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Diego Monferrer Tirado Marta Estrada Guillén Juan Carlos Fandos Roig Lluis J. Callarisa Fiol Sandra Tena Monferrer Dirección y coordinación Miguel Ángel Moliner Tena Javier Sánchez Garcia Dirección de ventas Una visión integral 2 Índice Introducción Parte primera. Las ventas en el entorno actual 1. La venta en el contexto actual 1.1. Marketing y ventas: enfoques evolutivos de la empresa 1.1.1. El concepto de marketing asociado a la venta 1.1.2. La influencia del marketing en las ventas 1.2. La función de la venta en la empresa 1.3. Estructura del departamento de ventas: organigrama y funciones 1.3.1. Las funciones del vendedor 1.3.2. Las funciones del director de ventas Contenido adicional Caso práctico Preguntas de autoevaluación y revisión Preguntas a debate Términos clave Bibliografía 2. La venta relacional 2.1. El marketing y las ventas en el entorno actual: la venta desde un enfoque relacional 2.2. El proceso de venta relacional 2.3. El equipo de ventas relacional 2.4. La relación entre el equipo de ventas y sus clientes 2.5. Nuevas tendencias en la venta relacional Contenido adicional Caso práctico Preguntas de autoevaluación y revisión Preguntas a debate Términos clave Bibliografía Parte segunda. Técnicas de ventas 3. El proceso de ventas y sus fases iniciales 3.1. El proceso de ventas 3.2. Las fases iniciales en el proceso de venta 3.2.1. La prospección de ventas 3.2.2. La preparación de la entrevista de ventas 3.2.3. El acercamiento y el establecimiento de contacto con el cliente 3.2.4. Los sistemas CRM: la creación, el mantenimiento y la gestión de las bases de datos de clientes Contenido adicional Caso práctico Preguntas de autoevaluación y revisión Preguntas a debate Términos clave Bibliografía 3 4. Las fases avanzadas del proceso de ventas 4.1. La presentación de ventas 4.1.1. La importancia de la presentación de ventas 4.1.2. Las etapas de la presentación de ventas 4.2. La demostración 4.2.1. La comunicación efectiva en la venta 4.2.2. Aplicación de la programación neurolingüística (PNL) a la venta 4.3. El tratamiento de objeciones 4.3.1. Tipologías de objeciones 4.3.2. Cómo responder a los distintos tipos de objeciones 4.4. El cierre 4.4.1. Indicios del cierre de ventas 4.4.2. Técnicas de cierre de ventas 4.5. La venta no acaba en el cierre Contenido adicional Caso práctico Preguntas de autoevaluación y revisión Preguntas a debate Términos clave Bibliografía 5. El servicio al cliente y la gestión de reclamaciones 5.1. La importancia del servicio al cliente 5.2. Tipología de clientes 5.3. Las quejas y reclamaciones en la venta 5.3.1. La gestión de las quejas y reclamaciones 5.3.2. Tipos de quejas y reclamaciones 5.3.3. Pautas generales en el trato de las reclamaciones 5.4. La fidelización del cliente 5.4.1. El mantenimiento y la retención de los clientes 5.4.2. Herramientas de fidelización 5.4.3. La recuperación de los clientes perdidos Contenido adicional Caso práctico Preguntas de autoevaluación y revisión Preguntas a debate Términos clave Bibliografía Parte tercera. Dirección de ventas 6. El liderazgo en ventas 6.1. Liderazgo y/o estilos de dirección 6.2. La dirección de ventas 6.3. La gestión de los objetivos de ventas 6.3.1. Definición de los objetivos de ventas 6.3.2. Previsión de ventas 6.4. El manual de ventas desde la óptica relacional 6.5. Nuevas tendencias en la dirección de ventas Contenido adicional Caso práctico Preguntas de autoevaluación y revisión Preguntas a debate Términos clave Bibliografía 4 7. Diseño de la estructura de ventas 7.1. La estructura de la agrupación de la fuerza de ventas 7.1.1. Estructura horizontal de las ventas 7.1.2. Estructura vertical de las ventas 7.1.3. Tipología del vendedor 7.2. Tipos de ventas 7.2.1. Clasificación de las ventas atendiendo a la relación con las personas que ejercen la venta 7.2.2. Clasificación de las ventas atendiendo a la disposición o no de canal físico de distribución 7.3. La venta multicanal Contenido adicional Caso práctico Preguntas de autoevaluación y revisión Preguntas a debate Términos clave Bibliografía 8. Reclutamiento, selección y formación de los vendedores 8.1. El diseño del puesto de trabajo y del perfil del vendedor 8.1.1. El diseño del puesto de trabajo 8.1.2. El perfil del vendedor 8.2. Diseño del proceso de reclutamiento y selección 8.2.1. Concepto 8.2.2. Fuentes de reclutamiento 8.2.3. La preselección 8.2.4. La entrevista preliminar 8.2.5. Técnicas de selección: tests psicotécnicos, exámenes, técnicas de simulación 8.2.6. La entrevista final 8.2.7. Decisión y admisión 8.3. Protocolo para nuevos vendedores: el manual de acogida 8.3.1. Agentes responsables 8.3.2. El manual de acogida 8.4. El proceso y planificación en la formación de la fuerza de ventas 8.4.1. Definición de objetivos/resultados de la formación 8.4.2. Delimitación de los contenidos del programa 8.4.3. Definición del responsable de impartir el programa 8.4.4. Delimitación temporal y espacial del programa 8.4.5. Selección de los métodos de formación 8.4.6. Implementación del programa y control de resultados Contenido adicional Caso práctico Preguntas de autoevaluación y revisión Preguntas a debate Términos clave Bibliografía 9. La motivación y la remuneración de la fuerza de ventas 9.1. Concepto e importancia de la motivación 9.2. Métodos de motivación de los vendedores 9.3. La adaptación de los distintos métodos de motivación a los distintos tipos de vendedores 9.4. Concepto e importancia de la remuneración 9.5. Aspectos a tener en cuenta en la remuneración de ventas 9.6. Técnicas de remuneración 9.6.1. Sueldo fijo 9.6.2. Comisión 5 9.6.3. Primas 9.6.4. Otros sistemas 9.7. Nuevas tendencias en la motivación y la remuneración de ventas Contenido adicional Caso práctico Preguntas de autoevaluación y revisión Preguntas a debate Términos clave Bibliografía 10. Gestión del territorio y de las rutas 10.1. Concepto de territorio 10.2. Territorio y número de vendedores: el método de la carga de trabajo 10.3. Los itinerarios de ventas: las rutas 10.3.1. El diseño de las rutas 10.4. Las nuevas tecnologías de la información y su aplicación a la distribución geográfica del equipo de ventas 10.4.1. El control de rutas. Los sistemas de información comercial (SIC) 10.4.2. Los sistemas de información geográfica (GIS) Contenido adicional Caso práctico Preguntas de autoevaluación y revisión Preguntas a debate Términos clave Bibliografía 11. La evaluación y el control de los vendedores 11.1. Finalidad de la evaluación de ventas 11.2. Aspectos a tener en cuenta en la evaluación de ventas 11.3. Evaluación de los resultados y de los comportamientos del equipo comercial 11.4. La evaluación y su efecto en la promoción de los vendedores 11.5. Nuevas tendencias en la evaluación de los vendedores Contenido adicional Caso práctico Preguntas de autoevaluación y revisión Preguntas a debate Términos clave Bibliografía 12. La ética en la venta 12.1. La ética en la venta personal 12.2. La moral de empresa: código ético y código deontológico 12.3. La dirección de ventas y su rol en los comportamientos éticos 12.4. La influencia de las nuevas tecnologías de la información y de las redes sociales en el comportamiento de las empresas 12.5. Nuevas tendencias en el comportamiento relacional de las empresas y su entorno Contenido adicional Caso práctico Preguntas de autoevaluación y revisión Preguntas a debate Términos clave Bibliografía 13. La gestión de las grandes cuentas y los grupos de compra 13.1. La organización de la negociación de las compras 6 13.2. Las plantillas o acuerdos comerciales 13.2.1. Estructura de la plantilla o acuerdo comercial 13.2.2. La negociación de la plantilla o acuerdo comercial 13.3. Las ventajas y desventajas de los acuerdos comerciales 13.4. Key account management 13.5. El trade marketing Contenido adicional Caso práctico Preguntas de autoevaluación y revisión Preguntas a debate Términos clave Bibliografía Créditos 7 Introducción Desde los orígenes de la historiade la humanidad las ventas han estado unidas a la evolución del ser humano. La expansión de los pueblos de la antigüedad tenía su causa principal en la búsqueda de nuevos mercados y nuevas riquezas. Los tartesios, los fenicios, los griegos, los cartagineses y los romanos priorizaron sus colonias y sus conquistas militares en función de sus intereses comerciales. Pero esto no sólo sucedió en occidente. En el lejano oriente también se desarrolló una intensa actividad comercial, como demuestra la importancia de la Ruta de la Seda, que durante milenios fue un canal de distribución de productos y de cultura. Tras la revolución industrial y la aparición de una nueva forma de organización de la actividad productiva y comercial (la empresa), la función comercial empezó a profesionalizarse, con la creación de nuevas figuras más especializadas. Junto a la aparición de la empresa moderna, una segunda revolución que impactó en el cambio de las ventas fue el desarrollo de los medios de transporte, que permitió desplazar personas y mercancías de manera más rápida y económica. La tercera gran revolución que ha afectado a la función comercial es más reciente, y deriva de la revolución digital, que ha aportado herramientas informáticas a la gestión comercial y una ventana ilimitada a la información. El perfil del vendedor ha evolucionado mucho en pocos años, de tal manera que el comercial moderno no sólo debe conocer idiomas y tener don de gentes, sino que debe ser un profesional con sólidos conocimientos de marketing y de técnicas de ventas, multicultural y con habilidades contrastadas en el trabajo en equipo, de manejo de las nuevas tecnologías, de internet, de las redes sociales y de trabajar en función de objetivos. En un mundo tan competitivo como el actual, donde el consumidor ha evolucionado hasta convertirse en un individuo muy informado y celoso de su tiempo, la función comercial ha tenido que cambiar su filosofía. Muchas empresas se han dado cuenta que hay que tener una visión a largo plazo, estableciendo con sus clientes una relación basada en la confianza y el win-win. Esta nueva visión del vendedor moderno es la que se deriva de la corriente del marketing relacional, que establece que las relaciones de una empresa con sus clientes deben ser vistas bajo la óptica de la rentabilidad a largo plazo, escapando de las presiones de los resultados a corto plazo que pueden implicar una deficiente satisfacción del consumidor. El elemento clave para mantener relaciones rentables a largo plazo es generar satisfacción y conseguir la confianza del cliente, que son los precursores fundamentales de su fidelidad. El objetivo final es alcanzar la lealtad del comprador, que implica las repeticiones de las compras y un boca-oído favorable. 8 La misión del presente libro es desglosar las funciones del vendedor moderno bajo la óptica del marketing relacional. Este manual no se circunscribe solamente a la figura del comercial, sino que describe también el papel y las funciones del director de ventas, figura clave en la planificación, ejecución, control y evaluación de los planes comerciales de las empresas. Con todo ello, el libro pretende convertirse en un manual de referencia no sólo para los estudiantes del ámbito de empresa, sino también para los profesionales que buscan una reflexión y una sistematización de sus tareas. Dirección de ventas. Una visión integral, está estructurado en tres grandes partes temáticas para un total de trece capítulos. Cada capítulo cuenta con contenidos especializados que desarrollan con profesionalidad y rigor una temática específica. Como complemento, en muchos capítulos se incorpora un apartado que describe las tendencias más relevantes en el ámbito de estudio. El colofón es que al final de cada capítulo se aporta un contenido adicional donde se plantea un caso práctico, que analiza alguna problemática específica tratada en la teoría, unas preguntas de autoevaluación y revisión, y unas preguntas de debate. Por tanto, el libro no es solamente un desglose de términos y teorías, sino que también persigue incitar al debate y a la reflexión del lector o de un grupo de trabajo. Finalmente se aportan los términos clave de cada capítulo y la bibliografía específica utilizada para la elaboración del mismo. La primera parte trata de las ventas en el entorno actual. A lo largo de los dos primeros capítulos se repasa la estrecha relación que existe entre el marketing y las ventas y la necesidad de coordinar ambas funciones. También se describen las funciones del vendedor y del director de ventas, que son los actores principales del discurso. Un punto clave para entender la novedad del libro es la explicación del enfoque de marketing relacional, aspecto que se desarrolla en el capítulo dos, y que es el fundamento filosófico de todo el manual. Términos como la fidelización, la satisfacción, la confianza, el cultivo de las relaciones y la rentabilidad a largo plazo son las claves para entender el marketing de relaciones. La segunda parte se dedica a las técnicas de ventas, y por tanto desarrolla las funciones y tareas del vendedor. Esta parte está compuesta por tres capítulos, que desarrollan los diferentes aspectos del trabajo del comercial pero desde la óptica del marketing relacional. Para entender esta parte hay que tener en cuenta el proceso de ventas que debería seguir un comercial, que en definitiva es la metodología de trabajo que se propone para el vendedor. Estas fases son el eje en torno al cual se estructuran los tres capítulos de esta parte, y son: a) la prospección de ventas, b) la preparación de la entrevistas de ventas, c) el acercamiento y el establecimiento del contacto con el cliente, d) la presentación de ventas, e) la demostración, f) el tratamiento de las objeciones, g) el cierre y h) el servicio al cliente y la gestión de las reclamaciones. En el capítulo tres se desarrollan las fases iniciales del proceso de ventas, justo antes del contacto cara a cara entre vendedor y cliente. Más concretamente, se describen la prospección de ventas, destacando la importancia de la investigación previa y de la 9 búsqueda de información con el fin de identificar prospectos o clientes potenciales. A continuación se habla de la segunda fase, la preparación de la entrevista de ventas. Una vez identificados los prospectos, el vendedor debe preparar la entrevista, estableciendo los objetivos que persigue y cuál va a ser el enfoque de la visita. Finalmente, la última de las fases iniciales es el acercamiento y el establecimiento del contacto con el cliente, donde se establece la fecha de la visita presencial. Como complemento a esta parte, el capítulo tres finaliza hablando del CRM (Customer Relationship Management) y de las ventajas que aportan las actuales tecnologías de la información a la hora de gestionar la función comercial dentro de la empresa. El capítulo cuatro aborda en profundidad el contacto presencial entre vendedor y cliente, es decir, la presentación de ventas. Como en un escenario teatral donde se desarrolla una función, se estudian los aspectos formales y no verbales de esta fase, prestando una atención especial a dos elementos clave de la presentación de ventas: la demostración y el tratamiento de las objeciones. La demostración es el momento en que se hace una prueba práctica del producto ante el cliente, explicando su funcionamiento y sus ventajas. El otro elemento clave de la presentación de ventas es el tratamiento de las objeciones, donde el cliente plantea sus dudas y su necesidad de ampliar la información sobre la oferta. Para finalizar el capítulo se habla del cierre de la venta, que es el momento de la verdad, en el que todo el esfuerzo realizado y todas las fases previas deben materializarse en una venta. El capítulo cinco es el último de la parte dedicada a las técnicas de venta, y trata de la fase posventa. Más concretamente, profundiza en el servicio al cliente y en la gestión de las quejas y reclamaciones. La idea fundamental es que la venta y la relacióncon el cliente no acaba una vez cerrada la venta, sino que es fundamental seguir tratando al cliente, puesto que la filosofía del marketing de relaciones fija su atención en el largo plazo. Para conseguir que un cliente repita sus compras y transmita un boca-oído positivo es necesario que se genere satisfacción en cada contacto y que los beneficios sean mutuos. La palabra clave es confianza, y para conseguirla es necesario una sucesión de encuentros satisfactorios. La parte tercera está dedicada a la dirección de ventas y su objetivo es describir las funciones directivas del responsable de ventas de una empresa o de una zona comercial. Esta parte está estructurada en ocho capítulos, que desarrollan distintos aspectos de la dirección comercial. Más concretamente, se describe: a) el liderazgo en ventas, b) el diseño de la estructura de ventas, c) el reclutamiento, selección y formación de los vendedores, d) la motivación y la remuneración de la fuerza de ventas, e) la gestión del territorio y de las rutas, f) la evaluación y el control de los vendedores, g) la ética en la venta, y h) la venta a las grandes cuentas y los grupos de compras. El capítulo seis se centra en el liderazgo que debe ejercer un director de ventas. Desde un punto de vista formal e informal, el estilo de dirección es fundamental a la hora de motivar y coordinar a un equipo. En este sentido, cualquier directivo debe adoptar un 10 estilo acorde a los tiempos modernos, a las teorías de gestión de recursos humanos y al tipo de personal que está a su cargo. En el capítulo se describen distintos tipos de estilos de liderazgo, la dirección del grupo y su dinámica, la gestión de la comunicación, las tareas directivas básicas (planificación, ejecución, control y evaluación) y el manual de ventas como herramienta básica de coordinación del equipo de ventas. El capítulo siete aborda la problemática de cómo estructurar la función de ventas en la empresa. Así se habla de los distintos tipos de estructuras organizativas (horizontal y vertical) y de la tipología del vendedor (de plantilla o a comisión). En el diseño de la estructura comercial también hay que tener en cuenta los tipos de ventas, puesto que no es lo mismo la venta directa que la indirecta, ni si es necesario un canal físico de distribución o no. Finalmente se habla de la venta multicanal. El capítulo ocho se centra en el reclutamiento, selección y formación de los vendedores. Todos los aspectos contemplados en el libro son importantes para el éxito en las ventas, pero sin ningún tipo de duda el reclutamiento de los comerciales es una condición necesaria. Como en cualquier aspecto de recursos humanos, el primer paso es el diseño del puesto de trabajo y la descripción del perfil ideal del vendedor. A continuación hay que establecer el proceso de reclutamiento y selección a seguir, en el cual es recomendable que se tengan en cuenta las fuentes de reclutamiento y la metodología habitual de selección de personal. Un elemento que cada vez está adquiriendo más relevancia en la gestión de los recursos humanos es el manual de acogida, que establece un protocolo de bienvenida e integración de los nuevos vendedores. El capítulo finaliza destacando la importancia de la formación continua de los vendedores y de la necesidad de que la empresa establezca un plan de formación específico para estos profesionales. El capítulo nueve trata de otro aspecto fundamental en la dirección de recursos humanos: la motivación y la remuneración de la fuerza de ventas. Todos los trabajadores de una empresa necesitan estar motivados, pero en el caso de los vendedores este aspecto es más importante si cabe, por las peculiaridades de este puesto de trabajo. En el capítulo se describen distintos métodos de motivación de los vendedores y la importancia que la remuneración juega en este ámbito. En el último apartado se abordan los distintos elementos que componen la remuneración de un vendedor (sueldo fijo, comisión y primas) y la importancia que cada elemento tiene en función del perfil y edad del comercial. El capítulo diez aborda la problemática de la gestión del territorio y el establecimiento de rutas. Cada vendedor tiene una zona asignada y es responsable de las ventas de la empresa en dicho territorio. En este capítulo se define el concepto y los límites del territorio, y se establece la metodología de trabajo habitual en las visitas. La clave consiste en preparar cada viaje estableciendo itinerarios o rutas que permitan maximizar los resultados y gestionar el tiempo de la manera más eficiente posible. Para acabar el capítulo se destacan las ventajas que pueden aportar las nuevas tecnologías, 11 como los sistemas de información comercial y los sistemas de información geográfica. El capítulo once profundiza en la evaluación y el control de los vendedores. Esta es una de las tareas directivas clásicas de cualquier responsable empresarial. En este capítulo se debate sobre la finalidad que debe tener la evaluación de las ventas y los aspectos clave a tener en cuenta. También se diferencia entre la evaluación de resultados y las competencias del equipo comercial, y se discute sobre las consecuencias de la evaluación en la promoción interna. El capítulo doce se centra en un aspecto que cada vez tiene más importancia en esta profesión y que los autores consideramos fundamental en el enfoque relacional del marketing: la ética. Tradicionalmente, el vendedor ha padecido una mala imagen asociada a la falta de ética. Aún existe la visión popular de que el vendedor busca conseguir la venta sin importarle los medios. El enfoque relacional a largo plazo, que busca generar confianza y la repetición de las compras, exige un perfil de vendedor y de director comercial con comportamientos éticos. Por ello, en el capítulo se destaca la importancia de los códigos éticos y deontológicos, y de que estos valores formen parte de la cultura organizativa de la empresa. El capítulo trece es el último del libro, y aborda el caso específico de las grandes cuentas y de los grupos de compras. La evolución de las economías desarrolladas ha conllevado la creación de grandes grupos de distribución y de grandes empresas con un gran poder de negociación. Estos grandes clientes exigen un trato diferente y unas condiciones especiales, por lo que su caso merece un estudio específico. En el capítulo se habla de cómo se deben organizar este tipo de ventas y de la formalización de los acuerdos comerciales. Se destaca la importancia de crear figuras como el Key Account Manager y de utilizar el Trade Marketing. Tras esta breve descripción de los trece capítulos del libro, el lector podrá entender mejor el título del libro: Dirección de ventas. Una visión integral. El objetivo del libro es hacer una descripción integral de la función comercial, tanto desde la perspectiva del vendedor individual como del director de ventas. Además, se realiza desde una filosofía integradora, como es la del marketing relacional, de tal manera que el objetivo final es conseguir mantener relaciones duraderas y rentables a largo plazo con los clientes. Junto a ello, las nuevas tecnologías están muy presentes en los diferentes capítulos, postulando que el vendedor y el director comercial deben aprovechar las ventajas tecnológicas que aportan el desarrollo informático y de internet. Finalmente, se hace un esfuerzo por vislumbrar las tendencias en los diferentes ámbitos de estudio, que serán las líneas en las que los comerciales deberán progresar en esa idea de formación y reciclaje continuo. Un grupo de siete profesores de la Universitat Jaume I de Castellón hemos dedicado más de un año a desarrollar este manual de ventas. Nuestra intención es ir mejorando el libro en sucesivas ediciones, con el fin de adaptar sus contenidos a la evolución constante de esta apasionante profesión. Diferentes factores del entorno, como el rápido 12 progreso tecnológico y el proceso continuo de integración cultural que supone la globalización, aconsejan estar alerta sobreel futuro inmediato. Queremos agradecer la paciencia y los comentarios realizados a los diferentes borradores realizados a Miguel Santesmases, profesor emérito de la Universidad de Alcalá, coordinador académico de la serie de marketing de la editorial Pirámide, pero sobre todo referente personal y académico de toda una generación de profesores universitarios de marketing. También queremos agradecer a Inmaculada Jorge, directora de la editorial Pirámide, su comprensión y ayuda en la edición del libro. Esperamos, sinceramente, que el lector encuentre en este libro las respuestas a algunas de las preguntas que seguramente se habrá planteado. Sin embargo, no consideramos que Dirección de ventas. Una visión integral sea el final de un proceso, sino el inicio de un proyecto que pretendemos que genere una relación duradera a largo plazo con nuestros lectores. Castellón de la Plana, junio de 2014. DIEGO MONFERRER TIRADO (autor) MARTA ESTRADA GUILLÉN (autora) JUAN CARLOS FANDOS ROIG (autor) LLUÍS J. CALLARISA FIOL (autor) SANDRA TENA MONFERRER (autora) MIGUEL ÁNGEL MOLINER TENA y JAVIER SÁNCHEZ GARCÍA (editores) 13 PARTE PRIMERA Las ventas en el entorno actual 14 1 La venta en el contexto actual El objetivo del presente capítulo es ubicar la función comercial en el contexto de la empresa. Para ello, desde la visión de la empresa como un sistema complejo se contextualizan las ventas en su marco natural, el marketing, del que la función de ventas es una de sus herramientas. Tras establecer que las ventas están subordinadas a la estrategia de la empresa y a su plan de marketing, se describe la función de ventas y su posición en el organigrama de una organización empresarial. Finalmente se establecen las funciones del vendedor y del director comercial en el momento actual. 1.1. MARKETING Y VENTAS: ENFOQUES EVOLUTIVOS DE LA EMPRESA El marketing y las ventas deben ir unidos necesariamente, con el objetivo de alcanzar los objetivos comerciales y de marketing de la empresa. Es evidente que una buena estrategia de marketing puede ayudar a conseguir el objetivo de ventas fijado por una compañía, y que las ventas, a su vez, ayudan a alcanzar los objetivos de marketing. Para entender cómo los términos marketing y ventas se retroalimentan entre sí es importante conocer qué es el marketing y cómo afecta al área de ventas. 1.1.1. El concepto de marketing asociado a la venta El concepto de marketing es un anglicismo que a lo largo de su existencia ha tenido muchas acepciones. Si nos atenemos a la última definición que da la American Marketing Association (AMA, 2007), «Marketing es la actividad o conjunto de actividades y procedimientos para crear, comunicar, entregar e intercambiar ofertas que tengan valor para los consumidores, los clientes, socios y la sociedad en general». En este contexto, la dirección de marketing se encarga de fijar los mercados objetivo, así como de obtener, aumentar y mantener a clientes mediante la generación, entrega y comunicación de un mayor valor para el cliente (Kotler y Keller, 2012). También es cierto que, tradicionalmente, el marketing ha sido algo de lo que las 15 empresas prescindían, en especial las PYMES, por no ver su utilidad, por su falta de entendimiento o simplemente porque pensaban que era algo que escapaba de sus posibilidades. En otras palabras, no existía una cultura formal en torno al marketing. Sin embargo, el éxito alcanzado por pequeñas empresas que, con la ayuda de técnicas de marketing, han logrado convertirse en grandes empresas, algunas de ellas internacionales, les ha abierto los ojos y ha conseguido que empiecen a entender la filosofía de marketing y su aplicación empresarial. Para poder entender mejor todo este proceso es necesario realizar un pequeño viaje al pasado, y observar la evolución del marketing desde mediados del siglo XX. Concretamente, muchos analistas consideran que es a mediados de los años 50 cuando comienza la era del marketing. En esa época muchas empresas reconocen que el vendedor está en posición de reunir información acerca del producto, mercado y servicios respecto a las necesidades del cliente. Esta situación que caracteriza a la economía mundial obedece a un contexto postbélico que acompañó la década de los 50, impulsado por la capacidad productiva de Estados Unidos y por la necesidad reinante de ir satisfaciendo la demanda de productos, tanto en los desabastecidos mercados europeos como en el próspero mercado americano. Posteriormente, en la década de los 60 se produce el auge del marketing industrial, fruto de la mejora de las economías europeas, que comienzan a tener iniciativas propias, así como de la economía americana, que sufre un boom en el consumo. A finales de los años 60 y principios de la década de los 70 comienza la era de las ventas consultivas. En estos años se identifican las necesidades del cliente mediante la comunicación bidireccional. Así, el suministro de información y la negociación reemplazan a la manipulación. Las empresas tienen capacidad productiva excedente, y ello les obliga a empezar a escuchar a sus clientes, aunque se realiza de una forma muy primitiva. Pero no es hasta la década de los 70 cuando surge el marketing tal y como lo conocemos hoy en día, con el nacimiento del concepto de la «orientación al marketing». Fue a principios de dicha década cuando, tanto desde los propios centros de investigación como desde el punto de vista de los profesionales, se resalta la importancia que tienen los deseos y necesidades del consumidor en el proceso de compra. También es en esta década cuando la investigación de mercados empieza a adquirir especial relevancia como respuesta a esta nueva situación. La sociedad que surge tras la primavera del 68, más contestataria, inconformista y que pone en juicio los valores económicos, culturales y sociales mantenidos hasta el momento, obliga a las empresas a reconsiderar el camino recorrido. La crisis económica y energética que tuvo lugar a partir de 1973 supone un refuerzo hacia este necesario cambio. En este sentido, el boom consumista de los años 60 se ve paralizado de repente, y los gobiernos occidentales y las empresas se ven obligadas a implementar los cambios necesarios para asegurara su supervivencia, cambios que se alargaron hasta principios de los 80. En suma, las empresas se percatan de que la orientación a la producción y a la venta de los productos 16 ya no es la opción más acertada, ya que la gente no desea esa forma de actuar y busca soluciones más acordes con la época que está viviendo. A principios de la década de los 80 comienza la época de las ventas estratégicas, donde se presta tanta atención a la planificación y a la estrategia como a las tácticas de venta. Además, se concede más importancia a la ubicación del producto. El merchandising asume protagonismo como herramienta de marketing y como elemento impulsor de las ventas para el departamento comercial. A principios de los 90 surge la época de las asociaciones. El cliente suplanta al producto como fuerza impulsora en las ventas, dando énfasis a las relaciones de calidad total que tienen como resultado negocios subsecuentes y referidos. Por último, algunos especialistas consideran que, en la actualidad, nos encontramos inmersos en una nueva etapa, en la que se está produciendo una orientación hacia las personas de una forma mucho más individualizada a como se había venido haciendo en décadas anteriores. Las nuevas tecnologías de la información, los nuevos avances tecnológicos, la nanotecnología aplicada a los productos y a los procesos productivos nos sitúan en una nueva etapa de marketing personalizado. Este nuevo contexto tecnológico y cultural permite la investigación, el desarrollo y la innovación en la producción de productos y la prestación de servicios mucho más adaptados a las necesidades personales de cada individuo. En consecuencia, los conceptos de segmento de mercado o mercado objetivo pierden fuerza en cuanto a su contenido, pero ganan relevancia en cuanto a su composicióny conocimiento, necesarios para poder ser más eficientes en los procesos productivos. A todo ello se une una creciente corriente de pensamiento asociada a la necesidad de crear una sociedad sostenible, respetuosa con el medio ambiente y con las personas que la integran, la cual obliga a adoptar este enfoque en la creación de los procesos productivos de las empresas. De este modo se busca ser más eficiente y más ecológico y, a la vez, ser más sensible a las nuevas particularidades de una sociedad cambiante y fragmentada, donde se entremezcla la globalización de tendencias con la reivindicación de lo local en contraposición a lo general. A partir de estas premisas, y en base a la tecnología existente, actualmente se puede comercializar un producto sobre una base individual, lo que da lugar a la aparición de nuevos conceptos como el marketing one to one, el marketing de permiso o la customización de los productos y servicios a las necesidades reales de cada individuo. En base a estos diferentes enfoques evolutivos en la empresa, el papel del vendedor ha pasado de impulsor de las ventas a apoyarse en un modelo avanzado de ventas estratégicas, donde el vendedor se convierte en consultor, asesor y apoyo del cliente en la venta de sus productos y en la prestación de sus servicios. En este contexto relacional se producen los siguientes desarrollos: — Desarrollo de una filosofía de ventas personales, que comporta la adopción del concepto de marketing, la valoración de las ventas personales y la solución de 17 problemas. El cliente se convierte en un socio necesario para alcanzar una rentabilidad conjunta, donde se establecen parámetros de colaboración para buscar beneficios comunes. — El desarrollo de una estrategia de relaciones conlleva necesariamente la adopción de la filosofía de doble ganancia, o de múltiple ganancia si hablamos de una sociedad sostenible y duradera, la proyección de una imagen positiva y la flexibilidad en el estilo de comunicación. — El desarrollo de una estrategia de producto, que comporta la valoración del conocimiento del producto, el uso del método características-beneficio y la posición del producto. — El desarrollo de una estrategia de cliente, que requiere la fijación de objetivos, el desarrollo del plan de presentación y la prestación de servicios de alta calidad y de elevado valor para el cliente. Los servicios ya no se diseñan de acuerdo a los intereses de la empresa únicamente, sino en función de las verdaderas necesidades de los clientes. — Por último, el desarrollo de una estrategia de presentación implica la comprensión del comportamiento del cliente, el descubrimiento de sus necesidades y la base de clientes reales y potenciales sobre la que trabajar. A la luz de los argumentos anteriores, podemos decir que la función de la venta ha cambiado en los últimos años, sobre todo porque los propios mercados han cambiado con las crisis económicas, financieras y de valores que han azotado a la mayoría de economías desarrolladas, así como también con la entrada y aplicación de las nuevas tecnologías de la información sobre las técnicas tradicionales de ventas. 1.1.2. La influencia del marketing en las ventas Para entender cómo afecta el marketing a las ventas es fundamental conocer las herramientas con las que se trabaja en este ámbito. A las tradicionales cuatro p’s de marketing-producto, precio, promoción y distribución (place), se han unido otras más recientemente. En concreto (Kotler y Keller, 2012): los procesos, los programas, las personas y el performance (resultados). Todas ellas constituyen el actual marketing mix de la empresa, que comprende todas las herramientas que se ponen en juego para implantar estrategias de marketing y alcanzar los objetivos establecidos por la misma. Incluso hay autores, como Pearson (2014), que llegan a definir 20 P’s en el contexto actual. Todas las decisiones que se tomen en torno a las herramientas de marketing deben ir encaminadas a garantizar la consecución de un objetivo de ventas y/o la consecución de una mejora en la imagen de marca de la empresa. De esta manera, una estrategia de marketing bien consolidada facilitará un aumento de las ventas, un procedimiento para 18 conseguirlo y, en definitiva, el éxito de la compañía. Otro elemento a considerar es el objetivo natural de marketing, que se centra en la satisfacción del cliente. En el fondo, lo que se busca es la satisfacción del cliente y la generación de outputs positivos para la sociedad, ya que, tal y como hemos podido observar en la definición de la AMA (2007), el marketing está orientado al cliente y a la sociedad en general. A este respecto, es precisamente el departamento comercial quien tiene como objetivo satisfacer a sus clientes a través de la venta de productos o de la prestación de servicios. De hecho, el éxito de una empresa se mide en parte por el éxito logrado sobre sus clientes, tanto en el apartado financiero como en el apartado intangible de marca. El departamento comercial y el departamento de marketing, por tanto, necesitan necesariamente coordinar sus esfuerzos para poder alcanzar los objetivos marcados por la empresa (figura 1.1). Figura 1.1. Relación entre marketing y ventas. En efecto, en unos mercados cada vez más globalizados se manifiesta de forma plausible la necesaria integración entre el departamento comercial y el de marketing. La necesidad de una visión integral y holística de la situación empresarial y del entorno requiere de una adecuada integración y aprovechamiento de todos sus recursos y capacidades internas. La integración de los planes de ventas y de marketing en el plan estratégico es una buena muestra de ello. Por tanto, parece evidente que el trabajo en equipo y la coordinación entre el departamento comercial y de marketing suponen un elemento crítico en la estrategia empresarial y, además, un requisito para que la empresa pueda competir de forma adecuada en el actual entorno dinámico y cambiante de mercado, donde cada vez es más difícil optimizar los recursos de la fuerza de ventas. 19 Factores como el encarecimiento de los desplazamientos, la racionalización de los pedidos y la creciente necesidad de no almacenar producto si no está vendido, obliga a gestionar de una forma más eficiente el departamento comercial de las empresas. Ante esta situación, no podemos dejar que las amenazas del mercado nos dejen fuera de éste. Para evitar que esto suceda necesitamos contar con la capacidad de optimizar los recursos y capacidades de las empresas, entre las que se encuentran las acciones e iniciativas comerciales. Todo ello persigue un claro objetivo: el éxito en la ejecución del plan de ventas, que necesariamente debe estar integrado con el plan de marketing y a su vez con el plan estratégico y el plan de negocio (figura 1.2). Figura 1.2. Integración del plan de ventas en la empresa. 1.2. LA FUNCIÓN DE LA VENTA EN LA EMPRESA A lo largo de su vida, la empresa se enfrenta continuamente a la toma de 20 innumerables decisiones, las cuales en conjunto determinarán su supervivencia a lo largo del tiempo. El entorno económico en el que nos encontramos es cada vez más complejo y fragmentado. La globalización de la economía mundial de finales del siglo XX está dando paso a comportamientos más localistas como respuesta a este intento de homologación de la realidad económica. Además, la forma de acceder a los distintos mercados también ha cambiado como consecuencia de la aplicación de las nuevas tecnologías de la información, ayudando a fragmentar los mercados. Hoy en día los consumidores no son meros individuos pasivos a la espera de que se les diga lo que tienen que hacer y consumir. En este nuevo escenario multiplataforma, social, virtual y físico a la vez, los consumidores se convierten en muchos casos en prosumidores, es decir, en productores de contenido y en consumidores de producto, aunque también pueden convertirse en profesionales y consumidores a la vez. El nuevo concepto de internet a partir de la Web 2.0 hadado un nuevo énfasis a la misma, potenciando el trabajo prosumidor a través de redes de colaboración que agregan valor de manera colectiva, incentivando la innovación y compartiendo conocimientos que aceleran los ciclos económicos y tecnológicos. El concepto prosumer describe de forma fidedigna a millones de personas que participan en la revolución del Web 2.0, ya que son cada vez más las personas que desarrollan un papel más activo en la red, que se involucran en crear y subir contenidos, en crear y compartir información, siendo a su vez consumidores de la misma, creando así un abanico de información en todos los sentidos. Adicionalmente, en este contexto multiplataforma, cuando los prosumer se encuentran vinculados emocionalmente a la marca se convierten en sus verdaderos embajadores, en una fuerza de ventas emocionalmente vinculada a la empresa, defendiendo los valores de la marca y favoreciendo la venta de sus productos de una forma efectiva y creíble. En este escenario complejo, los profesionales de marketing y del departamento de ventas son cada vez más economistas, estadísticos, matemáticos, sociólogos y psicólogos. Todo se mide, o debe medirse, empezando por el retorno de cada inversión (ROI), por el impacto en la relación con los clientes (IOR) y en el comportamiento de los clientes, o por la proyección estadística de los resultados de las acciones de las empresas y organizaciones en distintos escenarios futuros, entre otros nuevos KPI’s. Por tanto, nos encontramos en un nuevo contexto empresarial, social y comercial, en el que tanto las empresas como sus integrantes deben adaptarse. Los departamentos comerciales, que suelen desempeñar sus tareas y funciones de la mano del departamento de marketing, también han cambiado en su estructura y funciones. Así, los profesionales de marketing y los vendedores, por su trabajo activo y de contacto con los clientes y el mercado en general, requieren adaptarse a este nuevo escenario que ha venido para quedarse. Las ventas son uno de los pilares más importantes en los que se sustenta el desarrollo, la evolución y la supervivencia de la empresa a lo largo de su vida. De hecho, las ventas son la única función y actividad que es capaz de generar ingresos de forma directa para 21 la empresa. El departamento comercial debe estar permanentemente en contacto con el mercado para poder observar y notificar los cambios que se producen. Tener una empresa que es capaz de ofertar productos con valor a los clientes y al mercado en general es una fórmula de éxito garantizada. Pero, ¿cómo debemos engranar la función de las ventas dentro del organigrama empresarial? ¿Cómo debemos estructurarnos para poder atender mejor a nuestros clientes y obtener mejores resultados comerciales? ¿Nos sirve la forma en la que hemos venido desarrollando nuestra función comercial hasta ahora? No existe una única respuesta que sea capaz de dar respuesta a las cuestiones planteadas, pero sí que pueden existir algunas pautas de comportamiento y organización a tener en cuenta. Las empresas, y más concretamente los departamentos de marketing y los departamentos comerciales, deben saber observar y escuchar a sus clientes. En ocasiones, y cuando la coyuntura económica y sectorial lo permite, se apoyan en las investigaciones y trabajos de los institutos tecnológicos y en los observatorios de tendencias sectoriales o multisectoriales existentes para llevar a cabo sus cometidos. Pero tanto si lo hacen de forma individualizada como de forma agrupada, lo importante es ser capaces de entender y diferenciar las verdaderas oportunidades que brinda el mercado para cada empresa. Esto es una máxima importantísima para poder captar necesidades significativas de sus clientes. También es una excelente práctica para identificar posibles tendencias sobre comportamientos de compra y consumo, necesidades insatisfechas o desatendidas, y errores o aciertos de nuestros competidores que nos pueden brindar una oportunidad para mejorar nuestros resultados en ventas y en satisfacción de los clientes. Otro factor que debemos tener claro es que los únicos y auténticos expertos que existen son los clientes, en base a sus experiencias de compra y consumo de los productos y servicios, y a la interrelación que se produce entre ellos en todo ese proceso. La generación de buzz marketing positivo es uno de los factores a vigilar y potenciar, tanto por el departamento de marketing como por el departamento comercial de la empresa. Los profesionales de ventas y de marketing deben dedicar una parte importante de su tiempo a entender a esos clientes para conocer mejor las palancas que pueden activar los mecanismos del comportamiento que en cada caso queremos generar. Invertir el tiempo adecuado en analizar ese comportamiento desde la perspectiva analítica necesaria es clave para tomar las decisiones que nos permitirán conseguir nuestros objetivos. Por otro lado, las palancas del marketing deben apoyarse en todos los canales de contacto de los clientes, entendiendo muy bien la utilidad de cada uno de ellos para crear una experiencia total, que incluya todos los ámbitos. Conectar el ordenador con los dispositivos Smart, ahora en su mayoría soportes móviles como las tabletas o los teléfonos, pero en un futuro, por qué no, Smart TV, Smart Glass o Smart Watch, y al mismo tiempo conectar las experiencias online con las experiencias offline, resultará clave para entender el comportamiento de los usuarios, que actuarán de forma variable y 22 mediante múltiples factores que se deberán conocer al detalle. Todo esto debe tenerse en cuenta para desarrollar de forma efectiva la función de ventas y conseguir alcanzar los objetivos marcados. A tenor de todo lo indicado, podemos decir que las ventas son una función en la empresa que requiere de importantes esfuerzos económicos, tecnológicos y humanos. Tener a buenos vendedores en la empresa, empáticos, entusiastas, profesionales y que dominen las nuevas tecnologías de la información no es fácil ni barato. Y encontrarlos en la calle o en otras empresas tampoco es tarea sencilla. Como ocurre con los buenos dispositivos, con los buenos programas informáticos o con los buenos coches, generalmente hay que pagar por tenerlos, y por desgracia no siempre se dispone de los recursos económicos necesarios para ello, o no se considera que sea lo suficientemente necesario para realizar la inversión necesaria. Además, puede concurrir un nuevo factor que da al traste con toda esta posible inversión, y es que el nuevo vendedor, el vendedor estrella, acaba estrellado en la nueva empresa, por falta de recursos para realizar su trabajo, por escasa identificación de sus valores personales y profesionales con los valores de la empresa o porque no se consigue una adecuada identificación e integración con el resto del equipo de ventas. Si analizamos a los clientes, éstos condicionan la forma de operar de los departamentos comerciales y de los vendedores. Los aspectos culturales sociales o étnicos condicionan la forma de entrar y operar en un mercado. Por ejemplo, si una empresa española desea iniciar su actividad comercial en un nuevo mercado como puede ser el ruso, posiblemente contrate a un comercial o agente comercial de dicha nacionalidad, para minimizar las brechas culturales, sociales y éticas. Aunque nos encontremos en una economía globalizada, y aunque la tendencia es que con el paso del tiempo dichas brechas se reduzcan, la realidad aconseja tomar las mejores decisiones amparándose en la observación y consideración de esta situación; por tanto, deben conservarse las diferencias que son inherentes a cada mercado. 1.3. ESTRUCTURA DEL DEPARTAMENTO DE VENTAS: ORGANIGRAMA Y FUNCIONES El departamento de ventas como departamento fundamental en las empresas suele presentar distintas estructuras organizativas, dependiendo de los mercados a los que se dirija, de la tipología de productos o servicios que ofrece y del tamaño de la empresa. No obstante, la figura del director comercial o de ventas es unelemento común en cualquier estructura. Junto a él aparecen vendedores o jefes de área, vendedores especializados de producto, y comerciales administrativos que ayudan a finalizar y hacer el seguimiento de los pedidos. Si analizamos el lugar que ocupa la función de ventas en la empresa, nos podemos 23 encontrar con organigramas como el de la figura 1.3, que se correspondería con una empresa de un tamaño considerable, de acuerdo a la departamentalización que presenta, y donde el departamento comercial al que se encontraría adscrita la función de ventas se encuentra en la misma línea organizativa que el resto de áreas funcionales de la empresa. Por el contenido, podemos indicar que se trata de una empresa multinacional o con un fuerte componente exportador, que vende en varios países y que tiene un fuerte activo en la función de marketing, con varias marcas comercializadas y productos que se derivan de las mismas. La figura 1.4 presenta una ligera variante respecto al caso anterior. En este caso, la función de logística y de compras se encuentra integrada, lo que indica que es un departamento clave tanto para la producción como para la venta de productos. El departamento de marketing tiene nuevamente mucha importancia a tenor de la subdivisión que le acompaña. Además, se trata de una empresa con venta multicanal, ya que dispone de un responsable de e-commerce. Figura 1.3. Organización funcional de una empresa. 24 Figura 1.4. Organización funcional de una empresa con el departamento de compras y logística integrados. Si analizamos la bibliografía existente en el ámbito académico, la función de ventas aparece muchas veces integrada dentro de la P de comunicación (Kotler y Lane, 2012, Santesmases, 2012; Lambín, 2009). No obstante, la realidad empresarial y organizacional puede ser distinta a ese planteamiento, tal y como comenta en su libro García Boadilla (2011). Los departamentos comerciales o de ventas suelen tener autonomía propia, con lo que disponen de estructura y capacidad de decisión propia, siempre dentro del marco general de los objetivos estratégicos de la empresa y en coordinación con el resto de sus departamentos funcionales. No obstante, lo cierto es que la función de ventas tiene un cierto componente de comunicación, al igual que lo pueden tener los propios productos que vende la empresa, sus envases o las marcas bajo las cuales se comercializan. Los equipos de venta o equipos comerciales, a través de la venta personal, desempeñan una función muy importante a la hora de comunicar y promocionar a la empresa y a sus productos. Pero no sólo desempeñan funciones en el ámbito comunicativo, pues los departamentos comerciales también aparecen intrínsecamente ligados a la distribución. La gestión de los canales de venta y distribución de los productos de la empresa es un factor de éxito fundamental para la supervivencia de la empresa. No debemos olvidar que la fuerza de ventas es el canal directo entre la empresa y el consumidor final, el hilo transmisor de lo que es la empresa, lo que hace y cómo lo hace. También hay autores, como Díez de Castro et al. (2003) y García Boadilla (2011), 25 que consideran a las ventas como una P más, como una función o variable separada de las tradicionales 4Ps, con cuerpo o entidad propia como consecuencia de su importancia en el seno de las empresas. Independiente de si está adscrita a una herramienta de marketing o no, lo importante es comprender la relevancia de la función de ventas para la empresa y su necesaria integración con el resto de sus herramientas operativas, asegurando su participación en las decisiones estratégicas. 1.3.1. Las funciones del vendedor La máxima para cualquier empleado de una empresa, y sobre todo para el departamento de marketing y el departamento comercial, es que los clientes son lo más importante. El principal objetivo de una empresa es conseguir la satisfacción de sus clientes, con ello su lealtad y, de esta forma, aumentar su rentabilidad. Para empresas como Apple, su principal objetivo, tal y como indicaba Steve Jobs, es hacer feliz a sus clientes. Con esa filosofía, buscan complacerlos facilitando su vida y la vida de los demás, haciendo que sean más sencillas. Revisando sus últimos resultados, vemos cómo en 2013 Apple fue la empresa más valorada del mundo, según dos importantes fuentes como son Forbes e Interbrand, con un valor de marca estimado de 104.300 y 98.316 millones de dólares respectivamente, lo que supuso un incremento en su valor respecto al año anterior de un 20% y de un 28% comparativamente, mientras que Google se ubicó en el segundo puesto, con un valor de 93.291 millones de dólares. Por tanto, y a tenor de estos resultados, la lealtad y entusiasmo de los usuarios de esta marca demuestran que Jobs supo conectar con ellos. Sin duda alguna, sabía que si se atendían adecuadamente las demandas de los consumidores lograrían tener un mejor producto y subirían sus ventas. Apple, por tanto, es un buen ejemplo de Lovemark1 o el vínculo emocional entre los clientes y la marca, aspectos que vienen avalados por su trayectoria y resultados. El ejemplo de Apple nos ayuda a descubrir una de las claves de un buen departamento de ventas y de las tareas de un buen comercial. Un buen vendedor debe saber centrarse no en las funciones y la fuerza del producto o de la marca que representa, sino en la manera como ese producto y la marca bajo la que se comercializa pueden hacer más fácil la vida del usuario. No debe focalizar su tarea en vender un producto, sino en su capacidad para ofrecer soluciones. Un buen vendedor debe, además de ser un buen comercial, tener conocimientos de economía, estadística, psicología, sociología, un buen conocimiento técnico del producto o servicio que vende, además de conocer profundamente la empresa y marca que representa, sus valores, sus objetivos y sus recursos y capacidades para producir y prestar sus servicios. También debe ser un buen conocedor de las nuevas tecnologías de la información que, si los recursos y presupuesto lo permiten, le ayudarán a desempeñar 26 mejor su labor y le facilitarán la obtención de los resultados previstos. En esta búsqueda del vendedor perfecto, otro de los atributos buscados, además de su empatía y entusiasmo, es su capacidad organizativa y su adecuada gestión del tiempo. Un vendedor organizado, que sepa preparar con antelación sus visitas y que sea consciente de la importancia que el tiempo tiene tanto para él como para sus clientes, podrá sin duda obtener mejores resultados y de forma más eficiente. La adecuada atención al cliente y a sus necesidades, la labor y capacidad de observación y escucha activa, saber tratar adecuadamente las objeciones de los clientes y poderles ofrecer la mejor respuesta posible requiere tiempo y dedicación, además de tener acceso a los recursos necesarios. La empresa puede tener una organización impecable, pero si su fuerza de ventas es descuidada, desorganizada y no sabe tratar adecuadamente a los clientes, seguramente ellos interpretarán que detrás del vendedor se encuentra una empresa desorganizada e irresponsable y, por ende, no comprarán. Por tanto, los vendedores son los ojos, los oídos y la imagen de la empresa en su relación con los clientes. De su buena labor comercial dependen los resultados de la empresa. Lo peor en estos casos es que el director comercial o el responsable de zona, en definitiva, aquel que tiene capacidad para tomar decisiones, no sea consciente ni conocedor de ello. En estos casos pueden pasar dos cosas: 1) si nos encontramos ante un cliente potencial, se quedará en un prospecto que no pasó de ahí; y 2) si es un cliente actual, puede llegar a dejar de serlo. Además, puede convertirse en un difusor de información negativa de la empresa, con los problemas y consecuencias que tiene el buzz marketing negativo. En el ámbito actual, donde las empresas desempeñan su labor comercial y de interrelación con sus clientes y el mercado en general a través de distintos medios y canales, senecesitan comerciales que sepan asesorar, que estudien a sus clientes potenciales, detecten necesidades y las aborden con soluciones reales, tanto en el ámbito del B2B como del Retail, en este último tanto en las compras específicas como en las compras esporádicas. Pensar en una fuerza de ventas poco formada, escasamente motivada y de alta rotación no tiene cabida en esta nueva era. Además de acarrear grandes costos invisibles en cuanto al tiempo y dinero que se pierde en buscar, seleccionar y capacitar empleados que se irán en poco tiempo sin alcanzar los objetivos previstos, el costo y riesgo de poner una empresa en manos de alguien con bajo interés es muy alto, y se paga con creces. Además de lo indicado hasta el momento, hay autores (Miller y Heiman, 1987; García Boadilla, 2011) para quienes el secreto de la venta reside en saber comprender el proceso de compra del consumidor o cliente. Conocer los verdaderos motivos o razones que impulsan el acto de compra es uno de los factores clave del éxito de un buen comercial. Para poder comprender al consumidor, una de las claves es tener contacto con él de forma permanente, tanto de forma aislada como en su contexto natural. Sólo a partir de ahí podemos observar su comportamiento y posibles pautas de cambio, ya que 27 los mercados, los consumidores y clientes evolucionan con el paso del tiempo, al igual que sus necesidades, y es importante estar alerta y preparados para la acción en este entorno tan dinámico y cambiante. Es importante que los vendedores adopten la perspectiva del cliente, que desarrollen su vertiente empática, que con su permiso le ayuden en todo el proceso de compra, que faciliten su toma de decisiones y que, sobre todo, encuentren las verdaderas razones que les llevan a realizar el acto de compra. Este conocimiento ayuda a diseñar mejor el proceso de venta, las funcionalidades y soluciones que aporta el producto, la forma en la que se entrega, dónde debe hacerse para que esté a su disposición cuando lo desee o necesite, y también con las mejores condiciones económicas posibles dentro de unos márgenes de rentabilidad razonables. Es importante conocer los factores críticos de ese proceso de venta para poder acometerlos de la mejor forma posible. El vendedor debe ser capaz de ofrecer sus servicios de una forma valiosa para el cliente. Éste debe percibir que el vendedor es relevante en su papel, que aporta valor a la relación, tanto por las soluciones que ofrece como por la forma en como lo lleva cabo. Para la empresa también debe ser percibido como valioso, por su función, por sus resultados, por la información que aporta sobre los clientes, por su forma de relacionarse tanto con sus compañeros del departamento comercial como con el resto de compañeros de la empresa así como con sus superiores, por su forma de actuar, de pensar, por sus aportaciones y soluciones a conflictos o problemas que surgen, por su iniciativa y afán de superación permanente y por su mimetización con los valores de la empresa a la que representa. En la tabla 1.1 aparecen las principales tareas y funciones que debe desempeñar un vendedor en la empresa. TABLA 1.1 Actividades y funciones de los vendedores Tareas Contenidos Prospectiva Debe analizar tanto el mercado en el que opera como a los distintos clientes actuales y potenciales que hay en él. Conocer sus comportamientos, necesidades, procesos de compra, factores clave o KPI en su relación con el cliente. Conocer a la competencia y detectar tendencias o cambios de comportamiento en el mercado. Administrativa Debe gestionar la cuenta del cliente, introduciendo pedidos, información de carácter comercial y personal del cliente, así como observaciones de carácter cualitativo que ayuden a conocer mejor al cliente y que permitan alimentar de una forma valiosa el sistema de gestión de las relaciones con el cliente (CRM). Viajar Entre sus tareas se encuentra la de viajar y establecer contacto con sus clientes y el mercado en general. Relaciones públicas Debe actuar de portavoz de la empresa, facilitar su localización e identificación, darla a conocer, lo que hace, cómo lo hace, por qué lo hace, siendo los ojos, oídos e imagen de la empresa en su relación con los clientes y el mercado en general. Asistir a ferias comerciales, 28 eventos y exposiciones a los que la dirección estime oportuno. Comunicativa Debe ser el flujo de unión entre mercado y empresa, facilitando información descendente desde la empresa hacia el cliente y desde los clientes hacia la empresa, y de forma horizontal entre sus compañeros del departamento comercial en la empresa en primera instancia y al resto de compañeros de la empresa cuando sea necesario. Comercial Las tareas comerciales que le han sido asignadas en cuanto a facilitar el producto a los clientes, darlo a conocer en el mercado, facilitar su venta y mejorar las relaciones de los clientes con la empresa en general. Formarse Tiene obligación moral y profesional de formarse en las tareas específicas que se correspondan con su perfil profesional. Debe estar permanentemente actualizado en el uso de las nuevas tecnologías de la información que le permitan desempeñar sus funciones y tareas de la mejor forma posible, así como formarse en todas aquellas facetas que su cometido requiera. FUENTE: Elaboración propia a partir de Küster y Román (2006) y de otros autores. En cuanto a la tipología de vendedores, Artal (2012) define siete posibles tipos: — Vendedor de mostrador o dependiente, que es quien atiende a los clientes cuando entran en la tienda o establecimiento comercial, asesorándoles en mayor o menor medida durante todo el proceso de compra. — Vendedor de autoventa o ambulante, que desarrolla su actividad comercial en distintos mercados y espacios de manera itinerante. Deben tener amplia capacidad de adaptarse a cada espacio y a los consumidores, que son cambiantes, disponiendo de estructuras flexibles de venta que facilitan su movilidad y adaptabilidad. — Vendedor viajante de tiendas y comercios, que de forma periódica visita dichos establecimientos ofreciendo productos, informándoles sobre nuevas tendencias, informándoles de posibles cambios en los mercados, de lo que hace la competencia, etc. Los vendedores de productos de alimentación, ferretería, limpieza o textil, entre otros, son un buen ejemplo de esta tipología de venta. — Promotor, vendedor a prescriptores o creador de demanda, como los visitadores médicos, los vendedores a profesionales, los que hacen demostraciones en grandes superficies comerciales, etc. Suelen requerir de ciertos conocimientos tanto de carácter comercial como de ventas. Deben estar mínimamente formados, aunque en ocasiones se les piden estudios superiores. Pueden recibir pedidos o no, pero suelen abonar como mínimo el camino para la venta de los productos que representan. Deben demostrar buen dominio de lo que hablan, despertar la confianza de quien los recibe, no ser intrusivos y ayudar a generar imagen de marca de quien representan. — Vendedores técnicos, que son los que venden en los mercados industriales, a 29 fabricantes o consumidores importantes o instituciones. Su principal rasgo profesional es su conocimiento profundo del producto o servicio que venden. En el caso de los vendedores de servicios sensibles o de confianza a consumidores finales, como son los productos de banca, los seguros de cualquier índole y los servicios de asesoría y consulting, la venta reúne aspectos de carácter técnico o funcional, en cuanto a las características o apartados que configuran cada servicio ofrecido, y aspectos de carácter emocional como son la vejez, salud, previsión de accidentes, decesos, etc. También los aspectos de carácter social, como la reputación, y la imagen social e institucional entran en juego en la venta de dichos productos. — Vendedores indirectos o políticos, de grandes operaciones, a veces de carácter internacional o mundial, así como los vendedores ante comités públicos o privados tanto de organismos de la Administracióncomo de empresas importantes del sector privado. Los vendedores de grandes equipos, de maquinaria pesada, contratas, barcos, ferrocarriles o aviones, entre otros, están dentro de este tipo. — Vendedores virtuales o vendedores online, que son aquellos que no sólo ofrecen el producto o servicio, sino que incorporan contenido acerca del uso del producto, de sus características, de opiniones de usuarios que los han utilizado, de expertos que opinan de forma directa o indirecta de los mismos en sus blogs o espacios online, de recomendaciones de uso, de nuevas utilidades, que incorporan vídeos demostrativos, etc. Buscan crear contenido de sus productos, para que tengan un buen posicionamiento en la búsqueda por internet, preocupándose por su reputación. Es decir, buscan arropar el producto con información procedente tanto de la empresa como del mercado, intentando que el producto sea más creíble, más apetecible y, por tanto, sea más atractivo y fácil de vender. Suelen trabajar con un equipo de personas, que son las que alimentan el sistema, recogen la información, la analizan, la tratan y la ponen a disposición de quien la quiera consultar y utilizar. Es un tipo de venta de creciente uso, y que cuenta con las simpatías de un número creciente de usuarios. Puede desempeñar esta función tanto desde la propia empresa (en estos casos, las figuras del Community Manager o del Socia Media Manager juegan un papel importante entre los miembros de dicho equipo) como desde espacios web que no tienen nada que ver con la empresa, pero que ofrecen su enlace o directamente sus productos. Entre estos últimos están los buscadores de restaurantes, hoteles o los comparadores de seguros. Por último, y a modo de resumen, si tuviésemos que definir el perfil general de un vendedor podría ser el siguiente: — Que tenga conocimientos de carácter técnico asociado al producto o servicio que ofrece. Debe ser un experto en el uso y resultados del mismo para poder argumentar adecuadamente ante el cliente por qué usar nuestro producto, cómo, 30 cuándo y qué beneficios sociales, emocionales y funcionales le aporta. — Que tenga conocimientos de carácter comercial, de técnicas de venta y de negociación, debiendo conocer el mecanismo de la venta, el proceso de compra del consumidor y qué factores son más relevantes en todo ese proceso para poder tomar las mejores decisiones en cada momento. Tiene que contactar con el cliente, presentarse y argumentar de forma convincente sobre los productos, marcas y la empresa a la que representa. También debe saber cuándo y cómo cerrar una venta. — Precisamente este último punto es fundamental, ya que conocer a la empresa que representa implica conocer sus recursos y capacidades, sus valores, su responsabilidad social, sus necesidades actuales y futuras, su trayectoria, y de esta forma, y en base a su nivel de conocimiento y experiencia, poder ofrecer soluciones a los clientes que sean reales y se ajusten a la situación real de la empresa, evitando en todo caso la realización de falsas promesas. Debe saber ayudar a sus clientes a tomar decisiones correctas y velar tanto por el interés del cliente como de la empresa. — Debe tener conocimiento sobre las relaciones sociales y ser empático, sabiendo tratar a los clientes y a las personas en general. Así pues, tiene que ser educado, amable, cuidar su presencia, saber presentarse y llevar una conversación, evitar molestar a los clientes, conocer los procesos de compra que sigue cada cliente, cuáles son sus necesidades reales, y debe saber ayudar a los clientes y aportarles soluciones. Debe ser honesto en el trato y ser capaz de despertar la confianza en el cliente. Es preciso que sea emocionalmente estable, no excesivamente locuaz, comunicativo y asertivo, a la vez que tiene que saber escuchar activamente al cliente para poder ofrecerle las mejores soluciones. — Debe tener un buen conocimiento del mercado en el que opera y de los clientes con los que se relaciona. — Debe ser organizado y previsor, y metódico en su forma de actuar. Tiene que informarse previamente de las características, usos y comportamiento de cada cliente con la empresa antes de visitarlo. También es importante que investigue qué productos y servicios ha consumido o utilizado, sus condiciones de pago, si ha habido incidencias en el pasado y cómo se han solucionado y cuál es su situación actual. Después de cada venta, debe realizar un seguimiento para conocer los niveles de satisfacción del cliente y estar alerta ante cualquier incidencia. — Por último, debe conocer el uso de las nuevas tecnologías de la información y ser diestro en su manejo, para facilitarle su trabajo y mejorar las relaciones con los clientes. 1.3.2. Las funciones del director de ventas La dirección de ventas ejerce un papel fundamental en la empresa. De su labor y de 31 su profesionalidad dependen de forma importante los resultados económicos de la empresa. La dirección de ventas debe diseñar el plan comercial de la empresa, establecer los objetivos de ventas de la empresa, trazar las estrategias que considere más oportunas y diseñar el plan de acciones comerciales más adecuado en este proceso. Los objetivos que se tracen deben ser coherentes y estar integrados con los objetivos de marketing y los objetivos estratégicos de la empresa. Además de estudiar el proceso comercial y los diferentes KPI, debemos tener claro cuál es el papel que debe jugar la dirección de ventas en todo este proceso. De su liderazgo y profesionalidad depende tener un equipo de alto rendimiento y bien estructurado, ya que son puestos cruciales, con alto componente técnico y relacional. Otro de los aspectos a considerar es la adecuada gestión de los clientes de la empresa. No debemos olvidar que ese es precisamente uno de los factores clave de la gestión empresarial, ya que los clientes son uno de los recursos más importantes de las empresas (García Boadilla, 2011). En este sentido, el director comercial o director de ventas debe ser un buen motivador, tener carisma de líder, saber dirigir a grupos de personas y tener capacidad organizativa, siendo capaz de fijar objetivos, y debe ser respetado por su equipo de ventas. El director comercial puede ser, indudablemente, el ideólogo y desarrollador de la política comercial y de producto de la empresa. En general, el director comercial es el responsable de la gestión comercial integral de la compañía y responde ante el director general sobre los resultados comerciales —y de parte de los resultados financieros— de la compañía. Define las estrategias comerciales globales, regionales o locales, los planes de ventas, las estrategias de desarrollo de productos y servicios actuales o nuevos, estrategias de precios y márgenes, organiza el departamento comercial y sus recursos, etc. Los departamentos de ventas o comerciales —distribuidos por líneas de productos y/o servicios, y/o por áreas geográficas, según el tamaño de la compañía— implementan las estrategias y directrices comerciales. Precisamente una de las características que mejor debe definir el perfil de director comercial es el de gestor de personas, personas además con un perfil comercial propio y que no son siempre fáciles de llevar, ya que están acostumbradas a tomar sus propias decisiones y suelen ser bastante independientes. En la tabla 1.2 aparecen de forma detallada las principales funciones de un director comercial. Los buenos directores comerciales desarrollan su trabajo compatibilizando su labor de despacho con su conocimiento de la calle, sus clientes y sus comerciales. Es importante que esté comprometido con la empresa, con su actividad y con el afán de mejora continua del negocio. Debe saber confiar en sus comerciales y administrativos y delegar cuando las circunstancias lo requieran. La supervisión y control no son incompatibles con la adecuada delegación de funciones, si ello permite desarrollar mejor sus funciones a los comerciales y alcanzar sus objetivos, dentro de los cánones de responsabilidad social establecidospor la empresa y de la legislación vigente. Es importante también que el equipo comercial se sienta respaldado por su director 32 comercial y que este a su vez pueda confiar en el buen trabajo y profesionalidad de sus vendedores. Debe fomentar la comunicación entre los clientes y la empresa, entre los comerciales y el director comercial, entre los propios vendedores dentro de su equipo de ventas, y como hemos comentado antes la formación en el trabajo (training in Company). En todo este proceso de gestión de la actividad comercial de la empresa no debe olvidarse que la obtención de un nuevo cliente cuesta hasta seis veces más que mantener uno existente. Construir una buena relación con el cliente es básico para fomentar su fidelidad y construir una relación sólida y duradera. Éstas deberían ser las bases de toda empresa que quiera ver crecer día a día su facturación. TABLA 1.2 Funciones y contenidos a desempeñar por el director comercial Funciones Contenidos Analizar y desarrollar la metodología de trabajo incluida en el «manual de ventas». El manual de ventas debe ser una guía de funcionamiento de cualquier comercial que trabaje en la empresa. En él deben recogerse los usos, costumbres, comportamientos y conductas a desempeñar por un comercial que represente a la empresa en cuestión. Análisis de la cartera de clientes y de su potencial de compras. Análisis de los distintos grupos de clientes en función de su capacidad de compra, de los productos comprados, del volumen de facturación y de su potencial de ventas futuro. Participar en la elaboración de las previsiones de ventas de común acuerdo con el departamento de marketing y con el plan de marketing establecido. Previamente al plan comercial integrado en el plan de marketing debe establecerse cuáles deben ser las previsiones de ventas para el ejercicio en ciernes. Dichas previsiones de ventas deben estar integradas dentro de los objetivos de marketing y de los objetivos estratégicos de la empresa. Establecimiento de los objetivos comerciales y de las estrategias necesarias que debe seguir el equipo de ventas. Una vez establecidas las previsiones de ventas, se establecen los objetivos de ventas y las estrategias que deben llevarse a cabo para su ejecución. Para ello deben tenerse en cuenta los recursos y capacidades con las que cuenta la empresa, sobre todo en el departamento comercial. Los objetivos deben ser ambiciosos pero realistas, a la vez que alcanzables, medibles y estimulantes. Diseñar y optimizar la estructura organizativa de su equipo de ventas para poder alcanzar los objetivos. Debe ser capaz de diseñar una estructura operativa que permita la consecución de los objetivos comerciales marcados, así como de crear equipos comerciales bien estructurados y con el potencial suficiente que permita alcanzar los objetivos previstos en el plan comercial. Si es necesario, debe Si el departamento comercial no cuenta con los suficientes recursos humanos para 33 participar en la fase de selección e incorporación de nuevos integrantes al departamento comercial. poder llevar cabo las tareas encomendadas, deberá incorporar nuevos efectivos. Es importante que el director comercial participe en ese proceso de reclutamiento, al menos en las últimas fases. Formar a sus equipos comerciales con arreglo a los conocimientos y otras técnicas necesarias para el desarrollo de sus funciones. El director comercial es responsable de dotar a su equipo de los medios y conocimientos necesarios para alcanzar sus objetivos. Debe idear y establecer un programa de formación que integre aspectos y contenidos en el ámbito comercial, de gestión de las relaciones humanas y de carácter técnico, vinculado a los productos y servicios que ofrece la empresa. Participar en la incorporación de las nuevas tecnologías de la información para el departamento comercial y para su equipo de ventas. Al igual que un programa de formación, el director comercial debe dotar al departamento de nuevas tecnologías de la información que permitan llevar a cabo las funciones descritas de la mejor forma posible, siempre dentro de las restricciones presupuestarias existentes. Las nuevas tecnologías de la información pueden estar integradas dentro de un sistema de gestión integral de la empresa (por ejemplo, un CRM integrado dentro de un ERP), o aplicarse de forma aislada. Deben tenerse en cuenta los sistemas de gestión de las relaciones en el entorno online, a través de programas para gestión de Social CRM como Alterian, Radian6 de Salesforce, Oracle, CRM on Demand, etc.). Motivarlos y dinamizarlos para que desempeñen su trabajo lo mejor posible. Uno de los aspectos a destacar en un buen director de ventas es su capacidad para motivar, incentivar y dinamizar su equipo de ventas. Si se dispone de los recursos tecnológicos necesarios, la motivación es el factor diferencial necesario para la consecución con éxito de los objetivos de venta marcados. Debe elaborar los planes de carrera de los empleados y la gestión por competencias. Monitorizar los objetivos planteados y las acciones llevadas a cabo por el equipo comercial, para controlar su labor y asegurarse de que alcance los objetivos previstos. Debe coordinar todas las labores comerciales, realizar su seguimiento y establecer los mecanismos correctores pertinentes si las circunstancias del mercado cambian y lo requieren. Establecer el sistema de remuneración y recompensas del departamento comercial. Debe diseñar y negociar con su equipo de ventas las políticas de remuneración de éste, la parte del salario fijo y variable de sus comerciales, y las dietas y comisiones que recibirán en función de los objetivos alcanzados. Estar atento a nuevas oportunidades de negocio, nuevas tendencias de mercado, nuevos usos y costumbres, y nuevas tecnologías de la información Debe participar en foros de discusión, observatorios de tendencias de mercado, colaborar con institutos de investigación, investigación de mercados, etc. 34 aplicadas a la gestión y técnicas de ventas. Todo ello pasa por garantizar la satisfacción del cliente, algo que va más allá de la simple transacción económica y la entrega del producto o prestación del servicio. Hablamos de superar sus expectativas, de ofrecerle un valor añadido que le lleve a volver a confiar en la empresa e incluso recomendarla. Por último, si hiciésemos un decálogo de los principales retos a los que se debe enfrentar el departamento comercial en un futuro, y a partir de las aportaciones de Muñiz (2010), podríamos señalar los siguientes aspectos: — Los clientes son y serán cada vez más exigentes, poseerán mayores conocimientos y en ocasiones estarán hiperinformados, lo que obligará al equipo comercial a estar permanentemente actualizado y formado para poder ofrecer la mejor respuesta posible. — También nos encontraremos con consumidores cada vez con menos tiempo para iniciar el proceso de decisión de compra y la toma de decisiones que dicho proceso comporta, lo que obligará a ser más eficientes en los procesos de ventas, en la forma de establecer contactos con los clientes, y en lo que les ofrezcamos y cómo lo hagamos. Las estrategias serán cada vez más personalizadas para cada cliente. — El cliente podrá ponerse en contacto de diversas formas con la empresa y el departamento comercial, lo que obligará a habilitar nuevos canales, y los horarios serán más amplios y flexibles. — Se incrementará el trabajo en equipo, para poder hacer frente a este entorno dinámico, cambiante y en ocasiones confuso. — Las nuevas tecnologías de la información seguirán teniendo un papel fundamental para el buen desempeño. Poder responder de forma rápida, ágil y de forma eficiente no será una opción, sino una necesidad. Los directores comerciales y los vendedores deberán familiarizarse con estas herramientas para su trabajo diario y para su adecuada planificación y puesta en marcha. — En un entorno globalizado cabe esperar que la competencia sea más dura, que nos encontremos a competidores cada vezmejor preparados, que sean capaces de responder en menos tiempo y con mayor eficacia a cualquiera de nuestras iniciativas comerciales. Además, esta globalización de los mercados conllevará que a la competencia nacional se le sume la internacional. — Los productos serán cada vez más a medida. Convivirán la estandarización con la personalización, llevada en ocasiones, y a requerimiento de sus clientes, a su máxima expresión. La necesidad de diferenciarse en un mercado global y con elevada competencia obligará a dichos cambios. — La gestión de la fuerza de ventas de la empresa será más compleja y costosa. La convivencia con distintos canales comerciales offline y online hará que los 35 vendedores deban ser buenos conocedores de las nuevas tecnologías de la comunicación, y que posiblemente sean más autónomos y, en algunos casos, independientes. Los buenos vendedores serán difíciles de encontrar, serán más costosos de mantener, y la convivencia de los espacios físicos y virtuales hará que sean más difíciles de dirigir y posiblemente más exigentes, bastante preparados, y sus valores y objetivos personales no siempre coincidirán con los de la organización. CONTENIDO ADICIONAL Caso práctico Muebles Sanico, S. A., es una empresa de muebles de cocina y baños con más de 40 años de antigüedad. Su fundador, Nicolás Artola, tiene ya más de 70 años, pero sigue al frente de la empresa. Sus dos hijos, Alfonso Artola y Luis Artola, le siguen los pasos. Alfonso se dedica más a los temas de gestión y producción, mientras que Luis se dedica más a los temas de logística, comercial y marketing. La empresa tiene actualmente 59 empleados, pero en su época de bonanza llegó a tener cerca de 200. Se encuentra ubicada en Vinaroz, en el norte de la provincia de Castellón, una zona con amplia tradición mueblista, ya que desde hace más de 50 años son muchas las empresas que se fundaron en esa zona, aunque sólo un puñado de ellas ha logrado sobrevivir a la crisis financiera e inmobiliaria que se desató en 2007. En la actualidad cuenta con más de 200 clientes en el ámbito nacional, y desde hace dos años, y acogiéndose a una iniciativa de la Cámara de Comercio e Industria de Castellón, y con la colaboración del Instituto de la Mediana y Pequeña Empresa Valenciana, ha iniciado su actividad exportadora. Actualmente ha ampliado su red comercial a países del norte de África (Libia, Marruecos y Argelia, principalmente), Francia, Austria y Alemania y el sureste de Estados Unidos, principalmente en la zona de Miami. Lleva poco tiempo, pero los primeros resultados comienzan a llegar. Para poder atender a todos estos mercados dispone de un departamento comercial cuyo director es Luis Artola, compuesto por 9 comerciales, 4 en exportación y 5 en nacional, así como 4 administrativos comerciales en tareas de apoyo a los comerciales que viajan. Este año se había propuesto ampliar el abanico de países a los que exporta, incorporando el Reino Unido e Irlanda, para lo que está buscando un nuevo comercial con un buen dominio del inglés y conocedor del mercado británico e irlandés. Cuenta con un departamento de diseño propio, aunque puntualmente recibe el asesoramiento de un Gabinete de Diseño externo de un prestigioso y reputado diseñador holandés, Eric van der Garde, afincado desde hace años en Peñíscola, enamorado de su sol y playa. Hace 10 años, después de unas vacaciones, decidió quedarse a vivir en esa zona con su familia, y montó un estudio de diseño que da servicio a varias empresas en el 36 sector del hábitat, más en concreto en el ámbito del mueble, la cerámica y la decoración. Es un buen conocedor del mercado británico, ya que durante muchos años desempeñó una labor comercial cuando trabajaba para una empresa de decoración holandesa. Precisamente su conocimiento del mercado le ha valido para recibir el encargo de diseñar una nueva colección para dicho mercado, que incorpore sus gustos y tendencias de la mejor forma posible. En cuanto a la producción, el responsable es Alfonso Artola, ingeniero industrial que lleva más de 10 años trabajando en la empresa, tres de ellos como máximo responsable de producción. La empresa dispone de dos líneas de producción. Por una parte una colección de muebles de cocina, con distintos acabados, en melanina, chapa o madera maciza, incorporando en el último año unos acabados más modernistas en colores llamativos, como pueden ser rojo, berenjena, naranja, verde, azul, etc. A los tradicionales acabados mencionados, y a las bancadas en silestone, granito o mármol, también ha incorporado el porcelánico, y el acabado en hormigón en todas sus posibles versiones, combinado siempre con algún toque de color, aunque por limitaciones de producción de momento sólo lo van a lanzar en color verde lima y pistacho. La actividad comercial para la empresa es muy relevante. El año pasado facturó más de 30 millones de euros, de los cuales la exportación ya representa el 30% de la facturación. El crecimiento de los mercados exteriores ha compensado en parte la bajada de pedidos en el mercado nacional. En su época de máximo esplendor llegó a facturar cerca de 80 millones de euros, gracias a la calidad, diseño y buenas relaciones de Don Nicolás con sus clientes. Pero ahora las cosas han cambiado, y la empresa ha visto cómo en los últimos años su nivel de facturación ha bajado en más de un 50%. No obstante, las expectativas no son malas. Como hemos comentado antes, el mercado de exportación ya representa casi una tercera parte de sus ventas, gracias a la buena acogida de sus productos, la profesionalidad de sus comerciales y una buena red de representantes (ya disponen de más de 10) repartidos en todos los países en los que comercializa. Las expectativas para este año suponen crecer entre un 10-15%, básicamente en los mercados de exportación, y mantener las ventas en el mercado nacional. Alemania se considera un país que puede crecer en su facturación, ya que se han destinado dos grandes colecciones para dicho mercado: la serie Dresde, de diseño sobrio y conservador, con acabados de gran calidad en chapa y madera maciza, y precio ajustado, y la colección Sajonia, más modernista y que incorpora las últimas tendencias en los acabados mencionados anteriormente. Precisamente esta colección ha recibido una importante mención de la revista alemana de decoración MD Magazine, siendo portada en el último mes de enero el modelo Colonial, en acabado de cemento gris, verde pistacho y con los armarios en verde pistacho, toda una innovación. Además incorporan las últimas tendencias en domótica. Las puertas se 37 abren con una ligera presión, y un suave empujón sirve para cerrarlas. La campana extractora se enciende y se apaga automáticamente, reduciendo la emisión de humos y olores. La placa, cuando llega a su máximo poder calorífico, reduce su potencia de forma automática, con lo que energéticamente es más eficiente. La madera de los muebles proviene de la tala controlada de bosques, certificada de forma pertinente, lo que gusta de especial manera tanto en dicho mercado como en el mercado austriaco. Además incorporan materiales y acabados innovadores, donde la nanotecnología está permitiendo que ciertos materiales tengan prestaciones antes imposibles. Maderas con lacados y barnices que repelen el polvo, que hacen el material resistente a pruebas de mancha o ignífugos. Precisamente la I+D+i se desarrolla participando en proyectos de AIDIMA y de la Universidad Politécnica de Valencia, para ir mejorando paulatinamente tanto sus procesos de fabricación y diseño como la incorporación de nuevos materiales que hagan más fácil la instalación y la vida de sus compradores y usuarios. En cuanto a la línea de baños, dispone de dos grandes líneas, una también clásica y otra modernista, incorporando también los últimos diseños y materiales a sus productos acabados. Los nuevos productos incorporan las nuevas tendencias de decoración de baños, que apuestan por unir estética y practicidad, con encimeras, armarios y muebles auxiliares funcionales.También incorporan espejos multifunción, encimeras y armarios que incorporan nanotecnología, que facilita su conservación, desinfección y limpieza, sin renunciar a los diseños más vanguardistas. Para facilitar la labor de los comerciales y de los representantes se dispone tanto de catálogos en papel (cada vez menos, este año sólo se han impreso 300 ejemplares), pero sobre todo catálogos en formato CD, USB y códigos QR, que permiten, con la captación de su imagen a través de un dispositivo móvil, acceder directamente a la web de la empresa y a su catálogo, los cuales están en cinco idiomas: español, francés, alemán, inglés y árabe. Este año, la dirección comercial ha decidido abrir un canal de ventas online, con un servicio de atención al cliente desde las 09:00-19:00h, para lo cual contarán con la participación a tiempo parcial de una persona del departamento de ventas, administrativa comercial, que habla tres idiomas con fluidez: alemán, inglés y español. Se abrirá un nuevo canal en Twitter, Pinterest y Facebook, contando con la participación de un comunnity manager externo, que periódicamente irá dotando de contenidos dichos canales. También se busca crear nuevos canales de comunicación con sus clientes, distribuidores y los consumidores y usuarios finales, tanto para dar a conocer nuevos productos y tendencias como para resolver preguntas de sus clientes y facilitar el servicio postventa directamente con la empresa fabricante. Uno de los objetivos del nuevo canal de ventas online es crear un espacio outlet donde dar salida a productos almacenados. Aunque la empresa fabrica sólo bajo pedido, no es la primera vez que un cliente ha dado marcha atrás en el último 38 momento, o ha decidido modificar algún aspecto que hace imposible parar el proceso de producción. Si a ello unimos los productos en exposición, las devoluciones o impagos, actualmente la empresa dispone de un stock de más de 60 diseños de baños y 30 de cocina. Cuestiones a resolver: Pregunta 1. ¿Debe la empresa ampliar su departamento comercial con nuevas incorporaciones? En caso afirmativo, ¿qué perfil deberían poseer y qué funciones deberían desempeñar? Pregunta 2. ¿Qué otras decisiones de carácter estratégico y operativo debe tomar la empresa dado el contexto actual? Pregunta 3. ¿Qué otras decisiones de carácter operativo debe tomar la empresa dado el contexto actual? Pregunta 4. En cuanto a la venta online, ¿podrías plantear posibles alternativas a las decisiones tomadas por la empresa? PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN Y REVISIÓN (Descargar o imprimir) A continuación encontrarás un total de diez cuestiones relacionadas con el contenido teórico tratado en este capítulo. En cada una de las preguntas propuestas se plantean cuatro posibles respuestas, siendo solamente una de ellas válida. Teniendo en cuenta este criterio, y que todas las preguntas tienen un valor de un punto, evalúa tu nivel de conocimientos resolviendo el cuestionario y calculando tu resultado comparando tus respuestas con las soluciones que encontrarás al final del mismo. 1. Indica cuál de las siguientes afirmaciones es correcta. a) Las ventas son la única función y actividad que es capaz de generar ingresos de forma indirecta para la empresa. b) El departamento comercial está integrado únicamente por comerciales que viajan. c) Las ventas son la única función y actividad que es capaz de generar ingresos de forma directa y plausible para la empresa. d) El departamento comercial debe estar siempre integrado dentro del departamento de marketing. 39 http://www.edistribucion.es/piramide/220768/cuestionario_1.pdf 2. Las decisiones en el departamento comercial... a) Deben tomarse de forma unilateral, sin tener en cuenta al resto de departamentos de la empresa. b) Deben tomarse de forma coordinada con el departamento de marketing y de acuerdo a los objetivos marcados por la empresa. c) Deben tomarse directamente por el gerente de la empresa. d) No afectan para nada a la gestión de cobros de los clientes. 3. La actividad de prospectiva... a) Es únicamente atribuible al departamento de marketing. b) Es una de las funciones que debe desempeñar el vendedor. c) Es una función desempeñada fundamentalmente por empresas ajenas a la empresa. d) Es una función que desempeña el departamento de I+D+i en las empresas. 4. El plan de ventas... a) No debe estar integrado en el plan estratégico de la empresa. b) No tiene en cuenta el plan de negocio de la empresa. c) Debe estar integrado en el plan de formación de la empresa. d) Debe estar integrado en el plan de marketing de la empresa. 5. Una Lovemark es... a) Un anglicismo aportado por Steven Rogers en 2004 que recoge a las marcas que venden productos para personas enamoradas en el mercado. b) Hace referencia a la marca más vendida por San Valentín en la cultura anglosajona. c) Hace referencia a la marca más conocida por las personas enamoradas en Estados Unidos. d) Un anglicismo aportado por Steven Rogers en 2004 que recoge los vínculos emocionales existentes entre una marca y sus clientes. 6. Radian6 de Salesforce es... a) Un programa de gestión de Social CRM. b) Un anglicismo que define qué es el departamento comercial. c) Un programa de formación que debe llevar a cabo de forma obligatoria el departamento comercial. d) Un programa de gestión empresarial integral. 40 7. Los comerciales de una empresa deben... a) Centrarse en la gestión de cobros de sus clientes. b) Elaborar el manual de ventas de la empresa. c) Gestionar las relaciones comerciales con sus clientes. d) Elaborar el plan comercial de la empresa. 8. El director de ventas debe... a) Participar en la elaboración del plan estratégico de la empresa. b) Diseñar y establecer los objetivos de marketing de la empresa. c) Gestionar el cobro de las nóminas de los vendedores. d) Participar en la elaboración de las previsiones de ventas de común acuerdo con el departamento de marketing y con el plan de marketing establecido. 9. ¿Cuál de las siguientes será una de las tendencias en los próximos años en el perfil del vendedor para el departamento comercial? a) Deberá ser únicamente experto en técnicas comerciales. b) Las nuevas tecnologías de la información no serán relevantes para su función. c) Deberá ser capaz de trabajar en equipo y de enfrentarse a la venta en múltiples canales de comunicación y comercialización. d) No hará falta que vaya a la empresa ni que trabaje en equipo. 10. ¿Cuál de las siguientes será una de las tendencias en los próximos años en la gestión del departamento comercial? a) Los vendedores serán cada vez más dependientes. b) Los vendedores serán cada vez más independientes y autónomos. c) Los productos estarán totalmente estandarizados. d) La gestión de la fuerza de ventas de la empresa será menos compleja y costosa. Solución 1 c); 2 b); 3 b); 4 d); 5 d); 6 a); 7 c); 8 d); 9 c); 10 b) PREGUNTAS A DEBATE 1. ¿Cómo debe estar estructurado un departamento comercial? 2. ¿Cuáles son las principales decisiones que debe tomar un director comercial? 41 3. ¿Qué es más importante, la función de ventas o la de marketing? 4. ¿Cómo definirías el perfil profesional de un vendedor para un departamento comercial de una empresa con presencia en mercados internacionales? 5. ¿Qué herramientas consideras más útiles para facilitar el trabajo de un vendedor? ¿Y del director comercial? TÉRMINOS CLAVE — Gestión comercial. — Profesionalidad. — Habilidades comerciales. — Habilidades sociales. — Gestión integrada. — Nuevas tecnologías de la información. — Lovemark. — Ventas multicanal. — Motivación. — Monitorización. — Prosumidor. — Empatía. — Plan de ventas. — Vigilancia tecnológica. — Observatorio de mercado. — Impacto en la relación con los clientes (IOR). BIBLIOGRAFÍA Artal, M. (2012): Dirección de ventas. Madrid: Esic Editorial. Díez de Castro, E., Navarro, A. y Peral, B. (2003): Dirección de la fuerza de ventas, Prentice Hall. García Boadilla, L. M. (2011): +Ventas. Esic. Kotler, P. y Keller, K. L. (2012). Direcciónde Marketing (14.ª ed.). Madrid: Prentice Hall. Küster, I. y Román, S. (2006): Venta Personal y Dirección de Ventas. Thomson. http://es.wikipedia.org/wiki/Prosumidor. http://www.marketingpower.com/AboutAMA/Pages/DefinitionofMarketing.aspx. Lambin, J. J. (2009): Marketing Estratégico (3.ª ed.). Madrid: McGraw-Hill. Miller, R. B. y Heiman, S. E. (1987): La venta conceptual. Grijalbo. Muñiz, R. (2010): El marketing del siglo XXI (3.ª ed.). Madrid: Centro de Estudios Financieros. Santesmases, M. (2012): Marketing. Conceptos y estrategias (6.ª ed.). Madrid: Pirámide. NOTAS 1 Anglicismo que hace referencia al concepto creado por Kevin Roberts en 2004 y que, en definitiva, define la 42 http://es.wikipedia.org/wiki/Prosumidor http://www.marketingpower.com/AboutAMA/Pages/DefinitionofMarketing.aspx posición de una marca dentro de una cultura, los vínculos emocionales o la química entre una marca y sus clientes. Éstos se convierten en incondicionales a través de las emociones que les genera la marca en su relación. Este amor por la marca hace que los consumidores incorporen sentimientos como el de perdonar fallos leves en el producto o en el servicio. Fuente: http://www.marketingdirecto.com/diccionario-marketing-publicidad-comunicacion-nuevas- tecnologias/lovemark/#sthash.gNkpH2sX.dpuf. 43 http://www.marketingdirecto.com/diccionario-marketing-publicidad-comunicacion-nuevas-tecnologias/lovemark/#sthash.gNkpH2sX.dpuf 2 La venta relacional Tras revisar el papel de las ventas en el contexto de la empresa moderna, el objetivo del segundo capítulo es describir la nueva filosofía de ventas que impregna las páginas del presente libro. Frente a la venta agresiva, centrada en la consecución de resultados a corto plazo, se postula la venta relacional, con una visión a largo plazo basada en el cultivo de la relación y de la fidelidad del cliente a través de la generación de confianza y compromiso entre las partes. Para ello se describen los fundamentos de la filosofía relacional, se propone un proceso de venta relacional, se destaca la importancia del equipo de ventas (destacando las distintas funciones emergentes), y se finaliza con una reflexión en torno a las nuevas tendencias del marketing y su impacto en la función comercial. 2.1. EL MARKETING Y LAS VENTAS EN EL ENTORNO ACTUAL: LA VENTA DESDE UN ENFOQUE RELACIONAL Aunque la propia concepción de las ventas viene vinculada a la evolución milenaria de las civilizaciones humanas, lo cierto es que en los últimos años podríamos pensar que este concepto ha cambiado su visión de manera significativa. El aumento de la competencia, el mayor acceso a la información por parte del consumidor y la aplicación de las nuevas tecnologías de la información a la función comercial estarían entre las causas más destacadas de este cambio. La revolución industrial y desarrollismo del siglo XX impuso un paradigma de venta basado en el cortoplacismo, la presión comercial continua, la argumentación falaz y la relación espuria. Durante más de un siglo la venta se ha caracterizado por su agresividad, de forma tal que, como respuesta, en la década de los 60 nacieron los movimientos de defensa del consumidor, que han ido adquiriendo fuerza y que han sido claves en el incremento de transparencia empresarial y de la Responsabilidad Social Corporativa. En el contexto actual, ya bien entrado el siglo XXI, la función comercial parece que vuelve a entenderse desde la perspectiva del cliente. No obstante, si analizamos la historia del marketing y de las ventas, ésta no es una visión tan novedosa, ya que hace casi 90 años, en 1925, el psicólogo E. K. Strong señalaba que la venta se sustentaba en la 44 satisfacción de necesidades o deseos de los consumidores, en la búsqueda de coincidencias o puntos en común entre el análisis de las características de los productos y su relación con las necesidades de los clientes. Es más, en la historia preindustrial las relaciones comerciales del mundo antiguo se basaban en la confianza y el compromiso. Los fenicios, los griegos, los árabes, los judíos y los comerciantes de todas las épocas basaban sus transacciones en el conocimiento de sus socios, que conformaban una red cuyas relaciones se traspasaban de padres a hijos. La venta relacional se basa en esta teoría y en las raíces históricas de los pueblos comerciantes, donde la satisfacción y la confianza del cliente tienen un peso fundamental, y por tanto requiere de una verdadera orientación hacia el mercado para tener un acertado conocimiento de sus necesidades y deseos. Este enfoque de venta relacional es el enfoque que están adoptando las empresas modernas, y eso debe venir impulsado tanto por su departamento de marketing como por su departamento comercial o de ventas. La orientación relacional no se basa en la venta puntual y en realizar una operación esporádica, sino en saber satisfacer al cliente para poder mantenerlo a lo largo del tiempo y conseguir su fidelidad, a partir de crear relaciones win-win (ganador- ganador) donde ambas partes salen beneficiadas. El término marketing relacional fue introducido por primera vez en el contexto de los servicios por Berry (1983), quien enfatizó la importancia de establecer y mantener las relaciones a largo plazo entre clientes y empresas, en contraposición a la orientación transaccional del paradigma clásico del marketing. Posteriormente, otros autores han entendido el concepto de marketing relacional desde una perspectiva más amplia, añadiendo otros actores y relaciones, además de las que se establecen entre una empresa y sus clientes finales, acuñando el concepto de stakeholders (Gummesson, 1995; Gronroos, 1994; Cristopher et al., 1991; Morgan y Hunt, 1994). Aunque este segundo grupo de autores coincide en la filosofia, sin embargo concibe el marketing relacional desde una visión más amplia, incorporando las relaciones que puede establecer la empresa con cualquier otro actor de su entorno (agencias de publicidad, administraciones públicas, proveedores o competidores) y las propias relaciones que se producen en el interior de la organización (entre departamentos o con los empleados). En cualquier caso, todos coinciden en destacar una serie de conceptos clave para entender el marketing relacional: la colaboración, el compromiso, la confianza y el valor. — La mayoría de autores coinciden en destacar que uno de los pilares fundamentales del marketing relacional es la colaboración (García Boadilla, 2012; Küster y Román, 2006). Esta cooperación debe ser a largo plazo, y todas las partes que participan en la relación deben salir ganando con la misma (Gummesson, 2002). Según Morgan y Hunt (1994), «la paradoja del marketing relacional es que para ser un competidor efectivo en la era de la competición en red, también se requiere ser un cooperador efectivo». 45 — Pero los dos pilares básicos del marketing relacional son el compromiso y la confianza (Morgan y Hunt, 1994). Cuando las partes están comprometidas en una relación están convencidas de que merece la pena realizar los esfuerzos necesarios para que ésta perdure a largo plazo. La confianza existe cuando todas las partes participantes en una relación se reconocen mutuamente como íntegras y honestas, convirtiéndose en un factor determinante para conseguir el compromiso. El marketing relacional es visto como un matrimonio entre la empresa y sus clientes, de tal manera que hay que gestionarlo como la relación de pareja. El compromiso es mutuo, y en el momento en que se resquebraja se corre el riesgo de romper la relación. El pilar para que exista compromiso es la confianza, sin la cual no existe la seguridad de que las promesas que se hagan serán cumplidas. — Otra de las características fundamentales del marketing relacional es que, a partir del establecimiento de relaciones duraderas basadas en la confianza y en el compromiso, se puede obtener mayor valor para todas las partes. La red de alianzas de la empresa debe facilitar la construcción de una oferta superior y diferenciada de la oferta dela competencia. Un estudio de Reichheld y Sasser (1990) demostraba que la mayoría de empresas del sector servicios pierden aproximadamente un 20% de sus clientes anualmente. Ahora bien, aquellas que son capaces de disminuir en un 5% su ratio de fuga de clientes pueden llegar a aumentar sus beneficios en unas cifras casi cercanas al 100%. Además, captar a un nuevo cliente es mucho más caro para una empresa que retener a uno existente, unido al hecho de que un cliente genera más beneficios para la empresa a medida que la relación entre ambos se hace más duradera. Por el contrario, un reciente estudio de la empresa Thubderhead (2014), líder especializada en ofrecer soluciones empresariales para la generación de experiencias y compromisos positivos, señala que el 30% de sus encuestados afirmaba que no dudaría a la hora de comunicar su mala experiencia a su entorno, ya sea en persona, por teléfono u online, alcanzando el nivel de insatisfacción a una media de 18 personas. Estos resultados, consecuentemente, llevan a la creación de insatisfacción, generación de mala imagen para la marca y a la pérdida de ingresos. A partir del concepto de marketing relacional es posible definir la venta relacional. Jolson (1997) la define como «aquel proceso compuesto por diversas etapas en el que se enfatiza la personalización y la empatía como ingredientes clave en la identificación de posibles clientes potenciales, desarrollándolos como clientes y manteniéndolos satisfechos. Dicho proceso se centra en la creación de una confianza mutua entre comprador y vendedor con el objetivo último de ofrecer a los compradores beneficios anticipados, a largo plazo y de valor añadido». La venta relacional o relationship selling adapta la perspectiva del marketing de relaciones a la función de ventas de las empresas (García Boadilla, 2012). Con esta visión, la venta personal pasa de ser únicamente 46 transaccional a ser también relacional, donde la satisfacción del cliente se convierte en un factor clave del éxito en unos mercados que son cada vez más complejos, dinámicos y competitivos. En la tabla 2.1 se describen las características particulares de la venta relacional que la distinguen del enfoque transaccional, tomando como referencia la comparación que establecen Küster y Román (2006) a partir de Ingram, LaForge y Schwepker (1992). TABLA 2.1 Diferencias entre la venta de transacciones y la venta relacional Características Venta transaccional Venta relacional Visión • Corto plazo. • Largo plazo. Enfoque de venta • El vendedor se centra en vender productos. • El vendedor argumenta a partir de las características y funcionalidades de los productos. • Enfoque de venta agresiva. • El vendedor se centra en crear y mantener relaciones satisfactorias. • El vendedor argumenta desde la generación de soluciones a las necesidades y problemas del cliente. • Enfoque de venta consultiva. Enfoque del cliente • Escasamente diferenciado. • El objetivo es conseguir nuevos clientes. • Clientes diferenciados, en microsegmentos. • El objetivo es mantener e intensificar las relaciones con los clientes actuales, ya que es más barato que conseguir nuevos clientes. Resultados deseados • Ventas cerradas, volumen del pedido. • Conseguir la lealtad de los clientes rentables. Mercados • Homogéneos o escasamente diferenciados, poco cambiantes. • Muy segmentados, muy dinámicos y cambiantes. Características • Venta transaccional • Venta relacional Papel del cliente • Pasivo, espera que le vendan. • Proactivo, el cliente participa en el proceso de venta. Opina y genera opinión valiosa para otros clientes. Enfoque de calidad • Calidad endógena, aplicada a los productos y procesos productivos. • Calidad exógena, basada en la calidad como filosofía, en la calidad como una de las bases para generar satisfacción en el cliente. Enfoque de la comunicación • Unidireccional, del vendedor o de la empresa vendedora al cliente. • Publicidad basada principalmente en medios convencionales, masiva. Búsqueda de la transacción. • Bidireccional (B2C) y (C2B), multidireccional (C2C), colaborativa y continuada con el cliente. • Comunicación 360º, off y on. • La mejor publicidad es la que hacen (por nosotros) nuestros clientes satisfechos. 47 Grado de compromiso • Muy bajo nivel de compromiso con los clientes. • Alto nivel de compromiso con los clientes. Conocimiento requerido • Productos propios de la empresa, competencia, aplicaciones, estrategias de cliente, costes y oportunidades. • Productos de la empresa, competencia, aplicaciones, estrategias de cliente, costes y oportunidades. • Conocimiento de la industria, empresa y cliente. • Conocimiento de las relaciones humanas y sociales. Gestión de cartera • Enfoque de gestión de cartera de productos y del ciclo de vida del producto. • Enfoque de la gestión de la cartera de clientes, del ciclo de vida del cliente. Habilidades necesarias • Habilidades de venta. • Escucha activa, preguntar y obtener información, solucionar problemas del cliente, idear y aportar soluciones específicas y de valor para los clientes, trabajo en equipo. Seguimiento postventa • Poco o ninguno. • Continuado, a fin de asegurar la satisfacción del cliente, mantener a éste informado, ofrecerle soluciones de valor y controlar las oportunidades. FUENTE: Adaptación propia a partir de Küster y Román (2006). La tabla 2.1 recopila de manera esquemática las principales diferencias entre el enfoque transaccional y relacional de la venta. El aspecto clave para entender las diferencias tal vez sea que la perspectiva del enfoque relacional es a medio y a largo plazo, donde las ventas puntuales pierden relevancia en favor de la generación de clientes satisfechos y de experiencias positivas para los clientes. Como se ha comentado, la orientación relacional traspasa los límites del departamento de marketing o de ventas, puesto que es una filosofía empresarial, una cultura organizativa, que debería impregnar a todos los departamentos de la empresa. Se trata de que la empresa se oriente al mercado y organice sus funciones con el objetivo final de generar relaciones duraderas y satisfactorias con todos los stakeholders. En este marco holístico, el enfoque de ventas implica que el vendedor no se centra únicamente en la venta pura y dura, sino en la generación, mantenimiento y potenciación de las relaciones satisfactorias. Desde esta perspectiva, las argumentaciones de venta van a estar basadas no tanto en las características y funcionalidades de los productos, sino en la escucha activa que permita buscar y ofrecer soluciones valiosas a las necesidades y problemas del cliente. No se propugna la venta agresiva, sino la venta consultiva, estratégica y de valor para el cliente y para la propia empresa desde la perspectiva de obtención de resultados en el largo plazo. Los investigadores de marketing de relaciones llevan tiempo centrando su interés en el papel que juega el cliente. Es cierto que para desarrollar algunos servicios, o para que 48 el producto cumpla satisfactoriamente su función, es muy importante el adiestramiento y actitud del cliente, puesto que muchas veces participa en la producción del servicio o en el buen consumo del producto. Actualmente se va más allá y se habla del papel activo que juega el cliente en actividades que no tienen que ver directamente con el producto o servicio, como es el boca-oreja, la contestación de encuestas, o la ayuda a terceros con respecto al uso de un producto o servicio. Por ello es muy importante que la empresa sea capaz de conseguir la participación del cliente. Es necesario que la empresa tenga un buen conocimiento del mercado, de su estructura y de los nuevos grupos de consumidores, para, a partir de su identificación y de la escucha activa, conseguir mantener e intensificar las relaciones con los clientes actuales, ya que mantener un cliente es 6 o 7 veces más barato que conseguir uno nuevo (Everilion, 2012; Flowtown, 2011). Pero esta tarea no es fácil, y más en unmercado tan competitivo y dinámico como el actual, donde la presión por conseguir ventas a corto plazo es muy alta. El rol que debe desempeñar el vendedor debe ser proactivo y multifuncional, puesto que el objetivo es que el cliente perciba al personal de ventas como un aliado que se preocupa por su futuro, como un consultor que le ayuda a tomar las mejores decisiones a corto, medio y largo plazo. Si la empresa consigue que el cliente perciba a su vendedor o vendedores como un elemento valioso para la consecución de sus resultados, el consumidor adoptará un papel más proactivo y participará en la formulación de los pedidos, en su composición, en el cierre y en cualquier otra acción que le pida la empresa. En la medida en que los resultados sean satisfactorios, además de reforzar su confianza y compromiso con la empresa vendedora, hablará bien de ella, con lo que se reforzará la imagen y posicionamiento y se incrementará el valor de marca en el mercado. Para alcanzar todos estos objetivos es muy importante que la estrategia comunicacional de la empresa se centre en el desarrollo de canales bidireccionales (B2C, B2B) y multidireccionales (WOM, Word of Mouth), con una orientación colaborativa y mediante un esfuerzo continuado. Por tanto, la comunicación debe ser integral, usando tanto herramientas tradicionales como las nuevas del espacio digital (publicidad en Internet, Youtube, blogs, Linkedin, Facebook, Pinterest o Instagram). No debe olvidarse que la mejor publicidad es la que se genera por el efecto WOM, la que hacen por nosotros nuestros clientes satisfechos. De esta forma, puede afirmarse que la tradicional forma de publicidad boca-oreja se reinventa en la era digital, lo que hace necesario su adecuada gestión en lo que algunos autores denominan Word of Mouth Marketing (WOMM). Cuando los clientes satisfechos (o no) comparten sus experiencias, ya no lo hacen sólo en su entorno más cercano, sino que comparten sus vivencias en la web, en las redes sociales y en los blogs. Todas estas facetas, planteamientos y actividades implican que debe existir por parte de la empresa, y del vendedor en particular, un elevado nivel de compromiso con los clientes, para lo cual es necesario que el vendedor sea un buen conocedor de los 49 productos de la empresa, de la competencia, de las aplicaciones, de las estrategias de cliente, de los costes y de las oportunidades. Debe tener además un buen conocimiento de la industria, de la empresa a la que representa y del cliente al que visita y con el que se interrelaciona. Y por último, se exige un buen conocimiento de las relaciones humanas y sociales que le permitan desenvolverse con profesionalidad y de forma natural, educada y agradable. Es evidente que este enfoque supone dedicar más tiempo a cada cliente. La cuestión que se plantea es si todo este esfuerzo relacional es finalmente rentable. Este es un aspecto clave en el enfoque relacional, puesto que aunque todos los clientes merecen que la empresa les dedique tiempo, no todos los clientes merecen el mismo tiempo por parte de la empresa. Las empresas deben clasificar los clientes en base a su importancia (ventas, estratégico, potencial) y establecer el tiempo y recursos relacionales que se van a dedicar a cada grupo. Por tanto, la rentabilidad debe estar presente en la filosofía relacional, ya que el objetivo de una empresa es conseguir beneficios. En definitiva, la venta relacional puede considerarse una estrategia de venta donde el objetivo de la empresa y de su fuerza de ventas es trabajar en la creación de relaciones rentables a largo plazo con los clientes. La venta relacional se basa en la autenticidad, en preocuparse de manera honesta y sincera por las necesidades de los clientes, con el objetivo de conseguir su confianza y compromiso, sin perder de vista la realidad de la empresa, es decir, que no se realicen promesas que después no sean capaces de cumplir. Con estas premisas, se busca obtener un grupo de clientes lo suficiente amplio que sea capaz de generar beneficios a la empresa de una manera proactiva, donde los clientes sean los que realicen los pedidos en base a su confianza en la empresa. 2.2. EL PROCESO DE VENTA RELACIONAL La venta relacional es efectiva cuando se tiene una verdadera vocación de atención al cliente, de modo que los comerciales están realmente implicados en este proceso de forma sincera, natural y honesta. No debe olvidarse que la venta relacional se basa en la construcción de relaciones duraderas con los clientes que conduzcan a las ventas futuras. Por ello, complementariamente al concepto tradicional de calidad, en la literatura en marketing se está hablando en los últimos años de la calidad de la relación, que se refiere a la valoración subjetiva de la misma que hacen las partes. Se han establecido tres indicadores que miden la salud de la calidad de la relación: la satisfacción, la confianza y el compromiso del cliente. Cualquier empresa que quiera pulsar el estado de la calidad de la relación que mantiene con su cartera de clientes deberá medir estos tres indicadores, de la misma manera que ahora está midiendo la calidad percibida. Es importante que esa perspectiva del largo plazo sea realmente asumida y comprendida por la empresa y su personal. El objetivo es crear relaciones de calidad 50 sostenibles y rentables para las partes implicadas, lo que comporta la elaboración de un plan de fidelización. También es relevante que para alcanzar con éxito la satisfacción del cliente la empresa tenga una buena coordinación interna entre sus empleados y los departamentos donde desarrollan sus funciones. Sólo si una empresa tiene una excelente, o al menos buena organización y coordinación interna, puede ofrecer productos y servicios de calidad y ser percibida como tal por sus clientes. Evidentemente, en este proceso el front office, o fuerza de ventas de la empresa en este caso, juega un papel fundamental, por lo que su selección, formación y motivación deben ser los adecuados (Küster y Román, 2006). En el arte de la venta el dinero no es siempre el objetivo, sino el sentirse bien tanto por parte de quien compra como por parte de quien vende. Los pasos o las fases que debe tener un plan de venta relacional son los que se muestran en la figura 2.1, y serán tratados individualmente a continuación. 1. Análisis de situación actual de la empresa La primera fase consiste en analizar internamente la empresa y en determinar cuáles son los puntos fuertes y débiles, y los recursos con los que cuenta, tanto de carácter económico-financiero como materiales, técnicos y humanos. Es importante conocerlos para evitar posibles errores en el establecimiento y desarrollo de las siguientes fases. 51 Figura 2.1. Fases de la venta relacional. 2. Análisis de la cartera de clientes A continuación hay que analizar la cartera de clientes, y determinar cuáles son los más importantes, los que requieren o potencialmente requieren de un tratamiento especial bien por los productos y servicios que consumen, por el volumen de facturación que representan o por su potencialidad futura. La base de datos de la empresa y los programas de CRM ayudarán de manera significativa a analizar y segmentar dichos clientes. Pero también es importante llevar a cabo un análisis cualitativo, para lo cual la fuerza de ventas juega un papel fundamental, ya que son los que mejor conocimiento tienen de la situación real de los clientes. En los mercados industriales la importancia de los comerciales aún es mayor, puesto que el número de clientes es menor y las relaciones son más estrechas, por lo que su valoración es muy valiosa. Las nuevas tecnologías de la información permiten que las empresas tengan potentes herramientas para analizar su base de datos de clientes. Pero además hoy en día es muy fácil conseguir información sobre cualquier agente, puesto que internet y las redes sociales ofrecen datos valiosos sobre ellos. Por tanto, en esta fase, junto con el análisis estadístico de la cartera de 52 clientes yal análisis cualitativo del personal de venta, también han que estudiar la información externa disponible, así como el mercado en general para poder captar tendencias, nuevos usos o costumbres, o cualquier cambio o circunstancia que pueda afectar o pueda servir para mejorar la relación con el cliente. 3. Selección de su público objetivo La tercera fase es determinar cuál es el público objetivo al que la empresa quiere dirigirse. Aquí pueden concurrir dos situaciones. Por coherencia con lo indicado hasta ahora, la mayoría de acciones irán destinadas a su cartera de clientes, pero también es lógico que la empresa se plantee obtener o conseguir nuevos clientes. En este último caso, previamente cabe analizar el mercado. Para los clientes ya existentes habrá que determinar cuáles van a ser los beneficiarios de las acciones de venta relacional. Es importante determinar este target y empezar por unos pocos clientes (los clientes A, por ejemplo), y poco a poco extender dicha estrategia relacional a todos aquellos clientes actuales y potenciales que se considera que reúnen las características necesarias para ello. Los proyectos piloto ayudan a la empresa a generar autoconfianza en el proceso y a transmitirla a su vez a sus clientes, base de la satisfacción y la fidelidad. 4. Objetivos del plan de ventas relacional Una vez determinado el público al que la empresa va a dirigirse, será preciso fijar los objetivos o metas que la empresa pretende lograr sobre éste. Estos objetivos deberán ser precisos y cuantificables, así como realistas (alcanzables en función de los condicionantes externos y de los recursos y capacidades poseídas internamente por la empresa). Estos objetivos, además, resultarán fundamentales en la labor de monitorización del plan, pues facilitarán las variables sobre las que realizar el control de los resultados obtenidos. 5. Estrategias y plan de acciones a realizar Una vez fijados los objetivos, se establecen las estrategias de contacto a llevar a cabo. En esta fase la empresa debe determinar cómo va a establecer el contacto con el público objetivo y quién lo va a ofrecer. Es importante decidir tanto la forma como desea acercarse y establecer la escucha activa con el cliente, como quién debe realizar ese trabajo, ya que si entre las personas que participan en esta fase se puede obtener una mayor afinidad, es posible que los resultados sean más positivos. En esta fase también deben resolverse cuestiones como: ¿qué ofrece la empresa a sus clientes?, ¿cómo va a ofrecer o plantear la relación la empresa a los prospectos y clientes?, ¿quién lo va a 53 ofrecer y quién va realizar el seguimiento?, ¿qué reacción quiere provocar en dicho público?, ¿por qué el destinatario ha de responder favorablemente?, ¿en qué tipos de vínculos se va a sustentar la relación con los clientes? Y, por último, ¿cómo se va a dotar a la relación de contenidos de valor? Por ejemplo, para acercarse a los clientes o prospectos (potenciales clientes), la empresa y su fuerza de ventas pueden apoyarse en las tecnologías de la comunicación, como son el email o las plataformas de mensajería móvil como SMS, WhatsApp o Telegram. De esta forma, de acuerdo a los resultados de un estudio de Forrester Research, el email marketing es un medio idóneo para acciones de marketing B2C o B2B, eso sí, enviando siempre información que sea interesante para el interlocutor. Las campañas de email innovadoras permiten obtener tasas de apertura superiores al 20%. Para el caso de los SMS, las tasas de apertura son aproximadamente 4 veces superiores al email, y habrá situaciones en que sea la herramienta más eficaz. Por tanto, con el aumento de la popularidad de los smartphones y tablets es conveniente que cualquier iniciativa de acercamiento al cliente esté adaptada a estos dispositivos. 6. Presupuesto de las acciones a realizar Las siguientes fases son menos costosas en contenido. Evidentemente, una vez haya decidido a quién debe dirigirse la empresa, cómo debe acercarse y desplegar todo su contenido de valor, habrá que presupuestar todas estas acciones. Esta debería ser la secuencia lógica, aunque no siempre es la habitual, ya que con demasiada frecuencia el presupuesto aparece al principio de este proceso de venta relacional y, por tanto, limita sus contenidos. 7. Cronograma de aplicación de las acciones Posteriormente cabe establecer el cuándo, es decir, el cronograma de aplicación de estos contenidos y acciones a lo largo del tiempo. 8. Monitorización de las acciones de ventas Por último, se determinarán las tareas de monitorización de las mismas y los responsables en cada una de ellas. De nuevo las herramientas digitales pueden jugar un importante papel en este sentido. El seguimiento con herramientas adecuadas permite medir los resultados de las acciones comerciales de manera precisa y, si es necesario, corregir las existentes o ayudar a diseñar nuevas acciones comerciales o de marketing directo integradas. En definitiva, el proceso de venta relacional es un proceso complejo que debe estar 54 enmarcado dentro del plan de marketing de la empresa, y que a su vez debe estar integrado dentro del plan estratégico. Sólo desde una concepción holística, de comprensión de negocio, donde se focalice al cliente como el centro de atención de las actividades de la empresa, puede concebirse un plan de estas características, y que además pueda tener visos de éxito. 2.3. EL EQUIPO DE VENTAS RELACIONAL Una vez determinadas las distintas etapas que integran el plan de ventas relacional, cabe preguntarse quién se va a encargar de su diseño y de su puesta en escena. Una rápida ojeada al mercado en general nos permite observar que el sector comercial ha experimentado en los últimos años muchos cambios, debido a la aparición de nuevos modelos de venta, la aplicación de los avances en las nuevas tecnologías de comunicación y de la información, la situación económica o la creciente competencia entre las empresas. Esto ha supuesto que las empresas hayan tenido que adaptarse a esta nueva realidad para que sus productos o servicios puedan llegar de la mejor manera a su público objetivo y a la sociedad en general, y atraer así a los clientes. Diversificar y complementar la figura del vendedor para dar más fuerza a la acción comercial es una de las estrategias por las que cada vez apuestan más las empresas. Se busca apoyar de una forma plausible la tarea del vendedor, integrando sus acciones dentro de una estrategia relacional definida, en la que intervengan distintos sujetos que adoptarán diferentes roles y funciones que permitan mejorar las cifras de ventas de la empresa, y consecuentemente sus beneficios y resultados. Una de las figuras que está ganando peso en los últimos años es la figura del analista y dinamizador de ventas, cuya función no es la de vender, sino la de favorecer las ventas. Su principal cometido es el estudio y la realización de informes, el análisis de contenidos, la captación de nuevas tendencias, detectar los productos y servicios que funcionan en una campaña o en un mercado, así como apoyar, activar y estimular las ventas de la empresa, tanto en su entorno offline como online. Este especialista debe ser capaz de aportar ideas con valor para los comerciales de la empresa y de ayudar a diseñar espacios de venta más agradables y que favorezcan la generación de experiencias positivas para los clientes. También debe intentar favorecer la proactividad del personal de ventas, ayudarle a tomar decisiones y, en ocasiones, a cerrar las ventas. Al final de cada campaña deben realizar un análisis de los aspectos positivos y negativos de la misma (análisis de los puntos fuertes y débiles) de tal forma que puedan obtener información valiosa que sirva para planificar y obtener mejores resultados en futuras campañas y para tomar medidas correctoras en la actual. Aunque su función principal no son las ventas, sí que resultan importantes en el proceso de ventas relacional por su inestimable tarea de apoyo. 55 Otra de las figuras queha aparecido en el modelo de venta relacional es el diseñador de la campaña y promotor de ventas. Aunque su presencia hasta ahora no ha sido tan frecuente como la del analista de ventas, lo cierto es que en los últimos tiempos se ha hecho más necesario dentro de los equipos de venta, dada la importancia de sus funciones. A diferencia del analista, éste no actúa desde la perspectiva interna de la empresa, sino que establece contacto con el cliente bien por iniciativa propia o por la del cliente, y lo que busca es facilitar su proceso de decisión de compra final. Ayuda a resolver sus dudas, le ofrece información valiosa y le conduce en el proceso de elección final de los productos y servicios que ofrece la empresa y que se adecuan mejor a sus necesidades. Debe desarrollar una tarea de escucha activa muy importante para que sus resultados puedan ser positivos. Además de las tareas indicadas, se encarga, junto con el director de ventas y de marketing, del diseño de las campañas, donde puede asumir la organización de actividades de promoción más tradicionales, como son la distribución de cupones de descuento, muestreo de artículos y todo lo que se refiere a la fase de diseño de la campaña, con el objetivo de aumentar la visibilidad de un producto y generar tráfico hacia las tiendas en los espacios físicos o hacia la tienda online en la web en los espacios virtuales. Como en el caso anterior, también puede facilitar el cierre de una venta, aunque en este caso, dada su mayor cercanía y contacto con el cliente, tiene capacidad propia para cerrarla por sí mismo. Como se ha comentado anteriormente, dada la importancia de todas estas funciones, esta figura va ganando peso y protagonismo en las empresas y en el mercado, reconociéndose cada vez más su valía. Dentro de este equipo destaca el vendedor, agente comercial o comercial de zona, cuya presencia dota de protagonismo a la empresa en el mercado y en la mente de los clientes. Su función de escucha y observación activa proporciona a la empresa información relevante que le permite estar actualizada respecto al dinamismo del mercado o de los mercados en los que trabaja. Hoy en día los vendedores disponen de medios técnicos que les permiten desempeñar sus funciones de una forma más eficiente. Con la colaboración de estas herramientas y el trabajo y apoyo del analista de ventas y del promotor de ventas, los vendedores pueden tomar las decisiones en los momentos oportunos, siempre y cuando exista coordinación dentro del equipo. Es importante que en sus funciones, además de un excelente conocimiento del producto y servicios que ofrece, se fomente tener un buen conocimiento de las necesidades de los clientes, de tal forma que sea capaz de ofrecerles aquello que realmente necesiten, y así sean capaces de generar e impulsar relaciones de valor entre ambas partes. Esta orientación hacia el cliente, hacia las personas en definitiva, es trascendental y debe formar parte del ADN comercial del vendedor para que los buenos resultados le acompañen. También para aquellos casos en los que la empresa lo necesite, por el volumen de sus negocios o la importancia de sus clientes, está la figura del gestor de cuentas clave, o como se denomina en inglés key account manager. Esta figura está especializada en la gestión de las cuentas de los grandes clientes. Es evidente que en los mercados cada vez 56 más competitivos y globalizados en los que las empresas desempeñan su trabajo, cuidar de los clientes más relevantes se ha convertido en un factor crítico de éxito para las empresas. Y en algunos casos incluso en una necesidad para su supervivencia. Los grandes clientes suponen generalmente una fuente de ingresos muy importante para las empresas, por lo que éstas están obligadas a prestarles una atención especial que permita mantener y mejorar sus lazos con ellos. En este proceso de mejora continua de las relaciones, la figura del gestor de cuentas clave juega un peso cada vez más relevante en los equipos de ventas relacionales. Su conocimiento del mercado, de los clientes, de la competencia y de los factores del entorno que pueden alterar la situación actual son aspectos clave del éxito de esas relaciones, de la satisfacción de los clientes y, en consecuencia, de la rentabilidad de la empresa para la que trabajan. Su visión debe abarcar todo el mercado en el que se encuentra su cliente clave y además debe supervisar todo el proceso de venta, mimando en todo momento la relación con el cliente, consiguiendo con ello revalorizar la imagen y reputación de la empresa en el mercado, y preservando la continuidad de dicha relación en el futuro. Junto con estas dos últimas figuras, y en aquellos casos en que las circunstancias y los mercados lo dispongan, está la figura del comercial de mesa, comercial administrativo o asistente de ventas. Es la persona que tiene contacto directo con uno o varios de los comerciales que suelen viajar y visitar a los clientes. Su tarea es de apoyo a la tarea de ventas, de recepción del pedido, de gestionar su preparación y envío en las condiciones establecidas y de servir de apoyo permanente al comercial o comerciales con los que trabaja estrechamente. También puede atender directamente al cliente y, si se da el caso, y con la supervisión del vendedor o del director de ventas, cerrar una venta. Por último, no puede olvidarse la figura del director comercial o director de ventas, que se encarga de planificar, supervisar y gestionar todas las acciones de venta que desarrolla la empresa. Está al frente del departamento comercial de la empresa y debe ser un buen motivador de sus vendedores y un buen estratega, tener capacidad de asumir responsabilidades y trabajar bajo presión, buen conocedor de la empresa en la que trabaja, de sus productos y servicios, de técnicas comerciales centradas en la obtención de la satisfacción del cliente, así como capacidad de trabajar de forma continua y coordinada con otras personas o departamentos de la empresa. La integración de todas estas figuras en un equipo de ventas relacional implica que deben compartir valores, principios, visiones y objetivos. La filosofía del marketing de relaciones tiene que estar impregnada en cada uno de ellos, de tal manera que todos pongan al cliente en el centro de sus pensamientos, ideas y decisiones. Todos deben formar un equipo profesional de ventas, pero sobre todo un equipo humano, donde las personas sean lo más importante, donde se trabaje de forma unida y coordinada, y donde el adecuado conocimiento de los productos y servicios que se ofrecen debe conjugarse con un excelente conocimiento y trato de las relaciones comerciales y humanas. La buena reputación comercial es la base para la supervivencia de la empresa en el largo 57 plazo, y se basa en el trato adecuado de las relaciones con las personas, ya sean empleados, clientes o el mercado y la sociedad en general. La imagen de marca se verá reforzada si la relación con el entorno es adecuada y se corresponde con la actitud y comportamiento esperado. Por eso, el diálogo y la interacción con el público objetivo se convierten en aspectos esenciales que deben ser tenidos en cuenta por todos los actores del proceso de venta. En la figura 2.2 aparece una representación de todas estas figuras, en donde los vendedores A y B comparten el mismo asistente de ventas, al igual que ocurre con los vendedores C y D. Puede darse el caso de que un mismo asistente de ventas pueda ser compartido por varios vendedores, o por el contrario esté dedicado en exclusiva a un único vendedor, como ocurre en el caso de los vendedores de clientes clave. Todo depende de la carga de trabajo de cada vendedor y de la carga de trabajo del asistente de ventas. Figura 2.2. Organización funcional del equipo de ventas relacional. 2.4. LA RELACIÓN ENTRE EL EQUIPO DE VENTAS Y SUS CLIENTES 58 El equipo de ventas representa el nexo de unión entre la empresa y el mercado y sus consumidores. La fuerza de ventas es uno de los pilares fundamentales en los que el marketingdeposita muchas de sus iniciativas y esperanzas para obtener resultados positivos, dado el importante papel de interacción que desempeña el vendedor con el cliente. Desde esa posición, tiene plena capacidad para detectar sus necesidades, y a la vez actúa como los ojos y los oídos de la empresa en el mercado y se convierte en la imagen percibida por el cliente. Lo que el vendedor transmite a nivel verbal con su mensaje, y a nivel no verbal con su imagen, con sus gestos y sus actitudes, será lo que finalmente el cliente tome como representación de su empresa. Es importante tener en cuenta este factor, ya que desde el punto de vista de los clientes, cualquier error o acción negativa que lleve a cabo alguno de sus vendedores puede tener consecuencias mucho más perniciosas para la empresa. Y si se tiene en cuenta el efecto amplificador de las redes sociales entre los clientes o entre sus entornos más inmediatos, las consecuencias pueden ser muy negativas. Desde esta perspectiva, es importante contar con una fuerza de ventas profesionalizada, centrada en el cliente, que sea consciente de la importancia de su trabajo y de las consecuencias de desempeñar dichas tareas de forma adecuada o, por el contrario, de lo peligroso de no hacerlo. En todo este proceso de interacción con el cliente, tan importante es la tarea del vendedor, del planificador de campañas, del analista de ventas o del asistente de ventas, como la de la dirección comercial. La adecuada integración de todas estas figuras permite ofrecer la mejor versión de la empresa en el mercado. La adecuada preparación del contacto con el cliente, el saber utilizar las técnicas de escucha activa, el atender adecuadamente al cliente y el preocuparse de manera honesta y sincera por sus necesidades, son el preludio de la obtención de resultados positivos, de la generación de imagen positiva de la empresa y de mejorar su reputación en el mercado. Por el contrario, si el equipo de ventas relacional o la fuerza del ventas está descoordinada o mal formada, y no sabe tratar adecuadamente a sus clientes, la imagen que transmitirá la empresa será negativa, con lo que posiblemente los clientes no compren y además pueden llegar a hablar mal de la empresa, lo que puede llegar a afectar no sólo a las ventas actuales, sino a las ventas futuras por el efecto WOM negativo consecuente. La existencia de mercados cada vez más competitivos y globalizados requiere que los equipos de ventas, sus directores comerciales, vendedores y promotores comerciales sepan asesorar, sepan analizar adecuadamente a sus potenciales clientes, sepan escucharles y sean capaces de detectar sus necesidades, y a partir de ahí que aporten soluciones reales y creíbles a sus clientes. Es importante en todo este proceso de venta relacional que prevalezca la perspectiva del largo plazo. Los vendedores de la empresa deben estar comprometidos con ella, para lo cual es importante que estén formados y compartan e interioricen los valores de la empresa. Por su parte, el adecuado conocimiento entre clientes y vendedores aporta 59 estabilidad a las relaciones, de tal forma que la empresa que consigue desarrollar una conducta leal por parte de sus clientes puede cargar un sobreprecio por la confianza del cliente en su servicio (Reichheld y Sasser, 1990). Los clientes duraderos todavía proporcionan otros beneficios indirectos a la empresa, debido a que se convierten en sus promotores externos. Desde la perspectiva del cliente, los principales beneficios que obtienen éstos de aquellas empresas que aplican una orientación de marketing relacional son la obtención de un mayor valor añadido, una mejor calidad de servicio basada en un trato personalizado, una disminución de los costes de transacción y un incremento de su satisfacción (Claycomb y Martin, 2002). Para poder conseguir estos resultados positivos, algunas de las acciones que pueden desarrollar las empresas a través de sus equipos de ventas pueden ser: — Integrar a los clientes actuales en la empresa, y hacerles sentir que forman parte de la empresa (al menos con los clientes más relevantes). Es importante contar con los clientes actuales para las acciones comerciales y promocionales que tiene pensado desarrollar la empresa. Tanto si se habla de acciones pensadas para el mercado de retail —como serían acciones de cuponing, sorteos, envíos de muestras de nuevos productos— como si se trata de acciones destinadas a los mercados B2B (descuentos o promociones especiales por volumen, envío de muestras o material promocional de nuevos productos, entre otras acciones), lo importante es contar con los clientes actuales, en lugar de centrarse en intentar captar nuevos clientes. Si se analizan las campañas promocionales realizadas en los últimos diez años puede observarse cómo la gran mayoría están centradas en captar nuevos clientes en lugar de reforzar y mejorar las relaciones con los existentes. Parece bastante obvio que será más fácil captar la atención de un cliente que ya te ha comprado que la de aquel o aquellos que nunca lo han hecho y que no conocen a la empresa. La sabiduría popular dice que para recoger primero hay que sembrar, y ésta es la máxima que debe aplicarse en la venta relacional, donde se debe tratar al cliente como te gustaría que te tratasen a ti. En relación con esta acción es importante que la empresa cuente con las opiniones de sus clientes, al menos de los más relevantes. Pero no sólo debe contar con ellas, sino que además debe ser capaz de darles algún retorno en el que se demuestre la importancia de sus aportaciones. Los prosumers1 han llegado para quedarse, y como tal deben ser tenidos en cuenta. Uno de los factores que demuestran la importancia de esta medida es el hecho de que los clientes de una empresa son los que mejor la conocen, los que están más capacitados en base a su experiencia de valorar los productos y servicios que ofrece la empresa. No contar con su opinión es actuar de espaldas al mercado. Una visita, una llamada telefónica, un correo electrónico o el uso de las redes sociales pueden ser unos buenos medios para recabar dichas opiniones con el objetivo de detectar posibles 60 errores, descubrir nuevas oportunidades de mejora o afianzar decisiones ya tomadas. — Otra acción a considerar es intentar conseguir ser un referente para el cliente en términos de calidad, innovación, moda o nuevas tendencias. Se trata de conjugar la realidad con la comunicación eficaz. Las marcas deben diferenciarse de los productos y servicios low-cost, y para ello sólo les queda apostar decididamente por la innovación. Llegar a posicionar la empresa, a través de su equipo de ventas, como la empresa a la que se puede acudir sin ningún género de duda para plantear cualquier problema o sugerencia, es una acción que permite generar vínculos estructurales y sociales potentes con el cliente, pero sobre todo con su personal, lo que crea los lazos emocionales necesarios para la generación de confianza y compromiso entre las partes. Para poder conseguir esto es necesario que la empresa esté perfectamente actualizada en su funcionamiento y conocimiento, y pueda aportar argumentos y contenidos de calidad. Para ayudar a visualizarlos mejor la empresa puede apoyarse en las redes sociales, creando periódicamente posts y vídeos con los principales problemas que suelen tener sus clientes, o creando un apartado de dudas frecuentes en su web, relacionado con el uso de sus productos. — Derivada de las acciones anteriores, otra de las acciones a potenciar es la capacidad que tiene la empresa de poder personalizar el trato y el servicio al cliente. El conocimiento del cliente por parte del vendedor a través del ejercicio de escucha activa debe permitir a la empresa ofrecer un servicio personalizado al cliente, dentro de los márgenes de rentabilidad estipulados, y donde se entienda que el producto o servicio ofrecido sea de valor para el cliente. Las bases de datos y los programas de CRM de la empresa deben permitir que cualquier persona del equipode ventas pueda dirigirse a un cliente de la empresa por su nombre y apellidos. En base al histórico de ventas y a las consultas realizadas, el equipo de venta debe ser capaz de crear información proactiva, de enviar comunicaciones personalizadas a sus clientes a través de distintos medios off y online. A medida que se incrementa la interactividad del cliente con la empresa aumenta el nivel de conocimiento y comprensión por ambas partes, y se incrementa la propensión a colaborar o a compartir información cuando se requiera. — Por último, la empresa debe facilitar la interacción con el cliente. Para ello es importante habilitar los medios y canales necesarios para que al cliente no le resulte complicado y se sienta cómodo cuando desee ponerse en contacto con la empresa. Habilitar canales online (redes sociales, de email, web de la empresa, blogs) y offline (teléfono, visita a clientes) y las personas necesarias para gestionarlos adecuadamente es fundamental para conseguir resultados positivos que se traduzcan en reforzar la imagen de marca y conseguir la formalización de ventas. Generalmente, los clientes demandan la asistencia de las marcas durante 61 todas las fases del proceso de compra, por lo que aquellas que estén realmente capacitadas para actuar en tiempo y forma serán quienes consigan cultivar clientes satisfechos. En este sentido, el caso del showroomer es un buen ejemplo de que la tradicional influencia de la tienda convencional está perdiendo peso en los últimos años frente a aquellos clientes que se encuentran a gusto con las nuevas tecnologías de la información y además les gusta usar múltiples canales para sus compras. El showroomer (persona que acude a las tiendas convencionales para investigar y luego hacer la compra online) es un tipo de cliente que, aunque todavía no es muy numeroso (un 6% en España según el estudio de IBM «De las transacciones a las relaciones» de 2013), está creciendo en los últimos años, a la par que su poder de influencia sobre el resto. Como parece evidente a tenor de todo lo indicado hasta ahora, la adecuada atención al cliente es un factor clave para conseguir la fidelización de los clientes y, con ello, conseguir mejorar las ventas. Por tanto, la empresa y su equipo de ventas relacional deben aprovechar cualquier oportunidad para demostrar a sus clientes que están ahí y que pueden contar con ellos, y utilizar el feedback como vía para conocerles mejor y avanzar en la relación. En definitiva, conquistar al cliente es cuestión, en primer lugar, de saberlo valorar adecuadamente, y de ser conscientes del importante papel que desempeña para la empresa. A continuación es necesario diseñar una estrategia dirigida a estar cerca del cliente para cuando nos necesite. Por último hay que ejecutarla. Por tanto, se puede concluir que es esencial una comprensión más profunda del impacto de las tácticas de marketing de relaciones para la retención del cliente, así como para su adquisición. Aunque todas las actividades de comercialización son potencialmente útiles para la construcción de la lealtad del cliente, algunas tácticas ejercen más influencia que otras. El papel del vendedor dentro del equipo de ventas es importante en este contexto relacional, donde debe desarrollar un papel eminentemente activo y claramente orientado a sus clientes, sin olvidar la realidad de la empresa a la que representa. De esta forma, entre las acciones a llevar a cabo por el vendedor para propiciar el desarrollo de la venta relacional cabe destacar: — La intensificación y ampliación de las relaciones con los clientes actuales. — Trasladar y comunicar a la empresa cuáles son las necesidades de los clientes. — Buscar la interconexión, la asociación o integración del cliente en la propia actividad comercial y productiva de la empresa. — Aprender del cliente y buscar que él aprenda de la empresa para evitar posibles malinterpretaciones o situaciones incómodas en el futuro. En este proceso de integración con el cliente la responsabilidad no es únicamente del vendedor, sino que el resto de integrantes del equipo de ventas relacional desempeñan un 62 papel muy importante, especialmente la dirección de ventas, quien debe: — Dotar de la estructura organizativa adecuada al departamento comercial y que esté adecuadamente integrado dentro de la estructura de la empresa, para que la fuerza de ventas pueda ofrecer los mejores servicios y obtener los resultados esperados. — Diseñar un sistema de retribuciones adecuado para satisfacer los objetivos de generar experiencias positivas, elevados niveles de calidad percibida y clientes satisfechos y leales. — Ser capaz de crear relaciones reales, creíbles y beneficiosas para todas las partes implicadas en este contexto relacional. Por último, sobre la idoneidad de aplicar este enfoque relacional debe distinguirse entre el propio concepto y la adecuación a la realidad. Es decir, como filosofía empresarial, su aplicación debe ser permanente en la relación de una empresa con los clientes. No obstante, el hecho de que posiblemente la empresa cuente con recursos limitados hace que deba seleccionar a qué grupos de clientes van a realizar sus acciones relacionales. Para ello habrá que seleccionar a los clientes más rentables, que son aquellos que a lo largo del tiempo aportan ingresos que superan los costes. También cabe considerar en este apartado a aquellos clientes que, si bien no tienen un volumen de facturación destacado, sin embargo son muy buenos informando sobre nuevas tendencias, usos, cambios en los mercados, de la competencia, etc. En este caso el valor es cualitativo y se fundamenta en el intangible del conocimiento y no en el tangible de las ventas. La importancia de la información aportada debería considerarse como un elemento estratégico que lleva a la empresa a elegir a este tipo de cliente entre el grupo de preferentes. La utilización de bases de datos relacionales y programas de gestión de relaciones con clientes CRM puede ayudar a llevar a cabo estas acciones. 2.5. NUEVAS TENDENCIAS EN LA VENTA RELACIONAL Desde una perspectiva relacional, las nuevas tecnologías de la información han ayudado a evolucionar y revolucionar las relaciones entre empresa y cliente. Si la llegada de internet ha supuesto la disrupción tecnológica más importante en el siglo XX, posteriormente la web 2.0 ha permitido digitalizar los mercados, lo que ha provocado que estén más fragmentados y dispersos. Además, ha permitido que los clientes dispongan cada vez de más información a su alcance, lo que obliga a cambiar la forma de relacionarse con ellos. Entre las nuevas tendencias del marketing relacional destacamos las siguientes: — La empresa debe centrarse de forma honesta y creíble en el cliente. La fuerza de ventas debe conseguir que sus clientes tomen parte activa y se sientan integrados 63 con la marca. Deberán ser capaces de crear y desarrollar acciones atractivas, de crear oportunidades para que interactúen por iniciativa propia y de diseñar un espacio agradable en torno a la marca, un punto de encuentro, abierto a la conversación y libre expresión. Los clientes necesitan sentir que son importantes para la empresa. Por eso valoran que la empresa cuide la relación y trabaje para mantener su fidelidad. Al mismo tiempo, se muestran intransigentes cuando la empresa comete algún fallo, o necesitan su ayuda, exigiendo una atención personalizada, ágil y efectiva. Para todo ello, las empresas deberán de anteponer la «p» de «people» por delante del resto de herramientas tradicionales de marketing, tal y como aparece reflejado en la figura 2.3. De esta forma, si trasladamos esta perspectiva al contexto del marketing mix actualizado de Kotler y Keller (2012), la p de «people» ocupará el centro de atención y sobre ella descansarán las decisiones de producto, servicio, precio, distribución y comunicación. Junto a las tradicionales herramientas del marketing mix, Kotler y Keller (2012) plantean la necesidad de incorporar el diseño de los procesos, que permitiráaportar creatividad, innovación, estructura y coherencia al marketing y mejorar las relaciones a largo plazo. La empresa debe diseñar programas online y offline que permitan estructurar y guiar sus actividades en su relación con los clientes, empleados y todos los públicos con los que interactúa, todo ello teniendo muy presente a los resultados o performance que, de acuerdo a la perspectiva holística del marketing, deberán recoger logros de carácter financiero y no financiero (facturación, imagen, reputación de marca, satisfacción del cliente, responsabilidad social, ética, legal y comunitaria). Las marcas y las empresas deben apostar por crear relaciones duraderas y emocionales con las personas. Esa vinculación o engagement será uno de los aspectos clave de la publicidad y el marketing en los próximos años. 64 FUENTE: Elaboración propia a partir de Kotler y Keller (2012). Figura 2.3. Mix del marketing de relaciones. — Siguiendo esta tendencia, las empresas deben redefinir su cultura de ventas incorporando ratios de medida monetarios y no monetarios a sus cuadros de mando (García Boadilla, 2012). Los indicadores de carácter intangible, como la satisfacción, los niveles de lealtad y la capacidad de disfrute o componente hedónico del cliente, van adquiriendo una importancia creciente en la evaluación del desempeño del equipo de ventas relacional. De esta forma, junto a las tradicionales ratios de número de unidades vendidas, número de pedidos por mes, semestre o año, se añadirán ratios como: • Número de visitas o frecuencia de visitas mensual, semestral o anual en función del producto y tipo de cliente. • Grado de satisfacción, confianza y compromiso del cliente, y ratio de permanencia y de abandono de clientes, que miden la calidad de la relación. • Referencias cruzadas de productos que consume cada cliente. • Inputs que aporta el cliente, no sólo en términos de ventas, sino en relación al tipo de información que aporta a la empresa, calidad de la misma y cambios generados a partir de dicha información: nivel de implicación del cliente con la empresa, sus marcas y productos. • Número de referencias nuevas que adquiere cada cliente a lo largo del año. • Análisis del ciclo de vida del cliente en la empresa. 65 • Nivel, espacio y calidad de exposición de los productos de la empresa en el punto de venta del cliente: porcentaje o espacio que ocupan los productos de la empresa dentro del espacio de un cliente con respecto al resto y evolución de este porcentaje a lo largo del ciclo de vida del cliente. • Tipo de promociones demandado por el cliente y nivel de inversión promocional con el cliente. • Tipo de experiencias en las que ha participado el cliente, tipo de respuesta obtenida y satisfacción con ellas. • Quejas, incidencias y reclamaciones hechas por cada cliente: qué es lo que reclama, cuando y por qué; cuántas quejas hace; ratio de problemas solucionados, tiempo medio que se tarda en solucionarlo y calidad percibida del cliente tras la solución, y tipo de mejora implantado en el proceso o programa como consecuencia del aprendizaje en la resolución de la queja. • Número de personas de contacto con la empresa cliente, nombre y apellidos de cada una de ellas, cargo que ocupan, relevancia del cargo, nivel de influencia de cada una de ellas en la empresa, así como gustos y aficiones de cada una de ellas. • Tipo de canal o medio preferido por el cliente para interactuar con la empresa. — Potenciar la escucha activa del cliente a través de todos los medios online y offline posibles, ya que además de poder conocer mejor qué es lo que quiere el cliente, aportarán a la empresa nuevas ideas que les permitirán conseguir mejores productos y servicios y mejorar sus resultados económicos y reputacionales. Las relaciones sólo se mantendrán si son percibidas como útiles y vivas por ambas partes. Desde el punto de vista del cliente, junto a las consabidas utilidades de lugar, espacio y tiempo, además deberán aportar nuevos contenidos que permitan informar, educar, divertirse y emocionarse. — Apostar por la interacción del mundo online y offline antes, durante y después de todo el proceso de compra. Buscar que las experiencias físicas se complementen y se amplifiquen online, y que el conocimiento online se mejore y clarifique offline. El comprador ROPO (Research online y compra offline y viceversa) o Showroomer, y las estrategias SOLOMO (combinar lo social con lo local y la tecnología móvil), al igual que la tecnología digital, han llegado para quedarse. La empresa debe que saber jugar, experimentar y sacarles los mejores resultados en este nuevo escenario. Las acciones de Street marketing o de marketing de guerrilla pueden verse complementadas y amplificadas de forma importante con la digitalización de las mismas en las redes sociales. Otro buen ejemplo son las aplicaciones para smartphones y tablets que permiten acciones de interacción y monitorización con los leads y clientes antes impensables. Un buen ejemplo es la app mytaxi, que ha permitido llevar a los taxistas del mundo offline al online, 66 convirtiendo al Smartphone en su principal herramienta de trabajo, lo que ha cambiado la forma de comunicarse con sus clientes. En 2014 tenían en España, entre Madrid y Barcelona, más de 4.000 taxis activos (aproximadamente el 15% del mercado, teniendo en cuenta que para formar parte de mytaxi los vehículos no pueden tener más de 5 años de antigüedad), y a nivel mundial en apenas poco más de 2 años tiene ya más de 10 millones de descargas y 45.000 taxistas conectados entre todas las ciudades en las que está presente. Asimismo, más del 60% de sus usuarios pagan ya a través del móvil. — En esta misma línea, los distintos canales de ventas se unirán y las empresas pasarán a ser omnicanal. El concepto omnicanal es un concepto de comercio integral, de comercio 360º, donde los comercios minoristas pueden llegar a los consumidores a través de distintos medios y canales, tanto desde sus establecimientos físicos (brick and mortar), como a través de tiendas online, aplicaciones móviles, programas de vales de descuentos, plataformas de comercio electrónico de terceros, redes sociales, venta por catálogo o también a través de centros de atención telefónica. Recientemente se han publicado dos recientes estudios elaborados por dos importantes multinacionales (IBM, 2013, y Deloitte, 2014). Para IBM2, para que las empresas consigan que los consumidores compren sus productos deberán crear experiencias positivas a partir de las diferentes fuentes de información disponibles para sus clientes. Para Deloitte3, los canales de venta online o los teléfonos móviles permiten mejorar la comunicación con compradores o potenciales compradores, que en un entorno offline no llegarían a comprar, bien por falta de stock en una tienda física o por tener que esperar haciendo cola para comprar o pagar. Dicho estudio señala que los ingresos generados por la venta online en los sectores Moda y Decoración en Europa no sólo no conllevan un descenso en la facturación a pie de calle, sino que tienen un efecto positivo sobre la misma, dado que la complementan. El motivo de este fenómeno es que en el entorno tecnológico actual los consumidores tienden cada vez más a utilizar una combinación de varios canales a lo largo del proceso de compra. Por tanto, si las empresas desean hacer frente a este nuevo entorno, sus equipos de ventas relacionales deberán ser expertos en esta nueva forma de vender, ser muy buenos conocedores del producto y la marca que venden, de la empresa que representan, y de los clientes a los que se dirigen, y por último deberán ser buenos conocedores de la tecnología que les permita acercarles a ellos. — Las empresas deben mejorar la vigilancia de lo que ocurre en el mercado y las acciones de patrocinio. Las asociaciones con institutos tecnológicos, con observatorios de tendencias o con empresas especializadas en este campo, se incrementarán de forma notable en los próximos años. La vigilancia tecnológica dejará deser una tendencia para pasar a ser una actividad cotidiana de la empresa, a convertirse en un «must». La proactividad requerirá estar más atento a lo que 67 dicen las redes sociales de la empresa y de sus vendedores. El vendedor relacional tendrá que adoptar un papel más proactivo, que le permitirá vertebrar y dinamizar la relación con el cliente. Saber comunicar, escuchar, mimar, atender, compartir y conversar con la frecuencia deseada por el cliente serán requisitos ineludibles para el equipo de ventas en la creación de experiencias relacionales positivas. En este sentido, las acciones de patrocinio se incrementarán por la propia demanda de los clientes. El patrocinio sirve para conectar con el cliente a través de actividades que son de su interés, y además es un potente medio de promoción de la imagen de la empresa patrocinadora que permite una segmentación eficaz de su público y es fácilmente aplicable a blogs y otros medios online, como pueden ser plataformas de e-learning con cursos especializados. Por tanto, su uso se incrementará en los próximos años. — Las relaciones B2B, B2C, C2C se socializarán aún más. Según datos de Forrester Research, más de dos terceras partes de la información que manejan los usuarios y consumidores para informarse de un producto o servicio no procede de las empresas fabricantes o distribuidoras del mismo, sino de los propios usuarios. El V Estudio de uso de las Redes Sociales publicado por IAB Spain y Elogia en abril de 2014 señala que el 47% de los usuarios de internet usa las redes sociales para buscar opiniones de otros usuarios respecto a productos/servicios en los que están interesados. Este dato ayuda a entender que las empresas deberán cambiar la forma de interrelacionarse con sus clientes y con el mercado en general, y deberán ser más proactivas para conseguir socializar la experiencia de uso del producto. — La empresa y sus marcas deberán ser capaces de crear WOM positivo, establecer estrategias y desarrollar acciones de marketing de boca-oreja (WOMM). Esto implicará adoptar una visión integral de 360º de la empresa y pasar a entender a su público objetivo como a una comunidad donde no se contratan espacios, sino que se gana la atención de las personas. En este nuevo espacio las personas son las protagonistas, las que deciden qué preguntar, cuándo, cómo y desde dónde, y al final, si quieren, deciden comprar. Pero sobre todo la empresa deberá colocar a las personas en el centro de todo el proceso. En el entono online deberá colocar al fan de la marca en el centro y que sean ellos los que hablen de la empresa, los que difundan sus bondades y su buen hacer. En las acciones en el punto de venta deberá realizar acciones que llamen la atención del cliente, que le inviten a visitar el punto de venta, que le motiven a participar y que generen experiencias positivas de venta. Siguiendo el estudio de Deloitte, el 15% de los usuarios de internet ya utiliza las redes sociales para hacer recomendaciones o críticas de los productos que ha usado o comprado; este dato crece año a año. — Las empresas deberán dotarse de estructuras organizativas y de funcionamiento flexibles y adaptables a los continuos cambios del mercado y del entorno de la empresa. Como se ha venido comentado a lo largo de este capítulo, los mercados 68 son actualmente muy dinámicos y cambiantes, y los clientes son cada vez más expertos, más activos y más difíciles de impactar con los métodos tradicionales de marketing. Este dinamismo se mantendrá e incluso puede aumentar de forma significativa, lo que implica que las empresas deberán estar preparadas para dar respuesta a este dinamismo. A tenor de todo lo indicado, una de las cuestiones que debe plantearse en los próximos años un emprendedor o una empresa ya constituida ya no será ¿qué es lo que sé hacer?, sino ¿para qué lo voy a hacer? Es importante entender cuál es la realidad del mercado y su posible evolución, y tener clara la misión y visión de esa empresa en el contexto en el que va a desarrollar su actividad. Junto a ello, habrá que plantearse por qué tienen que comprarle a esta empresa y no a otra. Es decir, el empresario (y su fuerza de venta relacional) deberá determinar cuál es el factor fundamental de diferenciación que ofrece al mercado y a sus clientes. Ello le servirá para reflexionar e idear mejor su oferta de valor desde la perspectiva del cliente. Sólo desde este planteamiento puede establecerse la viabilidad económica de un nuevo proyecto, para poder ir evolucionando de la mano de las nuevas tendencias y necesidades del cliente, ya que en caso contrario la empresa no sobrevivirá. En definitiva, para hacer un buen marketing orientado al mercado y al cliente y poder tener éxito en la venta relacional hay que partir de forma honesta y creíble de las inquietudes de los consumidores, tener en cuenta el entorno en el que desarrolla el negocio, implicar al cliente en la propia actividad empresarial, tener en cuenta la velocidad en la que se mueven los mercados, establecer los puntos de contacto necesarios para poder atender adecuadamente al cliente, y hacerlo con el corazón. También es importante entender el concepto de venta omnicanal y la comunicación integrada o 360º que combine distintos mensajes y formatos para conseguir objetivos funcionales, emocionales y sociales. Como se ha comentado, los clientes tanto actuales como potenciales se comunican cada vez más a través de smartphones y tablets, mediante emails, plataformas de mensajería instantánea, chats y otras tecnologías. Comparten sus opiniones a través de redes sociales y buscan consejos en blogs. Por tanto, las estrategias tradicionales utilizadas hasta ahora para acceder a los clientes están quedando obsoletas, y necesitan complementarse con nuevas estrategias que permitan el uso inteligente de las distintas herramientas de comunicación, como email, marketing, el marketing móvil o el marketing de prescripción. Estas acciones son imprescindibles para dar eficacia a la acción comercial. Los clientes demandan una comunicación personalizada y adaptada a sus necesidades, donde se personalicen los mensajes y sus contenidos, que permita crear compromiso o engagement con la empresa, sus marcas y productos. No perder de vista nunca al cliente es la clave. Hacerlo de forma honesta y creíble es la forma, de modo que todo lo que se comunique debe ser verdad, y además debe 69 cumplirse en todos los puntos donde se interaccione con el cliente. Al final, tal y como comenta Almudena Román, directora general de ING Direct España, «toda buena acción de marketing debe permitir que la verdad pueda ser experimentada por el cliente» en todas las interacciones con la empresa. CONTENIDO ADICIONAL Caso práctico Hometile, S. A., es una empresa española fabricante de pavimentos y revestimientos cerámicos que tiene su planta de producción en Alcora (Castellón). La empresa produce 8.000 m2 de pavimento y revestimiento cerámico a diario. La empresa tiene más de 40 años de antigüedad, desde que la fundó Don Rafael Banyols García, y a lo largo de este tiempo la empresa ha sufrido cambios importantes para ir adecuándose a los cambios del entorno donde ha venido desarrollando su actividad. Sus orígenes se remontan a finales de los años 60 del siglo XX, cuando Don Rafael creó la empresa a partir de los ingresos generados a lo largo de más de 20 años, siendo un importante productor y exportador de naranjas, negocio que a su vez heredó de su padre. Para la creación de la empresa se asoció con Don Fernando Dorego Roca, un químico que decidió introducirse en este sector incipiente. Don Rafael tenía el 60% de las acciones y don Fernando el 40% restante. Durante más de 30 años ambos socios estuvieron dirigiendo la empresa, Don Fernando en tareas de producción y Administración, y Don Rafael asumiendo más tareas comerciales y de relaciones con clientes. A mediados de los años 90 Don Fernando se jubiló, y al no tener descendencia cedió su parcela de trabajo al hijo mayor de Don Rafael, Alfonso BanyolsGil, pero manteniendo sus acciones en la empresa. Alfonso era Ingeniero Químico y además había realizado un MBA en la London Business School. Por su parte, los otros dos hijos de Don Rafael se han ido incorporando progresivamente a la empresa. Carlos Banyols Gil, Licenciado en Administración de Empresas y con un Master en Finanzas y Contabilidad, lo hizo a principios de 2000, primero como un administrativo más en la empresa, para poco a poco asumir las tareas administrativas y de gestión en 2007. Por su parte, Lucía Banyols Gil, la pequeña del grupo, entró en la empresa en 2012. Es Licenciada también en Administración de Empresas y ha realizado un Master de Marketing e Investigación de Mercados. Al finalizar sus estudios estuvo durante dos años trabajando para una importante consultora de marketing con sede en Madrid y Londres, y en 2012, a petición de sus hermanos, se incorporó a la empresa, asumiendo desde entonces tareas comerciales y de marketing, lo que permitió a su padre tener una posición más descansada en la empresa, ya que aunque tiene edad de estar jubilado sigue ejerciendo de presidente del consejo de administración y gerente de la empresa. Don Fernando Dorego vendió en 2011 todas las acciones de la compañía a 70 su viejo amigo y colega de trabajo don Rafael, por lo que la empresa es desde entonces propiedad de la familia Banyols Gil en su totalidad. A lo largo de estos años ha pasado de producir básicamente pavimento y revestimiento de pasta roja, a producir gres y revestimiento de pasta blanca, y desde hace tres años porcelánico esmaltado y técnico. Empezó comercializando su producto únicamente en el estado español, pero, progresivamente, desde principios de los años 90 del siglo XX comenzó a exportar, y actualmente vende en más de 40 países de todo el mundo. De hecho, el 75% de su producción va destinado a exportación y sólo un 25% se vende en el mercado nacional. Fabrica revestimiento en distintos formatos, desde el tradicional 20×20, 31×45 y 20×40 a los nuevos formatos de 10×10, 33×61, 25×73 o 31×60. En pavimento porcelánico los formatos son 40,2×40,2, 49,1×98,2, 16×98,2, 24.5×98,2, 49,1×49,1, 62,7×62,7 y 31,6×62,7. En gres las medidas son de 31,6×31,6 y 43,3×43,3. Además, las nuevas tecnologías aplicadas a la producción y los acuerdos especiales con Ferro, una de las principales empresas proveedoras de fritas, esmaltes y colores cerámicos, han permitido que la empresa haya implantado la última generación de máquinas de impresión y decoración digital de baldosas cerámicas injet KermaInks 4.0, que aplica a los productos más representativos, los Tintas Ferro 4.0, desarrollados en un medio a base de agua respetuoso con el medio ambiente, más rentable, y que ofrece diez nuevos colores que proporcionan una mayor intensidad de color y mayor tamaño de partículas (hasta 3 micras). InksNova 4.0 está diseñado para el nuevo mate, efectos brillantes, blancos y de brillo. Ferro también ofrece esmaltes especialmente ideados para sus impresoras digitales Jet, que se pueden aplicar a través de la impresión digital. Cada uno de estos productos se puede aplicar con cabezales de impresión de nueva generación, que descargan grandes cantidades de material sobre la superficie de la baldosa. Esto le ha permitido crear una nueva línea de negocio denominada Feelingtile, donde puede realizar espacios totalmente personalizados a partir de un banco de imágenes que ha adquirido con derecho de reproducción, o si lo desea el cliente reproducir una imagen propia en una superficie determinada, lo que le permite abordar la decoración de cualquier espacio de forma diferenciada. Es decir, permite personalizar cualquier superficie en función del gusto del cliente. Para la venta de sus productos la empresa cuenta con un departamento comercial al frente del cual se encuentra su hija Lucía, con la colaboración de su hermano mayor Álvaro, que asume funciones de gerente, aunque también algunas tareas de director comercial. El departamento cuenta con 12 comerciales, 9 para exportación y 3 para España y Portugal. Disponen de un comercial para Alemania y países del centro de Europa; otro para los países del este de Europa, especialmente Rusia, Polonia, Ucrania y Rumanía; otro para Reino Unido, Irlanda, Dinamarca, Noruega y Suecia; dos para Estados Unidos, que se reparten la costa este y el sur, y la costa oeste y el norte, respectivamente; uno para los países asiáticos donde venden: Indonesia, 71 Tailandia, Singapur y Vietnam; tiene otro comercial para los países del norte de África, otro para Francia, Italia y los Países Bajos, y el último para la zona de Centroamérica y Sudamérica. En cuanto a los tres comerciales que venden en España y Portugal, uno lleva Aragón, Cataluña, Levante, Murcia y Andalucía, otro lleva toda la zona centro, Madrid, las dos Castillas, la Rioja y Navarra, y el tercero la zona norte de España y Portugal. Para desarrollar su trabajo cuentan con el apoyo del departamento de marketing, integrado, además de por Lucía, por 6 personas más, donde hay una analista de datos, un analista de tendencias, dos diseñadores de producto y una responsable de promociones a clientes, además de un adjunto a la dirección de marketing, que se encarga de coordinar las tareas más cotidianas y de asumir determinados roles y responsabilidades cuando Lucía no está por motivos de viajes comerciales. Además, el departamento comercial cuenta con 7 comerciales administrativos que se encargan de apoyar las tareas de los comerciales en sus mercados y con sus clientes. La empresa tiene implantado un ERP de SAP, que cuenta con un módulo específicamente de gestión de clientes, y en el departamento de informática cuentan con una persona que se encarga de facilitar todos los informes necesarios que se le soliciten a partir de los datos almacenados en el sistema. La empresa cuenta en total con más de 130 trabajadores. Factura más de 50 millones de euros y es la tercera empresa más importante entre las españolas y un buen referente a nivel mundial. Dispone de una buena reputación en cuanto a diseño y calidad de producto, y en cuanto a sus clientes, la elevada competencia existente en los mercados hace que desee replantearse su tarea de ventas, ya que en los dos últimos años ha visto cómo sus expectativas de crecimiento no se han cumplido, e incluso el año anterior había bajado sus ventas en un 2%, especialmente en Europa y el sureste asiático, creciendo en el norte de África, Estados Unidos y Sudamérica. El objetivo para este ejercicio es de crecer un 5% en facturación, e incrementar su presencia en Estados Unidos, Rusia, Brasil y Chile. Además, tiene pensado entrar en el mercado chino, Sudáfrica y Corea del Sur. La empresa dispone de página web en cinco idiomas (español, inglés, francés, alemán y ruso). Tiene Twitter, Facebook y dispone de distintos ambientes y catálogos en Pinterest. Además, dispone de un blog de noticias de la empresa que actualiza cada semana. Los comerciales de la empresa y los miembros del departamento de marketing pueden subir contenidos cuando lo estimen oportuno, y suelen viajar con dispositivos móviles con conexión a Internet. Cuestiones a resolver: Pregunta 1. ¿Cómo debe desarrollar la empresa la venta relacional? Pregunta 2. ¿Debe la empresa ampliar su departamento comercial o el de 72 marketing con nuevas incorporaciones? En caso afirmativo, ¿qué perfil deberían poseer y qué funciones deberían desempeñar? Pregunta 3. ¿Cómo podría apoyarse en los medios online para mejorar sus resultados offline? ¿Cómo puede la empresa mejorar la escucha activa de sus clientes? Pregunta 4. ¿Qué otras decisiones de carácter comercial estratégico y operativo debe tomar la empresa para alcanzar sus objetivos de crecimiento? PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN Y REVISIÓN (Descargar o imprimir) A continuación encontrarás un total de once cuestiones relacionadas con el contenido teórico tratado en este capítulo. En cada una de las preguntas propuestas se plantean cuatro posibles respuestas, siendo solamente una deellas válida. Teniendo en cuenta este criterio, y que todas las preguntas tienen un valor de un punto, evalúa tu nivel de conocimientos resolviendo el cuestionario y calculando tu resultado comparando tus respuestas con las soluciones que encontrarás al final del mismo. 1. Indica cuál de las siguientes afirmaciones es correcta. a) La venta relacional se centra en crear y mantener relaciones satisfactorias. b) La venta relacional no tiene nada que ver con el marketing relacional. c) La venta relacional se centra en las ventas puntuales más que en la generación de clientes satisfechos. d) En la venta relacional no es importante que la empresa vendedora consiga la participación del cliente, sino únicamente la venta al cliente. 2. El marketing de relaciones desde una perspectiva amplia... a) Considera únicamente las relaciones entre empresa y cliente. b) Engloba las relaciones entre la empresa con sus clientes y con cualquier otro actor de su entorno, así como todas las relaciones que se producen en el interior de la organización. c) Engloba las relaciones entre la empresa con sus clientes y con cualquier otro actor de su entorno, pero no las relaciones en el interior de la organización. d) Engloba las relaciones entre la empresa con sus clientes, con sus proveedores más habituales y con el departamento comercial de la organización. 73 http://www.edistribucion.es/piramide/220768/cuestionario_2.pdf 3. La venta transaccional... a) Adopta una perspectiva del largo plazo y el vendedor se centra en vender los productos. b) Exige un elevado nivel de compromiso con los clientes. c) Adopta el enfoque de gestión de cartera de productos y del ciclo de vida del producto. d) Comporta un elevado seguimiento postventa. 4. La venta relacional... a) Adopta una perspectiva del corto plazo. b) Adopta el enfoque de la gestión de la cartera de clientes y del ciclo de vida del cliente. c) El vendedor se centra en crear y mantener relaciones satisfactorias. d) Todas las anteriores. 5. ¿Cuál de las siguientes fases no está dentro de las etapas de la venta relacional? a) Análisis de la cartera de clientes. b) Análisis de la competencia. c) Monitorización de las acciones. d) Análisis de situación de la empresa. 6. El WOMM es... a) Un anglicismo que define la aplicación del marketing al boca a boca teniendo en cuenta el entorno digital. b) Un anglicismo que define el marketing aplicado al mercado de las mujeres. c) Un anglicismo que define el marketing omnicanal. d) Un anglicismo que define el marketing que deben planificar las empresas mes a mes. 7. El analista o dinamizador de ventas se encarga de... a) Contactar directamente con los clientes, hacerles ofertas personalizadas, cerrar las ventas y gestionar el cobro. b) Aportar ideas con valor para los comerciales de la empresa y ayudar a diseñar espacios de venta más agradables y que favorezcan la generación de experiencias positivas para los clientes. c) Dotar de contenidos a las campañas promocionales, así como enviar cupones y muestras, y del diseño de la web de la empresa. 74 d) Todas las anteriores. 8. ¿Cuál no es una de las acciones a llevar a cabo por el vendedor para propiciar el desarrollo de la venta relacional? a) La intensificación y ampliación de las relaciones con los clientes actuales. b) Trasladar y comunicar a la empresa cuáles son las necesidades de los clientes. c) Aprender del cliente y buscar que él aprenda de la empresa. d) Desagregar al cliente de la propia actividad comercial y productiva de la empresa. 9. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones no es verdadera? a) Las acciones de patrocinio se incrementarán por la propia demanda de los clientes. b) La vigilancia tecnológica dejará de ser una tendencia para convertirse en una actividad cotidiana de la empresa. c) Una de las cuestiones que debe plantearse un emprendedor o una empresa actualmente, y en los próximos años, será: ¿qué es lo que sé hacer? d) Las acciones de Street marketing o de marketing de guerrilla pueden verse complementadas y amplificadas de forma importante en las redes sociales. 10. ¿Cuál de las siguientes será una de las tendencias en los próximos años en la venta relacional? a) Las empresas y sus marcas deberán ser capaces de crear WOM positivo. b) Se potenciará la escucha activa únicamente a través de los medios digitales. c) Las empresas dejarán de ser empresas omnicanal. d) La interacción del mundo offline y online dejará de ser relevante. 11. ¿Qué significa el acrónimo WOM? a) Word of Marketing. b) Word of Mind. c) Win of the Month. d) Word of Mouth. Solución 1 a); 2 b); 3 c); 4 b); 5 b); 6 a); 7 b); 8 d); 9 c); 10 a); 11 d) 75 PREGUNTAS A DEBATE 1. ¿Cómo debe estar estructurado un departamento comercial de venta relacional? 2. En una empresa con cultura relacional, ¿cuáles son las principales decisiones que debe tomar un director comercial? 3. ¿Cuáles son las fases que integran la venta relacional? ¿Cuál o cuáles consideras que son más relevantes? 4. En el proceso de redefinir su cultura de ventas, ¿qué ratios debe implantar una empresa relacional para medir el nivel de interrelación de un cliente con la empresa? ¿Cuáles crees que son los más importantes? 5. ¿Cuál es tu opinión sobre la socialización de las marcas y de las empresas? ¿Cómo crees que debería realizarse ese proceso? ¿Qué ventajas implica? TÉRMINOS CLAVE — Marketing de relaciones. — Venta relacional. — Escucha activa comerciales. — Habilidades sociales. — Engagement. — Nuevas tecnologías de la información. — Confianza. — Compromiso. — Cooperación. — Estrategias omnicanal. — Prosumidor. — SOLOMO. — ROPO. — Showroomer. — Plan de ventas relacional. — Socialización de las marcas. — Word of Mouth Marketing (WOMM). BIBLIOGRAFÍA Berry, L.L. (1983): «Relationship Marketing». En L. L. Berry, G. L. Shostack y G. D. Upah (eds.), Emerging Perspectives of Services Marketing. Chicago, IL: American Marketing Association, pp. 25-28. Christopher, M., Payne, A. y Ballantyne, D. (1991): Relationship Marketing: Bringing Quality, Customer Service and Marketing Together. Oxford: Butterworth- Heinemann. Claycomb, C. y Martin, Ch. L. (2002): «Building customer relationships: an inventory of service providers’ objectives and practices», Journal of Services Marketing, vol. 16, n.o 7, pp. 615-635. 76 Deloitte (2014): La oportunidad omnicanal. Unlocking the power of the connected consumer. A report for eBay. Febrero. García Boadilla, L. M. (2011): + Ventas. Esic. Grönroos, C. (1994): «Quo Vadis, Marketing? Toward a Relationship Marketing Paradigm», Journal of Marketing Management, vol. 10, pp. 347-360. Gummesson, E. (1995): «Relationship marketing: Its role in the service economy». En W. J. Glynn y J. G. Barnes (eds.), Understanding Services Management, pp. 244-268. New York: Wiley. Gummesson, E. (2002): Total Relationship Marketing. Oxford: Butterworth Heinemann. Ingram, T. N., LaForge, R.W. y Schwepker, Ch. H. (1992): Sales Management Analysis and Decision Making (3.a ed.). New York: The Dryden Press. Kotler, Ph. y Keller, K.L. (2012): Dirección de Marketing (14.a ed). Madrid: Prentice Hall. Küster, I. (2002): «La venta de relaciones», Revista AEDEMO, n.o 74, pp. 41-46. Küster, I. y Román, S. (2006): Venta Personal y Dirección de Ventas. Thomson. IBM (2013): De las transacciones a las relaciones. Mayo. 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F. y Earl Sasser, Jr. (1990): «Zero Defections: Quality Comes to Services», Harvard Business Review, 68 (septiembre-octubre), pp. 105-111. NOTAS 1 Anglicismo formado a partir de la unión de los conceptos productor y consumidor, que identifica al consumidor que se convierte también en productor de contenido. Es quien realmente hace uso a fondo de las aplicaciones o sitios web aportando información o contenido, ya que el consumidor de hoy ya no se conforma sólo con consumir, sino que opina, ofrece información de un producto o servicio y produce contenido sobre su experiencia. Fuente: Diccionario LID de Marketing Directo e Interactivo. 2 IBM (2013): De las transacciones a las relaciones. Mayo. Más información en http://www.ibm.com/ibm/files/B654657B28766A32/De_las_transacciones_a_las_relaciones_Final.pdf. 77 http://www.ibm.com/ibm/files/B654657B28766A32/De_las_transacciones_a_las_relaciones_Final.pdf http://es.wikipedia.org/wiki/Prosumidor http://www.marketingpower.com/AboutAMA/Pages/DefinitionofMarketing.aspx http://www.puromarketing.com/53/19518/consumidores-necesitan-para-olvidar-mala-experiencia-atencion.html http://www.puromarketing.com/53/19447/quien-quien-proceso-ventas.html http://www.puromarketing.com/13/16124/herramientas-marketing-imprescindibles-para-eficacia-esfuerzos-ventas.html http://www.businessdictionary.com/definition/relationship-selling.html#ixzz2xDOFlG4i http://www.ibm.com/ibm/files/B654657B28766A32/De_las_transacciones_a_las_relaciones_Final.pdf 3 Deloitte (2014): La oportunidad omnicanal. Unlocking the power of the connected consumer. A report for eBay. Febrero. 78 PARTE SEGUNDA Técnicas de ventas 79 3 El proceso de ventas y sus fases iniciales En los dos primeros capítulos se ha pretendido enmarcar la venta relacional en el contexto de la empresa y del marketing, y establecer las bases filosóficas de su orientación. Con el capítulo 3 se entra en la segunda parte de contenidos del libro, que se ocupa de las tareas del vendedor y del desarrollo de las distintas fases de la venta relacional. A lo largo de los tres capítulos siguientes se abordarán las propuestas para planificar e implantar una venta relacional exitosa. En el presente capítulo se describe el proceso global de venta relacional y se desarrollan las fases iniciales (prospección, preparación, contacto y CRM). 3.1. EL PROCESO DE VENTAS Partiendo de la idea de que la venta no es una actividad única, sino que engloba al conjunto de actividades diseñadas para promover la compra de un producto o servicio, así como la posterior satisfacción y fidelización del cliente, ésta requiere de un proceso que ordene la implementación de sus diferentes actividades. En caso contrario, no se podría satisfacer de forma efectiva las necesidades y deseos de los clientes, ni contribuir al logro de los objetivos de la empresa. En base a ello, en las ciencias empresariales y de negocios el proceso de ventas se describe como un método o enfoque que se diseña con el fin de vender un producto o servicio. Entre las razones que justifican la definición formal del proceso de ventas se incluyen la gestión del riesgo asociado al vendedor y al comprador, la estandarización de la interacción con el cliente durante las ventas y la generación de ingresos crecientes. En términos generales, todas las técnicas de venta desarrolladas presentan los mismos pasos o etapas, lo cual aporta un tronco común para definir el proceso de ventas habitual. En concreto, el proceso de la venta se resume en las siguientes fases (figura 3.1): — Prospección: se trata de localizar personas u organizaciones calificadas, llamadas prospectos, para comprar los productos de la empresa. — Preparación: recoge el conjunto de decisiones previas al contacto con el 80 prospecto, asociadas al establecimiento de los objetivos a alcanzar, el análisis de sus deseos y necesidades, la selección de la estrategia a seguir y el precontacto. — Acercamiento: se relaciona con la generación y gestión del momento en el que la empresa entra en contacto para entablar la relación con el prospecto. — Gestión de bases de datos de clientes (CRM): guarda relación con las tareas de creación, gestión y mantenimiento de las bases de datos como herramienta central en el tratamiento de la información del cliente. — Presentación y demostración: tiene como objetivo hacer una propuesta formal, clara y detallada de los productos y soluciones a ofrecer en base a las necesidades presentes y futuras del cliente o prospecto. — Tratamiento de objeciones: se refiere a posibles situaciones en las que el vendedor debe hacer frente a posibles objeciones, dudas y cuestiones que pueda realizar el prospecto. — Cierre: asociado a las acciones llevadas a acabo por el vendedor con tal de acordar la venta, llegando así a un pacto respecto a los requerimientos y los detalles vinculados a la misma. — Atención al cliente y gestión de reclamaciones: después de prestar el servicio o producto es importante evaluar el grado de satisfacción del cliente y estar atento ante cualquier retroalimentación que éste pueda hacernos llegar con el fin de resolverla. Cada una de estas fases serán tratadas con mayor profundidad a lo largo de los próximos tres temas, estructurándose de este modo en tres bloques generales: — Fases iniciales: desde la prospección hasta la gestión de bases de datos de clientes (vistos en el segundo apartado del presente capítulo). — Fases avanzadas: desde la presentación hasta el cierre (se tratará en el capítulo 4). — Fase de seguimiento: en relación a la atención al cliente y gestión de sus reclamaciones (se verá en el capítulo 5). Por tanto, el proceso de venta, y la relación a largo plazo con el cliente que ésta conlleva, supone una secuencia circular y no lineal. La venta ideal no debería llegar nunca a un punto final, ya que esto implicaría perder los clientes que ya teníamos, debiendo buscar nuevos prospectos, esto es, teniendo que comenzar el proceso de ventas desde el principio. En la actualidad, la captación de nuevos clientes resulta sumamente costosa, tanto en tiempo como en recursos, de manera que reducir la relación con los nuevos clientes a una única venta hace que la operación con los mismos no resulte rentable para la empresa (Vidales y Redondo, 2007). En todo caso, hay que puntualizar que, a pesar de que todas estas etapas pueden encontrarse en una forma u otra en cualquier proceso de venta, no hay un diagrama único que sea utilizado por todos los vendedores. De hecho, podremos encontrarnos en 81 situaciones extremas totalmente distintas, de manera que mientras un proceso de venta puede ser completado en cuestión de minutos, otro puede implicar varios meses de negociación. La estructura exacta vendrá determinada por factores diversos, como el sector del mercado y la industria, las políticas y procedimientos de la empresa proveedora implicada, e incluso por ciertas restricciones gubernamentales o comerciales que puedan aplicarse en el mercado en cuestión. Figura 3.1. Fases generales del proceso de ventas. 3.2. LAS FASES INICIALES EN EL PROCESO DE VENTA A lo largo del presente apartado nos centraremos en el análisis de los principales aspectos a tener en consideración en cada una de las distintas fases que comprenden el inicio de la relación entre el vendedor y el cliente. En estas etapas el vendedor realiza una labor de búsqueda y recopilación de información respecto a posibles prospectos. Una vez identificados, se lleva a cabo una labor de acercamiento sobre los mismos, estableciéndose así el primer contacto entre los dos agentes, en el que el vendedor comunica su intención de venta. Finalmente, en virtud de las comunicaciones establecidas sobre los distintos prospectos, el vendedor desarrollauna tarea de cualificación a través de la cual es capaz de determinar en qué medida estas comunicaciones se han establecido con interlocutores válidos, esto es, prospectos con alguna necesidad, deseo de satisfacerla y capacidad para ello, susceptibles de convertirse en clientes de la empresa. En tanto en cuanto estas etapas no generen interlocutores válidos, el vendedor no continuará con el siguiente bloque de fases avanzadas, sino que tratará de revisar el proceso expuesto hasta alcanzar prospectos cualificados y en disposición de compra. En su defecto, deberá plantearse el seguir insistiendo en esta venta. Adicionalmente, el mayor enfoque hacia la relación experimentado por la disciplina de ventas en los últimos años lleva a una clara evolución, que va de una orientación dirigida a las masas a una visión personalizada de la venta. Para lograr esta relación 82 individualizada con el cliente resulta necesario apoyarse en determinadas tecnologías de la información. Concretamente, en sistemas de gestión de la relación con el cliente que actúen de soporte para manejar grandes volúmenes de datos asociados al cliente, así como administrarla a través del proceso de venta. En la terminología especializada, esta idea queda recogida bajo el concepto de Customer Relationship Management (CRM). 3.2.1. La prospección de ventas La fase de prospección supone el primer paso del proceso de venta y consiste en la búsqueda de clientes potenciales, es decir, aquellos que aun no siendo clientes de la empresa en la actualidad, tienen grandes posibilidades de serlo. A lo largo de los siguientes subapartados analizaremos la importancia de esta fase dentro del proceso de ventas y repasaremos los principales aspectos a tener en cuenta a la hora de organizar la labor de prospección, así como en el planteamiento de las posibles fuentes de información a las que recurrir en la búsqueda de los prospectos. 3.2.1.1. La importancia de la prospección de ventas La prospección, tal y como se ha expuesto anteriormente, se asocia a la búsqueda de nuevos clientes. Sin embargo, a pesar de que a priori este paso puede parecer bastante sencillo, la realidad es que la efectividad de sus resultados depende de la realización por parte del vendedor de un examen más complejo en base a un planteamiento detenido y estructurado. A continuación se detallan una serie de cuestiones fundamentales que caracterizan la fase de prospección y que justifican su relevancia como etapa inicial del proceso de ventas: — La clave para la prospección eficaz es saber dónde buscar y qué buscar. El vendedor que no da respuesta a estas cuestiones acaba limitándose a ocupar su tiempo realizando intentos fallidos tras contactos arbitrarios, trayendo como resultado una pronunciada sensación de frustración. En este sentido, no debe confundirse la prospección con el mero contacto con posibles clientes por parte del vendedor, pues, con carácter previo, éste debe ser capaz de identificar a esos clientes potenciales en base a criterios estratégicamente establecidos. — Los prospectos requieren de una catalogación en función de sus distintas características. Cada uno de los prospectos identificados puede representar un valor distinto según los intereses particulares del vendedor, así como implicar un esfuerzo o compromiso de recursos mayor o menor por parte de éste. Es por esta razón que la identificación inicial de prospectos debe acompañarse de una catalogación de los mismos en función de estos criterios. — Cada tipología de prospectos requiere de un tratamiento particular. El hecho de 83 clasificar a los prospectos identificados en grupos distintos, atendiendo a sus diferentes características, supone una ayuda para el vendedor a la hora de utilizar las técnicas de aproximación más adecuadas para cada prospecto, pudiendo desarrollar una estrategia selectiva y, de este modo, contribuyendo a un mayor impacto en sus actuaciones. Por ejemplo, es posible que un vendedor de material de oficina haya identificado los siguientes segmentos como mercados objetivos sobre los que actuar: el estado, los gobiernos autonómicos y municipales, las empresas de consultoría, las universidades, etc. Ahora bien, ¿es necesario que estudie el perfil individual de cada uno de los segmentos identificados con el fin de ajustar sus tácticas de venta a cada uno de ellos? En efecto, el contacto directo podría funcionar en el caso de las empresas de consultoría, pero ¿sería este método igualmente aplicable en el caso del Estado? De igual manera, ¿es la empresa vendedora capaz de predecir de forma única aquello que cada uno de sus clientes potenciales espera de ella? Todas estas preguntas nos llevan a remarcar la importancia de que la prospección se base en un análisis profundo e individualizado sobre los distintos prospectos, para así adaptar de la mejor manera el plan de acción diseñado por el vendedor sobre cada uno de ellos. — La prospección se plantea bajo una responsabilidad compartida. La empresa debe contemplar la prospección como un proceso continuo en el que todas las áreas que la integran (en especial la fuerza de ventas, pero no sólo ésta) deben participar. En base a esta idea, todos los miembros de la empresa deben tener su «radar de prospección» activado en todo momento, ya que, muy a menudo, los futuros clientes son descubiertos en situaciones completamente cotidianas. Por tanto, la prospección no se reduce a la acumulación, sin más, de nombres y direcciones y a la adopción de una respuesta unificada sobre el mercado por parte del vendedor, sino que engloba todo un conjunto de actividades cuyo fin es recabar información específica que respalde las posibilidades de que un agente individual o colectivo pueda convertirse en comprador de los productos o servicios ofrecidos por la empresa. 3.2.1.2. Organización de la prospección de ventas A la luz de los diferentes factores apuntados anteriormente, queda claro que la prospección es un proceso complejo que requiere de una labor de planificación por parte de la empresa. A este respecto, a pesar de que la calidad de los resultados asociados a la prospección desarrollada por una empresa o vendedor podrá variar dependiendo tanto de factores internos (el tipo de producto o servicio comercializado, los recursos y capacidades de los que dispone la empresa) como externos a la empresa (el contexto en el que se desarrolla 84 la actividad comercial, las características del mercado sobre el que la empresa plantea la venta), lo cierto es que independientemente de estos condicionantes la labor de prospección contemplará la elaboración de un plan de prospección que recoja las siguientes etapas (figura 3.2): Figura 3.2. Etapas en la elaboración del plan de prospección. 1. Conocimiento interno El primer aspecto exigible al vendedor, con carácter previo al comienzo del propio plan de prospección, guarda relación con el conocimiento exhaustivo de los límites y posibilidades internos de la empresa. Es decir, el vendedor debe partir de un escenario claro y concreto en el que se tenga el máximo detalle acerca de los diferentes productos o servicios a ofertar, sus características y funcionalidades, los posibles beneficios asociados a cada uno de ellos, así como los recursos y capacidades disponibles que permitan apoyar la labor de venta de la empresa. Estos factores marcarán el punto de partida sobre el que construir el plan de prospección del vendedor. 2. Establecimiento de los criterios de búsqueda Conocida la situación interna de la empresa, con la consiguiente identificación de sus límites y posibilidades, el vendedor podrá determinar la tipología de clientes a los que puede y desea dirigirse. En este sentido, resulta fundamental el fijar unos criterios mínimos de búsqueda que permitan llevar a cabo un filtrado inicial del mercado con el fin concretar la búsqueda en aquellos prospectos realmente alcanzables por la empresa en función de su contexto interno. En términos generales, la empresa debe asegurarse que los criterios fijados permitenasegurar que los prospectos identificados cumplirán los siguientes requisitos mínimos (Kotler y Armstrong, 2013): — Interés: tienen la necesidad del producto o servicio ofertado. — Ingresos: poseen el potencial de compra suficiente como para garantizar un mínimo de rentabilidad potencial. — Acceso: tienen la capacidad de adquirir el producto o servicio. 85 — Cualificación: en el caso de que la compra o uso del producto requiera de una determinada cualificación, el vendedor debe asegurarse de que se cumple esta condición. 3. Determinación de las fuentes de información Establecidos los criterios sobre los que proceder en la búsqueda de prospectos, el siguiente paso consistirá en determinar las fuentes de información sobre las que se realizará esta búsqueda. La elección de una fuente u otra vendrá determinada por factores como el tipo de producto o servicio a comercializar, el contexto de mercado sobre el que realizar la búsqueda, el presupuesto disponible, la experiencia y formación del vendedor, etc. En concreto, las distintas alternativas a utilizar por el vendedor se estructuran en dos grandes grupos, las fuentes directas e indirectas, en función de si el origen de la información se asocia al ámbito interno o externo de la empresa respectivamente. Las principales variantes dentro de cada uno de estos dos grupos serán tratadas con mayor profundidad en el apartado 3.2.1.3 del presente capítulo. 4. Identificación de los prospectos Gracias al proceso de búsqueda llevado a cabo en la etapa anterior, la empresa será capaz de preparar una lista inicial de prospectos, donde quedarán recogidos, en función de los criterios establecidos, todos aquellos que realmente necesitan el producto, garantizan una rentabilidad mínima, tienen capacidad de adquirir el producto y, en su caso, la cualificación necesaria. 5. Evaluación de los prospectos Tomando como referencia la lista inicial de prospectos, el vendedor los evaluará tratando de determinar un perfil individual de cada uno de ellos. En base a estos perfiles, procederá a su clasificación en distintos grupos en función de ciertas variables, cuya elección dependerá de la casuística concreta que rodea a cada empresa. Por ejemplo, para una agencia de viajes puede resultar fundamental diferenciar a sus posibles clientes en función de su nivel de renta o su edad, ya que la oferta de viajes adecuada para cada uno de ellos será sustancialmente distinta. Sin embargo, para una empresa dedicada a la venta de material de oficina, variables como el número de trabajadores, el consumo de papel o las dimensiones de departamentos asociados a las labores de gestión y administración pueden resultar de gran importancia. A pesar de que las variables a considerar pueden ser muy diversas, todas ellas pueden sintetizarse en dos dimensiones generales que serán de gran utilidad para la empresa a la 86 hora de evaluar el atractivo real de los prospectos identificados: la rentabilidad potencial asociada al prospecto (puede incluir aspectos como el volumen de ventas, frecuencia de pedidos, reputación del comprador, etc.) y el esfuerzo requerido por el vendedor para llegar a él y atenderle (recogiendo aspectos como el grado de adaptaciones del producto requeridas, necesidades logísticas, requerimientos burocráticos, etc.). Como muestra la tabla 3.1, a partir de la consideración de estas dos dimensiones la empresa será capaz de diferenciar cuatro niveles de atractivo en sus prospectos. TABLA 3.1 Tipología de prospectos en función de su atractivo Los prospectos situados en el cuadrante I serán los de mayor atractivo para el vendedor, ya que aun representando un potencial de beneficios alto para el vendedor, su atención no requiere realizar un esfuerzo excesivo. En condiciones totalmente opuestas se encuentran los prospectos recogidos en el cuadrante IV. Éstos representan los prospectos menos atractivos, pues conllevan un alto esfuerzo por parte del vendedor, siendo prospectos asociados a rentabilidades menores. Por último, los cuadrantes II y III plantearán situaciones intermedias, en las que el vendedor deberá plantearse en cada caso el contemplar o descartar la posible atención a estos prospectos. De este modo, la empresa contará con un grupo reducido de grupos de distinta importancia, cuyos miembros compartirán unas mismas características comunes. A partir de esta clasificación será capaz de determinar un orden de prioridad a la hora de diseñar su hoja de ruta. 6. Confección de la hoja de ruta Catalogados los prospectos según su atractivo, y establecido así un orden de prioridad en la atención a los prospectos identificados, la siguiente etapa supone confeccionar 87 formalmente la hoja de ruta o plan de trabajo a seguir por el vendedor. Esta tarea resulta de gran importancia, ya que permite economizar los costes asociados a la venta, tanto en tiempo como en recursos, al tiempo que aumentar la productividad del vendedor. De este modo, la empresa necesita programar el volumen semanal y mensual de los nuevos prospectos a considerar, así como las zonas concretas sobre las que actuar. En base a ello, podrá diseñar un calendario de visitas lógico, equilibrado y rentable. A este respecto, conviene remarcar que, aunque a priori se pueda pensar que incrementando el número de visitas por día puede elevar la productividad del vendedor, no es la cantidad de visitas lo que realmente importa, sino la calidad de lo logrado en las mismas. De ahí la importancia de esta labor de programación formal. 7. Seguimiento y control Finalmente, es importante que el vendedor lleve a cabo un seguimiento continuo sobre el proceso de prospección en su conjunto, a fin de controlar su correcto funcionamiento o, en su defecto, proceder a la mejora o modificación de los aspectos que se estimen oportunos, con tal de garantizar la eficacia del proceso en prospecciones futuras. 3.2.1.3. Fuentes de información en la prospección de ventas Como se ha apuntado anteriormente, la elección por parte de la empresa de las fuentes sobre las que realizar la búsqueda de prospectos se fundamenta en factores diversos, como pueden ser el tipo de producto o servicio a comercializar, las variables que caracterizan el mercado a analizar, el presupuesto del que se dispone, así como otros factores asociados al propio vendedor, tales como su experiencia y formación. A continuación se detallan las principales fuentes de información sobre las que proceder a la búsqueda (Manera et al., 2000; Küster y Román, 2006), las cuales pueden estructurarse en dos bloques generales (tabla 3.2): — Fuentes directas: donde el origen de la información se asocia al ámbito interno de la empresa. — Fuentes indirectas: en las cuales la información proviene del ámbito externo de la empresa. TABLA 3.2 Las fuentes directas e indirectas en la prospección de ventas 88 1. Fuentes directas — Referencias personales: la información sobre el prospecto proviene de personas allegadas, como familiares o amigos. — Cartera de clientes: se corresponde con la propia base de datos interna de clientes generada por la empresa en el transcurso de su actividad. De este modo, los clientes reales del vendedor, es decir, aquellos con los que éste ya trabaja, pueden aportarle información que le permita identificar a otros clientes potenciales. — Punto de venta: parte de una concepción compartida por los distintos estamentos de venta de la empresa, por la cual todos los individuos implicados, en especial los propios vendedores, asumen funciones adicionales a la propia labor de venta. Entre estas funciones se encontraría la de desarrollar una atención intensificada constante con el fin de detectar posibles clientes para la empresa. — Marketing directo: supone aprovechar la comunicación directa entre la empresa y los posibles clientes a través de determinados medios, entre los que destacan el mailing, el telemarketing, el uso de la web y la venta multinivel. • El mailing consiste en enviar por correo una carta personalizada a un grupo de personas pertenecientesa una lista debidamente seleccionada de clientes potenciales. El desarrollo de Internet ha llevado a la evolución de este medio hacia el e-mailing, llevándose a cabo el envío a través del correo electrónico en lugar del correo postal. • El telemarketing supone entablar un diálogo directo con el cliente potencial a través de la red telefónica. Dentro de este método también se incluyen los servicios preventa de atención al cliente o servicio técnico, gestionados por profesionales que están capacitados para dar solución a los problemas que se plantean en distintos ámbitos relacionados con la actividad de la empresa. Estos medios pueden ser fuente de localización de nuevos clientes. Al igual que en el caso anterior, el desarrollo de la tecnología ha permitido sofisticar 89 enormemente esta actividad, dotándola de mayores y mejores medios, ampliando su campo de aplicaciones e incrementando su eficacia. Uno de los aspectos más importantes para el éxito de estos dos primeros métodos de marketing directo son las bases de datos y los listados con los que la empresa cuenta como referencia a la hora de aplicarlos. • El uso de la web se refiere a la utilización de soportes y medios virtuales en la búsqueda de información. Así, en el caso de empresas dedicadas al comercio de bienes industriales, las propias páginas corporativas de las empresas pueden aportar información variada y completa sobre las mismas, que puede ser utilizada por el vendedor para identificar posibles prospectos. Por otro lado, incluso en el caso de las empresas dirigidas a mercados de consumo, determinados soportes como las redes sociales, blogs, etc., pueden resultar de gran utilidad para detectar individuos susceptibles de convertirse en clientes de la empresa. • La venta multinivel representa un sistema de distribución y venta directa por medio de una red de distribuidores individuales independientes sin establecimiento que venden a sus clientes particulares (familiares, vecinos y amigos). Adicionalmente, estos distribuidores tienen la potestad de convencer a otros para que hagan lo mismo: vender en plan particular y auspiciar a otros que se integren en la red. De este modo, esta venta intensiva en red es fuente generadora de nuevos prospectos de forma viral. — Ferias, exposiciones y eventos sectoriales: permiten establecer contacto con diferentes públicos objetivo, entre ellos con un gran número de clientes, ya sean actuales o potenciales, en un mismo espacio y durante un corto período de tiempo. En este sentido, todos estos escenarios se postulan como una de las principales fuentes de información en la prospección de nuevos mercados. — Acciones promocionales: las distintas acciones promocionales ejercidas por la empresa tratan de atraer la atención del consumidor hacia el producto. En esta línea, son un medio de acercamiento y captación de nuevos clientes por parte de ésta. 2. Fuentes indirectas — Referencias comerciales: recoge aquellas referencias de naturaleza comercial con procedencia distinta a las propias fuentes personales asociadas en el entorno directo del vendedor. Por ejemplo, sería el caso en el que la empresa consigue información sobre posibles prospectos de otras empresas que comercializan productos relacionados o complementarios con el suyo y que, por tanto, no entran en competencia directa con ella. 90 — Bases de datos comerciales: son muchas las empresas que se especializan en el desarrollo y comercialización de bases de datos que pueden resultar de gran utilidad para la empresa a la hora de llevar a cabo su plan de prospección. — Directorios y listas públicos: relacionados con las anteriores, pero esta vez procedentes de organismos patronales y registros públicos. Las empresas tienen acceso a censos y listados sobre los que proceder a la confección de la base de datos inicial sobre la que realizar la prospección (cámaras de comercio, parques tecnológicos, agrupaciones empresariales, ICEX, guías telefónicas, etc.). 3.2.2. La preparación de la entrevista de ventas Puesto que no hay una segunda oportunidad de cambiar la primera impresión lograda sobre el prospecto, el vendedor no puede plantear su primera visita bajo un clima de espontaneidad, sino que debe llevar a cabo una planificación en detalle de la misma. Por esta razón, una vez elaborada la lista de prospectos, y con carácter previo al propio acercamiento y contacto con los mismos, se ingresa en una fase intermedia conocida como preparación de la entrevista de ventas, que consiste en la obtención de información más detallada de los prospectos y la planificación de la entrevista adaptada a las particularidades de cada uno de ellos. Gracias a esta preparación anticipada de la presentación de ventas la empresa maximizará las oportunidades de cerrar mayores ventas y, por tanto, el rendimiento de sus vendedores. Tal y como muestra la figura 3.3, este proceso de planificación implica la toma de cuatro decisiones fundamentales: la determinación de las necesidades del prospecto, la fijación de los objetivos de la entrevista y la elección del enfoque a adoptar en la misma. Figura 3.3. Las decisiones de la preparación de la entrevista de ventas. 3.2.2.1. La determinación de las particularidades del prospecto El primer paso en la preparación de la entrevista de ventas consistirá en proceder a la revisión de toda la información recopilada sobre el prospecto en cuestión, con el fin de determinar en qué medida el vendedor conoce, aunque sea en términos generales, cuáles 91 son sus principales particularidades. Entre los factores a identificar podemos destacar los siguientes: — Las necesidades y problemáticas específicas del prospecto. En base a ello, el vendedor podrá analizar cuáles de los productos que integran su cartera pueden aportar los beneficios requeridos. — Los agentes de interés. Es decir, aquellos que realmente se involucran en el proceso de compra y/o quienes actúan como decisores, para que sea con ellos con quien el vendedor trate de contactar. Aun cuando no sea posible hacerlo en la entrevista inicial, el vendedor debe intentar acercarse a ellos tan pronto se le ofrezca la oportunidad en etapas posteriores del proceso de venta. — Otros factores relacionados con la industria del prospecto. Los clientes potenciales esperan que el vendedor tenga conocimiento no sólo de su negocio, sino de su competencia y sus posibles clientes. A este respecto, la empresa debe recopilar información acerca de la industria de sus prospectos, en relación a sus problemas y tendencias. De este modo, el vendedor podrá definir un escenario de partida sobre el que fijar los objetivos específicos a conseguir en la posterior entrevista con el prospecto. 3.2.2.2. La fijación de los objetivos de la entrevista En base al análisis efectuado en la etapa anterior, el vendedor estudiará cuáles son los objetivos que pretende lograr en su entrevista con el prospecto. Por norma general, estos objetivos se plantean contemplando metas de distinta naturaleza, lo cual facilita la diversificación de los riesgos asociados a la consecución de las mismas. La fijación de estos objetivos debe ser consensuada por todos aquellos agentes implicados en la venta al prospecto considerado. Asimismo, en el caso en que la empresa opte por implementar las diferentes fases del proceso de ventas en entrevistas independientes, se deberá tener en cuenta el número de visitas programadas al prospecto y los objetivos concretos que se plantean en cada una de ellas. En este sentido, podemos valorar objetivos distintos en función de si el vendedor planifica entrevistas sobre nuevos prospectos (propios de la fase que se está exponiendo en el presente apartado) o entrevistas en etapas avanzadas del proceso de venta asociadas en mayor medida al período postventa y, por tanto, al trato con clientes reales de la empresa: — Objetivos asociados a nuevos prospectos: • Acceder a información adicional de naturaleza comercial o personal. 92 • Contrastar las necesidades y problemáticas identificadasdel prospecto. • Averiguar otras posibles necesidades y problemáticas no conocidas con anterioridad. • Conseguir la venta del producto. • Obtener referencias de otros posibles prospectos. — Objetivos asociados a clientes reales: • Ofrecer información relacionada con cambios de relevancia en la empresa con afectación sobre el cliente. • Proporcionar cualquier tipo de atención o de servicio postventa. • Presentar novedades referentes a productos o servicios de nueva implantación. En base a los objetivos fijados, los cuales se deciden en completa sintonía con el perfil particular del prospecto determinado por la empresa en la etapa anterior, el vendedor preparará el material más adecuado (folletos de promoción, muestras, productos, catálogos, etc.) que pueda servirle de apoyo de cara a la entrevista. 3.2.2.3. La elección del enfoque de la entrevista El último paso en la planificación previa de la entrevista de ventas consiste en decidir el enfoque básico que se utilizará en la misma. Este enfoque guardará estrecha relación con la tipología de objetivos planteados (véase tabla 3.3), pudiendo diferenciarse tres posibilidades distintas (Küster y Román, 2006; Santesmases, 2012): — Enfoque de información, en situaciones en las que el prospecto no tiene un conocimiento previo sobre el producto y/o la empresa vendedora, o cuando la complejidad de las características funcionales o particularidades en el uso del primero requieren de explicaciones más exhaustivas para su entendimiento. — Enfoque de persuasión. En el caso en el que el prospecto ya presente cierto grado de conocimiento sobre el producto y/o la empresa vendedora, ésta debe plantearse la adopción de un enfoque más encaminado a la consecución de la venta, a través del resaltamiento de los atributos diferenciales de los productos ofrecidos, de sus beneficios y, así, de la forma en que éstos permiten cubrir las necesidades y problemáticas planteadas por el prospecto. TABLA 3.3 Ejemplos de objetivos asociados al enfoque en la entrevista de ventas 93 — Enfoque de recuerdo. Suele recurrirse a él con el fin de mantener la atención del comprador sobre la empresa. Normalmente su uso se planteará en dos escenarios distintos: • En el trato con clientes reales, tratando de recordar de forma amable y cordial la disponibilidad y atención de la empresa hacia ellos. De esta manera, se tratará de crear un incentivo hacia la compra de nuevos productos, así como evitar la posible compra a otras empresas competidoras. • En el caso en el que el vendedor no haya recibido una respuesta por parte del prospecto respecto a posibles propuestas formuladas en entrevistas previas. Sin embargo, el vendedor debe tener especial cuidado en no resultar excesivamente repetitivo en sus recordatorias, ya que puede llegar a generar cierta sensación de agobio, presión y rechazo en el prospecto. 94 Los tres enfoques identificados representan una secuencia temporal lógica, de modo que lo normal es que el vendedor adopte los tres enfoques de forma secuencial. De este modo, el vendedor suele afrontar sus primeras entrevistas con un nuevo prospecto bajo un enfoque de información. Hecha la presentación y logrado un clima de confianza entre ambos, adopta un enfoque más persuasivo. Finalmente, una vez logrado el cierre del pedido y, por tanto, convertido el prospecto en cliente de la empresa, se recurre a un enfoque de recuerdo, para así mantener en el tiempo la relación establecida. 3.2.3. El acercamiento y el establecimiento de contacto con el cliente En esta fase se produce el primer contacto presencial entre el vendedor y el prospecto y, por tanto, el comienzo de la comunicación directa entre ambos. Tratando de suavizar este primer impacto y de reducir en la medida de lo posible la incertidumbre asociada a la actitud adoptada por el prospecto en el momento de la visita, es conveniente que el vendedor le ponga en antecedentes, notificándole con anterioridad la intención de concertar una cita con él en un breve plazo de tiempo. Llevar a cabo este paso previo establecerá un clima de cortesía y facilitará que el momento de la entrevista sea el oportuno y que el interlocutor con el que nos citemos sea el adecuado. 3.2.3.1. La importancia del establecimiento de contacto con el cliente y sus repercusiones La primera impresión causada sobre el prospecto determinará la actitud y la predisposición mostrada por éste hacia el vendedor, ya no sólo en esta fase inicial, sino también en el resto de las fases posteriores del proceso de venta. Por tanto, esta primera fase resulta crucial, ya que marcará el contexto sobre el cual el vendedor llevará a cabo la comunicación con el posible comprador y sobre el que construirá la relación de venta con el mismo. Más aún, hay que tener en cuenta que el vendedor únicamente contará con una oportunidad para lograr causar una buena impresión inicial sobre el prospecto. En base a esta idea, éste deberá venderse a sí mismo antes de esperar vender el producto. Para ello, procurará cuidar cada detalle, incluyendo aspectos relacionados con la apariencia física, como el vestir con ropa formal, ir bien aseado y peinado, así como aspectos asociados a la propia personalidad del vendedor, como la puntualidad, el mostrarse amable y simpático, transmitir seguridad, sinceridad y tranquilidad, y tener una actitud de confianza y profesionalidad. Todos estos aspectos contribuirán a la buena impresión causada por el vendedor, asegurarán la atención y escucha por parte del prospecto hacia éste y, de esta manera, 95 harán más fácil su captación. Sin embargo, no conviene olvidar que el objetivo final del vendedor es lograr la compra por parte del prospecto. Por tanto, no debe conformarse con lograr la atención del cliente, sino que, una vez conseguida, debe tratar de transformar esta atención en un interés positivo hacia los productos ofrecidos. 3.2.3.2. Seis pasos básicos para establecer un buen contacto A la hora de establecer este primer contacto con el cliente, el vendedor puede recurrir a distintos protocolos de conducta que le ayuden a conseguir una buena impresión por parte de éste, y así atraer su atención. A continuación se presentan seis pasos básicos que el vendedor debe considerar para lograr este fin: — La visita debe tener un propósito claro: el tiempo es un bien valioso, y a los posibles clientes les molesta sentir que lo están perdiendo. — Crear un ambiente cordial: así el cliente se sentirá en predisposición de escuchar la presentación. — Preparar un sólido discurso inicial: éste debe haberse planeado con anterioridad, dando declaraciones específicas para lograr la atención del prospecto a través de distintas alternativas de entrada: • Entrada con una pregunta: cuando el vendedor formula una pregunta, se contesta por cortesía; en consecuencia, se logra la atención del cliente. • Entrada por la curiosidad: se estimula la curiosidad del cliente, para que desee oír más acerca de la propuesta. Para ello, el vendedor debe desarrollar cierta creatividad. • Entrada por un interés especial: todos compartimos un interés personal muy fuerte por cuestiones relacionadas con la salud, los ingresos, el trabajo, el hogar y el ocio. El vendedor tiene que demostrar preocupación por estos intereses, y con ello logrará la buena voluntad de los clientes potenciales. • Entrada con un obsequio: al ofrecer un regalo al cliente, el vendedor le hará sentirse obligado o agradecido. Por ello, éste le concederá su atención. En este caso es conveniente relacionar el regalo con el producto que se va a ofrecer. • Entrada con un servicio: se ofrece una asistencia gratuita al cliente, para que éste tenga la buena disposición de escuchar la presentación. • Entrada con una recomendación: se presenta amparado por un amigo o conocido del cliente en cuestión. • Entrada con una exhibición: los modelos, muestras, medios audiovisuales y los propios productos facilitan un escenario más dinámico. • Entrada con algún aspecto del producto: hacer un comentario acerca delproducto en el momento en el que el cliente está revisando el producto, con tal 96 de avanzar en el proceso de venta. — Interesar los cinco sentidos del cliente: a los clientes les gusta tocar los productos, experimentar con ellos. El vendedor debe fomentar la interactividad del cliente con los propios productos. — Escuchar con atención al cliente: el vendedor no debe olvidar que una conversación de ventas se produce en dos direcciones. En este sentido, debe permanecer siempre dispuesto a escuchar al cliente y a resolver todas sus dudas y preguntas. — Determinar las necesidades de los clientes: lo que el vendedor debe ofrecer a sus clientes es satisfacción. Para ello, es importante que el cliente perciba que éste trata de comprender la situación en la que se halla, ver el problema desde su punto de vista. Así, el vendedor estará en mejores condiciones de determinar qué aspectos del producto debe realzar y sobre qué argumentos conviene apoyarse. 3.2.4. Los sistemas CRM: la creación, el mantenimiento y la gestión de las bases de datos de clientes A lo largo del presente capítulo se ha remarcado la importancia de las bases de datos desarrolladas internamente por las empresas vendedoras como mecanismo de almacenamiento y gestión de la información asociada a los distintos clientes reales y potenciales en las fases iniciales de la venta. Sin embargo, la utilidad de estas bases de datos no se limita a dichas fases iniciales, sino que resultan de gran ayuda en cada una de las fases que conforman el proceso de ventas. Como muestra de su relevancia, en las últimas décadas surge un nuevo concepto en el ámbito de la gestión empresarial, el de los sistemas CRM (Customer Relationship Management), en torno al cual se toman, de forma estructurada, todas las decisiones relacionadas con la creación, el mantenimiento y la gestión de las bases de datos de clientes por parte de las empresas. 3.2.4.1. La importancia de las bases de datos de clientes en el contexto CRM El CRM es un término utilizado en la industria de la información para referirse a la adopción, por parte de la empresa, de una estrategia de negocio basada en el uso de metodologías que la ayudan a gestionar la información asociada a sus relaciones con los clientes de una manera organizada. En este sentido, la empresa que recurre al uso de sistemas CRM muestra un claro compromiso por el uso de la tecnología y los recursos humanos, tratando de aprender más acerca de las necesidades y los comportamientos de sus clientes, con el fin de encontrar mayores facilidades para desarrollar relaciones más fuertes y duraderas con éstos. En base a ello, la empresa podrá vender y comercializar sus productos y servicios con mayor eficacia. 97 El diseño de un sistema CRM resulta complejo, incluyendo acciones diversas entre las que podemos destacar: el almacenamiento de información, el servicio de atención al cliente y la gestión asociada a formas de marketing directo (como el servicio telefónico o el comercio electrónico). De entre las diferentes acciones a considerar, encontramos una que se postula como elemento central en esta labor de diseño e implementación del sistema CRM, pues de su correcto de-sarrollo, mantenimiento y gestión dependerá, en gran medida, el éxito del resto de acciones a emprender. Esta acción guarda relación con el almacenamiento de información, y tiene su traducción operativa en el desarrollo de una base de datos relacional que haga posible que la empresa disponga de información clara, precisa y actualizada sobre cada cliente. Así, la empresa debe construir una base de datos que describa con el suficiente detalle los factores concretos que caracterizan la relación con sus clientes, con el fin de que los diferentes estamentos que la componen, en especial los gestores y administradores, los vendedores y las personas que les prestan servicios, puedan acceder directamente a información precisa sobre éstos, pudiendo así adoptar la respuesta más óptima en cada escenario de venta. De hecho, en el ámbito empresarial, se observa una clara tendencia hacia la implantación progresiva de las bases de datos relacionales como mecanismo de mejora de la eficiencia en la gestión de las relaciones con el cliente por parte de la empresa, hasta el punto de ser consideradas, hoy en día, como un elemento esencial de su función comercial. Entre las ventajas asociadas al uso de bases de datos de clientes dentro de un contexto CRM encontramos las siguientes: — Ayuda a la empresa a que su departamento de marketing sea capaz de identificar y seleccionar a sus mejores clientes, gestionar sus campañas y generar contactos de calidad para el equipo de ventas. — Hace posible la formación de relaciones individualizadas con los clientes, pudiendo adaptar la oferta con los productos más adecuados para cada caso, con el objetivo final de mejorar su satisfacción. — Facilita la clasificación de los clientes en distintos rangos de relevancia, pudiendo maximizar las ganancias a partir de la identificación de los clientes más rentables, para así ofrecerles un nivel de servicio más alto. — Proporciona a los empleados la información y los mecanismos necesarios para conocer a sus clientes, comprender e identificar sus necesidades y construir relaciones duraderas con ellos. — Hace más fácil la labor de seguimiento del cliente, su servicio postventa y la gestión de sus quejas y reclamaciones. — Permite mejorar la gestión de sus ventas, más aún en casos en los que se practica el marketing directo a través de medios como la venta telefónica o a través de 98 Internet, ya que contribuye a la optimización de la información compartida por varios empleados y la racionalización de los procesos existentes. Todo ello contribuye a incrementar la eficiencia en el proceso de venta, a través del acortamiento de sus fases, la simplificación de sus posibles obstáculos, el aumento del volumen de ventas y el logro de una mayor satisfacción por parte de los clientes. Aun así, conviene tener en cuenta que las repercusiones positivas asociadas al uso de estas bases de datos y la adopción de un enfoque basado en el CRM se harán visibles en la medida en que la empresa evite caer en alguno de los siguientes errores frecuentes (Equipo Cultural, 2009): — Volcar toda la responsabilidad del éxito en la tecnología. La tecnología constituye una ayuda, pero sólo tiene sentido tras tener perfectamente definidos los objetivos de negocio. — Falta de apoyo por parte de la dirección, debido principalmente a la falta de conocimiento de las oportunidades que el CRM ofrece. — Falta de una orientación al cliente en la cultura de la organización. La empresa se encuentra anclada en una orientación puramente transaccional, basada en una visión egocentrista del negocio que toma como pilares factores asociados al producto, a la producción y a la venta. — Falta de percepción del retorno de la inversión efectuada. Suele guardar relación con el hecho de que el sector en el que se ha utilizado no ha alcanzado el grado de madurez suficiente, existiendo todavía un desconocimiento generalizado sobre la manera en que determinar este retorno. — Falta de visión y estrategia. Es un problema habitual no tener una estrategia claramente definida y, por tanto, unos objetivos de negocio medibles en el área del CRM. Además, el problema crece en tanto en cuanto no existe una correcta asignación de recursos y una metodología adecuada para el desarrollo del proyecto. — Falta de redefinición de los procesos. Al igual que en cualquier otro tipo de proyecto, es necesario redefinir los procesos y rutinas según evolucionan y/o cambian las condiciones de negocio para conseguir los resultados deseados. — Disposición de datos e información de mala calidad. Hay que tener en cuenta que uno de los pilares del CRM es el conocimiento del cliente y, dentro de este concepto, la calidad de la información es básica, ya que es a partir de ella de donde se extraen conclusiones. — No gestionar correctamente el cambio. Al igual que en cualquierproyecto de envergadura, es necesaria una correcta gestión del cambio y de la cultura organizacional, que favorezca la adaptación interna y la asimilación de estos nuevos medios de gestión de la información del cliente por parte de los empleados. — Causas debidas al carácter novedoso y aún en evolución dentro del campo del 99 CRM. Esto implica encontrarnos con soluciones poco desarrolladas y validadas, falta de asesores especializados, etc. 3.2.4.2. El proceso de implementación de un sistema CRM Como se ha apuntado con anterioridad, la implementación de un sistema CRM es una labor compleja, que no debe limitarse a consideraciones simplistas asociadas a la implantación de una nueva tecnología o unas herramientas analíticas determinadas, y ni siquiera a la creación de un departamento en la empresa dedicado específicamente a ello. Por contra, la implementación de un sistema CRM implica un cambio radical de la orientación estratégica de la compañía y conlleva el diseño conjunto, coordinado y sincronizado de múltiples acciones basadas en el servicio y la atención personalizada al cliente. En este sentido, conviene repasar una serie de factores clave que la empresa debe tener en cuenta para que esta implementación se produzca de forma exitosa: — Determinar la estrategia sobre el cliente antes de considerar qué tipo de tecnología necesita. — Dividir el proyecto CRM en diferentes subproyectos de menor rango a través de la creación de programas piloto y del planteamiento de logros a corto plazo. Así, es conveniente comenzar con un proyecto piloto que incorpore todos los servicios que se estimen necesarios, pero que, al mismo tiempo, sea lo suficientemente simple y flexible como para permitir incorporar pequeños ajustes a lo largo del proceso. — Asegurarse de que el sistema CRM programado incluye un marco estructural que garantiza su posible evolución. Por ejemplo, en el supuesto concreto de las bases de datos, ante un volumen creciente de clientes la empresa debe cerciorarse de que en caso de necesitar expandir sus sistemas de almacenamiento de información podrá hacerlo. — Reflexionar acerca de los datos que se recogen y almacenan. La empresa puede tener el impulso inicial de recopilar toda la información posible. Sin embargo, en muchos casos esta información carece de algún tipo de utilidad o aplicabilidad, lo cual supone una pérdida de tiempo y dinero. Por esta razón, la información debe ser filtrada en los anteriores términos. — Adoptar un compromiso íntegro en torno a la implementación del CRM por parte de las distintas áreas funcionales que integran la empresa. En efecto, los mayores rendimientos en la implantación de un sistema de este tipo provienen de su alineación con las propias estrategias comerciales y demás tecnologías de la información utilizadas de forma coordinada por todos los departamentos de la empresa. Por tanto, se debe evitar volcar la responsabilidad sobre el mismo en un 100 único grupo. Desde un punto de vista metodológico, y con independencia de las acciones concretas que la empresa decida llevar a cabo, las etapas que todo sistema CRM debería garantizar en su implementación serían básicamente cuatro (figura 3.4): el análisis del cliente, su diferenciación, la interacción con ellos y la adaptación de la oferta. Figura 3.4. Las etapas básicas en la implementación de un sistema CRM. 1. Análisis del cliente Es preciso que la empresa analice e identifique a sus clientes, de forma que siempre pueda saber siempre quiénes son. De este modo, independientemente de que conecten con la empresa por un medio u otro de los habilitados por ésta (punto de venta, telefónicamente, a través de Internet, etc.), siempre deben ser considerados como el mismo cliente a lo largo de todas las transacciones e interacciones que realicen a lo largo del tiempo. Más aún, la empresa debe ser capaz de almacenar toda la información valiosa asociada al cliente con el fin de desarrollar un perfil individualizado del mismo. Esta información podrá ser de distinta naturaleza, procediéndose a su clasificación en cuatro apartados generales: — Información personal y de contacto: recoge datos como el nombre o la dirección del cliente. 101 — Información operativa y de clasificación: se utiliza sobre todo para la catalogación de los perfiles. En el caso de clientes industriales incluye aspectos como el personal de contacto, la clasificación industrial, datos financieros del cliente, su sistema de compra, tipología de empresa, etc. En el caso de los consumidores finales hablaríamos de criterios como la edad, la profesión, el estado civil, el número de hijos, el nivel económico y cultural, etc. — Información respecto a las interacciones con el cliente: se refiere al registro de las incidencias acaecidas a lo largo del transcurso de la relación entre empresa y cliente. Aquí incluiríamos aspectos asociados a la correspondencia establecida con el cliente, información respecto a sus compras, posibles acciones de marketing directo ejercidas sobre éste, su respuesta a encuestas y otras incidencias asociadas a momentos posteriores a la compra (devoluciones, reclamaciones, impagos, consultas, etc.). 2. Diferenciación del cliente La empresa debe ser capaz de catalogar a los clientes identificados en grupos definidos por unas pautas y características comunes, tales como el tipo de necesidades que le plantean, el valor asociado a los mismos, etc. En línea con la idea expuesta en el punto anterior, el cliente espera sentirse reconocido como tal por parte de la empresa, y que ésta actúe con él teniendo en cuenta su rango de valor. 3. Interacción con el cliente Esta etapa implica llevar a cabo acciones que fomenten el contacto personal con el cliente. Éste no debe ser un contacto sin más, sino que la empresa tiene que utilizar la información que dispone del cliente para darle un marcado carácter individualizado. Más aún, la interacción implica un flujo bidireccional en la comunicación establecida entre las partes. En base a esta idea, la empresa siempre debe tratar de aprovechar estos contactos para obtener información adicional del cliente que pueda ser registrada en su base de datos. En todo caso, la empresa no debe abusar en exceso de los contactos con el cliente, sino que éstos deben establecerse únicamente cuando con ellos se proporcione un valor al cliente, bien con ofertas que podamos suponer que le interesan o con peticiones de información que le parezcan relevantes. 4. Adaptación de la oferta En base a las acciones realizadas en las etapas anteriores, la empresa debe, en la 102 medida en que sea posible, adaptar su producto a cada cliente, para cubrir sus necesidades de una manera aún más eficiente. Incluso en el caso de ventas futuras, en función de las compras previas realizadas por el cliente, el vendedor puede ofrecer unas recomendaciones de producto que tiendan a ajustarse en mayor medida a lo que el cliente busca. Esta cuarta etapa supone dar el paso más difícil en toda estrategia CRM, y requiere de la integración y correcto funcionamiento de las tres etapas anteriores. CONTENIDO ADICIONAL Caso práctico Clara Vicente S.L., es una empresa joven de carácter local cuya actividad se centra en el campo de la limpieza y la depuración del aire de espacios. En concreto, esta empresa, creada hace tan sólo un año, trata de llevar a cabo esta función de limpieza y depuración a través de una nueva tecnología basada en el ozono, es decir, en el oxígeno trivalente. En este sentido, se ha especializado en la comercialización de generadores de ozono adaptados a las dimensiones de cada espacio que permiten la purificación del aire, la eliminación de malos olores y la desinfección de ambientes interiores. Así, el uso de estos generadores elimina contaminantes químicos, biológicos y partículas del aire que respiramos, evitando enfermedades, contagios y alergias en los lugares de trabajo, ocio, hogares y centros educativos o sanitarios. Dada la variedad de posibles ámbitos de aplicación de esta tecnología,una de las cuestiones clave en esta etapa inicial de la empresa se centra en la organización interna de la venta en torno a los distintos segmentos a los que puede dirigirse. A este respecto, la empresa se plantea dividir su actividad en dos líneas de negocio generales. Por un lado, en la desinfección de vehículos de automoción, pensando en clientes potenciales como los talleres, empresas de limpieza de coches, concesionarios de vehículos nuevos y seminuevos, así como empresas de alquiler de vehículos y transporte público. Por otro lado, la desinfección y limpieza de ambientes interiores públicos y privados, como pueden ser los hoteles, lugares de ocio y restauración, centros de enseñanza, gimnasios y centros deportivos, hogar, oficinas, centros sanitarios y geriátricos, y cualquier tipo de negocios asociados a alimentos, como pescaderías, fruterías, etc. A pesar de esta concepción inicial, lo cierto es que, en un principio, tan sólo está comercializando sus productos para su uso en vehículos, planteándose una entrada gradual a nuevos segmentos de mercado como los anteriormente descritos. En términos de cobertura del mercado, en la actualidad la empresa está centrada en su crecimiento y desarrollo en el ámbito autonómico, donde apenas tiene competencia, pero tiene planes ambiciosos de expansión en el mercado nacional e internacional. Esta idea viene además respaldada por la tendencia global existente en el mercado mundial de una conciencia social y cultural hacia valores como la salud y 103 el respeto al medio ambiente. El producto comercializado por Clara Vicente S.L., combina a la perfección estos dos aspectos, al representar un sistema de limpieza e higienización totalmente ecológico, es decir, que no utiliza ningún tipo de producto químico contaminante ni perjudicial para la salud del usuario. De hecho, en la empresa existe la convicción de que trabajan con un producto innovador, efectivo y de calidad, que puede aportar un claro beneficio a sus usuarios si se sabe vender de la forma adecuada. Ahora bien, es justo este carácter novedoso el que les hace ser conscientes del posible desconocimiento sobre el producto que puede presentar el cliente. Más aún, la diversidad de posibles segmentos de mercado a los que dirigirse y el carácter distinto de cada uno de ellos hace que el discurso de venta pueda tener que ser adaptado en función de cada caso. Todo ello lleva a la empresa a la necesidad de realizar una planificación exhaustiva y precisa en relación a su función de venta. Cuestiones a resolver: Pregunta 1. Tomando como referencia tu ámbito de trabajo, realiza una clasificación de posibles segmentos a los que podrías dirigirte con este producto. ¿Qué criterios has tenido en cuenta para tu selección? Pregunta 2. ¿A qué fuentes de información aconsejarías acudir a la empresa para llevar a cabo su búsqueda de prospectos? De entre los diferentes segmentos planteados en la pregunta anterior, identifica tres prospectos concretos en cada uno de ellos, explicando la fuente sobre la cual los has obtenido. Céntrate en tres de los prospectos identificados y realiza un perfil individual de los mismos con tal de evaluarlos. Pregunta 3. Imaginemos que la empresa ha decidido dirigirse a una nueva guardería que han inaugurado recientemente en la zona. Realiza la planificación de la entrevista, precisando las etapas y criterios que tendrías en cuenta. Pregunta 4. Partiendo del supuesto expuesto en la pregunta anterior, redacta el contenido de una posible primera entrevista entre la directora de la guardería y el vendedor de Clara Vicente S.L. ¿Qué aspectos debería tener el vendedor para intentar lograr una buena primera impresión? Pregunta 5. ¿Aconsejarías a Clara Vicente S.L. la adopción de un sistema CRM? Justifica tu respuesta atendiendo a las repercusiones positivas y/o negativas que piensas que implicaría. PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN Y REVISIÓN 104 (Descargar o imprimir) A continuación encontrarás un total de diez cuestiones relacionadas con el contenido teórico tratado en este capítulo. En cada una de las preguntas propuestas se plantean cuatro posibles respuestas, siendo solamente una de ellas válida. Teniendo en cuenta este criterio, y que todas las preguntas tienen un valor de un punto, evalúa tu nivel de conocimientos resolviendo el cuestionario y calculando tu resultado comparando tus respuestas con las soluciones que encontrarás al final del mismo. 1. ¿Cuál de las siguientes posibilidades no representa una de las fases iniciales del proceso de ventas? a) Presentación y demostración. b) Preparación de la entrevista. c) Prospección. d) Acercamiento. 2. De entre las siguientes afirmaciones relacionadas con el proceso de prospección, señala la opción incorrecta. a) La identificación de prospectos debe acompañarse de una catalogación de los mismos por parte de la empresa. b) La labor de prospección requiere de una responsabilidad compartida de todos los empleados de la empresa, independientemente de que no sean vendedores. c) La prospección se asocia con el correcto tratamiento de objeciones planteadas por el cliente por parte del vendedor. d) La prospección se asocia a la búsqueda de nuevos clientes. 3. Identifica cuál de estas fases forma parte del proceso de prospección. a) El servicio de atención al cliente. b) La definición del enfoque de la entrevista. c) La selección de los vendedores. d) La determinación de las fuentes de información. 4. ¿Cuál de las siguientes opciones no representa una fuente de información directa? a) La cartera de clientes de la empresa. b) Las bases de datos comerciales. c) Las fuentes personales. d) Las ferias. 105 http://www.edistribucion.es/piramide/220768/cuestionario_3.pdf 5. Señala la afirmación incorrecta relacionada con la fase de preparación de la entrevista. a) Consiste en la obtención de información más detallada de los prospectos y la planificación de la entrevista adaptada a las particularidades de cada uno de ellos. b) Es la fase inmediatamente posterior al acercamiento por parte de la empresa al prospecto. c) Supone una fase intermedia entre la prospección y el acercamiento. d) La determinación de las necesidades del prospecto, la fijación de los objetivos de la entrevista y la elección del enfoque a adoptar en la misma son sus etapas. 6. ¿Cuál de las respuestas que se muestran a continuación no representa un enfoque de la entrevista de ventas? a) Enfoque de persuasión. b) Enfoque de información. c) Enfoque de relación. d) Enfoque de recuerdo. 7. De entre los siguientes posibles objetivos de la entrevista de ventas, ¿cuál se correspondería con un enfoque de persuasión? a) Tratar de cambiar la percepción del producto y/o empresa. b) Informar sobre un cambio de precio. c) Recordar dónde se puede adquirir el producto. d) Mantener el recuerdo del producto fuera de temporada. 8. ¿Cuál de estos criterios no es relevante tener en cuenta en la fase de acercamiento con el cliente? a) Establecer un propósito claro a la visita. b) Determinar las necesidades de los clientes. c) Crear un ambiente cordial. d) Fijar las condiciones del pedido. 9. Centrándonos en los sistemas CRM, determina la opción incorrecta. a) Hacen posible la formación de relaciones individualizadas con los clientes. b) No conllevan necesariamente la adopción de una orientación al cliente en la cultura de la empresa. c) Hacen más fácil la labor de seguimiento del cliente. 106 d) Facilitan la clasificación de los clientes en distintos rangos de relevancia. 10. ¿Cuál de las siguientes respuestas no se corresponde con una de las etapas metodológicas fundamentales asociadas a la implementación de un sistema CRM? a) La diferenciación del cliente. b) La interacción con el cliente. c) La formación de la fuerza de ventas. d) La adaptación de la oferta. Solución 1 a); 2 c); 3 d); 4 b); 5 b); 6 c); 7 a); 8 d); 9 b); 10 c) PREGUNTAS A DEBATE 1. ¿Por qué crees que, aun siendo una fase inicial incluso anterior al contacto con el posible cliente, la prospecciónes considerada como una de las etapas fundamentales en todo proceso de ventas? ¿Qué factores del entorno crees que han contribuido a que hoy en día se pueda llevar a cabo con mayor eficiencia? 2. ¿Serías capaz de plantear la organización de la prospección de ventas para los siguientes tipos de organizaciones? — La universidad en la que has desarrollado tus estudios. — Un centro de estética. — Un fabricante cerámico. — Una pequeña tienda especializada del sector textil. 3. Supongamos que perteneces a una empresa dedicada a la venta de productos farmacéuticos para la pérdida de peso, y se te encomienda la preparación de la entrevista de ventas. Expón los pasos y criterios que tendrías en cuenta. ¿Cómo crees que variaría la preparación de la entrevista en el caso de estar destinada a clientes fieles a tu marca? 4. Atendiendo a las cuatro tipologías de empresa presentadas en la pregunta 2, valora posibles diferencias en cuanto al grado de importancia de la fase de acercamiento y contacto. Siguiendo con el ejemplo planteado en la pregunta 3, expón estrategias que utilizarías para tratar de lograr una buena primera impresión en tu prospecto. 5. Imagina que te dedicas a la distribución de productos de alimentación sobre el sector de la restauración. Identifica los aspectos que consideras necesarios en el diseño e implementación de un sistema CRM. ¿Serías capaz de plantear, a modo 107 de ejemplo, los campos que incluirías en tu base de datos de clientes? TÉRMINOS CLAVE — Acercamiento y contacto. — Adaptación de la oferta. — Análisis del cliente. — Bases de datos de clientes. — Criterios de búsqueda. — Diferenciación del cliente. — Enfoque de la entrevista. — Evaluación de prospectos. — Fases iniciales de la venta. — Fuentes de información. — Hoja de ruta. — Interacción con el cliente. — Objetivos de la entrevista. — Preparación de la entrevista. — Prospección de ventas. — Sistemas CRM. BIBLIOGRAFÍA Equipo Cultural (2009): Enciclopedia práctica de ventas. Madrid: Grupo Cultural. Kotler, P. y Armstrong, G. (2013): Fundamentos de marketing. Madrid: Pearson Prentice. Küster, I. y Román, S. (2006): Venta personal y dirección de ventas. Madrid: Thomson Paraninfo. Manera, J., Pérez, E. y Mercado, C. (2000): Dirección y técnicas de ventas. Madrid: ESIC. Santesmases, M. (2012): Marketing: conceptos y estrategias. Madrid: Pirámide. Vidales, J. C. y Redondo, E. (2007). La venta consultiva. Madrid: Pirámide. 108 4 Las fases avanzadas del proceso de ventas Tras la prospección, presentación y primer contacto, el proceso de venta entra sus fases más decisivas. En el presente capítulo se desarrollan las fases avanzadas de presentación, demostración, tratamiento de objeciones y cierre, en un escenario donde las habilidades naturales y el adiestramiento del vendedor interactúan con las necesidades y la personalidad del cliente. 4.1. LA PRESENTACIÓN DE VENTAS La fase de presentación representa la primera de las fases avanzadas del proceso de ventas. Una vez se ha producido el contacto inicial del vendedor con el prospecto, en el cual se ha tratado de conseguir una buena impresión inicial, desde el punto de vista social, que genere un clima agradable y de confianza entre las partes, el vendedor debe avanzar en el proceso tratando de convertir este enfoque social en un enfoque de negocio, que se encamine a la consecución de la venta (figura 4.1). Posteriormente, una vez logrado el cierre de la venta, el vendedor no deberá conformarse con ella, sino que continuará el contacto con el cliente desde un punto de vista más relacional que contribuya a la fidelización del mismo. Figura 4.1. Fases avanzadas del proceso de ventas. 109 Por tanto, la fase de presentación se corresponde con el momento en el que el vendedor lleva a cabo la presentación del producto al prospecto, dándole a conocer sus principales características, beneficios y atributos. 4.1.1. La importancia de la presentación de ventas La fase de presentación representa una etapa crucial en el proceso de ventas, ya que supone proceder a la confirmación o rechazo de las expectativas creadas, tanto por comprador como prospecto, en función de la información que ambos habían generado en las fases iniciales vistas en el capítulo anterior. Por un lado, el vendedor será capaz de constatar las necesidades específicas del prospecto y su interés sobre la empresa, la marca y/o el producto ofrecido. Por otro lado, el prospecto podrá determinar en qué medida su impresión inicial en relación a cada uno de estos tres ámbitos (empresa, marca y/o producto) queda fortalecida o debilitada a partir de la argumentación realizada por el vendedor acerca de los beneficios asociados al producto presentado. En tanto en cuanto estas expectativas queden confirmadas, las posibilidades de que la negociación entablada llegue a buen puerto se verán incrementadas. Por tanto, el principal objetivo perseguido en esta fase se basará en tratar de transformar el interés que se formó en la etapa de acercamiento en deseo de adquirir el producto. Este objetivo general se puede descomponer en diversos subobjetivos de carácter más específico: — Hacer ver al prospecto que tiene una necesidad por cubrir o problema por resolver. — Convencer al prospecto de que esa necesidad o problema puede quedar cubierta o resuelta a través del producto ofrecido y los beneficios asociados a éste. — Contrastar en la medida de lo posible la información aportada, de forma que el prospecto perciba con claridad la fiabilidad del vendedor, de su empresa y del producto a presentar. — Provocar al prospecto hacia la compra del producto. Sin embargo, estos objetivos no podrán mantenerse siempre. Partiendo de la base de que es en esta fase en la que el vendedor puede descubrir si realmente el prospecto tiene una necesidad asociada a los beneficios ofrecidos por su producto, puede darse una situación negativa en este sentido, de modo que se descarte la existencia de tal necesidad. En este caso, el vendedor no debe sobrepasar el límite de la insistencia abusiva, pues será un claro signo hacia el prospecto de que lo primordial en su visita era lograr la venta a toda costa, y no tanto el ofrecerle un servicio personalizado en base a sus problemas y necesidades reales. Así, el vendedor, con independencia de la posibilidad de seguir adelante en la presentación, debe mantener, e incluso reforzar, la 110 buena impresión inicial causada en el prospecto, manteniendo un clima de sinceridad y compromiso con este último, que le permita tener las puertas abiertas de cara a contactos futuros y posibles recomendaciones a terceros. 4.1.2. Las etapas de la presentación de ventas Como hemos apuntado anteriormente, la importancia de la fase de presentación reside en que de ella depende la confirmación de las expectativas previas que tanto vendedor como prospecto tienen sobre la otra parte. Es decir, la labor desempeñada por el vendedor en esta fase será determinante para que el interés mostrado inicialmente por el prospecto se convierta en el deseo de comprar el producto. En esta labor de confirmación y de persuasión llevada a cabo por el vendedor resulta esencial que éste contemple la fase de presentación bajo un horizonte secuencial que siga las pautas establecidas en el denominado modelo A.I.D.A. Este modelo implica el paso gradual por cuatro momentos básicos a lo largo de la presentación de ventas (Lewis, 1898; Strong, 1925): captar la atención del prospecto, despertar su interés hacia el producto, provocar el deseo sobre el mismo y conseguir la acción de compra. — Atención: el vendedor debe atraer la atención del prospecto hacia su presentación antes de que realmente entre en los detalles de la misma. En otras palabras, debe asegurarse de haber logrado la receptividad del prospecto. Es usual que, en el momento en el que el vendedor llegue al punto de reunión con el prospecto, éste se encuentre ocupado en otras tareas. En este sentido, antes de encontrarse con el vendedor, la mente del cliente potencial puede estarcentrada en algo distinto al producto en cuestión sobre el que el vendedor viene a hablar. A menos que el vendedor logre implicar la mente del cliente potencial en la presentación, el esfuerzo que éste realice en la misma puede pasar totalmente desapercibido para el prospecto. Por tanto, resulta fundamental llamar la atención del prospecto para que éste deje a un lado otras tareas y se involucre en la presentación, tanto física como mentalmente, con el fin de obtener el máximo de la entrevista de ventas. — Interés: una vez el vendedor haya logrado ganar la atención del prospecto, debe conseguir mantener su interés a lo largo de la presentación. En otras palabras, el vendedor debe garantizar que el prospecto permanece interesado en su presentación en toda su longitud y que no se evade de la misma. Para ello es esencial que el vendedor sea consciente de las necesidades, intereses, gustos, actitud y motivación del prospecto, adoptando el enfoque más adecuado en su presentación teniendo en cuenta todos estos factores. — Deseo: el siguiente paso a tener en cuenta en la presentación debe ir encaminado a la creación de un fuerte deseo en la mente del prospecto hacia la compra del 111 producto ofrecido. Con este fin debe concentrarse en proyectar con claridad los beneficios aportados por el producto. La percepción de estos beneficios por parte del prospecto resultará clave en la aparición y el fortalecimiento de su motivación hacia la compra del producto. — Acción: el paso exitoso por los tres momentos anteriores debería tener su traducción final en el cierre de la compra del producto. Sin embargo, en muchas ocasiones, incluso después de cubrir los tres momentos de atención, interés y deseo, el prospecto puede presentar todavía ciertas dudas o reticencias que podrían alejarlo de la decisión de comprar. Por este motivo, el vendedor no puede dejar de centrar toda su atención en el prospecto hasta el fin del proceso, momento en el que se cierra formalmente la venta del producto. Los diferentes momentos a seguir por parte del vendedor a lo largo de la presentación de ventas según el modelo A.I.D.A. pueden sintetizarse en tres etapas sucesivas de carácter general: la etapa inicial, de desarrollo y de clausura de la presentación. En concreto, la etapa inicial recogería la captación de la atención del prospecto. Por su parte, la etapa de desarrollo constituiría el cuerpo de la presentación, en la que el vendedor trata de convertir el interés mostrado por el prospecto en el deseo por su producto. Finalmente, la etapa de clausura guardaría relación con la consecución de una acción positiva del prospecto hacia el producto ofrecido, que tuviera su traducción en una decisión de compra por parte de éste (figura 4.2). Como queda patente en los párrafos anteriores, aun partiendo de un planteamiento común asociado a cuatro momentos básicos (atención, interés, deseo y acción), el desempeño por parte del vendedor del modelo A.I.D.A. está sujeto a la casuística particular de cada prospecto. Así, la argumentación utilizada en cada presentación del producto debe alejarse del enfoque tradicional «enlatado», asociado a presentaciones memorizadas previamente por el vendedor y repetidas sistemáticamente a todos sus prospectos. Cada argumentación debe ser diferente y adaptarse a cada cliente, resaltando las características, beneficios o atributos del producto que podrían satisfacer sus necesidades particulares, que podrían resolver su problema o que más podrían interesarle. Del mismo modo, el cliente no debe ser un espectador pasivo de la presentación, sino que el vendedor tiene que promover su participación, lo cual a su vez permitirá conocer mejor sus necesidades o su problema y, de esta manera, adaptar la argumentación utilizada a dichas necesidades o problema. 112 Figura 4.2. Las etapas de la presentación de ventas: el modelo A.I.D.A. En este sentido, la presentación del mensaje o argumento de ventas se basará en una estructura particular para cada prospecto construida sobre tres pilares fundamentales: — Las características del producto: lo que es el producto en sí, sus atributos y funcionalidades. — Las ventajas del producto: aquello que lo hace superior a los productos de la competencia. — Los beneficios que obtiene el cliente: aquello que busca el cliente de forma consciente o inconsciente. Estos tres pilares siempre deberán valorarse tomando como punto de partida las necesidades y problemas específicos del prospecto en cuestión. 4.2. LA DEMOSTRACIÓN La fase de demostración representa una etapa complementaria a la fase de presentación, en el caso en el que el producto o servicio así lo permita. De hecho, siempre que sea posible, el vendedor debe apoyar su presentación en ella, pues supone un recurso clave para que el prospecto pueda confirmar in situ la información aportada sobre el producto ofrecido. En otras palabras, es el momento en el que el posible cliente comprueba si es el producto hace lo que el vendedor dice, reforzando así su atención, su 113 interés y su deseo y, de este modo, acercando al prospecto a actuar positivamente a través de la adquisición del producto. A este respecto, mediante una demostración eficaz el vendedor puede conseguir diversos aspectos ventajosos sobre el prospecto, que podemos resumir en los siguientes cinco resultados: — Genera aprecio por el producto y deseo de poseerlo. — Tiende a retener su atención, previniendo una posible interrupción. — Ofrece al cliente una experiencia real de uso del producto, lo cual ayuda a que el producto se venda por sí mismo. — Tiende a reducir las reticencias del prospecto a la compra, ya que hace que vea más beneficios que barreras. — Ayuda a asegurarse la confianza del cliente. Ahora bien, al igual que ocurría en las fases anteriores, la demostración requiere de una preparación previa, por lo que su eficacia dependerá, en gran medida, del grado en que el vendedor haya trabajado en ella. En relación a esta cuestión, a continuación se detallan siete reglas básicas que todo vendedor debería tener en cuenta a la hora de afrontar una demostración de venta: — Planear y ensayar la demostración. Saber qué decir en el momento de iniciar la presentación y estar preparado para cualquier inconveniente que pueda ocurrir. — Basar la demostración en mostrar las ventajas del producto. Descubrir las necesidades y deseos del cliente para mostrar cómo las características del producto pueden satisfacerlos. — Demostrar las características obvias en primer lugar. Inicialmente el vendedor debe centrarse en aspectos asociados a la apariencia externa del producto. Posteriormente se procederá a mostrar las características ocultas del mismo, que serán utilizadas como argumento decisivo del vendedor para convencer al prospecto. En todo caso, el vendedor siempre tiene que tener en mente que aquella característica que el cliente considere como la más importante debe tener preferencia ante los demás argumentos. — Dejar participar al cliente. A los clientes les gusta manejar, probar, experimentar, etc., para convencerse a sí mismos de que el producto satisface sus necesidades. Se trata de crear un vínculo personal entre el producto y el prospecto. — Ir comprometiendo al cliente. Hay que dialogar con el prospecto tratando de llevar la conversación hacia comentarios e ideas emitidos por parte del prospecto que lo comprometan con el producto. — Presentar el cuadro con claridad. El objetivo es que el prospecto tenga la atención y el interés puestos en el vendedor. Para ello éste debe contar con recursos varios que le sirvan de ayuda, como material audiovisual, folletos, 114 muestras, etc., todo lo necesario y disponible a su alcance para que el prospecto tenga la idea más clara posible acerca de las prestaciones del producto. — Estar constantemente listo para el cierre. Éste puede surgir en cualquier momento o suceso, sin que se pida o se fuerce. 4.2.1. La comunicación efectiva en la venta En el proceso de venta, la comunicación cumple un papel clave,ya que es el mecanismo a través del cual el vendedor y el prospecto pueden transmitirse información el uno al otro. En este sentido, en la medida en que esta comunicación se produzca de forma fluida, las posibilidades de llegar a un acuerdo positivo en la negociación se verán incrementadas. En términos generales, la comunicación implica considerar una serie de elementos básicos, los cuales quedan recogidos en la figura 4.3. En concreto, en el proceso de comunicación partimos de un emisor (vendedor) que quiere trasladar una información a un receptor (prospecto). Esta información debe plasmarse en algo concreto, a lo que denominamos mensaje, a través de un proceso de codificación en el que se utilizan un conjunto de códigos (signos verbales y no verbales, pero también colores, sonidos, imágenes, etc., en caso de utilizar materiales adicionales). El mensaje viaja hasta el receptor a través de un determinado canal. Éste puede ser de muchos tipos, variando en función del modo de comunicación. Algunos ejemplos de canal podrían ser el teléfono, Internet, el aire en el caso de una comunicación directa por parte del vendedor, etc. El mensaje recibido por el destinatario es entonces interpretado. Para ello, el mensaje codificado en símbolos debe pasar por un proceso de descodificación para interpretar su significado. A este respecto, para que la comunicación sea efectiva el receptor debería interpretar el mensaje tal cual pretendía trasladar el vendedor; de ahí su dificultad. A lo largo de la transmisión del mensaje pueden darse interferencias o ruido, que es cualquier perturbación que se produce en el proceso de transmisión y recepción de un mensaje impidiendo la correcta interpretación. Puede ser un sonido externo (ruido de la calle, teléfono, etc.) mientras se transmite el mensaje, una palabra ambigua, mal pronunciada, una indisposición por parte del vendedor, etc. El fin último de la comunicación en un contexto de venta no sólo es informar, sino que lo que pretende es provocar un estímulo en el consumidor que lo mueva hacia la acción y provoque una retroalimentación. En este sentido, el proceso debería concluir con la obtención de una respuesta favorable del destinatario del mensaje, que en último término consiste en la compra del producto ofrecido. 115 Figura 4.3. El proceso de comunicación. Como queda patente en la figura 4.3, el mensaje constituye el elemento central sobre el que gira el proceso de comunicación entre vendedor y prospecto. Por esta razón, el vendedor debe analizar el contexto concreto sobre el que se lleva a cabo la comunicación con el prospecto, para así apoyarse en las tipologías de códigos más adecuadas para la construcción de su mensaje, con tal de que éste llegue de forma efectiva al prospecto. En el contexto específico de venta personal a través de una entrevista de ventas, dos tipologías de código cobran una importancia especial: los asociados a la comunicación verbal y a la comunicación no verbal. 4.2.1.1. La comunicación verbal La comunicación verbal se refiere a la forma de comunicación que emplea las palabras como medio para transmitir el mensaje. A pesar de que a priori pueda parecer una labor sencilla, lo cierto es que la comunicación verbal presenta ciertas dificultades que el vendedor debe tener presentes: — Resulta muy difícil encontrar la palabra justa que transmita lo que se está intentando decir. — El pensamiento va a mayor velocidad que las palabras, y puede existir un desfase entre el momento en que queremos decir algo y el momento en que realmente lo decimos. — Aun planteando un discurso memorizado, cada entrevista de ventas y cada prospecto en cuestión pueden requerir desviarse del guión planteado inicialmente, resultando fundamental la capacidad de improvisación del vendedor. Teniendo en cuenta estas dificultades, es conveniente que el vendedor planifique y desarrolle unas pautas de comportamiento determinadas: — El lenguaje a emplear deberá ajustarse al utilizado por el prospecto. El vendedor 116 tendrá que detectar el registro en el que habla el cliente y, a ser posible, adecuar el suyo a este registro. Esto propiciará un mayor acercamiento y empatía entre ambos, y ayudará a que el prospecto se sienta a gusto en la conversación. — La comunicación implica un flujo bidireccional en la transmisión de la información. El vendedor deberá evitar situaciones monologuistas en las que abuse de la palabra, motivando la intervención del prospecto. — El lenguaje ha de ser claro, conciso, directo y sin rodeos. — El vendedor siempre habrá de ser cortés y amable. Incluso se podrá utilizar el humor en aquellos casos en que se crea conveniente. — Evitar el uso de frases hechas y estructuras cerradas. Éstas dan la sensación de que el vendedor trae un guión completamente preparado, idéntico al que pueda estar ofreciendo a otros clientes. Es importante que el prospecto perciba que se le está dando un trato personalizado. — No utilizar tecnicismos en exceso. Puede ser embarazoso para el cliente el reconocer que no los entiende, o, lo que es peor, puede abandonar la entrevista sin confesar que no ha entendido nada. En este caso, los esfuerzos realizados por el vendedor no habrán servido para nada. 4.2.1.2. La comunicación no verbal La comunicación no verbal hace referencia a un gran número de códigos que abarcan los gestos, movimientos y señales que se pueden realizar con el cuerpo, tanto voluntaria como involuntariamente. Entre ellos, los que se podrían citar como los más importantes serían el contacto visual, los gestos faciales, los movimientos de brazos y manos o la postura y la distancia corporal. Todos estos elementos resultan de suma importancia en el proceso de comunicación, ya que de ellos se puede extraer información acerca de nuestro estado de ánimo, de nuestra seguridad en nosotros mismos o de nuestra disponibilidad a escuchar. De hecho, pese a la importancia que se le suele atribuir a la comunicación verbal, la realidad es que entre un 65 % y un 80 % del total de la comunicación que un individuo lleva a cabo con los demás la realiza a través de canales no verbales. En todo caso, para comunicarse eficazmente, los mensajes verbales y no verbales deben coincidir entre sí. Muchas dificultades en la comunicación se producen cuando las palabras del vendedor se contradicen con su conducta no verbal. A este respecto, al igual que se hacía con la comunicación verbal, a continuación se ofrecen una serie de pautas a tener en cuenta por el vendedor respecto a distintos códigos de comunicación no verbal: — La indumentaria ha de ser impecable, limpia, bien planchada y no muy llamativa. Cada empresa determinará cuáles son sus preferencias respecto a la vestimenta de 117 sus empleados. — La voz es un elemento clave, ya que es el código que más relación guarda entre los dos tipos de comunicación, verbal y no verbal. En este sentido, el vendedor procurará asegurarse de los siguientes aspectos: • No ha de ser muy llamativa. Es decir, no debe tener un tono muy alto ni muy bajo, ya que en el primer caso podría resultar molesto y el segundo dificultaría la comunicación. • Debe reflejar cortesía, amabilidad y disposición, pero sin resultar exagerada, ya que una amabilidad o cortesía extrema puede parecer falsa y el cliente puede sentirse manipulado o engañado. • Se debe evitar mantener un tono de voz constante durante toda la entrevista porque podría resultar aburrido por monótono. Es mucho más atrayente un discurso en el que el tono de voz se adapte en cada momento al tema y a la situación. • Se cuidará la vocalización y la velocidad de expresión. Así, se tratará de hablar siempre de forma comprensible para el interlocutor, esto es, vocalizando correctamente e intentando que la velocidad con la que se habla permita al receptor entendernos, sin incurrir en un ritmo excesivamente lento y pesado. — La expresión facial variará en función del momento de la entrevista en el que se encuentren comprador y vendedor. Durante la presentación y demostración,por ejemplo, debe ser risueña. Sin embargo, en el caso en el que el prospecto exponga preocupaciones o dudas acerca del producto, la expresión ha de ser seria y mostrar interés por la inquietud de éste. — En la fijación de la mirada valoraremos dos situaciones: • En el caso en que el prospecto tenga la palabra, el vendedor deberá mirarlo a los ojos, manifestando así interés por lo que le están diciendo. • En el caso en el que el vendedor sea el que habla, deberá mirar al prospecto como signo de sinceridad, pero sin que la mirada se fije excesivamente en los ojos de éste, ya que puede resultarle avasallador y provocarle una sensación de incomodidad. — Las manos han de estar relajadas, pero debemos evitar guardarlas en los bolsillos o cruzar los brazos cuando no sepamos qué hacer con ellas. El primer caso da una imagen de indiferencia ante el interlocutor, y el segundo da la impresión de tener una actitud negativa. Por contra, el hecho de tener las manos siempre visibles y con posturas abiertas que dejen ver sus palmas es signo de apertura, de transparencia y de colaboración. 118 4.2.2. Aplicación de la programación neurolingüística (PNL) a la venta La programación neurolingüística (PNL) es un modelo de comunicación interpersonal que se ocupa fundamentalmente de la relación entre los comportamientos exitosos y las experiencias subjetivas subyacentes. En este sentido, constituye un sistema de terapia alternativa que pretende educar a las personas en la autoconciencia y la comunicación efectiva, así como cambiar sus modelos de conducta mental y emocional. La PNL se ocupa de la influencia que el lenguaje tiene sobre nuestra programación mental y demás funciones de nuestro sistema nervioso, como también los patrones lingüísticos que empleamos. Su origen lo encontramos en los años 70 en Estados Unidos, de la mano de Richard Bandler y John Grinder, quienes estudiaron los patrones de conducta de los seres humanos para desarrollar modelos y técnicas que permitiesen comprender y explicar el comportamiento y la comunicación. El análisis de las siglas que integran el término PNL nos ayudará a entender de mejor manera la idea que subyace detrás de este concepto (figura 4.4): — Programación. El individuo procesa sus experiencias vitales a través de los sentidos. Concretamente, se identifican tres tipos de sentidos: la vista, el oído y los sentidos kinestésicos, que incluyen el tacto, el gusto y el olfato. — Neuro. Esta información tomada a través de los sentidos llega al cerebro, donde se generan procesos neurológicos que, consciente o inconscientemente, originan los pensamientos del individuo, guardados para el futuro en su memoria. — Lingüística. El lenguaje es utilizado para interpretar y describir el pensamiento, llevando al individuo a una acción o conducta concreta asociada a determinados resultados. Figura 4.4. La programación neurolingüística. 119 Tanto la conducta como el pensamiento generarán programas específicos en la mente del individuo. Algunos de estos programas le favorecen, mientras que otros le limitarán; algunos serán conscientes, mientras que otros no. En este sentido, según los programas con los que interactúe, el individuo responderá al mundo externo de una determinada manera (con rabia, tristeza, euforia, serenidad, tranquilidad, plenitud, etc.). De la utilización de estos programas dependerá el resultado obtenido en la comunicación. La importancia de la PNL reside en que permite hacer conscientes los programas que no lo son y da la capacidad de reprogramar aquellos que son ineficientes para el logro de resultados satisfactorios. En suma, ayuda a utilizar el programa más conveniente ante cada situación. En el contexto de venta, el vendedor, a lo largo de su vida profesional, instala cientos de programas asociados a cada experiencia de venta, tanto positiva como negativa. La PNL ayuda al vendedor a tener una percepción más clara de sus propios programas y también de los programas de los demás. A modo de símil, la mente del vendedor actuaría como un sistema informático que va perfeccionando sus programas progresivamente en función de cada problema planteado, de modo que ante cada situación sabe utilizar el programa idóneo que hace posible la obtención de un mejor resultado. Lo importante de la PNL desde el punto de vista del vendedor es que éste adquiera la habilidad de crear nuevas rutas mentales. Al hacer esto, desarrollará unas capacidades de adaptación y empatía sobre el prospecto que le harán huir de posturas y estrategias de venta cerradas, que conducen a un estancamiento progresivo de su labor sobre mecanismos y técnicas que no suelen funcionar. Por tanto, es importante cambiar de estrategia para obtener resultados diferentes. Al conocer cómo funciona su mente, el vendedor puede empezar a dirigirla sin que sea ella la que le dirija con los programas negativos que le ha instalado. El objetivo es aprender a tener un mejor dominio de uno mismo, de sus emociones y de sus respuestas. Partiendo del proceso expuesto anteriormente, la PNL estudia el modo en que nuestro sistema neurológico y nuestra habilidad para el lenguaje construyen nuestros modelos del mundo. Puesto que sólo tres de nuestros cinco sentidos son los que podemos utilizar como canales para enviar información, la PNL establece que el ser humano tiene tres grandes sistemas para representar la información: visual, auditivo y kinestésico. El vendedor debe tener en cuenta que la utilización de los sentidos es diversa en todas las personas. En efecto, nuestros sistemas de representación se desarrollan más cuanto más los utilizamos. Por ello, si utilizamos más un sistema, los otros se desarrollarán en menor medida, lo que nos lleva a que cada persona tiene preferencia por un sistema u otro en función del que más ha desarrollado. En este sentido, cada persona tratará de buscar situaciones en las que su sentido más desarrollado tenga una ventaja mayor frente a los demás. De acuerdo a esta diversidad entre las personas según su canal sensorial preferente, éstos se clasifican en visuales, auditivos y kinestésicos. 120 — Los visuales perciben mejor su entorno mediante el sentido de la vista, su tono de voz es alto, y se caracterizan por hablar más rápido de lo normal, postura rígida, respiración superficial y rápida. Les gustan las actividades agradables a la vista. — Los auditivos perciben mejor su entorno mediante el sentido del oído, y se caracterizan por una postura distendida, posición de escucha, respiración bastante amplia, voz bien timbrada, ritmo mediano y palabras auditivas (oye, escucha). Les gustan las actividades relacionadas con la escucha y la interacción con otras personas. — Los kinestésicos perciben el mundo a través de los sentidos del tacto, gusto y olfato. Se caracterizan por una postura muy distendida, respiración profunda y amplia, voz grave y ritmo lento con muchas pausas. Les gustan las actividades físicas y buscan el contacto, la manipulación y la interacción. Puesto que cada persona tiene preferencia por un canal de comunicación, la utilización por parte del vendedor de un canal distinto al del prospecto para trasladar la información puede llevar a que este último no reciba correctamente esa información. Por ejemplo, al saludarse, las personas que tienden al canal auditivo prefieren hablar: «¡Hola!», quienes tienden al canal visual quizá prefieran sonreír o saludar con la mano, mientras que los kinestésicos preferirán darte la mano. La PNL ayuda al vendedor, a través del análisis de la comunicación verbal y no verbal del prospecto, a ser capaz de situarse en el programa óptimo a cada situación, gestionando el uso del canal más apropiado según las características del prospecto. Cuando el vendedor descubre cuál es el código de comunicación de su cliente, cómo expresa sus ideas y logra situarse en esa misma frecuencia, sintoniza con él. Es en este momento cuando lo puede acompañar en su experiencia para guiarlo en el proceso de ventas a tomar una decisión positiva. En síntesis, laPNL hace que vendedor y prospecto se comuniquen de la misma manera, averiguando cuáles son sus estrategias y sus canales de representación, para así hablar «un mismo idioma» y conseguir generar un clima de confianza y empatía de una manera rápida y efectiva, que evita los problemas de comunicación derivados del uso de canales distintos. 4.3. EL TRATAMIENTO DE OBJECIONES A lo largo de la presentación y demostración llevada a cabo por el vendedor, el prospecto puede mostrar ciertas cuestiones o dudas que planteen obstáculos al cierre de la venta. Por ejemplo, el prospecto podría explicarnos que ha visto en la competencia el producto que le ofrecemos a un menor precio, o que éste no cuenta con una característica que le gustaría que tuviera. Ante estas situaciones, el vendedor debe hacer frente a las posibles objeciones que pueda realizar el prospecto. 121 Para ello, será fundamental conocer los diferentes tipos de objeciones con las que un vendedor se puede encontrar en la entrevista de ventas, así como las principales formas de responder a las mismas, aspectos que serán tratados en los epígrafes siguientes. 4.3.1. Tipologías de objeciones Lo primero que tiene que hacer el vendedor al encontrarse con obstáculos por parte del prospecto que dificulten la venta es determinar el tipo de objeción que se le plantea, pues todas ellas no son iguales y, por tanto, requieren de un tratamiento distinto (tabla 4.1). TABLA 4.1 Principales tipologías de objeción En este sentido, una primera distinción guarda relación con valorar en qué medida el obstáculo planteado se corresponde realmente con una objeción a la venta, o más bien con una excusa a la venta. En el primero de los casos, hablaremos de puntos de desencuentro honestos en base a razones válidas y justificadas para no comprar. Por su parte, las excusas son falsas razones aportadas por el prospecto utilizadas para justificar por qué no desea comprometerse con la compra. Es importante ser capaz de distinguir ambas opciones, ya que mientras las excusas son un símbolo de desinterés hacia el producto, las objeciones dan la pauta de que el cliente se está comprometiendo con la presentación de ventas y, por tanto, deben ser siempre bien recibidas por el vendedor. Hecha esta primera distinción, se deberá determinar el tipo concreto de objeción que se le plantea. A este respecto, podemos encontrar un gran número de objeciones, las cuales suelen guardar relación con alguno de estos factores: 1. El precio 122 EJEMPLO: «Sus servicios son demasiado caros. Puedo conseguir el mismo servicio en la competencia a menor precio». Cuando el precio es el mayor obstáculo que dificulta la compra por parte del prospecto el vendedor debe ayudarle a justificar el coste del producto. En este sentido, puede resultar útil el dividir el coste total del mismo en cantidades más pequeñas relativas a los diferentes componentes del producto o servicio, de modo que el cliente pueda ver qué aspectos concretos justifican tal precio. Del mismo modo, el vendedor debe realzar el valor único de sus productos y servicios, los cuales no van a poder obtenerse de cualquier otro proveedor. 2. La complacencia EJEMPLO: «Estoy bien conforme me funcionan las cosas en este momento». Cuando la complacencia es la culpable, el vendedor tiene que intentar hacer ver al prospecto posibles situaciones adversas que respalden la necesidad de contar con el producto. Además, se puede compartir cierta información acerca de los competidores más importantes del prospecto y de algunos de los cambios que han introducido en sus negocios. De esta manera, incitaremos al prospecto a pasar a la acción. 3. El temor al cambio EJEMPLO: «Yo no quiero cambiar la forma en que hemos estado haciendo las cosas desde hace 15 años. Pueden salir mal demasiadas cosas». A menudo relacionado con la complacencia, el miedo al cambio puede hacer del proceso de toma de decisiones una tarea difícil para muchos prospectos. Una forma de superar esta objeción es mostrar ejemplos pasados de experiencias de cambio positivas. Así, se le puede mostrar una lista sobre las diferentes formas en las que la industria ha cambiado en los últimos 10 o 15 años, y la forma en que el cliente potencial se ha adaptado a los cambios para mejor. Esto puede ayudarle a ser menos temeroso y más seguro en posiciones de cambio. 4. La confianza EJEMPLO: «Pareces muy seguro en lo que dices, pero ¿cómo puedo saber que realmente tienes la experiencia necesaria en este ámbito?». 123 La confianza es algo que necesita tiempo para generarse, por lo que, en el caso de ser un obstáculo para su prospecto, el vendedor tiene que ser honesto y coherente en todos los ámbitos para superar esta oposición. Para ello, debe tratar de ser cercano con el prospecto, compartiendo información, testimonios, estudios de casos y referencias que faciliten aminorar el ambiente de incertidumbre que rodea al vendedor y conseguir que el prospecto muestre confianza en la capacidad del vendedor para hacer el trabajo. 5. Las cuestiones políticas personales EJEMPLO: «Le prometí a la mujer de un amigo de mi hermano que contaría con su empresa en mi próximo proyecto». En ocasiones el vendedor se encuentra con objeciones asociadas a razones de parentesco en las que poco puede hacer. Sin embargo, éste debe esforzarse por lograr ser «el próximo de la fila». De este modo, ante objeciones de este tipo, el vendedor debe situarse en las etapas siguientes del proceso, mostrando al prospecto lo que se le puede ofrecer de cara a fases futuras del mismo o a posibles ramificaciones derivadas del trabajo encomendado a un miembro de la familia. 6. Las consultas externas EJEMPLO: «Necesito consultarlo con mi esposa / socio / superior antes de tomar cualquier decisión». Normalmente, esta situación puede ser el preludio de un resultado positivo, en el supuesto de que el prospecto necesite realmente la consulta con terceros y no la esté utilizando como mera excusa. Una forma de asegurarse de que la negociación no termina con esta objeción es tratar de mantener vivo el proceso de venta. En este sentido, el vendedor podría plantear una reunión conjunta con el propio prospecto y sus homólogos, con el fin de dar respuesta a cualquier pregunta y ayudar así en la toma de una decisión. 7. El tiempo EJEMPLO: «No puedo tomar una decisión en este momento, estoy muy ocupado. Llámeme de nuevo en unos meses». Si la gestión o la falta de tiempo es un problema para el prospecto en el momento en el que se está produciendo la entrevista, lo más probable es que lo siga siendo en los meses siguientes. Para superar este obstáculo es necesario que el vendedor conduzca al 124 prospecto a una situación en la que perciba que tomar la decisión de comprar el producto es fácil. Para ello debe comenzar haciendo una lista de todas las ventajas derivadas de trabajar con el vendedor, resaltar el valor de los productos y servicios que ofrece, y explicar las facilidades que va a encontrar desde el primer momento en que comience a trabajar con él. En suma, se debe enfocar la decisión de contratar como una obviedad y, de esta manera, se favorecerá la desaparición de esta objeción. En conjunto, el vendedor debe valorar que sus prospectos pueden tener más de una objeción, por lo que es importante que sea capaz de identificarlas conforme éstas se hagan manifiestas. Sin embargo, esto no siempre es sencillo, pues en muchas ocasiones el prospecto no manifiesta sus objeciones, dificultando enormemente la labor de resolución de dudas y preguntas por parte del vendedor. En este caso, éste tiene que tratar de descubrirlas y, en la medida de lo posible, hacerlas aflorar. Será una vez identificadas las causas que están deteniendo el proceso de ventas cuando el vendedor podrá armarse de los argumentos adecuados con los que inclinar la balanza a su favor. 4.3.2. Cómo responder a los distintos tipos de objeciones A pesar de que en el apartado anterior ya se han planteado algunas posibles respuestas a las principales objeciones planteadaspor el prospecto, en los siguientes párrafos se presentan una serie de pautas generales a tener en cuenta por el vendedor en el tratamiento de las objeciones. En concreto, estas pautas giran en torno a cinco factores: la escucha, la aceptación, el compromiso, la acción explícita y el control. 1. Escucha Antes de poder actuar sobre la objeción, el vendedor debe entender correctamente no sólo la objeción en sí misma, sino también el razonamiento y la emoción que subyace detrás de ella. — Identificar la objeción. Para su correcta identificación, el vendedor siempre debe tratar de escuchar un poco más, haciendo preguntas que permitan indagar en los antecedentes y consecuencias asociadas a la objeción. En este sentido, la objeción mostrada inicialmente puede resultar ser una tapadera de la objeción real del prospecto. Esta labor de identificación es sumamente importante, ya que, antes de comenzar con su respuesta, el vendedor debe estar seguro de que ha entendido correctamente cuál es la objeción planteada, pues en caso contrario estaría mostrando una debilidad o problemática asociada al producto de la que inicialmente el prospecto no se había percatado. — Identificar las restantes objeciones. Las objeciones no suelen ser únicas. Por ello, 125 el vendedor debe averiguar si existen otras objeciones por parte del prospecto. Esta forma de actuar puede llevar a un trabajo adicional para el vendedor; sin embargo, de no obrar de esta manera, es muy probable que el prospecto muestre nuevas objeciones en el momento en el que el cierre parece cercano, debiendo retroceder en el proceso de ventas nuevamente, lo cual puede generar un sentimiento de frustración en el vendedor. 2. Aceptación Una vez ha sido identificada la objeción, el siguiente paso consistirá no sólo en reconocerla y aceptarla, sino también a la propia persona que la ha formulado. — Aceptar a la persona. Ante todo, el vendedor debe aceptar a la persona y reconocer su derecho de objetar. A este respecto, la forma más sencilla de conseguirlo es a través de su actitud. Dependiendo de las características personales del prospecto, podemos encontrarnos en situaciones en las que éste concibe la posibilidad de objetar con cierta reticencia al temer la reacción del vendedor. El hecho de no reaccionar de forma negativa, de aceptar abiertamente la objeción, supone un signo de aceptación sobre la persona, que ayuda a fortalecer tanto la confianza del prospecto como su sentido de identidad con el vendedor. — Aceptar la objeción. La aceptación de la objeción significa entender las razones que, desde el punto de vista del prospecto, le llevan a dudar u oponerse a lo que el vendedor puede creer que es una excelente oferta. Adicionalmente, implica la aceptación por parte del vendedor del trabajo adicional que tendrá que llevar a cabo para abordar la objeción que se le ha planteado. 3. Compromiso Fortalecida la comprensión y la confianza mutua entre ambos agentes, al vendedor se le plantea una oportunidad ideal para orientar la entrevista hacia el cierre de la venta. La correcta resolución de las objeciones planteadas hará surgir un sentimiento compromiso hacia la compra. — Lograr el compromiso del prospecto. Las objeciones deben ser tomadas por el vendedor bajo una actitud positiva, entendiéndolas como una oportunidad para brindar mayor información al prospecto sobre el producto y para convertirla en una razón de compra que comprometa al prospecto. En efecto, cuando un cliente plantea una objeción, en realidad está expresando temor. La tarea del vendedor en este punto es aliviar sus temores, de modo que la respuesta satisfactoria a las objeciones manifiestas ayudará a convertir este temor en seguridad hacia la 126 compra del producto. — Mostrar el compromiso propio. El vendedor debe tener presente que el compromiso que él mismo ha mostrado en la resolución de todas las objeciones planteadas por el prospecto determinará el compromiso adquirido por éste en torno a la venta. En este sentido, debe mostrar esfuerzo e implicación en todas las cuestiones planteadas. 4. Acción explícita Se refiere al momento de hacer frente a las objeciones, tomando las medidas explícitas respecto al compromiso alcanzado. En este punto es importante clarificar si estamos tratando con objeciones reales o meros malentendidos, ya que estos últimos suelen ser fáciles de abordar con una disculpa y una explicación. — Persuadir hacia nuestra causa. El vendedor debe esforzarse por cambiar la forma en que el prospecto ve las objeciones. En este sentido, debe resolverla en la medida de lo posible o, en su caso, tratar de aminorar la importancia dada por el prospecto a la objeción, con tal de que no resulte determinante en su decisión. — Conceder hacia su causa. En algunos casos en los que la venta se ve seriamente amenazada, el vendedor puede valorar resolver la objeción admitiendo un cierto retroceso en su postura, haciendo alguna concesión relacionada con la objeción planteada por el prospecto. Por ejemplo, si el prospecto muestra reticencias al precio, siempre se puede bajarlo hasta cierto límite. Ahora bien, éste debe ser el último recurso a emplear, pues si el prospecto percibe desde el primer momento esta posibilidad, es posible que plantee la mayor cantidad de objeciones posibles con tal de sacar el mayor provecho. 5. Control Finalmente, el vendedor debe realizar una labor de control con tal de asegurarse de que todas las objeciones planteadas se han resuelto correctamente y que el prospecto no se ha dejado ninguna cuestión en el tintero. Confirmado este aspecto, será el momento de dirigirse a la fase de cierre de la venta. — Revisar con el prospecto. El vendedor tiene que confirmar que ha contestado a todas las objeciones de forma clara y concisa. Para ello puede recurrir al uso de cuestiones como «¿He contestado a su pregunta?». — Redirigir la conversación. Resueltas las objeciones, se debe reconducir la dinámica de la entrevista hasta el punto previo a las objeciones. Si, por ejemplo, el vendedor se encontraba en el medio de su presentación en el momento en el que el 127 prospecto planteó su objeción, una vez se ha contestado a la misma y antes de seguir adelante, puede hacer un resumen en pocas palabras de aquello de lo que había estado hablando previamente. A continuación se resumen, en la tabla 4.2, algunas de los principales aspectos derivados de las pautas anteriores en cuanto a lo que el vendedor «debe hacer» y «no debe hacer». TABLA 4.2 «Qué hacer» y «qué no hacer» en el tratamiento de las objeciones 4.4. EL CIERRE La fase de cierre se centra en la consecución de un compromiso por parte del prospecto de que va a adquirir el producto ofrecido. En este sentido, el propósito del cierre es inducir al prospecto a que actúe siguiendo su propio convencimiento y compre. Sin embargo, tal y como señalan Küster y Román (2006), según los resultados obtenidos en un estudio realizado sobre más de 140 vendedores de diversos sectores de actividad, esta fase, junto con la de contacto, representan las fases más problemáticas para el vendedor de todas las que integran el proceso de ventas. De hecho, el ochenta por ciento de las ventas se pierden porque el vendedor no consigue abordar el cierre de la 128 venta debidamente. A este respecto, la buena labor realizada por el vendedor en las fases anteriores resultará determinante del resultado logrado en esta fase. Así, la confianza mostrada por el prospecto a lo largo del proceso favorecerá la consolidación de una relación entre el vendedor y el prospecto, que se formalizará con el acuerdo de las condiciones sobre las que se realizará la compra del producto. Será en este momento cuando el prospecto se convierta en nuevo cliente de la empresa. Para llegar a tal fin, el vendedor deberá trabajar en dos ámbitos totalmente relacionados. En primer lugar, ser capaz de identificar los indicios del cierre asociados a las posibles señales mostradas por el prospecto. En segundo lugar, proceder al cierre utilizando algunade las técnicas concretas de las que dispone. Ambas cuestiones serán tratadas con mayor detalle en los apartados siguientes. 4.4.1. Indicios del cierre de ventas Uno de los aspectos fundamentales a abordar en la fase de cierre es la elección del momento para intentar cerrar la venta con el prospecto. Para ello, el vendedor deberá conocer e identificar las «señales de compra», entendidas como las demostraciones del interés por parte del prospecto por poseer y/o utilizar el producto. Estas señales representarán claros indicios de que el momento para proceder al cierre está cerca. De forma general, podemos clasificar los indicios del cierre de ventas en dos bloques principales: — Las señales no verbales, asociadas a acciones físicas del prospecto. Por ejemplo: asentir con la cabeza, mostrar una expresión de satisfacción respecto al producto presentado, inclinarse hacia delante mostrando interés, volver a coger el producto, etc. — Las señales verbales, en relación a comentarios y preguntas efectuadas por el prospecto. Por ejemplo: preguntar por plazos de entrega, precios, posibles descuentos, modos de pago, formas de envío, garantías, etc. El vendedor debe permanecer alerta ante la posible aparición de alguna de las anteriores señales para que, dado el caso, encamine su entrevista al cierre de la venta. De ningún modo se debe retrasar o demorar este momento, pues puede dar la posibilidad de que el prospecto plantee nuevas objeciones, que tendrán que ser resueltas nuevamente por el vendedor antes de volver a intentar el cierre. Para ello se podrá recurrir a alguna de las técnicas expuestas en el punto siguiente. Adicionalmente, el vendedor debe tener presente que, consiga o no la venta sobre el prospecto, es imprescindible conseguir una buena imagen tanto personal como de nuestra empresa y recalcar que estamos a disposición del prospecto para lo que precise, 129 dejando así la puerta abierta a futuras relaciones comerciales. De hecho, incluso en el caso en el que el vendedor consigue cerrar la venta, éste debe tener siempre presente que el proceso de ventas no concluye con el cierre, sino que la relación con los ahora clientes debe afianzarse en el largo plazo. 4.4.2. Técnicas de cierre de ventas Una vez el vendedor ve claros indicios de que el prospecto se encuentra próximo a la decisión de compra del producto, debe tratar de cerrar la compra optando por alguna de las siguientes técnicas: — Cierre de prueba: se le pide al prospecto que tome alguna decisión en algún aspecto de la compra como pueda ser el color, modelo, etc., asociado al producto. — Cierre supuesto: es el caso en el que el vendedor presupone que habrá compra y comienza a tomar el pedido. Para ello, realiza algunas preguntas al prospecto, asociadas a las propias condiciones sobre las que se establecerá la compra del producto, eludiendo que éste se haya visto obligado expresamente a decir «compro». Por ejemplo, «¿Le enviamos la mercancía al almacén de Madrid?», «¿Prefiere que la entrega se realice hoy mismo o mejor mañana?». — Cierre con acción física: en el momento en que detecta una señal de compra, el vendedor responde con alguna acción física que hace ver al prospecto que ha llegado el momento de firmar el pedido. Por ejemplo, se saca un bolígrafo para la firma, se empieza a medir con un metro en la ubicación en la que tiene que ir el producto, etc. — Cierre de urgencia: el vendedor hace ver al prospecto que el éxito del producto es tal que se encuentra en últimas existencias. Bajo esta idea puede presionar al prospecto a decidirse adoptando posturas como, por ejemplo, «en estos momentos me confirma el responsable logístico que tenemos una última partida de existencias. En caso de que desee el producto, puedo confirmarle el pedido ahora mismo». — Cierre con oferta: el vendedor se apoya en una oferta de duración limitada (ventas con descuento en el precio, con posibilidad de financiar el pago, ventas con obsequios, promociones 2x1, etc.). El deseo de ganar, de aprovechar la oportunidad y el miedo a perder la ocasión ofrecida suelen ser fuertes estímulos que favorecen la reacción del prospecto. — Cierre del balance: se trata de ayudar al prospecto a hacer un balance de los aspectos positivos y negativos asociados a la operación, de modo que éste perciba con claridad que las ventajas que conlleva la compra del producto son superiores a sus inconvenientes. — Cierre de posesión sugerida: el vendedor anticipa la posesión del producto por 130 parte del prospecto, de modo que se refiere a él como si ya fuese suyo. Por ejemplo, «No me cabe duda de que va a sacarle mucho partido a su nuevo producto». — Cierre con obsequio: en el caso en el que el prospecto ha mostrado su compromiso hacia la compra pero sigue mostrando indicios de duda, el vendedor puede acrecentar su convencimiento añadiendo algún detalle gratuito a la compra. — Cierre con narración: al igual que en la situación anterior, el vendedor puede hacer desaparecer las posibles disonancias asociadas a la decisión de compra haciendo analogía con otras experiencias exitosas del producto en otros clientes de referencia. — Cierre de alternativas limitadas: en contextos de venta en los que el vendedor ha mostrado un gran número de alternativas de producto al prospecto, el vendedor debe limitar la selección final a un número reducido de opciones. De este modo, se centrará en las alternativas sobre las que el prospecto ha mostrado un mayor interés, descartando aquellas sobre las que ha presentado mayores dudas u objeciones. Por ejemplo, «Entonces, entre el modelo A y el modelo B, ¿cuál prefiere?». — Cierre de objeción principal: el vendedor realiza una síntesis de la objeción u objeciones principales presentadas por el prospecto que obstaculizan la compra del producto. En la medida en que sea capaz de resolverla/s comprometerá la compra del producto. — Cierre de inversión: se trata de invertir una situación de duda o consulta, respondiendo con una nueva pregunta que acerque al prospecto al producto. Por ejemplo, en una venta de un televisor, el prospecto puede preguntar «¿Este modelo no tiene sistema de visión en 3D?». Ante esta pregunta, el vendedor puede adoptar la siguiente respuesta: «¿Prefiere que le envíe entonces el modelo B, que sí que incorpora este sistema?». 4.5. LA VENTA NO ACABA EN EL CIERRE Tal y como se ha puntualizado en repetidas veces a lo largo de este capítulo, el vendedor actual debe concebir la venta desde un enfoque relacional. En este sentido, siempre se deberá tener presente que el proceso de venta no concluye con el cierre, sino que el vendedor debe realizar una labor de seguimiento sobre el cliente con tal de asegurar su satisfacción y, de este modo, asegurar una relación a largo plazo con el mismo, esto es, su fidelización. Así, logrado el cierre, el vendedor ultimará detalles relativos al plazo de entrega, condiciones de compra, etc., y se asegurará de que todo transcurre correctamente, realizando incluso visitas de seguimiento al cliente en cuestión. 131 Además, es conveniente completar la ficha comercial del cliente, en la cual incluyamos, además de sus datos básicos (nombre, dirección, actividad, etc.), el producto o servicio que nos ha comprado (tipo y cantidad), así como las enseñanzas más importantes que hayamos obtenido de él durante la entrevista (tipo de personalidad, principales objeciones, modo en que lo convencimos, etc.) y toda la información relativa a sus proyectos o los de su empresa. Esta idea de seguimiento asociada a la satisfacción del cliente completa el modelo A.I.D.A original, presentado en el comienzo del presente capítulo, el cual fue modificado en 1911 por Arthur F. Sheldon, quien extendió el modelo con un quinto momento adicional: la «S» de satisfacción, quedando éste tal y como lo conocemos en la actualidad: A.I.D.A.S. Dada la importancia de las labores de seguimiento emprendidas por la empresa sobre el cliente, las cuales se engloban dentro de la última fase del proceso de ventas, las principalescuestiones en torno a este tema serán tratadas en el siguiente capítulo de forma independiente. CONTENIDO ADICIONAL Caso práctico Francisco trabaja como responsable de ventas en una empresa dedicada a la instalación y mantenimiento de césped artificial, Verdecas S. L., ubicada en Castellón de la Plana. Con una década de experiencia en el sector y un equipo de profesionales altamente cualificados, Verdecas S. L. ofrece sus servicios a particulares, organismos públicos y profesionales de la Comunidad Valenciana con una selecta gama de modalidades de césped artificial de última generación. Asimismo, ponen a la disposición del cliente un servicio complementario de asesoramiento en el diseño de jardines y espacios exteriores. Francisco ha accedido al puesto de responsable tras lograr durante cinco años consecutivos ser el empleado con mayor volumen de ventas conseguidas en la empresa, merced a una perfecta asunción de la política de la empresa basada en el estudio y aplicación de la solución que mejor se adapte a las necesidades específicas de cada cliente y la gestión directa de cada proyecto para garantizar el máximo nivel de satisfacción. A continuación se recoge la conversación de ventas mantenida entre Francisco y Elvira, una clienta de 35 años con quien Verdecas S. L. ha concertado una cita en su hogar para estudiar la instalación de un césped en su jardín. (Francisco llega a la casa de Elvira con un vehículo de empresa de gama alta, luciendo una indumentaria elegante y portando un maletín de doble tamaño con el logo corporativo de la empresa impreso en su dorso). 132 C: «Hola, buenas tardes». V: «Buenas tardes. Mi nombre es Francisco Albiol. Vengo a asesorarle en la instalación del césped que quería instalar en su jardín. Por favor, ¿sería tan amable de mostrarme el lugar en el que han pensado hacer la instalación?». C: «Por supuesto, acompáñeme por favor». (Francisco cede el paso cordialmente a Elvira, quien se dirige a la parte lateral de la vivienda, donde se encuentra el jardín). V: «Permítame decirle que tiene usted un jardín precioso. El césped artificial quedará estupendamente. Han tenido una gran idea». C: «Muchas gracias. La verdad es que teníamos algunas dudas, pero teniendo en cuenta que el terreno a instalar no es muy grande, habíamos pensado en poner césped artificial para ahorrarnos el cuidado y el tener que comprar un cortacésped y demás instrumentos para su mantenimiento». V: «La entiendo perfectamente y comparto plenamente su idea. De hecho, este año hemos estado trabajando en un gran número de viviendas de la zona, que nos planteaban la misma situación, y el resultado ha sido espectacular. Todos los clientes, al ver el césped instalado, han quedado encantados». C: Pues sí que me tranquiliza oír esto. V: «Déjeme mostrarle los tres modelos que más éxito están teniendo». (Francisco abre su maletín y saca muestras de césped de tres modelos distintos tratando el producto con sumo cuidado, dando la sensación de que tiene algo valioso en sus manos. Uno a uno, explica las principales características asociadas a cada uno de los modelos). V: «Por favor, ante cualquier duda que le pueda surgir ante me interrumpe inmediatamente, con toda la confianza del mundo…». C: «De las tres opciones, la verdad es que la A no me convence estéticamente. Entre la B y la C, ¿de qué diferencia de precio estamos hablando?». V: De acuerdo, entonces la opción A la descartamos y nos centramos en la B y la C. Déjeme decirle de antemano que haga la selección que haga son dos alternativas excelentes. La B es una opción de excelente calidad a un precio de 35 €/m2. Por su parte, la opción C presenta una calidad superior, que se traduce en un mejor acabado del producto en términos estéticos a 38 €/m2. C: «La verdad es que el modelo C es el que más me gusta, pero en la situación actual quizá el B, que es algo más barato, me convenga más. Quién sabe si al poco tiempo tuviera que volver a cambiarlo». V: «Estoy completamente de acuerdo con su planteamiento, y por eso le voy a dar una perfecta solución a sus temores. Todos nuestros productos tienen una garantía de 10 años desde su instalación, con lo cual usted no tendrá que realizar ninguna inversión adicional por tiempo indefinido. De ahí mi consejo sincero es que opte por la opción que más le agrade, en este caso la C, aunque su precio sea ligeramente 133 superior. Tendrá un producto de máxima calidad para toda la vida. De hecho, puedo decirle que yo mismo tengo instalado este modelo en mi casa desde hace más de 12 años y jamás he tenido problema alguno». C: Visto así tiene usted razón, pero no sé... V: Además déjeme decirle que, y sólo hasta finales de este mes, todas las instalaciones realizadas podrán financiar el pago total en 3 plazos sin ningún tipo de interés. C: Eso está muy bien. De acuerdo, optaré por el modelo C. V: Permítame darle la enhorabuena, acaba de tomar una magnífica elección. Le garantizo que el resultado va a ser espectacular. (Mientras formula estas palabras, Francisco saca del maletín un metro y comienza a tomar medidas del terreno, apuntando la información en un formulario de pedido). Cuestiones a resolver: Pregunta 1. Identifica las necesidades de Elvira. ¿Crees que es correcta la forma en que Francisco ha tratado de descubrirlas? Pregunta 2. ¿Serías capaz de identificar los cuatro momentos que constituyen el modelo A.I.D.A en la presentación llevada a cabo por Francisco? Pregunta 3. En productos como el que aquí trata de venderse, ¿crees que es importante utilizar la demostración del producto como fase del proceso? Comenta los aspectos asociados a la comunicación verbal y no verbal utilizados por Francisco. ¿Podrás plantear otros adicionales? Pregunta 4. ¿Qué tipo de objeciones ha mostrado Elvira a lo largo de la entrevista? ¿De qué manera las ha tratado Francisco? Pregunta 5. ¿Ha mostrado Elvira algún indicio de cierre? ¿Qué métodos de cierre ha utilizado Francisco? Plantea indicios y métodos alternativos a los mostrados en el caso. PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN Y REVISIÓN (Descargar o imprimir) A continuación encontrarás un total de diez cuestiones relacionadas con el contenido teórico tratado en este capítulo. En cada una de las preguntas propuestas se plantean cuatro posibles respuestas, siendo solamente una de ellas válida. Teniendo en cuenta este criterio, y que todas las preguntas tienen un valor de un punto, evalúa tu nivel de 134 http://www.edistribucion.es/piramide/220768/cuestionario_4.pdf conocimientos resolviendo el cuestionario y calculando tu resultado comparando tus respuestas con las soluciones que encontrarás al final del mismo. 1. ¿Cuál de las siguientes posibilidades no representa una de las fases avanzadas del proceso de ventas? a) Presentación y demostración. b) Seguimiento. c) Cierre. d) Tratamiento de objeciones. 2. En relación a la fase de presentación, ¿cuál de las siguientes opciones se corresponde con las etapas asociadas a las siglas del modelo A.I.D.A.? a) Atención, innovación, deseo, acción. b) Atención, interés, determinación, acción. c) Atención, interés, deseo, acción. d) Atención, interés, deseo, adaptación. 3. ¿Cuál de las siguientes acciones no debería llevar a cabo el vendedor en la fase de demostración? a) No dejar participar al cliente hasta que el vendedor haya concluido la demostración. b) Basar la demostración en mostrar las ventajas del producto. c) Demostrar las características obvias en primer lugar. d) Estar constantemente listo para el cierre. 4. Prestando atención al proceso de comunicación en la venta, señala la secuencia correcta. a) Receptor, mensaje, canal, emisor, retroalimentación. b) Emisor, mensaje, canal, receptor, retroalimentación. c) Receptor, canal, mensaje, retroalimentación, emisor. d) Emisor, retroalimentación, receptor, canal, mensaje. 5. Identifica cuál de las siguientes pautas de comportamiento no se incluyen entre las pautas a tener en cuenta por el vendedor en su comunicación verbal. a) El lenguaje a emplear deberá ajustarseal utilizado por el prospecto. b) Evitar el uso de frases hechas y estructuras cerradas. c) No utilizar tecnicismos en exceso. 135 d) La expresión facial variará en función del momento de la entrevista en el que se encuentren comprador y vendedor. 6. En relación a la aplicación de la programación neurolingüística (PNL) a la venta, marca la opción correcta. a) A las personas kinestésicas les gustan las actividades físicas y buscan el contacto, la manipulación y la interacción. b) A las personas visuales les gustan las actividades relacionadas con la escucha y la interacción con otras personas. c) A las personas auditivas les gustan las actividades agradables a la vista. d) Ninguna de las anteriores es correcta. 7. ¿Cuál de los siguientes ejemplos se correspondería con una objeción asociada a la complacencia? a) «Pareces muy seguro en lo que dices, pero ¿cómo puedo saber que realmente tienes la experiencia necesaria en este ámbito?». b) «Necesito consultarlo con mi esposa / socio / superior antes de tomar cualquier decisión». c) «Sus servicios son demasiado caros. Puedo conseguir el mismo servicio en la competencia a menor precio». d) «Estoy bien conforme me funcionan las cosas en este momento». 8. En el tratamiento de las objeciones, ¿qué es lo que no debe hacer el vendedor? a) Mantener un buen contacto visual, incluso bajo presión. b) Mostrar su parecer una vez reconocida la objeción. c) Criticar a nuestra competencia. d) Mantener una actitud positiva y entusiasta. 9. ¿Cuáles de las siguientes señales emitidas por el prospecto se corresponden con indicios de cierre de la venta? a) Realizar asentimientos con la cabeza. b) Preguntar por plazos de entrega. c) Realizar cuestiones referentes a precios y posibles descuentos. d) Todas las opciones son correctas. 10. Identifica la opción que se corresponde con la técnica de cierre con acción física. a) El vendedor presupone que habrá compra y comienza a tomar el pedido. 136 b) El vendedor saca un bolígrafo para la firma, empieza a medir con un metro en la ubicación en la que tiene que ir el producto, etc. c) El vendedor hace ver al prospecto que el éxito del producto es tal que se encuentra en últimas existencias. d) El vendedor hace un balance de los aspectos positivos y negativos asociados a la operación. Solución 1 b); 2 c); 3 a); 4 b); 5 d); 6 a); 7 d); 8 c); 9 d); 10 b) PREGUNTAS A DEBATE 1. Supón que eres un comercial de una consultoría para empresas. ¿Cómo plantearías la presentación de tu producto a tu público potencial? Valora en qué medida crees que es importante la presentación en el caso en el que lo que se comercializa es un servicio. 2. Elige un producto sobre el que tengas un conocimiento completo respecto a su uso. Plantea una posible demostración del producto, repasando los aspectos fundamentales que has tenido en cuenta a la hora de diseñarla. 3. Debate acerca de la aplicación de la programación neurolingüística (PNL) en el contexto de la venta. Identifica una persona visual, una auditiva y una kinestésica, y plantea, para cada una de ellas, posibles adaptaciones a la demostración diseñada en la pregunta anterior. 4. Tomando como referencia la demostración planteada en la pregunta 2, plantea posibles objeciones del prospecto y explica cómo tratarías de resolverlas. 5. Siguiendo la misma línea de la pregunta anterior, propón señales de compra que podría mostrar tu prospecto y plantea técnicas de cierre concretas que podrías utilizar como respuesta a estas señales. TÉRMINOS CLAVE — Fases avanzadas de la venta. — Contacto de negocio. — Presentación. — Atención. — Interés. — Comunicación efectiva. — Comunicación verbal y no verbal. — Programación neurolingüística. — Tratamiento de objeciones. — Señales de compra. 137 — Deseo. — Acción. — Demostración. — Cierre. — Satisfacción. — Contacto relacional. BIBLIOGRAFÍA Bandler, R. y Grinder, J. (1979): Frogs into Princes: Neuro Linguistic Programming. Real People Press. Küster, I. y Roman, S. (2006): Venta personal y dirección de ventas. Madrid: Thomson Paraninfo. Lewis, E. St. (1898). En Preston, I. L. (1982): The Association Model of the Advertising Communication Process, Journal of Advertising, 11(2), 3-15. Sheldon, A. F. (1911): The Art of Selling. Chicago: The Sheldon School. Strong, E. K. (1925): The Psychology of Selling. New York: McGraw-Hill. 138 5 El servicio al cliente y la gestión de reclamaciones Tal y como se apuntaba al finalizar el capítulo anterior, la venta no acaba en el cierre. La empresa, en aras de lograr el mantenimiento de las relaciones establecidas con sus clientes, debe preocuparse por su atención y su servicio en todo momento, incluso con posterioridad a la venta. En este sentido, el capítulo 5 hace énfasis en la importancia del servicio al cliente, repasando las principales tipologías de clientes con las que puede encontrarse la empresa en relación a la gestión de reclamaciones, así como las mejoras formas de tratar estas quejas. Asimismo se profundiza en los diferentes programas y nuevas tecnologías que pueden ayudar a la empresa a gestionar de forma efectiva las relaciones con sus clientes, contribuyendo así a su fidelización. 5.1. LA IMPORTANCIA DEL SERVICIO AL CLIENTE En términos globales, resulta difícil dar una definición formal que permita conceptualizar el término de servicio al cliente desde una óptica de venta. De hecho, si preguntáramos al público en general veríamos cómo, en función de quién responde, podemos encontrar diferentes acepciones asociadas al significado que cada persona da, de manera particular, al referirse al servicio al cliente. Así, entre estos significados sería normal encontrar aspectos variados como los siguientes: — Un empleado amable que recibe a los clientes con una amplia sonrisa, guiándolos a lo largo del establecimiento y, así, definiendo sus experiencias de compra. — Proporcionar al cliente el servicio que éste quiere en el momento en el que lo desea. — Un servicio en el que los empleados conocen a sus clientes por su nombre, siendo capaces de anticipar qué es aquello que quieren comprar. — Incluso una experiencia de compra donde se deja solo al cliente, sin molestarlo hasta la salida (sobre todo cuando el cliente busca no incurrir en pérdidas de tiempo). A pesar de que cada persona define el servicio al cliente de forma diferente, los 139 denominadores comunes entre todas estas formas particulares de entender el concepto residen en una personalidad agradable y unas políticas libres de complicaciones a la hora de suministrar al cliente aquello que desea y necesita. Sin excepción, todos los clientes desean tener una experiencia de este tipo en el servicio que se les presta. Sin embargo, esta visión básica asociada al suministro respecto a los deseos y necesidades del cliente deja de lado uno de los aspectos clave sobre los que se fundamenta la naturaleza relacional del servicio al cliente. Así, por ejemplo, se puede decir que en un modelo de negocio de almacén, donde los bienes se distribuyen en estanterías y son los propios clientes quienes eligen los artículos y los llevan hasta la salida, es cierto que se suministra el producto que permite cubrir la necesidad del cliente (siempre suponiendo que éste encuentre lo que busca). Por contra, desde el punto de vista del cliente, este modelo de negocio no se correspondería con un enfoque formal de servicio al cliente. Los clientes asumen que su correcto servicio implica una interacción con otra persona, ya sea para ayudarle a encontrar, elegir o comprar algo. En este sentido, una definición más completa del servicio al cliente es aquella que se centra, ya no en el mero suministro de productos o servicios, sino en la habilidad de la empresa de satisfacer a sus clientes. Una empresa puede tener todos los elementos sobre los que basa el servicio al cliente en su lugar, desde el propio personal hasta las políticas de devolución, pero si los clientes no están satisfechos con la manera en que sus transacciones han sido tratadas,no volverán. Esa, justamente, es la esencia de un buen servicio al cliente: lograr que los clientes antiguos vuelvan y atraer a otros nuevos a través de las buenas opiniones y recomendaciones que éstos hacen sobre la empresa. Por tanto, la clave para lograr un servicio al cliente excelente residirá en la capacidad por parte de la organización de exceder de forma constante y consistente las expectativas del cliente. Para ello, es importante reconocer que todos los aspectos de nuestro negocio tienen un impacto sobre el servicio ofrecido a nuestros clientes. Por tanto, mejorar este servicio implicará un aprendizaje permanente sobre cuáles son los deseos y necesidades de nuestros clientes, así como el desarrollo de planes de acción que implementen procesos satisfactorios sobre los mismos. En este sentido, podemos decir que aunque el servicio al cliente puede ser definido de muchas formas, es crucial tener claro que es el cliente quien define esas formas, y no el vendedor. Este último podrá crear formatos distintos, pero será el cliente el que tendrá potestad para aceptar o rechazar esos formatos. El hecho de aceptar esta definición nos permite ampliar y completar nuestra conceptualización del servicio al cliente, basándola en un compromiso por la superación constante de las expectativas de los clientes en la prestación del servicio antes, durante y después de una compra (Harris, 2010). De acuerdo con Turban et al. (2002), «el servicio al cliente engloba una serie de actividades destinadas a mejorar el nivel de satisfacción 140 del cliente, es decir, la sensación de que un producto o servicio ha cumplido con las expectativas que el cliente tenía». En la tabla 5.1. se recogen algunas de las actividades más comunes desarrolladas por las empresas en su servicio al cliente, en función del momento concreto en el que se llevan a cabo (antes, durante y después de la venta), detallando los diferentes objetivos buscados en cada caso (Equipo Cultural, 2009). TABLA 5.1 Actividades de servicio al cliente antes, durante y después de la venta Momento Actividades Objetivos Antes — Precontacto. — Documentación. — Organización. — Análisis y evaluación. — Preparación de la entrevista. — Adecuar al máximo la oferta por parte de la empresa a las necesidades del cliente. — Facilitar al cliente información detallada respecto a la oferta presentada. — Facilitar la comparación y evaluación con otras opciones disponibles. Durante — Exponer las ventajas y beneficios del producto adquirido, así como sus características diferenciales respecto a otros productos similares, persuadiéndolo acerca de su conveniencia. — Sugerir la mejor forma de empleo. — Realizar el pedido, cobro y facturación. — Embalaje o presentación. — Facilitar el proceso de compra al cliente. Después — Cumplir con las condiciones ofrecidas (tiempo, entrega, transporte, instalación, garantía, etc.). — Atender las quejas y reclamaciones. — Informar acerca del uso del producto (dar instrucciones, folletos, etc.). — Asistencia técnica. — Mantenimiento. — Conocer con precisión las características asociadas al producto. — Aceptar las posibles interrupciones con cortesía. — Mostrar interés y atención en la escucha. — Inducir a hablar resaltando sus conocimientos, incluso pidiendo opinión y consejo, pues ello generará un sentimiento de satisfacción y de positivismo en el cliente. A partir de la adopción por parte de la empresa de las distintas actividades expuestas anteriormente, ésta ofrecerá un servicio al cliente completo, incrementando las posibilidades de satisfacerlo a través de la superación de sus expectativas. La efectividad con la que se preste este servicio quedará marcada, tal y como exponen Küster y Román (2006), por tres resultados posibles en la prestación de un servicio sobre el cliente, en función del grado en el que se han cumplido sus expectativas (véase figura 5.1): — Expectativas cumplidas: se corresponde con el caso en el que el servicio prestado satisface las expectativas que tenía el cliente. Por tanto, el cliente recibe justo 141 aquello que esperaba, quedando satisfecho y teniendo posibilidades de repetir la compra. EJEMPLO: «Un cliente compra unas gafas de sol por Internet y recibe el producto en el plazo previsto, cumpliendo exactamente las especificaciones de calidad anunciadas en la web». — Expectativas no cumplidas: es el caso en el que el cliente queda insatisfecho, pues el servicio que ha recibido no ha tenido el peso esperado, pues no ha cubierto las expectativas previas que tenía sobre el mismo. En este caso, el cliente optará por no repetir su compra. EJEMPLO: «Un cliente compra unas gafas de sol por Internet y recibe un producto totalmente distinto al mostrado en la web, todo ello un mes después del plazo de entrega fijado, ya que la empresa había enviado el producto a una dirección equivocada». — Expectativas mejoradas: ocurre cuando la empresa es capaz de superar las expectativas que el cliente tenía sobre el servicio, al darle más de lo que éste esperaba. De este modo, el cliente queda encantado y establecerá una relación a largo plazo con la empresa, acompañada de recomendaciones positivas acerca de ésta en sus círculos cercanos. Figura 5.1. Resultados en la prestación del servicio al cliente. EJEMPLO: «Un cliente compra unas gafas de sol por Internet y recibe el producto antes del plazo previsto, cumpliendo las especificaciones de calidad anunciadas en la web y acompañado de una preciosa funda, así como de un completo kit de limpieza por cortesía del vendedor». En todo caso, tal y como señala Kallendor (2010), «el servicio al cliente excelente es 142 aquel proceso por el cual una organización es capaz de ofrecer sus productos y servicios al cliente de una manera en la que éste tiene acceso a ellos de la forma más eficiente, justa, rentable y humanamente satisfactoria y placentera posible». Por tanto, es crucial tener claro que el servicio al cliente es un proceso, y no una mera suma de acciones, entre las que podría incluirse el saludar al cliente, sonreírle, preguntarle si se le puede ayudar, etc. El servicio al cliente tiene un alcance amplio en el que no participa únicamente el vendedor sino los diferentes empleados que integran la empresa en conjunto (aunque en este caso centremos nuestra atención en especial en la figura del vendedor). Por esta razón, resulta fundamental que la empresa adopte una cultura de empresa que apueste de manera decidida y comprometida por el servicio al cliente. Prueba de ello será el dar prioridad al servicio al cliente en relación a otros componentes, como la innovación de productos o las políticas de precios más bajos. En este sentido, una organización que valora el buen servicio al cliente asignará importantes partidas a la formación de sus empleados, y tratará de generar, de forma proactiva, una retroalimentación directa y fluida con los clientes. De forma paralela, la empresa debe valorar que, además de sus efectos positivos sobre la satisfacción del cliente y la buena publicidad que éste puede realizar a través del boca a oído, el servicio al cliente juega un papel relevante en la capacidad de la empresa para obtener beneficios (Selden, 1998; Equipo Cultural, 2009). Desde esta perspectiva, el servicio al cliente debería ser incluido en la organización como parte de un enfoque general para la mejora sistemática de la relación entre empresa y cliente. De hecho, la empresa no puede olvidar que cada experiencia de servicio del cliente puede llegar a cambiar por completo la percepción que éste tiene de la organización, pudiendo ver convertidos todos estos efectos positivos en negativos en un solo instante. En un entorno extremadamente competitivo y cambiante como el actual, el servicio al cliente se postula como una apuesta completamente necesaria por parte de las empresas en la búsqueda de la fidelización de sus clientes. Aun manteniendo esta idea, la importancia del servicio al cliente podrá variar según el producto o servicio, la industria y los clientesa considerar. Especialmente relevante será en el caso de las PYMES, por dos razones principales: — Este tipo de empresas no puede sobrevivir bajo una mala reputación permanente. Hay que tener en cuenta que los clientes juzgan el servicio recibido de cada una de las empresas con las que tratan, y la realidad es que son mucho más propensos a compartir sus malas experiencias que las buenas. Así, los clientes que han recibido un servicio satisfactorio suelen contar su experiencia a entre 4 y 6 personas. Mientras tanto, un cliente insatisfecho expondrá su opinión a entre 9 y 15 personas. — Prestar un servicio al cliente de primer nivel es una de las pocas maneras con las 143 que las estas empresas pueden competir con las más grandes. Las empresas de menor tamaño tienen ventajas a la hora de establecer contacto y conectar de forma personal con sus clientes durante sus experiencias de compra. A este respecto, las PYMES deben tener entre sus principales consignas evaluar y mejorar constantemente el servicio que ofrecen a sus clientes. 5.2. TIPOLOGÍA DE CLIENTES Por lo general, la percepción final de éxito respecto al servicio prestado suele depender, en gran medida, de los empleados, ya que son ellos los que «pueden ajustarse a la personalidad del cliente» ante cada situación de venta (Solomon, 2010; Buchanan, 2011). Por este motivo es importante tener claro ante qué tipo de cliente nos encontramos en cada momento. En efecto, todas las personas no son iguales y, como consecuencia de ello, todos los clientes no son iguales. En base a ello, para poder tratar con los clientes es conveniente definir sus rasgos personales y establecer grupos o tipos de clientes en función de características psicológicas comunes. El fin de crear estos grupos es para que el vendedor, al conocer el posible comportamiento de su cliente, pueda analizar e identificar sus necesidades y deseos para satisfacerlos sin defraudar sus expectativas, permitiéndole establecer una mayor empatía y mejor comunicación con él. Podemos encontrar muchos estudios relacionados con la tipología de clientes, los cuales ofrecen posturas diversas, desde aquellos que diferencian exclusivamente dos tipos de clientes (clientes guiados por la relación calidad-precio y clientes motivados por la imagen de marca) hasta otros estudios que diferencian un gran rango de tipos de clientes. En cualquier caso, no debemos olvidar que la eficacia de cualquier tipología de clientes se basa en su adaptación a cada empresa y a sus propios clientes. Así, las personas pueden responder de forma diferente en dos establecimientos que vendan el mismo producto, en función de factores tales como la ambientación comercial, el trato percibido, la disposición de los productos, etc. En este sentido, cada empresa debería elaborar su propia tipología de clientes como representación exacta de los clientes concretos que ésta tiene. Para elaborar esta clasificación de clientes sería práctico recoger información respecto a los siguientes aspectos: — Tipo de cliente. Identificación del tipo genérico que abarque a los clientes con características psicológicas homogéneas en el consumo con un nombre o etiqueta de fácil recuerdo.— Características. Descripción de las características que definen la compra de cada cliente, identificando su comportamiento y actitudes a lo largo del proceso y ante el vendedor. 144 — Conducta a seguir por el vendedor. Selección de consejos para atender a cada tipo de cliente de una forma adecuada y satisfactoria para ambas partes. Puede hacerse referencia explícita al tipo de productos que conviene mostrar, las pruebas o demostraciones, el uso o no de material auxiliar como catálogos, etc. A modo de orientación, la tabla 5.2 aporta una clasificación de referencia de los principales tipos de clientes con los que puede tratar el vendedor, repasando sus características y la conducta a seguir en cada caso. TABLA 5.2 Tipos de clientes Cliente Características Conducta a seguir por el vendedor Afable — Simpático y parlanchín. — Facilidad de comunicación, aceptando de buen grado los argumentos. — Aparenta seguridad. — Reclama mucha atención. — No tiene prisa. — El vendedor no debe aprovecharse de su entusiasmo para conseguir ventas engañosas. — Su buena predisposición debe aprovecharse para cerrar la venta en la primera visita. — Tratar de establecer un vínculo relacional a largo plazo, instándolo a futuras visitas. Reflexivo — Muestra necesidad de autonomía, orden y exploración y actúa de forma racional. — No exterioriza su interés por la compra. — Busca información completa y objetiva, valorando variables como el servicio postventa, utilidades, etc. — No se deja influir y sus objeciones son reales. — No realiza compras impulsivas, sino que necesita tiempo para valorar diferentes opciones y tomar la decisión de compra. — Aportar una argumentación completa y objetiva, repitiéndola tantas veces como sea necesario, exponiendo diferentes puntos de vista. — Mostrar calma y dejar pensar al cliente. Si fuese necesario, incluso dejándole solo durante un tiempo. — Adaptarse al ritmo lento del cliente. — Si hubiese clientes esperando, acompañarle a un espacio aparte donde pueda seguir viendo o probando el producto. Experto — Conoce el producto y le gusta demostrarlo. — Es meticuloso, concreto y conciso. — Sabe lo que quiere. — Pide atención eficaz y profesional. — Ante argumentos conocidos, tenderá a interrumpir con tal de mostrar sus conocimientos. — Ante argumentos no conocidos, escuchará con atención para enriquecer sus conocimientos. — Conocer con precisión las características asociadas al producto. — Aceptar las posibles interrupciones con cortesía. — Mostrar interés y atención en la escucha. — Inducir a hablar resaltando sus conocimientos, incluso pidiendo opinión y consejo, pues generará un sentimiento de satisfacción y de positivismo en el cliente. Ocupado — No tiene tiempo para nada. — Realiza varias operaciones a la vez, — Intentar que se relaje y se centre en la conversación, a través de formular cuestiones 145 que interrumpe al recordar algo importante. — La intensidad de ocupación puede ser síntoma de gran actividad o, por el contrario, de mala organización y desorden. introductorias del tipo: ¿cómo puede usted atender tantos asuntos a la vez? — Si la situación de estrés en nuestro cliente es evidente, ofrézcale la oportunidad de aplazar la conversación a otro momento en el que disponga de mayor relajación. Conservador — Parece fácil de tratar bajo la primera impresión, pero evita el cierre. — Es amable y accesible, pero muy sensible. — Muestra gran confianza y es receptivo a los consejos. — Le encanta hablar y suele desviar la conversación hacia temas no relacionados con el producto, como historias personales. — Repite mucho sus argumentos. — Suele tratarse de una persona de mayor edad. — No demostrar impaciencia ni molestia. — No frenar su entusiasmo. — Controlar la comunicación. — Reformular los argumentos para encaminarlos al producto y a la venta. — No dejar que su afán de hablar impida hablar del producto. — Contestar brevemente a las preguntas, resumiendo en diferentes ocasiones los argumentos expuestos. — Recurrir a comentarios de otros clientes sobre el producto. Callado — Es reservado y tranquilo. — No le gusta hablar y escucha con atención. — No transmite ninguna pista acerca de sus intereses, sentimientos o motivaciones. — Evita comentar u opinar sobre el producto, omitiendo también sus pensamientos sobre los puntos débiles que percibe de él. — Se comunica con expresiones y gestos. — Prefiere informarse por él mismo. — Compra una vez y está absolutamente convencido del beneficio del producto. — No mostrarse molesto o incómodo. — Pedirle opinión y hacerle preguntas cerradas para facilitar la respuesta. — Ser breves y precisos. — No apremiarlo, esperar sus respuestas con tranquilidad. — Captar su lenguaje no verbal. — Utilizar soportes visuales para hacerle participar dando su opinión. —Cuando hable, hacerle ver que se tiene un especial interés por aquello que transmite. Indeciso — Le es difícil decidirse y prefiere alargar la negociación. — Escucha atentamente los argumentos. — Es reacio a los cambios y puede sentirse inseguro por pensar que puede cometer errores en la compra y luego arrepentirse. — Lenguaje verbal con frases típicas como «déjeme pensarlo», «yo lo llamo», «deseo primero hablar con...». — Lenguaje no verbal de movimientos vacilantes y gestos de preocupación. — Necesita mucha información y apoyarse en otras personas a la hora — Aportar toda la información necesaria. — Mostrarse muy seguro en las argumentaciones, que deben ser completas y objetivas, sin imponerse en ningún momento. — Apoyarse de muestras y ayudas visuales como catálogos, que permitan centrar su atención en los estímulos deseados. — Mostrar una gama de productos limitada para no saturar al cliente. — Resumir varias veces los puntos importantes sobre el producto o servicio, conduciendo sutilmente a una conclusión. — Respaldar su decisión, evitando la aparición de posibles disonancias cognitivas. 146 de decidir. Desconfiado — Paciente, escucha con atención cada argumento. — Tiende a sobrevalorar los aspectos negativos y a infravalorar los datos positivos. — Tiende a dudar de las ventajas o beneficios de los productos, buscando sus defectos. — Considera que puede estar siendo manipulado por técnicas de venta o estrategias de marketing. — Está en continua actitud de autodefensa. — Tiende a no fiarse, utilizando frases como «¿está seguro?». — Le gusta estudiar todos los detalles antes de decidir, incluso valorando otras propuestas de la competencia. — No confundir su cautela con falta de interés o de capacidad de comunicación. — Derrochar paciencia y comprensión, sin mostrarse nervioso ante tanta pregunta. — Conocer a fondo los beneficios y características de los productos, así como los de la competencia. — Destacar datos y hechos objetivos. — Si es posible, realizar pruebas del producto, utilizando argumentos lógicos. — Utilizar argumentos de comunicación bilaterales (señalar las desventajas y luego reforzar las ventajas). — No apremiarlos y darles el máximo de detalles en las argumentaciones. Agresivo — Es agudo y sarcástico. — De personalidad fuerte y dominante. — Tiende a mostrarse mal humorado. — De gestos impacientes. — Poco sincero (aunque algo le guste, intentará no demostrarlo). — Es propenso a la discusión y la confrontación. — Se molesta si lo contradicen. — Tiende a magnificar las cosas. — Mantener en todo momento la tranquilidad, escuchando con calma y paciencia. — No entrar en discusiones. — No interrumpirle, ni pedirle o insinuarle que se calme. — Emplear un estilo de comunicación asertivo, sabiendo decir «no» sin ser agresivo. — Realizar sus argumentaciones con precisión, siendo firme y seguro tanto en su exposición como en la respuesta a preguntas. — Aportar datos sobre garantías, servicios postventa, etc. Arrogante — Altivo, engreído, con alta auto- estima. — Se considera en una posición superior. — Busca controlar la conversación. — Exhibe su estatus social, hablando de sus éxitos, de sus viajes, de sus experiencias... — Inclinado a humillar y descalificar. — Reacciona negativamente a los consejos. — No admite con facilidad críticas ni dudas sobre la validez de lo que él cree. — Cree saberlo todo sobre la empresa. — Habitualmente aduce conocer a los dueños o gerentes de la empresa. — Ser muy cortés. — Escuchar demostrando mucho interés. — Manejarlo admitiendo su «superioridad», alabando sus gustos, éxitos y experiencias. — Introducir y desarrollar la venta con datos objetivos y hechos probados. — Dar evidencias de que conocemos el producto técnicamente. — Pedirle su opinión ante cada propuesta. — No tratar de convencerlo, sino explicarle con detalle para que él decida. — Nunca criticarlo directa o indirectamente. — No contradecir sus objeciones. 147 5.3. LAS QUEJAS Y RECLAMACIONES EN LA VENTA Como hemos visto en el primer apartado de este capítulo, uno de los posibles resultados en el servicio al cliente es aquel en el que las expectativas que éste tenía sobre el producto o servicio contratado no han sido cubiertas, quedando, por tanto, insatisfecho. Este estado suele dar lugar a la aparición por parte del cliente de ciertas quejas o reclamaciones hacia la empresa. Por tanto, por queja o reclamación, ya sea oral o escrita, entendemos aquella manifestación formulada por el cliente en la que muestra que sus expectativas no han sido cubiertas ni satisfechas. Ni las mejores empresas ni los clientes más complacientes podrán evitar que se produzcan estas situaciones a diario en la actividad comercial de la organización. Para entender el porqué de la proliferación creciente de las quejas y reclamaciones resulta fundamental tener presente el nuevo perfil del cliente con el que nos enfrentamos. En términos generales, podemos decir que la empresa se enfrenta a un tipo de cliente que se caracteriza por ser: — Más quejica. Cada vez son más los consumidores que dejan constancia formal de sus reclamaciones. El exceso de oferta existente en los mercados ha colocado al cliente en una situación de privilegio respecto a la empresa. En la actualidad, el consumidor conoce a la perfección cuáles son sus derechos y es exigente en su cumplimiento. — Infiel. La avalancha de ofertas que ofrecen las diferentes empresas hace más difícil la fidelización de los clientes a largo plazo. El caso de la telefonía móvil vuelve a ser significativo. En el sector se producen en España cuatro millones de portabilidades al año, lo que representa un 10% de la cuota de mercado. — Informado. Los consumidores del siglo XXI están más informados y suelen conocer las diferentes opciones, productos, servicios y ofertas existentes en el mercado. Por esa razón, antes incluso de optar por una empresa determinada, buscan, comparan y se quedan con el mejor postor. No les tiembla el pulso a la hora de abandonar una empresa a la que llevan tiempo vinculados por otra que les ofrece un servicio mejor y con mejor satisfacción. — Urgente. Nunca antes el tiempo había sido tan importante para los clientes. Ya no vale que un producto sea nuevo, o que les haga la vida más fácil. Ahora también valoran a aquellas empresas que demuestren que tienen interés por su tiempo y que, por tanto, presten sus servicios de manera eficiente y rápida, minimizando los esfuerzos que se requieren por parte del cliente. En todo caso, esta proliferación creciente de quejas por parte de los clientes hacia las empresas debe valorarse tratando de aprovechar los aspectos positivos que de ellas se 148 derivan. En efecto, las quejas y reclamaciones representan oportunidades para que las empresas puedan reflejar el compromiso que tienen con sus clientes. Más aún, y con el fin de mejorar permanentemente el servicio prestado, las quejas y reclamaciones suponen una fuente de información fundamental sobre la que identificar posibles oportunidades sobre la formación de los empleados, la mejora de los productos y servicios ofrecidos, la educación de los clientes y su fidelización, y la mejora de la rentabilidad del negocio. De hecho, hasta un 95% de los clientes que ven resuelta de forma oportuna una queja por parte de la empresa vuelven a hacer negocios con la misma. En definitiva, aunque nadie las quiere, las quejas actúan como vacunas para las empresas, ya que les proporcionan advertencias avanzadas sobre posibles problemas futuros, permitiéndoles así ser mejores. Adoptar una postura distinta en el tratamiento de las quejas, en base a una infravaloración o desatención de las mismas, puede conducir a la pérdida definitiva de clientes actuales, con importantes efectos negativos para la empresa en beneficio de otras compañías competidoras, entre los que se encuentran los siguientes: — La pérdida de la inversión realizada para conseguir la relación comercial con dicho cliente. Esta pérdida, que en términosindividuales puede parecer insignificante, puede suponer una cuantía muy importante cuando consideramos el total de clientes perdidos a lo largo del tiempo. De hecho, el mantenimiento de los clientes debe ser un imperativo para las empresas en términos de su rentabilidad, pues conseguir un cliente nuevo puede resultar hasta cinco veces más caro que mantener a uno actual. — La consecuente pérdida de puestos de trabajo que puede suponer la disminución en el volumen de negocio de la empresa. Los clientes son el origen y la fuente de la actividad de las empresas. Si estos clientes acuden a la competencia estaremos perdiendo el negocio asociado a los mismos y, en consecuencia, no tendremos la necesidad de emplear a las personas que estaban trabajando con ellos. — La pérdida de reputación. En una sociedad basada en la información como la que vivimos, las palabras y opiniones viajan con rapidez y facilidad. Ante una mala experiencia en la prestación del servicio, los clientes tenderán a compartirla con su círculo cercano incluso en mayor medida de lo que lo hubieran hecho en el caso de que la experiencia hubiese sido satisfactoria. De hecho, mientras que el cliente satisfecho lo dice un promedio de cinco veces, el cliente insatisfecho suele hacerlo doce veces. Esta mala reputación puede dar lugar a la pérdida inmediata de otros clientes o simplemente en la falta de confianza por parte de los clientes actuales y potenciales. — Un último aspecto a tener en cuenta guarda relación con la pérdida de negocios futuros. Como hemos apuntado anteriormente, los efectos negativos asociados a la pérdida de un cliente tienden a valorarse de forma individual y bajo un horizonte 149 temporal cortoplacista. Sin embargo, la suma de todos estos efectos negativos particulares ocurridos a lo largo del tiempo, así como de todos aquellos positivos que no han llegado a producirse por culpa de la postura de desatención adoptada por la empresa, son consecuencias que merecen su atención. Por todas estas razones, el tratamiento de las quejas y reclamaciones debe formar parte de la estrategia de servicio al cliente seguida por la empresa. De este modo, en la definición de esta estrategia será necesario establecer un sistema o canal a través del cual el cliente puede hacer llegar sus quejas y reclamaciones, así como establecer la dotación de recursos que permita la adecuada gestión de las mismas. Este sistema, cuyo órgano operativo y de referencia será el departamento de atención al cliente, debe recibir la implicación de la alta dirección y definir un protocolo de actuación para el empleado que le sirva de referencia en el tratamiento y resolución de las posibles quejas o reclamaciones efectuadas por el cliente. A lo largo de los siguientes apartados analizaremos los principales canales de los que dispone la empresa para recoger las quejas y reclamaciones de sus clientes, los tipos de quejas más comunes emitidas por los clientes, así como una serie de pautas específicas y generales a tener en cuenta a la hora de tratarlas. 5.3.1. La gestión de las quejas y reclamaciones Lo primero que debe tener en cuenta la empresa a la hora de gestionar las quejas y reclamaciones de sus clientes es que no todas las situaciones en las que éstos resultan insatisfechos derivan en una queja o reclamación por su parte. De hecho, a pesar de que el porcentaje de clientes satisfechos se sitúa en términos medios en el 52%, sólo en torno al 18% de los clientes que no han visto cubiertas sus expectativas en el servicio prestado por la empresa reclaman. Ahora bien, incluso representando un porcentaje muy bajo, lo cierto es que la importancia de estas quejas es crucial para la empresa, ya que, tal y como muestra la tabla 5.3, éstas suelen efectuarse por aquellos clientes que presentan una mayor fidelidad y compromiso hacia la misma (Küster y Román, 2006). Partiendo de este matiz, la vía de entrada en la empresa de las quejas y reclamaciones efectuadas por el cliente es múltiple, pudiéndonos encontrar con tres alternativas principales, tal y como se muestra en la figura 5.2 (Cruzado y de la Cruz, 2012): — Que sea recibida por el propio vendedor, que al estar en contacto directo con el cliente puede tratar de dar solución a la misma en base al protocolo de atención al cliente establecido por la empresa. En casos de mayor complejidad, la reclamación se hará llegar al departamento de atención al cliente. — Que sea recibida por cualquier departamento de la empresa distinto al departamento de atención al cliente, normalmente por la falta de información por 150 parte del cliente respecto a los cauces por los que trasladar su queja a la empresa. En este caso, la reclamación deberá trasladarse directamente al departamento de atención al cliente. — Que sea recibida por el departamento de atención al cliente, especializado en la resolución de estas quejas. Como podemos ver, el departamento de atención al cliente actúa como portavoz y defensor del cliente que reclama dentro de la empresa. Es su misión: — Responder a las quejas recibidas tanto directa como indirectamente. — Contribuir a que los propios vendedores puedan ofrecer una resolución directa y rápida a tales quejas. — Suplir o asesorar a estos vendedores en el caso en el que sea necesario. — Centralizar toda la información relativa a las reclamaciones, desde su registro hasta su resolución. TABLA 5.3 Perfiles de cliente en base a las quejas y reclamaciones Para facilitar su comunicación con el cliente, este departamento puede recurrir a diferentes canales, más aún teniendo en cuenta las posibilidades de interacción que hoy en día nos ofrecen las nuevas tecnologías. Estos canales se organizan en torno a una oficina centralizada denominada centro de contacto (contact center), a través de la cual los clientes disponen de un punto de contacto con la empresa y los comerciales de un punto de acceso a la información compartida y disponible sobre los clientes. Gracias al 151 centro de contacto, la empresa podrá gestionar sus recursos humanos de la forma más eficiente, con tal de atender a las peticiones de sus clientes. Así, evitará que los clientes esperen más de lo necesario, o que un cliente que contacte con la empresa tenga que explicar varias veces el motivo por el que lo hace. Además, aportará información al cliente de forma automática y generará toda la información necesaria para administrar día a día la gestión de los clientes. Figura 5.2. Formas de entrada de las quejas o reclamaciones del cliente. A continuación se presentan algunos de los canales más utilizados por las empresas en la actualidad. 1. Centro de llamadas (call center) Son utilizados por la empresa con el propósito de recibir o transmitir un gran volumen de peticiones a través del teléfono. En él se diferencian dos ámbitos, según las llamadas sean entrantes o salientes. El centro de llamadas entrantes sirve para dar respuesta a posibles consultas entrantes de los clientes, atendiendo a reclamaciones y ofreciendo soporte técnico o información acerca los productos o servicios de la empresa. Por su parte, el centro de llamadas salientes se emplea con diversos fines, como las operaciones de telemarketing, el cobro de deudas, la investigación de mercado, etc. Es conveniente que la empresa opte por un número de atención gratuito. De hecho, un 86% de los consumidores asocia aquellos productos que se acompañan de un número de atención al cliente gratuito con productos de calidad. En esta línea, cada vez más las empresas, a través de sus webs, dan la posibilidad de que el cliente facilite un número al que llamar para atenderle de inmediato. 152 2. Correo electrónico (e-mail) No debe confundirse con los formularios de queja. De hecho, mientras éstos presenta una estructura cerrada, el correo electrónico da la posibilidad al cliente de exponer lo que quiera de la forma en que lo prefiera. La empresa debe optar por un e-mail que sea fácil de recordar, sonoro y que se asocie de forma inmediata tanto con la empresa comocon la función que pretende cubrir. Por ejemplo: atención@nombre de la empresa.es. Esta dirección de correo electrónico debería estar presente en cada comunicación externa efectuada por la empresa. 3. Fax Aunque su uso es cada vez menor a favor de otros canales como el correo electrónico, algunas empresas siguen recurriendo a este canal como forma de contacto con el cliente. En este caso es recomendable facilitar, junto con el número de fax, el nombre del directivo responsable receptor de la comunicación. De esta manera el cliente percibe que sus quejas son tratadas por la dirección y que, por tanto, éstas se consideran importantes para la empresa. 4. Web La web de la compañía debe incluir un bloque dedicado al contacto y a la atención de los problemas o reclamaciones del cliente. En este sentido, además de la referencia al resto de canales disponibles (teléfono, correo electrónico, redes sociales, etc.), se debe ofrecer un formulario de queja cerrado, así como un apartado relacionado con las preguntas y respuestas más frecuentes efectuadas por los clientes. En los últimos años, este sistema de formulario cerrado se está complementando con opciones de chat en vivo que dan la posibilidad de teledialogar por escrito con el personal de atención a través de la web. Más aún, a través del sistema de registro de clientes la empresa debería ofrecerles un seguimiento de sus reclamaciones, facilitando información acerca del estado en el que se encuentran. 5. Redes sociales El incremento vertiginoso en el uso de las redes sociales y los blogs por parte del cliente han llevado a las empresas a incluir estos canales en sus centros de contacto. En todo caso, aunque a través de ellos se obtienen ciertas ventajas, como pueden ser la 153 generación de una mayor cercanía y transparencia con el cliente, conviene tomar determinadas precauciones en este sentido relacionadas con el alto poder de expansión y propagación que estos canales tienen cuando el cliente expresa sus malas experiencias con la empresa. 6. Documentación en papel Pensando en el trato más personal e interactivo entre clientes y el personal de la empresa (como puede ser a través de los comerciales, instaladores o reparadores), la empresa deberá asegurarse de que éstos siempre llevan formularios de reclamación, los cuales entregarán y recogerán si el cliente así lo estima. Estos mismos formularios estarán disponibles en las oficinas o establecimientos de la empresa, junto con un buzón de sugerencias. 5.3.2. Tipos de quejas y reclamaciones Es conveniente que la empresa conozca de antemano cuáles son aquellas reclamaciones que más se suelen repetir entre sus clientes. Aunque dependerá del contexto particular que rodea la actividad desempeñada por la empresa, a continuación se presentan, apoyándonos en Cruzado y de la Cruz (2012), los principales tipos de reclamación presentadas por los clientes (figura 5.3). Figura 5.3. Principales tipos de quejas y reclamaciones. 154 1. Quejas o reclamaciones relacionadas con el precio Las causas más comunes por las que se llega a este tipo de reclamaciones son: — Un error en la aplicación del precio en el pedido, al facilitar un precio que no se corresponde con el real. — Un error en la aplicación del precio en la factura. — La inclusión de extras, como el IVA, no previstos por el cliente. — El percatarse de que el mismo producto se vende más barato en la competencia. — Una mala interpretación por parte del cliente. Una forma de evitar este tipo de problemas consiste en facilitar a los clientes una factura proforma que incluya el detalle de su pedido, como confirmación previa a la factura final. En todo caso, una vez se ha incurrido en el error, el vendedor debe tratar de solucionar el problema lo antes posible, informando si fuera preciso al cliente acerca del mismo y de las razones que han llevado a él, disipando cualquier duda al respecto. 2. Quejas o reclamaciones relacionadas con la calidad En este caso, las razones más generalizadas son: — El incumplimiento de los estándares de producto prometidos. — El mal estado del producto. — La falta de correlación entre lo especificado y lo recibido, por ejemplo en términos de cantidad. — El cliente no puede dar la aplicación deseada al producto. — Otras posibles razones que justifican la devolución. El primer paso consistirá en determinar de quién parte el error y, en caso de ser responsables, pedir disculpas y asumir nuestra culpa ofreciendo una solución satisfactoria para el cliente con la mayor brevedad, lo que pasa por el cambio del producto o la devolución total o parcial del importe pagado. No tomar esta iniciativa conlleva, en la mayoría de los casos, la pérdida del cliente. En este sentido, la empresa debe tomar precauciones que aminoren las posibilidades de que aparezcan estos errores y, llegado el caso, de ser la responsable de los mismos. Una de las acciones a emprender es la de facilitar al cliente una información completa y detallada sobre sus productos, incluyendo cuáles son las condiciones de devolución de los mismos, con tal de evitar sorpresas posteriores. Para ello, resultará fundamental la formación técnica y la capacidad de comunicación de los vendedores. Más aún, esta información proporcionada de forma personal por el vendedor debe complementarse con 155 una identificación completa y detallada en el mismo producto. De forma adicional, es conveniente hacer constar en el propio pedido la obligación de hacer llegar las reclamaciones previa apertura del embalaje o el producto. Aun tomando todas estas precauciones, no siempre es fácil discernir la realidad de lo ocurrido y quién es el responsable del error. Siempre que la empresa esté segura de su razón deberá mantener sus criterios de cara al cliente, presentándole toda la información necesaria que respalde su postura y haciéndole ver que ha habido una mala interpretación por su parte. En aquellos casos de poco valor en los que no se llega a un acuerdo, se puede optar por reponer la diferencia en próximos pedidos, siempre y cuando se compruebe que el cliente no es reincidente en este tipo de quejas y que su volumen normal de compras lo justifique. 3. Quejas o reclamaciones relacionadas con el servicio En este punto, las razones pueden ser muy diversas: — Retrasos e incumplimientos temporales. — La no adecuación de la persona que presta el servicio o atiende al cliente. — El servicio no ha sido lo suficientemente satisfactorio. — El servicio no cumple con lo pactado. Como decimos, las causas que originan una queja o reclamación asociada a la prestación del servicio pueden ser muy diferentes. Por este motivo, y tomando como ejemplo las mostradas anteriormente, a continuación se exponen ciertos criterios a tener en cuenta respecto a cada una de ellas. En primer lugar, la empresa debe determinar cuál es la causa real que se encuentra detrás de un retraso o incumplimiento de las fechas asociados a un pedido. Por un lado, puede ser responsabilidad de la propia empresa por cuestiones relacionadas con la falta de organización o de control. En este caso, la empresa debe asumir su culpa y presentar sus disculpas de forma sincera y creíble, tomando las medidas inmediatas para su corrección. Ahora bien, puede que la causa del retraso dependa de terceros (por ejemplo, una equivocación en el envío por parte de una empresa de transporte o de reparto, un retraso por parte de un proveedor de los materiales o piezas necesarias para la prestación del servicio, etc.). En este contexto, la empresa debe explicar al cliente la situación real y establecer fechas asumibles, estableciendo de mutuo acuerdo un seguimiento común. En el caso de que la queja se origine por la atención de un profesional inadecuado o por la percepción por parte del cliente de que el servicio no ha sido del todo satisfactorio, hemos de valorar que estos problemas no siempre aparecen por causa del profesional. Tal y como se vio en el apartado 5.2 de este capítulo, podemos encontrarnos con tipologías de clientemuy particulares, con actitudes negativas premeditadas hacia el 156 vendedor o, incluso, con una falta de claridad a la hora de transmitir sus necesidades, favoreciendo la mala interpretación por parte del profesional. En este sentido, hemos de conocer con precisión cuáles son exactamente los motivos por los que el cliente considera la atención inadecuada o el servicio insatisfactorio. Sobre estos motivos deberemos definir desde un punto de vista realista los aspectos en los que se tiene razón o no. Aun así, no se debe entrar en discusiones particulares enfrascadas en busca de la razón, sino aceptar que la culpa no es de nadie en concreto, e indicar al cliente que lo importante es darle una solución al problema defiendo la forma y el momento en que se va a proceder. Por último, los incumplimientos por parte de la empresa de los servicios pactados deben tener una respuesta rápida y contundente por parte de ésta hacia el cliente, siempre que se demuestre que tiene razón en su queja. La solución pasará por ofrecer el servicio tal cual se pactó. Además, es aconsejable realizar una exposición acerca de las causas por las que se ha cometido el error. En ocasiones, por contra, es el cliente el que ha interpretado de forma incorrecta las condiciones pactadas. En este caso, la empresa le aportará información exhaustiva en relación a los servicios prestados y sus condiciones concretas. 4. Quejas o reclamaciones relacionadas con aspectos técnicos A pesar de que en muchas ocasiones las reclamaciones asociadas a aspectos técnicos pueden relacionarse con las relacionadas con la calidad, lo cierto es que éstas son distintas, sobre todo al tratar con productos industriales, pues su tecnología juega un papel relevante, sin que ésta establezca valores de calidad. Entre los muchos motivos de queja asociados a los aspectos técnicos encontramos los siguientes: — El mal funcionamiento de una parte o del producto en general. — El incurrir en excesivas averías. — La falta de cumplimiento de alguna especificación. — El excesivo tiempo que se debe dedicar al mantenimiento. Cualquiera de los problemas antes expuestos puede deberse a defectos bien de fabricación, bien de uso del producto. De cualquier modo, estos problemas deben ser resueltos por los departamentos técnicos de las dos empresas implicadas, mientras que el departamento de atención al cliente sólo realizará una labor de control y seguimiento del problema hasta que se resuelva. Nuevamente puede darse el caso de que sea el cliente quien no interpretó adecuadamente la información proporcionada por la empresa vendedora. En este sentido, conviene facilitar la mayor cantidad de información sobre el producto y asegurarnos, 157 incluso repetidas veces, de que ésta se ha entendido a la perfección. 5. Quejas o reclamaciones relacionadas con el personal y la atención Podemos encontrar infinidad de razones asociadas a esta cuestión. Por citar algunas: — Poca amabilidad y cortesía en el trato por parte del empleado. — Falta de conocimiento sobre la materia y el producto. — Falta de comunicación. — La simplicidad de las respuestas ofrecidas ante el planteamiento de dudas o preguntas. — El recibir una atención despersonalizada. — Los largos tiempos de espera para ser atendidos. La aparición de este tipo de reclamaciones debe llevar a la empresa a una labor de crítica interna acerca de la eficacia de su servicio de atención al cliente. Si el resultado de esta reflexión es que el servicio no es el adecuado, la única solución posible es su mejora. Sin embargo, si éste no es el caso, podemos encontrarnos bien ante una atención puntual inadecuada, bien ante un tipo de cliente que busca una atención mayor a la que se ofrece en términos generales. En ambos casos se debe evitar la confrontación personal y centrarse en la búsqueda de una solución satisfactoria dentro de los límites posibles por la empresa. Además, será conveniente buscar un nuevo interlocutor que gestione la resolución del problema. 5.3.3. Pautas generales en el trato de las reclamaciones Independientemente de las pautas específicas a seguir en cada una de los tipos de queja o reclamación expuestos en el punto anterior, el vendedor deberá tener en cuenta otras de aplicación general. Tal y como hemos visto en el apartado 5.3.1 del presente capítulo, la recepción de las quejas o reclamaciones efectuadas por los clientes podrán realizarse a través de diferentes canales, tanto por vía oral como por vía escrita. En este sentido, conviene diferenciar las directrices a seguir en el tratamiento de las reclamaciones para el caso en el que requieren por parte de la empresa de una comunicación oral (que será tratada en mayor detalle al asociarse a la intervención directa del vendedor) o escrita (que suele ser atendida por personal del departamento de atención al cliente). 5.3.3.1. Directrices a través de comunicación oral 158 Las directrices a seguir por el vendedor en el tratamiento de las quejas o reclamaciones a través de una comunicación oral serían las siguientes: 1. Dar crédito y escuchar de forma activa a cada cliente Uno de los principios más importantes y difíciles de todo proceso comunicativo es el de saber escuchar. Por un lado, se tiende a estar más tiempo pendiente de las emisiones propias que de la información que está siendo recibida. Por otro lado, existe la creencia errónea de que se escucha de forma automática, pero no es así. Sin embargo, escuchar requiere de un esfuerzo superior al que se hace al hablar y también del que se ejerce al escuchar sin interpretar lo que se oye. La escucha activa supone escuchar y entender la comunicación desde el punto de vista del que habla, englobando la capacidad de saber leer los sentimientos o pensamientos que subyacen a lo que el emisor está diciendo. En base a esta idea, Alconada et al. (2003) definen la escucha activa como «la intensa aplicación de nuestros sentidos y de nuestra mente para lograr la mayor correspondencia sensible entre lo que nos quieren decir y lo que nosotros entendemos». Alcanzar esa sintonía entre emisor y receptor es importante, ya que lo verdadero no es lo que uno dice, sino lo que entiende el otro. El vendedor debe escuchar activamente a cada cliente sin interrumpirle. Éste necesita contar su problema y sentir que ha sido atendido. Además, es importante que la empresa sea capaz de averiguar las causas que determinan su insatisfacción, escuchar al cliente para averiguar por qué está molesto y qué es exactamente lo que quiere de la empresa con tal de resolver el problema. Con demasiada frecuencia los vendedores adoptan una postura a la defensiva cuando tratan las quejas de los clientes. Estar a la defensiva, al menos al comienzo, puede inhibir la capacidad del vendedor para comprender realmente por qué el cliente no está satisfecho con sus productos. Éste expondrá cuál es el problema, cómo cree que debe resolverse, y ofrecerá una ventana crítica en su forma de pensar sobre este asunto. Así que, antes de decir o tratar de explicar nada, de desafiar su queja u ofrecer una solución a la situación, el vendedor debe escuchar al cliente, y hacerlo de forma activa. A continuación se detallan algunas claves sobre cómo conseguirlo (Alconada et al., 2003): — Escuchar con disposición psicológica: • Haciendo del mundo una tabla rasa: mientras se está escuchando, lo único que existe es el interlocutor. • Pensando que se podrá manejar mejor la situación cuanta más información tengamos. — Observando al interlocutor para: 159 • Identificar el contenido de sus expresiones verbales y pensar en lo que está diciendo. • Identificar sus sentimientos, teniendo en cuenta el tono de voz, la postura y la expresión de la cara (factores de la comunicación no verbal que nos proporcionarán información sobre su estado de ánimo y su actitud). • Identificar el momento en que el interlocutor desea que el vendedor hable y termine con su papel de escuchar. Una señal para saber si una persona ha terminado de hablar es, por ejemplo, la siguiente:una vez dice la última palabra, dirige su mirada al interlocutor como cediéndole el turno. — Dándole muestras de que efectivamente se le está escuchando: • Con gestos: – Asumiendo una postura activa. – Manteniendo contacto visual. – Adoptando expresión facial de atención. – Adoptando incentivos no verbales para el que habla (por ejemplo, con asentimientos con la cabeza). – Tomando notas, si procede. • Con palabras: – Adoptando incentivos verbales para el que habla: «ya veo», «ajá», etc. – Parafraseando o utilizando expresiones de resumen. – Repitiendo una palabra o frase que no haya quedado clara en un tono interrogante. – Realizando una intervención como orientador a través de preguntas, proporcionando información al cliente de su interés, relacionada con el problema que presenta. — Evitando hacer algunas cosas mientras se escucha: • No interrumpir al que habla. Esperar a que el cliente haya terminado de hablar para realizar su propia intervención. • No juzgar. • No anticiparse a los acontecimientos. • No rechazar lo que la otra persona esté sintiendo. Siguiendo estas pautas, el vendedor conseguirá diversos beneficios en los momentos iniciales, tales como disminuir la resistencia del cliente, así como generar confianza, carácter y autoestima tanto en el cliente como en sí mismo. 160 2. Identificar al tipo de cliente con el que tratamos Como se he expuesto en el apartado 5.2 de este capítulo, el vendedor puede encontrarse con tipos de clientes con particularidades muy diferentes, sobre los cuales conviene adoptar posturas distintas. Es importante reconocer el tipo de cliente concreto con el que tratamos a fin de poner en práctica las acciones más apropiadas en cada situación. 3. Recordar siempre que las quejas son fuente de conocimiento La empresa debe entender que hay una necesidad de equilibrio entre sus posibilidades de innovación interna y la retroalimentación que consigue de sus clientes. Los comentarios y quejas de los clientes suponen una información crucial para determinar qué es aquello que la empresa está haciendo mal y, en consecuencia, hacia dónde dirigir sus actuaciones futuras. Aunque la empresa debe confiar sus innovaciones en su equipo, no debe descartar a los clientes como elemento central sobre el que señalar al equipo la dirección correcta a seguir. 4. Mostrar agradecimiento y pedir disculpas Se debe agradecer al cliente el haberse tomado la molestia de hacernos llegar su comentario. En esta línea, el vendedor debe mostrar la utilidad que la queja recibida tiene para la empresa, al ofrecer puntos de mejora en la prestación de su servicio al cliente y, por tanto, de su satisfacción. Del mismo modo, se debe transmitir una disculpa sincera y sin excusas por los inconvenientes que esta situación pueda haber generado, ofreciendo la disposición de la empresa a encontrar una solución placentera para el cliente. 5. Profundizar en el problema El siguiente paso consiste en profundizar en los aspectos más concretos que conforman la reclamación. De este modo, el vendedor debe solicitar información al cliente que le permita entender con claridad y rigurosidad el problema en cuestión. Es conveniente recurrir a preguntas de confirmación que permitan cerciorar al vendedor de que este entendimiento es total. 6. No adoptar una postura agresiva o de confrontación El vendedor debe defender su postura si lo considera necesario, siempre que sea justa 161 y en consonancia con la política de la empresa, pero, en ningún caso, llegar a la discusión con el cliente, pues sólo conducirá a un incremento de su inconformidad. La diferencia siempre reside en el tono y el respeto con el que el vendedor se dirija al cliente. Su función siempre será la de escuchar, comprender y valorar con el cliente sus preocupaciones de una manera tranquila y agradable, para así entablar un debate abierto sobre los aspectos reclamados y la forma en la que pueden ser subsanados. 7. Verificar la resolución a tomar Una vez que haya escuchado y comprendido la queja del cliente y haya evitado discutir por la misma, se debe encaminar la conversación hacia la forma en que se va a resolver el problema. Para verificar la resolución a tomar el vendedor puede repetir una vez más la petición del cliente y explicarle con cortesía qué acciones se van a tomar, dejando claro al cliente que se le va a ayudar a resolver el problema. Por ejemplo, se puede recurrir a expresiones como: «señorita García, entiendo que usted quiere que se le reemplace el producto debido a que el que ha recibido se encontraba roto. Permítame por favor que la ayude en este proceso». Además, se deberá indicar al cliente cuánto tiempo comprenderá este proceso, dándole nuevamente las gracias por su paciencia. En relación a las posibles vías de resolución, resulta difícil incluirlas todas, debido a la infinidad de contextos en los que nos podemos encontrar en base a la diversa naturaleza y alcance de los bienes y servicios que se pueden ofrecer. Sin embargo, algunas sugerencias podrían ser: — Ofrecer un reembolso total o parcial de los importes pagados, siempre que se justifique. — Ofrecer descuentos en compras futuras de productos o servicios. — Si el problema fuera personal, bastaría con cambiar a su representante. En todo caso, la psicología que está detrás de la oferta de una resolución al cliente no puede ser subestimada por la empresa. Siempre hay que recordar que el fin es resolver la disputa con el cliente con tal de que quede plenamente satisfecho con sus productos o servicios. Incluso en el caso de que la queja del cliente resulte injustificada, el hecho de escuchar, comprender y ofrecer algún tipo de resolución lleva al cliente a sentirse ganador, y a cerciorarse de que la organización quiere hacer lo correcto. Para la mayoría, esta circunstancia será suficiente para resolver el problema y quedar satisfechos. Desafortunadamente, siempre habrá unos pocos a los que no se puede llegar a complacer, independientemente de lo que se les ofrezca. Con ellos, la empresa debe actuar con determinación. 162 8. Elevar la reclamación En el caso de que el vendedor considere que la resolución de la reclamación requiere un trato diferencial, se elevará al supervisor o directivo responsable. En muchos casos la falta de entendimiento con el vendedor se consigue con mayor facilidad con un representante superior de la empresa, pues el cliente tiende a aliviar muchas de sus preocupaciones en el momento en el que se sienten importantes, percibiendo que su queja ha sido lo suficientemente relevante como para ser elevado a alguien con mayor poder en la cadena de mando. Como precaución, antes de que el responsable reciba al cliente el vendedor debe procurar haberle informado acerca de los hechos pertinentes. De no hacerlo, el nuevo representante se encontrará con la necesidad de tener que pedir al cliente que repita lo sucedido. 9. Resolver la reclamación Este es un momento crucial del proceso. En todas las situaciones de servicio al cliente, el vendedor llega en última instancia a un punto en el que concreta aquello que puede y no puede hacer para abordar la resolución del problema. En la mayoría de situaciones los problemas del cliente podrán ser abordados y resueltos logrando su satisfacción. Desafortunadamente, en ocasiones el vendedor se encontrará con cuestiones que simplemente no se pueden resolver, ya sea porque el cliente está pidiendo algo que está fuera de las políticas consensuadas por la empresa o porque sus peticiones no están siendo razonables. En estos casos, la empresa debe comprender que, a pesar de su esfuerzo y voluntad por ofrecer una solución razonable, estos clientes no están dispuestos a moverse dentro de un contexto sensato y realista. En consecuencia, aunque el objetivo manifiesto de la empresa sea siempre el de satisfacer al cliente, si lo que éste demanda no puede ser brindado, deberá mantenerse en ofrecer la mejor solución posible dentro de sus posibilidades, pero no más. 10. Agradecer al cliente la paciencia Elproceso de resolución debe finalizar dando de nuevo las gracias al cliente por su paciencia y por la retroalimentación que ha generado en la empresa. 11. Realizar un seguimiento individual Una vez se han dado las gracias, se debe verificar que el cliente tiene un número o 163 correo de contacto fiable con tal de realizar una labor de seguimiento que permita garantizar que el cliente ha quedado totalmente satisfecho. Una vez resuelto el problema se le confirmará preferiblemente por escrito, con tal de dejar constancia de que ha sido informado, especificando la solución adoptada. Incluso en aquellos casos en los que no se ha llegado a una solución se debe enviar una comunicación formal donde quede reflejado con exactitud lo acontecido. La empresa debe garantizar que el cliente no se queda con la sensación de que una vez se le ha perdido de vista ha desaparecido de la mente del vendedor. 12. Recoger la incidencia de forma escrita En última instancia, cuando todo está dicho y hecho, habiéndose llegado o no a una resolución, conviene tomarse un tiempo para recoger por escrito lo sucedido en la ficha del cliente, sobre todo pensando en situaciones futuras de compra por parte del mismo. 13. Aprender Por encima de todo, la empresa debe utilizar las quejas de los clientes como una manera de aprender acerca de las posibles deficiencias de sus sistemas. A este respecto, resulta fundamental mantener un análisis continuo en torno a los principales tipos de quejas recibidas de los clientes y las vías de resolución adoptadas ante las mismas, de manera que, con el tiempo, se puedan acometer las modificaciones o adaptaciones necesarias para anticiparse a los problemas, sin dejar que lleguen a convertirse en quejas futuras. 5.3.3.2. Directrices a través de comunicación escrita Las directrices a seguir en el tratamiento de las quejas o reclamaciones a través de una comunicación escrita suelen recaer en el personal del propio departamento de atención al cliente de la empresa. En este caso, la tarea fundamental a llevar a cabo guarda relación con la preparación de una carta de respuesta a la reclamación enviada por el cliente. Para ello, lo primero que debe conocer el personal encargado de dar esta respuesta es el formato y la estructura sobre la que se redactan las cartas de reclamación que recibe su empresa. De hecho, en sus formularios de reclamación es la propia empresa la que de antemano suele marcar a través de determinadas casillas la estructura sobre la que el cliente debe formularla. En general, una carta de reclamación debería incluir los siguientes bloques (figura 5.4): 164 1. Encabezado Incluirá los siguientes aspectos: — Identificación de la dirección del cliente y la fecha de envío de la carta. — Referencia del destinatario de la carta, con el nombre y apellidos de la persona de contacto, su cargo en la empresa, así como el nombre y dirección de la misma. 2. Saludo Utilizando la expresión «Estimado/a Sr./Sra…», seguida del nombre completo o apellidos de la persona de contacto. 3. Cuerpo La carta se debe ser breve y directa, detallando los hechos concretos asociados al problema. Deberá incluir: — La fecha y el lugar de la compra, así como información relacionada con el producto o servicio en cuestión (número de serie, modelo, etc.). — Una explicación detallada del problema concreto asociado al producto o servicio. — Una exposición de la forma concreta como el momento en el que se espera que se resuelva el problema. 165 Figura 5.4. Referencia para la elaboración de una carta de reclamación. — Copias de todos los documentos pertinentes. A este respecto, conviene no enviar 166 los originales. Éstos, junto con la carta enviada, deberían ser archivados por el cliente para futuras referencias. 4. Cierre La carta debe concluir con: — Una referencia al tiempo límite que el cliente se fija para que su reclamación haya sido resuelta, antes de recurrir a otras instancias. — El cliente debe comunicar a la empresa la forma de contacto preferente a la hora de obtener una respuesta. — Una despedida final, utilizando expresiones del tipo «Atentamente». 5. Identificación Al final de la carta, y con tal de identificar al emisor de la carta, se incluirá: — La firma del cliente. — Su nombre, teléfonos de contacto (particular y laboral) y número de registro de cliente, cuando corresponda (por ejemplo, en el caso de una reclamación a un banco, su número de cuenta). Una vez se ha leído con detenimiento la carta de reclamación recibida por la empresa, ésta debe proceder a su respuesta. A este respecto, en términos generales se deben tener en cuenta los siguientes aspectos: — Realizar una planificación previa acerca de la comunicación a transmitir, valorando la opción más adecuada a seguir. — Emplear párrafos y frases cortas, que se correspondan con un enfoque y estilo directo, centrado en dar respuesta a las cuestiones que específicamente el cliente ha identificado en su reclamación. — Usar palabras sencillas, asegurándonos de que serán entendidas por el cliente, sin conducirlo a errores en la interpretación del mensaje. — Diferenciar con claridad las distintas ideas ofrecidas. Para ello se pude optar por incluir una única idea por oración. Del mismo modo, la utilización de párrafos resulta de utilidad para agilizar la lectura y diferenciar los distintos bloques que integran la carta de respuesta. — Utilizar expresiones positivas, que den muestra de la buena intención de la empresa. — Proceder a una corrección formal de la carta previa al envío, de forma que se 167 asegure un formato adecuado, así como la ausencia de errores tipográficos o de ortografía en la misma. Teniendo en cuenta estos aspectos generales, al igual que ocurría con la propia carta de reclamación enviada por el cliente, la redacción de la carta de respuesta por parte de la empresa (carta de contrareclamación) deberá seguir una estructura clara y ordenada que incluya los siguientes bloques (figura 5.5): 168 Figura 5.5. Referencia para la elaboración de una carta de contrareclamación. 169 1. Encabezado La carta de respuesta deberá comenzar con: — En membrete, el nombre y dirección de la empresa, seguidos de la fecha de envío de la carta. — La identificación del nombre y la dirección del cliente. 2. Saludo Nuevamente se utilizará la expresión «Estimado/a Sr./Sra...», seguida del nombre completo o apellidos del cliente. 3. Introducción Antes de profundizar en la reclamación: — Se debe ofrecer una disculpa en nombre de la empresa por la situación generada, concretando el producto o servicio sobre el que se fundamenta la reclamación, así como el momento y lugar en el que fue adquirido. — Agradecer al cliente el haberse tomado su tiempo para hacernos llegar su problema, haciendo ver la importancia que para la empresa tiene esta información en vistas a mejorar su servicio. 4. Cuerpo En el cuerpo de la carta se deberán valorar dos elementos: — Una explicación resumida de los principales aspectos expuestos por el cliente en relación a su problema con el producto o servicio, lo cual será un reflejo de que la empresa ha estudiado el caso y lo ha comprendido. — Una exposición de las causas que, una vez analizado el caso, se piensa que han conducido a tal situación. 5. Conclusión La empresa debe mostrar cuál es su postura frente a la reclamación efectuada por el cliente, pudiendo optar por dos vías: 170 — En el caso de aceptar la reclamación, se realizará una exposición sobre la manera en que se piensa resolver el problema. Además, se debe hacer hincapié en que la empresa se compromete a tomar las medidas oportunas para evitar que situaciones como éstas vuelvan a ocurrir. — En el caso de no aceptar la reclamación, se debe ofrecer una explicación al cliente lo más cortés y profesionalmente posible, ofreciendo argumentos que justifiquen por qué la queja no es válida, por qué la empresa no tiene la culpa o por qué ésta no es responsable del tema por el que el cliente se queja. 6. CierrePara finalizar se hará referencia a aspectos relacionados con: — La cultura basada en el servicio al cliente por la que opta la empresa. — La importancia de seguir contando con la confianza del cliente en el futuro. — Una despedida final en la que nuevamente se reiteran las disculpas de la empresa hacia el cliente. 7. Identificación Con tal de proceder a la identificación del emisor de la carta, se incluirá: — La firma de la persona de contacto. — Su cargo en la empresa. — Su teléfono de contacto y e-mail. 5.4. LA FIDELIZACIÓN DEL CLIENTE La situación de mercado actual y la existencia de unos clientes educados en el consumismo, con gran experiencia comercial y muchas posibilidades de elección, implica aceptar el reto empresarial que supone afianzar a una clientela cada vez más exigente. En este contexto, el objetivo generalizado en la estrategia de marketing y ventas, cimentado fundamentalmente en la retención del cliente a través de la identificación con la empresa, está siendo objeto de revisión. El nuevo tipo de cliente, tal y como describimos en apartados anteriores, se caracteriza por estar informado y buscar el mejor producto/servicio, el precio adecuado o ambas cosas a la vez. El público sabe lo quiere y, si no lo encuentra, abandona la empresa sin importarle, en muchos casos, los afectos generados en la relación. Este panorama obliga inexcusablemente a diseñar programas serios y continuados de fidelización del cliente. 171 Recurriendo al diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (2001), la fidelidad se define como: «lealtad, observancia de la fe que alguien debe a otra persona». Partiendo de esta consideración y adaptándola al marco de la empresa, la fidelización se refiere a la conservación de la clientela adquirida, al desarrollo de buenas y duraderas relaciones con los clientes. Se trata, en definitiva, de una perspectiva opuesta al principio de la venta transaccional, orientada al reclutamiento a corto plazo de nuevos clientes en detrimento de la conservación de los antiguos, propio de la venta relacional. La fidelización debe entenderse como un proceso a largo plazo, como un auténtico objetivo estratégico de la empresa. No se trata de utilizar de forma indiscriminada unas determinadas herramientas, sino que más bien debe ser el resultado de una auténtica reflexión. Lehu (2001) considera que en el diseño de toda estrategia de fidelización deben considerarse al menos diez factores: 1) el posicionamiento de la empresa; 2) los objetivos; 3) el análisis interno (fortalezas y debilidades de la empresa); 4) análisis externo (oportunidades y amenazas); 5) la distancia entre la empresa y la clientela; 6) la facilidad de movilización de los asociados; 7) el eje de comunicación de la empresa; 8) el eje de comunicación de la competencia; 9) el presupuesto destinado a la estrategia de fidelización, y 10) la implicación del conjunto del personal. La lealtad del cliente, en opinión de Alcaide (2010), aparece como el único camino para alcanzar beneficios superiores sostenibles. La fidelización, siguiendo al autor, se sustenta en la idea de que una empresa capaz de retener a sus clientes durante más tiempo normalmente genera más dinero de cada uno de ellos con menor coste que aquellas que invierten continuamente en la captación de nuevos clientes. 5.4.1. El mantenimiento y la retención de los clientes En el diseño de un programa de fidelización es un error frecuente considerar a todos los clientes por igual, implementando las mismas herramientas en todos los casos. Siguiendo la ley de Pareto del 80:20, el 80% de las compras de cualquier empresa se concentran en el 20% de sus clientes. El grupo de los mejores clientes, el perteneciente a ese 20%, aporta entre el 120 y 150% de la rentabilidad, mientras que el siguiente grupo genera una rentabilidad que, con dificultad, alcanza el punto muerto, y el último simplemente genera pérdidas. Según estos datos, parece lógico pensar que no todos los clientes tienen el mismo valor y, por tanto, no deben ser tratados de forma similar. En este sentido, parece lógico pensar que, detectados aquellos clientes que generan pérdidas, puede llegar a ser interesante facilitar su salida de la empresa. El diseño de un programa de fidelización debe tener en cuenta éstas y otras consideraciones, recomendándose acciones específicas para cada tipo o categoría de clientes. Las fases a seguir en el programa son las siguientes: — Establecimiento de los objetivos y del presupuesto: los objetivos deben fijarse 172 claramente desde el principio para evitar confusiones posteriores. Deben ser realistas, accesibles, cuantificables y asimilables por el presupuesto asignado. Su logro estará correlacionado con el grado de implicación y motivación de todos los empleados de la empresa. Los objetivos más comunes son: 1) retener a los clientes, 2) diferenciarse, 3) satisfacer a los clientes, 4) reconocer y premiar a los mejores, 5) personalizar las ofertas, 6) fidelizar a los más valiosos, 7) incrementar las ventas, etc. — Analizar y segmentar la base de datos de clientes: para realizar un adecuado programa de fidelización resulta fundamental segmentar a la clientela (sociodemográficamente, por estilo de vida, actitudes, tipo y fecha de la compra), otorgar privilegios a los mejores clientes y poner el énfasis en la ejecución del denominado marketing a los mejores clientes (Best Customer Marketing). Se trata, en definitiva, de premiar a los mejores clientes mientras que se incentiva a otros para que suban en el escalafón y ocupen un nivel superior. — Seleccione el modelo de programa: es importante conocer las razones de fidelización de cada segmento. Los motivos suelen depender de las particularidades de los clientes, tipo de empresa, producto, competencia, etc. Los más habituales son la calidad del servicio y el precio; sin embargo, pueden existir otros como la calidad del producto, la imagen de marca, la costumbre, etc. El conocimiento de los mismos permitirá a la empresa diseñar un programa más eficaz y adecuado para retener a sus mejores clientes. Los modelos más comunes, de cuyo desarrollo nos ocuparemos en el apartado posterior, son: clubs, tarjetas de fidelización, teléfono gratuito, etc. — Diseño del programa informático: en esta fase se definen las especificaciones técnicas que el programa informático debe tener. Resulta fundamental aprovechar sinergias para que el mismo pueda ser usado no sólo en la estrategia de fidelización, sino como vehículo para la obtención de información por parte de diversas áreas de la empresa. La plataforma debe servir, como mínimo, para: identificar los mejores clientes, preveer el potencial futuro de cada segmento y descubrir las causas de los abandonos. Esta información puede enriquecerse con datos provenientes de bases externas como: informes comerciales y financieros, datos socio-económicos, resultados de la competencia, etc. — Crear un valor único y diferenciado: el diseño del programa debe estar cimentado sobre la base de la creación de premios e incentivos que supongan un valor para el cliente y que, además, diferencien a la empresa de la competencia. Varias son las premisas a tener en cuenta en su de-sarrollo: debe ser importante para el cliente, personalizado (no conceder premios similares, por ejemplo, a un cliente oro que a uno bronce), coherente con la marca, ser creíble (si el incentivo o regalo resulta excesivo el cliente dudará de la oferta) y, por último, ajustado al presupuesto disponible. 173 — Fomentar la proactividad del cliente: resulta fundamental que el cliente se sienta parte del programa, que participe en su construcción. Es imprescindible escuchar al cliente para adaptar el programa a sus intereses y dejar que construya su propio catálogo de premios o que elija la promoción que prefiera. Se trata de estimular las emociones del cliente y fomentar la sensación de pertenencia a una comunidad constituida por todos los clientes y amigos de la empresa o marca. Los programas que más éxito tendrán enel futuro, en opinión de Alcaide (2010), serán aquellos que adopten la forma de clubes y no sólo la mecánica de puntos. — Lanzamiento del programa: se debe informar de la existencia del programa tanto a los clientes como al resto del público de la empresa (vendedores, distribuidores y proveedores). Si los empleados no son motivados e incluso incentivados con la marcha del programa, éste fracasará. Su éxito, contrariamente a lo que se pudiera pensar, no depende únicamente de la persona o departamento responsable, sino de toda la organización en general. Se hace necesario instalar previamente una cultura orientada al cliente. Hay que comunicar los objetivos, funcionamiento y resultados alcanzados a todos los públicos implicados. — Seguimiento del programa: para medir el logro de los objetivos es necesario determinar una batería de indicadores que permitan, siempre que se desee, observar los avances obtenidos. Es recomendable chequear, al menos una vez al mes, la marcha del programa (número de clientes que se adhieren, tasa de abandono, captación de clientes nuevos, ventas cruzadas, etc.), con el fin de realizar los cambios necesarios. 5.4.2. Herramientas de fidelización La construcción de relaciones armónicas y duraderas entre la empresa y el cliente supone el desarrollo de unos lazos afectivos que tienen como objetivo «enganchar» al cliente a la empresa. Muchas son las herramientas de fidelización que, amparadas en esta filosofía, han sido desarrolladas en los últimos tiempos. A continuación describiremos algunas de las más importantes: — Tarjeta de fidelidad: se trata de uno de los soportes de fidelización más utilizados y, probablemente, el más cuestionado en los últimos tiempos. El uso abusivo de la herramienta, junto a una deficiente gestión de la misma, ha provocado una cierta pérdida en la motivación por su uso en beneficio de otras herramientas como el club. Un ejemplo de tarjeta ampliamente conocida en nuestro país es la ofrecida por los grandes almacenes El Corte Inglés. El titular de la tarjeta (normalmente gratuita) puede obtener ciertas ventajas en su uso como: • Pagar a crédito. 174 • Acumulación de puntos canjeables por regalos o descuentos. • Regalos y descuentos automáticos en determinadas compras. • Mantenimiento gratuito del producto, asistencia técnica, asesoramiento... — Club de clientes: esta opción permite crear ofertas exclusivas y personalizarlas por segmentos. Se trata de una herramienta en auge, dado el carácter de exclusividad que imprime a los socios-clientes y la sensación de comunidad, de pertenencia a un exquisito grupo, que imprime. Además, su objetivo no se centra exclusivamente en la repetición de compra, sino que pretende motivar a todos los públicos que intervienen en el proceso de venta, especialmente a los distribuidores. Como ejemplo de esta herramienta citaremos al Club Cortefiel. Algunas de la acciones propias del club son: • Invitaciones: la pertenencia al mismo puede acarrear ciertos beneficios, como la invitación a torneos deportivos, conciertos musicales, congresos u otro tipo de eventos. • Boletín de noticias (newsletter): es una publicación que las empresas envían regularmente a los socios del club (por correo ordinario o electrónico) en la que se informa sobre los nuevos productos, promociones y las últimas noticias de interés. • Promociones: se brindan, únicamente a los miembros del club, descuentos especiales en compras fuera de temporada de rebajas. Se potencia la idea de exclusividad, y de esta forma se amplía la posibilidad de éxito en ventas adicionales. • Beneficios por la búsqueda de socios: supone una forma de incrementar el número de miembros del club. Aquellos clientes que incorporen nuevos socios al club son premiados con regalos o descuentos en sus compras. — Carta de agradecimiento: se utiliza normalmente en la compra de productos de especialidad (automóviles, inmuebles...), aunque su uso se ha ido extendiendo a productos cuya compra resulta menos compleja. Se envía tanto por correo electrónico como ordinario. Esta opción sirve para comprobar el grado de satisfacción del cliente con la venta, permite detectar incorrecciones y reduce la disonancia cognitiva. BWM suele llamar a los clientes en días posteriores a la venta de uno de sus vehículos para conocer la opinión del comprador. Este tipo de acciones transmite cierta sensación de preocupación por parte de la empresa y que, posteriormente, el cliente satisfecho agradecerá. — Revista para clientes: su diseño es muy parecido a una revista convencional, pero aporta información sobre la empresa y sus productos. Además, como atractivo adicional, suele dar consejos sobre salud, nutrición u otros aspectos que tengan coherencia con las marcas comercializadas. Citemos como ejemplo la revista 175 editada para los supermercados Consum para sus clientes. — Teléfono gratuito: permite al cliente ponerse de forma rápida en contacto con el servicio del consumidor de la empresa para solicitarle cualquier información, asistencia o hacer efectivas sus reclamaciones. Allianz Seguros es una compañía que apuesta por el número de teléfono gratuito para atender las demandas de sus clientes, escuchar sus quejas y reclamaciones. — Servicio de atención al cliente: supone una excelente opción para establecer un contacto continuado con los clientes, escuchar sus sugerencias e informarles de los productos y servicios de la empresa. Resulta fundamental la formación de los profesionales para hacer frente a cualquier tipo de situación que se presente. Huelga decir que la gestión eficaz de un cliente descontento puede provocar la lealtad futura del mismo. — Venta asociada (cross-selling): se trata de ofrecer productos asociados al adquirido originalmente por el cliente. Frecuentemente, el hecho de ser cliente de la empresa supone el beneficiarse de un determinado descuento en la compra del producto complementario o asociado. Un ejemplo de cross-selling lo encontramos en la distribuidora cinematográfica Sakirosan, que vende a sus clientes vía online libros, CDs, fotografías y pósters de la misma temática que la película comprada. — Nuevas tecnologías: la utilización de una página web atractiva en la que se viertan contenidos de interés, juegos o enlaces a otras webs suele ser un medio para fidelizar al cliente. Interesante resulta la consulta de la página web de Coca-Cola, frecuentemente actualizada y alimentada de contenidos atractivos para los internautas. Paralelamente Internet ofrece, a través de las redes sociales, instrumentos interesantes para crear emociones y generar el sentimiento de pertenencia a una comunidad. 5.4.3. La recuperación de los clientes perdidos El coste de adquirir un nuevo cliente es tres o cuatro veces mayor que el recuperar a uno que ya lo fue. Sin embargo, durante mucho tiempo, las empresas han destinado gran parte de los recursos humanos y tecnológicos hacia la captación de nuevos clientes en detrimento de su retención. Las principales razones de la despreocupación empresarial por la gestión de un correcto programa de mantenimiento y recuperación de los clientes son las siguientes: — Presión por el presupuesto: la urgencia del día a día impide el tiempo para la reflexión. Así, la pérdida de un cliente no tiende a analizarse, siendo rápidamente reemplazado por otro. Esta filosofía de actuación olvida que es más fácil conocer las necesidades de los clientes perdidos, que resultan más accesibles y es más fácil recuperar su sentimiento de lealtad. 176 — Falta de orientación hacia la venta relacional: la empresa carece de una cultura orientada hacia el mantenimiento y relación con los clientes. Se mantiene, en estos casos, sumida en una especie de miopía de marketing, en la que antepone la venta del producto por encima de todo. — Inexistencia de una buena base de datos de los clientes (CRM): muchas empresas no han desarrollado una plataforma informática que les permita identificar y conocer a sus clientes, así como detectar las pérdidas y sus causas. El análisis