en cuerdas de 
energía me resulta intuitivamente más atractiva que la de sesenta y una partículas 
fundamentales, en este momento no es más que una idea que ha cosechado diversas 
expresiones matemáticas. A partir de aquí utilizaré la expresión conjetura de cuerdas o 
«teoría» de cuerdas para dejar claro que esta idea no satisface el criterio principal de una 
teoría científica, tal y como hoy en día la entendemos.
El universo y sus definiciones
Como hemos visto, la palabra «universo» se aplica hoy en día a cosas muy distintas. 
Para evitar malentendidos, definiré el concepto tanto de este término como de términos 
relacionados.
Universo: toda la materia y energía que existe en la única dimensión de tiempo y 
las tres dimensiones de espacio que perciben nuestros sentidos.
Universo observable: la parte del universo que contiene materia capaz de ser 
detectada mediante la observación astronómica. Según la cosmología ortodoxa actual, 
queda circunscrito por la velocidad de la luz y por el tiempo, puesto que la materia y la 
radiación se escindieron unos 380.000 años después de que el universo empezara a existir a 
partir del Big Bang.
Megaverso: un hipotético universo con más dimensiones en el que estaría 
incrustado nuestro universo de tres dimensiones espaciales. Algunas especulaciones 
defienden que el cosmos comprende muchos megaversos.
Cosmos: todo lo que existe, incluyendo varias dimensiones hipotéticas adicionales 
a las tres dimensiones de espacio y una de tiempo que percibimos, así como otros universos 
con los que no tenemos contacto físico y de los que no podemos obtener información 
observable o experimental.
Multiverso: un cosmos hipotético que contiene nuestro universo más múltiples, e 
incluso infinitos, universos con los que no tenemos contacto físico y de los que no podemos 
obtener información observable o experimental. Se han propuesto distintos tipos de 
multiverso, cada uno con distintas propiedades.
Conclusiones
Ninguna modificación del modelo del Big Bang inflacionario ni ninguna otra 
conjetura proporcionan hoy en día una explicación científica satisfactoria, excepto 
matemática, al origen de la materia de la que estamos formados ni a por qué el universo 
adoptó la forma, y no otra, que permitió la evolución del ser humano.
Tiene que haber una explicación —y es posible que alguna de estas conjeturas 
acabe proporcionándola—, pero la cosmología actual tiene problemas para superar los test 
que diferencian la ciencia de la creencia con carácter especulativo. Consideraré este tema 
en el siguiente capítulo.
[1] Hawking (1988), pp. 132-141.
[2] Véase página 85.
[3] Penrose (2004), pp. 769 772.
[4] Linde (2001).
[5] Véase página 113.
[ó^tado en Science & Technology News, 1 de mayo de2004, p. 3.
[7] Guth (1997), pp. 250 252.
[8] Linde (2001).
[9] Borde, Arvind y Alexander Vilenkin, «Eternal Inflation and the Initial 
Singulsrity», PhysicalReview Letters 72: 21, 1994, pp. 3305 3308.
[10] Magueijo (2003).
[11] Bsrrow, John D., «Einstein and the Universe», Conferencia ofrecida en 
Gresham College, Londres, 18 de octubre de 2005.
[12] El efecto acumulativo de pequeños cambios genéticos que se producen en 
generaciones sucesivas de los miembros de una especie que conduce al dominio de aquellos 
miembros cuyas mutaciones los hacen más adaptados para competir y sobrevivir; las 
mutaciones acaban produciendo una nueva especie cuyos miembros no se reproducen con 
los de la especie original.
[13] Smolin (1998), pp. 112-132.
[14] Véase página 95 para el argumento de Guth sobre la energía neta cero del 
universo.
[15] Ashtekar, Abhsy, et al., «Quantum Nature of the Big Bang: An Analytical and 
Numerical Investigation», Physical Review D (Particles, Fields, Gravitation, and 
Cosmology), 73: 12, 2006, 124038.
[16] Véase Masa de Planck en el glosario para una explicación más completa.
[17] Narlikar y Burbidge (2008), capítulo 15.
[18] Véase página 75.
[19] Véase página 146.
[20] Ned Wright, tutorial sobre Cosmología, 2004, 
http://www.astro.ucla.edu/~wright/stdystat.htm .
[21] Lerner (1992), actualizado en 
http://www.bigbangneverhappened.org/index.htm .
[22] Sccrps, Riccsrdo, et al., «UV Surface Brightness of Galaxies from the Local 
Universe to Z ~ 5», International Journal of Modern Physics, D 23: 6, 2014,1450058.
[23] Partículas subatómicas pesadas, como los protones y los neutrones.
[24] Partículas elementales ligeras o prácticamente carentes de masa que no 
interactúan a través de la fuerza nuclear fuerte, como los electrones.
[25] Cuantos de energía electromagnética carentes de masa.
[26] La forma o formas desconocidas de materia no radiante invocadas para que la 
teoría sea consistente con la observación.
[27] Steinhardt, comunicación personal, 24 de junio de 2007.
[28] Steinhardt lo denomina universo cíclico, pero yo utilizo el término universo 
ecpirótico cíclico para diferenciarlo de otros modelos cíclicos, como el universo oscilante 
cíclico de Tolman y los ciclos de la cosmología de estado cuasi-estacionario.
[29] Steinhardt, Paul J. y NeilTurok, «The Cyclic Model Simplified», Departamento 
de Física, Princeton University, 2004. http://www.phy.princeton.edu/~steinh/dm2004.pdf . 
Consultado el 11 de marzo de 2007.
[30] Véase página 68.
[31] Leake, Jonathan, «Exploding the Big Bang», The Sunday Times, Londres, 20 de 
Agosto de 2006, p. 14.
[32] Steinhardt, comunicación personal, 9 de marzo de 2007.
[33] Véase página 95.
http://www.astro.ucla.edu/%257Ewright/stdystat.htm
http://www.bigbangneverhappened.org/index.htm
http://www.phy.princeton.edu/%257Esteinh/dm2004.pdf
134|Stainliarclt y Turok (2004), (2007).
13e|n^tainlimlt. comunicación personal, 12 de marzo de 2007.
[36] Ibid.
[37] S^íaii^:t^^it, comunicación personal, 30 de abril y 7 de mayo de 2007.
[38] S^íaii^:t^^it, comunicación personal, 20 de agosto de 2014.
139 ] Sunski lid (2005).
[40] Susskind 1 uddunminn «megaverso», perocomoheutilizzddestetérminnpara 
describir el universo de diez dimensiones espaciales de la teoría de las súper-cuerdas, 
etiquetaré la versión de Susskind como una especulación sobre el cosmos, pues invoca una 
miríada de megaversos.
[41] Smolin (2007), p. 105.
[42] Undpertícotapautosoco»didnraundb3avddnccrad1megdio»dr, undcosran 
como una brana de una dimensión, una membrana es una brana bidimensional, y así 
sucesivamente.
MSJMagoeijo (2003), p. 239.
[44] Gross, David «Viewpoints on String Theory», WGBH, 2003,
http:/.7www.pbs.org/wgbh/nova/elegant/view-gross.html. Consultado el 15 de Agosto de 
2006.
[45] Véase página 90.
[46] C^^io en Smolin (2007), p. 154.
[47] C^^io en ibíd., p. 197.
|48|nviedan. D., «A Tentative Theory of Large Distance Physics», Journal of High 
Energy Physics, 2003, 10, pp- 1-98.
[49] Smolin (2007), p. 198.
[50] Woit (2006)
[51] Zas dudas de la física en el siglo xxi: ¿es la teoría de cuerdas un callejón sin 
salida?, Críticd, Barcelona, 2007.
[52] Smolin (2007), p. 176.
http://www.pbs.org/wgbh/nova/elegant/view-gross.html
CAPÍTULO 6. LOS PROBLEMAS DE LA COSMOLOGÍA COMO
MEDIO EXPLICATIVO
Cuando los científicos generamos ideas teóricas deberíamos ser temerariamente 
radicales, pero a la hora de interpretar las evidencias, todos deberíamos ser 
tremendamente conservadores.
Peter Coles, 2007
La fe en la teoría suele triunfar sobre las evidencias.
George Ellis, 2005
Para que una explicación sea científica, debe ser verificable. Y de un modo más 
concreto, los criterios científicos generalmente aceptados decretan que la validez de la 
explicación de una cosa depende de nuestra capacidad de detectar y compilar, y s ser 
posible medir, datos al respecto de dicha cosa, interpretar correctamente esos datos y 
extraer una conclusión provisional, o hipótesis, a partir de los datos a modo de base a partir 
de la cual realizar predicciones o retrodicciones que puedan ser verificadas mediante 
observación o experimentación y que verificadores independientes puedan confirmar o 
rechazar.
La cosmología es distinta de otras ramas de la ciencia, como la química o la 
biología, en tres aspectos: solo tenemos un universo; formamos parte de él; y es 
incomparablemente grande. No podemos experimentar con él cambiando su temperatura, su 
presión o sus condiciones iniciales, por ejemplo, ni tampoco podemos compararlo con otros 
universos porque, por definición, el universo es todo lo que nuestros sentidos pueden 
percibir; no podemos observarlo desde el exterior; y su tamaño presenta retos colosales. 
Estos factores juegan un papel muy importante en cuatro problemas interrelacionados a los 
que se enfrenta la cosmología en su intento de explicar el origen y la evolución de la 
materia: dificultades prácticas, interpretación de los datos, teoría inadecuada y limitaciones 
intrínsecas.
Dificultades prácticas
Las dificultades prácticas se dividen en dos categorías: límites de detección y 
problemas de medición.
Límites de detección
Si la teoría de la relatividad es válida, no existe nada capaz de viajar más rápido que 
la velocidad de la luz. Y esto crea el horizonte de partículas.
Horizonte de partículas: es imposible estar causalmente influidos, obtener 
información e interactuar con toda partícula, independientemente de que tenga masa 
positiva o masa cero, que esté más alejada de nosotros que la distancia que pueda recorrerse 
a la velocidad de la luz desde que empezó el tiempo.
Si el relato de la cosmología ortodoxa actual es válido, nos enfrentamos a un 
segundo límite de detección.
Horizonte visual: según el modelo del Big Bang, solo podemos retroceder hasta el 
momento de la escisión entre materia y radiación electromagnética (estimado actualmente 
380.000 años después del Big Bang) porque antes de eso los fotones estaban dispersos por 
la interacción continua del plasma inicial, lo que hacía que el universo fuera opaco.
Lo que significa que no podemos detectar radiación electromagnética de épocas 
anteriores.
Problemas de medición
El desarrollo de la tecnología desde los años 60 del siglo pasado ha permitido la 
aparición de un amplio abanico de medios y métodos más precisos para la detección de los 
fenómenos cósmicos. En la actualidad, no solo podemos realizar observaciones visuales, 
sino que además podemos detectar emisiones en todo el espectro electromagnético de ondas 
de radio, microondas, luz infrarroja, luz visible, luz ultravioleta, rayos X y rayos gamma. 
Inventos como los dispositivos de carga acoplada y la fibra óptica, junto con la capacidad 
de situar detectores en el espacio por encima de la atmósfera terrestre, hacen que las 
mediciones sean mucho más precisas. Todo esto ha generado una gran riqueza de datos en 
los últimos cincuenta años. Pero, según el cosmólogo George Ellis, «el problema 
subyacente de la astronomía es determinar la distancia a la que se encuentran los objetos 
observados».^]
Muchos parámetros cosmológicos fundamentales, como la edad de los objetos 
celestes y la edad y el ritmo de expansión del universo, dependen de la determinación de las 
distancias. Pero los astrónomos no pueden realizar mediciones directas de esas distancias 
tal y como lo hacemos con los objetos en la Tierra, del mismo modo que tampoco pueden 
utilizar el brillo como medida de distancia porque, a pesar de que el brillo de las estrellas y 
las galaxias es más débil cuanto más alejadas de nosotros están, estos objetos estelares tiene 
distintos brillos intrínsecos, lo que técnicamente se conoce como luminosidades. En 
consecuencia, los astrónomos calculan la distancia a la que se encuentran las estrellas 
cercanas mediante paralaje, trigonometría local con la que calculan los ángulos delimitados 
por una estrella desde distintas posiciones de la Tierra a medida que esta traza su órbita 
alrededor del sol. Calculan la distancia de objetos más remotos a partir de una serie de 
indicadores de distancia, lo que se conoce comúnmente como «candelas estándar», que son 
objetos cuya luminosidad consideran conocer con precisión los astrónomos. Comparan la 
luminosidad observada de una candela estándar con su luminosidad conocida para así 
calcular la distancia que la separa de nosotros y, posteriormente, la distancia de un objeto 
más grande (una galaxia, por ejemplo) de la que forma parte. Las candelas estándar más 
utilizadas son las variables cefeidas, estrellas amarillas gigantes que se iluminan y se 
oscurecen de manera muy regular y cuyo periodo de variación depende de su luminosidad 
intrínseca. Para los objetos más remotos, los cosmólogos ortodoxos utilizan el 
desplazamiento al rojo del objeto, el desplazamiento en la longitud de onda de su radiación 
hacia el extremo rojo del espectro.
Las candelas estándar, sin embargo, son menos estándar de lo que algunos anuncios 
de distancias podrían llevar a pensar. Por ejemplo, en 1956, un grupo de astrónomos 
descubrió que las variables cefeidas eran de dos tipos y que, además, eran más variables de 
lo que se suponía. No sería muy científico asumir que, a medida que los métodos de 
observación mejoren y el volumen de datos aumente, no habrá más supuestos o 
interpretacionesque acaben resultando falsos.
Además, la luminosidad observada de una candela estándar lejana podría quedar 
oscurecida por el gas y el polvo interestelar, o escondida por el brillo de estrellas o galaxias 
que se interpongan en el campo visual. Ajustar estos factores es complicado y exige 
supuestos que, en el mejor de los casos, sean menos que indiscutibles.
Los astrónomos han descubierto también que la Tierra no solo orbita alrededor del 
sol s 30 kilómetros por segundo mientras el sol traza su órbita al centro de la Vía Láctea a 
220 kilómetros por segundo, sino que además nuestra galaxia viaja a 200 kilómetros por 
segundo hacia el centro de un cúmulo local de galaxias, que a su vez se cree que se mueve 
más o menos la misma velocidad, pero en distinta dirección, hacia el centro del 
supercúmulo local.[2] Cada uno de estos descubrimientos ha exigido realizar ajustes s la 
supuesta velocidad de un cuerpo celestial alejado de la tierra calculada a partir de su 
desplazamiento al rojo. Los cosmólogos ortodoxos utilizan el desplazamiento al rojo para 
calcular no solo la distancia de objetos cósmicos muy remotos —y, por lo tanto, muy 
jóvenes—, sino también el ritmo de expansión del universo y, en consecuencia, la edad del 
universo.
Estimaciones de la edad del universo
Una de las consecuencias de estos problemas de medición ha sido la variabilidad de 
las estimaciones de la edad del universo. La primera estimación de Hubble fue de menos de 
quinientos millones de años.[3] Incluso en un momento tan tardío como los años 50 del 
siglo pasado, los astrónomos calculaban que la edad del universo era de dos mil millones de 
años, mientras que la datación de las rocas mediante radiactividad ha demostrado que la 
edad de la Tierra era como mínimo de tres mil millones de años. Allan Sandage, el sucesor 
de Hubble en Mount Wilson, estimó una edad de veinte mil millones de años, mientras que 
Gérard de Vaucouleurs, de la Universidad de Texas, defendió diez mil millones de años.
En 1994, un equipo internacional de astrónomos utilizó el telescopio espacial 
Hubble para realizar la medición de distancia más precisa hasta aquella fecha de la galaxia 
M100 y llegó a la conclusión de que el universo tenía entre ocho y diez mil millones de 
años de antigüedad.[4]
En 2003, después de la observación de toda la orbe celeste mediante el satélite 
espacial Wilkinson Microwave Anisotropy Probe (WMAP), el investigador jefe de la 
operación, Charles L. Bennett, declaró que la edad del universo era de 13,7 miles de 
millones de años, con un margen de error del uno por ciento.[5] Esta datación fue revisada 
en 2013, con los datos aportados por el telescopio Planck, y se estableció en 13,82 miles de 
millones de años.[6]
Viendo las dificultades prácticas que conlleva la detección y medición de los datos 
que sustentan estas estimaciones, cualquier científico caería en un error si no anticipara que 
futuros descubrimientos acabarán alterando las estimaciones actuales. Sobre todo teniendo 
además en cuenta que los datos están siempre sujetos s interpretaciones distintas.
La interpretación de los datos
Antes de que, en 1610, Galileo utilizara un telescopio para estudiar los planetas, las 
observaciones podían interpretarse como que los planetas, incluyendo la Tierra, giraban 
alrededor del sol o que el sol y los planetas giraban alrededor de la Tierra; ambas teorías 
eran consistentes con los datos disponibles. Prácticamente todos los observadores 
adoptaron la segunda interpretación. Se equivocaban, claro está, pero sus creencias 
religiosas determinaban su interpretación.
Gran parte de la literatura cosmológica evoca interpretaciones guiadas por las 
creencias. Los defensores de las distintas hipótesis cosmológicas suelen aprovechar o 
interpretar las evidencias para que respalden sus creencias. Y esto aplica tanto a quienes 
sostienen interpretaciones ortodoxas como a aquellos que las desafían.
Por otro lado, tendemos a prestar más atención a las conclusiones extraídas de la 
observación que a los supuestos —normalmente no explícitos— que sustentan dichas 
conclusiones. En el caso de la cosmología, estos supuestos son con frecuencia 
cuestionables.
Edad del universo
La conclusión aceptada en 2003 por Bennett y el equipo de la NASA de que los 
datos del WMAP mostraban que la edad del universo es de 13,7 miles de millones de años 
± 1 por ciento depende de diversos supuestos. Uno de ellos es el valor de la constante de 
Hubble. Según Rowan-Robinson, las estimaciones de esta constante han «seguido siendo 
un tema de intensa controversia durante los últimos treinta años».[7] Tres años después del 
anuncio de Bennett, un equipo de investigación liderado por Alceste Bonanos, de la 
Carnagie Institution de Washington, utilizó lo que afirma que es un sistema de medición 
más preciso de la distancia hasta la galaxia M33 para proponer una reducción de un 15 por 
ciento en la constante de Hubble, lo que situaría la edad del universo en 15,8 miles de 
millones de años,[8] confirmando la conclusión de Rowan-Robinson de que todavía 
necesitamos una estimación más precisa de la edad del universo.[9]
Y mientras que, por un lado, los cosmólogos ortodoxos cuestionan la edad 
generalmente aceptada del universo, la interpretación ortodoxa de los datos y los supuestos 
que sustentan las estimaciones de la edad del universo también se ve desafiada. Por 
ejemplo, el físico del plasma Eric Lerner afirma que las estructuras que vemos en el 
universo —como los súpercúmulos de galaxias como la Gran Muralla y los enormes vacíos 
que hay entre ellos— deben de haber necesitado más de cien mil millones de años para 
formarse.[10] Su interpretación de los datos se ha visto desafiada a su vez por el firme 
defensor de la ortodoxia actual de la cosmología, Ned Wright.11
Desplazamiento al rojo de las supernovas Tipo 1a
Como vimos en el capítulo 4, el descubrimiento de que las supernovas Tipo 1a con 
gran desplazamiento al rojo —objetos muy brillantes pero de vida corta que se considera 
que son el resultado de la explosión de estrellas enanas blancas— eran más oscuras de lo 
esperado, fue interpretado por los cosmólogos ortodoxos como que el ritmo decreciente de 
expansión del universo después del Big Bang había cambiado para volverse creciente. 
Mientras que otros estudios afirman apoyar esta interpretación, dependen de interpretar 
todos los desplazamientos al rojo como método de medición de la distancia (véase abajo). 
Además, el brillo de las supernovas Tipo 1a puede verse oscurecido por el polvo 
interestelar, como defiende la cosmología del estado cuasi-estacionario,[11] o, como sucede 
con las variables cefeidas, su luminosidad podría no ser tan estándar como los astrónomos 
suponen actualmente.
Aceleración aparente del ritmo de expansión del universo
En el capítulo 4 vimos también que los cosmólogos ortodoxos atribuían su 
interpretación de esta oscuridad a una aceleración del ritmo de expansión del universo 
provocada por una misteriosa energía oscura. Lo representaban matemáticamente 
reintroduciendo la constante cosmológica arbitraria Lambda con un valor muy distinto del 
que Einstein había descartado o del que los inflacionistas habían utilizado; lo interpretaban 
como el punto cero del campo cuántico de energía del universo, s pesar de que su valor 
calculado es un gigantesco 10120 veces mayor que el que sería consistente con su 
interpretación del ritmo de expansión del universo.
Kunz y sus colegas, Rasanen y Lieu, ofrecieron distintas interpretaciones s los datos 
que dejan de lado la energía oscura, mientras que Ellis ofreció otras interpretaciones, 
añadiendo que «La cosmología ortodoxa actual considera estas propuestas poco atractivas, 
lo cual no demuestra que sean incorrectas».[12]
Como se comentó en el capítulo 5, Steinhardt y Turok defienden que la energía 
oscura no es una constante arbitraria sino un ingrediente básico del universo que cambia de 
forma dinámica, la quintaesencia mientras que los defensoresde la cosmología de estado 
cuasi-estacionario defienden que esta cosmología explica igualmente los datos de las 
supernovas sin necesidad de recurrir s ninguna energía oscura misteriosa.[13]
Desplazamiento al rojo
Una de las interpretaciones más críticas de los datos es la que argumenta que el 
desplazamiento al rojo siempre es una medida de la distancia y, combinada con la constante 
de Hubble, es también una medida de la velocidad de recesión y, por lo tanto, de la edad de 
los objetos celestes. En el capítulo 3 se expuso que Halton Arp. Geoffrey Burbidge y otros 
desafiaban esta interpretación.[14]
La clave de este conflicto de interpretación es la naturaleza de los cuásares, 
conocidos también como objetos cuasi-estelares. Estas potentes fuentes de emisiones 
variables de ondas de radio fueron detectadas en 1961 e identificadas al principio con 
minúsculos objetos visibles que se creía que eran estrellas de nuestra galaxia. Sin embargo, 
cuando se analizó el espectro de su luz, se vio que eran desplazamientos al rojo muy 
elevados. Se detectaron entonces otros objetos diminutos también con un elevado 
desplazamiento al rojo; pero estos objetos no emitían ondas de radio sino luz visible, 
principalmente azul, que variaba en periodos de días, y muchos de ellos emitían además 
potentes rayos X que variaban en periodos de horas en comparación con los años o meses 
de los que emitían ondas de radio.
Los cosmólogos ortodoxos interpretaron los elevadísimos desplazamientos al rojo 
como que estos cuásares eran extremadamente remotos y se alejaban de nosotros a 
velocidades de hasta el 95 por ciento la velocidad de la luz. Argumentaban que debido al 
tiempo que tardaba su luz en llegar hasta nosotros, lo que veíamos ahora eran esos cuásares 
cuando tanto ellos como el universo eran muy jóvenes. El problema estaba en explicar por 
qué esas distancias tan enormes daban a entender que sus emisiones electromagnéticas eran 
el equivalente a las de mil galaxias combinadas, mientras que su pequeño periodo de 
variación en emisión daba s entender que esas fuentes eran muy pequeñas; además, solo 
una veinteava parte de ellos emitía ondas de radio, mientras que la mayoría emitía luz 
visible y rayos X, y algunos también rayos gamma.
En los años 80, los cosmólogos ortodoxos llegaron s una interpretación 
consensuada razonable. La causa de esas emisiones ópticas y de rayos X tan enormes era un 
disco de gas y polvo muy caliente que giraba y había sido absorbido por un gigantesco 
agujero negro situado en el centro de una galaxia muy joven, mientras que las emisiones de 
radio eran debidas a chorros expulsados s lo largo del eje de rotación, igual que se había 
observado en la formación de estrellas. Era simplemente nuestro ángulo de visión lo que 
diferenciaba las potentes fuentes de radio de las potentes fuentes ópticas y de rayos X.[15]
Arp, Burgidge y otros reivindicaron, sin embargo, que sus estudios de cuásares con 
desplazamiento al rojo elevado muestran a muchos de estos cuásares alineados a lado y 
lado de galaxias cercanas activas y, en algunos casos, con un vínculo físico con esas 
galaxias; además, los análisis muestran un incremento de brillo y una disminución del 
desplazamiento al rojo a medida que aumenta la distancia con respecto a la galaxia madre. 
Interpretaron que estos datos sugieren que estos cuásares son pequeñas protogalaxias 
expulsadas a una velocidad próxima a la de la luz desde agujeros negros situados en el 
núcleo de galaxias activas, y que de ahí evolucionaron a galaxias, volviéndose así más 
brillantes a medida que aumentaron su distancia de la galaxia madre a la vez que 
desaceleraban.
En 2007, Michael Rowan-Robinson, presidente de la Royal Astronomical Society, 
descartó la idea: «La historia de la anomalía del desplazamiento al rojo terminó hace treinta 
años. Algunas de estas asociaciones son casuales, otras debidas a la lente 
gravitacional».[16] Pero Burbridge mantuvo que lo que refuerza su interpretación es la 
acumulación de datos en el transcurso de los últimos treinta años.
A menos que esto pueda explicarse argumentando que la materia oscura próxima a 
las galaxias brillantes origina, a través de la lente gravitacional, el brillo de los cuásares 
débiles que están lejanos —y no existe ningún modelo gravitacional de este estilo que 
resulte satisfactorio—, la mayoría de los cuásares no están muy lejanos. La única salida que 
le queda a la gente convencional es llegar a la conclusión de que todas las configuraciones 
son accidentales y/o que las estadísticas son grródgds [...]. Los datos siguen acumulándose. 
En 2005, Margaret Burbridge y sus colegas mostraron un cuásar que emite rayos X y con 
un desplazamiento al rojo de 2,1 a solo 8 segundos de arco de la galaxia activa NGC 7619. 
La probabilidad de que esto sea casual es de una entre diez mil. Y hay muchos, muchísimos 
más casos similares en la literatura.[17]
Pero, según Arp, no hay tantos como debería haber. Asegura que le cuesta mucho 
conseguir publicar sus trabajos en revistas científicas. En 1998, reprodujo algunos de los 
intercambios que ha mantenido con árbitros anónimos, a quienes calificó de 
«manipuladores, taimados, insultantes, arrogantes y, sobre todo, rabiosos».[18] Este punto 
de vista fue corroborado por Burbridge, que declaró que los que dominan la cosmología no 
son científicos observacionales, sino teóricos matemáticos que solo prestan una atención 
secundaria a los datos. «Ignoran por completo nuestros puntos de vista sobre la cosmología 
y en el transcurso de los últimos veinte años, ha habido muchos intentos exitosos enfocados 
a dejar de darnos invitaciones y hacer otras cosas para impedirnos intervenir en 
conferencias cosmológicas. Seguramente lo hacen porque cuando tenemos una plataforma 
para poder explicarnos resultamos bastante convincentes».[19]
Se trata de científicos respetables. Arp es tal vez el astrónomo especializado en 
observación extragaláctica más experimentado que existe. Trabajó durante veintinueve años 
en el observatorio Palomar y luego se incorporó al prestigioso Max Planck Institute, en 
Alemania; entre sus galardones destaca el Helen B. Wamer Prize de la American 
Astronomical Society. Burbridge fue profesora de astrofísica de la Universidad de 
California, San Diego y en 2005 recibió la medalla de oro de la Royal Astronomical 
Society. Sus quejas por la represión a las alternativas al punto de vista ortodoxo fueron 
replicadas por Richard Lieu.[20]
Esta interpretación alternativa de algunos desplazamientos al rojo tiene algo que me 
sorprende: si las protogalaxias se expulsan a una velocidad próxima a la de la luz desde el 
núcleo de galaxias existentes y activas, ¿por qué no se expulsan aleatoriamente, de modo 
que haya la misma cantidad aproximada de protogalaxias expulsadas hacia nosotros que 
expulsadas lejos de nosotros, lo que produciría, en consecuencia, tanto desplazamientos al 
azul elevados como desplazamientos al rojo elevados?
Arp hizo hincapié en este asunto en el análisis que realizó en 2008 —como parte del 
en el Two-degree-Field (2dF) Galaxy Redshift Survey— de un cúmulo integrado por 
catorce cuásares con desplazamiento al rojo elevado situado alrededor de la galaxia AM 
2330-284.[21] Afirma que sus desplazamientos al rojo se sitúan en un estrecho rango 
mayor e inferior que la velocidad de recesión cósmica de la galaxia; esto sería consistente 
con que fueran expulsados aleatoriamente de la galaxia madre a velocidades de más y 
menos 1.800 kilómetros por segundo. Esto es mucho menos que la velocidad de la luz, 
puesto que la masa de los objetos expulsados aumenta con el tiempo y, para conservar la 
inercia, tienen que reducir la velocidad.[22] Arp basa esta interpretación en la hipótesis de 
la masa variable de Hoyle Narlikar, que forma parte de su teoría de la gravitación que 
defiende que la materia de nueva creación empieza con masa cero y va aumentando con el 
tiempo a través de la interacción con el resto de materia del universo.[23]Arp tal vez esté equivocado, igual que podrían estar equivocados Burbridge y todos 
los que han desafiado la interpretación ortodoxa del desplazamiento al rojo. Sin embargo, 
hasta que los cosmólogos ortodoxos no entablen un debate razonado con Arp y otros 
científicos reconocidos que plantean interpretaciones distintas de los datos y dejen de 
ignorarlos o denigrarlos, seguirá colgando un interrogante sobre la interpretación ortodoxa 
de todos los desplazamientos al rojo y, por ende, sobre el modelo del Big Bang.
Ondulaciones en el fondo cósmico de microondas
La actitud de creer, en vez de razonar, queda reflejada en el lenguaje que se utiliza a 
menudo para anunciar resultados. Por ejemplo, cuando el director de investigación, George 
Smoot, anunció en 1992 que el satélite Cosmic Background Explorer (COBE) había 
descubierto extensas ondulaciones con densidad del 0,001 por ciento en el fondo cósmico 
de microondas (FCM), afirmó que aquello era como «ver la cara de Dios». Stephen 
Hawking dijo que el COBE había hecho «el descubrimiento del siglo, sino de todos los 
tiempos».[24] «Han encontrado el Santo Grial de la cosmología», declaró el astrónomo de 
Chicago, Michael Turner, cuando se realizó el anuncio en la American Physical Society, 
Washintgon.[25]
La razón para tanta euforia fue que la mayoría de cosmólogos interpretaron los 
datos del COBE como la prueba del modelo ortodoxo del Big Bang inflacionario, 
basándose en que las ondulaciones eran un reflejo de las heterogeneidades del plasma en el 
momento en que los fotones se escindían del plasma. Supusieron que estas 
heterogeneidades eran consecuencia de la expansión inflacionaria de fluctuaciones 
cuánticas que tuvieron lugar en el Big Bang y que eran las semillas de la estructura de las 
galaxias, los cúmulos de galaxias y los supercúmulos separados entre sí por inmensos 
vacíos. Sommot y su colega, John Mather, del Goddard Flight Center, compartieron el 
Premio Nobel de Física en 2006 por su trabajo en la detección de las ondulaciones.
Un editorial publicado en la revista Nature a la semana siguiente de la euforia 
adoptó una postura más sobria:
La sencilla conclusión, que los datos autentificados hasta el momento son 
consistentes con la doctrina del Big Bang, se ha amplificado en los periódicos y en los 
informativos hasta transformarla en la prueba de que «sabemos cómo» empezó el universo. 
Lo cual no deja de ser motivo de alarma.
El artículo continuaba mencionando los problemas que planteaba que esas 
ondulaciones pudieran ser responsables tanto de las estructuras que vemos hoy en día en el 
universo como de las explicaciones de la cosmología ortodoxa, y comentaba que «no existe 
una base verdaderamente independiente ni para la materia oscura ni para la inflación».[26]
La literatura cosmológica, además, rara vez menciona que estas ondulaciones en el 
fondo cósmico de microondas son también consistente con otros modelos. Ellis sostiene 
que los modelos del universo heterogéneos y esféricamente simétricos podrían producir 
probablemente ondulaciones similares. La cosmología del estado cuasi-estacionario afirma 
que la radiación de fondo cósmico de microondas tiene su origen en la termalización de la 
energía generada por la producción de helio de las estrellas e interpreta las ondulaciones 
como efectos localizados.[27] El modelo de universo eterno de la cosmología del plasma 
ofrece una explicación similar de la energía de la radiación de fondo e interpreta las 
ondulaciones como consecuencia de la conversión isotrópica imperfecta de esta energía 
debido a la densa maraña de filamentos de plasma confinados magnéticamente que 
impregna el medio intergaláctico.[28] El modelo del universo ecpirótico cíclico las 
interpreta como impresas en una liberación de energía Big Bang debido a la ondulación 
previa que se produce cuando dos branas-universo casi vacías se acercan entre sí.[29]
Un profesor de cosmología me aseguró que las ondulaciones del FCM hacen que 
sea «casi seguro» que el actual modelo ortodoxo desde el segundo uno después del Big 
Bang Caliente es el correcto. Viendo que descartaba las demás interpretaciones de las 
ondulaciones del FCM, le pregunté sus motivos. Reconoció que no había leído ninguno de 
los documentos más relevantes al respecto; argumentó que no tenía tiempo para leer todo lo 
que se publicaba y que ese era también el caso de la mayoría de los cosmólogos. De ser así, 
le dije, ¿cómo era posible que descartaran interpretaciones alternativas si ni siquiera las 
habían leído? Me explicó que hay poco más de media docena de cosmólogos que son los 
que marcan la agenda y establecen la interpretación de los datos más adecuada.
Se trata de un hombre sincero y honesto al que simplemente no se le ha ocurrido 
preguntarse si esta media docena de cosmólogos tienen depositado algún interés particular 
—consciente o inconscientemente— en que la interpretación de los datos cuadre 
únicamente con el modelo en el que han trabajado durante casi toda su vida y en el que 
creen profundamente. Me quedé con la impresión de que existe un obispo de la ortodoxia 
que gobierna felizmente su colegio de cardenales de la cosmología.
Declaraciones exageradas
Sustituir la fe por la razón da como resultado declaraciones exageradas. «El satélite 
de la NASA observa la primera billonésima de segundo del universo», fue el titular de una 
nota de prensa publicada por la NASA el 16 de marzo de 2006 para informar sobre los 
descubrimientos realizados a lo largo de tres años por el satélite espacial Wilkinson 
Microwave Anisotropy Probe (WMAP), lanzado una década después del COBE y equipado 
con instrumentos mucho más sensibles. Citaba en la nota las siguientes declaraciones del 
director de la investigación, Charles Bennett: «Ahora podemos distinguir entre distintas 
versiones de lo que sucedió durante la primera billonésima de segundo del universo».[30]
Por desgracia, no son solo los políticos los que trabajan con la propaganda. Bennett 
es un cosmólogo ortodoxo y presumiblemente cree que no podemos mirar más atrás en el 
tiempo de lo que nos permite el horizonte visual, cuando la radiación se escindió de la 
materia unos 380.000 años después del Big Bang.[31]
Un examen más detallado de los datos muestra que los instrumentos del WMAP 
registraron variaciones de temperatura y polarización de la radiación del fondo cósmico de 
microondas, lo que los investigadores asumen que se originó 380.000 años después del Big 
Bang. Basándose en un montón de supuestos más, los científicos del proyecto WMAP 
deducen que esta polarización fue causada por sucesos que se supone que se produjeron 
durante la primera billonésima parte de un segundo. Realizar afirmaciones gratuitas no 
tiene mucho que ver con las mejores prácticas científicas.
Los datos del WMAP
Los científicos del proyecto WMAP interpretaron sus datos como una validación 
más del modelo ortodoxo del Big Bang inflacionario, diciendo que el patrón de puntos 
calientes y fríos era consistente con las predicciones más simples de la conjetura de la 
inflación.
En 2005, sin embargo, los análisis de los datos del WMAP realizados por otros 
cosmólogos empezaron s sembrar dudas importantes. Richard Lieu y Jonathan Mittaz, de la 
Universidad de Alabama, Huntsville, descubrieron que los datos del WMAP indican un 
universo ligeramente «súper crítico» en el que hay más materia —y, en consecuencia, un 
campo gravitatorio más potente— de lo que interpretan los científicos del proyecto WMAP, 
lo cual presentaría graves problemas para la conjetura inflacionaria.[32] Descubrieron 
asimismo una carencia de lo que se conoce como efectos de lente gravitacional en el fondo 
cósmico de microondas que el modelo estándar del Big Bang predice. Según ellos, los 
puntos fríos del fondo de microondas poseen un tamaño demasiado uniforme para haber 
viajado durante casi catorce miles de millones de años luz desde los confines del universo 
hasta la Tierra. Las consecuencias sugieren diversas explicaciones alternativas.La más 
conservadora es que los parámetros cosmológicos del modelo ortodoxo, incluyendo la 
constante de Hubble, son erróneos. La posibilidad más contenciosa es que la radiación de 
fondo cósmico de microondas no sea un remanente del Big Bang sino que esté creada por 
un proceso distinto, un proceso local tan próximo a la Tierra que la radiación no se 
acercaría a ninguna lente gravitacional antes de alcanzar nuestros telescopios.
David Larson y Benjamin Wandelt, de la Universidad de Illinois, descubrieron una 
desviación estadísticamente significativa de la distribución gaussiana de puntos calientes y 
fríos predicha por la inflacion.[33] Kate Land y Joao Magueijo, del Imperial College de 
Londres, analizaron la radiación de fondo cósmico de microondas a través de sus tres 
componentes y descubrieron que dos de ellos —el cuadropolo y el octopolo— presentaban 
una orientación de puntos calientes y fríos que estaba alineada a lo largo de lo que 
Magueijo apodó como «el eje del mal», lo que contradeciría la predicción de orientación 
aleatoria que defiende la inflación. Magueijo sugiere que podría deberse a que el universo 
tuviera forma de losa, o de rosquilla, o s que el universo estuviera rotando, todo lo cual 
entraría en conflicto con los supuestos de isotropía y omnicentrismo en que se basa el 
modelo ortodoxo.[34]
La mayoría de cosmólogos, sin embargo, interpreta estas orientaciones no aleatorias 
como desviaciones estadísticas con respecto s la media de más de cien medidas.[35]
Independientemente de que estos y otros científicos que han encontrado problemas 
con los datos del WMAP tengan o no razón —y los últimos datos de Planck sugieren con 
fuerza que la tienen (véase sección siguiente)—, su voluntad de examinar los datos con una 
mentalidad abierta y plantearse interpretaciones alternativas contrasta con los científicos del 
proyecto que parecen extraer únicamente aquellas conclusiones que apoyan la hipótesis que 
están investigando.
La confirmación de evidencias contradictorias del telescopio Planck
Cuando en marzo de 2013 se anunciaron los datos de los quince primeros meses del 
telescopio Planck, de la Agencia Espacial Europea, el científico líder del proyecto, 
siguiendo el ejemplo de su colega del WMAP, dijo «observamos un encaje casi perfecto 
con el modelo estándar de la cosmología», aunque se contradijo a continuación al añadir 
«pero con características intrigantes que nos obligan a replantearnos algunos de nuestros 
supuestos básicos».[36]
El telescopio Planck observó el fondo cósmico de microondas (FCM) con más 
resolución y sensibilidad que nunca. Reveló muchas características que desafiaban el 
modelo ortodoxo del Big Bang inflacionario. Entre ellas destacan no solo revisiones de la 
edad del universo y de las conjeturas sobre las proporciones de la materia oscura y la 
energía oscura, sino también un punto frío que se extiende sobre un espacio de cielo más 
grande de lo esperado y fluctuaciones en la temperatura del FCM que no cuadran con las 
predichas. Los datos confirmaron que la orientación de los puntos fríos y calientes no podía 
descartarse como una desviación estadística, sino que, efectivamente, estaban alineados a lo 
largo de un eje, lo que rebatiría la predicción del modelo ortodoxo de que tendrían que ser 
isotrópicos, es decir, similares en cualquier dirección que mirásemos.
Selectividad de datos
La selectividad, no solo de la interpretación sino también de los datos, se produce 
cuando los científicos intentan justificar una hipótesis en vez de examinar las evidencias 
con objetividad.
Ya he mencionado la idea del paisaje de posibilidades, defendida por el teórico de 
cuerdas Leonard Susskind, que da lugar a un multiverso.[37] En su revisión del libro de 
Susskind, El paisaje cósmico: teoría de cuerdas y el mito del diseño inteligente, Ellis 
señala que, hipotéticamente, este multiverso se habría originado a partir de un túnel 
cuántico, dando como resultado un universo espacialmente homogéneo e isotrópico con 
curvatura espacial negativa y, por lo tanto, con un valor Cs Omega (Q) inferior a 1.[38] El 
mejor valor determinado por observación ss Q = 1,02 ± 0,02. Dadas las incertidumbres 
estadísticas, este resultado no entra en absoluto en conflicto con la conjetura de Susskind, 
aunque no la respalda. Pero Susskind ni siquiera discute estos datos no favorables. Ellis 
llega a la conclusión de que esto es «un síntoma de parte de la cosmología actual, donde la 
fe en la teoría tiende a falsear las geiCgdcids».[39]
Ley de interpretación de datos
He concedido un espacio a las interpretaciones alternativas de los datos 
astronómicos que han llevado a cabo científicos respetables porque son explicaciones que 
rara vez se escuchan fuera de la comunidad cosmológica y, en muchos casos, ni siquiera 
dentro de sIIv. Esta comunidad es una institución humana en la que aprenden los nuevos 
cosmólogos y donde los defensores de la actual ortodoxia deciden la publicación Cs 
artículos, la concesión de becas y el futuro de las carreras profesionales. En cualquier 
institución humana, las presiones para adecuarse a ella son considerables.
Además de todo esto, la cosmología exige una inversión de tiempo durante los 
muchos años que pueden transcurrir entre que se propone una investigación, se presenta la 
solicitud de subvención, se convence a los organismos de que apoyen la propuesta y, por 
ejemplo, se consigue que la NASA lance un satélite al espacio y se analicen s interpreten 
los datos (18 años en el caso del satélite COBE). De un modo similar, los físicos de 
partículas pueden invertir décadas de su carrera en llevar a cabo una investigación que exija 
la cooperación de varios gobiernos para subvencionar un acelerador de partículas. Los 
científicos son humanos y, naturalmente, quieren ver que una inversión personal de tal 
calibre valga la pena.
La comparación de los resultados anunciados con los puntos de vista equilibrados 
de cosmólogos como Ellis y Rowan-Robinon sugiere que tiene que haber algún tipo de ley 
de por medio.
La ley de interpretación de los datos. El grado en el cual un científico se distancia 
de una interpretación objetiva de los datos de su investigación es función de cuatro factores: 
su determinación por validar una hipótesis o confirmar una teoría; el tiempo que la 
investigación ha ocupado en su vida; su grado de inversión emocional en el proyecto; y su 
necesidad profesional de publicar un documento importante o salvaguardar su reputación.
Teoría inadecuada
En los capítulos 3 y 4 hemos hablado sobre los graves problemas del modelo del 
Big Bang Inflacionario, mientras que en el capítulo 5 hemos llegado a la conclusión de que 
las conjeturas que compiten contra el modelo ortodoxo, modificándolo o sustituyéndolo, no 
proporcionan hasta el momento un relato científico sobre el origen del universo: sus 
principales reivindicaciones siguen sin ser verificables y, en su mayoría, no son 
verificables.
Consideraré s continuación los profundos problemas teóricos que subyacen en el 
modelo cosmológico ortodoxo y en sus alternativas.
La inconclusión de la teoría de la relatividad y de la teoría cuántica
La teoría cuántica y la teoría de la relatividad forman la base tanto del modelo del 
Big Bang como de las ideas que compiten con él. Ambas han alcanzado un éxito tremendo 
en cuanto s realizar predicciones que han sido verificadas mediante observación y 
experimentación dentro de su propio ámbito: las masas estelares extremadamente pequeñas 
—subatómicas— para la teoría cuántica y las masas estelares extremadamente grandes y 
con velocidades próximas s la de la luz para la de la relatividad. Pero ambas son 
necesariamente incompletas porque son incapaces de explicar fenómenos que suceden fuera 
de su propio ámbito.[40] Lo que sugiere que ambas son un caso limitador de una teoría más 
completa y profunda.
Se han llevado a cabo numerosos intentos de unificar la teoría cuántica y la teoría de 
la relatividad —la «teoría» de cuerdas yla gravedad cuántica de bucles, por ejemplo— 
pero, como hemos visto, no están todavía probadas científicamente. Además, también ellas 
presentan sus propios problemas: la idoneidad de la relatividad general para predecir o 
incluso describir el universo como un todo, y la naturaleza de la realidad en la teoría 
cuántica.
La idoneidad de la relatividad general
Los astrónomos y los físicos adoptaron la teoría general de la relatividad de Einstein 
porque incorporaba la gravedad s la teoría especial de la relatividad, describiendo de este 
modo todas las fuerzas conocidas, y porque explicaba la precesión anómala del 
acercamiento máximo del planeta Mercurio al sol, que la mecánica newtoniana no había 
logrado explicar. ¿Pero es la teoría idónea para el objetivo de predecir, o incluso describir, 
el universo como un todo?
La teoría general no es una ecuación que predice un resultado único para 
condiciones iniciales específicas; sino que integra un conjunto de diez ecuaciones de campo 
en las que pueden insertarse de manera arbitraria campos escalares, parámetros y valores 
para estos parámetros. Esto permitió a Einstein elegir un parámetro, y un valor para sss 
parámetro, que produjera un universo estático; a varios cosmólogos elegir un campo escalar 
conceptual con diversos valores para producir diversos universos inflacionarios; a Hoyle y 
a sus colegas elegir un campo escalar idéntico pero con distintos parámetros y valores para 
producir un universo de estado cuasi-estacionario; y a Steinhardt y Turok elegir un campo 
escalar, unos parámetros y unos valores distintos para producir un universo cíclico en sl 
que la energía oscura no es una constante, sino que evoluciona dinámicamente.
Todos declaran que su versión del universo es consistente con los datos observados, 
aunque no hay evidencia de la existencia de un campo escalar inflacionario o de energía 
oscura, a diferencia, por ejemplo, de las evidencias que sustentan un potencial campo 
eléctrico escalar. De hecho, tal y como señala Ellis,[41] es perfectamente posible realizar el 
proceso matemático hacia atrás para elegir de este modo los parámetros que produzcan sl 
resultado deseado. Parafraseando a Humpty Dumpty en Alicia a través del espejo, de Lewis 
Carroll, cuando elijo campos escalares, parámetros y sus valores, las ecuaciones de la 
relatividad general significan justo lo que quiero que signifiquen, ni más ni menos. (Carroll, 
por supuesto, era matemático.)
El conjunto de ecuaciones permite también a los defensores de la inflación, el 
universo cíclico, el estado cuasi-estacionario y otros modelos, ofrecer sus versiones del 
universo con una fuente de energía ilimitada para crear materia y potenciar su expansión 
contra la inmensa atracción gravitacional de la materia súper densa creada.[42] Mientras 
que en el mundo conceptual, del que las matemáticas forman parte, pueden existir fuentes 
ilimitadas de energía —y también unicornios y dioses—, hay bastantes dudas por lo que 
respecta a si los unicornios, los dioses y las fuentes ilimitadas de energía existen en el 
mundo físico.
La realidad del mundo cuántico
La cuestión de hasta qué punto las fórmulas matemáticas lógicamente consistentes 
representan el mundo real reaparece cuando consideramos la teoría cuántica, uno de los 
conceptos más complicados y técnicos de la ciencia.
Las ecuaciones y los principios que forman la teoría cuántica han demostrado un 
éxito excepcional en cuanto a realizar predicciones que se han verificado 
experimentalmente, la más importante de ellas la del número y la estructura atómica de los 
elementos, y el modo en que sus átomos se unen para formar moléculas, lo que ha 
proporcionado la base teórica de la química. Pero, con todo y con eso, la teoría cuántica 
incomodó a aquellos de sus fundadores —como Einstein, Erwin Schrodinger y Louis de 
Broglie— que abogaban por el punto de vista filosófico de realismo, según el cual la 
ciencia explica la realidad tal y como ésta es en nuestra ausencia. La razón es que el mundo 
que la teoría cuántica describe es paradójico, intrínsecamente incierto, dependiente de la 
medición y no determinista, es decir, que permite efectos sin causa.
La teoría ha generado muchas interpretaciones de lo que sus ecuaciones significan 
realmente. Por ejemplo, la teoría cuántica afirma que un electrón se comporta tanto como 
una partícula como como una onda o una ola. Lo mismo sucede con la luz. La onda no ss 
una onda de materia física, como podría ser una ola del mar, sino una onda de información. 
Una analogía podría ser la de una ola de crímenes, que nos informa de dónde hay mayor 
probabilidad de que se cometa un crimen. Una onda cuántica nos informa de la 
probabilidad de dónde podemos esperar que esté una partícula y de la probabilidad de que 
esta posea propiedades como la rotación o la energía. Es no-localizada: es infinita y 
contiene todos los estados posibles de existencia de esa entidad cuántica. En consecuencia, 
un electrón puede estar potencialmente en cualquier parte.
Según la interpretación estándar (conocida también como de Bohr o de 
Copenhague), todo aquello que no puede ser sometido a un proceso de medición carece de 
existencia física. Solo cuando puede ser medida, la onda colapsa en la probabilidad de una 
partícula física que tiene una posición, una inercia y una energía concretas. Sin embargo, no 
podemos medir al mismo tiempo la posición exacta de una partícula, su inercia exacta o su 
energía exacta.
La interpretación estándar defiende que no existe realidad independiente, en el 
sentido físico ordinario, capaz de adscribirse al fenómeno cuántico o a la acción de su 
medición. Muchos de los defensores de la interpretación estándar, como el Premio Nobel 
Eugene Wigner, adoptan la postura de que la medición exige la presencia de un observador 
consciente. Lo cual no presenta un problema fundamental a la hora de medir el patrón de 
dispersión de un rayo de luz cuando impacta contra una placa con doble rendija, por 
ejemplo. Pero sí presenta problemas cuando se considera la realidad del universo o de los 
electrones, fotones y bariones que se materializaron a partir de un Big Bang.
El distinguido físico teórico John Wheeler, colaborador de Einstein en sus últimos 
años, llevó el punto de vista de la realidad física dependiente de la conciencia s su 
conclusión lógica. Defendió que la existencia del universo depende de observadores 
conscientes que lo hacen real, no solo hoy sino también retrospectivamente, hasta llegar al 
Big Bang. El universo existía en una especie de estado fantasma indeterminado y 
probabilístico hasta que seres conscientes lo observaron, colapsando entonces la función de 
onda del universo y otorgándole de este modo existencia física. Otras interpretaciones, 
como la del multiverso cuántico de Everett (que comentaré en el próximo capítulo), 
pretendían evitar este tipo de problema, pero han generado otros.
Infinidades en un cosmos físico
La teoría cuántica presenta también problemas con las infinidades. Según la 
mecánica cuántica, un campo, como por ejemplo un campo electromagnético, tiene valores 
en todos los puntos del espacio. Lo que produce un número infinito de variables, incluso en 
un volumen finito; cada una de estas variables tiene un valor que, según la teoría cuántica, 
puede fluctuar de un modo incontrolable. Según Smolin, esto conduce a la predicción de 
números infinitos para la probabilidad de que un suceso se produzca o para la potencia que 
puede alcanzar de cualquier fuerza.
Además de permitir una fuente ilimitada de energía, la teoría general de la 
relatividad presenta otros problemas con las infinidades. Como vimos en el capítulo 4,[43] 
en el interior de un agujero negro, la densidad de la materia y la fuerza del campo 
gravitatorio son infinitos, y se cree que esto sucede también cuando se retrocede en la 
expansión del universo hasta llegar al Big Bang. Pero cuando la densidad se vuelve infinita, 
las ecuaciones de la relatividad generalse desmoronan.
Como consecuencia de los supuestos simplificadores realizados para solucionar las 
ecuaciones de la relatividad general, tanto el modelo de universo plano (el modelo 
ortodoxo) como el de universo hiperbólico, son necesariamente infinitos en cuanto a su 
extensión: si cualquiera de los dos llegara a un límite, contradeciría el supuesto de que el 
universo es igual desde cualquier punto desde el que se observe.^] La mayoría de 
cosmólogos no lo considera un problema. Tal y como lo expresa Max Tegmark: «¿Cómo es 
posible que el espacio no sea infinito?».[45]
Algunas propuestas afirman que, en un multiverso que incluya todos los universos 
posibles, se entiende que necesariamente hay un número infinito de universos.
La infinitud, sin embargo, no es lo mismo que un número muy grande. David 
Hilbert, que sentó gran parte de las bases de las matemáticas del siglo xx, declara:
Nuestro principal resultado es que el infinito no existe en la realidad. Tampoco 
existe en la naturaleza ni ofrece una base legítima para el pensamiento racional.[46]
Si Hilbert tuviera razón, las hipótesis que utilizan infinidades para describir el 
mundo físico quedarían invalidadas. Si Hilbert se equivocara hasta el punto de que el 
concepto matemático de la infinidad tuviera una correspondencia en el mundo físico y que, 
como seres finitos que somos, no alcanzáramos a percibirla, nunca podríamos validar o 
desaprobar dicha hipótesis mediante un método científico.
Si Hilbert estuviera totalmente equivocado, y lo único que nos limitara fuese nuestra 
incapacidad de concebir test empíricos para aplicar a hipótesis con infinidades, dichas 
hipótesis seguirían siendo problemáticas. Por ejemplo, varias de las conjeturas 
cosmológicas alternativas consideradas en el capítulo 5 declaran que el universo es eterno. 
En este caso, Ellis señala que si se produjera un suceso en cualquier momento del tiempo, 
cualquiera de esas conjeturas debería explicar por qué no ocurrió antes de ese momento, 
puesto que previamente había tiempo infinito para que sucediese.[47]
Consideraré el Principio de entropía creciente cuando examine la evolución de la 
materia. Por el momento basta con decir aquí que esta ley física sostiene que, durante 
cualquier proceso que se produzca en un sistema aislado, el desorden aumenta hasta que ss 
alcanza un estado de equilibrio. Por definición, el universo es el sistema aislado definitivo, 
pues o contiene toda la materia y energía que existe o está desconectado de otros universos 
en un hipotético multiverso. Por lo tanto, si este principio físico es válido en el universo, y 
si el universo tiene una existencia infinita, habría alcanzado su estado de equilibrio hace un 
tiempo infinito y nosotros no estaríamos vivos para reflexionar sobre esta cuestión.[48]
La falta de idoneidad de las matemáticas
Newton desarrolló una nueva forma de matemáticas —el cálculo— que jugó un 
papel esencial cuando desarrolló sus leyes físicas. A partir de Einstein, los físicos teóricos y 
los cosmólogos han tomado prestadas o han adaptado las matemáticas existentes —la 
geometría diferencial del espacio de cuatro dimensiones, las teorías de campos de gauge, 
los campos escalares, etc.— para expresar y cuantificar sus ideas sobre el origen y la 
evolución del universo. Como hemos visto, la matemática de algunas de estas ideas se 
desmorona cuando retrocedemos hasta el origen del universo o no se corresponden con la 
realidad tal y como la percibimos. Para expresar y cuantificar una teoría completa del 
origen y la evolución del universo tal vez sería necesario desarrollar unas nuevas 
matemáticas. Dicha teoría explicaría todo lo que la teoría de la relatividad explica a gran 
escala y todo lo que la teoría cuántica explica a escala subatómica.
Limitaciones intrínsecas de la ciencia
Como hemos visto, muchas de las conjeturas que se han planteado para explicar el 
origen del universo no solo no están verificadas, sino que además es imposible verificarlas: 
si no podemos detectar un fenómeno, o su supuesto efecto sobre algo que podemos 
detectar, entonces no podemos verificarlo. Cualquier conjetura no verificable queda 
necesariamente fuera del ámbito de una disciplina empírica como la ciencia.
Conclusiones
A pesar de los anuncios optimistas, y a veces triunfalistas, que suelen realizar los 
científicos responsables de los proyectos después de analizar los datos obtenidos a partir de 
observaciones caras y prolongadas, la cosmología se enfrenta a muchas dificultades 
prácticas. Se enfrenta también s problemas de interpretación de los datos obtenidos, lo que 
incluye la puesta en duda de supuestos subyacentes a menudo sobreentendidos. Por lo 
tanto, es imposible conocer con seguridad el valor de muchos parámetros clave —como la 
constante de Hubble y la densidad del universo— y, en consecuencia, la edad del universo 
y su ritmo de expansión. Ni el modelo ortodoxo del Big Bang ni las conjeturas que 
compiten con él, ofrecen teorías científicamente robustas que expliquen el origen y la forma 
del universo. Además, las dos teorías que sustentan todos los modelos cosmológicos —la 
teoría de la relatividad y la teoría cuántica— son incompletas y presentan sus propios 
problemas.
A medida que mejoren las técnicas de detección, y se desarrollen interpretaciones y 
teorías como respuesta a nuevos datos y nuevos puntos de vista, las limitaciones prácticas, 
de interpretación y de teoría quedarán relegadas y la cosmología nos ofrecerá una mejor 
comprensión del origen del universo y, en consecuencia, del origen de la materia de la que 
estamos compuestos.
Sin embargo, hasta que los cosmólogos presenten una nueva definición del concepto 
de ciencia y un método científico que resulte aceptable tanto para la comunidad científica 
como para la comunidad intelectual, muchas «teorías» cosmológicas deben quedar 
clasificadas como conjeturas no verificables y, por lo tanto, quedar fuera del ámbito de la 
ciencia.
Puede argumentarse, claro está, que la cosmología es distinta de las demás ramas de 
la ciencia en los tres sentidos que enumeré al principio del capítulo y que, en consecuencia, 
si la cosmología está limitada por la metodología científica convencional, siempre tendrá 
escaso poder explicativo. Este argumento puede utilizarse para justificar que los 
cosmólogos vayan más allá de los convencionalismos de la ciencia para explicar el 
universo. De ahí que en el siguiente capítulo plantee si las conjeturas de la cosmología 
producen razonamientos convincentes aun sin superar los test más estrictos de la ciencia.
[1] Ellis (2007), S.2.3.2.
[2] Madxox (1998), p. 36.
^Ibíd, p. 27.
[4] http://hubblesite.org/newscenter/archive/releases/1994/49/texV, 26 de octubre 
de 1994.
[5] http://www.nasa.gov/centers/goddard/news/topstory/2003/0206mapresults.html# 
bctop, 11 de febrero de 2003.
[6] http://www.esa.int/Our_Activities/Space_Science/Planck/Planck_reveals_an_alm 
ost_perfect_Universe, 21 de marzo de 2013.
[7] Rcwan-Rnbmson (2004), p. 163.
[8] Bonanos, Alceste, et al., «The First Direct Distance Determination to a Detached 
http://hubblesite.org/newscenter/archive/releases/1994/49/text/
http://www.nasa.gov/centers/goddard/news/topstory/2003/0206mapresults.html%252523
http://www.esa.int/Our_Activities/Space_Science/Planck/Planck_reveals_an_alm
Eclipsing Binary in M33», Ths Astrophysical Journal, 652, 2006, pp. 313 322.
[9] Rowan-Robinson (2004), p. 164.
[10] Lerner (1992), con datos más completos, actualizado sn 
http://www.bigbangneverhappened.org/, consultado sl 16 de febrero de 2014.
[11] Ned Wright, Tutorial de Cosmología, UCLA, 2003, 
http://www.astro.ucla.edu/~wright/lerner_errors.html#SCI
[12] Ellis (2007), S.4.2.2 y ^2.3.5.
[13] Véase página 115.
[14] Véase página 75.
[15] «QudSdr», McGraw-Hill Encyclopedia of Science and Technology; «Quiasar», 
The Columbia Electronic Encyclopedia, 6v sd. Consultado sl 29 Cs enero Cs 2008.
[16] Rowan-Robinson, comunicación personal, 21 Cs noviembre Cs 2007.
[17] BurbiCgs,comunicación personal, 14 Cs enero Cs 2008.
[18] Arp (1998).
[19] BurbiCgs, comunicación personal, 14 Cs enero Cs 2008.
[20] Véase página 94.
[21] Arp, Halton y C. Fulton, «A Cluster of High Redshift Quasars with Apparent 
Diameter 2.3 Dsgrsss», http://arxiv.org/pdf/0802.1587v1, 2008. Consultado sl 28 Cs 
febrero Cs 2008.
[22] Arp, comunicaciones personales, 18 y 25 Cs febrero Cs 2008.
[23] Das, P. K., «Quasars in Variable Mass Hypothesis», Journal of Astrophysics 
and Astronomy, 18: 4, 2008, pp. 435 450.
[24] Singh (2005), pp. 462 y 463, rsspsctiedmsnts.
[25] McKis, Robin, «Has Man Mastered the Universe?», The Observer, Londres, 26
Cs abril Cs 1992, Nsws, pp. 8-9.
[26] Editorial, «Big Bang Br»ueded», Nature 356: 6372, 1992, p. 731.
[27] Narlikar, J. V., st al., «Inhomogeneities in the Microwave Background 
Radiation Interpreted within the Framework of the Quasi-Steady State Cosmology», The 
Astrophysical Journal, 585: 1, 2003, pp. 1-11.
[28] Véase página 118.
[29] Véase página 120.
[30] http://www.nasa.gov/home/hqnews/2006/mar/HQ_06097_first_trillionth_WM 
AP.html, 16 Cs marzo Cs 2006.
[31] Véase página 140.
[32] Lisu, Richard y Jonathan P. D. Mittaz, «On the Absence of Grdeitdti»ndl 
Lensing of the Cosmic Microwave Background», The Astrophysical Journal, 628, 2005, 
pp. 583-593; Lisu, Richard y Jonathan P. D. Mittaz, «Ars ths WMAP Angular 
Magnification Measurements Consistent with an Inhomogeneous Critical Density 
Universe?», The Astrophysical JournalLetters 623, 2005, pp. L1-L4.
^^Larso^ David L. y Benjamin D. WanCslt, «A Statistically Robust 3-Sigma 
Detection of Non-Gaussianity in the WMAP Data Using Hot anC ColC Spots», Physical 
Review, 2005, http://arxiv.org/abs/astro-ph/0505046I Consultado sl 25 Cs mayo Cs 2007.
[34] LanC, Kate y Joao Magusijo, «Examination of Evidence for a Preferred Axis in 
the Cosmic Radiation Anisotropy», PhysicalReview Letters, 95, 2005, 071301.
[35] Paul UteinedrCt, comunicación personal, 20 Cs marzo Cs 2007.
http://www.bigbangneverhappened.org/
http://www.astro.ucla.edu/%257Ewright/lerner_errors.html%252523SC
http://arxiv.org/pdf/0802.1587v1
http://www.nasa.gov/home/hqnews/2006/mar/HQ_06097_first_trillionth_WM
http://arxiv.org/abs/astro-ph/0505046
[36] http://www.esa.int/Our_Activities/Space_Science/Planck/Planck_reveals_an_al 
most_perfect_Universe, 21 de marzo de 2013.
[37] Véase página 130.
[38] Véase página 63 para una explicación de Omega y su relación con la geometría 
del universo.
[39] Ellis, George, «Physics Ain’t What It Used to Be», Nature, 438: 7069, 2005, 
pp. 739-740.
[40] Por ejemplo, Wolfgang Tittel y sus colegas informaron de que dos fotones 
entrelazados cuánticamente con más de diez kilómetros de distancia entre sí se 
comportaban al instante de la misma manera si se enfrentaban a dos caminos alternativos e 
igualmente posibles, violando claramente la Teoría especial de la relatividad de Einstein, 
que prohíbe que la informacion viaje a velocidad más rápida que la de la luz. (Tittel, W. et 
al., «Violation of Bell Inequalities by Photons More Than 10km Apart», Physical Review 
Letters, 81, 17, 1998, pp. 3563-3566). Pero no es solo en el ámbito subatómico que la teoría 
de la relatividad deja de aplicar. Rainer Blatt y sus colegas (Riebe, M. et al., «Deterministic 
Quantum Teleportation with Atoms», Nature, 429: 6993, 2004, pp. 734-737) y D. J. 
Wineland y sus colegas («Deterministic Quantum Teleportation of Atomic Qubits», 
Nature, 429: 6993, 2004, pp. 737-739), informaron de la transmisión cuasi instantánea de 
iones de calcio e iones de berilio, respectivamente, en estado cuántico.
[41] Véase página 83.
[42] La ecuación gravitacional de Newton también permite esto siempre y cuando la 
separación entre masas puntuales sea ilimitada.
[43] Véase página 85.
[44] Esto no aplicaría para el universo esférico: una esfera perfecta es igual desde 
todos los puntos de su superficie.
[45] Tegmark, Max, «Parallel Universes», Scientific American. 1 de mayo de 2003. 
http://www.sciam.com/article.cfm?articleID=000F1EDD-B48A-1E90-8EA5809EC588000 
0. Consultado el 8 de agosto de 2006.
[46] Citado en Ellis (2007), S.9.3.2.
[47] Íbid, S.9.3.2.
[48] Davies (1990), p. 10.
http://www.esa.int/Our_Activities/Space_Science/Planck/Planck_reveals_an_al
http://www.sciam.com/article.cfm?articleID=000F1EDD-B48A-1E90-8EA5809EC588000
CAPÍTULO 7. LA RACIONALIDAD DE LAS CONJETURAS 
COSMOLÓGICAS
El universo me captura a través del espacio y me engulle como una mota de polvo; 
yo lo capturo a través del pensamiento.
Blaise Pascal, 1670
La razón es una revelación natural.
John Locke, 1690
Hay dos preguntas que deberíamos formularnos para evaluar la racionalidad de las 
explicaciones cosmológicas que quedan fuera del ámbito de la ciencia. La primera es: ¿cuál 
tendría que ser el alcance de estas conjeturas? Y la segunda: ¿cómo someter a prueba su 
racionalidad? Según las respuestas s estas preguntas, examinaré conjeturas cosmológicas en 
dos aspectos: el origen del universo y la forma del universo, puesto que ambos son básicos 
para comprender la emergencia de la materia de la que estamos hechos.
El alcance de las conjeturas cosmológicas[1]
¿Tendrían que limitarse las conjeturas cosmológicas solo al elemento material del 
cosmos?
Muchos científicos son materialistas, y para ellos se trata de una pregunta trivial 
porque creen que el cosmos material es todo lo que existe y que, con el tiempo, la ciencia 
acabará explicando en términos de materia y de sus interacciones cosas como la conciencia 
y la mente. Pero según el criterio de Popper, este punto de vista no es científico porque 
nunca podrá falsarse.
Creo que es razonable extender el alcance examinando cosas no materiales que 
tienen una relación directa con el origen y la evolución del universo material. Lo cual 
suscita una serie de preguntas metafísicas interrelacionadas que tal vez podrían 
considerarse como aspectos distintos de la misma pregunta, pero que resulta útil separarlas 
en tres categorías, independientemente de que esta división sea arbitraria y permeable.
La causa de las leyes de la física
La mayoría de explicaciones cosmológicas defienden o asumen que la materia se 
comporta y evoluciona según las leyes de la física. De ahí que la pregunta fundamental sea 
qué provocó la existencia de estas leyes.
Como veremos en el capítulo 28, cuando examine la evolución del pensamiento 
filosófico, no existe una respuesta clara. Incluso Aristóteles, el arquetipo del racionalista, 
llegó a la conclusión, siguiendo la cadena de causalidad, de que la primera causa tiene que 
causarse a sí misma, ser eterna, inalterable, sin atributos físicos, es decir, divina.
La naturaleza de las leyes de la física
Y un nivel más allá de esta pregunta fundamental, está comprender cuál es la 
naturaleza de las leyes de la física, un asunto que podríamos dividir en tres sub-preguntas:
1. ¿Son descriptivas o prescriptivas?
Si simplemente describen cómo son las cosas, ¿por qué, entonces, toda la materia y 
las interacciones (fuerzas) que se producen entre ellas poseen las mismas propiedades en 
cualquier lugar del universo observable? ¿Por qué son idénticos todos los electrones? ¿Por 
qué la fuerza electromagnética se calcula del mismo modo en todas partes? Si, por otro 
lado, las leyes físicas determinan la forma de ser de las cosas, y se asume que dichas leyes 
son invariables, la materia será necesariamente la misma en todas partes. En cuyo caso, 
¿cómo pueden las leyes teóricas imponerse sobre la materia del universo?
2. ¿Existían las leyes físócas artes de la existímela deS universo y contla»ll^on su 
origen, empezaron a existir con el universo, o coexisten con un universo eterno?
Si el Big Bang es el comienzo de todo, ¿cómo es posible que estas leyes se crearan 
en un suceso de creación carente de leyes? Si no lo es, ¿cómo es posible que existieran 
antes que el universo? Si el universo es eterno, ¿son inalterables las leyes físicas y 
eternamente coexistentes con el universo, o cambian enel transcurso del tiempo infinito?
3. ¿Poo qué se expresan mediande reSaciones novematicils que, en la mayoría de los 
casos, son muy sencillas? Con destacadas excepciones, como la de la relatividad general, la 
mayoría de leyes físicas se expresan mediante ecuaciones muy sencillas, como la ley de la 
inversa del cuadrado de la fuerza electromagnética. ¿Por qué tendría que ser así? Las 
matemáticas, ¿describen o determinan las leyes físicas? ¿Cuál es la naturaleza de las 
matemáticas?
La naturaleza de las matemáticas
El cosmólogo Max Tegmark, del Massachusetts Institute of Technology, propone 
que una estructura matemática es «una entidad abstracta s inmutable que existe fuera Csl 
espacio y el tiempo».[2] (Esta conjetura niega implícitamente el materialismo.)
Roger Penrose sigue a Platón y argumenta que existen «evidencias poderosas 
(aunque incompletas)» de que las fórmulas matemáticas tienen una realidad objetiva fuera 
del mundo físico. Además, mientras que solo una pequeña parte de este mundo matemático 
tiene relevancia para el mundo físico del que formamos parte, todo el mundo físico está 
gobernado según leyes matemáticas. De ser así, «incluso nuestros actos físicos estarían 
completamente sujetos a este control matemático, un “control” que permitiría algún tipo de 
comportamiento aleatorio gobernado por principios probabilísticos estrictos».[3]
La conjetura de que las fórmulas matemáticas existen como una realidad 
trascendente fuera del universo físico y de que causan y/o gobiernan el universo, debería 
explicar cómo una fórmula matemática puede generar y/o controlar un universo material.
La iglesia cristiana asimiló este concepto platónico hace ya tiempo y le dio una 
explicación muy sencilla: la realidad trascendente es Dios. En consecuencia, la inmensa 
mayoría de científicos occidentales, desde la primera revolución científica de mediados del 
siglo xvi hasta principios del siglo xx —desde Copérnico, Kepler, Newton, Descartes hasta 
Einstein—, trataron de descubrir las leyes matemáticas que gobiernan nuestro universo 
como una forma de descubrir, en palabras de Stephen Hawking, la mente de Dios.
Keith Ward, pastor anglicano y profesor Regius de teología de la Universidad de 
Oxford, intenta ofrecer una explicación racional a todo esto diciendo que las necesidades 
matemáticas solo existen cuando están concebidas por alguna conciencia. Para una teoría 
matemática de todas las cosas, esa conciencia tiene necesariamente los atributos de Dios, la 
mente omnipresente suprema. [4]
Duane Elgin, místico y ecologista, ha llevado a una conclusión lógica el concepto 
no religioso de que el universo físico está gobernado por fórmulas matemáticas 
trascendentes. Propone una «evolución dimensional» en la que el universo es un sistema 
vivo que se mantiene unido mediante la influencia cohesiva de una «geometría sagrada de 
exquisita sutileza, diseño profundo y objetivo elegante». Esto impregna el cosmos y 
proporciona el marco de trabajo organizativo tanto para la manifestación ordenada de 
nuestro universo material, como para el contexto organizativo s través del cual evoluciona 
la vida. Esta geometría sagrada es la creación del «meta-universo», que es «una fuerza vital 
inimaginablemente inmensa, increíblemente inteligente e infinitamente creativa que elige 
dar existencia manifiesta a nuestro cosmos».[5] Si este meta-universo no es similar al Dios 
personalmente intervencionista de las creencias judeo-cristiana-islámicas, sí guarda un 
notable parecido con los antiguas creencias de los brahmanes y los taoístas.[6]
Lee Smolin, por otro lado, cree que la segunda revolución científica está liberando a 
la ciencia de esta visión del mundo esencialmente espiritual. «Lo que une la teoría general 
de la relatividad, la teoría cuántica, la selección natural y las nuevas ciencias de sistemas 
complejos y auto-organizados es que describen, de distintas maneras, un mundo que es 
completo en sí mismo, sin necesidad de que una inteligencia externa haga las veces de 
inventor, organizador u observador externo».6 Aquí, los nuevos ingredientes son la 
selección natural, la complejidad y las teorías de sistemas capaces de organizarse s sí 
mismos. Como que son conceptos que suelen utilizarse para explicar la aparición de la vida, 
postergo su explicación hasta la Segunda Parte.
Las conjeturas cosmológicas sometidas a test
Si no existe una forma predecible, ni siquiera posible, de someter las conjeturas 
cosmológicas a test, bien sea experimental bien sea observacional, ¿qué test deberíamos 
utilizar para evaluarlas y determinar su racionalidad en comparación, por ejemplo, con el 
mito de que el cosmos salió de un huevo?
Solemos utilizar los test siguientes:
Belleza
Los físicos teóricos suelen buscar la estética en sus teorías y ecuaciones. Según lo 
expresa el teórico cuántico, Paul Dirac, «Es más importante tener belleza en las ecuaciones 
que conseguir que cuadren con la experimentación». Steven Weinberg, físico teórico de 
partículas galardonado con el Premio Nobel, observa que «Una y otra vez, los físicos se han 
guiado por su sentido de la belleza no solo para desarrollar nuevas teorías, sino incluso para 
juzgar la validez de teorías físicas una vez están desarrolladas».[7]
Pero la belleza es subjetiva. ¿Es bello el número b, que aparece como constante en 
muchas ecuaciones y equivale a 3,141592653... (es imposible calcular su valor exacto)? 
¿Es mi hipótesis o ecuación más bella que la tuya? ¿Es bello el relato de la creación que 
ofrece el Génesis y que se mencionaba en el capítulo 1?
Sería muy distinto si los teóricos que dicen esto se refieren a que tienen un punto de 
vista que explica bellamente un conjunto de fenómenos; por lo demás, examinaré formas de 
saberlos distintas al racionamiento. Pero no creo que la belleza sea un test adecuado para 
evaluar la racionalidad de una conjetura.
Parsimonia
Es lo que conocemos como economía, o navaja de Ockham o simplicidad.
Esencialmente significa que la explicación de los datos que resulte menos compleja será 
siempre la preferible.
Lo considero útil como regla general, pero debe utilizarse con prudencia y solo 
junto otros test, puesto que siempre cabe la posibilidad de que otras explicaciones superen 
mejor la prueba. Por ejemplo, podría argumentarse que la explicación más sencilla para las 
leyes de la física es que Dios o un dios las concibió de esta manera.
Consistencia interna
La conjetura debería ser coherente, es decir, debería tener una consistencia lógica 
interna para que sus distintas partes encajen y formen un todo armonioso. Si sufre 
contradicciones internas, la conjetura será irracional, lo que lo convierte en un test esencial.
Consistencia externa con las evidencias
Una conjetura debe demostrar que es consistente con las evidencias que se conocen, 
aunque no pueda realizar predicciones o retrodicciones susceptibles a ser verificadas 
independientemente. Se trata de un test útil, aunque no alcanza el nivel de una validación 
científica.
Consistencia externa con otros dogmas científicos
Es lo que Edward O. Wilson, inspirándose en el filósofo del siglo xix, William 
Wheewell, denomina consiliencia: la conjetura se amolda a los conocimientos sólidamente 
verificados de otras disciplinas científicas para formar una base común para su explicación. 
Cuando no es posible mostrar consistencia con las evidencias del campo de estudio de la 
conjetura, la consistencia con los principales dogmas de la ciencia contemporánea resulta 
un test muy útil.
Origen del universo
Las principales conjeturas cosmológicas sobre el origen del universo se dividen 
entre las que postulan un inicio del universo y las que sostienen que el universo es eterno.
Modelo ortodoxo: el Big Bang
El principal ejemplo dentro de la primera categoría es el actual modelo ortodoxo, 
pero como ya vimos en el capítulo 4, el modelo no explica cómo se creó la materia a partir 
de la nada. Los intentos de explicación han dado como resultado la conjetura dela energía 
neta cero del universo, en la que la energía gravitatoria negativa cancela la energía positiva 
representada por el resto de masa y la energía cinética de la materia más la radiación.[8] Es 
lo que llevó a Guth a calificar el universo de «comida gratis».
Pero si el Big Bang es el comienzo de todo, incluyendo el espacio y el tiempo, no 
existe un universo con energía neta cero capaz de proporcionar la energía para todo lo que 
sigue y no existe un vacío preexistente que obedezca las leyes de la teoría cuántica. Esta 
conjetura no alcanza a superar el test esencial de la consistencia interna.
Si, tal y como defienden ahora los teóricos inflacionarios, el Big Bang se produjo al 
final de un periodo de inflación, no se trataría de un añadido al modelo básico sino de una 
contradicción de su principio fundamental. Ni siquiera los cosmólogos pueden disfrutar de 
una comida gratis: o el Big Bang fue el inicio de todo, o no lo fue.
A pesar de que los cosmólogos conocen el actual modelo ortodoxo como el Modelo 
cosmológico estándar o el Modelo de concordancia, tal vez sería más preciso describirlo 
como «Modelo de fluctuación cuántica que agrupa conjeturas inflacionarias de antes o 
después del Big Bang caliente con un 27 por ciento de materia oscura desconocida y un 68 
por ciento de energía oscura desconocida».
Las versiones con inflación previa a un Big Bang presentan más consistencia interna 
que aquellas en las que el Big Bang es el inicio de todo o que los mitos internamente 
inconsistentes de la creación divina que defienden las creencias judeo-cristianas e 
islámicas.[9] Sin embargo, al no ofrecer un relato convincente sobre lo qué son la materia y 
la energía oscuras, no pueden reivindicar parsimonia ni siquiera un gran poder explicativo, 
puesto que dejan sin explicar el 95 por ciento de la supuesta parte observable del universo. 
Además, como que estas versiones no explican de dónde provienen el vacío cuántico, las 
leyes de la mecánica cuántica y el campo de inflación, es difícil defender que sean más 
razonables que la visión de brahmanes o taoístas, que defienden que todo emana y todo 
consiste en una realidad definitiva que existe más allá del espacio y del tiempo.
Conjeturas multiverso
Motivadas básicamente por la insatisfacción con la explicación del origen del 
universo que ofrece la cosmología ortodoxa, surgieron otras ideas —como el modelo de la 
inflación caótica de Linde, la selección natural de universos agujeros negros de Smolin y la 
conjetura del paisaje de posibilidades de la teoría de cuerdas— que sugieren que nuestro 
universo no es más que uno de muchos universos, o de infinitos universos, que existen 
dentro de un multiverso.
Por mucho que estas sugerencias pudieran explicar de dónde y cómo surgió nuestro 
universo, siguen posponiendo la cuestión del origen: no logran explicar de dónde, cómo y 
por qué inició su existencia el multiverso, o el universo progenitor de Smolin. Si el 
multiverso fuera eterno, tampoco se explicaría cómo o por qué nuestro universo inició su 
existencia en un momento particular del tiempo y no en otro momento entre las infinitas 
posibilidades que tendría la eternidad.
Consideraré la racionalidad de otras reivindicaciones del multiverso en la siguiente 
sección: «Forma del universo».
Modelos «eternos»
En el capítulo 5 se examinaron varios modelos que se autoproclaman como 
«eternos», como la inflación caótica eterna, el universo oscilante cíclico y el universo 
ecpirótico cíclico. Vimos que, pese a que las matemáticas les permiten continuar 
indefinidamente en el futuro, todos tienen necesariamente un principio. No puede existir un 
universo «semi-eterno» que tenga un principio pero no tenga fin, razón por la cual estos 
modelos no superan el test de consistencia interna.
En el capítulo 5 se habló también de que Hoyle y sus colegas modificaron el modelo 
original de estado estacionario para producir la cosmología de estado cuasi-estacionario. Su 
idea básica es que el universo es eterno y sigue expandiéndose indefinidamente: tanto el 
tiempo como el espacio son infinitos.
Que el espacio infinito siga expandiéndose no presenta ninguna contradicción lógica 
y, por lo tanto, la conjetura es internamente consistente.
Pero la cosmología de estado cuasi-estacionario busca la consistencia externa con 
los datos obtenidos mediante observación defendiendo que continuamente se producen 
mini-bangs no singulares que crean regiones de nueva materia en ciclos que producen una 
expansión del universo de estado estacionario a largo plazo. La creación a partir de la nada 
mediante una serie interminable de mini-bangs no es más razonable que la creación de la 
nada a partir de un único Big Bang. Además. Mientras que la cosmología de estado 
cuasi-estacionario evita el problema de la singularidad en cada ciclo, extrapolarlo hacia 
atrás hasta la expansión general del universo conduce a un universo infinitamente pequeño 
que apenas se distingue de una singularidad. Podría decirse que esto constituiría un inicio 
del universo, que por lo tanto no sería eterno.
Forma del universo
¿Cómo es que el universo inició su existencia con una forma determinada y no otra, 
siendo todas las formas lógicamente posibles? Entre todas esas formas hay universos con 
distintas constantes físicas, con distintas leyes físicas, con distinto número de dimensiones, 
etc. Esta pregunta forma parte esencial de una pregunta antrópica más amplia: ¿por qué 
nuestro universo está ajustado para permitir la evolución del ser humano?
Ajuste de los parámetros cosmológicos
En el capítulo 4 vimos que Martin Rees sostenía que si uno de entre seis parámetros 
cosmológicos se diferenciaba de su valor medido por una cantidad minúscula, el universo 
no habría evolucionado para permitir la emergencia de seres humanos pensantes con base 
de carbono como nosotros. Las leyes de la física no predicen los valores de estos 
parámetros y el actual modelo ortodoxo de la cosmología no logra explicar cómo o por qué 
estos parámetros están tan ajustados.
Estos seis parámetros son:
1. Omega (Q): una medida de la atracción gravitatoria de la materia en el universo 
en comparación con su energía de expansión.
Si ss produjo un Big Bang, sl valor de Omega cuando sl universo tenía un segundo 
de antigüedad debió de situarse sntrs 0,99999999999999999 y 1,00000000000000001; Cs 
lo contrario, sl universo habría colapsado rápidamente sn un Big Crunch o se habría 
expandido rápidamente hacia sl vacío.[10]
2. Lambda (A): la constante cosmológica.
Como vimos en sl capítulo 4, esta hipotética constante que representa una snsrgíd 
oscura desconocida anti-gravedad ss cuestionable, igual que gran parte de los supuestos sn 
los que se basa su estimación. Pero, de todos modos, forma parte importante de la 
cosmología ortodoxa actual y sl valor que le han estimado los astrónomos ss 
increíblemente pequeño, unos 10-29 gramos por centímetro cubico. Si no fuera tan 
pequeña, argumenta Rees, su efecto había impedido la formación de galaxias y estrellas y la 
evolución cósmica ss habría detenido antes incluso de empezar.
3. Nu (N): la razón sntrs la potencia de la fuerza electromagnética y la potencia Cs 
la fuerza grdeitdt»rid.
Tiene un valor aproximado de 1036 (1.000.000.000.000.000. 
000.000.000.000.000.000.000).
La fuerza electromagnética proporciona estabilidad a los átomos y las moléculas al 
equilibrar las fuerzas atractivas y repulsivas de núcleos y electrones con cargas opussIvs. A 
ssIv escala, la relativamente minúscula fuerza gravitatoria ss insignificante. Pero con sl 
tamaño de planetas casi neutros eléctricamente y más grandes, la fuerza gravitatoria pasa a 
ser dominante. Si Nu tuviese unos cuantos ceros menos, esta fuerza gravitatoria 
relativamente potente produciría un universo en miniatura de vida corta, no se formarían 
estructuras complejas y no habría tiempo para la evolución biológica.
4. Q: una medida que la fuerza que mantiene cohessonadas 1^1^101^^
como estrellas, galaxias,cúmulos de galaxias y súper-cúmulos.
Es el cociente entre dos energías: la energía necesaria para romper y dispersar estas 
estructuras cósmicas en relación con la energía de la masa en reposo calculada mediante E 
= mc2. Se estima que su valor aproximado es 10-5, o 0,00001. Si Q fuese aún más pequeña, 
el universo sería inerte y desestructurado. Si Q fuese mucho mayor, no sobreviran ni las 
estrellas ni los sistemas solares: el universo estaría dominado por agujeros negros.
5. Épsilon (e): una medida de la cohesión de tos núdeos de helto.
La reacción nuclear en cadena esencial para crear todos los elementos y 
proporcionar energía a las estrellas es la fusión de dos protones (núcleos de hidrógeno) y 
dos neutrones para crear el núcleo de helio.[11] La masa de un núcleo de helio es un 0,7 por 
ciento inferior que la masa de las partes que lo integran. Esta conversión en energía 
—principalmente calorífica— del 0,007 de su masa, según la ecuación E = mc2, mide la 
fuerza que cohesiona las partes integrantes del núcleo de helio, superando la fuerza 
mutuamente repulsiva de los dos protones con carga positiva.
Si este factor de conversión fuera inferior (0,006, por ejemplo), no se produciría la 
primera fase de la reacción en cadena, la unión de un protón con un neutrón, y, en 
consecuencia, no habría producción de helio y el universo estaría hecho solo de hidrógeno. 
Si fuese mayor (0,008, por ejemplo), los dos protones se unirían directamente para crear 
helio y no quedaría hidrógeno para proporcionar el combustible necesario a las estrellas o 
para permitir la posible producción de las moléculas esenciales para la vida humana, como 
el agua.
6. D: el número de dimensiones espaciales del universo.
En el universo este número es tres (más una dimensión de tiempo). Una 
consecuencia de ello, según Rees, es que fuerzas como la gravedad y la electricidad 
obedecen una ley cuadrática inversa: si duplicáramos la distancia entre masas o partículas 
cargadas, la fuerza entre ellas sería cuatro veces más débil; si triplicáramos la distancia, la 
fuerza sería nueve veces más débil; y así sucesivamente. Esto permite una relación 
equilibrada entre, por ejemplo, el movimiento centrífugo de un planeta y la fuerza 
centrípeta de la gravedad de su sol, lo que permite una órbita estable. Si hubiera cuatro 
dimensiones espaciales, las fuerzas seguirían una ley cúbica inversa y las estructuras serían 
inestables: si un planeta en órbita ralentizara su movimiento, aunque fuera solo 
mínimamente, se precipitaría contra su sol; si aumentara la velocidad, empezaría a girar en 
espiral hacia la oscuridad. Si hubiera menos de tres dimensiones espaciales no podrían 
existir estructuras complejas.8
John Barrow y Frank Tipler afirman que existen parámetros adicionales a los seis 
propuestos por Rees que son necesarios para la evolución humana. Examinaré la cuestión 
del «universo antrópico» cuando salga a relucir s lo largo de este viaje. Pero, por el 
momento, estoy examinando solo la racionalidad de las conjeturas cosmológicas para 
responder a la pregunta concreta de cómo y por qué el universo adoptó la forma que adoptó 
en contraste con las creencias de que Dios, o un dios, lo diseñaron de esta manera.
La explicación multiverso
La conjetura preferida por Rees y muchos cosmólogos es la explicación multiverso. 
A primera vista parece eminentemente razonable. Un hipotético multiverso niega la 
unicidad del universo en el que vivimos porque aplica la probabilidad al cosmos. Su 
reivindicación básica es que todo es posible y por lo tanto, en un cosmos integrado por un 
número inimaginablemente grande de universos, o incluso por una infinidad de universos, 
cada uno de ellos con propiedades distintas, es tremendamente probable que exista un 
universo con las mismas propiedades que el nuestro. Y solo es casualidad que nosotros 
existamos en el universo que existimos.
Pero si examinamos el asunto con más detalle empiezan a surgir preguntas. La 
primera de ellas es cuál es la naturaleza del multiverso. Existen prácticamente tantos tipos 
distintos de hipotéticos multiversos como universos hipotéticos hay en cualquier 
multiverso. Podemos agruparlos en cuatro categorías principales:
1. Multiverso cuántico.
Esta interpretación de la teoría cuántica, que entra en conflicto con la interpretación 
estándar o de Copenhagen,[12] fue propuesta en 1957 por Hugh Everett. Aquí, todos los 
resultados posibles de todos y cada uno de los sucesos que se producen a nivel cuántico dan 
lugar a universos alternativos que existen en paralelo como versiones alternativas 
desconectadas de la realidad en otra rama cuántica de un espacio con infinitas dimensiones. 
La versión inicial de esta conjetura propone que estos universos existen con el mismo 
número de dimensiones de espacio y tiempo que el nuestro y están descritos mediante las 
mismas leyes de la física y las mismas constantes; lo que los diferencia son los resultados 
de cada suceso. Por ejemplo, una serie de resultados de sucesos a nivel subatómico cuántico 
de una mujer produce resultados distintos a nivel macro a la pregunta formulada por un 
hombre: «¿quieres casarte conmigo?». Esto produce, entre otros, un universo en el que ella 
se casa con él y otro en el que no lo hace. Versiones posteriores sugieren que en estas ramas 
cuánticas alternativas de la realidad las leyes de la física serían distintas.
Que la hipótesis del multiverso cuántico sea consistente internamente es más que 
cuestionable. Lógicamente, produce un universo en el que Everett cree en la conjetura y 
otro universo en el que no. Por otro lado, recurrir a un número inimaginablemente grande 
de universos para explicar el universo que nosotros percibimos se aleja mucho de la 
parsimonia;[13] y esto aplica a todas las conjeturas del multiverso. Defender una 
consistencia externa aludiendo al excepcional éxito empírico que ha cosechado la teoría 
cuántica para explicar las bases subatómicas de la química resulta seductor, pero lo que en 
realidad significan las ecuaciones y los principios de la teoría cuántica, y si es posible 
extrapolarlos del ámbito subatómico a la enorme escala del universo, son preguntas que las 
mejores mentes de la física y de la filosofía no han conseguido todavía responder.
2. Multiverso cosmológico débil.
Estos multiversos fueron introducidos por los cosmólogos ortodoxos para el ajuste 
de los parámetros físicos clave necesarios para la creación del entorno fisicoquímico donde 
la vida humana pueda evolucionar, el llamado «universo antrópico». La mayoría de estas 
conjeturas proponen que los demás universos tienen una vida corta o existen en el mismo 
espacio tridimensional que el nuestro pero a una distancia remota, mucho más allá de 
nuestro horizonte de contacto. (Un multiverso cuántico, por otro lado, no presenta una 
distancia física que separe universos existentes en ramas cuánticas paralelas.)
Los he etiquetado como «débiles» porque solo asumen que varían los valores de las 
constantes o parámetros físicos, como la carga de un electrón o el valor de la constante 
gravitatoria. Sus defensores no ofrecen buenos motivos para explicar por qué, en un 
multiverso donde cualquier cosa es posible, solo varían las constantes físicas mientras que 
las leyes de la física permanecen iguales. Suponer que las leyes de la física observadas en 
una parte minúscula de un universo son las mismas que las de los demás universos que 
desconocemos es irracional.
A diferencia de otras versiones, la conjetura del multiverso de Smolin, que 
evoluciona mediante la selección natural cosmológica de universos con agujeros negros, 
proclama su consistencia externa con otros dogmas científicos porque el mecanismo de la 
selección natural funciona en la biología. En la Segunda Parte examinaré si la selección 
natural en la evolución biológica está demostrada en términos científicos, pero parece que 
sí. Sin embargo, esta conjetura depende también de una serie de supuestos cuestionables, 
tres de loscuales son a todas luces irracionales, como se comentó en el capítulo 5.[14]
3. Multiverso cosmológico moderado.
Estas ideas permiten la variación de factores distintos a las constantes físicas. Un 
ejemplo sería un universo con dimensiones distintas. Las conjeturas de cuerdas especulan 
que el universo de tres dimensiones espaciales que percibimos forma parte de un 
megaverso de once dimensiones (este número ha variado en el pasado y podría cambiar en 
el futuro).[15]
Otro ejemplo surge s partir de las conjeturas de paisaje de posibilidades de la teoría 
de cuerdas, en las que todos los posibles megaversos tienen constantes y leyes de física 
distintas, además de dimensiones distintas.[16]
A pesar de que permiten más variaciones que la version debil, estas conjeturas no 
permiten universos que no estén gobernados por la «teoría» de cuerdas y no explican por 
qué debería ser así.
Además, como vimos en la sección titulada «Problemas de la teoría de 
cuerdas»[17], por mucho que cada teoría de cuerdas sea internamente consistente, Smolin 
presenta un caso potente contra la consistencia externa con las evidencias y llega a la 
conclusión de que «todas las versiones que podemos estudiar en detalle no están conformes 
con la observación».9 Sostiene además que es externamente inconsistente con los 
principios científicos de la teoría de la relatividad: «El descubrimiento de Einstein de que la 
geometría del espacio y el tiempo es dinámica no se ha incorporado a la teoría de 
cuerdas».[18]
Sin más resultados positivos de los test de racionalidad para las conjeturas 
científicas (que no es lo mismo que las matemáticas), resulta complicado ver cómo la 
hipotética existencia de otras dimensiones es más sostenible que la creencia de muchas 
escuelas budistas de que existen treinta y un ámbitos de existencia distintos.[19] Además, la 
hasta ahora no verificable idea de que la materia del universo no se reduce a partículas 
fundamentales sino a cuerdas de energía no parece ni más ni menos razonable que la visión 
de las Upanishad de que el prana (la energía vital) es el sustrato esencial de todas las 
formas de energía y, en muchas interpretaciones, de toda la materia.[20]
4. Multiverso cosmológico fuerte.
Esto lleva la conjetura s su conclusión lógica: universos en los que todo es posible.
Tegmark propone con entusiasmo este punto de vista, etiquetándolo como un 
universo de Nivel IV, lo que «elimina la necesidad de especificar nada».[21]
Adopta una postura platónica y asegura que una estructura matemática satisface un 
criterio básico de existencia objetiva porque es siempre igual, sea quien sea quien la 
estudie: «un teorema es cierto independientemente de si lo pone a prueba un ser humano, 
un ordenador o un delfín inteligente».
Propone asimismo que «todas las estructuras matemáticas existen también 
físicamente. Toda estructura matemática se corresponde con un universo paralelo. Los 
elementos de este multiverso no residen en el mismo espacio sino que existen fuera del 
espacio y el tiempo». Sin embargo, no consigue explicar ni sugerir cómo se originaron estas 
estructuras matemáticas.
Reconoce que no existe ninguna estructura matemática conocida que encaje 
exactamente con nuestro universo y llega a la conclusión de que o encontramos una o 
«chocaremos contra el límite de la efectividad irracional de las matemáticas» y tendremos 
que abandonar este nivel.
Afirma que el concepto de multiverso supera el test de la parsimonia. Defiende que 
es posible dar la vuelta al argumento de que la naturaleza no es tan despilfarradora como 
para permitirse una infinidad de mundos distintos que nunca podremos observar y defender 
un multiverso, porque el conjunto completo siempre suele ser más sencillo que uno solo de 
sus integrantes. Por ejemplo, el conjunto de soluciones a las ecuaciones de campo de 
Einstein es más sencillo que una solución concreta. «En este sentido, los multiversos del 
nivel más superior son los más sencillos». Puesto que «el multiverso de Nivel IV elimina la 
necesidad Cs especificar cualquier cosa [...] sl multiverso no podría ssr más ssdcill»».
Creo que podría discutirse que si no se especifica nada en absoluto, el multiverso no 
tiene ningún sentido.
De un modo similar, esa misma falta de especificidad significa que es imposible 
demostrar cualquier consistencia externa, bien con las evidencias, bien con otros dogmas 
científicos.
Además, Tegmark no ofrece razones para detenerse en las estructuras matemáticas. 
Si todo es posible, la consecuencia es que uno de los universos posibles posee propiedades 
que están determinadas, no por una estructura matemática sino por Dios y de tal manera, 
además, que la evolución de seres humanos como nosotros es un resultado inapelable. Y 
este es precisamente el universo antrópico por diseño divino que el multiverso pretende 
contratacar.
Conclusiones
Ni la ciencia ni la razón ofrecen una explicación convincente sobre el origen y la 
forma del universo y, en consecuencia, tampoco la ofrecen sobre el origen de la materia y la 
energía de las que estamos hechos. Creo que probablemente es algo que queda lejos de su 
alcance. Según Ellis, la ciencia tiene una capacidad tremendamente limitada para dar 
respuesta a preguntas tan fundamentales como estas. Las evidencias obtenidas hasta el 
momento en nuestro periplo apoyan su «profunda conclusión de que obtener la certidumbre 
en el conocimiento de los fundamentos de todas las áreas de la vida, incluyendo tanto la 
física fundamental, como la cosmología, la filosofía s incluso, el bastión aparentemente 
inexpugnable de las matemáticas, es una cuestión inalcanzable».[22] No pretendo con esto 
que nos aboquemos a la desesperación y al pesimismo. Si aceptamos las limitaciones de la 
ciencia y el razonamiento, «podemos conseguir una comprensión satisfactoria, profunda 
incluso, del universo y de su funcionamiento, y, por mucho que debamos tener siempre 
presente que es provisional, podrá aportarnos una visión del mundo satisfactoria y una base 
de actuación».
Por suerte, la ciencia aumentará su poder explicativo cuando pasemos del origen de 
la materia a su evolución.
[1]Para estas divisiones he recurrido a Ellis (2007), S.9.3.3.
|2|aOglrk^\. Max, «Parallel Universes» Scientific American, 1 de mayo de 2003, 
http://www.sciam.com/article.cfm?articleID=000F1EDD-B48A-1E90-8EA5809EC588000 
0. Consultado el 8 de agosto de 2006.
[3]Penrose (2004), pp. 17-19 y 1027-1029.
http://www.sciam.com/article.cfm?articleID=000F1EDD-B48A-1E90-8EA5809EC588000
[4] Ward, Keith, «Cosmology and Creation», Gresham College lecture, Londres, 17 
de noviembre de 2004.
[5] Etgin (1993), capítulo 13.
[6] Smnlin (1998), p. 242.
[7] ̂ in^^nb^g (1994), p. 94.
[8] Rees (2000).
[9] Smnlin (1998), p. 198.
[10] Véase página 68.
[ 11]Véase capítulo 9 para una explicación más detallada.
[12] Véase página 160.
[13] YaqueelnBmTrddererultaCddalte^rBtivodderdOddi odsuccrodcuánticod 
desde el Big Bang es inimaginablemente grande, Paul Davies describió esta conjetura como 
«barata en supuestos pero cara en universos».
[14] Véase página 108.
[15] Véase página 121 y página 130.
[16] Véase página 130.
[17] Véase página 130.
[18] foid, p. 184,
[19] http://www.accesstoinsight.org/ptf7dhamma/sagga/loka.html. Consultado el 9 
de junio de 2014.
[20] Véase glosario para una interpretación completa.
[21] Tag^^rk (2003).
[22] e11ís (2002), S.6.6.
http://www.accesstoinsight.org/ptf/dhamma/sagga/loka.html
CAPÍTULO 8. LA EVOLUCIÓN DE LA MATERIA A GRAN ESCALA
Tenemos que explicar por qué el universo es tan uniforme a grandes escalas y 
sugerir, además, el mecanismo que produce las galaxias.
Andrei Linde, 2001
Por muy impresionante que sea una teoría cosmológica, tiene que cuadrar con lo 
que nosotros vemos en el cielo.
Michael Rowan-Robinson, 1991
Como hemos visto, la ortodoxia cosmológica actual y las explicaciones sobre el 
origen del universo que compiten con ella son más conjeturas que teorías científicas 
respaldadas con evidencias.Examinaré a continuación la explicación que da la ciencia a 
cómo evolucionó la materia desde su estado primordial hasta formas más complejas, 
culminando con el ser humano.
Evolución: proceso de cambio que afecta a alguna cosa, especialmente de un estado 
sencillo a otro más complejo.
Utilizo este significado porque quiero dejar claro que la evolución no está limitada a 
la evolución biológica, sino que es un fenómeno que percibimos en todo el universo.
Como que la evolución de la materia depende críticamente de cómo interactúan los 
distintos elementos de la materia, comentaré en primer lugar lo que conoce hoy en día la 
ciencia sobre las cuatro interacciones fundamentales a las que sabemos que se reducen las 
fuerzas naturales. A continuación resumiré el relato que la ortodoxia cosmológica actual 
hace de la evolución de la materia a gran escala, distinguiendo entre conjetura e hipótesis, 
por un lado, y teoría sustentadas por evidencias firmes, por el otro, y consideraré los 
desafíos razonables y las explicaciones científicas alternativas cuando sea necesario. En el 
capítulo siguiente examinaré la evolución de la materia a pequeña escala.
Las fuerzas fundamentales de la naturaleza
Subhash Kak, profesor Regents y director del departamento de Ciencias de la 
computación de la Oklahoma State University, afirma que en la India antigua ya se conocía 
la gravedad.[1] Muchos filósofos, desde Aristóteles en el siglo iv a. C., especularon sobre la 
fuerza que provoca el movimiento de los planetas y también sobre la fuerza que provoca la 
caída de los objetos hacia la Tierra. Pero es a Isaac Newton a quien se atribuye la 
formulación de una ley de la gravitación universal que aplica tanto a la fuerza que retiene a 
los objetos en la Tierra como a la fuerza que mantiene a la luna y los planetas en sus 
órbitas. La ley se publicó en 1687 como parte de la obra Principia Mathematica.
La fuerza magnética se conoce al menos desde el siglo v a. C., la electricidad 
estática fue mencionada por Tales hacia 600 a. C., mientras que las corrientes eléctricas 
fueron descubiertas en 1747 por William Watson. El reconocimiento de que la fuerza 
eléctrica y la fuerza magnética eran lo mismo se inició en 1820, cuando Hans Orsted 
descubrió que las corrientes eléctricas producían campos magnéticos, mientras que Michael 
Faraday demostró en 1831 que un campo magnético cambiante induce una corriente 
eléctrica. Entre 1856 y 1873, James Clerk Maxwell desarrolló la teoría del campo 
electromagnético dotándola de una base matemática, derivó de ella las leyes del 
electromagnetismo y descubrió el carácter electromagnético de la luz.
Después del descubrimiento del neutrón en 1932, Hideki Yukawa propuso en 1935 
la existencia de una fuerza entre nucleones[2] que adoptaba la forma de un intercambio de 
partículas masivas, a las que denominó bosones. La idea fue desarrollada a finales de los 
70, cuando físicos de partículas llegaron a la conclusión de que los quarks, y no los 
nucleones, eran las partículas fundamentales y que su interacción —la fuerza fuerte— 
constituía una fuerza fundamental de la naturaleza, lo que relegó la fuerza nuclear a algo 
«residual» de la fuerza fuerte.
Henri Becquerel descubrió los «rayos uránicos» en 1896, aunque eso fue décadas 
antes de que los científicos comprendieran los diversos procesos de desintegración 
radiactiva por las que un núcleo atómico inestable pierde energía emitiendo radiación en 
forma de partículas o de ondas electromagnéticas. La fuerza débil, responsable de un tipo 
de desintegración radiactiva, fue definida como tal en 1956 por Chen Ning y Tsung Dao 
Lee, cuando predijeron que la ley de conservación de paridad[3] —considerada hasta 
entonces universal— no se mantenía con interacciones débiles. Chien-Shiung Wu confirmó 
experimentalmente la hipótesis un año más tarde.
Las cuatro fuerzas fundamentales que actúan entre las partículas elementales de las 
que se supone es que está compuesta toda la materia, se conocen hoy en día como las cuatro 
interacciones fundamentales. Los conocimientos que sobre ellas tiene la ciencia actual 
podrían resumirse como sigue.
Interacción gravitatoria
En la física newtoniana, la fuerza gravitatoria es una fuerza instantánea de 
interacción entre todas las partículas de masa. Es la única universal de las cuatro 
interacciones fundamentales. Su alcance es infinito, su efecto siempre es atractivo y se 
obtiene multiplicando las masas y dividiendo el producto obtenido por el cuadrado de la 
distancia entre los centros de masa de las partículas y multiplicando el resultado por la 
constante universal, G, lo que se conoce como la constante gravitatoria de Newton. Se 
expresa matemáticamente como sigue:
C 'W/Hj
Donde F es la fuerza gravitatoria, m1 y m2 son las masas, r es la distancia entre los 
centros de masa y la constante, G, es un número increíblemente pequeño: 6,67 x 10-11 
metros3 (kg-seg2)-1.
Físicos e ingenieros siguen utilizando hoy et día esta ecuación porque la mayoría de 
masas y velocidades que experimentamos coinciden a la perfección con los datos. Se 
utiliza, por ejemplo, para calcular las trayectorias de los vuelos espaciales. La teoría 
científica actual, sin embargo, la considera tan solo una buena aproximación. La teoría de la 
relatividad general de Einstein cambió el concepto de la gravedad: no es una fuerza de 
interacción entre masas sito una deformación del tejido espacio-tiempo provocada por la 
masa; no es instantánea[4].
Según la teoría del campo cuántico, el campo gravitatorio creado por una masa 
debería ser «cuantizable», es decir, su energía debería aparecer et cuantos discretos, lo que 
se conoce como gravitones, del mismo modo que la energía de la luz aparece en cuantos 
discretos llamados fotones; la teoría, sin embargo, se desmorona cuando se aplica a 
energías muy elevadas (y, en consecuencia, a longitudes de onda muy cortas). Las masas 
aceleradas deberían emitir ondas gravitacionales —que son campos gravitatorios en 
propagación—, del mismo modo que las cargas aceleradas emiten ondas electromagnéticas. 
En 2014, científicos de los observatorios gemelos Laser Interferometer Gravitational-wave 
Observatory (LIGO) [Observatorio de ondas gravitacionales con interferómetro láser], 
localizados en Livingston (Louisiana) y Hanford (Washington), anunciaron la detección de 
ondas gravitacionales generadas durante la última fracción de segundo de la fusión de dos 
agujeros negros, para producir un único agujero negro más masivo en rotación. No existen 
actualmente evidencias que soporten la existencia de los gravitones.
Interacción electromagnética
La interacción electromagnética se asocia con los campos eléctricos y magnéticos, 
que son manifestaciones de un único campo electromagnético. Gobierna la interacción 
entre dos partículas cargadas eléctricamente, como un protón y un electrón, y es 
responsable de las interacciones químicas y de la propagación de la luz.
Igual que sucede con la interacción gravitatoria, su alcance es infinito y su fuerza ss 
inversamente proporcional al cuadrado de la distancia entre partículas; pero a diferencia de 
la interacción gravitatoria, puede ser tanto atractiva, cuando las dos cargas son distintas 
(positiva y negativa) como repulsiva, cuando las dos cargas son iguales (ambas positivas o 
ambas negativas). La interacción electromagnética entre átomos es 1036 veces más fuerte 
que su interacción gravitatoria.
Según el modelo estándar de la física de partículas, opera por el intercambio de un 
mensajero o partícula portadora, el fotón sin masa, entre partículas con carga. El fotón es un 
cuanto de energía electromagnética que posee propiedades tanto de partícula como de onda 
y tiene un tiempo de vida indeterminado. Su existencia queda demostrada por el efecto 
fotoeléctrico, por el cual los metales emiten los electrones cuando son irradiados por la luz, 
un fenómeno que la física clásica no alcanza a explicar pero que sí explica la teoría de los 
fotonesde Einstein.
La interacción electromagnética domina a escala de átomos y moléculas: los átomos 
se mantienen unidos gracias a ella. Un átomo de hidrógeno consiste en un protón con carga 
positiva alrededor del cual, y gracias a la fuerza electromagnética de atracción, se mantiene 
en órbita un electrón con carga negativa. Cuando dos átomos de hidrógeno se unen en una 
molécula, la fuerza eléctrica repulsiva de los dos protones se equilibra mediante la fuerza 
de atracción de los dos electrones en órbita, haciendo que la molécula sea electrónicamente 
neutra y estable.
Según la teoría cuántica, los electrones muestran cualidades tanto de partí culas 
como de ondas y por lo tanto, no orbitan alrededor del núcleo cargado positivamente en un 
plano, como orbitaria la Tierra alrededor del sol, sino que lo hacen en una órbita en forma 
de cubierta o capa. Esto significa que la carga negativa se extiende por el exterior del átomo 
o molécula. En consecuencia, cuando dos moléculas en movimiento chocan, la fuerza de 
repulsión entre las dos capas con carga negativa hace que las moléculas reboten. Y como 
que esta interacción electromagnética es 1036 veces más fuerte que la interacción 
gravitatoria entre las moléculas, la interacción gravitatoria puede ignorarse a nivel atómico 
y molecular.
A modo de ilustración, si usted saltara desde lo más alto del Empire State Building, 
la interacción gravitacional entre usted y el centro de la Tierra le haría acelerar hacia el 
centro de la Tierra. Pero no conseguiría llegar allí porque la capa de electrones con carga 
negativa que rodea sus moléculas exteriores se vería repelida por la capa de electrones con 
carga negativa de las moléculas exteriores del pavimento: la colisión lo destrozaría.
La gravedad, sin embargo, domina las masas grandes de tamaño planetario. Y es así 
porque la gravedad siempre es atractiva: si duplicamos la masa, duplicamos la fuerza 
gravitatoria que ejerce. Pero dos cargas solo pueden ejercer el doble de fuerza de una sola si 
ambas son positivas o ambas son negativas. Un cuerpo grande, como la Tierra, está 
integrado por prácticamente la misma cantidad de carga positiva que negativa. En 
consecuencia, la interacción atractiva y repulsiva entre las partículas a nivel individual 
queda cancelada y la interacción electromagnética neta es mínima. En la escala de un 
planeta pequeño o similares (incluyendo nuestra luna, que es excepcionalmente grande), la 
gravedad reemplaza el electromagnetismo y es la responsable de su forma esférica.
Interacción fuerte
Se cree que la interacción fuerte es la fuerza que mantiene unidos a los quarks para 
que forman protones, neutrones y otros hadrones, y que une a protones y neutrones para 
que formen el núcleo del átomo, superando con ello la repulsión eléctrica de los protones 
con carga positiva. Por lo tanto, es la responsable de la estabilidad de la materia.
Su alcance es aproximadamente el de un núcleo atómico y a estas distancias su 
fuerza es unas cien veces superior a la de la interacción electromagnética. Si fuera más 
fuerte, sería difícil romper los núcleos, no habría reacciones nucleares en cadena en el 
interior de las estrellas y no podría producirse ningún elemento más allá del litio. Si fuera 
más débil, los núcleos atómicos que poseyeran más de un protón no serían estables y no 
habría elementos más allá del hidrógeno. Si actuara sobre los electrones, los empujaría 
hacia el núcleo y tanto las moléculas como las reacciones químicas serían imposibles. Si 
tuviera un alcance infinito, como la gravedad y el electromagnetismo, uniría a todos los 
protones y neutrones del universo en un único núcleo gigantesco.
Según el modelo estándar de la física de partículas, opera por el intercambio de un 
gluon sin masa —una partí cula mensajera o intermediaria— entre quarks, de los que se 
supone que están compuestos protones y neutrones. No se han observado gluones libres, de 
los que se supone que existen ocho tipos. Su existencia fue deducida en 1979 a partir de 
colisiones entre electrones y positrones en el acelerador de partículas DESY de Hamburgo.
Interacción débil
La interacción débil es la fuerza fundamental entre partículas elementales de 
materia que juega un papel trascendental en la transformación de unas partículas en 
partículas distintas, a través, por ejemplo, de una desintegración radiactiva. Es la 
responsable de transformar un electrón y un protón en un neutrón y un neutrino, una fase 
fundamental de las reacciones nucleares que se producen en el interior de las estrellas.
Es la interacción sdtrs partículas fundamentales Cs sspíd / como los dsutrid»s, 
pero no entre partículas Cs espín 0, 1 o 2, como los fotones. Es varios órdenes Cs magnitud 
más débil que la interacción electromagnética y mucho más débil que la interacción nuclear 
fusrts, mientras que su alcance ss Cs una milésima parte sl diámetro Csl núcleo atómico.
Según sl modelo estándar Cs la física Cs partículas, opera por sl intercambio Cs 
partí culas mensajeras —las potentemente cargadas W+ y W— y los bosones Z neutros; 
estas partículas fueron CstsctdCds sn 1983 con sl acelerador Cs partículas CERN instalado 
en Ginebra.
Puesto que dos de estas interacciones han sido descubiertas y confirmadas en los 
últimos ochenta años, sería poco inteligente asumir que en el futuro no se descubrirán otras 
fuerzas o interacciones de carácter distinto. De hecho, hay quien afirma haber identificado, 
a través de estudios de la conciencia humana, una o más fuerzas adicionales. Examinaré las 
propuestas más razonables cuando llegue su momento, pero por el momento adelantaré que 
no mantienen ningún tipo de relación aparente con el relato cosmológico de la evolución de 
la materia.
La evolución de la materia según la cosmología ortodoxa actual
Si agrupamos los resúmenes de las hipótesis y conjeturas discutidas en los 
anteriores capítulos y les incorporamos información obtenida a partir de otras fuentes 
obtenemos lo que podría definirse como un calendario de la evolución de la materia según 
la cosmología ortodoxa actual.
El Big Bang caliente
Tiempo: 0; Temperatura: ¿infinita?; Radio del universo: 0
El universo, incluyendo espacio, tiempo y una única fuerza de la naturaleza, cobra 
existencia a partir de la nada en forma de minúscula bola de fuego de radiación con el Big 
Bang caliente. Sin embargo, si utilizamos la teoría general de la relatividad para realizar 
una extrapolación hacia atrás del universo, se produce una singularidad, un punto de 
densidad infinita y temperatura infinita en el que la teoría de la relatividad se desmorona; el 
principio de incertidumbre de la teoría cuántica insinúa que nada tiene sentido antes de los 
10-43 segundos después del principio del tiempo.[5] Esta extrapolación de la física 
conocida al tiempo, t = 0, no es fiable,[6] por lo que esta explicación del origen de la 
materia es una conjetura.
Tiempo: 10-43 segundos; Temperatura: 1032 K;
Radio del universo: 10-33 centímetros
El radio del universo es la distancia más corta recorrida a la velocidad de la luz en la 
que es aplicable la teoría cuántica (longitud de Planck[7]). La fuerza gravitatoria se separa 
de la fuerza universal dejando una gran fuerza unificada.
El universo se expande rápidamente, pero su ritmo de expansión está 
ralentizándose. A medida que se expande y se enfría, la radiación generada por el Big Bang 
produce partículas y antipartículas fundamentales que se aniquilan mutuamente y se 
convierten de nuevo en radiación. El universo en expansión es, pues, una sopa en ebullición 
de energía de radiación en forma de fotones, junto con una proporción mucho más pequeña 
de electrones, cuarks, gluones y otras partículas fundamentales, más sus correspondientes 
antipartículas, cuya existencia queda predicha por el modelo estándar de la física de 
partículas.
Los quarks nunca se han detectado s nivel individual (ni tampoco los 
correspondientes gluones que hipotéticamente actúan como las partículas que transportanla 
fuerza fuerte). Su existencia fue deducida a finales de los años 60 a partir de los patrones de 
dispersión detectados en experimentos de disparo de electrones contra núcleos atómicos 
llevados s cabo en el Stanford Linear Accelerator Center. Para explicar por qué nunca se 
han detectado quarks a nivel individual, los físicos de partículas conjeturan que están 
confinados en el interior de bariones (tres quarks) y mesones (un quark y un antiquark); si 
la energía se destina a extraer un quark de un barión, se transforma en una pareja 
quark-antiquark.[8]
La especulación de que la gravedad surge a partir de una única fuerza universal se 
basa en las conjeturas de una Teoría del Todo, que extrapola hacia atrás en el tiempo cien 
millones de veces a partir de las ideas de las teorías de gran unificación (TGU) de la física 
de partículas (véase abajo), que son problemáticas en sí mismas. No existen todavía 
evidencias que lo sustenten y, por lo tanto, sigue siendo una conjetura.
Tiempo: 10-35 segundos; Temperatura: 1027 K; Radio del universo: 10-17 
centímetros
Según las teorías de gran unificación (TGU), cuando el universo en expansión se 
enfría por debajo de 1027 K (mil millones de millones de millones de grados), la radiación 
deja de producir las hipotéticas partículas portadoras o mensajeras que perciben tanto las 
fuerzas fuertes como las débiles. Estas partículas se desintegran y la fuerza fuerte —que 
mantiene los quarks unidos y, en consecuencia, los protones y los neutrones— y la fuerza 
electro-débil se separan de la gran fuerza unificada. Esta fase de transición separa 
relativamente las partículas fundamentales grandes (quarks con carga positiva y antiquarks 
con carga negativa) de los leptones relativamente pequeños (partículas que incluyen 
electrones con carga negativa y neutrinos neutros). La conjetura defiende que esta ruptura 
de la simetría explica la aparente ausencia de antimateria en el universo.[9] El modelo 
estándar de la física de partículas plantea la hipótesis de que a temperaturas superiores a 
1015 K, todas estas partículas fundamentales de materia (quarks, leptones y sus 
correspondientes partículas de antimateria) carecen de masa.
La TGU más simple y sencilla, propuesta por Howard Georgi y Sheldon Glashow 
en 1974 y conocida como SU(5), es matemáticamente elegante, lógica y ofrece una 
predicción precisa sobre la desintegración de los protones. Sin embargo, más de veinticinco 
años de experimentos no han conseguido detectar evidencias de desintegración de protones 
cuando, estadísticamente, tendría que haberse producido. La SU(5) quedó así desaprobada. 
Se desarrollaron otras TGU, incorporando más simetrías y más partículas y, por lo tanto, 
más constantes que ajustar, permitiendo que el ritmo de desintegración de los protones 
cambiara para que los teóricos pudieran, en palabras del físico teórico Lee Smolin, 
«conseguir fácilmente que la teoría quedara a salvo del fallo experimental». Estas TGU han 
«dejado de ser explicativas».[10] Son conjeturas.
En varios modelos, la inflación empieza o termina en esta hipotética fase de 
transición hacia el universo. Las preferidas actualmente especulan con que la inflación 
empieza y luego termina en un Big Bang caliente antes de que el universo se enfríe a 1027 
K, cuando las fuerzas fuertes y débiles se separan.[11] Seguimos estando en el terreno de la 
conjetura.
Tiempo: algún momento entre 0 y 10-35 segundos; Temperatura: ?;
Radio del universo: inflado hasta alguna cantidad situada entre 1010 y (1010)12 
centímetros
Dependiendo de cuál de entre el centenar aproximado de versiones de la conjetura 
de la inflación elijamos, en algún momento indeterminado del pasado, entre 0 y 10-11 
segundos después del comienzo del espacio-tiempo, el universo sufre una inflación 
exponencial durante un periodo de tiempo indeterminado, aunque increíblemente breve, 
que aumenta el radio del universo hasta un tamaño situado entre 1010 y 101000000000000 
centímetros.[12] (Se cree que el radio actual del universo observable es de 1028 
centímetros.) Esta enorme discrepancia en el hipotético tamaño tiene su origen no solo en 
las diferencias del periodo de inflación asumido, sino también en las diferencias del radio 
inicial asumido, puesto que algunas versiones suponen que era considerablemente inferior a 
la longitud de Planck y que la inflación se inició en un momento considerablemente inferior 
al tiempo de Planck, 10-43 segundos después del comienzo de los tiempos. Estas versiones 
presentan problemas teóricos, puesto que la teoría cuántica se desmorona con un tiempo 
inferior a 10-43 segundos.
En la actualidad, los cosmólogos tienden a apoyar versiones en las que la creación 
del universo va seguida por una inflación exponencial extremadamente rápida de un falso 
estado de vacío y termina con el recalentamiento de una burbuja vacía que produce un Big 
Bang caliente, a partir del cual se produce la lenta expansión del universo tal y como ha 
quedado expuesta previamente.
Si todo esto parece confuso es porque la mayoría de cosmólogos presenta el modelo 
del Big Bang inflacionario como la única explicación de la evolución del universo, pero no 
se muestran de acuerdo en cuanto a cuándo y cómo empezó y terminó la inflación; hasta la 
fecha, las evidencias no confirman la validez de ninguna versión ni sustentan ninguna por 
encima de otra.[13]
Tiempo: 10-10 segundos; Temperatura: 1015 K; Radio de nuestra parte del 
universo: 3 centímetros
Cuando el universo se expande, la partícula de energía cae hasta la escala de energía 
típica de la fuerza débil, que se corresponde con una temperatura de 1015 K, momento en el 
cual se separa de la fuerza electromagnética.
La teoría de que por encima de esta temperatura ambas fuerzas son la misma —la 
fuerza electrodébil—, fue desarrollada en los años 60 del siglo pasado por Sheldon 
Glashow, Steven Weinberg y Abdus Salam, y compartieron por ella el Premio Nobel. La 
teoría ganó apoyos con el descubrimiento de tres de las varias partículas elementales que 
predecía y se convirtió en la base del modelo estándar de la física de partículas.
Muchas de las predicciones del modelo electrodébil se han verificado con gran 
precisión. Una de sus predicciones clave es la existencia del bosón de Higgs, la partícula 
mensajera cuya interacción con quarks y leptones proporciona masa a estas partículas 
fundamentales y, en consecuencia, s todas las partículas de masa del universo. En 2012, dos 
experimentos llevados s cabo en el Gran colisionador de hadrones de Ginebra identificaron 
la brevísima existencia del bosón de Higgs, o posiblemente de una familia de bosones de 
Higgs, en cuyo caso el modelo estándar tendrá que revisitarse.[14]
Tiempo: 10-4 segundos; Temperatura: 1011 K; Radio de nuestra parte del universo:
106 centímetros
El universo se expande y se enfría hasta el punto en que quarks «trillizos» quedan 
confinados en el interior de un rango de partículas llamadas hadrones, en las que los 
protones y los neutrones estables constituyen los bloques constructivos básicos de la 
materia que conocemos. El protón tiene una carga eléctrica equivalente en fuerza a la de un 
electrón, pero es positivo en comparación con la carga negativa del electrón; posee una 
masa 1836 veces superior a la del electrón. El protón recibe también el nombre de ion 
hidrógeno.[15] Inicialmente, el número de protones y neutrones es idéntico; sin embargo, la 
masa de un neutrón es ligeramente superior a la masa de un protón, de ahí que para crear un 
neutrón se necesite más energía.
Tiempo: 1 segundo; Temperatura: 1010 K; Radio de nuestra parte del universo: 
1010 centímetros
Se producen menos neutrones porque su masa superior exige más energía. Los 
protones y los neutrones se separan s una razón de 7:1.
Tisma»: 100-210 ssaudC»s; Tsmpsrdturd: 109 K / 108 K; Radio Cs nuestra psrts 
Csl universo: ~1012 centímetros
Llegado ssts punto, los neutrones y los protones que colisionan ss fusionan, ss 
snlszsn graciass la interacción fuerte, con lo que ss libera un fotón Cs sdsrgíd; la sdsrgíd 
Cs los fotones que colisionan con las partículas fusionadas ya no ss superior v la snsrgíd 
nuclear que los enlaza, razón por la cual los fotones no pueden sspsrsrlos.
Una pareja protón-neutrón rscibs sl nombre Cs núcleo Cs deuterio, que ss un 
isótopo[16] Csl hidrógeno. Los núcleos Cs deuterio ss fusionan sntrs sí y con otros 
productos Cs la fusión para producir núcleos Cs helio-3, helio-4, tritio y litio-7 (véase figura 
8.1). Este proceso Cs fusión nuclear, increíblemente rápido y con diversas fases, ss conoce 
como nucleosíntesis.
En los núcleos Csl litio-7 ss producen colisiones sn cantidades minúsculas. Aparte 
Cs esto, y debido v que no existe ningún núcleo estable con cinco partículas, sl modelo Cs 
nucleosíntesis Csl Big Bang no produce ningún núcleo mayor que sl Csl helio-4, qus 
consiste sn Cos protones y Cos neutrones. Presenta, con diferencia, la energía Cs snlvcs más 
elevada Cs todos los núcleos, con un número Cs masa (número Cs nucleones) inferior v 
cinco, y ss sl principal producto Cs la nucleosíntesis Csl Big Bang.[17]
Cuando sl universo ss expande y ss enfría por debajo Cs cien millones Cs grados 
(108 K), la temperatura no ss lo suficientemente elevada como para provocar la fusión y la 
nucleosíntesis ss acaba, Cejando sn torno sl 95 por ciento Cs los núcleos como protones 
sstvblss (hidrógeno-1), sl 5 por ciento como núcleos estables Cs helio-4, y trazas Cs núcleos 
Cs deuterio, helio-3 y litio-7.[18]
La relativa abundancia Cs sstos elementos[19] que encontramos hoy sn Cís sn sl 
universo ss presenta como una prueba poderosa Csl modelo Csl Big Bang, pero también 
esto ss ha puesto sn duda.[20] Seguimos sn sl terreno Cs las hipótesis.
En ssts momento, la densidad media Cs la materia ss equivalente s la actual 
CsnsiCsC Csl sgus.
Los isótopos Cs hidrógeno reciben nombres sspscislss: sl hidrógeno-2 ss conoce 
como deuterio, mientras que sl hidrógeno-3 ss conoce como tritio.
Hgwa H. t ¡fr ¡a firHkwirili'ns M H.wii»,
Hidrogeno © Helo-3 (Pí>;
Deuterio Hello-4
©
Tirio UltO-7 ■.Yfpúv
Tiempo: 3 — minutos hasta 380.000 años; Temperatura: 108 K —— 104 K;
Radio de nuestra parte del universo: 1013 —► 1023 centímetros
Durante los 380.000 años siguientes, el universo et expansión y enfriamiento 
consiste et un plasma integrado por estos núcleos cot carga positiva más electrones cot 
carga negativa emparejados cot fotones de radiación de carga neutra. Al inicio, la radiación 
domina porque la densidad de energía de los fotones es mucho mayor que la densidad de 
energía de la materia. Pero a medida que el universo se expande y se enfría, la densidad de 
energía de la materia disminuye metos que la de la radiación: la densidad de los fotones y 
de las partículas de materia disminuye et proporción al volumen pero, mientras que las 
partículas de materia retienen su energía-masa (calculada mediante E = mc2), cada fotón va 
perdiendo energía sl extenderse hacia longitudes de onda más extensas.
Tiempo: 380.000 años; Temperatura: 3.000 K; Radio de nuestra parte del universo: 
1023 centímetros
El universo se enfría hasta el punto et que los electrones cot carga negativa acaban 
siendo capturados por núcleos cot carga positiva para formar moléculas de hidrógeno (H2) 
diatómicas estables con carga eléctricamente neutra, más trazas de deuterio (D2 y HD) 
junto cot átomos de helio (He) y trazas de litio (Li). La radiación electromagnética se 
escinde de la materia y se expande por el universo et proceso de expansión y enfriamiento 
para formar el fondo cósmico de microondas que detectamos hoy et día.[21]
Tiempo: 200-500 millones de años; Temperatura: variable; Radio del universo 
observable: 1026 (1 por ciento del radio actual) a 1027 centímetros (10 por ciento del radio 
actual)
Las diferencias de densidad de la tube de moléculas —principalmente gas 
hidrógeno— crea campos gravitatorios que ralentizan las regiones más densas, que acaban 
separándose y formando tubes de años luz de anchura que siguen contrayéndose bajo su 
propia gravedad. La conversión de la energía gravitatoria potencial et la energía cinética de 
las moléculas incrementa la temperatura et el centro, o núcleo, de las tubes; el espacio 
entre las nubes sigue expandiéndose.
Entre 200 y 500 millones de años después del Big Bang, algunas nubes se hat 
contraído tanto, y su núcleo se ha calentado hasta tal punto —15 millones de grados 
Kelvin—, que se encienden como consecuencia de la fusión del hidrógeno y su núcleo 
emite una radiación caliente y luminosa que contrarresta cualquier colapso gravitatorid. Se 
forma así la primera generación de estrellas y las galaxias empiezan a tomar forma bajo la 
influencia gravitatoria de materia oscura desconocida.
Los únicos elementos del universo son el hidrógeno, el helio y trazas de litio. 
Tiempo: 500-13,8 miles de millones de años; Temperatura: variable; Radio del 
universo observable: se expande hasta 13,8 miles de millones de años luz
La primera generación de estrellas grandes consume su hidrógeno y sufre un 
colapso gravitatorio hasta el punto en que el aumento de temperatura hace que la fusión del 
helio produzca carbono. El proceso continúa y produce, a través del colapso y la fusión 
nuclear, elementos cada vez más pesados. Cuando agotan su combustible nuclear y la 
liberación de radiación no basta para contrarrestar la gravedad, implosionan y luego 
explotan para transformarse en supernovas, proyectando los elementos más pesados hacia 
el espacio interestelar. De las nubes de gas de hidrógeno interestelar mezclado con el polvo 
y el gas de las supernovas surgen las estrellas de segunda y tercera generación, mientras 
que las galaxias evolucionan, creando las estructuras que vemos hoy en día.
Esta historia ortodoxa del universo queda ilustrada en la figura 4.1 (página 92).
La estructura del universo
Como vimos en el capítulo 3, los supuestos simplificadores que se aplicaron para 
resolver las soluciones de campo de la teoría de la relatividad general de Einstein dan como 
resultado un universo homogéneo, pero las observaciones demuestran que no es así: el 
universo está integrado por muchas estructuras distintas. A continuación, examinaré estas 
estructuras con mayor detalle y explicaré luego su evolución.
Una galaxia es un conjunto de estrellas que orbita alrededor de un centro. Un 
ejemplo es nuestra Vía Láctea, que comprende unos cien mil millones de millones de 
estrellas y tiene una anchura aproximada de cien mil años luz. Vista de perfil, parece un 
huevo frito rodeado por más de un centenar de puntos brillantes, que son cúmulos 
globulares, nudos formados por cientos de miles de estrellas antiguas (véase figura 8.2); la 
protuberancia central contiene estrellas viejas y, visto desde arriba, el disco se ve como una 
espiral integrada por estrellas más jóvenes, gas y polvo (véase figura 8.3). Además de 
galaxias en espiral, como la Vía Láctea, se han observado otras formas de galaxias, como 
las galaxias elípticas —que se cree que son esferoides— y las irregulares. Las evidencias 
indican que algunas de estas galaxias son el resultado de la colisión de galaxias que en su 
Cís srsn inCepenCientes.[22]
Figura 8.2. La¿infarói de la I Ti LKvw FWd de perfil
La pratuheraucia centra! está ititcgnaia por estudias viejas. y existe la hipótesis de 
qiie en el centro hay mi gr<n agujero ntgio; e! disco estd mn-grado por estrenas 
musjrórnes.^as y pobo, y roteado por anuidosglobulares e, topiHencanunite,
materia oscura.
Figura H. 3 . La gakxia dr la I -m Lútea twía úsdr arriba.
£rj M I id ^iaea, rl sol se enaientra simado en uno dr bu brazos dr la espira1, a 
metlio camino entre el extremo dr ía materia vúilde y el centro, en ¡orno al cual 
gira 4 220 WómetiM por segundo, por Ío que larda 200 mMones de aAos en 
compeiar una vueha.
En el siguiente nivel, las galaxias forman grupos locales, como nuestro Grupo 
Local, que tiene una anchura de varios millones de años luz e integranuestra Vía Láctea, 
una galaxia en espiral de tamaño mayor llamada Andrómeda hacia la que estamos 
desplazándonos, más una treintena más de galaxias de menor tamaño. Nuestro Grupo Local 
se sitúa cerca del extremo del Cúmulo de Virgo, integrado por más de mil galaxias y cuyo 
centro está a cincuenta millones de años luz de nosotros.
Como vimos en el capítulo 3, en 1989 un grupo de astrónomos descubrió otro nivel 
de estructura: gigantescos supercúmulos en forma de sábana separados entre sí por grandes 
vacíos similares a burbujas. Observaciones posteriores de secciones más grandes y más 
remotas del universo, llevadas a cabo con instrumentos más sensibles, revelaron 
supercúmulos mayores si cabe —de hasta diez mil millones de años luz de longitud—, 
cuyo tamaño quedaba solo limitado por el alcance la investigación.[23] Todo esto 
contradice el supuesto ortodoxo de que, a gran escala, el universo es isotrópico y 
homogéneo.
Causas de la estructura del universo
Los cosmólogos explican que lo que provocó la estructura del universo fue la 
inestabilidad gravitatoria. Según esta explicación, las pequeñas heterogeneidades de la 
materia (principalmente de las moléculas de hidrógeno) del universo primitivo crearon 
regiones ligeramente más densas que el resto. El campo gravitatorio de estas regiones más 
densas atrajo otra materia, que las hizo más densas si cabe, creando de este modo un campo 
gravitatorio mayor que siguió atrayendo materia, y así sucesivamente.
Todo esto parece razonable, aunque plantea dos preguntas: (a) ¿cómo surgieron las 
heterogeneidades iniciales? y (b) ¿cómo produjeron estas heterogeneidades las estructuras 
que observamos actualmente?
Causas de las heterogeneidades iniciales
La explicación ortodoxa era que la inflación elongó las fluctuaciones cuánticas 
subatómicas de la materia creada por el Big Bang hasta el tamaño de las galaxias o incluso 
mayor. Los patrones precisos de las ondulaciones del fondo cósmico de microondas 
revelados en 1992 por el satélite COBE[24] eran las evidencias que soportaban dicha 
explicación.
Pero si examinamos esta explicación con más detalle, resulta menos convincente de 
lo que parece de entrada.
En la primera versión propuesta por Guth, la inflación terminaba con lo que se 
conoce como una fase de transición de primer orden, en la que burbujas de vacío formadas 
al azar colisionaban entre sí. Guth asumía que esto produciría las heterogeneidades 
requeridas, pero cuando se realizaron todos los cálculos, el resultado ofreció 
heterogeneidades excesivamente grandes.
En la segunda versión, se asumió que todo el universo observado estaba en el 
interior de una única burbuja, de modo que cualquier colisión de burbujas quedaba 
demasiado lejos como para tener efectos observables. La inflación produciría un universo 
liso, aun en el caso de que la materia fuera extremadamente grumosa antes de que se 
iniciara la inflación. Pero esto seguía sin explicar cómo se produjeron las heterogeneidades.
El trabajo en colaboración de Guth, Steinhardt, Hawking y otros científicos 
encontró una solución basada en las teorías de gran unificación. Según este escenario, la 
inflación termina con la ruptura de simetría espontánea del campo de Higgs, el hipotético 
campo escalar de energía donde el mediador es el bosón de Higgs, que proporciona masa a 
las partículas fundamentales. Guth y sus colaboradores asumieron que el espectro de las 
perturbaciones de densidad —heterogeneidades fluctuantes— adoptaba una escala 
invariable, es decir, que todas las longitudes de onda tienen la misma fuerza. Esto es lo que 
se había descubierto en el fondo cósmico de microondas, interpretado como la reliquia de la 
escisión de la radiación de la materia que, según las estimaciones de entonces, se produjo 
300.000 años después del Big Bang. Pero el resultado del cálculo de la magnitud de las 
perturbaciones en el momento de la escisión era demasiado grande para producir la 
estructura que observamos hoy en día.
Estaban convencidos de que el concepto era el correcto pero, viendo que el campo 
de energía de Higgs daba un resultado erróneo, buscaron la solución en conjeturar la 
existencia de otro campo escalar de energía, un campo de inflación donde el mediador fuera 
una hipotética partícula inflatón, que sí dio el resultado correcto. Tal y como Guth 
reconoce, «una teoría de este tipo se ve forzada por el objetivo de conseguir que las 
perturbaciones de la densidad salgan correctas».[25]
Versiones posteriores propusieron que las fluctuaciones cuánticas se produjeron en 
un vacío preexistente y que el campo de la inflación las infló antes de transformarlas en 
materia ligeramente heterogénea en un Big Bang caliente.
En 2014, Steinhardt llegó a la conclusión de que el modelo inflacionario es tan 
flexible que «fundamentalmente no puede someterse a pruebas de laboratorio y, por lo 
tanto, carece de sentido científico».[26] Además, como vimos en el capítulo 6, varios 
cosmólogos afirman que el análisis de las ondulaciones obtenido mediante el WMAP, el 
detector espacial cuarenta y cinco veces más sensible que el COBE y lanzado una década 
después, muestra inconsistencias importantes con el modelo de la inflación, afirmación que 
ha sido confirmada por datos obtenidos en 2013 por el telescopio Planck[27], todavía más 
sensible. Otras conjeturas cosmológicas recurren también a la densidad de las ondulaciones 
del fondo cósmico de microondas.[28]
La única conclusión razonable a la que podemos llegar es que no sabemos de dónde 
surgen las heterogeneidades iniciales y que la actual explicación ortodoxa no es más que un 
modelo matemático forzado que sigue produciendo inconsistencias con la observación.
Causas de las grandes estructuras
Y por lo que se refiere a cómo estas heterogeneidades iniciales produjeron las 
grandes estructuras que observamos hoy en día, la mayoría de los trabajos se han llevado a 
cabo a nivel de galaxias, utilizando como evidencias tanto nuestra galaxia como de galaxias 
cercanas puesto que, hasta muy recientemente, eran las principales estructuras que 
alcanzaba a mostrar la observación.
Hay dos conjuntos de modelos en competencia. Los modelos de descendentes 
—como el que avanzaron Eggen, Linden-Bell y Sandage en 1962—, proponen que las 
estructuras de nivel superior, como podría ser una nube galáctica, son las primeras en 
formarse y a lo largo de cien millones de años colapsan en nuevas estelares que producen 
estrellas.[29] Los modelos ascendentes —como el que Searle y Zinn propusieron en 
1978—, plantean que las estrellas se forman primero y la atracción gravitatoria las une para 
formar cúmulos globulares que, s su vez, se unen para formar una galaxia.[30]
Los datos aportados por el COBE en 1992 demostraron que ambos modelos son 
erróneos. Según la interpretación ortodoxa del momento, indican un grado de 
heterogeneidad en cuestión de 300.000 años después del Big Bang de uno entre 100.000, 
una variación de densidad extremadamente pequeña para que la inestabilidad gravitatoria 
pueda provocar la formación de cualquier tipo de estructura.
Se plantearon entonces diversas conjeturas para explicar la formación de 
estructuras, incluyendo entre ellas las cuerdas cósmicas (largos filamentos en forma de 
espagueti sobre los que conjeturan algunas teorías de gran unificación que se habrían 
formado en un universo muy primitivo como defectos topológicos del tejido 
espacio-tiempo) y las ondas de choque provocadas por cuásares, que crearían regiones con 
densidad de materia mucho más alta. Pero esto no explica cómo se formaron los cuásares 
emisores de elevada energía ni los gigantescos agujeros negros que supuestamente los 
causaron.
La mayoría de cosmólogos resucitó la idea de la materia oscura que había propuesto 
Fritz Zwicky en 1933.[31] Para generar las estructuras observadas, esta materia oscura 
tendría que constituir más del 90 por ciento de toda la materia del universo.
Se desarrollaron dos conjeturas. El modelo de materia oscura descendenteespeculaba que la materia oscura está integrada por partículas que se mueven prácticamente 
a la velocidad de la luz. Una de las partículas candidatas fue la de los neutrinos. Los físicos 
siempre habían pensado que estas partículas carecían de masa y se movían exactamente a la 
velocidad de la luz, pero decidieron no descartar la posibilidad de que los neutrinos 
tuvieran una pequeña masa y se movieran a algo menos que la velocidad de la luz. De ser 
así, los neutrinos formarían estructuras a escalas muy grandes que colapsarían para crear 
unos colectivos con una forma similar a la de una tortita a partir de los cuales surgirían las 
galaxias. Pero cuadrar esta imagen de arriba hacia abajo con la distribución de las galaxias 
en cúmulos resultaba complicado.
La versión favorita fue el modelo de materia oscura ascendente, según el cual la 
materia oscura estaría integrada por WIMP (partículas masivas de interacción débil) de 
movimiento lento y, por lo tanto, frías, dejadas por el Big Bang. No existen partículas 
conocidas que posean las propiedades necesarias para encajar con el modelo, pero los 
físicos de partículas conjeturaron con diversas candidatas, como el fotino, una versión súper 
pesada del fotón sin masa. Estas súper partículas de interacción débil se habrían escindido 
de la radiación mucho antes que los bariones (protones y neutrones que constituyen la 
materia que observamos). Al ser de movimiento lento, se habrían ido amontonando bajo la 
influencia de la gravedad hasta formar grandes masas galácticas. Cuando los bariones se 
escindieron de la radiación, habrían sido atraídos por su campo gravitatorio hacia el centro 
de una masa galáctica oscura donde habrían formado una galaxia visible rodeada por un 
gran halo de materia oscura invisible y fría. La atracción de la gravedad habría unido estas 
galaxias súper masivas —con un tamaño diez veces superior a lo que hoy observamos— 
para formar cúmulos y supercúmulos. El modelo, sin embargo, estaba obligado a asumir 
que la formación de galaxias estaba «sesgada», puesto que las galaxias solo se formarían 
allí donde la densidad de la materia oscura fría sufriera fluctuaciones excepcionalmente 
grandes.
Pero incluso así, cuando se realizaron los cálculos para obtener una estimación de la 
masa de todas las galaxias, incluyendo sus halos oscuros, y conocer la densidad media de la 
masa del universo, el resultado no alcanzó el 10 por ciento necesario para la densidad 
crítica asumida por el modelo ortodoxo, en el que la energía cinética de expansión queda 
compensada por la atracción gravitatoria de la materia.[32]
Por lo tanto, conjeturaron los cosmólogos, para poder alcanzar esta densidad crítica, 
en el universo tiene que haber muchísima más materia oscura. Con este supuesto, la 
conjetura de la materia oscura fría o CDM (del inglés «Cold Dark Matter») de creación 
ascendente pasó a formar parte del modelo ortodoxo.
Sin embargo, las estructuras grandes y los grandes vacíos identificados por Geller y 
Huchra en 1989 arrojan serias dudas sobre el modelo CDM. Según Michael 
Rowan-Robinson, el documento publicado por Nature en 1991 sirvió para darle el golpe de 
gracia.[33] Will Saunders y nueve colaboradores, Rowan-Robinson entre ellos, habían 
llevado a cabo una investigación de las galaxias con desplazamiento al rojo detectadas por 
el Infrared Astronomical Satellite y demostraron que a grandes escalas hay mucha más 
estructura que la vaticinada por el modelo CDM.[34] Lo cual generó un artículo de opinión, 
«Cold Dark Matter Makes an Exit» [La materia oscura fría se va], escrito por David 
Lindley, editor de Nature, que destacaba que la desaprobación del modelo CDM estaba 
protagonizada por un grupo que incluía algunos de los que habían sido sus máximos 
defensores. Alertaba en contra de salvar el modelo introduciendo otros parámetros 
hipotéticos, como una constante cosmológica, y comparaba intentos de este tipo con las 
soluciones de Ptolomeo para explicar un sistema solar centrado en la Tierra.[35]
Pero esto fue justo lo que sucedió. Tal y como declararon Volker Springel y sus 
colegas en 2005: «Durante las últimas dos décadas, el modelo de la materia oscura fría 
(CDM) aumentado mediante un campo de energía oscura (que podría adoptar la forma de 
una constante cosmológica, A) se ha desarrollado hasta convertirse en el modelo teórico 
estándar de la formación de galaxias».[36]
Evidencias a favor del modelo ortodoxo
Las evidencias a favor de este modelo provienen principalmente de dos fuentes. En 
primer lugar, los cosmólogos defienden que el Millennium Run de 2005, una detallada 
simulación por ordenador, encaja bien con el modelo ortodoxo. Sin embargo, igual que 
sucede con otras simulaciones por ordenador, está basada en muchos supuestos, incluyendo 
la densidad de la materia oscura, la materia visible y la energía oscura, que son necesarias 
para que el universo plano de la ortodoxia sea consistente con las conjeturas de la inflación. 
Depende asimismo de «un modelo post-hoc de la física de formación de galaxias».[37]
De nuevo, cuando el modelo se ajusta s las observaciones obtenidas, el resultado 
coincide con la observación y, en consecuencia, no es predictivo.
En segundo lugar, se afirma que la existencia de materia oscura —aunque no de qué 
está hecha— ha quedado demostrada mediante la lente gravitacional, con la cual, según la 
relatividad general, el campo gravitatorio de la materia oscura inferida desvía la luz de los 
objetos más remotos provocando múltiples imágenes de estos objetos.[38] Sin embargo, 
hay modelos matemáticos alternativos (como los de un universo pequeño o un universo 
esféricamente simétrico no homogéneo) que también podrían explicar estos efectos.[39]
Evidencias contra el modelo ortodoxo
Según Riccsrdo Scsrps, como que la materia oscura no puede emitir luz ni ninguna 
otra forma de radiación electromagnética, no puede irradiar su calor interno, un proceso 
vital para llevar s cabo una contracción gravitatoria hasta la escala relativamente pequeña 
de un cúmulo globular. De ahí que no debería haber materia oscura en los pequeños nudos 
de estrellas que orbitan la Vía Láctea y muchas otras galaxias. Con todo y con eso, Scarpa y 
sus colegas del Observatorio Europeo Austral, localizado en Chile, encontraron evidencias 
en 2003 de que las estrellas de tres cúmulos globulares se mueven a mayor velocidad que la 
que la gravedad de la materia visible es capaz de explicar.
Scsrps llega s la conclusión de que no hay necesidad de conjeturar acerca de la 
existencia de la materia oscura en el universo. La explicación, propuesta más de veinte años 
antes por Mordehsi Milgrom, es que la ley de la gravedad de Newton solo es válida por 
encima de una aceleración crítica. Jacob Bekenstein desarrolló una versión relativista de la 
dinámica newtoniana modificada de Milgrom que Constantinos Skordis, de la Universidad 
de Oxford, afirmó en 2005 haber utilizado para explicar tanto las ondulaciones del fondo 
cósmico de microondas como la distribución de galaxias en el universo.[40]
Más aún, el Sloan Digital Sky Survey descubrió cuásares muy brillantes con 
desplazamientos al rojo muy elevados. La interpretación ortodoxa de estos desplazamientos 
al rojo los sitúa a unas distancias tan enormes que existirían cuando el universo tenía menos 
de una décima parte de su edad actual.[41] La mayoría de cosmólogos piensa que estas 
emisiones de radiación tan gigantescas están producidas por una gran cantidad de gas muy 
caliente justo antes de su absorción por un gigantesco agujero negro situado en el centro de 
una galaxia. Se ha realizado, por ejemplo, un cálculo con un cuásar que emite la luz de diez 
millones de millones de soles, lo que correspondería a un agujero negro de casi mil 
millones de masas solares, y que se estima que se formó solo 850 millones de años después 
del Big Bang. Este descubrimiento sembró dudas sobre si una estructura tan enorme podrís 
haberse formado tan pronto si el modelo ascendente

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