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UNIVERSIDAD PRIVADA DEL ESTE FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD “Prof. Dr. Manuel Riveros” Carrera: MEDICINA – Filial – Ciudad del Este Ciudad del Este, 2025 TRABAJO MULTIDISCIPLINARIO DE INVESTIGACION DIABETES TIPO I AUTORES: ALÍCIA MARIANA OLIVEIRA DOS SANTOS ANTUNES CAETANO ALVES DE SOUSA GABRIEL ROMEU TURMINA POSSELT IZADORA PEREIRA GOMES FERREIRA JORGE FARUQ COSTA SILVA MARCELLE DE SOUSA RIBEIRO DOCENTE: LIC. ANGEL RODRIGO PORTILLO (PSICOLOGIA MÉDICA) LIC. PATRÍCIA MACHADO (BIOLOGÍA ) RA. VANESA VEGA (HISTOLOGÍA) Y LIC. NELLY PERALTA CHENA (LENGUA CASTELLANA) UNIVERSIDAD PRIVADA DEL ESTE FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD “Prof. Dr. Manuel Riveros” Carrera: MEDICINA – Filial – Ciudad del Este Ciudad del Este, 2025 RESUMEN: La diabetes mellitus tipo 1 (DM1) es una enfermedad crónica autoinmune que resulta de la destrucción progresiva de las células beta del páncreas, responsables de la producción de insulina. Esta hormona es esencial para el metabolismo de la glucosa, y su ausencia provoca hiperglucemia crónica. La DM1, a diferencia de la diabetes tipo 2, suele manifestarse en la infancia o adolescencia, aunque también puede ocurrir en adultos jóvenes. La enfermedad tiene una etiología multifactorial, en la que interactúan factores genéticos, especialmente los relacionados con el complejo mayor de histocompatibilidad (HLA), y factores ambientales como infecciones virales y alteraciones en el microbiota intestinal. Su diagnóstico y tratamiento han avanzado significativamente desde el descubrimiento de la insulina en 1921. La DM1 se clasifica en dos subtipos: DT1A (autoinmune) y DT1B (idiopática). Además, la enfermedad implica una serie de alteraciones moleculares que facilitan la autoinmunidad, como defectos en la tolerancia inmunológica y en la regulación de las respuestas autoinmunes. La identificación temprana de factores de riesgo y un tratamiento adecuado son cruciales para mejorar la calidad de vida de los pacientes. ABSTRACT Type 1 diabetes mellitus (T1DM) is a chronic autoimmune disease characterized by the progressive destruction of pancreatic beta cells, responsible for insulin production. Insulin is crucial for glucose metabolism, and its absence leads to chronic hyperglycemia. Unlike type 2 diabetes, T1DM typically manifests in childhood or adolescence, though it can also appear in young adults. The disease has a multifactorial etiology involving genetic factors, particularly related to the major histocompatibility complex (HLA), and environmental triggers such as viral infections and alterations in the intestinal microbiota. Diagnosis and treatment have evolved significantly since the discovery of insulin in 1921. T1DM is classified into two subtypes: DT1A (autoimmune) and DT1B (idiopathic). The disease involves molecular alterations that promote autoimmunity, including defects in immune tolerance and regulation. Early identification of risk factors and appropriate treatment are crucial for improving patients' quality of life. UNIVERSIDAD PRIVADA DEL ESTE FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD “Prof. Dr. Manuel Riveros” Carrera: MEDICINA – Filial – Ciudad del Este Ciudad del Este, 2025 1.0 INTRODUCCIÓN La diabetes mellitus tipo 1 (DM1) es una enfermedad crónica de origen autoinmune que se manifiesta por la destrucción progresiva y selectiva de las células beta pancreáticas, responsables de la síntesis y secreción de insulina. Esta hormona es fundamental para el metabolismo de los carbohidratos, ya que permite la captación de glucosa por parte de las células. En ausencia de insulina, la glucosa se acumula en la sangre, generando hiperglucemia persistente y provocando una serie de alteraciones metabólicas que, si no se tratan, pueden derivar en complicaciones agudas y crónicas de gran severidad. A diferencia de la diabetes tipo 2, la DM1 suele presentarse en etapas tempranas de la vida, con un pico de incidencia en la infancia y adolescencia. Sin embargo, también puede manifestarse en adultos jóvenes. Aunque su prevalencia es menor en comparación con otros tipos de diabetes, su aparición implica una dependencia vital de la administración exógena de insulina y una estricta vigilancia metabólica de por vida. Esta condición no solo tiene implicancias clínicas y fisiopatológicas, sino que también impacta profundamente en la esfera psicológica y emocional del paciente. El presente trabajo tiene como objetivo abordar la diabetes tipo 1 desde una perspectiva integral, considerando sus aspectos etiológicos, históricos, epidemiológicos, histológicos, clínicos, diagnósticos, terapéuticos y psicosociales. A través del análisis de fuentes científicas actualizadas, se busca ofrecer una visión comprensiva sobre esta enfermedad, destacando la necesidad de un enfoque multidisciplinario que promueva no solo el control glucémico, sino también la calidad de vida y el bienestar emocional de los pacientes. UNIVERSIDAD PRIVADA DEL ESTE FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD “Prof. Dr. Manuel Riveros” Carrera: MEDICINA – Filial – Ciudad del Este 4 2. MARCO TEÓRICO 2.1 CONCEPTO La diabetes mellitus tipo 1 (DM1) es una enfermedad crónica y autoinmune, lo que significa que el propio sistema inmunológico del cuerpo ataca por error a sus propias células. En este caso, el ataque se dirige específicamente contra las células beta del páncreas, que son las encargadas de producir insulina, una hormona esencial para el metabolismo de la glucosa [1,2]. La insulina permite que la glucosa (azúcar) que circula en la sangre entre en las células del cuerpo, donde se utiliza como fuente de energía. En la DM1, los linfocitos T, un tipo de célula del sistema inmune, reconocen erróneamente a las células beta como cuerpos extraños y las destruyen de forma progresiva e irreversible. Este proceso puede desarrollarse durante meses o años, y cuando más del 80-90% de las células beta han sido destruidas, el cuerpo ya no puede producir insulina en cantidades suficientes, o deja de producirla por completo [1,2]. Como consecuencia, la glucosa no puede ingresar a las células y se acumula en el torrente sanguíneo, dando lugar a una hiperglucemia crónica, es decir, un aumento persistente de los niveles de glucosa en sangre. Sin tratamiento, esta hiperglucemia puede tener efectos agudos y a largo plazo, como cetoacidosis diabética y daño en órganos como los ojos, riñones, nervios y corazón [1,2]. 2.2 ETIOLOGIA La diabetes mellitus tipo 1 tiene una etiología multifactorial, lo que significa que no existe una única causa, sino una interacción compleja entre factores genéticos y ambientales. A nivel genético, se ha observado una fuerte asociación con ciertos genes del complejo principal de histocompatibilidad (HLA), especialmente HLA-DR3 y HLA- DR4, localizados en el cromosoma 6. Estos genes regulan la respuesta inmunitaria y, cuando presentan ciertas variantes, aumentan significativamente el riesgo de que el sistema inmune ataque las células beta pancreáticas [1,3]. Sin embargo, la predisposición genética no es suficiente por sí sola. Se requieren factores ambientales que actúen como desencadenantes. Entre los más estudiados se encuentran algunas infecciones virales (como enterovirus o virus Coxsackie B), la introducción temprana de ciertos alimentos en la dieta infantil (como la UNIVERSIDAD PRIVADA DEL ESTE FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD “Prof. Dr. Manuel Riveros” Carrera: MEDICINA – Filial – Ciudad del Este 5 leche de vaca o el gluten), y alteraciones en el microbiota intestinal, que pueden influir en la maduración del sistema inmune y en la tolerancia inmunológica [1,2]. Además, se han identificado mutaciones y polimorfismos genéticos en genes como INS (gen de la insulina), PTPN22 (que regula la señalizaciónde los linfocitos T) y CTLA4 (involucrado en la regulación negativa de la respuesta inmune). Estas variaciones pueden favorecer la aparición de una respuesta autoinmunitaria anómala, que termina en la destrucción progresiva de las células beta. En conjunto, estos factores definen un perfil de susceptibilidad, pero la enfermedad solo se desarrolla si se produce la combinación adecuada entre predisposición genética y factores ambientales [1-3]. 2.3 ASPECTO HISTORICO Antes de 1921, el diagnóstico de diabetes mellitus tipo 1 era, en la práctica, una sentencia de muerte. Los pacientes, en su mayoría niños o adolescentes, solían fallecer en el curso de semanas o meses debido a cetoacidosis diabética o desnutrición severa, ya que los únicos tratamientos disponibles eran dietas extremadamente bajas en carbohidratos y calorías [4,5]. El gran cambio se produjo con el descubrimiento de la insulina por Frederick Banting y Charles Best en 1921, en colaboración con John Macleod y James Collip en la Universidad de Toronto. En 1922, un joven llamado Leonard Thompson fue el primer paciente en recibir insulina con éxito, marcando el inicio de una nueva era en la medicina [4,5]. Desde entonces, el tratamiento de la DM1 ha evolucionado de manera impresionante. En las décadas siguientes, se desarrollaron métodos para producir insulina humana recombinante mediante ingeniería genética, y posteriormente se diseñaron análogos de insulina con propiedades farmacocinéticas mejoradas. Paralelamente, el descubrimiento de autoanticuerpos específicos (como anti-GAD65, anti-IA2, anti-insulina, entre otros) ha permitido un diagnóstico más temprano y preciso de la enfermedad, incluso en etapas preclínicas [4,5]. En los últimos años, los avances tecnológicos como las bombas de insulina, los monitores continuos de glucosa (CGM), y los sistemas de páncreas artificial han mejorado significativamente la calidad de vida y el pronóstico de los pacientes, UNIVERSIDAD PRIVADA DEL ESTE FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD “Prof. Dr. Manuel Riveros” Carrera: MEDICINA – Filial – Ciudad del Este 6 permitiendo un control glucémico más estricto y reduciendo el riesgo de complicaciones a largo plazo [4,5]. 2.4 EPIDEMIOLOGIA La diabetes tipo 1 (DT1) es una enfermedad autoinmune crónica que afecta principalmente a niños y adolescentes, aunque puede manifestarse a cualquier edad. Su distribución mundial es desigual, con una mayor prevalencia e incidencia en países desarrollados, especialmente en Europa del Norte y América del Norte. En estas regiones, las tasas de incidencia superan los 20-30 casos por cada 100.000 niños por año, mientras que en países de Asia, África y América Latina, las cifras son considerablemente más bajas, aunque con una tendencia creciente preocupante [1,6]. Durante las últimas décadas, diversos estudios epidemiológicos han documentado un aumento sostenido en la incidencia de DT1. La tasa de nuevos casos en menores de 14 años ha crecido entre un 3 y un 4% anual a nivel mundial, con mayor aceleración en los niños menores de cinco años. Este aumento no puede atribuirse únicamente a factores genéticos, dado que los cambios genéticos poblacionales no ocurren a un ritmo tan rápido [1,6]. Los investigadores consideran que factores ambientales desempeñan un papel crucial en el desarrollo de la enfermedad. Entre estos se incluyen infecciones virales en etapas tempranas de la vida, patrones alimentarios infantiles (como la introducción precoz de proteínas de la leche de vaca), el tipo de parto (cesárea vs. vaginal) y alteraciones en el microbiota intestinal. Atkinson et al. señalan que estas influencias externas podrían desencadenar una respuesta autoinmune en individuos genéticamente susceptibles, lo cual explicaría el crecimiento de la incidencia incluso en poblaciones sin antecedentes familiares de DT1 [1,6]. La vigilancia epidemiológica continua es fundamental para identificar tendencias, establecer estrategias preventivas y adaptar los sistemas de salud pública ante esta enfermedad emergente en muchas regiones del mundo [1,6]. 2.5 CLASSIFICACIÓN La diabetes tipo 1 (DT1) es una enfermedad metabólica incluida dentro de las diabetes mediadas por mecanismos autoinmunes, donde el sistema inmunitario ataca y UNIVERSIDAD PRIVADA DEL ESTE FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD “Prof. Dr. Manuel Riveros” Carrera: MEDICINA – Filial – Ciudad del Este 7 destruye selectivamente las células β del páncreas, responsables de la producción de insulina. Esta destrucción progresiva conduce a una deficiencia absoluta de insulina, lo que obliga a los pacientes a requerir tratamiento con insulina desde el momento del diagnóstico para sobrevivir [1,2]. La DT1 se diferencia de la diabetes tipo 2 (DT2) no solo por el grupo etario más afectado —niños, adolescentes y adultos jóvenes en el caso de la DT1—, sino también por su etiopatogenia. Mientras que la DT2 está relacionada principalmente con resistencia a la insulina y factores como obesidad, sedentarismo y edad avanzada, la DT1 tiene una base inmunológica clara, especialmente en su forma más común [1,2]. Según la clasificación actual, reconocida por la Asociación Americana de Diabetes (ADA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen dos subtipos principales de DT1[1,2]. 5.2.1 DT1A (AUTOINMUNE) Representa la forma más frecuente de DT1. Se caracteriza por la presencia de autoanticuerpos específicos contra componentes de las células β pancreáticas, como la insulina, la GAD65 (ácido glutámico descarboxilasa), la IA-2 (tirosina fosfatasa) y ZnT8. Esta forma se puede diagnosticar mediante pruebas serológicas que detectan dichos autoanticuerpos [1]. 5.2.2 DT1B (IDIOPÁTICA) Es una forma menos común, en la que no se detectan autoanticuerpos y cuya causa exacta aún no está bien definida. Afecta principalmente a personas de origen africano y asiático, y a menudo tiene un curso clínico severo, con una rápida pérdida de función β y una necesidad inmediata de insulina [1]. Más del 90% de los pacientes diagnosticados con DT1A presentan al menos un tipo de autoanticuerpo en el momento del diagnóstico, lo que proporciona una herramienta crucial para su identificación y diferenciación frente a otros tipos de diabetes, especialmente en etapas tempranas [2]. Esta clasificación no solo tiene valor diagnóstico, sino también pronóstico, ya que la presencia y combinación de distintos autoanticuerpos se asocia con mayor riesgo de progresión hacia la diabetes clínica en individuos en riesgo (como familiares de primer UNIVERSIDAD PRIVADA DEL ESTE FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD “Prof. Dr. Manuel Riveros” Carrera: MEDICINA – Filial – Ciudad del Este 8 grado de personas con DT1) [1,2]. 2.6 ERROR MOLECULAR (BIOLOGÍA) En la diabetes mellitus tipo 1 (DM1), el error fundamental a nivel molecular radica en la ruptura de los mecanismos de tolerancia inmunológica, tanto central, que ocurre en el timo, como periférica, que tiene lugar en los tejidos y ganglios linfáticos. Durante el desarrollo inmunológico normal, los linfocitos T inmaduros que reconocen antígenos propios —denominados autoantígenos— son eliminados o inactivados mediante un proceso de selección negativa, lo cual es esencial para evitar respuestas autoinmunes [1,2]. En la DM1, sin embargo, existe una falla en este mecanismo, lo que permite que linfocitos T autorreactivos escapen hacia la periferia y se mantengan funcionales. Estos linfocitos pueden activarse y reconocer como extraños diversos antígenos específicos de las células beta pancreáticas, incluyendo GAD65 (glutamato descarboxilasa 65), proinsulina, IA-2 (insulinoma-associated protein 2) y ZnT8 (transportador de zinc 8), lo que desencadena una respuesta inmunitaria dirigida y persistente contra estas células, generando inflamación e insulitis [1,3].Además, se han identificado variantes genéticas que contribuyen a este error molecular. El gen INS, que codifica la insulina, puede presentar polimorfismos que alteran su expresión tímica, disminuyendo la presentación del autoantígeno y favoreciendo la supervivencia de linfocitos autorreactivos [2,3]. Por otro lado, mutaciones en el gen PTPN22, que regula la señalización de activación linfocitaria, pueden incrementar la reactividad inmunitaria frente a antígenos propios. Asimismo, alteraciones en el gen CTLA4, una molécula inhibidora clave en la regulación de la activación de linfocitos T, pueden provocar una inhibición insuficiente de la respuesta inmune, facilitando la autoinmunidad [1,2]. Estos errores moleculares afectan no solo la eliminación adecuada de linfocitos autorreactivos, sino también la presentación antigénica por células especializadas como las células dendríticas, y la señalización coestimuladora, elementos fundamentales para mantener la tolerancia inmunológica. En conjunto, estos fallos favorecen el desarrollo de una respuesta inmune patológica que ataca de forma específica al tejido pancreático, constituyendo la base del inicio y progresión de la DM1 [1-3]. UNIVERSIDAD PRIVADA DEL ESTE FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD “Prof. Dr. Manuel Riveros” Carrera: MEDICINA – Filial – Ciudad del Este 9 2.7 FACTORES DE RIESGO La diabetes tipo 1 (DT1) es una enfermedad multifactorial en la que convergen elementos genéticos y ambientales para desencadenar una respuesta autoinmune dirigida contra las células β del páncreas. Uno de los principales factores de riesgo identificados es la predisposición genética, en particular las variantes del complejo mayor de histocompatibilidad (HLA). Los alelos HLA-DR3 y HLA-DR4, especialmente en combinación (DR3/DR4), están fuertemente asociados con un mayor riesgo de desarrollar DT1. No obstante, su presencia no garantiza el desarrollo de la enfermedad, ya que también pueden encontrarse en personas sanas, lo que indica que estos alelos son predisponentes, pero no determinantes absolutos [3]. Además de la genética, los factores ambientales juegan un papel clave en el inicio de la autoinmunidad. Entre los más estudiados se encuentran las infecciones virales, como las causadas por enterovirus, que podrían dañar directamente las células β o activar una respuesta inmunitaria cruzada en individuos predispuestos. Asimismo, se ha observado que la disbiosis intestinal —una alteración en el equilibrio del microbioma— puede favorecer un entorno inflamatorio que promueve la autoinmunidad. Otros factores incluyen la exposición temprana a ciertos alimentos, como proteínas de la leche de vaca, y la deficiencia de vitamina D, todos los cuales pueden influir en el desarrollo y regulación del sistema inmunológico [2]. En conjunto, estos factores interactúan entre sí en una secuencia compleja de eventos que, en individuos genéticamente susceptibles, pueden iniciar el proceso autoinmune que culmina en la destrucción de las células productoras de insulina. Por ello, la identificación temprana de estos riesgos permite una mejor comprensión de la patogenia de la DT1 y ofrece oportunidades para estrategias de prevención y monitoreo en poblaciones vulnerables [2,3]. 2.8 ASPECTOS HISTOLÓGICOS Desde el punto de vista histológico, uno de los hallazgos más característicos de la diabetes mellitus tipo 1 (DM1) es la presencia de insulitis, un proceso inflamatorio que afecta de forma específica a los islotes de Langerhans del páncreas. Esta condición se define por una infiltración de linfocitos, principalmente linfocitos T CD4+ y CD8+, aunque UNIVERSIDAD PRIVADA DEL ESTE FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD “Prof. Dr. Manuel Riveros” Carrera: MEDICINA – Filial – Ciudad del Este 10 también pueden encontrarse células B, macrófagos y células dendríticas, que rodean e invaden los islotes pancreáticos [1,6]. Este infiltrado inflamatorio se localiza especialmente en los islotes que contienen células beta, las encargadas de la producción de insulina, y se asocia con su destrucción progresiva. Las células alfa, que producen glucagón, y otras células endocrinas de los islotes como las células delta (productoras de somatostatina), suelen permanecer relativamente indemnes, lo que refuerza la naturaleza específica y autoinmune del ataque celular [1,6]. En fases tempranas de la enfermedad, no todos los islotes están afectados por insulitis, lo que sugiere que la destrucción es un proceso focal y progresivo. Con el tiempo, los islotes pierden por completo las células beta, y en fases avanzadas, los islotes aparecen atrofiados, fibrosados o incluso hialinizados, con ausencia total de células productoras de insulina [1,6]. Estos hallazgos histológicos son consistentes con un proceso autoinmune dirigido selectivamente contra las células beta, y han sido confirmados mediante estudios de biopsias pancreáticas en humanos y en modelos animales como el ratón NOD (Non-Obese Diabetic), ampliamente utilizado en la investigación de la DM1 [1,6]. IMAGEN 1: INSULITIS:- INFILTRATION OF INSULIN-PRODUCING BETA CELLS BY PATHOGENIC LYMPHOCYTES Fuente: Johns Hopkins Medicine. Type 1 Diabetes Under the Microscope [Internet]. Baltimore (MD): The Johns Hopkins University; [citado 2025 mayo 14]. Disponible en: https://pathology.jhu.edu/type1-diabetes/under-the- https://pathology.jhu.edu/type1-diabetes/under-the-microscope UNIVERSIDAD PRIVADA DEL ESTE FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD “Prof. Dr. Manuel Riveros” Carrera: MEDICINA – Filial – Ciudad del Este 11 microscope IMAGEN 2: HOW TYPE 1 DIABETES DEVELOPS Fuente: Johns Hopkins Medicine. Type 1 Diabetes Under the Microscope [Internet]. Baltimore (MD): The Johns Hopkins University; [citado 2025 mayo 14]. Disponible en: https://pathology.jhu.edu/type1-diabetes/under-the- microscope IMAGEN 3: HOW TYPE 1 DIABETES DEVELOPS Fuente: Johns Hopkins Medicine. Type 1 Diabetes Under the Microscope [Internet]. Baltimore (MD): The Johns Hopkins University; [citado 2025 mayo 14]. Disponible en: https://pathology.jhu.edu/type1-diabetes/under-the- microscope https://pathology.jhu.edu/type1-diabetes/under-the-microscope https://pathology.jhu.edu/type1-diabetes/under-the-microscope https://pathology.jhu.edu/type1-diabetes/under-the-microscope https://pathology.jhu.edu/type1-diabetes/under-the-microscope https://pathology.jhu.edu/type1-diabetes/under-the-microscope UNIVERSIDAD PRIVADA DEL ESTE FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD “Prof. Dr. Manuel Riveros” Carrera: MEDICINA – Filial – Ciudad del Este 12 IMAGEN 4: INSULITIS DE UN ISLOTE DE LANGERHANS EN UN PACIENTE QUE EVENTUALMENTE DESARROLLARÁ DIABETES MELLITUS TIPO I. La presencia de los infiltrados linfocíticos en este islote edematoso sugiere un mecanismo autoinmune para este proceso. La destrucción de los islotes lleva a una falta absoluta de insulina, lo que caracteriza la diabetes mellitus tipo i. Fuente: University of Utah. Endocrine Pathology: Type I Diabetes Mellitus [Internet]. Salt Lake City (UT): University of Utah Health Sciences Center; [citado 2025 mayo 14]. Disponible en: https://webpath.med.utah.edu/ENDOHTML/ENDO040.html IMAGEN 5: A MITOCHONDRIAL PROTEIN CALLED MOTS-C IS IMPLICATED IN TYPE 1 DIABETES Fuente: MRC Laboratory of Molecular Biology. BPoD: Autoimmune Attack on the Pancreas [Internet]. Cambridge (UK): Biomedical Picture of the Day; 2021 sept 12 [citado 2025 mayo 14]. Disponible en: https://bpod.org.uk/archive/2021/9/12 https://webpath.med.utah.edu/ENDOHTML/ENDO040.html https://bpod.org.uk/archive/2021/9/12 UNIVERSIDAD PRIVADA DEL ESTE FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD “Prof. Dr. Manuel Riveros” Carrera: MEDICINA – Filial – Ciudad del Este 13 2.9 FISIOPATOLOGÍA La fisiopatología de la diabetes tipo 1 (DT1) se caracterizapor una destrucción progresiva y autoinmune de las células β del páncreas, responsables de la síntesis y secreción de insulina. Este proceso está mediado principalmente por linfocitos T autorreactivos que reconocen antígenos específicos de las células β, desencadenando una respuesta inmunitaria que incluye infiltración inflamatoria de los islotes pancreáticos, conocida como insulitis. Leete et al. demostraron que dicha inflamación puede observarse incluso en las etapas iniciales del proceso patológico, antes de la aparición clínica de la enfermedad, lo que confirma que la destrucción celular es insidiosa y prolongada [7]. La progresión de la DT1 puede dividirse en varias etapas bien definidas: la iniciación de la autoinmunidad (generalmente detectada por la aparición de autoanticuerpos), la pérdida progresiva de la masa y función de las células β, y finalmente la manifestación clínica de la hiperglucemia, cuando la reserva pancreática ya no es suficiente para mantener la normoglucemia. Esta secuencia ha permitido desarrollar modelos predictivos para identificar individuos en riesgo antes de que aparezcan los síntomas, abriendo posibilidades para intervenciones preventivas [1]. 2.10 SIGNOS Y SÍNTOMAS Los síntomas de la DT1 suelen aparecer de forma aguda y progresiva, con manifestaciones clásicas como poliuria (aumento de la micción), polidipsia (sed excesiva), pérdida de peso inexplicada, fatiga y, en algunos casos, visión borrosa. La hiperglucemia sostenida genera diuresis osmótica, lo que explica la poliuria y la deshidratación subsiguiente. En una proporción considerable de pacientes, el diagnóstico se realiza cuando ya ha aparecido una cetoacidosis diabética (CAD), una complicación grave causada por deficiencia absoluta de insulina [4,9]. En niños pequeños, la presentación clínica puede ser más sutil, dificultando un diagnóstico temprano. En estos casos, los síntomas pueden confundirse con infecciones comunes o trastornos gastrointestinales, lo que retrasa el reconocimiento del cuadro clínico [4]. UNIVERSIDAD PRIVADA DEL ESTE FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD “Prof. Dr. Manuel Riveros” Carrera: MEDICINA – Filial – Ciudad del Este 14 Además de los síntomas físicos, deben considerarse los efectos psicológicos y conductuales, especialmente en adolescentes. Muchos jóvenes con DT1 presentan ansiedad, depresión, trastornos del sueño y bajo rendimiento escolar, lo cual repercute negativamente en el control metabólico y la calidad de vida [9]. 2.11 MÉTODOS DE DIAGNÓSTICO El diagnóstico de la DT1 se basa en una combinación de criterios clínicos y pruebas de laboratorio. Entre los parámetros bioquímicos fundamentales se encuentran: hiperglucemia (glucemia en ayunas ≥126 mg/dL o al azar ≥200 mg/dL con síntomas), glucosuria, cetonemia o cetonuria y hemoglobina A1c ≥6.5%. En pacientes sintomáticos, la presencia de cuerpos cetónicos sugiere deficiencia grave de insulina y riesgo de CAD [1,8]. La detección de autoanticuerpos específicos es esencial para confirmar la naturaleza autoinmune de la enfermedad. Los más utilizados incluyen anticuerpos contra GAD65, IA-2 y ZnT8. Bonifacio et al. destacan que su presencia no solo confirma el diagnóstico, sino que permite identificar individuos en riesgo antes de la aparición de síntomas, lo cual es útil en familiares de primer grado de pacientes con DT1 [8]. Recomendase realizar una evaluación completa en casos sospechosos, que incluya pruebas de glucosa plasmática, hemoglobina A1c, cuerpos cetónicos y, en lo posible, la determinación de autoanticuerpos, especialmente en pacientes pediátricos y adolescentes [1]. 2.12 TRATAMIENTO El tratamiento de la DT1 se basa en la administración exógena de insulina durante toda la vida, ya que la enfermedad conlleva una pérdida irreversible de la capacidad pancreática para producir esta hormona. El objetivo del tratamiento es lograr un control glucémico óptimo, evitar complicaciones agudas (como la hipoglucemia o la cetoacidosis) y prevenir las complicaciones crónicas (retinopatía, nefropatía, neuropatía). Los avances tecnológicos que han revolucionado el manejo de la enfermedad, como las bombas de insulina y los sistemas de monitoreo continuo de glucosa (CGM), UNIVERSIDAD PRIVADA DEL ESTE FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD “Prof. Dr. Manuel Riveros” Carrera: MEDICINA – Filial – Ciudad del Este 15 que permiten ajustes más precisos y en tiempo real del tratamiento, mejorando el control metabólico y reduciendo episodios de hipoglucemia [5]. Además del manejo farmacológico, el tratamiento incluye educación diabetológica, monitoreo glucémico frecuente, una alimentación equilibrada y actividad física adecuada. En el caso de adolescentes, el apoyo psicológico y conductual es crucial. Hood et al. resaltan que la incorporación de intervenciones psicosociales mejora la adherencia al tratamiento, reduce el estrés relacionado con la enfermedad y eleva la calidad de vida de los pacientes y sus familias [10]. 2.13 ASPECTOS PSICOLÓGICOS La diabetes mellitus tipo 1 (DM1) es una enfermedad crónica que implica no solo un tratamiento médico constante, sino también una atención psicológica integral que contemple el bienestar emocional y social del paciente. El manejo de la DM1 afecta profundamente la vida del paciente, su familia y, en muchos casos, su entorno social. Por ello, es esencial implementar un enfoque multidisciplinario que no solo se enfoque en el control físico de la enfermedad, sino también en el apoyo psicológico [9,10]. 2.13.1CUIDADO PSICOLÓGICO DEL PACIENTE El paciente con DM1 enfrenta diversos desafíos emocionales a lo largo de su vida. La necesidad de realizar controles constantes de la glucosa, administrar insulina y adaptarse a restricciones dietéticas puede generar estrés crónico y ansiedad. En muchos casos, estos pacientes experimentan un miedo constante a las hipoglucemias (bajadas de azúcar) o a las complicaciones a largo plazo, lo que puede desencadenar problemas emocionales significativos, como la ansiedad y la depresión [9,10]. La psicoterapia juega un papel fundamental en el tratamiento de estos aspectos emocionales. Terapias como la cognitivo-conductual (TCC) pueden ayudar al paciente a modificar pensamientos negativos y estrategias de afrontamiento que fomenten un mejor manejo de la ansiedad y el estrés. Además, la educación psicológica permite al paciente comprender mejor su enfermedad y cómo manejarla de forma eficaz, lo que mejora su capacidad para tomar decisiones informadas sobre su salud y bienestar [9,10]. UNIVERSIDAD PRIVADA DEL ESTE FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD “Prof. Dr. Manuel Riveros” Carrera: MEDICINA – Filial – Ciudad del Este 16 2.13.2 CUIDADO PSICOLÓGICO FAMILIAR La DM1 también afecta a la familia del paciente, especialmente cuando se trata de niños o adolescentes. El diagnóstico de esta enfermedad genera una carga emocional tanto para el paciente como para los miembros de su familia. Los padres, por ejemplo, pueden experimentar ansiedad y estrés por la constante preocupación por la salud de su hijo. Además, la adaptación a los ajustes en la rutina diaria, como la planificación de las comidas y la administración de insulina, puede ser abrumadora [9,10]. El apoyo psicológico familiar es fundamental para garantizar que la familia esté equipada para manejar el estrés y las emociones asociadas al cuidado del paciente. Las sesiones de psicoeducación familiar pueden ayudar a los familiares a comprender mejor la enfermedad y a evitar la sobreprotección, permitiendo que el paciente mantenga su autonomía mientras recibe el apoyo necesario [9,10]. 2.13.3 CUIDADO PSICOLÓGICO SOCIAL A nivel social, la conciencia y educación comunitaria sobre la diabetes tipo 1 son esenciales para crear un entorno inclusivo y comprensivo. El estigma social asociadoa la DM1 puede llevar al paciente a sentirse aislado o diferente, lo que afecta su bienestar emocional. Las campañas educativas y programas de sensibilización en escuelas, trabajos y comunidades ayudan a reducir este estigma, promoviendo la inclusión y el apoyo social [9,10]. La psicología social también juega un papel en la creación de entornos laborales y escolares inclusivos, donde el paciente pueda gestionar su enfermedad sin sentirse excluido. Esto incluye facilitar adaptaciones como pausas para monitoreo de glucosa o la administración de insulina. Además, los grupos de apoyo o comunidades en línea permiten que los pacientes compartan experiencias y se apoyen mutuamente, reduciendo la sensación de aislamiento [9,10]. UNIVERSIDAD PRIVADA DEL ESTE FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD “Prof. Dr. Manuel Riveros” Carrera: MEDICINA – Filial – Ciudad del Este 17 3.0 CONCLUSIÓN La diabetes tipo 1 representa un desafío clínico y social de gran magnitud, especialmente por su inicio temprano, su carácter autoinmune y la necesidad de un tratamiento sustitutivo permanente. Si bien su etiología incluye una base genética significativa, cada vez es más evidente el papel determinante de los factores ambientales y del sistema inmunitario en el inicio y progresión de la enfermedad. La comprensión de su fisiopatología ha avanzado considerablemente, permitiendo una clasificación más precisa y el desarrollo de estrategias diagnósticas y pronósticas eficaces. El abordaje terapéutico de la DT1 ha evolucionado gracias a las innovaciones tecnológicas y al enfoque integral del tratamiento, que incorpora no solo el control glucémico, sino también la atención psicológica y educativa del paciente. No obstante, persisten importantes desafíos en la prevención de complicaciones, la adherencia al tratamiento y la identificación temprana de individuos en riesgo. A futuro, se requiere una continua investigación para lograr terapias inmunomoduladoras efectivas y, eventualmente, curativas, que transformen el paradigma actual del manejo de esta compleja enfermedad. UNIVERSIDAD PRIVADA DEL ESTE FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD “Prof. Dr. Manuel Riveros” Carrera: MEDICINA – Filial – Ciudad del Este 18 4.0 BIBLIOGRAFIA 1) Atkinson MA, Eisenbarth GS, Michels AW. Type 1 diabetes. Lancet. 2021;398(10295):262-272. doi:10.1016/S0140-6736(21)01476-1 2) Ziegler AG, et al. Autoimmunity in Type 1 Diabetes. 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