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Números Ordinales en Matemática

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Números ordinales
En matemáticas, los números ordinales son aquellos que, en lugar de indicar la cantidad de cosas a las que uno se refiere, indican el orden de las cosas dentro de una seguidilla o sucesión determinada. Es decir, son los números con los que expresamos el orden o la secuencia de las cosas, en lugar de su cantidad.
Por ejemplo, dados tres elementos cualesquiera en una secuencia 1, 2, 3, diremos que 1 es el primer elemento, 2 es el segundo y tres es el tercero. Estos son, precisamente, sus ordinales, y se diferencian de los números cardinales, con los que se expresan las cantidades de manera corriente.
Diferencia entre números ordinales y números cardinales
Los números cardinales son números naturales que sirven para expresar una cantidad, esto es, un número determinado de cosas. Por ejemplo, cuando decimos que tenemos cinco dedos en cada mano, estamos enumerándolos y usando, por ende, cardinales para expresar el total de dedos contados: cinco (5) en cada mano, diez (10) en total.
Sin embargo, a la hora de ordenar los dedos de la mano y contarlos desde el pulgar hasta el meñique, ya no nos importa tanto cuántos sean, sino en qué orden se encuentran. Así, podemos decir que el pulgar es el primero (1°), el índice el segundo (2°), el medio el tercero (3°), el anular el cuarto (4°) y el meñique el quinto (5°), y para ello hemos acudido a los números ordinales, ya que sirven para expresar orden y secuencia, en lugar de cantidad total.
Números ordinales
Los números ordinales se escriben mediante un signo que los acompaña y distingue de los cardinales: el signo de grados (°). Así, por ejemplo, el número uno (1) pasa a ser el primero (1°). Es posible que dicho símbolo sea sustituido por una letra “a” en voladita (a) cuando haga falta distinguir el género femenino del referente: primera (1a).
Por otro lado, los nombres de los números ordinales se forman a través del uso de sufijos específicos, que sirven para expresar una noción de cantidad determinada. Estos sufijos cambiaron mucho a lo largo de la historia del idioma y por eso hoy en día pueden resultarnos extraños. Los principales sufijos son:
· -ero/era, empleado en los primeros de los ordinales, como en primero (1°) o tercero (3°).
· -to/ta, el más común de los sufijos entre los ordinales, como en quinto (5°) o sexto (6°).
· -eno/ena, incorporado en el español medieval pero perdido excepto en el caso de noveno (9°).
· -avo/ava, utilizado únicamente para los números fraccionarios. Por ejemplo: un catorceavo (1/14).
· –ésimo/ésima, empleado únicamente para las decenas ordinales: décimo (10°), vigésimo (20°), etcétera.
Además, en ocasiones los adjetivos ordinales pueden abreviarse y para ello se utilizan los números cardinales y el sufijo correspondiente al ordinal, seguido de punto. En este caso se respetan también las necesidades de género del referente. Por ejemplo: primero pasa a ser 1ero., segundo pasa a ser 2do. y décima pasa a ser 10ma.
Por otro lado, existen algunas excepciones al uso de los adjetivos ordinales, como en el caso de primero y tercero, que al ocupar posición junto a un sustantivo pierden su última vocal: “Cogimos el primer tren del día” y no “el primero tren del día”.
Esta transformación es sumamente sencilla: basta con añadir el correspondiente signo ordinal (°) junto al número cardinal, para convertirlo en un ordinal. En caso de que deseemos escribir su nombre, basta con aprenderse el nombre del ordinal correspondiente.

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