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75 Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii: análisis textual comparativo en el marco de las Humanidades Digitales Jennifer Restrepo-Monsalve Universidad de Salamanca jrestrepo@usal.es Resumen: Durante el siglo xvi circularon en España algunos tratados morales cuyo propósito consistió en dictaminar los roles de mujeres y de hombres dentro del matrimonio. En el presente artículo indago en las posibilidades de análisis computacional asistido por la herramienta de minería de textos, en acceso abierto, Voyant Tools de un corpus tex- tual conformado por la sección «Las casadas» del tratado de Juan Luis Vives Instrucción de la mujer cristiana (1524), publicado originalmente en latín y traducido cuatro años después por Juan Justiniano (1528); La perfecta casada de fray Luis de León (1583) y la sección sobre el ma- trimonio en Vida política de fray Juan de la Cerda (1599), contrastados con dos epístolas de sor Juana Inés de la Cruz, Carta atenagórica (1690) y Respuesta a sor Filotea de la Cruz (1700). La visualización de los datos permitió descubrir tendencias temáticas, patrones lingüísticos y rasgos distintivos de las voces masculinas y la voz femenina elegida. Palabras clave: Voyant Tools, humanidades digitales, minería de textos, formación femenina, tratadística moral. Women and education during the 16th and 17th centuries: comparative textual analysis within the framework of Digital Humanities Abstract: During the 16th century, moral treatises circulated within Spain whose purpose was to dictate the roles of women and men in marriage. In this paper, I explore the possibilities of the computational analysis, assisted by the open access text mining tool Voyant Tools, of a textual corpus consisting of section of «Las casadas» by Juan Luis Vives’ Instrucción de la mujer cristiana treatise (1524), originally publi- shed in Latin and translated four years later by Juan Justiniano (1528); another by fray Luis de León’s La perfecta casada (1583); and section of Jennifer Restrepo-Monsalve (ORCID: 0000-0002-0708-1347), «Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii: análisis textual comparativo en el marco de las Humanidades Digitales». Biblioteca de Babel: Revista de Filología Hispánica, vol. 4 (2023), pp. 75-106. DOI: 10.15366/bibliotecababel2023.4.004 · ISSNe: 2695-6349 · Recibido: 14/07/2023 · Aceptado: 18/09/2023 76 marriage of fray Juan de la Cerda’s Vida política (1599). These are con- trasted with two epistles by sor Juana Inés de la Cruz, Carta atenagórica (1690) and Respuesta a sor Filotea de la Cruz (1700). The visualization of the data allowed us to discover thematic trends, linguistic patterns and distinctive features of the male voices and the chosen female voice. Keywords: Voyant Tools, digital humanities, text mining, female education, moral treatises. 1. Introducción Hace apenas cinco siglos, intelectuales de la tratadística de la moral cristiana y precursores de la pedagogía hispana, entre los que se encuentran Erasmo, Juan Luis Vives o Antonio de Guevara, dedicaron páginas, ideas y esfuerzos a defender la unión ma- rital ideal entre hombres y mujeres, mientras dictaban las conductas adecuadas para ellas, a quienes se las percibía en una posición secun- daria, de menor capacidad para incursionar en el orden de lo público. Pese a que para el siglo xvi el Humanismo concebía a toda la población en su condición moral de fidelidad y sumisión ante un dios cristiano, el sexo femenino, dentro de esta tradición, debía ser aún más sumiso y estar sujeto además a la voluntad masculina. Por lo tanto, a ellas se les debía instruir para ocupar ciertos modelos o roles de comportamiento supeditados a la vida doméstica y matrimonial. En ese sentido, tal como ocurre con cualquier corriente didáctica o pedagógica, la materialización de sus ideas se soportó en tipologías textuales coherentes con su propósito formativo, en cuyo eje temático de discusión yace la institucionalidad de las nupcias, un asunto no menor y para el cual se requería de entrenamiento, en el caso de las mujeres, antes, durante y después de contraerlas: Los libros de doctrina destinados a mujeres incluían normalmente cuatro estados: doncella, casada, viuda y monja. Establecían una diferenciación entre los estados civiles y el religioso, y los estados civiles se configura- ban según la posición de las mujeres dentro de la familia. Lo que significa que, desde el punto de vista de la ideología dominante, no se concebía más posiciones femeninas que aquellas que cercaban a las mujeres dentro del ámbito de lo familiar (Vigil 1986: 11). El entramado de manuales, diálogos de la conducta (Harllee 2009) o tratados didácticos, divulgados a lo largo del siglo xvi y cuya popu- laridad se expandió incluso al xvii, contó con una difusión impulsada por dos propósitos: por un lado, considerar cuáles son los saberes adecuados para las doncellas, para las casadas, para las viudas y, por Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 77 supuesto, para las monjas, único rol posible fuera del matrimonio que no atentaba contra la virtud, la castidad y las buenas costumbres femeninas. Por otro lado, a ojos de la tradición moralista, educar a las mujeres tenía mucho que ver con la perpetuación de un sistema de valores preestablecido, dado que, si se vigilaba y se controlaba el tipo de formación de las jóvenes desde las edades más tempranas, una vez ocuparan un lugar en la sociedad a través del matrimonio se garantizaría la continuidad y la transmisión de los preceptos católicos a causa de ser una «pieza principal del dispositivo, puesto que está llamada a transmitir la buena palabra […]. Esta toma de conciencia da impulso decisivo a la generalización de una instrucción femenina que comprende al menos la lectura y el catecismo» (Sonnet 1991: 114). Todo ello quedó lingüísticamente codificado en la mencionada red de textos didácticos y manualísticos. Con este artículo busco analizar algunos rasgos de la formación dirigida a las mujeres presentes en un corpus textual de varios tra- tados didácticos de la tradición moralista del Renacimiento español, conformado por la sección de «Las casadas» de la Instrucción de la mujer cristiana1 por Juan Luis Vives (1524), tomo la versión modernizada, en lo que respecta a la ortografía, de la traducción al castellano hecha por Juan Justiniano en 1528, editada y anotada por Elizabeth Teresa Howe en 1995 y publicada por la editorial Fundación Universitaria Española en Madrid; La perfecta casada2 (1583) de fray Luis de León, cuya edición digital utilizada fue preparada por la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes en Alicante y se basa en la edición número 11 del texto publicada por la editorial Espasa Calpe en 1980; la sección dedicada al matrimonio y a las casadas en la Vida política de todos los estados de mujeres3 de fray Juan de la Cerda (1599), versión moder- nizada preparada por Enrique Suárez Figaredo publicada por la revista Lemir en el año 2010. Estos textos serán contrastados con dos epístolas de sor Juana Inés de la Cruz, Carta atenagórica4 (1690) y Respuesta a sor Filotea de la Cruz5 (1700), tomadas de la edición digital TEI publicada por la Universidad de Wisconsin y Madison Libraries dentro de la serie Ibero-American Electronic Text Series. Latin American: Colonial del 2007 elaborada a partir 1 Una edición digital del texto se encuentra en la Biblioteca Digital Valenciana. Disponible en: https://bivaldi.gva.es/en/corpus/unidad.do?idCorpus=1&idUnidad=10066. 2 Edición digital tomada de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Disponible en: http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-perfecta-casada--1/html/ffbbf57a-82b1-11df- acc7-002185ce6064_3.html. 3 Versión de la edición digital tomada de la revista Lemir (2010). Disponible en: https://parnaseo. uv.es/lemir/Revista/Revista14/1_Estados_de_mujeres.pdf. 4 Edición TEI de la Universidad de Wisconsin-Madison. Disponible en:https://search.library. wisc.edu/digital/A7I672EXQYI7TU8Q/fulltext/AW4JVIXEUM2H3H8Js02. 5 Edición TEI de la Universidad de Wisconsin-Madison. Disponible en: https://search.library. wisc.edu/digital/A7I672EXQYI7TU8Q/fulltext/AW4JVIXEUM2H3H8Js03. Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 78 de la versión Obras completas de sor Juana Inés de la Cruz, IV: comedias, sainetes y prosa, publicada en 1957 y preparada por Alfonso G. Salceda, elegidas por presentar la voz de una mujer que escribe en el Barroco, pero dentro de la época que podemos llamar la Alta Edad Moderna. De modo que se pretende complementar, principalmente, algunos de los estudios preexistentes desarrollados en el seno de un campo filo- lógico que podríamos denominar analógico en el abordaje de este tipo de textos, para contribuir así al hallazgo de nuevos patrones a partir de su tratamiento lingüístico y digital, con la implementación de la herramienta en red Voyant Tools. 1.1. La pregunta por la formación femenina Mientras en la Edad Media la discusión sobre la educación femenina habitaba un lugar marginal de menor visibilidad6, para la Modernidad, la concepción de una formación dirigida a las mujeres fue materia de debate. En el caso de España la intelectualidad estuvo escindida entre quienes simpatizaban y entre quienes negaban tal necesidad (Esteban Mateo 1994). Dentro del primer grupo, y con cierta distancia de lo que actualmente entendemos por “simpatizar”, podemos ubi- car a Juan Luis Vives, a fray Luis de León y a fray Juan de la Cerda. Los tres, siempre amparados en la tradición eclesiástica renacentista y en las Escrituras, entendieron que a la mujer le era encomendado saber comportarse para sostener el rol social para el que fue creada. De ahí que la labor intelectual de tan ínclitos autores humanistas estuvo encaminada a elaborar modelos de perfectas doncellas, perfectas casadas, perfectas viudas y perfectas monjas, para tratar de convencer a las mujeres de que se ajustaran a las normas de acción que correspondían a los papeles y estados en los que trataban de ser ubicadas por el poder masculino (Vigil 1986: 17). Es preciso mencionar que durante el periodo tridentino se procuró ceñir a la población a unos esquemas matrimoniales regulados por la figura sacramental, en los cuales la obra de los humanistas sobre el asunto encajaría perfectamente. Su pedagogía, reflejo de los cambios que desde Italia se impulsaban, abogaba por un retorno a las fuentes clásicas, sin ignorar, por supuesto, la enseñanza instaurada por los Padres de la Iglesia, factores que produjeron la consolidación de la doc- trina eclesiástica y dieron vía libre al poder ejercido sobre las formas organizativas de la vida pública y privada. Por lo tanto, la familia era el núcleo y reflejo de la sociedad (Burgos Segarra 2019). Estos pensadores contribuían a la defensa del matrimonio «pues querían conseguir que 6 Pese a que ya desde el siglo xiv se dio la «querella de las mujeres» o querelle des femmes con in- fluencia hasta la Ilustración (Zemon, Farge 2000: 19-28). Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 79 dejara de ser visto como un simple requisito legal y que pasara a estar gobernado por el amor y la armonía divina» (Gómez-Laguna 2017: 91). Bajo esta lógica subyace un deseo de control sobre lo femenino, control que pretende surtir efectos sobre un público receptor perte- neciente a la baja nobleza, al que se le exige el dominio de un mínimo de saberes en vista de que «al menos había que instruir un poco más a las futuras esposas de los hombres cultos, para que pudieran entender y seguir sus conversaciones» (Sonnet 1991: 142). Además, eran ellas quienes podrían tener bajo su poder la vigilancia y custodia de la for- mación de los hijos, la administración de la hacienda del esposo y el orden del hogar, por lo que debían estar preparadas para atender a estas materias sin reparo. 2. Tres voces humanistas al compás de una misma cuestión Juan Luis Vives (1492-1540) es considerado no solo uno de los más grandes exponentes del pensamiento filosófico dentro del Renacimiento español, sino también representante del saber pedagó- gico hispano. Su tratado De institutione feminae christianae fue escrito por encargo de la reina Catalina de Aragón y dirigido en principio a su hija, la princesa María Tudor7. Originalmente publicado en latín, gozaría de una pronta traducción cuatro años después hecha por Juan Justiniano (1528). En él, las lecturas dirigidas a las pupilas conforman un reducido conjunto, puesto que, en su caso, priman las labores de otra índole —como saber hilar y bordar, atender a los niños enfermos, etc.— sobre las académicas. Lo contrario ocurre con ellos, los esposos o futuros esposos, quienes debían cultivar el intelecto por encima de la vida doméstica8. En ese sentido, según su tratado, las doncellas debían ser llevadas por el sendero de la virtud y de la castidad. Educarlas desde la infancia es un síntoma de la época y del interés evangelizador que se consolidaba una vez casadas y madres. Por otra parte, la dedicatoria parece encauzar el discurso en bus- ca del favor real, pues se empeña en moldear a una mujer perfecta y obediente que se halla en la capa social «burguesa, o en expresión más correcta, de la clase acomodada» (Esteban Mateo 1994: 18). No obstante, el que el texto llegase a manos de la corona no implicaba que estas poderosas mujeres siguiesen al pie de la letra su idea de doncella recluida en los muros del encierro, o, por lo menos, no en su totalidad: Vives is caught in a delicate double bind: dedicated to the queen of England but insistent on a subordinate, submissive role for women, the 7 Juan Justiniano, su traductor del latín al español, dedicará la edición de 1528 a la reina Germana de Foix, pues con ella buscaba obtener una subvención económica (Rausell Guillot 2014: 569). 8 Véase la obra De officio mariti: https://bivaldi.gva.es/es/corpus/unidad.do?posicion=1&idCor- pus=1&idUnidad=10110 Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 80 text must take care to expound its message not only without alienating the queen but rather, indeed, with the goal of winning her favour. (Kolsky 2012: 15) De modo que la trama de la vida de la mujer acomodada vivesiana, salvo que se trate de una monja, se cristaliza en Instrucción de la mu- jer cristiana en tres secciones: «Las doncellas», «Las casadas» y «Las viudas». De nuevo, en la línea de lo que nos dicen Sonnet (1991) y Burgos (2019), el matrimonio es la institución que marca el compás de su proceso formativo y estos tratados los instrumentos que forman en cómo sostener la vida doméstica y familiar. Para el análisis incluiré la segunda sección del texto —las casadas— por ser la temática compar- tida con los demás tratadistas que usaré como corpus en este estudio. Fray Luis de León (1527-1591), con motivo de la boda de su pri- ma, doña María Varela Osorio, le ofreció su primer escrito en prosa (Fernández García 1991: 307), cuyo objeto consistió en instruirle para la vida matrimonial que recién le deparaba el año de 1583. Se tituló La perfecta casada, un manual con amplia difusión para la época pues no únicamente se dirigía a su familiar sino que también buscó llegar a un «receptor amplio: las damas, de la aristocracia, del siglo xvi» (Fernández García 1991: 307). Su publicación se dio en un volumen que compartía encuadernación con los primeros libros De los nombres de Cristo. [De] ambas obras conservamos varias ediciones realizadas en vida de fray Luis, y que presentan modificaciones sustanciales. Ambas obras fue- ron publicadas juntas desde la edición príncipe de 1583 hasta la quinta impresión de 1603. La primera vez que La perfecta casada se publica suelta es en 1632, en Madrid por Juan González (San José Lera 1992: 46). Como aclara el profesor San José Lera en la introducción a su edi-ción de 1992, entre las versiones de 1583 y 1586 existen diferencias en cuanto a ampliaciones y correcciones que pretenden adecuar mejor la obra al tono prosístico y menos al verso. La segunda edición, esto es, de 1587, «fue dada por el propio autor o, por lo menos, en su presencia, revisada, corregida y aumentada a la imprenta de Guillermo Foquel, en Salamanca» (Fernández García 1991: 308). De manera similar a la Instrucción vivesiana, las Sagradas Escrituras y, puntualmente, los Proverbios de Salomón, funcionan como sustrato argumental para la or- ganización discursiva por tratarse este último de un texto con marcada intención adoctrinadora de la formación de las mujeres, al igual que el luisino. Su interés por enseñar el comportamiento moral a las mujeres se va- lida por medio de un discurso que incorpora referencias enriquecidas de análisis9. Esto tiene mucho que ver con unas prácticas intelectuales 9 Similar a Juan Luis Vives, quien apoya su razonamiento y roza el plagio de los postulados de Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 81 más inclinadas a la reclusión y al estudio filológico de la Biblia en oposición al discurso alegórico (Herraiz de Tresca 2001). En el tratado remite el discurso a sus fuentes, de manera que el lector compruebe que acude a voces autorizadas en la materia: La referencia luisina se manifiesta en el interés por explicitar la fuente. La obra está sembrada de fórmulas indicadoras al respecto. Estas, además, corroboran el propósito estructural concreto. Desde la Introducción, y en cada capítulo, bien en cita textual o en estilo directo, se refuerza y avala el pensamiento del autor (Fernández García 1991: 309). En ese sentido, hay algunos aspectos relevantes para la compren- sión de los antecedentes a los que recurre. En primera instancia, la tradición patrística, característica que comparte la intelectualidad renacentista: beber de las ideas de san Ambrosio, san Cipriano, san Agustín, Tertuliano. En segunda instancia, el empleo de lugares co- munes, a efectos de presentar los opuestos, entre lo bueno y lo malo. Gómez Laguna expone que el discurso presenta el lugar común del «género de la cosa»: Es el que más afecta al discurso suasorio que impregna toda la obra. Este lugar se evidencia en el seno del discurso suasorio como la finalidad de los argumentos que, según la preceptiva clásica, son lo deleitable, lo útil, lo honesto, lo seguro y sus contrarios (no deleitable, no útil, no honesto y no seguro); a los que los tratadistas retóricos renacentistas añaden lo fácil, lo necesario, lo laudable y sus contrarios (no fácil, no necesario y no laudable). (Gómez Laguna 2017: 16). Por su parte, Juan de la Cerda (1558-1643), en su texto Vida política de todos los estados de mugeres: en el cual se dan muy provechosos y christianos documentos y avisos, para criarse y conservarse debidamente las mujeres en sus estados: con un índice alphabético muy copioso de materias, que sirven de lugares comunes (1599), deja ver la influencia de la tratadística mo- ral, desde la distribución de las secciones, «Doncellas»; «Religiosas»; «Casadas»; «Viudas’ y de «Diversos capítulos [tipos] de mujeres», hasta el tono instruccional de su prosa. Pese a que las reflexiones y los estudios en torno a la obra de la Cerda se han orientado, mayormente, hacia otras vertientes distintas a su contribución a la tratadística moral matrimonial y a la instrucción femenina, es pertinente incluir sus postulados para poner de relieve el alcance de las ideas de sus predecesores, en la medida en que el suyo fue un texto publicado en un momento posterior, anunciando el siglo xvii, y aun así presenta tendencias discursivas y lingüísticas de esta tradición, cuyo fin último es el «perfeccionamiento» moral. Entre tanto, la sección que interesa para complementar el objeto de estudio es la del «matrimonio» y el papel de la «casada». Marco Fabio Quintiliano y Francesc Eiximenis (véase Esteban Mateo 1994). Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 82 La obra fue dedicada a la infanta doña Margarita de Austria (1567- 1633), luego conocida como Margarita de la Cruz. Está escrita en castellano y, por tanto, denota una pretensión de ser diseminada a un público amplio. Además, existen diferencias en cuanto a la extensión de cada sección: Las recomendaciones para cada estado ocupan cuatro tratados de distinta extensión: Doncellas (10 caps.), Religiosas (29 caps.), Casadas (29 caps.) y Viudas (4 caps.), con un quinto sobre las Mujeres en general (31 caps.) que se inicia reprobando «la demasiada curiosidad» (Suárez Figaredo 2010: 3). Un último aspecto que es relevante destacar es la poca popularidad del texto, si se compara con los de Vives y fray Luis de León, debido a que «no había sido reimpresa desde su publicación en 1599» (Suárez Figaredo 2010: 2). 2.1. Una irrupción en la corriente humanista: sor Juana Inés de la Cruz Juana Ramírez de Asbaje (1651) es considerada, por una significati- va parte de la intelectualidad, de las mayores exponentes literarias de su tiempo y lugar de origen: la Nueva España. Esto explica la fascina- ción que su obra suscita reflejada en los diversos y variopintos trabajos de una tradición de académicos y literatos. Así las cosas, las dos cartas antes mencionadas, constituyen el corpus de trabajo contrapuesto a una tradición de ideas patriarcales en torno a la formación de toda buena esposa y de toda buena monja, pues sor Juana ni es lo uno ni es lo otro; su ímpetu cuestionador y transgresor, la lleva a emitir posturas frente a la institución que la acogió. In 1690 at the behest of the bishop of Puebla, Manuel Fernández de Santa Cruz, Sor Juana wrote a refutation of a sermon preached some forty years earlier in Lisbon by the Jesuit Antonio de Vieyra […]. Unbeknownst to the nun, the bishop published her work under the grandiloquent title of Carta Atenagórica, that is, a letter worthy of Athena. Appended to it was another letter ostensibly written by Sor Filotea de la Cruz of the convent of Santíssima Trinidad de Puebla, which both praised Sor Juana’s Carta even as it lamented the fact that the author did not devote herself wholly to sacred rather than profane letters. Sor Filotea was, in fact, the bishop himself (Howe 2008: 170). Con esto en mente, Octavio Paz (1993), describe algunos rasgos de sus receptores y que dan muestra del escenario histórico, de las estrechas relaciones entre la Corona y la Iglesia dentro lo que hoy es territorio mexicano, pero que durante el siglo xvii fue tierra adminis- trada por el virreinato: Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 83 por encima de la cofradía anónima de los lectores normales, hay un gru- po de lectores privilegiados que se llaman el arzobispo, el inquisidor, el secretario general del Partido, el Politburó. Esos lectores terribles influ- yeron en sor Juana Inés de la Cruz tanto como sus admiradores. En su Respuesta a sor Filotea de la Cruz nos dejó una confesión: «no quiero ruidos con la Inquisición». Los lectores terribles son una parte—y una parte determinante— de la obra de sor Juana. Su obra nos dice algo, pero para entender ese algo debemos darnos cuenta de que es un decir rodeado de silencio (Paz 1993: 16). Tanto la Carta atenagórica como la Respuesta a sor Filotea de la Cruz, presentan el escepticismo de su mirada y su voz defensora de una formación intelectual para las mujeres. En la Respuesta sigue algunos patrones de los tratados moralistas: mención de ejemplos literarios grecolatinos, de mujeres sobresalientes en el discurso bíblico y en la Historia. Además, sus recursos retóricos y argumentales no solo dan muestras de su pensamiento y de su rol de mujer religiosa, sino que también, considero, hacen parte de una tradición que acoge a otras, quienes tal vez por contar con menos visibilidad en la sociedad del mo- mento no alcanzarona resonar hasta nuestros días, como fue el caso de las cronistas. Margo Glantz las describe como sigue: Las monjas podían dedicarse a escribir para reglamentar las actividades de su convento; eran contadoras, escribanas y, ya lo vimos, cronistas. Pero, en realidad, las monjas escriben fundamentalmente para cumplir con las órdenes de su confesor, quien puede obligarlas a escribir sin tre- gua o a suspender, sin motivo aparente, ese ejercicio (Glantz 2014: 129). En otras palabras, la opresión conventual provenía, al igual que la doméstica, de la mano, la voz y el mando de personajes masculinos. Tales restricciones coartan en muchos casos la libertad de escritura de las monjas, pero en el caso de Juana Inés de la Cruz existe una posición frente al ingenio femenino y, dicho sea de paso, sin pretender generar demasiados «ruidos» logra confrontar a una autoridad de la iglesia como es el obispo de Santa Cruz. 3. Lectura distante y minería de textos Para hablar de análisis textuales con métodos computacionales remitiré a la ya renombrada obra de Franco Moretti, Lectura distante (2015), que contiene investigaciones desarrolladas con su equipo en The Stanford Literary Lab10. Su interés radica en comprender qué hace que unos autores ocupen un lugar en la historia y otros no. Con todo, realizar una investigación de esa índole sugiere manipular un alto vo- lumen de datos, por lo que, cuanto mayor sea el número de variables, 10 Disponible en: https://litlab.stanford.edu/. Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 84 mayor será la distancia que se deba tomar de los textos para lograr establecer dos procesos diferentes, la síntesis y el análisis: Lectura distante, donde la distancia, cabe repetir, es una condición del conocimiento; es lo que permite colocar el foco en unidades mucho más pequeñas o mucho más grandes que el texto: recursos, temas, tropos, o bien géneros y sistemas. Y si entre lo pequeño y lo grande desaparece el texto propiamente dicho, estaremos en uno de esos casos que justifican la consigna de «menos es más». Para comprender el sistema en su totalidad, tenemos que aceptar alguna pérdida. (Moretti 2013: 63) Por lo tanto, en el camino dialogan la parte con el todo y el todo con la parte, o como lo nombran los expertos: la «lectura distante» no repele a la «lectura atenta», antes bien, se aplican según las preguntas o hipótesis de trabajo que surgen. Con el fin de extraer datos que sean susceptibles de ser esquematizados, agrupados y visualizados gráfica- mente, habrá que fragmentar los discursos en unidades de análisis más pequeñas las que, a su vez, se insertan en marcos interpretativos más amplios (corrientes artísticas, patrones estilísticos, etc.). Con dicha pre- misa, Geoffrey Rockwell (Universidad de Alberta) y Stéfan Sinclair† (Universidad de McGill), luego de experimentaciones en el interior del campo disciplinar de las Humanidades Digitales, dieron a conocer el entorno de trabajo Voyant Tools11: Voyant Tools is a web-based text reading and analysis environment. It is a scholarly project that is designed to facilitate reading and interpretive practices for digital humanities students and scholars as well as for the public. (Sinclair y Rockwell 2023) Además de estar alojado en línea, me he decantado por este con- glomerado de herramientas porque cuentan con código abierto bajo la licencia de atribución Creative Commons, lo que quiere decir que sus usuarios tienen total libertad y autonomía para producir contenidos como capturas de pantalla o videos a partir de las visualizaciones ge- neradas en el sitio, siempre y cuando, se haga mención explícita de su autoría, de igual modo, su interfaz resulta lo bastante cómoda como para realizar una minería preliminar que después puede ser incorpora- da a estudios de mayor alcance, ya que su desarrollo estuvo concebido por y para la investigación. En síntesis, se trata de un software en red capaz de mostrar cantidades de palabras, sus densidades, palabras únicas, también, resalta visualmente aspectos como tendencias, con- textos de uso, colocaciones, nubes de palabras, burbujas de palabras y otras que veremos en un momento posterior. 11 Disponible en: https://voyant-tools.org/?lang=es Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 85 4. Metodología El diseño metodológico que se presenta a continuación comprende tres fases principales. Primero, la depuración del corpus busca lograr un formato procesable por los programas elegidos. Segundo, el conteo de palabras con Analhitza12 permite optimizar la toma de decisiones en cuanto a elementos lingüísticos que se conservan o se descartan antes de la minería de textos. Por último, se realiza la visualización con las herramientas de «primera piel» o primer nivel del entorno de trabajo Voyant Tools, y de «segunda piel» o segundo nivel. 4.1. Depuración del corpus Una de las varias diferencias entre los textos «analógicos» o impre- sos y los electrónicos o digitales tiene que ver con los metadatos, no siempre perceptibles cuando interactuamos con programas informáti- cos. Sin embargo, para la computadora son indispensables ya que los procesa y de acuerdo con el algoritmo que sigue arrojará un resultado u otro. Por tal razón, cuando reuní tanto los tratados como las epístolas en sus versiones digitales, procedí a ‘limpiar’ los textos con ayuda del programa Notepad++, el cual permite convertirlos a texto sin formato (.txt), sin los metadatos incrustados, además de estandarizarlos bajo la actual codificación Unicode UTF-8. 4.2. Conteo de palabras con Analhitza La incorporación inicial de Analhitza13 estuvo motivada porque permite optimizar el conteo de terminología que puede resultar fructífera o descartable para el análisis. Al ingresar se debe elegir el idioma —euskera, inglés o español— del escrito para que el programa procese adecuadamente sus caracteres y el conteo sea congruente con el documento digital. Pasados unos minutos, el programa devolverá un libro de Excel donde se encuentra la información distribuida en categorías con una pestaña asignada a cada una: la primera pestaña (figura 1) muestra un índice general del documento con el número de apariciones o tokens por categoría, cantidad de tipos y su frecuencia porcentual; el rango que comprende desde la segunda pestaña hasta la octava se distribuye en sustantivos (pestaña 2), adjetivos (pestaña 3), verbos (pestaña 4), adverbios (pestaña 5), determinantes (pestaña 6), conjunciones (pestaña 7) y preposiciones (pestaña 8). En el interior 12 Disponible en: http://ixa2.si.ehu.eus/clarink/analhitza.php?lang=es 13 Desarrollada por el Grupo de investigación interdisciplinario Ixa (UPV/EHU, Donostia-San Sebastián), miembro del Clarin K-centre: «haciendo uso de las tecnologías del lenguaje, ha sido diseñado para que los investigadores de las humanidades y ciencias sociales puedan obtener análisis lingüísticos fiables y fácilmente manipulables.» (Otegi et al. 2017). Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 86 de cada una se hallan dos columnas, al lado izquierdo, el total de apa- riciones en el texto, al derecho, la palabra correspondiente (figura 2). Figura 1 Figura 2 Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 87 En este software realicé una prueba con el texto de Vives y arrojó un total de 47.990 palabras, superior a las 47.778 presentes en Voyant Tools y en el procesador de texto. Ello se debe a que mientras el prime- ro toma en cuenta los signos de puntuación, las demás herramientas cuentan únicamente los lexemas. Ese es un ejemplo de las precau- ciones que se deben considerar al incorporar herramientas digitales, pues si bien nos facilitan la manipulación de grandes cantidades de datos, no reemplazan la labor humana de revisión de los resultados. Su implementación fue especialmente útil para localizar y conservar lossustantivos, los adjetivos, los verbos, los adverbios y los nombres de entidades, en tanto poseen mayor carga semántica respecto de las 144 palabras eliminadas, es decir, los determinantes, las conjunciones y las preposiciones. 4.3. Entorno de Voyant Tools Voyant Tools cuenta con una ventana de inicio semejante a la de Analhitza, en cuanto que permite subir documentos de texto almace- nados en nuestro ordenador, o cualquiera que copiemos y peguemos directamente dentro de la caja de texto, o bien una URL. Una vez se procesa el texto, la interfaz gráfica se complejiza, puesto que dispo- ne de diversas «pieles» o grupos de herramientas de «primer nivel» (figura 3). Cabe mencionar que cada panel cuenta con opciones que amplían las acciones de la herramienta sobre el texto. Por ejemplo, se podría elegir «Términos» y dar clic sobre el icono de opciones para que se desprendan las otras posibilidades que ofrece esa herramien- ta en concreto. Luego encontramos las de la «piel especial» o grupo de herramientas de «segundo nivel», que posibilitan profundizar en otros aspectos de la visualización y no están presentes en la pantalla de inicio que por defecto nos presenta el software. 5. Tratamiento y análisis 5.1. Visualizaciones individuales A causa de ser Instrucción de la mujer cristiana el tratado moralista con mayor influencia sobre los demás, comienzo por su análisis, aten- diendo a los volúmenes y tipos de palabras que pudiesen anticipar tendencias lingüísticas y conceptuales susceptibles de ser visualizadas en el análisis conjunto. La sección de las «casadas» se divide en trece capítulos: «Del matrimonio», «Qué es lo que debe pensar la mujer cuando se casa», «De cosas principales que ha de tener la mujer casa- da», «De cómo se ha de haber con su marido», «De la concordia de los casados»,«De cómo debe haber con el marido íntimamente», «De los Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 88 celos», «De los atavíos», «De cómo se ha de haber fuera de casa», «De cómo ha de regir su casa», «De los hijos y del cuidado que de ellos debe tener la madre» —el más extenso—, «De las que han sido casadas dos veces y de las madrastras» y «De cómo haber con el hijo o hija casada y con el yerno o nuera». El sumario de Voyant Tools deja ver que se trata de un documento con un total de 47 778 palabras y 6 433 palabras únicas, su densidad de vocabulario obedece a 0.135 —mientras más cerca esté un texto a 1 más variado es el léxico que presenta—, su readability index es de 8.683; y el promedio de palabras por oración es de 34.7. Luego de excluir los 161 términos menos relevantes, los más frecuentes son: no (1 026); mujer (382); marido (337); ser (148); debe (124). Nótese que es significativa, además del tono que sugiere la prevalencia de no por encima de otros términos, la presencia de los roles femenino (mujer) y masculino (mari- do) acompañados del ser y del deber que designan acciones coherentes con un discurso instructivo. Si miramos los enlaces generados entre tales términos, tenemos que el vértice mujer comparte aristas con debe, marido, no y ser; mientras que el vértice marido adicional a las anteriores cuenta con la arista voluntad (figura 4). Además, con la herramienta tendencia, se segmentó el texto en diez bloques —eje horizontal—, que denotan un patrón de frecuencia relativamente estable en cuanto a la negación, el uso del no, a lo largo de esta sección de la obra, a excepción de las fluctuaciones, ascendentes en el tres y el siete; descendentes en el cinco y el nueve (figura 5). A continuación, expondré algunos contextos de concordancias de las palabras mujer o mujeres para iluminar cuáles son sus apariciones recurrentes en el texto. Para ello, utilicé la herramienta de búsqueda Figura 3 Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 89 sintáctica con el signo <*> en reemplazo de -er, de modo que localizara todas las posibles coincidencias y, por ende, los contextos de aparición. Como consecuencia, se visualiza la coexistencia de cuatro variantes en el corpus, mujer, mujeres, mujeril, mujeriles. Tomo como ejemplo la palabra mujer y algunas concordancias con el texto circundante, tanto a la izquierda y como a la derecha, luego únicamente a la izquierda y después únicamente a la derecha de los términos. Dentro del primer grupo aparecen nombres de entidades como Teógenes, Eurípides, Salomón, Aristóteles, se trata de voces autorizadas que legitiman o ejemplifican el discurso humanista erudito y cristiano. En lo relativo al segundo grupo —frases circundantes a la izquierda— es destacable que nuestra palabra de interés, después de los artículos, sea precedida Figura 4 Figura 5 Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 90 en su mayoría por adjetivos como buena, mala, honrada, honesta, virtuosa, santa, infinita, leal[es], cuerda, sabia, prudente, discreta, execrable y cruelí- sima, estériles. Se erige así una dicotomía entre adjetivos que remiten a lo virtuoso y lo rechazable, con lo cual se concatenan en un discurso que confronta lo deseable en una potencial casada y lo deleznable, es decir, las faltas a modificar en el comportamiento femenino. Ahora observemos el último grupo —frases circundantes a la derecha—: cosa muy excelente; loca y atrevida es estiércol; cristiana; humilde y obediente; casada; fiera; pueda hacer voto de castidad; adúltera; perfecta; es obligada; es hija del marido; legítima de otro; debe estar sujeta al marido; que no obedece al marido; fiel; debe obedecer al marido; aprenda de su marido; discreta con valiente corazón; iracunda y litigiosa; debe adestrarse; hermosísima; rica me- nosprecia al marido pobre; temerosa de Dios será alabada; pobre y de baja suerte; muy letrada y sabia; casta de corazón; no piense tal cosa, se ilustra, con expresiones de diversa índole, un lenguaje que no solamente hace apología de la sumisión femenina, sino que, también, encierra deberes y las posibles consecuencias si sus acciones distan de lo que se consi- dera impoluto en el discurso moral. Por su parte, La perfecta casada de fray Luis contiene, en lugar de secciones con rotulación propia, capítulos enumerados del I al XXI y un total de 40 732 palabras y 5 697 palabras únicas, su densidad de vocabulario es de 0.143. Al contrario del anterior, podemos decir que fray Luis escribió con una gama terminológica más amplia, pues el suyo es un tratado escrito en la lengua materna, en tanto Vives escri- bía en latín. El readability index es de 7.850, y el promedio de palabras por oración es de 43.6. Luego de ser descartadas las palabras vacías, 284 en total, se redistribuye el grupo de las más frecuentes del corpus, que resultan ser: no (665); mujer (197); ser (182); dios (167); casa (121). Vemos, al igual que en Instrucción, como la negación es el más frecuen- te de los términos, otra vez la prohibición como actitud principal frente a la conducta femenina. La primera diferencia que ocurre respecto de Vives tiene que ver con que marido no es el segundo sustantivo más utilizado después de mujer, en cambio dios lo es. Como nos lo confirma la herramienta «Términos» (figura 6), cuenta con 167 apariciones por encima de las 85 de marido. Además, casa es más significativa en térmi- nos cuantitativos, puesto que tiene 121 menciones. Con estos parámetros es predecible la transformación en la estruc- tura de los enlaces resultantes entre vértices o palabras y sus aristas. En primera medida, los cuatro vértices principales del esquema son dios, no, ser, mujer. Del primero, se desprenden cuatro aristas que le conec- tan con ella, hombre, no y temor; del segundo, derivan conexiones con casa, ser, buena, dios, mujer. Algo llamativo tiene que ver con la conexión no directa entre los lexemas dios y mujer, de modo que, si quitásemos el no de la ecuación, dejaría de existir puente alguno que los acercase Jennifer Restrepo-MonsalveMujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 91 según los criterios de discriminación de palabras aplicados con ante- rioridad. Del tercer vértice emanan relaciones con buena, casada y no. El último vértice se conecta con valor, no, casa, buena, ser, marido tiene todo el sentido el hecho de compartir más relaciones que el resto por- que es la palabra más frecuente en todo el corpus. Si comparamos lo anterior con las tendencias que presentan los cuatro vértices a lo largo del texto (figura 7), es clara la prevalencia del no, relativamente estable en todos los segmentos y muy por encima de los términos restantes. Figura 6 Figura 7 Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 92 Luego mujer cuenta con presencia al alza en los segmentos uno y dos para luego decaer y mantenerse así hasta los segmentos ocho y nueve, cuando vuelve a repuntar. Hice el mismo ejercicio de observación a los textos circundantes de mujer con la búsqueda muj* en el corpus. Del primer segmento las figuras de Salomón, Sócrates, Espíritu Sancto, el buey, Judas, Jenofón, san Pedro, san Pablo, Tito, Tecua, David sobresalen por su presencia recurrente y próxima al lexema mujer. Con el segundo grupo ocurre algo similar al caso de Vives: los artículos son más recurrentes y por debajo de ellos se encuentra buena, mala, perfecta, hacendosa, considerada, cabales, muelles y regaladas, honestas, sanctas. El último conjunto incluye casada, asiste a su oficio, buena es dichoso; de valor pone en su marido des- canso; buena es suerte buena; diligente deleitará a su marido; que es sancta y honesta; rencillosa y lo que turba la vida es casarse; enojosa; que es malvada; deslenguada; que no da placer a su marido; dio principio al pecado; de parecer más hermosa que otra; de su casa le hace ventaja; su familia la reverencia; de su casa; de valor —calificativo que el autor equipara con el de mujer varonil y tiene mucha presencia a lo largo de los capítulos—; la llama mujer de valor; varonil; sea de su natural flaca y deleznable; responda como debe a su oficio; ha de ser negocio de muchos; el marido la ha de querer más que a sus ojos; sino alevosa y ramera; no es tan loable por ser honesta; casta; que por ser de natural flaco y frío; asista a la casa; dulce y perpetuo refrigerio; tiene obligación al conservar; de algún labrador, que hila y teje; casera; estando asentada; que rodea su casa; muy granjera; de entrañas duras y secas; con el marido ha de andar sencilla y sin engaño; cierra el ánimo con la encubierta del fingimiento; que se enrubia; destemplada y deshonesta; necia y parlera; áspera y brava; airada y borracha; que cuando comía reñía; que rodee su casa; callejera; cristiana y fiel; sola; discreta es más eficaz que otra ninguna; que aquí se loa; que teme a dios; aseada y limpia; que sea muy aventajada en be- lleza; muy hermosa; perfecta; que pone en los Proverbios; deben esta piedad a la blandura de su natural; hace rameras y a los hombres afeminados; han de ser tenidas como si no se tuvieran; están sujetas a sus maridos; se visten decentemente; para que encerradas guardasen la casa; los pechos, les man- dan que críen; cuan buenas manos tienen las buenas. Si en la Instrucción se recomienda el encierro de la mujer casada, aquí es un imperativo reiterado de diferentes formas, además de ser una característica loable en el comportamiento femenino. A su vez, la sección dedicada al matrimonio en Vida política de todos los estados de mujeres, de fray Juan de la Cerda, cuenta con 29 capítulos e imparte un conjunto de lineamientos sobre cómo comportarse dentro del matrimonio y los roles que de él derivan para las mujeres, de ma- dre, administradora, salvaguarda del hogar, incluso amiga del marido y de su suegra, sin dejar de lado los diversos ejemplos de errores feme- ninos (tanto de las Escrituras como de la literatura). El corpus presenta Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 93 un total de 98 981 palabras, por lo que hablamos del más extenso de los tres; 10 851 palabras únicas, con un índice de densidad de vocabu- lario de 0.110, el menor de los tres; así mismo, su readibility index es de 9.077, un promedio de palabras de 48.4 por oración. Se descartaron 174 términos vacíos, lo que deja como palabras más frecuentes no (1250); mujer (880); marido (450); dios (413); ser (314). Comparado con los an- teriores, vemos una prevalencia de dos figuras que encarnan el poder, marido y dios; otra vez la negación, al igual que en Vives y en Fray Luis, encabeza el listado. Por su parte, dentro de la nube de palabras, cobra protagonismo rey, con 280 menciones, muy por encima de las aparicio- nes tanto en Vives (40 menciones) como en fray Luis (10 menciones). Si bien los enlaces que comparte el vértice mujer con marido, no, ser, rey y hombre varían en proporcionalidad reflejada en el grosor de las líneas, son más densos en la dupla mujer-marido y, por ende, con ma- yor presencia a lo largo del corpus. Es interesante que tanto rey como hombre sean dependientes de mujer, tal como debe es dependiente en su totalidad de marido pero no así de mujer. De entre los tres tratados, el de la Cerda es el más explícito en cuanto a las responsabilidades del marido en la institución matrimonial. Las tendencias (figura 8) demuestran una similitud muy estrecha entre el comportamiento de marido y de mujer, no prevalece por delante durante todo el corpus con leves fluctuaciones y dios apenas supera ser. Al leer más de cerca los contextos de aparición de muj* se consigue un total de 1 101 alusiones con las variantes mujer, mujeres, mujeril, mujeriles, mujercilla, mujecillas, mujercillas. Por la particularidad de esta última aparición, ausente en los anteriores casos, observé las oraciones que la circundan a la derecha y a la izquierda: se presenta rodeada de calificativos como ruines, infames, diversas. De otra parte, es destacable que a excepción del ejemplo de la amante del emperador Nerón, Acta, Figura 8 Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 94 nunca se haga referencia a un nombre explícito de dichas mujeres y el manejo sea como al de un grupo homogéneo sin identidad. En definitiva, el rol que desempeñan discursivamente es el de reforzar y ejemplicar a las indeseables mujeres y sus conductas contrarias a lo que se espera de una buena esposa. 5.2 Visualizaciones conjuntas Después de obtener datos cuantitativos de cada texto, es momento de estudiar el comportamiento del corpus conjunto. En este aparta- do me centraré en dos cuestiones recurrentes dentro de los tratados morales aplicados a la formación femenina, las que conciernen a sus conductas y sus cuerpos, esto es, la virtud y la castidad, los afeites y el aseo personal. Con el apoyo de las herramientas de «segunda piel» o de segundo nivel de Voyant Tools, me interesa observar cuáles son los patrones del corpus en cada texto y en dónde se hace mayor o me- nor hincapié sobre tales asuntos. El sumario proporciona un total de 187 491 palabras y 15 573 palabras únicas; las 10 más frecuentes, luego de eliminar aquellas vacías, son: no (2941), mujer (1459), marido (872), dios (694), dice (488), casa (463), mujeres (388), hombre (345), rey (328), hijos (313). El panorama no dista mucho del análisis individual, pero suma otras como casa, hombre o hijos. Puesto que esta vez el corpus contiene más de un documento, se ha- bilita la información de «palabras diferenciadas». En ella está reflejado el índice term frequency – inverse document frequency (TF-IDF por sus siglas en inglés), útil para comparar en cada texto cuáles son los tér- minos únicos más relevantes según la cantidad de colocaciones; para ilustrarlo establecí una escala de 59 (figura 9). Si bien los tratados tie- nen en común una temática, cada cual remite a campos semánticos que permiten vislumbrar dónde recae el énfasis del sentido: véase que en Vives seencuentran tanto verbos como sustantivos relacionados con el Figura 9 Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 95 germen de algo, el equilibrio o la obediencia: acatada, sepas, santísima, si- miente, concordia, sostener, sábete. Mientras en de la Cerda hay presencia de un lenguaje de lo épico: lealtad, honor, emperador, emperatriz, vengar, morir, celos, venganza, imperio, mató. En fray Luis de León encontramos un léxico que remite al cuerpo, al trabajo, al campo y a lo religioso: labranza, sencillez, rincones, cabello, imagen, belleza, vituperable, religioso, religiosa, perfecta, postiza, perlas, granjería, haciendas, ramera, mercader. Si centramos el análisis en dos conceptos relevantes dentro de los tratados morales (figura 10), esto es, virtud y castidad, tenemos como resultado que la línea de burbujas muestra en Instrucción 71 aparicio- nes del primer concepto (violeta), frente a 106 en Vida política y 82 en La perfecta casada. Cada burbuja representa la frecuencia del término en el texto, graficado como una línea que se divide en 50 segmentos por defecto, de ahí que se pueda afirmar que en Vives hay un patrón de proporcionalidad a lo largo del documento. Entre tanto, de la Cerda lo incluye más al inicio y casi nada al final, y luego en fray Luis se percibe más hacia el final. En el caso de castidad ocurre lo contrario, en Vives, es muy significativa su frecuencia durante los primeros segmentos, con un total de 34 apariciones, en de la Cerda y fray Luis apenas se repite 16 y 4 ocasiones, respectivamente, de la segunda mitad en adelante. Con todo, no solamente las ocasiones en que aparece un término nos dan información, también lo hace la frecuencia relativa o la repre- sentatividad porcentual en el corpus. El gráfico de tendencias (figura 11) nos muestra que, pese a ser mayormente utilizada en la sección de Vida política, pues se trata del documento más extenso, su frecuencia relativa es mucho menor si se compara con las de Instrucción y Perfecta. En términos porcentuales, virtud tiene más relevancia para fray Luis que lo que la tiene para de la Cerda o Vives, al contrario de castidad, con una mayor frecuencia relativa en este último en comparación con los demás. Figura 10 Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 96 Figura 11 Figura 12 Figura 13 Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 97 Figura 14 Figura 15 Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 98 Finalmente estudiaré en cuál de los documentos del corpus es más relevante hablar de los afeites, del aseo y de la limpieza. Para ello es de utilidad la herramienta MicroSearch o búsqueda micro, puesto que grafica el corpus en bloques grises con puntos rojos, los que, a su vez, representan la distribución de un término o truncamiento como es el caso de afeit* (figura 12) —coincide con 50 apariciones incluidas afeite, afeites, afeitada, afeitarse, afeita, afeitan, afeitadas, afeitado, afeitar—. Al buscar el mismo término en las tendencias de frecuencia relativa (figura 13), tenemos que, mientras la representatividad en de la Cerda es escasa, en fray Luis de León es muy significativa. Con la búsqueda sintáctica de limp* —del que derivan 80 coincidencias, limpieza, limpio, limpia, limpias, limpios, limpiaba, limpiarla, limpiarse—, asead*, afeit*, ‘aseo’ se repite la tendencia al alza en fray Luis tanto si se visualiza la he- rramienta «Términos» (figura 14) como si se visualizan las gráficas de barras en «Tendencias» (figura 15). 5.3. Roles discursivos Para concluir con esta sección quisiera mostrar qué tan presentes o ausentes están los roles discursivos masculino y femenino en el marco del matrimonio heterosexual propuesto por los humanistas, me refiero a marido o esposo y esposa o casada. Para ello, primero realicé la búsque- da sintáctica de los términos marido y esposo en la línea de burbujas. El primero aparece en singular 872 ocasiones y en plural 185; el segundo sólo 17 y únicamente en singular, según la gráfica, quien más los utiliza es de la Cerda con 638 menciones, seguido de Vives con 494 y fray Luis de León con 129. Sin embargo, ya vimos que la frecuencia absoluta no siempre refleja la relevancia de un término a lo largo de los textos, por lo tanto, realicé el mismo procedimiento con «Tendencias». En efecto, en el tratado vivesiano sobresale mucho más marido que en el resto, no obstante, es previsible lo que ocurre con esposo, su frecuencia es relati- vamente estable y no tiene un peso porcentual importante (figura 16). En seguida, llevé a cabo el mismo ejercicio, pero con las entidades femeninas. Esperaba encontrar por lo menos un volumen significativo del lexema casada y su plural, si se toma en consideración su presen- cia explícita en uno de los títulos, en total se hallaron 185 menciones —misma cifra del plural masculino maridos—, de las que la sección del matrimonio en Vida política de todos los estados de mujeres ocupa 80; La Perfecta casada 82 y la sección de «las casadas» en Instrucción de la mujer cristiana 23; esposa y su plural reúnen 16 menciones. En lo referente a las frecuencias relativas (figura 17), en el primer caso, la trayectoria se presenta al alza en La Perfecta y, en el segundo, es relativamente estable y solamente presenta una leve curva en Vida política. El sustantivo mujer se menciona 1 862 ocasiones y hombre 550 ocasiones, varón 75. Con esto se comprueba una desigualdad previsible entre los roles discursivos Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 99 asignados al sexo masculino y al femenino, en otras palabras, mientras que hay una distinción semántica entre el varón y el rol de marido; la escisión entre la categoría mujer y el rol de esposa o casada es casi nula, son tratados como sinónimos. 5.4. Corpus de contraste Incluí las dos cartas de sor Juana Inés de la Cruz en un corpus con- junto en Voyant Tools. En este caso, revisé con atención los términos que por defecto habían sido incluidos dentro de las palabras vacías, debido a que varias estaban escritas en latín. Se dispone en el sumario de un corpus con dos documentos con 24 349 palabras y 4 891 pala- bras únicas. El más largo es la Respuesta, con 13 600 palabras y 38.1 por Figura 16 Figura 17 Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 100 oración, por encima de la Atenagórica, que suma 10 749 palabras y 23.1 por oración; su readibility index es de 10.677 y 9.280 respectivamente. La densidad del vocabulario de la Respuesta es superior a la totalidad de textos con un índice de 0.259 —el más próximo a 1.0—. Luego de excluir las palabras vacías, las más recurrentes son no (525); cristo (136); dios (99); yo (97); mayor (88). Una primera diferencia con los anteriores es la aparición del yo enunciativo, lo que aquí cobra mayor sentido por tratarse de un carta personal que expresa una posición a propósito de una cuestión pública como es el sermón. Vemos como con un parámetro de 20 palabras diferenciadas (figura 18) se presentan los patrones en un texto y en otro. Mientras en Respuesta aparece señora (24), saber (21), mujeres (20), veo (16), escribir (16), libros (15), estudiar (13), versos (9); en Atenagórica se evidencia un grupo de palabras distribuido así: fineza (82), correspondencia (32), ausencia (28), finezas (24), v.md (19), siente (12), amemos (12), utilidad (10), sacramento (10), absalón (10). En ambos el enunciatario del discurso se hace presente, bien como ‘señora’ o bien como vuestra merced (v.m). Pero no solo eso, el hecho de ver lexe- mas que remiten a campos semánticos relacionados con el saber cerca de mujeres muestra una irrupción en la dupla mujer-hijos, mujer-casa, mujer-casta, mujer-marido de los humanistas. Con esos datos me fijé en algunos de los términos más frecuentes en Respuesta: mujeres, mujer, saber,estudiar, escribir. Encontré con la ayuda de la herramienta MicroSearch que ‘mujeres’ está presente casi al final del texto y, en comparación con la Carta Atenagórica, son más sus usos, puesto que allí apenas se menciona, como es natural; mientras una expone razones para oponerse a un discurso, la otra intenta persuadir al lector de la valía y la virtud de quien se enun- cia. Hice lo propio con el término yo (figura 19) y se confirma la sospecha de ser un discurso más personal o autobiográfico (Glantz 2014), si se quiere, que el de Atenagórica. Para observar más de cer- ca algunos comportamientos en el gráfico de tendencias (figura 20), incluí el listado en la herramienta «Búsqueda sintáctica». En lo que respecta a mujeres y escribir, son los que más se asemejan en cuanto a trayectoria se refiere; los demás permanecen relativamente estables mientras que estos presentan picos en los segmentos finales, específi- camente entre el 7 y el 9; luego, si hacemos el ejercicio de observar la relación escribir-mujeres (figura 21), no solo se comprueban los vínculos entre ambas, sino que se logra apreciar el pico más alto precisamente durante el segmento 8 de Respuesta (figura 22). Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 101 Figura 18 Figura 19 Figura 20 Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 102 6. Conclusiones A lo largo de este recorrido se ha implementado un método que combina instrumentos estadísticos, minería de textos, visualizaciones de tendencias y de patrones lingüísticos para extraer algunos elemen- tos semánticos de tres textos de la tratadística moral de la España del siglo xvi, con especial atención en los rasgos que sustentan una concep- ción de formación dirigida a las mujeres para su vida matrimonial, de la autoría de Juan Luis Vives, fray Luis de León y fray Juan de la Cerda. Durante el siglo pasado el caudal de lecturas críticas a propósito de estos discursos fue en aumento. Sin embargo, con el advenimiento de Figura 21 Figura 22 Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 103 las Humanidades Digitales, existe una apertura a otras aproximacio- nes o, como lo enuncia Moretti (2015: 108), «a la diversidad radical de las posiciones intelectuales». Es así que este estudio ha permitido analizar cada texto de forma individual y todos integrados en un cor- pus conjunto. Además, la inclusión de una voz femenina del Barroco, contrapuesta en muchos sentidos a las de estos hombres, puso en evidencia otras concepciones reflejadas en el uso del lenguaje, es el caso de la relación escritura-mujer más allá de la dupla mujer-marido o mujer-casa, evidenciadas de forma gráfica en la herramienta «Enlaces» del software en línea Voyant Tools. El texto de Vives es considerado el pionero en una corriente huma- nista y busca defender un modelo formativo efectivo en los márgenes hogareños de la vida conyugal, en los que cobra sentido la presencia de la mujer, como lo enuncia Elizabeth Teresa Howe (1995: 17): lo que propone Vives en realidad es una idea bastante revolucionaria; es decir, que la mujer puede ser docta y adoctrinada a la vez. Tal opi- nión contradice a la que cree que la mujer virtuosa es, por consiguiente, ignorante. No obstante, su tratado fue escrito originalmente en latín, idioma poco usado entre las mujeres de la época, de forma soterrada; el ver- dadero receptor pareciera ser el marido a quien se daba la posibilidad de ampliar su conocimiento, no así a la supuesta beneficiaria de sus consejos. En relación a lo anterior, vimos que pese a recaer un mayor peso de los mandatos morales sobre el sexo femenino, el tratado de Juan de la Cerda menciona los deberes del marido, distinto a lo que ocurre con fray Luis de León y Luis Vives, para quienes las responsabilidades conyugales recaen especialmente sobre ellas. No obstante, de forma relativamente estable, los tres autores equiparan la categoría mujer con el rol de casada. No ocurre lo mismo con hombre o varón y esposo o ma- rido, los datos nos han mostrado que para el sexo masculino hay una distinción entre una categoría y otra. Si bien la literatura, a propósito de estas obras, ha puesto en eviden- cia de qué manera la existencia de estas mujeres de clase acomodada era concebida para el sostenimiento del hogar y de la familia, los trata- dos morales de los humanistas utilizan diferentes recursos en distintas proporciones. Los tres autores definen un ideal femenino mediante el uso de ejemplos biblícos y literarios, pero, por ejemplo, en fray Luis de León cobra más relevancia el tema de los afeites y de la limpieza o de la virtud, mientras que para Vives la castidad juega un rol mucho más significativo. En cambio, el adulterio está muy presente en de la Cerda pero no tanto en Vives, como sí lo está el vicio. Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 104 Sobre este punto quisiera recalcar la utilidad de analizar cómo ac- túan las frecuencias relativas y las tendencias, pues vimos que no en todos los casos un mayor número de menciones implica una mayor relevancia; por momentos coinciden y por momentos no lo hacen. Pudimos observar cómo cada texto remitía a campos semánticos diferenciados, pese a tratar una misma cuestión, fue el caso de la obe- diencia y el equilibio en Instrucción de la mujer cristiana, un lenguaje más de lo épico en el caso de la Vida política de los estados de mujeres y las menciones referentes al cuerpo y su aseo, al campo y al trabajo en La perfecta casada. Por su parte, tanto la Carta atenagórica como la Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, por tratarse de dos cartas escritas por una mujer del talan- te de sor Juana Inés de la Cruz, resultan ser un ejemplo intelectual destacable en la medida en que su discurso defiende tácita o explícita- mente otra formación femenina. Con la ayuda de Voyant Tools se han mostrado elementos particulares; en primera medida, se trata de textos cuyo propósito es la defensa de una postura de la autora. Además, en Respuesta se presenta aquello de lo que adolecen los tratados mora- les. Mientras la visualización aquí nos mostró enlaces entre términos como mujeres y leer, escribir, enseñar; allí son escasos y casi nulos, en contraposición, obedecer sí tiene presencia reiterada en los tratados. Pero no solo eso, el hecho de ver sobresalir lexemas que remiten a cam- pos semánticos relacionados con el saber cerca de mujeres muestra una irrupción en la dupla mujer-hijos, mujer-casa, mujer-casta, mujer-marido de los humanistas. A modo de cierre podemos decir que este trabajo se erige como una muestra de las múltiples vías de lectura y relectura posibles gracias a las nuevas ópticas y metodologías de investigación nacidas al interior de las Humanidades Digitales que, de una u otra forma, abren sende- ros hacia la relación simbiótica entre el patrimonio textual, en este caso proveniente del Siglo de Oro español, y el mundo digital, tal como lo anticiparon Sinclair y Rockwell (2016: 286), «The apparent dichotomy between the quantitative and qualitative can be misleading, particular- ly since text visualizations depend on a symbiosis between them», de modo que la tecnología esté al servicio de los análisis de obras literarias sin solapar la labor y el rigor filológicos. Jennifer Restrepo-Monsalve Mujeres y formación en los siglos xvi y xvii... 105 Bibliografía Burgos Segarra, Gemma (2019), «Mas yo ¿por qué he de mirar al suelo?»: La mujer como agente en la comedia de Lope de Vega: edición y es- tudio de «La discreta enamorada», tesis doctoral, Universidad de Valencia. Esteban Mateo, León (1994), Hombre-mujer en Vives: itinerario para la reflexión, Valencia, Ayuntamiento de Valencia. Fernández García, María Nieves (1991), «Para la lectura de La perfecta casada, de fray Luis de León», Revista Agustiniana, 32 (97): 307-356. Glantz, Margo (2014), Obras reunidas I:ensayos sobre literatura colonial, México, Fondo de Cultura Económica. Gómez Laguna, Isaac (2017), «La retórica escondida en La perfecta casada de fray Luis de León», Revista de Filología y Lingüística de la Universidad de Costa Rica, 43 (1): 11-35. DOI: https://doi. org/10.15517/rfl.v43i1.28749. Harllee, Carol D. 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