EDWARD JENNER Y LA VIRUELA BOVINA

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VACUNAS: CÓMO UNA ORDEÑADORA DE VACAS LE DIO 
A EDWARD JENNER LA CLAVE PARA DESCUBRIR LA 
VACUNA CONTRA LA VIRUELA (Y LO CONVIRTIÓ EN EL 
MÉDICO MÁS FAMOSO DEL MUNDO) 
 
Redacción 
BBC Mundo 
29 julio 2017 
Actualizado 16 mayo 2020 
 
 
La viruela fue uno de los más grandes flagelos de la humanidad. 
Se estima que 300 millones de personas murieron a causa de la 
viruela en el siglo XX solamente. 
La virulenta enfermedad, que mata a un tercio de los que infecta, 
ha coexistido con seres humanos durante miles de años. 
 
Quienes se salvaban quedaban con profundas marcas en la tez. 
La viruela también causaba ceguera. 
A medida que la población mundial crecía y los viajes 
aumentaban, el virus aprovechaba cada oportunidad para 
colonizar el mundo. 
 
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Por todas partes 
La primera evidencia física de la viruela son los rastros de la 
erupción de pústulas en el cuerpo momificado del faraón Ramsés 
V de Egipto, que murió en 1157 a.C. 
Los comerciantes llevaron la enfermedad de Egipto a India 
durante el primer milenio a.C. Desde allí pasó a arrasar en China 
en el siglo I d.C. y llegó a Japón en el siglo VI. 
Los cruzados que regresaban proporcionaron una manera de que 
la viruela se extendiera por Europa en los siglos XI y XII. 
La viruela fue particularmente exitosa en poblaciones originarias. 
Los españoles deben gran parte de su éxito en la conquista en 
el siglo XVI de los aztecas en México y los incas en Perú a la 
viruela. 
A diferencia de los conquistadores, los indígenas no tenían 
inmunidad a la enfermedad, nunca antes la habían encontrado y 
un gran número de ellos perecieron. 
Un siglo después, las poblaciones indígenas que vivían más en lo 
que luego sería Estados Unidos y Canadá sufrieron una 
devastación similar. 
 
 
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En el siglo XVIII la viruela diezmó a los aborígenes cuando llegó 
a Australia, la última esquina del mundo que hasta entonces se 
había escapado de sus estragos. 
 
El método anterior a la vacuna 
No sorprende que se hubieran tratado de encontrar maneras de 
prevenir la enfermedad. 
 
En China crearon un tratamiento conocido como variolización 
hace unos mil años que luego se extendió hacia occidente 
llegando a varios países del Medio Oriente y África. 
 
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Había varias versiones pero la idea era la misma: darle una dosis 
del virus a una persona sana con la esperanza de que se 
enfermara levemente y quedara inmune. 
En algunos lugares, le ponían a los sanos ropa de enfermos, 
impregnada con pus. Otros soplaban por la nariz pedazos de las 
costras de las pústulas de los enfermos a personas sanas. 
 
En lugares como Turquía, hacían una incisión en la piel de la 
persona que quería prevenir la enfermedad y le echaban 
directamente la materia que emanaba de las llagas de los 
enfermos. 
Ese fue el método que aprendió la esposa del embajador de 
Inglaterra en Constantinopla, Lady Mary Wortley Montague y lo 
llevó a Reino Unido en 1720. Así se extendió por toda Europa. 
 
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Aunquela variolización salvó muchas vidas, el problema era que 
la persona se podía enfermar gravemente si el pus que 
inoculaban era de una pústula joven, propagando aún más al 
enfermedad. 
Además, como era de humano a humano, con la variolización se 
podían transmitir otras enfermedades, como sífilis. 
 
Fue en ese mismo siglo en el que la viruela llegó a Australia y la 
variolización a Europa que un practicante de medicina en la 
Inglaterra rural encontró la senda que lo llevaría a la cura para 
esa enfermedad que mataba más que todo a niños. 
Cuando estaba haciendo sus prácticas médicas lejos de su hogar, 
Edward Jenner (1749-1823) atendió a una chica que lo consultó 
sobre unos granos que tenía en la piel. 
Ella trabajaba como ordeñadora y le dijo casualmente: "Sé que 
no es viruela pues ya me dio viruela bovina". 
Esas pocas palabras hicieron que Jenner recordara que en la 
región de la que él venía también se decía que quienes contraían 
viruela bovina al ordeñar vacas quedaban inmunes a la viruela. 
La viruela bovina no era grave: nadie moría de eso. 
 
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James, Sarah y Blossom 
En 1775, Jenner empezó un minucioso estudio sobre la relación 
entre la viruela bovina y la de humanos. después de 
experimentar con animales descubrió que si tomaba un extracto 
de una llaga de viruela bovina y se la inyectaba a un ser humano, 
esa persona quedaba protegida contra la viruela. 
En 1796, inoculó a su primer paciente humano, James Phipps, 
un niño de 8 años, con materia tomada de la mano de una 
ordeñadora llamada Sarah Nelmes a quien su vaca Blossom la 
había contagiado de viruela bovina. 
James contrajo viruela bovina. 
 
 
Unos días después, inoculó al niño con gérmenes de viruela. 
Como anticipó, el niño no se enfermó de la versión humana de 
viruela. 
La inoculación con el virus de viruela bovina había producido un 
grado de protección definitivo contra la viruela. 
 
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En 1797 presentó el estudio ante la Royal Society describiendo 
su experimento. Jenner no podía explicar la razón por la que el 
método era efectivo, pues aún no se podía ver el virus con los 
microscopios de la época. 
 
La respuesta de los científicos fue que sus ideas eran demasiado 
revolucionarias y que necesitaba presentar más pruebas. 
 
No hay problema 
Impávido, Jenner experimentó con varios otros niños, incluyendo 
su propio hijo de 11 meses. 
En 1798 publicó su investigación en 1798, en la que acuñó el 
término "vacuna", del latin "vacca" (vaca). 
Lo que vino no fue gloria sino burlas. 
Sus críticos, especialmente el clérigo, denunciaron que era 
repugnante e impío inocular a alguien con material de un animal 
enfermo. 
 
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Esta caricatura satírica de 1802 muestra al doctor Edward Jenner 
en el hospital de St Pancras de Londres e ilustra el miedo y el 
escepticismo inicial de muchos sobre la perspectiva de ser 
inoculados con viruela bovina para protegerse de una 
enfermedad mucho más seria. 
No obstante, las ventajas obvias de la vacunación y la protección 
que proveía ganó la partida y la práctica se generalizó. 
Y también sobre eso hubo una caricatura, en la que se ve a 
Jenner como el "Preservador de la raza humana" y a sus 
detractores vencidos: 
 
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El principio de la vacuna de Jenner es el mismo de hoy en día, 
aunque el método es más simple y efectivo. 
 
El doctor más famoso del mundo 
Jenner escribió un libro sobre su descubrimiento. 
Doctores de todo el mundo estaban interesados y Jenner les 
mandó muestras de la vacuna. 
 
 
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Se volvió tremendamente famoso. Reyes y emperadores le 
mandaban regalos; el Parlamento británico le dio una suma de 
dinero para agradecerle por su trabajo. 
Aunque se volvió rico, siguió su vida tranquila en la misma casa 
de siempre en Berkeley y continuó trabajando como médico 
rural, atendiendo a ricos y pobres. 
A los últimos, los vacunaba gratis en una cabaña pequeña que 
tenía en su jardín. En un sólo día, en 1800, vacunó a casi 200 
personas. 
 
 
 
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Vacunando a un niño 
 
Durante la guerra entre Reino Unido y Francia, Jenner le pidió al 
emperador Napoleón que liberara a algunos prisioneros... y 
Napoleón lo hizo, diciendo que no le podía negar nada a Jenner. 
Era todo un héroe. Cuando murió en 1823, uno de sus amigos 
dijo que nunca había conocido a "un hombre con un corazón más 
cálido". 
 
Resultademasiado evidente para admitir controversia que la 
aniquilación de la viruela, la peor amenaza mortal para la especie 
humana, será el resultado final de esta práctica" 
 
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La viruela sobrevivió por muchos años después de la muerte de 
Jenner. La vacuna fue mejorada por científicos como Louis 
Pasteur. Una campaña mundial de vacunación redujo año tras 
año los casos hasta que en 1980 la Organización Mundial de la 
Salud declaró que el mundo estaba libre de viruela. 
 
 
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VACINAS: COMO UM ORDENADOR DE VACA DEU A 
EDWARD JENNER A CHAVE PARA DESCOBRIR A VACINA 
DA VARÍLIA (E FEZ DE ELE O MÉDICO MAIS FAMOSO DO 
MUNDO) 
 
Redação 
BBC World 
29 de julho de 2017 
Atualizado em 16 de maio de 2020 
 
A varíola foi um dos maiores flagelos da humanidade. Estima-se 
que 300 milhões de pessoas morreram de varíola apenas no 
século 20. 
A doença virulenta, que mata um terço das pessoas que infecta, 
coexiste com os humanos há milhares de anos. 
Aqueles que foram salvos ficaram com marcas profundas na 
pele. A varíola também causou cegueira. 
À medida que a população mundial crescia e as viagens 
aumentavam, o vírus aproveitou todas as oportunidades para 
colonizar o mundo. 
 
Por todas as partes 
A evidência física mais antiga da varíola são vestígios da erupção 
de pústulas no corpo mumificado do faraó Ramsés V do Egito, 
que morreu em 1157 aC. 
Os comerciantes trouxeram a doença do Egito para a Índia 
durante o primeiro milênio aC, de lá varreu a China no século I 
dC e chegou ao Japão no século VI. 
 
O retorno dos cruzados forneceu uma maneira de a varíola se 
espalhar pela Europa nos séculos XI e XII. 
 
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A varíola foi particularmente bem sucedida em populações 
indígenas. 
Os espanhóis devem muito de seu sucesso na conquista dos 
astecas no México e dos incas no Peru no século XVI à varíola. 
Ao contrário dos conquistadores, os indígenas não tinham 
imunidade à doença, nunca a haviam encontrado antes, e 
grande parte deles pereceu. 
Um século depois, as populações indígenas que viviam mais 
tempo no que mais tarde se tornariam os Estados Unidos e o 
Canadá sofreram devastação semelhante. 
No século XVIII, a varíola dizimou os aborígenes quando chegou 
à Austrália, o último canto do mundo que até então havia 
escapado de sua devastação. 
 
O método pré-vacina 
Não surpreendentemente, eles tentaram encontrar maneiras de 
prevenir a doença. 
Na China, eles criaram um tratamento conhecido como 
variolização há cerca de mil anos que depois se espalhou para o 
oeste para vários países do Oriente Médio e da África. 
Havia várias versões, mas a ideia era a mesma: dar uma dose 
do vírus a uma pessoa saudável na esperança de que ela ficasse 
levemente doente e permanecesse imune. 
Em alguns lugares, eles colocam pessoas doentes em roupas 
doentes, impregnadas de pus. Outros sopravam pedaços das 
crostas das pústulas dos doentes em pessoas saudáveis pelo 
nariz. 
Em lugares como a Turquia, eles faziam uma incisão na pele da 
pessoa que queria prevenir a doença e jogavam diretamente o 
material que emanava das feridas dos doentes. 
 
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Esse foi o método que a esposa do embaixador inglês em 
Constantinopla, Lady Mary Wortley Montague, aprendeu e levou 
para o Reino Unido em 1720. Assim, espalhou-se por toda a 
Europa. 
No entanto a variolização salvou muitas vidas, o problema era 
que a pessoa poderia ficar gravemente doente se o pus que 
inoculava fosse de uma pústula jovem, espalhando ainda mais a 
doença. 
Além disso, como era de humano para humano, com variolação 
outras doenças podiam ser transmitidas, como a sífilis. 
Foi nesse mesmo século em que a varíola atingiu a Austrália e a 
varíola na Europa que um médico da zona rural da Inglaterra 
encontrou o caminho que o levaria à cura daquela doença que 
matava principalmente crianças. 
Quando fazia suas práticas médicas fora de casa, Edward Jenner 
(1749-1823) atendeu uma moça que o consultou sobre algumas 
espinhas na pele. 
Ela trabalhava como ordenhadora e lhe disse casualmente: "Sei 
que não é varíola porque já peguei varíola bovina". 
 
Essas poucas palavras lembraram a Jenner que na região de 
onde ele veio também se dizia que aqueles que contraíam varíola 
bovina de vacas leiteiras eram imunes à varíola. 
Cowpox não era grave: ninguém morreu com isso. 
 
James, Sarah e Blossom 
Em 1775, Jenner iniciou um estudo detalhado da relação entre a 
varíola bovina e a varíola humana. Depois de fazer experimentos 
em animais, ele descobriu que, se pegasse um extrato de uma 
ferida de varíola bovina e o injetasse em um ser humano, essa 
pessoa estaria protegida contra a varíola. 
 
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Em 1796, ele inoculou seu primeiro paciente humano, James 
Phipps , um menino de 8 anos, com matéria retirada da mão de 
uma leiteira chamada Sarah Nelmes que havia sido infectada 
com varíola bovina por sua vaca Blossom . 
James contraiu varíola bovina. 
Alguns dias depois, ele inoculou o menino com germes de 
varíola. Como previsto, o menino não pegou a versão humana 
da varíola. 
A inoculação com o vírus da varíola bovina produziu um grau 
definido de proteção contra a varíola. 
Em 1797, ele apresentou o estudo à Royal Society descrevendo 
seu experimento. Jenner não conseguiu explicar por que o 
método era eficaz, pois o vírus ainda não podia ser visto com os 
microscópios da época. 
 
A resposta dos cientistas foi que suas ideias eram muito 
revolucionárias e que ele precisava apresentar mais evidências. 
 
Não há problema 
Destemida, Jenner experimentou várias outras crianças, 
incluindo seu próprio filho de 11 meses. 
Em 1798 publicou sua pesquisa em 1798, na qual cunhou o 
termo "vacina", do latim " vacca " (vaca). 
O que veio não foi glória, mas ridículo. 
Seus críticos, especialmente o clérigo, acusaram que era 
repugnante e ímpio inocular alguém com material de um animal 
doente. 
Este desenho satírico de 1802 mostra o Dr. Edward Jenner em 
St. Pancras de Londres e ilustra o medo inicial e o ceticismo de 
 
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muitos sobre a perspectiva de serem inoculados com varíola 
bovina para evitar uma doença muito mais séria. 
No entanto, as vantagens óbvias da vacinação e a proteção que 
ela proporcionava prevaleceram e a prática tornou-se 
generalizada. 
E também sobre isso havia um desenho animado, no qual Jenner 
é visto como o “Preservador da raça humana” e seus detratores 
derrotados: 
O princípio da vacina de Jenner é o mesmo de hoje, embora o 
método seja mais simples e eficaz. 
 
 
O médico mais famoso do mundo 
Jenner escreveu um livro sobre sua descoberta. 
Médicos de todo o mundo se interessaram e Jenner enviou 
amostras da vacina. 
Ele se tornou tremendamente famoso. Reis e imperadores lhe 
enviaram presentes; o Parlamento britânico deu-lhe uma quantia 
em dinheiro para lhe agradecer por seu trabalho. 
Embora tenha ficado rico, ele continuou sua vida tranquila na 
mesma velha casa em Berkeley e continuou a trabalhar como 
médico do campo, servindo a ricos e pobres. 
Ele vacinou este último gratuitamente em uma pequena cabana 
que tinha em seu jardim. Em um único dia, em 1800, ele vacinou 
quase 200 pessoas. 
Durante a guerra entre o Reino Unido e a França, Jenner pediu 
ao imperador Napoleão que libertasse alguns prisioneiros... e 
Napoleão o fez, dizendo que não podia negar nada a Jenner. 
 
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Ele era um grande herói. Quando ele morreu em 1823, um de 
seus amigos disse que nunca havia conhecido "um homem com 
um coração mais caloroso". 
É óbvio demais para admitir a controvérsia de que a aniquilação 
da varíola, a pior ameaça mortal para a espécie humana, será oresultado final dessa prática." 
A varíola sobreviveu por muitos anos após a morte de Jenner . A 
vacina foi aprimorada por cientistas como Louis Pasteur. Uma 
campanha mundial de vacinação reduziu os casos ano após ano 
até que em 1980 a Organização Mundial da Saúde declarou que 
o mundo estava livre da varíola. 
 
VACCINES: HOW A COW MILKER GAVE EDWARD JENNER 
THE KEY TO DISCOVERING THE SMALLPOX VACCINE 
(AND MADE HIM THE WORLD'S MOST FAMOUS DOCTOR) 
Drafting 
BBC World 
29 July 2017 
Updated May 16, 2020 
 
Smallpox was one of the greatest scourges of humanity. It is 
estimated that 300 million people died from smallpox in the 20th 
century alone. 
The virulent disease, which kills a third of those it infects, has 
coexisted with humans for thousands of years. 
Those who were saved were left with deep marks on their skin. 
Smallpox also caused blindness. 
As the world population grew and travel increased, the virus took 
every opportunity to colonize the world. 
 
All over 
 
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The earliest physical evidence of smallpox is traces of the 
eruption of pustules on the mummified body of Pharaoh Ramses 
V of Egypt, who died in 1157 BC. 
Traders brought the disease from Egypt to India during the first 
millennium BC. From there it swept through China in the first 
century AD and reached Japan in the sixth century. 
 
Returning Crusaders provided a way for smallpox to spread 
across Europe in the 11th and 12th centuries. 
Smallpox was particularly successful in indigenous populations. 
The Spanish owe much of their success in the 16th-century 
conquest of the Aztecs in Mexico and the Incas in Peru to 
smallpox. 
Unlike the conquerors, the indigenous people had no immunity 
to the disease, had never encountered it before, and a large 
number of them perished. 
A century later, indigenous populations living longer in what 
would later become the United States and Canada suffered 
similar devastation. 
In the 18th century, smallpox decimated the Aborigines when it 
reached Australia, the last corner of the world that until then had 
escaped its ravages. 
 
The Pre-Vaccine Method 
Not surprisingly, they tried to find ways to prevent the disease. 
In China, they created a treatment known as variolization about 
a thousand years ago that later spread west to several countries 
in the Middle East and Africa. 
 
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There were several versions but the idea was the same: give a 
dose of the virus to a healthy person in the hope that they would 
get mildly ill and remain immune. 
 
In some places, they put sick people in sick clothes, impregnated 
with pus. Others blew pieces of the crusts of the pustules of the 
sick into healthy people through the nose. 
In places like Turkey, they made an incision in the skin of the 
person who wanted to prevent the disease and directly threw the 
material that emanated from the sores of the sick. 
That was the method that the wife of the English ambassador in 
Constantinople, Lady Mary Wortley Montague, learned and took 
to the United Kingdom in 1720. Thus, it spread throughout 
Europe. 
Though variolization saved many lives, the problem was that the 
person could get seriously ill if the pus they inoculated was from 
a young pustule, spreading the disease even more. 
In addition, since it was from human to human, with variolation 
other diseases could be transmitted, such as syphilis. 
It was in that same century in which smallpox reached Australia 
and variolation in Europe that a medical practitioner in rural 
England found the path that would lead him to a cure for that 
disease that killed mostly children. 
When he was doing his medical practices away from home, 
Edward Jenner (1749-1823) attended a girl who consulted him 
about some irritations on her skin. 
 
She worked as a milker and told him casually: "I know it's not 
smallpox because I already got cowpox." 
 
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Those few words reminded Jenner that in the region he came 
from it was also said that those who contracted cowpox from 
milking cows were immune to smallpox. 
Cowpox was not serious: nobody died from it. 
 
James, Sarah and Blossom 
In 1775, Jenner began a detailed study of the relationship 
between cowpox and human smallpox. After experimenting on 
animals, he discovered that if he took an extract from a cowpox 
sore and injected it into a human, that person was protected 
against smallpox. 
In 1796, he inoculated his first human patient, James Phipps , 
an 8-year-old boy, with matter taken from the hand of a 
milkmaid named Sarah Nelmes who had been infected with 
cowpox by her cow Blossom . 
 
James contracted cowpox. 
A few days later, he inoculated the boy with smallpox germs. As 
anticipated, the boy did not get the human version of smallpox. 
Inoculation with cowpox virus had produced a definite degree of 
protection against smallpox. 
In 1797 he presented the study to the Royal Society describing 
his experiment. Jenner could not explain why the method was 
effective, as the virus could not yet be seen with the microscopes 
of the time. 
 
The scientist's response was that his ideas were too revolutionary 
and that he needed to present more evidence. 
 
No problem 
 
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Undaunted, Jenner experimented on several other children, 
including her own 11-month-old son. 
In 1798 he published his research in 1798, in which he coined 
the term "vaccine", from the Latin "vacca " (cow). 
 
What came was not glory but ridicule. 
His critics, especially the clergyman, charged that it was 
disgusting and impious to inoculate someone with material from 
a diseased animal. 
This satirical cartoon from 1802 shows Dr. Edward Jenner in St. 
Pancras of London and illustrates the initial fear and skepticism 
of many about the prospect of being inoculated with cowpox to 
ward off a much more serious disease. 
However, the obvious advantages of vaccination and the 
protection it provided won out and the practice became 
widespread. 
And also about that there was a cartoon, in which Jenner is seen 
as the "Preserver of the human race" and his detractors 
defeated: 
The principle of Jenner 's vaccine is the same as today, although 
the method is simpler and more effective. 
 
The most famous doctor in the world 
Jenner wrote a book about her discovery. 
Doctors from all over the world were interested and Jenner sent 
them samples of the vaccine. 
He became tremendously famous. Kings and emperors sent him 
gifts; the British Parliament gave him a sum of money to thank 
him for his work. 
 
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Although he became rich, he continued his quiet life in the same 
old house in Berkeley and continued to work as a country doctor, 
serving the rich and poor. 
He vaccinated the latter for free in a small cabin he had in his 
garden. In a single day, in 1800, he vaccinated almost 200 
people. 
During the war between the UK and France, Jenner asked 
Emperor Napoleon to release some prisoners... and Napoleon 
did, saying he couldn't deny Jenner anything. 
He was quite a hero. When he died in 1823, one of his friends 
said that he had never known "a man with a warmer heart". 
It is too obvious to admit of controversy that the annihilation of 
smallpox, the worst deadly threat to the human species, will be 
the end result of this practice." 
Smallpox survived for many years after Jenner 's death . The 
vaccine was improved by scientists like Louis Pasteur. A 
worldwide vaccination campaign reduced cases year after year 
until in 1980 the World Health Organization declared that the 
world was free of smallpox.