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ENDOCRINOLOGÍA CLÍNICA Luis Felipe Pallardo Sánchez Tomás Lucas Morante Mónica Marazuela Azpiroz Adela Rovira Loscos (Editores) ENDOCRINOLOGÍA CLÍNICA (2ª edición) © Luis Felipe Pallardo Sánchez, 2010 Reservados todos los derechos. «No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.» Ediciones Díaz de Santos Internet: http//www.diazdesantos.es/ediciones E-mail: ediciones@diazdesantos.es ISBN: 978-84-7978-930-5 Depósito Legal: M. 51.732-2009 Fotocomposición: P55 Servicios Culturales C.B. Diseño de cubierta: P55 Servicios Culturales C.B. Impresión: Fernández Ciudad, S. L. Printed in Spain - Impreso en España Internet: http//www.diazdesantos.es/ediciones E-mail: ediciones@diazdesantos.es EditorEs █ Tomás Lucas Morante Jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición. Hospital Universitario Puerta de Hierro. Profesor Asociado de Endocrinología. Universidad Autónoma. Madrid. Mónica Marazuela Azpiroz Facultativa Especialista de Área de Endocrinología. Hospital Universitario de la Princesa. Profesora Asociada de Endocrinología. Universidad Autónoma. Madrid. Luis Felipe Pallardo Sánchez Jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición. Hospital Universitario La Paz. Catedrático de Medicina. Universidad Autónoma. Madrid. Adela Rovira Loscos Jefa de Servicio de Endocrinología y Nutrición. Fundación Jiménez Díaz. Capio. Profesora Asociada de Endocrinología. Universidad Autónoma. Madrid. AutorEs █ Cristina Álvarez Escola Facultativa Especialista de Área de Endocrinología y Nutrición. Hospital Universitario La Paz. Profesora Asociada de Endocrinología. Universidad Autónoma. Madrid. Editores y Autores VII VIII Endocrinología clínica Jesús Argente Oliver Jefe de Servicio de Pediatría y Endocrinología. Hospital Infantil Universitario Niño Jesús. Catedrático de Pediatría. Universidad Autónoma. Madrid. Alfonso Arranz Martín Facultativo Especialista de Área de Endocrinología. Hospital Universitario de la Princesa. Profesor Asociado de Endocrinología. Universidad Autónoma. Madrid. Ana Isabel de Cos Blanco Facultativa Especialista de Área de Endocrinología y Nutrición Hospital Universitario La Paz. Profesora Asociada de Nutrición. Universidad Autónoma. Madrid. Javier Estrada García Facultativo Especialista de Área de Endocrinología y Nutrición. Hospital Universitario Puerta de Hierro. Profesor Asociado de Endocrinología. Universidad Autónoma. Madrid. Ricardo Gracia Bouthelier Jefe de Servicio de Endocrinología Pediátrica. Hospital Universitario La Paz. Profesor Asociado de Pediatría. Universidad Autónoma. Madrid. Julio Guerrero Fernández Facultativo Especialista de Endocrinología Pediátrica. Hospital Universitario La Paz. Colaborador Clínico Docente de Pediatría. Universidad Autónoma. Madrid. Lucrecia Herranz de la Morena Facultativa Especialista de Area de Endocrinología y Nutrición. Hospital Universitario La Paz. Profesora Asociada de Endocrinología. Universidad Autónoma. Madrid. José Luis Herrera Pombo Fundación Jiménez Díaz. Capio. Profesor Emérito Medicina. Universidad Autónoma. Madrid. Editor y Autores IX José Ignacio Lara Capellán. Facultativo Especialista de Área de Endocrinología y Nutrición. Fundación Jiménez Díaz. Capio. Profesor Asociado de Endocrinología. Universidad Autónoma. Madrid. Tomás Lucas Morante Jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición. Hospital Universitario Puerta de Hierro. Profesor Asociado de Endocrinología. Universidad Autónoma. Madrid. Mónica Marazuela Azpiroz Facultativa Especialista de Área de Endocrinología. Hospital Universitario de la Princesa. Profesora Asociada de Endocrinología. Universidad Autónoma. Madrid. Antonio Oliver Iguacel Facultativo Especialista de Endocrinología Pediátrica. Hospital Universitario La Paz. Profesor Honorario de Pediatría. Universidad Autónoma. Madrid. Nuria Palacios García Facultativa Especialista de Área de Endocrinología y Nutrición. Hospital Universitario Puerta de Hierro. Profesora Asociada de Endocrinología. Universidad Autónoma. Madrid. Luis Felipe Pallardo Sánchez. Jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición. Hospital Universitario La Paz. Catedrático de Medicina. Universidad Autónoma. Madrid Jesús Pozo Román Médico Adjunto Servicio de Endocrinología. Hospital Infantil Universitario Niño Jesús. Profesor Asociado de Pediatría. Universidad Autónoma. Madrid. Adela Rovira Loscos Jefa de Servicio de Endocrinología y Nutrición. Fundación Jiménez Díaz. Capio. Profesora Asociada de Endocrinología. Universidad Autónoma. Madrid. X Endocrinología clínica Luis Salamanca Fresno Facultativo Especialista de Endocrinología Pediátrica. Hospital Universitario La Paz. Universidad Autónoma. Madrid. Antonio Torrijos Eslava Facultativo Especialista de Área de Reumatología. Hospital Universitario La Paz. Profesor Honorario de Reumatología. Universidad Autónoma. Madrid. Juan José Vázquez Rodríguez. Jefe de Servicio de Medicina. Hospital Universitario La Paz. Catedrático de Medicina. Universidad Autónoma. Madrid. Editores y autores .............................................................................................................. vii Presentación ...................................................................................................................... xv 1. Síndromes hipotalámicos. Tomás Lucas Morante ....................................................................................................1 2. Adenomas hipofisarios funcionantes y no funcionantes. Acromegalia. Prolactinoma. Tomás Lucas Morante ....................................................................................................7 3. Hipopituitarismo. Tomás Lucas Morante ..................................................................................................19 4. Diabetes insípida y síndrome de secreción inadecuada de ADH (SIADH). Javier Estrada Gracia ..................................................................................................23 5. Patología del crecimiento. Luis Salamanca Fresno. Ricardo Gracia Bouthelier....................................................31 6. Bocio endémico. Bocio esporádico. Bocio multinodular normofuncionante. José Ignacio Lara Capellán .........................................................................................39 7. Hipotiroidismo. Luis Felipe Pallardo Sánchez .......................................................................................47 8. Hipertiroidismo. Lucrecia Herranz de la Morena ...................................................................................53 9. Tiroiditis. Luis Felipe Pallardo Sánchez .......................................................................................63 10. Nódulo tiroideo. Cáncer de tiroides. Cristina Álvarez Escola ................................................................................................71 11. Hipoparatiroidismo. Lucrecia Herranz de la Morena ...................................................................................83 XI Índice XII Endocrinología clínica 12. Hiperparatiroidismo. Luis Felipe Pallardo Sánchez .......................................................................................89 13. Osteopatías metabólicas. Antonio Torrijos Eslava ................................................................................................97 14. Insuficiencia adrenal. Luis Felipe Pallardo Sánchez .....................................................................................103 15. Síndrome de Cushing. Mónica Marazuela Azpiroz ........................................................................................109 16. Hiperaldosteronismo e hipoaldosteronismo. Mónica Mazaruela Azpiroz ........................................................................................11917. Incidentaloma suprarrenal. Mónica Mazaruela Azpiroz ........................................................................................125 18. Hiperplasia suprarrenal congénita. Antonio Oliver Iguacel ...............................................................................................131 19. Feocromocitoma. Juan José Vázquez Rodríguez ....................................................................................141 20. Trastornos del desarrollo sexual. Jesús Pozo Román, Jesús Argente Oliver ...................................................................147 21. Patología de la pubertad. Julio Guerrero Fernández. Ricardo Gracia Bouthelier. ............................................189 22. Amenorrea. Infertilidad. Nuria Palacios García ...............................................................................................199 23. Hirsutismo. Cristina Álvarez Escola ..............................................................................................211 24. Hipogonadismos masculinos. Disfunción eréctil. José Ignacio Lara Capellán .......................................................................................219 25. Ginecomastia. Cristina Álvarez Escola ..............................................................................................233 26. Neoplasia endocrina múltiple. Mónica Mazaruela Azpiroz ........................................................................................241 27. Síndrome poliglándular autoinmune. Luis Felipe Pallardo Sánchez .....................................................................................245 28. Epidemiología y etiopatogenia de la diabetes mellitus. Luis Felipe Pallardo Sánchez .....................................................................................249 29. Diabetes. Clasificación y diagnóstico. José Luis Herrera Pombo ...........................................................................................257 Índice XIII 30. Clínica y complicaciones crónicas de la diabetes mellitus. Luis Felipe Pallardo Sánchez .....................................................................................263 31. Diabetes. Complicaciones metabólicas agudas. Adela Rovira Loscos ...................................................................................................283 32. Tratamiento de la diabetes mellitus. Dieta y ejercicio físico. Luis Felipe Pallardo Sánchez .....................................................................................293 33. Tratamiento de la diabetes mellitus. Antidiabéticos orales José Luis Herrera Pombo ...........................................................................................301 34. Insulinoterapia. Luis Felipe Pallardo Sánchez .....................................................................................309 35. Prevención de la diabetes mellitus. Alfonso Arranz Martín ...............................................................................................319 36. Obesidad. Ana Isabel de Cos Blanco ..........................................................................................327 37. Hipoglucemias. Insulinoma. Adela Rovira Loscos ...................................................................................................337 38. Alteraciones del metabolismo lipídico. Luis Felipe Pallardo Sánchez .....................................................................................347 39. Tumores endocrinos gastroenteropancreáticos. José Ignacio Lara Capellán .......................................................................................359 40. Síndormes paraneoplásicos endocrinos. Tratamiento endocrinológico del cáncer hormonodependiente. Lucrecia Herranz de la Morena .................................................................................371 Hace cuatro años, en el afán de contribuir a facilitar la docencia de los alumnos de Medi- cina de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), los Profesores que impartimos en ella la enseñanza de Endocrinología juzgamos oportuno editar un pequeño libro, concebido en forma de cuadros sinópticos, figuras y tablas que sirviera para cumplimentar la información recibida en las clases teóricas, con respecto a las diferentes patologías de la disciplina. Todo ello, a sabiendas de que el contenido aportado no pretendía ser exhaustiva, ni hacer compe- tencia a otros excelentes textos clásicos de la Especialidad. Para nuestra satisfacción, la acogida del libro en el alumnado fue excelente, por lo cuál, y teniendo en cuenta el tiempo transcurrido desde su publicación, hemos decidido llevar a cabo una segunda edición del libro, actualizándolo y mejorando todos aquellos aspectos que hemos considerado convenientes. Estamos seguros que esta nueva edición obtendrá los mismos reconocimientos que su predecesora. Luis FeLipe paLLardo sánchez XV Presentación CoNCEPto E iNtroduCCiÓN █ El hipotálamo es una zona compleja de sustancia gris que se extiende, en cada hemis- ferio, por debajo del tálamo. Está integrado por varios núcleos que vemos en la Figura 1.1 interconectados mediante fibras, aferentes y eferentes, con la corteza cerebral, la hipófisis, el tálamo, el tronco encefálico y, quizá, con la médula espinal. Figura 1.1. Estructura del hipotálamo. En la Tabla 1.1. se expresan las funciones reguladas por el hipotálamo Tabla 1.1. Funciones hipotalámicas. • Temperatura (el hipotálamo anterior nos defiende de la hipertermia y el posterior de la hipo- termia). • Metabolismo del agua (el núcleo supraóptico segrega la hormona antidiurética). • Apetito (núcleos del túber estimulan el apetito y el núcleo ventral lo inhibe). • Mecanismo sueño-vigilia (a través del sistema reticular talámico, la lesión de la parte posterior del hipotálamo va acompañada de un estado de somnolencia). • Regulación de los mecanismos de la emoción (el hipotálamo es el centro donde se somatizan las manifestaciones emocionales, traduciéndose en cambios de funciones psicológicas y orgánicas de tipo vegetativo). 1 1 Síndromes hipotalámicos Tomás Lucas Morante 2 Endocrinología clínica • Regulación de las funciones vegetativas o idiotropas (funciones respiratoria, vascular: vasodi- latación o vasoconstricción, cardiaca, digestiva, etc.). • Regulación de la función hipofisaria. Para el control de estas funciones, al hipotálamo podemos dividirlo en hipotálamo trofotropo: correspondiente al hipotálamo anterior, el cual disminuye las actividades vege- tativas y ahorra desgaste al individuo (relacionado con el sistema nervioso parasimpático) e hipotálamo ergotropo: correspondiente al hipotálamo posterior, el cual activa las funciones vegetativas (relacionado con el sistema nervioso simpático). Con respecto a la regulación de la hipófisis (el hipotálamo regula tanto la hipófisis ante- rior como la posterior, formando una unidad funcional hipotálamo-hipofisaria que segrega todas las hormonas hipofisarias) (Tabla 1.2). Tabla 1.2. Principales hormonas hipotalámicas y sus efectos sobre la adenohipófisis. Hormonas hipotalámicas estimuladoras Hormonas hipofisarias Hormona liberadora de ACTH (CRH), compuesta por 41 aminoÁcidos, liberada por las neuronas de los nucleos paraventricular, supraóptico, arcuato y del sistema límbico Hormona adrenocorticotropa (ACTH), secretada por las células basofilas. Producto del gen de la proo- piomelanocortina (POMC) Hormona melanocitoestimulante. Producto alterna- tivo del gen de la POMC Endorfinas, también producto del gen de la POMC Hormona liberadora de hormona de crecimiento (GHRH), dos formas de 40 y 44 aminoácidos Hormona de crecimiento (GH), secretada por las células acidófilas Hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH), compuesta por 10 aminoácidos, liberada en las neuronas preópticas Hormonas luteinizante (LH) y foliculoestimulante (FSH), secretadas por las células gonadotropas Hormona liberadora de tirotropina (TRH),com- puesta por 3 amináÁcidos, liberada en las neuro- nas del área hipototalámica anterior Hormona tiroestimulante (TSH) secretada por las células tirotropas. Factores liberadores de prolactina: incluyen sero- tonina, acetilcolina, opiáceos y estrógenos Prolactina (PRL), secretada por las células tirotro- pas. Hormonas hipotalámicas inhibidoras Somatostatina compuesta por 14 aminoácidos Inhibe liberación de GH Factores inhibidores de la prolactina, incluida dopamina El control principal de la PRL es inhibitorio Las lesiones responsables de la patología hipotalámica son muy diversas, desde neopla- sias, pasando por procesos infiltrativos, a enfermedades vasculares y traumatismos. En la Tabla 1.3 se clasifican estas lesiones. Tabla 1.3. Etiología de los síndromes hipotalámicos. • Anomalías del desarrollo embriológico y tumores * Craneofaringioma Síndromes hipotalámicos 3 * Quiste de Rathke * Quistes epidermoides y dermoides * Tumores germinales * Infundibulomas * Lipomas * Hamartomas * Gangliocitomas * Teratomas * Coristomas * Hemangiomas • Tumores originados en estructuras normales del sistema nervioso central * Meningioma * Glioma * Encondroma * Ependimoma * Sarcoma * Neuroblastoma • Afecciones secundarias * Infiltraciones leucémicas * Cordomas esfenooccipitales * Tumores metastásicos * Tumores hipofisarios • Malformaciones vasculares • Quistes aracnoideos • Lesiones inflamatorias • Lesiones postraumáticas (Sección del tallo hipofisario) • Enfermedades granulomatosas * Sarcoidosis * Histocitosis X del infundíbulo * Neuroinfundibulitis * Hipofisitis linfocitaria * Granuloma de células gigantes En la Tabla 1.4 se expresan la clínica, diagnóstico y tratamiento del síndrome hipotalá- mico. Tabla 1.4. Clínica, diagnóstico y tratamiento del síndrome hipotalámico. • Clínica * Alteraciones funcionales de la adenohipófisis: hipofunción y ocasionalmente hiperfunción hormonal (pseudopubertad precoz). * Disfuncion de la neurohipófisis (diabetes insípida). * Disfuncion hipotalámica; con alteraciones de la conciencia, conducta, sueño, temperatura (hiperpirexia), sed, apetito y disfunción autónomica (taquicardia, enrojecimiento facial). * Cuando se trata de lesiones ocupantes de espacio intracraneal, pueden dar manifestaciones de hipertensión intracraneal y de compresión de estructuras neurológicas próximas,como la vía óptica u otros pares craneales. • Diagnóstico * Morfológico: mediante resonancia magnética nuclear (RMN) que determina la extensión y naturaleza del tumor o la lesión. * Bioquímico: examen de la función hipofisaria, generalmente deficitaria parcial o completa excepto la PRL que puede encontrase elevada por compresión del tallo. Si clínicamente existe poliuria y polidipsia, investigaremos la existencia de una diabetes insípida central. 4 Endocrinología clínica • Tratamiento * De la causa responsable (tumor, lesión inflamatoria) * Del hipopituitarismo * De la diabetes insípida CArACtErÍstiCAs EsPECÍFiCAs dE ALGuNAs PAtoLoGÍAs █ Tumores Craneofaringioma Tumor que procede de restos de la bolsa de Rathke. Tiene dos picos de incidencia, uno mayor en la infancia y adolescencia, y otro en edades medias de la vida. Crece muy lentamente y es comúnmente quístico en parte. Suele tener calcificaciones. Su localización habitual es supraselar. Produce alteraciones neurológicas, fundamentalmente visuales, hipertensión intracraneal e hipopituitarismo entre el 50 y el 75% de los casos y a veces hiperprolactinemia leve. La diabetes insípida es también frecuente. El tratamiento del craneofaringioma es la escisión quirúrgica lo más completa posible, intentando preservar las estructuras circundan- tes. Si no es posible la exéresis, o los restos postquirúrgicos son importantes, se administrará radioterapia, habitualmente estereotáxica fraccionada. Disgerminomas Asientan en la glándula pineal, hipotálamo anterior o suelo del tercer ventrículo. Producen hipopituitarismo, diabetes insípida y problemas visuales habitualmente. De forma ocasional dan un cuadro de pseudopubertad precoz por producción de gonadotropina coriónica. Son tumores muy radiosensibles. Hamartomas Se originan por crecimiento de neuronas hipotalámicas, próximas al tuber cinereum y los cuerpos mamilares. Son procesos frecuentemente asintomáticos que se descubren en las autopsias. Pueden inducir pubertad precoz. Lesiones inflamatorias Sarcoidosis La sarcoidosis es una enfermedad granulomatosa multisistémica de etiología descono- cida. Cuando afecta al sistema nervioso central, el hipotálamo es una de las localizaciones preferidas, al igual que la hipófisis y el tercer ventrículo. En el 35% de los casos existe diabetes insípida, en ocasiones acompañada de síntomas como somnolencia, hipotermia, incremento ponderal, alteraciones en la esfera sexual, hipotiroidismo e hipogonadismo. El tratamiento estándar es la terapia con glucocorticoides a altas dosis. Sin embargo, las lesiones neurológicas responden peor que las que afectan a otros tejidos periféricos. Histiocitosis X Se produce inflamación granulomatosa del hipotálamo causando diabetes insípida, hipo- pituitarismo e hiperprolactinemia. Síndromes hipotalámicos 5 Otros procesos inflamatorios más raros son meningoencefalitis vírica, meningitis tuber- culosa, etc. Enfermedad vascular Los aneurismas de la carótida pueden causar hipopituitarismo y crecer como masas intraselares. También puede producirse afectación hipotalámica secundaria a un infarto vascular, aunque es muy rara. Traumatismos Pueden ocasionar déficit aislado de hormonas hipofisarias, más frecuentemente ACTH o hipopituitarismo, y raramente diabetes insípida. bibLioGrAFÍA █ Braunstein GD. Hypothalamic syndromes. En: DeGroot LJ, Jameson JL (eds.). Endocrinology (5ª ed.), vol 1. Philadelphia, Saunders. Elsevier, 2006, págs. 373-86. Low MJ. Neuroendocrinology. En: Kronenberg HM, Melmed S, Polonsky KS, Larsen PR (eds.) Williams Textbook of Endocrinology (11ª ed). Philadelphia, Saunders-Elsevier, 2008, págs. 85-154. 7 2 Adenomas hipofisarios funcionantes y no funcionantes. Acromegalia. Prolactinoma Tomás Lucas Morante Los tumores benignos originados de las células adenohipofisarias podemos agruparlos según la clasificación de la Tabla 2.1. Tabla 2.1. Clasificación de los adenomas hipofisarios. Por su producción hormonal• : a) Funcionantes: Acromegalia: adenoma somatotropo (hormona de crecimiento, GH) Prolactinoma: adenoma lactotropo (prolactina, PRL) Tirotropinoma: hormona tiroestimulante (TSH) Gonadotropinoma: gonadotropinas o subunidades (FSH, LH o α subunidad) Corticotropinoma: hormona adrenocorticotropa (ACTH). Enfermedad de Cushing b) No funcionantes Por su tamaño:• * Microademomas: diámetro máximo inferior a 1 cm * Macroadenomas: diámetro máximo superior a 1 cm Desde un punto de vista epidemiológico, los tumores hipofisarios comprenden el 15% de los tumores intracraneales Con respecto a la etiopatogenia de los adenomas hipofisarios, se esbozan diversas teorías (Tabla 2.2). Tabla 2.2. Etiopatogenia. Desconocida• Monoclonales: originados a partir de una sola célula• Activación de oncogenes: mutación Gs• α, mutación Ras Inactivación de genes supresores: gen menina• ACroMEGALiA █ La acromegalia es una enfermedad producida por la hipersecreción crónica e inapro- piada de GH, que se inicia después del cierre de los cartílagos de conjunción. Si el cuadro aparece antes, ocasiona gigantismo. Se asocia a aumento de la mortalidad por enfermedades vasculares y respiratorias. La incidencia es de 3-4 nuevos casos por millón de habitantes y año, y la prevalencia de 40 a 70 casos por millón de población. 8 Endocrinología clínica En la Tabla 2.3 se expresan las causas de la acromegalia, de las cuáles la más frecuente son los tumores hipofisarios. Tabla 2.3. Etiología. Exceso de secreción de GH (99%)• a) Tumores hipofisarios * Adenoma productor de GH puro, escasa y densamente granulado (60%)* Adenoma mixto GH-prolactina (25%) * Otros (adenoma mamosomatotropo, plurihormonal, etc.) b) Tumores hipofisarios ectópicos (seno esfenoidal o parafaríngeo) c) Tumores extrahipofisarios (páncreas, ovario, mama y pulmón) Exceso de producción de GHRH (<1%)• a) Tumor hipotalámico: hamartoma, ganglioneuroma, coristoma b) Tumor extrahipotalámico: * Tumor carcinoide * Tumor de islotes pancreáticos * Carcinoma medular de tiroides * Otros: feocromocitoma, carcinoma de células pequeñas de pulmón, adenoma adrenal, carcinoma endometrial y de mama. Excesiva secreción o acción de factores de crecimiento• * Acromegaloidismo (GH e IGF normales) La acromegalia es una enfermedad de comienzo insidioso, con cambios progresivos y lentos, que al inicio, con frecuencia pasan desapercibidos. La edad de comienzo suele ser entre los 30-50 años. Las manifestaciones clínicas dependen de: Hipersecreción de GH• Crecimiento tumoral y compresión de estructuras vecinas.• En las Tablas 2.4 y 2.5 se expresa la repercusión clínica de la acromegalia. Tabla 2.4. Manifestaciones clínicas más frecuentes. Cambios acros/faciales• Oligomenorrea• Híperhidrosis• Cefalea• Parestesias/síndrome tunel carpiano• Disfunción eréctil • Hipertensión arterial• Bocio• Defectos visuales• Tabla 2.5 Afectación de aparatos y órganos en la acromegalia. Alteraciones generales• * Excesivo crecimiento de partes acras • Alteraciones musculo-esqueléticas * Prognatismo * Artralgias * Artropatía Adenomas hipofisarios funcionantes y no funcionantes. Acromegalia. Prolactinoma 9 * Artritis Efectos compresivos del tumor• * Cefalea * Alteraciones visuales (hemianopsia bitemporal) * Infarto hipofisario * Afectación de pares craneales • Alteraciones cutáneas * Facies tosca * Hipersudoración * Acné * Piel grasa * Acrocordones • Alteraciones cardiovasculares y respiratorias * Hipertensión arterial * Cardiomegalia * Disnea * Macroglosia * Síndrome de apnea del sueño • Alteraciones digestivas * Pólipos de colon * Visceromegalia • Alteraciones psicosexuales * Disminución de la libido * Alteraciones menstruales * Disfunción eréctil * Depresión/disminución de la vitalidad • Posible asociación a MEN-1 En la Tabla 2.6 se desarrollan los diferentes estadios en el diagnóstico de la acromegalia. Tabla 2.6. Diagnóstico. 1. Clínico * De presunción ante un fenootipo característico. Es útil la comparación con fotografías retrospectivas. 2. Hormonal * Demostración de una excesiva producción de GH y/o alteraciones en la dinámica de su secreción. a) IGF-1 (insulin growth factor) sérica. Método habitual: IRMA con extracción previa. * Valores normales (µg/L): — 19-39 años: 118-450. — 40-54 años: 80-340. — más de 55 años: 60-260. * Necesidad de tener valores normales propios en cada laboratorio. * La IGF-1 esta aumentada en sujetos normales durante la pubertad y el embarazo. * En la acromegalía aparecen cifras elevadas, siendo el parámetro de cribaje más útil. b) Frenación de GH sérica después de 75 g de glucosa. Es la prueba de elección. * Normal: supresión de GH < 1ng/mL (0,4 según otros autores). * Acromegalia: — No frenación de GH (o frenación incompleta): 85-90%. — Elevación paradójica: 10-15 %. c) GH sérica basal. Tiene poco valor diagnóstico, puesto que no discrimina entre sujetos nor- males y acromegálicos. Unas concentraciones inferiores a 0,4 ng/mL, excluyen acromegalia siempre que la IGF-1 también sea normal. 10 Endocrinología clínica d) Secreción integrada de GH sérica durante 24 h. Extracción continua o cada 10 minutos. Distingue claramente entre sujetos normales y acromegálicos. Requiere tiempo y es cara. Concentraciones inferiores a 2,5 ng/mL excluyen acromegalia e) Determinación de GHRH sérica. Únicamente se determinará si se sospecha que la acrome- galia es causada por tumor ectópico productor de GH-RH. Valor normal<75 pg/mL. 3. Estudio del resto de la función hipofisaria * Prolactina sérica. 20% de los tumores de acromegalia cosegregan PRL. Realizar al menos dos determinaciones basales. * Resto de la función hipofisaria. Habitual determinación en suero de hormonas basales [ACTH, cortisol, TSH, T4L, FSH, LH, testosterona (varones) o 17-beta-estradiol (mujeres)]. Opcionalmente se practicará triple estimulo : hipoglucemia/LH-RH/TRH (megatest). 4. Localización y extensión * Resonancia magnética nuclear (RMN). Permite la caracterización del tumor: tamaño, exten- sión y relación con estructuras vecinas. * Campimetría. Objetiva la afectación del quiasma (solo indicada en macroadenomas con extensión supraselar). * Gammagrafía con In-111 DTPA octreótida. Solamente está indicada si existe sospecha de tumor de GH-RH ectópico. * Tomografía computarizada (TC) toracoabdominal, estudio radiográfico de aparato digestivo y endoscopia digestiva. Si se sospecha tumor ectópico productor de GH-RH. 5. Otras exploraciones Valorando su indicación en cada paciente: * Hemograma, bioquímica general (incluyendo calcemia y fosforemia, fosfatasa alcalina y calciuria). * ECG y Ecocardiografía. * Radiologia: Rx cráneo, tórax, manos y pies (partas blandas) y columna. * Colonoscopia. * Oximetría: si clínica sugestiva de apnea-sueño. La mortalidad en la acromegalia no tratada o parcialmente tratada, duplica o triplica la esperada para los sujetos normales sanos de la misma edad. En las Tablas 2.7 y 2.8 se hace referencia al tratamiento de la acromegalia. Tabla 2.7. Objetivos del tratamiento. • Erradicar el tumor y prevenir o revertir el síndrome compresivo. • Normalización de la secreción de GH e IGF-1 (con algún tipo de tratamiento solo de IGF1). • Preservar el resto de la función hipofisaria. • Revertir las deformidades físicas y las alteraciones sistémicas y metabólicas. Tabla 2.8. Modalidades del tratamiento. 1. Cirugía: • Por vía transesfenoidal. • Tratamiento primario de elección salvo contraindicado o rechazado. 2. Radioterapía: • Radioterapia estereotáxica fraccionada (RTEF). Restos postquirúrgicos importantes inextirpables cuyo crecimiento no controla el tratamiento médico. Dosis: 4.500-5.000 cGy en 5-6 semanas. • Radiocirugía (gamma-knife o acelerador). Restos postquirúrgicos pequeños, alejados de la vía óptica y no controlables con tratamiento médico. • Acelerador de protones o de partículas alfa. Disponible en muy pocos centros. • Radioterapia convencional. Debe ser abandonada. Adenomas hipofisarios funcionantes y no funcionantes. Acromegalia. Prolactinoma 11 3. Farmacológico: a) Indicaciones. En general tratamiento coadyuvante: • Fracaso de la cirugía o en espera de la acción de la radioterapia. • Puede intentarse como tratamiento primario en: — Contraindicación o rechazo de la cirugía. — Pacientes de edad avanzada con tumor pequeño y cuadro clínico-bioquímico leve. b) Tipos de fármacos. • Agonistas dopaminérgicos. Solo indicado probar en casos con GH e IGF-1 séricos muy poco elevados, sobre todo si presentan concomitantemente hiperprolactinemia. Fár- maco de elección: cabergolina. • Análogos de la somatostatina — Indicaciones. Indicados en fracaso con otras terapias y como tratamiento primario en las situacio- nes arriba indicadas. El tratamiento con análogos de la somatostatina es también efectivo en la acromegalia causada por tumores con secreción ectópica de GHRH. Es dudosa su indicación como tratamiento preoperatorio (mejora el estado general preanestésico sin que existan datos que indique mejoría de los resultados de la cirugía transesfenoidal subsiguiente). — Preparados disponibles: * Octreotida subcutánea: (Sandostatin)). Administración subcutánea cada 6 u 8 horas. Dosis 300 a 1.500 µg/día (hoy no utilizada como tratamiento crónico). * Octreotida LAR (microesferas): (Sandostatin LAR) . Dosis: 10, 20 y 30 mg intra- muscular profunda. Administración cada 28 días. * Lanreotida (microesferas): (Somatulina)). Dosis: 30 mg. Administración intra-Dosis: 30 mg. Administración intra- muscular profunda cada10-14 días. * Lanreotida gel: (Somatulina autogel). Dosis: 60, 90 y 120 mg. Administración subcutánea profunda en región glútea cada 28 -56 días. — Efectividad. Estos fármacos consiguen descensos de las concentraciones séricas de GH a cifras inferiores a 2,5 ng/mL en el 40-50% de los pacientes y normalizan las concen- traciones séricas de IGF-I en alrededor del 40%. También inducen una reducción moderada del tamaño del tumor en algo menos de la mitad de los pacientes. — Efectos indeseables. Dolor abdominal, distensión, flatulencia y náuseas, suelen acontecer solo con las primeras inyecciones. La formación de cálculos biliares, en general asintomáticos, o el crecimiento de los preexistentes es un hecho relativamente común (20-30% de los pacientes tratados). • Bloqueantes del receptor de GH. El pegvisomant (Somavert) es actualmente el único bloqueante del receptor de GH. Se administra en inyección subcutánea en dosis de 10, 15 o 20 mg/día (dosis máxima 40 mg/día). Los estudios preliminares muestran una normalización de IGF-1 sérica en más del 90% de los pacientes. La GH no sirve de parámetro de control. No tiene ningún efecto sobre el tamaño del tumor. Los criterios de curación o control de la acromegalia figuran en la Tabla 2.9. Tabla 2.9. Criterios de curación/control. • GH basal media inferior a 2,5 ng/mL (datos con determinación por RIA no validados con otros métodos: inmunoradiométricos o inmunoquimioluminiscencia) • GH tras sobrecarga oral de glucosa inferior a 1 ng/mL • IGF-1 normal, ajustado a edad y sexo • Ausencia de tumor en RMN (no exigible para control) 12 Endocrinología clínica ProLACtiNoMA █ Se trata de un tumor adenohipofisario productor de prolactina. Es el más común de todos (10% de todos los estudios necrópsicos tienen microprolactinomas). En vida, los microprolactinomas, habitualmente en mujeres, son más frecuentes que los macroprolac- tinomas. La hiperprolactinemia no tumoral es mucho más frecuente que el prolactinoma, y la causa mas frecuente es la secundarias a ingesta de fármacos. La Tabla 2.10 muestra las causas de hiperprolactinemia. Tabla 2.10. Etiología de la hiperprolactinemia. • Fisiológica * Embarazo/Lactancia * Estrés/Sueño/Ejercicio • Neurogénica * Lesiones pared torácica * Lesiones medulares * Estimulación mamaria • Hipofisaria * Prolactinoma * Acromegalia/adenoma no secretor * Silla turca vacía * Hipofisitis linfocítica * Enfermedad de Cushing • Hipotalámica * Craneofaringioma/meningioma * Disgerminoma/otros tumores hipotalámicos * Sarcoidosis/histiocitosis * Irradiación/alteración vascular * Sección tallo hipofisario • Enfermedades sistémicas * Insuficiencia renal/cirrosis * Hipotiroidismo/Addison * Ovario poliquístico/epilepsia • Drogas • Idiopática • Macroprolactinemia Los fármacos que pueden inducir hiperprolactinemia son muy numerosos y se muestran en la Tabla 2.11. Tabla 2.11. Fármacos que inducen hiperprolactinemia. • Bloqueantes del receptor de dopamina * Fenotiacinas: clorpromacina, promacina, trifluoperacina, fluperacina, butaperacina, perfe- nacina, trietilperacina, tioridacina, haloperidol, pimocide, tiotixene y molindone * Butirofenonas: haloperidol * Tioxantinas/metoclopramida • Opiáceos y antagonistas opiáceos * Heroína, metadona, apomorfina y morfina • Antidepresivos * Tricíclicos: clorimipramina, aminotriptilina • Inhibidores recaptación serotonina: fluoxetina Adenomas hipofisarios funcionantes y no funcionantes. Acromegalia. Prolactinoma 13 • Inhibidores de la síntesis de dopamina:α-metil dopa • Depletores de catecolaminas: reserpina • Agonistas colinérgicos: piridostigmina • Antihipertensivos: labetolol, reserpina, verapamilo • Bloqueantes receptores H-2 de la histamina: cimetidina, ranitidina • Anticonvulsivantes: fenitoina • Inhibidores de la proteasas • Estrógenos/ anticonceptivos/ retirada anticonceptivos En la Tabla 2.12 se expresa la posible relación entre grado de intensidad de la hiperpro- lactinemia y su etiología Tabla 2.12. Intensidad de la hiperprolactinemia. • En general la hiperprolactinemia inducida por drogas es modesta, sobrepasando raramente concentraciones de 100 ng/ml. • Las enfermedades hipofisarias e hipotalámicas son frecuente causa de hiperprolactinemia a través de interferencia con los mecanismos de control de la secreción de prolactina (pérdida de inhibición tónica de la secreción de prolactina por la dopamina). La hiperprolactinemia originada por este mecanismo raramente supera la cifra de 150 ng/ml. • El prolactinoma (micro o macro) cursa con concentraciones de prolactina mucho más elevadas, y en general, proporcionales a la masa tumoral. • La macroprolactinemia refleja el predominio de secreción de formas de prolactina de ele- vado peso molecular, normalmente liberadas en mínima cantidad. Estas moléculas tienen una actividad biológica sumamente reducida, detectándose importantes hiperprolactinemias sin sintomatología clínica asociada (alteración de la función sexual, galactorrea, etc.). • Cuando no se encuentra una causa específica de la hiperprolactinemia, hablamos de hiperpro- lactinemia idiopática. Los prolactinomas son mucho más comunes en las mujeres, y en el 95% de los casos son microadenomas. La clínica típica en las mujeres es la asociación de amenorrea, galactorrea e infertilidad. En los hombres usualmente el motivo de consulta es la presencia de síntomas compresivos, fundamentalmente pérdida visual, déficits neurológicos o cefalea; aunque también la disminución de libido, la disfunción eréctil, la infertilidad y la oligoespermia pueden ser el motivo de consulta. En la Tabla 2.13 se hace referencia al diagnóstico de las hiperprolactinemias. Tabla 2.13. Diagnóstico de la hiperprolactinemia. • La prolactina se secreta episódicamente, por lo tanto alguna de las determinaciones que se realizan a lo largo del día pueden quedar dentro de los límites superiores a la normalidad, establecidos por el laboratorio. Por este motivo el hallazgo de concentraciones discretamente elevadas de prolactina debe ser confirmado con la toma de varias muestras. • Una historia cuidadosa y una exploración física detenida, junto con la bioquímica general, los tests de función tiroidea y una prueba de embarazo puede excluir virtualmente todas las causas de hiperprolactinemia, excepto las enfermedades hipotálamo-hipofisarias. • Las determinaciones de prolactina basal, aunque con superposiciones, son orientativas de la causa de la hiperprolactinemia; lo habitual es que en la hiperprolactinemia no tumoral las concentra- ciones de prolactina sean inferiores a 100 ng/ml, los microprolactinomas se encuentren entre 100 y 300 ng/ml y cifras superiores a 400-500 ng/ml son habituales en los macroprolactinomas. • Los tests de estimulación y supresión (TRH, hipoglucemia insulínica, clorpromacina, L-dopa, nomi- fensina y domperidona), realizados desde antiguo en un intento de distinguir la hiperprolactine- 14 Endocrinología clínica mia funcional (que responderían) de la tumoral (en la que no inducirían cambios), dan resultados inespecíficos y se deben abandonar en el diagnóstico diferencial de la hiperprolactinemia. • Cuando no existe causa evidente de la hiperprolactinemia después de los anteriores estudios, debe hacerse una evaluación radiológica hipotálamo-hipofisaria, aún con concentraciones de prolactina solo mínimamente elevadas. En este sentido, la mejor exploración es la resonancia magnética nuclear (RMN) basal y tras la administración de gadolinio. • Cuando no se encuentra una causa evidente de la hiperprolactinemia, y la RMN hipotálamo- hipofisaria es negativa, se etiqueta de hiperprolactinemia idiopática. • El estudio campimétrico solo está indicado cuando existen síntomas de compresión quiasmática o en la RMN se comprueba que el tumor contacta con la vía óptica. El tratamiento de la hiperprolactinemia se resume en la Tabla 2.14. Tabla 2.14. Tratamiento de la hiperprolactinemia.• Los objetivos terapéuticos son normalizar la secreción de prolactina, mejorar la función gonadal, restaurar la fertilidad y controlar el tamaño del tumor. • El tratamiento de elección son hoy en día los agonistas dopaminérgicos, independientemente del tamaño del tumor. Se dispone de bromocriptina, cabergolina, quinagolida y lisuride, existiendo mucha más experiencia con los dos primeros. La caída de la prolactina con cualquier agonista dopaminérgico es rápida y la reducción del tamaño del tumor es evidente dentro de las primeras semanas. Los efectos secundarios son fundamentalmente molestias gastrointestinales e hipoten- sión ortostática que pueden aminorarse o evitarse iniciando la medicación muy paulatinamente y tomándola tras la comida o, en el caso de la cabergolina, al acostarse. • La bromocriptina es el fármaco con el que se tiene mayor experiencia en el tratamiento durante el embarazo y por tanto debe ser preferentemente empleada en esta situación; solo en caso de intolerancia o ineficacia se puede utilizar la cabergolina. Es ideal que cuando el tratamiento se lleva a cabo para inducir fertilidad, se tomen medidas anticonceptivas mecánicas hasta tener dos o tres menstruaciones regulares, en esta situación y ya conociendo el patrón menstrual, puede intentarse el embarazo. Ante días de retraso en la menstruación, debe realizarse un test de embarazo, y si se confirma suspender la medicación en los microprolactinomas. En caso de macroprolactinomas el tratamiento durante el embarazo debe ser individualizado. No es necesario el estudio sistemático seriado de campimetría durante la gestación en el microprolactinoma y sí cada tres meses en el macroprolactinoma; debiendo realizarse RMN si aparecen síntomas. • La observación puede ser el único tratamiento en algunos casos, (microprolactinomas en muje- res postmenopáusicas), ya que se conoce que la tendencia a la progresión de los microadeno- mas es muy baja • La cirugía transesfenoidal debe reservarse para los casos en los que exista intolerancia o inefi- cacia de los agonistas dopaminérgicos, y en algunos microadenomas individualizadamente. La tasa de recidiva de la hiperprolactinemia tras la cirugía transesfenoidal es elevada. • La irradiación hipofisaria es muy poco efectiva en el control de la hiperprolactinemia y solo está indicada en tumores muy invasores que no se reducen tras el tratamiento médico. • En la hiperprolactinemia no tumoral, el tratamiento será etiológico, revirtiendo si es posible la causa que la origine. • En cuanto a la hiperprolactinemia inducida por drogas, se valorará cada caso individualmente, pudiéndose desde suspender el fármaco inductor —cuando sea posible— a utilizar agonistas dopaminérgicos, pasando por la administración de estrógenos-progesterona, o bien solamente conducta expectante. AdENoMA ProduCtor dE tsH (tirotroPiNoMA) █ Se trata de un tumor hipofisario secretor de TSH, sus subunidades o ambas, que en la mayoría de casos se asocia a hipertiroidismo con TSH normal o elevada. Excepcionalmente Adenomas hipofisarios funcionantes y no funcionantes. Acromegalia. Prolactinoma 15 cosegrega GH o PRL. Muy raro (1% de los tumores hipofisarios). Afecta por igual a ambos sexos. La mayoría son macroadenomas. En la Tabla 2.15 se resumen la clínica, diagnóstico y tratamiento de los tirotropinomas. Tabla 2.15. Clínica, diagnóstico y tratamiento de los tumores productores de TSH. • Clínica * Síntomas de hipertiroidismo moderado o leve * Síntomas del efecto masa del tumor, defecto en los campos visuales y cefaleas. * Cuando producen otras hormonas manifiestan asociadamente el cuadro correspondiente de hipersecreción de GH o PRL. • Diagnóstico * Niveles de TSH (normal o elevada) inapropiados para los niveles elevados de hormonas tiroi- deas (T4 y T3). Aproximadamente una tercera parte tienen niveles de TSH normales. * Hormonas tiroideas libres elevadas. * Subunidad α elevada con relación molar subunidad α/TSH superior a 1. * Ausencia de respuesta de TSH al test de TRH * Anticuerpos antitiroideos negativos. * RMN: macroadenoma, a veces invasor; raramente microadenoma. • Diagnóstico diferencial * Con la resistencia a las hormonas tiroideas (subunidad α baja y respuesta positiva a TRH). • Tratamiento * Cirugía transesfenoidal: cura aproximadamente a un tercio de los pacientes y mejora a otro tercio. * Análogos de la somatostatina: efectivos tanto en el control de la secreción de TSH (70%), como en la reducción del tumor (40%). Útiles también en la preparación quirúrgica. * Antitiroideos: aumentan la TSH y deben ser evitados. AdENoMA HiPoFisArio CLÍNiCAMENtE No FuNCioNANtE Y █ GoNAdotroPo Son los adenomas que no se asocian a un síndrome clínico de hiperproducción hormonal anterohipofisaria. Suelen ser macroadenomas y constituyen el 25-30% de todo los tumores hipofisarios. Tienen igual distribución en ambos sexos, afectando generalmente a personas mayores de 50 años. Los adenomas hipofisarios no funcionantes comprenden una amplia variedad de lesiones morfológicas con positividad inmunohistoquímica para diversas hormonas (Tabla 2.16). Su conducta es variable, desde un crecimiento lento a invasividad de estructuras vecinas. Tabla 2.16. Anatomía patológica. • Glicoproteínas, más habitualmente gonadotropinas como FSH, LH, α o β subunidades y TSH. • ACTH (corticotropinoma silente) • También la inmunohistoquímica puede ser negativa, como los tumores null cell o los oncoci- tomas, caracterizados por contener múltiples mitocondrias en la microscopia electrónica. Desde un punto de vista clínico, presentan las sigientes manifestaciones (Tabla 2.17). Tabla 2.17. Clínica. • Efecto masa * Defectos visuales, hemiapnosia o cuadrantanopsia uni o bitemporal. * Cefalea. 16 Endocrinología clínica * Oftalmoplejia (III, IV o VI pares craneales). * Atrofia óptica, rara, por compresión prolongada del nervio óptico. • Hipopituitarismo • Incidentaloma: detección de un adenoma no funcionante en una exploración relizada por otro motivo. En las Tablas 2.18 y 2.19 se resumen el diagnóstico y la terapéutica. Tabla 2.18. Diagnóstico. • RMN: macroadenoma con o sin extensión supraselar, o invasión de senos cavernosos y esfenoidal. • Campimetria: anormal entre la mitad y dos tercios de los casos. • Determinación de PRL: normal o solo ligeramente elevada (menos de 100 ng/ml) por lesión de tallo hipofisario. • Estudio global de la función hipofisaria: algún déficit en la mitad de los pacientes. Tabla 2.19. Tratamiento. • Cirugía transesfenoidal. Es el tratamiento primario de elección. Raras veces ante tumores con crecimientos extensos o laterales hay que recurrir a la vía transcraneal. En la mayoría de pacientes mejora o se normaliza el déficit visual, y un pequeño porcentaje puede recuperar parte de la función hipofisaria. Tras la cirugía se requiere vigilancia con RMN para detectar nuevo crecimiento, ya que no existe un marcador bioquímico tumoral. • Radioterapia. Indicada cuando la cirugía está contraindicada o tras la cirugía ante importantes restos no extirpables. • Tratamiento médico. Poca o nula efectividad. Se han descrito casos aislados de reducción tumoral con agonistas dopaminérgicos y con análogos de la somatostatina. • Se requiere tratamiento hormonal sustitutivo de los déficits hipofisarios, si existen. iNCidENtALoMA HiPoFisArio █ Se define como tal la presencia de una lesión hipofisaria, descubierta al obtener imágenes de la región selar por cualquier otra causa. Dado el aumento de las exploraciones de imagen craneales por problemas muy diversos, estos hallazgos son cada vez son más frecuentes, planteando un problema diagnóstico y terapeútico. En la Tabla 2.20 se esquematizan las principales características de los incidentalomas hipofisarios. Tabla 2.20. Características de los incidentalomas hipofisarios. • Epidemiología * En autopsia, el 10-20% de las glándulas hipofisarias examinadas muestran un microade-noma y la mitad de estos son inmunohistoquímicamente positivos para PRL. Por técnicas de imagen (RMN) se descubre un microadenoma hipofisario en 10% de los voluntarios sanos. Es raro, sin embargo, descubrir un macroadenoma, y cuando sucede, retrospectivamente es posible hallar alguna clínica relacionada con el mismo. • Historia natural * Los microadenomas muy raramente progresan, menos del 5%, mientras que es frecuente detectar progresión en los macroadenomas. • Clínica * Ninguna por definición. Se debe interrogar sobre síntomas sutiles de hipersecreción o por mínimos cambios morfológicos. Adenomas hipofisarios funcionantes y no funcionantes. Acromegalia. Prolactinoma 17 • Estudios a realizar * Excluir hipersecreción hormonal. * Detectar hipotiroidismo. * Determinar PRL y resto de hormonas hipofisarias y periféricas (no existe acuerdo sobre su necesidad en las microadenomas). • Tratamiento * Masas extraselares: exéresis. * Masas intraselares mayores de 1 cm: repetir RMN a los 6 meses, 1, 2 y 5 años y operar si crece. * Masas intraselares menores de 1 cm: repetir RMN a los 1, 2 y 5 años. siLLA turCA VACÍA █ La silla turca vacía se define como una silla turca, independiente del tamaño, que está parcial (más de un tercio) o completamente llena de líquido cefalorraquídeo (LCR). En la Tabla 2.21 se muestran los rasgos principales. Tabla 2.21. Características de la silla turca vacía. • Puede ser secundaria a la irradiación o resección quirúrgica del contenido selar. Existen formas idiopáticas o primarias, cuyo mecanismo no está totalmente dilucidado. Se encuentra en el 6% de las autopsias. Es más común en las mujeres y aumenta su frecuencia con la edad. En las imágenes de RMN se identifica fácilmente la extensión del LCR en el interior de la silla. Los restos de la glándula están comprimidos en el suelo. • La mayoría de personas con silla turca vacía están asintomáticas, aunque un 10% presentan cefalea inespecífica. Pueden ocurrir alteraciones campimétricas visuales por la herniación en la misma del quiasma óptico, principalmente cuando ésta ocurre después de la cirugía o en el transcurso evolutivo de una masa intraselar. • No suelen existir déficit hormonales en las idiopáticas. bibLioGrAFÍA █ Melmed S. Evaluation of pituitary masses. En: DeGroot LJ, Jameson JL (ed.). Endocrinology (5ª ed.), vol 1. Philadelphia, Saunders. Elsevier, 2006, págs. 387-96. Melmed S, Kleinberg D. Anterior pituitary. En: Kronenberg HM, Melmed S, Polonsky KS, Larsen PR (ed.). Williams Textbook of Endocrinology (11ª ed.). Philadelphia, Saunders-Elsevier, 2008, págs. 155-262. 19 3 Hipopituitarismo Tomás Lucas Morante El hipopituitarismo es el cuadro clínico originado por déficit parcial o completo de la función hipofisaria. Las manifestaciones clínicas dependen de la extensión del déficit y del tipo de hormona u hormonas que se afectan, así como de la velocidad de instauración del cuadro. Para que aparezcan las manifestaciones clínicas, es necesario que haya una destrucción superior al 75% de la glándula hipofisaria. Si la lesión afecta solo a alguna o algunas de las hormonas hipofisarias, se habla de hipopituitarismo parcial; hablándose de panhipopituita- rismo cuando todas ellas están involucradas. Las causas de hipopituitarismo son las expuestas en la Tabla 3.1. Tabla 3.1. Etiología. Tumores hipofisarios.• Tumores parahipofisarios: craneofaringioma, meningioma, metástasis de cancer de mama o de • pulmón, cordomas, gliomas. Iatrógeno: cirugía y radioterapia de lesiones hipofisarias o de sus proximidades.• Infarto pituitario: síndrome de Sheehan.• Infiltración de la glándula hipofisaria: sarcoidosis, hipofisitis linfocítica, hemocromatosis, his-• tiocitosis X… Silla turca vacía• Infección: tuberculosis, abcesos pituitarios.• Traumatismos• Déficits aislados de hormonas liberadoras hipotalámicas: síndrome de Kallman, etc.• El cuadro clínico del hipopituitarismo depende del número de hormonas implicadas en el déficit y de la edad del paciente. En los niños es más evidente el déficit de crecimiento, y en los adultos los síntomas de hipogonadismo. Cuando el cuadro está totalmente establecido se producen síntomas dependientes del déficit de cada uno de los ejes. El defecto de secreción de hormona de crecimiento (GH) provoca un importante retraso del crecimiento en la edad infantil. En el adulto se asocia a una disminución de la sensación de bienestar y a un peor estado de salud y calidad de vida, así como a alteraciones en la composición corporal (disminución de masa magra y agua total del organismo, y aumento de la masa grasa.). 20 Endocrinología clínica El hipogonadismo se manifiesta por amenorrea en la mujer. En el hombre ocasiona disminución de libido y potencia sexual, y a más largo plazo de los caracteres sexuales secundarios . El déficit de TSH (hormona tirotropa) causa un síndrome clínico de hipotiroidismo, carac- terizado por intolerancia al frío, sequedad de piel, somnolencia, bradicardia, estreñimiento, voz ronca y anemia, si bien de una severidad menor que cuando se trata de hipotiroidismo primario. Es clásico la ausencia de bocio. El déficit de ACTH (hormona adrenocorticotropa) origina una insuficiencia corticoadre- nal, con características clínicas semejantes a las del fallo adrenal primario: debilidad, náu- seas, vómitos, anorexia, pérdida de peso, fiebre e hipotensión. Ya que la zona glomerulosa está preservada y el sistema renina angiotensina intacto, la deshidratación y la depleción de sodio (habitualmente vistas en la enfermedad de Addison) están aquí ausentes. A pesar de todo, los pacientes pueden desarrollar una crisis addisoniana clásica. La instauración del hipopituitarismo puede ser muy lenta y progresiva, por lo que frecuen- temente pasa desapercibido y solo se evidencia en un periodo de estrés o infección intercu- rrente. La hipoglucemia puede agravarse por el déficit concomitante de GH y ACTH. En el síndrome de Sheehan o infarto hipofisario posparto, el cuadro característico es el de un alumbramiento complicado con hemorragia e hipotensión o shock, que se resuelve con tratamiento médico. Tras el parto no se produce lactación debido al déficit secretor de prolactina, no reaparece la regla, o si ésta se produce, vuelve a desaparecer al cabo de unos meses (déficit de LH y FSH), para ulteriormente producirse involución mamaria. No obs- tante, muchas mujeres maduras no buscan asistencia médica ante la incapacidad de lactar o ante la persistencia de amenorrea posgestacional. A este cuadro se añaden hipotiroidismo y déficit suprarenal secudario En la Tabla 3.2 se resumen los síntomas clínicos del hipopi- tuitarismo en el adulto. Tabla 3.2. Clínica. Hormona deficitaria Rasgos clínicos GH (hormona de creci- miento Reducida capacidad para el ejercicio, reducción de masa magra, empeora- miento del bienestar psicológico e incremento del riesgo cardiovascular LH/FSH (hormonas gona- dotropas) Ciclos anovulatorios y oligo-amenorrea en la mujer. Disfunción eréctil y atrofia testicular en el hombre. En ambos sexos, libido reducida, inferti- lidad y pérdida de los caracteres sexuales secundarios, lo que requiere muchos años ACTH (hormona adrenocor- ticotropa) Como en la enfermedad de Addison, excepto la falta de hiperpigmentación y ausencia de hipercaliemia TSH (hormona tirotropa) Como en el hipotiroidismo primario PRL (prolactina) Fallo de la lactación ADH (hormona antidiu- rética) Poliuria y polidipsia El diagnóstico del hipopituitarismo quedará centrado en los siguientes aspectos (Tabla 3.3). Hipopituitarismo 21 Tabla 3.3. Diagnóstico. • Exploración física Los pacientes tienen normo o discreto sobrepeso, su piel es fina, pálida y lisa con arrugas finas en la cara. El vello pubiano es escaso o está ausente y hay atrofia genital. En los casos más severos puede haber hipotensión postural, bradicardia, disminución de fuerza muscular y enlentecimiento de los reflejos osteotendinosos. Lasalteraciones neurooftalmológicas dependen de la causa subyacente (existencia de un tumor intraselar o una lesión paraselar). • Analítica general Suele hallarse discreta anemia, tendencia a la hipoglucemia e hiponatremia (relacionadas con el hipotiroidismo y el hipocortisolismo). • Estudios hormonales: a) Determinaciones basales. Las concentraciones basales de las hormonas hipofisarias, así como las de las glándulas periféricas dependientes de las mismas están bajas. Se valorarán niveles de: * LH y FSH, testosterona en el varón y estradiol en la mujer. * T4 libre y TSH. * Cortisol y ACTH por la mañana. * Prolactina. * IGF-1 (aunque es normal en 25 a 50% de los pacientes con déficit de GH demos- trado). b) Test dinamicos: Habitualmente no es necesario realizar tests dinámicos. En caso de necesidad se puede realizar con las debidas precauciones un test múltiple de estimulación hipotálamo hipofi- sario, que incluye hipoglucemia inducida por insulina para medir GH y cortisol, respuesta de prolactina y TSH al TRH y respuesta de gonadotropinas al LH-RH. En los pacientes que presentan síndrome poliuria-polidipsia es necesario evaluar la función de la hipófisis posterior. Antes de realizar pruebas en este sentido, es necesario sustituir o reemplazar la función corticotropa, si es deficiente, ya que el déficit de ACTH conduce a una reducida capacidad para excretar la sobrecarga de agua y puede enmascarar una diabetes insípida. Generalmente, para diagnosticar el déficit de ADH suele ser suficiente con estudio de osmolaridades plasmáticas y urinarias basales, aunque en algunos casos hay que recurrir al test de deshidratación. • Diagnóstico etiológico * Debe realizarse una resonancia magnética nuclear (RMN) con contraste de la región hipo- tálamo-hipofisaria. El hipopituitarismo se trata habitualmente reemplazando las hormonas de las glándulas periféricas; solo excepcionalmente utilizamos las hormonas trópicas hipofisarias o hipota- lámicas. Una excepción es la sustitución de la hormona de crecimiento que ha de hacerse con la propia hormona. (Tabla 3.4). Tabla 3.4. Tratamiento. DÉFICIT DOSIS Adrenal Hidrocortisona: 10 mg desayuno y 5 mg comida y cena, o bien 20 mg desayuno y 10 mg cena. Dosis total de reemplazamiento: 15-30 mg/día. Prednisona: 4 mg desayuno y 2 mg cena. Dosis total: 5-7,5 mg/día. Tiroides Tiroxina: 100 a 150 µg/día. GH GH : 0,2-0,6 mg/día (0,4-1,5 unidades/día). 22 Endocrinología clínica Gonadal *Hombre - Sustitución hormonal: Testosterona - Espermatogénesis: LH-RH/gonadotropina coriónica+FSH (recombinante) * Mujer - Sustitución hormonal: Estrógenos/Progesterona - Inducción ovulación: Clomifeno/LH-RH/gonadotropina coriónica + FSH (recom- binante) En cuanto al tratamiento de la función tiroidea en el hipotiroidismo secundario, su moni- torización se basará en la determinación de la concentración sérica de T4 libre, no siendo adecuada para este fin la valoración de TSH. En las Tablas 3.5, 3.6 y 3.7 se especifican los preparados de estrógenos, gestágenos y testosterona empleados como tratamiento sustitutivo. Tabla 3.5. Preparados de estrógenos. PREPARADO DOSIS Estrógenos conjugados equinos 0,625-1,25 mg/día Estradiol valerianato 2 mg/día Estradiol parches transdérmicos 100 µg/dos veces a la semana Estradiol gel 1-1,5 mg/día Tabla 3.6. Preparados de gestágenos. PREPARADO DOSIS Medroxiprogesterona acetato 10 mg/día durante 10-12 días Dehidrogesterona 10 mg/día durante 10-12 días Norgestrel 150 µg/día 10-12 días Noretisterona 0,7-1 mg/día durante 10 días Tabla 3.7. Preparados de testosterona. PREPARACION DOSIS Esteres de testosterona im: enantato (Testoviron Depot ) o cipionato (Testex Elmu Prolongatum im ) 250 mg/cada 3 semanas. Monitorizar la testosterona el día previo o el mismo día que se pone la inyección Parches transdérmicos (Androderm de 2,5 y de 5 mg ) 2,5 a 7,5 mg/día Crema transdérmica (Testogel. ) 50 mg/día bibLioGrAFÍA █ Jöstel A, Lissett CA, Shalet SM. Hypopituitarism. En: DeGroot LJ, Jameson JL (eds.). Endocrinology (5ª ed.), vol 1. Philadelphia, Saunders-Elsevier, 2006, págs. 397-410. Melmed S, Kleinberg D. Anterior pituitary. En: Kronenberg HM, Melmed S, Polonsky KS, Larsen PR (eds.). Williams Textbook of Endocrinology (11ª ed.). Philadelphia, Saunders-Elsevier, 2008, págs. 155-262. 23 4 Diabetes insípida y síndrome de secreción inadecuada de ADH (SIADH) Javier Estrada García FisioLoGÍA dE LA HorMoNA ANtidiurÉtiCA (AdH) █ Los cuerpos celulares de las neuronas cuyos axones forman la neurohipófisis se localizan en dos núcleos hipotalámicos bilaterales, el supraóptico y el paraventricular, cuyos axones convergen en un único tracto supraóptico-hipofisario que desciende por el tallo hasta la neurohipófisis. La ADH se sintetiza a partir de una molécula precursora que es introducida en los grá- nulos neurosecretores y posteriormente dividida en ADH, neurofisina y un glucopéptido terminal. Estos gránulos son transportados a través de los axones hasta la neurohipófisis, almacenándose en las terminales sinápticas. Cuando la secreción es estimulada, el contenido del gránulo secretor se libera a la circulación general por un mecanismo de exocitosis. La ADH es un péptido de 9 aminoácidos cuya acción fundamental es disminuir el acla- ramiento de agua libre. A través de los receptores V2, estimula la síntesis de aquaporina-2 incrementando el paso del agua desde la luz del túbulo colector renal al intersticio medular. A concentraciones plasmáticas más altas, como las que se observan en respuesta a la hipo- tensión, tiene además un efecto vasoconstrictor mediado por los receptores V1. Los sistemas fundamentales de regulación de la secreción de ADH son los osmorrecepto- res y los receptores de volumen. Los osmorreceptores son neuronas situadas en el hipotálamo en estrecho contacto con las células productoras de ADH. Son muy sensibles a los cambios en la osmolaridad plasmática, de manera que un incremento de ésta en un 1% origina un aumento medible en la liberación de ADH. En condiciones normales el nivel sérico de ADH oscila entre 1 y 6 pg/ml. Comienza a incrementarse a partir de una osmolaridad plasmática de 280 mOs/kg y continúa aumentando linealmente hasta niveles de 300 mOs/kg. Los recep- tores de volumen están situados en el seno carotídeo y arco aórtico (barorreceptores de alta presión), así como en la aurícula izquierda y el pulmón (barorreceptores de baja presión). Las aferencias originadas en ellos llegan a los núcleos supraóptico y paraventricular a través de los nervios craneales IX y X, después de realizar múltiples sinapsis en el tronco cerebral y el hipotálamo. Los impulsos de este sistema son inhibitorios, de manera que una caída de la presión a nivel de los receptores disminuye el grado de inhibición e incrementa la secreción de ADH. La sensibilidad de este sistema es mucho menor que la de los osmorreceptores, siendo necesaria una disminución del 5-10% del volumen circulante para que se produzca la liberación de ADH. Sin embargo, una vez que se llega a ese nivel, la secreción puede aumen- 24 Endocrinología clínica tar exponencialmente, alcanzándose unos niveles hormonales mucho mayores que los que se logran mediante la estimulación osmótica y capaces de producir un efecto vasopresor. El riñón responde a pequeñas oscilaciones en los niveles plasmáticos de ADH, al igual que los osmorreceptores a pequeños cambios en la osmolaridad. La osmolaridad urinaria oscila entre un mínimo, que representa la máxima capacidad del riñón para concentrar la orina en ausencia de ADH, y un máximo (1.200 mOs/kg), que es la máxima capacidad renal para concentrar bajo el estímulo de esta hormona. diAbEtEs iNsÍPidA █ La diabetes insípida (DI ) se define como la eliminación de grandes cantidades de orina diluida, con diuresis superior a tres litros al día y osmolaridad urinaria (uOsm) inferior a 300 mOsmol/kg. Es consecuencia de las alteraciones en los mecanismos de concentraciónde la orina que se originan por la deficiencia total o parcial en la secreción o en la acción de la ADH. De acuerdo con lo expresado, la diabetes insípida podemos clasificarla, desde un punto de vista fisiopatológico, de la siguiente forma (Tabla 4.1). Tabla 4.1. Clasificación. • Diabetes insípida central, craneal, neurogénica o hipotalámica. Debida a la deficiencia total o parcial de secreción de hormona antidiurética (ADH). • Diabetes insípida nefrogénica. Debida a resistencia renal a la acción de niveles normales o elevados de ADH. • Polidipsia primaria o potomanía: Debida a la ingesta excesiva de agua, que inhibe la secreción de ADH y altera los mecanismos renales de concentración de la orina (disminución de la hipertonicidad del intersticio medular). En la Tabla 4.2 se hace referencia a las causas de diabetes insípida. Tabla 4.2. Etiología. • Hipotalámica a) Familiar o genética * Autosómica dominante o recesiva (gen de vasopresina). * DIDMOAD (Wolfram) (diabetes insípida, diabetes mellitus, atrofia óptica, sordera). * Anomalías del desarrollo (displasia septo-óptica, síndrome de Lawrence-Moon-Biedl). b) Adquirida * Trauma (traumatismo craneoencefálico, neurocirugía). * Tumores hipotalámicos (craneofaringioma, glioma, tumores germinales, menin- gioma). * Metástasis (pulmón, mama, melanoma, infiltración leucémica). * Enfermedades inflamatorias (infundibuloneurohipofisitis linfocitaria, sarcoidosis, his- tiocitosis, granulomatosis de Wegener). * Infecciones (meningitis, encefalitis). * Vascular (síndrome de Sheehan, aneurisma, bypass aorto-coronario, encefalopatía hipóxica). * Idiopática. • Nefrogénica a) Familiar o genética * Recesiva ligada al X (gen del receptor V2 de vasopresina). Diabetes insípida y síndrome de secreción inadecuada de ADH (SIADH) 25 * Autosómica recesiva o dominante (gen de la aquaporina-2). b) Adquirida * Fármacos (litio, demeclociclina). * Metabólica (hipercalcemia, hipokaliemia). * Enfermedad renal crónica (poliquistosis, uropatía obstructiva). * Diuresis osmótica (hiperglucemia, manitol). * Enfermedades sistémicas (amiloidosis, mieloma). * Idiopática. • Polidipsia primaria * Asociada a enfermedades psiquiátricas. * Lesiones hipotalámicas, sobre todo sarcoidosis. La diabetes insípida se caracteriza por las siguientes manifestaciones clínicas (Tabla 4.3). Tabla 4.3. Clínica. • La poliuria, sed y polidipsia constituyen los síntomas esenciales de la DI central. La intensidad de la poliuria es muy variable dependiendo del grado de déficit de ADH. En la mayoría de los pacientes, que tienen déficits parciales, oscila entre 3 y 6 litros al día, pero puede llegar a los 18 litros en caso de ausencia total de ADH. • La nicturia está presente prácticamente siempre, a diferencia de lo que ocurre en la polidipsia primaria, en la que es infrecuente. En la mayoría de los casos el comienzo del cuadro es brusco, siendo de inicio gradual en la poliuria de causa renal. • La función normal del centro de la sed asegura el reemplazamiento constante de las pérdidas de agua, por lo que habitualmente no se observan signos de deshidratación, excepto discre- tas elevaciones en la natremia. Sin embargo, cuando el aporte de agua está interferido por algún motivo, puede producirse un cuadro de deshidratación grave con debilidad, confusión, hipertermia, coma y muerte. Estos síntomas tienen lugar con incrementos importantes en la osmolaridad plasmática y natremias habitualmente superiores a 175 meq/l. • La adipsia no se observa en la DI idiopática, pero el centro de la sed puede ser lesionado por el mismo proceso que causa la DI en los casos secundarios. En la práctica, este problema se presenta en general en pacientes con disminución del nivel de conciencia debido a tumores, traumatismos, etc. • La poliuria de larga evolución puede causar dilatación vesical y ureterohidronefrosis en algunos casos. En cuánto al diagnóstico de la diabetes insípida, en las Tablas 4.4 y 4.5 se muestran las características principales. Tabla 4.4. Orientación diagnóstica. • El aspecto más característico de la DI es la hipostenuria persistente con densidad urinaria infe- rior a 1.005 y osmolaridad urinaria inferior a 200 mOsm/kg. La analítica de rutina nos permitirá descartar con facilidad otras causas más frecuentes de poliuria: hiperglucemia, hipercalcemia, hipopotasemia e insuficiencia renal. Una historia de traumatismo craneal, cirugía intracraneal o déficits neurológicos (hemianópsia bitemporal) debe hacer pensar en la DI central como causa de la poliuria. • Más difícil es el diagnóstico diferencial entre la DI, parcial o completa, y la polidipsia primaria, aunque algunos datos pueden ser útiles. Así, una osmolaridad plasmática basal inferior a 285 mOs/kg o una historia de poliuria episódica sugieren el diagnóstico de polidipsia primaria. Los antecedentes de patología intracraneal, el comienzo brusco de la poliuria o una osmolaridad plasmática basal superior a 290 mOs/kg son más característicos de la DI. • Las pruebas utilizadas en el diagnóstico de la DI se basan en la capacidad del riñón para excretar una orina hipertónica en respuesta a un estímulo osmótico. La maniobra más simple 26 Endocrinología clínica es producir una hipertonicidad de los líquidos corporales mediante la deprivación de agua (test de deshidratación). El nivel absoluto de concentración urinaria logrado por este procedimiento no es diagnóstico, ya que la máxima capacidad para concentrar la orina depende del grado de hipertonicidad de la médula renal, además de la presencia de niveles adecuados de ADH. Sin embargo, incluso en individuos con una tonicidad medular reducida, la máxima osmolaridad urinaria conseguida mediante la deprivación de agua está, en último termino, en función de la ADH liberada en respuesta a la deshidratación. Por ello, en individuos que mantienen intacto su mecanismo de síntesis y liberación hormonal, la administración de ADH exógena no incrementa la máxima osmolaridad urinaria conseguida con la deshidratación. Tabla 4.5. Metodología diagnóstica. Test de deshidratación 1. En pacientes con poliuria moderada, la deprivación de agua puede comenzar la noche anterior a la prueba. En aquellos con poliuria intensa la deshidratación debe realizarse durante el día. 2. Al comienzo de la prueba se determinan las osmolaridades plasmática y urinaria. Posteriormente se mide la osmolaridad urinaria y se pesa al paciente cada hora. 3. Se compara cada osmolaridad urinaria con la previa y cuando existan dos incrementos con- secutivos inferiores a 30 mOs/kg o cuando el paciente haya perdido el 5% de su peso inicial, se inyectan 2 ug de desmopresina por vía subcutánea y se mide la osmolaridad urinaria dos horas después. 4. Los resultados se interpretan de la siguiente manera: Osmolaridad urinaria (Osm/kg) Después de Después de Diagnóstico deshidratación desmopresina DI Craneal completa < 300 > 800 DI. Nefrogénica < 300 < 300 Polidipsia Primaria > 800 > 800 DI Craneal parcial 300-800 > 800 Otras pruebas * En ocasiones el test de deshidratación no permite establecer claramente la causa de la poliuria. En estos casos puede ser útil la determinación de los niveles plasmáticos de ADH durante una estimulación osmótica gradual, producida por la infusión de suero salino hipertónico. Serán bajos o indetectables en la DI central y normales en la DI nefrogénica y en la polidipsia primaria. * Un ensayo terapéutico con desmopresina (10 ug intranasales al día durante 2-4 semanas) puede ser útil para distinguir la polidipsia primaria de la DI central parcial. Provocará hiponatremia dilucional en el primer caso y mejorará la poliuria y la sed, sin producir hiponatremia, en el segundo. * En todos los pacientes con DI central debe hacerse un estudio completo de función hipofisaria para detectar posibles déficits hormonales asociados y una resonancia magnética nuclear hipotálamo-hipofisaria para determinar lacausa de la DI. Además, la hiperintensidad del lóbulo posterior de la hipófisis se correlaciona estrechamente con el contenido de ADH, por lo que desaparece en la mayor parte de los pacientes con DI central. El tratamiento de la diabetes insípida se muestra en la Tabla 4.6. Tabla 4.6. Tratamiento. • Diabetes insípida hipotalámica Debido a que las consecuencias más molestas de la DI son la poliuria persistente, la nicturia y la sed constante, el objetivo del tratamiento es reducir el volumen de orina hasta 2-3 litros Diabetes insípida y síndrome de secreción inadecuada de ADH (SIADH) 27 al día. En pacientes con poliuria discreta es suficiente con mantener una ingesta de líquidos adecuada, sin medicación añadida. El resto debe seguir tratamiento farmacológico. El preparado de elección es la desmopresina: * Análogo de ADH, que actúa principalmente en los receptores V2 del riñón (efecto antidiu- rético), con poca acción sobre los receptores V1 de los vasos (sin efecto vasopresor) y que tiene una vida media más larga que la hormona natural. * En tratamientos crónicos se administra en 2-3 dosis diarias por vía oral (100-1.200 ug/día) o, con menos frecuencia, intranasal (5-100 ug/día). La vía parenteral (sc, iv, im 0,5-2 ug/ día) se usa fundamentalmente en el postoperatorio. * Sus únicos efectos adversos se observan en situaciones de sobredosificación (hiponatremia dilucional). Para evitarlo se recomienda suprimir alguna dosis una vez por semana. • Diabetes insípida nefrogénica * Corrección de la alteración metabólica causante (hipopotasemia, hipercalcemia). * Retirada del fármaco responsable (intoxicación por litio). * En casos con defectos irreversibles, la desmopresina a altas dosis (4 ug im) puede ser efectiva. * Los diuréticos tiazídicos (hidroclorotiazida 25 mg al día), los antiinflamatorios no esteroideos (ibuprofeno 200 mg al día) y la dieta pobre en sal pueden disminuir la poliuria, a través de una disminución del filtrado glomerular e interfiriendo con los mecanismos de dilución de la orina en la nefrona distal. • Polidipsia primaria * Tratamiento de la enfermedad psiquiátrica subyacente sÍNdroME dE sECrECiÓN iNAdECuAdA dE AdH (siAdH) █ El SIADH se caracteriza por la existencia de hiponatremia secundaria a la retención de agua, inducida por la secreción persistente de ADH. En este síndrome la ADH es liberada de modo autónomo o en respuesta a estímulos potentes que sobrepasan el efecto inhibidor de la hipoosmolaridad plasmática. Las causas del SIADH se expresan en la Tabla 4.7. Tabla 4.7. Etiología. • Tumores con síntesis ectópica de ADH: carcinoma microcítico de pulmón (80%), carcinoma de páncreas, de duodeno, timoma, linfoma, leucemia, sarcoma, mesotelioma. • Enfermedades pulmonares: tuberculosis, neumonía, empiema, absceso pulmonar. • Enfermedades del sistema nervioso central: traumatismo craneoencefálico, hemorragia suba- racnoidea, hematoma subdural, trombosis cerebral, encefalitis, meningitis tuberculosa. • Fármacos: carbamazepina, clorpropamida, vincristina, ciclofosfamida, clofibrato. • Miscelánea: idiopático, psicosis, porfiria intermitente aguda. En la fisiopatología del SIADH intervienen diferentes mecanismos (Tabla 4.8). Tabla 4.8. Fisiopatología. • En casos con secreción ectópica de ADH, esta hormona es sintetizada y liberada por un tumor de modo autónomo e independiente de estímulos osmóticos o de volumen. • El SIADH que se observa en algunos pacientes con diversos tipos de patología pulmonar inflama- toria o infecciosa es debido a la capacidad del tejido anormal para sintetizar ADH (tuberculosis) o a las alteraciones que la enfermedad produce en los receptores de volumen. • En las enfermedades neurológicas el SIADH es consecuencia, probablemente, de la destrucción de vías nerviosas que normalmente inhiben la secreción de ADH. • El SIADH secundario a medicamentos se produce por la capacidad de estos para estimular la liberación de ADH en la neurohipófisis. 28 Endocrinología clínica • En los pacientes con hiponatremia no debida a los mecanismos descritos, ésta se encuentra condicionado prácticamente siempre por una disminución del volumen sanguíneo circulante (cirrosis con ascitis, síndrome nefrótico, sobredosificación de diuréticos, etc.). En estos casos la disminución del flujo plasmático renal y del volumen de filtración glomerular incrementa la reabsorción de sodio y agua en el túbulo proximal, lo cual disminuye la llegada de sodio y agua a la porción distal de la nefrona, dificultando así los mecanismos de dilución de la orina. Aunque la situación hemodinámica de estos pacientes estimula la liberación de ADH a través de los receptores de volumen, no se consideran afectos de SIADH. La sintomatología del SIADH se expone en la Tabla 4.9. Tabla 4.9. Clínica. • Surge como expresión de las alteraciones inducidas por la hiponatremia en la función del sistema nervioso central: cefalea, apatía, anorexia, calambres musculares, desorientación, agitación, convulsiones y coma. • La gravedad del cuadro clínico depende de: * grado de hiponatremia; * velocidad a la que se ha desarrollado; * edad del paciente. En general, los pacientes más jóvenes toleran mejor un nivel determinado de hiponatremia que los de más edad. Sin embargo, el desarrollo agudo, en pocas horas, de hiponatremia en pacientes jóvenes puede causar un cuadro clínico de extrema gravedad aún cuando la natremia solo haya disminuido hasta 125 mEq/l. Esto es debido a que la capacidad de las neuronas para expeler partículas osmóticamente activas, evitando así la tumefacción cerebral que acompaña a la hiponatremia, requiere un tiempo más prolongado para ponerse en juego. En cambio, este mecanismo de protección cerebral es muy efectivo en la hiponatremia de desarrollo crónico, en días o semanas, por lo que un individuo de edad avanzada puede permanecer relativamente asintomático incluso con natremias de 110 mEq/l. A pesar de que en los pacientes con SIADH el incremento del agua corporal total da lugar a un cierto grado de expansión del volumen extracelular, la hipertensión y los edemas son infrecuentes. El abordaje diagnóstico del SIADH se muestra en las Tablas 4.10 y 4.11. Tabla 4.10. Orientación diagnóstica. • Los enfermos con SIADH tienen natremias generalmente inferiores a 130 mEq/l y osmolaridad plasmática por debajo de 270 mOsm/kg, con orina hipertónica en relación al plasma. El volumen extracelular aumentado hace que la concentración urinaria de sodio sea superior a 20 mEq/l. Para hacer el diagnóstico de SIADH es necesario excluir previamente las siguientes situaciones: * Pseudohiponatremia (hiperglucemia, hipertrigliceridemia). * Hiponatremia secundaria a disminución del volumen extracelular (vómitos, diarrea, diuré- ticos…). * Hiponatremia debida a enfermedades que cursan con edemas (insuficiencia cardiaca, cirrosis con ascitis, síndrome nefrótico). * Polidipsia primaria, en la que la orina es siempre hipotónica. * Hipotiroidismo e hipocortisolismo, que producen alteraciones en los mecanismos renales de dilución de la orina. * Hiponatremia esencial, en la que el nivel de estimulación de los osmoreceptores es inferior al normal. • En pacientes con datos clínicos y analíticos de SIADH, en los que se ha excluido la existencia de patología pulmonar e intracraneal y la ingesta de medicamentos que pueden causar el síndrome, la posibilidad de que tengan un tumor maligno debe ser considerada seriamente. La hiponatremia puede aparecer antes de que el tumor sea visible radiológicamente. Diabetes insípida y síndrome de secreción inadecuada de ADH (SIADH) 29 Tabla 4.11. Pruebas diagnósticas • Sobrecarga de agua: Es una prueba útil, aunque pocas veces necesaria. * Antes de comenzar, conseguir natremias >125 mEq/L (mediante restricción de líquidos) * Administrar durante 15 minutos un volumen de agua de 20 ml/kg peso * Recoger la orina horariamente durante las siguientes 5 horas. * Interpretación:
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