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estado como institucion juridica - liz rodriguez

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Universidad Panamericana del Puerto
Facultad de Ciencias Económicas y Sociales
Escuela de Contaduría Publica
Fundamentos de derecho
Estudiante:
Cesar Andre Alfonso Tovar Rodríguez C.I:28.253.729
Seccion:20.
Facultad: F.A.C.E.S.
Puerto Cabello, Febrero, 2022
El Estado como institución jurídica
Se refiere al principio de gobernanza por el que todas las personas, instituciones y entidades, públicas y privadas, incluido el propio Estado, están sometidas a leyes que se promulgan públicamente y se hacen cumplir por igual y se aplican con independencia, además de ser compatibles con las normas y los principios internacionales de derechos humanos. Las instituciones políticas regidas por dicho principio garantizan en su ejercicio la primacía e igualdad ante la ley, así como la separación de poderes, la participación social en la adopción de decisiones, la legalidad, no arbitrariedad y la transparencia procesal y legal.
Conceptualmente el Estado de derecho contempla los siguientes puntos: 1) la estructura formal de un sistema jurídico y la garantía de libertades fundamentales a través de leyes generales aplicadas por jueces independientes (división de poderes); 2) libertad de competencia en el mercado garantizada por un sistema jurídico; 3) división de poderes políticos en la estructura del Estado; y 4) la integración de los diversos sectores sociales y económicos en la estructura jurídica.
Históricamente, el Estado de derecho apareció cuando en los estados modernos se luchó para que la personalización del poder del monarca diera paso a una organización política y administrativa regida por formas jurídicas establecidas con normas que la sociedad avale. La idea de limitar al Estado fue propuesta por Georg Jellinek.
La personalidad jurídica del estado
El estado es una realidad social y política; en el sentido político es un conjunto de hombres que componen un pueblo cuando tienen un asiento territorial y soberanía o independencia. El estado tiene aquí una personalidad política, la cual como se percibe excluye la idea de organización, y tiene un carácter genérico, mientras se identifica totalmente con el pueblo amorfo e indiferenciado. El estado es, en este caso, todos los habitantes. En la vida moderna los pueblos hacen uso de esa soberanía para establecer un orden jurídico coactivo, en el cual regulan sus actividades como individuos aislados o como pueblo en conjunto. Surge así de este ordenamiento jurídico creado por el estado con su personalidad política, dos tipos de personas jurídicas: Las personas jurídicas individuales, correspondientes a cada uno de los seres humanos, y la persona jurídica estatal, correspondiente a la totalidad de ellos, tomados como conjunto. Las personas individuales actuarán por medio de sus órganos físicos: Los seres humanos; la persona jurídica estatal, por medio de una estructura de órganos jurídicos que para tal finalidad se crean, los cuales a su vez son desempeñados por órganos físicos (algunos de los seres humanos que componen la colectividad). Aquí el estado es en primer lugar una estructura de órgano jurídico, y solo indirectamente la totalidad de los habitantes. El vocablo “estado” es utilizado así, tanto para designar: 1) La realidad política de un pueblo entero; como 2) la figura jurídica que personifica ese pueblo en el ámbito del derecho; 3) como el conjunto de los órganos jurídicos a través de los cuales actúa esa figura jurídica. En el primer caso tenemos el estado en su personalidad política, en el segundo tenemos la personalidad jurídica del Estado; en el tercero tenemos el Estado en su organización actuante. El tercer empleo del término es el más vulgar (cuando pensamos en el Estado, pensamos en el congreso, en los tribunales, en la administración), pero insuficiente desde el punto de vista técnico. El primer empleo del término, o sea, el concepto político no es usual en derecho; al decir “estado” no se piensa en la populación soberana en su territorio: En lugar de estado se dice simplemente “pueblo.” En el segundo concepto, el usual en derecho administrativo, el Estado es considerado la persona jurídica estatal; ella es una proyección del pueblo en el plano del derecho y, de la misma forma que las demás personas jurídicas, es un mero concepto, una abstracción: Un punto de imputación de hechos y actos humanos (los de los funcionarios, jueces, legisladores), y un punto de proyección de lo dispuesto por el ordenamiento jurídico. (En relación a los contribuyentes.) En los países en que no es el estado el que crea la Constitución a través de sus órganos (“Constituciones flexibles”), pero ésta le es impuesta por una asamblea constituyente dependiente directamente del pueblo y no de ese estado (“Constituciones rígidas”), la personalidad política se manifiesta al crear y modificar la Constitución y al votar: Esos son los únicos casos en los cuales el pueblo actúa como tal, con fuerza soberana y sin estar sometido a ningún régimen jurídico, en lo concerniente a la oportunidad o acierto de sus actos. El Estado creado en la Constitución no es ya el “estado” de la personalidad política; aquí aparece la organización y la figura jurídica que centraliza esta organización: La personalidad jurídica del estado: El estado actuante que conocemos en la vida diaria. 
La personalidad jurídica del estado es un concepto unitario que abarca la actuación del estado legislador (poder legislativo), juez (poder judicial) y administrador (poder ejecutivo); en otras palabras, el estado actúa con su personalidad jurídica tanto cuando dicta actos administrativos, como leyes o sentencias. Esa actuación del estado en su personalidad jurídica no tiene el mismo régimen legal que la actividad de los seres humanos en sus propias individuales personalidades jurídicas, porque la Constitución establece que los actos del estado tienen en su mayor parte la virtualidad de obligar a los habitantes, mientras los habitantes no pueden ordenar nada a nadie a no ser que la ley los autorice. Esta facultad de mandar concedida por el pueblo soberano a través de la Constitución a la persona jurídica estatal se denomina “poder público.” El poder público o poder estatal es ejercido por personas físicas (gobernantes, jueces, legisladores, administradores) dentro del ámbito correspondiente a los órganos jurídicos (poder ejecutivo, poder legislativo, poder judicial) de esta persona jurídica estatal.
El poder público es así una facultad de mandar, pero es distinto e inferior al poder soberano: No existe por sí mismo, sino en la medida en que el poder soberano lo crea; sus límites son los que el pueblo le impone en la Constitución.1 Como contrapeso a esta facultad de mandar, a este “poder público” del estado en su personalidad jurídica, es concedido a los habitantes una serie de protecciones, consideradas como límites a la actividad del estado. Esos límites se denominan derechos subjetivos públicos. El poder público estatal se encuentra, en consecuencia, equilibrado por los derechos subjetivos públicos de los habitantes. Tanto el poder público estatal, como los derechos subjetivos públicos de los habitantes encuentran su origen y su fuerza jurídica en la Constitución, que es el instrumento mediante el cual el pueblo soberano se da sus reglas fundamentales de organización; por ello tanto uno como el otro son facultades que se desarrollan dentro del ordenamiento jurídico.
El estado de derecho
El Estado de derecho es un modelo de gobernanza política y social en el que los comportamientos de todos los miembros de la sociedad de un país se rigen por las leyes del mismo. Este modelo tiene su origen en los Estados modernos, en los que se buscó reducir el poder de los monarcas e instaurar regímenes políticos basados en leyes que no debían violarse ni aplicarse de manera discriminatoria.
Han surgido numerosas interpretaciones y calificaciones de este concepto.Hay definiciones que, estrictamente, se ciñen al derecho como valor único. Es decir, que un Estado de derecho es solamente aquel en el que existe el imperio de la ley. Pero con el paso del tiempo y la aparición y extensión de las democracias occidentales, el Estado de derecho parece incluir otros valores y principios. Como garantizar derechos políticos y libertades civiles, la democracia como sistema de gobierno, imparcialidad de la justicia, etc.
Y esto lo vemos claramente con la definición de Estado de derecho que hace la ONU: “Un principio de gobernanza en el que todas las personas, instituciones y entidades, públicas y privadas, incluido el propio Estado, están sometidas a leyes que se promulgan públicamente, se hacen cumplir por igual y se aplican con independencia…. Asimismo, exige que se adopten medidas para garantizar el respeto de los principios de primacía de la ley, igualdad ante la ley, separación de poderes, participación en la adopción de decisiones, legalidad, no arbitrariedad, y transparencia procesal y legal”.
La participación en la adopción de decisiones se refiere a que la ciudadanía participe en la vida pública y gubernamental. Y esto se consigue a través de la democracia, ya que es el único sistema que hasta la fecha ha permitido, aunque en la práctica de forma muy difusa y a veces irrelevante, participar en la vida política.
Los cuatro principios básicos del Estado de derecho son el imperio de la ley, la división de poderes, el respeto de los derechos y las libertades fundamentales, y la legalidad de la administración. 
Estos cuatro principios se ven reflejados en la igualdad ante la ley de todos los individuos, la no arbitrariedad, la independencia de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, la participación periódica de la sociedad en la toma de decisiones, la libertad de asociación y expresión o la transparencia procesal y legal. Quedan sujetos al Estado de derecho los ciudadanos de un país, pero también las instituciones públicas y privadas, entre ellas el propio Estado. Así se asegura la protección de los derechos fundamentales de las personas frente a la opresión o los abusos de poder.
La soberanía
La soberanía es la autoridad más elevada en la cual reside el poder político y público de un pueblo, una nación o un Estado sobre su territorio y sus habitantes. Es también la independencia de cualquier Estado para crear sus leyes y controlar sus recursos sin la coerción de otros Estados.
La soberanía popular es un ejemplo de expresión de la autoridad. También lo es la soberanía nacional (ejercida por el Estado), la soberanía interna, (el poder ejercido dentro de un territorio) y la soberanía externa, (la autoridad que ejerce un Estado en relación a sus pares).
La violación de la soberanía de un país o de un Estado puede tener trágicas consecuencias, como el inicio de un conflicto bélico.
Es importante conocer cuáles son las características de la soberanía: 
a. Es intransferible, es decir, no puede ser ejercida por otra persona que no sea la señalada expresamente por la Constitución.
b. Es ejercida o su titularidad está en manos del pueblo.
c. La Constitución y las leyes establecen las formas para ejercerla. Es ella quien concede la legalidad al Poder del Estado, por medio del reconocimiento o aceptación del mismo.
Si la soberanía residiese en el poder político exclusivamente, el pueblo se vería sometido a leyes ajenas a él podría darse malestar y desigualdad entre la población. Al tener soberanía nacional, el pueblo elige al gobernante que se adapte mejor a su forma de pensar, sin verse oprimido por parte del poder político, de forma que se sienta conforme con las leyes y normas que rigen su sociedad y que deben cumplir como ciudadanos.
Generalizando más el tema, un país sin soberanía seria ajeno a sus ciudadanos, teniendo en cuenta que ellos son los que deben encargarse de mantener la soberanía de este para que las generaciones futuras tengan el mismo derecho que ellos gozaron.
En conclusión, la soberanía es algo por el que todo ciudadano debe luchar en su país y es importante que la soberanía resida en el pueblo para garantizar la igualdad de la población.

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