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Cirptorquidia UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA GUIA RAPIDA: Criptorquidia Definición: Es la localización del testículo por fuera del escroto, en un sitio que corresponde al trayecto de su descenso embriológico normal. Cuando está localizado por fuera de este trayecto se considera ectópico (2% a 5% de los casos de ausencia de testículo en el escroto). Cuando no se logra encontrar al examen físico el testículo, se considera un testículo no palpable. La mayoría de los testículos no palpables unilaterales finalmente corresponden a testículos criptorquídicos (en el canal inguinal o intrabdominal y pueden o no ser hipoplásicos). Los testículos no palpables de forma bilateral se manejan como casos de alteración del desarrollo genital y deben realizarse en centros especializados para tal fin. Etiología: Los testículos se forman en el abdomen y deben descender por el retroperitoneo y luego acompañando al conducto peritoneo vaginal a través del canal inguinal, hasta el escroto, una vez llegan ahí, deben fijarse al mismo. Este proceso se completa en el 8 mes de gestación. La falta descenso completo del testículo al escroto origina la criptorquidia. No se conoce la causa última que causa la detención del descenso testicular. Como este descenso es un proceso que se completa tardíamente en la gestación, la criptorquidia es más frecuente en prematuros. Al completar el descenso testicular el conducto peritoneo vaginal debe cerrarse, de modo que su persistencia está asociada a la criptorquidia en el 70% de los casos. Luego del nacimiento, algunos testículos criptorquídicos (no los ectópicos), continúan su descenso normal hasta el escroto, esto puede ocurrir hasta el 6 mes de vida post natal y es más frecuente en los niños que nacieron prematuros. La criptorquidia adquirida es poco frecuente, no se discutirá en esta guía. Diagnóstico: Es eminentemente clínico. La madre consulta porque no encuentra uno o los 2 testículos en el escroto. En raras ocasiones la primera consulta es por torsión de un testículo criptorquídico (su manejo se describe en la guía de síndrome inguinoescrotal agudo). El principal diagnóstico diferencial de la criptorquidia es el testículo retráctil, en este último caso, un testículo normalmente localizado e implantado, es llevado hacia el canal inguinal por el reflejo cremastérico. Como el reflejo cremastérico está ausente en los dos primeros meses de vida, es útil preguntarle a la madre por la localización de los testículos en este período de la vida. Los testículos criptorquídicos nunca han estado localizados en el escroto. Los testículos retráctiles son en su mayoría bilaterales, los criptorquídicos, unilaterales en el 85% de los niños. Como el reflejo cremastérico se activa principalmente por frío o por miedo, hay que evitar que el niño tenga alguna de estas sensaciones. Para tal fin debe examinarse el niño en presencia de su madre para calmarlo y debe descubrirse inicialmente sólo la zona perineal (luego de realizar el examen de esta zona se continúa con un examen físico completo). Si no pudo realizarse el examen en las condiciones ideales descritas, es necesario citar al paciente a una nueva consulta para tratar de aclarar las dudas. La ecografía NO es útil para diferenciar la criptorquidia del testículo retráctil pues usa gel frío que activa el reflejo cremastérico. En casos de criptorquidia, en el examen inguinal, se encuentra el testículo localizado en el canal inguinal o entre éste y la raíz del escroto (entre el 84% y el 100% de los testículos criptorquídicos están en estas localizaciones), no hay dolor al palparlo y no Juan Valero Cirptorquidia puede ser llevado mediante maniobras suaves de “ordeño” hasta el escroto. En ocasiones, un testículo criptorquídico puede ser llevado con estas maniobras al escroto, pero al soltarlo, sube inmediatamente hasta su anterior posición (a diferencia de los testículos retráctiles, que pueden ser llevados al fondo del escroto y ahí permanecen al menos unos segundos). Siempre debe compararse su tamaño estimado del testículo con el del contralateral. En general, la frecuencia de anomalías asociadas es muy baja y no se requiere estudio con algún paraclínico de rutina si se trata de un hallazgo único. Tratamiento Hay varias razones por las cuales es necesario corregir la criptorquidia: 1. Riesgo de cáncer: es entre 1,6 y 7,5 veces superior a los testículos no criptorquídicos unilaterales, el doble de riesgo en los bilaterales y aun mayor en los de localización intrabdominal. Si la cirugía se realiza luego de los 10 años de vida, este porcentaje es el doble o triple. Además, la cirugía facilita la detección temprana del cáncer (es más fácil palpar un testículo localizado en el escroto que otro en el canal inguinal). 2. Daño testicular: Se ha encontrado disminución comparativa del tamaño testicular desde el año de edad en los niños con criptorquidia unilateral. En biopsias realizadas al momento de la orquidopexia, hay disminución del diámetro de los túbulos seminíferos y de la cuenta de las células germinales en niños operados después de los 12 meses. 3. Infertilidad: A pesar de la dificultad para realizar estudios de fertilidad masculina en niños con criptorquidia corregida, hay mayor riesgo de infertilidad en los hombres que llegaron a la edad escolar con criptorquidia no tratada (20% en unilaterales y 60% en bilaterales), además, el potencial de fertilidad (evidenciado por hallazgos en biopsias al momento de la cirugía y conteo de espermatozoides en los que se evaluaron en edad adulta) disminuye si se operan luego de los 12 meses de vida. 4. Riesgo de torsión: los testículos criptorquídicos no tienen fijación al escroto y tienen riesgo superior de torsión por esta razón. 5. Trauma: Con la cirugía baja el riesgo de trauma testicular pues es más fácil golpearse la pared anterior del abdomen, que entre las piernas. 6. Psicológico: Es importante para el preadolescente sentirse similar a sus compañeros. 7. Para cerrar el conducto peritoneo vaginal permeable o la hernia inguinal asociada. Cuando se diagnostica criptorquidia en un lactante menor y como algunos testículos criptorquídicos tienen la tendencia a descender en los primeros meses de vida, se cita a control cuando el niño cumpla 6 meses, para asegurarse de que el proceso se está llevando a cabo. Se le indica a la madre que debe asistir por urgencias ante signos de torsión. Para aclarar la duda entre un testículo criptorquídico ó retráctil, lo más importante son los controles repetidos. Si persiste la duda, se puede utilizar el manejo con Gonadotropina Coriónica Humana intramuscular (dosis total de 6000UI), este tratamiento no debe ser realizado por el médico general. La hormona NO sirve para la criptorquidia, de modo que si el testículo desciende, era retráctil. Los niños con testículos retráctiles deben ser valorados anualmente hasta la pre-adolescencia, por la posibilidad de desarrollar una criptorquidia adquirida. Juan Valero Cirptorquidia Si no hay descenso espontáneo del testículo al escroto en los 6 primeros meses de vida, o si falla el tratamiento con gonadotropina para los testículos que tienen duda entre si es criptorquídico o retráctil, deben operarse antes de que el niño cumpla un año de edad para evitar que se afecten el tamaño testicular o su funcionalidad. Cirugía: La orquidopexia se realiza de forma ambulatoria, con anestesia general, y a través de un abordaje inguinal. Se realiza ligadura alta del saco herniario, se disecan los vasos espermáticos, se libera el testículo de su gobernánculum mal implantado y se realiza la orquidopexia fijando el testículo en el escroto. A los testículos no palpables se les realiza inicialmente laparoscopia diagnóstica, si se observan los vasos y el deferente saliendo por el anillo inguinal profundo hacia el canal inguinal, se continúa con la técnica abierta descrita,en caso contrario, si se encuentra el testículo intrabdominal, debe realizarse la cirugía con técnica de Fowler Stephens (en uno o dos tiempos quirúrgicos). Puede además identificarse un testículo atrófico al cual debe realizárcele orquidectomía. En caso de realizar orquidectomía, debe fijarse el testículo contralateral. En el postoperatorio sólo requieren analgesia con acetaminofén (10 – 15mg /Kg por dosis) o ibuprofén (5 – 10 mg/Kg por dosis) y control por consulta externa. Complicaciones: Infección superficial del sitio operatorio (ISO superficial) o absceso de herida: Ocurre en menos del 2% de los pacientes. Es más frecuente en los niños que aún no controlan esfínteres y en las cirugías realizadas de urgencia. Si no hay celulitis asociada ni compromiso aponeurótico, se manejan con curaciones ambulatorias. Atrofia testicular: Se presenta en el 5% de los casos. Puede ocurrir por la enfermedad de base (un testículo hipoplásico que no descendió), o menos frecuente luego de cirugía, en este caso, es más probable que ocurra en las cirugías de urgencia (puede llegar a un 15%). Manejo en casa En los pacientes que no presentan complicaciones, se envía a casa con dieta normal, lavado diario de las heridas con agua y jabón, incapacidad escolar por 7 días e incapacidad para realizar ejercicio físico intenso por 2 semanas. Se le indica que debe venir por urgencias si presenta fiebre, vómito, dolor abdominal, enrojecimiento o secreción por las heridas. Se da cita de control postoperatorio para revisar al niño luego de 1 a 2 semanas, en esa cita se buscan síntomas y signos de alguna complicación y se retiran los puntos. Si todo está bien, se da cita de control en los próximos 3 a 6 meses cuando ya ha cedido completamente el edema y pueda realizarse una comparación del tamaño testicular con el contralateral. En caso de haber realizado orquidectomía por atrofia, se revisa el resultado de patología. A los niños que se les realizó orquidopexia, se les deben realizar controles anuales posteriores para verificar el crecimiento del testículo. Adicionalmente hay que enseñar a la madre que desde la etapa de la preadolescencia, realice ella o el niño, un examen testicular periódico buscando masas o aumentos importantes de tamaño, por el riesgo de cáncer. El examen periódico mensual debe persistir hasta la edad adulta (el pico de incidencia de cáncer testicular en hombres es entre los 20 y los 40 años, independientemente de si tiene o no historia de criptorquidia). Bibliografía (pendiente) Juan Javier Valero H. Cirujano Pediatra Juan Valero
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