El establecimiento del hombre como ente cultural en búsqueda de una definición propia explica el por qué la idiosincrasia de las sociedades huma...
El establecimiento del hombre como ente cultural en búsqueda de una definición propia explica el por qué la idiosincrasia de las sociedades humanas forma una parte vital de su identidad cultural. En pocas palabras, es lo que permite a una sociedad seguir existiendo haciendo las cosas bien. Sin embargo, esto no implica que aquello que está bien para un grupo humano sea igualmente bueno para otro. O que aquello que una sociedad promulga como hacer el bien realmente represente un comportamiento ético en sı́ mismo. En especı́fico, aquella distinción entre el hombre moral y ético es lo que permite plantearse esta pregunta: ¿aquello que es bueno es ético? Cuando a la mujer se le niega la oportunidad de estudiar, frecuentemente este comportamiento se escuda bajo lo siguiente: ”las mujeres deben quedarse en casa y atender a sus hijos como buenas mujeres”. Y si por cualquier motivo la mujer decide replicar a tal negación de un derecho básico, recibe una reprimenda o incluso un castigo fı́sico por haber quebrado las normas y ser una mala mujer. Entonces, las normas se vuelven ley, una ley que nadie puede atreverse a cuestionar, ya que aquel que la transgrede se vuelve un hombre o una mujer de mal y se transforma en enemigo de la sociedad y está sujeto a ser castigado.
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