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8 Dolor Caso clínico 8-4 Aldo, de 60 años, lo consulta por intensos dolores en ambos miembros inferiores, sobre todo en los pies y en las pantorrillas, y nocturnos, que describe como quemantes y con exacerbaciones agudas que lo sobresaltan. Es obeso y diabético tipo 2, y se controla con dieta e hipoglucemiantes orales, que cumple en forma irregular. Al continuar con el interrogatorio, usted descubre que además de los dolores el paciente siente también adormecimiento y hormigueo en ambos pies y padece impotencia sexual. ¿Cuál cree que es la génesis del dolor en este caso? ¿Qué hallazgos del examen físico confirmarían su presunción? ¿Se plantea algún diagnóstico diferencial? ¿Cómo confirmaría el diagnóstico? Comentario Un dolor con estas características, acompañado por parestesias, en un diabético mal controlado, sugiere fuertemente un origen neuropático por polineuritis. El hallazgo de hiporreflexia, hipoestesia en bota y trastornos de la sensibilidad profunda (apalestesia, abatiestesia) confirman la presunción. La existencia de macroangiopatía podría generar un dolor de tipo isquémico en los miembros inferiores y explicar la impotencia. Sin embargo, si este fuera el caso, podría esperarse que el dolor apareciera sobre todo con el ejercicio (claudicación intermitente) y existirían alteraciones en los pulsos periféricos. La neuropatía también puede justificar la impotencia. Para confirmar el diagnóstico de polineuropatía se debe solicitar un electromiograma. Caso clínico 8-5 Semiología Médica - Argente/Alvarez: Material complementario Estudiante Casos clínicos Sofía, de 22 años, consulta por un dolor que asienta en la mitad derecha de la cabeza, de carácter pulsátil, iniciado unas 8 horas antes, al terminar de rendir un examen en la universidad. El dolor se alivia con la compresión manual de la cabeza y lo agravan los movimientos, la luz y los sonidos. No pudo tomar los comprimidos que suele utilizar para controlar estos dolores debido a las náuseas y los vómitos que, junto con los mareos, integran el cuadro actual. La paciente refiere que padece este tipo de dolor desde los 15 años, pero ahora la preocupa la duración inusual de este episodio y la imposibilidad de automedicarse. ¿Cuáles son los elementos de la historia que sirven para caracterizar el dolor? ¿Cuáles serán los pasos siguientes para llegar al diagnóstico del dolor? ¿Qué conductas diagnósticas y terapéuticas deben adoptarse según la orientación semiológica inicial? Comentario Se trata de un cuadro típico de jaqueca o hemicránea. El reinterrogatorio permitirá establecer la presencia o ausencia de signos premonitorios del dolor denominados ―aura‖, dato útil para la clasificación del cuadro. La duración prolongada puede deberse a la variabilidad de cada episodio o al hecho de no haber podido tomar el analgésico. El examen clínico general y el examen neurológico detallado ayudarán a plantear hipótesis diagnósticas que a veces solo pueden confirmarse con estudios complementarios. Estas dudas diagnósticas y las conductas que se ejecuten para aclararlas pueden ser importantes en caso de afecciones graves que requieren tratamientos específicos. Como norma general, en un paciente que padece una afección crónica y recidivante, siempre se debe tener presente la posibilidad de aparición de una nueva enfermedad asociada con la habitual, con la cual puede compartir algunos síntomas. Caso clínico 8-6 Alejandra, de 45 años, ama de casa, refiere un dolor semejante a una puntada esporádica en la región paraesternal izquierda, que aumenta cuando tose o estornuda. Sus antecedentes personales son: fumadora de 20 cigarrillos diarios, hipertensa mal controlada y obesa. Está muy ansiosa, pues cree tener algún problema cardíaco. En el examen físico se constata una frecuencia cardíaca de 86 por minuto, regular, y la tensión arterial es de 150-100 mm Hg. Presenta dolor a la palpación de las articulaciones condrocostales de la tercera y cuarta costilla izquierda. El resto del examen físico es normal. ¿Qué datos de los antecedentes personales, la enfermedad actual y el examen físico considera importantes? ¿Cuál cree que puede ser el origen del dolor? ¿Aprovecharía la consulta para realizar alguna intervención? Comentario A pesar de los importantes factores de riesgo cardiovascular (tabaquismo, hipertensión arterial y obesidad), las características del dolor y su reproducción con la palpación sugieren que se trata de una osteocondritis (dolor somático). Además del tratamiento específico del problema y de tranquilizar a la paciente explicándole el origen no cardíaco del problema, se debe aprovechar la consulta para aconsejarle sobre la necesidad de controlar sus factores de riesgo cardiovascular. Caso clínico 8-7 Sandra, de 23 años, concurre a la guardia a las 2 de la mañana por dolor abdominal intenso, náuseas y vómitos, fiebre y gran quebranto general. El dolor había comenzado la tarde anterior como un cólico en el epigastrio, que 5 horas después se desplazó hacia la fosa ilíaca derecha, donde fue progresando en intensidad hasta hacerse permanente y muy acentuado con los movimientos, en especial los provocados por los vómitos. ¿Cuál es, con la anamnesis como única fuente de datos, el diagnóstico más probable? ¿Cómo se pueden interpretar desde el punto de vista fisiopatológico los cambios en las características del dolor? Comentario Las circunstancias de aparición y progresión del dolor sugieren fuertemente una apendicitis aguda. El dolor cólico epigástrico podría deberse a la inflamación del orificio apendicular con generación de un cuadro obstructivo que, por el origen embrionario del tubo digestivo, se percibe en la línea media. La progresión de la inflamación apendicular origina un dolor visceral que se expresa próximo a la localización del órgano. Por último, el compromiso del peritoneo parietal provoca un dolor somático, precisamente localizado y que se exacerba con los movimientos. 9 Fiebre Caso clínico 9-4 Teo, de 32 años, fumador y sin otros antecedentes clínicos, consulta por un cuadro de fiebre diaria de entre 38 y 39,5 ºC de tres días de evolución. Al principio pensó que se trataba de un cuadro gripal pero consulta ahora por la aparición de tos seca y dolor torácico y porque le preocupa la persistencia de la fiebre. Su examen físico, incluido el del tórax, es normal excepto por la presencia de taquicardia y una temperatura bucal de 38,2 °C. ¿Qué forma clínica de fiebre presenta esta paciente? ¿Cuál es su orientación diagnóstica? ¿Cuál es la conducta adecuada en este caso? Comentario El paciente presenta un cuadro de fiebre remitente. Por la presencia de tos y dolor torácico, se le solicitó una radiografía de tórax. Recuérdese que la ausencia de hallazgos semiológicos en el tórax no permite descartar una patología pulmonar. En la radiografía se observó una zona de compromiso alveolar compatible con una neumonía. Se indicó tratamiento antibiótico ambulatorio con amoxicilina 500 mg cada 8 horas por vía oral y el paciente presentó desaparición de la fiebre en 24 horas (defervescencia). Caso clínico 9-5 Penélope, de 22 años, presenta un cuadro de congestión nasal, odinofagia, tos seca y malestar general de 36 horas de evolución. En el día de la fecha consulta por presentar un ascenso brusco de la temperatura, hasta llegar a 39,6 °C, acompañado de escalofríos intensos y mialgias generalizadas. Refiere que su pareja se encuentra en reposo recuperándose de un cuadro infeccioso de las vías aéreas superiores porel que se le indicaron antibióticos. En el examen físico se comprueban, como únicos datos positivos la fiebre y la presencia de un enantema en las fauces sin exudados. ¿Cuál es su presunción diagnóstica frente a esta paciente? ¿Cuál es el significado de los escalofríos? ¿Indicaría antibióticos a esta paciente? Comentario El antecedente de contacto y los síntomas que presenta la paciente indican un síndrome gripal típico. Los escalofríos son el resultado de la viremia que acompaña al cuadro. Podría plantearse el diagnóstico diferencial con una angina pultácea pero la presencia de congestión nasal y tos seca y la ausencia de adenomegalias submaxilares y exudado en las fauces alejan esta posibilidad. El tratamiento consiste en reposo y antitérmicos y no está indicada la prescripción de antibióticos. 10 Disnea Caso clínico 10-5 Saúl, de 58 años, con antecedentes de tabaquismo y EPOC, consulta en el servicio de emergencias por dificultad respiratoria progresiva, hipertermia y tos productiva con expectación purulenta y más abundante que la habitual. Refiere además dolor punzante en la base del hemitórax derecho que aumenta en la inspiración. En el examen físico son evidentes roncus y sibilancias bilaterales, así como submatidez y estertores crepitantes en la base derecha. Además, el paciente presenta taquicardia de 120/min, cianosis y polipnea (25 resp/min). ¿Qué mecanismos fisiopatológicos contribuyen a la disnea? ¿Cuáles son sus diagnósticos diferenciales? ¿Qué hallazgos espera encontrar en la medición de los gases en sangre arterial? ¿Qué hallazgos espera encontrar en la radiografía de tórax? Comentario El paciente presenta un trastorno respiratorio crónico vinculado con obstrucción de su vía aérea y alteración de la relación V/Q. Un proceso infeccioso agregado (neumonía) genera la ocupación alveolar por exudado inflamatorio y deteriora aún más la fisiología pulmonar. Se originan shunt pulmonar e hipoxemia, con insuficiencia respiratoria y cambios en la mecánica torácica. Estas alteraciones fisiopatológicas incrementan el trabajo respiratorio y esto se registra como disnea. Como diagnóstico diferencial, debe descartarse la posibilidad de una atelectasia infectada secundaria a una obstrucción bronquial por carcinoma. Los gases en sangre evidenciarán hipoxemia y aumento del gradiente alvéolo arterial de O2. En la radiografía de tórax se observó una opacidad en la base derecha con broncograma aéreo y aumento difuso de la trama bronquial en ambos campos pulmonares. Caso clínico 10-6 Griselda, de 48 años, sin antecedentes personales de importancia, concurre a consultorios externos por falta de aire. El cuadro comenzó hace 6 meses, luego de la muerte de su esposo. Los episodios, que refiere más como ―falta de aire para respirar‖ que como dificultad respiratoria, ocurren habitualmente en reposo, en su domicilio y en cualquier momento del día. Ceden en forma espontánea en 10 a 15 minutos y producen una intensa angustia, lo cual hace que la paciente tema abandonar su domicilio. En los últimos meses se ha agregado dolor torácico y sensación de hormigueo en las manos. Ha realizado varias consultas médicas en las que le solicitaron ECG, radiografía de tórax, espirometría, ecocardiograma y centellograma ventilación- perfusión pulmonar; todos estuvieron dentro de parámetros normales. Le indicaron diuréticos y vasodilatadores sin obtener mejoría. Su examen físico es normal. ¿Cuál es su diagnóstico presuntivo? ¿Cómo explica la fisiopatología de la disnea? ¿Cuál es la explicación del dolor torácico y las parestesias en las manos? Comentario Los síntomas relatados, en una paciente con un examen físico y estudios complementarios normales, hacen sospechar una disnea de origen psicógeno y específicamente encuadrada dentro de los denominados ataques de pánico. La fisiopatología de la disnea se relaciona con el trastorno psíquico que altera la percepción del fenómeno respiratorio. El dolor torácico y las parestesias tienen su explicación en la hiperventilación que genera el cuadro, que a su vez produce hipocalcemia por alcalosis respiratoria. Caso clínico 10-7 Inés, de 75 años, concurre a los consultorios externos por dificultad respiratoria ante esfuerzos menores, ortopnea y edemas de miembros inferiores. Tiene antecedentes de hipertensión arterial de 20 años de evolución y de un infarto agudo de miocardio hace 5 años. En el examen físico es evidente, además de los edemas, taquicardia de 110 lat/min, choque de la punta desplazado hacia afuera y abajo, ritmo de galope por tercer ruido y estertores crepitantes bibasales. ¿Cuál es su diagnóstico? ¿Cómo se explica la fisiopatología de la disnea de esfuerzo y de la ortopnea en este caso? ¿Qué hallazgos espera encontrar en la radiografía de tórax y en el ecocardiograma? Comentario El examen físico ofrece evidencias de cardiomegalia e insuficiencia cardíaca que muy probablemente tenga origen isquémico. El aumento de consumo de O2 vinculado con el esfuerzo no puede sostenerse por incapacidad de aumentar el volumen minuto. Los edemas indican el fracaso de mecanismos compensadores y la ortopnea, la incapacidad cardíaca de aceptar el aumento del retorno venoso que ocurre en el decúbito horizontal. Los estertores crepitantes y la ortopnea ponen de manifiesto una congestión pasiva pulmonar. Esta disminuye la compliance, y el aumento del trabajo respiratorio se registra como disnea. En la radiografía de tórax serán evidentes cardiomegalias y signos de congestión vascular, y el ecocardiograma demostrará agrandamiento del ventrículo izquierdo, disminución de la fracción de eyección y, probablemente, trastornos segmentarios de la motilidad. 11 Cianosis Caso clínico 11-2 Adrián, de 42 años, desarrolla neumonía lobar izquierda; sus labios y mucosas denotan cianosis moderada. 1. ¿Puede predecir la saturación arterial de O2 en reposo No se puede predecir la saturación de O2 respirando aire? con exactitud (aunque hoy es posible medir por saturometría directa con equipos que aprovechan la detección de cambios de color de la piel), pero sí afirmar que está disminuida porque la PO2 seguramente también lo está. Se trata de una cianosis central que indica disfunción respiratoria. 2. ¿Cuál es la PO2 No se puede establecer con ? exactitud, pero si la P50 es de 27 mm Hg, la caída de la saturación debe ocurrir por debajo de 60 mm Hg O2, o sea que la PO2 será menor de 60 mm Hg. 3. El médico dice que la neumonía es importante pero no En tanto como para provocar cianosis. ¿Dónde está el paciente? Las Leñas, provincia de Mendoza. Esta localidad se halla a más de 3.000 m de altitud; la PO2 ambiental es de 120 mm Hg y probablemente la PO2 alveolar es < 100 mm Hg y contribuye a la hipoxemia. 4. La saturación arterial se halla disminuida (0,89). ¿Cuál es el contenido arterial de O2 Es de aproximadamente 17 mL ? O2/dL (0,89 × 14 × 1,34). 5. ¿Puede calcular exactamente la saturación venosa No exactamente, pero considerando que hay más mixta? de 5 g de Hb reducida (p. ej.: 5,5) y la Hb es 14 g/dL, la saturación venosa mixta será aproximadamente de 0,40. 6. ¿Cuál es el contenido venoso mixto de O2 Alrededor de ? 11 mL O2 (0,60 × 14 × 1,34) con una diferencia a-v de 6 mL O2. La 7. ¿Es normal el volumen minuto (VM) cardíaco? diferencia a-v (6 mL O2/dL) y la extracción de O2 (0,35) son moderadamente altas, el volumen minuto ligeramente bajo (4.200 mL/min) y el consumo de O2 es normal. En realidad, si el paciente se halla febril, el consumode O2 y el VM pueden ser algo más elevados, pero se encuentran relacionados en forma proporcional. Caso clínico 11-3 Gloria, de 62 años, desarrolla insuficiencia cardíaca con edema agudo de pulmón. Su VM es 1960 mL/min y el consumo de O2 (VO2), de 188 mL/min. La PO2 es de 65 mm Hg y la Hb de 13 g/dL. El pH sanguíneo es 7,6 y la PCO2 es de 18 mm Hg. ¿Cuál es la saturación arterial de O2 y el TO2? ¿Tendrá cianosis esta paciente? Comentario La P50 se desplazó de 27 a 18 mm Hg por alcalosis respiratoria y, por lo tanto, la saturación arterial asciende de 0,83 a 0,95. En consecuencia, el CartO2 aumenta de 14,45 a P50 normal a 16,54 y el TO2, de 283,22 a 324 mL/min. Considerando que la velocidad circulatoria en el sector capilar disminuye (-35%) y no hay cambios en la función mitocondrial, la extracción de O2 aumenta en forma propocional y la saturación venosa mixta de O2 caerá a 0,46, con una diferencia a-v O2 de 8,7 mL/dL. Este hecho está limitado por el desplazamiento hacia la izquierda de la curva de la oxiHb. La concentración de Hb reducida será de 5,08 gramos y la paciente tendrá cianosis periférica. Debe notarse que a medida que progrese la insuficiencia cardíaca se generará acidosis metabólica y aumentará la extracción tisular de O2, lo que acentuará la cianosis periférica. Caso clínico 11-4 Felipe, de 38 años, se interna con marcada cianosis central. Su radiografía de tórax es normal, la PO2 es de 97 mm Hg y la Hb es de 14 g/dL. El paciente trabaja con anilinas en una fábrica de calzado y se ocupa del teñido del cuero. ¿Cuál es la saturación arterial calculada? ¿Cómo puede haber cianosis central con PO2 normal? ¿Cómo explica este fenómeno? Comentario La saturación calculada es de 0,97. En este caso, la saturación calculada sobre la base de la PO2 no es útil. Para conocer la saturación directa, esta debería medirse por coximetría. La discordancia se debe a que la Hb se ha unido a un compuesto extraño y el Fe2+ se ha oxidado a Fe3+ (metaHb), lo que provoca coloración cutaneomucosa similar a la cianosis. Caso clínico 11-5 Octavio, de 45 años, es internado con dificultad respiratoria del adulto consecutiva a un politraumatismo. Tiene una PO2 de 46 mm Hg con acidosis metabólica, un pH de 7,23 y después de dos transfusiones de glóbulos sedimentados, una Hb de 14 g/dL. 1. ¿Cuáles son la P50 y la saturación arterial de O2? La P50 se desplaza hacia la derecha por acidosis metabólica, por ejemplo, de 27 a 35 mm Hg. La saturación arterial de O2 es menor que la esperada: 0,60 en lugar de 0,75. 2. ¿Cómo afecta el transporte y utilización tisular del O2 esta situación? La saturación de 0,60 determina un CartO2 de 11,56 mL O2/dL. Para nuestro normotipo de 70 kg, la situación podría ser hiperdinámica y el VM puede estar en 6.000 mL/min lo que condiciona un TO2 de 693 mL O2/min. 3. ¿Tendrá cianosis este paciente? El paciente tiene 0,60 de saturación arterial de O2 y 0,40 de la Hb permanece insaturada. La concentración de Hb reducida antes de que la sangre ingrese en el sector capilar es de 5,6 g/dL y el paciente tendrá cianosis central. 4. ¿Qué mecanismo ayuda a la oxigenación tisular? La acidosis metabólica grave por hipoxia tisular desplaza la curva de disociación de la oxiHb hacia la derecha y favorece la cesión de O2 a los tejidos, aunque limita la captación pulmonar de O2 (fig. 11-3). Si la P50 se mueve de 27 a 35 mm Hg, aparece un volumen extra de O2 disponible. Sin embargo, el mecanismo acentúa la cianosis por mayor extracción de O2. El paciente tiene una hemorragia brusca por ruptura esplénica y la Hb cae a 8 g/dL, pero la PO2 es ahora de 80 mm Hg y la saturación, de 0,90, con un pH normal. En estas condiciones respiratorias y con un VM de 4.000 mL/min por compromiso hemodinámico discreto, el CartO2 es 9,76 y el TO2 de 390,4 mL O2/min. La saturación capilar es ahora de 0,60. A pesar de la mejoría respiratoria, el descenso del TO2 implica menor oxígeno disponible en los tejidos para el metabolismo oxidativo. 5. ¿Presentará ahora cianosis? La cianosis ha desaparecido porque la insaturación capilar es 0,40 (1- 0,60), lo que en presencia de una Hb de 8 g/dL representa 3,2 g de Hb reducida. La extracción y el consumo de O2 pueden haber disminuido, lo que indica el efecto de una menor cantidad de O2 disponible y de una menor extracción de O2 por desplazamiento hacia la normalidad de la curva de disociación de la oxiHb. 12 Edema Caso clínico 12-3 Máximo, de 74 años, que cursa el sexto día de un posoperatorio de cirugía colónica por una neoplasia consulta por ―hinchazón‖ importante en la pierna y el pie izquierdos. Se constata edema asimétrico (en un solo miembro inferior) de grado 3 en el pie, la pierna y el muslo, cuyos contornos son notoriamente mayores que los del otro miembro. Las características semiológicas corresponden a un edema blando, cianótico e indoloro. El signo de Homans es negativo. El resto del examen clínico es normal, con excepción de los hallazgos habituales por su intervención reciente. Solo se registra por el interrogatorio un episodio nocturno de disnea importante acompañada por angustia y sensación de muerte hace 48 horas, que se resolvió espontáneamente en pocos minutos y que no dejó una secuela aparente. ¿Cuál es la causa probable del edema en este paciente? ¿La considera una enfermedad potencialmente grave? ¿Encuentra alguna relación entre su enfermedad actual y el episodio previo de disnea? Comentario La causa probable de este edema asimétrico es la obstrucción venosa por trombosis profunda a nivel iliofemoral en un paciente con tres causas favorecedoras de estasis venosa e hipercoagulabilidad: reposo en cama, posoperatorio y neoplasia. Este diagnóstico debe confirmarse por eco-Doppler venoso. El sitio probable de obstrucción (por encima de la rodilla) es sumamente embolígeno y el episodio autolimitado de disnea pudo haber correspondido a una embolia pulmonar, que a veces se manifiesta antes de que la trombosis venosa sea clínicamente evidente. Caso clínico 12-4 Verónica, de 48 años, obesa, fumadora de 40 cigarrillos diarios, con antecedentes de hipertensión arterial no tratada y disnea de esfuerzo, consulta por edemas en ambos miembros inferiores. Tiene antecedentes de tos y expectoración matinal habitual, episodios de disnea paroxística y hace poco tiempo registró un dolorimiento permanente en el hipocondrio y en el flanco derechos. En el examen físico se constata edema grado 2/4 en ambas regiones maleolares y pretibiales, que, según refiere la paciente, aumenta durante el transcurso del día y alcanza su mayor intensidad por la noche al acostarse. La paciente relata que por la mañana tiene una magnitud mínima. El edema es frío, indoloro y el color de la piel es blanco azulado. ¿Cuál es su impresión clínica? ¿Qué otros datos buscaría en el examen físico? ¿Cómo explica el dolorimiento en el hipocondrio derecho? ¿Cuál es la fisiopatología del edema en esta paciente? Comentario La impresión clínica orienta hacia un edema por hipertensión venosa debida a insuficiencia cardíaca global. El examen físico permitió detectar ingurgitación yugular, hepatomegalia congestiva (que explica el dolorimiento en el hipocondrio derecho) con reflujo hepatoyugular, desplazamiento del choque de la punta hacia abajo y afuera y auscultación de estertores crepitantes en las bases pulmonares, así como un ritmo de galope por tercer ruido cardíaco. La paciente presenta un edema simétrico generalizado, que en la actualidad estálocalizado en los miembros inferiores, vinculado con hipertensión venosa por insuficiencia cardíaca descompensada, y que evoluciona con hipovolemia arterial efectiva y la consecuente retención hidrosalina que lo agrava y perpetúa. 13 Ictericia Caso clínico 13-5 Marcelo, de 62 años, con antecedentes de alcoholismo, lo consulta por distensión abdominal. En la inspección se comprueban ictericia, spiders y hábito de Chvostek. Usted sospecha el diagnóstico de cirrosis alcohólico-nutricional con ascitis. ¿Qué otros hallazgos del examen físico orientan hacia el diagnóstico de hipertensión portal? ¿Cómo evalúa, sin ayuda del laboratorio, la existencia de insuficiencia hepatocítica? Comentario Los dos grandes síndromes que acompañan a la cirrosis hepática tienen traducción semiológica. La hipertensión portal, además de producir ascitis (que se corroborará por percusión), se expresa por circulación colateral en el abdomen y por esplenomegalia. La insuficiencia hepática se evalúa por la presencia de otros signos, como palmas hepáticas y ginecomastia (por hiperestrogenismo), edemas en los miembros inferiores e incluso anasarca (por hipoalbuminemia), hematomas (debido a los trastornos de la coagulación) y trastornos neurológicos, de los cuales el más temprano es el flapping o asterixis como manifestación de encefalopatía portosistémica. Caso clínico 13-6 Gustavo, un chofer de taxi de 57 años, consulta por ictericia progresiva de 2 meses de evolución. No refiere dolor abdominal, náuseas ni vómitos. No ha tenido fiebre y ha perdido 10 kilos de peso. En el examen físico se palpa una vesícula no dolorosa. ¿Cómo interpreta el hallazgo de una vesícula palpable no dolorosa en un paciente con ictericia progresiva? ¿Qué otros elementos del cuadro clínico refuerzan la presunción diagnóstica? ¿Cuál es el principal diagnóstico diferencial? Comentario La existencia de una vesícula palpable no dolorosa en un paciente con ictericia progresiva debe sugerir el diagnóstico de cáncer de páncreas (Ley de Courvoisier-Terrier). La edad y la pérdida de peso refuerzan esa presunción. La fisiopatología es la obstrucción del colédoco de etiología tumoral. Cuando el origen es la litiasis coledociana, la ictericia se instala con rapidez y la vesícula enferma no se distiende. Además, la fiebre con escalofríos (por colangitis) y el dolor cólico, con frecuencia hubieran acompañado la evolución de la enfermedad. Caso clínico 13-7 Ariel, de 17 años, consulta por síndrome gripal (cefalea, polimialgias, fiebre y dolor de garganta). A usted le llaman la atención la marcada astenia y la anorexia, y sospecha hepatitis viral. ¿Qué estudio de laboratorio prioriza para el diagnóstico en la etapa anictérica? ¿Qué espera encontrar en el examen físico del abdomen? Comentario Ante la sospecha de hepatitis, se debe solicitar una determinación de transaminasas (TGO y TGP), cuyo aumento precede a la aparición de la ictericia. Además, constituyen el marcador más específico en las formas clínicas anictéricas. En el examen físico del abdomen es probable encontrar como único hallazgo una hepatomegalia homogénea y dolorosa. Caso clínico 13-8 Marcia, de 37 años, es internada por un cuadro de ictericia progresiva (ahora marcada) de 10 días de evolución y prurito generalizado. Refiere además coluria e hipocolia y dice que el prurito ha comenzado en las palmas y en las plantas tres semanas antes. Tiene 9 hijos, y como único antecedente de importancia, la ingesta de anticonceptivos orales desde hacía 2 meses. En el examen físico presentaba solo la ictericia y signos de rascado generalizados. El hepatograma mostraba hiperbilirrubinemia con predominio de la forma directa, aumento importante de la fosfatasa alcalina y la gamma-glutamiltranspeptidasa, y elevación discreta de las transaminasas. La ecografía hepática era normal. ¿Cuál cree usted que es la causa más probable de la ictericia? ¿Se plantea algún diagnóstico diferencial? ¿Considera necesaria la realización de estudios adicionales? Comentario El antecedente de la ingesta de estrógenos en el contexto de una ictericia hepatocelular con colestasis intrahepática sugiere fuertemente un mecanismo tóxico medicamentoso de la ictericia (generado por los estrógenos y potenciado por los progestágenos). Por tratarse de una mujer joven, podría plantearse también el diagnóstico de una cirrosis biliar primaria, aunque resulta poco probable si se tiene en cuenta la velocidad de instalación de la signosintomatología. No está indicada la realización de estudios adicionales y solo debe suspenderse el agente causal, con lo cual la enfermedad desaparece casi siempre en un par de semanas. 14 Astenia Caso clínico 14-2 Adela, de 52 años, consulta por astenia de dos meses de evolución de instalación gradual, con gran agotamiento y debilidad progresiva para la realización de los quehaceres domésticos. Refiere adelgazamiento con pérdida de 4 kg desde el comienzo de los síntomas, pérdida del apetito, molestias abdominales y a veces náuseas. No tenía antecedentes personales de importancia, salvo el fallecimiento de su esposo hacía 3 meses, luego de 30 años de vida en común. El examen físico evidenció el adelgazamiento y una tensión arterial de 110-70 mm Hg en decúbito, que descendía a 80-40 mm Hg en posición de pie, con lenta recuperación. La frecuencia cardíaca era de 84 latidos/minuto, regular, y la auscultación pulmonar y cardíaca eran normales. El resto del examen físico fue normal. Los estudios complementarios mostraron: hematocrito: 36%; hemoglobina 12 g/dL; leucocitos: 5.400/mm3; plaquetas 200.000/mm3; glucemia 62 mg/dL; urea 28 mg/dL; hepatograma y proteinograma normales. Ionograma sérico: Na 128 mEq/L; K 5,6 mEq/L. La radiografía de tórax y una endoscopia digestiva alta fueron normales. Una ecografía abdominal mostró una vesícula biliar con paredes engrosadas, con múltiples imágenes litiásicas, por lo que se decidió efectuar una colecistectomía laparoscópica, ante la falta de respuesta luego de 1 mes de tratamiento con vitaminas y ―energizantes‖ psicofísicos. En la inducción anestésica la paciente presentó un estado de shock hipovolémico que requirió tratamiento con expansores plasmáticos. Al superar la emergencia, fue reevaluada y se llegó al diagnóstico de su enfermedad. ¿Cuál es el diagnóstico de esta paciente? ¿Qué interpretación errónea generó el hallazgo de una litiasis vesicular? ¿Cuál fue la complicación intraoperatoria? ¿Qué elementos del cuadro clínico no se evaluaron en forma adecuada? Comentario La paciente tenía una insuficiencia suprarrenal crónica manifestada por síntomas generales muy marcados y por molestias abdominales inespecíficas acompañadas por náuseas y anorexia. Erróneamente, se atribuyeron estas manifestaciones a la litiasis vesicular. En la inducción anestésica, la paciente presentó una crisis addisoniana por depleción crónica de volumen debida a pérdida urinaria de sodio. El hallazgo de hipotensión ortostática, si bien puede observarse en algunas mujeres sanas, en especial jóvenes, debió orientar hacia una depleción de volumen que, junto con el ionograma con hiponatremia e hiperpotasemia y el deterioro del estado general, debió hacer sospechar un síndrome de Addison. En un examen posterior se encontraron manchas melánicas en el velo del paladar, y, al reinterrogar a la paciente, manifestó estar sorprendida por la persistencia del bronceado de su piel 7 meses después de las vacaciones en la playa. Caso clínico 14-3 Margarita, de 65 años, consultapor un cuadro de astenia de varias semanas de evolución. Refiere además aumento de peso, somnolencia y gran dificultad para realizar las tareas de la casa, que antes hacía con facilidad. Continuando con el interrogatorio, usted se entera de que ella debe cuidar a su esposo, que hace 10 años padeció un accidente cerebrovascular y se encuentra desde entonces afásico y con una hemiplejía derecha. Le cuenta además que su hijo menor, el único que vive aún con ellos, se casará dentro de 2 meses. En el examen físico solo encuentra como dato positivo la presencia de obesidad. La tensión arterial es de 130-80 mm Hg, la frecuencia cardíaca, de 92 por minuto, regular, y el examen neurológico, totalmente normal. ¿Cuáles son las posibles causas de la astenia en esta paciente? ¿Qué datos del interrogatorio lo ayudarían a inclinarse hacia una causa en particular? ¿Cuál sería la conducta más adecuada? Comentario La astenia, la somnolencia y el aumento de peso podrían sugerir un hipotiroidismo. Sin embargo, el relato de la paciente del esfuerzo cada vez mayor que le significa cuidar a su marido y la angustia que le genera la pronta ida del hogar de su única compañía, su hijo, hacen sospechar una causa psicosocial de la astenia. En este caso, la ausencia de datos positivos en el examen físico que apoyen el diagnóstico de hipotiroidismo alejaría esta posibilidad. De todas maneras, la conducta correcta sería solicitar estudios mínimos de laboratorio (hemograma, eritrosedimentación, hepatograma) y determinación de hormonas tiroideas y TSH, que permitirían descartar hipotiroidismo y otras posibles causas de astenia, y a la vez servirían para tranquilizar a la paciente, hacer un seguimiento estrecho y plantearle un eventual apoyo psicológico. 15 Pérdida y ganancia de peso Caso clínico 15-3 Dana, de 16 años, concurre a la consulta con un familiar, por haber sufrido un desvanecimiento el día anterior. No refiere astenia ni adinamia. Menciona que hace algunos días que no come bien, porque no tiene apetito. Está en amenorrea secundaria desde hace un año. Ha consultado a un ginecólogo y todos los análisis de laboratorio y la ecografía ginecológica fueron normales. En el examen físico se la observa francamente adelgazada, con un peso de 43 kg, una talla de 1,68 m y un IMC de 15,23. Su TA es de 70/40 mm Hg, su frecuencia cardíaca, de 55 latidos por minuto, presenta lanugo y edema +/++++ en los miembros inferiores. El familiar se asombra por el peso de la paciente y refiere que hace un mes pesaba 47 kg. Se le sugiere que debe aumentar de peso pues su IMC es muy bajo, a lo que la paciente se niega, diciendo que se ve perfecta en este peso, y que incluso hace gimnasia y abdominales todos los días porque tiene ―panza‖. ¿Cuál cree que es la causa de la pérdida de peso de esta paciente? ¿Cuál sería su conducta? Comentario En una paciente adolescente, con marcado descenso de peso, pérdida del apetito, en amenorrea y con temor fóbico a aumentar de peso, se debe pensar en un trastorno de la alimentación, en este caso, una anorexia nerviosa restrictiva. Se sugiere evaluar la presencia de ―atracones de comida‖ o binge eating y de conductas purgativas como vómitos, uso de diuréticos y laxantes o ejercicio extenuante, que harían pensar en una bulimia o un cuadro mixto. La joven presenta bradicardia, edemas (signo de desnutrición) y se niega a alimentarse, por lo que se plantea la opción de internarla para lograr el aumento de peso y la derivación a un grupo especializado en trastornos de la alimentación (psiquiatra, psicólogo, terapeuta de familia, nutricionista y ginecólogo especializados en el tratamiento). Caso clínico 15-4 Jessica, de 23 años, refiere astenia de 2 meses de evolución, asociada con un exceso de trabajo y exámenes. Menciona además que ha tenido visión borrosa en algunas oportunidades. Su peso habitual era de 52 kg, para una talla de 1,60 m (IMC: 20,31), pero en este tiempo perdió 6 kg, aunque dice tener buen apetito y comer en forma adecuada. Ha consultado con un médico, quien le indicó un polivitamínico con el que mejoró durante 5 días. Luego, por continuar con igual sintomatología, consulta con un oftalmólogo, quien le sugiere usar anteojos para trabajar con la computadora y le receta un colirio. Al día siguiente comienza con vómitos y dolor agudo, por lo que es internada de urgencia. ¿Cuál es su presunción diagnóstica y en qué la basa? ¿Qué estudio de laboratorio solicitaría para confirmarla? Comentario La asociación entre pérdida de peso > 10% del peso corporal, con astenia, sin anorexia y con visión borrosa (producto de los cambios de osmolaridad del humor acuoso por los cambios glucémicos previos) en una paciente joven debe hacer sospechar diabetes tipo I. La presencia de vómitos y dolor abdominal agudo es común en la acidosis diabética. Se solicitaron estudios de laboratorio que mostraros: pH: 7,2; glucemia: 480 mg/dL; cetonuria: ++++ y glucosuria: +++. Se comenzó de inmediato el tratamiento con hidratación e insulina. Interrogada con detenimiento, la paciente relató que consumía gran cantidad de agua (polidipsia) porque tenía mucha sed, pero este dato no le pareció importante porque era verano y lo relacionó con la temperatura ambiente. También que tenía insomnio, porque se levantaba varias veces para orinar (poliuria), hecho que consideraba normal como consecuencia de la gran ingesta de líquidos. La paciente no tenía ningún familiar con diabetes. Caso clínico 15-5 Jeremías, de 73 años, con antecedentes de etilismo de años de evolución, consulta por dolor abdominal difuso, que se incrementa durante la comida. Refiere acidez interprandial y eructos frecuentes. Se lo medica con antiácidos y ranitidina en dosis habituales, con una leve mejoría del cuadro. A los 8 meses consulta a un nutricionista, acompañado por su hijo, pues ha perdido 13 kg de peso en ese lapso, y refiere que la carne, su comida preferida hasta la fecha, ha dejado de gustarle, porque le encuentra un ―sabor amargo‖. Desea tomar unas vitaminas pues se encuentra con astenia y adinamia muy marcadas. El examen físico muestra un grado de desnutrición moderado con pérdida de masa muscular y deshidratación moderada. ¿Qué conducta clínica adoptaría teniendo en cuenta el cuadro clínico del paciente? ¿Cree usted que el alcoholismo explica la pérdida de peso o el grado de desnutrición? ¿Qué estudio complementario indicaría por las manifestaciones del tubo digestivo superior? Comentario El cuadro de anorexia, astenia y adinamia, acompañado por un compromiso clínico importante, justifica su internación. Si bien en un paciente etilista puede verse un cuadro parecido de desnutrición, no deben descartarse otras comorbilidades que producen pérdida de peso. A este paciente se le realizó una fibroendoscopia alta que diagnosticó un cáncer gástrico avanzado con metástasis hepática. Caso clínico 15-6 Haydée, de 48 años, concurre a la consulta derivada por su ginecólogo, para lograr un descenso de peso. Hace un año que ingresó en la menopausia. Trae los siguientes estudios de laboratorio: colesterol: 280 mg/dL; triglicéridos: 148 mg/dL; glucemia: 70 mg/dL; ácido úrico: 4,7 mg/dL. No refiere antecedentes familiares de obesidad, diabetes, dislipidemias o hipertensión. Su madre vive y tiene como antecedente cáncer de mama, su hermana falleció de cáncer de mama. Su peso habitual era 65 kg (IMC: 22,49), hasta los 45 años. Hasta esa edad trabajaba 10 o 12 horas diarias como secretaria del gerente general de una empresa importante. Realizaba actividadfísica en su casa (corría en cinta) y viajaba por su trabajo. Hace 3 años, la empresa en que trabajaba cierra y desde entonces se queda en casa cuidando a su madre de 80 años y a sus hijas adolescentes. Comienza a preparar la comida de la familia y a comer más. Al año siguiente fallece su hermana (8 años mayor que ella). Deja de hacer ejercicio y de cuidarse (deja de maquillarse, comprarse ropa y salir). Hace un año comienza a tener un perfil hormonal compatible con la menopausia. En el examen físico presenta: 80 kg; talla: 1,70 m; IMC: 27,68; TA: 130/70 mm Hg; perímetro de cintura: 102 cm. ¿Qué criterios diagnósticos utiliza para calcular el exceso de peso? ¿Cuáles son los factores involucrados en el aumento de peso? ¿Considera importante la indicación de bajar de peso? Comentario Esta paciente presenta sobrepeso, con un perímetro de cintura alterado (que la ubica, según el tipo de distribución de la grasa corporal, en el tipo 3) y dislipidemia (hipercolesterolemia). Tiene varios desencadenantes para su aumento de 15 kg: pérdida laboral y de un familiar, abandono de la actividad física y menopausia. Es adecuada la indicación de bajar de peso hecha por su ginecólogo, dados los riesgos que tiene el sobrepeso en esta etapa de la vida, por la comorbilidad de la obesidad androide y por los fuertes antecedentes de cáncer de mama que hay en la familia. Caso clínico 15-7 Maximiliano, de 25 años, concurre a la consulta derivado por el médico clínico de la empresa donde trabaja, pues sus análisis laborales mostraron: glucemia: 115 mg/dL, colesterol: 245 mg/dL, ácido úrico: 9,2 mg/dL, triglicéridos: 480 mg/dL; TGO: 98, TGP: 124. No refiere antecedentes de obesidad en la familia. Fue sano y delgado hasta los 20 años. Su peso habitual era de 72 kg. Realizaba ejercicio aeróbico, artes marciales y complemento de pesas. Para esa época su novia se suicida, hecho que le provoca un profundo estado depresivo. Abandona la actividad física y el trabajo y aumenta 45 kg en un año. Posteriormente, sigue aumentando hasta llegar a un peso máximo de 153 kg, hace 8 meses. Desde ese momento hasta la consulta, consigue trabajo, comienza a caminar, concurre a psicoterapia y baja más de 20 kg. Nunca ha hecho ―dieta‖. En el examen físico presenta: peso: 130 kg; talla: 1,70 m; IMC: 44,98; TA: 160/100 mm Hg; perímetro de cintura: 137 cm. Según los criterios de evaluación, ¿qué grado de obesidad y riesgo presenta este paciente? ¿Cómo evalúa el síndrome metabólico? Comentario Este paciente presenta una obesidad grado III con riesgo muy alto. Por su perímetro de cintura pertenece al tipo 3. Tiene asociadas hipertensión arterial, hiperlipidemia mixta, hiperuricemia e hiperglucemia en ayunas. Todas estas patologías demuestran una profunda insulinorresistencia. Presenta una ecografía hepática compatible con hígado graso. En un paciente con posible diagnóstico de síndrome metabólico, se debe realizar el diagnóstico de certeza de otras patologías asociadas. Se debe solicitar una glucemia 2 horas luego de la ingesta de 75 g de glucosa, para descartar una diabetes tipo 2. Al paciente se le realizó este estudio y su glucemia poscarga fue de 124 mg/dL, por lo que se descartó la diabetes. Al año de tratamiento, el paciente había bajado 22 kg más. Había retomado el gimnasio y las artes marciales. Su perímetro de cintura era de 107 cm y su IMC: 37,37. Sus últimos estudios de laboratorio mostraron: glucemia en ayunas: 88 mg/dL; triglicéridos: 134 mg/dL; colesterol total 220 mg/dL; ácido úrico: 5,7 mg/dL. Las enzimas hepáticas eran normales. El tratamiento con restricción calórica crónica y ejercicio produjo una gran mejoría del cuadro de insulinorresistencia, aunque el paciente presente todavía un IMC compatible con obesidad. ———————————————————— 17 Impresión general Caso clínico 17-4 Sergio, de 53 años, sufre una caída desde 4 metros de altura. Se lo traslada a un hospital en estado de confusión mental. La evaluación inicial de su estado de conciencia indica un puntaje de Glasgow de 13 (apertura ocular espontánea, respuesta verbal confusa, respuesta motora que localiza). En el examen del cráneo se palpa una zona irregular y dolorosa en la región parietal derecha, que hace sospechar una fractura de la calota. Mientras los médicos lo están examinando, la pupila izquierda comienza a dilatarse y al cabo de dos minutos está midriática y no responde a la luz. Una nueva evaluación de su conciencia arroja un puntaje de 7. ¿En qué diagnóstico se debe pensar de inmediato? ¿Qué significado clínico tiene en este contexto la midriasis paralítica y el deterioro en la escala de Glasgow? ¿El diagnóstico precoz tiene implicaciones terapéuticas? Comentario El traumatismo y la fractura de la calota deben hacer pensar de inmediato en un hematoma epidural (extradural). El deterioro en la escala de Glasgow se produce por compromiso del SARA debido a la formación de una hernia cerebral transtentorial por desplazamiento caudal del uncus y el parahipocampo (síndrome de deterioro rostrocaudal). La midriasis paralítica, de rápida instalación, es un signo clave de herniación con compresión de las fibras parasimpáticas del III par craneal contralateral contra la tienda del cerebelo y tiene un pronóstico ominoso en el corto plazo. Implica la necesidad de efectuar la craneotomía de emergencia que todavía puede salvar la vida del paciente. Caso clínico 17-5 Elena, de 35 años, procedente de Neuquén estuvo internada 20 días por una tumoración en el hipocondrio derecho, con escasa repercusión sobre el estado general. Tenía perros en su casa y se constató ―frémito hidatídico‖ característico. Se le extirpó sin inconvenientes un quiste hidatídico hepático con dos litros de contenido. Regresó luego a su domicilio. Cinco meses después, los médicos tratantes recibieron una carta con el siguiente relato: ―Estaba bien, pero hace un mes comencé a sentir dolor en el costado derecho del tórax. Al principio necesitaba dormir sobre el lado izquierdo para aliviar el dolor, pero al cabo de varios días comencé a sentirme mejor si dormía del lado derecho. Tengo algo de fiebre por la tarde y he perdido peso‖. ¿Tiene algún valor semiológico este cambio del decúbito lateral en la evolución del cuadro? ¿Qué se debería informar a Elena como respuesta a su carta? ¿Qué estudios complementarios confirmarían el diagnóstico? Comentario El cambio de decúbito lateral obligado que refería Elena es, de por sí, altamente sospechoso de pleuresía con derrame. Al principio se acuesta sobre el lado opuesto al dolor para tratar de atenuar el roce de las pleuras inflamadas. Luego, una vez instalado el derrame, duerme mejor sobre el lado enfermo para aumentar la respiración en el hemitórax controlateral sano y atenuar la disnea. A esta observadora paciente se le debe aconsejar que consulte de inmediato a un médico clínico o neumonólogo de su ciudad, porque con seguridad padece una enfermedad curable de sus pleuras. Después del examen físico, habría que solicitar una radiografía de tórax y, si se confirma el derrame, efectuar una punción pleural para analizar las características del líquido, y eventualmente una biopsia pleural para establecer el diagnóstico etiológico. 18 Piel Caso clínico 18-11 Hugo, de 35 años, con el antecedente familiar de su padre fallecido hace 5 años por melanoma maligno, presenta en el examen clínico más de 50 nevos de juntura pigmentados, algunos con características atípicas (fig. 1). El paciente refiere que la lesión pigmentada que tiene en elmuslo derecho se ha modificado (fig. 2). No puede definir cuánto tiempo hace que la tiene, pero a su esposa le ha llamado la atención hace aproximadamente 3 meses. Fig. 1. Nevos de juntura atípicos en el dorso. Fig. 2. Melanoma maligno extensivo superficial en el muslo. ¿Qué exámenes mínimos complementarios realizaría? ¿Cuáles son sus diagnósticos presuntivos? ¿Qué conducta clínica aconsejaría? Comentario El antecedente de un familiar directo con melanoma tiene gran importancia con respecto a la probabilidad de desarrollar un melanoma maligno en el paciente. La modificación en el ABCDE en una lesión previa o de reciente aparición es un signo de alarma clínica. El examen complementario básico es la dermatoscopia. Los diagnósticos diferenciales correspondientes a la edad del paciente son: melanoma maligno, nevo atípico, queratosis seborreica, hemangioma trombosado. La conducta clínica correcta es la realización inmediata de una biopsia de piel completa o parcial (dependerá del tamaño de la lesión) y, según el diagnóstico histopatológico, ampliación del margen quirúrgico. En este caso, la biopsia de la lesión del muslo confirmó el diagnóstico de melanoma. Caso clínico 18-12 Pedro, de 80 años, consulta por prurito intenso durante el día y la noche desde hace 3 semanas. No tiene enfermedades sistémicas conocidas, excepto hipertensión arterial leve medicada desde hace 30 años con diuréticos tiazídicos 2 veces por semana y dieta hiposódica. En el interrogatorio refiere que para aliviar su sensación de prurito se baña 3 veces al día con agua tibia y jabón de glicerina. En el examen dermatológico se comprueba una intensa xerosis con descamación fina en las piernas y en los brazos. ¿Cómo interpreta lo referido por el paciente y el hallazgo dermatológico? ¿Qué patologías dermatológicas y sistémicas deberá descartar? ¿Qué exámenes mínimos de laboratorio pediría? ¿Cuáles son sus diagnósticos presuntivos? Comentario La presencia de prurito continuo revela un compromiso general que conviene estudiar y no dejar pasar por alto. Los estudios deberán estar orientados a investigar neoplasias hematológicas (linfoma) y digestivas (cáncer de páncreas y colon), pero también dermopatías como la xerosis y el eccema atópico del adulto. Dentro del algoritmo diagnóstico se pedirán hemograma, ferremia, eritrosedimentación, hepatograma (enzimas de colestasis), urea y creatinina (como índice de función renal). El examen dermatológico reveló una xerosis importante, que seguramente se debe a la baja ingesta de líquidos y a una higiene excesiva (3 baños por día). El diagnóstico presuntivo es xerosis generalizada. La desaparición del prurito con el tratamiento de prueba con emolientes, la disminución de la frecuencia de los baños y el aumento de la ingesta de líquidos confirmaría el diagnóstico. Caso clínico 18-13 Gregorio, de 45 años, sin antecedentes, concurre a la consulta dermatológica por prurito intenso de 3 semanas de evolución que no cedió ante el tratamiento convencional tópico y sistémico. Refiere que el prurito es continuo durante todo el día, pero que su intensidad aumenta por la noche. También está acompañado por sudoración leve nocturna. Hace un mes estuvo de vacaciones en el Caribe con su esposa y sus hijos. Ningún familiar tiene síntomas parecidos. En el examen dermatológico se comprueban signos de excoriación cutánea en los muslos, los brazos y la espalda, piel seca, desaparición de vello en las áreas de rascado y las uñas brillantes. ¿Qué datos privilegia del interrogatorio? ¿Qué estudios complementarios solicitaría? ¿Cómo completaría el estudio clínico del paciente? Comentario Los datos positivos importantes del interrogatorio son: paciente de mediana edad, prurito generalizado intenso, aumento nocturno del prurito acompañado de sudoración. El estudio clínico del paciente es imperativo. Se solicitará un estudio hematológico (hemograma, eritrosedimentación), hepático (enzimas de colestasis y daño hepatocelular) y una radiografía de tórax (frente y perfil). Se deberá completar el examen clínico con la búsqueda de adenopatías y su estudio mediante biopsia ganglionar. El diagnóstico presuntivo es el de linfoma de Hodgkin. Caso clínico 18-14 Cristián, de 25 años, consulta por presentar un exantema morbiliforme acompañado por malestar general, adenopatías pequeñas retroauriculares, tos seca y conjuntivitis. Hace 3 días tuvo fiebre de 39 °C. El exantema comenzó en la cara y luego se extendió por el tronco y las extremidades. No refiere ingesta de medicamentos. El paciente relata que sus sobrinos de 5 y 10 años tienen síntomas y signos similares. ¿Qué datos privilegia del interrogatorio? ¿Cómo completaría el estudio clínico del paciente? ¿Qué estudios complementarios solicitaría? Comentario Los datos más importantes del interrogatorio son la presencia de familiares cercanos con una enfermedad aparentemente similar, fiebre alta que precede al exantema y sus características semiológicas. El estudio clínico se debería completar con el examen de la cavidad bucal en busca de manchas de Koplik. El diagnóstico de sarampión se confirma con los anticuerpos IgM (proceso actual). En los adultos hay que tener especial cuidado con las posibles complicaciones del sarampión, como otitis, sinusitis, neumonía y encefalitis. 22 Sistema linfático Caso clínico 22-2 Adriano, de 35 años, decidió realizar un examen periódico de salud. Estaba asintomático y no tenía antecedentes personales ni heredofamiliares de trascendencia médica. El médico encontró múltiples ganglios palpables en el cuello. Tenían forma ovoide y 0,5-1 cm de tamaño; eran indoloros, de consistencia blanda y móviles. No había otros signos anormales en el examen físico. ¿Qué exámenes complementarios recomendaría para aclarar la causa de este hallazgo? Comentario Este paciente no necesita ser estudiado porque las características semiológicas de los ganglios son normales. Recuerde que en el examen físico cuidadoso de un adulto sano es posible palpar ganglios linfáticos normales en más del 50% de los casos; especialmente en los jóvenes, en las personas delgadas y en la región cervical. 23 Sistema osteoarticulomuscular Caso clínico 23-6 Yolanda, de 50 años, sin antecedentes de relevancia, consulta por sensación de hormigueo en ambas manos, en especial durante la segunda mitad de la noche, que la obliga a sacudirlas para procurar alivio. Durante la anamnesis llama la atención la voz ronca de la paciente. Refiere además aumento de peso y apetito llamativamente escaso. ¿Qué otros hallazgos buscaría en el examen físico? ¿Cómo los asocia con el motivo de consulta? Comentario La paciente presentaba sobrepeso, piel seca y amarillenta, más acentuada en las palmas, ausencia de la cola de las cejas, hiporreflexia y bradicardia, todas manifestaciones clínicas de hipotiroidismo. El hipotiroidismo puede producir una neuropatía por atrapamiento, en este caso un síndrome del túnel carpiano, que en la paciente se evidenció por la presencia de un signo de Tinel y una maniobra de Phalen positivos. El electromiograma (EMG) demostró disminución de la velocidad de conducción sensitivomotora del nervio mediano. Caso clínico 23-7 Daniel, de 60 años, consulta por dolor en la región inguinal bilateral con neto predominio derecho durante la deambulación y en ocasiones durante las horas del sueño, de aproximadamente 2 años de evolución. Nota además rigidez de escasa duración luego de la inactividady cierta dificultad para ponerse el calzado. ¿Cuál es su diagnóstico presuntivo? ¿Qué espera encontrar en el examen articular? ¿Qué espera encontrar en las radiografías? Comentario El diagnóstico más probable es el de una coxartrosis primaria evolucionada. La exploración de la articulación mostró las caderas en flexión (maniobra de Thomas) con predominio derecho e hiperlordosis lumbar compensadora de la flexión. Existía abducción y rotaciones muy limitadas en la cadera izquierda; la movilidad pasiva en la cadera derecha se hallaba prácticamente abolida (anquilosis). La radiografía (fig. 1) mostró pinzamiento no uniforme de la interlínea coxofemoral interna con predominio superolateral, esclerosis ósea (eburnación) y osteofitosis pericefálica. Presentaba quistes subcondrales más evidentes en la cabeza femoral. En la cadera derecha se observó la casi desaparición de la interlínea articular, acentuación de la esclerosis subcondral, quistes subcondrales más notorios en el acetábulo, así como osteofitosis pericefálica (son manifestaciones de enfermedad avanzada). Fig. 1. Caso clínico 23-8 María, de 60 años, diabética tipo 2, portadora de una AR seropositiva, erosiva, nodular con clase funcional II de tres años de evolución, en tratamiento con medicación inmunosupresora (prednisona 20 mg/día y metotrexato 20 mg/semanales) y con escasa actividad de su AR, presenta en forma brusca tumefacción dolorosa de la rodilla derecha con compromiso del estado general, fiebre y escalofríos. ¿Cuál es su presunción diagnóstica? ¿Cómo estudiaría a la paciente? Comentario La paciente presenta antecedentes de riesgo para artritis séptica (diabetes, AR y tratamiento inmunosupresor). La monoartritis de rodilla, el inicio brusco y la repercusión sobre el estado general hacen presumir fuertemente una artritis infecciosa. La conducta consistió en efectuar una artrocentesis diagnóstica y evacuadora (el líquido sinovial fue purulento). Se realizó el estudio del líquido sinovial, cuyo recuento celular fue superior a 70.000 leucocitos/mm3 con un porcentaje de PMN mayor del 90%, glucosa muy disminuida y tinción de Gram y cultivo positivos para Staphylococcus aureus. Se efectuó también toma de hemocultivo, que fue positivo para Staphylococcus aureus. Todos estos hallazgos confirman el diagnóstico de una artrits séptica de rodilla. Caso clínico 23-9 Mateo, de 50 años, obeso, dislipidémico (con hipertrigliceridemia y HDL bajo), diabético tipo 2 e hipertenso (síndrome X), presenta en la madrugada del día siguiente a un asado con abundante ingesta de carne, achuras, cerveza y vino, un dolor intenso, súbito, en la primera articulación MTF, con rubor y tumefacción (refería no soportar el peso de la ropa de cama). ¿Cuál es la impresión diagnóstica y qué diagnóstico diferencial plantearía? ¿Cuál sería su conducta? Comentario El cuadro monoarticular, el sexo del paciente, la articulación afectada, el inicio brusco, las características del dolor (intenso, nocturno) y el antecedente de la transgresión en la dieta (la carne por su alto contenido de purinas y la ingesta de alcohol, que disminuye la excreción de ácido úrico y aumenta su síntesis, y de cerveza, que por su contenido elevado de guanosina es la bebida alcohólica que más incrementa la uricemia) hacen presumir una crisis gotosa aguda (podagra). La uricemia se hallaba elevada (11 mg/dL), pero se deberá tener en cuenta que pueden producirse ataques de gota con ácido úrico normal. El diagnóstico diferencial podría plantearse con seudogota, artritis séptica (si bien la incidencia en la 1.a MTF es baja) y bursitis del hallux. En estos casos se puede efectuar un tratamiento inicial empírico como si se tratara de una gota y realizar un seguimiento estrecho por 48 horas (el paciente tuvo una respuesta excelente a la administración de colchicina). Si el paciente fuera menor de 40 años y presentara síntomas sistémicos (fiebre, escalofríos) se procedería a la artrocentesis y al estudio del líquido sinovial. Unas gotas permiten efectuar la tinción de Gram y el cultivo (si la muestra es escasa, es útil introducirla en un frasco de hemocultivo) y la búsqueda de cristales por medio del microscopio de luz polarizada. La presencia de cristales de urato monosódico proporciona el diagnóstico de certeza de gota. Caso clínico 23-10 Ana, de 40 años, sin antecedentes de importancia, consulta por dolor en las pequeñas articulaciones de las manos (carpos, MCF, IFP) y pies (MTF) con entumecimiento matutino que mejora en la mitad de la mañana. Refiere que padece los síntomas desde hace aproximadamente tres meses. No tiene fotosensibilidad, rash cutáneo ni otra sintomatología. ¿En qué diagnóstico inicial piensa? ¿Cómo explora a la paciente? ¿Qué estudios solicitaría? Comentario La paciente presenta un síndrome reumatoideo, esto es, rigidez matutina importante y compromiso bilateral y simétrico de las pequeñas articulaciones de las manos. La exploración evidencia escaso rubor y tumefacción de carpos, MCF, IFP, con dolor a la palpación y aumento de temperatura en las articulaciones afectadas. Se solicitó una radiografía de ambas manos incluyendo los carpos (palma-placa) que puso de manifiesto osteopenia yuxtaarticular. El laboratorio mostró aumento de los reactantes de fase aguda (VSG), prueba del látex (factor reumatoideo) positiva en título alto (las concentraciones elevadas se observan casi exclusivamente en pacientes con AR) y prueba de Waaler-Rose Ragan positiva (más específica pero menos sensible que la del látex). Si bien otras enfermedades del tejido conectivo, el síndrome de Sjögren primario y las vasculitis pueden presentar un síndrome reumatoideo, no había datos clínicos que apoyasen estos diagnósticos. La paciente cumplía 6 de los 7 criterios del ACR para el diagnóstico de artritis reumatoidea (se requieren cuatro). Caso clínico 23-11 Zulema, de 26 años, casada, empleada administrativa, consultó por astenia, anorexia, pérdida de peso y gonalgia izquierda. Refería además dolor y tumefacción en los carpos y las articulaciones MCF bilateral y simétrico, alopecia, rash malar (fig. 1), fotosensibilidad y livedo reticularis en los miembros inferiores. Presentaba edemas en los miembros inferiores con fóvea 2/4 y úlceras mucosas (orales) de dos meses de evolución. Como antecedentes de importancia refería dos pérdidas fetales en el 2.o trimestre de embarazo y trombosis venosa superficial recurrente en los miembros inferiores. Fig. 1. ¿Cuál es su diagnóstico presuntivo inicial? ¿Qué estudios de laboratorio solicitaría para confirmar su diagnóstico y evaluar la actividad de la enfermedad? ¿Qué le sugieren los antecedentes? Comentario La paciente cumplía en el examen inicial con 4 criterios clínicos para LES (rash malar, fotosensibilidad, artritis y úlceras orales) y dos criterios para síndrome antifosfolípido secundario (abortos y trombosis venosa recurrente), y como dato clínico relevante, livedo reticularis. Se le solicitó: anticuerpos antinucleares (ANA) que fueron positivos en título alto (> 1/500) y con patrón periférico; anti-DNA nativo, que fue positivo, y complemento total que se encontró descendido (buen parámetro de actividad del LES). La presencia de deterioro de la función renal (clearance de creatinina de 60 mL/hora), la proteinuria de 500 mg/24 horas y el sedimento urinario patológico (cilindruria, hematuria) demostraron la actividad a nivel renal. Los antecedentes (abortos y trombosis recurrente) sugirieronun síndrome antifosfolípido que se confirmó por el hallazgo de anticuerpos anticardiolipina y anticoagulante lúpico positivos. Caso clínico 23-12 Silvia, de 20 años, sin antecedentes de importancia, consulta por un cuadro de varios meses de evolución constituido por astenia, poliartralgias y debilidad muscular progresiva que en la actualidad le dificulta peinarse o levantarse de una silla. Ha notado desde hace algún tiempo una coloración especial sobre los párpados (fig. 1). Fig. 1. ¿Qué le sugieren la signosintomatología y las características de la debilidad muscular? ¿Qué estudios solicitaría para confirmar su presunción? Comentario La presencia de una coloración en heliotropo en los párpados y la debilidad muscular proximal (de cinturas escapular y pelviana), obligan a sospechar una dermatomiositis. En la paciente, el diagnóstico se confirmó por el hallazgo de enzimas musculares (CPK, aldolasa y LDH) elevadas, un electromiograma (EMG) con alteración miopática y una biopsia muscular característica. Caso clínico 23-13 Lía, de 40 años, nota desde que comenzó el período invernal, episodios de palidez intensa en las manos seguida por coloración azulada. Aparecían acompañados de dolor en las articulaciones de las manos, las muñecas, MCF e IFP (bilateral y simétrica), lesiones purpúricas en ambos maléolos y tos seca persistente sin disnea. Desde hacía seis meses concurría a su oftalmólogo por sensación de ardor ocular y cuerpo extraño, y le habían indicado lágrimas artificiales. Las visitas a su odontólogo por caries eran más frecuentes y también le llamó la atención la dificultad para ingerir alimentos secos sin la ingesta de líquidos. Sus relaciones sexuales se habían vuelto muy dolorosas. ¿Cuál es su diagnóstico presuntivo? ¿Qué estudios solicitaría? ¿Qué complicaciones debe tener siempre en cuenta? Comentario El diagnóstico presuntivo es el de un síndrome de Sjögren. Este se basa en: la hipolagrimación (xeroftalmía), la sequedad oral (xerostomía) con dificultad para deglutir los alimentos, la sequedad vaginal (que ocasiona dispareunia o coito doloroso), la presencia de fenómeno de Raynaud (bifásico), el síndrome reumatoideo, la tos persistente no productiva (xerotráquea) y la presencia de púrpura en los miembros inferiores. La xeroftalmía se estudia con la prueba de Schirmer y la de Rosa de Bengala. La del tiempo de ruptura de la película lagrimal es optativa. La xerostomía se evalúa con la sialometría y la biopsia de glándula salival menor (labio). Para el estudio de autoinmunidad se solicita: – FAN (positivo y en título alto en el 90% de los casos). – Factor reumatoideo (positivo y en título alto en el 90% de los casos). – Anticuerpos anti-Ro (SSA) (positivos en el 70%) y anti-La (SSB) (positivos en el 50%). Los criterios de San Diego (Robert I. Fox) dan como definido el diagnóstico de síndrome de Sjögren con un estudio positivo para xeroftalmía, xerostomía y autoinmunidad. La ausencia de otra conectivopatía (AR, LES, ESP, DM-PM, EMTC, etc.) permitirá afirmar que se trata de un síndrome de Sjögren primario. En estos pacientes el riesgo de desarrollar linfomas (no Hodgkin) es aproximadamente 40 veces mayor que en la población general. Se presumirá ante la presencia de adenopatías, hepatoesplenomegalia, hipertrofia de las glándulas salivales, hipogammaglobulinemia, disminución del título de factor reumatoideo y pérdida de autoanticuerpos. Caso clínico 23-14 Sebastián, de 30 años, sin antecedentes de importancia, ejecutivo, jugador habitual de paddle, consulta por dolor y tumefacción de la rodilla, sin antecedentes de traumatismos, de 20 días de evolución. ¿Cuál es su impresión diagnóstica? ¿Qué elementos buscaría en el examen físico? Comentario La edad, el sexo y la articulación afectada obligan a pensar en el grupo de las espondiloartropatías seronegativas, y entre ellas, por su mayor frecuencia y el compromiso del miembro inferior, en el síndrome de Reiter (artritis reactiva). Sin embargo, el paciente no refería episodios previos (1 a 3 semanas) de diarrea, uretritis, ni afectación mucosa u ocular. El examen físico reveló una dactilitis (dedo en salchicha) del 2.o dedo del pie izquierdo, lesiones psoriásicas en el pliegue interglúteo y onicólisis en ambos pies. Estos hallazgos sugieren fuertemente el diagnóstico de artropatía psoriásica. Si bien la oligoartritis asimétrica, como la presentada por el paciente, se consideraba la forma más común, investigaciones recientes sugieren que la forma más común sería la poliartritis simétrica similar a la AR. Caso clínico 23-15 Rosa, de 65 años, ama de casa, presenta en forma brusca dolor intenso en la región cervical, los hombros y la cintura pelviana. Refiere gran rigidez matutina y necesita la ayuda de su marido para levantarse de la cama (cuando lo intenta sola lo hace rodando sobre el lecho). El dolor y no la debilidad le dificulta alcanzar objetos que se hallan en lo alto y levantarse de un asiento. ¿Cuál es su diagnóstico presuntivo? ¿Qué determinación de laboratorio considera importante? ¿Qué asociación debe tratar de detectar en forma obligada? Comentario La edad superior a 50 años, la rigidez y el dolor en el cuello y las cinturas escapular y pelviana son muy sugestivos de polimialgia reumática (PMR). La eritrosedimentación (VSG), si supera los 50 mm en la primera hora, es otro elemento más a favor de PMR. La asociación con la arteritis de células gigantes (arteritis temporal), presente en entre un 20-40% de los casos, conlleva el peligro de ceguera por neuritis óptica isquémica y, por lo tanto, obliga a una búsqueda exhaustiva de: – Cefalea: de reciente comienzo, continua, bitemporal. – Claudicación maseterina: durante la conversación o la masticación. – Compromiso ocular: amaurosis fugaz, diplopía. – Dolor a la palpación de la arteria temporal superficial, con engrosamiento, nódulos y ausencia de pulsos (menor valor en paciente con arterioesclerosis). La presencia de las manifestaciones citadas obliga a la realización de una biopsia de la arteria temporal con toma amplia (3-4 cm) y cortes histológicos cada 3 mm, pues las lesiones son salteadas. Caso clínico 23-16 Sheila, de 10 años, perteneciente a una familia numerosa (6 hermanos) y de escasos recursos económicos, concurre al consultorio externo del hospital por presentar fiebre remitente, sin gran variación diurna de la temperatura, dolor e hinchazón articular de comienzo agudo en las rodillas que cedió en forma parcial luego de aproximadamente una semana de evolución y pasó a los tobillos, los codos y las muñecas. El cuadro llevaba un mes y medio de evolución. La niña refería que cuando tomaba la aspirina que le daban para la fiebre el dolor articular le calmaba mucho. La madre informó que se había quejado de dolor de garganta una semana antes del inicio del dolor en las rodillas. ¿Qué datos clínicos jerarquiza para realizar un diagnóstico presuntivo? ¿Qué manifestación clínica deberá buscar obligatoriamente por su importancia diagnóstica y pronóstica? Comentario Las características de la artritis (de comienzo agudo, migratoria, de grandes articulaciones), la edad de la paciente, la buena respuesta al AAS y el antecedente de faringitis hacen presumir una fiebre reumática que se confirmará con los hallazgos de otros criterios establecidos por T. D. Jones. Deberá buscarse la presencia de carditis (pancarditis). La paciente presentaba taquicardia desproporcionada con respecto a la fiebre y que persistía durante elsueño (taquicardia del sueño), un signo inicial de miocarditis. El primer ruido cardíaco estaba disminuido de intensidad (probablemente debido a un PR alargado por bloqueo A-V de 1.er grado) y se auscultaba un soplo pansistólico en la punta, de tono alto, soplante, que no se modificaba con los cambios de posición ni la inspiración (soplo de insuficiencia mitral). Este es el más común en la FR; otro soplo, relacionado con la valvulopatía mitral activa, es el de Carey Coombs, mesodiastólico, apical, de baja frecuencia y poca intensidad. ———————————————————————————— — 25 Cabeza Caso clínico 25-3 Claudia, de 38 años, consulta por una sensación semejante a un soplido o un temblor en la región temporoparietal derecha, de varios años de evolución. Había efectuado numerosas consultas y siempre le manifestaron que no tenía nada importante. Afirmaba que, a pesar de esto, ella se tocaba ―algo raro‖ en la zona mencionada. Al examinarla, se palpó una formación extensa, saliente, bajo el cuero cabelludo con un frémito claramente ritmado por el pulso cardíaco. ¿El hallazgo mencionado tiene alguna significación clínica? ¿Qué otra maniobra semiológica sería útil para el caso? ¿Qué consecuencias terapéuticas tendría el reconocimiento del diagnóstico? Comentario La palpación de una masa extendida con frémito debe despertar de inmediato la sospecha de un aneurisma cirsoideo. Resulta útil completar el examen con la auscultación que puede poner de manifiesto un soplo continuo característico. El aneurisma cirsoideo es una malformación vascular constituida por un sincitio de arterias y venas dilatadas con múltiples conexiones y profundas ramificaciones en el tejido subcutáneo vecino. La cirugía debe reservarse para una situación extrema, porque la extirpación resulta muy dificultosa y riesgosa. 26 Cuello Caso clínico 26-2 Mirta, de 62 años, consulta por disnea de esfuerzo y palpitaciones que aparecieron de manera casi simultánea un mes atrás. Desde cierto tiempo antes había notado pérdida de peso y de fuerzas a pesar de su buen apetito e ingesta mayor que la habitual, nerviosismo, diarreas frecuentes y ligero temblor. En el examen se comprueban amplios latidos en el cuello (―baile arterial‖), un choque apexiano fácilmente palpable, un latido visible y palpable en el margen izquierdo del esternón, una taquiarritmia de 135/min con primer ruido intenso a pesar de su variabilidad y un soplo sistólico grado 3/6 en el área pulmonar. El pulso era amplio y celer, con completa irregularidad y la presión arterial era de 155/50 mm Hg. ¿Existe una entidad aislada capaz de causar tal variedad de síntomas y signos o se trata de una asociación de patologías? Comentario La fibrilación auricular como causa de las palpitaciones y de la taquiarritmia cuenta al hipertiroidismo como una de sus etiologías más frecuentes. Esta endocrinopatía es responsable además de la hipercinesia cardíaca observada, del aumento de la presión diferencial con pulso amplio y celer, así como del resto de los signos referidos, incluida la diarrea. La palpación prolija de la glándula tiroides puede mostrar la presencia de un adenoma funcionante (o bocio nodular) o un agrandamiento difuso de sus lóbulos, mientras que la determinación hormonal (disminución de la TSH, aumento neto de T3 y T4) despejaría todas las dudas. —————————————————————————— 27-1 Disnea Caso clínico 27-1-2 Alfredo, un comerciante de 33 años, consulta por marcada falta de aire y palpitaciones al menor esfuerzo, de 3 años de duración, junto con permanente presencia de ―mareos‖ y sensación de ―caminar en las nubes‖ o de ―tener la cabeza vacía‖. Había recurrido a varios especialistas sin resultados y en ese lapso realizó una larga lista de estudios cardiológicos, neurológicos y neumonológicos, con resultados normales. En el examen aparecía ansioso, con frecuentes suspiros, y tenía una frecuencia cardíaca regular de 110 lat/min. Al registrar la presión arterial, que era normal, refirió hormigueos en la mano del brazo explorado, con contractura en forma de ―mano de partero‖. ¿Cuál es el diagnóstico más probable? ¿Cómo podría aseverarse solo con el examen clínico? Comentario La presencia de disnea con suspiros y palpitaciones de larga data, junto con frecuentes mareos sin signos de enfermedad cardiorrespiratoria, sugiere de inmediato el diagnóstico de síndrome de pánico (o de Da Costa). Lo avala el desencadenamiento de una aparente tetania de la mano (signo de Trousseau) al medir la presión arterial (seudotetania por alcalosis respiratoria). Lo confirmaría la neta exageración de los mareos y la aparición de mioquimias (contracciones fibrilares) en los párpados y en los labios con una simple prueba de hiperventilación forzada (10 a 15 respiraciones amplias y rápidas). 27-2 Dolor Caso clínico 27-2-5 Liliana, de 24 años, consulta por la presencia de fiebre moderada (38 °C) y signos de poliartritis aparecidos durante las dos semanas previas, y la presencia en los últimos días de un dolor precordial urente, irradiado a la base del cuello, que se exacerba con los cambios de posición y la respiración profunda. En el examen, junto con el dolor y la tumefacción de varias articulaciones, se ausculta un típico frote pericárdico ―en vaivén‖, pero no soplos u otros ruidos cardíacos anormales. ¿Cuáles son los diagnósticos posibles en esta paciente? Comentario Si bien una endocarditis infecciosa evoluciona con fiebre y frecuentes artralgias, no suele haber signos francos de flogosis articular. La fiebre reumática puede aparecer por primera vez a la edad de la paciente o ser una recidiva de brotes previos subclínicos de esta. No obstante, la pericarditis de la fiebre reumática se asocia siempre con endocarditis con soplos, por lo que puede descartarse. Lo más probable por la asociación de síntomas es que se trate de una pericarditis (serositis) en el contexto de una colagenopatía semejante al lupus eritematoso sistémico, que puede confirmarse por hallazgos típicos en los análisis de laboratorio. Caso clínico 27-2-6 Lorenzo, de 68 años, presenta un intenso dolor precordial durante un esfuerzo isométrico intenso (desplazar un piano). Al cabo de pocos minutos, el dolor es referido hacia la zona escapulovertebral, coincidiendo con la aparición de una hemiparesia izquierda. El único antecedente significativo es una hipertensión arterial de moderada a grave tratada de manera irregular con diversos antihipertensivos. En el examen clínico se comprueba un pulso arterial radial diferente, menor pulsatilidad y ligero dolor en la carótida derecha, una presión arterial de 180/110 mm Hg y un suave soplo diastólico aspirativo en el foco aórtico accesorio. ¿Cuáles son las posibles causas del dolor precordial en este paciente? ¿Cómo jerarquiza el episodio neurológico y el hallazgo auscultatorio? Comentario Frente a un varón de 68 años, un dolor precordial intenso y prolongado desencadenado por un esfuerzo debe hacer pensar en primer lugar en un infarto agudo de miocardio. Sin embargo, la persistencia de la presión arterial elevada (en el infarto predomina la hipotensión), la hemiparesia izquierda, el pulso diferente y el soplo de una incipiente insuficiencia valvular aórtica alcanzan gran especificidad para el reconocimiento de un aneurisma disecante de aorta que compromete la porción suprasigmoidea y el cayado (tipo A). Caso clínico 27-2-7 Renato, de 70 años, con antecedente de tabaquismo, consulta por dolor en ambas piernas, en la zona de la pantorrilla, desencadenado por la deambulación. El dolor aparecía
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