La evidencia científica sugiere que el uso de betametasona en pacientes gestantes con amenaza de parto prematuro se asocia con una menor proporción de recién nacidos que desarrollan enfermedad de membrana hialina en comparación con el uso de dexametasona. Además, desde el punto de vista neurológico, la betametasona también se considera más segura. Sin embargo, es importante consultar a un médico especialista para obtener información más precisa y actualizada sobre este tema.
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