Enriquecen los patrones de respuesta, los ajustes espaciales y temporales organizarán la percepción y los sistemas de atención. Se debe considerar ...
Enriquecen los patrones de respuesta, los ajustes espaciales y temporales organizarán la percepción y los sistemas de atención. Se debe considerar que existen efectos recíprocos muy estrechos entre el desarrollo motor y el mental, ya que ambos forman una unidad, de tal suerte que uno será influenciado por el otro. Por ello, la manera en que el cuidador primario toca, acaricia o atiende las necesidades del niño tienen importancia en la regulación de la postura, del tono emocional y quizá en la iniciación de secreciones hormonales (Klaus y Kenell, 1987).
El control postural y los patrones de respuesta a los estímulos son la finalidad primaria del adulto como agente modulador en los primeros meses y años de vida del niño. Es importante aclarar que la postura no es tan sólo una actividad refleja del cuerpo, sino que incluye posiciones especie-específicas y también actitudes que implican intencionalidad y emoción, dupla sobre la cual se edificarán los motivos de cualquier acción humana.
Por tanto, la postura es un sistema funcional del cual emerge una síntesis integrada de múltiples aferencias sensoriales con variadas posibilidades motoras (Ajuriaguerra, 1986; Kephart, 1971; Wallon, 1968). Sin estabilidad postural, el sistema vestibular no alcanza a automatizar sus funciones antigravitacionales y no se logra, entonces, la asimilación de distintos estímulos (Prechtl, 1981). Las acciones posturales y motoras preceden a las mentales, hasta un determinado momento.
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