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Tema XIX: Daño hepático crónico El daño hepático crónico (DHC) se define como la injuria morfológica y/o funcional con inflamación y necrosis que persiste en el tiempo, como la causa de fibrosis y cirrosis hepática en su expresión final. Sus dos manifestaciones principales son la insuficiencia hepática y la hipertensión portal. La hepatitis crónica constituye solo un espectro del daño hepático crónico. 1. ETIOLOGIA ✴ Esteatohepatitis alcohólica y no alcohólica ✴ Hepat i t i s c rón i ca (Auto inmune , v i r a l , medicamentos), visto ya anteriormente. ✴ Colestasia crónica (Cirrosis biliar primaria, Colangitis esclerosante primaria) ✴ Enfermedades metabólicas del hígado, que serán vistas más adelante. ✴ Hígado congestivo crónico ✴ DHC criptogénico 2. DAÑO HEPÁTICO POR ALCOHOL El espectro del daño hepático por alcohol es amplio. Para que se produzca, se requiere de un consumo de 20-40g/día en mujeres, y 40-80g/día en hombres, por al menos 5 años. Sin embargo, existiría susceptibilidad individual, que explicaría que solo el 15-20% de los alcohólicos desarrollen cirrosis. El alcohol tiene un efecto idiosincrático en la hepatoxicidad, pero se sabe que al no poder almacenarse, su oxidación produce efectos metabólicos que inducen daño (aumento del NADH/NAD, hipoxia perivascular, disminución del glutatión, producción de metabolitos tóxicos). La progresión estaría dada por el hígado graso alcohólico, que puede evolucionar a esteatohepatitis alcohólica con o sin fibrosis, y finalmente cirrosis alcohólica. Marcadores de ingesta exagerada crónica Marcadores de daño hepático por alcohol Alza de TAG, uremia, LDL Macrocitosis (VCM>100 fL) Macrocitosis (VCM>100) GOT >> GPT GGT aumentada (consumo crónico) GGT aumentada sin alza de FA Transferrina descarboxilada aumentada (ingesta reciente, alto valor predictivo negativo) IgA y ferritina con saturación normal elevadas Página � 91 XXIII. DAÑO HEPÁTICO CRÓNICO A. Hígado graso alcohólico Se produce por acumulación de triglicéridos en forma de gotas de grasa en las células del parénquima hepático, sobre todo en las zonas centrolobulillares. 1. Clínica: generalmente se presenta asintomática con hepatomegalia silente, aunque puede cursar con hiper lipidemia, anemia hemolítica, ictericia, dolor abdominal, e incluso embolismos grasos, hipoglicemia por hipersensibilidad adrenérgica y/o retirada del alcohol. 2. Diagnóstico: Las imágenes mostrarán infiltración grasa hepática, hiperecogenicidad hepática, y la biopsia hepática mostrará macroesteatosis hepática. 3. Tratamiento: suspensión del alcohol, nutrición adecuada, aporte vitamínico. Las lesiones remiten hasta 6 semanas de iniciado el tratamiento. B. Hepatitis alcóholica 1. Clínica: Un número importante de pacientes están asintomáticos, y el cuadro se descubre al realizar biopsia hepática. El otro extremo del espectro se encuentra en pacientes desarrollan falla hepática grave con ascitis, insuficiencia renal y encefalopatía. En general, se presenta con síntomas inespecíficos como anorexia, astenia, náuseas, dolor abdominal vago, pérdida de peso, ictericia y fiebre. 2. Laboratorio: Aumento de transaminasas, habitualmente no mayor a 500 U/L, con GOT dos veces superior a GPT. Puede haber hiperbilirrubinemia, grados variables de hipoalbuminemia, anemia, leucopenia o leucocitosis con desviación izquierda, trombocitopenia, hiponatremia, hipokalemia, hipomagnesemia e hipofosfemia. El tiempo de protrombina alargado es de mal pronóstico (índice de Maddrey: 4.6 x (TP - TP control) + BT). 3. Biopsia hepática: Se caracteriza por degeneración de los hepatocitos, necrosis con infiltrado neutrofílico agudo (a diferencia de las hepatitis víricas, que son mononucleares y hay fibrosises pericelular, perisinusal y perivenular. Los cuerpos de Mallory o hialina alcohólica, agregados de material amorfo eosinofílico perinuclear, son muy sugerentes de hepatopatía alcohólica (no son específicos, y están presentes en el 50% de los casos. Pueden encontrarse también en déficit de alfa 1 antitripsina, enfermedad de Wilson, cirrosis biliar primaria, resecciones masivas de intestino delgado, tratamiento prolongado con esteroides, diabetes mellitus, amiodarona y otras). Es de mal pronóstico la presencia de colágeno alrededor de la vena centrolobulillar y perisinusoidal (Necrosis hialina esclerosante), que tiene un riesgo elevado de desarrollar Página � 92 PARTE 14 Enferm edades del aparato digestivo 2590 la aparición de esteatohepatitis y determinadas características patológi- cas como mitocondrias gigantes, fi brosis perivenular y grasa macrovesi- cular, se relacionan con una lesión hepática progresiva. La transición entre el hígado graso y el desarrollo de hepatitis alcohó- lica es poco clara. La característica fundamental de la hepatitis alcohóli- ca es la lesión de los hepatocitos, que se manifi esta por degeneración en balón, necrosis en placas, infi ltración polimorfonuclear y fi brosis en los espacios perivenular y perisinusoidal de Disse. En los casos fl oridos, los cuerpos de Mallory están presentes con frecuencia pero ni son específi - cos ni representan una condición necesaria para establecer el diagnósti- co. Se piensa que la hepatitis alcohólica es la precursora del desarrollo de la cirrosis. No obstante, al igual que el hígado graso, puede revertirse cuando se interrumpe el consumo de alcohol. Ocurre cirrosis hasta en 50% de los pacientes con hepatitis alcohólica demostrada por biopsia. ■ MANIFESTACIONES CLÍNICAS Las manifestaciones clínicas del hígado graso alcohólico son sutiles y en general se detectan como consecuencia de la visita al médico por un problema no relacionado. A menudo el único signo clínico es la hepato- megalia que no se había sospechado. A veces los sujetos con hígado gra- so acuden por primera vez al médico con los síntomas de molestias en el cuadrante superior derecho del vientre, náusea y, en raras ocasiones, ictericia. Es difícil distinguir entre el hígado graso alcohólico y no alco- hólico, a menos que pueda verifi carse el consumo de alcohol. En todos los casos en que existe hepatopatía es necesaria una anamnesis cuidado- sa y exhaustiva sobre el consumo de alcohol. Por medio de preguntas estándares se detectan de manera exacta los problemas relacionados con alcohol (cap. 392). La hepatitis alcohólica se asocia a un amplio espectro de manifestaciones clínicas. El extremo del espectro está representado por fi ebre, telangiectasias, ictericia y dolor abdominal que simula abdo- men agudo, aunque muchos pacientes se encuentran por completo asin- tomáticos. La hipertensión portal, la ascitis o la hemorragia por varices se presenta en individuos no cirróticos. Es esencial reconocer las mani- festaciones clínicas de la hepatitis alcohólica para iniciar una estrategia diagnóstica y terapéutica efi caz y apropiada. Es importante reconocer que los pacientes con cirrosis alcohólica a menudo tienen manifestacio- nes clínicas idénticas a otras causas de cirrosis. ■ DATOS DE LABORATORIO Los enfermos con hígado graso alcohólico con frecuencia se identifi can a través de las pruebas de detección habituales. Las alteraciones típicas de laboratorio son inespecífi cas y consisten en incrementos leves de la aspartato aminotransferasa (AST, aspartate aminotransferase), la alani- na aminotransferasa (alanine aminotransferase, ALT) y la glutamiltrans- peptidasa γ (GGTP, gamma-glutamyl transpeptidase), acompañadas de hipertrigliceridemia, hipercolesterolemia y, a veces, hiperbilirrubine- mia. En la hepatitis alcohólica, al contrario de lo que sucede en el hígado graso, la AST y la ALT suelen estar elevadas entre dos y siete veces. Rara vez superan las 400 UI y la relación AST/ALT es >1(cuadro 307-2). La hiperbilirrubinemia es frecuente y se acompaña de incrementos mode- rados de la fosfatasa alcalina. Las alteraciones en la función sintética del hepatocito indican una enfermedad más grave. La hipoalbuminemia yla coagulopatía son frecuentes en la hepatopatía avanzada. La ecografía ayuda a detectar la infi ltración grasa del hígado y su tamaño. La demos- tración por medio de ecografía de inversión del fl ujo venoso portal, asci- tis y presencia de colaterales abdominales indica lesión hepática grave, con menos posibilidades de recuperación completa. ■ PRONÓSTICO Los individuos en estado crítico que tienen hepatitis alcohólica presen- tan tasas de mortalidad a breve plazo (30 días) >50%. La aparición de coagulopatía (incremento del tiempo de protrombina >5 s), anemia, concentraciones séricas de albúmina <25 g/L (2.5 mg/100 ml), concen- traciones séricas de bilirrubina >137 μmol/L (8 mg/100 ml), insufi cien- cia renal y ascitis constituyen el presagio de hepatitis alcohólica grave. La función discriminante, que se calcula como 4.6 × [la prolongación del tiempo de protrombina que rebasa la cifra testigo (en segundos)] + bilirrubina sérica (mg/100 ml), permite identifi car a los sujetos con mal pronóstico (función discriminante >32). La califi cación del Model for End-Stage Liver Disease (MELD, cap. 310) ≥21 se asocia a mortalidad importante en la hepatitis alcohólica. La presencia de ascitis, hemorra- gias por varices, encefalopatía profunda o síndrome hepatorrenal predi- ce un pronóstico ominoso. El estado patológico de la lesión puede servir de factor pronóstico. La biopsia hepática debe realizarse siempre que sea + Ingestión crónica de etanol Acetaldehído Peroxidación de lípidos Aldehídos IntestinosHepatocito PPARγ/RXR Endotoxinas Aductos de MAA Autoanticuerpos Respuesta autoinmunitaria Colágeno Célula estrellada Respuesta fibrótica TNF-α IL-1 TGF-β IL-6 Respuesta inflamatoria Célula de Kupffer Aductos con proteínas Figura 307-1 Patogenia biomédica y celular de la lesión del hígado que es consecuencia del consumo prolongado de etanol. MAA, malondialdehidoacetal- dehído; TNF, factor de necrosis tumoral; TGF, factor transformador de crecimiento (transforming growth factor); IL, interleucina; PPAR, receptor de peroxisoma activado por proliferador (peroxisome proliferator-activated receptor ); RXR, receptores X de ácido retinoico. CUADRO 307-2 Diagnóstico del hígado graso alcohólico y la hepatitis alcohólica con base en datos de laboratorio Estudio Comentarios AST Aumento de dos a siete veces, <400 U/L; aumento mayor que ALT ALT Aumento dos a siete veces, <400 U/L AST/ALT Por lo común >1 GGTP No es específico del alcohol, se puede inducir con facili- dad y aumenta en todas las formas de hígado graso Bilirrubina Puede haber incremento extraordinario en la hepatitis alcohólica a pesar de aumento leve en la fosfatasa alcalina PMN Si el número es >5 500 células/μl, anticipa la presencia de hepatitis alcohólica grave cuando la función discrimi- nante es >32 Abreviaturas: AST, aspartato aminotransferasa; ALT, alanina aminotransferasa; GGTP, glutamiltranspeptidasa γ; PMN, polimorfonucleares. cirrosis. 4. Tratamiento: tiene una mortalidad de hasta 40-50% en los casos graves. Debe suspenderse de forma total el alcohol, reposo, administración de suplementos nutricionales, y opcionalmente soluciones enriquecidas en aminoácidos ramificados o propiltiouracilo. Pueden utilizarse o pentoxifilina. C. Cirrosis alcohólica Corresponde al estado final de la enfermedad hepática por alcohol. Consiste en una amplia fibrosis que conecta los espacios porta y las venas centrales con formación de nódulos de regeneración. Suele haber hemosiderosis secundaria importante. El 10-20% de los pacientes se encuentra asintomático, y el resto presentarán cirrosis descompensada. Los datos de laboratorio son menos pronunciados que los de la hepatitis alcohólica, inclusive pudiesen estar normales. 3. ENFERMEDAD POR HÍGADO GRASO NO ALCOHÓLICO (EHGNA/NASH) Al igual que la hepatopatía alcohólica, cursa con f a ses de h í gado g r a so no a l cohó l i co , esteatohepatitis no alcohólica y finalmente cirrosis. No se conocen completamente los mecanismos etiopatogénicos del DHC por NASH, pero se han asociado la obesidad (65-100% de los casos), hiperlipidemia (20-80%), fármacos y otros. En su evolución, intervienen la hiper insulinemia e insulinorresistencia, la formación de radicales libres de oxígeno a partir de la peroxidación grasa, la liberación de citoquinas inflamatorias y otros. El hígado graso no alcohólico tiene una alta prevalencia, de hasta 10-30% en la población general. Página � 93 Tema XIX: Daño hepático crónico
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