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Módulo 1 
 
-Introducción a la noción del Acompañamiento Terapéutico. 
 
En este módulo se pretende establecer, con la máxima claridad posible, una definición del 
acompañamiento terapéutico. 
Para llegar a una definición analizaremos la historia del acompañante terapéutico y su 
aparición en nuestro país, hace ya aproximadamente cuatro décadas. 
De este modo, podremos entender su importancia a lo largo del tiempo imponiéndose de 
una forma progresiva en el mundo de hoy. 
 
Como primera aproximación diremos que se define al acompañante terapéutico como 
un agente, auxiliar terapéutico y como colaborador de un profesional de la salud, 
especializado en la intervención vincular y afectiva. 
 
 
 
 Origen del acompañamiento terapéutico 
 
La figura de Acompañante Terapéutico emerge en Argentina hace aproximadamente, 
cuatro décadas. 
 En la actualidad con este nombre abarca un campo muy amplio y heterogéneo de 
prácticas que traspasa en mucho el contexto nacional, extendido a lo largo de todo el país, 
hasta países con idiosincrasias tan diferentes como Brasil, España, Italia, Colombia, 
Paraguay, Chile, Uruguay y Bolivia. 
 
En nuestros días es probable tropezar a menudo con la noción de Acompañante 
Terapéutico, en diferentes ámbitos y niveles del campo asistencial en general como el 
campo de Salud, el de Educación y el de la asistencia social, o el campo Socio Comunitario. 
 
Sin embargo, la figura recibe varias interpretaciones, muchas de las cuales son 
formulaciones apresuradas e infundadas. 
 
Por ello, es necesario detenerse a pensar en esta figura para establecer con claridad, una 
definición y caracterización debidamente justificada. 
 
 
 Campos de inserción. 
El acompañamiento terapéutico históricamente estuvo ligado a la clínica psiquiátrica y 
psicopatológica: los trastornos psicóticos (ej. esquizofrenia); del estado de ánimo (ej. 
bipolaridad y depresión mayor); los trastornos graves de inicio en la infancia (ej. retraso 
mental, trastornos generalizado del desarrollo); las dependencias y adicciones graves, y 
los trastornos graves de la tercera edad (ej. demencias evolutivas). 
 
En la actualidad y hace un tiempo ya, el acompañamiento terapéutico, se extiende hacia 
campos tan heterogéneos y diversos del campo asistencial, como los son: el tratamiento 
de diálisis, el trabajo con pacientes terminales, pacientes oncológicos y el campo de la 
discapacidad motora, entre otros (problemas de comportamiento en escuela; situaciones 
relacionadas a intervenciones quirúrgicas, problemáticas de violencia intrafamiliar) 
El acompañamiento terapéutico implica una relación en la que existe una estrategia 
dirigida a una cura o alivio del sufrimiento o la problemática de una persona y esto es lo 
que la diferencia de una situación no terapéutica en la que sólo se comparte algo con el 
otro. 
 
El acompañamiento terapéutico implica un conjunto de acciones que se llevan a cabo en 
el marco de instituciones estatales, de prestaciones privadas o de organizaciones no 
gubernamentales. El At es un agente de salud capacitado para sostener, cuidar, aliviar y 
compartir las ansiedades, angustias y desequilibrios de una persona con perturbaciones 
emocionales, psicofísicas y también en personas que se encuentran transitando el final de 
la vida. En muchas ocasiones operan como adultos responsables a cargo de personas que 
no leen ni escriben, personas sin previo pasaje por las instituciones tradicionalmente 
socializadoras, sobre todo la familia y la escuela (por ej. niños que viven en instituciones-
hogares, adultos mayores institucionalizados o no). Aunque con las particularidades 
propias de cada situación, el denominador común del acompañamiento terapéutico es 
precisamente acompañar a estas personas en la constitución de lazos vitales, vínculos con 
un espacio o con una actividad, lazos con una institución o con otras personas que pasado 
un tiempo en el que no están pudiendo hacerlo solas sean ellas mismas capaces de 
sostenerse autónomamente. 
 
 
-La situación de los acompañantes terapéuticos en la época contemporánea. 
 
En este apartado interesa señalar algunas características, que a nivel mundial permiten 
vislumbrar el aumento de demanda de acompañantes terapéuticos. 
 
El acompañante terapéutico es una figura, que a nivel mundial, está siendo cada vez más 
promovida y fomentada por las agendas de políticas de protección en salud, de 
organizaciones internacionales, bajo diferentes nombres. 
 
Ahora queremos pensar, a qué puede obedecer este aumento de necesidad de asistencia 
y requerimientos. 
 
 Podemos distinguir algunos puntos que consideramos centrales. 
 
Entre ellos: el aumento poblacional, las trasformaciones en los tratamientos y en la 
consideración de algunas enfermedades y las nuevas dificultades que acarrean estas 
trasformaciones. 
 
 La variable sociodemográfica, el aumento de población. 
El primero de estos puntos, es sociodemográfico. El crecimiento poblacional, junto con las 
características de desarrollo de sociedades como las nuestras, el mercado laboral y el tipo 
de conformación social, familiar y cultural, conduce a definir y proyectar un aumento 
poblacional, sostenido y proyectado en el tiempo, de enfermedades crónicas, con un 
grado importante de inhabilitación y compromiso de la vida de relación social, afectiva y 
productivamente hablando. 
 
En especial en lo grupos llamados vulnerables, el paciente psiquiátrico, VIH- SIVA, 
Discapacidad, Niñez y adolescencia y Tercer edad o Adultos Mayores. 
 
Día a día aumenta la necesidad de acompañantes terapéuticos. 
 
 Las patologías graves de la vida de relación. 
Las transformaciones sociales y socioculturales, van marcando una proyección de 
crecimiento de las demandas de requerimientos asistenciales de salud mental. La 
población afectada con problemas en salud mental, está creciendo mundialmente y está 
superando porcentajes que van entre los 20 y 25 por ciento de la población mundial. 
 
Lo que los estudios indican, con una consistencia de peso, es que el sector que 
actualmente más está requiriendo los servicios sanitarios, es el sector de las llamadas 
patologías graves de la vida de relación, o enfermedades graves en el campo de la salud 
mental. 
 
Las patologías graves son el sector que está en mayor crecimiento de demanda. 
El requerimiento asistencial de acompañantes se debe a dos tipos de exigencias: cubrir la 
demanda en cantidad de asistencial provocada por el crecimiento de estas enfermedades, 
inhabilitantes; y cubrir las expectativas de calidad en la atención, que se corresponde con 
el avance de los tratamientos específicos, su mejoramiento, pero ligado a él, su 
complejización, y las exigencias de las normativas de protección de derechos en estos 
grupos, respecto a la calidad de las prestaciones asistenciales. 
 
Todo ello conduce a la necesidad de una prestación calificada de servicios terapéuticos 
asistenciales, que está muy por encima del acompañar o cuidar de la persona inhabilitada 
por su enfermedad. 
 
Este aumento de demanda se corresponde con las trasformaciones que se fueron dando, 
desde los modelos tradicionales de abordaje terapéutico, hasta nuestros dispositivos 
actuales, donde encontramos un mejoramiento en la calidadatencional y una mayor 
complejidad en la instrumentación de los tratamientos. 
 
Ello se corresponde con el incremento de la conciencia de la dimensión socialque 
representa la población afectada y el aumento correlativo de normativas y leyes de 
protección de estos grupos. 
 
En este grupo se encuentran la población de personas con discapacidad, la niñez y la 
adolescencia, la mujer, el adulto mayor, y el paciente psiquiátrico, entre otros. 
 
Esto da un nuevo marco de consideración de la salud y la enfermedad, donde los 
acompañantes crecen al ritmo de la transformación de los tratamientos tradicionales, 
como en el campo de la esquizofrenia, las adiciones, o la depresión, y en la emergencia de 
nuevos abordajes terapéuticos como el que representa el HIV, oconsideraciones sobre 
algunas problemáticas poco o insuficientemente visibilizadas como la obesidad y los 
trastornos de alimentación, la discapacidad, etc. 
 
 
 
 
PARA REFLEXIONAR 
 
Acompañar 
 
Simplemente estar ahí, presente, al lado de quien te necesita. 
No es indispensable hablar, ni hacer algo especial. 
Lo importante es comunicar al otro que uno está unido con la alegría, o la tristeza; que 
está viviendo el ser querido. 
Lo que vale es respetar siempre el pedido, verbal o silencioso, latente o manifiesto de 
compañía o de soledad. 
Acompañar es intuir la carencia del otro: es cuidar, proteger, sin molestar o dañar. 
Es tarea de amigos, de amantes, de seres que se sostienen en la hermandad de los 
afectos. Es un servicio de lealtad. 
Es un punto de contacto, más cerca de los sentimientos invisibles que de la mera 
proximidad física, ostensible. 
Se puede estar “cerca” de alguien. También es posible estar unidos por la distancia, pero 
próximos en el corazón. 
A veces los sentimientos se filtran por las fronteras inventadas por los mismos 
protagonistas. 
Acompañar no es pared sino puente, unión de almas. 
Existen paredes de vidrio, no visibles, que impiden la unidad de los sentimientos, que 
asfixian el surgimiento generoso y espontáneo de la compasión. 
Hay proximidades que agobian y aíslan mucho más que la soledad misma. 
“Y qué le digo”?, preguntó alguien, temeroso de sus propias emociones ante el dolor de 
un conocido… 
“No digas nada, absolutamente nada”, respondió la sensibilidad. 
Lo que importa es estar ahí en el momento justo. 
“Cállate por favor… quiero estar contigo”, suplicó el poeta necesitado de compañía. 
 
 
CONSIGNAS DE TRABAJO: 
¿Cómo caracteriza usted al acompañamiento terapéutico? 
¿Conoce situaciones relacionadas a la práctica concreta del acompañamiento terapéutico 
y sus posibles campos de aplicación? 
 
 
 
Bibliografía consultada 
 
 Cossi, E. F.: “Consideraciones sobre el acompañamiento terapéutico”. 
 Cossi, E. F.: “Introducción al acompañamiento terapéutico”. 
 Cossi, E. F.: “Funciones del acompañamiento terapéutico”. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Modulo 2 
 
-Definición técnica del acompañante terapéutico; incumbencias y competencias básicas y 
diferenciales. 
 
En esta oportunidad veremos algunas funciones básicas relacionadas al Acompañamiento 
terapéutico. 
Las dos función que se consideran de gran importancia en la labor del acompañante terapéutico 
son de “Monitor” y “Modulador 
El objetivo de esta unidad es que se reconozcan diferentes incumbencias, funciones y 
competencias que conciernen al trabajo del acompañamiento terapéutico. De este modo se 
pretende reflexionar sobre la riqueza que comprende la figura del acompañamiento y la necesidad 
de un tratamiento técnico de las habilidades y competencias necesarias para cumplir dichas 
funciones. 
 
 
 
-Funciones e Incumbencias Básicas del trabajo del Acompañamiento terapéutico. 
 
Las incumbencias del acompañamiento terapéutico pueden distinguirse en algunas funciones 
básicas como: 
 
• MONITOR. 
• PSICOEDUCADOR. 
• MODULADOR VINCULAR. 
• MODULADOR GRUPAL. 
• MODULADOR AMBIENTAL. 
 
 
 Monitor. 
Advertir, prevenir, son funciones del monitor, también hacer público, mostrar. 
Antiguamente era usado como el auxiliar que señala un impedimento, si lo hay, o también, señala 
algunas conductas a seguir cuando corresponde. 
También se usa en medición, como herramienta de observación de algunos tipos de indicadores, 
detectores sensibles, receptores de imágenes, etc., que colaboran en, o permiten el, control de 
diferentes tipos de procesos. 
Antiguamente se nombraba así a una embarcación acorazada con espolón de acero a proa, cuyo 
pequeño calado le permitía hacer el servicio de exploración por vías fluviales. 
En la antigüedad romana era el auxiliar del orador, quien le recordaba o le presentaba los 
documentos y objetos –asuntos- sobre los que tenía que entender. 
También definía al auxiliar del señor antiguo, quien le recordaba nombres o características de las 
personas que iba encontrando el señor en su recorrido. 
El acompañante es un monitor en tanto muestra, observa, permite ver, señala, permite explorar y 
seguir un proceso –monitorear-. 
En este sentido es un monitor para el equipo con el colabora y también para la persona o grupo 
que acompaña. 
 
Psicológicamente es una función muy importante, porque lo que muestra, señala, observa, o 
permite ver, el acompañante por la posición especial que ocupa, es a menudo, lo que el paciente o 
su grupo no pueden ver, o lo que el equipo no puede detectar. 
El acompañamiento es una perspectiva original del tratamiento, y este observar, y mostrar, está 
estrechamente ligado a la colaboración y auxilio del Acompañante en procesos de aprendizajes 
que comprometen al tratamiento. 
 
 
 Psicoeducador. 
Proceso terapéutico y proceso de aprendizaje son variables estrechamente ligadas entre sí. 
Mostrar, señalar, permitir ver y seguir un proceso; advertir y corregir, son todas funciones ligadas 
al proceso de aprendizaje y al proceso terapéutico, en los que colabora el Acompañante. 
El acompañante participa de procesos de aprendizaje permanentemente. 
Ligado a esto, un proceso terapéutico, siempre supone dimensiones educativas en juego. Todo 
proceso terapéutico supone un proceso de aprendizaje y un proceso de educación correlativo. No 
hay que entender educación en el sentido escolar, o moral. 
Educación es aquello que desde el exterior recibo, como auxilio, como recurso, para incorporarlo 
en mí, como una herramienta o una habilidad. 
Un campo muy relacionado a la educación, es la información que requiere el paciente para 
enfrentar algunas situaciones. 
 
Luego veremos que hay diferentes tipos de aprendizaje que pueden ponerse en juego según las 
diferentes situaciones. 
Nosotros preferimos hablar de psicoeducación, porque debemos suponer que lo que es necesario 
aprender o saber, está muy condicionado, por los procesos psicológicos y afectivos, en los que se 
encuentra comprometido el paciente o su grupo. 
Por eso, todo aquello que deba informarse, enseñarse, mostrarse, señalarse, debe tomar en 
cuenta esta condición o “façade” psíquica, donde se desarrolla el proceso. 
Façade psíquica es el término que utilizaba Freud, para hacer referencia a que toda relación 
terapéutica, psicológica o no, está condicionada por una “superficie” o “fachada” psicológica y 
afectiva que la determina fuertemente. 
No podemos pensar en colaborar en un proceso de aprendizaje sin considerar su dimensión 
afectiva. 
 
 Tipos de aprendizajes. 
 Consideramos por lo menos tres tipos de aprendizajes. 
TIPOS DE APRENDIZAJE: 
INTELECTUAL 
PERCEPTUAL 
CONDUCTUAL 
Cada situación va a merecer un tipo u otro de estrategia de aprendizaje y por tanto educativa. 
En estos tres tipos podemos pensar diferentes estrategias de enseñanza. 
 Intelectual. 
El aprendizaje intelectual, supone la información que explica, el señalamiento que apunta al 
entendimiento. 
Por ejemplo: el cuidado en el manejo de una medicación, sus riesgos, etc. 
No todos los aprendizajes son de este tipo. Además la información se puede trasmitir de diverso 
modo según las circunstancias. Ej.: señales de tránsito. 
 Perceptual. 
Hay circunstancias que se aprenden perceptualmente, sin participación directa del entendimiento, 
por algunos tipos de imitaciones. 
Las personas aprenden permanentemente modelos y patrones por el hecho mismo de que son 
mostrados y percibidos. La función de la información allí, no es explicar sino mostrar, ser vista, ser 
percibida. 
Un ejemplo clásico es cuando para enseñar un paso de baile, lo hacemos, lo mostramos, no lo 
explicamos. Viéndolo la persona lo aprende. La imitación de un gesto también es un ejemplo. 
Este proceso participa de muchos aprendizajes en la experiencia humana, en psicología se 
relaciona a lo que se llama modelar una conducta. 
Modelar una conducta es mostrarla. Se utiliza muchoen algunos tratamientos orientados a la 
enseñanza de algunas habilidades. Sobre todo los modelos terapéuticos educativos. 
Por ejemplo en el tratamiento del autismo, los trastornos generalizados del desarrollo y el retraso 
mental. 
 
 Comportamental. 
Otro modo de aprender es el comportamiento mismo. 
Ejemplo: Cuando le enseñamos a andar en bicicleta a los chicos, no se lo explicamos, ni tampoco 
alcanza con mostrarlo. El chico debe realizar él mismo, algunas acciones para que el proceso de 
aprendizaje pueda realizarse. Enseñar es algo muy diferente entonces. 
Muchos procesos en los tratamientos requieren de esta modalidad. Lo que hacemos es colaborar 
de diferentes formas, para que alguien haga o realiza algún comportamiento. 
Algunas habilidades son aprendidas solo a condición de ser realizadas. 
Por supuesto, debemos agregar que, según las circunstancias estos tipos de aprendizajes y 
enseñanza deben estar articulados. 
Busque ejemplos concretos, de los distintos tipos de procesos de aprendizajes en los que puede 
pensarse la participación del acompañante terapéutico. 
Trate de encontrar ejemplos de los tres tipos y combinaciones de los mismos. 
 Información. 
Un proceso psicoeducativo muy importante y básico, refiere a la información mínima que todo 
paciente debe tener. 
Más adelante veremos – en la unidad del marco jurídico, ético y legal-, que todo tratamiento es 
posible, sólo si tiene consentimiento informado del paciente, o un tercero legalmente responsable 
por él, si corresponde. 
Esta información debe ser cuidadosamente trabajada, pero no puede faltar. 
La información básica que siempre debe trabajarse confiere a cuatro puntos básicos: 
El tipo de enfermedad o compromiso del que se trata. Un diagnóstico siempre es una hipótesis de 
trabajo. No debemos olvidar eso. 
Los problemas asociados a ese tipo de compromiso. El alcance del problema y sus consecuencias 
en diferentes ámbitos de la vida. 
El tratamiento que se considera, la mejor alternativa para abordar el problema. 
El alcance de problemas que pueden estar asociados al tratamiento y su desarrollo. 
Desde el punto de vista jurídico, el paciente, o un tercero legalmente responsable por él, debe 
estar en condiciones adecuadas para dar consentimiento, y estar suficientemente informado 
sobre el tratamiento que consiente. 
La información debe incluir: 
Beneficios, riesgos y costos o daños relativos que puede presentar el tratamiento. 
Los beneficios, riesgos y costos o daños relativos que puede presentar los abordajes alternativos al 
propuesto. 
No obstante, este requisito legal, es también un requisito técnico. 
El paciente debe ser el gran colaborador del equipo en el proceso terapéutico. 
Todo proceso terapéutico privilegia trabajar “con” el paciente, en vez de “contra el” 
Mal puede colaborar quien no comprende bien el proceso del que participa, por lo tanto la 
psicoeducación es una tarea inherente a todo tratamiento y no debe faltar ese trabajo. 
Un tratamiento Implica colaborar en que se adquiera conocimientos,información o habilidades 
que son requeridas por el proceso terapéutico, y supone la consideración y el cuidado de las 
dificultades con las que se encuentra el paciente y/o su grupo para apropiarse de ellas. 
 
 
 
 
 Modulador vincular, ambiental y grupal. 
Conforme habíamos dicho, el acompañamiento se corresponde con los lineamientos 
fundamentales de un modelo de intervención psicoterapéutico, que aborda como variables 
determinantes, el comportamiento, los pensamientos y creencias, los estados de ánimo, 
emociones y afectos. 
Todo ello, desde el punto de vista de la relación vincular en la que se compromete con el paciente; 
atendiendo al modo en que las acciones, pensamientos y emociones, están relacionados entre sí, 
coordinados con el medio ambiente y con los vínculos y referentes sociales de los entornos 
inmediatos y cotidianos. 
El acompañante terapéutico es un modulador vincular, de procesos de pensamientos, emociones, 
comportamientos, al mismo tiempo que modula las variables del entorno, los vínculos y relaciones 
sociales de las que participa el paciente. 
Recordemos que estas variables son las que hemos destacados como fuertemente determinantes, 
a través de los últimos dos siglos de historia, y además, estrechamente relacionadas a las variables 
de análisis e intervención de los modelos contemporáneos de la psicología cognitivo 
comportamental. 
Modular es variar con fines específicos las cualidades de una variable o dimensión en la que 
participo. Modificar los factores que intervienen en un proceso para obtener distintos resultados; 
Intervenir para acelerar o demorar un acontecimiento. 
Es decir, administrar recursos, para producir variaciones o cambios estratégicos y específicos en el 
comportamiento, el pensamiento, el estado de ánimo, y el modo en que están coordinados con el 
entorno y los vínculos de los que participan. 
De alguna manera también es un regulador de estas variables y procesos. 
Esto es lo que los acompañantes y sus antecesores siempre han desarrollado como desempeño de 
su práctica. 
Por eso es tan importante que el acompañante cuente con la pericia, la capacidad técnica, las 
competencias y las habilidades necesarias que, en cada caso, situación o circunstancia son 
requeridas de modo específico. 
También, por eso, por el tipo de trabajo que lleva adelante el acompañante terapéutico, es 
fundamental que el acompañamiento tenga una supervisión profesional permanente, y que las 
diferentes estrategias en las que se compromete, sean a su vez, producto y consecuencia del 
trabajo de un equipo profesional que lo incluya como integrante auxiliar. 
Estas funciones del acompañamiento deben ser siempre definidas de un modo preciso y 
permanentemente supervisadas por el trabajo del equipo en conjunto. 
De este modo el trabajo del acompañamiento terapéutico se convierte en una potente 
herramienta del tratamiento integral. 
Cuando hablamos de pensamiento, comportamientos o acciones y estados de ánimos o 
emociones, damos por supuesto que estas variables participan siempre íntimamente relacionadas 
y articuladas cada una, con las otras dos 
El proceso de modulación interviene, tomando en cuenta esa articulación que solemos llamar 
“cadena de eventos psicológicos”, en aquellos eventos que comprometen a la integración de 
pensamientos emociones y acciones. 
Por supuesto, cuando nos referimos a las cadenas de eventos psicológicos, debemos resaltar que 
se trata en particular, de procesos que resultan en estados de ánimo, acciones o emociones 
particulares, pero que están fuertemente relacionadas a patrones de pensamientos, acciones o 
emociones, cada uno de los cuales supone a su vez múltiples variables en juego. 
Para dar un ejemplo, una persona que sufre de depresión mayor, presenta una cadena de eventos 
donde creencias negativas sobre sí, sobre el futuro, y/o sobre los otros, se asocian a estados de 
ánimo de tristeza, desesperanza, o desgano, y a acciones de inhibición, evitación, o retraimiento. 
A su vez, podemos identificar en cada uno de estos eventos particulares, la presencia de patrones 
identificables en los modos de pensar, actuar y sentir de esta persona. 
Estos patrones, y no sólo los pensamientos, acciones o estados de ánimos particulares, son las 
variables donde nos importa intervenir para colaborar en cambios y trasformaciones de mayor 
alcance y beneficio para la persona. 
Un ejemplo muy conocido es el ataque de pánico. 
En el ataque de pánico, están relacionados patrones de pensamientos, creencias, emociones, que 
activan comportamientos muy específicos como la hiperventilación - comportamiento 
respiratorio- que, a su vez, provoca la activación fisiológica del organismo, que conocemos como 
“ataque o crisis”, que produce los indicadores de palpitaciones, traspiración, sudor, temblor, baja 
presión , mareo, vértigo, etc. 
Todo ello, a su vez, provoca la reacción de pánico, en el pensamiento y la conducta de reacción en 
la persona, condicionando finalmentesu estado de ánimo y los pensamientos y acciones futuras. 
Piense cómo sería concebible una estrategia de Acompañamiento Terapéutico en una situación 
como la descripta. 
 
 
 
 
 
 
CONSIGNA DE TRABAJO: 
- ¿Cuál es la importancia de las funciones de Monitoreo, Psicoeducación y Modulación vincular?-
Busque ejemplos que no estén mencionados en esta unidad.- 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
MODULO 3 
 
 Rol y función del Acompañante Terapéutico 
 
En este módulo se pretende establecer una presentación de nociones básicas relacionadas 
al campo y práctica del acompañamiento terapéutico. 
Veremos donde puede desempeñarse el rol de acompañante terapéutico. 
 
El Acompañamiento Terapéutico constituye un rol de múltiples funciones: compartir, 
escuchar, observar, ayudar a hacer cosas, frenar impulsos, contener, estimular, etc., pero 
no interpretar. Y fundamentalmente una función de maternaje. 
Es el método menos agresivo de contención a pacientes descompensados, sólo hace falta 
recordar: la exclusión social, las cadenas, el encierro, la convivencia con delincuentes y 
vagabundos, latigazos, animalidad, baños de inmersión con agua fría, duchas por sorpresa, 
chaleco y tratamientos eléctricos. 
 Los psicofármacos que fueron una gran revolución, aparecieron en la época del ’50. Y 
contrariamente a la institución custodial, Maxwell Jones crea la comunidad terapéutica. 
Antes se alejaba al loco de la familia y la comunidad, hoy se lo acerca a su ambiente y a su 
historia. 
 
EN QUE CASOS SE INDICA UN ACOMPAÑANTE TERAPEUTICO 
 
El acompañante terapéutico es un agente de salud capacitado para sostener, cuidar, 
aliviar y compartir: las ansiedades, angustias y desequilibrios de las personas que han 
entrado en crisis al no poder generar respuestas adaptativas, ante situaciones externas e 
internas que se presentan en la vida del sujeto. 
El profesional de la salud llamase neurólogo, psicólogo, psiquiuatra o hasta el mismo 
medico de confianza de la familia, además de indicar el Acompañamiento Terapéutico 
será el encargado de establecer las consignas: horarios, tipos de salidas, permisos, 
restricciones, riesgos, urgencias, hacia donde apunta el acompañamiento, cuál es su 
objetivo y el número de acompañantes terapéuticos, sin dejar de lado los aportes del 
acompañante terapéutico según lo monitoreado y observado. 
 
SOBRE QUIENES OPERA EL ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO 
 
Se trata de una tarea en la que no sólo se deberá tener en cuenta la contención individual 
del paciente, sino también la de su pareja, familia y grupo circundante, ya que no 
solamente se acompaña al enfermo sino también a su entorno. 
El acompañante terapeutico deberá detectar el “el punto de urgencia” de la familia o 
grupo, sin dejar de realizar un trato personalizado. 
Por ejemplo: la persona que cumpla el rol de ama de llaves, empleada, mucama etc, 
puede estar necesitando más ayuda que el resto de los integrantes de la casa en 
determinado momento. 
 
-DONDE SE DESARROLLA EL ACOMPAÑAMIENTO TERAPÉUTICO 
 
En este punto serán mencionados 4 ámbitos donde el acompañante terapéutico 
desarrollara su trabajo. 
 
INSTITUCIONAL: 
 
La institución le permite al paciente volcar sus contenidos patológicos en un marco de más 
seguridad. A pesar de ser el lugar de mayor contención, hay pacientes que sin embargo 
necesitan también Acompañamiento Terapéutico, por encontrarse por ejemplo en un 
período confusional. 
La presencia física, el afecto y a veces hasta la ayuda corporal, favorecen notablemente a 
su estado. 
Llegando el enfermo a necesitar un Acompañamiento Terapéutico desde 2 horas a 24 
horas por turnos rotativos. 
En un segundo momento funcionará como el trasmisor de la cultura institucional, 
ayudando al paciente a la adaptación de la actividad comunitaria, y a cumplir las reglas 
institucionales. 
 
 
AMBULATORIO: 
 
Aquí el acompañante terapéutico será el trasmisor de la ley social, ayudando al paciente 
en su resocialización, ordenamiento y planificación. 
Programando estrategias que pauten las salidas, pues éstas no deben ser azarosas. 
Pueden realizarse desde la casa o la institución. Incluso viajes con el paciente sólo, o con 
su pareja, familia o amigos. 
Lo importante de este espacio es volver al acompañado de a poco al contacto con las 
diversas redes sociales del mundo externo, el objetivo es no perder lazos sociales con la 
comunidad. 
 
DOMICILIARIO: 
 
El lugar donde se desarrolle el Acompañamiento Terapéutico va a determinar conceptos 
terapéuticos diferentes. 
En el domiciliario tanto la familia como el paciente intentarán imponer sus reglas. Aquí el 
acompañante terapéutico tendrá la complicada tarea de revertir la situación, 
reconociendo al o a los aliados con quienes contará para introducir su palabra. 
El acompañante terapéutico no deberá interpretar, sino recoger material relacional y 
vivencial, para comunicárselo al terapeuta y al equipo. 
 
En cada ámbito donde el acompañante terapéutico desarrolle su trabajo, deberá elaborar 
una estrategia SINGULAR, que responda al contexto sociofamiliar donde el acompañado 
este inmerso. 
Una misma estrategia puede no funcionar a dos acompañados que registren la misma 
patología o síndrome. Ya que cada sujeto responde de una forma particular a cada 
situación. 
 
 
 
 
 
 
 
 
CONSIGNA DE TRABAJO: 
 
¿Brevemente relate cual es la importancia de indicar un acompañante terapéutico? ¿Y en 
qué casos es recomendable esto en vez de otras terapias? 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Modulo 4 
 
-La enfermedad y la familia 
 
Como hemos mencionado en módulos anteriores, el acompañamiento no solo se realiza al 
paciente que nos han otorgado, sino a su entorno en general 
La familia es el pilar que primero se derrumba ante una enfermedad sea del origen que fuese. 
Se produce un reordenamiento de la misma, un desplazamiento de roles, y una nueva forma de 
actuar ante el mundo. 
 
Para reflexionar sobre la importancia de acompañar también a la familia los invito a leer el artículo 
de Miguel Ángel Fernández ortega. 
 
 
 
El impacto de la enfermedad en la familia 
 
 
La aparición de una enfermedad aguda, crónica o terminal en alguno de los miembros de la familia 
puede representar un cambio radical tanto en su funcionamiento como en su composición. Podría 
considerarse como una crisis, dada la desorganización que se produce y que impacta en cada uno 
de sus miembros. 
 
Para adaptarse a esta nueva situación de enfermedad, la familia pone en marcha mecanismos de 
autorregulación que le permite seguir funcionando, de tal manera que, en caso de una 
enfermedad aguda grave o crónica, se generan cambios en las interacciones familiares que tienen 
un propósito específico, consciente o inconsciente, y que pueden llevar a la familia a situaciones 
complejas de equilibrio o desequilibrio, poniendo en riesgo el bienestar y manejo del paciente 
enfermo, así como la funcionalidad del sistema familiar. 
 
Los cambios que se producen en las familias en relación con la enfermedad no siguen algún patrón 
específico, más bien están dados por las propias características familiares, tales como su etapa del 
ciclo vital, el momento de la vida del paciente, el grado de rigidez de la familia, el nivel 
socioeconómico, la función que cubra la enfermedad para ese grupo en específico, la historia 
familiar, etcétera. 
 
En caso de enfermedad aguda-grave se puede observar que el grado de desajuste que genera es 
muy grande, dada la necesidad de cambios homeostáticos en breves lapsos y que generalmente 
son de corta duración, ya sea por la rehabilitación del enfermo o por su muerte, en cuyo caso la 
familia se enfrentará al manejo del duelo en corto tiempo, en muchos casos esto será merecedor 
de apoyo terapéutico especializado. 
 
La enfermedad que tiende a la cronicidad o que incluso se convierte en terminal, favorece que el 
paciente “sea etiquetado como diferente”, ya sea por el tipo de expectativasque posee, por las 
nuevas necesidades de cuidados y alimentación, por su aspecto físico, por su autoestima, por su 
capacidad de trabajo, etc, y que afectan el tipo de relación interpersonal con los miembros de la 
familia y con sus conocidos. Esta relación puede evolucionar lentamente hasta el deterioro 
irreversible. La condición de cronicidad puede evolucionar a situaciones de estrés crónico en el 
sistema, que no sólo impactan en el funcionamiento de la familia, sino también en la evolución de 
la propia enfermedad. Durante todo este proceso de enfermedad, la familia sufre al igual que el 
paciente y se pueden generar cambios catastróficos dentro del seno familiar; ante ésto el médico 
debe prevenir, diagnosticar y tratar ya sea directamente o a través del equipo multidisciplinario de 
salud. 
 
La enfermedad puede considerarse como una crisis, debido a la capacidad que tiene para 
desorganizar un sistema familiar, al igual que pudiera hacerlo una separación, la pérdida de algún 
miembro, el nacimiento del primer hijo, etc; el desajuste puede tener diferentes intensidades, las 
cuales van a estar influenciadas por el tipo de enfermedad y la dinámica del grupo familiar en 
torno a ella. 
 
La eclosión de la enfermedad en la familia genera una serie de desajustes en la manera de convivir 
y funcionar por parte de sus miembros, lo que conlleva a un procesamiento de la información 
relacionada con la enfermedad a la cual se le añaden valores, costumbres, y definiciones tanto del 
significado de la enfermedad en sí misma, como de las necesidades que tiene la familia para 
enfrentarla. En función de este procesamiento de la enfermedad, se generan una serie de 
respuestas adaptativas que pueden ser funcionales o disfuncionales, que pudieran llevar a mayor 
estrés en la familia y a una crisis todavía más severa. Por ello resulta indispensable que el médico 
tratante, en este caso el médico familiar, se mantenga atento para apoyar al sistema en su 
conjunto en el procesamiento de la enfermedad, de manera que las respuestas adaptativas sean lo 
más funcionales posibles dentro del potencial de cada grupo familiar. 
 
Dentro de las respuestas adaptativas que genera la familia, se pueden observar las de orden 
afectivo, que incluyen aspectos como la negación, la ira, tristeza o depresión; la negociación de 
roles, flexibilización de límites, etc. También se observan los ajustes de tipo económico, en los 
cuales resulta indispensable considerar la pérdida de capacidad económica de la familia por 
concepto de consultas, medicamentos y hospitalización, además de la disminución del ingreso 
económico por la incapacidad del enfermo para trabajar, como en el caso del padre o algún otro 
miembro de la familia económicamente activo. Otro ajuste que frecuentemente es necesario 
considerar para dar respuesta a la enfermedad se encuentra en la redistribución y 
acondicionamiento de espacios y al tipo de alimentación, que en el caso de familias de escasos 
recursos, realmente, es un conflicto grave, que lleva en ocasiones a la imposibilidad del manejo 
domiciliario del paciente crónico, como es el caso del paciente nefrópata o pediátrico. Finalmente 
es importante considerar las respuestas adaptativas de la familia en función del ambiente social -el 
cual está limitado para llevarse a cabo de una manera normal- debido a que en ocasiones se tiene 
que aislar al miembro enfermo para poder atenderlo. 
 
Hasta este punto se han considerado las respuestas adaptativas de la familia para enfrentar la 
enfermedad, sin embargo, no sólo la familia puede afectar de manera positiva o negativa la 
evolución de la enfermedad, es ésta quien de forma directa afecta cada una de las esferas 
afectiva, física, económica y social de la familia, produciendo entonces un círculo vicioso que hace 
más severa la crisis y dificulta su manejo. 
 
Factores que condicionan el impacto de la enfermedad en la familia 
 
Además del procesamiento de la enfermedad por la familia y del tipo de respuesta que ésta 
genere, existen otros factores que intervienen en el impacto familiar de la enfermedad, como lo 
es: 
 
Etapa del ciclo vital. Debe investigarse el momento del ciclo vital familiar en que la enfermedad 
sorprende a la familia, el grado de consecución de las tareas propias de esa etapa y el 
posicionamiento de cada uno de sus miembros en sus roles(1). 
 
El impacto de la enfermedad será diferente en cada momento de la vida de una familia y del 
miembro al que le ocurra; de tal suerte que no es lo mismo una enfermedad como la diabetes en 
el esposo económicamente activo en la etapa de independencia de los hijos, que una enfermedad 
vascular cerebral en el cónyuge en etapa de nido vacío. 
 
De igual forma, no es lo mismo que aparezca la enfermedad en una familia que no ha enfrentado 
crisis familiares y que no ha puesto a prueba su capacidad para resolver conflictos, a que ocurra en 
una muy “golpeada” por éstas, cuyo desenlace puede ser muy prometedor o realmente 
catastrófico. 
 
Flexibilidad o rigidez de roles familiares. La enfermedad crónica, y más aún la terminal, supone 
una profunda crisis familiar a la que las familias podrán responder mejor cuanto más flexibles 
puedan ser. En el momento que aparece la enfermedad puede ocurrir que ésta se cierre en 
relación con la distribución de roles, pero inmediatamente después tendrá que negociar cada uno 
de ellos y en muchas ocasiones compartirlos. En el caso del rol de proveedor que pudiera haber 
realizado el padre enfermo genera un gran conflicto, ya que este papel viene acompañado de 
poder, el cual en muchas de las veces no se concede. El rol de cuidador que generalmente se 
asigna a una mujer en nuestra cultura (madre, hermana mayor) genera conflicto porque implica el 
descuido de sus otras funciones, tales como el cuidado de los hijos, o el estudio. 
 
El paciente enfermo juega un papel central que le posibilita para que haga alianzas o coaliciones 
en contra de uno o varios miembros de la familia, lo que genera mayor estrés y un incremento en 
el grado de disfunción familiar, que además se sustenta en el manejo de culpas, resentimientos y 
temores. 
 
De esta manera se puede esperar que las familias con mayor rigidez presenten mayores 
dificultades para responder a la crisis por enfermedad ya que no se pueden adaptar a las nuevas 
condiciones de la dinámica familiar. Lo que procede es flexibilizar las interacciones, de tal suerte 
que cada uno de sus miembros puedan responder a su nuevo rol sin afectar de manera importante 
los límites establecidos hasta el momento de la aparición de la enfermedad. 
 
Cultura familiar. Resulta difícil hablar del impacto de la enfermedad en las familias sin considerar 
un aspecto tan fundamental como es la cultura familiar. Este conjunto de valores, costumbres y 
creencias que comparten los miembros, intervienen en la evolución y desenlace de una 
enfermedad. 
 
Debemos buscar en todos los casos de enfermedad crónica o terminal, cuál es la interpretación 
que la familia hace de este proceso, ya que eso permite no sólo gozar de la confianza del grupo, 
sino además considerar sus costumbres y creencias para abordar la enfermedad de la manera más 
adecuada; en el momento que el paciente y su familia perciban rechazo a la interpretación que 
hacen de la enfermedad simplemente se retirarán. 
 
Nivel socioeconómico. No es lo mismo que la enfermedad aparezca en una familia de escasos 
recursos económicos a que ocurra en una económicamente estable. Evidentemente la crisis 
familiar en la primera va a ser mayor, ya que la desorganización provocada por la enfermedad se 
va a percibir en todos los ámbitos. La familia requerirá durante la enfermedad mayor cantidad de 
recursos económicos por concepto de medicamentos, curaciones, consultas, transporte, 
alimentación especial, acondicionamiento físico de la vivienda, etc. Si el paciente enfermo es el 
proveedor, será necesaria la reorganización de roles en el caso de que su enfermedad sea terminal 
y esté imposibilitadopara trabajar, de tal forma que algún otro miembro deberá cumplir con la 
función dejando atrás su rol habitual de estudiante o ama de casa (si ese fuera el caso). 
 
En muchas ocasiones cuando se atiende a los pacientes poco nos detenemos a pensar sobre su 
situación económica, se prescriben medicamentos de elevados costos sin importar que el paciente 
pueda o no comprarlos; se solicitan estudios en muchos casos innecesarios; se visualiza que el 
paciente diabético no mejora, no lleva una dieta específica o simplemente no baja de peso y no se 
busca qué hay en el fondo de ese paciente difícil de controlar, quizá simplemente no tenga dinero 
y esté más preocupado por los problemas en casa que por su salud. 
 
Comunicación familiar. En general, en la cultura de Latinoamérica existe una fuerte tendencia por 
ocultar al enfermo que va a morir, convirtiendo la comunicación referente al tema en algo 
prohibido o negado, conocido como “pacto de silencio” o “conspiración de silencio”(2,3). 
 
La conspiración de silencio consiste en una supuesta protección que familiares, amigos e incluso el 
médico y otros profesionales de la salud, tratan de brindar al paciente enfermo que va a morir, 
ocultándole la verdad, no dando opciones para hablar del tema, preguntar, aclarar, explicar, 
etcétera. 
 
El complot generado alrededor del enfermo dificulta su convivencia con el grupo familiar, incluso 
con el médico, ya que percibe que hay información que no se le quiere dar y eso hace que 
disminuya su confianza, incluso en el propio médico. El hecho de que el paciente sospeche lo que 
va a ocurrir sin que pueda confirmarlo, lo sumerge en una gran soledad, miedo e indecisión para 
despedirse de sus familiares. 
 
En el paciente, la ansiedad y depresión causadas por la incertidumbre del complot familiar trae 
consigo más problemas que beneficios, no sólo para él, sino también para la familia y el médico. 
 
Tipo de respuesta familiar. El tipo de respuesta que presentan las familias como efecto de la 
enfermedad, se refiere a los cambios que se generan en las interacciones de cada uno de los 
miembros en función del paciente enfermo. 
 
Esencialmente se puede mencionar que existen dos patrones de respuesta opuestos, que en la 
realidad se escalonan a lo largo de un continuo de respuestas posibles(4): 
1. La tendencia centrípeta se expresa a través de una extrema cohesión interna de los miembros 
de la familia. Todas y cada una de las actividades que éstos realizan están dadas en función del 
enfermo, es como si todos giraran alrededor de él, convirtiéndolo en el centro de las interacciones 
y absorbiendo gran parte de los recursos afectivos y económicos de la familia. 
 
2. La tendencia centrífuga se puede observar en las familias cuyas conductas en general no están 
relacionadas con la situación de enfermedad. En estos casos el cuidado del paciente enfermo es 
delegado a una sola persona, que en general corresponde al sexo femenino y que comúnmente 
puede ser la madre, esposa o hermana mayor, la cual absorbe el papel de controlar la evolución 
de la enfermedad. 
 
La falta de colaboración en estas familias, y la enorme carga emocional que suele traer consigo el 
cuidado del paciente enfermo, puede tener consecuencias graves para el miembro cuidador, tales 
como depresión, soledad, estrés crónico, descuido, exacerbación de problemas de salud, etc. 
(Síndrome del cuidador)(2). 
 
Capacidad del grupo familiar para la resolución de conflictos 
 
La capacidad de respuesta familiar en relación con los conflictos es un indicador pronóstico del 
impacto que tendrá la enfermedad en el grupo(4). No es lo mismo una enfermedad crónica o 
terminal en una familia que ha sufrido grandes conflictos en los momentos difíciles de su 
evolución, a otra que ha podido reorganizarse rápidamente en función de la flexibilidad de roles e 
independencia de cada uno de sus miembros. Por lo que el médico deberá mantenerse alerta en 
cuanto al tipo de apoyo familiar que deberá ofrecerles de manera directa o en coordinación con el 
equipo de salud (Trabajo Social, Psicología, Psiquiatría, Terapia de Familia, etc). 
 
Principales síntomas familiares de desajuste por enfermedad 
 
Para la enfermedad grave o terminal no existe ninguna edad apropiada, cada etapa de la vida 
tiene lo suyo y está integrada por eventos igualmente importantes. Desde la infancia hasta la vejez 
se tiene vida, la “sombra de la muerte” interfiere de manera importante con los planes del 
individuo así como la familia en cada momento de su ciclo forzándolo a modificarlo(5). 
 
La atención integral del sujeto y su familia es algo más que el alivio de los síntomas biológicos y 
psicológicos; conlleva, además, el conceder la supremacía del cuidado del paciente así como 
entender la enfermedad en su contexto general; es decir “entender la enfermedad en forma 
individual ligada a una persona, a una familia, a un entorno cultural y basada en una historia 
personal y familiar previa, y en una evolución futura de los seres allegados a aquel que se 
muere”(6). 
 
De la misma manera que una enfermedad produce determinada sintomatología en el individuo 
que la padece, también su presencia puede ocasionarla en la familia de éste, debido a los cambios 
y alteraciones que introduce en el funcionamiento del conjunto familiar. Es por ello que resulta 
imprescindible comentar los principales signos y síntomas que con mayor frecuencia pueden 
encontrarse en una familia que vive con la presencia de una enfermedad grave o terminal en 
alguno de sus miembros: 
■ Aislamiento y abandono. Durante el proceso de enfermedad, la familia busca aislarse para 
poder manejarla de la mejor manera posible, por lo que limita sus relaciones sociales al cuidado 
del enfermo. Por otra parte, la reorganización disfuncional de la familia para atender al paciente 
genera que el cuidado y atención que generalmente se daba al resto de los miembros (hijos, 
pareja) se vea afectado, favoreciendo la aparición de nuevos signos y síntomas tales como el mal 
rendimiento escolar, irritabilidad, soledad, depresión, etcétera. 
■ Conflicto de roles y límites. Cuando la familia no negocia adecuadamente los nuevos roles que 
deberán asumirse durante esta nueva etapa en la vida familiar, existen dificultades de rigidez, o 
simplemente no existen límites bien establecidos en los diferentes subsistemas; se presentarán 
serios problemas de adaptación en el manejo de la crisis familiar, lo que podrá hacerse visible a 
través de las luchas internas por el poder en los diferentes subsistemas, falta de respeto, culpa, 
chantaje, pérdida de la jerarquía, alianzas entre los miembros, coaliciones, etcétera. 
■ Conflictos de pareja. En algunas familias ocurre que el paciente, la enfermedad y el tratamiento 
son utilizados por los padres para agredirse mutuamente y que el resultado sea la dificultad e 
ineficiencia para tomar decisiones y llevar a cabo las acciones necesarias para el tratamiento. Esto 
ocurre con mucha frecuencia cuando el enfermo es uno de los hijos y que generalmente coincide 
con la existencia de conflictos anteriores. 
 
Problemas económicos 
 
Como se ha mencionado, las familias con un enfermo crónico o enfermedad grave entran en una 
situación de desgaste económico cada vez más visible, que al principio de la enfermedad pareciera 
no ser tan intenso, ya que a pesar de los pocos recursos con los que la familia cuente, no escatima 
esfuerzos en conseguirlos. Sin embargo al paso del tiempo, tienen cada vez más dificultad para 
mantener los gastos ocasionados por la enfermedad; incluso es motivo en muchos de los casos de 
abandono de tratamiento. 
 
Síndrome del cuidador 
 
Este síndrome se caracteriza por problemas osteoarticulares y el dolor mecánico crónico, 
alteraciones del ritmo del sueño, cefalea y astenia. En la esfera psíquica destacan la ansiedad y la 
depresión, producidas como si se tratara de una verdadera transferencia depresiva por parte del 
enfermo. A las alteraciones psicofísicas se añaden problemascomo el aislamiento social, los 
problemas familiares desatados a partir de que el cuidador sólo se ocupa del enfermo (cambio de 
roles, abandono de otros miembros) e incluso los económicos que ya se han comentado. Por otra 
parte el cuidador comienza a dejar de preocuparse por su arreglo personal, que pudiera estar 
ligado con un sentimiento de culpa si acaso llegara a pensar en él mismo antes que en el 
enfermo(1). 
 
Negación, cólera y miedo 
La Dra. Kübler-Ross, tanatóloga suiza, menciona que durante el proceso de la enfermedad 
terminal tanto el paciente como la familia atraviesan por diferentes etapas que son: la negación, 
ira, negociación, depresión y aceptación, sin que necesariamente éste sea el orden de aparición de 
cada uno de los estados mencionados, y sin que cada uno de éstos sean resueltos con la muerte, 
ya que hay familias que quedan atrapadas en alguna de éstas etapas aún cuándo el paciente se ha 
marchado(3,5). 
 
Pese a ésta descripción que hace la Dra. Kübler, los síntomas familiares que se observan con 
mayor frecuencia en el paciente y su familia (además de la depresión que ya se ha comentado) son 
la negación, la ira y el miedo(2). 
 
La negación es un síntoma que aparece desde el inicio de la enfermedad a partir del diagnóstico. 
Tanto la familia como el enfermo dudan que eso le haya podido pasar a él. Luego de no tener una 
respuesta satisfactoria, la familia busca otras opciones que van desde la Medicina Alternativa 
hasta la brujería, lo que implica el retraso en el manejo del paciente con el consiguiente desgaste 
emocional, físico y económico. 
 
La ira se ve representada en diferentes formas, tanto por parte del paciente hacia la familia como 
a la inversa. La familia en esta etapa culpa al enfermo por lo que hizo o dejó de hacer, tornándose 
hostil, incluso con el personal médico y favoreciendo situaciones de tipo legal. Por lo que resulta 
una trampa responder a las agresiones de la familia en esta etapa que puede ser pasajera y que 
será resuelta en muchos de los casos de manera natural. 
 
En la familia, el cuidador y especialmente en el paciente, los miedos siempre están presentes. La 
continua tensión emocional por este motivo no permite que la familia funcione de manera 
natural; la angustia de no estar presente en el momento de la muerte, de no proveer los cuidados 
pertinentes, de que el enfermo descubra que va a morir, o que la condición económica de la 
familia es intolerable, genera mucho estrés especialmente para el cuidador. Aunado a esto el 
paciente teme no poder soportar la enfermedad, el dolor, el sufrimiento y el remordimiento por 
las cosas que quedaron pendientes y que cree que no podrá resolver. 
 
Ambivalencia afectiva 
Se trata de la presencia simultánea de sentimientos encontrados en los miembros de la familia, 
mientras que por un lado desean que el paciente mejore y viva más tiempo, por el otro desean 
que ya todo termine con la muerte del enfermo “que ya deje de sufrir”. Se trata de un síntoma 
que es sistemáticamente abolido por la familia por ser moralmente inaceptable. Sin embargo, la 
represión del síntoma y todo el estrés crónico pueden generar reacciones emocionales intensas, 
tales como crisis de ansiedad, culpa y depresión; o bien llevar a la elaboración de un duelo 
patológico. 
 
 
Bibliografía 
1. De la Serna de Pedro I. Reacciones de los profesionales y la familia ante la enfermedad 
terminal. Revista de la Sociedad de Psiquiatría de la Comunidad Valencia, Colaboración Nº 28. 
España, 2001. Disponible en URL: http://red-
farmamedica.com/spcv/revista/colaboraciones/col_28.htm 
2. Muñoz Cobos F, Espinoza Almendro JM, Portillo Strempel J, Rodríguez González de Molina G. La 
familia en la enfermedad terminal (I). Medicina de Familia. 2002 septiembre; 3:190-199. 
3. Robles T, Eustace R, Fernández de Ceturri M. El enfermo crónico y su familia. 1ª ed. Nuevo Mar 
S.A. de C.V. México. 1987. 
4. Kornblit A. Somática Familiar. Enfermedad orgánica y familia. 2ª ed. Gedisa S.A. España.1996. 
5. Kuthy MI. El paciente terminal y su familia. Revista del Residente de Psiquiatría. Instituto 
Mexicano de Psiquiatría. 1993 abril-junio; 4(2):22-25. 
6. Benitez R. Atención integral al paciente con enfermedad terminal en atención primaria. 
Atención Primaria. 1995 marzo; 15(5):273-274. 
 
 
CONSIGNA DE TRABAJO: 
 
 ¿Por qué es importante acompañar a la familia? 
 
 
 
 
 
Modulo 5 
 
 Las Emociones en el Proceso del Acompañamiento Terapéutico 
 
 
El acompañante terapéutico no actúa sobre las emociones del paciente, simplemente acompaña. 
No obstaculiza las emociones quitándole importancia o no permitiendo que se expresen tal cual lo 
necesita el acompañado. 
Las emociones nos brindan información sobre nuestro cuerpo, son una alarma que nos indica que 
debemos frenar y “ESCUCHARNOS”. 
 
El acompañante terapéutico no actúa sobre las emociones del paciente, simplemente acompaña, 
ya que quien actúa es el psicólogo, psiquiatra o profesional pertinente para tal tarea, dichos 
profesionales serán los que actúen a un nivel de profundidad debido. Ya que acompañar implica 
estar en contacto con una serie de emociones surgidas del paciente como del acompañante 
terapéutico, corresponde reconocer que en la naturaleza de la emoción se encuentra su 
condición de señal, esto significa que cada emoción indica que existe un problema a resolver, 
tanto el miedo, la ira, la envidia, la culpa etc. indican acerca de un problema en particular y su 
función es remitir a ese problema , entendiendo la emoción de esta manera uno se concentra en 
la resolución del problema y le agradece a la emoción haber orientado la mirada en esa dirección, 
por más dolorosa e inquietante que dicha emoción pueda haber parecido al comienzo, por lo que 
no es tarea del acompañante pretender que dicha emoción y su consiguiente señal, desaparezcan, 
simplemente acompañar hasta que el paciente encuentre la resolución de su problema con el 
profesional psicólogo o psiquiatra pertinente. 
Habitualmente solemos creer que las emociones son el problema: que el miedo, el enojo, la culpa 
etc son los problemas que nos acosan y no es así. Se convierten en problemas cuando no sabemos 
cómo aprovechar la información que brindan, cuando nos enredamos en ellas y nuestra ignorancia 
emocional las convierte en un problema más, entonces así cada uno de estos estados emocionales 
agrega más sufrimiento estéril a la experiencia que vivimos, pero repitámoslo una vez más, no es 
la emoción en si lo que perturba sino el no haber aprendido aun como leer y aprovechar la 
información que trasmite. 
 
 
 
 
 
Un libro que nos ayuda a poner luz en las emociones, es el libro de Norberto Levy. Por ello se 
recomienda para este modulo la lectura del mismo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Modulo 6 
 
 Pautas Lingüísticas 
 
Herramientas para una mejor comunicación y para mejorar el contacto con nosotros mismos. 
Volviendo retomar conocimientos previos adquiridos en el nivel medio. Sabemos que la 
comunicación cuenta como elementos a un EMISOR, UN RECEPTOR Y UN CANAL por donde viaja el 
mensaje que emitimos. 
Ese mensaje viaja a través de un canal, que sufre diversas interrupciones que generan que el 
receptor no reciba el mensaje tal cual lo quise transmitir. Y se producen “los malos entendidos”, 
“las discusiones sin sentido” “las ofensas”, etc. 
Depositamos la responsabilidad de una mala comunicación en el otro, y tal vez deberíamos pensar 
que nosotros como emisor de los mensajes, no estamos haciendo un correcto uso de las palabras. 
¿Cómo es esto?, se preguntaran, como “yo” voy a “hablar mal”. 
El mal uso del lenguaje produce que el mensaje se transforme en algo que no quise decir, o en 
algo de lo cual no quiero responsabilizarme. 
“Somos amos y esclavos de nuestras palabras” 
Mensajes directos y precisos, con el tono y la responsabilidad que conlleva emitirlo, son 
necesarios para una buena comunicación y para un contacto más profundo con nosotros mismos y 
nuestro acompañado. 
 Leamos a continuaciónlas diversas pautas lingüísticas que nos aportaran como herramienta 
terapéutica. 
Lo que decimos y escuchamos es tan importante como cualquier otra estrategia terapéutica. 
 
 
 
Pautas lingüísticas para comunicarnos mejor 
 
Estoy en mi casa aburrida, y decido prender la tele, aparece el noticiero y una señora hablando: "es 
tremendo lo que a uno le hacen en la calle". 
Cambio de canal, veo el final de un partido de fútbol, el entrenador está hablando: "es que cuando a uno lo 
cuestionan es muy difícil jugar". Vuelvo a cambiar de canal y hay un programa de chimentos del espectáculo, 
esos que comentan las intimidades de los actores, y está hablando una actriz: "a mi no me gusta cuando a 
uno la critican y maltratan". 
Me voy a una reunión de amigos, y un amigo relata su preocupación por su situación, y dice: "es muy feo 
cuando a uno no le dicen la verdad". Otro le contesta: "es que la gente no quiere hablar, y eso no es bueno 
para nadie, y menos para uno". 
Entonces me pregunto, quien será uno? Hablan del mismo uno? 
Cuando me detengo a observar cómo nos comunicamos, en los medios de comunicación como con nuestros 
amigos y familiares, me doy cuenta que aparece con mucha frecuencia hablar de uno, o en forma 
generalizada, sin hacernos cargo de lo que decimos. 
Las palabras "uno", "gente", y "nadie", se repiten una y otra vez, y pocas veces nos expresamos diciendo lo 
que a mi me pasa, o yo me siento de determinada forma. 
Quizás la vergüenza, el miedo a conectarnos con nuestros sentimientos, o a expresar lo que 
verdaderamente pensamos, nos lleva a usar modos impersonales, generalizados y usuales. 
La Gestalt propone comunicarnos de tal manera que, como dice el Licenciado Eduardo Carabelli - fundador 
del Centro Gestáltico San Isidro en la ciudad de Buenos Aires -, profundicemos el contacto con nosotros y 
con el mundo, en el presente y haciéndonos cargo de lo que somos. 
Es llegar al “darse cuenta”, como resultado de estar en contacto con lo que hay aquí y ahora con todos los 
sentidos para percibirnos a nosotros mismos y al mundo. 
Es hacernos cargo de lo que hay sin interferir ni interrumpir. 
Es hacernos responsables, desarrollando nuestra capacidad de responder desde nuestro sentir y pensar, 
integrándolos. 
Escuchar y expresarnos son las bases de una buena comunicación. 
Para lograr una buena expresión, existen ciertas pautas lingüísticas que nos ofrece la Gestalt, que nos 
ayudan a conocernos y darnos a conocer. 
 
1.- Para comenzar a hablar, es importante auto expresarnos en primera persona y en singular YO, aquí y 
ahora, en este instante, y así favorecer la responsabilidad de nuestros procesos y evitar proyecciones en el 
otro de aquello que me está pasando a mí. 
De esta forma expreso mi propia experiencia, lo que pienso, lo que siento o lo que quiero. No usamos el 
lenguaje impersonal, abrimos nuestro canal de comunicación diciendo que soy yo, no uno, y así está claro 
quien está hablando. 
Comenzar con este simple cambio, modifica sustancialmente el mensaje, tanto para quien lo está dando, 
como para quien lo está recibiendo. 
 
2.- No generalizar. Todos, nadie, cualquiera, siempre, nunca, son expresiones inexactas que nos distancian 
de lo que estamos experimentando. 
 
3.- No interrumpir. Es quizás una de las más difíciles de las pautas. Estamos acostumbrados a interrumpir 
con algún comentario, o consejo o ayuda. Dejar que el otro se exprese para que desarrolle su propio 
proceso, y tan sólo escucharlo, aprender a callar y esperar nuestro momento. 
También es estar atento a las propias auto interrupciones, como ser algún gesto especial, levantarse para 
buscar algo que justo en ese momento necesito, etc. 
 
4.- No juzgar. No etiquetar la experiencia, ni calificarla de buena o mala. Tan sólo observamos y descubrimos 
lo que nos sucede con ella, sea nuestra experiencia o la del otro. 
 
5.- No interpretar. Estamos acostumbrados a suponer, a saber de antemano lo que le pasa al otro. Por ello, 
es sano no interpretar, no adjudicar significados, no asegurar lo que le está pasando a la otra persona. 
Distinguir lo obvio que captamos por nuestros sentidos, de todo aquello que luego le agregamos fruto de 
nuestros imaginarios que damos por ciertos. La adjudicación de intenciones acusa y causa daño “Eso lo 
hiciste porque vos sos”, o “yo sabía que esto te iba a pasar, si seguís así te vas a quedar solo”, etc. 
 
6.- No minimizar. Si siento un poco de tristeza, estoy minimizando mi tristeza. Permitamos que la tristeza 
sea como es, sin pretender achicarla, pues sino estoy descalificando lo que siento. 
 
7.- Privilegiar el sentir por el pensar. De esta forma el registro sensible nos ayuda a que el organismo se haga 
consciente de su estar aquí y ahora. La emoción se registra en el cuerpo, y provee información mucho más 
auténtica que el pensar, con el que usualmente nos identificamos y armamos historias que suelen alejarnos 
de nuestra experiencia y no hacen más que murmullo mental. 
Tampoco se trata de eliminar el pensamiento porque es malo, sino de integrar, pensar en el momento de 
planear y razonar, y sentir para captar aquello que me pasa, registrar mis necesidades y sentimientos, y al 
entorno. Y así ser conscientes de lo que sentimos, lo que pensamos, lo que hacemos y lo que evitamos. 
Para ello, usaremos el “Yo siento”, y describir la sensación o sentimiento que experimentamos. 
Debemos tener cuidado con el uso de “yo siento que vos…”, o “yo te siento…”, pues suelen anteceder a un 
pensamiento o juicio del otro. Lo que si podré expresar es lo que yo siento cuando el otro se expresa, pues 
cada uno es dueño de sus sentimientos. 
 
8.- No amortiguar. Ser directo en la expresión, no dar muchas vueltas ni rodeos para expresar aquello que 
me pasa, es más claro y sencillo. 
 
9.- No manipular. Con el objeto de tener lo que deseamos, muchas veces llenamos al otro de culpa, o lo 
seducimos, o lo hacemos sentir poderoso, para que nos diga o haga lo que queremos. 
 
10.- Si, pero. Decimos que si a toda la propuesta y luego la descalificamos o nos justificamos. Para ello, 
proponemos reemplazar el “pero” por la “y”, y simplemente agregamos lo que creemos o sentimos. 
 
11.- Preguntas. Transformar las preguntas en aseveraciones es darle una chance a la autoafirmación. 
Entonces, en lugar de decir “No tenés ganas de ir a tomar algo?”, digo “Me gustaría ir a tomar algo con vos”, 
y agregaría donde o cuando? 
 
12.- No disculparse. Es mejor decir “lo siento”, así no entregamos nuestro poder al otro, esperando su 
disculpa para sentirnos bien. Pues detrás de una disculpa está nuestro autoacusación y sentimiento de 
culpa. 
 
13.- No quiero/No puedo. A veces es genuino, otras no. Debemos tener cuidado con justificarnos o 
escondernos en un no puedo, y no asumir nuestra responsabilidad, alejándonos de nuestra libertad de 
elegir. Jugar el rol del pobrecito o el impotente, me aleja de mi propio poder. Decir “no quiero”, por el 
contrario me afirma y asumo las consecuencias de mi propia elección. 
Esto no significa ser omnipotente, a veces puedo aceptar mis limitaciones, y podré buscar recursos o bien 
reformular mi objetivo. 
 
Estas pautas son una buena guía para lograr una comunicación más sana, precisa y clara, primero con 
nosotros mismos, y luego con quienes nos vinculamos. 
Y así lograr ser más auténticos, responsables y conocernos más. 
 
 
 
Por ello, podemos ir intentando aplicar estas pautas, en forma paulatina, comenzando tan sólo con poner el 
foco y observar: ¿cómo estoy comunicándome? 
 
 
María Carneiro 
Mediadora – Abogada - Gestaltista 
 
 
 
 
 
CONSIGANA DE TRABAJO: 
 
Elabore un dialogo donde se haga uso de algunos de las pautas lingüísticas. Pensemos en aquellas 
que más usamos en la cotidianidad. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Modulo 7 
 Criterios de Observación: Elementos básicos de Observación y Evaluación en el trabajo 
del Acompañamiento Terapéutico. 
Se pretende introducir la problemática del registro y observación, que debe llevar el acompañante 
terapéuticosobre su práctica. Se discuten algunos modelos como la “hoja de registro diario” y el 
“cuaderno de campo”. 
 
El acompañante terapéutico debe plasmar todo lo significativo de una manera escrita, ya que es 
imposible recordar cada detalle al finalizar la jornada de acompañamiento. 
La elaboración de este registro tiene una gran importancia para la elaboración de informes (si lo 
requieren), y para ser consultado por el equipo terapéutico. 
El acompañante terapéutico no realiza su trabajo de una forma aislada y solitaria, participa en un 
grupo interdisciplinario, conformado por profesionales que sostienen y son necesarios para el 
acompañado. 
Son los ojos fuera del consultorio de todo el equipo. 
En estos registros se anota lo positivo, lo negativo, los avances, las actividades de agrado y 
desagrado, las emociones, cambios de conductas, etc. 
Es decir todo lo que se considere relevante y significativo para el equipo en general. 
 
La observación y su registro, es una de las funciones más importantes del acompañamiento 
terapéutico. 
El Acompañamiento Terapéutico, recupera la práctica del registro escrito de observaciones, desde 
la tradición médica por un lado, y desde los modelos de la psicología clínica contemporánea por el 
otro 
De la práctica médica, se extrae el registro diario acostumbrado en el trabajo de auxiliar de 
enfermería, del que se sirve el médico y el auxiliar, para dirigir sus acciones y para optimizar la 
comunicación entre ellos, que supone el trabajo de colaboración y auxilio. 
De la psicología contemporánea, se deriva la necesidad de conducir el tratamiento o alguna 
estrategia terapéutica específicas, sobre la base de registros claros y precisos del estado del 
paciente (ej. nivel de ansiedad, nivel de actividad, tipo de dominio sobre una habilidad específica, 
etc.) 
La psicología también requiere, cada vez más, de registros precisos para el monitoreo y 
seguimiento de sus tratamientos, ya que basándose cada vez más en la definición de objetivos, 
comportamientos y problemas precisos, las intervenciones se realizan sobre planificaciones 
específicas de logros, tiempos, y medios especificados. 
Los tipos y el modo de registros dependen en cada caso, del tipo de tarea que se está llevando 
adelante. 
 
el registro de observaciones es clave, no sólo para auxiliar en tarea diagnóstica, de evaluación y 
seguimiento del estado del paciente - en términos integrales-, sino también, en la misma 
instrumentación de la estrategia terapéutica, para su diseño, planificación y monitoreo de su 
desarrollo y resultados. 
 
El registro de observaciones es una tarea permanente que acompaña todo trabajo de 
acompañamiento terapéutico. 
 
 
 
-El cuaderno de Campo y la hoja de registro 
 
En este apartado presentaremos los modelos de registros más generales de los que se sirve la 
práctica del acompañamiento terapéutico, el “cuaderno de campo” y la “hoja de registro”. 
El principio que está detrás de ambos es, que aunque de un modo general y de amplio espectro 
(no específico), el monitoreo y registro del acompañamiento terapéutico, debe ser permanente. 
 
 
 Cuaderno de Campo. 
 
Un cuaderno de campo, es una herramienta usada por auxiliares terapéutico de diferentes áreas, 
para hacer anotaciones cuando están realizando su tarea o al finalizar cada jornada. 
En el campo de investigación, el cuaderno de campo es un modo de registro de fuente primaria. 
Nos permite recordar que el acompañante terapéutico, es quién está en mayor contacto con la 
fuente primaria y la más importante del tratamiento – el paciente-. 
es muy importante la observación que el acompañante haga, de la relación cotidiana que lleva 
día a día con el paciente. 
Allí, se encontrará información privilegiada sobre el desarrollo del estado clínico del paciente y del 
tratamiento. 
No olvidemos que el acompañamiento, se da en un encuadre de tiempo y de espacio excepcional y 
privilegiado, comparado con el resto de los lugares y puntos de vista, de los integrantes del 
equipo. 
No se trata sólo de los espacios y tiempos, donde trascurre la relación, sino también, por la 
intensidad y la calidad que esta relación adquiere, en las circunstancias que atraviesa. 
El “cuaderno de campo” es la fuente de consulta permanente para el acompañante y el equipo, y 
es con lo que el acompañante, realiza informes cada vez que le son solicitados. 
Por eso, aunque toda observación tiene como meta alcanzar niveles de objetividad óptimos, y 
funcionales, a las tareas de seguimiento, evaluación y monitoreo a las que sirve, esta herramienta 
es la más subjetiva de todas, ya que entre, horarios, fechas, recordatorios, indicaciones y registros 
de comportamientos observados, se entretejen permanentemente las apreciaciones subjetivas 
del acompañante – su punto de vista-. 
 
Las apreciaciones de los auxiliares, pueden realizarse en diferentes lenguajes o “jergas”, pero sin 
caer en tecnicismos, nosotros creemos que, cuanto más se trate de un código compartido con el 
resto del equipo, más probabilidades hay, de reducir el margen alto de error que toda 
interpretación conlleva. 
 
Recordemos que este registro nos permitirá realizar un informe y una evaluación de objetivos y 
cambios. No debemos tomarlo a la ligera y descuidar el modo de transcribir lo observado. 
 
Es decir, se busca que las descripciones vayan adquiriendo, sin perder la cualidad de una 
apreciación personal, insustituible, un carácter técnico, que permita su optima utilización, sin caer 
en tecnicismos que invisibilicen la percepción personal de la situación. 
Se busca encontrar un equilibrio práctico, entre términos técnicos y apreciaciones subjetivas. Por 
eso, es el instrumento menos estructurado. 
Los cuadernos de campo son normalmente block de notas, en el que los acompañantes escriben 
sus observaciones. 
 
El “cuaderno de campo” es un documento. 
Se utiliza y estructura como un cuaderno de campo en investigación y técnicamente, sigue los 
principios de la observación participante. Es decir, una observación de la que participo como 
variable determinante del proceso. 
Puede disponer de secciones y apartados donde se vaya anotando, como si fuera en un diario, el 
desarrollo de los acontecimientos. 
En el cuaderno, se acumula la información que se va consiguiendo durante el transcurso del 
trabajo. Almacena todos los datos y las referencias necesarias y relevantes, para seguir el 
desarrollo de su trabajo y del tratamiento en general. 
El cuaderno de campo está lleno de contenidos objetivos, descubrimientos y observaciones 
subjetivas. 
 
También funciona como archivo o memoria de lo acontecido, puede incluir anécdotas, 
dificultades, resultados positivos y negativos, incidencias del trabajo individual o sobre el grupo. 
Es muy importante reseñar algunos detalles por nimios que parezcan, pues pueden ser de utilidad, 
luego, repasando las notas cuando se deba elaborar informes. 
 
El cuaderno es un instrumento de trabajo. 
El mismo hecho de registrar observaciones incita preguntas, reflexiones, investigación, 
comparaciones y análisis de lo que se va haciendo. 
El cuaderno ayuda a seguir un proceso, estado u hecho, o ampliar conocimientos sobre ellos. 
 
El cuaderno del campo es un instrumento de evaluación. 
Todo lo almacenado y observado sirve como evaluación, tanto para el acompañante, quien va a 
revisar día a día su trabajo, como para el equipo, a los que va a facilitar el seguimiento del proceso. 
 
El cuaderno debe ser promovido por los profesionales acompañando su realización, con el fin de 
que sea un verdadero documento útil. 
El cuaderno de campo parte de la base que, para entender el desarrollo del proceso de 
intervención, la vida cotidiana del paciente y su grupo, deben ser estudiadas en sus propios 
ambientes. 
 
El observador debe ser capaz de ponerse en el lugar de cada miembro del grupo y entorno del que 
participa, y del personal que interviene, y al mismo tiempo permanecer suficientemente desligado 
de las interferenciaspersonales que contaminan su punto de vista. 
Tiene que recoger los hechos libres de interpretación y al mismo tiempo observaciones y 
apreciaciones subjetivas, pero no confundir unas observaciones con las otras. 
Es necesario registrar minuciosamente, tanto las conductas del paciente como la de quienes 
comparten su entorno. También sensaciones y creencias de los tratantes. 
Entre las observaciones que se registran habitualmente están, estados de ánimo, 
comportamientos específicos, características generales del entorno, el seguimiento de 
planificación diaria de actividades y el registro de actividades realizadas. 
 
 
 
 
 
 
¡IMPORTANTE! 
 
La evaluación se realiza al término de cada actividad y/o al término de cada día, según 
corresponda, para realizar informes que son entregados al equipo semanal, quincenal o 
mensualmente. 
 
Debe recibirse apoyo técnico de un profesional, en los ámbitos de la planificación, implementación 
y evaluación de actividades programadas. 
En el cuaderno de campo se numeran las observaciones detallando en cada una día, mes y hora. 
 
A veces es necesario observar circunstancias o comportamientos durante diversas horas del día, 
para evaluar el comportamiento en distintas horas y momentos, y situaciones o personas. 
 
 
 Hojas de registro. 
 
Son similares a los cuadernos de campo, pero su estilo de planilla, lo convierte en un 
instrumento simplificado, más práctico para el seguimiento diario y el intercambio entre 
los participantes del equipo. A diferencia del cuaderno de campo, la información suele 
estar tabulada previamente (dependiendo de cada caso) y no hay lugar para descripciones 
profundas o gran cantidad de detalles. 
Es fácil ver, cómo estos dos instrumentos básicos y generales se complementan en vez 
de sustituirse uno al otro. 
En general, se utiliza mucho para la entrega y recepción de turnos entre acompañantes 
terapéuticos, a través de un libro diario de registro de informes de Acompañantes, el que 
cumplirá tres funciones: 
- Ser un elemento de consulta y análisis para el equipo de acompañantes y el equipo 
profesional. 
 
- Ser un documento legal de resguardo para el paciente. 
 
- Ser un elemento de seguimiento histórico, documentación y archivo. 
 
 
 
 
Modelo de Entrega y recepción de turnos (Libro de Registro de Informes de 
acompañantes) 
 
Lugar y fecha. 
Horario del Turno/guardia. 
Apellidos y nombres de los acompañantes responsables del Turno. 
Novedades durante el Turno. 
Firmas de acompañante entrante y saliente. 
 
En las Novedades se suelen detallar distintas variables, según las necesidades de cada estrategia, 
por ejemplo: 
 
Higiene diaria (incluye baños, aseo y cuidado personal, arreglo del hogar, etc.) 
Alimentación (incluye el control de dietas, trastornos con la alimentación, etc.) 
Actividades Recreativas (paseos, salidas, juegos, actividades recreativas programadas o 
espontáneas, etc.) 
Visitas (familiares, amistades, de profesionales, etc.) 
Medicación administrada (si corresponde, medicamentos orales administrados, dosis, reacciones 
observadas, etc.) 
Alteraciones de ánimo o conducta y sueño (excitación, llanto, insomnio, hipertermia, dolores 
referidos, caídas, manchas en la piel, etc.). 
Otras novedades (necesidad de reposición de insumos, novedades en el funcionamiento del hogar, 
equipo, etc.). 
 
 
 
Otro modo de registrar será por día y horario, detallando la actividad que se realice, y tal vez esta 
pautada por el equipo terapéutico. 
 
Los registros se hacen por día o semana 
 
 
 
 
 
 
CONSIGNA DE TRABAJO: 
 
 
 
 
Lunes Tarea/ 
Hora 
 
Martes Tarea/ 
Hora 
 
Miércoles Tarea/ 
Hora 
 
Jueves Tarea/ 
Hora 
 
Viernes Tarea/ 
Hora 
 
Sábado Tarea/ 
Hora 
 
Domingo Tarea/ 
Hora 
 
CONSIGNA DE TRABAJO: 
 
1- ¿Cuál es la importancia de los registros en el trabajo del acompañamiento terapéutico? 
2- ¿Cuáles son las características principales del cuaderno de campo y la hoja de registro? 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
MODULO 8 
 Consideraciones Ético-legales. 
Se pretende establecer, con la máxima claridad posible, una presentación de nociones básicas, 
relacionadas a la delimitación ética, legal y jurídica de la práctica del acompañamiento 
terapéutico. 
 
En este ultimo modulo, pero no el menos importante, veremos todas las incumbencias y 
responsabilidades legales del acompañante terapéutico, aportadas por AATRA (Asociación 
Acompañantes Terapéuticos de la República Argentina) 
 
Toda profesión conlleva un compromiso ético y moral, el acompañante terapéutico se rige de igual 
manera. 
 
 
 
Código de Ética Profesional de AT 
 
ASOCIACIÓN ACOMPAÑANTES TERAPÉUTICOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA (AATRA) 
 
CÓDIGO DE ÉTICA 
 
INTRODUCCIÓN 
El Código de Ética de la Asociación de Acompañantes Terapéuticos de la República Argentina 
(AATRA) tiene como propósito proveer tanto principios generales como normativas deontológicas 
orientadas a las situaciones con que pueden encontrarse los Acompañantes Terapéuticos en el 
ejercicio de su profesión, estableciendo así las reglas de conducta profesional que han de regir su 
práctica. 
Consta de una Introducción, un Preámbulo, una Declaración de Principios y una sección de 
Disposiciones deontológicas. 
La Introducción expresa la intención y alcance de aplicación del Código de Ética. 
El Preámbulo y la Declaración de Principios constituyen objetivos deseables que guían a los 
acompañantes hacia los más elevados ideales del Acompañamiento Terapéutico; expresan así el 
espíritu de este Código y si bien no son en sí mismos reglas obligatorias deben ser considerados 
prioritariamente ya que constituyen el fundamento mismo del actuar ético de los acompañantes 
terapéuticos. 
Las Disposiciones deontológicas establecen reglas de conducta profesional, las que expresan 
deberes que afectan a todos los acompañantes terapéuticos, considerando que descuidar estos 
deberes atenta contra los derechos de los receptores de los servicios profesionales. 
En el proceso de toma de decisiones relativas a su conducta profesional, los acompañantes 
terapéuticos deben considerar este Código de Ética y el de la Organización en que se encuentran 
matriculados o asociados, además de las leyes vigentes. 
Si el Código de Ética establece un principio superior al exigido por la ley o a las que pudieran 
emanar de Instituciones en las que presta sus servicios, los acompañantes deben cumplir con el 
principio ético más elevado. 
En caso de contradicción, aun parcial, entre dos bienes protegidos los acompañantes terapéuticos 
procederán siempre según el criterio ético de optar por el que ocupe el lugar más alto en la escala 
valorativa. Si una cuestión no puede ser resuelta por el presente Código, ni por el Código de Ética 
del Colegio o Asociación a que pertenecen, los acompañantes terapéuticos deberán considerar 
otras instancias de consulta específicamente idóneas y representativas. 
Si bien este Código no sustituye a los Códigos de Ética de las Organizaciones nucleadas en la 
Asociación, se entiende que es apropiado que en el caso de que un acompañante terapéutico sea 
sancionado por faltas éticas en la Organización a la que pertenece, la sanción sea comunicada, 
para que las mismas tomen conocimiento y actúen según los principios que emanan del presente 
código. 
Para la redacción se tuvieron como documentos base al Código de Ética de Asociación de 
Acompañantes Terapéuticos de la República Argentina y el Código de Ética de la Asociación de 
Acompañantes Terapéuticos de la Ciudad de Bahía Blanca Provincia de Buenos Aires. 
 
 
PREÁMBULO 
Los acompañantes terapéuticos nucleados en las entidades que conforman la Asociación de 
Acompañantes Terapéuticos de la República Argentina (AATRA) se comprometen a ejercer su 
profesión guiados por los principios y reglas de acción que contiene este Código de Ética. 
Propician para el ser humano y parala sociedad en que están inmersos y participan, la vigencia 
plena de los Derechos Humanos, la defensa del sistema democrático, la búsqueda permanente de 
la libertad, la justicia social y la dignidad, como valores fundamentales que se traduzcan en un 
hombre y una sociedad protagonista, crítica y solidaria. 
Entienden bienestar psíquico como uno de los Derechos Humanos fundamentales y trabajan 
según el ideal social de promoverla todos por igual, en el mayor nivel de calidad posible y con el 
sólo límite que la ética y la ciencia establecen. 
Comprenden que es responsabilidad individual de cada acompañante aspirar a alcanzar él mismo y 
promover en sus colegas una actitud responsable, lúcida y comprometida frente al ser humano 
concreto y sus condiciones. 
No consienten ni participan deliberadamente prácticas discriminatorias. 
Propician la armonía entre colegas, pero concuerdan en que el sentimiento de solidaridad 
profesional no puede avalar o encubrir errores, faltas éticas, crímenes o contravenciones penales 
practicadas por otros en prestación de servicios profesionales. 
 
 
DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS 
El Código de Ética de asociación de acompañantes terapéuticos de la republica argentina (AATRA) 
hace suyos los siguientes Principios Generales, acordados por los países miembros y asociados del 
Mercosur en la ciudad de Santiago de Chile. 7 de noviembre de 1997: 
1. Respeto por los derechos y la dignidad de las personas. 
Los acompañantes terapéuticos se comprometen a hacer propios los principios establecidos por la 
Declaración Universal de los Derechos Humanos. Asimismo, guardarán el debido respeto a los 
derechos fundamentales, la dignidad y el valor de todas las personas, y no participarán en 
prácticas discriminatorias. Respetarán el derecho de los individuos a la privacidad, 
confidencialidad, autodeterminación y autonomía. 
1. Competencia 
Los acompañantes terapéuticos se comprometen a asumir niveles elevados de idoneidad en su 
trabajo. Asimismo, Reconocen las fronteras de sus competencias particulares y las limitaciones de 
su pericia. Proveerán solamente aquellos servicios y técnicas para las que están habilitados por su 
formación académica, capacitación o experiencia. 
Tendrán en cuenta que las competencias que se requieren en la asistencia, enseñanza, y/o 
estudios de grupos humanos, varían con la diversidad de dichos grupos. 
Los acompañantes terapéuticos se mantendrán actualizados en el conocimiento científico y 
profesional, relacionado con su ejercicio, reconociendo la necesidad de una educación continua. 
Asimismo, harán un uso apropiado de los recursos científicos profesionales técnicos y 
administrativos. 
1. Compromiso profesional y científico 
Los acompañantes terapéuticos se comprometen a promover el acompañamiento terapéutico en 
cuanto saber científico. En su trabajo, asumirán sus responsabilidades profesionales, a través de 
un constante desarrollo personal, científico, técnico y ético. 
1. Integridad 
Los acompañantes terapéuticos se comprometen a promover la integridad del quehacer científico, 
académico, y de práctica del acompañamiento terapéutico. Al informar acerca de sus 
antecedentes profesionales y curriculares, sus servicios, sus honorarios, investigaciones o 
docencia, no harán declaraciones falsas o engañosas. Se empeñarán en ser sumamente prudentes 
frente a nociones que degeneren en rotulaciones devaluadoras o discriminatorias. 
Asimismo, se empeñarán en ser conscientes de sus sistemas de creencias, valores, necesidades y 
limitaciones y del efecto que estos tienen sobre su trabajo. 
En su accionar científico profesional clarificarán a las partes acerca de los roles que están 
desempeñando y funcionarán según esos mismos roles. 
1. Responsabilidad social 
Los acompañantes terapéuticos se comprometen a asumir su responsabilidad profesional y 
científica hacia la comunidad y la sociedad en que trabajan y viven. Este compromiso es coherente 
con el ejercicio de sus potencialidades analíticas, creativas, educativas, críticas y transformadoras. 
Los acompañantes terapéuticos ejercen su compromiso social a través del estudio de la realidad y 
promueven y/o facilitan el desarrollo de leyes y políticas sociales que apunten, desde su 
especificidad profesional, a crear condiciones que contribuyan al bienestar y desarrollo del 
individuo y de la comunidad. 
 
 
NORMAS DEONTOLOGICAS 
La mayoría de las reglas fueron redactadas en términos generales, de manera que puedan 
adecuarse a las distintas situaciones regionales y ser aplicadas a todos los acompañantes 
terapéuticos, independientemente del ámbito profesional en que desempeñen su labor, pudiendo 
la aplicación de una regla variar según el contexto. Las reglas que se establecen en el presente 
Código deben ser consideradas como directivas generales; en tanto que no son exhaustivas; no 
implican la negación de otras no expresadas que puedan resultar del ejercicio profesional 
consciente y digno. La ausencia de disposiciones expresas no debe interpretarse como admisión 
de prácticas y actos incompatibles con la vigencia de los principios enunciados; por el contrario, 
confrontados con tal situación, los acompañantes terapéuticos deben conducirse de manera 
coherente con el espíritu de este Código. 
Art.1- Las disposiciones del presente Código de Ética serán de aplicación a todo matriculado o 
asociado a la Asociación de Acompañantes Terapéuticos de la República Argentina (AATRA); ya sea 
que ejerzan su profesión de modo independiente o en relación de dependencia, en el ámbito 
público o en el privado, quienes deberán respetar éste código con sus normas de fondo y 
procedimientos mientras está vigente. 
1. a) El conocimiento de éste código es obligatorio y por ninguna circunstancia se podrá 
alegar su desconocimiento. 
2. b) Toda la legislación profesional es de orden público y por lo tanto de cumplimiento 
obligatorio. En consecuencia la conducta profesional del acompañante terapéutico queda 
sometida a las disposiciones del presente código. 
 
 
DEBERES FUNDAMENTALES DEL ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO: 
Art.2- El acompañante terapéutico se guiará en su práctica profesional por los principios de 
responsabilidad, competencia, prescindiendo de cualquier tipo de discriminaciones. 
Art.3- El acompañante terapéutico debe abstenerse de participar activa o pasivamente en 
cualquier acción o forma de tortura, tratos crueles, inhumanos o degradantes, y de todo tipo de 
apremio ilegal que atente contra los derechos humano reconocidos mundialmente, incitar a ellos 
encubrirlos o intentar cometerlos. 
Art.4- El acompañante terapéutico deberá abstenerse de establecer relaciones terapéuticas con 
personas que tengan con él vínculos de autoridad, familiaridad o de estrecha intimidad, debiendo 
en todos los casos restringir su relación al área estrictamente profesional, salvo cuando la técnica 
a emplear no afecte ni sea afectada por este tipo de vínculos. 
Art.5- En caso de tratar a menores de edad, el acompañante terapéutico deberá obtener el 
consentimiento de sus padres, tutores o representantes legales. Sólo actuará sin él cuando 
razones de urgencia así lo exijan, caso en el que se recomienda recabar la opinión a actuar 
conjuntamente con un profesional. 
Art.6.- Ningún acompañante terapéutico prestará su nombre a personas no facultadas por 
autoridad competente para practicar la profesión, ni colaborar con acompañantes terapéuticos 
inhabilitados o no habilitados. 
Art.7.- El acompañante terapéutico no podrá derivar en personas no habilitadas legalmente 
funciones específicas de la profesión. 
Art.8.- Todo acto, siempre que se realice en forma apresurada y deficiente con el objeto de 
cumplir con la obligación administrativa o por motivos personales, constituye una conducta reñida 
con la ética. 
 
 
DEBERES INHERENTES AL EJERCICIO PROFESIONAL 
Art.9.- El acompañante terapéutico asistirá a pacientes, previa solicitud de un profesional o de un 
familiar; en este último caso estará obligado a consultar a quien trateal paciente, para orientar la 
tarea de acompañamiento y a supervisar la tarea con un director de tratamiento o coordinador de 
equipo de salud. 
Art.10.-El acompañante terapéutico debe propender a que los pacientes gocen del principio de 
libertad de elección del acompañante terapéutico. 
Art.11.- En su ejercicio profesional el acompañante terapéutico debe establecer y comunicar los 
objetivos, métodos y procedimientos que utiliza, así como sus honorarios y horarios de trabajo. 
Art.12.- El acompañante terapéutico, al dejar su labor profesional, tiene la responsabilidad de 
concluir la tarea que realiza o, en si defecto, hacer la derivación pertinente, de modo que la misma 
pueda ser continuada satisfactoriamente por otro colega. 
Art.13.- Es deber del acompañante terapéutico respetar la voluntad del consultante cuando 
sobreviene su negativa a proseguir bajo su atención. En dicho caso el acompañante puede realizar 
un documento en el cual informa los riesgos de discontinuar el acompañamiento que debe ser 
firmada por el paciente o la familia del mismo. 
Atr.14.- Es responsabilidad inherente al ejercicio profesional del acompañante terapéutico: 
1. a) La actualización periódica y permanente de sus conocimientos como garantía de 
responsabilidad e idoneidad que contribuya al prestigio de la práctica. 
2. b) La supervisión del trabajo realizado con periodicidad. 
3. c) La actualización permanente y periódica de sus conocimientos como garantía del 
servicio que se brinda. 
Art.15.- Es inconveniente realizar publicaciones con referencias técnicas o procedimientos 
personales en medios de difusión no especializados si previamente no han sido sometidas a 
consideración en su ámbito específico. 
Art.16.- Las declaraciones u opiniones del acompañante terapéutico debe formular en relación a 
su práctica con el fin de informar al público deberán plantearse siempre con rigor científico, sin 
perjuicio de adecuarse al nivel de comunicación que corresponda. 
 
 
SECRETO PROFESIONAL: 
Art.17.- Entiéndase por secreto profesional aquello que no es ético o licito revelar sin causa justa, 
referido a las relaciones clínicas o de consulta concernientes a pacientes, sus familias o 
instituciones. 
Art. 18.- Cuando se trate de trabajo profesional en equipo, sobre todo los miembros del mismo 
pesa la obligación de guardar el secreto profesional. 
Art. 19.- El deber de guardar secreto profesional subsiste aún después de concluida la relación con 
el consultante 
Art. 20.- Los acompañantes terapéuticos no deben usar en provecho propio las confidencias 
recibidas en ejercicio de su profesión, salvo que tuvieran expreso consentimiento de los 
interesados. 
Art.21.- Los acompañantes terapéuticos tienen una obligación primordial de respetar los derechos 
a la confidencialidad de aquellos con quienes trabajan o consultan. 
Art. 22.- los acompañantes terapéuticos deben Minimizar Intrusiones en la Privacidad, sobre todo 
cuando se trabaje en el domicilio de los pacientes. 
Art. 23- Límites de Secreto Profesional: 
1. a) La información amparada por el secreto profesional sólo podrá ser transmitida para 
evitar un grave riesgo al que pueda estar expuesta persona atendida o terceros. En todo 
caso, sólo se podrá entregar a las personas calificadas la información que, a juicio del 
matriculado actuante, aparezca como estrictamente necesaria para cumplir el referido 
objetivo. 
2. b) Los informes escritos o verbales sobre personas, instituciones o grupos deberán excluir 
aquellos antecedentes entregados al amparo del secreto profesional, y se proporcionarán 
sólo en los casos necesarios, cuando, según estricto criterio del profesional interviniente, 
constituyan elementos ineludibles para confeccionar el informe. En el caso de que puedan 
trascender a organismos a donde no sea posible cautelar la privacidad, deben adoptar las 
consecuencias las precauciones necesarias para no generar prejuicios a las personas 
involucradas. 
3. c) La información que se da a padres y/o demás- por ejemplo a las instituciones que la 
hayan requerido- debe realizarse de manera que no condicione el futuro del consultante o 
pueda ser utilizada en su perjuicio. 
4. d) Todo lo relativo al secreto profesional debe cumplirse igualmente en todos los ámbitos 
y en todo tipo de prestación. 
5. e) El tribunal de disciplina, en forma directa y sumarísima, determinará en su caso si existe 
o no violación al resguardo del secreto profesional 
 
DEBERES RESPECTO DE SUS COLEGAS Y DE AATRA 
Art.24.- Las relaciones entre los acompañantes terapéuticos deben estar inspiradas en el respeto 
mutuo, la sana competencia, la solidaridad profesional y la cooperación. 
Art.25.- El acompañante terapéutico debe ser solidario con sus colegas con independencia de las 
distintas escuelas, corrientes o métodos que utilicen, teniendo en cuenta que todos tienen como 
objetivo común el cuidado de la salud de la población y comparten la responsabilidad del 
constante progreso de la ciencia. 
Art.26.- Es contrario a la ética difamar, calumniar o tratar de perjudicar a un colega por cualquier 
medio. Así como debe ser respetuoso del trabajo e ideología del equipo a cargo del paciente 
Art.27.- Cuando un acompañante terapéutico recibe la responsabilidad de un trabajo que 
anteriormente fue atendido por un colega, éste deberá proporcionarle toda la información que 
haya podido obtener y se le solicite. 
Art.28.- Las relaciones entre el acompañante terapéutico y su asociación deben basarse en los 
principios de respeto, responsabilidad y mutua lealtad. 
Art.29.- El acompañante terapéutico debe contribuir al prestigio y progreso de la profesión 
colaborando con la asociación en el desarrollo de su cometido. Debe asistir a las asambleas de la 
asociación y votar cuando sea el caso. 
Art.30.- Los honorarios establecerán convencionalmente sin que puedan ser inferiores a los 
aranceles profesionales mínimos que fija la asociación de acompañantes terapéuticos. 
Art. 31.- El Acompañante Terapéutico debe cumplir puntual y espontáneamente con el pago de 
cuotas y cargas sociales que AATRA requiera. 
Art.32.- Los matriculados deberán expresar las críticas que consideren pertinentes y promover la 
autocrítica como práctica de superación de los problemas internos que hacen a la práctica, no 
debiendo, por lo tanto, formular públicamente opiniones que menoscaben su prestigio. 
Art.32ç3.- En las publicaciones que sean producto de un trabajo compartido, deberán incluirse los 
nombres de todos los participantes y precisar su grado de responsabilidad y colaboración. 
Art.34.- Es contrario a la ética exponer o publicar como si fueran propias, ideas que no sean de 
propia elaboración, o datos en cuya recolección no se haya intervenido, sin citar con toda claridad 
la fuente o el autor. 
DERECHOS DEL ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO 
Art.35.- El acompañante terapéutico no deberá acatar instrucciones emanadas de sus 
empleadores cuando éstas lo obliguen a contravenir los principios o normas de la ética 
profesional. En a caso de conflicto entre los procedimientos institucionales y los intereses de las 
personas a quienes va dirigido el servicio, el acompañante terapéutico debe optar por defender a 
estos últimos. 
Art.36.- A menos que exista una limitación legal, reglamentaria o contractual, el acompañante 
terapéutico podrá utilizar para trabajos científicos los datos que recoja o elabore dentro de la 
institución en la que trabaja, resguardando la privacidad de la información. 
SANCIONES DISCIPLINARIAS 
Art. 37.- La violación de los deberes y obligaciones contenidos en éste Código de Ética, será 
sancionada disciplinariamente, por el Comité de Ética de la Asociación de Acompañantes 
terapéuticos de la Republica Argentina 
Art.38.- El acompañante terapéutico está obligado a colaborar en las investigaciones que el 
Tribunal de Disciplina disponga y a ser veraz en sus intervenciones. Debe brindar al Comité de 
Ética cuando se lo requiera informe oportuno o aclaratorio sobre su persona o actividad 
profesional.Art.39.- Las sanciones disciplinarias serán graduales, desde las consideradas leves hasta las más 
graves; corresponde al Tribunal de Ética establecer, en su caso, la sanción disciplinaria a aplicarse. 
Art.40.- Considerándose la máxima sanción disciplinaria la exclusión de la matricula profesional. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 En la Ciudad de Buenos Aires, a los 21 días del mes de Agosto de 2010. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CONSIGNA DE TRABAJO: 
 
-¿Cuál es el lugar e importancia que tiene la consideración de la delimitación legal y ética 
del trabajo del acompañamiento terapéutico? 
 
 
 
 
 
 
 
MODULO 9 
 
En base a la lectura general de los diferentes módulos responda: 
 
PREGUNTAS INTEGRADORAS: 
 
1- ¿QUE ES UN ACOMPAÑANTE TERAPEUTICO? 
2- ¿POR QUE SURGE EL ACOMPAÑANTE TERAPEUTICO? 
3- ¿QUE HACE UN ACOMPAÑANTE TERAPEUTICO? 
4- ¿CUANDO INDICAR UN ACOMPAÑANTE TERAPEUTICO? 
5- ¿DONDE PUEDE REALIZAR SU LABOR EL ACOMPAÑANTE TEPAPÉUTICO? 
6- ¿QUIEN INDICA UN ACOMPAÑANTE TERAPEUTICO? 
7- ¿POR QUE ES IMPORTANTE TRABAJAR CON TODO EL ENTORNO DEL 
ACOMPAÑADO? 
8- ¿QUE PUNTOS SON DE IMPORTANCIA PARA USTED DE LOS PLANTEADO 
POR AATRA? 
9- ¿CUALES SON LOS INSTRUMENTOS DE REGISTROS Y POR QUE SON 
IMPORTANTES? 
10- ¿PARA SIRVEN LAS PAUTAS LINGUISTICAS? 
11- ¿POR QUE “ESCUCHAR” LAS EMOCIONES ES IMPORTANTE?