Logo Studenta

03 Leyendas de la mitología vasca (Artículo) Autor Es de libro

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

1 
Anexo Anexo Anexo Anexo IIIIIIII 
 
Leyendas de la mitología 
vasca 
Estas son algunas de las leyendas más conocidas de la mitología vasca, que, 
cada una con su versión según el lugar, serían contadas en las cocinas de los baserris 
alrededor del fuego a hijos y nietos durante generaciones. Tras indagar en muchas 
páginas web, decidimos extraer las leyendas de la siguiente página web y reproducirlas 
tal y como las versionan en la misma, ya que nos parecieron las más comprensibles, y es 
que, en muchos casos, las leyendas estaban transcritas literalmente del euskera antiguo 
o estaban en euskera. . 
http://agora.ya.com/mundomisterio/mas_sobre_los_personajes_mitol.htm. 
En cuanto a las ilustraciones y fotografías, todas son cedidas por Izenaduba. 
 
Tartalo: una leyenda muy conocida 
cuenta cómo dos hermanos se toparon 
con Tártalo y tuvieron que vérselas con 
él. Estos dos hermanos salieron a cazar y 
les sorprendió una tormenta en medio del 
monte. Encontraron una cueva y se 
refugiaron en ella, con tan mala suerte de 
que aquella era la casa de Tártalo. 
Tartalo entró en su casa con su rebaño de 
ovejas y colocó una gran roca en la 
entrada. Al ver a los dos hermanos se le 
hizo la boca agua. Les dijo que se 
comería al mayor aquel mismo día, y al 
pequeño al día siguiente. Y así lo hizo. 
Cogió al mayor, lo atravesó con el pincho 
del asador y lo puso al fuego. Después se 
lo comió y más tarde se quedó dormido. 
El otro hermano esperó a que Tártalo 
estuviera dormido, puso el palo en el 
 2 
fuego, esperó a que estuviera al rojo vivo y se lo clavó al cíclope en el ojo. 
Tártalo se levantó gritando e intentó atrapar al muchacho, pero éste se 
había puesto una piel de oveja encima, se escondió entre el rebaño y 
consiguió escapar ya que el ciclope iba tocando a las ovejas para 
encontrarle. Como Tartalo quito la roca de la entrada el escapo. Pero 
Tartalo le vio y le persiguió. El hermano pequeño se me tio en un rio y el 
ciclope murió ahogado. 
 
Basajaun: Una leyenda cuenta que un día, un grupo de vaqueros subió al 
monte con los rebaños. 
Cuando llegó la noche todos 
se olvidaron de dejarle el pan 
a Basajaun para que les 
cuidada el rebaño, todos 
menos uno, el más joven.A la 
mañana siguiente 
descubrieron que Basajaun se 
había llevado la ropa de todos 
menos la del chico que se 
acordó de la ofrenda. ¡Los 
había dejado desnudos en 
medio del monte! Los demás 
vaqueros le ofrecieron al 
muchacho una ternera si iba a 
la cueva del Basajaun a 
recuperar la ropa. Así lo hizo 
y una vez allí el Basajaun le 
dijo: "A la ternera que te han 
regalado dale ciento un 
palos". Siguió el consejo y 
cuando la ternera creció le 
dio ciento un terneros. 
 
 3 
Mari: En cada localidad hay una leyenda distinta sobre el mito de la 
aparición de Mari. En Oñate (Guipúzcoa) se cuenta que una madre y una 
hija vivían juntas. La 
madre en una ocasión 
maldijo a la niña: "Ojalá 
te lleve el diablo". Nada 
más decirlo apareció el 
diablo y se la llevó. Desde 
entonces, en aquella zona 
suele verse a una niña por 
el monte que cuando le 
hablas desaparece. 
En Zumaia (Guipúzcoa) 
la leyenda es diferente. 
Una mujer casada que no tenía hijos deseaba tanto tener una hija que dijo: 
"aun cuando a los 20 años se la hubiese de llevar el diablo". La mujer tuvo 
una hija y cuando ésta estaba a punto de cumplir los 20 años la encerró en 
una caja de cristal y la vigilaba día y noche. Esto no sirvió de nada porque 
el día en que la muchacha cumplía 20 años apareció el diablo y se la llevó. 
Estas leyendas explican como Mari tenía que ver con el diablo. 
 
Sugaar: Dos hermanos pastores salieron un día al monte con el rebaño. 
Algunas ovejas se habían metido 
en una cueva cercana a su casa 
y fueron a sacarlas, pero allí se 
encontraron a una gran 
serpiente. El menor de los 
hermanos comenzó a tirarle 
piedras y le cortó la cola de una 
pedrada. El mayor le dijo al 
pequeño que dejara de hacerlo y 
se lo llevó a rastras para casa. 
Pasado un tiempo, el hermano 
mayor fue llamado por el 
ejército. Estaba de servicio en 
Nochebuena y echaba de menos 
a su familia, cuando de repente, 
apareció de la nada una persona 
que le preguntó si deseaba ir a 
casa. El muchacho le contestó 
que sí y aquella persona se lo 
 4 
llevo a una cueva. 
Le dijo que si se llevaba dos cosas con el, al momento aparecería en la 
cueva que había cerca de su casa. El chico le dijo que estaría encantado 
de llevarse lo que le diera, entonces aquel hombre le dio una pepita de oro 
para él y un cinturón de seda para su hermano pequeño; con la condición 
de que regresara a la cueva pasados tres días. Cuando el trato estuvo 
cerrado el tipo desapareció y el muchacho apareció en su casa. 
Cuando llegó a su casa su familia quedó sorprendida al verlo, pero no más 
que cuando les contó todo lo que le había sucedido. Le dio a su hermano le 
cinturón de seda, pero éste lo rechazo y le dijo que lo atara en el árbol 
que había fuera de la casa. Nada más hacerlo, el árbol empezó a arder. 
Pasados los tres días, el soldado y su hermano pequeño fueron a la cueva 
donde se tenían que reunir con aquel raro personaje, pero su lugar 
apareció un manco. Éste, al ver al hermano pequeño, le acusó de haberle 
dejado manco. 
El hermano pequeño le dijo que ni le conocía ni sabía nada de su brazo. El 
manco insistió y le hizo recordar que tiempo atrás había apedreado allí 
mismo a una serpiente. 
Aquella serpiente era él y la cola que le arranco su brazo. La serpiente, 
viendo que había fracasado su primer intento de matarlo, se abalanzó 
contra él pero se detuvo al ver que el chico llevaba una medalla cristiana 
en su pecho y le dijo: "Da gracias a esa imagen que te cuelga del cuello, 
pues sin ella no habrías salido vivo de aquí". Dicho esto la serpiente 
desapareció. 
 
 
 
Lamias: hay muchas leyendas que cuentan 
como los humanos robaban los peines de las 
lamias y se veían envueltos en una serie de 
desgracias hasta que los devolvían. Se dice 
también que las lamias se alimentan con 
tocino y con pan de trigo y que beben sidra y 
leche que les ofrecen los humanos. Este debe 
ser el secreto de su larga vida, porque se 
afirma que viven cientos de años. 
 
Las lamias, cuando reciben ayuda de sus 
vecinos suelen recompensarles 
generosamente, aunque en un principio no lo 
 5 
parezca: carbón que se convierte en oro, tocino que se transforma en 
plata, cenizas que se convierten en dinero, etc. 
 
La siguiente leyenda es un ejemplo de cómo las lamias recompensan los favores a 
los humanos: 
 
Una noche la comadrona de un pueblo fue llamada por un grupo de 
lamias, ya que una de ellas se había puesto de parto. Cuando llegó al 
remanso del río donde estaba la lamia la comadrona le ayudó a dar a luz. 
Cuando terminó le pusieron delante un tarro lleno de miel y otro lleno de 
manteca. Las lamias le dijeron que eligiera el que quisiese. La comadrona 
pensó que la manteca le sería más provechosa. Aunque las lamias le 
recomendaron que se llevase el tarro de miel, la comadrona acabó por 
llevarse el de manteca. Al llegar a casa metió el tarro en un armario y se 
fue a dormir. 
A la mañana siguiente abrió el armario y vio que en el tarro que le habían 
dado ya no había manteca sino monedas de plata. Entonces comprendió 
que si se hubiera llevado la miel se hubiera convertido en monedas de oro. 
 
Las lamias intentan esquivar a los humanos, pero hay una leyenda muy 
extendida que cuenta como un pastor y una lamia se enamoró. 
 
El pastor volvía a casa con su rebaño al atardecer y en medio del monte se 
encontró con una joven y bella lamia. Se enamoraron al instante y se 
comprometieron para casarse.Al llegar a casa el pastor le conto a su 
madre lo que le había pasado y a ésta le extrañó que su hijo se hubiera 
encontrado a una mujer sola en el monte cuando estaba anocheciendo. La 
madre le avisó al hijo de que podía ser una lamiay que de ser así no 
aprobaría el matrimonio. Le dijo que antes de casarse con ella le mirara 
los pies a la dama. 
 
Al pastor le entraron las dudas y al día siguiente cuando la vio le miró los 
pies y descubrió que su enamorada tenía los pies de pato. Entonces rompió 
el compromiso de matrimonio y volvió a casa. Aun así, el muchacho seguía 
enamorado de la lamia y no tardó en enfermar de amor y al poco tiempo 
murió. Cuentan que la lamia asistió al funeral, pero que no pasó de la 
puerta de la iglesia. 
 
 
 
 
 
 
 
 6 
Prakagorris: un baserritarra compró unos cuantos prakagorris con la 
intención de hacerlos trabajar en el campo. Cuando llegó a 
su caserío les enseñó el alfiletero que sería su casa y les 
mandó la primera tarea. Como es normal en ellos, dicha 
tarea estuvo hecha en un santiamén y le pidieron que les 
mandara otra. El baserritarra así lo hizo y la volvieron a 
hacer enseguida. Así, fue mandándoles una tras otra hasta 
que en la casa no había más por hacer y el hombre no supo 
que mandarles. 
 
El hombre vio que los prakagorris se ponían nerviosos al no 
estar haciendo nada y temió que le hicieran daño. Entonces 
se le ocurrió una solución: les mando traer agua en un 
colador. Este trabajo era materialmente imposible, ya que al 
meter el agua en el colador volvía a salir del mismo. Cuando los 
prakagorri se dieron cuenta del engaño se sintieron ofendidos y 
desaparecieron, con lo que el hombre volvió a recuperar su tranquilidad. 
 
 
Olentzero: el día del solsticio encendía un fuego porque creían que el sol 
se iba a ir. Los personajes mitológicos vascos vieron la 
estrella de Jesús y del miedo se metieron en una cueva 
cerrándola con una piedra enorme. Pero uno de los 
personajes sé quedo fuera para contarnos a nosotros lo 
que ocurrió. Ese personaje fue Olentzero.

Continuar navegando