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JURAMENTO HIPOCRATICO

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INTRODUCCIÓN.
En la historia de la medicina se mencionan algunos indicios relacionados con la denominación de médico, que proviene del latin medicus. En griego se adopta el término medomai, del mismo significado y luego, adaptado al latín, deriva en el verbo mederi “curar o medicar a una persona”. La medicina hipocrática se desarrolla en el núcleo de la cultura griega, en el seno del crecimiento de la filosofía y del conocimiento que surgen en el siglo de Pericles. El proceso duró más de 1000 años; la medicina primitiva griega, vinculada a la mitología, se refería a Asclepio, Esculapio en la versión romana, dios de la medicina, hijo del dios Apolo y de Cronis, prometida de Isquion, a quien Apolo y Artemisa mataron junto con su familia. Arrepentido, Apolo sacó a Asclepio del vientre materno, mediante una cesárea y lo entregó a Quirón, el centauro, quién le enseñó las artes y la medicina. Hipócrates el cual fue un médico griego del siglo V a. C. ejerció su profesión en la Isla de Cos, en Grecia y estableció un juramento que se ha considerado un legado a sus discípulos con el fin de estimularlos a llevar una práctica de la medicina alrededor de valores éticos y morales.
A lo largo de la Historia, en todas las civilizaciones, "ser médico" ha significado para el enfermo, atención en sus necesidades de salud, aliviar el dolor y el sufrimiento, disminuir la ansiedad, responder al miedo. Por ello quien se siente enfermo descubre ante el médico lo más íntimo de su existencia, con la confianza y la seguridad de que recibirá ayuda y nunca será traicionado". (Juan José Rodriguez Sendín, Presidente de la Organización Médica Colegial). Por lo que el médico no puede perder el enfoque fundamental de su ejercicio cual es el bien del paciente y sus necesidades en relación con la salud. Debiendo primar siempre en su trabajo criterios de eficacia, calidad y justicia, con un uso en equidad de los recursos puestos a su disposición, esto de la mano de la deontología médica, la cual con un conjunto de principios y reglas éticas que han de inspirar y guiar la conducta profesional del médico, dando una normativa de obligado cumplimiento y de recomendaciones para un comportamiento orientado a la excelencia. En consecuencia existe también capacidad disciplinaria en el orden profesional y colegial.
La ética médica acompaña al médico a lo largo de su vida profesional. Permite, en su condición de ética aplicada, analizar los problemas para tomar decisiones que utilizan el bagaje de sus valores personales y la conciencia moral que ha adquirido previamente, y puede aplicarse desde sus primeros contactos con la vida, enfermedad, dolor, muerte y realidades sociales. Por su parte, la deontología médica complementa a la ética médica como un suplemento que se expresa en un código profesional para tipificar, calificar y sancionar los problemas éticos que aparezcan en la relación médico-paciente, en las relaciones de los médicos entre sí y con las instituciones sanitarias. 
En el momento actual adquiere importancia especial la defensa de los derechos humanos y el derecho a la asistencia sanitaria. Las garantías que aspiran a ofrecer igual respuesta sanitaria ante igual necesidad se concretan en la equidad, por lo que la misma debe formar parte de las preocupaciones y obligaciones éticas del médico y de la medicina.
JURAMENTO HIPOCRATICO.
El Juramento Hipocrático es un símbolo de la moral colectiva y la promesa ética de los médicos unidos por un único propósito de curar y aliviar a sus pacientes. El juramento recibe su nombre de Hipócrates, un médico griego que nació en el año 460 A.C. 
Los preceptos del Juramento Hipocrático han constituido el fundamento de toda ética médica a través de los siglos. A partir de la década del 60 se buscó un consenso sobre normas éticas para aplicar a los nuevos problemas médicos. Así se estableció un acuerdo sobre principios básicos: beneficencia, no maleficencia, justicia y respeto por la autonomía del paciente con sus dos reglas de confidencialidad y de veracidad. 
“Juro por Apolo, médico, por Esculapio, Higía y Panacea y pongo por testigos a todos los dioses y diosas, de que he de observar el siguiente juramento, que me obligo a cumplir en cuanto ofrezco, poniendo en tal empeño todas mis fuerzas y mi inteligencia. Tributaré a mi maestro de Medicina el mismo respeto que a los autores de mis días, partiré con ellos mi fortuna y los socorreré si lo necesitaren; trataré a sus hijos como a mis hermanos y si quieren aprender la ciencia, se la enseñaré desinteresadamente y sin ningún género de recompensa. Instruiré con preceptos, lecciones orales y demás modos de enseñanza a mis hijos, a los de mi maestro y a los discípulos que se me unan bajo el convenio y juramento que determine la ley médica, y a nadie más. Estableceré el régimen de los enfermos de la manera que les sea más provechosa según mis facultades y a mi entender, evitando todo mal y toda injusticia. No accederé a pretensiones que busquen la administración de venenos, ni sugeriré a nadie cosa semejante; me abstendré de aplicar a las mujeres pesarios abortivos. Pasaré mi vida y ejerceré mi profesión con inocencia y pureza. No ejecutaré la talla, dejando tal operación a los que se dedican a practicarla. En cualquier casa donde entre, no llevaré otro objetivo que el bien de los enfermos; me libraré de cometer voluntariamente faltas injuriosas o acciones corruptoras y evitaré sobre todo la seducción de mujeres u hombres, libres o esclavos. Guardaré secreto sobre lo que oiga y vea en la sociedad por razón de mi ejercicio y que no sea indispensable divulgar, sea o no del dominio de mi profesión, considerando como un deber el ser discreto en tales casos. Si observo con fidelidad este juramento, séame concedido gozar felizmente mi vida y mi profesión, honrado siempre entre los hombres; si lo quebranto y soy perjuro, caiga sobre mí la suerte contraria.”
ANÁLISIS.
· Es un juramento realizado ante los dioses y diosas, estableciendo por encima de todas las cosas, un deber de confraternidad profesional, hacia el colega médico y sus familiares, mostrando gratitud hacia los maestros que enseñan el arte de la medicina. Ofreciéndoles respeto, consideración y compensándolos a través de la enseñanza de este arte a sus hijos, así como también a las personas que la practiquen, esto sin esperar nada a cambio.
· Se establece el principio del respeto a la persona humana a través de normas de conducta que deben regir al médico, cuya actuación estará demarcada por la justicia y dignidad. 
· Contempla los preceptos de beneficencia y no maleficencia, procurando el bien para los enfermos y su recuperación, en la medida de la fuerza y el juicio humano, evitando el mal y el daño voluntario.
· Este juramento rechaza la mala praxis, haciendo referencia sobre todo al aborto y la eutanasia, los cuales no deben ser aplicados, aunque el mismo paciente lo pidiera.
· Se prohíbe el intrusismo médico y académico, por lo que las personas que se rijan bajo este juramento nunca deberán llevar a cabo la práctica médica o algún tipo de procedimiento sino está en capacidad para realizarlo y por ende deberá delegar dicha tarea a las personas que estén no preparadas para realizarlo.
· Nunca deberá utilizar la capacidad de médico para recibir como pago relaciones sexuales o para sentirse libre de realizar acciones que afecten la vida del enfermo. 
· Se estable el concepto de secreto médico y la obligación de preservarlo en todo momento, este principio de respeto por la autonomía del paciente se manifiesta en la regla ética de la confidencialidad, incluso después del fallecimiento del paciente.

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