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Intermediários no Esporte

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Intermediarios:
Una nueva figura del contrato de representación deportiva
Materia: Daños en el deporte. Responsabilidad civil.
Docente: Pérez Alberto
Alumnos: 
Basualdo Moine, Natalia – DNI: 36.529.070
Elgart, Leandro Martín –DNI: 33.324.182
Rosas, Mariano –DNI: 35.561.681
Vidal, Luciana –DNI: 33.103.184
Año: 2017
Índice
Introducción											3
El intermediario: una nueva definición							4
El contrato de representación								7
Derechos y obligaciones de los intermediarios					 10
Resolución de disputas. Aristas del contrato de representación. Jurisprudencia argentina.										 12
Derecho comparado: España								 18
Conclusión										 22
 Bibliografía										 23
Introducción
Cuando en el mundo del deporte, comienza a hablarse de temas de dinero, pagos, o incumplimiento de contrato, entra en escena un personaje del cual no suele hablarse pero que es – indiscutiblemente - parte importante de una ecuación que combina a deportistas y clubes: los intermediarios. Esta figura, anteriormente denominada “agente”, es responsable de negociar contratos, estrategias de imagen y opciones sobre el futuro de atletas, futbolistas, tenistas y deportistas en general.
Esta actividad no posee una ley expresa que la regule; solo se encuentra prevista, tanto en el ámbito nacional como en el internacional, en reglamentos federativos. Al respecto, tanto la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) como la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) poseen previsiones específicas sobre el particular.
El tipo de contrato que se celebra entre un futbolista y el intermediario –objeto del presente trabajo- constituye una figura atípica, con elementos particulares y regulación especial tanto para la actividad dentro de nuestro país como en aquellos casos en los que las operaciones traspasan la frontera e intervienen varios países. A continuación, se intentará desglosar este instrumento, para comprender su constitución y funcionamiento.
El intermediario: una nueva definición
Históricamente, las denominaciones “agente FIFA”, “agente de jugadores” o “representante” eran utilizadas en la cotidianidad. En la actualidad, la FIFA hasimplificado estos términos en la figura del intermediario, definida como:
“Persona física o jurídica que, a cambio de una remuneración o gratuitamente, actúa como representante de jugadores y clubes con miras a negociar un contrato de trabajo o como representante de clubes en negociaciones con miras a celebrar un contrato de transferencia.”[footnoteRef:1] [1: Disponible en: http://www.afa.org.ar/upload/reglamento/Bolet%C3%ADn%20Especial%205047%20-%20Reglamento%20sobre%20las%20Relaciones%20con%20los%20Intermediarios%20(4).pdf y https://es.fifa.com/mm/Document/AFFederation/Administration/02/36/77/63/2WorkingwithIntermediariesESweb_Spanish.pdf
] 
Existe una notable diferencia entre este nuevo concepto y el de “agente de jugadores”, presente en el Reglamento FIFA respectivo; aquel, rezaba: 
"Agente de jugadores es toda persona física que mediando el cobro de honorarios, presenta jugadores a un club con objeto de negociar o renegociar un contrato de trabajo o presenta a dos clubes entre sí con el objeto de suscribir un contrato de transferencia..."[footnoteRef:2] [2: Disponible en: http://es.fifa.com/mm/document/affederation/administration/51/55/18/playersagents_es_32514.pdf
] 
Como principal distinción entre ambas, cabe mencionar que el intermediario puede tratarse tanto de personas físicas o jurídicas[footnoteRef:3], en tanto que, en el caso de los agentes, sólo se permitía su ejercicio a las primeras, quienes tenían la posibilidad de organizarse empresarialmente[footnoteRef:4]; sin embargo, la licencia habilitante siempre se emitía a favor de una persona física y revestía el carácter de intransferible. [3: De acuerdo al nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, disponible en: http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/texact.htm
] [4: Disponible en: http://es.fifa.com/mm/document/affederation/administration/51/55/18/playersagents_es_32514.pdf] 
Con esta nueva definición – esgrimida en el “Reglamento sobre las relaciones con Intermediarios”, que entró en vigencia en abril 2015 -, la FIFA[footnoteRef:5]no ha buscado “desregular” la profesión; sino, por el contrario, constituye un intento de controlar a aquellas personas que tienen la tarea de representar jugadores o clubes a lo largo de negociaciones y diversas operaciones. A través de decisiones como la exigencia de cumplimiento de ciertos principios para la elección del intermediario, la eliminación de la “licencia” comorequisito habilitante y el establecimiento de una relación contractual, se persigue incrementar la transparencia en esta área. [5: Cabe destacar que la AFA tomó como base para su propio reglamento el dictado por la FIFA, por lo que este último se toma como normativa principal en este trabajo.] 
De acuerdo a los lineamientos de la FIFA, la AFA dictaminó en Julio de 2015 su reglamento para regir este tipo de relaciones, disponiendo que:
· Los jugadores y los clubes tendrán derecho a contratar los servicios de intermediarios cuando negocien un contrato de trabajo o un acuerdo de transferencia.
· El intermediario escogido –libremente- deberá acreditar su inscripción en la AFA, y firmará la “Declaración de Intermediario”[footnoteRef:6], junto con el contrato de representación concertado entre las partes (que delimitará las actividades a realizar de manera taxativa), constituyendo estos puntos como condición obligatoria para el empleo tanto por parte del jugador como de la institución deportiva. [6: El modelo de esta carta se encuentra en el Reglamento de FIFA, anteriormente citado.] 
· Los oficiales, o cualquier persona que mantenga algún tipo de relación contractual con ligas, asociaciones, confederaciones o la FIFA, quedan excluidos de la posibilidad de ser intermediarios, por generar esto un conflicto de intereses.
Los requisitos que exige la AFA para poder ser inscripto como intermediarios son:
· Presentar una solicitud por escrito, de la que se evaluará si es admisible o no, convocando luego al interesadoa una entrevista personal para determinar si es apto para aconsejar a un jugador o club.
· Una vez autorizada la inscripción, el intermediario deberá abonar una matrícula anual que establezca el Comité Ejecutivo.
· El interesado deberá contratar una póliza de responsabilidad civil profesional en el ejercicio de la profesión ante una Compañía de Seguros, la cual deberá cubrir eventuales demandas por daños y perjuicios de jugadores, clubes u otro intermediario que se origine en el futuro como consecuencia de su actividad. El monto mínimo a cubrir por la póliza será definido por el Comité Ejecutivo de AFA.
Una vez obtenida la licencia, la misma es estrictamente personal e intransferible, y permite al intermediario realizar su trabajo dentro del fútbol organizado en el ámbito nacional. Para el ámbito internacional, la FIFA exige que cada asociación ponga en marcha un registro público de intermediarios y que, cuando se realice la transferencia, se presente la licencia que lo acredite como tal.
Dichos requisitos, como se dijo anteriormente, resultan novedosos en cuanto a la reglamentación anterior, que exigía la realización de un examen y el otorgamiento de una licencia, con la consecuencia de que, de no cumplirse alguno de dichos pasos, las actuaciones realizadas por el agente se tornaban inexistentes y, por ello, inexigibles.
La nueva normativa dispone que, para cualquier transacción en la que participe un intermediario, es necesario que presente una declaración de intermediario (sea persona física o jurídica).
Otro de los recaudos que se han incorporado a la reglamentación a partir de 2015 indica que, cuando un jugador se inscribe en la AFA, el contrato de representación - así como cualquier otro contrato, acuerdo y registro con intermediarios que estén relacionados con las actividades vinculadas a estas disposiciones-, deberán anexarse, según sea el caso, al acuerdo de transferencia o al contrato de trabajo. 
A su vez, los clubes y jugadores garantizarán que todo acuerdo de transferencia o contrato de trabajo concertado con intervención de un intermediario contenga el nombre y la firma de éste.Por otra parte, en el caso de que el jugador o el club no recurran a los servicios de intermediarios en sus negociaciones, la documentación pertinente a la transacción correspondiente deberá contener una cláusula específica al efecto, exponiendo tal circunstancia.
Con respecto a la remuneración del intermediario contratado para actuar en nombre de un jugador, se calculará sobre el ingreso bruto del futbolista correspondiente al período de vigencia del contrato, mediante el pago de una cantidad global(fija o variable), acordada antes de llevar a cabo la transacción correspondiente. De conformidad con el art. 10 inc. 4 del Reglamento de AFA, toda retribución de los servicios del intermediario deberá abonarla su cliente, directamente al agente. No obstante, se autoriza que tras la firma de la transacción - y supeditado a la conformidad del club -,el jugador podrá dar su consentimiento para que el club remunere al intermediario en su nombre.
Así las cosas, la nueva reglamentación ha dado un marco jurídico a la relación con intermediarios, que viene a salvar los conflictos que se generaban con la anterior figura de “agente” y sus características, como podrá verse más adelante.
El contrato de representación
A continuación, se procederá a analizar brevemente las notas esenciales del contrato de representación, que como se comentó anteriormente es un requisito inexcusable para la validez de la actuación de este tipo de figura.
De acuerdo a las características previamente descriptas, el contrato de representación deportiva es aquel 
“mediante el cual un sujeto llamado representante o agente se compromete a desempeñar funciones de asistencia de carácter complejo, que pueden o no implicar un mandato, a otro sujeto – el deportista - quien se compromete a abonar una retribución en dinero pactada contractualmente.”[footnoteRef:7] [7:  BARBIERI, PABLO C., Representación de Deportistas, Ed. Universidad, Bs.As., 2004, pág. 52.] 
Se trata de un contrato atípico[footnoteRef:8], ya que no está expresamente regulado en nuestra normativa positiva, a pesar de encontrarse previsto en reglamentos federativos nacionales e internacionales de ciertas disciplinas deportivas. Como se mencionóut supra,el presente trabajo versará sobre los intermediarios en el fútbol. [8: La atipicidad de estos contratos ha dado lugar a diferentes debates en los cuales se discutía si el contrato correspondía a la esfera del fuero civil o comercial. Al respecto, podemos citar la jurisprudencia en el fallo “Bergman Hernán Santiago c/ Saviola Javier Pedro s/ordinario” en el cual se desestimó la incompetencia planteada por el demandado en el fuero comercial, entendiendo que resulta competente dicho fuero para entender en una demanda en la que la actividad señalada por el accionante presenta - prima fascie - características similares a los mandatos y representación o comisiones comerciales, verificándose la presencia de un contrato innominado regulado por las leyes mercantiles, como ocurrió en el caso. Por otro lado el tribunal entendió que resulta de público conocimiento que las actividades futbolísticas revisten notorio carácter comercial, por lo que la argumentación relativa al carácter civil del mandato otorgado al actor, resultó inadmisible.] 
El Dr. Pedro Barbieri ilustra que el contrato con intermediarios “es claramente un contrato consensual, oneroso, bilateral que se encuadra en la figura de “intuitupersonae”[footnoteRef:9]. Ello implica que se basa en la confianza, por la cual el agente se obliga a representar al jugador, asesorarle jurídica y contractualmente, y a negociar en su beneficio todo tipo de contrataciones relacionadas con la actividad de deportista profesional propia de éste. Las obligaciones del deportista son, fundamentalmente, contar con el agente para las negociaciones y abonarle las cantidades pactadas por sus servicios, además de, en su caso, respetar la exclusividad de la representación. [9: "En consideración a la persona". Locución según la cual, en los contratos cuyas obligaciones a cumplir por alguna de las partes contratantes consisten en prestaciones de hacer, se toma en cuenta, primordialmente, la calidad, oficio, arte, industria o profesión de la persona que habrá de satisfacerlas (…).
(Fuente: RODRÍGUEZ, AGUSTÍN W., GALETTA DE RODRÍGUEZ, Beatriz, Diccionario Latín Jurídico, Locuciones latinas de aplicación jurídica actual, Ed. García Alonso, 1º Ed., Buenos Aires, 2008, p. 118).] 
Es importante destacar que una de las cláusulas más importantes en todo contrato de representación es la de exclusividad. Normalmente, en este tipo de cláusulas se especifica que el jugador está vedado de negociar con otros agentes durante la vigencia del contrato, teniendo la obligación de informar a su representante cualquier propuesta laboral y/o comercial que llegue a su conocimiento, ya sea de un club o de otro agente. En ocasiones, incluso se precisa que no solo no podrá negociar con otro agente, sino que tampoco podrá hacerlo por sí solo.
Al respecto, se puede mencionar el caso del jugador Juan Manuel Iturbe, demandado por su agente por incumplimiento de contrato, ya que el futbolista rescindió unilateralmente el mismo, ante la oferta de otro intermediario, quien le ofreció mejores condiciones económicas de representación. En el caso, se condenó, a través de un laudo arbitral, al jugador a indemnizar a su agente.[footnoteRef:10] [10: Análisis completo del fallo disponible en: http://gabrielamosca-derechodeportivo.blogspot.com.ar/2012/07/lanovela-en-varios-capitulos-que.html] 
Si nos detenemos en la letra del Reglamento de la AFA sobre la relación con intermediarios, éste podrá representar a un jugador o club mediante la suscripción de un contrato de representación por escrito.Es decir, se exige como requisito formal de validez de la representación.
La misma norma vigente dispone que el objeto del contrato debe ser lo más explícito posible: por ejemplo, si las actividades del empresario consisten en un servicio o un asesoramiento, o si se trata de servicios de colocación de empleo u otros.[footnoteRef:11]A su vez, se deberá dejar constancia por escrito de los principales puntos o cláusulas que vertebran la relación jurídica entre el jugador y el intermediario, antes de que éste inicie sus actividades. Por último, el reglamento dispone ciertos datos que deberán incluirse - como mínimo - en cualquier contrato de esta especie: [11: Artículo 1, apartado 1.] 
· Nombres de las partes
· Alcance de los servicios
· Duración de la relación jurídica
· Monto de la remuneración adeudada al intermediario
· Las condiciones generales de pago
· Fecha de la firma
· Cláusulas de rescisión 
· Firma de las partes[footnoteRef:12] [12: Si el jugador es menor de edad, su/sus representante/s legales también deberá firmar el contrato de conformidad con la legislación de país de residencia del jugador.] 
El contrato de representación deberá redactarse en tres ejemplares originales (y un cuarto ejemplar más en el caso de que el jugador esté inscripto en una federación o asociación extranjera), que deberán ser debidamente firmados por ambas partes. El intermediario deberá enviar todas las copias para su registro a la AFA, dentro de los diez días posteriores a su firma. En el supuesto de producirse alguna modificación respecto a los contratos registrados que afectaren o fueren susceptibles de afectar la validez de los mismos o algunas de sus condiciones básicas (remuneración, período de vigencia, condiciones de rescisión, etc.),dichas modificaciones deberán ser registradas en la AFA, adjuntándose a su expediente dentro del plazo de diez días hábiles desde que se produjo tal variación. Esta obligación es aplicable a todas las partes implicadas en la referida relación contractual.Las exigencias citadas anteriormente son un ejemplo más de la transparencia que se busca dar a la figura, además de la seguridad de sus actuaciones.
Derechos y obligaciones de los intermediarios
Conforme el Artículo 11 del reglamento de la AFA, se disponen los principales derechos y obligaciones de las partes contratantes:
Los intermediarios registrados tienen derecho a: 
· Ponerse en contacto con cualquier jugador o club que no esté bajo la representación exclusiva de otro intermediario. 
· Representar y cuidar los intereses de cualquier jugador o club que le requiera para negociar contratos en su nombre. 
Los intermediarios tienen prohibido tratar, directa o indirectamente, la suscripción de un contrato de representación por parte de un jugador o un club que tenga contrato de representación con exclusividad con otro intermediario, salvo que se hubiera resuelto por cualquier causa o el consentimiento expreso por escrito del intermediario actual del jugador o del club. El incumplimiento de alguna de estas cláusulas dará lugar a acciones por responsabilidad.
A su vez, el reglamento dispone la necesidad de que, tanto clubes como jugadores, antes de recurrir a los servicios de un intermediario, tomen los recaudos necesarios y suficientes para alcanzar la certeza de que no existe conflicto de intereses, ni riesgo de que se produzca. 
No existirán conflictos de intereses si el intermediario revela por escrito cualquier conflicto real o potencial que pudiera tener cualquiera de las partes implicadas en el marco de una transacción, de un contrato de representación o de intereses compartidos, obteniendo a su vez el consentimiento por escrito de las otras partes implicadas antes de iniciar las negociaciones. 
Si el jugador y el club desean contratar los servicios del mismo intermediario en el marco de la propia transacción, ambos interesados deberán dar su consentimiento expreso por escrito antes de iniciar las negociaciones correspondientes, y confirmarán de la misma forma en representación de qué parte (el jugador y/o el club) actuará en esa específica transacción, y qué parte asumirá, por tanto, la obligación de remunerar al intermediario. Todos los derechos y obligaciones derivados de la transacción serán asumidos por el intermediario, y por aquella parte en cuya representación finalmente actúe. 
Por último, es obligatorio que los intermediarios respeten y adhieran a los estatutos, reglamentos, directivas, circulares y decisiones de los órganos competentes de la FIFA, de la CSF[footnoteRef:13] y de la AFA, y de aquellas confederaciones y federaciones nacionales en las que puedan intervenir. A su vez, deben asegurarse de que toda transacción alcanzada como resultado de su intervención, sea conforme a las disposiciones de los estatutos, reglamentos, directivas, circulares y decisiones de los órganos competentes de la FIFA, de la CSF y de la AFA, y de aquellas confederaciones y federaciones nacionales en las puedan intervenir, así como con la legislación aplicable en el territorio de la República Argentina. El incumplimiento de alguno de los referidos estatutos, reglamentos y legislación podrá derivar tanto en la revocación de la inscripción como intermediario como también el inicio de las actuaciones judiciales que de ello deriven. [13: Confederación Sudamericana de Fútbol.] 
Resolución de disputas. Aristas del contrato de representación. Jurisprudencia argentina.
Sabido es que una de las características propias de los reglamentos federativos es la de establecer mecanismos para la solución de conflictos dentro del ámbito deportivo-federativo; esto es, evitando la intervención de la justicia ordinaria. Dicho procedimiento conforma una de las manifestaciones más palpables de la llamada "justicia deportiva", que responde a la autonomía de las entidades del deporte, reconocida, en nuestro país, por el art. 16 de la ley 20.655 (Ley Nacional del Deporte).[footnoteRef:14] [14: Disponible para su consulta en: http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/25000-29999/27274/norma.htm] 
En la vigencia del régimen de agentes de jugadores y clubes se creó, en el seno de la Asociación del Fútbol Argentino, el Órgano de Resolución de Litigios (ORL), con competencia específica para solucionar los conflictos que se produjeran entre futbolistas y agentes. Lamentablemente, dicho organismo tuvo escasísima actividad y la mayoría de estas divergencias se ventilaron ante la justicia ordinaria.
A pesar de ello, el artículo 14 del reglamento específico dictado por la AFA, reproduce la competencia de este órgano en la materia al disponer, textualmente:
"1. El Órgano de Resolución de Litigios de la AFA (Reglamento que Regula la Actividad de los Agentes de Jugadores, arts. 15 y 16, aprobado por el Comité Ejecutivo en fecha 13.04.2004, Boletín nº 3606 del 14.04.2004) es el órgano a quien corresponde conocer y resolver de las disputas de tipo económico que se susciten o deduzcan entre los intermediarios y los clubes y/o futbolistas en la ejecución de los contratos de representación suscritos entre ellos.
2. Será requisito indispensable que la operación o transacción de la que traiga causa la controversia se haya registrado en la AFA, que en la relación jurídica entre las partes no se haya vulnerado el presente reglamento y que en el contrato de representación conste de forma clara e indubitada, el sometimiento previo y voluntario al Órgano de Resolución de Litigios de la AFA. En caso contrario, podrá rechazarse la reclamación.
3. Si alguna de las partes sometiera el litigio al conocimiento de los Tribunales ordinarios, el Órgano de Resolución de Litigios podrá proceder a inhibir su competencia para el conocimiento del litigio (sin perjuicio de la intervención de los organismos disciplinarios de AFA).
4. El Órgano de Resolución de Litigios no conocerá de ningún litigio relacionado con un contrato de representación suscrito por un jugador menor de edad al momento de firma del mismo".
Como puede verse, no se trata de una competencia obligatoria, dado que se encuentra expresamente prevista la posibilidad de recurrir a la justicia ordinaria, en cuyo caso el ORL puede inhibirse de actuar.Se excluye claramente de la competencia del ORL aquellos litigios en los que se vea involucrado un contrato de representación suscripto por un menor de edad, lo que resulta a todas luces atendible. Caso contrario, estaríamos en la posibilidad de vulnerar Tratados y Convenciones Internacionales a las cuales nuestro país ha adherido.[footnoteRef:15] [15: En especial, Tratados Internacionales de Derechos Humanos, a los que nuestra Carta Magna le ha conferido jerarquía constitucional, plasmada en el Artículo 75, inciso 22.] 
El desenvolvimiento práctico del contrato de representación deportiva presenta aristas particulares. En ciertos casos, la relación entre agente y futbolista suele estrecharse y exceder lo meramente deportivo abarcando -por parte del agente-, por ejemplo, asesoramiento financiero, impositivo, jurídico, etc.
Ello lleva a dividir las prestaciones del agente en dos categorías: aquellas referidas a la contratación deportivo-laboral del cliente-deportista asistido (v.gr., ofrecimiento de sus servicios profesionales, negociaciones contractuales, etc.) y las que exceden dicho ámbito -llamadas "extradeportivas"- (negociación del uso comercial de su imagen personal, asesoramiento en materia impositiva, etc.).
Los reglamentos federativos se ocupan, esencialmente, de las enumeradas en primer lugar. Si se repasan las disposiciones de ellos, en general, no se menciona la explotación comercial de la imagen del deportista, ni otro tipo de tareas fuera de la contratación de aquél por las entidades federadas nacionales o del exterior.
Está claro que ello engendra derechos y obligaciones entrecruzados para ambas partes del contrato. La dinámica contractual es interesante, y amerita cierto detenimiento.
Va de suyo que el principal derecho del agente es el de percibir la retribución pactada con el deportista. Para ello, los reglamentos le otorgandeterminadas facultades como, por ejemplo, la de consignar su actuación en representación de un futbolista en la firma del contrato que une a éste con el club para el que prestará sus servicios. Se destaca este tópico en virtud de que, dado lo analizado, será ésta una de las principales pruebas de las que podrá valerse el agente en un eventual conflicto por el cobro de su retribución contra el deportista asistido.
Un fallo relativamente reciente[footnoteRef:16], analizó las obligaciones de los intermediarios deportivos y el derecho al cobro de su remuneración, rechazando las pretensiones de los representantes. [16: CNCom, Sala "C", 27/12/2013, "Siviski, Darío y otros c/Alvarez, Cristian s/ Ordinario", ID Infojus: NV7520 10.] 
El dato más interesante que se desprende del decisorio señalado, apunta a establecer que sólo la "gestión útil" del agente en la suscripción de un contrato de trabajo de un futbolista, le otorgará la potestad de exigirle a éste el pago de los estipendios pactados.
El Tribunal sentenciante no considera probada la tarea del agente en la culminación de las tratativas para que el futbolista argentino demandado se incorporare al Club Racing de Santander (España). Y destaca expresamente que "en cuanto al pase del demandado al Real Racing Club, con sede en el Reino de España, de la copia del contrato de trabajo firmada por el jugador surge que aquél actuó sin la intervención de ningún agente FIFA..."[footnoteRef:17]. [17: Punto III, acápite II del decisorio sub examine.] 
La mención de la actuación del agente en el contrato de trabajo respectivo es un derecho que lo asiste y, correlativamente, una obligación del deportista representado, encontrándose ello en íntima relación con su derecho a percibir la remuneración acordada. Es una prueba elocuente de su intervención en las negociaciones contractuales. La ausencia de este recaudo importa una presunción contraria, que el agente deberá desvirtuar por otros medios probatorios.
Como bien lo marca la sentencia, esta"gestión útil", constituye una suerte de pasaporte para la procedencia de la pretensión remunerativa del agente. Caso contrario, estaríamos ante una suerte de "enriquecimiento sin causa", vedado en el Derecho argentino por imperio del artículo 1794 del Código Civil y Comercial de la Nación.
Esta suerte de construcción lleva a reafirmar que, dentro de la órbita de los reglamentos federativos, para que el agente tenga derecho a su remuneración, debe demostrar los resultados positivos de su gestión. Pareciera, por tanto, tratarse de una obligación de resultados analizada desde la órbita de la facultad del representante de percibir su remuneración: sólo adquiere ese derecho si las negociaciones en las que interviene culminan con resultados positivos. Este decisorio parece encuadrar claramente la cuestión dentro de la dinámica de un contrato -el de representación deportiva- que, cada vez con mayor énfasis, se convierte en materia de análisis jurisprudencial.
En otro orden de ideas, la mayoría de jurisprudencia argentina relacionada a la temática se basa en el conflicto que generaba la reglamentación anterior de FIFA, que exigía que los agentes tuviesen una licencia habilitante, sin la cual se consideró mayoritariamente que sus actuaciones se tornaban inexistentes. Cabe mencionar como leading case la sentencia dictada por la Sala A de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, el día 6 de diciembre de 2002, en los autos “Interplayers S.A. C/Roberto C. S/Daños y Perjuicios”, que inició una tendencia jurisprudencial para la cual las normas reglamentarias dictadas por la FIFA y la AFA constituyen leyes en sentido material, y tienen rango o jerarquía igual que la ley en sentido formal.
Conforme esta sentencia, el Estatuto de la FIFA y sus reglamentaciones han quedado incorporados al derecho interno, desde que la AFA pasó a ser miembro integrante de esa Federación, asumiendo el compromiso de someterse a los reglamentos y decisiones internacionales. Del mismo modo, esas reglamentaciones de la entidad internacional - al igual que el propio estatuto y reglamentos de la AFA y la mentada Convención Colectiva de Trabajo - constituyen todos ellos ley en sentido material, en un pie de igualdad con la ley en sentido formal cuando de esta específica materia deportiva se trata.
En base a ello, y siguiendo los lineamientos de la normativa anterior de FIFA referida a los agentes de jugadores - que exigía la obtención de una licencia para actuar como tal, solo concedida a personas físicas y no a personas jurídicas, tal como se ha explicado -, el fallo en cuestión entendió que, con relación a la persona que no posee esa licencia, se configuraba una verdadera incapacidad de derecho para hacer las veces de agente o representante en el ámbito futbolístico, conforme lo prescripto por el derogado Art. 1160 del Código Civil.[footnoteRef:18] Ello implicaba, en consecuencia, que esa persona carecía de aptitud para accionar judicialmente. [18: Art. 1.160. No pueden contratar los incapaces por incapacidad absoluta, ni los incapaces por incapacidad relativa en los casos en que les es expresamente prohibido, ni los que están excluidos de poderlo hacer con personas determinadas, o respecto de cosas especiales, ni aquellos a quienes les fuese prohibido en las disposiciones relativas a cada uno de los contratos, ni los religiosos profesos de uno y otro sexo, sino cuando comprasen bienes muebles a dinero de contado, o contratasen por sus conventos; ni los comerciantes fallidos sobre bienes que correspondan a la masa del concurso, si no estipularen concordatos con sus acreedores.] 
El criterio de “Interplayers” fue seguido pacíficamente por otros precedentes jurisprudenciales de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial: en autos “N, G.M. c/ C. C.P.[footnoteRef:19], y “Global FootSports S.A. c/ Rodríguez, Clemente Juan”[footnoteRef:20], se consideró que los actores que invocaban la calidad de agente o representante pese a no poseer la licencia exigida por las normas reglamentarias dictadas por la FIFA, carecían de todo derecho para reclamar. [19: Sala B, del 14 de febrero de 2005.] [20: Sala B del 18 de noviembre de 2008.] 
Como ya se ha explicado, el “Reglamento de Intermediarios” que comenzó a regir el 1 de abril de 2015, no regula el acceso a la profesión de agente, representante o intermediario futbolístico;sino que, en razón del mismo, podrán ejercer la actividad todas aquellas personas físicas y jurídicas que así decidan hacerlo, sin necesidad de obtener una licencia, autorización o permiso especial alguno. Con la única condición de cumplir con la serie de normas y requisitos mínimos impuestos por AFA, conforme se ha profundizado anteriormente.
Por lo tanto, y con relación a todos los actos jurídicos celebrados por agentes o representantes futbolísticos hasta el 1 de abril, no habrá obstáculo para que se mantenga la línea jurisprudencial iniciada con el fallo “Interplayers”.
Por el contrario, respecto de aquellos actos jurídicos que celebren los agentes, representantes o intermediarios futbolísticos a partir de la entrada en vigencia del nuevo “Reglamento de Intermediarios”, no podrá mantenerse dicho criterio jurisprudencial; esto ya que, al eliminarse el sistema de licencias, no habrá fundamento para sostener la existencia de una incapacidad de derecho en las personas físicas o jurídicas que decidan dedicarse a la actividad, y promuevan acciones judiciales ante el incumplimiento de la contraparte (club o jugador).En consecuencia, no existirá respecto del acceso a la profesión de “intermediario” ninguna exclusión, prohibición o exigencia de atribución especial alguna.
Ello, sin perjuicio de que se tomen en cuenta y se apliquen las normas del reglamento citado relativas al control de la profesión de intermediario; normas que, recién en el futuro, se podrá ver qué efectos tendrán sobre las sentencias que los jueces argentinos dicten.
Por último, con respecto a la representación de menores, resulta interesante a los efectos del presente trabajocitar el caso del jugador Carlos Tévezy su accionar con su primer representante, quien ante la ruptura del contrato que los vinculaba, promovió demanda contra el jugador por daños emergentes de la extinción contractual. El caso se hallaba pronto a dictarse su sentencia, pero las partes arribaron a un acuerdo que puso fin al pleito. Uno de los puntos centrales del conflicto fue el de los efectos de la emancipación del menor representado por el agente, sobre la subsistencia del contrato entre ambos: lo que sucedió fue que el jugador Tévez, una vez emancipado, desconoció la validez de los contratos firmados entre el agente y quien otrora fuera su representante legal, lo que motivó al intermediario a exigir una compensación económica por dicho perjuicio.
Derecho comparado: España
Como corolario de la presente investigación, se trae a colación la sentencia dictada del Tribunal Supremo de España, en el caso conocido como Zubiaurre.
La denominada intermediación deportiva se ha identificado frecuentemente por los tribunales españoles como un contrato de mediación o corretaje – conforme la legislación española - , “por concurrir los requisitos esenciales para ello, consistentes en el compromiso del agente mediador o corredor, de indicarle la posibilidad de concluir distintos negocios jurídicos de los que tiene conocimiento por razón de su actividad profesional en el sector, o servirle específicamente en las labores de intermediación, a cambio de una retribución, por lo general una determinada comisión, diferenciado desde luego y sin poder confundirse, con los contratos de agencia, arrendamiento de servicios, comisión mercantil y contrato de trabajo”.[footnoteRef:21] [21: SAP Vizcaya, secc. 4ª, núm. 18/2014, de 17 de enero.] 
Del mismo modo que se ha detallado anteriormente, la jurisprudencia española considera que,estos contratos, son atípicos o innominados, consensuales, principales, onerosos y bilaterales, facio ut des[footnoteRef:22], que obliga básicamente al corredor a desarrollar una determinada actividad en orden a procurar la celebración del negocio que persigue el oferente, además de hacerlo informándole de las gestiones realizadas, con discreción y lealtad. [22: Hago para que tú des.] 
“La función del mediador radica en la conexión y contacto que procura entre los futuros contratantes, con lo que su relación negocial sólo se proyecta en principio respecto a la parte que le confirió el encargo estando supeditado el devengo de honorarios por comisión a la condición suspensiva de la celebración del contrato pretendido, salvo pacto expreso en contra”.[footnoteRef:23] [23: SSTS de 26 marzo 1991, 7 marzo 1994 y 30 abril 1998.] 
Del mismo modo que la jurisprudencia, la doctrina frecuentemente define este contrato como aquel en el que “una persona se obliga a pagar una remuneración para que otra realice una actividad encaminada a ponerla en relación con un tercero, a fin de concertar un contrato determinado, en el que el mediador no tendrá participación alguna".[footnoteRef:24] [24: Aludiendo a lo señalado en SSTS de 4 diciembre 1953, 9 y 21 octubre 1956, 28 de febrero 1957, 27 diciembre 1962; 6 marzo 1967, 5 junio 1978, 8 octubre 1986 y de 1 diciembre 1986, entre otras.] 
La jurisprudencia del Tribunal Supremo ha entendido, de forma generalizada, que la falta de obligaciones concretas por parte del mediador, suelen absolverlo de eventuales responsabilidades.
Pero, si bien esta es la tónica general que se encuentra en el repertorio de jurisprudencia, puede encontrarse alguna sentencia que efectivamente responsabiliza al corredor de las consecuencias dañosas del negocio promovido; es el caso de la Sentencia del Tribunal Supremo número 783/1999 del 2 octubre, en la que se considera que “como corredor tenía que haber realizado tal información al cliente -ahora recurrente- sobre la imposibilidad de celebrarse la compraventa en cuestión por un precio superior al permitido por ley, al tratarse el objeto concreto de la futura compraventa de una vivienda construida al amparo de una protección oficial y con precio tasado e inalterable”, y que “desde luego entre sus obligaciones profesionales estaba la de conocer el precio máximo para las viviendas oficiales, y sus consecuencias para el caso de que se excediera el mismo”, por lo que “el agente en cuestión (…) en su actividad contractual incurrió en una negligencia inexcusable de la que se deben derivar responsabilidades contractuales, con las características y circunstancias ya antedichas”. Ahora bien, las condenas al respecto son ciertamente escasas y sentencias como la referida se pueden considerar minoritarias.
No obstante, la jurisprudencia del Tribunal Supremo Español anteriormente citada fue dictaminada en la vigencia del anterior reglamento de FIFA sobre Agentes, que, como se ha mencionado en reiteradas oportunidades, ha sido derogado.
Si se observa la Sentencia número 9/2015 del Tribunal Supremo del 21 de enero (el caso Zubiaurre, asunto en el que se dirimían las responsabilidades del agente de futbolistas por la incorrecta desvinculación contractual del jugador con su club), si bien no se calificó expresamente la relación como un arrendamiento de servicios, se dejó claro que lo que cabe esperar del agente es mucho más que la simple puesta en relación con un club con el que tiene la posibilidad de cerrar un acuerdo.
Así, se señala expresamente que “el alcance de la gestión encomendada al mediador, como presupuesto o condición de su derecho a recibir la retribución quedó configurado, conforme a las condiciones económicas previstas, en orden a posibilitar la existencia del marco negocial que permitiera la contratación del jugador por el nuevo club; marco negocial que, sin duda, comprende la obtención de la carta de libertad del anterior club como condición indispensable para valorar la satisfacción del encargo realizado. Aspecto claramente deducible del contrato suscrito en donde la remuneración del agente (comisión) se hace depender del salario bruto que perciba el jugador en su nuevo club, por tanto, de su próxima y regular contratación; extremo que, a tenor de los hechos probados, no se produjo como consecuencia de la negligencia imputable al agente en el desarrollo de la mediación encomendada”.
Resultó pertinente la mención de la Sentencia Zubiaurre, ya que la misma casi coincide en el tiempo con la derogación del reglamento referido anteriormente -aquel que examinaba los conocimientos de los Agentes y les obligaba a estar asegurados frente a los daños que causen en el ejercicio de su actividad-, entrando en vigor el mentado Reglamento sobre las relaciones con intermediarios.
No obstante, el hecho de que la FIFA haya aprobado un nuevo reglamento –el cual no constituye ninguna fuente del derecho en el ordenamiento jurídico español-, no puede eliminar la configuración jurídica que ha realizado el Tribunal Supremo.
Conclusión
La figura del – antiguamente – llamado “representante de deportistas” ha cumplido, desde siempre, un papel tan importante como controversial en las relaciones entre los jugadores y los clubes. Hace poco tiempo, la FIFA decidió, no con el objetivo de “desregular” sino de intentar controlar la actividad, unificar los conceptos bajo el término “intermediario”.
A partir de esta nueva normativa – de la que Argentina se hizo eco, plasmándola en su Reglamento de la AFA -, se incorporaron diversas modificaciones, entre las que es preciso destacar: la sustitución de un examen (que antes se les tomaba a los aspirantes a agentes) por una entrevista personal, el requerimiento de una inscripción en un registro público, la posibilidad de que una persona jurídica pueda postularse a ser intermediario, la enumeración taxativa de las actividades pertinentes en el contrato celebrado entre partes, entre otras.
El principal objetivo de este cambio, resulta ser el intento de brindar mayor transparencia a un área que, desde el comienzo, ha sido controversial: desde las múltiples demandas por incumplimiento de contrato de representantesa representados que no acatan la característica cláusula de exclusividad, hasta la discusión por el tipo de contrato que constituye esta relación, pasando por la representación de menores de edad que, emancipados, desconocen el accionar de sus representantes legales.
En el análisis de dicho trabajo, se buscó desglosar cada uno de los puntos clave de este particular contrato, analizar sus elementos y jurisprudencia específica y, sobre todo, intentar echar luz sobre un - antiguo pero aggiornado -instituto que, aún hoy, sigue dando que hablar.
Bibliografía
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· BARBIERI, PABLO C., El contrato de representación deportiva y el accionar del agente a la luz de la jurisprudencia, publicación para el Sistema Argentino de Información Jurídica, 13 de mayo de 2014. Disponible en: http://www.saij.gob.ar/doctrina/dacf140237-barbieri-contrato_representacion_deportiva_accionar.htm
· ORTEGA SÁNCHEZ, RODRIGO, La retribución de los agentes de jugadores de fútbol, La Ley, edición del Martes 06 de agosto de 2013.
· BAMBACI, MARIANO y VÁZQUEZ, SEBASTIÁN W. J.,Los intermediarios. Análisis jurídico y tributario, publicación de Revista de Derecho del Deporte del 15 de mayo de 2015.
Sitios web consultados
· http://www.lopezcanfora.com.ar/?p=6025
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· http://www.afa.org.ar/upload/reglamento/Bolet%C3%ADn%20Especial%205047%20-%20Reglamento%20sobre%20las%20Relaciones%20con%20los%20Intermediarios%20(4).pdf
· http://legaldeporte.blogspot.com.ar/2011/03/modelo-de-contrato-de-representacion-de.html
· http://www.economistjurist.es/casos-juridicos-reales/contrato-de-representacion-de-jugador-de-futbol-procedimiento-y-clausulas/
· https://www.agentesfifa.net/2015/06/13/el-nuevo-reglamente-para-ser-representante-de-futbolistas-o-intermediaro-de-jugadores-de-f%C3%BAtbol/ 
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· https://www.eldial.com/nuevo/lite-tcc-detalle.asp?id=291&id_publicar=265&fecha_publicar=11/10/2005&camara=Jurisprudencia&base=99
· http://www.iusport.es/images/stories/opinion/ana-cortes-exclusividad-2012.pdf
· http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/105000-109999/109481/texactley340_libroII_S3_tituloI.htm
· http://fallos.diprargentina.com/2009/05/global-foot-sports-sa-c-clemente-juan.html
· http://gabrielamosca-derechodeportivo.blogspot.com.ar/2012/07/lanovela-en-varios-capitulos-que.html
· http://www.ijeditores.com.ar/articulos.php?idarticulo=68159&print=1
· http://www.elderecho.com/tribuna/laboral/Novedades-responsabilidad-Sentencia-Zubiaurre-Reglamento_11_798805007.html
· http://www.saij.gob.ar/pablo-carlos-barbieri-figura-intermediario-reglamento-asociacion-futbol-argentino-dacf150460-2015-08-27/123456789-0abc-defg0640-51fcanirtcod
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