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ENDOCRINOLOGÍA
CLÍNICA
Luis Felipe Pallardo Sánchez
Tomás Lucas Morante
Mónica Marazuela Azpiroz
Adela Rovira Loscos
(Editores)
ENDOCRINOLOGÍA
CLÍNICA
(2ª edición)
© Luis Felipe Pallardo Sánchez, 2010
Reservados todos los derechos.
«No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su 
tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier 
medio, ya sea electrónico, mecánico por fotocopia, por registro u otros 
métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.»
Ediciones Díaz de Santos
Internet: http//www.diazdesantos.es/ediciones
E-mail: ediciones@diazdesantos.es
ISBN: 978-84-7978-930-5
Depósito Legal: M. 51.732-2009
Fotocomposición: P55 Servicios Culturales C.B.
Diseño de cubierta: P55 Servicios Culturales C.B.
Impresión: Fernández Ciudad, S. L.
Printed in Spain - Impreso en España
Internet: http//www.diazdesantos.es/ediciones
E-mail: ediciones@diazdesantos.es
EditorEs █
Tomás Lucas Morante
Jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición.
Hospital Universitario Puerta de Hierro.
Profesor Asociado de Endocrinología.
Universidad Autónoma. Madrid.
Mónica Marazuela Azpiroz
Facultativa Especialista de Área de Endocrinología. 
Hospital Universitario de la Princesa.
Profesora Asociada de Endocrinología.
Universidad Autónoma. Madrid.
Luis Felipe Pallardo Sánchez
Jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición.
Hospital Universitario La Paz.
Catedrático de Medicina.
Universidad Autónoma. Madrid.
Adela Rovira Loscos
Jefa de Servicio de Endocrinología y Nutrición.
Fundación Jiménez Díaz. Capio. 
Profesora Asociada de Endocrinología.
Universidad Autónoma. Madrid.
AutorEs █
Cristina Álvarez Escola
Facultativa Especialista de Área de Endocrinología y Nutrición.
Hospital Universitario La Paz.
Profesora Asociada de Endocrinología.
Universidad Autónoma. Madrid.
Editores y Autores
VII
VIII Endocrinología clínica
Jesús Argente Oliver
Jefe de Servicio de Pediatría y Endocrinología.
Hospital Infantil Universitario Niño Jesús.
Catedrático de Pediatría.
Universidad Autónoma. Madrid.
Alfonso Arranz Martín
Facultativo Especialista de Área de Endocrinología.
Hospital Universitario de la Princesa.
Profesor Asociado de Endocrinología.
Universidad Autónoma. Madrid.
Ana Isabel de Cos Blanco
Facultativa Especialista de Área de Endocrinología y Nutrición
Hospital Universitario La Paz.
Profesora Asociada de Nutrición.
Universidad Autónoma. Madrid.
Javier Estrada García
Facultativo Especialista de Área de Endocrinología y Nutrición.
Hospital Universitario Puerta de Hierro.
Profesor Asociado de Endocrinología.
Universidad Autónoma. Madrid.
Ricardo Gracia Bouthelier
Jefe de Servicio de Endocrinología Pediátrica.
Hospital Universitario La Paz.
Profesor Asociado de Pediatría.
Universidad Autónoma. Madrid.
Julio Guerrero Fernández
Facultativo Especialista de Endocrinología Pediátrica.
Hospital Universitario La Paz.
Colaborador Clínico Docente de Pediatría.
Universidad Autónoma. Madrid.
Lucrecia Herranz de la Morena
Facultativa Especialista de Area de Endocrinología y Nutrición.
Hospital Universitario La Paz.
Profesora Asociada de Endocrinología.
Universidad Autónoma. Madrid.
José Luis Herrera Pombo
Fundación Jiménez Díaz. Capio.
Profesor Emérito Medicina.
Universidad Autónoma. Madrid.
Editor y Autores IX
José Ignacio Lara Capellán.
Facultativo Especialista de Área de Endocrinología y Nutrición.
Fundación Jiménez Díaz. Capio.
Profesor Asociado de Endocrinología.
Universidad Autónoma. Madrid.
Tomás Lucas Morante
Jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición.
Hospital Universitario Puerta de Hierro.
Profesor Asociado de Endocrinología.
Universidad Autónoma. Madrid.
Mónica Marazuela Azpiroz
Facultativa Especialista de Área de Endocrinología.
Hospital Universitario de la Princesa.
Profesora Asociada de Endocrinología.
Universidad Autónoma. Madrid.
Antonio Oliver Iguacel
Facultativo Especialista de Endocrinología Pediátrica.
Hospital Universitario La Paz.
Profesor Honorario de Pediatría.
Universidad Autónoma. Madrid.
Nuria Palacios García
Facultativa Especialista de Área de Endocrinología y Nutrición.
Hospital Universitario Puerta de Hierro.
Profesora Asociada de Endocrinología.
Universidad Autónoma. Madrid.
Luis Felipe Pallardo Sánchez.
Jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición.
Hospital Universitario La Paz.
Catedrático de Medicina.
Universidad Autónoma. Madrid
Jesús Pozo Román
Médico Adjunto Servicio de Endocrinología.
Hospital Infantil Universitario Niño Jesús.
Profesor Asociado de Pediatría.
Universidad Autónoma. Madrid.
Adela Rovira Loscos
Jefa de Servicio de Endocrinología y Nutrición.
Fundación Jiménez Díaz. Capio. 
Profesora Asociada de Endocrinología.
Universidad Autónoma. Madrid.
X Endocrinología clínica
Luis Salamanca Fresno
Facultativo Especialista de Endocrinología Pediátrica.
Hospital Universitario La Paz.
Universidad Autónoma. Madrid.
Antonio Torrijos Eslava
Facultativo Especialista de Área de Reumatología.
Hospital Universitario La Paz.
Profesor Honorario de Reumatología.
Universidad Autónoma. Madrid.
Juan José Vázquez Rodríguez.
Jefe de Servicio de Medicina.
Hospital Universitario La Paz.
Catedrático de Medicina.
Universidad Autónoma. Madrid.
Editores y autores .............................................................................................................. vii
Presentación ...................................................................................................................... xv
1. Síndromes hipotalámicos. 
 Tomás Lucas Morante ....................................................................................................1
2. Adenomas hipofisarios funcionantes y no funcionantes. Acromegalia. 
 Prolactinoma. 
 Tomás Lucas Morante ....................................................................................................7
3. Hipopituitarismo. 
 Tomás Lucas Morante ..................................................................................................19
4. Diabetes insípida y síndrome de secreción inadecuada de ADH (SIADH). 
 Javier Estrada Gracia ..................................................................................................23
5. Patología del crecimiento. 
 Luis Salamanca Fresno. Ricardo Gracia Bouthelier....................................................31
6. Bocio endémico. Bocio esporádico. Bocio multinodular normofuncionante.
 José Ignacio Lara Capellán .........................................................................................39
7. Hipotiroidismo.
 Luis Felipe Pallardo Sánchez .......................................................................................47
8. Hipertiroidismo.
 Lucrecia Herranz de la Morena ...................................................................................53
9. Tiroiditis.
 Luis Felipe Pallardo Sánchez .......................................................................................63
10. Nódulo tiroideo. Cáncer de tiroides.
 Cristina Álvarez Escola ................................................................................................71
11. Hipoparatiroidismo.
 Lucrecia Herranz de la Morena ...................................................................................83
XI
Índice
XII Endocrinología clínica
12. Hiperparatiroidismo.
 Luis Felipe Pallardo Sánchez .......................................................................................89
13. Osteopatías metabólicas.
 Antonio Torrijos Eslava ................................................................................................97
14. Insuficiencia adrenal.
 Luis Felipe Pallardo Sánchez .....................................................................................103
15. Síndrome de Cushing.
 Mónica Marazuela Azpiroz ........................................................................................109
16. Hiperaldosteronismo e hipoaldosteronismo.
 Mónica Mazaruela Azpiroz ........................................................................................11917. Incidentaloma suprarrenal.
 Mónica Mazaruela Azpiroz ........................................................................................125
18. Hiperplasia suprarrenal congénita.
 Antonio Oliver Iguacel ...............................................................................................131
19. Feocromocitoma.
 Juan José Vázquez Rodríguez ....................................................................................141
20. Trastornos del desarrollo sexual.
 Jesús Pozo Román, Jesús Argente Oliver ...................................................................147
21. Patología de la pubertad.
 Julio Guerrero Fernández. Ricardo Gracia Bouthelier. ............................................189
22. Amenorrea. Infertilidad.
 Nuria Palacios García ...............................................................................................199
23. Hirsutismo.
 Cristina Álvarez Escola ..............................................................................................211
24. Hipogonadismos masculinos. Disfunción eréctil.
 José Ignacio Lara Capellán .......................................................................................219
25. Ginecomastia.
 Cristina Álvarez Escola ..............................................................................................233
26. Neoplasia endocrina múltiple.
 Mónica Mazaruela Azpiroz ........................................................................................241
27. Síndrome poliglándular autoinmune.
 Luis Felipe Pallardo Sánchez .....................................................................................245
28. Epidemiología y etiopatogenia de la diabetes mellitus.
 Luis Felipe Pallardo Sánchez .....................................................................................249
29. Diabetes. Clasificación y diagnóstico.
 José Luis Herrera Pombo ...........................................................................................257
Índice XIII
30. Clínica y complicaciones crónicas de la diabetes mellitus.
 Luis Felipe Pallardo Sánchez .....................................................................................263
31. Diabetes. Complicaciones metabólicas agudas.
 Adela Rovira Loscos ...................................................................................................283
32. Tratamiento de la diabetes mellitus. Dieta y ejercicio físico.
 Luis Felipe Pallardo Sánchez .....................................................................................293
33. Tratamiento de la diabetes mellitus. Antidiabéticos orales
 José Luis Herrera Pombo ...........................................................................................301
34. Insulinoterapia.
 Luis Felipe Pallardo Sánchez .....................................................................................309
35. Prevención de la diabetes mellitus.
 Alfonso Arranz Martín ...............................................................................................319
36. Obesidad.
 Ana Isabel de Cos Blanco ..........................................................................................327
37. Hipoglucemias. Insulinoma.
 Adela Rovira Loscos ...................................................................................................337
38. Alteraciones del metabolismo lipídico.
 Luis Felipe Pallardo Sánchez .....................................................................................347
39. Tumores endocrinos gastroenteropancreáticos.
 José Ignacio Lara Capellán .......................................................................................359
40. Síndormes paraneoplásicos endocrinos. Tratamiento endocrinológico del cáncer
 hormonodependiente.
 Lucrecia Herranz de la Morena .................................................................................371
Hace cuatro años, en el afán de contribuir a facilitar la docencia de los alumnos de Medi-
cina de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), los Profesores que impartimos en ella 
la enseñanza de Endocrinología juzgamos oportuno editar un pequeño libro, concebido en 
forma de cuadros sinópticos, figuras y tablas que sirviera para cumplimentar la información 
recibida en las clases teóricas, con respecto a las diferentes patologías de la disciplina. Todo 
ello, a sabiendas de que el contenido aportado no pretendía ser exhaustiva, ni hacer compe-
tencia a otros excelentes textos clásicos de la Especialidad.
Para nuestra satisfacción, la acogida del libro en el alumnado fue excelente, por lo cuál, 
y teniendo en cuenta el tiempo transcurrido desde su publicación, hemos decidido llevar a 
cabo una segunda edición del libro, actualizándolo y mejorando todos aquellos aspectos que 
hemos considerado convenientes.
Estamos seguros que esta nueva edición obtendrá los mismos reconocimientos que su 
predecesora.
 Luis FeLipe paLLardo sánchez
XV
Presentación
CoNCEPto E iNtroduCCiÓN █
El hipotálamo es una zona compleja de sustancia gris que se extiende, en cada hemis-
ferio, por debajo del tálamo. Está integrado por varios núcleos que vemos en la Figura 1.1 
interconectados mediante fibras, aferentes y eferentes, con la corteza cerebral, la hipófisis, 
el tálamo, el tronco encefálico y, quizá, con la médula espinal.
Figura 1.1. Estructura del hipotálamo.
En la Tabla 1.1. se expresan las funciones reguladas por el hipotálamo 
Tabla 1.1. Funciones hipotalámicas.
•	 Temperatura (el hipotálamo anterior nos defiende de la hipertermia y el posterior de la hipo-
termia).
•	 Metabolismo	del	agua	(el núcleo supraóptico segrega la hormona antidiurética).
•	 Apetito	(núcleos del túber estimulan el apetito y el núcleo ventral lo inhibe).
•	 Mecanismo	sueño-vigilia	(a través del sistema reticular talámico, la lesión de la parte posterior 
del hipotálamo va acompañada de un estado de somnolencia).
•	 Regulación	de	los	mecanismos	de	la	emoción	(el hipotálamo es el centro donde se somatizan las 
manifestaciones emocionales, traduciéndose en cambios de funciones psicológicas y orgánicas 
de tipo vegetativo). 
1
1
Síndromes hipotalámicos
Tomás	Lucas	Morante
2 Endocrinología clínica
•	 Regulación	de	las	funciones	vegetativas	o	idiotropas	(funciones respiratoria, vascular: vasodi-
latación o vasoconstricción, cardiaca, digestiva, etc.).
•	 Regulación	de	la	función	hipofisaria.
Para el control de estas funciones, al hipotálamo podemos dividirlo en hipotálamo 
trofotropo: correspondiente al hipotálamo anterior, el cual disminuye las actividades vege-
tativas y ahorra desgaste al individuo (relacionado con el sistema nervioso parasimpático) e 
hipotálamo ergotropo: correspondiente al hipotálamo posterior, el cual activa las funciones 
vegetativas (relacionado con el sistema nervioso simpático). 
Con respecto a la regulación de la hipófisis (el hipotálamo regula tanto la hipófisis ante-
rior como la posterior, formando una unidad funcional hipotálamo-hipofisaria que segrega 
todas las hormonas hipofisarias) (Tabla 1.2).
Tabla 1.2. Principales hormonas hipotalámicas y sus efectos sobre la adenohipófisis.
Hormonas	hipotalámicas	
estimuladoras
Hormonas	hipofisarias
Hormona	 liberadora	de	ACTH	 (CRH), compuesta 
por 41 aminoÁcidos, liberada por las neuronas de 
los nucleos paraventricular, supraóptico, arcuato 
y del sistema límbico 
Hormona	adrenocorticotropa	(ACTH), secretada por 
las células basofilas. Producto del gen de la proo-
piomelanocortina (POMC)
Hormona	melanocitoestimulante. Producto alterna-
tivo del gen de la POMC
Endorfinas, también producto del gen de la POMC
Hormona	liberadora	de	hormona	de	crecimiento 
(GHRH), dos formas de 40 y 44 aminoácidos
Hormona	de	crecimiento	 (GH), secretada por las 
células acidófilas
Hormona	 liberadora	de	gonadotropinas	 (GnRH), 
compuesta por 10 aminoácidos, liberada en las 
neuronas preópticas
Hormonas	 luteinizante	 (LH)	y	 foliculoestimulante	
(FSH), secretadas por las células gonadotropas
Hormona	 liberadora	de	 tirotropina	 (TRH),com-
puesta por 3 amináÁcidos, liberada en las neuro-
nas del área hipototalámica anterior
Hormona	 tiroestimulante	 (TSH) secretada por las 
células tirotropas.
Factores	liberadores	de	prolactina: incluyen sero-
tonina, acetilcolina, opiáceos y estrógenos
Prolactina	 (PRL), secretada por las células tirotro-
pas.
Hormonas	hipotalámicas	inhibidoras
Somatostatina	compuesta por 14 aminoácidos Inhibe liberación de GH
Factores	inhibidores	de	la	prolactina, incluida 
dopamina
El control principal de la PRL es inhibitorio
Las lesiones responsables de la patología hipotalámica son muy diversas, desde neopla-
sias, pasando por procesos infiltrativos, a enfermedades vasculares y traumatismos. 
En la Tabla 1.3 se clasifican estas lesiones.
Tabla 1.3. Etiología de los síndromes hipotalámicos.
•	 Anomalías	del	desarrollo	embriológico	y	tumores
* Craneofaringioma
Síndromes	hipotalámicos 3
* Quiste de Rathke
* Quistes epidermoides y dermoides
* Tumores germinales
* Infundibulomas
* Lipomas
* Hamartomas
* Gangliocitomas
* Teratomas
* Coristomas
* Hemangiomas
•	 Tumores	originados	en	estructuras	normales	del	sistema	nervioso	central
* Meningioma
* Glioma
* Encondroma
* Ependimoma
* Sarcoma
* Neuroblastoma
•	 Afecciones	secundarias
* Infiltraciones leucémicas 
* Cordomas esfenooccipitales 
* Tumores metastásicos
* Tumores hipofisarios
•	 Malformaciones	vasculares
•	 Quistes	aracnoideos
•	 Lesiones	inflamatorias
•	 Lesiones	postraumáticas	(Sección del tallo hipofisario)
•	 Enfermedades	granulomatosas
* Sarcoidosis
* Histocitosis X del infundíbulo
* Neuroinfundibulitis
* Hipofisitis linfocitaria
* Granuloma de células gigantes
En la Tabla 1.4 se expresan la clínica, diagnóstico y tratamiento del síndrome hipotalá-
mico. 
Tabla 1.4. Clínica, diagnóstico y tratamiento del síndrome hipotalámico.
•	 Clínica
* Alteraciones funcionales de la adenohipófisis: hipofunción y ocasionalmente hiperfunción 
hormonal (pseudopubertad precoz). 
* Disfuncion de la neurohipófisis (diabetes insípida).
* Disfuncion hipotalámica; con alteraciones de la conciencia, conducta, sueño, temperatura 
(hiperpirexia), sed, apetito y disfunción autónomica (taquicardia, enrojecimiento facial).
* Cuando se trata de lesiones ocupantes de espacio intracraneal, pueden dar manifestaciones 
de hipertensión intracraneal y de compresión de estructuras neurológicas próximas,como 
la vía óptica u otros pares craneales.
•	 Diagnóstico 
* Morfológico: mediante resonancia magnética nuclear (RMN) que determina la extensión y 
naturaleza del tumor o la lesión.
* Bioquímico: examen de la función hipofisaria, generalmente deficitaria parcial o completa 
excepto la PRL que puede encontrase elevada por compresión del tallo. Si clínicamente 
existe poliuria y polidipsia, investigaremos la existencia de una diabetes insípida central.
4 Endocrinología clínica
•	 Tratamiento
* De la causa responsable (tumor, lesión inflamatoria)
* Del hipopituitarismo
* De la diabetes insípida
CArACtErÍstiCAs EsPECÍFiCAs dE ALGuNAs PAtoLoGÍAs █
Tumores
Craneofaringioma
Tumor que procede de restos de la bolsa de Rathke. Tiene dos picos de incidencia, uno 
mayor en la infancia y adolescencia, y otro en edades medias de la vida. Crece muy lentamente 
y es comúnmente quístico en parte. Suele tener calcificaciones. Su localización habitual es 
supraselar. Produce alteraciones neurológicas, fundamentalmente visuales, hipertensión 
intracraneal e hipopituitarismo entre el 50 y el 75% de los casos y a veces hiperprolactinemia 
leve. La diabetes insípida es también frecuente. El tratamiento del craneofaringioma es la 
escisión quirúrgica lo más completa posible, intentando preservar las estructuras circundan-
tes. Si no es posible la exéresis, o los restos postquirúrgicos son importantes, se administrará 
radioterapia, habitualmente estereotáxica fraccionada.
Disgerminomas
Asientan en la glándula pineal, hipotálamo anterior o suelo del tercer ventrículo. Producen 
hipopituitarismo, diabetes insípida y problemas visuales habitualmente. De forma ocasional 
dan un cuadro de pseudopubertad precoz por producción de gonadotropina coriónica. Son 
tumores muy radiosensibles. 
Hamartomas
Se originan por crecimiento de neuronas hipotalámicas, próximas al tuber cinereum y 
los cuerpos mamilares. Son procesos frecuentemente asintomáticos que se descubren en las 
autopsias. Pueden inducir pubertad precoz.
Lesiones	inflamatorias
Sarcoidosis
La sarcoidosis es una enfermedad granulomatosa multisistémica de etiología descono-
cida. Cuando afecta al sistema nervioso central, el hipotálamo es una de las localizaciones 
preferidas, al igual que la hipófisis y el tercer ventrículo. En el 35% de los casos existe 
diabetes insípida, en ocasiones acompañada de síntomas como somnolencia, hipotermia, 
incremento ponderal, alteraciones en la esfera sexual, hipotiroidismo e hipogonadismo. El 
tratamiento estándar es la terapia con glucocorticoides a altas dosis. Sin embargo, las lesiones 
neurológicas responden peor que las que afectan a otros tejidos periféricos. 
Histiocitosis X
Se produce inflamación granulomatosa del hipotálamo causando diabetes insípida, hipo-
pituitarismo e hiperprolactinemia.
Síndromes	hipotalámicos 5
Otros procesos inflamatorios más raros son meningoencefalitis vírica, meningitis tuber-
culosa, etc.
Enfermedad	vascular
Los aneurismas de la carótida pueden causar hipopituitarismo y crecer como masas 
intraselares. También puede producirse afectación hipotalámica secundaria a un infarto 
vascular, aunque es muy rara.
Traumatismos
Pueden ocasionar déficit aislado de hormonas hipofisarias, más frecuentemente ACTH 
o hipopituitarismo, y raramente diabetes insípida.
bibLioGrAFÍA █
Braunstein GD. Hypothalamic syndromes. En: DeGroot LJ, Jameson JL (eds.). Endocrinology (5ª ed.), vol 
1. Philadelphia, Saunders. Elsevier, 2006, págs. 373-86.
Low MJ. Neuroendocrinology. En: Kronenberg HM, Melmed S, Polonsky KS, Larsen PR (eds.) Williams 
Textbook of Endocrinology (11ª ed). Philadelphia, Saunders-Elsevier, 2008, págs. 85-154.
7
2
Adenomas hipofisarios funcionantes y no 
funcionantes. Acromegalia. Prolactinoma
Tomás	Lucas	Morante
Los tumores benignos originados de las células adenohipofisarias podemos agruparlos 
según la clasificación de la Tabla 2.1.
Tabla 2.1. Clasificación de los adenomas hipofisarios.
Por	su	producción	hormonal•	 :
a) Funcionantes:
 Acromegalia: adenoma somatotropo (hormona de crecimiento, GH)
 Prolactinoma: adenoma lactotropo (prolactina, PRL)
 Tirotropinoma: hormona tiroestimulante (TSH)
 Gonadotropinoma: gonadotropinas o subunidades (FSH, LH o α subunidad)
 Corticotropinoma: hormona adrenocorticotropa (ACTH). Enfermedad de Cushing
b) No funcionantes
Por	su	tamaño:•	
* Microademomas: diámetro máximo inferior a 1 cm
* Macroadenomas: diámetro máximo superior a 1 cm
Desde un punto de vista epidemiológico, los tumores hipofisarios comprenden el 15% 
de los tumores intracraneales
Con respecto a la etiopatogenia de los adenomas hipofisarios, se esbozan diversas teorías 
(Tabla 2.2).
Tabla 2.2. Etiopatogenia.
Desconocida•	
Monoclonales: originados a partir de una sola célula•	
Activación de oncogenes: mutación Gs•	 α, mutación Ras
Inactivación de genes supresores: gen menina•	
ACroMEGALiA █
La acromegalia es una enfermedad producida por la hipersecreción crónica e inapro-
piada de GH, que se inicia después del cierre de los cartílagos de conjunción. Si el cuadro 
aparece antes, ocasiona gigantismo. Se asocia a aumento de la mortalidad por enfermedades 
vasculares y respiratorias.
La incidencia es de 3-4 nuevos casos por millón de habitantes y año, y la prevalencia de 
40 a 70 casos por millón de población.
8 Endocrinología clínica
En la Tabla 2.3 se expresan las causas de la acromegalia, de las cuáles la más frecuente 
son los tumores hipofisarios.
Tabla 2.3. Etiología.
Exceso	de	secreción	de	GH	(99%)•	
a) Tumores hipofisarios
* Adenoma productor de GH puro, escasa y densamente granulado (60%)* Adenoma mixto GH-prolactina (25%)
* Otros (adenoma mamosomatotropo, plurihormonal, etc.)
b) Tumores hipofisarios ectópicos (seno esfenoidal o parafaríngeo)
c) Tumores extrahipofisarios (páncreas, ovario, mama y pulmón)
Exceso	de	producción	de	GHRH	(<1%)•	
a) Tumor hipotalámico: hamartoma, ganglioneuroma, coristoma
b) Tumor extrahipotalámico:
* Tumor carcinoide
* Tumor de islotes pancreáticos
* Carcinoma medular de tiroides
* Otros: feocromocitoma, carcinoma de células pequeñas de pulmón, adenoma adrenal, 
carcinoma endometrial y de mama.
Excesiva	secreción	o	acción	de	factores	de	crecimiento•	 
* Acromegaloidismo (GH e IGF normales)
La acromegalia es una enfermedad de comienzo insidioso, con cambios progresivos y 
lentos, que al inicio, con frecuencia pasan desapercibidos. La edad de comienzo suele ser 
entre los 30-50 años.
Las manifestaciones clínicas dependen de:
Hipersecreción de GH•	
Crecimiento tumoral y compresión de estructuras vecinas.•	
En las Tablas 2.4 y 2.5 se expresa la repercusión clínica de la acromegalia.
Tabla 2.4. Manifestaciones clínicas más frecuentes. 
Cambios acros/faciales•	
Oligomenorrea•	
Híperhidrosis•	
Cefalea•	
Parestesias/síndrome tunel carpiano•	
Disfunción eréctil •	
Hipertensión arterial•	
Bocio•	
Defectos visuales•	
Tabla 2.5 Afectación de aparatos y órganos en la acromegalia.
Alteraciones generales•	
* Excesivo crecimiento de partes acras
•	 Alteraciones	musculo-esqueléticas
* Prognatismo
* Artralgias
* Artropatía
Adenomas	hipofisarios	funcionantes	y	no	funcionantes.	Acromegalia.	Prolactinoma 9
* Artritis
Efectos	compresivos	del	tumor•	
* Cefalea
* Alteraciones visuales (hemianopsia bitemporal)
* Infarto hipofisario
* Afectación de pares craneales
•	 Alteraciones	cutáneas
* Facies tosca
* Hipersudoración
* Acné
* Piel grasa
* Acrocordones
•	 Alteraciones	cardiovasculares	y	respiratorias
* Hipertensión arterial
* Cardiomegalia
* Disnea
* Macroglosia
* Síndrome de apnea del sueño
•	 Alteraciones	digestivas
* Pólipos de colon
* Visceromegalia
•	 Alteraciones	psicosexuales
* Disminución de la libido
* Alteraciones menstruales
* Disfunción eréctil
* Depresión/disminución de la vitalidad
•	 Posible	asociación	a	MEN-1
En la Tabla 2.6 se desarrollan los diferentes estadios en el diagnóstico de la acromegalia.
Tabla 2.6. Diagnóstico. 
1.	 Clínico
* De presunción ante un fenootipo característico. Es útil la comparación con fotografías 
retrospectivas.
2.	 Hormonal 
* Demostración de una excesiva producción de GH y/o alteraciones en la dinámica de su 
secreción.
a) IGF-1 (insulin growth factor) sérica. Método habitual: IRMA con extracción previa.
* Valores normales (µg/L):
— 19-39 años: 118-450.
— 40-54 años: 80-340.
— más de 55 años: 60-260. 
* Necesidad de tener valores normales propios en cada laboratorio.
* La IGF-1 esta aumentada en sujetos normales durante la pubertad y el embarazo.
* En la acromegalía aparecen cifras elevadas, siendo el parámetro de cribaje más útil.
b) Frenación de GH sérica después de 75 g de glucosa. Es la prueba de elección.
* Normal: supresión de GH < 1ng/mL (0,4 según otros autores).
* Acromegalia:
— No frenación de GH (o frenación incompleta): 85-90%.
— Elevación paradójica: 10-15 %.
c) GH sérica basal. Tiene poco valor diagnóstico, puesto que no discrimina entre sujetos nor-
males y acromegálicos. Unas concentraciones inferiores a 0,4 ng/mL, excluyen acromegalia 
siempre que la IGF-1 también sea normal.
10 Endocrinología clínica
d) Secreción integrada de GH sérica durante 24 h. Extracción continua o cada 10 minutos. Distingue 
claramente entre sujetos normales y acromegálicos. Requiere tiempo y es cara. Concentraciones 
inferiores a 2,5 ng/mL excluyen acromegalia
e) Determinación de GHRH sérica. Únicamente se determinará si se sospecha que la acrome-
galia es causada por tumor ectópico productor de GH-RH. Valor normal<75 pg/mL. 
3.	 Estudio	del	resto	de	la	función	hipofisaria
* Prolactina sérica. 20% de los tumores de acromegalia cosegregan PRL. Realizar al menos 
dos determinaciones basales.
* Resto de la función hipofisaria. Habitual determinación en suero de hormonas basales 
[ACTH, cortisol, TSH, T4L, FSH, LH, testosterona (varones) o 17-beta-estradiol (mujeres)]. 
Opcionalmente se practicará triple estimulo : hipoglucemia/LH-RH/TRH (megatest). 
4.	 Localización	y	extensión
* Resonancia magnética nuclear (RMN). Permite la caracterización del tumor: tamaño, exten-
sión y relación con estructuras vecinas.
* Campimetría. Objetiva la afectación del quiasma (solo indicada en macroadenomas con 
extensión supraselar).
* Gammagrafía con In-111 DTPA octreótida. Solamente está indicada si existe sospecha de 
tumor de GH-RH ectópico.
* Tomografía computarizada (TC) toracoabdominal, estudio radiográfico de aparato digestivo 
y endoscopia digestiva. Si se sospecha tumor ectópico productor de GH-RH.
5.	 Otras	exploraciones
 Valorando su indicación en cada paciente:
* Hemograma, bioquímica general (incluyendo calcemia y fosforemia, fosfatasa alcalina y 
calciuria).
* ECG y Ecocardiografía.
* Radiologia: Rx cráneo, tórax, manos y pies (partas blandas) y columna.
* Colonoscopia.
* Oximetría: si clínica sugestiva de apnea-sueño.
La mortalidad en la acromegalia no tratada o parcialmente tratada, duplica o triplica la 
esperada para los sujetos normales sanos de la misma edad.
En las Tablas 2.7 y 2.8 se hace referencia al tratamiento de la acromegalia.
Tabla 2.7. Objetivos del tratamiento.
•	 Erradicar	el	tumor	y	prevenir	o	revertir	el	síndrome	compresivo.
•	 Normalización	de	la	secreción	de	GH	e	IGF-1	(con	algún	tipo	de	tratamiento	solo	de	IGF1).	
•	 Preservar	el	resto	de	la	función	hipofisaria.
•	 Revertir	las	deformidades	físicas	y	las	alteraciones	sistémicas	y	metabólicas.
Tabla 2.8. Modalidades del tratamiento.
1.	 Cirugía:
•	 Por	vía	transesfenoidal.
•	 Tratamiento	primario	de	elección	salvo	contraindicado	o	rechazado.	
2.	 Radioterapía:
•	 Radioterapia	estereotáxica	fraccionada	(RTEF). Restos postquirúrgicos importantes inextirpables 
cuyo crecimiento no controla el tratamiento médico. Dosis: 4.500-5.000 cGy en 5-6 semanas. 
•	 Radiocirugía	(gamma-knife	o	acelerador). Restos postquirúrgicos pequeños, alejados de la 
vía óptica y no controlables con tratamiento médico.
•	 Acelerador	de	protones	o	de	partículas	alfa. Disponible en muy pocos centros.
•	 Radioterapia	convencional. Debe ser abandonada. 
Adenomas	hipofisarios	funcionantes	y	no	funcionantes.	Acromegalia.	Prolactinoma 11
3.	 Farmacológico:
a) Indicaciones. En general tratamiento coadyuvante: 
•	 Fracaso	de	la	cirugía	o	en	espera	de	la	acción	de	la	radioterapia.
•	 Puede	intentarse	como	tratamiento	primario	en:
— Contraindicación o rechazo de la cirugía.
— Pacientes de edad avanzada con tumor pequeño y cuadro clínico-bioquímico leve.
b) Tipos de fármacos.
•	 Agonistas	dopaminérgicos. Solo indicado probar en casos con GH e IGF-1 séricos muy 
poco elevados, sobre todo si presentan concomitantemente hiperprolactinemia. Fár-
maco de elección: cabergolina.
•	 Análogos	de	la	somatostatina
— Indicaciones.
Indicados en fracaso con otras terapias y como tratamiento primario en las situacio-
nes arriba indicadas. El tratamiento con análogos de la somatostatina es también 
efectivo en la acromegalia causada por tumores con secreción ectópica de GHRH. 
Es dudosa su indicación como tratamiento preoperatorio (mejora el estado general 
preanestésico sin que existan datos que indique mejoría de los resultados de la 
cirugía transesfenoidal subsiguiente).
— Preparados disponibles:
* Octreotida subcutánea: (Sandostatin)). Administración subcutánea cada 6 u 8 
horas. Dosis 300 a 1.500 µg/día (hoy no utilizada como tratamiento crónico).
* Octreotida LAR (microesferas): (Sandostatin LAR) . Dosis: 10, 20 y 30 mg intra-
muscular profunda. Administración cada 28 días.
* Lanreotida (microesferas): (Somatulina)). Dosis: 30 mg. Administración intra-Dosis: 30 mg. Administración intra-
muscular profunda cada10-14 días.
* Lanreotida gel: (Somatulina autogel). Dosis: 60, 90 y 120 mg. Administración 
subcutánea profunda en región glútea cada 28 -56 días.
— Efectividad.
Estos fármacos consiguen descensos de las concentraciones séricas de GH a cifras 
inferiores a 2,5 ng/mL en el 40-50% de los pacientes y normalizan las concen-
traciones séricas de IGF-I en alrededor del 40%. También inducen una reducción 
moderada del tamaño del tumor en algo menos de la mitad de los pacientes.
— Efectos indeseables.
Dolor abdominal, distensión, flatulencia y náuseas, suelen acontecer solo con las 
primeras inyecciones. La formación de cálculos biliares, en general asintomáticos, 
o el crecimiento de los preexistentes es un hecho relativamente común (20-30% 
de los pacientes tratados). 
•	 Bloqueantes	del	receptor	de	GH.	El pegvisomant (Somavert) es actualmente el único 
bloqueante del receptor de GH. Se administra en inyección subcutánea en dosis de 
10, 15 o 20 mg/día (dosis máxima 40 mg/día). Los estudios preliminares muestran 
una normalización de IGF-1 sérica en más del 90% de los pacientes. La GH no sirve de 
parámetro de control. No tiene ningún efecto sobre el tamaño del tumor.
Los criterios de curación o control de la acromegalia figuran en la Tabla 2.9.
Tabla	2.9. Criterios de curación/control.
•	 GH	basal	media	inferior	a	2,5	ng/mL	(datos	con	determinación	por	RIA	no	validados	con	otros	
métodos: inmunoradiométricos o inmunoquimioluminiscencia)
•	 GH	tras	sobrecarga	oral	de	glucosa	inferior	a	1	ng/mL
•	 IGF-1	normal,	ajustado	a	edad	y	sexo
•	 Ausencia	de	tumor	en	RMN	(no	exigible	para	control)
12 Endocrinología clínica
ProLACtiNoMA █
Se trata de un tumor adenohipofisario productor de prolactina. Es el más común de 
todos (10% de todos los estudios necrópsicos tienen microprolactinomas). En vida, los 
microprolactinomas, habitualmente en mujeres, son más frecuentes que los macroprolac-
tinomas. La hiperprolactinemia no tumoral es mucho más frecuente que el prolactinoma, 
y la causa mas frecuente es la secundarias a ingesta de fármacos. 
La Tabla 2.10 muestra las causas de hiperprolactinemia.
Tabla 2.10. Etiología de la hiperprolactinemia.
•	 Fisiológica
* Embarazo/Lactancia
* Estrés/Sueño/Ejercicio
•	 Neurogénica
* Lesiones pared torácica
* Lesiones medulares
* Estimulación mamaria
•	 Hipofisaria
* Prolactinoma
* Acromegalia/adenoma no secretor
* Silla turca vacía
* Hipofisitis linfocítica
* Enfermedad de Cushing
•	 Hipotalámica
* Craneofaringioma/meningioma
* Disgerminoma/otros tumores hipotalámicos
* Sarcoidosis/histiocitosis
* Irradiación/alteración vascular
* Sección tallo hipofisario
•	 Enfermedades	sistémicas
* Insuficiencia renal/cirrosis
* Hipotiroidismo/Addison
* Ovario poliquístico/epilepsia
•	 Drogas
•	 Idiopática
•	 Macroprolactinemia
Los fármacos que pueden inducir hiperprolactinemia son muy numerosos y se muestran 
en la Tabla 2.11.
Tabla 2.11. Fármacos que inducen hiperprolactinemia.
•	 Bloqueantes	del	receptor	de	dopamina
* Fenotiacinas: clorpromacina, promacina, trifluoperacina, fluperacina, butaperacina, perfe-
nacina, trietilperacina, tioridacina, haloperidol, pimocide, tiotixene y molindone 
* Butirofenonas: haloperidol
* Tioxantinas/metoclopramida
•	 Opiáceos	y	antagonistas	opiáceos
* Heroína, metadona, apomorfina y morfina
•	 Antidepresivos
* Tricíclicos: clorimipramina, aminotriptilina
•	 Inhibidores	recaptación	serotonina:	fluoxetina
Adenomas	hipofisarios	funcionantes	y	no	funcionantes.	Acromegalia.	Prolactinoma 13
•	 Inhibidores	de	la	síntesis	de	dopamina:α-metil dopa
•	 Depletores	de	catecolaminas: reserpina
•	 Agonistas	colinérgicos: piridostigmina
•	 Antihipertensivos: labetolol, reserpina, verapamilo
•	 Bloqueantes	receptores	H-2	de	la	histamina: cimetidina, ranitidina
•	 Anticonvulsivantes: fenitoina
•	 Inhibidores	de	la	proteasas
•	 Estrógenos/	anticonceptivos/	retirada	anticonceptivos
En la Tabla 2.12 se expresa la posible relación entre grado de intensidad de la hiperpro-
lactinemia y su etiología 
Tabla 2.12. Intensidad de la hiperprolactinemia.
•	 En	general	 la	hiperprolactinemia	inducida	por	drogas	es	modesta,	sobrepasando	raramente	
concentraciones de 100 ng/ml.
•	 Las	enfermedades	hipofisarias	e	hipotalámicas	son	frecuente	causa	de	hiperprolactinemia	a	
través de interferencia con los mecanismos de control de la secreción de prolactina (pérdida 
de inhibición tónica de la secreción de prolactina por la dopamina). La hiperprolactinemia 
originada por este mecanismo raramente supera la cifra de 150 ng/ml.
•	 El	prolactinoma	(micro	o	macro)	cursa	con	concentraciones	de	prolactina	mucho	más	elevadas,	
y en general, proporcionales a la masa tumoral.
•	 La	macroprolactinemia	 refleja	el	predominio	de	secreción	de	 formas	de	prolactina	de	ele-
vado peso molecular, normalmente liberadas en mínima cantidad. Estas moléculas tienen una 
actividad biológica sumamente reducida, detectándose importantes hiperprolactinemias sin 
sintomatología clínica asociada (alteración de la función sexual, galactorrea, etc.).
•	 Cuando	no	se	encuentra	una	causa	específica	de	la	hiperprolactinemia,	hablamos	de	hiperpro-
lactinemia idiopática. 
Los prolactinomas son mucho más comunes en las mujeres, y en el 95% de los casos son 
microadenomas. La clínica típica en las mujeres es la asociación de amenorrea, galactorrea 
e infertilidad. En los hombres usualmente el motivo de consulta es la presencia de síntomas 
compresivos, fundamentalmente pérdida visual, déficits neurológicos o cefalea; aunque 
también la disminución de libido, la disfunción eréctil, la infertilidad y la oligoespermia 
pueden ser el motivo de consulta.
En la Tabla 2.13 se hace referencia al diagnóstico de las hiperprolactinemias.
Tabla 2.13. Diagnóstico de la hiperprolactinemia.
•	 La	prolactina	se	secreta	episódicamente,	por	lo	tanto	alguna	de	las	determinaciones	que	se	
realizan a lo largo del día pueden quedar dentro de los límites superiores a la normalidad, 
establecidos por el laboratorio. Por este motivo el hallazgo de concentraciones discretamente 
elevadas de prolactina debe ser confirmado con la toma de varias muestras. 
•	 Una	historia	cuidadosa	y	una	exploración	física	detenida,	junto	con	la	bioquímica	general,	los	
tests de función tiroidea y una prueba de embarazo puede excluir virtualmente todas las causas 
de hiperprolactinemia, excepto las enfermedades hipotálamo-hipofisarias. 
•	 Las	determinaciones	de	prolactina	basal,	aunque	con	superposiciones,	son	orientativas	de	la	causa	
de la hiperprolactinemia; lo habitual es que en la hiperprolactinemia no tumoral las concentra-
ciones de prolactina sean inferiores a 100 ng/ml, los microprolactinomas se encuentren entre 100 
y 300 ng/ml y cifras superiores a 400-500 ng/ml son habituales en los macroprolactinomas.
•	 Los	tests	de	estimulación	y	supresión	(TRH,	hipoglucemia	insulínica,	clorpromacina,	L-dopa,	nomi-
fensina y domperidona), realizados desde antiguo en un intento de distinguir la hiperprolactine-
14 Endocrinología clínica
mia funcional (que responderían) de la tumoral (en la que no inducirían cambios), dan resultados 
inespecíficos y se deben abandonar en el diagnóstico diferencial de la hiperprolactinemia.
•	 Cuando	no	existe	causa	evidente	de	la	hiperprolactinemia	después	de	los	anteriores	estudios,	
debe hacerse una evaluación radiológica hipotálamo-hipofisaria, aún con concentraciones de 
prolactina solo mínimamente elevadas. En este sentido, la mejor exploración es la resonancia 
magnética nuclear (RMN) basal y tras la administración de gadolinio.
•	 Cuando	no	se	encuentra	una	causa	evidente	de	la	hiperprolactinemia,	y	 la	RMN	hipotálamo-
hipofisaria es negativa, se etiqueta de hiperprolactinemia idiopática.
•	 El	estudio	campimétrico	solo	está	indicado	cuando	existen	síntomas	de	compresión	quiasmática	
o en la RMN se comprueba que el tumor contacta con la vía óptica.
El tratamiento de la hiperprolactinemia se resume en la Tabla 2.14.
Tabla 2.14. Tratamiento de la hiperprolactinemia.•	 Los	objetivos	terapéuticos	son	normalizar	la	secreción	de	prolactina,	mejorar	la	función	gonadal,	
restaurar la fertilidad y controlar el tamaño del tumor.
•	 El	tratamiento	de	elección	son	hoy	en	día	los	agonistas	dopaminérgicos,	independientemente	del	
tamaño del tumor. Se dispone de bromocriptina, cabergolina, quinagolida y lisuride, existiendo 
mucha más experiencia con los dos primeros. La caída de la prolactina con cualquier agonista 
dopaminérgico es rápida y la reducción del tamaño del tumor es evidente dentro de las primeras 
semanas. Los efectos secundarios son fundamentalmente molestias gastrointestinales e hipoten-
sión ortostática que pueden aminorarse o evitarse iniciando la medicación muy paulatinamente y 
tomándola tras la comida o, en el caso de la cabergolina, al acostarse. 
•	 La	bromocriptina	es	el	fármaco	con	el	que	se	tiene	mayor	experiencia	en	el	tratamiento	durante	
el embarazo y por tanto debe ser preferentemente empleada en esta situación; solo en caso de 
intolerancia o ineficacia se puede utilizar la cabergolina. Es ideal que cuando el tratamiento se 
lleva a cabo para inducir fertilidad, se tomen medidas anticonceptivas mecánicas hasta tener 
dos o tres menstruaciones regulares, en esta situación y ya conociendo el patrón menstrual, 
puede intentarse el embarazo. Ante días de retraso en la menstruación, debe realizarse un test 
de embarazo, y si se confirma suspender la medicación en los microprolactinomas. En caso de 
macroprolactinomas el tratamiento durante el embarazo debe ser individualizado. No es necesario 
el estudio sistemático seriado de campimetría durante la gestación en el microprolactinoma y sí 
cada tres meses en el macroprolactinoma; debiendo realizarse RMN si aparecen síntomas.
•	 La	observación	puede	ser	el	único	tratamiento	en	algunos	casos,	(microprolactinomas	en	muje-
res postmenopáusicas), ya que se conoce que la tendencia a la progresión de los microadeno-
mas es muy baja 
•	 La	cirugía	transesfenoidal	debe	reservarse	para	los	casos	en	los	que	exista	intolerancia	o	inefi-
cacia de los agonistas dopaminérgicos, y en algunos microadenomas individualizadamente. La 
tasa de recidiva de la hiperprolactinemia tras la cirugía transesfenoidal es elevada. 
•	 La	irradiación	hipofisaria	es	muy	poco	efectiva	en	el	control	de	la	hiperprolactinemia	y	solo	
está indicada en tumores muy invasores que no se reducen tras el tratamiento médico.
•	 En	la	hiperprolactinemia	no	tumoral,	el	tratamiento	será	etiológico,	revirtiendo	si	es	posible	la	
causa que la origine.
•	 En	cuanto	a	la	hiperprolactinemia	inducida	por	drogas,	se	valorará	cada	caso	individualmente,	
pudiéndose desde suspender el fármaco inductor —cuando sea posible— a utilizar agonistas 
dopaminérgicos, pasando por la administración de estrógenos-progesterona, o bien solamente 
conducta expectante.
AdENoMA ProduCtor dE tsH (tirotroPiNoMA) █
Se trata de un tumor hipofisario secretor de TSH, sus subunidades o ambas, que en la 
mayoría de casos se asocia a hipertiroidismo con TSH normal o elevada. Excepcionalmente 
Adenomas	hipofisarios	funcionantes	y	no	funcionantes.	Acromegalia.	Prolactinoma 15
cosegrega GH o PRL. Muy raro (1% de los tumores hipofisarios). Afecta por igual a ambos 
sexos. La mayoría son macroadenomas. 
En la Tabla 2.15 se resumen la clínica, diagnóstico y tratamiento de los tirotropinomas.
Tabla 2.15. Clínica, diagnóstico y tratamiento de los tumores productores de TSH.
•	 Clínica
* Síntomas de hipertiroidismo moderado o leve 
* Síntomas del efecto masa del tumor, defecto en los campos visuales y cefaleas.
* Cuando producen otras hormonas manifiestan asociadamente el cuadro correspondiente 
de hipersecreción de GH o PRL. 
•	 Diagnóstico
* Niveles de TSH (normal o elevada) inapropiados para los niveles elevados de hormonas tiroi-
deas (T4 y T3). Aproximadamente una tercera parte tienen niveles de TSH normales. 
* Hormonas tiroideas libres elevadas.
* Subunidad α elevada con relación molar subunidad α/TSH superior a 1. 
* Ausencia de respuesta de TSH al test de TRH
* Anticuerpos antitiroideos negativos.
* RMN: macroadenoma, a veces invasor; raramente microadenoma.
•	 Diagnóstico	diferencial
* Con la resistencia a las hormonas tiroideas (subunidad α baja y respuesta positiva a TRH).
•	 Tratamiento
* Cirugía transesfenoidal: cura aproximadamente a un tercio de los pacientes y mejora a otro 
tercio.
* Análogos de la somatostatina: efectivos tanto en el control de la secreción de TSH (70%), 
como en la reducción del tumor (40%). Útiles también en la preparación quirúrgica.
* Antitiroideos: aumentan la TSH y deben ser evitados. 
AdENoMA HiPoFisArio CLÍNiCAMENtE No FuNCioNANtE Y █
GoNAdotroPo
Son los adenomas que no se asocian a un síndrome clínico de hiperproducción hormonal 
anterohipofisaria. Suelen ser macroadenomas y constituyen el 25-30% de todo los tumores 
hipofisarios. Tienen igual distribución en ambos sexos, afectando generalmente a personas 
mayores de 50 años.
Los adenomas hipofisarios no funcionantes comprenden una amplia variedad de lesiones 
morfológicas con positividad inmunohistoquímica para diversas hormonas (Tabla 2.16). Su 
conducta es variable, desde un crecimiento lento a invasividad de estructuras vecinas.
Tabla 2.16. Anatomía patológica.
•	 Glicoproteínas,	más	habitualmente	gonadotropinas	como	FSH,	LH,	α o β subunidades y TSH.
•	 ACTH	(corticotropinoma	silente)
•	 También	la	inmunohistoquímica	puede	ser	negativa,	como	los	tumores	null cell o los oncoci-
tomas, caracterizados por contener múltiples mitocondrias en la microscopia electrónica.
Desde un punto de vista clínico, presentan las sigientes manifestaciones (Tabla 2.17).
Tabla 2.17. Clínica.
•	 Efecto	masa
* Defectos visuales, hemiapnosia o cuadrantanopsia uni o bitemporal.
* Cefalea.
16 Endocrinología clínica
* Oftalmoplejia (III, IV o VI pares craneales).
* Atrofia óptica, rara, por compresión prolongada del nervio óptico.
•	 Hipopituitarismo
•	 Incidentaloma: detección de un adenoma no funcionante en una exploración relizada por otro 
motivo.
En las Tablas 2.18 y 2.19 se resumen el diagnóstico y la terapéutica.
Tabla 2.18. Diagnóstico.
•	 RMN: macroadenoma con o sin extensión supraselar, o invasión de senos cavernosos y esfenoidal.
•	 Campimetria: anormal entre la mitad y dos tercios de los casos.
•	 Determinación	de	PRL: normal o solo ligeramente elevada (menos de 100 ng/ml) por lesión de 
tallo hipofisario.
•	 Estudio	global	de	la	función	hipofisaria: algún déficit en la mitad de los pacientes.
Tabla	2.19. Tratamiento.
•	 Cirugía	 transesfenoidal. Es el tratamiento primario de elección. Raras veces ante tumores 
con crecimientos extensos o laterales hay que recurrir a la vía transcraneal. En la mayoría de 
pacientes mejora o se normaliza el déficit visual, y un pequeño porcentaje puede recuperar 
parte de la función hipofisaria. Tras la cirugía se requiere vigilancia con RMN para detectar nuevo 
crecimiento, ya que no existe un marcador bioquímico tumoral.
•	 Radioterapia.	Indicada cuando la cirugía está contraindicada o tras la cirugía ante importantes 
restos no extirpables.
•	 Tratamiento	médico. Poca o nula efectividad. Se han descrito casos aislados de reducción tumoral 
con agonistas dopaminérgicos y con análogos de la somatostatina.
•	 Se	requiere	tratamiento	hormonal	sustitutivo de los déficits hipofisarios, si existen.
iNCidENtALoMA HiPoFisArio █
Se define como tal la presencia de una lesión hipofisaria, descubierta al obtener imágenes 
de la región selar por cualquier otra causa.
Dado el aumento de las exploraciones de imagen craneales por problemas muy diversos, estos 
hallazgos son cada vez son más frecuentes, planteando un problema diagnóstico y terapeútico.
En la Tabla 2.20 se esquematizan las principales características de los incidentalomas 
hipofisarios.
Tabla 2.20. Características de los incidentalomas hipofisarios.
•	 Epidemiología
* En autopsia, el 10-20% de las glándulas hipofisarias examinadas muestran un microade-noma y la mitad de estos son inmunohistoquímicamente positivos para PRL.
 Por técnicas de imagen (RMN) se descubre un microadenoma hipofisario en 10% de los 
voluntarios sanos. Es raro, sin embargo, descubrir un macroadenoma, y cuando sucede, 
retrospectivamente es posible hallar alguna clínica relacionada con el mismo.
•	 Historia	natural	
* Los microadenomas muy raramente progresan, menos del 5%, mientras que es frecuente 
detectar progresión en los macroadenomas.
•	 Clínica
* Ninguna por definición. Se debe interrogar sobre síntomas sutiles de hipersecreción o por 
mínimos cambios morfológicos.
Adenomas	hipofisarios	funcionantes	y	no	funcionantes.	Acromegalia.	Prolactinoma 17
•	 Estudios	a	realizar
* Excluir hipersecreción hormonal.
* Detectar hipotiroidismo.
* Determinar PRL y resto de hormonas hipofisarias y periféricas (no existe acuerdo sobre su 
necesidad en las microadenomas).
•	 Tratamiento
* Masas extraselares: exéresis.
* Masas intraselares mayores de 1 cm: repetir RMN a los 6 meses, 1, 2 y 5 años y operar si 
crece.
* Masas intraselares menores de 1 cm: repetir RMN a los 1, 2 y 5 años.
siLLA turCA VACÍA █
La silla turca vacía se define como una silla turca, independiente del tamaño, que está 
parcial (más de un tercio) o completamente llena de líquido cefalorraquídeo (LCR). En la 
Tabla 2.21 se muestran los rasgos principales.
Tabla 2.21. Características de la silla turca vacía.
•	 Puede	ser	secundaria	a	la	irradiación	o	resección	quirúrgica	del	contenido	selar.	Existen	formas	
idiopáticas o primarias, cuyo mecanismo no está totalmente dilucidado. Se encuentra en el 
6% de las autopsias. Es más común en las mujeres y aumenta su frecuencia con la edad. En 
las imágenes de RMN se identifica fácilmente la extensión del LCR en el interior de la silla. Los 
restos de la glándula están comprimidos en el suelo. 
•	 La	mayoría	de	personas	con	silla	turca	vacía	están	asintomáticas,	aunque	un	10%	presentan	
cefalea inespecífica. Pueden ocurrir alteraciones campimétricas visuales por la herniación en 
la misma del quiasma óptico, principalmente cuando ésta ocurre después de la cirugía o en el 
transcurso evolutivo de una masa intraselar.
•	 No	suelen	existir	déficit	hormonales	en	las	idiopáticas.
bibLioGrAFÍA █
Melmed S. Evaluation of pituitary masses. En: DeGroot LJ, Jameson JL (ed.). Endocrinology (5ª ed.), vol 
1. Philadelphia, Saunders. Elsevier, 2006, págs. 387-96.
Melmed S, Kleinberg D. Anterior pituitary. En: Kronenberg HM, Melmed S, Polonsky KS, Larsen PR (ed.). 
Williams Textbook of Endocrinology (11ª ed.). Philadelphia, Saunders-Elsevier, 2008, págs. 155-262.
19
3
Hipopituitarismo
Tomás	Lucas	Morante
El hipopituitarismo es el cuadro clínico originado por déficit parcial o completo de la 
función hipofisaria.
Las manifestaciones clínicas dependen de la extensión del déficit y del tipo de hormona u 
hormonas que se afectan, así como de la velocidad de instauración del cuadro.
Para que aparezcan las manifestaciones clínicas, es necesario que haya una destrucción 
superior al 75% de la glándula hipofisaria. Si la lesión afecta solo a alguna o algunas de las 
hormonas hipofisarias, se habla de hipopituitarismo parcial; hablándose de panhipopituita-
rismo cuando todas ellas están involucradas.
Las causas de hipopituitarismo son las expuestas en la Tabla 3.1.
Tabla 3.1. Etiología.
Tumores hipofisarios.•	
Tumores parahipofisarios: craneofaringioma, meningioma, metástasis de cancer de mama o de •	
pulmón, cordomas, gliomas.
Iatrógeno: cirugía y radioterapia de lesiones hipofisarias o de sus proximidades.•	
Infarto pituitario: síndrome de Sheehan.•	
Infiltración de la glándula hipofisaria: sarcoidosis, hipofisitis linfocítica, hemocromatosis, his-•	
tiocitosis X…
Silla turca vacía•	
Infección: tuberculosis, abcesos pituitarios.•	
Traumatismos•	
Déficits aislados de hormonas liberadoras hipotalámicas: síndrome de Kallman, etc.•	
El cuadro clínico del hipopituitarismo depende del número de hormonas implicadas en 
el déficit y de la edad del paciente. En los niños es más evidente el déficit de crecimiento, y 
en los adultos los síntomas de hipogonadismo. Cuando el cuadro está totalmente establecido 
se producen síntomas dependientes del déficit de cada uno de los ejes. 
El defecto de secreción de hormona de crecimiento (GH) provoca un importante retraso 
del crecimiento en la edad infantil. En el adulto se asocia a una disminución de la sensación 
de bienestar y a un peor estado de salud y calidad de vida, así como a alteraciones en la 
composición corporal (disminución de masa magra y agua total del organismo, y aumento 
de la masa grasa.).
20 Endocrinología clínica
El hipogonadismo se manifiesta por amenorrea en la mujer. En el hombre ocasiona 
disminución de libido y potencia sexual, y a más largo plazo de los caracteres sexuales 
secundarios .
El déficit de TSH (hormona tirotropa) causa un síndrome clínico de hipotiroidismo, carac-
terizado por intolerancia al frío, sequedad de piel, somnolencia, bradicardia, estreñimiento, 
voz ronca y anemia, si bien de una severidad menor que cuando se trata de hipotiroidismo 
primario. Es clásico la ausencia de bocio.
El déficit de ACTH (hormona adrenocorticotropa) origina una insuficiencia corticoadre-
nal, con características clínicas semejantes a las del fallo adrenal primario: debilidad, náu-
seas, vómitos, anorexia, pérdida de peso, fiebre e hipotensión. Ya que la zona glomerulosa 
está preservada y el sistema renina angiotensina intacto, la deshidratación y la depleción de 
sodio (habitualmente vistas en la enfermedad de Addison) están aquí ausentes. A pesar de 
todo, los pacientes pueden desarrollar una crisis addisoniana clásica.
La instauración del hipopituitarismo puede ser muy lenta y progresiva, por lo que frecuen-
temente pasa desapercibido y solo se evidencia en un periodo de estrés o infección intercu-
rrente. La hipoglucemia puede agravarse por el déficit concomitante de GH y ACTH.
En el síndrome de Sheehan o infarto hipofisario posparto, el cuadro característico es el 
de un alumbramiento complicado con hemorragia e hipotensión o shock, que se resuelve 
con tratamiento médico. Tras el parto no se produce lactación debido al déficit secretor de 
prolactina, no reaparece la regla, o si ésta se produce, vuelve a desaparecer al cabo de unos 
meses (déficit de LH y FSH), para ulteriormente producirse involución mamaria. No obs-
tante, muchas mujeres maduras no buscan asistencia médica ante la incapacidad de lactar 
o ante la persistencia de amenorrea posgestacional. A este cuadro se añaden hipotiroidismo 
y déficit suprarenal secudario En la Tabla 3.2 se resumen los síntomas clínicos del hipopi-
tuitarismo en el adulto.
Tabla 3.2. Clínica.
Hormona	deficitaria Rasgos	clínicos
GH (hormona de creci-
miento
Reducida capacidad para el ejercicio, reducción de masa magra, empeora-
miento del bienestar psicológico e incremento del riesgo cardiovascular
LH/FSH (hormonas gona-
dotropas)
Ciclos anovulatorios y oligo-amenorrea en la mujer. Disfunción eréctil y 
atrofia testicular en el hombre. En ambos sexos, libido reducida, inferti-
lidad y pérdida de los caracteres sexuales secundarios, lo que requiere 
muchos años 
ACTH (hormona adrenocor-
ticotropa)
Como en la enfermedad de Addison, excepto la falta de hiperpigmentación 
y ausencia de hipercaliemia
TSH (hormona tirotropa) Como en el hipotiroidismo primario
PRL (prolactina) Fallo de la lactación
ADH (hormona antidiu-
rética)
Poliuria y polidipsia
El diagnóstico del hipopituitarismo quedará centrado en los siguientes aspectos (Tabla 
3.3).
Hipopituitarismo 21
Tabla 3.3. Diagnóstico.
•	 Exploración	física
 Los pacientes tienen normo o discreto sobrepeso, su piel es fina, pálida y lisa con arrugas 
finas en la cara. El vello pubiano es escaso o está ausente y hay atrofia genital. En los casos 
más severos puede haber hipotensión postural, bradicardia, disminución de fuerza muscular y 
enlentecimiento de los reflejos osteotendinosos. Lasalteraciones neurooftalmológicas dependen 
de la causa subyacente (existencia de un tumor intraselar o una lesión paraselar).
•	 Analítica	general 
 Suele hallarse discreta anemia, tendencia a la hipoglucemia e hiponatremia (relacionadas con 
el hipotiroidismo y el hipocortisolismo).
•	 Estudios	hormonales:
a) Determinaciones basales.
Las concentraciones basales de las hormonas hipofisarias, así como las de las glándulas 
periféricas dependientes de las mismas están bajas. Se valorarán niveles de: 
* LH y FSH, testosterona en el varón y estradiol en la mujer.
* T4 libre y TSH.
* Cortisol y ACTH por la mañana.
* Prolactina.
* IGF-1 (aunque es normal en 25 a 50% de los pacientes con déficit de GH demos-
trado).
b) Test dinamicos:
 Habitualmente no es necesario realizar tests dinámicos. En caso de necesidad se puede 
realizar con las debidas precauciones un test múltiple de estimulación hipotálamo hipofi-
sario, que incluye hipoglucemia inducida por insulina para medir GH y cortisol, respuesta 
de prolactina y TSH al TRH y respuesta de gonadotropinas al LH-RH.
 En los pacientes que presentan síndrome poliuria-polidipsia es necesario evaluar la función 
de la hipófisis posterior. Antes de realizar pruebas en este sentido, es necesario sustituir 
o reemplazar la función corticotropa, si es deficiente, ya que el déficit de ACTH conduce 
a una reducida capacidad para excretar la sobrecarga de agua y puede enmascarar una 
diabetes insípida. Generalmente, para diagnosticar el déficit de ADH suele ser suficiente 
con estudio de osmolaridades plasmáticas y urinarias basales, aunque en algunos casos 
hay que recurrir al test de deshidratación.
•	 Diagnóstico	etiológico
* Debe realizarse una resonancia magnética nuclear (RMN) con contraste de la región hipo-
tálamo-hipofisaria.
El hipopituitarismo se trata habitualmente reemplazando las hormonas de las glándulas 
periféricas; solo excepcionalmente utilizamos las hormonas trópicas hipofisarias o hipota-
lámicas. Una excepción es la sustitución de la hormona de crecimiento que ha de hacerse 
con la propia hormona. (Tabla 3.4).
Tabla 3.4. Tratamiento.
DÉFICIT	 DOSIS
Adrenal
Hidrocortisona: 10 mg desayuno y 5 mg comida y cena, o bien 20 mg desayuno y 10 
mg cena. Dosis total de reemplazamiento: 15-30 mg/día.
Prednisona: 4 mg desayuno y 2 mg cena. Dosis total: 5-7,5 mg/día.
Tiroides Tiroxina: 100 a 150 µg/día.
GH GH	: 0,2-0,6 mg/día (0,4-1,5 unidades/día).
22 Endocrinología clínica
Gonadal
*Hombre
- Sustitución hormonal: Testosterona
- Espermatogénesis: LH-RH/gonadotropina coriónica+FSH (recombinante)
* Mujer
- Sustitución hormonal: Estrógenos/Progesterona
- Inducción ovulación: Clomifeno/LH-RH/gonadotropina coriónica + FSH (recom-
binante)
En cuanto al tratamiento de la función tiroidea en el hipotiroidismo secundario, su moni-
torización se basará en la determinación de la concentración sérica de T4 libre, no siendo 
adecuada para este fin la valoración de TSH.
En las Tablas 3.5, 3.6 y 3.7 se especifican los preparados de estrógenos, gestágenos y 
testosterona empleados como tratamiento sustitutivo.
Tabla 3.5. Preparados de estrógenos.
PREPARADO DOSIS
Estrógenos conjugados equinos 0,625-1,25 mg/día
Estradiol valerianato 2 mg/día
Estradiol parches transdérmicos 100 µg/dos veces a la semana
Estradiol gel 1-1,5 mg/día
Tabla 3.6. Preparados de gestágenos.
PREPARADO DOSIS
Medroxiprogesterona acetato 10 mg/día durante 10-12 días
Dehidrogesterona 10 mg/día durante 10-12 días
Norgestrel 150 µg/día 10-12 días
Noretisterona 0,7-1 mg/día durante 10 días 
Tabla 3.7. Preparados de testosterona.
PREPARACION DOSIS
Esteres	de	testosterona	im: enantato (Testoviron 
Depot ) o cipionato (Testex Elmu Prolongatum 
im )
250 mg/cada 3 semanas. Monitorizar la testosterona el 
día previo o el mismo día que se pone la inyección
Parches transdérmicos (Androderm de 2,5 y de 
5 mg ) 2,5 a 7,5 mg/día 
Crema transdérmica (Testogel. ) 50 mg/día
bibLioGrAFÍA █
Jöstel A, Lissett CA, Shalet SM. Hypopituitarism. En: DeGroot LJ, Jameson JL (eds.). Endocrinology (5ª 
ed.), vol 1. Philadelphia, Saunders-Elsevier, 2006, págs. 397-410.
Melmed S, Kleinberg D. Anterior pituitary. En: Kronenberg HM, Melmed S, Polonsky KS, Larsen PR (eds.). 
Williams Textbook of Endocrinology (11ª ed.). Philadelphia, Saunders-Elsevier, 2008, págs. 155-262.
23
4
Diabetes insípida y síndrome de secreción 
inadecuada de ADH (SIADH)
Javier	Estrada	García
FisioLoGÍA dE LA HorMoNA ANtidiurÉtiCA (AdH) █
Los cuerpos celulares de las neuronas cuyos axones forman la neurohipófisis se localizan 
en dos núcleos hipotalámicos bilaterales, el supraóptico y el paraventricular, cuyos axones 
convergen en un único tracto supraóptico-hipofisario que desciende por el tallo hasta la 
neurohipófisis.
La ADH se sintetiza a partir de una molécula precursora que es introducida en los grá-
nulos neurosecretores y posteriormente dividida en ADH, neurofisina y un glucopéptido 
terminal. Estos gránulos son transportados a través de los axones hasta la neurohipófisis, 
almacenándose en las terminales sinápticas. Cuando la secreción es estimulada, el contenido 
del gránulo secretor se libera a la circulación general por un mecanismo de exocitosis. 
La ADH es un péptido de 9 aminoácidos cuya acción fundamental es disminuir el acla-
ramiento de agua libre. A través de los receptores V2, estimula la síntesis de aquaporina-2 
incrementando el paso del agua desde la luz del túbulo colector renal al intersticio medular. 
A concentraciones plasmáticas más altas, como las que se observan en respuesta a la hipo-
tensión, tiene además un efecto vasoconstrictor mediado por los receptores V1. 
Los sistemas fundamentales de regulación de la secreción de ADH son los osmorrecepto-
res y los receptores de volumen. Los osmorreceptores son neuronas situadas en el hipotálamo 
en estrecho contacto con las células productoras de ADH. Son muy sensibles a los cambios 
en la osmolaridad plasmática, de manera que un incremento de ésta en un 1% origina un 
aumento medible en la liberación de ADH. En condiciones normales el nivel sérico de ADH 
oscila entre 1 y 6 pg/ml. Comienza a incrementarse a partir de una osmolaridad plasmática 
de 280 mOs/kg y continúa aumentando linealmente hasta niveles de 300 mOs/kg. Los recep-
tores de volumen están situados en el seno carotídeo y arco aórtico (barorreceptores de alta 
presión), así como en la aurícula izquierda y el pulmón (barorreceptores de baja presión). Las 
aferencias originadas en ellos llegan a los núcleos supraóptico y paraventricular a través de 
los nervios craneales IX y X, después de realizar múltiples sinapsis en el tronco cerebral y 
el hipotálamo. Los impulsos de este sistema son inhibitorios, de manera que una caída de la 
presión a nivel de los receptores disminuye el grado de inhibición e incrementa la secreción 
de ADH. La sensibilidad de este sistema es mucho menor que la de los osmorreceptores, 
siendo necesaria una disminución del 5-10% del volumen circulante para que se produzca la 
liberación de ADH. Sin embargo, una vez que se llega a ese nivel, la secreción puede aumen-
24 Endocrinología clínica
tar exponencialmente, alcanzándose unos niveles hormonales mucho mayores que los que se 
logran mediante la estimulación osmótica y capaces de producir un efecto vasopresor.
El riñón responde a pequeñas oscilaciones en los niveles plasmáticos de ADH, al igual 
que los osmorreceptores a pequeños cambios en la osmolaridad. La osmolaridad urinaria 
oscila entre un mínimo, que representa la máxima capacidad del riñón para concentrar la 
orina en ausencia de ADH, y un máximo (1.200 mOs/kg), que es la máxima capacidad renal 
para concentrar bajo el estímulo de esta hormona.
diAbEtEs iNsÍPidA █
La diabetes insípida (DI ) se define como la eliminación de grandes cantidades de orina 
diluida, con diuresis superior a tres litros al día y osmolaridad urinaria (uOsm) inferior a 
300 mOsmol/kg. 
Es consecuencia de las alteraciones en los mecanismos de concentraciónde la orina que 
se originan por la deficiencia total o parcial en la secreción o en la acción de la ADH. De 
acuerdo con lo expresado, la diabetes insípida podemos clasificarla, desde un punto de vista 
fisiopatológico, de la siguiente forma (Tabla 4.1). 
Tabla 4.1. Clasificación.
•	 Diabetes	insípida	central,	craneal,	neurogénica	o	hipotalámica.
 Debida a la deficiencia total o parcial de secreción de hormona antidiurética (ADH).
•	 Diabetes	insípida	nefrogénica.
 Debida a resistencia renal a la acción de niveles normales o elevados de ADH. 
•	 Polidipsia	primaria	o	potomanía:
 Debida a la ingesta excesiva de agua, que inhibe la secreción de ADH y altera los mecanismos 
renales de concentración de la orina (disminución de la hipertonicidad del intersticio medular).
En la Tabla 4.2 se hace referencia a las causas de diabetes insípida.
Tabla 4.2. Etiología.
	 •	 Hipotalámica
 a) Familiar o genética
* Autosómica dominante o recesiva (gen de vasopresina).
* DIDMOAD (Wolfram) (diabetes insípida, diabetes mellitus, atrofia óptica, sordera).
* Anomalías del desarrollo (displasia septo-óptica, síndrome de Lawrence-Moon-Biedl).
	 	 b)	Adquirida
* Trauma (traumatismo craneoencefálico, neurocirugía).
* Tumores hipotalámicos (craneofaringioma, glioma, tumores germinales, menin-
gioma).
* Metástasis (pulmón, mama, melanoma, infiltración leucémica).
* Enfermedades inflamatorias (infundibuloneurohipofisitis linfocitaria, sarcoidosis, his-
tiocitosis, granulomatosis de Wegener).
* Infecciones (meningitis, encefalitis).
* Vascular (síndrome de Sheehan, aneurisma, bypass aorto-coronario, encefalopatía 
hipóxica).
* Idiopática.
	 •	 Nefrogénica
 a) Familiar o genética
* Recesiva ligada al X (gen del receptor V2 de vasopresina).
Diabetes	insípida	y	síndrome	de	secreción	inadecuada	de	ADH	(SIADH) 25
* Autosómica recesiva o dominante (gen de la aquaporina-2).
	 	 b)	Adquirida
* Fármacos (litio, demeclociclina).
* Metabólica (hipercalcemia, hipokaliemia).
* Enfermedad renal crónica (poliquistosis, uropatía obstructiva).
* Diuresis osmótica (hiperglucemia, manitol).
* Enfermedades sistémicas (amiloidosis, mieloma).
* Idiopática.
	 •	 Polidipsia	primaria 
* Asociada a enfermedades psiquiátricas.
* Lesiones hipotalámicas, sobre todo sarcoidosis.
La diabetes insípida se caracteriza por las siguientes manifestaciones clínicas (Tabla 4.3).
Tabla 4.3. Clínica.
•	 La	poliuria, sed y polidipsia constituyen los síntomas esenciales de la DI central. La intensidad 
de la poliuria es muy variable dependiendo del grado de déficit de ADH. En la mayoría de los 
pacientes, que tienen déficits parciales, oscila entre 3 y 6 litros al día, pero puede llegar a los 18 
litros en caso de ausencia total de ADH.
•	 La	nicturia está presente prácticamente siempre, a diferencia de lo que ocurre en la polidipsia 
primaria, en la que es infrecuente. En la mayoría de los casos el comienzo del cuadro es brusco, 
siendo de inicio gradual en la poliuria de causa renal. 
•	 La	función	normal	del	centro	de	la	sed	asegura	el	reemplazamiento	constante	de	las	pérdidas	
de agua, por lo que habitualmente no se observan signos de deshidratación, excepto discre-
tas elevaciones en la natremia. Sin embargo, cuando el aporte de agua está interferido por 
algún motivo, puede producirse un cuadro de deshidratación grave con debilidad, confusión, 
hipertermia, coma y muerte. Estos síntomas tienen lugar con incrementos importantes en la 
osmolaridad plasmática y natremias habitualmente superiores a 175 meq/l.
•	 La	adipsia	no	se	observa	en	la	DI	idiopática,	pero	el	centro	de	la	sed	puede	ser	lesionado	por	
el mismo proceso que causa la DI en los casos secundarios. En la práctica, este problema se 
presenta en general en pacientes con disminución del nivel de conciencia debido a tumores, 
traumatismos, etc. 
•	 La	poliuria	de	larga	evolución	puede	causar	dilatación	vesical	y	ureterohidronefrosis	en	algunos	
casos.
En cuánto al diagnóstico de la diabetes insípida, en las Tablas 4.4 y 4.5 se muestran las 
características principales.
Tabla 4.4. Orientación diagnóstica.
•	 El aspecto más característico de la DI es la hipostenuria persistente con densidad urinaria infe-
rior a 1.005 y osmolaridad urinaria inferior a 200 mOsm/kg. La analítica de rutina nos permitirá 
descartar con facilidad otras causas más frecuentes de poliuria: hiperglucemia, hipercalcemia, 
hipopotasemia e insuficiencia renal. Una historia de traumatismo craneal, cirugía intracraneal o 
déficits neurológicos (hemianópsia bitemporal) debe hacer pensar en la DI central como causa 
de la poliuria.
•	 Más	difícil	es	el	diagnóstico	diferencial	entre	la	DI,	parcial	o	completa,	y	la	polidipsia	primaria,	
aunque algunos datos pueden ser útiles. Así, una osmolaridad plasmática basal inferior a 285 
mOs/kg o una historia de poliuria episódica sugieren el diagnóstico de polidipsia primaria. Los 
antecedentes de patología intracraneal, el comienzo brusco de la poliuria o una osmolaridad 
plasmática basal superior a 290 mOs/kg son más característicos de la DI.
•	 Las	pruebas	utilizadas	en	el	diagnóstico	de	 la	DI	se	basan	en	 la	capacidad	del	 riñón	para	
excretar una orina hipertónica en respuesta a un estímulo osmótico. La maniobra más simple 
26 Endocrinología clínica
es producir una hipertonicidad de los líquidos corporales mediante la deprivación de agua (test 
de deshidratación). El nivel absoluto de concentración urinaria logrado por este procedimiento 
no es diagnóstico, ya que la máxima capacidad para concentrar la orina depende del grado de 
hipertonicidad de la médula renal, además de la presencia de niveles adecuados de ADH. Sin 
embargo, incluso en individuos con una tonicidad medular reducida, la máxima osmolaridad 
urinaria conseguida mediante la deprivación de agua está, en último termino, en función de la 
ADH liberada en respuesta a la deshidratación. Por ello, en individuos que mantienen intacto su 
mecanismo de síntesis y liberación hormonal, la administración de ADH exógena no incrementa 
la máxima osmolaridad urinaria conseguida con la deshidratación.
Tabla 4.5. Metodología diagnóstica.
Test	de	deshidratación
1. En pacientes con poliuria moderada, la deprivación de agua puede comenzar la noche anterior a 
la prueba. En aquellos con poliuria intensa la deshidratación debe realizarse durante el día. 
2. Al comienzo de la prueba se determinan las osmolaridades plasmática y urinaria. Posteriormente 
se mide la osmolaridad urinaria y se pesa al paciente cada hora. 
3. Se compara cada osmolaridad urinaria con la previa y cuando existan dos incrementos con-
secutivos inferiores a 30 mOs/kg o cuando el paciente haya perdido el 5% de su peso inicial, 
se inyectan 2 ug de desmopresina por vía subcutánea y se mide la osmolaridad urinaria dos 
horas después.
4. Los resultados se interpretan de la siguiente manera:
 Osmolaridad	urinaria	(Osm/kg)
 Después de Después de
Diagnóstico deshidratación desmopresina
DI Craneal completa < 300 > 800
DI. Nefrogénica < 300 < 300
Polidipsia Primaria > 800 > 800
DI Craneal parcial 300-800 > 800
Otras	pruebas
* En ocasiones el test de deshidratación no permite establecer claramente la causa de la poliuria. 
En estos casos puede ser útil la determinación de los niveles	plasmáticos	de	ADH	durante una 
estimulación osmótica gradual, producida por la infusión de suero salino hipertónico. Serán bajos 
o indetectables en la DI central y normales en la DI nefrogénica y en la polidipsia primaria. 
* Un ensayo terapéutico con desmopresina (10 ug intranasales al día durante 2-4 semanas) puede 
ser útil para distinguir la polidipsia primaria de la DI central parcial. Provocará hiponatremia 
dilucional en el primer caso y mejorará la poliuria y la sed, sin producir hiponatremia, en el 
segundo.
* En todos los pacientes con DI central debe hacerse un estudio completo de función hipofisaria 
para detectar posibles déficits hormonales asociados y una resonancia magnética nuclear 
hipotálamo-hipofisaria para determinar lacausa de la DI. Además, la hiperintensidad del lóbulo 
posterior de la hipófisis se correlaciona estrechamente con el contenido de ADH, por lo que 
desaparece en la mayor parte de los pacientes con DI central.
El tratamiento de la diabetes insípida se muestra en la Tabla 4.6.
Tabla 4.6. Tratamiento.
•	 Diabetes	insípida	hipotalámica
 Debido a que las consecuencias más molestas de la DI son la poliuria persistente, la nicturia 
y la sed constante, el objetivo del tratamiento es reducir el volumen de orina hasta 2-3 litros 
Diabetes	insípida	y	síndrome	de	secreción	inadecuada	de	ADH	(SIADH) 27
al día. En pacientes con poliuria discreta es suficiente con mantener una ingesta de líquidos 
adecuada, sin medicación añadida.
 El resto debe seguir tratamiento farmacológico. El preparado de elección es la desmopresina: 
* Análogo de ADH, que actúa principalmente en los receptores V2 del riñón (efecto antidiu-
rético), con poca acción sobre los receptores V1 de los vasos (sin efecto vasopresor) y que 
tiene una vida media más larga que la hormona natural.
* En tratamientos crónicos se administra en 2-3 dosis diarias por vía oral (100-1.200 ug/día) 
o, con menos frecuencia, intranasal (5-100 ug/día). La vía parenteral (sc, iv, im 0,5-2 ug/
día) se usa fundamentalmente en el postoperatorio.
* Sus únicos efectos adversos se observan en situaciones de sobredosificación (hiponatremia 
dilucional). Para evitarlo se recomienda suprimir alguna dosis una vez por semana.
•	 Diabetes	insípida	nefrogénica
* Corrección de la alteración metabólica causante (hipopotasemia, hipercalcemia).
* Retirada del fármaco responsable (intoxicación por litio). 
* En casos con defectos irreversibles, la desmopresina a altas dosis (4 ug im) puede ser efectiva.
* Los diuréticos tiazídicos (hidroclorotiazida 25 mg al día), los antiinflamatorios no esteroideos 
(ibuprofeno 200 mg al día) y la dieta pobre en sal pueden disminuir la poliuria, a través 
de una disminución del filtrado glomerular e interfiriendo con los mecanismos de dilución 
de la orina en la nefrona distal. 
•	 Polidipsia	primaria
* Tratamiento de la enfermedad psiquiátrica subyacente 
sÍNdroME dE sECrECiÓN iNAdECuAdA dE AdH (siAdH) █
El SIADH se caracteriza por la existencia de hiponatremia secundaria a la retención de 
agua, inducida por la secreción persistente de ADH. En este síndrome la ADH es liberada 
de modo autónomo o en respuesta a estímulos potentes que sobrepasan el efecto inhibidor 
de la hipoosmolaridad plasmática.
Las causas del SIADH se expresan en la Tabla 4.7.
Tabla 4.7. Etiología.
•	 Tumores	con	síntesis	ectópica	de	ADH: carcinoma microcítico de pulmón (80%), carcinoma de 
páncreas, de duodeno, timoma, linfoma, leucemia, sarcoma, mesotelioma. 
•	 Enfermedades	pulmonares: tuberculosis, neumonía, empiema, absceso pulmonar.
•	 Enfermedades	del	sistema	nervioso	central: traumatismo craneoencefálico, hemorragia suba-
racnoidea, hematoma subdural, trombosis cerebral, encefalitis, meningitis tuberculosa.
•	 Fármacos: carbamazepina, clorpropamida, vincristina, ciclofosfamida, clofibrato. 
•	 Miscelánea: idiopático, psicosis, porfiria intermitente aguda.
En la fisiopatología del SIADH intervienen diferentes mecanismos (Tabla 4.8).
Tabla 4.8. Fisiopatología.
•	 En	casos	con	secreción	ectópica	de	ADH,	esta	hormona	es	sintetizada	y	liberada	por	un	tumor	
de modo autónomo e independiente de estímulos osmóticos o de volumen.
•	 El	SIADH	que	se	observa	en	algunos	pacientes	con	diversos	tipos	de	patología	pulmonar	inflama-
toria o infecciosa es debido a la capacidad del tejido anormal para sintetizar ADH (tuberculosis) 
o a las alteraciones que la enfermedad produce en los receptores de volumen.
•	 En	las	enfermedades	neurológicas	el	SIADH	es	consecuencia,	probablemente,	de	la	destrucción	
de vías nerviosas que normalmente inhiben la secreción de ADH.
•	 El	SIADH	secundario	a	medicamentos	se	produce	por	la	capacidad	de	estos	para	estimular	la	
liberación de ADH en la neurohipófisis.
28 Endocrinología clínica
•	 En	los	pacientes	con	hiponatremia	no	debida	a	los	mecanismos	descritos,	ésta	se	encuentra	
condicionado prácticamente siempre por una disminución del volumen sanguíneo circulante 
(cirrosis con ascitis, síndrome nefrótico, sobredosificación de diuréticos, etc.). En estos casos 
la disminución del flujo plasmático renal y del volumen de filtración glomerular incrementa 
la reabsorción de sodio y agua en el túbulo proximal, lo cual disminuye la llegada de sodio y 
agua a la porción distal de la nefrona, dificultando así los mecanismos de dilución de la orina. 
Aunque la situación hemodinámica de estos pacientes estimula la liberación de ADH a través 
de los receptores de volumen, no se consideran afectos de SIADH.
La sintomatología del SIADH se expone en la Tabla 4.9.
Tabla	4.9.	Clínica.
•	 Surge	como	expresión	de	 las	alteraciones	 inducidas	por	 la	hiponatremia	en	 la	 función	del	
sistema nervioso central: cefalea, apatía, anorexia, calambres musculares, desorientación, 
agitación, convulsiones y coma.
•	 La	gravedad del cuadro clínico depende de: 
* grado de hiponatremia;
*	velocidad	a	la	que	se	ha	desarrollado;
* edad del paciente.
 En general, los pacientes más jóvenes toleran mejor un nivel determinado de hiponatremia 
que los de más edad. Sin embargo, el desarrollo agudo, en pocas horas, de hiponatremia en 
pacientes jóvenes puede causar un cuadro clínico de extrema gravedad aún cuando la natremia 
solo haya disminuido hasta 125 mEq/l. Esto es debido a que la capacidad de las neuronas para 
expeler partículas osmóticamente activas, evitando así la tumefacción cerebral que acompaña 
a la hiponatremia, requiere un tiempo más prolongado para ponerse en juego. En cambio, este 
mecanismo de protección cerebral es muy efectivo en la hiponatremia de desarrollo crónico, en 
días o semanas, por lo que un individuo de edad avanzada puede permanecer relativamente 
asintomático incluso con natremias de 110 mEq/l.
 A pesar de que en los pacientes con SIADH el incremento del agua corporal total da lugar a un cierto 
grado de expansión del volumen extracelular, la hipertensión y los edemas son infrecuentes.
El abordaje diagnóstico del SIADH se muestra en las Tablas 4.10 y 4.11.
Tabla 4.10. Orientación diagnóstica.
•	 Los	enfermos	con	SIADH	tienen	natremias	generalmente	inferiores	a	130	mEq/l	y	osmolaridad	
plasmática por debajo de 270 mOsm/kg, con orina hipertónica en relación al plasma. El volumen 
extracelular aumentado hace que la concentración urinaria de sodio sea superior a 20 mEq/l.
 Para hacer el diagnóstico de SIADH es necesario excluir previamente las siguientes situaciones: 
* Pseudohiponatremia (hiperglucemia, hipertrigliceridemia).
* Hiponatremia secundaria a disminución del volumen extracelular (vómitos, diarrea, diuré-
ticos…).
* Hiponatremia debida a enfermedades	que	cursan	con	edemas (insuficiencia cardiaca, 
cirrosis con ascitis, síndrome nefrótico).
* Polidipsia primaria, en la que la orina es siempre hipotónica.
* Hipotiroidismo	e	hipocortisolismo, que producen alteraciones en los mecanismos renales 
de dilución de la orina. 
* Hiponatremia	esencial, en la que el nivel de estimulación de los osmoreceptores es inferior 
al normal.
•	 En	pacientes	con	datos	clínicos	y	analíticos	de	SIADH,	en	los	que	se	ha	excluido	la	existencia	
de patología pulmonar e intracraneal y la ingesta de medicamentos que pueden causar el 
síndrome, la posibilidad de que tengan un tumor maligno debe ser considerada seriamente. 
La hiponatremia puede aparecer antes de que el tumor sea visible radiológicamente. 
Diabetes	insípida	y	síndrome	de	secreción	inadecuada	de	ADH	(SIADH) 29
Tabla 4.11. Pruebas diagnósticas
•	 Sobrecarga	de	agua:	Es una prueba útil, aunque pocas veces necesaria.
* Antes de comenzar, conseguir natremias >125 mEq/L (mediante restricción de líquidos)
* Administrar durante 15 minutos un volumen de agua de 20 ml/kg peso
* Recoger la orina horariamente durante las siguientes 5 horas.
* Interpretación:

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