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VET NUTRIÇÃO ANIMAL - FISIOLOGIA DIGESTIVA DE RUMINATES

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Editorial Acribia, S.A.
EL RUMIANTE
Fisiología 
digestiva 
y 
nutrición
• C.D. CHURCH
EL RUMIANTE 
Fisiología digestiva y nutrición
El rumiante 
Fisiología digestiva y nutrición
D. C. Church 
Editor
Traducido por:
Pedro Ducar Maluenda
Veterinario Militar 
Diplomado en Bromatología
Editorial ACRIBIA, S. A. 
ZARAGOZA (España)
Título original: The Ruminant Animal: Digestive Physiology and Nutrition 
Autor: David C. Church
Original English language edition published by Prentice-Hall, Inc.
Copyright © 1988 by Prentice-Hall, Inc. 
All Rights Reserved
© De la edición en lengua española
Editorial Acribia, S. A. Apartado 466 
50080 ZARAGOZA (España)
I.S.B.N.: 84-200-0739-0
IMPRESO EN ESPAÑA PRINTED IN SPAIN
Reservados todos los derechos para los países de habla española. Este libro no podrá ser reproducido 
en forma alguna, total o parcialmente, sin el permiso de los editores.
Depósito legal: Z-695-93 Editorial ACRIBIA, S.A. - Royo, 23 - 50006 Zaragoza
Imprime: Tipo Línea, S.A. - Isla de Mallorca, s/n. - 50014 Zaragoza, 1993
INDICE DE CONTENIDO
1
2
Clasificación e importancia de los animales rumiantes
Prof. Emeritus D. C. Church, Ph.D., Dept, of Animal Science, Oregon State Univ., Cor­
vallis, OR 97330
Parte I. Fisiología digestiva
Anatomía del conducto gastro-intestinal
Prof. R. R. Hofmann, Dr. med. vet. Dept, of Comparative Anatomy, Instituí für
Veterinár-Anatomie, Justus-Liebig-Universitát, 6300 Giessen, Alemania
1
15
3 Crecimiento y desarrollo del aparato digestivo de los rumiantes
Prof. Sidney J. Lyford, Jr., Ph.D., Dept, of Veterinary and Animal Sciences, Univ, of 
Massachusetts, Amherst, MA 01003
47
4 Motilidad del conducto gastro-intestinal
Prof. Y. Ruckebusch, DVM, Dr. Sci., Dept. Physiologie-Pharmacodynamie-Thérapeutique, 
 Ecole Nationale Vetérinaire, 31076 Toulouse, Francia
69
5 Ingestión de alimentos y agua
Prof. J. G. Welch, Ph.D. and A. P. Hooper, Ph.D., Dept, of Animal Sciences, Univ, of 
Vermont, Burlington, VT 05405
117
4 Función y producción de saliva
Prof. D. C. Church
127
7 Microbiología del rumen e intestino
M. T. Yokoyama, Ph.D. and K. A. Johnson, Ph.D., Dept, of Animal Science, Michigan 
State Univ., East Lansing, MI 48824
137
V
8 Fermentación ruminal 159
Prof. E N. Owens, Ph.D., Dept, of Animal Science, Oklahoma State Univ., Stillwater, 
OK 74078 y A. L. Goetsch, Ph.D., Dept, of Animal Science, Univ, of Arkansas, Fayetvi- 
lle, AK 72701
9 Digestión, absorción y excreción en los rumiantes 191
N. R. Merchen, Ph.D., Dept, of Animal Sciences, Univ, of Illinois, Urbana, IL 61801
Parte II. Consumo de nutrientes, metabolismo y requerimientos
10 Apetito, sapidez y control del consumo de alimentos 225^
W. L. Grovum, Ph.D., Dept, of Biomedical Sciences, Univ, of Guelph, Ont., Canada 
NIG 2W1
11 Agua y sus funciones, regulación y empleo comparativo por los rumiantes 243
Victor R. Squires, Ph.D., Dean, Faculty of Natural Resources, Roseworthy Agricultural 
College, Roseworthy, SA 5371, Australia
12 Metabolismo de la proteína en los rumiantes 255
Prof. Fred N. Owens, Ph.D., Dept, of Animal Science, Oklahoma State Univ., Stillwater, 
OK 74078 y Richard Zinn, Ph.D., Agricultural Experiment Station, Univ, of California, 
El Centro, CA 92243
13 Metabolismo de la energía 283
C. L. Ferrell, Ph.D., USDA, ARS, Roman L. Hruska, US Meat Animal Res. Center, Clay 
Center, NB 68933
14 Los carbohidratos en la nutrición de los rumiantes 305
G. C. Fahey, Jr., Ph.D. y L. L. Berger, Ph.D., Dept, of Animal Sciences, Univ, of Illi­
nois, Urbana, IL 61801
75 Los lípidos en la nutrición de los rumiantes 339
Prof. F. M. Byers, Ph.D. y Prof. G. T. Schelling, Ph.D., Dept, of Animal Science, Texas 
A & M Univ., College Station, TX 77843
16 Las vitaminas en la nutrición de los rumiantes 357
Prof. J. Tal Huber, Ph.D., Dept, of Animal Science, Univ, of Arizona, Tucson, AZ 85721
77 Macroelementos para los rumiantes 373
Ron Kincaid, Ph.D., Dept, of Animal Science, Washington State Univ., Pullman, WA 
99164
18 Elementos vestigiales 391
Prof. J. K. Miller, Ph.D. y Nancy Ramsey, M.S., Dept, of Animal Science, Univ, of Ten- .< 
nessee, Knoxville, TN 37901 y F. C. Madsen, Ph.D., Nutribasics Co., Highland, IL 62249
19 Digestión, metabolismo y necesidades nutritivas en pre-rumiantes 457
Profs. Sidney J. Lyford, Jr., y J. Tai Huber
20 Necesidades nutritivas durante períodos críticos del ciclo vital 481
Efecto de la nutrición sobre fertilidad, reproducción y lactación 481
VI
Prof. David J. Schingoethe, Ph.D., Dept, of Dairy Science, South Dakota State Univ., 
Brookings, SD 57007
Nutrición durante el crecimiento 501
Profs. F. M. Byers y G. T. Schelling
21 Necesidades nutritivas de rumiantes en comparación con especies monogástricas
Prof. David J. Schingoethe
Parte III. Problemas relacionados nutrjcionalmente
513
22 Influencia del estrés ambiental sobre las necesidades nutritivas
Prof. B. A. Young, Ph.D., Dept, of Animal Science, Univ, of Alberta, Edmonton, Albt., 
Canada T6G 2P5
523
23 Problemas nutritivos relacionados con el tracto gastro-intestinal 537
Meteorismo
Prof. H. W. Essig, Ph.D., Dept, of Animal Science, Mississippi State Univ., Mississippi 
State, MS 39762
537
Acidosis
Gerald B. Huntington, Ph.D., USDA, ARS, Ruminant Nutrition Laboratory, Beltsville, 
MD 20705
544
Intoxicaciones por nitrato y urea
Prof. Royce J. Emerick, Ph.D., Station Biochem. Sec., Dept, of Chemistry, South Dakota 
State Univ., Brookings, SD 57007
551
Edema pulmonar agudo y enfisema intersticial en ganado vacuno
Prof. J. R. Carlson, Ph.D., Dept, of Animal Science, Washington State Univ., Pullman, 
WA 99164
556
24 Problemas metabólicos relacionados con la nutrición 565
Fiebre de la leche, cetosis y síndrome de la vaca cebada
Prof. L. H. Schultz, Ph.D., Dept, of Dairy Science, Univ, of Wisconsin, Madison, WI 
53706
565
Tetania de la hierba
H. F. Mayland, Ph.D., USDA, ARS, Snake River Conservation Res. Center, Kimberly, ID 
83341
586
Cálculos urinarios
Prof. Royce J. Emerick
600
25 Nutrición terapéutica
Prof. J. H. Temouth, MVS, Ph.D., Dept, of Animal production, Univ, of Queensland,
611
St. Lucia, Brisbane, Qld. 4067, Australia
Indice de materias 625
VII
PREFACIO
A todos los efectos prácticos, este libro reú­
ne en un volumen la serie, Fisiología Digestiva 
y Nutrición de los Rumiantes, cuyo primer vo­
lumen apareció originalmente en 1969. Muchas 
cosas han cambiado en los años transcurridos.
El tema de la fisiología digestiva y nutrición 
de los rumiantes es un campo fascinante que 
hace referencia a los animales más interesan­
tes. Como prosigue a nivel mundial una inves­
tigación continuada, vamos acumulando gra­
dualmente más y más datos para conocer me­
jor a estos animales. Así, nos esforzamos para 
disponer de un conocimiento más completo y, 
debido al continuado interés de los lectores, he­
mos logrado la publicación de este volumen pa­
ra facilitar la disposición de estos conocimien­
tos en constante aumento.
El Animal Rumiante representa una recopi­
lación de información puesta al día de los prin­
cipales aspectos relacionados con las necesida­
des nutritivas y el metabolismo de los nutrien­
tes. El lector apreciará que cada capítulo ha si­
do ilustrado nuevamente y que reúne las citas 
de investigaciones recientes. Debido al constante 
incremento de investigaciones recientes y aspec­
tos de extensión, ha sido preciso eliminar de este 
volumen las referencias antiguas.
El editor podría indicar también que un li­
bro escrito por múltiples autores tiene tanto ven­
tajas como desventajas. Si el editor selecciona 
al co-autor adecuado, puede obtenerse un ca­
pítulo escrito con mayor autoridad sobre un de­
terminado tema porque es más fácil escribir so­
bre una materia en la que está perfectamente 
versado y se ha investigado con amplitud. Por 
otra parte, no todos los grandes investigadores 
son buenos escritores. Otra desventaja de múl­
tiples autores es que el tratamiento global de 
la obra resulte probablemente menos conjun­
tada quesi hubiese sido escrita por una o dos 
personas. Por el contrario, cuando se amplía 
un campo de conocimiento el conjunto de la 
obra es probable que resulte más especializa­
do y puede resultar demasiado extensa para que 
uno o dos’autores lo traten en toda su amplitud.
También deseamos aprovechar esta oportu­
nidad para agradecer a las incontables perso­
nas tanto pasadas como presentes, sin cuyo 
tiempo, visión y energía, este volumen no hu­
biera sido posible.
D. C. Church
IX
CLASIFICACION E IMPORTANCIA 
DE LOS ANIMALES RUMIANTES
por D. C. Church
INTRODUCCION
Los animales rumiantes pueden constituir 
una materia fascinante de estudio para cual­
quier persona que tenga un interés personal, co­
mercial o profesional por los animales. Exis­
ten muchas especies diferentes con diversos ta­
maños corporales, formas y colores, que se dis­
tribuyen sobre una amplia variedad de zonas 
climáticas y agrícolas. Su tamaño varía desde 
el ciervo-ratón (Hyemoschus o Tragalus) muy 
pequeño, que puede pesar de 2 a 5 kg y tener 
una alzada a la cruz de 200 a 300 mm, hasta 
las jirafas, que pueden alcanzar una alzada a 
la cruz de 3,5 m y, en algunos casos, una altu­
ra total de 6 m y un peso aproximado de 1,9 
Tm (machos). La mayoría de las especies se en­
cuentran, por supuesto, entre estos dos extre­
mos. La tremenda variedad que presentan es­
tos animales los convierte en un tema sumamen­
te interesante para el lector casual, amante de 
los animales, ganadero o profesional de la cien­
cia animal. Así, este libro pretende mejorar el 
conocimiento de los animales rumiantes, tan­
to salvajes como domésticos, en nuestro mun­
do moderno.
Los rumiantes se incluyen en la subelase de­
nominada ungulados (mamíferos con pezuñas) 
y en el orden Arteriodactyla (dedos pares) y el 
suborden, ruminantia. La palabra rumiantes 
procede de la palabra latina, ruminare, que sig­
nifica volver a masticar; así, los rumiantes son 
mamíferos que rumian, con pezuñas y dedos 
pares.
De las distintas especies de animales herbí­
voros, los rumiantes suponen con mucho la más 
importante en relación con el número de ma­
míferos existentes hoy día, bien domésticos, asil­
vestrados (animales domésticos que han vuel­
to al estado salvaje) o salvajes. Aunque los res­
tos fósiles son menos completos de lo que ca­
bría desear, las pruebas existentes indican que 
el número de especies aumentó considerable­
mente durante el período que coincide con el 
desarrollo y difusión de las gramíneas y vege­
tación relacionada con las mismas. Durante el 
período posterior al Oligoceno, los rumiantes 
fueron los herbívoros dominantes. Simpson (1) 
ha publicado algunos cálculos sobre el núme­
ro de géneros extintos y vivos de animales her­
bívoros derivados de los fósiles descubiertos. 
Para el orden Artiodactyla, calcula que 333 gé­
neros se han extinguido y 86 viven, en compa­
ración con los 1.932 géneros extinguidos y 932 
vivos correspondientes a la totalidad de los ma­
míferos. También calcula que unos 180 géne­
ros de rumiantes se han extinguido y que 68 gé­
neros han sobrevivido hasta los momentos ac­
tuales. Solamente han sobrevivido unos pocos 
rumiantes primitivos (Traguilade). Los rumian­
tes domésticos representan únicamente irnos po­
cos géneros, aunque superan indudablemente 
en número a la totalidad de rumiantes salvajes 
que existen en la actualidad.
1
2 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
Los restos fósiles están lejos, indudablemente, 
de ser completos. Así, la distribución geográ­
fica de los rumiantes en tiempos prehistóricos 
no aparece tan bien documentada como sería 
de desear, aunque se han descubierto fósiles de 
rumiantes en todas las masas terrestres actua­
les excepto en Australia y en la Antártida. En 
épocas geológicas recientes resulta cierto que 
en el hemisferio occidental vivía una mayor va­
riedad y un mayor número total en climas tem­
plados. En la época actual, por el contrario, 
existen muchas más especies diversas en las re­
giones semitropicales y tropicales de Africa que 
en otras zonas. Queda por resolver si la diver­
sidad de especies existentes en Africa es resul­
tado del clima y de la geografía o se debe a fe­
nómenos geológicos que permitieron a las es­
pecies existentes sobrevivir a la invasión del hie­
lo, división y separación continental, u otros 
cambios climáticos drásticos o sucesos de épo­
cas pasadas. Ciertamente, las cadenas monta­
ñosas del sur de Europa y Asia, el mar Medi­
terráneo, o los desiertos próximos representa­
ron barreras formidables para que muchas es­
pecies superaran un período de invasión de hielo 
o de frío intenso en las zonas del norte de Euro­
pa y Asia.
Las especies existentes habitan en climas que 
van desde el ártico (yak, Caribú, toro almizcle­
ro, cabras y ovejas montesas, etc.) hasta climas 
tropicales húmedos y secos (principalmente es­
pecies africanas), y desde ambientes pantano­
sos (alce, búfalo de agua, ciervo de los panta­
nos, gamos de agua) hasta los desiertos (antí­
lope, diversas especies africanas y asiáticas). En 
consecuencia, los hábitos dietéticos o preferen­
cias alimenticias varían desde rumiantes como 
el caribú que consume líquines de las zonas ár­
ticas hasta la predilección de la jirafa por la ho­
jas de la acacia espinosa. El alce, por ejemplo, 
es un gran consumidor de plantas acuáticas y 
según los informes se introduce hasta 3 m de 
profundidad en el agua para comer. Los antí­
lopes, la mayoría de los ciervos, cabras, ovejas 
y otras muchas especies prefieren ramonear 
(plantas leñosas) o ingerir arbustos o las gra­
míneas que no mantendrían a muchos vacunos 
domésticos. El bisonte americano y el vacuno 
doméstico, así como otras muchas especies, 
muestran preferencia por las gramíneas. Sin em­
bargo, los datos disponibles (para las especies 
sobre las que se dispone de datos) demuestran 
que los rumiantes consumirán una dieta varia­
da si tienen oportunidad de conseguirla. Según 
se indica en el Capítulo 2, la naturaleza del es­
tómago y de otras porciones del conducto 
gastro-intestinal ejercen un efecto importante 
sobre el tipo de dieta que puede utilizar bien 
una determinada especie.
El especialista en genética podría afirmar que 
esta preferencia natural por ciertos tipos de ve­
getales es consecuencia de la evolución, resul­
tante del desarrollo en un determinado ambien­
te. También podrían haber influido la presión 
de otras especies sobre un determinado tipo de 
planta o una población excesiva de una espe­
cie animal. Indudablemente, también intervie­
nen diferencias fisiológicas desconocidas, aun­
que no se dispone de datos comparativos apro­
piados para establecer este hecho en la mayo­
ría de las especies salvajes y, en cierto modo, 
incluso en las especies domésticas.
CLASIFICACION DE LAS ESPECIES
Para conocimiento de los lectores interesa­
dos en la clasificación, los animales se dividen 
en grupos cada vez menores de la siguiente 
forma.
Reino—Animal
Tipo—Cordata (con una columna vertebral) 
Clase—Mamíferos (producen leche) 
Subclase—Ungulata (animales con 
pezuñas)
Orden—Artiodactyla (dedos pares) 
Suborden—Ruminantia (rumiantes 
verdaderos) y Tylopoda (dedos 
pares con almohadillas carnosas en 
lugar de pezuñas verdaderas) 
Familia o suborden
Género y subgénero 
Especie y subespecie
Con respecto a la clasificación debe señalarse 
la existencia de diferencias de opinión entre los 
expertos en taxonomía. En algunos casos no 
existe acuerdo sobre qué debería ser el género 
o qué constituye una especie verdadera e incluso 
es menor el acuerdo sobre la subespecie. Según 
la terminología usual, las especies se diferen­
cian de otros animales similares si no se cru­
zan entre sí o, si lo hacen, no proporcionan una 
descendencia fértil. Un buen ejemplo es el mulo, 
un híbrido entre el caballo (Equus caballus) y 
el asno (Equus asinus); los mulos son inférti­
les en casi todos los casos.
CLASIFICACION E IMPORTANCIA DE LOS ANIMALES RUMIANTES 3
En el caso del ganado vacuno doméstico, el 
vacuno europeoy el cebú se reproducen entre 
sí y producen descendencia fértil, por lo que 
probablemente deberán clasificarse en una mis­
ma especie. El vacuno desprovisto de joroba 
muestra una tremenda variedad en tamaño, co­
lor de la capa, distribución del color, presen­
cia o ausencia de cuernos y forma y tamaño de 
los cuernos. Por ejemplo, el tamaño de los cuer­
nos puede variar desde su ausencia en las ra­
zas mochas hasta la presencia de unos cuernos 
enormes y erguidos de la raza Ankole de Afri­
ca. Honacki y col. (2) indican que todo el va­
cuno es Bos taurus, aunque otros autores co­
mo Walker y col. (3) consideran al Cebú como 
Bos indicus. Los mismos problemas aparecen 
al clasificar ovejas y cabras domésticas. Con las 
especies salvajes, las subespecies pueden ser 
consecuencia de diferencias de tamaño, color 
de la capa, pautas seguidas por el color de la 
capa, tamaño y forma de los cuernos y, posi­
blemente, distribución geográfica. Para una in­
formación más amplia sobre esta materia el 
autor recomendaría el libro de Mochi y Carter 
(4) que presenta las descripciones en forma de 
siluetas acompañadas de un corto texto escrito.
En la Tabla 1.1 se incluye la lista de las espe­
cies existentes de rumiantes y seudorumiantes, 
en esencia tal como las describen Honacki y col. 
Los diversos animales que aparecen en la tabla 
se ordenan alfabéticamente por familias y al­
fabéticamente por géneros y especies en el se­
no de las familias, de forma ordenada para fa­
cilitar la localización de un determinado animal.
En esta clasificación, los animales rumian­
tes se dividen en tres familias: Cervidae, con 14 
géneros y 37 especies; Giraffidae, con 2 géne­
ros y 2 especies; y Bovidae, con 45 géneros y 
126 especies. A la familia Cervidae pertenecen 
los ciervos y animales relacionados que son por­
tadores de astas (algunas veces en ambos sexos), 
formadas por hueso sólido, que se desprenden 
y renuevan anualmente. El almizclero es una ex­
cepción porque carece de astas, aunque dispo­
ne de dientes caninos desarrollados que cons­
tituyen colmillos. Los muntiacos tienen colmi­
llos y astas mientras que los eláfodos presen­
tan colmillos y pequeñas astas. La familia Gi­
raffidae se caracteriza por tener cüétnos peque­
ños cubiertos de piel provista de vello. La fa­
milia Bovidae —antílopes, antílopes cabríos, to­
ros almizclados, takin, cabras, ovejas, vacuno, 
bisonte y búfalo— se caracteriza por tener cuer­
nos que se desarrollan sobre un núcleo óseo y 
no se desprenden nunca. El berrendo o antílo­
pe americano (Antilocapra americana) se inclu­
yó en-la familia Antilocapridae, aunque es cla­
sificado en la familia Bovidae por Honacki y 
col. Este animal presenta cuernos provistos de 
un revestimiento córneo que se desarrolla so­
bre un núcleo óseo, aunque la cubierta externa 
se desprende y renueva cada año.
Los componentes de la familia Tragulidae (2 
géneros, 4 especies), el ciervo ratón o tragúli- 
do, son especies primitivas pequeñas que son 
similares a Pécora (rumiantes verdaderos) al ca­
recer de incisivos superiores, aunque difieren 
en que el estómago dispone solamente de tres 
compartimentos y los machos presentan dien­
tes caninos parecidos a colmillos. Walker y col. 
(3) indican que probablemente se encuentran 
más relacionados con las familias Camelidae 
y Suidae (cerdos) que con la Cervidae.
A la familia Camelidae (3 géneros, 6 espe­
cies), camellos y camélidos (llamas y especies 
relacionadas), pertenecen animales que cami­
nan sobre anchas almohadillas carnosas y pre­
sentan dos dedos en cada pata. Son clasifica­
dos generalmente como seudorrumiantes por­
que su estómago dispone solamente de tres 
compartimentos a diferencia de los cuatro que 
tiene el estómago de los rumiantes verdaderos. 
Difieren también al tener dos dientes incisivos 
superiores mientras que los rumiantes verdade­
ros no tienen ninguno. Las vicuñas son anima­
les únicos entre los Artiodactyla al tener inci­
sivos inferiores con crecimiento permanente y 
provistos de esmalte tan sólo en un lado. Nin­
guna de estas especies tiene cuernos y todas ca­
minan con una marcha al paso, es decir, mo­
viendo al unísono hacia adelante, las extremi­
dades anteriores y posteriores de un lado.
Cabe señalar que varias especies se clasifi­
can como «en peligro». En la Tabla 1.1 se in­
cluyen las clasificadas de esta forma hasta 1982. 
Puede encontrarse más información sobre es­
ta materia en Honacki y col. (2). La Conven­
ción sobre comercio internacional de especies 
en peligro de extinción de fauna y flora salvaje 
(CITES) o el Registro Federal. Por fortuna, esta 
lista no aumentará y, además, muchas de las 
especies incluidas en la lista serán protegidas 
para sobrevivir en este mundo atestado.
IMPORTANCIA DE LOS RUMIANTES 
EN EL MUNDO AGRICOLA
Bajo un punto de vista exclusivamente utili­
tario, los rumiantes son animales muy impor-
4 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
Tabla 1.1. Clasificación taxonómica de rumiantes y pseudorrumiantes
Pseudorrumiantes — Animales que rumian con el estómago dividido en tres compartimentos y con otras diferencias menores con respecto 
a los rumiantes verdaderos.
Familia: Ttagulidae. Ciervo ratón o Chevrotain.
Hyemoschus aquaticus. Chevrotain de agua. Sierra Leona hasta Gabón, Zaire y Uganda.
Tragulus javanicus. Chevrotain malayo menor o ciervo-ratón. S.E. asiático.
T. meminna. Chevrotain indio. Sri Lanka, India, Nepal.
T napu. Chevrotain malayo mayor. S.E. de Asia, Filipinas, Sumatra.
Suborden: Tilopoda. Didáctilos, aunque los dedos parecen almohadillas más que pezuñas; estómago con tres compartimentos. 
Familia: Camelidae. Camellos y llamas y sus parientes.
*Camelus bactrianus. Camello bactriano (dos jorobas). Todavía existen algunos en estado salvaje en el Desierto de Gobi. Produce 
híbridos fértiles con el dromedario.
C. dromedarius. Dromedario o camello árabe. Arabia, N. de Africa.
Lama glama. Llama. Domesticada. Animal de usos múltiples. Regiones al oeste y al sur de América del Sur.
L. guanicoe. Guanaco (forma salvaje). Regiones al oeste y sur de América del Sur.
L. pacos. Alpaca (domesticada). Producción de lana. Perú, Bolivia.
* Vicugna vicugna. Vicuña. Región oeste de América del Sur.
Rumiantes verdaderos (Pécora)
Suborden: Ruminantia. Didáctilos. Rumiantes con pezuñas verdaderas.
Familia: Cervidae. Ciervos y animales similares.
Alces alces. Alce europeo, anta americano. Han sido identificadas 5 subespecies como mínimo. Norte de Europa, Asia, Alaska, 
Canadá, EE.UU. .
*Blastocerus dichotomus. Ciervo de los pantanos de América del Sur. Brasil a Paraguay y N. de Argentina.
Capreolus capreolus. Corzo europeo. Europa, Asia.
Cervus albirostris.- Ciervo de Thorold. Tibet. N. de China.
C. axis. Ciervo axis o chital. India, Sri Lanka, Nepal.
tC. dama. Gamo. Europa, Oriente Próximo, antiguamente N. de Africa.
TC. duvauceli. Barasinga o ciervo de los pantanos. N y C. de la India, S.O. de Nepal.
tC. elaphus. Ciervo común, alce americano, uapiti, etc. Se han descrito 10-12 subespecies. Páramos con bosques y zonas alpinas 
de Europa, Cáucaso y C. de. Asia hasta China, URSS, N. de Africa y América del Norte. En EE.UU. existen tres subespecies 
de alce — Montañas Rocosas, Roosevelt y alce de Tule.
*C. eldi. Tamin o ciervo de Eld. S.E. de Asia.
tC. nippon. Ciervo sica. China, Siberia, S.E. de Asia.
tC. porcinus. Ciervo porcino. India, China, Indonesia.
C. schomburgki. Ciervo de Schomburgk. S.E. de Asia. Probablemente se ha extinguido.
C. timorensis. Rusa. Indonesia.
C. unicolor. Sambar o ciervo de Aristóteles. Filipinas, Indonesia, India, S.E. de Asia.
Elaphorus cephalopus. Eláfodo. China, Birmania.
Elaphurus davidianus. Milú o ciervo del padre David. China. Actualmente sólo existe en cautividad.
*Hippocamelus antisensis. Huemal de Perú, taruga, ciervo de los Andes. Montañas de los Andes desde Ecuador hasta el N.O. de 
Argentina.
*H. bisulcus. Huemal de Chile. Montañas de los Andes al S. de Chile y S. de Argentina.
Hydropotes inermis. Ciervo de agua chino. China, Corea.Mazama americana. Corzuela roja. S. de Méjico al N. de Argentina.
M. chunyi. Ciervo corzuela. Andes bolivianos, S. de Perú.
M. gouazoubira. Guazubirá o matacán. Región centro y norte de América del Sur.
M. rufina. Corzuela roja. Venezuela y países próximos.
Moschus berezovski. Almizclero. S.O. de China, Vietnam.
M. chryogaster. Almizclero. India, Nepal, S.E. de China.
tM moschiferus. Almizclero. E. de Siberia, N. de China.
M. sifanicus. Almizclero. Meseta tibetana.
Muntiacus crinifrons. Muntiaco negro o con pelo en la frente. China. Raro o extinguido. 
feai. Muntiaco tailandés. Tailandia, Birmania. Raro.
M. muntjak. Muntiaco de Java. Indonesia, Sri Lanka, India, China.
M. reevesi. Muntiaco o ciervo de Barking. S. de China.
M. rooseveltorum. Muntiaco. S.E. de Asia.
^Odocoileus hemionus. Ciervo muía o ciervo de cola negra (subespecie diferente). O. de las Montañas Rocosas, Alaska hasta Baja, 
CA, y Sonora.
tO. virginianus. Ciervo de cola blanca o ciervo de Virginia. Al menos 3 subespecies — ciervo de cola blanca de Virginia y de Florida. 
Algunos autores enumeran hasta otras 5 especies de Odocoileus.
tOzo toce ros bezoarticus. Ciervo de las pampas. Llanuras de Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, S. de Bolivia.
Pudu mephistophiles. Venadito de los páramos. Andes de Colombia y Ecuador.
P. pudu. Pudu. S. de Chile, S.O. de Argentina.
Rangifer tarandus. Reno o caribú. Han sido descritas 12 subespecies al menos. Europa, N. de Asia, Alaska, Canadá. Doméstico y 
salvaje.
(continúa)
CLASIFICACION E IMPORTANCIA E>E LOS ANIMALES RUMIANTES 5
Tabla 1.1. (continuación)
Familia: Giraffidae. Jirafas y okapi.
Giraffa Camelopardalis. Jirafa. Existen 12 subespecies en C., E. y S. de Africa.
Okapia johnstoni. Okapi. E.C. Zaire; quizás en zonas adyacentes.
Finió: Bovidae. Rumiantes con cuernos que no se desprenden.
Addax nasomaculatus. Adax. Casi extinguido en estado salvaje. Mauritania hasta Sudán; antiguamente de Egipto a Túnez. 
tAepyceros melampus. Impala. Sur de Africa hasta Zaire, Ruanda, Uganda y N.E. de Kenia.
tAlcejaphus buselaphus. Alcelafino. Varias subespecies. Senegal hasta O. de Somalia, N., Sur de Africa y S. de Angola. 
tAmmodorcas clarkei. Dibatag o gazela de Clark. E. de Etiopía, N. de Somalia.
Ammotragus lervia. Arrui. N. de Egipto hasta Marruecos. Nigeria hasta Sudán.
Antidorcas marsupialis. Springbok o antílope saltador. Sur de Africa.
tAntilocapra americana. Berrendo o antílope americano. Varias subespecies. S. de Alberta y Saskatchewan a través O. de EE.UU. 
hasta N. de Méjico. Se clasificó anteriormente como una familia independiente de Antilocapra.
Antílope cervicapra. Ena, sasin o antílope negro. Pakistán é India.
^Bison bison. Bisonte americano. Antiguamente N.O. y C. de Canadá, sur a través de EE.UU. hasta N. de Méjico. Varias subespe­
cies. Actualmente sólo se encuentra confinado o en parques.
B. bonasus. Bisonte europeo. Europa y O. de la URSS. Actualmente sólo en cautividad.
Bos frontalis. Gayal. Pakistán, India hasta península Malaya. Algunos autores lo consideran una forma domesticada del guar. 
tB. grunniens. Yak. N. de China, India, Tibet. Domesticado en Asia Central.
TB. guarus. Guar o sedalang. India, Indochina. Algunos autores lo sitúan en la misma especie que el gayal.
B. indicus. Cebú o vacuno doméstico con joroba. Algunos autores indican que esta especie ha evolucionado a partir del banteng 
malayo salvaje. Otros aseguran que se ha desarrollado a partir de B. primigenius namadicus, una variedad oriental de esta espe­
cie. Origen en Oriente Medio.
*B. javanicus. Banteng. Birmania, Tailandia, Malasia, Indonesia.
*B. sauveli. Kouprey o toro de los bosques. Algunos autores lo consideran un híbrido entre el guar y otra especie.
B. taurus. Ganado vacuno doméstico. Algunos autores indican que B. t. evolucionó a partir de B. primigenius, el gran toro o uro 
de Europa y de B. longifrons, un tipo menor descubierto en las Islas británicas. Probablemente tuvo su origen en Oriente Medio. 
El último ejemplar salvaje de B. primigenius (cautivo) murió en 1627. Algunos autores agrupan B. taurus y B. indicus bajo la 
denominación B. taurus.
Boselapus tragocamelus. Nilgó. India a Indochina. Muy difundido como animal doméstico o salvaje en S.E. de Asia, S. de Europa,
N. de Africa, N. de Australia, y E. de América del Sur.
^Bubalus depresicornis. Anoa o búfalo enano de agua. Islas Célebes.
*B. mindorenis. Tamarou. Isla Mindoro en las Filipinas.
FB. quarlesi. Anoa de las montañas. Montañas de las Célebes.
Budorcas taxicolor. Takín. Al menos 3 subespecies. Montañas en el S.E. de Asia.
Capra angorensus. Cabras (Angora) domesticadas que producen mohair cuyo origen parece ser Turquía. Algunos autores no la 
incluyen como especie independiente de C.h.h.
C. caucásica. Tur de Caucasia. O. de los Montes del Cáucaso (URSS).
C. cylindricornis. Tur. URSS, Montes E. del Cáucaso.
tC. falconeri. Marjor. India, Cachemira.
C. hircus aegarus. Pasanos. Se han descubierto varias subespecies en las montañas desde el Cáucaso hasta Beluchistán. Esta especie 
se cree que es la antepasada de las cabras domésticas.
C. hircus hircus. Cabras domésticas utilizadas para la producción de leche. Tuvieron su origen probablemente en Grecia, Turquía 
y en otras zonas del Próximo Oriente.
tC. ibex. Ibice. Varias subespecies. C. de Europa, Afganistán y Cachemira hasta Mongolia y C. de China; N. de Etiopía hasta Siria 
y Arabia.
tC. pyrenaica. Cabra montés. Pirineos españoles y Portugal.
Capricornis crispus. Cambingután o serau. Japón, Taiwán.
*C. sumatraensis. Cambingután. Indochina, S.E. de Asia.
Cephalophus adersi. Duiker. Tanzania, Zanzibar.
C. callipygus. Duiker de Peter. Africa Central.
C. dorsalis. Duiker de Gray. Africa Central.
*C. jentinki. Duiker. Liberia, O. Costa de Marfil.
C. leucogaster. Duiker de Gabon. S. de Camerún hasta el río Congo, E. de Zaire.
C. maxwelli. Duiker azul de Maxwell. Senegal y Gambia hasta Nigeria.
C. moticolo. Duiker azul ecuatorial. Nigeria hasta Gabón, Kenia hasta Sur Africa y Angola, Zanzibar.
C. natalensis. Duiker. Africa Central.
C. niger. Duiker de frente negra. Guinea hasta Nigeria, oeste del río Niger.
C. nigrifronts. Duiker. Camerún, Gábón, y por el este hasta Kenia.
C. ogilbyi. Duiker. Africa Occidental.
C. rufilatus. Duiker. Senegal hasta S.O. de Sudán y N.E. de Uganda y por el sur hasta Camerún.
C. spadix. Duiker de Abbott. Zonas más elevadas ’d^Tanzania.
C. sylvicultor. Duiker de los bosques. Africa Central.
C. weynsi. Duiker de Weyn. Zaire, Uganda, Ruanda y O. de Kenia.
C. zebra. Duiker cebrado. Sierra Leona, Liberia, Costa de Marfil.
Connochaetes gnou. Ñu o ñu de cola blanca. Actualmente solamente se halla en estado semidoméstico en Transvaal y en el estado 
libre de Orange.
C. taurinas. Ñu azul o kukong. S. Angola, Namibia, N. Sur de Africa, Botswana, C. de Mozambique y E. de Zambia hasta Tanza­
nia y S.E. y S.C. de Kenia.
(continúa)
6 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
Tabla 1.1. (continuación)
\Damaliscus Jorcas. Bontebok. Sur de Africa; actualmente sólo se encuentra en cautividad.
D. hunteri. Bontebok de Hunter. Somalia hasta N. de Kenia.
D. lunatus. Bontebok. Subespecie llamada bontebok de Senegal, Topi, Tiang o Sassaby. Regiones del centro al sur de Africa. 
Dorcatragus megalotis. Beira. Somalia y E. de Etiopía.
Gazella cuvieri. Edmi o gacela del Atlas. Marruecos, N. de Argelia, C. de Tunez. ^
f G. dama. Mhor. Desiertos del N. de Africa.
tG. dorcas. Gacela común. Desiertos N. de Africa.
*G.gazella. Gacela árabe. Siria, Sinaí hasta Arabia.
G. granti. Suara. S. de Sudán, N.E. de Uganda, Somalia hasta N. de Tanzania.
*G. leptoceros. Gacela de Loder. Desiertos del N. de Africa.
G. rufifrons. Corina o seni. Zonas subsaharianas del N. de Africa.
G. rufina. Gacela roja. Argelia. A punto de extinguirse.
G. soemmerringi. Gacela de Soemmerring. Etiopía, Somalia, Sudán.
G.spekei. Gacela de Speke. Somalia, E. de Etiopía.
tG. subgutturosa. Ahú. Irán y Arabia hasta S. del Desierto de Gobi.
G. thomsoni. Gacela de Thompson. S. de Sudán hastaN. de Tanzania.
Hemitragus hylocrinus. Tar. Montes del S. de la India.
*H. jayakari. Tar de Arabia. Omán, S.E. de Arabia.
H. jemlahicus. Tar, tar del Himalaya. Himalaya desde Cachemira hasta Tibet.
Hippotragus equinus. Antílope caballo. Senegal hasta Etiopía, Sudán hasta Sur de Africa.
H. leucophaeus. Bluebok. Sur de Africa.
+//. niger. Egócero negro. Africa Central.
Kobus ellipsiprymnus. Antílope acuático o waterbok. Senegal hasta Somalia, N.E. de Tanzania y E. de Etiopía.
K. kob. Kob de orejas blancas, de Buffon o Uganda. Africa Central y Occidental.
*K. leche. Lechwe. Africa Central.
K. megaceros. Lechwe Nilo. S. de Sudán, O. de Etiopía.
K. vardoni. Púku. Africa Central.
Litocranius waller i. Gerenuk o antílope jirafa. Somalia hasta Kenia, N.E. de Tanzania y E. de Etiopía.
Madoqua guentheri. Dik dik de hocico largo. Somalia, Etiopía, Tanzania.
M. kirki. Dik dik de Kirk. Zona oriental y S.O. de Africa.
M. piacentini. Dik dik. E. de Somalia.
M. saltiana. Dik dik de Phillip. Somalia, Etiopía, Sudán.
Nemorhaedus goral. Goral. N. de la India y Birmania hasta S.E. de Siberia, sur hasta Tailandia.
Neotragus batesi. Antílope enano. S. de Nigeria hasta Gabon, N.E. de Zaire hasta O. de Uganda.
T7V. moschatus. Antílope enano. N. Sur de Africa hasta Kenia.
N. pygmaeus. Antílope enano. Sierra Leona hasta Ghana.
Oreamnos americanus. Cabra de las Montañas Rocosas. Sur de Alaska hasta Idaho, Colorado, Washington.
Oreotragus oreotragus. Klipspringer. Sur de Africa.
Oryx dammah. Orix blanco. Desiertos del N. de Africa.
O. gazella. Gemsbok, pasán o cucama. C. y S.O. de Africa.
*O. leucoryx. Orix de Arabia. S.E. de la Península Arábiga; antiguamente Iraq.
Ourebia ourebi. Oribi. E. y C. de Africa.
Ovibos moschatos. Toro almizclado. Tundras árticas de América del N., Groenlandia.
tOv/s ammon. Argali u oveja de Marco Polo* Montes del C. y E. de la URSS hasta O. de China por el este y Nepal por el sur.
O. aries. Ovejas domésticas. Origen en Turquía, Irán y otras zonas del Oriente Medio. Algunos autores afirman que deriva de 
O. ammon, según otros, sus antepasados son O. musimon y O. vignei.
O. canadensis. Oveja de las Montañas Rocosas o bighorn. Montañas Rocosas de Alberta y Columbia Británica y por el sur hasta 
los estados occidentales de EE.UU.
*O. cadadensis nelsoni. Bighorn del desierto. Nevada y California por el sur hasta Méjico.
O. dalli. Carnero de Alaska. Zonas de Alaska y Yukón.
O. dalli stonei. Oveja de Stone. N. de Columbia Británica, Yukón.
O. musimon. Muflón. Limitado originariamente a las islas Cerdeña y Córcega. Ampliamente introducido en Europa.
O. nivicola. Argali siberiano. Montes de Siberia y E. de la URSS.
*O. vignei. Muflón asiático, oveja roja, urial o sapu. Montes del sur y oeste de la URSS, Irán, Afganistán, Cachemira, Paquistán 
y Baluchistán.
Pantholops hodgsoni. Antílope tibetano, chiru u orongo. Tibet, S.O. de China, N. de la India.
Pelea capreolus. Antílope cabrio, rhebok o antílope corzo. Sur de Africa.
Procapra gutturosa. Zeren o gacela de Mongolia. Mongolia.
P. picticaudata. Goa o gacela tibetana. Meseta del Tibet.
P. przwalskii. Gacela de Przewalski. S. de Mongolia, N.O. de China.
Pseudois nayaur. Bajaral o burrel. Tibet, Nepal.
Raphicerus campestris. Steenbok. Angola hasta Sur de Africa y S. de Kenia.
R. melanotis. Grysbok. Sur de Africa.
R. Sharpei. Grysbok de Sharpe. Sur de Africa hasta Tanzania y S.E. de Zaire.
Redunca arundinum. Antílope de los cañaverales. Sur de Africa hasta Gabon y Zaire; Tanzania, Zambia, Mozambique.
R. fulvorufula. Antílope de cañaverales de montaña. C. y S. de Africa.
R. redunca. Antílope de los cañaverales. Senegal hasta E. de Etiopía, por el sur hasta E. de Zaire y S.O. de Tanzania. 
^Rupicapra rupicapra. Gamuza. Montes del S. de Europa y Asia Menor.
Saiga tetarica. Saiga. N. del Cáucaso hasta Mongolia.
(continúa)
CLASIFICACION E IMPORTANCIA DE LOS ANIMALES RUMIANTES 7
Tabla 1.1. (continuación)
Sigmoceros lichtensteini. Silvicapra de Lichtenstein. Africa Central.
Sylvicapra grimmia. Silvicapra. Africa subsahariana.
Syncerus caffer. Búfalo cafre. Senegal hasta S. de Etiopía y Sur de Africa.
Tetracerus quadricornis. Chusinja o antílope de cuatro cuernos. India, Nepal.
Tragelaphus angasi. Nyala. Sur de Africa.
T. buxtoni. Nyala de monte. Etiopía.
T. eurycerus. Bongo. Africa Central.
T imberbis. Kudú menor. Tanzania, Etiopía, Somalia, S.E. de Sudán.
T oryx. Eland. Centro y Sur de Africa.
T. scriptus. Bosbok. S. de Mauritania hasta Etiopía y S. de Somalia hasta Sur de Africa.
Tspekei. Sitatunga. Gambia hasta S.O. de Etiopía, por el sur hasta Angola, Namibia y Sur de Africa.
T, strepsiceros. Kudú mayor. Somalia y Etiopía hasta N., Sur de Africa, oeste hasta Namibia y S.E. de Zaire y otras zonas de 
Africa central.
* Especie en peligro de extinción, t Una o más subespecies se clasifican en peligro de extinción.
tantes para la especie humana porque estos her­
bívoros son capaces de aprovechar vegetales de 
un tipo u otro en tierras que no permiten una 
explotación agrícola económica. La importan­
cia de los rumiantes (y de otras especies de her­
bívoros) se pone, quizás, de manifiesto de una 
forma más espectacular si contemplamos la su­
perficie total de tierra del mundo. Una tercera 
parte aproximadamente de la superficie del glo­
bo es tierra — unos 13,7 mil millones de hectá­
reas o poco más de 53 millones de millas cua­
dradas. De esta superficie, el 3-4 % aproxima­
damente se utiliza para fines urbanos e indus­
triales, mientras que se cultiva el 10 % aproxi- 
madameante. La superficie improductiva supo­
ne sobre el 15 % de la superficie de tierra. Es­
tas tierras, denominadas improductivas porque 
la actividad fotosintética vegetad es relativamen­
te poco importante, incluyen las zonas de alta 
montaña verdadera, desiertos estériles y regio­
nes cubiertas por glaciares y nieves permanen­
tes. Las tierras de bosques, algunas de las cua­
les pueden ser aprovechadas por los animales 
que pastan, cubren el 28-30 % de la superficie 
terrestre. La tierra restante, que representa el 
40 % o más de la superficie total, consiste en 
terrenos de pastos, más apropiados para el pas­
toreo que para cultivos. Los terrenos de pastos 
incluyen praderas naturales, sabanas, matorra­
les, la mayoría de los desiertos, tundras, comu­
nidades alpinas, marismas costeras y prados hú­
medos. Así, es claro que el rendimiento en pro­
ductos útiles para el hombre procedentes de una 
gran parte de la superficie terrestre descende­
ría notablemente si no existiesen animales que 
se alimentan en pastos para utilizar esta vege­
tación en cierta medida.
Los rumiantes han sido cazados por el hom­
bre, posiblemente desde hace 750.000 años. Los 
rumiantes domésticos han desempeñado un lu­
gar importante en la sociedad humana y en la 
agricultura durante muchos siglos. Los descu­
brimientos arqúeológicos demuestran que las 
ovejas fueron domesticadas hace 11.000 años 
al menos, las cabras unos 9.000 años y el ga­
nado vacuno hace 8.500 años. La aparición bas­
tante «súbita» de animales domésticos coinci­
dió posiblemente, más o menos, con el inicio 
del cultivo de la tierra tras la última glaciación 
intensa (5).
Un ejemplo, en un pasado reciente, de la no­
table dependencia de algunas sociedades huma­
nas de los rumiantes lo encontramos en muchas 
tribus nómadas de indios americanos que de­
pendían del bisonte, alce, ciervo y de otras es­
pecies. Estas especies les proporcionaban car­
ne, vestidos, abrigos, armas y utensilios que per­
mitían la supervivencia de la mayoría de las tri­
bus. Hoy día, las tribus Masai de Africa Orien­
tal dependen casi totalmente de su vacuno do­
méstico que les proporciona carne, leche y san­
gre para beber, asi como diversos artefactos que 
emplean estos pueblos primitivos.
En nuestro mundo moderno, el hombre de­
pende de los rumiantes para obtener cantida­
des importante de alimentos, piensos para ani­
males y muchas materias primas para la indus­
tria. Cálculos recientes de las existencias mun­
diales de animales domésticos indicanla exis­
tencia de unos mil millones aproximadamente 
de cabezas de vacuno y búfalos y 650 millones 
de cabezas de ovino (Tabla 1.2). No parece dis­
ponerse de datos sobre las cabras.
El ganado vacuno se explota en todo el mun­
do con la excepción de las regiones árticas en 
las que algunas sociedades utilizan renos y yacs. 
Los búfalos son utilizados principalmente en 
zonas tropicales húmedas de Asia y, en menor 
8 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
cuantía, de Africa. Según el clima va siendo 
más seco, se descubre un número relativamen­
te mayor de ovejas, cabras y camellos en los paí­
ses euroasiáticos y africanos. Números relati­
vamente altos de llamas y alpacas solamente se 
encuentran en algunos países del centro de 
América del Sur. Ninguna otra especie de ru­
miantes ha sido realmente domesticada por el 
hombre.
En la Tabla 1.2 se incluyen cálculos de la pro­
ducción mundial de carne, lana y leche. Supo­
niendo que estos valores sean más o menos 
exactos, la carne proporcionada por los rumian­
tes supone el 44 % aproximadamente de la to­
talidad de carne roja y de aves. Las especies sal­
vajes cazadas para alimentación aportan una 
cantidad desconocida. Además de la carne, en 
todos los países desarrollados se obtienen gran­
des cantidades de leche, queso y subproductos 
lácteos. La producción lechera en la mayoría
Figura 1.1. La caza puede ser un procedimiento para 
proporcionar alimento o primariamente una forma de re­
creo. En este caso el cazador ha cobrado un hermoso al­
ce. Cortesía del Dept. de Pesca y Vida Salvaje de Ore­
gon, Portland, OR.
Tabla 1.2. Alimentos y fibras producidos por los rumiantes en 1983a
Toneladas métricas 
producidas 
x 103
Consumo 
per capita, 
kg/año
Producto EE.UU. Mundial EE.UU. Mundial
Carne vacuno adulto
y ternqra,. 10,564 40,960 49.1 16.2
Cordero, carnero y 'cabra 165 4,677 0.8 2.2
Aves, carne de 7,185 23,205 29.8 14.5
Carne de cerdo 6,495 37,339 30.2 23.8*
Lana 53 + 2,455 +
Mohán- 4.3
Leche 140,000 394,000
Queso (vacuno) 2,164
Censo animal, 1983
x 103
Ganado vacuno y búfalos 999,554
Ovejas 656,905
Cerdos 401,000
a Anónimo (6).
* No se incluyen algunos países africanos ya que excepto en el Sur de 
Africa y algunos otros países de Africa y Asia se consume poco, o 
nada, carne de cerdo,
+ Base grasa.
de los países tropicales y/o subdesarrollados es 
reducida y procede en su mayoría de cabras, 
ovejas (Fig. 1.2), búfalos o camellos.
Lana, mohair y cuero se usan para confec­
cionar muchos productos diferentes, siendo la 
fabricación de ropas y telas diversas uno de los 
usos más importantes. Tienen importancia mu­
chos subproductos procedentes de los matade­
ros. Entre dichos productos se incluyen las gra­
sas que sirven en la preparación de diversos ali­
mentos, jabones y productos químicos indus­
triales. Los intestinos se emplean para embutir 
salchichas y confeccionar suturas quirúrgicas, 
por ejemplo, y son preparados múltiples pro­
ductos farmacológicos a partir de sangre, hí­
gados, glándulas adrenales, páncreas y otras 
glándulas y tejidos. Subproductos animales pro­
cedentes de mataderos o de plantas en que se 
funden canales, como harina de carne, harina 
de huesos, etc., son usados ampliamente como 
piensos para animales.
Durante el período de tiempo en que han si­
do domesticados los rumiantes, han servido pa­
ra recolectar vegetación o se han alimentado con 
piensos ricos en fibra que carecen de utilidad 
en la alimentación humana. Tan sólo en épo­
cas recientes, es decir, durante los 75 últimos 
años aproximadamente, se han destinado cerea­
les comestibles para el hombre como pienso pa­
ra rumiantes, y tan sólo en países altamente in­
dustrializados. Esta tendencia puede persistir 
o no ya que son muchos los factores que influ­
yen en los precios relativos de los cereales y de
CLASIFICACION E IMPORTANCIA DE LOS ANIMALES RUMIANTES 9
Figura 1.2. Procedimientos modernos para ordeñar ove­
jas y cabras. Esta instalación en particular se halla en 
Omán. Cortesía de C. W. Fox.
la carne o leche. En los países subdesarrolla­
dos, se destinan para pienso cantidades muy 
moderadas de cereales normalmente y son más 
adecuados para alimentar animales producto­
res de leche que para los destinados principal­
mente para el sacrificio. La principal ventaja 
de los rumiantes es, por supuesto, que pueden 
comer y-digerir vegetales ricos en celulosa y 
otros carbohidratos fibrosos que no pueden uti­
lizar muchos animales como componente im­
portante de su dieta.
Además de constituir una fuente de carne, 
leche o fibras, algunas especies siguen desem­
peñando un papel importante en países subde­
sarrollados —particularmente en Asia y 
Africa— como animales de trabajo. Ganado va­
cuno, búfalos y camellos se emplean para arras­
trar vehículos, transportar cargas o proporcio­
nar fuerza para moler piensos o cereales, bom­
bear agua y otras tareas similares (Fig. 1.3 a 1.7). 
El incremento relativo experimentado por el 
precio de los combustibles fósiles desde 1974 
ha constituido una dificultad para muchos paí­
ses subdesarrollados que son incapaces de pa­
gar los costes asociados con la mecanización 
cuando las máquinas utilizan estos combusti­
bles. En la actualidad no parece probable que 
cambie esta situación.
Los rumiantes proporcionan también recreo 
a muchas personas en diferentes países. El re­
creo puede consistir desde las corridas de to­
ros hasta rodeos y caza. En algunas regiones
Figura 1.3. El ganado vacuno proporciona fuerza para mover una máquina destinada a cortar forraje en la India. Dispo­
sitivos similares se usan para molturar piensos y alimentos, bombear agua, extraer zumos de la caña de azúcar, etc. Foto 
cortesía de F. Mattioli, FAO, Roma, Italia.
10 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
Figura 1.4. Búfalo asiático usado para arrastrar carros durante la recolección de caña de azúcar en la isla de Negros 
Islas Filipinas. Foto cortesía de G. De Sabatino, FAO, Roma, Italia.
Figura 1.5. Vacuno tipo Cebú usado para arrastrar un arado en Etiopía. Foto cortesía de M. C. Comte, FAO, Roma, Italia.
CLASIFICACION E IMPORTANCIA DE LOS ANIMALES RUMIANTES 11
Figura 1.6. Una caravana de camellos usada para el transporte de cañas en un camino próximo a Maradi, sur del Niger. 
Foto cortesía de F. Mattioli, FAO, Roma, Italia.
Figura 1.7. Ganado vacuno usado para arrastrar carros en el interior de Campuchea. Foto cortesía de H. Page, FAO. 
Roma, Italia.
12 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
Figura 1.8. Un vaquero enlazando un ternero en un ro­
deo de competición. Cortesía de la Professional Rodeo 
Cowboys Association.
la caza puede ser un medio para obtener ali­
mentos básicos; en otras constituye más un de­
porte, aunque el alimento obtenido no deja de 
aprovecharse, particularmente al proceder de 
animales que viven en tierras que no pueden ser 
utilizadas por las especies domésticas. Algunas 
especies salvajes se emplean de forma limitada 
para caza en tierras acotadas. Otras especies, 
principalmente el ciervo común o venado, se ex­
plotan como fuente de carne y astas; estas úl­
timas alcanzan un precio elevado para usos me­
dicinales en la mayoría de los países asiáticos. 
La rentabilidad de estas empresas es incierta en 
la actualidad, al menos en gran escala.
En la mayoría de las sociedades la carne de 
mejor calidad procede típicamente de machos 
sobrantes, sacrificados frecuentemente a tem­
prana edad. Esta tendencia persiste aún en 
Europa, donde la carne de ternero y de cabri­
tos jóvenes es un componente importante del 
menú. El resto de la carne (en la mayoría de 
los países) procede normalmente de animales 
que han sido explotados toda su vida como ani­
males de trabajo o para la producción de le­
che. Los métodos seguidos en la cocina para 
abfáhdar la carne dura procedente de anima­
les viejos refleja este hecho en muchas regio­
nes del mundo.
¿CUAL SERA EL FUTURO?
¿Qué reserva el futuro a los animales rumian­
tes? El autor no se considera capacitado para 
predecirel futuro, aunque quizás, sea el mo­
mento de hacer algunos comentarios. Suponien­
te que siga aumentando la población humana,
Figura 1.9. Cabalgando sobre un toro en un rodeo pro­
fesional, una de las diversas formas en que se usa el ga­
nado vacuno en recreo y deportes profesionales. Corte­
sía de la Professional Rodeo Cowboys Association.
CLASIFICACION E IMPORTANCIA DE LOS ANIMALES RUMIANTES 13
Figura 1.10. Astas de alce recogidas en el Refugio Na­
cional de Alces, cerca de Jackson, NY. Las astas se ven­
den en subasta, en su mayoría van a oriente. Cortesía de 
John Wilbrecht, Refugio Nacional de Alces.
es muy probable que muchas especies salvajes 
vean cada vez más limitada la superficie de su 
hábitat adecuado. Esto conducirá inevitable­
mente a una reducción de su número y, proba­
blemente, a la extinción de algunas especies y 
subespecies en peligro de extinción. Otras man­
tendrán muy probablemente un reducido nú­
mero de ejemplares tan sólo en parques y zoos.
Con respecto a los rumiantes domésticos, su 
importancia relativa como fuente de alimentos 
para el hombre dependerá de la existencia de 
un excedente de cereales pienso y de otros ali­
mentos que, actualmente, se utilizan indirecta­
mente como alimentos para el hombre. Si, co­
mo sugieren algunos autores, se producen en 
el futuro más alimentos para el hombre median­
te la transformación de residuos en alimentos 
por medio de microorganismos, pueden redu­
cirse las fuentes de piensos destinados tradicio­
nalmente a los rumiantes. A menos que la in­
geniería genética aplicada a los vegetales per­
mita obtener plantas que puedan ser cultivadas 
y producir alimentos en zonas donde actual­
mente no es posible esto, cabe esperar que ca­
da vez se destinen menos cereales pienso para 
los rumiantes en los países desarrollados y que 
una mayor proporción de los disponibles se des­
tinen a cerdos y aves que son más eficientes en 
la conversión de piensos de alta calidad en ali-
Figura 1.11. Una llama cargada con fardos usada por 
excursionistas en Oregon Central. Cortesía de Llamas & 
More, Bend, Oregon.
mentos para el hombre. Además, en el momento 
actual existe la tendencia de que muchos pro­
fesionales sanitarios recomienden un menor 
consumo de carnes rojas; así, es posible que en 
años futuros descienda tanto la oferta como la 
demanda.
Bajo un punto de vista más optimista, es pro­
bable que los rumiantes sean un factor impor­
tante en la ganadería durante muchos años de­
bido a las grandes extensiones de tierra no ara­
ble que existen en el globo. La investigación fu­
tura aportará avances en la genética, fisiología, 
nutrición, manejo y control de las enfermeda­
des que permitirán aumentar los niveles de pro­
ducción o que ésta sea más eficiente. La inves­
tigación continuada y la mejor aplicación de 
sus descubrimientos ofrece muchas posibilida­
des para mejoras futuras a través de un mejor 
conocimiento de estos animales. No pretende­
remos convertir nuestros rumiantes domésticos 
en «pollos» de gran tamaño, aunque ya se ha 
logrado un notable avance en la mejora del ma­
ravilloso y complejo sistema simbióticos entre 
microbios y biología animal.
14 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
Publicaciones citadas
1. Simpson, G.G. 1945. Bull. Amer. Museum of Natural History. 85:1-350.
2. Honacki, J.H., K.E. Kinman and J.W. Koeppl (eds.). 1982. Mammal Species of the World. Allen Press, Inc. and 
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3. Walker, E.P. et al (ed.). 1975. Mammals of the World, Vol. II, 3rd Ed. The Johns Hopkins Univ. Press, Balti­
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4. Mochi, U. and T.D. Carter. 1971. Hoofed Mammals of the World. 2nd Ed. Chas. Scribner’s Sons, New*York, 
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5. Zeuner, F.E. 1974. In: Animal Agriculture. Cole, H.H. and M. Ronning (eds.). W.H. Freeman and Co., San 
Francisco.
6. Anónimo. 1984. Livestock and Poultry Situation. Foreign Agr. Circ., Foreign Agr. Serv., USDA, Washington, 
DC.
2
ANATOMIA DEL CONDUCTO 
GASTRO-INTESTINAL
por R. R. Hofmann
INTRODUCCION
Es costumbre suponer, incluso entre los ve­
terinarios, que la peculiaridad del aparato di­
gestivo de los rumiantes es resultado de su es­
tómago con cuatro cavidades, considerando que 
las restantes porciones del conducto gastro­
intestinal son similares a las de otros mamífe­
ros o, al menos, a las de otros herbívoros.
Este punto de vista no puede ser mantenido, 
según veremos; porque literalmente todas las 
porciones del conducto muestran cierto grado 
de especialización y adaptación típica en los ru­
miantes. Incluso aún más, presentan variacio­
nes anatómicas que son resultado de tenden­
cias evolutivas en apoyo de una selectividad ali­
menticia específica. Esto nos permite clasificar­
los como uno de los varios tipos de alimenta­
ción morfofisiológica (Fig. 2.1). Las especies 
que evolucionaron precozmente para adaptar­
se al consumo de vegetales antes de que las gra­
míneas se desarrollasen y extendiesen por la tie­
rra son llamadas selectores de concentrados (el 
término «ramoneador» es demasiado limitado 
y conduce a errores). Los animales que perte­
necen a este grupo seleccionan vegetales o partes 
de los mismos ricos en contenidos celulares ve­
getales fácilmente digestibles y muy nutritivos 
como almidón, proteínas vegetales, grasa y acei­
te (es decir, concentrados). Estos tipos de ani­
males tienen una capacidad muy limitada pa­
ra digerir las membranas celulares (es decir, ce­
lulosa, fibra). Ejemplos típicos en Europa y 
Asia son los corzos y en América del Norte sus 
parientes, el ciervo de Virginia o ciervo de cola 
blanca y el ciervo mulo o ciervo de cola negra; 
en América del Sur, los géneros mazama y pu- 
du; y en Africa, duikers, dikdiks, kudus y 
jirafas.
Los rumiantes que evolucionaron más tarde 
dependen para su alimentación de las gramí­
neas y de otros materiales vegetales fibrosos 
aunque siguen siendo capaces de aprovechar 
más o menos el contenido de las células vege­
tales que fermenta con rapidez. A este grupo 
avanzado de alimentación («consumidores de 
gramíneas y forrajes») pertenece el ganado va­
cuno, las ovejas domésticas y salvajes y muchas 
especies de antílopes de las sabanas africanas 
así como el bisonte americano y europeo. Existe 
un tercer grupo heterogéneo que es llamado «ti­
po intermedio o mixto», ya que se adapta a uno 
u otro extremo. Algunos de estos animales son 
sumamente variables y flexibles en el curso de 
un año o período de vegetación, como el cari- 
bú ártico o la gamuza alpina. Los representan­
tes mejor conocidos de este tipo de animales 
consumidores oportunistas y adaptables esta­
cionariamente son el ciervo europeo y asiático 
y su fenotipo de mayor tamaño, el alce de Amé­
rica del Norte (uapiti). Entre las especies do­
mesticadas desde hace más tiempo, solamente
15
16 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
TIPOS DE ALIMENTACION DE IOS RUMIANTES (HOFMANN)
Figura 2.1. Situación de las especies de rumiantes europeos y norteamericanos en el sistema evolutivo del tipo de alimen­
tación morfofisiológico. Cuando más se aproxima una especie a la derecha de la figura, mayor es su capacidad para digerir 
fibra en el rumen. La selección del contenido de las células vegetales supone un menor intervalo entre dos tomas ya que 
el rumen sencillo de las especies SC dispone de menos estructuras para diferir el avance de los alimentos que el de especies GF.
la cabra pertenece al tipo intermedio, con una 
mayor prefencia por el contenido celular y una 
capacidad importante aunque limitada para 
digerir la celulosa. En el texto haremos referen­
cia frecuentemente a estos tres tipos de alimen­
tación, por lo que se emplearán abreviaturas: 
SC, selectores de concentrados, IM para con­
sumidores intermedios o mixtos y GR para con­
sumidores de gramíneas o forrajes.
La terminología anatómica usada en este ca­
pítulo sigue la Nomina anatómica veterinaria. 
La división del aparato digestivo mantiene la 
lógica derivada del desarrollo y función: a) por­
ción cefálicacon las glándulas anejas, b) por­
ción de intestino anterior (esófago y estóma­
go), c) porción de intestino medio (intestino del­
gado y glándulas anejas) y d) porción de intes­
tino posterior (intestino grueso y ano).
CABEZA Y GLANDULAS ANEJAS
Organos prensiles
La porción inicial del aparato digestivo mues­
tra una diversificación notable en los rumian­
tes. Esto resulta especialmente cierto para sus 
órganos prensiles consistentes en labios, lengua, 
dientes incisivos inferiores y lámina dental de­
lante del paladar duro que reflejan una carac­
terística importante de la nutrición de los ru­
miantes. En el caso del buey, un GF no selecti­
vo evolucionado tardíamente, esta parte del apa­
rato digestivo con su rigidez cornificada difie­
re mucho de la que presenta la cabra (consu­
midor mixto altamente selectivo), la oveja (pas­
toreo selectivo) o de la correspondiente a los 
animales SC como el ciervo y el corzo, así co-
ANATOMIA DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 17
COMEDORES de GRAMINEAS
Figura 2.2. Topografía y tamaño de las glándulas salivales de nueve especies representativas de los tres tipos de alimentación.
parótida mandibular superpuesta gH bucal
mo las jirafas con su forma casi artística de rea­
lizar la prensión de los alimentos. Esta acción 
va seguida por la separación y transporte de la 
materia vegetal en dirección caudal, que se ra- 
liza mediante la contracción de los músculos 
labiales y linguales junto con el sistema de con­
trapresión de la lengua contra el paladar duro, 
y por la existencia de grandes papilas bucales 
de distinta longitud y densidad. También la 
masticación y la insalivación son procesos di­
ferentes en los rumiantes en comparación con 
otros herbívoros. Incluso existen especializacio- 
nes según el tipo de alimentación de los rumian­
tes. El proceso de la rumia difiere notablemente 
entre SC y GF ya que los primeros ingieren ali­
mentos y rumian con mucha mayor frecuencia. 
Existen notables diferencias en el desarrollo de 
las glándulas salivales, según se demostrará (Fig. 
2.2). De manera similar, se ha demostrado que 
la estructura de los molares, la construcción tipo 
palanca de la mandíbula así como el tamaño, 
disposición e inserción de los músculos que in­
tervienen en la masticación son típicos y espe­
cializados para cada uno de los tres grupos prin­
cipales según su alimentación.
Cavidad oral
La cavidad oral aparece recubierta por una 
mucosa cutánea gruesa y frecuentemente cor- 
nificada que se exterioriza parcialmente sobre 
el labio superior rígido en la placa nasolabial 
característica de los bovinos donde sirve de base 
a grandes glándulas serosas. La boca está limi­
tada anteriormente por labios más o menos mó­
viles (labio superior/inferior) que contienen el 
músculo orbicularis oris y, especialmente en es­
pecies selectivas con labios prensiles, varios 
músculos faciales bien desarrollados del gru­
po nasolabial. Las glándulas mucosas labiales 
se hallan distribuidas entre las fibras muscula­
res que ejercen el vaciado de estas glándulas al 
contraerse. Aunque los animales GF disponen 
de labios cortos y abren poco la boca, las es­
pecies SC abren mucho la boca (por ejem., los 
frutívoros). Los carrillos constituyen los lími-
18 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
tes laterales de la cavidad oral. Su núcleo mus­
cular deriva del músculo bucinador dispuesto 
verticalmente que contiene más o menos lóbu­
los de glándulas bucales dorsales y medias. La 
glándula ventral recorre el borde inferior de este 
importante músculo que vacía el vestíbulo bu­
cal tras ser molturado el alimento ingerido con 
oclusión lateral.
La glándula bucal ventral compacta de las 
especies SC produce una secreción serosa, mien­
tras que en las GF es una glándula mucosa de 
dimensiones y peso notables. Sus múltiples 
aberturas desembocan en el vestíbulo bucal, que 
está limitado medialmente por los dientes mo­
lares y que recibe también, en todos los rumian­
tes, la saliva de la parótida a través del conducto 
parotídeo con su papila terminal. Las papilas 
bucales y labiales, especialmente densas en la 
región interalveolar entre los incisivos y los pre­
molares, se orientan hacia la faringe; son más 
finas y numerosas en las especies SC. La región 
dorsal o techo de la cavidad oral está consti­
tuido por el paladar duro que, debido a la su­
presión evolutiva de los dientes incisivos supe­
riores, se inicia anteriormente en la lámina den­
tal. Esta lámina o rodete aparece intensamente 
cornificada y junto con los incisivos inferiores 
y la punta de la lengua sirve para sujetar las 
plantas que sirven para la alimentación de es­
tos animales.
La lámina rígida está demarcada centro- 
caudalmente por la papila incisiva. Su estría 
circular recibe los conductos incisivos, finas co­
nexiones tanto con la cavidad nasal como con 
el órgano de Jacobson (una feromona sexual 
que detecta el órgano tubular del olfato). El re­
lieve superficial del paladar duro, intensamen­
te cornificado y con frecuencia pigmentado, es 
casi específico para cada especie, aunque mues­
tra en realidad una pauta característica en los 
rumiantes que pertenecen al mismo tipo de ali­
mentación (Fig. 2.3). El número de estrías pa­
latinas disminuye en los rumiantes con alimen­
tación selectiva hacia el contenido de las célu­
las vegetales, aunque estas especies consumido­
ras de tallos tiernos, frutos y hojas disponen 
de papilas mayores y mucho más numerosas en 
el borde caudal de dichas estrías. Alces o jira­
fas tienen un paladar fimbriado, el buey deli­
cadamente dentado y la oveja casi rugoso sua­
ve. En estos últimos animales las estrías dismi­
nuyen y finalmente desaparecen caudalmente, 
es decir la región molar del paladar duro es li­
sa con diminutas aberturas de numerosas glán­
dulas palatinas mucosas o folículos linfáticos 
y no aparece claramente delimitado del pala­
dar blando. La totalidad de la mucosa del pa­
ladar duro descansa sobre una capa elástica de 
plexos venosos. Esta disposición favorece el re­
flujo rápido hacia las venas maxilares y yugu­
lares durante la masticación y la rumia. El dorso 
de la lengua ejerce entonces la presión principal.
Lengua
La lengua (Fig. 2.4) ocupa la mayor parte de 
la cavidad oral propiamente dicha entre el ar-
Figura 2.3. Cara ventral (inferior) del paladar duro de rumiantes in situ, con la mucosa bucal desplazada. A = alce (SC), 
B = ciervo (IM). C = gamo (IM), D = muflón (GF); c = papilas del carrillo; p = almohadilla dental con papila incisiva 
central.
ANATOMIA DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 19
Figura 2.4. Cara dorsal de la lengua de los rumiantes. A = kudú mayor (SC), macho solamente; B = muntiaco (SC), 
macho solamente; C = ciervo (IM); impala (IM); mantenida in situ con impresiones de los bordes palatinos; E = buey 
(GF), macho solamente; F = ciervo del padre David (GF), macho solamente. 1 = fosa de la lengua; 2 = papilas filiformes; 
3 = papilas cónicas; 4 = papilas lenticulares; 6 = papilas circunvaladas.
co mandibular de los dientes. Los consumido­
res de forraje no selectivos como el buey y el 
búfalo de agua tienen una lengua carnosa a mo­
do de émbolo; los selectores de hojas como la 
jirafa y el alce tienen una lengua más fina y 
puntiaguda. En otras especies selectivas resul­
ta intermedia. La relación entre la parte protu­
berante de la lengua (la porción posterior ele­
vada) y el apéndice libre (controlado por el am­
plio frenillo lingual) es distinta entre animales 
GF y SC, aunque todavía resulta más típica la 
distribución y el tamaño de las papilas mecá­
nicas y gustativas entre estos grupos de anima­
les que difieren en sus hábitos alimenticios. La 
mucosa de la lengua es fina y suave en su cara 
inferior y consistente, gruesa y cornificada en 
la superior, aunque algo menos en las superfi­
cies laterales. El epitelio escamoso estratifica­
do forma papilas filiformes finas y apiñadas. 
Sobre la porción protuberante de las especies 
consumidoras de gramíneas encontramos pa­
pilas lenticularesgruesas en forma de conos ro­
mos o aplanada, algunas de las cuales crecen 
en longitud de forma irregular, por ejemplo, en 
la cabra o impala (IM). Las papilas fungifor­
mes y circunvaladas, que se caracterizan histo- 
lógicamaente por la presencia de botones gus­
tativos con receptores para apreciar el sabor 
(nervios craneales VII y IX) y de glándulas se­
rosas, son como norma menos numerosas en 
las especies SC que en las GF. Las papilas fun­
giformes se distribuyen sobre casi toda la len-
20 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
Figura 2.5. Cara dorsal del suelo sublingual de la man­
díbula inferior con los incisivos 11-14 del muflón (A), ga­
mo (B) y ciervo (C) (19); c = carúncula sublingual con 
desagües de las glándulas salivales mandibular y sublin­
gual (ocultas); f = pliegue caruncular; m = orificio del 
mentón; t = frenillo.
gua. Las papilas circunvaladas se limitan a la 
región caudolateral que es intermedia entre la 
porción protuberante y la raíz de la lengua aun­
que craneal a la tonsila lingual. Normalmente 
existen más botones gustativos por papila cir­
cunvalada en animales GF que en los SC (20), 
aspecto que pone de manifiesto la selección pri­
maria de alimentos por medio del olfato en es­
pecies SC y por intermedio del sabor en las GF. 
En el buey existen 8-17 papilas circunvaladas 
a cada lado, 18-24 en la oveja, y 12-18 en la 
cabra.
El suelo sublingual de la cavidad oral, entre 
los dientes incisivos y el frenillo, aparece tapi­
zado por un epitelio liso aunque cornificado. 
La carúncula sublingual con las aberturas de 
los conductos de las glándulas mandibular y su­
blingual mayor, una fuente casi constante de 
saliva mixta, tiene una forma típica en cada es­
pecie de rumiante (Fig. 2.5). Destaca menos en 
especies GF.
Glándulas salivales
Las glándulas salivales son muy variables se­
gún sea el tipo de alimentación (Figs. 2.2 y 8.1, 
Capítulo 6). Las especies SC tienen hasta el 
0,3 °7o de su peso corporal en forma de tejido 
productor de saliva procedente de la parótida, 
mientras que en las GF representa solamente 
una cuarta o quinta parte de dicho peso, por 
ejemplo en la oveja 0,05 %. Su importancia fi­
siológica como líquido de transporte (menor) 
y tampón de la fermentación (principal) pue­
de añadirse a las funciones de enjuagado de nu­
trientes que son liberados y se convierten en so­
lubles en la cavidad oral durante la masticación 
asociada con la ingestión y la rumia de los ali­
mentos. De forma especial, la saliva serosa de 
la parótida puede arrastrar ingesta soluble por 
la gotera ventricular hacia el abomaso, evitan­
do así la fermentación en el rumen.
La glándula parótida aparece en la depresión 
retromaxilar a lo largo del borde caudal del ma- 
setero, bajo la base de la oreja y la articulación 
temporo-maxilar. En las especies SC es ancha 
y gruesa, tiene protuberancias pre- y post­
auriculares y oculta la mayor parte de la glán­
dula maxilar. Su protuberancia cervical rodea 
las venas linguofacial y maxilar mientras que 
su borde dorsocraneal cubre parcial o totalmen­
te el ganglio linfático parotídeo. La glándula 
claramente lobulada forma un conducto paro­
tídeo que emeige de la cara profunda de la glán­
dula en su ángulo ventrocraneal. En la mayo­
ría de las especies de rumiantes sigue a los va­
so sanguíneos faciales curvándose alrededor del 
masetero y finalmente atraviesa el músculo bu­
cal. Vierte en la papila parotídea en el vestíbu­
lo bucal frente a un diente molar (M2 en el to­
ro, Mi en ovejas y cabras). La parótida se en­
cuentra cubierta por una ancha cinta muscu­
lar cubierta (que se ensancha ventralmente en 
animales SC), consistente en el músculo depre­
sor de la oreja. La glándula maxilar, una glán­
dula mixta/seromucosa, solamente es mayor 
que la parótida en especies GF no selectivas. 
Resulta proporcionalmente menor en especies 
SC y en muchas IM, en las que la mayor parte 
de dicha glándula aparece recubierta por la pa­
rótida. Se extiende desde las alas del atlas has­
ta el borde rostral del masetero, donde contac­
ta con su compañera del otro lado y con el gan­
glio linfático maxilar. Su situación topográfi­
ca es más complicada que la de la parótida. Se 
relaciona medialmente con la arteria carótida 
común y sus ramificaciones, con los nervios cra­
neales (V, X) y simpático, mientras que la to­
can lateralmente las venas yugular externa y ma­
xilar, el nervio facial y la arteria linguofacial. 
El conducto de la glándula maxilar arranca de 
la misma en posición rostral, cruza el músculo 
digástrico y recorre la superficie interna del 
milohiodeo.
ANATOMIA DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 21
Todos los rumiantes tienen una glándula su­
blingual seromucosa que es proporcionalmen­
te menor en animales GF que en los SC. Su por­
ción ventro-rostral, la glándula sublingual mo- 
nostomática, se extiende desde la porción inci­
siva de la mandíbula más o menos caudal. Su 
conducto se une al de la glándula maxilar para 
terminar en la carúncula sublingual. La porción 
dorso-caudal consiste en una banda estrecha de 
lóbulos glandulares cada uno de los cuales de­
semboca mediante un pequeño conducto, que 
desembocan en su totalidad cerca de una fila 
de papilas sobre el suelo en forma de surco del 
hueco sublingual lateral.
Faringe y laringe
La faringe (Fig. 2.6) es la reducida prolon­
gación caudal de la cavidad oral que conduce 
al vestíbulo del esófago. Su istmo inicial u oro- 
faringe está limitado dorsalmente por el pala­
dar blando (velo palatino) y ventralmente por 
la raíz de la lengua. El velo glandular, relativa­
mente largo y grueso, se eleva durante el inicio 
de la deglución y regurgitación ayudando en la 
formación de un bolo para la masticación o de­
glución (rumia, remasticación). Según Doug­
herty y col. (1) la mayor parte de los gases eruc­
tados procedentes de la fermentación en el ru­
men son forzados a penetrar en la laringe, trá­
quea y pulmones tras el cierre de la boca y la 
abertura intrafaríngea. Esta abertura variable, 
formada por el borde caudal libre en forma de 
arco del paladar blando y los arcos palatofa- 
ríngeos, es decir, los pliegues mucosos a lo lar­
go de la pared lateral y caudal de la faringe, co­
necta la cavidad nasal con la entrada de la la­
ringe durante la respiración normal. Se contrae 
y casi se cierra mediante la elevación del pala­
dar blando (músculos cerrador y elevador, pro­
cedentes de la porción petrosa del hueso tem­
poral) y la contracción de los constrictores fa-
Figura 2.6. Sección longitudinal a lo largo de cabeza, cavidad oral y faringe de un ciervo. A y flechas = paso del aire 
(cavidad nasal, faringe respiratoria = RP; entrada de la laringe); B = tronco encefálico; DP = faringe digestiva; HP 
= paladar duro; L = protuberancia laríngea (cartílago tiroides); M = médula espinal; O = abertura faríngea del conduc­
to auditivo; S y flechas = conducto nasal del olfato y región olfatoria de la cavidad nasal (etmoides); SP = paladar blanda
22
I
EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
ríngeos, músculos esqueléticos planos de con­
tracción refleja durante la deglución. La oro- 
faringe va seguida caudalmente por la laringo- 
faringe. La porción epiglótica y aritenoidea de 
la laringe se proyecta desde abajo hacia este 
hueco y a través de la abertura intrafaríngea. 
Los líquidos pasan por cada lado de la laringe 
hacia el interior de las ranuras piriformes co­
laterales que conducen finalmente a la unión 
faringoesofágica y al esófago. El material sóli­
do sobrepasa con seguridad la entrada de la la­
ringe mediante una acción complicada de la len­
gua y de los músculos y articulaciones hioideas 
que se acortan e inclinan la faringe cuando el 
animal efectúa la deglución. En este momen­
to, el cartílago elástico de la epíglotis vuelve pa­
sivamente a cubrir la entrada de la laríngea. Las 
amígdalas, que rodean la zona mucosa de la fa­
ringe digestiva y nasal, carecen de relación fi­
siológica inmediata con los procesos digestivos.
Dientes y músculos queintervienen 
en la masticación
El aparato masticador de los rumiantes, cons­
tituido por las mandíbulas, dientes y múscu­
los de lá masticación ayudados por lengua, la­
bios y carrillos, muestra un alto grado de de­
sarrollo específico. Según demostró Stockmann 
(15), la forma de la mandíbula aparece adap­
tada a las preferencias alimenticias. Con inde­
pendencia del tamaño corporal, las especies GF 
disponen de mayores superficies para la inser­
ción de los músculos de la masticación, y Ki- 
plel (10) ha demostrado que las especies IM, con 
preferencia por el consumo de gramíneas, dis­
ponen de músculos para la masticación mayo­
res que las especies SC. Además, los animales 
SC experimentan una fusión ósea precoz de su 
sínfisis maxilar que se mantiene flexible (sin- 
desmosis) en los animales GF. Tanto los dien­
tes incisivos como los molares de los animales 
SC tienen una estructura más delicada que los 
de especies GF, aunque se encuentran firme­
mente implantados en sus alvéolos. La fórmu­
la de la dentición permanente de los rumiantes 
es 2 (I 0/4 C0/0 P 3/3 M 3/3); es decir, 32 
dientes.
La totalidad de las especies de rumiantes ca­
recen de incisivos en la mandíbula superior. Los 
caninos solamente se descubre en varias espe­
cies de cérvidos (Fig. 2.7). La función antago­
nista de los incisivos inferiores se realiza por 
la lámina dental constituida por tejido conjun­
tivo fibroso recubierto por epitelio intensamente 
cornificado. Los caninos de la mandíbula in­
ferior se han trasladado para incorporarse a la 
fila de incisivos inferiores. Comparativamente, 
la fórmula de la dentición del alce (Uapiti, Cer- 
vusejaphus) sería 2 (10/3 C 1/1 P 3/3 M 3/3). 
Los incisivos de las especies GF poseen una co­
rona ancha, en forma de pala y asimétrica; los 
de especies SC tienen una corona más estrecha 
y en forma de cincel. Su cara lingual es cónca­
va y puede actuar junto con la lengua durante 
la prensión de alimentos (traccionando o arran­
cando). El estrecho cuello de los dientes incisi­
vos se distingue perfectamente de la corona. El 
cuello se continua con la raíz que es recubierta 
anualmente por capas de cemento, que pueden 
observarse mediante técnicas histológicas para 
establecer con exactitud la edad de los rumian­
tes en libertad.
Aunque los incisivos son de tipo haplodon- 
to, los premolares y molares de los rumiantes 
son columnas altas (hipsodontos) con los tres 
componentes del diente alternándose sobre la 
cara superior de la corona, formando así aris­
tas altas y cortantes de esmalte con depresio­
nes en forma de media luna (selenodontos) en 
medio. Estos dientes crecen inicialmente en lon­
gitud, después forman raíces cortas y posterior­
mente, en el curso de un desgaste progresivo, 
van saliendo de sus alvéolos. Mi (el cuarto mo­
lar) ejerce una presión máxima y es el primero 
en desgastarse. El desgaste progresivo y la pér­
dida final de los dientes son factores importan­
tes que limitan la vida de los rumiantes. Exis­
ten variaciones individuales notables en el des­
gaste de los dientes en el seno de una especie, 
dependientes algunas de las mismas de los há­
bitos alimenticios (por ejem., ingestión de are­
na) otras de la composición de los alimentos 
y algunas de la dureza de los componentes de 
los dientes. Se ha descubierto una considera­
ble variación en la dureza del esmalte y, por con­
siguiente, en su resistencia al desgaste. Los pre­
molares aumentan en longitud rostrocaudal- 
mente, aunque todos son dientes de componen­
te único. Los molares constan de dos compo­
nentes robustos cada uno, y M3 tiene un tercer 
componente adicional. Los premolares no for­
man infundíbulos verdaderos, sino aristas cor­
tantes. Los dientes molares presentan un infun­
díbulo por componente. Esta alternancia repe­
tida de sustancias dentales blandas y duras (el 
esmalte es más duro y más resistente al desgas­
te) proporciona a los rumiantes unas herramien-
ANATOMIA DEL CONJMJCTO GASTRO-INTESTINAL 23
Figura 2.7. Cráneo de una hembra de ciervo común (Cervus elaphus) con los alvéolos de los dientes molares parcialmen­
te abiertos; las superficies de inserción lateral de los músculos de la masticación marcadas según Kiplel (10); A = porciones 
del masetero superficial; B, C, D = porciones del masetero profundo; E, F = porciones del zigomandibular; G = músculo 
temporal; H = músculo digástrico; I = incisivos, P = premolares, M = molares.
tas sumamente eficaces para aplastar y moltu­
rar las estructuras vegetales durante la masti­
cación inicial y la rumia.
Los dientes premolares y molares de las man­
díbulas superior o inferior, constituyendo en 
ambas una fila sólida, se . adaptan unos con 
otros perfectamente. Con la excepción de los 
terceros molares, cada premolar y molar supe­
rior mantienen un contacto interdigitado con 
dos dientes de la mandíbula inferior. Ninguna 
mandíbula inferior de un animal individual 
puede adaptarse a la mandíbula superior de 
otro individuo. Esto se debe principalmente a 
que el diente individual desgasta gradualmen­
te los surcos para la molturación durante la os­
cilación lateral de la mandíbula. Cualquier 
mandíbula de rumiante con sus dos filas de 
dientes premolares y molares es más estrecha 
que las filas de dientes maxilares superiores, es 
decir, la separación entre estos últimos es ma­
yor. Al cerrar las mandíbulas de forma centra­
da se produce poco contacto entre los premo­
lares y molares superiores e inferiores. El cie­
rre lateral solamente se logra en un lado durante 
las contracciones de los músculos masetero y 
pterigoides para molturar alimentos, facilitada 
por las articulaciones incompatibles temporo- 
maxilares. Así, según una terminología menos 
técnica, los rumiantes solamente pueden mas­
ticar con sus dientes molares de un lado de la 
boca en un determinado momento.
La eficacia de la masticación es una condi­
ción previa vital para la digestión de los rumian­
tes porque reduce el material vegetal a partícu­
las de pequeño tamaño que permiten el ataque 
de los carbohidratos estructurales por los mi- 
crorganismos del rumen e intestino. Como los 
rumiantes difieren tanto en sus estrategias di­
gestivas como en su adaptación morfo fisioló­
gica a los forrajes, utilizan su aparato mastica- 
dor de distintas formas. Las especies GF como 
vacuno y bisonte, que pastan durante largos pe­
ríodos de tiempo, mastican inicialmente de for­
ma breve, aunque disponen de amplios perío­
dos de rumia para reducir el tamaño de las par­
tículas de los alimentos de forma que se facili-
24 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
te la fermentación microbiana. Las especies SC 
realizan una masticación inicial intensa a la ma­
teria vegetal (dicotiledóneas) (aplastado con 
punción) que libera buena parte del contenido 
celular. Realizan cortos períodos intermedios 
de rumia que alternan con cortos períodos de 
consumo de alimento, varias veces al día.
Los rumiantes jóvenes disponen de una den­
tición caduca que en buena parte emerge antes 
del nacimiento, más en especies SC que en la 
GF. Las primeras suelen inciar el consumo de 
materias herbáceas en su primera semana de vi­
da. La fórmula de la dentición caduca de los 
rumiantes es 2 (Di 0/4 De 0/0 Dp 3/3) = 20. 
Tras la reposición gradual, la dentición perma­
nente de un vacuno queda establecida en unos 
34 meses; en los rumiantes de vida más corta 
tiene lugar mucho antes (por ejem., corzo 14 
meses, cabra, 17-20 meses).
ESOFAGO Y ESTOMAGO
El término intestino anterior deriva de la em­
briología e incluye esófago y estómago. La con­
siderable importancia del estómago cuadrilo- 
cular (cuatro compartimentos) para la fisiolo­
gía digestiva y nutrición de los rumiantes im­
pone una descripción detallada de la anatomía 
funcional de cada uno de los compartimentos 
y de sus interrelaciones morfofisiológicas.
Esófago
El esófago es el tubo que conecta la faringe 
con el retículo-rumen y sirve de intermediario 
entre zonas de distinta presión. En los rumiantes 
se utiliza normalmenteen ambas direcciones y 
está sometido, en cierta medida, al control vo­
luntario del animal. Consta de dos tubos mem­
branosos concéntricos, la mucosa interna y la 
túnica muscular externa. La mucosa es cutá­
nea y no glandular, es decir, recubierta por un 
epitelio escamoso estratificado. Este conducto 
mucoso yace sobre una capa submucosa suel­
ta que permite una distensión considerable o 
la formación dé pliegues longitudinales. La tú­
nica muscular con sus conexiones similares a 
esfínteres a los músculos faríngeos caudales es 
de tipo esquelético (estriado) en toda su longi­
tud e incluso sobrepasado el cardias.
El esófago tiene dos partes. La parte cervi­
cal va desde el cartílago cricoides hasta la en­
trada torácica craneal. Se fija a las estructuras 
vecinas mediante una adventicia elástica y si­
gue la curva del cuello. Inicialmente mantiene 
una posición dorsal con respecto a la tráquea, 
aunque corre principalmente a la izquierda de 
la misma a lo largo del cuello. Lina vez sopre- 
* pasada la abertura torácica, donde es mínimo 
su diámetro, recobra de nuevo la posición dor­
sal con respecto a la tráquea. En todo su reco­
rrido por la cavidad torácica, el esófago man­
tiene su posición entre los sacos pleurales del 
pulmón, es decir, en el mediastino. En posición 
caudal a la bifurcación de la tráquea, el esófa­
go que se va ensanchando progresivamente se 
relaciona dorsalmente con el ganglio linfático 
mediastínico caudal que recubre el tronco dorsal 
del vago. Cuando el animal enferma, este am­
plio ganglio linfático pueden aumentar de ta­
maño y, posteriormente, influir nocivamente so­
bre el vago y la zona gastro-intestinal que iner­
va, o puede impedir el paso a través del esófa­
go. Finalmente, el esófago desemboca en el es­
tómago en la unión del rumen con el retículo. 
Topográficamente, el esófago termina en el hia­
to esofágico del diafragma que, en la mayoría 
de los rumiantes, se localiza en el 8.° espacio 
intercostal.
Las curvaturas del esófago tienen forma de 
S mientras el animal mantiene una postura er­
guida normal aunque casi desaparecen mien­
tras el animal pasta con la cabeza baja. Los pro­
cesos fisiológicamente importantes del eructo 
y de la rumia dependen de contracciones y re­
lajaciones alternativas de los llamados esfínte­
res esofágicos craneal y caudal. El primero es 
accionado por los músculos constrictores farín­
geos caudales, y el segundo por la musculatu­
ra esofágica circular junto con el asa muscular 
del cardias en la entrada del estómago. La for­
ma de embudo invertido de la porción final del 
esófago y su ubicación en una zona con pre­
siones menores o negativas (entre los sacos pleu­
rales) facilita el transporte en dirección craneal 
tanto de gases como de bolos alimenticios con 
ayuda de los movimientos antiperistálticos de 
la musculatura del esófago.
Estómago
El estómago con cuatro compartimentos de 
los rumiantes muestra el máximo desarrollo 
evolutivo de todos los mamíferos (Fig. 2.8). Sus 
cuatro compartimentos —retículo, rumen, oma­
so y abomaso— derivan del equivalente embrio­
nario de un estómago simple. De ahí, que el esó-
ANATOMIA DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 25
Figura 2.8. Topografía abdominal (lado izquierdo) de un GF, el búfalo africano; interrumpida la línea media del diafrag­
ma. El rumen se prolonga hasta la entrada de la pelvis; e = esófago; k = riñón izquierdo; se = saco ciego dorsocaudal. 
Según Hofmann (3).
fago y su epitelio típico terminen en el cardias. 
Sin embargo, en esta localización no existen 
glándulas cardiacas ya que los tres primeros 
compartimentos gástricos (en secuencia funcio­
nal: retículo, rumen, omaso) están recubiertos 
por una mucosa no glandular. Tan sólo el cuar­
to compartimento, el abomaso, aparece recu­
bierto con mucosa glandular.
Los compartimentos del preestómago (retí­
culo, rumen, omaso) actúan como almacén y 
retrasan el avance del alimento ingerido. Cons­
tituyen las zonas en que tiene lugar la fermen­
tación microbiana anaerobia de las materias ve­
getales así como la absorción, principalmente, 
de los productos de la fermentación. Estas fun­
ciones son posibles por su considerable capa­
cidad y una amplia superficie mucosa diferen­
ciada, y son apoyadas por estructuras relacio­
nadas con funciones más mecánicas. Todas ellas 
determinan unas características anatómicas tí­
picas de cada compartimento con variaciones 
para adaptarse a los distintos hábitos y estra­
tegias de alimentación. El compartimento glan­
dular, por el contrario, es similar y funciona 
de una forma que puede ser comparada a la de 
los estómagos sencillos, aunque dispone de es­
tructuras específicas que, al igual que las de los 
compartimentos del preestómago, se correlacio­
nan con su función.
Tamaño y capacidad del estómago
En todas las especies de rumiantes, el rumen 
es el más amplio de los cuatro compartimen­
tos (Fig. 2.9), seguido en la mayoría de los ca­
sos por el abomaso. El omaso es el tercero en 
tamaño tan sólo en especies que realizar un pas­
toreo no selectivo (con máxima digestión de la 
fibra), han evolucionado tardíamente y son al­
tamente desarrolladas como sucede en todas las 
especies bovinas verdaderas tales como Bos tau- 
rus, Bos indicus, Bubalus bubalis, Yak, etc. Sin 
embargo, en la mayoría de las especies el oma­
so es el menor de los cuatro compartimentos, 
ya que disponen (a diferencia de los bovinos) 
de un retículo bastante amplio que, en unas po­
cas especies de rumiantes «antiguos», puede ser 
incluso mayor que el abomaso.
El abomaso es el mayor compartimento gás­
trico durante el período de lactación (ver Ca-
26 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
RedD/lM
Oveja/GF
Figura 2.9. Forma y proporciones del estómago de los rumiantes en Cervidae comparado con Bovidae doméstico (con 
independencia del tamaño real). SC = selector de concentrados; IM = intermedio; GF = comedor de gramíneas y forra­
jes. RD = ciervo, CWD = venado acuático chino; WTD = ciervo de cola blanca; MUJ = muntiaco; FD = gamo; Red 
D = ciervo rojo/alce; SiD = ciervo sica; PDD = ciervo del padre David. Cabe destacar los tres sacos ciegos en el muntiaco 
y en los ciervos y el tamaño relativo del omaso (o): menor en MUJ; mayor en vacuno. Según Hofmann (5).
ANATOMIA DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 27
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
pitulo 3). Como para las especies SC la leche 
representa la única fuente de nutrientes duran­
 te un período de tiempo mucho menor que para 
los animales GF, los cambios post-natales de 
capacidad relativa y tamaño proporcional de los 
cuatro compartimentos se producen en distin­ 
tos momentos. En el estómago de los bovinos,
el abomaso todavía mantiene una capacidad 
que es como mínimo la mitad del retículo- 
rumen cuando el ternero tiene 8 semanas de 
edad. En especies SC como el corzo o el ciervo 
de cola blanca, esta proporción se alcanza a las 
dos semanas de edad aproximadamente ya que 
los cervatos inician el consumo de alimentos 
herbáceos mucho antes que los terneros, que 
son animales GF. En rumiantes totalmente de­ 
sarrollados, es variable la relación entre retículo- 
rumen y omaso debido al aumento o reducción 
estacional de la cámara de fermentación y puede 
variar entre 1:7 y 1:15. En bovinos alimentados 
con hierba es 1:9 aproximadamente.
 La capacidad real del estómago de los ru­ 
miantes ha sido supervalorada, en muchos ca­ 
sos, ya que las mediciones se han realizado tras 
una infusión de agua seguida de una distensión 
antinatural. Incluso las razas de ganado vacu­ 
no de gran tamaño pocas veces tienen una ca­ 
pacidad del retículo-rumensuperior a 100 1 y 
las razas de tamaño medio de 60-80 1. El abo­ 
maso de los bovinos, que probablemente nun­ 
ca se llena totalmente, puede contener 5-81 aun­ 
que no 20, como indican algunos libros de tex­ 
to. En los rumiantes domésticos pequeños, las 
ovejas (GF) suelen disponer de una capacidad 
del retículo-rumen inferior a la de las cabras
(IM), aunque pastando en libertad estas últi­ 
mas pueden aumentar o reducir notablemente 
esta capacidad. De ahí, que sea real una capa­ 
cidad del retículo-rumen que oscile de 9 a 18 
1, mientras que la capacidad de su abomaso ra­ 
ras veces es superior a 21. Aunque las especies 
consumidoras de gramíneas pueden utilizar esta 
capacidad de llenado cuando el forraje es de 
mala calidad y fibroso, no utilizan más del 
60-70 % de su capacidad cuando el forraje es 
fácilmente digestible y rico en contenido celu­ 
lar. Esta es la norma en los animales selectores
de concentrados.
Relaciones topográficas en el abdomen
 Al igual que sucede con la capacidad relati­ 
va, la posición de los cuatro compartimentos 
del estómago en el abdomen es característica 
para los rumiantes que pertenecen al mismo 
grupo de alimentación. En las especies GF, el 
rumen subdividido y voluminoso ocupa nor­
malmente la totalidad de las dos cuartas par­
tes de la izquierda de la cavidad abdominal. Se 
une al dorso y descansa sobre el suelo del ab­
domen, extendiéndose hacia el interior de la en­
trada de la pelvis (Fig. 2.8). Tras períodos lar­
gos de consumo de alimentos o durante las con­
tracciones del saco ruminal dorsal, el saco ru­
minal ventral llega también a la cuarta parte 
ventral derecha de la cavidad. En los animales 
SC, el rumen más simple y relativamente me­
nor con su corto saco ciego dorso-caudal no 
suele llegar hasta la entrada de la pelvis (Fig. 
2.10). Esto permite una dislocación fisiológica 
de las asas del yeyuno y del ciego hacia la cuarta 
parte dorsal izquierda (fosa para-lumbar). El 
retículo ocupa una posición craneal y media, 
moldeando la cúpula del diafragma y descan­
sado sobre el cartílago xifoides cuando se rela­
ja. El retículo se mueve en dirección dorsal ha­
cia el cardias a lo largo del diafragma durante 
sus contracciones bifásicas. Al estar conecta­
do mediante un ligamento muscular del fondo 
del abomaso, este último es empujado a la iz-
Figura 2.10. Topografía abdominal (lado izquierdo) de 
un SC, dik dik de Guenther; el rumen pequeño mantiene 
una posición considerablemente craneal con respecto a 
la entrada de la pelvis, muestra forma en s, con el saco 
ciego ventral (sv) como principal componente; ciego (c) 
y yeyuno también sobre el lado izquierdo; e = esófago; 
k = riñón izquierdo; o = omaso (sobre el lado derecho); 
p = glándula parótida; r = retículo. Según Hofmann (3).
28 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
quierda y dorsalmente durante las contraccio­
nes del retículo. Esta es la razón fisiológica de 
los desplazamientos del abomaso, es decir, en­
tonces el abomaso no retoma a su posición ven­
tral oblicua normal entre el retículo y el rumen. 
El omaso aparece situado siempre a la derecha 
del plano medio (Fig. 2.13B) y se empotra fuer­
temente sobre la superficie visceral del hígado. 
Llega a la pared abdominal ventral por debajo 
del arco costal derecho tan sólo en los bovinos 
que disponen de un omaso amplio y altamente 
desarrollado. Tanto el omaso como el aboma­
so se unen al hígado por un omento menor.
Anatomía macroscópica del estómago
El rumen aparece dividido externamente en 
varias porciones por medio de surcos (Fig. 2.9) 
en los que se descubren vasos sanguíneos, gan­
glios linfáticos y algo de tejido adiposo. A lo 
largo de la superficie parietal y visceral discu­
rre un surco longitudinal izquierdo y otro de­
recho, respectivamente. Estos surcos se unen en­
tre sí como los surcos craneal y caudal para for­
mar un anillo más o menos completo que divi­
de esta gran cámara de fermentación en los sa­
cos ruminales dorsal y ventral. Un surco acce­
sorio diferente se separa del surco longitudinal 
derecho y vuelve a unirse al mismo, proporcio­
nado el límite dorsal de la insula ruminis. Los 
surcos coronarios delimitan los sacos ciegos ru­
minales, ambos situados en posición caudoven- 
tral. En muchas especies de rumiantes el surco 
coronario dorsal es incompleto mientras que* el 
surco coronario ventral forma un anillo com­
pleto. Existe otro surco que delimita el atrium 
ruminis (o saco craneal) que se proyecta en di­
rección craneal. La proyección craneal del sa­
co ruminal ventral (bajo el surco craneal) es lla­
mada fosa ruminal. Las curvaturas dorsal y ven­
tral del rumen se adaptan íntimamente a las ca­
ras dorsal y ventral de la cavidad abdominal, 
mientras que la superficie craneal del retículo 
es reflejo de la cúpula cóncava del diafragma.
El omaso tiene una forma casi esférica u 
ovoide. Tiene una curvatura dorsolateral que 
se dirige hacia el hígado y una base más corta 
y aplanada. Su polo craneal muestra un estre­
chamiento claro cerca del retículo llamado co- 
llum omasi. El polo cuadal presenta un estre­
chamiento circular menos aparente (surco 
omaso-abomásico).
El obomaso tiene forma de perq con la por­
ción inicial ancha (fundus) próxima al omaso. 
Se estrecha gradualmente, llegando a la zona 
pilórica que tiene forma de tubo. El abomaso 
es curvado y es posible distinguir una curvatu­
ra mayor y otra menor que proporcionan su­
perficie de inserción para el omento mayor y 
menor^
La superficie externa de los cuatro compar­
timentos del estómago está cubierta de serosa 
visceral con la excepción de una zona de tama­
ño variable sobre el saco ruminal dorsal. En los 
rumiantes GF, especialmente en las especies bo­
vinas, existe una zona relativamente amplia de 
inserción fibrosa a los músculos sublumbares 
y al diafragma, que en las especies SC se limi­
ta a las superficies de inserción esplénica y pan­
creática próximas a los pilares diafragmáticos. 
De ahí que los rumiantes selectivos, con eleva­
das tasas de fermentación y retículo-rumen re­
lativamente pequeño, puedan mover su saco ru­
minal dorsal carente de inserción de forma más 
eficaz que las especies GF y, en consecuencia, 
es menos probable que padezcan meteorismo.
Los cuatro compartimentos del estómago tie­
nen una pared relativamente delgada constitui­
da de fuera hacia adentro por serosa, túnica 
muscular y mucosa. La túnica muscular cons­
ta siempre de dos capas, aunque la disposición 
de las fibras musculares difiere en los cuatro 
compartimentos. El retículo y el rumen, que de­
rivan embriológicamente de la porción fúngi- 
ca de un principio de estómago simple, contie­
nen también fibras oblicuas internas.
Los músculos del omaso y abomaso constan 
únicamente de una capa longitudinal y otra cir­
cular. La distribución de las tres capas muscu­
lares gástricas aparece en la Figura 2.11. Los pi­
lares del rumen y el pliegue rumino-reticular son 
repliegues (duplicaciones) de la capa de fibras 
oblicuas internas. Los labios de la porción re­
ticular de la gotera ventriculaj (o reticular) y 
su comisura alrededor de la abertura retículo- 
omasal son formaciones del asa cardiaca de las 
fibras musculares oblicuas internas (Fig. 2.12). 
El suelo de la gotera así como la capa externa 
del retículo y el saco ruminal ventral derivan 
de la capa circular.
Superficies internas de los compartimentos 
(superficie de la mucosa)
Debido al tamaño de los cuatro comparti­
mentos de pared delgada, cualquier estudio de 
su relación espacial y del flujo de la ingesta a 
través de los mismos solamente puede ser sig-
ANATOMIA DEL CONDUCTO GASTRO INTESTINAL 29
Figura 2.11. Las capas musculares del estómago de los 
rumiantes, redibujadas según Pernkopf, 1930, y Langer, 
1973. Líneas continuas: fibras oblicuas internas (pilares 
ruminales, labios de la gotera reticular, pilar del omaso); 
líneas discontinuas: fibras longitudinas; líneas onduladas: 
fibras circulares. En un determinado punto, solamente 
existen dos capas muscularesen la pared del estómago. 
1 = cardias; 2 = retículo; 3 = atrio del rumen (saco cra­
neal); 4 = recessus ruminis; 5 = dorsocaudal; 6 = saco 
ciego ventrocaudal; 7 = omaso; 8 = abomaso (fundus).
nificativo si es realizado in situ. La abertura del 
rumen y del retículo pone de manifiesto su uni­
dad morfofisiológica que ha conducido al em­
pleo del término retículo-rumen (Fig. 2.13).
El cardias se abre sobre su unión y el plie­
gue retículo-ruminal es más una conexión de 
desagüe que my pared de separación porque 
la abertura retículo-ruminal proporciona una 
comunicación permanente, en primer lugar en­
tre el atrio del rumen y el fondo del retículo. 
Esta abertura gástrica, al igual que otras, es re­
lativamente más estrecha en especies GF que 
en las SC, es decir, las primeras disponen de 
un mecanismo más eficaz para retrasar el paso 
de alimentos que las segundas. Los surcos ru­
minales sobre la superfice externa se correspon­
den con los pilares ruminales de la superficie 
interna que representan más o menos subdivi­
siones de esta enorme cámara de fermentación. 
Los pilares craneal, longitudinal y caudal for­
man en conjunto un círculo casi completó ’que 
rodea la abertura intra-ruminal (Fig. 2.13B) 
donde se unen los sacos ruminales dorsal y ven­
tral. Los pilares coronarios, especialmente el 
ventral, separan parcialmente el saco ciego cau­
dal del saco ventral, favoreciendo la retención
Figura 2.12. Disposición de las fibras musculares de la 
gotera reticular. 1 = asa muscular cardial de las fibras 
oblicuas internas; 2 = cardias; 3 = fibras transversas de 
la capa muscular circular (suelo de la gotera); 4 = labio 
izquierdo; 5 = labio derecho de la gotera; 6 = abertura 
retículo-omasal; 7 = comisura distal de las fibras obli­
cuas, retirado el pilar omasal (líneas discontinuas; 8 = 
fibras separadas para unión al pliegue retículo-ruminal). 
Según Hofmann (3).
de la ingesta para que sea sometida a la acción 
microbiana.
La superficie libre de la mucosa, con sus no­
tables prolongaciones, es característica en ca­
da uno de los cuatro compartimento gástricos. 
Debido a su importancia fisiológica, se estu­
dia con detalle la mucosa de cada uno de los 
mismos. La zona correspondiente a los tres 
preestómagos se recubre por un epitelio esca­
moso estratificado especializado que no es una 
extensión o continuación del epitelio del esó­
fago. De ahí, que estas porciones se caracteri- 
zen por disponer de una mucosa cutánea no 
glandular que se cornifica intensamente don­
de predominan las funciones mecánica y pro­
tectora. Este epitelio realiza una importante fun- 
cióú de transporte (principalmente de absor­
ción) en relación con las actividades microbia-
30 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
Figura 2.13. Relación espacial y disposición de la estructura interna del estómago de los rumiantes en general; A = sec­
ción longitudinal, vista izquierda; B = sección horizontal (en A: B-B), vista dorsal; C = sección transversa (en A: C-C), 
vista caudal. 1 = cardias; 2 = gotera reticular; 3 = abertura retículo-omasal; 4 = pliegue retículo-ruminal; 5 = abertura 
retículo-ruminal; 6 = principal zona de absorción del atrio; 6a = principal zona de absorción del saco ciego dorsocaudal; 
7 = receso ruminal (saco ventral); 8 = saco ciego ventrocaudal; 9 = pilar craneal; 10 = pilar longitudinal derecho; 11 
= pilar caudal; 12 = pilar coronario ventral; 13 = ínsula ruminis; 14 abertura intra-ruminal (conecta los sacos dorsal 
y ventral); 15 = omaso (en A contorno, en C recesos inter laminares); 16 = gotera del omaso; 17 = abomaso (fundus). 
Modificado según Hormann (3).
ñas para la degradación de fibra y almidón, 
aunque también se relacionan con el metabo­
lismo del N, de los minerales y con el equili­
brio hídrico. Esta mucosa de los preestómagos 
termina brúscamente en la abertura omaso abo- 
masal sobre los velos del abomaso. La mucosa 
glandular del abomaso está cubierta por un epi­
telio columnar simple que es típica del resto del 
conducto gastro-intestinal.
Mucosa del rumen
La superficie de la mucosa del rumen se ca­
racteriza por las papilas ruminales que pueden 
definirse como órganos de la absorción. Su dis­
tribución, tamaño y número se relacionan ín­
timamente con los hábitos alimenticios, dispo­
nibilidad y digestibilidad del forraje. Así, en 
cierta medida, las papilas pueden ser variadas.
ANATOMIA DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 31
La división de los rumiantes en tres tipos 
morfofísiológicos de alimentación se basa prin­
cipalmente en la adaptación evolutiva del apa­
rato digestivo, especialmente del preestómago. 
Sus características típicas son fijadas genética­
mente aunque pueden variar considerablemente 
bajo unas condiciones distintas de alimenta­
ción, determinando adaptaciones importantes 
que generalmente son temporales o estaciona­
les. Los selectores de concentrados (SC) presen­
tan papilas ruminales distribuidas de forma uni­
forme (Fig. 2.14). No existen zonas sin papilas, 
e incluso los pilares se encuentran más o me­
nos cubiertos de papilas. Sin embargo, existen 
diferencias en el número y tamaño de las papi­
las en el rumen. El factor de aumento de su­
perficie con importancia fisiológica puede cal­
cularse en 2 x superficie papilar + superficie 
basal sobre superficie basal. El muestreo repre­
sentativo de la mucosa del rumen en tan sólo 
cuatro regiones definidas del rumen (8) propor­
ciona datos indicativos sobre la situación nu­
tritiva de un rumiante, especialmente si vive li­
bre en los pastos. Los cambios en las papilas 
del rumen y, en consecuencia, del factor de 
aumento de superficie en respuesta a cambios 
nutritivos requieren un período de adaptación 
de dos a tres semanas. Los períodos de repara­
ción son similares. Los cambios estacionales 
adaptativos de la mucosa del rumen son más 
intensos en los rumiantes del grupo de alimen­
tación intermedia (IM) como cabras, ciervos/al- 
ce o impala. Los cambios tienen lugar particu­
larmente sobre la mucosa de la pared dorsal del 
saco ruminal dorsal (Fig. 2.15). Al aumentar las 
proporciones de ácidos butírico y propiónico 
liberadas por las bacterias ruminales se incre­
menta el flujo de sangre en el rumen que esti­
mula la mitosis en las células de la mucosa, de­
terminando brotes vasculares y proliferación de 
células epiteliales. Finalmente, las papilas del 
rumen aumentan en tamaño y número o expe­
rimentan una regresión cuando se provoca una 
destrucción celular por el consumo de forraje
Figura 2.14. Relieve interno del rumen de selec­
tores de concentrados (distribución uniforme de las 
papilas absorbentes). A = duiker de Harvey; B = 
ciervo; a = retículo; b = pliegue retículo-ruminal; 
c = pilar craneal (superficie del corte); d = atrio; 
e = receso del rumen; f = saco ciego dorsocau- 
dal; g = pilar caudal; h = saco ciego caudoven- 
tral; j = bazo; k = costilla; 13. Ambos animales 
en pie, con el estómago in situ. Según Hofmann 
y Schnorr (7).
32 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
Figura 2.15. Cambios estacionales de las papilas del ru­
men inducidos por variaciones en la calidad del forraje 
(antílopes impala libres en las praderas) según se obser­
van en regiones homologas de la pared dorsal del rumen; 
aumento 2,5-2,9. A = época de máxima sequía, mínimo 
FAS (comienzo de Marzo); B = 3 semanas después de 
iniciarse la época de lluvias (mitad Abril); C = 5 sema­
nas después de iniciarse las lluvias (final de Abril; plu- 
viosidad máxima (Mayo), predomina la selección de ho­
jas, máximo FAS). Según Hofmann (3) y Hormann y 
Schnorr (7).
Figura 2.16. Relieve interno del rumen de consumido­
res de gramíneas y forrajes (distribución no uniforme de 
las papilas del rumen, principalmente en un nivel medio). 
A = alcefalino de Coke; B = antílope de los cañavera­
les; C = cabra doméstica; a-h = como en la Figura 2.14; 
i = pilar accesorio; k = mucosa sin papilas, pared dor­
sal, 1 = y pared ventral; m = esófago; n = abomaso; 
o = isleta ruminal. Preparaciones in situ. Según Hofmanny Schnorr (7).
fibroso que determina la formación de una pro­
porción muy elevada de ácido acético aunque 
muy baja de butírico y propiónico, como su­
cede durante el invierno o períodos de sequía.
La pauta seguida por la mucosa del rumen 
en todas las especies GF se caracteriza por una 
distribución desigual de las papilas (Fig. 2.16). 
Refleja la estratificación de la ingesta y las di­
ferencias regionales de la actividad microbia­
na que es mayor en la zona del nivel medio con 
sus múltiples nichos en la vecindad de los pila­
res. Estos últimos, así como la pared ruminal 
dorsal, suelen estar desprovistos de papilas. En 
general, las especies GF disponen de un aumen­
to de la superficie de la mucosa relativamente 
menor, derivado de las papilas ruminales, que 
las especies SC a IM. Las papilas ruminales ab­
sorbentes (Fig. 2.17) tienen una cubierta epite­
lial delgada formando capas, y las células su­
perficiales se transforman en «células globo» 
que se dilatan y revientan. El núcleo de tejido 
conjuntivo de cada papila contiene un sistema 
variable aunque denso de vénulas paralelas y 
capilares en los extremos, todos los cuales re­
ciben sangre de una arteriola central o de dos 
arteriolas marginales o de ambas (Fig. 2.17). Las 
moléculas que atraviesan la barrera represen­
tada por la capa epitelial de una papila median­
te difusión llegan finalmente a las vénulas que 
transportan todo el material absorbido vía ve­
nas ruminales y vena porta hepática hasta el 
hígado.
ANATOMIA DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 33
marginal
mitad de la 
papila
bolsa 
venosa v
■capilar
células globosas
lámina barrera
estrato 
granuloso
Figura 2.17. Microestructura de papila absorbente del 
rumen (atrio, oribi, sección transversa semifina, aumen­
to x 97); pocas capas de células epiteliales con células ba­
rrera más densas, células globosas superficiales con bac­
terias ruminales; amplio sistema vascular (principalmen­
te vénulas con endotelio fenestrado, es decir, de tipo ab­
sorbente). Según Hofmann (3).
I
Figura 2.18. Las papilas ruminales filiformes (seccción 
transversa oval o circular) son indicativas de una caren­
cia de estímulo de flujo de sangre hacia el rumen/c^ren- 
cia de ácidos butírico y propiónico. A = papilas del atrio 
de cabritos de un día de edad (IM); B= papilas de la pa­
red dorsal, ciervo (SC) (invierno); C = papilas del atrio, 
antílope de los cañaverales (GF) (sequía), «papilas de 
hambriento».
34 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
En todos los rumiantes las papilas son más 
numerosas y de mayor tamaño en el atrio del 
rumen (saco craneal), seguido por el suelo del 
saco ciego dorso-caudal. Ambas zonas dispo­
nen del máximo factor de aumento de superfi­
cie, con independiencia del tipo de 
alimentación.
En condiciones nutritivas adversas (Fig. 2.18), 
las papilas del rumen vuelven a tener una for­
ma redondeada, filiforme fina, que aparece en 
el rumen de todos los fetos (fase perinatal). Es­
tas «papilas de hambre» pueden experimentar 
paraqueratosis y agruparse para formar 
agrupaciones.
El pliegue retículo-ruminal (Fig. 2.13A, C), 
una duplicación de la pared gástrica, presenta 
papilas absorbentes sobre su cara ruminal (cau­
dal) mientras que las crestas ruminales las con­
tienen en su cara craneal. En varias especies SC, 
las papilas ruminales prosiguen hasta supera­
do el borde sobre el lado reticular del pliegue. 
En varios animales GF este pliegue, con sus ha­
ces musculares robustos y en forma de iris, se­
meja un pilar; su borde libre carece de papilas 
o simplemente contiene papilas rudimentarias 
y un epitelio fuertemente cornificado.
Mucosa del retículo
La pauta típica de la mucosa del retículo en 
forma de panal de miel ha determinado tanto 
su nombre latino como español, redecilla. La 
mucosa presenta crestas que se entrecruzan para 
separar retículos de celdillas, que son profun­
dos y subdivididos por crestas secundarias y/o 
terciarias, etc., en animales GF, aunque son po­
co profundos y raras veces subdivididos en es­
pecies SC. En este último grupo las crestas ba­
jas y el fondo de las celdillas aparecen tacho­
nados con papilas cornificadas puntiagudas que 
se interdigitan en las contracciones. Las cres­
tas primarias de la mucosa contienen una ca­
pa muscular específica que se origina en la cu­
bierta mucosa del labio izquierdo de la gotera 
reticular. La contracción de esta musculatura 
estrecha la entrada de las celdillas, originando 
la retención temporal de partículas de alimen­
tos groseros. Cuanto mayor sea el número de 
celdillas reticuladas encontradas en el ancho 
fondo situado ventralmente en este comparti­
mento, menor será el número de las mismas ha­
cia el cardias. En este nivel las crestas se trans­
forman en papilas. Por consiguiente, la porción 
dorsal de la mocosa reticular consiste en papi-
Figura 2.19. Relieve de la mucosa del retículo. Contraste 
entre las papilas de las crestas reticulares en A = cebú 
(GF), B = antílope (Raphicerus) (IM). Células profun­
das de varias clases en GR (antílope topi) = C; células 
sin dividir, de poco espesor y puntiagudas en SC (kudú 
menor) = E y partículas alimenticias desde contraídas 
hasta ocultas (ciervo, SC) = F; pared derecha del retícu­
lo de una cabra (IM) in situ = D; a = papilas reticula­
res; b = células pequeñas; c = células grandes, fondo 
del retículo; d = labio izquierdo de la gotera reticular; 
e = abertura retículo-omasal expuesta, nótese las papi­
las en forma de garra; f = gotera. Según Hofmann y 
Schnorr (7).
las que se fusionan a través de la abertura 
retículo-ruminal, con las del atrio del rumen (sa­
co craneal).
Surco ventricular
La pared derecha del retículo es portadora 
de la porción reticular del surco ventricular (Sul­
cus ventriculi, pars reticularis; Fig. 2.20). Co­
necta el cardias con la abertura retículo-omasal, 
siendo la porción más importante de una deri­
vación o atajo que permite a los líquidos evi­
tar la entrada en el retículo-rumen. Su conti­
nuación muy corta (surco omasal) se basa en 
el canal omasal a lo largo de la base del omaso
ANATOMIA DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 35
que conduce, a través de la abertura omaso- 
abomasal, hacia la curvatura menor del 
abomaso.
El surco reticular consta de dos labios más 
o menos salientes que son ligeramente retorci­
dos, reflejando el curso seguido por el lazo mus­
cular cardiaco, es decir, rodean tanto el cardias 
como el orificio retículo-omasal cuyo tamaño 
pueden regular (Fig. 2.12). El cierre de los la­
bios, que no se limita al período en que los ter­
neros beben leche, se realiza mediante la con­
tracción de las fibras circulares situadas más ex­
ternamente que aproximan más los labios. Es­
ta acción origina la formación de un tubo con 
una luz en forma de hendidura (Fig. 2.13B), 
siendo desencadenda por un reflejo en el que 
intervienen los esfínteres esofágicos craneal y 
caudal en acciones alternadas. El término «sur­
co esofágico» basado en un concepto morfofi- 
siológico anticuado debería ser abolido. Pue­
de suponerse que todos los rumiantes adultos 
son capaces de activar su surco ventricular. Las 
distintas adaptaciones morfofisiológicas de la
Figura 2.20. Relieve de la mucosa del omaso (A, 
B y C in situ). A = omaso pequeño de un antílope 
jirafa o gerenuk (SC), vista dorsolateral; B = oma­
so muy pequeño de un klipspringer (SC); a = mu­
cosa del retículo; b = gotera reticular; c = aber­
tura retículo-omasal (expuesta); d = canal del oma­
so; e = láminas del omaso; f = pliegues del oma­
so (sin tejido muscular); g = papilas del rumen 
(atrio); h = papilas en forma de garra; j = abo­
maso; k = pliegues espirales. C = omaso de ta­
maño medio de una cabra (IM); a = abertura retí­
culo omasal (expuesta); b = papilas en forma de 
garra sobre los inicios de las láminas del omaso; 
c = pilar omasal (superficie de la sección longitu­
dinal); d = curvatura del omaso; I, II, III = lámi­
nas de diferentes órdenes según tamaño; e = ve­
lum abomasicum; f = mucosa del abomaso. D, E=papilas en forma de garra (dispositivo para com­
presión y filtración en la abertura retículo-omasal); 
D = en un oribi (GF); g = láminas I del omaso. 
Según Hofmann y Schnorr (7).
prensión y división oral de los alimentos, in­
cluyendo la salivación de las especies selectivas, 
parece actuar sobre el surco ventricular con re­
gularidad cuando se liberan en la cavidad oral 
los contenidos de las células vegetales en for­
ma de nutrientes solubles. Recientemente, 
Schenk-Saber y col. (14) lograron demostrar en 
cabras y ovejas adultas la existencia de termi­
naciones nerviosas aferentes altamente desarro­
lladas en la mucosa reticular próximas al labio 
izquierdo del surco. Estas fibras nerviosas se 
descubren próximas a la lámina basal o a la ca­
pa de células básales o bien penetran en el es­
trato granuloso. Disponen de terminaciones en 
forma de bastón, botón o cabeza de flecha. De­
ben considerarse como receptores de gran im­
portancia fisiológica en la regulación del paso 
de alimentos y en la ingestión de los mismos.
Anatomía del omaso
La abertura del retículo-omaso (Figs. 2.13; 
2.21) ha sido considerada por algunos fisiólo­
gos que trabajan con ovejas y ganado vacuno 
(GF) como el cuello de botella para el flujo de 
salida del retículo-rumen y, en consecuencia, pa­
ra el paso del alimento. Esto, a su vez, limita 
la ingestión de alimento nuevo. La estructura 
de la abertura, sin embargo, difiere según sean 
los distintos tipos de alimentación de los ru­
miantes. Existen indicios razonables de que al 
menos rumiantes que pertenecen a los tipos de
36 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
Figura 2.21. Gotera reticular (S) y abertura retículo-omasal (O) in situ; 1 = gacela de Grant, gotera relajada, ostium 
totalmente abierto; 2 = oribi, gotera medio contraida, ostium mitad abierto. A = atrium ruminis; C = cardias; D = 
diafragma; F = pliegue retículo-ruminal; R = mucosa reticular, pared medio contraida. Según Hofmann (3).
alimentación SC e IM pueden regular el tama­
ño de este orificio, permitiendo así algunas ve­
ces que pasen también partículas fibrosas gran­
des que no pueden ser totalmente descompues­
tas en su rumen.
El suelo del surco reticular suele presentar 
pliegues longitudinales o papilas cortas. En el 
orifico retículo-omasal, aumentan de tamaño 
y forman un mecanismo similar a una criba o 
presa principalmente en aquellas especies que 
seleccionan plantas dicotiledóneas por sus con­
tenidos celulares (Fig. 2.20). En especies come­
doras de hierba estas papilas unguliformes son 
menores y más cortas y pueden no suponer un 
obstáculo mecánico importante para las partí­
culas alimenticias. Delimitan, sin embargo, el 
comienzo de las hojas o láminas primarias del 
omaso que divergen desde esta abertura en to­
dos los tipos de rumiantes.
El espacio ventro-central del oníaso, limita­
do ventralmente por los pilares del omaso, dor­
sal y dorsolateralmente por los bordes libres de 
las láminas, es llamado canal del omaso. Po­
see una porción de entrada ancha próxima al 
orifico retículo-omasal (Fig. 2.20B, C) y pre­
senta huecos interlaminares irradiados. Estos 
huecos entre láminas adyacentes del omaso de 
distintos órdenes y tamaños (observados me­
jor en cortes transversales del omaso, Fig. 2.22) 
son atravesados lentamente por partículas pe­
queñas de ingesta cuyos contenidos acuosos y 
minerales son absorbidos por las anchas super­
ficies laminares.
Las láminas del omaso, que son de 3 ó 4 ór­
denes en especies GF aunque solamente de 1-2 
en las SC (Fig. 2.22), contienen una lámina 
muscular central solamente en las láminas de 
primer orden. Estas y todas las láminas meno­
res disponen de una capa mucosa muscular dis­
tinta en cada superficie de la mucosa, es decir, 
existen dos capas musculares aunque son tres 
en las hojas primarias. Todos los rumiantes GF,
ANATOMIA DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 37
Figura 2.22. Secciones transver­
sas del omaso (esquemáticas) de 1 
= SC; 2 = IM; 3 = GF; C = ca­
nal del omaso; s = gotera omasal; 
r = recesos interlaminares.
especialmente los bovinos con un omaso muy 
amplio, han experimentado un aumento muy 
considerable en la superficie de la mucosa del 
omaso y así han obtenido una capacidad ab­
sorbente adicional (en ovejas hasta el 10 % del 
rumen, en vacuno mucho más). La mucosa del 
omaso dispone de un epitelio escamoso estra­
tificado absorbente comparable al de las papi­
las del rumen y asimismo bien vascularizado. 
Las papilas cornificadas del omaso aparecen es­
paciadas y romas en especies GF, mientras que 
son densas y largas (puntiaguadas o en forma 
de uña) en las especies SC. La mucosa cutánea 
del omaso termina en dos pliegues asimétricos 
que proceden de la abertura omaso-abomasal. 
Su porción omasal es la continuación de dos 
pliegues que flanquean el surco del omaso. La 
porción abomasal constituida por mucosa glan­
dular se refleja más o menos hacia el lado del 
omaso. Estos pliegues, que pueden cerrar más 
o menos la abertura omaso-abomasal aunque 
nunca totalmente, son denominados velos abo- 
masales. Carecen de esfínter muscular.
Mucosa del abomaso
El abomaso tiene una mucosa gástrica glan­
dular similar a la de otros mamíferos. En ge­
neral, es más delgada en especies GF que en las 
SC. No existe una región concreta que conten­
ga glándulas cardiacas. La porción inicial an­
cha del abomaso es la región que contiene las 
glándulas gástricas verdaderas. Las especies SC 
presentan una proporción mucho mayor de cé­
lulas parietales productoras de HC1 por unidad 
de superfice en estas glándulas. La mucosa (Fig. 
2.24) del fondo y cuerpo del abomaso está dis­
puesta formando pliegues espirales permanen­
tes, que son relativamente altos en animales GF 
y más bajos en los SC. Su altura disminuye ha­
cia la región pilórica del órgano. Dos de estos 
pliegues proceden de los velos del abomaso y 
discurren paralelos a lo largo de la curvatura 
menor del abomaso. Flanquean el surco del 
abomaso, la porción final del surco ventricu­
lar o gástrico. La porción terminal del aboma­
so en forma de tubo está recubierta por una mu­
cosa glandular relativamnente gruesa de natu­
raleza pilórica que recubre también un saliente 
adiposo llamado torus piloricus. Aumenta la 
acción constrictiva del músculo del esfínter pi- 
lórico contra el duodeno.
Riego sanguíneo e inervación del estómago 
(Fig. 2.25)
El riego sanguíneo del estómago de los ru­
miantes procede de la arteria celíaca que suele 
tener origen, mediante un tronco común con 
la arteria mesentérica craneal, en la aorta cer­
ca o en el propio hiato aórtico del diafragma. 
La arteria celíaca de los rumiantes forma seis 
ramificaciones principales en lugar de tres co­
mo sucede en los mamíferos monogástricos: 
una pequeña frénica, la hepática (para hígado 
y abomaso), varias pancreáticas pequeñas, la 
esplénica que se separa de la arteria ruminal de­
recha (arteria principal que irriga el rumen por 
ambos lados), la arteria ruminal izquierda que 
se separa de la reticular (para el retículo por un 
lado) y la arteria gástrica izquierda que lleva 
sangre a las restantes porciones de retículo, 
omaso, abomaso y omento. Estas arterias for­
man amplias anastomosis. Las venas, provis­
tas de válvulas, discurren paralelas a las arte­
rias, introducidas en la grasa en los surcos gás­
tricos y mesenterios. En la pared del estómago 
existe una densa red muscular, submucosa y 
mucosa de vasos sanguíneos. La última se en­
cuentra mejor desarrollada en zonas principa­
les de absorción (rumen, omaso) y presenta la 
máxima diferenciación en las papilas rumina- 
les absorbentes. Toda la sangre venosa proce­
dente del estómago de los rumiantes desembo­
ca en la vena porta hepática.
38 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
Figura 2.23. Relieve de la mucosa del omaso, va­
riaciones de los tipos de alimentación; A, B = pa­
pilas en forma de garra sobre láminas estrechas de 
SC (A = duiker gris; B = ciervo); C = papilas 
córneas, romas en forma de verruga y mucosa in­terpapilar absorbente en GF (topi); D = crestas lon­
gitudinales papiladas (kudú menor SC); E = omaso 
de un GF (topi) abierto desde la curvatura del oma­
so, mitades vueltas; I-III = láminas de dif. órde­
nes según tamaño; a = pliegue de la mucosa no 
muscular; b = abertura retículo-omasal; c = «ta­
llos» iniciales de láminas I en canal omasal; d = 
gotera del omaso; e = abertura omaso-abomasal; 
nótese la distribución regular de las papilas romas 
del omaso. F = lámina I de un GF (kob de Ugan­
da) con muy pocas papilas, mucosa absorbente 
blanda. G = papilas «adoquín» fuertemente cor- 
nificadas, muy densas sobre lámina I del antílope 
eland (IM/SC), mucosa interpapilar casi no absor­
bente. Según Hofmann y Schnorr (7).
La inervación eferente del estómago de los 
rumiantes procede de los troncos vagales dor­
sal y ventral que acompañan al esófago a tra­
vés de su hiato. El tronco vagal dorsal, sin em­
bargo, posee muchas más ramificaciones y una 
distribución más extensa (debido al desarrollo 
del retículo-rumen) que en los mamíferos mo- 
nogástricos. El tronco vagal dorsal emite diez 
ramificaciones y el ventral siete. Siguen los sur­
cos y curvaturas gástricas, generalmente a lo lar­
go del recorrido de los vasos sanguíneos. Los 
nervios simpáticos derivan del plexo celíaco que 
contiene varios ganglios celíacos. Las neuronas 
terminales de la inervación gástrica aparecen 
en varias capas en el sistema intramural.
Vasos y ganglios linfáticos
Los vasos linfáticos del estómago tienen ori­
gen a tres niveles: en la mucosa, túnica muscu­
lar y membrana serosa. Se reúnen todos en una 
red submucosa, con gran densidad de válvulas. 
Posteriormente forman vasos aferentes que pe­
netran en los ganglios linfáticos gástricos. Sus 
vasos linfáticos eferentes se unen cerca de la ar­
teria celíaca para formar el tronco linfático gás­
trico que finalmente desemboca para verter el 
quilo en la cisterna lumbar, uniéndose o no a 
los troncos hepático e intestinal. Parte de la lin­
fa del abomaso solamente es filtrada en los gan­
glios linfáticos hepáticos (en los bovinos). Exis­
ten hasta 10 grupos diferentes de ganglios lin­
fáticos gástricos en los rumiantes, la mayoría 
de los mismos en la cara derecha y situados en 
los surcos y a lo largo de las curvaturas en la 
proximidad de los vasos sanguíneos y de los 
nervios.
Intestino medio
El intestino de los rumiantes se caracteriza 
por su considerable longitud, por disponer de 
una cámara distal de fermentación y un colon 
espiral unido a una placa mesentérica. Esta pla­
nificación estructural principal se ve modificada 
según diferencias en el comportamiento alimen­
ticio y estrategias digestivas (Fig. 2.26).
ANATOMIA DEL CONDUCTO GASTRO INTESTINAL 39
Figura 2.24. Relieve de la mucosa del abomaso. 
A = 'región del fundus de un steenbok (IM/SC) 
abierto desde la curvatura mayor y con las mita- 
das vueltas; a = abertura omaso-abomasal, flan­
queada por los velos abomásicos; b = gotera del 
abomaso (final de la gotera ventricular); d, e = mu­
cosa pilórica. B, C = lado omasal de los velos (B 
= ñu, GF; C = kob, GF; mostrando la mucosa 
glandular en a). D = velo abomásico (a) in situ de 
una gacela de Thomson (IM) mostrando el cam­
bio brusco de la mucosa cutánea del omaso a la 
glandular del abomaso; c = pilar omasal; e, f = 
láminas del omaso mostrando papilas puntiagudas. 
E = mucosa glandular del fundus, pliegues espi­
rales (gacela de Thomson, IM). F = mucosa glan­
dular pilórica, fosas gástricas (jirafa reticulada, SC). 
Según Hormann y Schnorr (7).
Longitud y tamaño relativo del intestino
La longitud intestinal total aumenta en rela­
ción con la longitud corporal, aumentando la 
capacidad de rumiantes para digerir la fibra. 
Así, ovinos y vacunos disponen de un intesti­
no relativamente más largo que las especies se­
lectivas como el ciervo. En las especies consu­
midoras de gramíneas y forrajes (GF) el cociente 
entre longitud corporal e intestinal es 1:22-30 
aproximadamente, en especies con alimentación 
intermedia mixta, por ejemplo ciervo común, 
uapiti, impala o cabra es 1:15-20, mientras que 
en especies selectoras de concentrados (SC) es 
1:12-15, por ejemplo corzo, ciervo de cola blanca 
o muntiaco. Fisiológicamente tiene más impor­
tancia la relación entre intestino delgado e in­
testino grueso. Los rumiantes que disponen de 
un rumen amplio, subdividido y bien adapta­
do para la celulolisis, es decir GF, tienen una 
proporción mucho menor de intestino grueso 
que aquellas especies que seleccionan sus ali­
mentos por el contenido celular y consumen fo­
rrajes fácilmente digestibles. Así, en las espe­
cies SC el cociente es 2,3-2,6:1, mientras que en 
la GF el cociente es 3,7-4,2:1.
En este contexto el desarrollo evolutivo, es­
pecialmente del ciego y de la porción inicial del 
colon, ha sido regresivo mientras que ha sido 
progresivo el desarrollo del rumen con un in­
cremento en la digestión de la fibra. Cuando 
se considera el retículo-rumen según su posi­
ción en el aparato digestivo como una cámara 
de fermentación proximal (CFP), entonces la 
zona con capacidad del intestino grueso (ciego- 
colon) representan la cámara de fermentación 
distal (CFD). Aunque ambas porciones expe­
rimentan variaciones estacionales, cabe obser­
var la existencia de una pauta típica, de con­
formidad con el tipo de alimentación. El co­
ciente CFD:CFP es 1:6-10 en especies SC, 1:9-24 
en IM y 1:15-30 en GF. Esto puede ser debido 
al hecho de que escapa más alimento sin fer­
mentar del rumen en aquellos rumiantes que 
realizan una selección orientada principalmente 
hacia el contenido celular y evitan la ingestión
40 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
Figura 2.25. Distribución de los nervios y vasos sanguí­
neos en el lado derecho del estómago de un rumiante, es­
quemática (modificada). A = tronco dorsal del vago (D), 
B = tronco ventral del vago y arterias, nervios del ru­
men, los vasos sanguíneos y los ganglios linfáticos se alo­
jan en los surcos, los de los restantes compartimentos en 
los mesenterios (omentos). Para la denominación de las 
ramas del vago (1-11 en A, 11-17 en B) consultar a Hof­
mann y Schnorr (7). Arterias: C = celiaca, G = gástrica 
izquierda, H = hepática, L = lineal, RD = ruminal de­
recha, RS = ruminal izquierda, RT = reticular (irriga 
también el atrio), V = coronaria ventral derecha; a = 
esófago, b = retículo, c = atrio, d = saco ciego dorso- 
caudal, e = saco ciego ventrocaudal, f = gotera craneal, 
g = gotera caudal, h = surcos coronarios, i = omaso, 
k = abomaso (curvatura menor).
de fibra. De ahí, que la digestión y absorción 
post-ruminal tenga una importancia conside­
rable en las especies selectivas. Esto se refleja 
en variaciones anatómicas que facilitan las 
adaptaciones fisiológicas.
JE1 intestino de los rumiantes se sitúa en el 
hueco supraomental a la derecha del rumen. 
Cuelga de su lámina mesentérica común que 
limita sus movimientos. Una porción conside­
rable del intestino se halla en una situación in- 
tratorácica limitada cranealmente por el omento 
menor, el omaso y el hígado.
Descripción del intestino delgado
El duodeno forma un asa totalmente a la de­
recha (Fig. 2.27). Comienza en el píloro como 
parte craneal con un asa sigmoidea cerca de la 
porta hepática. Los conductos biliar y pancreá­
tico penetran en el intestino delgado en este 
punto (papila duodenal mayor). El duodeno 
descendente comienza en la curvatura craneal. 
Avanza en dirección caudal suspendido entre 
ambas paredes superficial y profunda del omen­
to mayor. A nivel de la última vértebra lumbar 
o tuberosidad coxígea, el duodeno presenta una 
curvatura caudal brusca y se continúa por el 
duodeno ascendente, que avanza en dirección 
craneal, en posición dorso-medial con respec­
to al asa descendente. Finalmente forma la cur­
vatura duodeno yeyunal y se continúa con el 
yeyuno.
Siendo la porción más larga del intestino del­
gado, el yeyuno forma un gran número de es­
pirales a lo largo del borde de la lámina me­sentérica común (Fig. 2.26), que es portadora 
del colon espiral. Las espiras más craneales del 
yeyuno se adaptan a un nicho profundo for­
mado por rumen, abomaso, omaso y páncreas. 
Las espiras ventrales pueden llegar (a través de 
las paredes del omento mayor) hasta la pared 
abdominal ventral. Esta es la norma en espe­
cies SC o también en las GF, si se halla con­
traído su saco ruminal ventral. Las espiras cau­
dales del yeyuno se unen a una prolongación 
de la lámina mesentérica que les permite mo­
verse fuera del hueco supraomental. En espe­
cies SC e IM, con un rumen relativamente pe­
queño (Fig. 2.10), se descubren regularmente en 
el lado izquierdo (fosa paralumbar) junto con 
el ciego en posición caudal con respecto al sa­
co ciego dorsocaudal del rumen.
ANATOMIA DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 41
Intestino: adaptación evolutiva + adaptación funcional
Selector de concentrados — POBRE EN FIBRA (contenido celular)
Intestino grueso 
27-30 %
Intestino delgado 
70-73 %
DFC
1:6-10
Volumen de 
retículo- 
rumen
I.L./B.L.
Intestino 12-15 X longitud corporal (BL)
Comedor de gramíneas — RICAS EN FIBRA (membrana celular)
Intestino grueso
18-20 %
Intestino delgado
80-82 %
Intestino 25-30 x longitud corporal (BL)
Volumen del 
retículo-
—rumen
_ -DFC
1 :15-30 I.L./B.L.
Figura 2.26. Diferencias anatómicas del intestino medio y grueso (duodeno = d hasta recto = r) según el tipo de alimen­
tación, esquemático. Según Hofmann (5) (datos modificados).
42 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
El yeyuno se continúa por un íleo relativa­
mente corto. Mantiene una dirección caudocra- 
neal recta en posición ventral con relación al 
ciego al que se conecta mediante el pliegue ileo­
cecal. Termina en la unión cecocólica al pene­
trar en el intestino gruesa vía orificio ileal. La 
mucosa intestinal aparece elevada alrededor de 
esta abertura y contiene numerosos nódulos lin­
fáticos agregados.
La túnica muscular del intestino delgado 
consta de una capa circular interna más grue­
sa y otra longitudinal externa más débil. El gro­
sor de la túnica muscular varía según sea la ca­
lidad del forraje. En especies SC es más débil 
durante el invierno (reducción del consumo). 
La mucosa puede desplazarse sobre el tubo 
muscular mediante el tejido conjuntivo laxo de 
la capa submucosa que permite la formación 
de pliegues temporales. La mucosa del intesti­
no delgado se caracteriza por la presencia de 
vellosidades intestinales. Tienen forma de cin­
ta, más raras veces son puntiagudas o con for­
ma de lengua. Las vellosidades de varias espe­
cies de rumiantes se fusionan en sus bases for­
mando crestas de vellosidades visibles sobre cor­
tes superficiales paralelos como estructuras re­
ticulares, por ejem., en el corzo (11). La muco­
sa incluye criptas tubulares simples de Lieber­
kühn que se extienden en profundidad hasta la 
lámina muscular de la mucosa. En sus zonas 
profundas forman espiras en intestino delga­
do aunque son rectas en el intestino grueso. El 
número de células globosas productoras de mu- 
cosidad aumenta progresivamente desde el duo­
deno hasta el asa central del colon espiral 
(aprox. 1:8). En general, la proporción de teji­
do glandular total del intestino delgado es hasta 
un 100 % superior en especies SC que en las 
consumidoras de hierba. Las glándulas submu­
cosas de Brunner quedan limitadas a la porción 
craneal del duodeno en los rumiantes. En to­
das las especies estudiadas (12) desaparecen 5-10 
mm pasada la papila duodenal mayor. Aunque 
se descubren ganglios linfáticos solitarios en to­
das las regiones de la mucosa intestinal, existe 
una concentración de los mismos en las placas 
de Peyer (agregados de ganglios) en el íleo que 
se continúan en la mucosa del ciego.
INTESTINO POSTERIOR
La región cecocólica, al igual-que el resto del 
intestino grueso, se distingue por la ausencia 
de vellosidades, por pliegues de mucosa semi­
circulares, por una mayor proporción de célu­
las globosas y por criptas tubulares largas de 
Lieberkühn. Se aprecia, sin embargo, una re­
ducción relativa en el número de células glo­
bosas y un aumento en la densidad de vasos 
sanguínéos en la submucosa y mucosa de la re­
gión cecocólica (CFD) en varias especies de se­
lectores de concentrados (por ejem., corzo, dik- 
dik) o IM (por ejem., caribú, cabra), indicati­
va de una absorción rápida de ácidos grasos de 
cadena corta.
Ciego
El ciego (Figs. 2.28, 2.27) de todos los ru­
miantes es un tubo grueso terminado en punta 
roma que se continúa sin delimitación externa
Figura 2.27. Topografía abdominal de un corzo adul­
to, se muestra el lado derecho; pulmón, diafragma e hí­
gado parcialmente retirados. (Fijación in situ, en pie); a, 
b, c = pulmón; d = esófago; e = ganglio linfático me- 
diastínico caudal; f = vena cava caudal, retirada la por­
ción central; g = aorta; h = zona izquierda del hígado; 
i = retículo; k = rumen; 1 = omaso; m = abomaso; n 
= píloro; o = duodeno (porción craneal y descendente, 
curvatura caudal; p = yeyuno; q = ciego; r = porción 
ancha del asa proximal de colon (q + r = támara distal 
de fermentación); s = páncreas; t = vena porta; u = 
omento mayor, retirado en su mayor parte, permitiendo 
ver el interior de la bolsa supraomental; su borde cau- 
dal/línea punteada; v = riñón izquierdo (derecho retira­
do). 1 = tríceps, 2 = articulación del codo, 3 = cuádri- 
ceps, parcialmente retirado, linea discontinua), 4 = arti­
culación de la babilla, 5 = longissimus dorsi, 6 - pecto­
ral, 7 = diafragma, 8 = sexta costilla, 9 = novena costi­
lla. Según Hofmann y Geiger (17).
ANATOMIA DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 43
por el colon ascendente cranealmente desde la 
unión ileocólica. El volumen relativo del ciego 
disminuye desde los animales SC pasando por 
los IM hasta los GF, es decir, el ciego relativa­
mente mayor se encuentra en rumiantes alta­
mente selectivos como jirafa, dik-dik y corzo.
Colon
La porción inicial del colon es uniformemen­
te ancha y forma las dos primeras curvas del 
asa proximalis coli, un tubo en forma de S que 
se estrecha más o menos súbitamente antes de 
proseguir como colon espiral (Fig. 2.26). Su 
proporción respecto a la longitud total del in­
testino disminuye desde el 18-20 % en especies 
SC hasta el 12-14 % en las GF, es decir, las es­
pecies consumidoras de gramíneas presentan 
menos espirales que son más cortas que los ru­
miantes que seleccionan forrajes fácilmente di­
gestibles con un elevado porcentaje de conte­
nido celular. El asa espiral del colon tiene un 
diámetro inferior al de las asas proximales. Sus 
espiras pueden elevarse para formar un cono 
aplanado en especies con un gran número de 
espiras como cabra, ciervo y alce. El colon es­
piral consiste en vueltas centrípetas, un asa cen­
tral y vueltas centrífugas. En muchas especies 
de rumiantes, aunque no en los bovinos, la úl­
tima vuelta centrífuga se encuentra próxima al 
yeyuno. En esta porción del colon espiral se for­
man los bolos fecales. Dorsalmente, esta por­
ción final del colon espiral se continúa por el 
asa distal delgada del colon ascendente. Se si­
túa en posición medial con respecto al asa pro­
ximal y cerca del duodeno ascendente. A nivel 
de la última vértebra torácica y craneal con res­
pecto a la raíz mesentérica craneal gira brusca­
mente hacia la izquierda. Su continuación, de 
escasa longitud, es el colon transverso que se 
relaciona dorsalmente con el páncreas. La por­
ción terminal, el colon descendente, queda al 
lado izquierdo de la raíz mesentérica craneal en 
un posición dorsal alta. Aparece unida al duo­
deno ascendente. En su curso caudal se alarga 
gradualmente su mesenterio, determinando una 
curva ventral denominada colon sigmoideo. La 
mayor amplitud del mesenterio permite una pal­
pación más profunda durante la exploración 
rectal en grandes rumiantes.
Por último, el colon descendente se continúa 
por el recto que se introduce en la cavidad pél­
vica. Su mesorecto mediano termina en el ex­
tremo ciego de la excavación rectogenitaldel sa­
co peritoneal. La túnica muscular y la capa 
muscular de la mucosa alcanzan su máximo 
grosor en la porción retroperitoneal del recto. 
Posteriormente, esta musculatura se condensa 
para formar el esfínter anal interno que se in­
crementa por el esfínter anal externo volunta­
rio. La pared muscular del canal anal se reúne 
mediante la inserción del músculo elevador del 
ano. La mucosa del canal anal forma varios 
pliegues longitudinales llamados columnas rec­
tales. A partir de esta zona, la mucosa intesti­
nal glandular se convierte súbitamente en mu­
cosa cutánea que, a su vez, se distingue de la 
piel del ano por la aparición de pelos.
Hígado y páncreas (Fig. 2.28)
Tanto el hígado como el páncreas derivan del 
intestino medio. Sus conductos excretores de­
sembocan en la parte craneal del duodeno so­
bre la papila duodenal mayor o, como sucede 
en los bovinos, el conducto pancreático acce­
sorio termina en posición distal con respecto 
a la papila. El hígado de los rumiantes (Fig. 
2.28) es una glándula individual compacta que 
ha sido desplazada, durante el desarrollo pre 
y post-natal del rumen, hacia el lado derecho 
de la cúpula diafragmática. Su eje mayor ocu­
pa una posición vertical aunque es horizontal 
en otros mamíferos. Como resultado de este 
desplazamiento, el lóbulo izquierdo del híga­
do de los rumiantes ocupa una posición ven­
tral, el lóbulo derecho mantiene una posición 
dorsal sobre la vesícula biliar (que no existe en 
varios cérvidos y bóvidos). Su porción más cau­
dal es el apéndice caudal del lóbulo caudal que 
se adapta al polo craneal del riñón derecho. El 
omaso deja una impresión profunda sobre el 
lóbulo izquierdo que presenta una muesca pa­
ra la inserción del ligamento falciforme y re­
dondo. La vena cava caudal corre casi vertical­
mente a lo largo del borde redondeado izquier­
do del hígado antes de atravesar el orificio de 
la vena cava del diafragma. Aquí recibe a las 
venas hepáticas. El borde derecho afilado si­
gue más o menos el arco costal derecho. En es­
pecies SC suele sobresalir más del tórax que en 
las GF ya que el hígado es siempre más pesado 
en las primeras (1,9-2,3 % del peso corporal 
frente al 1,1-1,3 °7o).
Sobre la superficie visceral cóncava del hí­
gado, en la base del lóbulo caudado se encuen­
tra la porta hepatis por la que penetran la ve­
na porta y la arteria hepática mientras que es
44 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
la salida del conducto hepático. Este último se 
une al conducto cístico en aquellas especies que 
disponen de vesícula biliar. La línea de unión 
del omento menor va oblicuamente desde la 
muesca esofágica hasta porta hepatis. La su­
perficie diafragmática convexa presenta las in­
serciones principales: ligamentos triangular, fal- 
ciforme y coronario (todos ellos son duplica­
ciones serosas cortas), el área fibrosa nuda y 
la vena cava cuadal. El hígado de los rumian­
tes tiene muy poco tejido conjuntivo intersti­
cial y no presenta demarcación macroscópica 
de los lóbulos hepáticos.
Su estructura fundamental sigue el plan ge­
neral de los mamíferos con triadas hepáticas, 
sinusoides y vena central. Los conductos bilia­
res forman una red unitaria en los bordes de 
los lóbulos en forma de cono y posteriormen­
te constituyen el conducto hepático común, que 
abandona.el hígado vía porta hepatis y final­
mente constituye el conducto biliar que desem­
boca en el duodeno.
El páncreas (Fig. 2.27 y 2.28) es una glándu­
la lobulada de color claro que se relaciona ín­
timamente con el hígado (incisura pancreatis). 
Su sangre venosa va directamente a la vena por­
ta que llena esta incisura. El páncreas consta 
de un cuerpo pequeños y dos lóbulos asimétri­
cos. Su forma es variable en las distintas espe­
cies de rumiantes, aunque aparece siempre uni­
do a la pared derecha del atrio del rumen y al 
pilar izquierdo del diafragma. Puede alcanzar 
también hasta la zona de adhesión del bazo. El 
lóbulo derecho toca el omaso, antes de que 
acompañe al duodeno descendente. Forma par­
te del nicho intratorácico mencionado anterior­
mente que aloja las espiras más craneales del 
yeyuno. El sistema de conductos intralobula- 
res de la porción excretora de la glándula se reú­
ne en los bovinos para formar únicamente el 
conducto pancreático accesorio que desembo­
ca en la parte craneal del duodeno junto con 
el conducto biliar. Los islotes pancreáticos, que 
representan la porción endocrina del páncreas, 
tienen una distribución desigual aunque su mi- 
croestructura es bastante similar a la de otros 
herbívoros.
Riego sanguíneo y linfático e inervación 
intestinal
La parte inicial del duodeno, el hígado y el 
páncreas reciben sangre arterial de la arteria ce- 
liaca. La arteria mesentérica craneal suminis-
Figura 2.28. Vista caudal de los órganos abdominales 
intratorácicos de un gamo in situ; rumen e intestino reti­
rados en parte, a = tercera vértebra lumbar; b = diafrag­
ma; c = páncreas; d = atrio del rumen; e = abertura 
retículo-ruminal y retículo; f = omaso; g = abomaso, 
retirada la porción pilórica; h = pliegue frénico-lineal; 
i = superficie de unión esplénica con el rumen; k = ba­
zo, polo distal; 1, m, n, o = porciones del hígado; p = 
superficie de corte del rífión derecho; q = uréter; r = 
aorta; s = vena cava caudal; t = arteria mesentérica cra­
neal; u = vasos renales; v = vena porta; w = arteria gás­
trica izquierda; x = ganglios linfático porta. Según Hof­
mann y Geiger (17).
tra sangre a la mayor parte del duodeno, a las 
restantes porciones del intestino delgado y ma­
yor parte del intestino grueso. El colon descen­
dente y la mayor parte del recto son vasculari- 
zados por la arteria mesentérica caudal, el rec­
to támbién recibe sangre de las arterias iliacas
ANATOMIA DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 45
internas. Con la excepción de la porción termi­
nal del intestino, la totalidad del aparato gastro­
intestinal vierte su sangre venosa en la vena por­
ta hepática. Esta disposición determina que el 
hígado sea el centro de una porción específica 
del aparato circulatorio, facilitando el almace­
namiento, movilización, transformación (por 
ejem., gluconeogénesis) y metabolismo de nu­
trientes y de sus componentes bioquímicos. Las 
venas hepáticas, que abandonan el hígado por 
su cara diafragmática, retornan la sangre ve­
nosa a la circulación principal (vena cava cau­
dal). El sistema nervioso autónomo inerva el 
intestino y las glándulas mayores. Las fibras 
nerviosas simpáticas (función retardadora) y las 
fibras parasimpáticas (activadoras) tienen su 
origen, establecen sinapsis o atraviesan los gan­
glios celiaco, craneal y mesentérico y lumbar 
caudales. Forman, alrededor de los troncos vas­
culares como se indicó anteriormente, redes ex­
tensas, llamadas plexos mesentérico craneal y 
caudal y plexo rectal craneal. La mayoría de las 
fibras parasimpáticas derivan del nervio vago. 
Tras realizar varias sinapsis, terminan en la pa­
red intestinal (sistema intramural). Los vasos 
linfáticos del intestino son más numerosos en 
las principales zonas de absorción. Los rumian­
tes disponen de numerosos ganglios linfáticos 
intestinales. Se sitúan en los mesenterios res­
pectivos de cada región intestinal, aunque la lin­
fa procedente del duodeno pasa también por 
hígado y páncreas (ganglios linfáticos hepáti­
co y pancreático duodenal).
RESUMEN
Se incluye una descripción anatómica con- 
densada de todas las partes del aparato diges­
tivo en relación con su función, es decir, fisio­
logía digestiva y comportamiento nutritivo. El 
plan estructural común del aparato digestivo de 
los rumiantes se estudia constantemente de for­
ma comparativa basándose en el concepto de 
una clasificación flexible de todas las especies 
de rumiantes agrupadas en tres tipos morfo fi­
siológicos según tipos de alimentación: selec­
tores de concentrados, consumidores de gramí­
neas y forrajes y un tipo intermedio de rumian­
tes transitorio y oportunista. Todas las regio­
nes del aparato digestivo muestran variacionesadaptativas (más o menos acentuadas) que per­
miten dicha clasificación. Refleja un proceso 
evolutivo principalmente en respuesta a cam­
bios en la vegetación durante el período tercia­
rio. Ganado vacuno, bisontes o búfalos mues­
tran el sistema de rumiantes más avanzado al 
ser animales no selectivos y perfectamente ca­
paces de digerir forraje de mala calidad, rico 
en celulosa. Los puntos focales de diversifica­
ción anatómica son las glándulas salivales, los 
tres compartimentos del pre-estómago y la cá- 
ínara de fermentación ceco-cólica (distal). To­
dos ellos suponen claramente variaciones en la 
fisiología digestiva, elección del pienso o ma­
nejo de la alimentación de los diversos rumian­
tes que no deben ser tratados como un grupo 
homogéneo durante más tiempo.
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3
CRECIMIENTO Y DESARROLLO 
DEL APARATO DIGESTIVO 
DE LOS RUMIANTES
por Sidney J. Lyford, Jr.
INTRODUCCION
El desarrollo del aparato digestivo de los ru­
miantes comienza en las primeras etapas del cre­
cimiento embrionario y prosigue su formación, 
crecimiento y desarrollo funcional hasta que el 
animal es adulto. Los órganos digestivos indi­
viduales mantienen distintas velocidades en su 
desarrollo unos con respecto a otros y con el 
crecimiento corporal total durante el desarro­
llo fetal y post-natal. Mientras que el pre­
estómago (rumen, retículo y omaso) goza de ca­
pacidad para experimentar un rápido crecimien­
to y desarrollo metabólico, los rumiantes ini­
cian la vida como animales de estómago sim­
ple sin que los compartimentos del pre­
estómago hayan alcanzado su desarrollo o fun­
cionamiento. Sin embargo, tan sólo son preci­
sas unas pocas semanas para la transición del 
recién nacido desde una situación en que pre­
cisa los cuidados de animal neonato a otra de 
animal destetado que depende totalmente de su 
medio ambiente para la nutrición.
DESARROLLO FETAL
El estómago de los rumiantes tiene su ori­
gen en un ensanchamiento del intestino primi­
tivo (estómago primordial) del embrión. El exa­
men del embrión vacuno de 4 semanas revela 
un principio de estómago en forma de huso con 
curvaturas dorsal y ventral bien definidas simi­
lares a las encontradas en animales monogás- 
tricos. Los principios de los cuatro comparti­
mentos del estómago aparecen en la 6.a sema­
na con el rumen y el retículo en vías de desa­
rrollo a partir de la curvatura dorsal o mayor 
del principio de estómago. El omaso y el surco 
reticular se desarrollan a partir de la porción 
caudal de la curvatura ventral, e igual origen 
tiene el abomaso. Durante la 8.a semana se de­
sarrolla ampliamente el surco reticular y se ini­
cia la estratificación epitelial del esófago y de 
los pre-estómagos (1). En el ganado vacuno, la 
estratificación comienza en el extremo termi­
nal del esófago y avanza hacia el surco reticu­
lar y zonas adyacentes del pre-estómago, aun­
que puede comenzar en el surco reticular del 
búfalo doméstico (Bubalus bubalis) (2). En este 
momento comienzan a desarrollarse las célu­
las de tipo columnar simple características del 
abomaso adulto.
En el feto bovino de 9 semanas de edad re­
sultan aparentes los sacos y pilares del rumen, 
el retículo se encuentra establecido con el omaso 
convirtiéndose en un compartimento casi esfé­
rico más delimitado. Los principios de las lá­
minas del omaso aparecen como pliegues epi­
teliales y las regiones cardiaca y pilórica del abo­
maso están bien establecidas siendo evidentes 
los pliegues del abomaso. La Figura 3.1 ilustra 
la diferenciación y el desarrollo que alcanza el 
estómago de un feto vacuno de unas 10 
semanas.
47
48 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
Figura 3.1. Estómago de un feto bovino de 11,5 cm, 
unas 14 semanas de edad. Una preparación inyectando 
latex con los tejidos fetales digeridos. Nótese el amplio 
desarrollo de los pliegues de la mucosa (arrugas) del abo­
maso y las láminas de omaso. Según Warner y Flatt (3). 
Cortesía de H. E. Evans, Dept. Vet. Anatomy, Cornell
University.
La diferenciación del estómago fetal es más 
precoz en ovejas y cabras que en ganado vacu­
no (3,4). Los compartimentos gástricos pueden 
distinguirse en la 3.a semana del desarrollo em­
brionario en la oveja, identificándose fácilmente 
un epitelio cuboide estratificado a las 7 sema­
nas. Las bolsas gástricas definidas comienzan 
a desarrollarse a la 8.a semana.-Las capas ple­
gadas de células claramente definidas indicati­
vas de los cuatro primeros órdenes de las lámi­
nas del omaso aparecen a las 10 semanas y a 
las 12 semanas comienza a formarse la estruc-
Figura 3.2. Representación en forma de diagrama de la 
relación entre el desarrollo de la microvasculatura rumi­
nal y la capa epitelial. A-E corresponde a unos períodos 
de gestación estimados de: (a) final de tercer mes; (b) co­
mienzo del cuarto mes; (c) comienzo del quinto mes; (d) 
sexto mes y (e) comienzo del octavo mes. Según Amasa- 
ki y Daigo (5). Cortesía de H. Amasaki, Nippon Vet. and 
Zootech. College.
tura superficial en forma de panal de miel (cos­
tillas reticulares) del retículo.
Las papilas del rumen inician su desarrollo 
con la morfogénesisde la lámina propia y 
aumenta en la microvasculatura de la red capi­
lar (5). Este preceso, dibujado en la Figura 3.2, 
comienza como un rizo capilar al final del ter­
cer mes de gestación en el feto bovino y prosi­
gue elevando la lámina propia para crear las pa­
pilas de la superficie del rumen detectables mi­
croscópicamente en el 5.° mes. Hofmann (6) ha 
observado el pronunciado desarrollo de las pa­
pilas del rumen en las etapas finales del desa­
rrollo fetal en varias especies diferentes de an­
tílopes africanos. El desarrollo papilar resultaba 
también aparente en las hojas de primer orden 
del omaso de algunas especies y también se 
apreciaban en la región fúndica las arrugas 
(pliegues) características del abomaso adulto. 
La queratinización del epitelio del rumen es más 
precoz en la vida fetal del búfalo doméstico que 
en los restantes rumiantes estudiados (2).
CRECIMIENTO DEL CONDUCTO 
DIGESTIVO
Todos los órganos del conducto digestivo, con 
la excepción del intestino delgado, aumentan 
de peso en sus tejidos desde el momento de la 
primera diferenciación en el embrión hasta que 
el animal es adulto. Durante el inicio del creci­
miento fetal, el desarrollo del pre-estómago es 
mayor que el del abomaso tanto en ganado la­
nar como en el vacuno (Fig. 3.3). Sin embar­
go, al aproximarse el momento del nacimiento 
el peso del abomaso es igual al de los tres pre­
estómagos en ambas especies y represente el 
70 % del peso total del estómago en el ciervo 
recién nacido (Odocoileus virginianus) (8).
La totalidad del tejido del aparato digestivo 
representa el 2,4 % del peso corporal detfeto 
ovino próximo al nacimiento aunque aumenta 
hasta el 5,7 % a las 9 semanas de edad y pos­
teriormente disminuye al 3,6 % en el animal 
adulto. Los órganos principales responsables del 
aumento durante las primeras semanas de vi­
da son el pre-estómago y el intestino delgado. 
El pre-estómago del cordero aumenta del 0,4 
al 1,7 % y el intestino delgado del 1,1 al 2,6 % 
del peso corporal entre el nacimiento y 9 sema­
nas de edad. El notable aumento de tamaño que 
experimentan rumen y retículo del recién naci­
do que tiene acceso a alimentos sólidos apare-
CRECIMIENTO Y DESARROLLO DELAPARATO DIGESTIVO DE LOS RUMIANTES 49
Figura 3.3. Pesos relativos del estómago rumiante del 
cordero desde el tercer mes de gestación hasta 10 días des­
pués del nacimiento. C.R.L.: longitud nuca-grupa, NB: 
ternero recién nacido, 10D: ternero de 10 días de edad. 
Según Amasaki y col. (7). Cortesía de H. Amasaki, Nip­
pon Vet. and Zootech. College;
ce ilustrado en la Figura 3.4 con el cordero que 
consume pastos. Los tejidos de los restantes ór­
ganos digestivos siguen aumentando de peso, 
aunque con menor rapidez.
El rápido incremento del peso tisular del in­
testino delgado de los corderos cesa a las 8 o 
9 semanas de edad. Los limitados datos dispo­
nibles indican que puede existir realmente un 
descenso en el peso del intestino delgado du­
rante las últimas etapas del crecimiento en ove­
jas, búfalos domésticos (10) y ganado vacuno. 
El orden del crecimiento de los órganos del apa­
rato digestivo desde el nacimiento hasta la edad 
adulta es: rumen, retículo, omaso, ciego, intes­
tino grueso y recto, intestino delgado, aboma­
so y esófago en ovejas, vacuno (11) y búfalo do­
méstico (12).
Las pautas del crecimiento de los órganos di­
gestivos unos con respecto a otros difieren po­
co en las 2-4 primeras semanas de vida. El cre­
cimiento rápido del pre-estómago comienza en 
este momento si el recién nacido ha estado con­
sumiendo alimentos sólidos (Fig. 3.5). Al mis­
mo tiempo que se interrumpe el crecimiento del 
intestino delgado, el estómago pasa a ser el ór­
gano dominante a las 12-16 semanas de edad 
(13). En la Tabla 3.1 se demuestra la influencia 
de la dieta sobre el desarrollo de algunos pará­
metros del aparato digestivo del ternero.
Al comparar las pautas de crecimiento entre 
ganado vacuno y búfalo doméstico se aprecia 
que el crecimiento del retículo-rumen es más rá­
pido en el búfalo (12, 15) aunque el del intesti-
Figura 3.4. Crecimiento del aparato digestivo de los cor­
deros desde el nacimiento hasta 16 semanas de edad. Cor­
deros criados por ovejas en los prados. Los pesos de los 
tejidos frescos de los órganos se expresan como porcen­
taje del peso de cada órgano al nacer. Según Wardrop y 
Coombe (9).
no delgado puede ser menos rápido que el apre­
ciado en el vacuno (Bos taurus y B. indicus). 
Sin embargo, este efecto púede ser consecuen­
cia, en parte, del mayor peso del retículo-rumen 
y menor peso de omaso e intestino grueso en 
el búfalo doméstico cuando se compara con el 
vacuno (10).
Church (16) ha revisado la capacidad y el ta­
maño relativos de los órganos digestivos en dis­
tintas etapas de crecimiento y en especies dife­
rentes y con distintas dietas. Estos datos sugie­
ren que el intestino grueso sigue representan­
do una proporción importante del conducto di­
gestivo en ovejas y vacuno adulto, contribuyen­
do con el 11,1-25,0 % del peso tisular húmedo 
al total del tracto digestivo en el caso de las ove­
jas y con el 9,2-16 % en el ganado vacuno.
La longitud del intestino delgado y grueso 
aumenta rápidamente en la últimas etapas del 
crecimiento fetal y durante las primeras sema-
50 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
Figura 3.5. Crecimiento relativo del aparato digestivo 
de corderos en vías de desarrollo. Los pesos de los teji­
dos frescos de los órganos se expresan como porcentaje 
del peso total del aparato digestivo. En la experiencia 1 
los corderos fueron criados por ovejas en los pastos y en 
la experiencia 2 un promedio de los corderos se alimentó 
con tres dietas diferentes. Según Oh y col. (13).
ñas de vida post-natal. La mayor parte del in­
cremento en longitud tiene lugar durante las 9 
primeras semanas. James y col. (17) observa­
ron que la longitud media del intestino delga­
do en terneros recién nacidos pesando unos 50 
kg era de 11,9 m, oscilando desde 8,2 a 15,1 m. 
En terneros de 13 a 14 semanas de edad con 
un peso de 140 kg la longitud del intestino del­
gado oscilaba entre 29,3-42,7 m, el intestino 
grueso 4,9-6,5 m y el ciego 0,33-0,43 m. Los pe­
sos totales y el peso por unidad de longitud del 
intestino delgado eran superiores en terneros ali­
mentados con sustitutivos de la leche que no 
contenían proteínas lácteas (18). En ovejas y ca­
bras adultas las longitudes del intestino delga­
do y grueso oscilan de 18 a 35 m y de 4 a 8 m, 
y las correspondientes a bovinos adultos de 27 
a 49 m y de 6,5 a 14 m, respectivamente.
DESARROLLO NORMAL 
DEL ESTOMAGO
Los rumiantes nacidos y criados en un me­
dio ambiente normal tienen acceso al consu­
mo de vegetales desde el nacimiento. El consu­
mo de productos vegetales promueve el desa­
rrollo rápido del pre-estómago tanto en tama­
ño como en funcionamiento. Wardrop (19) in­
dica que el desarrollo de los rumiantes jóvenes 
mantenidos en pastizales puede dividirse en tres 
fases: a) 0-3 semanas de edad, fase no rumian­
tes; b) 3-8 semanas de edad, fase de transición; 
y c) a partir de 8 semanas, rumiantes adultos. 
Sin embargo, la rapidez del desarrollo del pre­
estómago, incluso en condiciones de pastoreo, 
dependerá de los niveles de leche consumidos 
por el recién nacido con respecto a sus necesi­
dades para crecimiento y de la disponibilidad 
y consumo de piensos fácilmente digestibles.
Crecimiento del estómago
El rumen del recién nacido es pequeño y flác­
cido con papilas rudimentarias que le confie­
ren a la mucosa una textura similar a la del pa­
pel de lija fino en ciervos y terneros, con papi­
las algo más largas en ovejas y en varias espe­
cies diferentes de antílopes africanos (6). Las 
papilas se encuentran más desarrolladas al na­
cer en el búfalo asiático doméstico con longi­
tudes de hasta 1,2 mm incluyendo la presencia 
de algunas con forma de lengua que es más 
adulta (2). El retículo es un pequeño saco elás­
tico con un tamaño la tercera parte del corres­
pondiente al rumen, conuna superficie de es­
tructura poligonal (costillas reticulares) que pre­
senta papilas rudimentarias sobre el suelo y pa­
redes de las celdillas. El omaso es una peque­
ña estructura bulbosa que eñ el ciervo alcanza 
una longitud de unos 2,5 cm conteniendo un 
cierto número de láminas con papilas cónicas 
y rudimentarias distribuidas sobre su superfi­
cie, aunque al nacer las láminas del omaso de 
la oveja son lisas. El omaso es relativamente ma­
yor al nacer en ganado vacuno y búfalo domés­
tico que en ciervos u ovejas. El abomaso apa­
rece bien desarrollado al nacer y es altamente 
funcional con la presencia de los pliegues ca­
racterísticos del individuo adulto en la región 
fúndica (8). Las diferencias entre las especies 
en el grado del desarrollo del estómago son re­
lativamente pequeñas al nacer y pueden anu­
larse fácilmente por acción de la dieta en las 
primeras semanas de vida. En la Figura 3.6 apa­
rece dibujado el estómago del ternero al nacer 
y muestra las proporciones relativas del abo­
maso con relación id pre-estómago. Nótese el 
tamaño del retículo y del omaso comparado con 
el del rumen y abomaso.
Cuando los rumiantes recién nacidos tienen 
acceso a los pastos comenzarán a pastar en la 
primera o segunda semana de vida, iniciando 
el crecimiento del pre-estómago. Pueden des-
CRECIMIENTO Y DESARROLLO DEL APARATO DIGESTIVO DE LOS RUMIANTES 51
Tabla 3.1. Crecimiento del aparato digestivo de terneros que consumen raciones ricas 
en heno o en cerealesa
Detalle”
3 semanas 
de edad 
sólo leche
12 semanas de edad
Rica en 
heno
Rica en 
concentrados
Concentrados, kg/día 0.45 2.27
Peso corporal vivo, kg 36.9 59.1 76.7
Peso corporal vacío, kg 34.6 45.3 65.4
Incremento LBW debido a lle­
nado de retículo-rumen, % 49.4 19.2
Peso tisular fresco
Retículo-rumen, g 244 1,678 2,120
g/kg EBW 7.1 37.0 32.4
Omaso, g 54 397 410
Abomaso, g 239 405 555
Intestino, g 1,778 5,315 6,722
Contenido-digesta
Retículo-rumen, g 750 10,900 7,700
g/kg EBW 22 241 118
Omaso, g 18 178 157
Abomaso, g 578 631 745
Tracto digestivo, g 2,300 13,800 11,300
Volumen, litros
Retículo-rumen 2.9 27.3 22.4
ml/kg EBW 83 603 343
Omaso 0.1 0.7 0.7
Abomaso 2.5 3.5 3.5
a Adaptado según Stobo y col. (14).
b LBW = peso corporal vivo, EBW = peso corporal vacío, volumen determinado me­
diante llenado con agua.
cubrirse pequeñas cantidades de hierba en el 
retículo-rumen de temeros, ciervos y corderos 
de 2 semanas de edad, y cantidades importan­
tes en el ternero de 3 semanas. Short (8) obser­
vó que un tercio del contenido gástrico total en 
cervatos de 2 semanas de edad consistía en are­
na y hierba que aparecían en el retículo-rumen. 
La mayor parte del contenido consistía en coá­
gulos de leche en el abomaso.
A las 4 semanas de edad el rumen ha creci­
do hasta alcanzar 4-8 veces su peso al nacer 
aunque sigue apareciendo como un saco elás­
tico, sin que sus paredes alcancen el espesor que 
es característico de las últimas etapas de su de­
sarrollo. Las papilas del rumen son mayores y 
más definidas y el consumo de forraje facilita 
el desarrollo de espacios entre las láminas del 
omaso (19). El abomaso ha aumentado de ta­
maño, de peso tisular y ha aumentado la an­
chura de los pliegues abómasales. En este mo­
mento, sobre el 40 % del contenido gástrico del 
ciervo aparece en el abomaso y consiste en coá­
gulos de leche y algo de materia vegetal (8).
A las 8 semanas de edad se ha duplicado el 
peso corporal de los terneros criados por sus 
madres o alimentados con pastos y el de cor­
deros y cervatos se ha cuadruplicado. Durante 
este período tiene lugar la máxima rapidez de 
crecimiento en el rumen, y alcanza las propor­
ciones del individuo adulto con respecto a los 
restantes órganos digestivos y al peso corporal. 
Las papilas del rumen aparecen bien desarro­
lladas, y en el ciervo alcanzan unos 4-5 mm de 
longitud y 1 mm de anchura. Retículo y orna-
52 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
Figura 3.6. Diagrama del estómago de un ternero recién 
nacido. Vista derecha con el rumen levantado. Según Sis- 
son y Grossman (20). Cortesía de W. B. Saunders Publis­
hing Co.
so han aumentado de peso con crecimiento 
muscular del omaso aunque los cambios son 
escasos en el abomaso. Sobre el 80 % del con­
tenido gástrico del cervatillo se encuentra en el 
retículo-rumen y tan sólo el 20 % del conteni­
do del abomaso consiste en coágulos de leche 
(8). Los rumiantes jóvenes de esta edad depen­
den principalmente de los productos de la fer­
mentación ruminal para su mantenimiento y 
crecimiento.
El peso total del tejido gástrico experimenta 
un incremento al desarrollarse los rumiantes 
proporcional al aumento de peso corporal. 
Aumenta la capacidad del rumen y prolifera su 
musculatura lisa, confiriéndole un aspecto mus­
culoso y pesado. Las papilas del saco craneal 
crecen hasta alcanzar unos 10 mm de longitud 
y 2 mm de grosor. El retículo sigue siendo un 
saco flexible sin el desarrollo muscular del ru­
men y representa tan sólo el 4-7 % de la capa­
cidad total del estómago y el 6 % de su volu­
men. Hofmann (21) afirma que el retículo es 
el tercero en tamaño tras el rumen y el aboma­
so en la mayoría de los rumiantes y solamente 
en unas pocas especies, tales como bovinos, bú­
falos, ñu y jirafa, es el retículo el menor de los 
cuatro compartimentos. El peso del omaso si­
gue aumentando en proporción relativa con la 
del resto del tracto digestivo hasta las 36-38 se­
manas de edad (16). La capacidad del omaso 
para contener digesta o fluidos aumenta de for­
ma muy lenta con el tiempo (22), indicando que 
el incremento de peso tisular se debe a un 
aumento de la musculatura y al crecimiento 
continuado de las láminas del omaso (15). El 
peso del abomaso sigue aumentando lentamen­
te transcurridas 4-8 semanas, debido con suma 
probabilidad a un incremento de la muscula­
tura de dicho órgano. En la Figura 3.7 se des­
cribe el aumento de peso del tejido gástrico des­
de el nacimiento hasta las 17 semanas de edad 
en terneros criados con sustitutivos de la leche 
y con acceso a los pastos, y en la Figura 3.8 el 
correspondiente a los corderos. El éxito relati­
vo del proceso del destete dependerá de la ra­
pidez con que se haya desarrollado el pre­
estómago, del tamaño del retículo-rumen, y de 
la facilidad relativa con que fermentan los ali­
mentos ingeridos.
Desarrollo comparativo
Sigue siendo difícil realizar comparaciones 
directas entre las especies sobre la velocidad con 
que se desarrollan sus pre-estómagos debido a 
variaciones en la dieta, rapidez de crecimiento 
corporal y condiciones experimentales. Además 
en el suborden Ruminantia se incluye un am­
plio espectro de estructuras básicas del estóma­
go que van desde el sistema relativamente sim­
ple de bolsas descubierto en ciertos rumiantes 
salvajes del Este africano hasta el estómago al­
tamente diferenciado de animales consumido-
Figura 3.7. Crecimiento del estómago de los terneros 
desde el nacimiento hasta 17 semanas de edad. Terneros 
alimentados con sustitutivo de la leche y con acceso a los 
pastos. Peso del tejido fresco del órgano expresado co­
mo un porcentaje del peso vivo. Adaptado de Godfrey 
(23).
CRECIMIENTO Y DESARROLLO DEL APARATO DIGESTIVO DE LOS RUMIANTES 53
Figura 3.8. Cambio relativo en los pesos de los tejidos 
frescos de los órganos de corderos en crecimiento expre­
sados como porcentaje del estómago total. Ver Figura 3.2 
para las raciones. Según Oh y col. (13).
res de gramíneas forrajeras como el vacuno do­
méstico (ver Capítulo 2). El tamaño del estó­
mago depende también del tamaño corporal y 
del tipo de dieta.
La Tabla 3.2 presenta el crecimiento del es­
tómago desde el nacimiento hasta la madurez 
para terneros, corderos, cervatillos y búfalos do­
mésticos criados en libertad que fueron alimen­
tados con distintas proporciones de heno y con­
centrados, siendo destetados tras alcanzar las 
6 semanas de edad. Estos datos sugieren que 
el desarrollo del retículo-rumen con respecto al 
peso corporal y enrelación con el peso del es­
tómago ha finalizado en esencia a las 8 sema­
nas de edad. Esta información y la aportada 
por Nangia (15) indica un desarrollo muy rá­
pido de las proporciones del estómago adulto 
en el búfalo doméstico que tiene lugar ya en 
las 4-6 semanas de edad. El retículo-rumen re­
presenta una proporción menor con respecto al 
peso corporal en corderos y cervatillos que en 
temeros y búfalos en crecimiento, diferencia que 
persiste en los individuos adultos. Las compa­
raciones realizadas entre búfalos asiáticos y va­
cuno en crecimiento indican un mayor tamaño 
relativo y desarrollo en el retículo-rumen- del bú­
falo doméstico (12, 22).
La fracción que representa el retículo con re­
lación al peso total del tejido gástrico varía den­
tro de unos márgenes relativamente pequeños 
durante el crecimiento. Los valores para corde­
ros alimentados en pastos van del 8,3 al 10,7 % 
(9), para búfalos en crecimiento alimentados 
con hierba del 9,0 al 12,0 % (15), para cervati­
llos mantenidos en prados del 5,6 al 9,1 % (8) 
y para cabras jóvenes alimentadas con dietas 
purificadas más distintas fuentes de fibra del 
9,2 al 11,7 % (25).
Las diferencias entre las especies referentes 
al tamaño del omaso durante el crecimiento y 
al alcanzar la madurez son acentuadas cuando 
se comparan tanto con el tamaño corporal co­
mo con la proporción relativa del estómago to­
tal. En los individuos adultos representa el 
0,5 % aproximadamente del peso corporal en 
vacuno y búfalo doméstico aunque solamente 
el 0,15-0,20 °/o en ciervos, ovejas y cabras. En 
este momento constituye del 20 al 24 % del pe­
so total del tejido gástrico en vacuno (11) y bú­
falos (15) y entre el 8 y el 9 % en ciervos y ove­
jas. Hofmann (21) ha observado que los ru­
miantes salvajes «selectores de concentrados» 
(con el estómago más primitivo dentro de los 
rumiantes) disponen de un omaso que es me­
nor y peor desarrollado que los consumidores 
de forrajes voluminosos como vacuno y 
búfalos.
En comparación con el desarrollo del pre- 
estómago, el abomaso cambia poco después del 
primer mes de vida, creciendo su peso tisular 
con la misma velocidad que el organismo total 
durante las 15-17 semanas siguientes o durante 
más tiempo. En este período representa el 0,5 % 
aproximadamente del peso corporal, descen­
diendo hasta 0,32-0,37 tfo en vacuno, búfalo do­
méstico y ovejas y hasta el 0,22 % en el ciervo 
a.1 alcanzar la madurez.
A las 10 semanás de edad los porcentajes re­
lativos medios de los compartimentos gástricos 
de ovejas jóvenes alimentadas únicamente con 
concentrados o con heno (tras el destete a las 
5 semanas) fueron: rumen 64,6 %, retículo 
9,7 %, omaso 5,7 % y abomaso 20,0 %. Los 
pesos de los órganos por unidad de peso cor­
poral (g/kg) fueron 21,8, 3,2, 1,9 y 6,7, respec­
tivamente (25). El peso del omaso con relación 
al peso corporal es menor y parece ser más si­
milar al del ciervo y ovejas mientras que el del 
retículo-rumen se aproxima más al del ganado 
vacuno. En la Figura 3.9 se aprecia el notable 
incremento que experimenta el tamaño del es­
tómago desde el nacimiento hasta la madurez.
Posición abdominal
Los pre-estómagos son pequeños en los ani­
males recién nacidos y se sitúan próximos a la
54 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
Tabla 3.2. Crecimiento del estómago de ganado vacuno, búfalo doméstico, ciervo y ovejas expresado en forma de peso 
tisular fresco, peso tisular fresco/kg de peso vivo y como porcentaje del estómago totala
Búfalo doméstico
Edad,
semanas
Peso 
corporal, 
kg
Retículo-rumen Omaso Abomaso
Ref.g g¿kg % g g/kg %9 g/kg %
Vacuno
Nacimiento 23.9 95 4.0 35 40 1.68 14 140 2.13 51 23
2 25.8 180 7.0 40 65 2.51 15 200 7.75 45
4 32.6 335 10.3 55 70 2.15 11 210 6.44 34 //
8 42.9 770 18.0 65 160 3.72 14 250 5.82 21 ••
12 59.7 1,150 19.3 66 265 4.43 15 330 5.52 19 //
17 76.3 2,040 26.7 68 550 7.21 18 425 5.57 14
Adulto 325.4 4,540 14.0 62 1,800 5.53 24 1,030 3.17 14 11
Algunos datos son adaptados a partir de las referencias para su presentación aquí, especialmente peso/kg de peso vivo.
3 34.0 439 12.9 65 54 1.59 8 180 5.29 27 22
6 38.7 553 14.3 68 60 1.55 7 206 5.32 25 //
9 44.7 875 19.6 71 133 2.98 11 223 4.99 18 //
12 45.7 1,084 23.7 71 183 4.00 12 258 5.65 17
15 56.7 1,348 23.8 71 270 4.76 14 286 5.04 15 //
Adulto 347.6 7.000 20.3 70 1,800 5.18 18 1,200 3.45 12 10
Ciervo
Nacimiento 3.9 9 2.3 25 2 0.51 6 25 6.91 69 8
2 6.3 33 5.3 39 5 0.79 6 45 7.46 47
4 7.0 54 7.7 63 3 0.43 3 32 4.57 36 n
8 15.6 210 13.4 71 17 1.09 6 70 4.49 24 n
12 20.0 211 10.6 79 11 0.55 4 45 2.25 17 ••
16 28.5 350 12.3 84 19 0.66 5 48 1.68 11 II
Adulto 66.9 1,010 15.1 80 102 1.52 8 145 2.17 12
Ovejas
Nacimiento 5.7 19 3.3 32 5 0.86 8 36 6.32 60 9
2 12.1 39 3.2 36 5 0.41 5 63 5.21 59 ••
4 14.4 131 9.1 62 11 0.76 5 68 4.72 33 u
8 21.5 343 15.9 77 21 0.98 5 82 3.81 18
12 30.0 466 15.5 71 45 1.50 7 145 4.83 22 9 9
16 38.9 695 17.9 72 59 1.53 6 206 5.29 22 //
Adultas 61.8 919 14.9 73 119 1.92 9 226 3.66 18 24
porción anterior de la cavidad abdominal con 
el rumen de terneros y corderos recién nacidos 
en una posición intermedia entre las superfi­
cies dorsal y ventral, mientras que en las cabras 
recién nacidas se encuentra más próximo a la 
superficie dorsal. Por el contrario, el abomaso 
aparece bien desarrollado, situado bajo los pre­
estómagos y sobre el suelo del abdomen direc­
tamente detrás del diafragma con su eje longi­
tudinal en dirección dorso-ventral. Cuando apa­
rece lleno de digesta, si sitúa sobre el lado iz­
quierdo del cuerpo y se extiende desde el dia­
fragma hasta el tercio posterior o caudal del ab­
domen. La región pilórica aparece a la derecha 
de la línea media y gira dorsalmente hacia el 
píloro y el duodeno.
La gotera reticular sigue una dirección dorso- 
ventral pasando de esta posición vertical hacia 
una horizontal cuando el abomaso se llena du­
rante una comida. Aparece totalmente horizon­
tal cuando se ha llenado el abomaso de los ter­
neros. El cierre de la gotera reticular y la dila­
tación simultánea del orifico retículo-omasal y 
del canal omasal forma un conducto que per-
CRECIMIENTO Y DESARROLLO DEL APARATO DIGESTIVO DE LOS RUMIANTES 55
Figura 3.9. Cambios en el estómago ovino con la edad. Fila superior: nacimiento, 2 semanas y 4 semanas de edad. Fila 
inferior: 6 semanas, 8 semanas y estómago de un cordero cebado de edad desconocida. Según Church (16).
mite que la leche consumida pase directamen­
te al abomaso evitando su penetración en el pre­
estómago (26).
El espacio que precisa el rumen aumenta rá­
pidamente cuando se inicia el consumo de ali­
mentos sólidos. Tamate (27) descubrió que el 
saco ventral llegaba al fondo de la cavidad ab­
dominal y se extendía en dirección posterior y 
ventral, llegando casi hasta la entrada de la' pel­
vis en terneros de 12 semanas de edad que con­
sumían heno y concentrados. El rumen ocupa­
ba la totalidad del lado izquierdo de la cavidad 
abdominal. El aumento de tamaño del rumen 
puede ser más rápido en cabritos jóvenes que 
tienen acceso a la hierba llegando hasta la en­
trada de la pelvis a las 4 semanas de edad. El 
rumen ocupa tres cuartas partes de la cavidad 
abdominal con 6-9 semanas de edad.
El retículo se desarrolla más lentamente que 
el rumen y cuando son destetados los cabritos 
se extiende hacia adelante hasta la pared del dia­
fragma. Aparece situado hacia la izquierda de 
la cavidad abdominal y en contacto con los ex­
tremos inferiores de los espacios intercostales 
6? y 7.°. El desarrollo del omaso es muy lento, 
con tan sólo un ligero aumento de tamaño en 
el destete y aparece como una bolsa un poco 
más apreciable cerca del abomaso. La posición 
del omaso en el individuo adulto se encuentra 
en el lado derecho del cuerpo en los extremos 
ventrales de los espacios intercostales 7? y 9.°. 
Es pequeño en cabras y ovejas adultas así co­
mo en terneros en fase de crecimiento y se ubi­
ca sobre la superficie dorsal del abomaso. Sin 
embargo, en el ganado vacuno adulto el oma­so es amplio, descendiendo hacia el suelo del 
abdomen, empujando el cuerpo del abomaso 
hacia la línea media y determinando que se for­
me un ángulo recto entre las regiones fúndica 
y pilórica.
El abomaso se desplaza en dirección caudal 
desde el diafragma durante las 2-3 primeras se­
manas de vida mientras aumenta de tamaño el 
retículo. A las 12 semanas queda confinado en­
tre el suelo del abdomen y el saco ventral del 
rumen en expansión y se mueve hacia el lado 
derecho de la cavidad abdominal (27). El abo­
maso alcanza la posición del individuo adulto 
cuando el rumiante consume grandes cantida­
des de alimento sólido. Su posición puede va­
riar según sea la cantidad de digesta contenida 
en dicho órgano y por las contracciones del re­
tículo y del rumen debido a las inserciones di­
rectas entre estos órganos y el abomaso (21).
Amasaki y col. (28) estudiaron recientemente 
las posiciones relativas de los órganos digesti­
vos del ternero de 3 semanas de edad que se re­
producen en la Figura 3.10. Cabe destacar de 
forma particular el notable incremento de es­
pacio que precisan el retículo y el omaso en cre­
cimiento en la parte anterior de la cavidad ab­
dominal, la expansión de los compartimentos 
del rumen hacia la zona posterior y los cam­
bios que experimenta la posición del hígado.
56 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
Figura 3.10. Posición en el abdomen de los órganos digestivos de un ternero de 3 semanas y de un bovino adulto. Las 
vistas son secciones transversales en las vértebras torácicas 6.a, 9.a y 13.a. Las letras corresponden a: H = hígado; Ru = 
rumen; Re = retículo; Om = omaso; Ab = abomaso; L = bazo; I = intestino delgado y grueso; Rr = riñón izquierdo; 
R1 = riñón derecho. Según Amasaki y col. (28). Cortesía de H. Amasaki, Nippon Vet. and Zootech. College.
VOLUMEN DEL ESTOMAGO
Para determinar el desarrollo del estómago 
durante el crecimiento de los rumiantes se han 
utilizado varios métodos. Entre los mismos se 
incluye: a) peso del tejido húmedo o seco del 
órgano, b) peso del tejido del órgano seco y ca­
rente de grasa, c) llenado con agua, cantidad 
de agua que puede contener el órgano extraí­
do sometido a una ligera presión cuando se su­
merge en agua, d) mediante el peso de la di­
gesta contenida en el momento del sacrificio, 
e) vaciando el retículo-rumen a través de una 
fístula, y f) mediante técnicas de dilución con 
marcadores líquidos. Aunque cada uno de los 
métodos indicados calcula el tamaño y la ca­
pacidad relativa del órgano, la exactitud de la 
determinación puede verse influenciada por el 
contenido en grasa y humedad del tejido fres­
co, por el desarrollo relativo del epitelio y del 
músculo, por la distensión cuando se llena, por 
el consumo de pienso antes de la determinación, 
por la velocidad en el paso de la digesta, y por 
la mezcla y dilución del marcador. Church y 
col. (29) descubrieron que el volumen del ru­
men y los pesos del tejido seco del órgano de 
corderos lactantes criados teniendo acceso a los 
alimentos sólidos mantienen una elevada corre­
lación e indicaron que el peso del tejido resul­
ta satisfactorio como medida del desarrollo. El 
llenado con agua proporciona unos cálculos de 
capacidad mucho mayores que las determina­
ciones más fisiológicas de la digesta contenida 
en el órgano. Dichas estimaciones pueden su­
perar el volumen de digesta real en 1,5-1,7 ve­
ces en el ganado vacuno (3) con diferencias de 
hasta 3-4 veces observadas en el búfalo domés­
tico (22). Este método resulta particularmente 
difícil en rumiantes con edades inferiores a las 
8 semanas porque la pared del rumen es delga­
da y se distiende fácilmente (30).
Warner y Flatt (3) resumieron los datos so­
bre el volumen del rumen bovino obtenidos ba­
jo distintas condiciones y, a continuación, se 
incluyen algunos extractos de sus conclusiones. 
Cuando las determinaciones se realizan median-
CRECIMIENTO Y DESARROLLO DEL APARATO DIGESTIVO DE LOS RUMIANTES 57
te llenado con agua, el volumen del retículo- 
rumen de los temeros recién nacidos con un pe­
so de 36 kg era de 44 ml/kg de peso corporal 
vacío, en terneros de 13 semanas de edad con 
un peso de 94 kg era de 300 ml/kg y en vacuno 
con un peso medio de 542 kg variaba entre 230 
y 360 ml/kg. El peso de la digesta del retículo- 
rumen de vacuno obtenida inmediatamente des­
pués de consumir un pienso de un heno largo 
de excelente calidad era de 33 kg en novillas que 
pesaban 201 kg y variaba entre 39-84 kg en va­
cuno adulto pesando entre 510-653 kg.
Church (16) indica que el retículo-rumen no 
suele llenarse totalmente con la digesta porque 
contiene una cantidad apreciable de gas. Ade­
más ve limitada su capacidad por su propio ta­
maño y por los órganos y tejidos adyacentes so­
bre los que descansa. Una vez abierto para rea­
lizar su medición se relajan los músculos y li­
gamentos del estómago dando una medida di­
ferente de su capacidad. Sugiere que el mejor 
procedimiento de «llenado fisiológico» sería la 
determinación del contenido del estómago de 
un animal alimentado normalmente. Los datos 
de la Tabla 3.3 ilustran el aumento que experi­
menta la capacidad del estómago con la edad 
cuando se determina mediante el contenido del 
estómago o su llenado con agua.
Puede emplearse una ecuación allométrica 
para relacionar los parámetros del crecimiento 
del aparato digestivo en relación con los cam­
bios de peso corporal mediante la ecuación: Y 
= aXb, siendo Y el parámetro del aparato di­
gestivo en forma de peso de tejido fresco o ca­
pacidad del órgano, X el parámetro del peso 
corporal y b el coeficiente de regresión. Esta ex­
presión ha servido para comparar las tasas re­
lativas del desarrollo de los órganos digestivos 
del búfalo doméstico con relación al cebú (Bos 
indicus) (12) y el vacuno cruzado Frisón (B. tau- 
rus) (10), para determinar la influencia de la nu­
trición sobre el crecimiento de los órganos di­
gestivos en vacuno Angus (11) y para relacio­
nar los efectos de los alimentos líquidos frente 
a los sólidos sobre el desarrollo del rumen de 
la cabra (33). Se han publicado las relaciones 
lineales entre el consumo acumulado de alimen­
tos sólidos y el crecimiento del retículo-rumen 
en cabras creciendo y en terneros de razas le­
cheras de 5-12 semanas de edad (34).
Los marcadores, especialmente el polietile- 
no glicol (PEG), han demostrado su utilidad 
para determinar el volumen del rumen en ani­
males viejos intactos, obteniéndose un buen pa­
ralelismo entre las mediciones realizadas me­
diante el Volumen de líquido usando PEG en 
comparación con el vaciado directo a través de 
una fístula en el rumen (35). Egan y col. (36) 
valoraron un sistema de doble marcador en ove­
jas usando Cr51-EDTA para determinar el vo­
lumen de la fase líquida y como marcador de 
la fase sólida, un complejo marcado con Ru103, 
y descubrieron una buena coincidencia con las 
mediciones directas. Estos y otros marcadores 
utilizados en animales viejos podrían ser muy 
útiles para estudiar el crecimento del aparato 
digestivo y su dinámica en rumiantes en vías 
de crecimiento. La exactitud de las determina­
ciones del volumen de fluidos depende del equi­
librio del marcador con la fase líquida del con­
tenido del órgano, de qúe se mantenga cons­
tante el volumen del retículo-rumen durante el 
período de la determinación y de la penetra­
ción del marcador en todo el espacio ocupado 
por el agua (37). Consultar el Capítulo 8 o bien 
a Van Soest (37) y Faichney (38) para el em­
pleo de los marcadores en la medición del vo­
lumen, velocidad de paso de la digesta y diná­
mica de la digestión.
DESARROLLO EPITELIAL
Los tejidos del estómago consisten en una ca­
pa externa de tejido conjuntivo que recubre una 
capa subyacente de músculo con un epitelio in­
terno claramente diferenciado. Los músculos 
que rodean a cada órgano sirven para mezclar 
la digesta y movilizarla a través del aparato di­
gestivo. La musculatura se desarrolló en los ru­
miantes jóvenes al ingerir piensos sólidos y,en 
particular, forrajes fibrosos groseros. El epite­
lio del pre-estómago del rumiante desarrolla­
do interviene en la absorción y metabolismo de 
minerales y ácidos grasos volátiles. Protege tam­
bién a los tejidos subyacentes de la abrasión rea­
lizada por la digesta y de la invasión microbia­
na. La superficie epitelial se amplía considera­
blemente por la existencia de grandes papilas 
que contienen un núcleo de tejido conjuntivo 
ricamente vascularizado.
El recubrimiento interior del pre-estómago 
es un epitelio en vías de queratinización, no 
glandular que difiere de otros epitelios en va­
rios aspectos. Tiene suma importancia el hecho 
de que las células del estrato basal contienen 
vesículas grandes, numerosos ribosomas, mito- 
condrias y vesículas de Golgi (Fig. 3.11), que
58 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
Tabla 3.3. Volumen y contenido del retículo-rumen o estómago completo de rumiantes en crecimiento.
Edad, 
semanas
Peso 
corporal 
kg Forraje de la dieta
Volumen3 Contenido
Ref.mi ml/kg mi ml/kg
Terneros
Nacimiento 42.4 Heno y cereales 636 15.0 27
4 47.5 aa 4,105 86.5 aa
8 70.0 aa 7,105 101.5 aa
12 104.4 aa 11,902 114.0 aa
14 76.0 Pastos 16,900 222.4 7,100 93.4 31
Adulto 313.2 Forraje/concentrados 56,900 181.7 10
Zebú 340.4 Paja 63,700 187.1 12
Búfalo
3 34.0 Gramíneas forrajeras 7,584 223.1 469 13.8 22
6 38.7 aa 10,728 275.1 .1,950 50.1 aa
9 44.7 aa 13,536 300.8 4,392 98.3
12 45.7 aa 16,796 365.1 5,548 121.4 aa
15 56.7 aa 18,105 317.6 6,333 111.7 aa
Adulto 347.6 Paja 59,600 171.6 12
Ovejas
3 7.6 Pasto a diente 83 10.9 32
6 10.5 aa 538 51.2 aa
9 27.7 aa 2,043 73.7 aa
16 38.3 aa 3,960 103.4 9
29 53.2 aa 4,796 90.2 //
47 61.8 aa 4,286 69.4 //
Cabras
Nacimiento 2.6 Leche solamente 70 26.9 33
2 4.7 aa 140 29.8 aa
5 4.8 Pasto a diente 1,734 361.2
9 5.2 aa 3,021 581.0 aa
3 Volumen determinado mediante llenado con agua. Algunos datos son adaptados de las referencias, particularmen­
te el volumen por kg de peso vivo.
Ciervo (estómago completo)
Nacimiento 3.9 Pasto a diente 290 75.1 9 2.3 8
2 6.3 aa 846 134.7 33 5.2 aa
4 7.0 aa 1,075 152.9 54 7.7 aa
8 15.2 aa 3,192 204.0 210 13.4 aa
12 20.0 aa 2,987 149.6 211 10.6 a a
16 28.5 aa 3,487 122.5 350 12.3 aa
Adulto 66.9 aa 9,525 142.5 1,010 15.1 aa
intervienen en la asimilación y metabolismo de 
los productos absorbidos en el pre-estómago. 
Se producen varios cambios cuando las célu­
las básales se diferencian y pasan hacia la su­
perficie epitelial que mira hacia la luz del ór­
gano (Fig. 3.12). En las células del estrato es­
pinoso se forman gránulos mucosos unidos a 
la membrana y agregados de filamentos (40). 
En el estrato granuloso aparecen síntomas de 
degeneración celular y aumenta la formación 
de fibrillas con pérdida de los espacios interce­
lulares que aparecen cerca del estrato espinoso 
mediante la fusión de membranas adyacentes 
cerca del estrato córneo. La separación de las
CRECIMIENTO Y DESARROLLO DEL APARATO DIGESTIVO DE LOS RUMIANTES 59
BM
CT
ESTRATO 
ESPINOSO
ESTRATO 
CORNEO
ESTRATO 
GRANULOSO
ESTRATO 
BASAL
LUZ
BM
CT
FILTRACION 
BACTERIANA
. FORMACION 
DE QUERATINA
TEJs 
ABSORCION 
SELECTIVA
CAPA MUSCULAR ARTE RIOLA
Figura 3.11. Un diagrama de la sección transversa de 
la pared del rumen totalmente desarrollada indicando los 
tipos de células y las capas presentes. Se omiten los deta­
lles de las uniones celulares. Las letras corresponden a: 
B, célula ramifica; BM, membrana basal; CAP, capilar; 
CT, tejido conjuntivo; F, fibroblasto; N, tronco nervio­
so; TCJ, unión celular íntima. Según Steven y Marshall 
(39). Cortesía de D. H. Steven, Universidad de Cambridge.
• BOMBA DE SODIO
Figura 3.12. Representación de los cambios que expe­
rimentan las células básales durante su paso a la luz epi­
telial. Cuando las células pasan a la luz epitelial apare­
cen granulos (G), se acumulan fibrillas y degeneran los 
núcleos (N). La falta de una degeneración nuclear com­
pleta con un engrosamiento debido a una acumulación 
de granulos situados centralmente origina células para- 
queratóticas. Según Steven y Marshall (39). Cortesía de 
D. H. Steven, Universidad de Cambridge.
uniones celulares íntimas tiene lugar durante el 
proceso de transición hacia el estrato córneo.
Las células del estrato córneo constan de un 
núcleo de material granulosos fino rodeado de 
fibrillas que determinan el tipo celular córneo 
característico de la superficie epitelial del pre­
estómago, incluida la existencia de espacios in­
tercelulares (39). El examen microscópico del 
estrato córneo revela la existencia de células par­
cialmente queratinizadas con extensiones en for­
ma de microvellosidades rizadas sumamente pa­
recidas a las células terminales del epitelio pro­
ductor de mucus. También contiene un núme­
ro relativamente elevado de filamentos y ma­
terial condensado semejante a las células cór­
neas del epitelio en vías de queratinización. Las 
características de persistencia, insolubilidad y 
falta de reacción de las queratinas se ven mo­
dificadas por las condiciones de saturación del 
rumen y estas queratinas blandas es probable 
que resulten más permeables al agua y mate­
riales hidrosolubles. La superficie resultante es 
un sistema complejo de células queratinizadas 
que ofrecen una buena protección frente a la 
abrasión con células mucosas que resultan me­
nos protectoras aunque provistas de buenas cua­
lidades para la absorción (40).
Sobre la superficie del epitelio se descubre un 
gran número de microorganismos; en algunos 
casos pueden aparecer en los espacios interce­
lulares del estrato córneo y, de forma ocasio­
nal, pueden introducirse en las células córneas 
más externas (40, 41). No se han descubierto
60 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
diferencias en la ultraestructura de los epitelios 
de rumen, retículo u omaso (40).
Histológicamente, al nacer el epitelio del ru­
men ha cambiado desde el tipo cuboide estra­
tificado descubierto en las etapas fetales me­
dias para constituir un epitelio queratinizado, 
estratificado y escamoso similar al del adulto, 
aunque menos desarrollado. No se ha desarro­
llado el estrato córneo, aunque en el rumen del 
cordero aparece una capa externa de células 
queratinizadas planas sobre tres capas celula­
res gruesas (19). Estas células carecen de ma­
sas apreciables de materia granular fina y de 
fibrillas densas características del estrato cór­
neo de los individios adultos. El estrato basal 
parece definido aunque con una estructura ce­
lular más comprimida que en el adulto. No apa­
rece estrato granuloso continuo definido (39).
FACTORES QUE INFLUYEN EN EL 
DESARROLLO DEL PRE-ESTOMAGO
No se han estudiado en profundidad los efec­
tos de la nutrición materna sobre el crecimien­
to y desarrollo del conducto digestivo fetal. Las 
limitadas investigaciones existenten sugieren que 
el peso del conducto digestivo se ve reducido 
menos intensamente que el peso total del feto 
cuando las ovejas reciben un plano nutritivo ba­
jo durante la última mitad de la gestación. El 
crecimiento del abomaso se ve más afectado que 
el de otros órganos del aparato digestivo, una 
diferencia que persiste después del nacimiento 
en corderos que reciben un plano bajo de nu­
trición. Esto puede contribuir a un empleo de­
ficiente de la leche ingerida a temprana edad. 
Los corderos criados con una dieta deficiente 
en ácidos grasos esenciales ganan peso con me­
nor rapidez y muestran una limitación en el cre­
cimiento de los órganos digestivos similar al ob­
servado en los que reciben un plano bajo de nu­
trición (42).
La interrupción del crecimiento resultante de 
un plano bajo de nutrición reduce el peso de 
los tejidos del aparato digestivo. Murray y col. 
(11) observaron reducciones en los pesos de los 
tejidos de todos los órganos del aparato diges­
tivo en ganado vacuno productor de carne de 
300-440 kg cuando un período de crecimiento 
activo (0,8 kg/día) fue seguido por un período de 
150 días de mantenimiento (sin crecimiento). El 
intestino delgadoperdió un 32 % de peso mien­
tras que omaso, retículo-rumen, infestino grueso 
y abomaso disminuyeron en el 18,18, 7 y 15 %. 
Estos investigadores citan (43) reducciones si­
milares, aunque mayores, en ovejas de 25 kg so­
metidas a mantenimiento durante un período 
de 50 días con reducciones en los respectivos ór­
ganos de 45, 29, 27, 24 y 9 %.
La normalidad en el crecimiento y desarro­
llo del estómago de los rumiantes puede ser al­
terado por los alimentos ingeridos, por su con­
dición física y por la situación nutritiva del ani­
mal. Incluyendo o excluyendo concentrados o 
forrajes y el tratamiento de los forrajes puede 
estimular o retrasar la velocidad del crecimiento 
del pre-estómago en tamaño, desarrollo mus­
cular y epitelial. Sin embargo, el desarrollo del 
pre-estómago es pequeño o nulo cuando no se 
ingieren alimentos sólidos, como sucede con al­
gunos programas de alimentación (44) o con un 
aporte abundante de leche en condiciones ex­
tensivas (31).
Iniciación del crecimiento del pre-estómago
Los datos de Warner y col., que aparecen en 
la Tabla 3.4 ponen claramente de manifiesto los 
principales efectos de la dieta sobre el desarro­
llo del estómago en los terneros de razas leche­
ras. La falta de desarrollo del pre-estómago con 
todas las dietas a base de leche contrasta cla­
ramente con los efectos estimulantes de concen­
trados o heno. Sin embargo, la mayor capaci­
dad del pre-estómago de los terneros alimen­
tados con heno se debe a la distensión del 
retículo-rumen más que a un aumento del cre­
cimiento del omaso. La inclusión de concentra­
dos en raciones basadas en forraje para terne­
ros (46), cabras (25) y búfalos domésticos (15) 
aumenta la rapidez en la formación del epite­
lio y del crecimiento de los animales aunque re­
trasa el desarrollo del tamaño y musculatura 
del estómago. El crecimiento de las papilas es 
pequeño en el rumen de terneros alimentados 
exclusivamente con leche durante 16 semanas 
(2 mm de longitud aproximadamente), mien­
tras que tiene lugar un amplio crecimiento de 
las papilas (10 mm de longitud aproximadamen­
te) cuando se incluyen alimentos sólidos en la 
dieta (45) (ver Lámina 3.1). La leche colocada 
directamente en el rumen o que gotea en el in­
terior del mismo puede iniciar también el de­
sarrollo epitelial en el pre-estómago (27).
Los materiales voluminosos sin capacidad pa­
ra fermentar como cerdas de nilón, esponjas de 
plástico, cubos de plástico y virutas de madera
CRECIMIENTO Y DESARROLLO DEL .APARATO DIGESTIVO DE LOS RUMIANTES 61
Tabla 3.4. Pesos del tejido seco libre de grasa y capacidad de los órganos del estómago de terneros alimentados con 
distintas dietas hasta las 13 semanas de edada
Dieta
Peso 
corporal 
vacío, 
kg Retículo-rumen Omaso Abomaso
9 g/kg
Peso del tejido libre
9
de grasa . • 
g/kg 9 g/kg
Recién nacido
13 semanas de edad
35.4 20.9 0.59 6.1 0.17 25.7 0.73
Leche solamente 93.1 78.7 0.85 20.5 0.22 60.5 0.65
Concentrados I04.9 356.1 3.39 56.1 0.54 48.1 0.46
Heno 53.6 195.9 3.65 30.6 0.57 36.6 0.68
Heno + conc. 94.0 250.5 2.67 75.6 0.80 59.4 0.63
.................................................. Volumen...........................................................
mi ml/kg mi ml/kg mi ml/kg
Recién nacido 35.4 1,559 44 102.5 T.1 2,105 59.5
13 semanas de edad
Leche solamente 93.1 7,394 70 184.8 1.8 3,235 30.8
Concentrados 104.9 30,037 286 878.0 8.4 2,542 24.2
Heno 53.6 37,071 692 1,157.0 21.6 3,778 70.5
Heno + conc. 94.0 28,159 300 1,780.6 18.9 3,105 33.0
a Adaptado de Warner y col. (45). Volumen determinado mediante llenado con agua. Volumen y peso del órgano libre 
de grasa por unidad de peso corporal vacío (carente de ingesta).
no inician el desarrollo del epitelio aunque pro­
vocan la expansión y crecimiento muscular del 
rumen y del retículo. Las sales de ácidos gra­
sos volátiles introducidas directamente en el ru­
men inician el desarrollo papilar y de la totali­
dad del epitelio aunque no estimulan el creci­
miento del tejido muscular. El butirato de so­
dio es el compuesto más eficaz, cuando la de­
terminación se efectúa mediante el peso tisu- 
lar y los índices de mitosis, seguido por el pro­
pionate y el acetato (47). En realidad, la adi­
ción de niveles de ácido butírico al rumen de 
ovejas adultas para simular la introducción sú­
bita de cereales tratados determina una inten­
sa proliferación del epitelio asimismo (48). Es­
ta respuesta puede ser el resultado de un ma­
yor flujo de sangre hacia las papilas (49) o ser 
consecuencia de una ligera respuesta inflama­
toria originada por la lesión del ácido sobre el 
epitelio (50).
Utilizando cabras de 3 a 4 semanas de edad 
como animales de investigación, Hamada (50) 
descubrió que el 1,2-propanediol (glicol propi- 
leno) resultaba eficaz para estimular el desarro­
llo del rumen bien administrado directamente 
en el retículo-rumen o en el abomaso. Este com­
puesto puede fermentar en el rumen originan­
do la formación de ácido propiónico o puede 
ser absorbido (51). También constituye un me­
tabolite intermedio en la conversión del lacta­
te en glucosa (52). La eficacia de su colocación 
directa en abomaso puede explicarse mediante 
la llegada del compuesto a los tejidos rumina­
tes a través de los vasos sanguíneos del rumen, 
atravesando fácilmente las barreras celulares pa­
ra estimular la síntesis del DNA epitelial y el 
crecimiento celular. Cuando se combina con un 
material voluminoso inerte (cubos de plástico), 
se estimula tanto el crecimiento del epitelio del 
rumen como el muscular (50).
Cuando el animal tiene acceso a los alimen­
tos sólidos se produce también un desarrollo 
claro de los estratos epiteliales. La queratini- 
zación aparente del estrato córneo tiene lugar
62 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
ABC
Lamina 3.1. Pre-estómago de corde­
ros al nacer y de terneros criados con 
distintas dietas. En corderos recién na­
cidos: A, epitelio del rumen, saco dor­
sal, x 7,8; B, retículo, x 3,6; C, omaso 
seccionado, nótese las yemas en las lá­
minas de 5? orden, x 12,8; según War- 
drop (19). Papilas del rumen de terne­
ros de 8 semanas de edad alimentados 
con diferentes dietas: D, alimentado con 
leche en un pozal con tetina; F, alimen­
tado con leche más 6,7 kg de butirato 
de Na y 1.120 esponjas; H, alimentado 
con leche, heno y concentrados. Según 
Tamate (27). Cortesía de A. D. McGi- 
lliard, Universidad del Estado de Iowa. U H
CRECIMIENTO Y DESARROLLO DEL APARATO DIGESTIVO DE LOS RUMIANTES 63
a las 8 semana de edad en el búfalo doméstico, 
siendo parecida a la del animal adulto a las 
12-16 semanas. El desarrollo resulta muy esca­
so cuando los temeros son alimentados como 
pre-rumiantes durante 12 semanas, aunque el 
epitelio experimenta un crecimiento rápido y 
presenta cierta queratinización 4 semanas des­
pués de la introducción de concentrados. Sin 
embargo, fueron precisas 8 semanas para el de­
sarrollo de un estrato córneo apreciable. La pre­
sencia de lípidos, glucógeno y alcalino fosfa- 
tasa se observó histoquímicamente en los epi­
telios ruminales en terneros de búfalo alimen­
tados tanto con leche únicamente como con 
piensos concentrados, aunque la suplementa- 
ción de concentrados a temprana edad deter­
minó que las concentraciones fuesen más ele­
vadas (53). Se sugiere una maduración precoz 
en corderos que presentan características his­
tológicas de individuos adultos a las 11 sema­
nas de edad (19). También se aprecia cierto de­
sarrollo en corderos de 7 semanas alimentados 
exclusivamente con leche con formación de un 
estrato córneo bien definido tan sólo 4 sema­
nas después de iniciar el consumo de heno.
Se ha demostrado que la insulina estimula 
la proliferación de las células epiteliales del ru­
men (54), y esta hormona junto con otras pue­
de actuar en el control del desarrollo epitelial 
y ser un mediador de la estimulación de la mi­
tosis inducida por los ácidos grasos volátiles. 
Se ha demostrado in vitro que el butirato esti­
mula la liberación de insulina del páncreas delas ovejas (55).
Influencias dietéticas
El grado de desarrollo que alcanza el pre- 
estómago de rumiantes jóvenes criados en con­
diciones extensivas puede ser retrasado o esti­
mulado por la capacidad de sus madres para 
producir leche. Stewart (31) descubrió unos in­
crementos muy escasos en los pesos de tejidos 
frescos, capacidad del retículo-rumen, o desa­
rrollo papilar en terneros de razas para carne 
que pastaban con sus madres hasta el destete 
a las 9 semanas de edad. El consumo de una 
dieta rica en concentrados tras el destete deter­
minó un incremento notable de los tres pará­
metros a las 14 semanas de edad. Los terneros 
que dejaban de mamar mientras pastaban du­
rante este período crecieron con mayor rapidez 
que los destetados a las 9 semanas, aunque era 
menor el peso del tejido ruminal, y el desarro­
llo del volumen y de las papilas del rumen.
En pre-rumiantes más viejos es rápida la 
adaptación al consumo de alimentos sólidos. 
Singh y Yadava (56) descubrieron que terneros 
pre-rumiantes de vacuno y de búfalo de 15 se­
manas de edad experimentaban un desarrollo 
del peso de los tejidos del rumen, del conteni­
do y volumen del aparato digestivo en las 4 se­
manas siguientes tras el cambio a una dieta de 
heno y concentrados hasta igualar el desarro­
llo que habían alcanzado terneros con acceso 
a dichos alimentos desde las 3 semanas de edad. 
Sin embargo, el desarrollo de las papilas del ru­
men, así como de epitelio y músculo experimen­
ta una reducción notable cuando los temeros 
pasan de raciones ricas en concentrados a otras 
ricas en forraje. La eliminación total de forra­
jes y concentrados de la dieta de terneros ru­
miantes seguida por un retomo a una dieta to­
talmente láctea determina la desaparición de las 
papilas del rumen, la regresión del tejido mus­
cular del retículo-rumen y la interrupción del 
crecimiento dél retículo-rumen y del omaso.
Terneros alimentados exclusivamente con le­
che pueden persistir en una situación del pre- 
rumiantes durante un amplio período de tiem­
po. Thivend y col. (44) descubrieron incremen­
tos en el crecimiento del retículo-rumen coin­
cidentes con el crecimiento corporal sin que se 
apreciasen los cambios en el desarrollo obser­
vados cuando se ingieren alimentos sólidos, e 
incluso en animales de 7 meses de edad con pe­
sos de hasta 300 kg. El peso del conducto di­
gestivo total y de su contenido mantienen una 
proporción constante con el peso corporal, re­
presentando el estómago de forma constante un 
35 % del peso de la totalidad del aparato di­
gestivo. El redimiento de la canal de los terne­
ros fue similar al de los animales 
monogástricos.
La presencia de fibra en la dieta, en forma 
relativamente basta, puede ser necesaria para 
el desarrollo y funcionamiento normal del ru­
men (57, 58). McGavin y Morrill (57) observa­
ron cambios apreciables en el epitelio del ru­
men de terneros de 4 y 6 semanas de edad ali­
mentados con piensos concentrados granulados 
ricos o pobres en fibras en comparación con 
terneros que ingerían también heno largo. En 
la Lámina 3.2 aparecen observaciones seleccio­
nadas de papilas procedentes del suelo ventral 
del atrium ruminis (saco craneal). Las papilas 
normales en forma de lengua aparecen en ter­
neros alimentados con heno largo (A, x 7) 
mientras que los terneros que recibieron con­
centrados granulados ricos en fibra (con adi-
64 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
E
Lámina 3.2. Microscopía y examen histológico con microscopio electrónico tomógrafo de las papilas del rumen de terne­
ros de 6 semanas de edad alimentados con, distintas dietas. Ver texto para la descripción de las fotografías. Según McGavin 
y Morrill (57). Cortesía de M. D. McGavin. Colegio de Medicina Veterinaria, Universidad de Tennessee y de Amer. J. Vet. Res.
CRECIMIENTO Y DESARROLLO DEL APARATO DIGESTIVO DE LOS RUMIANTES 65
ción de un 25 97o de alfalfa molturada) mostra­
ban papilas con formas mucho más variadas, 
siendo redondeadas una elevada proporción con 
queratinización en sus puntas (B, x 19,2). Por 
el contrario, el concentrado granulado pobre en 
fibra determinó que las papilas fuesen peque­
ñas, nodulares, con forma de coliflor, provis­
tas de tallos estrechos, de color muy oscuro, in­
tensamente queratinizados, y con ingesta con­
teniendo pelo introducida entre las mismas. La 
ramificación de las papilas apareció bien de­
sarrollada (C, x 14,7; D, x 44,8). El examen 
histológico de las papilas reveló paraquerato- 
sis con ingesta y bacterias descubiertas también 
entre las capas de células paraqueratóticas. Des­
tacan las células epiteliales individuales de una 
papila moderadamente queratinizada tomada 
del atrium ruminis (E, x 576) de un ternero 
alimentado con una dieta granulada pobre en 
fibra en contraste con la queratización intensa 
con tendencia a desprenderse (F, x 170) des­
cubierta en papilas tomadas del recessus rumi­
nis, la primera zona del rumen en ser afectada 
por un descenso en los niveles de fibra. Estos 
autores indicaron que el «agrupamiento» ob­
servado cuando se consumen raciones pobres 
en fibra no se debe a la fusión de papilas ad­
yacentes sino a la ramificación de papilas indi­
viduales. Este cambio en la morfología de las 
papilas determina el intenso cambio que se 
aprecia en la superficie y la capacidad absor­
bente reducidas por las capas engrosadas de cé­
lulas afectadas de paraqueratosis.
La paraqueratosis puede ser identificada por 
queratinización incompleta. Los núcleos son re­
tenidos en las células cornificadas del estrato 
córneo y falta el estrato granuloso. Esto pare­
ce ser el resultado tanto de un aumento de la 
proliferación como de una migración hacia el 
exterior de las células epiteliales del estrato ba­
sal. Por el contratrio, la hiperqueratosis se ca­
racteriza por un engrosamiento excesivo del es­
trato córneo y del estrato granuloso con una 
menor emigración hacia el exterior de las célu­
las del estrato basal. No son bien conocidos los 
mecanismos de control de la hiperplasia epite­
lial. Sin embargo, la estimulación directa del 
metabolismo y el incremento de los índices de 
mitosis en las células epiteliales del rumeñ in­
ducidos por niveles elevados de ácidos grasos 
volátiles sugieren una adaptación de estos teji­
dos a los cambios en la ración (59). Así, tanto 
los tejidos del rumen como la adaptación mi­
crobiana son aspectos críticos con dietas po­
bres en fibra y ricas en concentrado si debe 
mantenerse-mínima la incidencia de paraque­
ratosis y ruminitis-abscesos hepáticos.
Nocek y col. (46) estudiaron los efectos del 
heno, concentrados y disponibilidad de N en 
el rumen sobre el desarrollo epitelial y muscu­
lar y función del rumen en terneros (ver lábla 
3.5 y Fig. 3.13). Las dietas ricas en concentra­
dos reducen el transporte de ácidos grasos vo­
látiles a través del epitelio del rumen mientras 
que niveles superiores de N degradable en ru­
men aumentan el transporte de acetato y pro- 
pionato en terneros más viejos. Con la edad 
aumenta también la actividad de la glutámico 
deshidrogenasa y de la aspartato amino trans- 
ferasa del epitelio del rumen, indicando una 
adaptación a niveles más elevados de amonia­
co en el rumen. La actividad de la propionil 
Co-A siiitetasa fue superior en terneros viejos 
(20 semanas) alimentados con concentrados 
aunque resultó inferior el transporte total de áci­
dos grasos volátiles que en terneros alimenta­
dos con heno troceado.
La fibra basta puede reducir también la in­
cidencia de la penetración del epitelio ruminal 
por pelos animales y vegetales que se ve favo­
recida por la acumulación de queratina y la fi­
jación de masa digestiva entre las papilas. Los 
pelos incrustados y otras lesiones del rumen 
cuando se consumen dietas pobres en fibra o 
finamente molturadas proporcionan ubicacio­
nes potenciales para la entrada de bacterias, que 
contribuyen a la aparición de abscesos hepáti­
cos (ver Capítulo 23). Los efectos adversos de 
las dietas ricas en concentrados sobrela mor­
fología del rumen se producen en un plazo de 
4 semanas y desaparecen en 2-4 semanas cuan­
do terneros y corderos vuelven a recibir dietas 
que contienen forraje basto.
El color castaño oscuro normal del epitelio 
del rumen, que se desarrolla con la edad, pue­
de ser el resultado de los pigmentos produci-
Tabla 3.5. Influencia de la forma física de la ración sobre los paráme­
tros del rumen del ternero en crecimiento11
Característica Molturada Troceada
Todo 
concentrados
Contenido, 1 20.8 16.6 9.4
Peso tejido freco, kg 2.5 2.0 3.4
Peso epitelio fresco, kg 1.5 1.2 2.5
Peso músculo fresco, kg 1.0 0.8 0.9
Músculo fresco, % 40.8 42.3 25.7
a Según Nocek y col. (46).
66 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
Figura 3.13. Micrografía con microscopio ordinario del 
epitelio de las papilas del rumen de terneros de 20 sema­
nas de edad alimentados con distintas dietas. El epitelio 
de clase 2 (A) abundaba más con raciones que contenían 
heno troceado o molturado mientras que la clase 4 (B) 
era más frecuente con raciones totalmente a base de con­
centrados. Las letras corresponden a: SC, estrato córneo; 
SG, estrato granuloso; SS, estrato espinoso; y D, dermis, 
x 264. Según Nocek y col. (46). Cortesía de J. E. No­
cek, Agway Inc., Syracuse, N.Y.
dos por el metabolismo microbiano de los ma­
teriales de la dieta. Estos pigmentos se adhie­
ren firmemente a la capa queratinizada deter­
minando una coloración similar a la del con­
tenido del rumen. Los minerales, particularmen­
te el Fe, aumentaron la pigmentación cuando 
se estudiaron en dietas purificadas (60).
RESUMEN
El desarrollo normal del pre-estómago de­
pende de la disponibilidad e ingestión de ma­
terias capaces de fermentar (comúnmente ali­
mentos sólidos) desde el nacimiento y de la pe­
netración de estos materiales en el retículo- 
rumen. El crecimiento rápido es consecuencia 
de la expansión del pre-estómago, desarrollo 
epitelial e iniciación de la rumia. La velocidad 
inicial del desarrollo del pre-estómago está re­
lacionada también con la necesidad de energía 
suplementaria. Un aporte insuficiente de nu­
trientes a partir de la leche (o sustitutivos de 
la leche) estimula el consumo de alimentos só­
lidos y facilita el desarrollo del pre-estómago. 
En 8 semanas aproximadamente los comparti­
mentos gástricos alcanzan sus proporciones 
adultas relativas. Posteriormente continúa el 
crecimiento del estómago con la rapidez del cre­
cimiento corporal hasta que el animal alcanza 
su madurez.
El desarrollo puede ser acelerado mediante 
la introducción en el rumen de cereales u otras 
sustancias de fácil fermentación. Las dietas to­
talmente líquidas permiten un desarrollo muy 
pequeño o nulo del pre-estómago, aunque su 
crecimiento es muy rápido una vez se inicia el 
consumo de alimentos sólidos. Resulta necesa­
ria la presencia de ácidos grasos volátiles y ali­
mentos voluminosos para que sea normal el cre­
cimiento en capacidad, musculación y forma­
ción de epitelio. Las dietas carentes de algunos 
materiales largos y fibrosos pueden originar una 
formación anormal de papilas ruminales que 
se traduce en paraqueratosis, una alteración que 
desaparece con el consumo de alimentos fibro­
sos bastos.
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4
MOTILIDAD DEL CONDUCTO 
GASTRO-INTESTINAL
por Y. Ruckebusch
INTRODUCCION
La descomposición física de los alimentos es 
una función importante de la porción anterior 
del intestino de los rumiantes, la porción del 
conducto digestivo comprendida entre los la­
bios y la unión omaso-abomasal. La operación, 
que es continuada y efectiva, se realiza mediante 
dos procedimientos principales: la masticación 
durante la ingestión y rumiación, y la fermen­
tación microbiana favorecida por la maceración 
y división en retículo-rumen.
La motilidad del estómago provisto de cua­
tro compartimentos que permite al estómago 
tratar materias vegetales pobres en energía y re­
gular el paso de las partículas desde el retículo- 
rumen ha sido descrita con detalle en obras an­
teriores por Phillipson (13) y Church (3). La ra­
zón de que las contracciones extrínsecas del 
retículo-rumen sean esenciales para la mezcla 
de su contenido, para eructar y rumiar, ha si­
do estudiada recientemente por Reid (15) y Ul- 
yatt (28). En una publicación, The Ruminant 
Stomach, editada por Ooms y col. (11), se ex­
plica cómo la frecuencia, forma y amplitud de 
las contracciones son consecuencia de la acti­
vidad del sistema nervioso central, modifica­
da de forma refleja por sensaciones proceden­
tes del propio conducto digestivo y mecanismos 
relacionados. Este capítulo hara referencia a di­
chas fuentes así como también a ciertos deta­
lles procedentes de tesis doctorales (8, 14, 17, 
18).
Otros varios movimientos característicos del 
conducto gastro-intestinal de los rumiantes se 
han definido mediante el empleo de rayos X, 
electromiografía y mediciones directas de la ve­
locidad de flujo. Mientras el alimento consiste 
únicamente en leche (ver Capítulo 3), la gotera 
reticular se cierra reflejamente, evitando así que 
la leche penetre en la cámara de fermentación 
(27); este fenómeno podría persistir en vacas 
lactantes para que el 20 % aproximadamente 
del agua de bebida evitase la entrada en el ru­
men (31). En los rumiantes adultos existe tam­
bién una secuencia continua de unos 14-18 com­
plejos mioeléctricos migratorios que atraviesan 
la delgada pared del intestino delgado cada día 
y que se corresponden con un flujo intermitente 
del 12,7-20,3 1/d procedente del abomaso en las 
ovejas (20); esta pauta adaptativa se interrum­
pe en los pre-rumiantes alimentados con leche 
así como mediante el consumo de alimentos en 
especies monogástricas (5, 25). Finalmente, el 
estudio de las pautas de motilidad del intesti­
no posterior ha demostrado que el colon espi­
ral, similar en las grandes y pequeñas especies 
de rumiantes, no es el punto en que se produ­
cen contracciones segmentarias en vacuno, de 
ahí que las deyecciones no tengan forma de gra­
nulos (20).
Los procesos motores de los cambios adap- 
tativos post-natales y la descomposición de la 
estructura de los alimentos serán tratados en las 
diez secciones siguientes. Resultará aparente que 
el conocimiento de los múltiples mecanismos
69
70 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
y sistemas de control que intervienen en la re­
gulación de la motilidad y avance de la digesta 
sigue siendo incompleto, y que se conoce mal 
la importancia de la mayoría de los síntomas 
comunes de enfermedad general, por ejemplo 
hipermotilidad y anorexia.
CIERRE DE LA GOTERA RETICULAR 
(ESOFAGICA)
La gotera reticular, cuando aparece totalmen­
te contraída, constituye en esencia una conti­
nuación del esófago formando un tubo que evi­
ta el retículo-rumen. Las observaciones practi­
cadas del funcionamiento de la gotera en ani­
males fistulizados han demostrado que la go­
tera reticular actúa primariamente en rumian­
tes jóvenes lactantes para que la leche pase di­
rectamente del esófago al omaso. La sutura par­
cial de los labios de la gotera no influye sobre 
la regurgitación, refutando cualquier papel en 
la rumia.
Cuando los mamíferos jóvenes maman de sus 
madres, se produce un patrón de comporta­
miento que resulta bastante distinto del obser­
vado cuando los animales beben para aliviar 
la sed. El cierre de la gotera, un componente 
del comportamiento propio de mamar, asegu­
ra que la leche sea canalizada directamente ha­
cia el abomaso, en lugar de penetrar en el pre- 
estómago. Un cordero pierde normalmente su 
comportamiento de mamar poco después de ser 
separado de su madre, aunque si es enseñado 
para que beba leche u otros líquidos de una bo­
tella o pozal, el comportamiento de mamar pue­
de persistir perfectamente hasta la vida adul­
ta. Cuando el animal lactante inicia el consu­
mo de alimentos sólidos, se desarrolla el pre- 
estómago y asume su función como cámara de 
fermentación.
Mecanismos reflejos
El cierre de la gotera se inicia por la acción 
de mamar o de beber como un reflejo, y no pa­
rece ser afectado por la temperatura ni por la 
composición de la leche. La postura típica que 
adopta el animal mientras bebe no resulta pre­
cisa para el cierre reflejo y paso de la leche al 
abomaso si el animal se acostumbra a tomar 
la leche en la forma en que es suministrado el 
líquido. Si, por el contrario, el animal ingiere 
leche o agua de la forma en que el animal sa­
cia normalmente su sed con agua, el líquido pa­
sa principalmente al retículo-rumen. La eviden­
cia del carácter reflejo de las contracciones de 
la gotera reticular se ha obtenido en prepara­
ciones descerebradas de corderos o terneros jó­
venes (27). La rama eferente del reflejo consis­
te en fibras parasimpaticomiméticas colinérgi- 
cas distribuidas hacia la gotera principalmen­
te por el nervio vago abdominal dorsal. Recien­
temente se ha demostrado una liberación de 
péptido intestinal vasoactivo (VIP), que abre 
el orificio retículo-omasal. Tanto la respuesta 
refleja de la gotera reticular como su contrac­
ción mediante estimulación periférica del va­
go son anuladas al administrar atropina por vía 
endovenosa. La introducción de agua en la par­
te posterior de la cavidad bucal o la estimula­
ción mecánica de esta región constituyen estí­
mulos sensitivos eficaces en preparaciones des­
cerebradas (tras el corte intercollicular). La ma­
yoría de las fibras nerviosas eferentes que in­
tervienen en la determinación de esta respues­
tas se encuentran en los nervios laríngeos cra­
neales, porque la estimulación de sus extremos 
centrales determina tanto deglución como con­
tracción de la gotera. En la oveja consciente, 
el cierre es función de la vía tomada por la le­
che y no se produce si la leche se introduce di­
rectamente en el esófago (Fig. 4.1).
Las propiedades del reflejo que pueden po­
nerse de manifiesto en preparaciones descere­
bradas son una suma de estímulos adecuados, 
fatiga, latencia refleja, efecto-descarga e inhi­
bición. Esta inhibición es tanto periférica co­
mo central. La inhibición periférica parece ser 
un efecto de la adrenalina sobre la musculatu­
ra de la gotera esofágica, o de su liberación tras 
la estimulación del extremo periférico de un ner­
vio esplácnico. La inhibición central es produ­
cida por la estimulación del extremo central de 
una rama abomasal del nervio vago abdomi­
nal ventral o del nervio glosofaríngeo. La dis­
tensión o estiramiento del abomaso inhibe la 
contracción refleja de la gotera reticular; este 
efecto depende de la rama abomasal del ner­
vio vago ventral, cuya estimulación origina tam­
bién inhibición.
Estudios recientes han demostrado que la go­
tera reticular se contrae con dos movimientos 
distintos; primero, mediante acortamiento, los 
labios derecho e izquierdo se unen finalmente 
permitiendo el paso directo del 30-40 % del vo­
lumen del líquido hacia el abomaso. Posterior­
mente, el cierre de la gotera puede ser comple-
MOTILIDAD DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 71
CARDIAS/ 
labio /A 
izquierdo ÍU 
O.R.O.
Figura 4.1. Diagrama mostrando la vía aferente del re­
flejo de cierre de la gotera reticular, es decir, la cavidad 
bucal posterior. Las fibras vagales eferentes son al mis­
mo tiempo inhibidorasde los movimientos del retículo- 
rumen y estimulantes de los labios de la gotera. La inhi­
bición posterior del retículo-rumen se produce cuando 
coagula la leche en el abomaso. En la derecha, la leche 
introducida directamente en esófago sobrepasa la boca, 
es decir, la vía aferente del reflejo y llega al rumen. La 
vista de una tetina en una oveja adulta entrenada puede 
ser suficiente para el cierre de la gotera.
to si los labios se invierten, principalmente el 
labio derecho. En este caso, el 75-90 a/o del lí­
quido ingerido penetra en el abomaso. El paso 
directo de líquido durante la acción de mamar 
en vacuno adulto va acompañado por la inhi­
bición transitoria e inmediata de las contrac­
ciones retículo-ruminales.
La inhibición de las contracciones retículo- 
ruminales asociadas con el cierre de la gotera 
reticular durante la acción de mamar fue seña­
lada por vez primera en una vaca adulta al la­
mer sal. Durante la acción de mamar leche (o 
agua), se inhibe la frecuencia de la contraccio­
nes reticulares. Después de mamar (o tras la in­
troducción de líquidos directamente en aboma­
so), las contracciones reticulares son más len­
tas mientras que las contracciones de rumen y 
omaso son inhibidas de forma más total. Así 
puede afirmarse que la respuesta inhibitoria a 
la acción de mamar tiene dos fases: un fase ce­
fálica dependiente del ansia por mamar, que in­
fluye principalmente sobre la intensidad (rno- 
trópica) de las contracciones del pre-estómago, 
y una fase abomasal dependiente del grado de 
distensión del abomaso, que afecta principal­
mente a la frecuencia (cronotrópica) de las con­
tracciones (9). Tales resultados se han logrado 
en un toro de 12 meses provisto con una cánu­
la en el rumen, mientras mamaba 2,5 1 de le­
che en un bebedero y cuando se introdujeron 
2,5 1 de leche en su abomaso a través del orifi­
co retículo-omasal. La inhibición de la fase ce­
fálica, es, por consiguiente, principalmente de 
naturaleza inotrópica mientras que la fase abo­
masal es principalmente cronotrópica (Fig. 4.2).
El aumento de excitabilidad provocado al 
mostrar una botella con tetina es suficiente en 
un animal entrenado para duplicar o triplicar 
el volumen de líquido recogido en abomaso tras 
su introducción en la parte inferior del esófa­
go. El cierre de la gotera es completo en corde-
Rumen
Ingestión 21. leche (CRONOTROPICO)
1 1 * 1 iii-i ■ ■ > ■■■
minutos
Figura 4.2. Inhibición de las contracciones cíclicas 
retículo-ruminales al ingerir 21 de leche templada un to­
ro adulto a intervalos de 45 minutos según indican las ba­
rras. La fase cefálica (superior) es inotrópica ya que está 
relacionada con la amplitud. La fase abomasal, corres­
pondiente a la ingestión de leche cuando el abomaso ya 
aparece lleno por la primera entrada de leche (parte infe­
rior), está relacionada con la frecuencia y es cronotrópi­
ca. Las pequeñas fluctuaciones de la presión observadas 
al ingerir la leche están relacionadas con la deglución. 
Tiempo en minutos. Según Kay y Ruckebusch (9).
72 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
ros entrenados para beber pequeñas tomas en 
un comedero, similares a las que beben de una 
botella con tetina. La acción de importunar con 
una botella sin llegar a deglutir determina tam­
bién el cierre de la gotera; si no se importuna 
al animal, la gotera no se cierra. Estudios rea­
lizados con rayos X del cierre de la gotera en 
corderos alimentados con sustitutivos de la le­
che bien individualmente o en grupos demues­
tran que si maman mal, consumen poca leche 
y la leche penetra en el rumen su rendimiento 
es bajo, mostrando los corderos un desmedra- 
miento inespecífico similar al observado fre­
cuentemente en los corderos «rezagados» de los 
rebaños.
Manipulaciones del reflejo
Los terneros son más propicios a tener leche 
en retículo-rumen que los corderos, y los ani­
males alimentados en pozal presentan más le­
che o coágulos en el rumen que los animales 
alimentados con tetina. Aparentemente, la es­
timulación nerviosa originada por la acción de 
beber no es adecuada para estimular el cierre 
total de la gotera reticular cuando los anima­
les beben cuantías relativamente grandes de un 
pozal. Sin embargo, un buen apetito para la le­
che resulta estimulante, con independencia de 
la edad o de factores ambientales diversos. El 
reflejo de la gotera reticular es una respuesta 
de todo o nada tanto en terneros como en cor­
deros. Las sales de Cu en ovejas y las sales de 
Na en terneros estimularán el cierre de la gote­
ra. El reflejo ha sido estudiado (usando polie- 
tilenglicol 4.000 como marcador) en animales 
provistos de fístulas en rumen, midiendo la pro­
porción de líquido que aparece en rumen tras 
una toma en comparación con el volumen to­
tal introducido directamente a través de la fís­
tula para determinar el volumen de líquido 
ruminal.
El reflejo desaparece progresivamente con la 
edad, aunque en terneros que reciben ocasio­
nalmente alimento líquido en lugar de leche, 
una proporción muy pequeña (< 10 %) de le­
che coagulada, suspensión de harina de soja y 
solución de concentrado de proteína de pesca­
do se recupera en el rumen. En terneros más 
viejos (1 año) se recupera en el rumen una pro­
porción mucho menor de agua cuando los ani­
males dejan de recibir agua dürante la noche 
que en los que disponen de agua a voluntad.
Las dos razones para manipular este reflejo 
de cierre en los rumiantes son: a) evitar la acti­
vación del reflejo desde el origen orofaríngeo 
en rumiantes adultos durante la administración 
oral de medicamentos, y b) activar el reflejo en 
los. terneros, evitando así el escape de leche ha­
cia el rumen, por ejemplo, cuando una farin­
gitis o abscesos orofaríngeos impiden que sea 
operativo el arco aferente del reflejo.
Administración intrarruminal de fármacos. 
Para tener la certeza de que el fármaco perma­
nece en el retículo-rumen de las ovejas adultas 
para su acción local, se dispone de tres posibi­
lidades para prevenir la activación del reflejo: 
inyección de atropina, aplicación de anestési­
cos locales en la cavidad oral e introducción del 
fármaco en el esófago torácico mediante una 
sonda gástrica. Este último procedimiento se 
recomienda por su simplicidad y efectividad. 
Según se aprecia mediante los máximos de con­
centración en sangre del ácido meclofenámico, 
se produce un máximo único 2,5 horas tras su 
administración en esófago, en lugar de los dos 
máximos tras la dosificación por vía oral, al pri­
mero debido a la desviación del rumen y el se­
gundo por la liberación ruminal.
Alimentación con tetina comparada con la 
realizada con pozal. Cuando se aplica la prue­
ba de la absorción de xilosa para valorar el gra­
do de cierre de la gotera en ovejas tras la admi­
nistración de iones de Cu (10 mi de CuSo4 al 
10 %), se produce una elevación detectable en 
la concentración de xilosa tras la administra­
ción de D-xilosa (0,5 g/kg de peso corporal) me­
diante sonda esofágica aunque no así cuando 
se administra mediante cánula ruminal. En los 
terneros no se detecta elevación en la concen­
tración de xilosa en sangre cuando es ingerida 
en pozal, incluso tras 24 horas de ayuno (ali­
mento y agua). Su consumo mediante tetina de­
termina siempre un incremento marcado de la 
xilosemia en los 60 minutos siguientes a su in­
gestión. La determinación del pH del quimo en 
el duodeno de los terneros muestra un aumen­
to notable en 2 a 3 unidades debido a la saliva 
ingerida durante la alimentación con tetina (Fig. 
4.3), indicando un cierre de la gotera esofági­
ca, mientras que solamente se aprecia una ten­
dencia a aumentar el pH tras la alimentación 
con pozal. Debe producirse un cierre casi com­
pleto cuando se ingieren líquidos con tetina por­
que los valores del pH duodenal fueron muy 
similares a los observados tras una administra-
MOTILIDAD DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 73
Figura 4.3. Cambios en los valores del pH duodenal del 
quimo tras la ingestión de 11 de leche en polvo reconsti­
tuida(100 g) mediante tetina por un ternero al que se co­
locó una cánula de re-entrada en el momento de su des­
tete. El aumento transitorio en los valores del pH duode­
nal indica el cierre de la gotera con salida del estómago 
de menos quimo ácido al ser tamponado por la saliva. 
La respuesta se ve favorecida tras una inyección previa (20 
min) de pilocarpina que aumenta la secreción de saliva 
o tras el bloqueo de la secreción de ácido gástrico con 
oximetidina, un fármaco H2 antihistamínico (11).
ción abomasal directa de bicarbonato sódico 
(10 g). El efecto tampón de la saliva se demues­
tra por la estimulación de la alcalinización duo­
denal tras la aplicación de pilocarpina imitada 
también por el bloqueo de la secreción de áci­
do gástrico (Fig. 4.3).
En las vacas lactantes puede evitarse de mo­
do apreciable el paso por el rumen del agua de 
bebida. Cuando las vacas no disponen de agua 
durante 4,5 y 9 horas tras el consumo de ali­
mentos, el 18 % y el 5 % del agua de bebida 
dejaba de penetrar en el rumen de 8 vacas Hols­
tein con fístulas ruminales (31). El hecho de que 
fuese superior el porcentaje de agua que deja­
ba de penetrar en el rumen cuando las vacas 
habían sido privadas de agua durante tan sólo 
4,5 horas que cuando no habían dispuesto de 
la misma durante 9 horas se debió probable­
mente a una mayor llenado del rumen (31).
Activación del reflejo de la gotera reticular. 
El cierre de la gotera va acompañado por una 
inhibición de las contracciones retículo- 
ruminales que es imitada por L-DOPA (1 
mg/kg) que actúa como un precursor de la do- 
pamina y es suprimido mediante un pretrata­
miento con metoclopramida (0,2 mg/kg) que 
actúa como un antogónico de la dopamina ac­
tuando también a través del sistema colinérgi- 
co. La domperidona determina un efecto simi­
lar sobre las contracciones del retículo-rumen 
aunque no penetra en el SNC con la misma in­
tensidad que la metoclopramina.
MOVIMIENTOS DEL 
RETICULO-RUMEN
Los movimientos ordenados y sincronizados 
del retículo y del rumen ayudan a mezclar los 
alimentos recién ingeridos con los ya existen­
tes en el estómago, a la regurgitación y al eruc­
to de gases y para mover el alimento hacia el 
interior del omaso. La motilidad del retículo- 
rumen intervienen en la retención y mezcla de 
la ingesta de forma que su contenido pueda ex­
perimentar un proceso relativamente lento de 
digestión microbiana, seguido de absorción. 
Parte del contenido de estos óganos debe ser 
regurgitado, reinsalivado y vuelto a deglutir, 
mientras que deben ser eructadas grandes can­
tidades de gas producidas en el rumen. Final­
mente, el contenido debe abandonar el retículo- 
rumen en forma ordenada y controlada para 
atravesar el omaso antes de llegar al abomaso. 
Tales hechos se consiguen mediante contraccio­
nes cíclicas coordinadas de las distintas cáma­
ras del estómago que tienen lugar en el retícu­
lo cada 50-70 segundos, es decir, 1.440 veces al 
día.
Estas contracciones (contracciones extrínse­
cas) dependen de estallidos de impulsos nervio­
sos eferentes (motores) que son transportados 
por nervios vagales y resultan esenciales para 
el mantenimiento de la fermentación como un 
proceso intenso y continuado. Ante la caren­
cia de nervios vagales, el músculo de las pare­
des del retículo-rumen experimenta contraccio­
nes de escasa amplitud (contracciones intrín­
secas) y estancamiento con acumulación de ali­
mentos y gases hasta que el animal muere. El 
hecho de que la parálisis no sea por sí misma 
la causa de la muerte viene indicado porque el 
animal sobrevive durante varios meses si es ali­
mentado a través de una fístula en abomaso 
(12).
La mayor parte de la actividad extrínseca 
puede dividirse en (a) contracciones primarias, 
denominadas algunas veces ciclo mezclador, y 
(b) contracciones secundarias, denominadas al­
gunas veces contracciones para eructar. Se han 
observado algunas discrepancias por el hecho 
de que las observaciones y determinaciones se 
han efectuado con distintos métodos en labo­
ratorios diferentes, sobre distintas especies so­
metidas a métodos de alimentación diferentes. 
Además, la actividad motora puede ser influen­
ciada por la acción de ingerir alimentos, rumia, 
meteorismo, y por privación de alimentos o
74 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
agua con el resultado de que puede producirse 
una amplia variedad de actividad motora; en 
parte puede representar ciclos completos y parte 
puede representar ciclos abreviados como se in­
dica en la Tabla 4.1.
Contracciones retículo-ruminales primarias
Cuando se reanuda la actividad retículo- 
ruminal tras un período de descanso o inhibi­
ción, los registros de presión o de actividad eléc­
trica de la pared de los distintos compartimen­
tos indican que las contracciones se inician pri­
mero en el retículo. Este es el punto en que co­
mienza el ciclo normal. Tras una contracción 
brusca inicial del retículo y del pliegue retículo- 
ruminal durante la que el retículo se contrae 
hasta alcanzar la mitad aproximadamente de 
su tamaño en descanso, se produce una segun­
da (y más potente) contracción del retículo. La 
onda de contracción avanza caudalmente por 
el rumen, determinando una elevación del sa­
co craneal provocada por la contracción de los 
pilares craneales, contracción de los pilares co­
ronarios caudal y dorsal y compresión del sa­
co dorsal del rumen resultante, parcialmente, 
de la contracción de los pilares longitudinales 
(Fig. 4.4). La onda de contracción sigue avan­
zando por el saco ciego caudodorsal, pilar co­
ronario ventral, saco ventral y saco ciego cau- 
doventral con cierto desplazamiento ventral del 
pilar craneal.
Podría decirse que estos hechos determinan 
una onda gradual de contracción seguida por 
una onda de relajación. En realidad, algunos 
sacos pueden estar dilatándose mientras otros 
se contraen. Por ejemplo, cuando los sacos dor­
sales se contraen en el ciclo primario, los sacos 
ventrales y el retículo se dilatan.
Según las recientes ilustraciones en forma de 
diagrama de las contracciones cíclicas del es­
tómago de la oveja realizadas por Wybum (32) 
que aparecen en la Figura 4.5, resulta claro que 
la actividad cíclica se traduce en un flujo de in­
gesta desde el retículo hacia el saco craneal, des­
de el saco craneal hacia el interior del saco dor­
sal; desde el saco dorsal retoma a través del saco 
craneal hacia el retículo o al saco ventral. Así, 
las contracciones determinan una circulación 
de digesta semisólida y de fluidos en el interior 
del retículo-rumen. Esta secuencia de hechos 
precisa de 30 a 50 segundos para completarse
Tabla 4.1. Incidencia (%) de las ondas de presión en el rumen de vacas y ovejas.
Primaria
b**
Actividad
a* Primaria 
(DV)
modificada 
(D)
Secundaria 
(SV)Dc DV DSV DVSV Otras
Vacasd
Comiendo 1 27 5 56 11 55 4 41
Descansando 10 35 25 22 8 41 25 34
Rumiando 22 28 37 6 7 25 43 32
Ovejas0
Comiendo 0 45 1 46 8 65 1 34
Descansando 2 48 4 39 7 64 4 32
Rumiando 4 48 13 30 6 57 12 31
♦ Pautas totales analizadas bajo (a) = 5.998.
♦* Los análisis bajo (b) excluyen el grupo «otras» bajo (a).
c D, onda primaria en saco dorsal; V, presión en saco ventral; S, onda secundaria en saco dorsal, que cuando alcanza 
su máximo suele coincidir con un golpe brusco de presión en los sacos ventral y anterior del rumen y se acompaña 
de eructo. Las incluidas bajo (a) representan la secuencia de estos cambios y la incidencia de las que sobre un 10 % 
no pueden ser clasificadas en las 4 principales categorías enumeradas. Las incluidas bajo (b) indican la incidencia 
de ondas primarias (DV), primarias modificadas en las que el saco ventral no presenta cambio de presión (D), y 
ondas secundarias (SV).
d Según Phillipson (13).
MOTILIDAD DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 75
^80
J| ... ■ ■*.. —■>
L0
mm Hg
f2O
Presión
JlX-A—A-JL
Lo
cm
Nivel
ú.» O • O • ° *
Lo 
mm Hg
Presión
AB Abomaso, DRu Rumen dorsal, O Omaso, Re Retículo, Ru Rumen, VRu Rumen 
ventral
Figura 4.5. Movimiento de ladigesta en el retículo- 
rumen según se aprecia radiográficamente en los planos 
horizontal y vertical. Superior. Las flechas indican la di­
rección del movimiento. Principales secuencias de con­
tracciones del retículo-rumen de las ovejas según indican 
las radiografías con rayos X. Inferior. El tiempo en se­
gundos indica el intervalo que sigue al movimiento reti­
cular y la región de la pared del retículo-rumen que se 
contrae viene indicada por una línea gruesa. La burbuja 
de gas (zona punteada) atraviesa el orificio cardiaco en 
13 segundos en el caso de una contracción primaria y en 
38 segundos durante la contracción secundaria del rumen. 
Según Wyburn (32).
r20
lo 
cm 1 min
Nivel
Figura 4.4. Comparación de registros simultáneos de 
presión y desplazamiento vertical del retículo y del saco 
craneal del rumen durante las contracciones ruminales 
primaria (O) y secundaria (•) en ovejas. Según Reid y 
Cornwall (16).
I
2
cuando el animal se encuentra en descanso (no 
comiendo ni rumiando o profundamente 
dormido).
Contracciones ruminales secundarias
Estas contracciones que tienen lugar en el ru­
men pueden seguir o no a una contracción pri­
maria. Estas contracciones afectan generalmen­
te al pilar coronario dorsal, contracción del saco 
ciego caudodorsal y del saco dorsal y relajación 
del saco ciego caudoventral. Algunas veces so­
lamente interviene el saco dorsal y son preci­
sos unos 30 segundos para completar la con­
tracción en ganado vacuno cuando se asocia 
con la acción de eructar. Cuando se valoran las 
contracciones ruminales mediante electromio- 
grafía (actividad eléctrica en los músculos) en 
las ovejas, las contracciones secundarias se ori­
ginan en el saco ciego ventral, bien de forma 
independiente o inmediatamente después de una 
contracción primaria (Fig. 4.6). La onda de con­
tracción se ve avanzar de forma circular hacia 
el saco ciego dorsal, saco dorsal y saco ventral 
y retorna al saco ciego ventral, produciéndose 
el eructo al final de la contracción del saco dor­
sal. El tiempo preciso para que se complete un 
cicló depende de la intensidad de la contrac­
ción del saco ciego ventral.
EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
i 1 R. 4 1 100
i9 DS ... . JÍL j-4 ir_____|jL_Jw*
a Ru VS tW—)
0 12 24 36 48 60 72 seg
Figura 4.6. Contracciones retículo-ruminales (Re-Ru) se­
gún la electromiografía y que duran 48 segundos. Se ini­
cia otro ciclo, una contracción ruminal secundaria, so­
bre el saco ventral posterior del rumen (Ru-VS) que se di­
funde hacia adelante sobre el saco dorsal del rumen (RU­
DS) en la oveja en descanso. Según Ruckebusch (20).
Los efectos de la fístulización del rumen en 
vacuno sobre las pautas de motilidad del retí­
culo no son triviales, según se demuestra en la 
Tabla 4.2. Están relacionados probablemente 
con la apertura de la cánula porque la presión 
del rumen es normalmente inferior a la presión 
atmosférica (ver Fig. 4.7). En la vaca se identi­
ficaron seis pautas de actividad cuando la fís­
tula era cerrada herméticamente, o mediante 
electromiografía (22).
Las contracciones primarias afectan al retí­
culo (R) y al saco dorsal del rumen (D) o a los 
sacos dorsal y ventral (RDV). La Figura 4.8 
muestra que el saco ciego ventral (Vp) puede 
contraerse también entre un ciclo primario y
Tabla 4.2. Influencia de la fístula del rumen sobre la 
frecuencia y amplitud de las contracciones ruminales3
“ Datos extractados de la ref. 3.
Tratamiento
Contracciones 
por min.
Amplitud 
mm Hg
Descansando
Intacto 1.2 18.2
Fistulizado 1.4 5.9
Comiendo
Intacto 2.0 22.1**
Fistulizado 2.0 9.4
Rumiando
Intacto 1.1 10.4
Fistulizado 1.1 10.9
** Estadísticamente >9.4.
Figura 4.7. Presión gaseosa en el rumen de un novillo 
en ayuno alimentado con heno largo de avena. A, pre­
sión atmosférica; B, presión del rumen en descanso; C, 
contracción primaria del rumen; D, contracción de eruc­
tación; E, desviación causada por el movimiento del no­
villo. La escala está graduada en cm de agua. Cortesía 
de H. W. Colvin, Universidad de California, Davis. Se­
gún Church (3).
una contracción ruminal secundaria afectando 
a los sacos dorsal y ventral. En las ovejas se han 
descubierto pautas secuenciales similares de las 
contracciones (ver Tabla 4.1).
Sobre el 85 % de las contracciones en gana­
do vacuno en descanso pertenecen a las pau­
tas RD o RDV (45 %) y RD, DV o RDV, DV 
(40 %). Solamente el 10 % de las contraccio-
Figura 4.8. Contracciones ruminales primarias (líneas 
gruesas) y secundarias (líneas punteadas) en la vaca. Los 
ciclos sencillos o primarios comprenden una contracción 
del retículo seguida por la del saco dorsal del rumen (RD) 
o, además, del saco ventral (RDV). La contración rumi­
nal secundaria adicional puede producirse tras RD o RDV. 
Algunas contracciones afectan al saco ciego ventral (Vp) 
tras RD o RDV. Según Ruckebush y Kay (22).
MOTILIDAD DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 77
nes afectan al saco ciego ventral (Vp). Se des­
cubrió que el 5 % aproximadamente de las con­
tracciones del rumen representaban otras pau­
tas en las que Vp reemplazaba a las contrac­
ciones principales del saco ventral o aparecía 
además de las contracciones principales del saco 
ventral.
Comparaciones entre especies
Las contracciones reticulares en ganado va­
cuno y bisontes constan esencialmente de dos 
ondas independientes de presión, mientras que 
en ovejas, cabras y ciervo de cola blanca (Fig. 
4.9), la contracción reticular se representa me­
jor por una onda bifásica. La investigación del 
laboratorio de Sziuk indica que son similares 
las pautas de motilidad del rumen en ganado 
vacuno y bisonte, es decir, que la contracción 
secundaria del saco ciego caudodorsal comienza 
antes que la contracción del saco dorsal mien­
tras que en cabras, ovejas y ciervo de cola blan­
ca, estas contracciones son simultáneas. Las ta­
sas de contracciones primarias y secundarias 
son similares en vacuno, bisonte, oveja y cabra. 
Aunque el ciervo mostró una mayor frecuen­
cia de ciclos (2/min) y un mayor cociente de 
contracciones primarias y secundarias, el nú­
mero de contracciones secundarias es casi el 
mismo que en el ganado vacuno. En el búfalo, 
el número total de contracciones primarias y 
secundarias fue inferior que en el ganado va-
MM HG 
40-
RETICULO
20- eructo eruct0
0-Jl.... -Jl.... . &.... ...............
CIERVO N.° 2
7-19-62
SACO CIEGO
20- DORSAL ANTERIOR
r
0 1* MINUTOS 2 7
Figura 4.9. Elementos típicos de la presión registrados 
en el retículo-rumen del ciervo en pie o descansando. Cor­
tesía de H. E. Dziuk, Universidad de Minnesota. Según 
Church 93).
cuno siendo más largo el intervalo entre con­
tracciones primarias.
Tienen mayor interés los estudios de la mo­
tilidad en llamas y guanacos (Fig. 4.10). Si los 
dos primeros compartimentos experimentan 
motilidad cíclica y si como el retículo de los ru­
miantes, las contracciones del segundo compar­
timento dirigen el ciclo de las contracciones, pa-
J
. COMPARTIMENTO 2
O DORSAL CAUDAL
S VENTRAL CAUDAL;
J : * CRANEAL
Figura 4.10. Presión en el estómago de la llama. Supe­
rior. Aspectos de la presión en los compartimentos 1 y 
2 sin consumo de pienso o rumia. Nótese la contracción 
única y rápida del 2? compartimento al comienzo de ca­
da ciclo. Va seguida por una serie de contracciones que 
afectan a los sacos caudal y craneal del compartimento
1. La última contracción del saco caudal no va seguida 
de contracción del saco craneal. Centro. Pautas de pre­
sión durante la rumia. R = regurgitación, X = contrac­
ción del 2? compartimento. Inferior. Pauta durante el 
eructo (E). Nótese que el eructo se produce cuando es má­
xima la contracción del saco caudal. Cortesía de C. E. 
Stevens. Según Church (3).
*'7 * *» " * ' " i * ' * * * * 1
!* "
DORSAL CAUDAL
VENTRAL CAUDAL
fe. CRANEAL
I - JJUUIL__
o DORSAL CAUDAL
VENTRAL CAUDAL
Sí CRANEAL
Ufo-
A
78 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
rece que las contracciones del primer compar­
timento son múltiples, realizandocon frecuen­
cia 6,8 contracciones antes de la nueva contrac­
ción del compartimento 2. Los intervalos de es­
tas contracciones son similares a los observa­
dos tras vagotomía en ovejas, indicando un me­
nor control del sistema nervioso central. Sin em­
bargo, la rapidez de contracciones en el saco 
craneal (1,8 por minuto) en descanso aumentó 
hasta 4/min durante la rumia. Durante la ru­
mia el saco craneal presenta contracciones ex­
tra no precedidas por contracciones del saco 
caudal. Estas van acompañadas por regurgita­
ción y un solo ciclo puede incluir 3-4 regurgi­
taciones. Los eructos se producen cuando son 
casi máximas las contracciones de los sacos cau- 
dodorsal y ventral y van seguidos inmediata­
mente por deglución.
Influencia del consumo de alimentos
Inicialmente se describió un ritmo 1:2 bas­
tante constante entre las contracciones prima­
rias y secundarias cuando la vaca era observa­
da en descanso. Posteriormente, se descubrió 
que en la mayor parte del tiempo el ritmo era 
1:1 (74 ®7o de 400 animales); el 16 % de las va­
cas presentaba un ritmo 2:1, mientras que tan 
sólo en el 10 % aparecía el ritmo 1:2 (palpa­
ción y auscultación). Finalmente, se apreciaron 
cuatro pautas principales de contracción en el 
rumen de ganado vacuno cuando se median con 
dispositivos sensibles a la presión: R,D; R,DV; 
R,D,DV; y R,DV,DV. Estas pautas explican el 
90 % de los cambios observados (ver Tabla 4.1).
En realidad, la vista del alimento y su poste­
rior ingestión estimulan la secreción de saliva, 
especialmente de las glándulas parótidas y na- 
solabiales que, en los bovinos, son de natura­
leza salivar (Fig. 4.11). Este hecho es paralelo 
con un aumento en la frecuencia y amplitud de 
las contracciones retículo-ruminales (Fig. 4.12). 
En las ovejas, tras una noche de ayuno, la mo­
tilidad se caracteriza por (a) una baja frecuen­
cia de secuencias coordinadas con tan sólo 1 
a 0,3 contracciones/min; (b) una baja propor­
ción de contracciones secundarias — tan sólo 
1 por cada 5 contracciones primarias; (c) un ba­
jo nivel de actividad tónica; (d) contracciones 
cortas, simples y relativamente débiles del ru­
men en el que puede no contraerse el saco ven­
tral durante la secuencias primarias; y (e) la pre­
sentación de una forma característica tanto de
Figura 4.11. Aumento de la velocidad de secreción del 
morro bovino a la vista de alimentos muy apetecibles. La 
velocidad basal de secreción, igual a 0,8 ml/min/cm2, 
aumentó 3 veces durante el consumo del alimento.
Retículo
Figura 4.12. Efectos estimulantes del consumo de con­
centrados durante 10 minutos sobre las contracciones 
retículo-ruminales (frecuencia y amplitud) en ganado va­
cuno. Según Ruckebush y Kay (22).
secuencias primarias como secundarias (14). Es­
te marcado descenso en la amplitud de las con­
tracciones así como en su frecuencia se invier­
te y aumenta la frecuencia y amplitud de las 
contracciones retículo-ruminales tan pronto co­
mo el animal comienza a comer (Fig. 4.13). Este 
efecto, caracterizado por contracciones del ti­
po RD, dura solamente 5-10 minutos, tras el cual 
aumenta la frecuencia de las contracciones en 
un 30 °7o aproximadamente durante 1 ó 2 ho­
ras. La motilidad del rumen en las ovejas que 
ingieran alimentos se caracteriza por una ele­
vada frecuencia de las contracciones — hasta 
3/min: una relación entre contracciones prima­
rias y secundarias que es casi de 1:1; y un alto
MOTILIDAD DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 79
0 20 40 60 seg
AYUNO
24 hr
leAl— 
A—.
CONSUMO 
DE PIENSO
min2
10
20
30
60
180
a
Aa
lililí*
TRAS EL 
CONSUMO 
DE PIENSO 10 
min
4 
hr
6
8
12
18
24
XX ’ •
ZX •
aua____
J\^____ ’
A—- ’
< *_____ i_____ 1--------- i--------- i---------i-------
Tiempo desde el inicio de la 
contracción del retículo
...... *
LLL l L-L* lLLL
o * o
Presión 
reticular
e m.g.
/I—-1—i_L l L L
-I H I It i I I I
E2ZZZ2ZZ3
GRAMINEAS
/« ■ ‘ ■ ... ■ »
minutos
Figura 4.14. Aumento de la tasa de contracciones reti­
culares en la oveja durante el consumo simulado de ave­
na o de gramíneas. Nótese que puede perderse la contrac­
ción bifásica (*) y que la primera fase de la contracción 
resulta intensa durante 2-3 minutos (o).
63
Figura 4.13. Cambios en la forma de las contracciones 
primarias de una exteriorización en el rumen ventral prin­
cipal de una oveja sometida a ayuno (24 horas) (1), du­
rante y después de un período de 3 horas de consumo de 
heno. Los trazados corresponden a los registros quimo- 
gráficos obtenidos en un animal durante un período de 
28 horas. Los puntos negros indican la iniciación con éxito 
de una contracción reticular. Según Reid (14).
nivel de actividad tónica con prolongación de 
las contracciones del saco ventral que son po­
lifásicas durante unos 30 minutos. La distan­
cia que separa los pilares craneales de los cau­
dales aumenta desde 10 cm hasta 18 cm duran» 
te 90 minutos mientras los animales ingieren ali­
mentos. Durante el consumo simulado de pien­
so el retículo muestra también (Fig. 4.14) una 
elevada tasa de contracciones en relación con 
los animales que se dirigen a comer (18).
Influencia de la dieta
Varios investigadores han estudiado el efec­
to de la forma física del alimento. Cuando el 
ganado vacuno recibe heno de avena largo o 
molturado hasta ser reducido a un tamaño de 
1/4 ó 3/32 de pulgada, la molturación más fi­
na determina una menor frecuencia de contrac­
ciones y una reducción en la amplitud de las 
mismas. La amplitud de las contracciones del 
rumen tarda de 2 a 6 semanas en estabilizarse 
cuando los animales pasan de una dieta a otra, 
siendo máximo el plazo cuando se cambia de 
heno de 3/32 pulgadas a heno largo. La mol­
turación del heno determina en las ovejas tam­
bién una reducción en la tasa y amplitud de las 
contracciones del rumen. Este fenómeno ha si­
do observado también en las contracciones re­
ticulares en ovejas que reciben heno largo o la
80 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
misma dieta en forma de gránulos. Desciende 
la amplitud de las contracciones aunque np su 
frecuencia. Sin embargo, los intervalos que se­
paran las dos fases de las contracciones reticu­
lares aumentan de 1,4 a 1,8 segundos con la die­
ta granulada con lo que la duración de las con­
tracciones reticulares aumenta de 3,5 a 4,3 se­
gundos. Durante la rumia la contracción extra 
es más diferenciada de las contracciones bifá­
sicas y la duración media de las contracciones 
es de 7,3 segundos en lugar de 6,6 segundos (19). 
Esto sugiere un reflejo vago-vagal más lento al 
ser menor la corriente nerviosa aferente cuan­
do se consume una dieta que contiene partícu­
las de pequeño tamaño y, en consecuencia, me­
nor estimulación táctil de mecanorreceptores.
Las experiencias de nutrición intragástrica en 
ovejas (Tabla 4.3) demostraron que un rumen 
carente de residuos de la dieta mantiene unas 
pautas de motilidad parecidas a las observadas 
cuando se consume hierba granulada, es decir, 
menor amplitud de contracciones. Según 
C/rskov (12), cuando los animales son alimen­
tados mediante infusión muestran la misma fre­
cuencia de contracciones cíclicas secundarias, 
siendo ambas de menor amplitud, y muestran 
también períodos frecuentes de pseudorrumia. 
Así, es posible que haya sido sobrevalorado el 
papel de la textura de la digesta y que los áci- 
dos grasos volátiles (AGV) producidos por die­
tas diferentes puedan ser el origen de la hipo- 
motilidad a través de la excitación de quimio- 
rreceptores estimulados vagalmente. Las con­
tracciones reticulares son inhibidas indepen­
dientemente por los ácidos acético (90 mM), 
propiónico (50 mM) o butírico (37 mM). El um­
bral para la inhibición de las contracciones ru­
minales primarias es tan sólo de 33,5-29,3 y 21,1 
mM para los ácidos acético, propiónico o bu­
tírico, respectivamente, administrados en for­
ma de mezcla. Esto indica un posible efecto di­
recto de los AGV sobre la musculatura o las 
neuronas del plexo.
En la Tabla 4.4 se incluyen los efectos de dosdietas (ensilado de maíz y heno largo de gra­
míneas) sobre el comportamiento alimentario 
en las especies ovina y bovina en condiciones 
de estabulación. Estos datos sugieren relativa-
Tabla 4.3. Influencia de la infusión intragástrica de nutrientes sobre la motilidad gastro-intestinal de las ovejas8
Contracciones del pre-estómago Complejos mioeléctricos migratorios
por hora por día_____________
Primarias Secundarias Duodeno Yeyuno Ileon
Forraje (n = 6) 48.5 30.4 14.5 22.1 14.1
Infusión intragástrica (n = 6) 47.2 21.6 13.9 18.4 12.3
8 Datos según Orskov y col. (12).
Tabla 4.4. Influencia de la especie y del tipo de rumiante sobre el comportamiento de consumó de pienso y de rumia en condiciones 
de alimentación en estabulación11
Animal Morueco* Ovejat Toro en Vacaí Morueco* Ovejat Cabrat Toro en Vaca!
crecimi. crecimi.
Peso vivo, kg 59 54 367 572 69 61 44 366 536
Alimentación (a voluntad) Ensilado de maíz + urea Heno largo de gramíneas
Consumo voluntario, g SS/kg peso vivo0-75 48 64 77 111 62 52 75 77 111
Tiempo comiendo, min/día 237 213 368 341 261 281 293 294 350
Tiempo rumiando, min/día 509 516 397 432 547 542 473 385 563
Número de tomas/día 6.3 7.0 8.3 10.8 5.2 10.7 10.0 5.6 5.7
Duración de 1 ciclo de rumia, seg. 52 66 55 52 45 65 .... 54 54
a Según Dulphy y col. (7). '
* Adulto; t Adulta, no gestante, no lactante; I Produciendo 9 kg de leche diariamente.
MOTILIDAD DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 81
mente pocas diferencias específicas entre estas 
dos especies en estabulación y cuando los ani­
males reciben una sobrealimentación.
Hechos asociados con la regurgitación
Una de las diferencias primarias en la moti- 
lidad retículo-ruminal entre la rumia y la que 
tiene lugar en fase de descanso o de consumo 
de alimentos consiste en la existencia de una 
contracción extra-reticular (o trifásica) que apa-
IR
En descanso
3.5 s 
(consumo 
de heno)
Contracción extra
Rumia
6.6 s
(consumo 
de heno)
1
2
3
Re
Mandíbula
-tvzvx/—
P3 AP P| p2
-—liÉIHMk--------
ÉL—jLiikUL*
* * * 1 1 - X
Figura 4.16. Registros de presión, actividad eléctrica y 
movimientos de la mandíbula detectados mediante cam­
bios de presión en un balón fijado sobre el ronzal de una 
vaca que comienza a comer heno (superior) o a rumiar 
(inferior).
Figura 4.15. Superior. Electromiograma de la pared del 
retículo de una oveja mostrando la actividad bifásica con 
el animal en descanso y la contracción extra-reticular su­
perpuesta durante la regurgitación. Inferior. Consecuen­
cias sobre esófago, retículo, mandíbula y tórax asociadas 
con la regurgitación (flecha). Los electromiogramas eso­
fágicos son registrados mediante electrodos situados^ una 
distancia igual sobre el esófago, cerca de la glotis (1), y 
en la entrada del tórax (2), y en el retículo (Re). La regur­
gitación de digesta (AP) va seguida por deglución del ex­
ceso de líquido en dos ocasiones (Pi y P2) y más tarde 
del bolo (P3).
rece antes de la contracción bifásica usual (Fig. 
4.15). Esta contracción extra-reticular se pro­
duce unos pocos segundos antes de la contrac­
ción reticular usual. Generalmente, la regurgi­
tación de ingesta hacia el interior del esófago 
torácico tiene lugar durante una caída de la pre­
sión intrapleural debida a la contracción del dia­
fragma al final de la contracción extra. La on­
da antiperistáltica de la contracción esofágica 
se inicia con la aparición de la primera fase de 
la contracción reticular. En ovejas, cabras y va­
cuno, la primera fase de la contracción bifási­
ca tras la regurgitación y, en menor medida, el 
segundo cambio de presión reticular tienen una 
amplitud muy baja o no se presenta (Fig. 4.16).
Los cambios de presión asociados con las 
contracciones secundarias del saco ventral se 
amplían hasta el posterior ciclo retículo-ruminal 
durante la rumia, presentándose las fases ter­
minales durante la contracción de regurgitación 
del retículo. En el ciervo se presentan algunas 
contracciones de regurgitación fuera de fase con 
respecto a la contracción reticular bifásica 
usual. Estas aparecen ilustradas en la Figura 
4.17.
Los rumiantes provistos de cánula traqueal 
abierta que se supone evita la formación de pre­
sión negativa en el tórax, rumian normalmen­
te. La desviación del material regurgitado me­
diante la apertura de una cánula esofágica no 
suprime la onda antiperistáltica que recorre el 
esófago hacia la cavidad bucal. Sin embargo,
Mecanogiama FF CONSUMO DE PIENSO
X, . —- .a—
Electromiograma h n .. n h
I H 7T 1 11 "
Movimiento de la mandíbula
• -———~
RUMIA
-+-HI-------------------»—K—F-4-
I 1
min
82 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
MM HG
*°- A CIERVO N.° 2
RETICULO 6’15’62
20- r r
40- B CIERVO N.° 1
I
 RETICULO . | 8‘3’62
-sj.--ta-ii-
I------------------------- 1--------------------------1------------------------- 1------------------------- 1
0 1 2 3 4
MINUTOS
Figura 4.17. Registros de presión en el retículo de dos 
ciervos (A & B), indicando regurgitación (R) que se pro­
duce desfasada con respecto al ciclo del retículo-rumen 
según indican las posiciones de los dobles reticulares (D) 
en el ciervo A a la derecha del registro. E = eructo. Cor­
tesía de H. E. Dziuk, Universidad de Minnesota. Proce­
de de la referencia 3.
esto determinó la desaparición de movimien­
tos masticatorios y redujo en un 50-70 % la du­
ración del ciclo retículo ruminal. En la Figura 
4.18 aparecen los cambios de presión registra­
dos con balones en tándem. El bolo viajó ce-
I
B
primario
PERISTALTISMO
secundario
50 
cm L
REGURGITACION
Figura 4.18. A, movimiento peristáltico primario, la on­
da de presión positiva representa la contracción muscu­
lar del esófago descendente tras la deglución con una ve­
locidad de 23 cm/seg. B, movimiento peristáltico secun­
dario; la respuesta peristáltica a la distensión del balón 
intraluminal tiene lugar en el esófago distal y en posición 
distal con respecto al balón. C, regurgitación; una mese­
ta inicial de presión positiva en los tres casos sin cambio 
respiratorio coincidente y termina con una rápida onda 
peristáltica retrógrada con una velocidad de 42,5-53,8 
cm/seg en la oveja. Según Winship (30).
fálicamente en la oveja con una velocidad me­
dia de 120-170 cm/segundo dependiendo si el 
animal permanecía en pie o tumbado sobre su 
esternón, y el líquido desprendido del bolo vol­
vió al retículo-rumen con una velocidad media 
de 35 cm/segundo (30).
Hechos asociados con la acción de eructar
La contracción ruminal coordinada y la re­
lajación del esfínter esofágico inferior provo­
can el eructo de gases (principalmente CO2 y 
CH4) obtenidos como subproductos de la fer­
mentación. Las ovejas eructan más comúnmen­
te tras una contracción del rumen que se difun­
de en dirección craneal sobre su saco dorsal se­
gún se aprecia mediante electromiografía (Fig. 
4.19). Tales contracciones han sido identifica­
das como desplazadorás de gas en dirección cra­
neal hacia el cardias desde una posición cau­
dal y dorsal en el rumen, y pueden ser estimu­
ladas reflejamente en preparaciones descerebra- 
das mediante la insuflación de gas en el rumen. 
Tras cada una de estas contracciones se produ­
ce paso de gas hacia el interior y a lo largo del 
esófago, desde el que parte puede pasar direc­
tamente a la atmósfera, aunque en su mayor
R 4---------- 1----F—----- 1-------- h
• i r 1----h—t----------1
--H-------- 1----H------- 1-------- I
H-------4------- 1-------
"»-----HI 1 I" t—I—H-----
”--- 1---------------
6 seg.
Figura 4.19. A, contracción normal del retículo que se 
difunde hacia atrás sobre el rumen y secuencia de eruc­
tos comenzando 18 segundos más tarde sobre el saco ven­
tral posterior en la oveja (flecha). B, la distensión mediante 
aire con una presión media de 10 cm de H2O va acompa­
ñada por una secuencia de eructos que se inician 6 se­
gundos después de la contracción primaria y van segui­
dos por otras contracciones secundarias del rumen (fle­
chas) que se inician sobre el saco ventral. Según Rucke- 
bush y Tomov(23).
MOTILIDAD DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 83
parte penetra en las vías respiratorias (6). Las 
ovejas pueden eructar también en el momento 
de la regurgitación, aunque en el ganado vacu­
no son necesarias las contracciones ruminales 
secundarias para la salida del exceso de gas.
Factores varios
Muchas situaciones patofisiológicas o enfer­
medades diversas pueden alterar o interrumpir 
los ciclos normales de motilidad gástrica. La 
Figura 4.20 presenta un ejemplo de este tipo de 
alteración de las contracciones reticulares. En 
este caso la vaca padeció peritonitis traumáti­
ca (enfermedad por objetos metálicos) causa­
da por un clavo que atravesó el retículo e irritó 
otros tejidos. Posiblemente, el dolor resultante 
alteró el reflejo normal en un intento de redu­
cir una lesión posterior. Durante los episodios 
febriles que padecen los rumiantes afectados de 
enfermedades infecciosas muestran también 
una inhibición de la motilidad gástrica y du­
rante la fiebre provocada por endotoxinas se ha 
observado una inhibición de la motilidad 
retículo-ruminal dependiente de la dosis. En­
tre otras varias posibilidades que pueden redu­
cir los movimientos retículo-ruminales, la hi- 
pocalcemia y la hiperglucemia son factores hu­
morales que determinan comúnmente este efec­
to, actuando tanto a nivel central como perifé­
rico. La distensión del abomaso y/o la acidifi­
cación duodenal representan otros factores in­
hibidores que pueden agruparse bajo la deno­
minación de mecanismo de freno duodenal, in­
dicando Ja existencia de un reflejo protector 
contra la sobrecarga de la región post-gástrica 
(11).
ACTIVIDAD MOTORA DEL OMASO
El omaso es un órgano compacto más desa­
rrollado en ganado vacuno que en ovejas y ca­
bras. Contiene numerosas hojas de epitelio que 
tienen origen en su curvatura mayor (ver Ca­
pítulo 2). Sus funciones motoras han sido es­
tudiadas mediante examen radiológico en ove­
jas y cabras. Los estudios manométricos en ove­
jas y vacas y la electromiografía en ambas es­
pecias han proporcionado progresivamente da­
tos comprensibles sobre las funciones de este 
órgano en términos de contracciones cíclicas y 
transporte de digesta.
Actividad cíclica
Con respecto a la motilidad, la secuencia de 
contracciones es: cuello (que conecta con el re­
tículo), canal omasal y cuerpo del órgano. Las 
contracciones del omaso son relativamente len­
tas y prolongadas (Fig. 4.21) cuando se com­
paran con la contracción reticular, y existe una 
considerable variación individual entre los ejem­
plares vacunos, mientras que son más regula­
res las contracciones en ovejas y cabras. Recien­
temente se ha demostrado que las hojas expe­
Omaso
lí
Figura 4.20. Pautas de la presión reticular (superior) en 
la vaca normal y en la vaca (inferior) afectada de perito­
nitis traumática espontánea provocada por la lesión tisu- 
lar determinada por un clavo en el retículo. Nótese lo pro­
longada que aparece la segunda contracción. Cortesía de 
P. Holtenius. Según Church (3).
Figura 4.21. Cambios de presión en el retículo, orificio 
retículo-omasal y en el omaso de una vaca en descanso. 
Se muestra la contracción doble del retículo (d), la súbita 
caída de la presión en el omaso y orificio retículo-omasal 
(f), y la potente contracción del orificio (c). Cortesía de 
C. C. Balch. Según referencia 3.
84 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
rimentan contracciones aunque sin relación con 
los considerables cambios de posición y forma 
que experimenta el órgano completo durante 
un ciclo normal de contracción, según obser­
vaciones en estudios radiográficos.
En ganado vacuno, los registros de presión 
realizados entre las hojas del cuerpo del oma­
so y en el canal omasal tienen un carácter bas­
tante diferente, teniendo las contracciones del 
cuerpo mucha mayor amplitud que las de otras 
regiones de la viscera (30-40 mm de Hg). Las 
contracciones del cuerpo son también de ma­
yor duración que las contracciones del canal y 
se superponen en el siguiente ciclo ruminal. 
Otra diferencia consiste en que las contraccio­
nes del canal tienen efecto con cada ciclo reti­
cular mientras que no siempre se producen con­
tracciones del cuerpo, que algunas veces no se 
presentan durante 2-5 ciclos. Aparentemente, 
las contracciones del canal impulsan a los com­
ponentes más fluidos de la ingesta desde el ca­
nal hacia los espacios entre las hojas del cuer­
po del omaso y la contracción del cuerpo del 
omaso obliga a la ingesta a salir del espacio en­
tre las hojas y penetrar en el abomaso. Tam­
bién se observa el reflujo de grandes volúme­
nes de ingesta desde el omaso hacia el retículo, 
hecho que parece producirse cuando el cuerpo 
del omaso se contrae encontrando una elevada 
presión en un abomaso distendido.
En oveja provistas de electrodos de alambre 
colocados quirúrgicamente y/o manómetros, la 
contracción se inicia aparentemente sobre los 
tercios oral y medio del órgano. En realidad, 
se inicia en la gotera del omaso y avanza hacia 
la superficie derecha y después izquierda y se 
interrumpe al iniciarse la contracción reticular 
(Fig. 4.22). En el tercio inferior del cuerpo oma­
sal ovino, las contracciones se prolongan con 
independencia de la contracción reticular y así 
parecen comportarse como el cuerpo omasal 
completo del vacuno. También resulta intere­
sante destacar que las hojas del omaso se con­
traen con independencia de la pared del cuer­
po del omaso.
Orificio retículo-omasal
En ganado vacuno se han estudiado los mo­
vimientos del orificio omasal en relación con 
las contracciones del retículo, pilar craneal del 
rumen, omaso y abomaso mediante pequeños 
balones ligeramente inflados. El orificio man­
tiene una pauta constante en su funcionamiento
Abom
50
1-4---- » -♦ - I—
2 4—4- --4--. 4-4—i- $
, T 5°3 J pV
-------- »-------
lo
* i i om i %
^jULLüjLi:
, I min
Figura 4.22. Origen de la motilidad cíclica del omaso 
ovino. Superior, las contracciones de una hoja del oma­
so registradas desde su borde libre mantienen una frecuen­
cia que es doble que en la curvatura mayor del omaso. 
Inferior, la contracción del cuerpo del omaso queda blo­
queada en el momento en que se produce la contracción 
del retículo. La contracción prolongada del canal omasal 
(OM-15), que se inicia 15 segundos después de las con­
tracciones reticulares, se difunde lentamente sobre el cuer­
po del omaso. La que comienza (OM-24) más tarde (24 
segundos) se difunde más lentamente (20).
durante el descanso, ingestión de alimentos y 
bebida. Durante la mayor parte del ciclo 
retículo-ruminal de contracciones, el orifico 
permanece abierto y laxo aunque tras la últi­
ma contracción reticular se cierra fuertemen­
te. El final de la contracción reticular va acom­
pañado de un fuerte descenso de presión en el 
cuello del omaso, seguido de un elevado aumen­
to de presión en el omaso que coincide con el 
cierre del orificio (ver Fig. 4.21). La transferen­
cia de digesta desde el retículo-rumen tiene lu­
gar principalmente al final de la contracción re­
ticular, coincidiendo con el descenso de presión 
en el omaso. Así, el paso de digesta desde el 
retículo rumen es relativamente continuo y con­
trolado en gran medida por la acción del oma­
so semejante a la de una válvula. También se 
ha observado que la deglución puede ir asocia­
da con contracciones monofásicas de la gotera 
esofágica y del orificio omasal, en el cordero 
lactante se ha observado una pauta parecida 
(27).
La medición de los cambios de diámetro del 
orificio en ovejas mediante electrodos de im- 
pedancia demuestra que el orificio experimen­
ta una intensa dilatación durante la segunda fa­
se de la contracción reticular y también duran-
MOTILIDAD DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 85
te la contracción extra-reticular asociada con 
la regurgitación. Esto va acompañado por pa­
so de digesta hacia el interior del omaso. Los 
movimientos alternativos de apertura y cierre 
mantienen una frecuencia de 5-7/min (Fig. 
4.23). Estos cambios son independientesde las 
contracciones de las hojas del omaso que man­
tienen una frecuencia de 2-3/min y van desde 
el bordé libre hacia la base y siguen una direc­
ción aboral (separada de la boca).
Finalmente, la actividad cíclica del omaso 
afecta a la gotera omasal y mayor parte del cuer­
po del omaso, excepto una pequeña zona pró­
xima al abomaso. Desde el canal omasal cerca 
del orificio retículo-omasal se registra una ac­
tividad rítmica a intervalos 6-8 segundos, que 
comienza tras la contracción reticular y está re­
lacionada probablemente con los movimientos 
espontáneos de abertura y cierre de este orifi­
cio (27). Esta actividad se fusiona en una con­
tracción prolongada que se extiende sobre el
Figura 4.23. Superior, diagrama mostrando la contrac­
ción del cuerpo del omaso (1 y 2), que afecta sucesiva­
mente a sus porciones oral y aboral. TUn sólo el área de 
la parte aboral presenta contracciones que no son inhibi­
das al producirse la contracción reticular (3). Inférfbr, 
aumento del paso de digesta medido con una sonda Dop­
pler durante 18 segundos tras la apertura del orificio 
retículo-omasal, registrado a partir de un puente de im- 
pedancia, durante las dos fases de la contracción del re­
tículo. Según referencia 20.
cuerpo omasal para cesar con el inicio déla con­
tracción reticular en las ovejas. Esta fuerte re­
lación entre el omaso y la actividad retículo- 
ruminal, un efecto como inhibidor del retículo 
sobre el omaso, no ha sido puesta de manifies­
to en ganado vacuno (22).
Transferencia de digesta
Tan sólo las mediciones directas de flujo a 
través del orificio en relación con la presión 
oral: aboral en el orificio pueden proporcionar 
datos fiables sobre la variaciones resultantes de 
flujo. Tanto en ovejas como en vacuno el flujo 
aumenta durante la ingestión de alimentos. La 
duración de las contracciones del omaso en las 
ovejas se reduce notablemente coincidiendo con 
un aumento en la frecuencia de las contraccio­
nes reticulares. Con mayor exactitud, la dura­
ción de las descargas agrupadas del cuerpo 
omasal se reduce de 30 a 10 segundos (ver Fig. 
424) cuando se duplica la frecuencia de las con­
tracciones del retículo. La explicación más sim­
ple de este hecho consiste en que la transferen­
cia de digesta aumenta cuando es alta la pre­
sión media en el retículo y baja la del canal 
omasal. Por consiguiente, el paso de digesta co­
mienza durante la segunda fase de las contrac­
ciones reticulares mientras permanece relajado 
el omaso (Fig. 4.24). Durante la ingestión de 
alimentos aumentan las contracciones reticu­
lares y las relajaciones asociadas del omaso y, 
en consecuencia, el paso de digesta. Como en 
las ovejas un período de rumia suele terminar 
mediante dos o tres intervalos más prolonga­
dos entre las contracciones reticulares y las con­
tracciones posteriormente prolongadas del cuer­
po omasal, es posible que el vaciado del mate­
rial almacenado en el cuerpo del omaso durante 
la rumia sea estimulado durante este período.
El cuerpo del omaso del ganado vacuno man­
tiene una pauta rítmica de cambio de presión 
que es mucho más lenta que el ciclo retículo- 
ruminal. Así es probable que los cambios tran­
sitorios de presión en el omaso no sean facto­
res determinantes, como en ovejas o cabras, pa­
ra regular el flujo intermitente de digesta en ca­
da ciclo retículo-ruminal de contracción.
La apertura del orificio retículo-omasal, es­
pecialmente durante la rumia, y los cambios de 
presión en el retículo son probablemente los dos 
factores principales que intervienen en la trans­
ferencia de digesta. La Figura 4.24 muestra en 
una vaca alimentada con heno que mostrándole
86 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
avena u otros productos apetitosos y su inges­
tión aumentan la velocidad de flujo de digesta 
a través del orificio retículo-omasal. Por el con­
trario, la distensión del abomaso obtenida me­
diante infusión rápida de solución salina (6 1) 
reduce la velocidad y amplitud de las contrac­
ciones reticulares y, en consecuencia, el flujo 
desde el retículo-rumen.
Recientemente se ha puesto de relieve el efecto 
de la actividad muscular del retículo sobre el 
flujo de salida de la digesta del rumen en novi­
llos en crecimiento. Utilizando la desaparición 
de polietilen glicol (PEG) como base de esti­
mación de la velocidad de salida de digesta lí­
quida del rumen, se ha descubierto que, si 
aumenta la capacidad del pre-estómago para 
contener líquido con el incremento de peso cor­
poral, el intercambio de digesta está relaciona­
do con la frecuencia de las contracciones reti­
culares que a su vez responden a variaciones en 
la composición de la dieta. En animales que re­
ciben una dieta rica en heno, el flujo de diges­
ta se acelera en un 30 % en relación con ani­
males que reciben paja granulada y maíz en co­
pos suplementados con harina de soja. En rea­
lidad, la actividad mioeléctrica reticular aumen­
ta también (casi en un 300 %) en las determi­
naciones efectuadas entre 3 y 7 horas después 
del consumo de alimentos y asimismo el gra­
diente de presión entre el retículo y el canal 
omasal así como también la duración de la 
apertura del orificio retículo-omasal (ver Fig. 
4.23).
DESARROLLO Y CONTROL 
DE LA MOTILIDAD
El desarrollo funcional del retículo-rumen 
tiene un especial interés porque se correspon­
de con el desarrollo del crecimiento vegetal en 
el período Eoceno. La principal contribución 
al desarrollo evolutivo consistió en la forma­
ción de divertículos no secretores del estóma­
go anterior primitivo (fundus) para acomodar 
bacterias simbióticas capaces de segregar celu- 
lasa para degradar el polisacárido vegetal ce­
lulosa y producir sustancias utilizadas como 
fuentes de energía por el animal hospedador. 
Este desarrollo se inicia en el embrión de 6 se­
manas (ver Capítulo 3) y va acompañado por 
la diferenciación de un sistema nervioso local. 
Los ganglios del plexo mientérico 'están situa­
dos en el interior de la capa muscular y en la
A*,
DESCANSANDO 
FLUJO
A.
COMIENDO
p ET cm HgO
JUUUlUUJULLU^^ l20
RET. C(n
Distensión del abomaso 6 I
I mm
Figura 4.24. Superior, flujo de digesta medido en la ove­
ja mediante una sonda Doppler colocada tras el orificio 
retículo-omasal. Las contracciones del cuerpo omasal y 
del retículo son valoradas mediante electromiografia. El 
flujo, registrado inmediatamente después de las contrac­
ciones reticulares que han bloqueado las contracciones 
del cuerpo del omaso, aumenta durante la acción de co­
mer. Inferior, flujo de la digesta medido de forma simi­
lar en una vaca con valoración concomitante de la fre­
cuencia y amplitud de las contracciones del retículo. Al 
mostrarle avena aumenta el flujo así como al comer coin­
cidiendo con una mayor tasa de contracciones reticula­
res. Según Ruckebush y Kay (22).
submucosa. Están conectados mediante bandas 
nerviosas para formar una malla más densa en 
el retículo y saco dorsal del rumen que en el 
saco ventral o en abomaso (Fig. 4.25). Los mé­
todos electrofisiológicos han demostrado que 
este sistema nervioso entérico (SNE) es el ori­
gen de una actividad refleja intramural influen­
ciada solamente por nervios extrínsecos (Fig.
MOTILIDAD DEL CONDUCTO .GASTRO-INTESTINAL 87
Figura 4.25. Plexo de Auerbach tras su tinción para co- 
linesterasa (AchE) procedente del saco dorsal del rumen 
de un feto ovino (18 cm) (x 77). 1, ganglio. 2, haces ner­
viosos interganglionares (bandas intemodales). 3, entre­
lazado AchE + red nerviosa; y 4, rama del tronco dorsal 
del vago. Cortesía de A. Weyns, Dept. Vet. Anatomy, Ant­
werp (11).
4.26) y modulada por hormonas intestinales y 
neurotransmisores.
La otra contribución importante al desarro­
llo evolutivo es la formación para el retículo- 
rumen, con un volumen casi igual al del abo­
maso al nacer, de centros gástricos situados en
el tronco encefálico (1). El papel de estos cen­
tros es permitir un movimiento cíclico del ru­
men en forma de reflejos vago-vagales y coor­
dinar esta actividad cíclicacon los procesos de 
regurgitación y eructo. Los métodos electrofi- 
siológicos sugieren que la corriente nerviosa de 
salida de las motoneuronas vagales está rela­
cionada estrictamente al impulso nerviosos afe­
rente. Se supone que una red neuronal con in­
terneuronas de los tipos B y C constituye un 
circuito de frecuencia de los movimientos cícli­
cos. Otra red con intemeuronas A interviene en 
la forma y amplitud de estos movimentos me­
diante descargas vagales iniciales sobre el retí­
culo, y mediante descargas vagales posteriores 
sobre el rumen. El circuito de frecuencia es in­
hibido por la distensión del abomaso. El cir­
cuito de amplitud se estimula por la distensión 
reticular. Tal como ya se ha demostrado, una 
corriente excitadora intensa sobre los circuitos 
de frecuencia y amplitud procede de centros 
nerviosos superiores, por ejemplo, ante la vi­
sión de alimentos (Fig. 4.27). El desarrollo fun­
cional de este sistema nerviosos central (SNC) 
queda interrumpido durante el período de ali­
mentación láctea, es decir durante las 1-3 se­
manas post-natales en las que el retículo-rumen 
permanece en estasis funcional. Sin embargo,
Figura 4.26. Ejemplo de respuesta de célula muscular 
lisa vía sistema nervioso entérico. La actividad de una neu­
rona inhibidora (1) tras activación por una célula comando 
(2) o por una neurona con actividad rítmica «estable- 
estallido» (3) con liberación de acetilcolina como nettro- 
transmisor. La célula comando (2) responde indirectamen­
te a través de intemeuronas (4 & 5) o directamente a re­
ceptores de tensión de la célula muscular (6). La célula 
comando se comunica con otros ganglios en el seno del 
plexo.
Figura 4.27. Los centros gástricos encefálicos están se­
ñalados por un punto situado cerca del obex bajo el ce­
rebelo (superior). La degeneración celular retrógrada (pun­
tos negros) 16 días después de la rumenectomía en cor­
deros alimentados con leche sugiere que los centros rela­
cionados con el obex se extienden lateralmente y menos 
caudal que rostralmente. A la derecha, diagrama de la or­
ganización funcional de los centros gástricos.
88 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
el control del SNC resulta operativo y sus efec­
tos son favorecidos por el rápido crecimiento 
post-natal del retículo-rumen que reduce la pro­
porción relativa (en peso) del abomaso. Los ter­
neros de 2 semanas de edad pastan durante unas 
tres horas diarias y a las 7 semanas pastan casi 
el mismo tiempo que los adultos y sus niveles 
de ácidos grasos volátiles en sangre correspon­
den a los de animales adultos. La limitación de 
los terneros a una dieta láctea retrasa el desa­
rrollo del rumen, aunque en terneros que ma­
man, en la semana siguiente a su nacimiento, 
aparecen trozos de heno y de paja en su abo­
maso, cuando se inician los movimientos de re­
gurgitación y masticación de la rumia.
El mecanismo nervioso que controla los as­
pectos motores de la rumia aparece tan activo 
en terneros de 2 semanas de edad que tan sólo 
con estímulos ligeros, tales como la presencia 
de balones para registros o la sutura de la pa­
red tras la ablación del rumen, son suficientes 
para producir regurgitaciones frecuentes (21). 
Han sido registradas contracciones del rumen 
en un ternero con tan sólo 4 días de edad y al­
gunos terneros pueden rumiar con 5 días de 
edad (la mayoría lo hacen a los 28 días de edad). 
El tiempo dedicado a la rumia aumenta rápi­
damente en terneros que reciben heno y con­
centrados hasta un promedio de 5 horas/día a 
las 6-8 semanas de edad (26).
Estado de pre-rumiante
La transición hacia una digestión de tipo ru­
miante depende en gran medida de la dieta que 
recibe el ternero. Cuanto más dilatado sea el 
período en que el ternero dispone de un sumi­
nistro abundante de leche, menor será la urgen­
cia de suplementar su dieta con otros alimen­
tos. En realidad, los animales destinados a pro­
ducir ternera de leche que reciben una dieta líqui­
da a voluntad y acceso a pienso seco consumen 
tan sólo unos 3 kg de heno como alimentos se­
co durante un período de 3 meses. Los teme­
ros alimentados con una dieta en la que se li­
mita el consumo de líquido comenzarán a in­
gerir hierba y alimento sólido, siempre que sea 
sabroso, cuando tienen unos 7 días de edad.
Flatt y col. (8) descubrieron cambios en la 
presión del retículo-rumen en temeros que re­
cibían bien leche, heno, grano o grano + heno 
con esponjas de polivinilo o cerdas de nylon 
(Fig. 4.28). Las contracciones ruminales prima­
rias y secundarias se apreciaron 'en el ternero
Gramos tejido/100 kg peso corp, vacío Ve!
? J S ?__ 8__ ? t=
Recién nacido (10) 0 11 _
~ ¡-eche (3) | 3 g ------
__________Liquido ruminarh) § 
nilón ___
-------- Hilos de nilón + ác. grasos (2)----------------- 
BlUI Esponjas de plástico ------
Volumen litros/100 kg peso corp, vacío
___ $____?____ $------5------9
Recién nacido (10) 0 11
>o 
3
□J
3 ®3
Leche (3)
Líquido
Iruminal (2)
3. Hilos de nilóná Hilos de nilón + ác. grasos (2) 
H Esponjas de plástico (1) 
I|| Ingesta ruminal (2)
o>
8
Cereal (3)
o
Ingesta ruminal (2)
Cereal (3)
Cereal-heno (4)
Heno (3)
Cereal — heno (4)
Heno (3)
Figura 4.28. Influencia de la dieta sobre el tejido seco 
(y sobre el volumen) de los compartimentos del estóma­
go de terneros fistulizados, en el momento de sacrificio. 
Las cifras entre paréntesis = número de terneros por tra­
tamiento. El consumo de piensos sólidos, tales como in­
gesta del rumen o heno y cereales, determinó de forma 
constante el desarrollo de papilas ruminales y una ligera 
respuesta a la administración de líquido ruminal, de ahí 
la aparición de valores superiores a 250 g por 100 kg. Se­
gún Flatt y col. (8).
alimentado con heno a la edad de 57 días y pos­
teriormente (71 días) en terneros alimentados 
con grano + heno (8). Esta es la primera de­
mostración de nuestro conocimiento de una re­
lación entre la capacidad del retículo-rumen y 
su actividad muscular.
Los estudios sobre el desarrollo de la motili- 
dad del rumen en terneros mediante el método 
fluorocóspico demostraron un proceso mani­
fiesto del desarrollo de la motilidad del retículo- 
rumen. Consistía en movimientos débiles del 
fondo del retículo a las 2 semanas de edad, mo­
vimiento débil del retículo seguido de movi­
miento lento del rumen a las 3 semanas de edad 
y contracción bifásica activa del retículo y mo­
vimientos intensos del rumen a las 6 semanas 
de edad.
Las influencias de la dieta sobre la motilidad 
del rumen han sido estudiadas también en ter­
neros con fistulización ruminal desde 2 a 10 se­
manas de edad, alimentados con una variedad 
de dietas diferentes: leche; leche, heno y cerea­
les (grano); leche + esponjas; leche + ácidos 
grasos volátiles; o leche + esponjas + ácidos 
grasos volátiles. La motilidad reticular y rumi­
nal se dividió arbitrariamente en cinco etapas 
de desarrollo con un desarrollo progresivo desde 
la ausencia de motilidad hasta contracciones re-
MOTILIDAD DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 89
ticulares y ruminales bien definidas. En teme­
ros que disponían de leche y heno a voluntad, 
las contracciones del rumen se registraron a las 
3-10 semanas de edad, según fuese el consumo 
de sustancia seca y la concentración de ácidos 
grasos volátiles en el rumen. Por el contrario, 
los terneros alimentados con leche no mostra­
ron contracciones ruminales estables. La com­
binación de leche, esponjas y ácidos grasos vo­
látiles permitió un desarrollo completo a las 3-5 
semanas de edad.
En terneros que solamente recibían leche a 
través de una fístula en abomaso, se comparó 
el efecto de infusiones intrarruminales de una 
mezcla de ácidos grasos volátiles y solución de 
amoníaco con la intraducción de partículas in­
digestibles de plástico mediante una fístula en 
rumen. El plástico desarrolló la musculatura del 
rumen sin estimular el crecimiento de las papi­
las; la fricción de materiales groseros actúa pro­
bablemente sobre la capa muscular del rumen 
a través de la estimulaciónmecánica de las zo­
nas reflexogénicas (Fig. 4.29).
Los ácidos grasos volátiles proporcionan un 
desarrollo importante de la capa mucosa y cre­
cimiento de las papilas; la asociación de plás­
tico y ácidos grasos volátiles determina un efec­
to sinérgico sobre las capas mucosa y muscu­
lar. El amoniaco representa un estimulante quí­
mico para el desarrollo de la capa muscular y 
de sus papilas, aunque dicho estímulo es me­
nos eficaz que el de los ácidos grasos volátiles.
Según se indica en la Figura 4.29, solamente 
son necesarias 3 semanas para modificar el cre­
cimiento papilar. La comparación de las carac­
terísticas digestivas de terneros de 16 semanas 
de edad que reciben concentrado o heno a vo­
luntad (Tabla 4.5) muestra una mayor ganan­
cia de peso coincidente con una superior con­
centración de ácidos grasos volátiles en el ru­
men y de glucosa en sangre (26).
La motilidad en terneros que reciban concen­
trados es reducida cuando se compara con la 
de terneros alimentados con heno al igual que 
sucede con el tiempo dedicado a la rumia o la 
coordinación entre regurgitación y contraccio­
nes reticulares (Fig. 4.30). El papel de la mas­
ticación en el desarrollo de la motilidad ha si­
do comprobado en corderos y ternéros alimen­
tados con leche en los que el rumen ha sido ex­
tirpado o separado del retículo. En el caso de 
terneros alimentados únicamente con leche y 
con el rumen extirpado, la rumia tiene lugar sin 
regurgitación de material sólido (pseudorrumia)
Figura 4.29. Ejemplo del crecimiento de las papilas del 
rumen en terneros de 3 semanas de edad que reciben le­
che o sustitutivos de la leche (superior), heno (centro) o 
ensilado (inferior). El considerable aumento de grosor de 
la mucosa es debido al desarrollo de papilas ruminales 
estimulado por los productos finales de la fermentación 
ruminal más que por la naturaleza fibrosa del pienso. El 
desarrollo excesivo de papilas puede conducir a una pa- 
raqueratosis del rumen, es decir, a un aumento en la lon­
gitud y anchura de las papilas, agrupamiento de las pa­
pilas con el contenido del rumen e incrustación de las pun­
tas de las papilas con material queratinizado oscuro. Es­
to sucede con dietas en las que el heno ha sido granulado 
(en lugar de admistrarlo en forma larga o aplastado), de 
ahí la falta de tono muscular. Según Ruckebush y Can- 
dau (21).
y puede durar 4-5 horas/día. El efecto princi­
pal de este comportamiento sobre terneros con 
el rumen aislado aunque inervado consiste en 
desencadenar contracciones en el saco dorsal 
del rumen e incluso en el saco ventral. En este 
caso la duración del ciclo aumenta del 20 al 
50 “To (Fig. 4.31). La infusión de ácidos grasos 
volátiles según la concentración descubierta en 
terneros alimentados con concentrados redujo 
el tiempo destinado a esta falsa rumia (ver sec­
ción sobre rumia). Sin embargo, el desarrollo 
de las pautas de motilidad y de los comporta­
mientos asociados como la rumia acompaña al 
crecimiento y aumento de capacidad del pre­
estómago, tal como se demuestra en corderos 
desde las semanas 1 a 8 después de su nacimien­
to (Fig. 4.32).
90 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
Dieta
Tabla 4.5. Comparación de ciertas características en terneros 
Ayrshire de 16 semanas de edad que reciben concentrados o he­
no a voluntad*1
Concentrados 
a voluntad
Heno 
a voluntad
Consumo de sustancia seca,
kg/día 2.5 1.6
Digestibilidad de la sustancia
seca, % 81 58
Total ácidos grasos volátiles
en rumen meq/dl 11 5
Reparto de AGV del rumen, %
molar
Acético 47 74
Propiónico 31 19
Butírico . 18 7
Valérico y superiores 4 —
pH del rumen 5.9 7.4
Total AGV en plasma, mg/dl 0.9 1.3
Glucosa en sangre, mg/dl 93 56
Retención de N, g/día 31 4
Ganancia de peso vivo, kg/día 0.65 0.19
a Según Stobo y col. (26).
RD
RDV
IT
A n° I 2 3 4 5 6
os ■■ l/vlAtA-._ 1/
o o O o o o o
o o o o o o
> 1 1 ■
minutos
Rét
DS
VS
Reí
DS
VS
----- ^4---------------------- |r*~~
' 40 seg ~ jf1*
---------
.........—
B
Figura 4.30. Cambios de presión en el retículo de un ter­
nero joven mostrando que la regurgitación (puntas más 
largas) tiene lugar algunas veces sin la consiguiente con­
tracción reticular bifásica usual. Cortesía de T. Asai. Ex­
tracto de la referencia 3.
Figura 4.31. Efecto de la rumia sin regurgitación de ma­
terial sólido sobre las pautas de motilidad del rumen de 
terneros de 3 semanas que reciben alimento en los que 
el rumen se mantiene separado del retículo desde hace 10 
días. Superior, cambios de presión ruminal (saco dorsal 
y ventral) durante seis esfuerzos para regurgitar indica­
dos por puntos (•). Los ciclos 1, 3, 4 y 5 solamente afec­
tan al saco dorsal. Los ciclos 2 y 6 afectan al saco ven­
tral. Inferior, electromiogramas correspondientes a un ci­
clo de contracciones ventrales sin (RD) y con (RDV). Se­
gún Ruckebush y Candau (21).
Contracciones intrínsecas frente 
a las extrínsecas
Las contracciones extrínsecas del pre- 
estómago son esenciales para la mezcla y para 
la propulsión aboral del contenido. Su frecuen­
cia, forma y amplitud son la consecuencia de 
la actividad del sistema nerviosos central (SNC), 
modificada reflejamente por corrientes sensi­
tivas procedentes principalmente del propio 
tracto digestivo (reflejo vagovagal). Cualquier 
práctica ganadera y situación clínica que afec­
te bien al nivel general del SNC o al volumen, 
textura y composición del contenido gastroin­
testinal modificará las contracciones extrínse­
cas y puede originar disfunciones digestivas.
La sección de un nervio vago no impide la 
contracción porque sigue funcionando el cir­
cuito de frecuencia contralateral. La sección de 
ambos vagos impide las contracciones tal co­
mo sucede cuando un rumiante es simplemen­
te anestesiado. Sin embargo, tras 1-2 semanas, 
en la oveja vagotomizada de forma crónica se 
aprecian amplias descargas de grupo y contrac­
ciones generalizadas en el retículo-rumen (Fig. 
4.33). Esta actividad intrínseca es registrada co­
mo descargas de grupo durante los intervalos 
de contracciones fásicas y su densidad es más 
importante en el retículo que en el rumen. La 
frecuencia de la descarga varía según el volu­
men del rumen; las descargas de grupo están
MOTILIDAD DEL CONDUCTOGASTRO-INTESTINAL 91
Edad (semanas)
Figura 4.32. Tiempo destinado a rumiar o mordisquear 
un alimento sólido durante un período de 6 horas. El grá­
fico se basa en los datos reunidos de 9 corderos observa­
dos durante un período de 8 semanas. Cortesía de D. B. 
Stephens. Extractado de la referencia 3.
Retículo
100
Hg 
10 
0
■* r ■■ H érioHwm»*1
100 .. frve11* 
0 20 40 éó 80............. l6o seg ¡20
4-
Saco dorsal del rumen *
Saco ventral
Figura 4.33. Actividad motora extrínseca comparada 
con la intrínseca del retículo (presión intraluminal y acti­
vidad eléctrica) y de los sacos dorsal (DS) y ventral (VS) 
del rumen tal como se observa 12 días después de la va- 
gotomía. Según Ruckebush y col. (24).
ausentes mientras el volumen del retículo-rumen 
es inferior a 0,5-3 litros en ovejas de 50 kg y 
reaparecen cuando el volumen del rurtien 
aumenta de nuevo por encima del umbral del 
volumen. La firme relación, tras la vagotomía, 
entre la frecuencia o el número de la serie de 
descargas y el volumen del rumen sugiere la 
existencia de una actividad nerviosa integrada 
a nivel del plexo mientérico, es decir en el sis­
tema nerviosos entérico (SNE). La atropina (0,1 
mg/kg) y el hexametonio (2 mg/kg), así como 
también el frío (30° frente a 37 °C) o los áci­
dos grasos volátiles, anulan esta actividad lo­
cal. Los ácidos acético, propiónico o butírico 
0,2 M, calentados y tamponados a pH 4,0, anu­
lan rápidamente las descargas de grupo en la 
totalidad del retículo-rumen. La inhibición es 
más rápida (3 minutos) con los ácidos butírico 
y propionico que con el ácido acético (7-17 
minutos).
Las contracciones primarias continúan cuan­
do es vaciado de digesta el retículo-rumen de 
un animal consciente aunque probablemente 
aparece intensamentereducida el impulso esti­
mulador que llega al centro procedente de re­
ceptores de tensión en serie en esos órganos (ver 
Tabla 4.3). En consecuencia, debe postularse la 
existencia de una intensa corriente excitadora 
sobre los circuitos de frecuencia, forma y am­
plitud de los centros gástricos derivada de una 
actividad nerviosa más fuerte.
El papel del SNE en el retículo-rumen es pre­
sumiblemente similar a las descargas regulares 
en el plexo mientérico del intestino delgado, que 
se producen cada 6 segundos y son abolidas a 
30 °C. La descaiga aferente en algunas fibras 
vagales del retículo-rumen, que es fásica a in­
tervalos de 4-10 segundos, es parecida a los me- 
canorreceptores de adaptación lenta situados en 
la capa muscular y coincide con las contraccio­
nes intrínsecas registradas en tiras de músculo 
reticular y ruminal. En el retículo-rumen vago- 
tomizado de forma crónica, esta actividad in­
trínseca consiste en una serie rítmica de con­
tracciones, y cada período de actividad es se­
parado del siguiente por un período de repo­
so. El nivel de motilidad intrínseca retículo- 
ruminal de ovejas vagotomizadas crónicamen­
te es regulado por el grado de distensión 
retículo-ruminal y, como la motilidad contro­
lada por el SNC de ovejas con los vago intac­
tos, es inhibida por concentraciones elevadas 
de ácidos grasos volátiles. Las fluctuaciones re­
gulares del potencial de membrana en reposo, 
y de ahí de la excitabilidad muscular, que se ob­
servan como ritmos ínfimos (u ondas lentas 
cuando la capa muscular longitudinal está bien 
desarrollada) pueden corresponder a la inhibi­
ción del SNE por hipocalcemia subclínica.
También tiene interés el hecho de que la in­
suflación del saco dorsal (superior al nivel del 
fluido del rumen) provoca un aumento local en
92 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
la frecuencia de descarga en ovejas vagotomi- 
zadas. La Figura 4.34 intenta representar las in­
teracciones entre el SNC y el SNE y, así, las cau­
sas posibles de estasis ruminal, por ejemplo, 
anestesia del SNC, dieta molturada y granula­
da por carencia de impulsos excitadores, dis­
tensión del abomaso que determina impulsos 
inhibidores e hipocalcemia con bloqueo de las 
vías motoras.
RUMIA
El fenómeno de «masticar el bolo alimenti­
cio» o volver a masticar el contenido del ru­
men ingerido en algún momento anterior es uno 
de los hechos más característicos de los anima­
les rumiantes. La rumia impone la regurgita­
ción de ingesta desde el retículo-rumen y nue­
va masticación de los productos sólidos acom­
pañada por re-insalivación y nueva deglución 
del bolo. El interés por alimentar el ganado va­
cuno únicamente con dietas fibrosas ha refor­
zado el interés sobre el grado de trituración lo­
grado en la masticación inicial y en la rumia, 
es decir, eficacia de la masticación y mecanis­
mos de control, ya que el SNC responde a estí­
mulos periféricos del retículo-rumen (RR) por 
parte de la ingesta.
Mecanismos
La regurgitación de ingesta se asocia con una 
contracción extra-reticular que precede a la con­
tracción bifásica normal. Esta concentración 
determina un incremento apreciable en las pre­
siones sobre los fluidos en las zona del cardias 
al elevar el suelo del retículo casi en una mitad 
de la distancia entre su posición relajada y el
NEUROTRANSMISORES
EXCITATORIO 
(tensión)
INHIBITORIO 
(ácido)
I
 Depresión
de los centros 
gástricos 
| Ausencia de entradas 
I en el reflejo excitador 
j Aumento de entradas 
I en el reflejo inhibor
HORMONAS 
INTESTINALES
i Bloqueo de las 
(vías motoras
Figura 4.34. Representación esquemática de la interven­
ción del sistema nevioso central (SNC) y entérico (SNE) 
en el control de los movimientos del retictilo-rumen. A 
la derecha se incluyen las causas de estasis ruminal. 
cardias. La contracción reticular se acompaña, 
en la mayoría de los casos, de un esfuerzo ins- 
piratorio de mayor volumen que el normal ori­
ginado por una contracción brusca del diafrag­
ma. La presión negativa desarrollada en la trá­
quea indica que la glotis debe estar cerrada para 
crear la presión negativa. La digesta regurgita­
da procede en su mayoría del contenido exis­
tente en la cavidad del retículo relajado. No se 
trata necesariamente de los productos más bas­
tos del retículo-rumen. El «tráfico» en el esó­
fago es complejo y debe ser tenido en cuenta 
cuando se recogen bolos para estudiar el pro­
ceso. El tráfico en dirección cefálica (hacia arri­
ba) incluye el bolo de digesta regurgitado y el 
gas eructado si se produce eructo. El tráfico en 
dirección caudal (hacia abajo) incluye el exce­
so de digesta regurgitado que se deglute inme­
diatamente después de lleno el fondo de la bo­
ca, degluciones intermedias de digesta parcial­
mente rumiada, y la deglución final de digesta 
totalmente rumiada. La eficacia de la mastica­
ción durante la rumia es, como mínimo, tan im­
portante como la masticación durante el con­
sumo de alimentos, las partículas más grose­
ras (las obtenidas con un cedazo de 4 mm) son 
eliminadas o su número fuertemente reducido 
(Fig. 4.35).
El movimiento de la digesta desde la porción 
distal del esófago hacia la boca se acompaña 
por una contracción antiperistáltica rápida, po­
sible al parecer por el hecho de ser estriado el 
músculo del esófago de los rumiantes. La con-
Figura 4.35. Trituración del pienso durante su mastica­
ción al comer (A) y durante la rumia (B) de alfalfa aplas­
tada por ovejas con fístulas esofágicas. Porcentaje de par­
tículas del tamaño indicado en el material regurgitado (su­
perior), que inmediatamente son deglutidas (final) y el 
bolo masticado (bajo). Cortesía de C. S. W. Reid (15).
MOTILIDAD DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 93
tracción rápida también se vería facilitada por 
la naturaleza física del material regurgitado, que 
es semi-fluido o lechoso. Por el contrario, la de­
glución normal es mucho más lenta. La aper­
tura del cardias durante la regurgitación y su 
cierre al final de la deglución dependen de la 
acción de las mismas, aunque cuantitativamente 
diferentes, capas musculares esofágicas.
Destino de los bolos rumiados y deglutidos
Cuando la digesta rumiada retorna al RR es 
retenida en el mismo durante algún tiempo; no 
pasa inmediatamente al omaso. El bolo rumia­
do es depositado en la parte dorsal del saco cra­
neal del rumen. La siguiente contracción del re­
tículo lo arrastra caudalmente sobre el pilar cra­
neal. Algunas veces pueden verse los restos de 
varios bolos apiñados bajo el pilar craneal en 
el rumen ventral. Los bolos rumiados se rom­
pen más fácilmente que los bolos deglutidos du­
rante la ingestión de alimentos.
En el contenido relativamente líquido del re­
tículo, las partículas de mayor peso específico 
tienden a hundirse hacia el fondo mientras que 
las partículas de menor peso específico y las 
partículas más groseras permenecen flotando 
en la región dorsal del órgano. Así, no salen del 
retículo a través del orifico retículo-omasal 
(ORO) cuando es máxima la intensidad de la 
segunda fase de la contracción.
El material desmenuzado capaz de atravesar 
un cedazo de 1 mm sale rápidamente del ru­
men en las ovejas, mientras que permanece re­
tenido el material más basto. La comparación 
entre el tamaño de las partículas en el conteni­
do extraído de distintos compartimentos del es­
tómago indica que el lugar en que se produce 
la discriminación radica entre el retículo y el 
omaso, ya que las partículas del contenido re­
ticular son similares a las del contenido del ru­
men y las del omaso a las del contenido del abo­
maso. Esto resulta cierto con todas las dietas 
estudiadas, sean secas o frescas, bien los ani­
males pasten en los prados o sean alimentados 
en estabulación. La selección de las partículas 
para que avancen no parece ser mediante tami­
zado. Según Reid (15), la selección es más pro­
bable que se realice mediante una combinación 
de tres factores: la dinámica de la contracción 
del retículo, los cambios anatómicos de la mu­cosa reticular durante la contracción, y facto­
res que facilitan la presencia de partículas apro­
piadas en el polo del retículo. Cuando el retí­
culo está relajado, las «celdillas» del panal de 
la mucosa se encuentran abiertas, los bordes que 
las separan son bajos; cuando el retículo se con­
trae, las celdillas reducen mucho su tamaño y 
los bordes de separación aparecen elevados y 
prominentes. Según avanza la contracción se 
forma un sistema de paredes y canales, que irra­
dian hacia la gotera reticular y el orificio 
retículo-omasal. Los canales parecen permitir 
que el líquido fluya libremente en toda su lon­
gitud. Esta hipótesis presupone que, durante la 
vigorosa contracción del retículo, las partícu­
las situadas a lo largo de la mucosa quedan 
atrapadas en la redecilla por inercia y posterior­
mente, cuando la contracción alcanza su má­
xima intensidad, avanzan hacia la gotera y el 
orificio. El hecho de que pasen o no pasen ven­
drá determinado por el grado de apertura del 
orifico y por el gradiente de presión a través del 
mismo.
Tiempo destinado a la rumia
El impulso para rumiar es bastante fuerte y 
el tiempo destinado a rumiar para un determi­
nado animal y textura de pienso depende de la 
cantidad ingerida. Por ejemplo, una oveja que 
consume 400-600 g de heno en 24 horas rumia 
durante 327-409 minutos, que corresponden 
aproximadamente al número de bolos (327-373) 
masticados con una frecuencia de 43-50 movi­
mientos masticatorios por minuto. Si el consu­
mo de heno se limita a 200 g/24 horas, el tiem­
po medio destinado a la rumia es de 210 
minutos/24 horas, correspondiente a 225 bo­
los masticados lentamente con 40 movimien­
tos por minuto. Por el contrario, cuando el con­
sumo de heno aumenta en cuatro veces (800 gra­
mos), el tiempo destinado a rumiar se duplica 
(451 minutos/24 horas), correspondiendo a 404 
bolos masticados con una velocidad de 52 mo- 
vimientos/minuto.
Los datos correspondientes a las ovejas in­
dican que estos animales pueden desarrollar 
muchos períodos de rumia cuando son alimen­
tados con heno y concentrados. Estos períodos 
pueden durar desde unos 30 segundos hasta 2 
horas, aunque la mitad o más de los mismos 
tienen una duración inferior a 30 minutos. 
Cuando las ovejas reciben alimentos una vez 
por día, presentan de 9 a 18 períodos de ru- 
mia/día; cuando reciben alimentos con frecuen­
cia, el número varía de 12 a 35; los valores me­
dios fueron unos 14 para ovejas alimentadas
94 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
una vez al día y unos 18 para las alimentadas 
con frecuencia. Otros estudios sobre las ovejas 
(ver Capítulo 5) indican que las ovejas desti­
narán unas 8-9 horas/día a la rumia, dependien­
do de numerosas variables diferentes.
En el caso de las vacas lecheras que reciben 
distintos forrajes, Balch y Campling (2) seña­
laron de 11 a 21 períodos/día, y encontraron 
unos valores medios de 15, 16 y 16 en novillas, 
vacas lactantes y vacas en gestación, respecti­
vamente, alimentadas con forrajes o forrajes y 
concentrados. En experiencias en que se deter­
minaron las contracciones reticulares (suponien­
do que cada contracción extra produce un bo­
lo) los valores medios durante la rumia fueron 
448/día en vacas que consumieron 4,5 kg de pa­
ja, 686 en vacas alimentadas con 10 kg de he­
no; 635 en las que recibieron 9,5 kg de heno, 
438 en las que consumieron 13 kg de hierba se­
ca, y 109 en las alimentadas con 9 kg de con­
centrados (2).
Se aprecia una distribución circadiana de los 
períodos de rumia en animales estabulados y 
su presentación durante la noche es favorecida 
por la somnolencia. Los terneros destinan a la 
rumia unos 120 minutos durante el día y unos 
180 minutos durante la noche. Datos proceden­
tes de varias fuentes indican que el ganado va­
cuno puede destinar de 35 a 80 minutos a la 
rumia por cada kg de forraje consumido con 
2/3 de los mismos durante la noche (3). La Fi­
gura 4.36 pone de manifiesto las pautas de los 
movimientos de las mandíbulas en una vaca du­
rante la rumia y cuando duerme. Los episodios 
de sueño profundo, durante los que cesa la mo­
tilidad, se presentan con frecuencia al final de 
un período de rumia cuando el animal se tum­
ba (19). Conviene destacar que la actividad to­
tal del retículo-rumen aumenta tan sólo ligera­
mente durante la rumia en el bisonte (al igual 
que en la vaca) en comparación con los perío­
dos de descanso (Fig. 4.37). En realidad, la ru­
mia al igual que el descanso son comportamien­
tos post-prandiales en los que entremezclan la 
somnolencia o incluso el sueño y la mastica­
ción de productos regurgitados (19).
La pauta circadiana tanto del pastoreo co­
mo de la rumia se altera cuando es preciso rea­
lizar ajustes para acomodarse a las condicio­
nes climáticas, y para mantener el tiempo de 
pastoreo y el consumo de alimentos. El tiem­
po destinado a la rumia por las ovejas experi­
menta una reducción importante cuando dis­
minuye la disponibilidad de pastos, aunque en 
el ganado vacuno, por el contrario, la relación
l-LLLU
Mandíbula
RUMIANDO
JLJI__ lUXJl__V
aVXmjJoX
-f—Ív—
EN DESCANSO
JUUULJULJL U^
DORMIDO
I Im*jiiki _ LlI
SUEÑOPROFUNDO J DESPIERTO
.cabeza descansando sobre el suelo •~f 
minutos
Figura 4.36. Pautas de motilidad del retículo-rumen y 
eructos detectados como máximos de CO2 en la tráquea 
de una vaca al comer, rumiar y descansar tumbada dur­
miendo. Según Ruckebush (19).
tiempo destinado a comer: tiempo destinado 
a rumiar no disminuye cuando se pastan cam­
pos pequeños. El descenso de este cociente ob­
servado en el vacuno va unido probablemente 
a una menor selección de la dieta resultante del 
consumo de forraje con menor digestibilidad 
y mayor contenido de fibra. Cuando las vacas 
solamente pueden pastar en superficies redu­
cidas (5.000 m2) tras haber pastado en una zo­
na más amplia (30.000 m2), disminuye el tiem­
po destinado a pastar (25,9 °7o de 24 horas) 
(30,5 % en zonas más amplias) aunque no la 
rumia (22,9 frente a 21,8 %). Sin embargo, tien­
de a desaparecer la pauta circadiana de los dos 
períodos principales de pastoreo durante el día 
y, por consiguiente, de los períodos subsiguien­
tes de rumia. Finalmente, el tiempo destinado 
a la rumia se mantiene relativamente constan­
te en relación con el consumo de sustancia se­
ca y se distribuye durante el año como una ac­
tividad de mantenimiento (Fig. 4.38).
Factores que influyen sobre la rumia
No se ha definido con claridad la totalidad 
de factores que estimulan o inhiben la rumia.
MOTILIDAD DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 95
xaL-*-ji -It. L i <L
3Ó1 | RETICULO |
0
30___
Febrero
25 26 27 28
Marzo
28 29 30
Abril
26 27
Mayo
27 28
Junio
12 13 14
Junio
21 22 25 27
. SuÚA-Aa. vAaZ a?vA
0 rsVPVWP SVP^P sV P^^P S^p SWP*̂ P
30
fvsl
01
T T T
mmHg
30
RUMIANDO
MINUTOS
Julio
11 12 13
Agosto
3456
Agosto
16 17 18 19
Setiembre
346
Setiembre
29 30
Octubre
9 1011
O'
30,
RETICULO 1
F *r*R R R R R
Octubre
24 25 26
30',
30"
Figura 4.38. Pauta circadiana de las actividades de man­
tenimiento en las ovejas. Zona negra, consumo de pas­
tos; zona punteada, rumia en la raza Lacaune (Causses 
du Larzac) desde marzo hasta noviembre. Según Leclerc 
(10).
O'
Rsl
T
A.
~T
X
V
MINUTOS
Figura 4.37. Actividad del retículo-rumen del bisonte 
mientras descansa, come y rumia. Nótese la mayor acti­
vidad al comer, las contracciones son 2-3 veces más rápi­
das comiendo que descansando. También se aceleran las 
contracciones durante la rumia, y la contracción extra­
reticular asociada con la regurgitación es bastante evidente 
en el registro inferior. Cortesía de H. E. Dziuk, Univ. de 
Minnesota. Extractado según Church (3).
Una modalidad sensitiva, estimulación táctil, 
parece idónea para comprobar la descomposi­
ción física de los alimentos. La estimulación tác­
til del epitelio reticular y ruminal es un estímulo 
potente, y la estimulación resulta aún más efi­
caz cuando se aplica al pliegue del retículo-
rumen. Según Reid (15) el complejo de los pi­lares craneal-caudal actúa como la región en 
que se determina la cantidad y naturaleza de 
la digesta ruminal y, en consecuencia, la dura­
ción de la rumia.
La ingestión de los alimentos determina un 
aumento brusco en la frecuencia e intensidad 
de las contracciones del pilar. El desplazamiento 
medio de cada indicador radio-opaco durante 
las contracciones mientras se consumen alimen­
tos fue de 75 mm. Los cambios en la separa­
ción de los marcadores se debieron a movimien­
tos respiratorios o corporales, contracciones del 
pilar y distensión del rumen por acumulación 
de ingesta como un cambio en la línea inicial; 
una toma de pienso de 60 minutos se asocia con 
un aumento del 24 % en la distancia media en­
tre los pilares (Fig. 4.39). Estas observaciones
96 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
-180 -150 -120 -30 -60 -30
mm horiz.
Figura 4.39. Dos registros dimensionales (video fluoros- 
copía con rayos X) del desplazamiento de los pilares cra­
neal y caudal durante una secuencia (A) primaria y (B) 
secundaria de contracciones (ovejas). Según Reid (15).
indican que los receptores de los pilares se des­
plazan bastante para controlar la digesta rumi­
nal porque foman un estrechamiento a través 
de la masa de digesta y explican el amplio des­
plazamiento durante cada secuencia de contrac­
ción. La textura de la digesta (como resultado 
de estimulación táctil por su movimiento so­
bre las superficies del pilar durante las contrac­
ciones), la consistencia de la digesta (por la re­
sistencia ofrecida a los pilares que se contraen), 
y el llenado del rumen (por la distensión de los 
pilares), representan tres tipos posibles de in­
formación sensorial que pueden proceder de los 
pilares. La Figura 4.4 demuestra que el movi­
miento relativo del pilar craneal difiere total­
mente durante la rumia del realizado al ingerir 
alimento, indicando así una efectividad diferen­
te de la estimulación de los pilares durante la 
demora precisa para que un animal alimenta­
do comience a rumiar. Como el período de re­
traso siguiente a la ingestión se produce durante 
un tiempo en que es elevada al principio la es-
Retículo
-------* v- a—-jv---------------—U-U-u—«—A—j
Saco ciego dorsal posterior
80
Nivel pilar anterior
A ABA ABABABA ABAAB (etc) cm
—Wa/VwaaA/VA/7 J40
Saco vent. mm Hg
—jMÜMXÁaJjl ]6° 
|_______ RUMIA consumo de pienso
J I I I i ■ ■lili i i I I I 1
Minutos
Figura 4.40. Contracciones del pilar craneal durante la 
rumia y el consumo de pienso (vaca). Secuencias A (pri­
marias) incompletas durante la rumia (el pilar craneal no 
descendió totalmente y no existió máximo de presión en 
el rumen ventral); por el contrario las secuencias B (se­
cundarias) continúan asociadas «normalmente» con una 
contracción del saco ciego dorsocaudal y con una fuerte 
onda de presión del rumen ventral. La actividad «com­
pleta» normal se produjo durante el consumo de alimen­
tos, aunque el proceso se invierte hacia menor actividad 
al dejar de comer. Según Reid y Cornwall (16).
timulación táctil aunque desciende hasta un ni­
vel inferior, es posible que la reducción de in­
formación sensorial a los centros de control cen­
tral sea un requisito previo para iniciar el com­
portamiento de rumia (15).
Mediante el consumo de hierba en trozos lar­
gos frente a trozos cortos por ovejas (no por 
vacuno), se ha descubierto que las partículas 
en el rumen eran más largas y más entremez­
cladas. Como resultado es más difícil la sepa­
ración y descomposición mecánica de las par­
tículas, por lo que se retrasa la transferencia de 
partículas pequeñas del saco dorsal al saco ven­
tral del rumen y el reflujo hacia el interior del 
saco craneal y retículo. Por consiguiente, du­
rante el período que sigue a la ingestión de ali­
mentos, no existen suficientes partículas de ali­
mento sólido para estimular la zona reflexóge- 
na para iniciar la rumia (Fig. 4.41). Por consi­
guiente, y en especial con ensilado preparado 
con hierba larga, se retrasa el inicio de la acti­
vidad de la rumia tras una toma principal de 
pienso (tiempo de latencia más prolongado) y 
aparece un gran número de bolos de falsa ru­
mia, especialmente durante los primeros perío­
dos de rumia del día. El retraso y la menor efec-
/
MOTILIDAD DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 97
pseudo — bolos normales
k íj 1 min 3 m,n
Mandíbula k L. ||g|U
Superficie entrelazada 
de partículas (largas)
Pecho e
es
Reflujo menor hacia ------------------- Sedimentación más lenta
el saco craneal
I
Consecuencia: mayor tiempo de latencia
elevada proporción de pseudo-rumia
Figura 4.41. Pseudorrumia observada en ovejas que 
consumen ensilados de gramíneas en trozos largos. La 
ausencia de estímulo en la zonas reflexogénicas debido 
a la acumulación de contenido sólido detrás del pilar cra­
neal es el origen de la ausencia de rumia al final de una 
comida principal y la posterior aparición de numerosas 
pseudorrumias. Según referencia 11.
tividad de la descomposición mecánica de las 
partículas por la actividad de falsa rumia cons­
tituye una explicación parcial de la base fisio­
lógica subyacente para que sea menor el con­
sumo de ensilado preparado con hierba corta­
da en trozos largos que en trozos pequeños (11).
Mecanismos e importancia
La rumia está regulada centralmente como 
se demuestra mediante la estimulación de los 
centros gástricos y área hipotalámica anterior 
(1). La rumia refleja es inducida también fre­
cuentemente en las vacas lecheras durante el or­
deño ya que se muestran somnolientas. En las 
cabras se han conseguido reflejos condiciona­
dos mediante la asociación de una serie de des­
tellos con caricias suaves de la pared reticular 
(18). Sin embargo, se requiere un gran número 
de asociaciones para obtener la regurgitación 
instantánea al tiempo que se produce una con­
tracción reticular (Fig. 4.42). La inyección in­
travenosa repetida de dosis muy pequeñas de 
adrenalina (3 gg/kg) provoca tanto en ovejas
CONEXION DESCONEXION 30 seg
i ..... i
87.a
CONEXION DESCONEXION
30 seg
Figura 4.42. Rumia condicionada en la cabra. Los es­
fuerzos respiratorios (o) fueron seguidos por regurgita­
ción dentro de los 15 segundos siguientes ^ la emisión del 
estímulo condicionado (CS) para 39 asociaciones. La la­
tencia fue más corta y la regurgitación se observó inme­
diatamente después de la emisión de luz para 87 asocia­
ciones. Según Ruckebush (18).
como en ganado vacuno una salivación inten­
sa seguida únicamente en ovejas de regurgita­
ción. La rumia inducida es resultado de la ac­
tivación de los «centros gástricos» por aumento 
de la corriente nerviosa aferente desde la pa­
red reticular estimulada por la adrenalina. Tras 
20 a 30 experiencias, algunos animales comien­
zan a rumiar inmediatamente después de apli­
cada una inyección control de solución salina 
(observaciones sin publicar). Recientemente se 
ha descubierto el papel de un sistema opioide 
inhibidor en el control de la rumia en ovejas, 
basándose en que antagonistas del opiato co-
98 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
mo naloxona no solamente estimulan la moti­
lidad ruminal, sino también la rumia inducida 
por adrenalina incluso en animales alimenta­
do con piensos granulados.
Cuando no puede expresarse el comporta­
miento de la rumia, se pone en marcha una pau­
ta muy irregular de comportamiento mastica­
torio para imitar el proceso natural. Por ejem­
plo, en terneros con rumen aislado y alimenta­
dos a través de una cánula abomasal, se pre­
senta falsa rumia como un impulso del com­
portamiento (Fig. 4.43). El elevado porcentaje 
de falsa rumia descendió mediante la infusión 
ruminal de cantidades crecientes de ácidos gra­
sos volátiles aunque aumentó mediante estimu­
lación táctil por partículas indigestibles de la 
pared del rumen aislado (21), indicando así la 
existencia de influencias opuestas sobre el de­
sarrollo del comportamiento de la rumia du­
rante la adaptación post-natal a los alimentos 
sólidos.
50,. %
Figura 4.43. Efectos opuestos de la infusiónde ácidos 
grasos volátiles en el rumen aislado y su estimulación me­
cánica mediante virutas de plástico sobre la pseudorru- 
mia (% en 24 horas) en dos terneros de lQ,días de edad. 
Según Ruckebush y Candau (21).
Teorías sobre el desarrollo de la rumia
A continuación se incluyen algunas de las 
teorías que se han presentado en explicación de 
la rumia:
a) La teoría de los predadores establece que 
los rtimiantes son animales atacados por pre­
dadores (grandes carnívoros) y, por consiguien­
te, deben ingerir rápidamente los alimentos sin 
masticarlos bien. Para compensar esto vuelven 
a masticar completamente los alimentos cuan­
do descansan en un lugar seguro. El supuesto 
tácito de que el rumiante mientras descansa se 
encuentra más a cubierto de un ataque que 
mientras pasta es injustificado. Un rebaño ac­
tivo y vigilante se encuentra más a salvo de los 
predadores mientras los animales pastan por su 
ligereza para responder a las instrucciones de 
sus propios sentidos. Aunque la teoría no es 
convincente, debe recordarse que somnolencia 
y rumia van asociadas y que el sueño profun­
do se presenta en el animal tumbado al final 
de un período de rumia.
b) Otra posibilidad que se ha presentado es 
el incremento en el paso del contenido del 
retículo-rumen hacia el interior del omaso. Po­
dría señalarse la contracción extra-reticular, la 
mayor motilidad, la posible intervención de la 
gotera reticular en la deglución del alimento 
vuelto a masticar o el aporte de ingesta final­
mente dividida. Sin embargo, el alimento vuelto 
a masticar no pasa directamente vía gotera re­
ticular hacia el interior de omaso-abomaso (15) 
y la desaparición de material del retículo-rumen 
puede aumentar mientras se ingieren alimen­
tos aunque no durante la rumia.
c) La fundón más importante de la rumia es la 
descomposición de material que de otra manera 
seguiría en el mismo ocupando un espacio útil 
y dificultaría la ingestión de alimento y, resul­
ta claro, que la rumia es responsable principal­
mente de la desintegración de material grosero 
en el rumen. Muchas experiencias consistentes 
en la molturación de los alimentos, limitación 
de la masticación mediante un bozal o la ad­
ministración de morfina indican que la rapidez 
con que puede descomponerse el forraje depen­
de del consumo voluntario de dicho forraje y 
que el efecto de la división del alimento acele­
ra el vaciado del rumen, permitiendo así un ma­
yor consumo de alimento. La masticación pre­
liminar adecuada al ser ingerido el alimento por 
vez primera podría ser un método más simple 
y biológicamente más razonable de asegurar la
MOTILIDAD DEL CONDUCTO GASTRO INTESTINAL 99
descomposición de la ingesta para facilitar su 
libre paso hacia el intestino (como sucede en 
los équidos) sin necesidad de un mecanismo es­
pecial. En realidad, el alimento es masticado 
hasta obtener partículas más finas por aque­
llos animales cuyo rumen ha sido extirpado qui­
rúrgicamente. Cabría esperar, también, que la 
estimulación aumente la digestibilidad, parti­
cularmente en el caso de forraje basto ya que 
se verá facilitado el ataque microbiano al 
aumentar la superficie del alimento y eliminar 
las barreras físicas para la liberación de nutrien­
tes. Por otra parte, si la rumia determina un ma­
yor consumo y salida de alimentos del rumen 
con un coste energético bajo, la pérdida de di­
gestibilidad carecerá de importancia cuando se 
compara con el efecto sobre la disponibilidad 
de nutrientes. Cuando se considera que el ani­
mal en fase de rumia aparece tumbado, som- 
noliento y masticando ingesta que ha sido re­
blandecida y parcialmente descompuesta en el 
rumen, el desarrollo de la rumia aparece como 
un proceso elegante para que sea máximo el 
consumo de dietas fibrosas.
ERUCTO
La acción de eructar es el mecanismo por el 
que los rumiantes arrojan las grandes cantida­
des de gas producidas en el pre-estómago co­
mo resultado de la fermentación microbiana. 
Durante los períodos de máxima producción de 
gas (30 minutos a 2 horas después de la inges­
tión de alimentos), la producción de gas puede 
alcanzar valores elevados. Los temeros alimen­
tados con alfalfa verde troceada producen 12-27 
litros/minuto mediante 3-Í7 eructos/minuto.
Los eructos se asocian con las contracciones 
secundarias del rumen en la mayor parte del ga­
nado vacuno. Estudios radiográficos realizados 
en las ovejas demuestran que las contracciones 
bifásicas del retículo eliminan una buena par­
te de la ingesta de la zona cardial. El pilar cra­
neal permanece en una situación de contracción 
actuando como un dique evitando que la in­
gesta llene el retículo. Estos hechos determinan 
que el gas producido en el rumen se vea forza­
do a dirigirse hacia la zona cardial. _
Rousseau (17) ha descrito la secuencia de he­
chos que intervienen en el eructo. Según se de­
muestra en la Figura 4.44, el eructo se produce 
en asociación con distintas formas de actividad 
esofágica: una fase de llenado, una contracción
A
B
C
D
Nasofaringe
i 
I
i
Esfuerzo ¡espiratorio
RETICULO
em.g.
CARDIAS esófago 
gástrico
ESOFAGO L.E.S. 
esófago medio
Figura 4.44. Secuencia de hechos que intervienen en el 
eructo. A corresponde al cierre de la nasofaringe con li­
gero esfuerzo inspiratorio que tiene lugar 1,2 segundos 
después de la contracción secundaria del saco dorsal del 
rumen y en el momento en que se produce un aumento 
simultáneo de presión en el retículo y pilar craneal. Los 
componentes esofágico y gástrico del EEI (esfínter eso­
fágico inferior) abren el cardias (C). La respuesta en el 
esófago medio se produce 1,8 segundos después de la res­
puesta del EEI (D). Según Rousseau (17).
para el eructo y una contracción secundaria o 
de limpieza. La contracción de limpieza es el 
término aplicado recientemente a contraccio­
nes esofágicas que progresan caudalmente, que 
se producen con independencia de los movi­
mientos bucofaríngeos de la deglución.
Medición
En vacas equipadas con máscaras faciales y 
cánulas traqueales, Dougherty y col. (6) des­
cubrieron que el gas expelido a través de la trá­
quea era de 3 a 7 veces superior que el expulsa­
do a través de la máscara facial; del 0,5 al 33 % 
del gas eructado escapa por boca o nariz, el res­
to es respirado por la tráquea.
El eructo es un proceso silencioso en los ru­
miantes en contraste con lo que sucede en al­
gunos seres humanos. Esto supone, indudable­
mente, un mecanismo protector que evitará que 
estos animales sean descubiertos por los pre­
dadores durante los períodos de tranquilidad 
o de rumia mientras descansan (3). La canti­
dad de gas expulsada puede ser recogida fácil­
mente insertando un tubo en la parte superior 
de la tráquea (Fig. 4.45).
100 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
Figura 4.45. Determinación de la expulsión de gas en 
vacuno provisto de sonda traqueal y cánula ruminal. Se 
inserta una sonda siliástica X en la tráquea y el gas (N2 
+ CO2) se mantiene en el rumen con una presión justa­
mente superior a la de descanso mediante insuflación. El 
volumen de gas expulsado en cada contracción secunda­
ria se mide mediante un gasómetro con puesta a cero a 
intervalos de 10 minutos. Los trazados demuestran que 
el eructo no se alteró durante el bloqueo de las contrac­
ciones ruminales primarias mediante la inyección intra­
venosa de una dosis baja de xilacina (Rompun) (11).
Los gases eructados penetran en la tráquea 
con presiones que se aproximan a las que al­
canzan en el esófago durante la fase de expul­
sión y penetran profundamente en los pulmo­
nes. El eructo de estos gases determina una ele­
vación en los valores de CO2 arterial sistémi- 
co. El hecho de que este incremento en el CO2 
arterial no sea debido a la activación refleja de 
desviaciones arterio venosas pulmonares viene 
indicado porque los niveles arteriales superan 
mucho el contenido en CO2 de muestras de san­
gre venosa recogidas simultáneamente (6).
Que el sistema pulmonar representa una vía 
de absorción de los gases eructadosqueda pa­
tente por el descubrimiento de que varios ga­
ses, incluyendo CO2, CO, H2S y O2, tras ser in­
troducidos en el rumen, es más fácil que deter­
minen cambios en los niveles gaseosos en san­
gre o en la actividad fisiológica del animal cuan­
do la tráquea permanece abierta y capaz de re­
cibir estos gases durante el eructo (6).
El hinchado del rumen con gas estimula el 
reflejo del eructo y la acción de eructar se in­
hibe cuando la zona que rodea al cardias se re­
cubre con ingesta, agua, espuma o aceite mi­
neral. Las investigaciones de Dougherty indi­
can que, en las ovejas, la zona que rodea al car­
dias se mantiene libre de ingesta mediante fuer­
tes contracciones del pliegue retículo-ruminal 
y del pilar craneal. El pilar craneal puede ejer­
cer también en vacuno el principal papel de la 
limpieza del cardias.
La comparación de los mecanismos de eructo 
y de la rumia indica que son estimulados de dis­
tintas formas. La acción de eructar se estimula 
por la presión de gas en el rumen, mientras que 
la rumia se estimula por mecanismos táctiles 
y químicos.
La insuflación de gas en el rumen aumenta 
la incidencia de contracciones ruminales secun­
darias en la oveja consciente y la presentación 
de contracciones reticulares ejerce un efecto in­
hibidor sobre las contracciones ruminales se­
cundarias, especialmente las del saco ventral y 
del saco ciego ventral (23). El aumento de pre­
sión intra-ruminal en descanso determina un in­
cremento lineal en la frecuencia de contraccio­
nes primarias con presiones inferiores a 10 cm 
de H2O. Las presiones intra-ruminales en des­
canso superiores a 10 cm de H2O ejercen un 
efecto supresor sobre la frecuencia de contrac­
ciones primarias que es mayor cuando el gas 
insuflado no contiene CO2 que cuando está pre­
sente el CO2. Se ha descubierto que la frecuen­
cia de las contracciones secundarias aumenta 
linealmente con todos los gases y con todos los 
niveles de presión estudiados.
Diferencias específicas
El hecho de que intervengan en el eructo tan­
to mecanismos centrales como periféricos su­
giere la existencia de posibles diferencias espe­
cíficas en su interacción. La comparación de los 
efectos sobre la distensión del rumen de anta­
gónicos del opiato como naloxina, metilnalo- 
xona (que no cruza la barrera sangre-encéfalo) 
y de neuroleptanalgésicos (como xilacina o de- 
tomidina) demuestra que (a) el eructo va liga­
do a la presentación de contracciones rumina­
les secundarias (cuanto menor sea su frecuen-
MOTILIDAD DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 101
JOg
20 g
JOg
Rumen lili| j.. f-h j-H »
|ri| h |i 4'ü
' f Insuflación 250ml/mm f . Imm |/lV
EUCt0 I I I I I II I
Figura 4.46, Efectos motores de una distensión aguda 
por aire del rumen de las ovejas. Los registros se realiza­
ron mediante un transductor para medir fuerzas de ten­
sión situado sobre el saco dorsal (SD) y ventral (SV) y 
con electrodos sobre el saco dorsal del rumen (SD) y sa­
co ciego (SDP). Nótese el aumento de los ciclos del 
retículo-rumen y que los eructos tienen lugar en el mo­
mento en que coinciden las contracciones reticulares con 
las del saco ventral. La actividad eléctrica del saco ciego 
dorsal del rumen es continua.
cia, menor será el volumen eructado) en gana­
do vacuno. Por el contrario, las ovejas eructan 
también durante ciclos primarios de contrac­
ciones retículo-ruminales, por lo que eructan 
un mayor volumen de gas durante la rumia (Fig. 
4.46). (b) El incremento derivado de presiones 
intra-ruminales crecientes afecta tanto a los ci­
clos primarios como secundarios sin cambios 
en su proporción en ganado vacuno. La disten­
sión ruminal en las ovejas determina un aumen­
to de su propia frecuencia con un cociente de 
1:2 hasta 1:3. (c) La inhibición periférica de la 
motilidad es una causa importante de meteo­
rismo en ganado vacuno según indica la supre­
sión de ciclos primarios de contracciones por 
opiatos o neurolépticos sin provocar meteoris­
mo. En consecuencia, metilnaloxona es tan efi­
caz como la naloxona para aliviar el meteoris­
mo en ganado vacuno. Por el contrario, en las 
ovejas se produce también inhibición central de 
la motilidad y, en consecuencia, meteorismo 
tras el tratamiento con opiatos o xilacina que 
bloquean los ciclos primarios retículo- 
ruminales. En consecuencia, naloxona es más 
eficaz que metilnaloxona para aliviar el meteo­
rismo gaseoso.
Sin embargo, la aliviación del meteorismo 
por gas libre en ambas especies mediante la in­
troducción de una sonda nasogástrica a través 
del esfínter esofágico inferior (EET), incrimi­
na a esta estructura como un factor que inter­
viene en la eliminación de gas ruminal y don­
de se hallan presentes sustancias adrenérgicas, 
colinérgicas, serotonérgicas y posiblemente re­
ceptores P. El papel específico del tono del es­
fínter esofágico inferior es determinado tam­
bién por la ausencia de cualquier mejora en el 
meteorismo cuando son estimuladas la frecuen­
cia y amplitud de las contracciones retículo- 
ruminales por agentes colinérgicos como car- 
bachol, betanechol o pilocarpina. Por el con­
trario, durante la hipomotilidad inducida por 
hipocalcemia, puede ser aumentado el volumen 
de gas expelido mediante tratamiento con an­
tagónicos de 5-HT2 sin cambios importantes en 
la magnitud de las contracciones (11).
Control del esfínter esofágico inferior
La actividad unitaria de las neuronas vaga­
les sensitivas, que se registró desde el ganglio 
nudoso de ovejas anestesiadas y tiene su ori­
gen en el esfínter esofágico inferior, pertenece 
al tipo adaptativo lento de receptores. Nume­
rosos mecanorreceptores, que se localizan en el 
esfínter esofágico inferior, muestran una acti­
vidad espontánea consistente en descargas tó­
nicas debidas a una ligera tensión longitudinal 
que se inhibe antes del paso del bolo. La ausen­
cia de inhibición del esfínter esofágico inferior 
sin cambios de motilidad provoca meteorismo 
por gas libre transitorio según se aprecia 60 mi­
nutos después de la ingestión de hojas de al­
falfa por parte del ganado vacuno. El meteo­
rismo espumoso, que es una causa importante 
de muerte en vacuno para cebo que pasta en 
prados de trigo de invierno, no va acompaña­
do de cambios importantes en la motilidad del 
rumen. Dado que el orificio del cardias se con­
trae de una forma tetánica cuando se ve expues­
to al fluido ruminal de pastos de trigo, es posi­
ble que la musculatura asociada con el esfín­
ter esofágico inferior pueda contraerse espas- 
módicamente e impedir los eructos tras su ex­
posición a ciertos compuestos originados por 
la ingesta contenida en el rumen.
Por otra parte, como las presiones en esófa­
go son un procedimiento para la valoración in­
directa de la presión pleural, la presión pleural 
podría ser uno de los factores que influyen en 
la presión del esfínter esofágico inferior. El 
aumento de la presión pleural, por ejemplo, en 
la neumonía, puede provocar un aumento de 
presión en el esfínter esofágico inferior. Tal me­
canismo podría provocar timpanismo crónico,
102 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
observado frecuentemente en animales que pa­
decen neumonía.
Tanto en ovejas como en ganado vacuno se 
ha observado relajación del esfínter esofágico 
inferior por antagónicos de 5-HT2 durante la 
distensión ruminal. La insuflación de N2 en el 
rumen aumenta ligeramente su actividad cícli­
ca, de ahí que aumente el volumen de gas eruc­
tado de 3,7 a 6,2 1/10 minutos. Tras un pretra­
tamiento con ritanserina (0,1 mg/kg de peso vi­
vo), el volumen de gas eructado aumenta más 
entre 10 y 30 minutos después de su inyección. 
En este caso, aumenta el volumen de gas expe­
lido con cada eructo más que la frecuencia de 
los eructos. Se apreciaron efectos similares tras 
la administración de otros antagónicos de 
5-HT2, indicando que los receptores de 5-HT2 
desempeñan un papel importante directo o in­
directo en el control de la presión del esfínter 
esofágico inferior. Otra posibilidad de acción 
puede ser el bloqueo desustancia P, el péptido 
que acompaña a 5-HT.
Finalmente, la necesaria eliminación de gas 
por parte de los rumiantes permite la presen­
cia de gases variados en los pulmones, que son 
absorbidos hacia la sangre y aparecen en la le­
che. Son mal conocidos varios aspectos de las 
pautas motoras del esfínter esofágico inferior 
que parecen ser alteradas tanto en el meteoris­
mo inducido como en el natural.
ACTIVIDAD MOTORA DEL ABOMASO
En términos de motilidad, el abomaso ha si­
do ignorado en gran parte tanto en la etapa pre­
rumiante como en la de rumiante. Esto es así 
a pesar de la notable importancia de su papel 
durante la digestión de dietas lácteas o de sus- 
titutivos de la leche en los animales jóvenes, y 
en el adulto en el que el vaciado gástrico es el 
requisito previó para la salida de sólidos del 
retículo-rumen y para acortar el tiempo de re­
tención del contenido ruminal.
Relajación receptiva
Durante los 3-4 primeros meses de vida con 
mínimo, los temeros que reciben dietas lácteas 
o de sustitutivos de la leche muestran pocos de­
seos de ingerir alimentos sólidos, siempre que 
el sustitutivo de la leche haya sido formulado 
para aportar durante este período cantidades 
suficientes de todos los nutrientes esenciales. En 
un estudio el consumo diario de concentrados 
y heno fue de 0,11 y 0,08 kg, respectivamente. 
Los terneros han sido criados hasta alcanzar 
unos 350 kg de peso vivo como animales pre­
rumiantes con dietas basadas en la proteína de 
la leche. Cuando se utilizan proteínas no lác­
teas con pesos superiores a los 80 kg, una re­
ducción del apetito limita el peso que puede al­
canzarse con una elevada eficacia en la conver­
sión del pienso.
La coagulación de la leche se produce en los 
3-4 minutos siguientes a su ingestión, forman­
do un coágulo de caseína junto con la grasa 
atrapada de forma que solamente penetra en 
duodeno suero conteniendo lactosa y proteína 
del suero. La actividad motora del abomaso 
consiste (durante el 50 % aproximadamente del 
tiempo estudiado) en contracciones con una fre­
cuencia de 4 a 6/minuto que se detectan en el 
antro como estallidos en punta superpuestos so­
bre ondas lentas permanentes y solamente co­
mo estallidos en punta en el fundus (5). Ade­
más, existen períodos de inactividad cuando los 
complejos motores migratorios (CMM) se ge­
neran en la unión gastroduodenal (20).
Las variaciones verdaderas de presión son di­
fíciles de comprobar en el abomaso sin dispo­
ner de varios manómetros apropiados y con fre­
cuencia se utilizan medidores de tensión o elec­
trodos implantados para registrar la fuerza ge­
nerada por la musculatura del aparato digesti­
vo en sustitución de medidores de presión. Se 
logró un avance considerable cuando los elec­
trodos grandes y restrictivos fueron reemplaza­
dos por hilos finos que podían ser cosidos en 
la pared intestinal, que sirvieron para obtener 
electromiogramas (EMG) en múltiples locali­
zaciones. Aunque resulta difícil determinar los 
cambios de flujo y de volumen intragástrico en 
el abomaso como resultado del reflujo, absor­
ción, secreción y flujo no lineal, parece ser que 
la ingestión de leche va acompañada de una re­
lajación gástrica inmediata como resultado de 
la inhibición de la actividad de la región fún- 
dica del estómago. Esta relajación se prolonga 
durante una hora aproximadamente en la cur­
vatura mayor, mientras que la bomba del an­
tro se mantiene muy activa (Fig. 4.47). Según 
las observaciones realizadas en otras especies, 
la relajación del fundus es provocada por una 
reducida distensión del antro en forma de re­
flejo relajador vago-vagal. Esta relajación es di­
ferente de la inhibición adrenérgica refleja de 
la motilidad gástrica originada también en el 
antro gástrico por una distensión intensa.
MOTILIDAD DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 103
ANTRO Omaso
A , 1.,.... ........-»-------------- l
Figura 4.47. Tamaño relativo de las diferentes partes del 
estómago del ternero recién nacido (superior) y efectos 
del consumo de leche sobre la motilidad registrada en for­
ma de electromiograma integrado a intervalos de 20 se­
gundos de las regiones del fundus y antrum del abomaso 
5 días más tarde. Nótese la reducción de actividad a lo 
largo de la curvatura mayor al ver e ingerir leche. Esta 
indicación de una relajación del fundus persiste durante 
1 hora aproximadamente, mientras que el antrum man­
tiene la fuerza controlada necesaria para enviar el quimo 
hacia el duodeno. Según Dardillat y Ruckebusch (5).
Vaciado gástrico
En terneros conscientes, mínimamente suje­
tos y provistos con una cánula permanente (de 
forma que el abomaso pueda ser limpiado me­
diante lavado para introducir una toma testigo 
y usando rojo fenol como marcador no absor- 
bible para determinar el volumen del aboma­
so), la pauta básica de vaciado tiene una ca­
racterística exponencial durante la mayor par­
te del período de evacuación al igual que en 
otras especies.
La colocación de cánulas duodenales adicio­
nales de re-entrada a 5 cm del píloro, propor­
ciona una preparación por la que es posible la 
infusión del duodeno a través de la cánula dis­
tal, y recoger el efluente abomasal de la rama 
proximal de la cánula. Fueron confirmados los 
puntos siguientes: (a) mediante la infusión en 
duodeno de soluciones isotónicas de NaCl y 
NaHCCh aumenta el vaciado abomasal, resul­
tando el bicarbonato el estímulo más efectivo; 
(b) el HC1 diluido inhibe el vaciado; (c) las so­
luciones hipertónicas, incluyendo disacáridos 
y monosacáridos, inhiben el vaciado gástrico; 
(d) cloruro amónico, urea, lactosa y ácido acé­
tico tienen poco efecto sobre el vaciado del 
abomaso.
El registro simultáneo del electromiograma 
abomasal y la medición del vaciado gástrico pu­
sieron de manifiesto una asociación causal en­
tre la administración de gastrina y la reducción 
del vaciado gástrico. La gastrina parece ejer­
cer sus efectos directamente sobre los mecanis­
mos que regulan la motilidad y no indirecta­
mente por medio, como ejemplo, de la estimu­
lación de secreción ácida. Esto viene sugerido 
por la rápida iniciación de los efectos, la ínti­
ma asociación temporal entre la inhibición de 
la motilidad y las infusiones de gastrina así co­
mo también por el rápido retomo de la activi­
dad eléctrica y la reanudación del vaciado gás­
trico. Por el contrario, la inhibición tardía de 
la motilidad y vaciado del estómago originada 
por la acidificación duodenal, que persiste tras 
seccionar los nervios vago y esplácnico, parece 
relacionada con la liberación de somatostatina.
El orden jerárquico de los factores que in­
fluyen sobre el vaciado gástrico es: distensión 
del abomaso > osmolaridad > pH del quimo 
> productos (grasa y proteína) que penetran 
en duodeno. La distensión es el principal estí­
mulo intragástrico para el vaciado del aboma­
so. El volumen de los chorros de digesta que 
atraviesan el píloro es resultado de la bomba 
del antro, con una correlación positiva entre el 
volumen del golpe y el volumen gástrico. La pe­
riodicidad de los chorros antrales es relativa­
mente constante e íntimamente relacionada con 
las contracciones del antro (25). La pauta de 
vaciado es una función de la presencia o no de 
complejos motores migratorios (CMM) incia­
dos en la unión gastroduodenal — la interrup­
ción de la pauta de CMM se produce solamen­
te con tomas abundantes (Fig. 4.48). Durante 
las 4 primeras semanas de vida, las dietas lác­
teas con polietileno glicol como marcador del 
suero son evacuadas en 3 horas. Así, la fase ini­
cial de la digestión gástrica es dominada por 
la distensión y la velocidad fraccional constante
104 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
Tiempo tras el consumo (h)
Figura 4.48. Cantidad de quimo que pasa al duodeno 
en el ternero alimentado con leche tras una toma peque­
ña (2 kg) y una mayor (6 kg). El flujo cesa (T) cuando 
la actividad motora del antro muestra períodos de inac­
tividad en la iniciación de los CMM a intervalos de una 
hora. Esta actividadcíclica no se interrumpe por una to­
ma ligera, de ahí las 6 etapas (flechas) durante el flujo 
de 3,3 kg en 6 horas. Por el contrario, se interrumpe la 
pauta de los CMM, de ahí el flujo continuo de 3,5 kg du­
rante las 3 primeras horas cuando el animal realiza una 
comida importante. Según Sisson (25).
de vaciado con el aumento de volumen parece 
ser una propiedad del estómago, las diferencias 
que se presentan más tarde son una función de 
variación en respuesta a receptores duodenales.
Tras la distensión del abomaso, la osmolari- 
dad y el pH del quimo en el duodeno parecen 
ser factores importantes para el control del va­
ciado gástrico en el ternero. A 300 mosmo- 
les/kg, las infusiones duodenales con solucio­
nes isotónica de NaCl con un margen de pH 
de 2,0 a 12,0 no alteran el elevado nivel de va­
ciado gástrico. Aplicando las técnicas de toma 
testigo usadas en el hombre, se ha demostrado 
que las soluciones hipertónicas de NaCl, glu­
cosa y NaHCCh inhiben el vaciado así como 
también la producción de ácido gástrico. Mien­
tras que las infusiones duodenales de solución 
de’NaCl ajustadas a un pH 8 a 12 con NaOH 
no modifican la motilidad ni la velocidad del 
vaciado gástrico con este margen de pH, el elec- 
tromiograma gástrico y el vaciado son inhibi­
dos durante la infusión duodenal (aunque no 
con la del abomaso) de fluido con pH bajo. 
Conviene destacar que la acidificación duode­
nal representa un fuerte estímulo local de la ac­
tividad motora duodenal que, así, puede inte­
rrumpir indirectamente el flujo gástrico como 
al inicio de un CMM. En consecuencia, se han 
empleado sustitutivos acidificados de la leche 
(pH 4,3 a 5,5) con objeto de mejorar la cali­
dad de mantenimiento de forma que puedan 
implantarse sistemas de alimentación en gru­
po a voluntad. La introducción de solución sa­
lina acidificada en el abomaso con pH inferior 
a 2 no afectó el vaciado gástrico, la secreción 
de ácido o pepsinógeno en comparación con 
una toma salada. La secreción de ácido por el 
abomaso solamente fue inhibida con un pH 1,2 
así como el electromiograma gástrico, con efec­
tos mínimos sobre el vaciado gástrico; no 
aumentó la motilidad duodenal. Este descubri­
miento contrasta con el efecto de la acidifica­
ción del duodeno, que reduce en forma signi­
ficativa el vaciado del abomaso, la motilidad 
y la secreción de ácido, sugiriendo una influen­
cia directa relativamente menor de la acidifi­
cación duodenal en el ternero.
Pautas motoras
El procedimiento usual adoptado para ob­
tener información sobre las funciones gástri­
cas ha supuesto el empleo de animales prepa­
rados con fístulas y cánulas de re-entrada que 
permiten la recogida (y retorno) de la totalidad 
de digesta que fluye por la cánula de salida (Fig. 
4.49), así como calcular la velocidad de paso 
de partículas teñidas. La secreción gástrica con­
tinuada en rumiantes adultos se confirmó usan­
do ovejas provistas de bolsas fúndicas y con bol­
sas en antro y fundus. La secreción de las bol­
sas fúndicas es continua y disminuye en volu­
men y acidez, al igual que la producción de pep­
sina, mediante la resección de las bolsas del an­
tro. Mostrando alimento a los animales y con-
MOTILIDAD DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 105
Figura 4.49. Superior. Novillo con cánulas en aboma­
so (la más elevada) y en intestino. Este tipo de cánulas 
permite tomar muestras con facilidad, al tiempo que no 
interfiere mucho el paso de digesta cuando se colocan co­
rrectamente. Foto cortesía de C. O. Little. Inferior. Una 
vaca con una cánula de re-entrada. Este tipo puede mos­
trar tendencia a limitar el paso de digesta, aunque es más 
útil para realizar estimaciones cuantitativas del paso de 
digesta (3).
sumiéndolo se estimula la secreción de ácido 
fúndico y de pepsina en animales provistos de 
bolsas en el antro antes y después de la antrec- 
tomía. Resulta un hecho interesante que la an- 
trectomia reduce la producción total de ácido 
de las bolsas fúndicas y puede ir seguido de un 
aumento en el consumo de pienso. Todos los 
estudios del flujo de digesta desde el abomaso 
ovino medido con marcadores como papel im­
pregnado con óxido crómico han demostrado
ir
’•O
)
lio
Anl,°
-IM***-* —W
Bulbo duodenal
..... . 111.4(111111,k..ll...... H)J
-..uBM
Figura 4.50. Actividad mecánica de la unión gastroduo­
denal en ovejas registrada mediante transductores curvos 
para medir la fuerza de tensión fijados sobre el antrum, 
7 y 2 cm por delante del píloro, y sobre el duodeno proxi­
mal, a 2 y 10 cm del píloro. Las contracciones en serie 
que duran 4 minutos aproximadamente sobre el bulbo 
duodenal y el antrum del píloro, se producen de forma 
casi sincrónica con una inhibición de la porción más dis­
tal del antrum. Las contracciones en serie del bulbo duo­
denal se propagaron aboralmente con una velocidad me­
dia de 8-10 cm por minuto (11).
una relación directa entre el volumen del abo­
maso y el flujo desde dicho órgano, con el ni­
vel de consumo de pienso y el índice de motili- 
dad del cuerpo gástrico. Por ejemplo, la pen­
diente media calculada para el flujo (ml/h) y 
el volumen (mi) fueron 0,33 ± 0,07 y 0,34 ± 
0,05 (g/d de consumo de una dieta granulada 
conteniendo un 50 % de paja de cebada). El 
flujo duodenal y la motilidad del abomaso para 
un nivel similar de consumo de pienso dismi­
nuye cuando los tamaños de las partículas des­
cienden desde 6,5 a 1,4 mm debido al incremen­
to de la rumia y cantidad de saliva causado por 
dietas con partículas con un tamaño de 6,5 mm.
La mayor actividad motora reultante de un 
flujo abomasal superior para niveles altos de 
consumo de pienso o partículas de tamaño 
grande ha sido comprobada midiendo las pau­
tas de las contracciones mediante electromio- 
grafía y transductores de fuerza tensión-calibre 
en relación con la velocidad de flujo valorada 
mediante medidor de flujo magnético sobre el 
bulbo duodenal (ver Fig. 4.54). Tanto en vacu­
no como en ovejas, el 70-80 % de las ondas len­
tas del antro (5-6/min) se superponen con es­
tallidos en punta. En ganado vacuno, la mitad 
de las mismas pasan aboralmente hacia el bul­
bo duodenal que es también la zona en que se 
inician las contracciones retrógadas a nivel de
106 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
la desembocadura del conducto biliar. En las 
ovejas, casi todas las contracciones comienzan 
cerca del píloro a intervalos cortos (50-70 se­
gundos) y se propagan aboralmente correspon­
diendo a un bolo de quimo de 5-6 mi.
Sin embargo, el registro continuado de las 
pautas de motilidad del antro demostró la exis­
tencia de 15 a 18 períodos de inactividad del 
antro y ausencia de flujo cada 24 horas, cada 
uno de estos períodos dura de 5 a 10 minutos. 
La Figura 4.50 (correspondiente a la actividad 
mecánica de la unión gastroduodenal) mues­
tra que la inactividad periódica del antro coin­
cide con el desarrollo de una serie de contrac­
ciones en la unión gastroduodenal y persiste du­
rante el período subsiguiente de reposo. Estas 
series de contracciones son transformadas so­
bre el duodeno en una fase de actividad pun­
tiaguda regular (APR) que es precedida por una 
fase de actividad puntiaguda irregular (API) y 
seguida por una fase de actividad no puntia­
guda (ANP), propagada a lo largo de todo el 
intestino delgado, de ahí el término de complejo 
mioeléctrico migratorio (CMM) (ver Fig. 4.54). 
La fase APR es llamada támbién frente de ac­
tividad. Así, el paso de contenido a través del 
piloro es continuo en el rumiante adulto aun­
que rítmico debido a una inhibición en el mo­
mento en que se presentan las fases APR-ANP 
de los complejos mioeléctricos migratorios en 
la unión. La estimulación de la actividad mo­
tora duodenal, mediante distensión, liberación 
de ácido y serotonina que aumenta la frecuen­
cia de las fases APR-ANP, determina la inhi­
bición de la actividad motora del antro y re­
trasa el vaciado gástrico.
Alteraciones funcionales
Tanto en pre-rumiantes como en rumiantes 
adultos, el flujo transpilórico seproduce en for­
ma de chorros con períodos de inactividad y 
ausencia de flujo. El sobrellenado del aboma­
so determina un aumento en la velocidad del 
vaciado abomasal al reducir la duración de las 
fases de ANP. El incremento de osmolaridad 
en el contenido abomasal reduce el vaciado del 
abomaso y permite también la acumulación de 
ácido que aumenta la inhibición. Una disfun­
ción importante que se produce entonces es la 
acumulación de gas (o aire) en el abomaso que 
se sitúa en el cuerpo abomasal sobre el conte­
nido líquido y se evita mediante eructos. El ex­
ceso de aire ingerido cuando el ternero bebe de 
una botella puede acumularse en el antro para 
evitar el flujo de líquido.
Algunas proteínas influyen sobre la altura de 
las vellosidades y el desarrollo de los enteroci- 
tos, que a su vez puede afectar la producción 
de 5-HT de forma suficiente para influir en la 
motilidad del tracto digestivo, especialmente 
atonía por ulceración duodenal. Las perfora­
ciones gástricas se localizan cerca del píloro en 
2/3 de terneros (3-12 meses de edad) y 2/3 en 
la parte fúndica del abomaso en animales con 
más de 1 año de edad. El proceso de ulcera­
ción en terneros y posterior disrritmia del an­
tro y timpanización del rumen son hechos fa­
vorecidos por el frío durante el período inver­
nal (datos sin publicar).
Las ovejas adultas que padecen infestación 
por Ostertagia circumcincta, muestran regresión 
de la mucosa del abomaso y menor motilidad 
que puede ser originada por hipergastrinemia 
coincidente con el parasitismo del antro ya que 
los niveles de gastrina descienden con un tra­
tamiento antihelmíntico eficaz.
Existen muchas pruebas en el sentido de que 
la infección duodenal origina cambios en la mo­
tilidad del intestino y, en consecuencia, disten­
sión del abomaso. La distensión del abomaso 
en ganado vacuno adulto provoca atonía y des­
plazamiento hacia el lado derecho. La patofi- 
sología de esta alteración muestra una relación 
causal directa de la motilidad del abomaso con 
exceso de ácidos grasos volátiles, posiblemen­
te a través de una acción directa sobre las fi­
bras musculares lisas.
Entre los factores excitadores e inhibidores 
que regulan los movimientos del músculo liso 
gastro-intestinal y, en consecuencia, el vaciado 
gástrico, el neurotransmisor colinérgico aumen­
ta el peristaltismo del antro y relaja el esfínter 
pilórico como el polipéptido intestinal vasoac- 
tivo (PIV). Las hormonas duodenales, secreti- 
na, colecistoquinina (CCQ) y el polipéptido in­
hibidor gástrico (PIG), así como también la so- 
matostanina (SRIF), tienen efectos opuestos. 
Otro neurotransmisor, 5-hidroxitriptanina 
(5-HT) y su péptido co-liberador sustancia P 
(SP), ejercen efectos estimulantes potentes so­
bre el antro y el duodeno. El factor liberador 
de tirotropina (FLT) y el factor liberador de cor- 
ticotropina (FLC) y algunos péptidos opioides 
endógenos (POE) descubiertos por vez prime­
ra en encéfalo y posteriormente en el intestino 
tienen efectos similares. Esta doble localización 
de péptidos ha dado origen al concepto de un
MOTILIDAD DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 107
eje encéfalo-intestino. Dado que algunos pép- 
tidos como PIV, SSRIF, SP y POE son segre­
gados desde el vago al intestino, se ha propuesto 
el concepto de que el nervio vago es la vía pep- 
tidérgica que conecta el encéfalo y el intestino. 
Recientemente, se ha demostrado que al menos 
tres péptidos del eje encéfalo-intestino (CCQ, 
FLT y SRIF), todos los cuales dificultan el va­
ciado gástrico y reducen el consumo de alimen­
tos en las ovejas (observaciones sin publicar), 
ejercen acciones centrales y periféricas opues­
tas en la regulación de la función gástrica. Han 
sido propuestas las vías simpáticas para expli­
car en qué forma la acción central es retrans­
mitida hacia el estómago. Sobre esta base, las 
alteraciones motoras del abomaso (y la anore­
xia consiguiente) representan un factor crítico 
en la homeostasis digestiva de los rumiantes.
FLUJO TRANSPILORICO DE LA DIGESTA
La determinación del paso de ingesta a tra­
vés del conducto gastro-intestinal de los rumian­
tes, cuando se considera en relación con las pau­
tas de actividad motora, es obstaculizada por 
la presencia del retículo-rumen como sistema 
mezclador. El tiempo de retención de partícu­
las teñidas en este reservorio depende de su vo­
lumen y velocidad de retomo que puede variar 
con el nivel de consumo de pienso al igual que 
con la forma física del forraje (ver Cápitulo 9). 
En consecuencia, el volumen del flujo de di­
gesta a través del píloro depende de la transfe­
rencia del contenido del rumen a través del oma­
so y de su posterior tratamiento a nivel del 
abomaso.
Nivel de consumo de pienso
El tiempo que las partículas de pienso de ti­
po medio pasan en el pre-estómago depende del 
nivel de consumo, aunque su determinación re­
sulta difícil por la falta de seguridad sobre el 
plazo que pueden permanecer en el omaso. En 
ovejas cuyo rumen ha sido eliminado quirúr­
gicamente, las apariciones inicial y final de mar­
cador (fuchina) fueron 6 horas y 6 días tras el 
consumo de avena troceada, frente a 22 horas< 
y 19 días en ovejas normales. Estos datos indi­
can que el rumen provoca un retraso de unas 
16 horas en la aparición inicial del marcador. 
Sin embargo, el momento de excreción máxi­
ma tuvo efecto en los días 2? y 3.° en ambos 
casos (3), indicando que la influencia del omaso 
parece consistir más en un tamizado de las par­
tículas que en el retraso de su avance.
No obstante, el omaso se caigará rápidamen­
te con niveles elevados de consumo. El tiempo 
medio de retención del heno teñido con Au198 
en ovejas sometidas a una alimentación limi­
tada voluntaria descendió desde unas 44 horas 
a 30 horas, indicando un menor tiempo de re­
tención para un mayor consumo de sustancia 
seca en la totalidad del intestino como en el ru­
men (ver también Tabla 9.9).
frecuencia en la ingestión de pienso
Bajo un punto de vista histórico, el empleo 
de cánulas duodenales de re-entrada ha sido 
muy popular, por lo que se dispone de un ele­
vado número de publicaciones. Demostraron 
que una baja presión más allá del píloro resul­
tado de la toma de muestras estimula el flujo 
abomasal reducido, por otra parte, como con­
secuencia del sistema de canulación. Tales pro­
blemas pueden evitarse mediante el empleo de 
medidores de flujo y/o recogida total automá­
tica mediante cánulas simples en forma de T.
La frecuencia en la ingestión de pienso tiene 
un efecto notable sobre la cantidad de digesta 
que fluye desde el abomaso. En ovejas que re­
ciben alimentos una vez al día, la velocidad de 
flujo es de unos 270 ml/hora que aumenta hasta 
785 ml/hora cuando la misma ración se distri­
buye en tres tomas por día. También se ha de- 
subierto un mayor flujo diario desde el aboma­
so para distintas raciones cuando son distribui­
das con intervalos de una hora que cuando se 
ingieren mediante una toma única por día, cual­
quiera que sea el tratamiento o la ración. Fi­
nalmente, la misma cantidad de alimento ad­
ministrada en 3 tomas por día en comparación 
con una toma por día incrementa en un 30 *Yo 
el flujo de digesta a nivel post-pilórico, debido 
a una mayor actividad secretora y motora del 
abomaso. También es probable que aumente la 
secreción de saliva y la motilidad del rumen. 
Los cálculos del flujo basados bien en el mé­
todo del indicador usando Q2O3 y concentra­
ción de lignina o recogida total automatizada 
en ganado vacuno alimentado con una dieta 
constituida totalmente por forraje o con dieta 
que contenga el 80 % de sorgo en grano (4 kg 
de sustancia seca/día) fueron: 76 frente a 46 
1/día, respectivamente (Tabla 4.6). Como fue­
ron similares los consumos y flujos de sustan-
108 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
Tabla 4.6. Tasas medias diarias de flujo y recuperacio­
nes del marcador en 4 novillos8 ,
Concepto Dieta de cereales Dieta de forrajes
Recuperación de 
marcador, % 
CrzCh 92.6 91.6
Lignina 86.990.7
Flujo de la diges­
ta, 1/día
Cr2Ü3 46.4 76.1
Lignina 49.8 72.3
Flujo de sustancia 
seca, g/día
Cr2O3 2,299 2,583
Lignina 2,566 2,509
Según Wanderley (29).
cia seca, un aumento del 55 % en el volumen 
de digesta a nivel post-pilórico en los novillos 
alimentados con la dieta a base de forraje en 
comparación con los que recibieron la dieta a 
base de grano, indica que la dieta a base de fo­
rraje provoca una mayor dilución prepilórica.
Variaciones ultradinas
El flujo abomasal de digesta valorado me­
diante un medidor de flujo tiene lugar en el va­
cuno en forma de borbotones con un volumen 
que varía entre 50 y 160 mi cada 1-3 minutos, 
separados por períodos sin flujo correspondien­
tes a un ritmo ultradino de inactividad del an­
tro. En las ovejas el flujo aparece en forma de 
borbotones de 6-20 mi cada 0,54,2 minutos, que 
cesan regularmente durante las fases de repo­
so del antro (Fig. 4.50). El mayor flujo de di­
gesta correspondiente a una misma cantidad de 
alimento administrada en 3 tomas por día ori­
ginó borbotones de mayor volumen más que 
aumento en la frecuencia de emisión sin cam­
bios en la variación ultradina de la actividad 
antro-duodenal.
Variaciones diurnas
Tanto en ganado vacuno como en ovejas se 
registraron también variaciones diurnas sobre­
puestas en el flujo de digesta. El flujo de 24 ho­
ras medido por recogida total o CrjCh en no­
villos alimentados con una dieta de cereales 
(Fig. 4.51) alcanzó un máximo tras la toma de 
la tarde y se apreció un segundo máximo hacia 
la media noche que fue seguido por un flujo 
muy escaso de 2,00 a 4,00 (29). En ovejas ali­
mentadas a voluntad, también se apreciaron di­
chas variaciones circadianas de flujo a través 
del píloro en relación con los ciclos de descanso- 
actividad hallados también en ovejas (19). Re­
presentan probablemente un aspecto de la re­
lación estómago-encéfalo que es más aprecia­
ble en animales alimentados con un dieta 
líquida.
Cuando las ovejas fueron alimentadas total­
mente mediante infusión ruminal de ácidos gra­
sos volátiles y abomasal de la solución de ca­
seína introducida con una velocidad constante 
de 200 ml/hora puso de manifiesto uno o dos 
períodos de flujo lento durante la noche que 
duraron 1,5-3 horas y un período de flujo rá­
pido, posiblemente un fenómeno de rebote, al 
amanecer. El flujo lento se caracterizó por cho­
rros de 2-3 mi frente a los 6-7 mi durante el flujo 
rápido. Estas variaciones se presentan sin cam­
bios importantes en la frecuencia de las con­
tracciones del antro ni en la periodicidad de la 
actividad motora cíclica en la unión gastroduo­
denal (observaciones sin publicar).
MOTILIDAD DEL INTESTINO DELGADO
Las variaciones diurnas del flujo abomasal 
ligadas al ciclo de descanso-actividad del ani-
HORAS
Figura 4.51. Pautas de flujo de la digesta duodenal y 
de CnCh basadas en el análisis de regresión de la medi­
ciones durante 2 horas de la digesta duodenal en terneros 
alimentados con una dieta de cereales. Las tomas tuvie­
ron lugar a las 07:30 y 15:30 horas. Según Wanderley (29).
MOTILIDAD DEL CONDUELO GASTRO-INTESTINAL 109
mal (29) y los ciclos de sueño (19) se superpo­
nen a lo largo de los cambios ultradinos de flujo 
en intestino delgado a intervalos de 90-120 mi­
nutos. El origen de esta intermitencia en el flujo 
de digesta en los rumiantes se encuentra en la 
generación periódica de complejos motores mi­
gratorios (CMM) en la unión gastroduodenal, 
identificados primero mediante electromiogra- 
fía tras un ayuno nocturno en el perro. La par­
te del complejo migratorio durante la que es­
tallidos fuertes y regulares de potenciales en 
punta se superponen sobre ondas lentas con­
secutivas (fase APR) se denominó inicialmen­
te contracciones segmentales por su ritmicidad 
y su localización en segmentos sucesivos del in­
testino delgado. Las contracciones segménta­
les que duran de 3 a 9 minutos son precedidas 
por una fase de contracciones irregulares (pe- 
ristaltismo) denominada actividad puntiaguda 
irregular (API). La actividad de máxima am­
plitud es la única visible en reproducción so­
bre cinta magnética (Fig. 4.52) y no se aprecia 
flujo durante el período subsiguiente de repo­
so. Las mediciones directas del volumen de di­
gesta que pasa por una cánula implantada en 
el yeyuno de las ovejas confirma que fluye casi 
todo el contenido durante la fase API del com-
minutos
6 5 cm Sin flujo Flujo
105 cm Flujo t Sin flujo Flujo
1 45 cm Flujo
-r—i—mti . Sin flujo Flujo
195 cm Flujo Sin flujo
225 cm Flujo
• i • «
0 8 16 24 32 40
Figura 4.52. Representación de un registro de cinta mag­
nética de la migración de la fase de ondas lentas conse­
cutivas del CMM (contracciones de segmentos) a lo lar­
go del yeyuno de una oveja correspondiente a 6 localiza­
ciones de electrodos a intervalos de 40 cm. Esta fase va 
seguida por un período de reposo (sin actividad puntia­
guda) durante el que no se produce propulsión del conte­
nido intestinal (20).
piejo mioeléctrico migratorio, es decir, por de­
lante de las contracciones segmentales. La pauta 
del flujo sigue siendo similar hasta el íleo ter­
minal ya que la digesta se expulsa desde una 
cánula ileal abierta en forma de una serie rápi­
da de bolos independientes a intervalos de 1-2 
horas. Por el contrario, en la etapa pre-rumiante 
se interrumpe la actividad motora cíclica co­
mo en el perro o en el hombre por el consumo 
de alimento (la actividad se convierte en conti­
nua mediante la desaparición de las fases APR 
e inactividad posterior o no puntiaguda o 
ANP), los CMM sé repiten sin interrupción en 
el rumiante adulto con tan sólo ligeras varia­
ciones en su frecuencia debidas a la cantidad 
de contenido que debe ser impulsado. Además, 
tras vagotomía y esplacnotomía combinadas, 
los CMM no solamente persisten sino que se 
repiten algo más frecuentemente, hecho que su­
giere que la generación de los CMM puede ser 
una propiedad intrínseca del intestino contro­
lada por un reloj interno. Las redes integrado- 
ras en el seno del plexo intrínseco controlan la 
pauta de excitación e inhibición recíprocas que 
regulan la iniciación de la migración del CMM. 
Estas redes, aunque influenciadas por impul­
sos nerviosos extrínsecos, pueden funcionar con 
independencia de impulsos externos.
La actividad motora cíclica del intestino del­
gado y sus efectos sobre el flujo de digesta son 
hechos bien conocidos en los rumiantes, inclu­
yendo su desarrollo durante la vida perinatal 
y el control neurohormonal. Las peculiarida­
des resultantes de la actividad cíclica del reser- 
vorio del bulbo duodenal, la configuración ver­
tical del duodeno, la entrada muy distal de las 
secreciones pancreático-biliares en el duodeno 
a unos 30 cm del píloro, son hechos coheren­
tes con una pauta específica en los rumiantes. 
El valor medio del pH de la digesta hallado en 
la ovejas que reciben 800 g de heno y 200 g de 
avena es 2,7 ± 0,02 cerca del píloro e incluso 
4,1 ± 0,06 a 10 cm tras el punto de entrada del 
conducto biliar común. En realidad, la secre­
ción de las glándulas de Brunner del asa duo­
denal completa, incluso en presencia del efec­
to estimulante de una dieta ácida, alcanza tan 
sólo a 15 ml/hora con pH 7,5-9,0 y así es inca­
paz de neutralizar unos 300 ml/hora de quimo 
ácido.
Desarrollo perinatal
El desarrollo del intestino delgado de los ovi­
nos ha recibido una atención muy superior al
110 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
de otras porciones del conducto gastro­
intestinal. En el feto de 60 días, cuya longitud 
occipital-grupa es de 16 cm el intestino delga­
do tiene una longitud de 1,76 m. Durante las 
3-4 últimas semanas de gestación, la longitud 
del intestino delgado es unas 18 veces la corres­
pondiente a la distancia occipital-grupa, es de­
cir, 7,9-8,8 m y en el duodeno aparece la pri­
mera evidencia de glándulas intestinales (crip­
tas de Lieberkühn).
En el cordero fetal relativamente maduro al 
nacer, los niveles de gastrina en plasma son ele­
vados antes del nacimientoy el feto segrega áci­
do durante la gestación con una tendencia ge­
neral para que el pH gástrico descienda desde 
7,5 en el feto de 105 días hasta 4,3 en el feto 
de 135 días de edad. La actividad puntiaguda 
irregular resulta errática y de baja magnitud du­
rante este período. Según disminuye el pH gás­
trico, la actividad puntiaguda no organizada se 
va organizando en períodos de descanso (ANP) 
y actividad puntiaguda regular (APR).
Durante la última semana antes del nacimien­
to, la API aumenta desde el 30 al 50 % del 
tiempo comprobado y se intercala entre las fa­
ses de APR que, a su vez, se presentan con me­
nor frecuencia. Este perfil de la API se parece 
a los cambios que pueden ser inducidos durante 
el descanso al aumentar artificialmente el vo­
lumen del contenido intra-intestinal en las ove­
jas adultas. La aparición antes del nacimiento 
de una pauta parecida al CMM se acompaña 
de una elevada frecuencia de ondas lentas so­
bre el antro cerca del píloro y sobre el bulbo 
duodenal. La propagación de series de estalli­
dos en punta sobre el antro y a través de la 
unión gastroduodenal a intervalos de 1 a 2,5 
minutos puede apreciarse 5 días antes del 
nacimiento.
El intervalo de 30-40 minutos entre las fases 
de actividad puntiaguda regular (APR) en el fe­
to aumenta progresivamente hasta volores de 
90-100 minutos después del nacimiento como 
consecuencia de una mayor duración de las fa­
ses API y posteriormente, en el adulto, por el 
desarrollo de mecanismos inhibidores. Intervie­
nen otros dos factores: una mayor velocidad de 
propagación de los CMM y la aparición de 
complejos de potencial de acción migratoria 
(CPAM) que se denominaron ondas propulso­
ras en el ternero recién nacido (Fig. 4.53). La 
recuperación en el individuo adulto del ritmo 
rápido de los CMM observado en el feto o re­
cién nacido podría ser inducido usando anta-
Electromiograma . ioo
nni.11.4 mimi
» » 1 1 I 1 111 .... 1
min
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0 4 8 12 16 20 24 28 32 36 40 mm
Figura 4.53. Actividad mecánica (catéter de punta abier­
ta con infusión de 0,2 ml/min) y eléctrica del duodeno 
de un ternero de 6 días de edad mostrando (A) la presen­
cia de picos aislados de presión que duran unos 10 segun­
dos seguidos de un aumento de presión más prolongado 
que corresponde a un período de contracciones de seg­
mentos. Inferior (B), electromiogramas de duodeno- 
yeyuno que muestran, durante la fase de actividad irre­
gular, la propagación de cuatro ondas impulsoras a lo lar­
go de la parte anterior del intestino. Según Dardillat y Ruc- 
kebusch (5).
gónicos serotoninéigicos como metisergida, ex­
cepto para la velocidad de propagación que per­
manece tan alta como la apreciada durante la 
evolución post-natal de la pauta CMM.
Finalmente, la adaptación del conducto 
gastro-intestinal a impulsar la digesta en res­
puesta a su carga por leche supone el desarro­
llo de varios cambios en la motilidad: un ma­
yor cociente API/ANP, mayor velocidad de pro­
pagación de las contracciones, menor actividad 
en dirección oral, y claros estallidos de activi­
dad puntiaguda intensa, es decir, ondas propul­
soras o CPAM.
Características del flujo de la digesta
Para estudiar los factores que intervienen en 
la velocidad de avance de la digesta a lo largo 
del intestino delgado de los rumiantes, ha sido 
estudiada la actividad motora del duodeno ovi­
no mediante el registro conjunto de cambios de
MOTILIDAD DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 111
presión y electromiográficos (EMG) a nivel de 
una cánula en T que puede recibir también una 
sonda anular medidora del flujo. La motilidad 
durante 24 horas se representó mediante con­
tracciones que se propagaban excepto durante 
15 a 18 períodos de reposo que duraban 10-15 
minutos e iban seguidos por períodos de ma­
yor presión con una duración de 4-5 minutos.
Cuando se inserta en la luz del duodeno una 
sonda anular electromagnética medidora del 
flujo, el flujo del contenido se realiza median­
te chorros durante las contracciones que se pro­
pagan (fases API del CMM). Esta pauta de ac­
tividad y, en consecuencia, la velocidad del flujo 
de la digesta cesa durante los períodos de re­
poso (fase ANP del CMM) (Fig. 4.54). El re­
gistro continuado durante períodos de 24 ho­
ras en ovejas alimentadas con heno a voluntad 
muestra un flujo medio de digesta de 1.200 mi 
durante el día frente a 1,800 mi durante la no­
che. La explicación de esta variación diurna es­
triba en que el animal emplea tiempo durante 
el día en comer y mordisquear mientras que casi 
el 70 % del tiempo se destina durante la noche 
a la rumia (durante la que aumenta el flujo de 
salida del retículo-rumen y en consecuencia el 
del abomaso). Por el contrario, con una dieta 
a base de cereales o concentrados, la velocidad 
del flujo de digesta aumenta poco después de
Figura 4.54. Relación entre el flujo de digesta y la acti­
vidad motora cíclica del bulbo duodenal en ovejas alimen­
tadas con heno a voluntad. Los períodos sin flujo corres­
ponden a las fases de actividad puntiaguda regular — pe­
ríodos de reposo que se presentan a intervalos de 90-110 
minutos. Durante las fases de actividad puntiaguda'rre- 
gular la tasa de flujo es de 400 ml/hora aproximadamen­
te. La estimulación de la actividad cíclica motora en for­
ma de fases similares a las de actividad puntiaguda regu­
lar por metil-seigida, reduce la tasa de flujo a unos 100 
ml/hora.
la ingestión del alimento y desciende en la no­
che durante los períodos de sueño profundo.
En el yeyuno, el concepto de que la activi­
dad propulsora del intestino delgado depende 
directamente de los CMM se demuestra al ob­
servar que su contenido es impulsado durante 
la fase API y que el flujo máximo se alcanza 
inmediatamente antes de aparecer la fase APR. 
El hecho de que el marcador radio-opaco se 
mueva desde el duodeno hasta el íleon proxi­
mal en 20-40 minutos, aunque precisa otras 2 
horas para pasar hasta el íleon distal, se pone 
de manifiesto por la desaparición de la fase 
APR de un CMM tras recorrer el 60 % del in­
testino delgado.
Control neurohormonal
Diversas observaciones indican que los ner­
vios extrínsecos desempeñan solamente una 
función reguladora porque la actividad del 
CMM persiste después de cortar los nervios es- 
plácnico y vago. La aparición de actividad mo­
tora cíclica y su respuesta al contenido intralu­
minal son hechos controlados por el sistema 
nerviosos entérico (SNE) (ver Fig. 4.26). El pa­
pel regulador de los nervios vagos se demues­
tra por la desaparición del comienzo de las fa­
ses de APR mediante la infusión duodenal de 
0,5-3 meq de HC1 (HC1 0,05-0,1 M). La vago- 
tomía no impide la iniciación o emigración del 
CMM espontáneo, aunque reduce su velocidad 
de propagación de 40,5 a 16,7 cm/minuto en 
el duodeno. Las respuestas inhibidoras de va­
ciado gástrico ante la presencia en duodeno de 
productos de la digestión y del ambiente osmó­
tico dependen según grados variables de un me­
canismo nervioso llamado reflejo inhibitorio 
enterogástrico. Este reflejo protector que evita 
la sobrecarga tiene también al nervio vago co­
mo un componente del arco reflejo. El reflejo 
inhibidor enterogástrico es puesto en marcha, 
desde intestino a encéfalo y de nuevo al estó­
mago, mediante fibras aferentes y eferentes en 
los vagos. La inhibición vagal se logra mediante 
nervios vagales eferentes no colinéigicos ni adre- 
nérgicos. Diversos receptores intestinales (osmo- 
rreceptores, receptores H +, y mecanorrecepto- 
res), que responden a estímulos intraluminales 
específicos, son capaces de iniciar el reflejo de 
inhibición de la actividad motora del abomaso.
La inhibición de la motilidad gástrica como 
respuesta a la presencia de soluciones ácidas en 
el duodeno o de grasa pasada laentrada del
112 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
conducto biliar no desaparece totalmente tras 
la vagotomía. En los rumiantes el efecto inhi­
bidor de ácido y grasa influye también sobre 
la motilidad del retículo-rumen y, en consecuen­
cia, sobre el flujo de salida del abomaso y la 
secreción abomasal de H +.
Los registros del movimiento de las mandí­
bulas en ovejas demuestran que la infusión duo­
denal de 100 mi de aceite de cacahuetes altera 
las pautas normales de consumo de alimentos 
y rumia. El período inicial de consumo de ali­
mentos se abrevia, algunas veces hasta la mi­
tad del observado en animales infundidos so­
metidos a «control», es decir, en los días en que 
no se practica la infusión. Este período redu­
cido de consumo de alimento suele ir seguido 
por un período de rumia, aunque posteriormen­
te los animales comen poco y presentan cortos 
períodos de rumia y largos períodos de inacti­
vidad. El consumo intensivo de alimentos se 
reanuda 3-4 horas después de finalizada la in­
fusión. Cuando emulsiones de ácidos grasos 
(2-10 g) con resina de acacia y agua prepara­
das con ácidos grasos, agua, resina (4:2:1 en pe­
so) y, posteriormente diluidas hasta un volumen 
final de 120 mi, se infunden en ovejas en una 
localización caudal con respecto a la abertura 
del conducto biliar, se aprecia un claro efecto 
inhibitorio sobre el retículo y con menor inten­
sidad sobre el rumen.
Entre los factores hormonales que podrían 
intervenir, parece ser que actúa la colecistoqui- 
nina (CCQ), más que la secretina, PIG, SRIF 
o polipéptido pancreático bovino. La CCQ li­
berada por la grasa desde la mucosa intestinal 
penetra en la corriente sanguínea mesentérica, 
a través del sistema porta llega al hígado y ve­
na hepática para alcanzar la circulación arte­
rial general. También son sintetizadas cantida­
des apreciables de CCQ en diversas regiones del 
encéfalo; el papel de la CCQ encefálica, ade­
más de su actividad como neurotransmisor en 
SNC, podría consistir en la regulación del con­
sumo de alimentos. Sin embargo, la imposibi­
lidad de que la CCQ sintémica atraviese la ba­
rrera sangre-encefálo sugiere la existencia de una 
separación entre las actividades de la CCQ en­
cefálica e intestinal, de forma que cuando es 
cortado la conducción nerviosa hacia (y des­
de) el intestino delgado, se atenúa mucho la ac­
ción depresora sobre el consumo de alimentos 
de la CCQ. La hipótesis de que la CCQ ejerce 
una acción periférica de «saciedad», probable­
mente en el conducto gastro-intestinal superior, 
al retrasar el vaciado gástrico ha sido estudia­
da y reforzada por el hecho de que la anorexia 
que padecen las ovejas infestadas por nemato- 
dos coincide con un elevado nivel de CCQ en 
plasma.
INTESTINO GRUESO
Las funciones homeostáticas del intestino 
grueso incluyen el mantenimiento de un equi­
librio entre electrolitos y fluidos, un alojamiento 
para miles de millones de microorganismos (de 
ahí que sea el lugar para la absorción de áci­
dos grasos volátiles) y un almacén temporal de 
excretas hasta que convenga su eliminación con­
trolada. La notable variación en la anatomía 
del intestino grueso no parece tener relación con 
la formación de heces granuladas en ovejas y 
cabras. El papel del colon espiral en la forma­
ción de gránulos fecales viene indicado por el 
tiempo medio de retención que es de 20 horas 
en promedio en ovejas en lugar de 8 horas en 
ganado vacuno (20), debido a la existencia en 
el colon espiral de ovejas y cabras de una seg­
mentación o división de su luz en segmentos 
bastante uniformes por la presencia de contrac­
ciones anulares estrechas. Estas contracciones 
impulsan las heces a tan sólo cortas distancias 
y en ambas direcciones, de ahí la formación de 
gránulos. En consecuencia, una mayor activi­
dad motora del colon espiral podría asociarse 
a constipación, mientras que la diarrea sería 
consecuencia de un colon flácido. La principal 
pauta de actividad del colon proximal es el flujo 
retrógado de digesta hacia el interior del ciego.
Actividad motora del ciego
El flujo de digesta desde el íleon terminal ha­
cia el ciego y colon proximal es intermitente. 
Según los estudios realizados sobre el flujo a 
nivel del íleon terminal, resulta que una sola 
contracción peristáltica puede originar un flu­
jo de fluido de hasta 70 mi. Tales flujos van 
seguidos por un largo período de reposo que 
puede durar desde 30 hasta 300 minutos. Los 
flujos estimados del contenido del íleon varían 
de 2 a 8,5 1/día en ganado vacuno.
Las contracciones regulares coordinadas, pe­
ristálticas y antiperistálticas, son la forma pre­
dominante de actividad en el ciego y colon pro­
ximal con una frecuencia de 3-7/10 minutos. 
Duran unos 6 y 10 segundos en ganado vacu-
MOTILIDAD DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 113
no y ovejas, respectivamente. Las observacio­
nes radiológicas han demostrado que la mayo­
ría de estas contracciones se originan bien en 
el extremo ciego del ciego o en la unión ileoce­
cal (28). Las contracciones que se inician en la 
unión ileocecal van hacia el fondo del ciego y 
son seguidas por una onda de contracción que 
retorna desde el fondo del ciego y puede reco­
rrer ciertas distancias a lo largo del colon pro­
ximal. Cuando estas contracciones alcanzan el 
extremo del ciego, se desplaza una capa de gas, 
que recorre casi la mitad de la distancia hacia 
la unión y después retorna al fondo del ciego. 
En otras ocasiones el gas desplazado puede pe­
netrar directamente en el colon.
Las contracciones peristálticas únicas, que se 
originan como una continuación de la contrac­
ción cecal, caminan a lo largo del colon proxi­
mal llegando con frecuencia hasta el colon es­
piral. Las contracciones antiperistálticas co­
mienzan en el colon proximal.
De forma irregular se producen series de 4 
a 12 contracciones intensas, que duran unos 2 
y 6 minutos en ovejas y vacuno, respectivamen­
te, (a intervalos de 30-240 minutos) para eva­
cuar el contenido desde el ciego y van ligadas 
a la presentación de una fase APR en el íleon.
Las contracciones del ciego provocan una 
evacuación casi completa del contenido hacia 
el colon proximal. En el ganado vacuno indu­
cen una fase de hiperactividad parecida al gol­
pe puntiagudo migratorio (Fig. 4.55). En con­
secuencia, el análisis de la digesta a lo largo del 
tracto digestivo ha demostrado que la concen­
tración de ácidos grasos volátiles muestra un 
pequeño incremento en el íleon terminal, una 
marcada elevación en el ciego y un descenso 
progresivo a lo largo del colon espiral.
Colon espiral y heces granuladas
En el colon espiral de las ovejas, los poten­
ciales de golpe puntiagudo que duran 4 segun­
dos solamente se producen con una frecuencia 
de 15 por minuto durante casi el 95 °7o del tiem­
po comprobado, razón por la que la actividad 
parece casi continua. Esta actividad básica se 
interrumpe solamente en la primera espira por 
contracciones (5-10/hora) que se propagan-des­
de el colon proximal y que alcanzan a la últi­
ma espira centrípeta.
Las cuentas de plástico (5 mm de diámetro), 
numeradas e introducidas secuencialmente a 
través de una cánula en el extremo proximal del
CIEGO
M 11Í I—
COLON prox.
I IIIWH
COLON esp.
COLON distal
minutos minutos
Figura 4,55. Representación esquemática del conducto 
gastro-intestinal de los rumiantes, mostrando contraccio­
nes que se propagan rápidamente a lo largo del duodeno 
(34 cm/min) en contraste con la migración lenta (2 
cm/min) de la serie de estallidos puntiagudos en vacuno 
y con la ausencia de propagación sobre el colon espiral 
donde se forman los gránulos fecales en las ovejas.
colon espiral, son recuperadas esencialmente en 
el mismo orden de introducción en los gránu­
los fecales. Esto indica que las contracciones 
segmentarias constituyen la actividad predomi­
nante en el colon espiral ovino. El electromio- 
grama practicado en el colon espiral del vacu­
no muestra dicha actividad durante tan sólo el 
25 % del tiempo registrado. Una característi­ca notable del colon espiral bovina, señalada 
en la Figura 4.55, consiste en la propagación 
de 8 a 10 fases de hiperactividad por día, que 
se corresponden con la propulsión de un gran 
volumen de digesta. Duran unos 5 minutos, van 
seguidas por un período de reposo y se propa­
gan desde el colon proximal hasta el colon dis­
tal con una velocidad de 2 cm/minuto.
Influencias nerviosas
Aparecen opiniones contrapuestas sobre la 
influencia del consumo de alimentos en la mo­
tilidad cecal. La frecuencia y amplitud de cam­
bios regulares de presión en el ciego de las ove­
jas se ven aumentadas, alcanzando un máximo 
de actividad 15 a 20 minutos después de iniciar 
el consumo de alimentos. La respuesta se pre-
114 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
senta, aunque disminuida, en animales en que 
se simula la distribución de pienso. Existen 
pruebas de la existencia de un reflejo gastro- 
cólico en las ovejas ya que la actividad del co­
lon casi se duplica durante los diez primeros mi­
nutos siguientes al consumo de alimentos. El 
consumo de dietas a base de cereales reduce la 
actividad motora del ciego en ovejas y ganado 
vacuno, presumiblemente como resultado de 
una fermentación cecal mayor o anormal. La 
infusión de niveles altos de ácidos grasos volá­
tiles, especialmente de ácido butírico, puede in­
hibir la motilidad y ser el factor causante de 
la alteración patológica conocida como dilata­
ción cecal. Conviene destacar que la dualidad 
de la actividad puntiaguda del colon parece ser 
un fenómeno general descrito también en otras 
especies. Los potenciales de golpe puntiagudo 
de larga duración se caracterizan por su pro­
pagación y por ser predominantes en ganado 
vacuno. Los potenciales de golpe puntiagudo 
que duran menos de 5 segundos (que perma­
necen localizados) se producen bien desarrolla­
dos en el colon espiral ovino. Los estudios com­
parativos de las pautas de motilidad realizados 
en el intestino grueso de conejos, en el que se 
forman gránulos fecales blandos y duros por 
cambios en la duración de la actividad puntia­
guda, indican que las prostaglandinas endóge­
nas (PE) desempeñan un papel importante en 
el cambio de las funciones motoras y secreto­
ras que intervienen en la formación de heces 
blandas. Es posible que los niveles de PE del 
colon espiral sean el origen de las diferencias 
entre las especies bovina y ovina.
El papel motor que juega en la defecación 
el aporte nervioso extrínseco que llega al recto 
en respuesta a una distensión queda demostra­
do por la relajación de la ampolla rectal tras 
la anestesia epidural, y en el caso de tenesmo 
rectal, por su desaparición tras la destrucción 
de las vías sensitivas en los nervios pélvicos me­
diante alcohol.
RESUMEN
La descripción conden sada de los patrones 
de motilidad que intervienen en la desviación 
de la leche de la cámara de fermentación, en 
el intercambio de digesta en el rumen y en su 
propulsión desde el abomaso a lo largo del in­
testino impone claramente diferentes niveles de 
control nervioso de los movimienos cíclicos pro­
cedentes del encéfalo y de neuronas intrínsecas 
que son distendidas por la digesta que se mue­
ve a través del conducto digestivo. Toda la ac­
tividad mecánica del tracto digestivo es influen­
ciada por la interacción de los dos sistemas que 
intervienen en el eje encéfalo-intestino: (a) el 
sistema nervioso entérico que contiene tantas 
células nerviosas como el tallo encefálico y es 
el origen de los complejos motores migratorios 
del intestino delgado y las formas mixtas de mo­
tilidad del intestino grueso, y (b) el sistema ner­
vioso central que, a través de un elevado nivel 
de reflejos vago-vagales, controla las contrac­
ciones cíclicas del retículo-rumen.
La estimulación táctil generada por el movi­
miento relativo entre la digesta y la pared in­
testinal, por ejemplo los pilares craneal y cau­
dal, influye en la iniciación de comportamien­
tos específicos tal como la rumia. Otra infor­
mación sensorial derivada de los receptores quí­
micos inicia los cambios adaptativos, por ejem­
plo los de la mucosa del rumen a dietas ricas 
en energía administradas en el momento del 
parto, y necesarios para la absorción de 
nutrientes.
El paso de la digesta de una región a otra so­
lamente es posible cuando no se detecta sobre­
carga porque este tipo de reacción provoca res­
puestas reflejas inhibitorias a través de vías ner­
viosas y hormonales. La distensión o acidifi­
cación del bulbo duodenal reduce el vaciado del 
abomaso que, a su vez, bloquea el flujo de sa­
lida del retículo-rumen, con lo que se postpo­
ne la ingestión de alimento o aparece anorexia.
El hecho de que la compleja maquinaria que 
intervienen en la propulsión de la digesta sea, 
además, regulada para la zona post-gástrica por 
hormonas gastrointestinales y neuropéptidos, 
supone claramente que el supuesto de que el 
consumo de alimentos es controlado en los ru­
miantes por señales procedentes del retículo- 
rumen tiene que ampliarse a señales origina- ' 
das por el flujo transpilórico de digesta que go­
bierna el suministro de nutrientes distintos de 
los ácidos grasos volátiles a los puntos de ab­
sorción del intestino.
MOTILIDAD DEL CONDUCTO GASTRO-INTESTINAL 115
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5
INGESTION DE ALIMENTOS 
Y AGUA
por J. G. Welch y A. R Hooper
HABITOS ALIMENTICIOS
El consumo de una dieta a base de forraje 
supone una actividad a tiempo completo para 
un rumiante adulto. Debe destinar más de 12 
horas cada día para la ingestión y rumia del ali­
mento. Un animal puede realizar 3O.OOO-5O.OOO 
movimientos masticatorios en un período de 24 
horas sin un descanso prolongado (Tabla 5.1). 
Los registros del movimiento de las mandíbu­
las en vacas lecheras de elevada producción no 
mostraron períodos de reposo superiores a 20 
minutos entre los períodos de rumia y/o con­
sumo de alimentos, noche o día. Sin la masti­
cación que realizan durante la ingestión y ru­
mia de los alimentos, sería imposible que los 
rumiantes se mantuviesen con dietas fibrosas.
a Datos sin publicar del autor.
Tabla 5.1 Comportamiento de masticación en vacuno, ovejas, 
cabras y cabritosa
Concepto Vacuno Ovejas Cabras Cabritos
Comiendo, 
min/día 330 240 254 204
Rumiando, 
min/día 465 491 446 381
Rumiando, 
min/kg de fibra 
neutro-deteigente 84 850 830 3,270
Movimientos de 
masticación/día 49,912 35,482 40,094 34,952
Núm. mov. masti- 
cación/bolo 52 71 78 112
MECANISMOS DE LA INGESTION 
DE ALIMENTOS
Los rumiantes carecen de incisivos superio­
res; en su lugar tienen una lámina dura (ver Ca­
pítulo 2). Cuando comen un bocado, manipu­
lan el alimento en su boca con su lengua y la­
bios y cortan o arrancan el alimento con sus 
dientes incisivos y láminas dentales. Mastican 
brevemente el alimento en la parte posterior de 
la boca antes de deglutirlo. Como los movi­
mientos dominantes de la mándibula son los 
laterales, la masticación en los rumiantes es un 
proceso de trituración más que de corte. La 
masticación limitada que tiene lugar durante la 
ingestión divide los forrajes largos en partícu­
las lo sufientemente pequeñas para formar un 
bolo alimenticio y deglutirlo. La mezcla del ali­
mento con la saliva que se produce durante la 
ingestión facilita la deglución. La saliva hidra­
ta también a los alimentos aumentando el pe­
so específico funcional del alimento, que influye 
sobre su avance desde el rumen.
La división en partículas se produce duran­
te la ingestión así como también durante la ru­
mia. Durante la ingestión, del 10 al 50 % de 
la sustancia seca ingerida se rompe en partícu­
las con < 1 mm dependiendo de la composi­
ción y tamaño de las porciones de forraje con­
sumido. El ballico, que tiene una gran resisten­
cia a la tracción en sus hojas, requiere muchos 
movimientos masticatorios por gramo de sus-
117
118 EL RUMIANTE: FISIOLOGIA DIGESTIVA Y NUTRICION
tancia seca, y es consumido lentamente y no 
muy eficazmente. En consecuencia, tras la in­
gestión inicial persisten muchas partículas gran­
des, que son divididas durante la rumia hasta 
tamaños inferiores a 1 mm. En la Figura 5.1 
aparecen registros típicos del movimiento de las 
mandíbulas al ingerir alimentos, rumiar y beber.
EFICACIA DE LA MASTICACION
La eficacia de la masticación y de la rumia 
(número de movimientos masticatorios preci­
sos por unidad de alimento consumido) está re­
lacionada y depende tanto del animal como de 
la composición del forraje. Los animales de ma­
yor tamaño pueden romper las partículas más 
rápidamente que los animales menores (Tabla
5.2). Los forrajes ricos en fibra neutro deter­
gente precisan más movimientos masticatorios 
que los forrajes de calidad superior. Se ha de­
mostrado que el tiempo destinado a la rumia 
guarda una elevada correlación con el consu­
mo de fibra neutro detergente tanto en ovejas 
(r = 0,99) como en ganado vacuno (r = 0,96) 
(Fig. 5.2). El nivel de consumo es asimismo un 
factor. Los animales que comen más destinan 
menos tiempo a la ingestión y rumia de cada 
gramo de alimento que los animales que con­
sumen una menor cantidad total de alimento.
Además de la degradación de las partículas, 
la masticación durante la ingestión influye en 
la fermentación bacteriana y libera material so­
luble del alimento. Las bacterias no pueden 
atravesar fácilmente la cutícula cérea que recu­
bre las superficies vegetales por lo que el tiem­
po dedicado a la digestión es mayor para ma­
terial no masticado que para el masticado. La 
fermentación microbiana aparece relacionada 
con el tamaño de las partículas; un gramo de 
partículas pequeñas ofrece más superficie ac­
cesible para la digestión bacteriana que un gra­
mo de partículas grandes. Como resultado, la 
fermentación es más rápida cuando se ha re­
ducido el tamaño de las partículas del alimen­
to. La cantidad de material soluble liberado du­
rante la masticación depende del grado de ma­
duración y de la especie de los vegetales; esca­
pan más nutrientes solubles de alimentos de alta 
calidad que de piensos fibrosos. Los datos in­
dican que del 30 al 60 % del N soluble es libe-
Figura 5.1. Pautas del movimiento de las mandíbulas. A, novillo comiendo. Al, consumo de heno casi al final de una 
toma seguido por A2, consumo de cereales con agrado. B3, B5, B7, novillo bebiendo agua en un bebedero con un canal 
en el fondo. B4, B6, B8, secado del hocico mediante lamidos. C, novillo rumiando. C9, registrado a 0,025 cm/seg. y CIO, 
registrado a 0,10 cm/seg. D, pseudorrumia q regurgitación intermitente en un morueco. Dll, el tiempo destinado a la pseu- 
dorrumia es igual que el dedicado a rumiar. E, descansando.
INGESTION DE ALIMENTOS Y AGUA 119
Tabla 5.2. Tamaño corporal y capacidad para rumiar de ovejas, cabras y vacunoa
Animal Núm.
Peso corporal • Rumia, 
min/g CMCb
Carga CMC 
para 480 min, 
g
Carga CMC/día
kg kg075 g/kg PVC g/kg PV0-75
Corderos 4 40 16.0 2.05 ± .42 257 5.8 14.6
Cabras 4 39 15.6 1.30 ±.29 370 9.4 23.7
Ovejas adultas 3 82 27.3 1.18 ±.20 407 4.9 14.9
Terneros 4 119 35.9 0^78 ±.15 618 5.2 17.2
Novillas I 4 213 55.7 0.42 ± .08 1,157 5.4 20.8
Novillas II 4 342 79.6 0.19 ± .07 2,528 7.4 31.8
Novillas III 4 456 98.6 0.16 ±.03 2,948 6.5 29.9
Vacas 4 561 115.0 0.10 ±.05 4,610 8.2 40.1
a Según Welch (1).
b CMC = Componentes membrana celular. 
c PV = Peso vivo.
rado durante la ingestión y el resto se libera du­
rante la rumia.
SELECCION DE ALIMENTOS
Desde el toro almizclado en la tundra ártica 
hasta el impala y los ñus en el desierto de Ka­
lahari, los rumiantes han demostrado su capa­
cidad para sobrevivir en muchos ambientes hos­
tiles. Las especies han desarrollado distintas es­
trategias alimenticias para nutrirse. Algunas se­
leccionan cuidadosamente alimentos de máxi­
ma calidad (selectores). Otras consumen gran-
Consumo CMC, g
Figura 5.2. Relación de minutos destinados a rumiar el 
contenido de las membranas de celulares en ovejas ali­
mentadas con tomas únicas de forrajes de diferente cali­
dad. Según Welch y Smith (2).
des cantidades de alimentos de baja calidad, y 
algunas adoptan una postura intermedia en la 
selección de la dieta.
Los selectores, tales como jirafas, ciervos y 
duiker, son animales con una capacidad limi­
tada para digerir la fibra, por lo que la digesta 
pasa rápidamente a través de su aparato diges­
tivo. Consumen una dieta relativamente pobre 
en fibra que fermenta rápidamente. Su capaci­
dad para seleccionar únicamente las porciones 
más digestibles de los vegetales resulta esencial 
para su supervivencia (3).
La estrategia nutritiva de la segunda clase de 
herbívoros consiste en «más es mejor» y «can­
tidad no calidad». Estos animales, como el bú­
falo, ganado vacuno y camellos, disponen de 
unos conductos gastro-intestinales largos en los 
que retienen los alimentos durante períodos de 
tiempo relativamente dilatados (ver Capítulo 2). 
Estas especies obtienen una cantidad importan­
te de energía de la digestión de las membranas 
celulares de las plantas.
Las especies del grupo intermedio,

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