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Neurología en esquemas 2ª edición Juan Carlos Fustinoni Profesor Asociado de la Universidad Maimónides de Buenos Aires Docente Libre de Neurología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires Miembro Fundador de la Sociedad Argentina de Neurogeriatría Federico Pérgola Profesor Consulto de Medicina Interna de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires Académico Correspondiente de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires Ex Presidente de la Sociedad Argentina de Neurogeriatría 6 EDITORIAL M!=DICAia'"::) panamericana BUENOS AIRES - BOGOTÁ - CARACAS - MADRID - MÉXICO - SÁO PAlJLO e-mail: info@medicapanamcricana.com.ar www.medicapanamericana.com edUCl!IP Lo' cd11orc' han hecho todo., k" c-lucr11" para loca litar a los po'ccdorc' del cop) nght del material fuente uUIÍl;tdo por el autor. S1 111.1d,crt1Jamcn1c• hubieran omitido alguno. con gu\tO h¡1r;ín 'º'arreglos nece,arios en la primera oportunidad 4ue 'e le' pr<''<'lllc par.i tal lin. I ~1 medicina e' una cieoci" en 1~r111ancnte f,1mb10. A medida 4ue la' nuc'ª' 111,c,t1gacionc') la c\pcricncw d1111ca amplían nuestro cono<.:i1111enl0. 'e re4u1cren modificacionó en 'ª' modaladade' tera¡><'ulica,) en Jo, Ira· 1an11cn10' farmacológicos. Lo' ¡iutorc' Je e\la ohra han verificado 1oda la 1nformacuín con fuence' confiables parn ascgurar'e de que ésta 'ca compkl<t y acurde con los eslándare' aceptado' en el mornenlo de la publica ción Sin embargo, en vista de la po,1bilidml de un error hu mano o de ca111hi1h e n la, cicndas m~dica~. ni Jos autores. m Ja cd11oria l o cualquic1 011a pcr-ona implicada en la pre paración o Ja publ icación de este 1rabajo. g:1 rnnl iL•lll que la totalidad de la informac i(\11 aquí contenida sea exacla o wmplclil y 110 se responsabil izan por e rrores u o mismncs o por los rc\u ltadm ob1cnido' del uso de esla info nnadón. Se aco1l\cja a Jo;, lectores con firmarla con otras fuente,. Po r ejemplo.) l'll llal1icular. 'e recom ienda a los lcuore' re' isar e l pro>J>t!Clo de ca d.t fánlldCO que planean adminis1rar p.ira ccrcioraí\c de que la infonmteidn t'Onlemda en este libro sea correc- la ) 4uc no se hayan producido cambio' en la~ do'i' 'ugeridas o e n la' co111r.11ndicaciones para >U administra- ,·1011 E,1.1 recomendación cohra e'pec1al unportancia con relación a fármacos nue"" o de !M> infrecuente. e:§ EDITORIAL M!=DICAia:::::> panamericana Vi,il(' nuc~tra página weh: http://www.mcdicapa na111cricana.co1n ARGENTINA Marcdo T. de Alvear 2145(CI122!\AGJ Bueno' Aire\. Argentina Id <5+11>-1821·:'520/rax <5-1 l IJ-182 1 121-1 e 111.iil· mfo<íi m.xlicapanamcricmia com.Jr COLO.\rBIA (anwa 7a A \'069-19 ·Santa re de Bo¡:ot:í DC Td.· C57 1 l '.B5-4068 /Fax· C57 1) 345 0019 e mail · inín@lmedicapanamc1 icana.com co IS BN 950-06-0783-2 84· 7903-542-0 IMl'Rl:-.SO E\ LA ARGl:NTINA . '. ~~ '4:i_~ " -• •-"' ... Hechll el dep!),i10 que d1>ponc la le} 1 1 723. Todo' lo' derecho' rc,erv;1dos. htc hbro o c ualquiera de ' '"parte' ESPAÑA Alberto Alcoccr 2-1 C:!8ln61 \l.1dri<l. E'paña Tel.: c3+9IJ -1570203 / l·a\: C3-1~91) -1570919 .::-mail: edm<!dpan (n cmp.cs .\1ÉXICO Calzada de T lalpan Nº 5022 e 111rc ' lc1oc.1ui p:1 y Micho:1cán Colonia La Joya Dck¡::1d!Í11 Tlalpan - 1-1090 · México D.E Tel.: (52-5¡ 573 rnX)f Eax: (52-5J 655-0381 e-mail: infomp(!r mcdkapan.1111cricana.cnm.mx VE~EZUELA Edilicio Polar. Tom! Qc,te. Pi-o 6. 01 6-C Pl:v.a '-\!ne1uda. L rha1111¡1rnin l .tl\ Caoh<h. Parroquia El Recreo, \fonicipio Libcnador - Car.teas D.E Tel.: (58-212) 791-69061.l0581253 l/5985nI 95 fax : (58-~ 12) 791-5885 e-mail : info@l mcd1capa na111c1icana.com. \t: no po1tr{i11 ser reproducidos ni arc hivado' en ,;sicmas recuperables. ni lransmitido' e n ningun:1 fonna o 1)or ni ng/111 múd io. y:1 sean mcc;ínicos o e lectrónico,. fomcoprndoras. grabaciones o c1rn lqui<!r otro. s in el permiso previo de hditonal Médica Panamericana S.A 4) 200 1 EDITORIAL MÉDICA PA \;AMERICANA S.A. \1arcdo T. de Al,' car 2145 ·Buenos Aires· Argentina loDITORlAL ~1EDICA PANAMERICA:'\A S.A. Alberto Alcocer 24 M¡¡dnd • bpaña fata edición se 1enninó de imprinur en e 1 me• de aeosto de 2001 en lo' talle res de CGI Av. Amancio Alcorta 1695, Buenos Aire' A Osvaldo Fustinoni (1909-2000), Maestro de la Medici11a, académico, ciudadano il11strc y padre ejemplar. edUCl!IP Prefacio a la segunda edición La favorable acogida (empicando una frase hecha remanida pero eficat:) que ha tenido Neurología en esquemas ha motivado que Editorial Médica Panameri- cana encarara su segunda edición. Esta situación nos enorgullece como autores pero también nos impone mantener la eficiencia en Ja confección de la obra. He- mos conservado Ja característica impresa desde el vamos: idioma conciso y cla- ro, mínimo grado de especulaciones (las inevitables) y una estructura que per- mite la Jcctura alternada sin detrimento de la comprensión. En esta segunda edición hC'mos agregado algunos capítulos como los concer- nientes a Malformaciones del sistema nervioso, eurogenética e Internet en la investigación neurológica. Pero además los restantes capítulos fueron cuidado- samente revisados y actualiz.ados, como en el caso del diagnóstico y la terapéu- tica de la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple y la esclerosis lateral amiotrófica. Sin menoscabar los enormes adelantos que han ocurrido en torno de la epilepsia y su tratamiento, las cefaleas, las enfermedades infecciosas y las demencias. Un comentario aparte merece el capítulo que estudia el accidente cncefalo- vascular. La moderna terapéutica de esta disfunción ha adquirido una enorme importancin en los últimos años. La educación sanitaria de la comunidad, el en- trenamiento profesional correcto, el desarrollo de protocolos adecuados y de las unidades de ictus, y el abandono de ciertas actitudes nihilistas (la prevención y el tratamiento no son efectivos, la unidad de stroke es demasiado costosa, la mortalidad se reduce a expensas de la ca lidad de vida, la rehabilitación no es apropiada, etc.) constih1yen una alternativa muy ambiciosa en el manejo del ac- cidente encefalovascular. En otras palabras, se trataron de achializar los cambiantes temas de la neu- rología, habida cuenta de que la medicina avanzó lentamente durante muchos siglos y se aceleró en los últimos cincuenta años bajo los efectos de los moder- nos conocimientos, de los prolijos métodos de diagnóstico y de una terapéutica que comienza a arrancar en Jo que respecta a la especialidad. El éxito de Neurología en esquemas no nos sorprendió, puesto que trabajamos para lograr un producto acabado y útil. Nos resta, como lo hicimos antes, agra- decer al Sr. Hugo Brik, presidente de Editorial Médica Panamericana, el interés que puso y el apoyo que nos brindó; al lng. Alejandro Mavcroff por su empeño Y dedicación, y al Dr. Horacio Argente por su valiosa colaboración. Esto es vá- lido para los demás colaboradores, en especial la Sra. Leonor Lamas y el Sr. Luis A. Dall'Orso. Esperamos confiados que esta edición - que reviste un carácter de homenaje al Profesor Dr. Osvaldo Fustinoni- tenga el éxito de la anterior. Juan Carlos Fu'ltinoni Federico M. Pérgola edueap https://booksmedicos.org Prólogo a la primera edición El avance de las ciencias biológicas en las úllimas décadas ha sido -sin du- das- espectacular y las ciencias neurológicas no han permanecido ajenas a ello sino, antes bien, han contribuido a su progreso, y a su vez, se han visto enrique- cidas por sus logros. Esto ha impactado en la práctica neurológica mejorando la precisión diagnóstica, ayudando a interpretar manifestaciones patológicas y proveyendo de nuevas tácticas terapéuticas. Pero nada ha reemplazado al sagaz relevamiento de signos, al interrogatorio inteligente y perspicaz, en definitiva a todo aquello que hace a la siempre recordable relación médico-paciente. Tradicionalmente, la neurología posee una elaborada semiología, resabiode los tiempos en que Ja exploración por imágenes del sistema nervioso era una utopía pero que ayud6, además del diagnóstico, al mejor entendimiento de Ja funcionalidad de éste y de las expresiones de sus desarreglos. Lo intrincado de las funciones del sistema nervioso, SL• compleja textura tisu- lar, Ja plu ralidad funcional y la multifactorial patología que puede agredirlo, de una u otra manera, cond ucen a una profusa enfermedad en que los síntomas y signos se ordenan met6dicamente pero en la que, no pocas veces, aparentan una caótica presentación y desanima a aquel que pretende deshilvanarlo, adjudicán- dose así a la patología neurológica una reputación de complejidad y de inabor- dabilidad no siempre desmerecida. El desarrollo de una programada revisión de los cuadros neurológicos más comunes, con una conceptualización de ellos, clara pero económica en frases y consideraciones anexas, transmutada en una herramienta intelectual válida, no es una tarea fáci l ya que en el afán de sintetizar al máximo una información, el riesgo de perder u obviar referencias impresci ndibles para la comprensión no pocas veces precipita a éstas a la inutilidad práctica. la tarea de síntesis requie- re conocimientos vastos pero también la invalorable calidad de perfilar los co- nocimientos en su exacta gravitación, adjudicándole allí al talento del compagi- nador el justo peso y la exacta dimensión que Cc1be ,11 problema abordado. La elección de los cuadros a tratar es otro de los desafíos que aparece en es- tos casos y la conjunción de frecuencia de observaci6n, así como de criterio de practicidad que reúnan estas condiciones, resultando harto adecuada la consi- deración de grandes síndromes además de entidades absolutamente definidas. El médico enfrenta cotidianamente el interrogan le que plantean los diagnós- ticos de la consulta con punto de partida de la recolección ponderada de los sín- tomas y signos que hacen al irreemplazable clasicic;mo clínico, al que irá enri- queciendo con los aportes tecnológicos pródigos y también insustituibles cuan- do resultan adecuadamente utilizados, y para ello es ineludible poseer un claro esquema metodológico para aplicar en cada caso. Esta esquemati.lación es fruto de un refinado y acabado conocimiento al que se arriba conjugando aprendizaje e información, aquilatados a través de la ex- periencia práctica y de la reflexión. educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org X PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN El campo neurológico, y claro ejemplo de ello son las páginas de este texto, ofrece un adecuado muestrario de lo antedicho. Desde trastornos clásicos e inespecíficos como las hemiplejías, en las que el diagnóstico topográfico lesio- na! y la determinación etiológica implican la puesta en marcha de la sagacidad del médico, así como la indicación de los métodos complementarios conducen- tes a ello, los comas con su dramáhco requerimiento de precisión e tiológica y te- rapéutica, u otros que se han incorporado más recientemente y que requieren mayor aporte tecnológico, como el estudio de la patología del sueño de crecien- te importancia y complejidad. El aporte que efectuaron en este sentido los doctores Juan Carlos Fustinoni y Federico Pérgola es sobresaliente y encomiable ya que rcúnC' los requisitos ine- ludibles para que, en un lenguaje ceñido y preciso sobre un curso conciso y só- lido de saber clín ico, apunte a que los lectores desentratiC'n con rapidez las po- sibi lidades diagnósticas frente a las patologías neurológicas más frecuentes. Auguro a esta magnífica obra el éxito que merece. Dr. Jorge L. Ferreiro Profesor Titular de Neurología Facultad de Medicina Universidad de Buenos Aires ... Prefacio a la segundo edición Prólogo a la primcrJ t'dición l. Breviario semiológico Indice 2. Enfermedades de los pares craneanos (con excepción de los neurooftalmológicos) 3. Neurooftalmologí,1 4. Hemiplejía 5. Vértigo 6. Síncopes neurogénicos 7. Alteraciones del suC'ño 8. Comas 9. Afasias, apr,1'\id.., y .ignosias 10. Epilepsia 11. Cefalea y algias crancofaciales 12. Radiculitis, polineuritis y plexopatías 13. Parálisis de nervio~ aislados 14. Enfermedades vertebromedulares 15. Esclerosis múltiple: 16. Esclerosis lateral amiotrófica 17. Enfermedad de PMkinc.;on 18. Movimientos involuntarios 19. Enfermedades del cNebelo 20. Accidente enccfolovascu lar (stroke) 21. Facomatosis 22. Síndromes loba res 23. Tumores encefálicos 24· Traumatismo craneoenccfálico 25· Líquido cefalorraquídeo (LCR) 26· Enfermedades infecciosas 27. Demencias 28· Síndrome confusional agudo vrr lX 1 13 21 27 33 39 47 55 63 71 79 89 97 103 115 123 131 139 1-l9 157 169 173 18 l 189 195 201 211 221 educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org XII ÍNDICE 29. Enfcrmedadc<; toxicometabólicas 30. Manifestaciones neurológicas de las enfermedades sistémicas 31. Enfermedades musculnrcs 32. Enfermedades de la unión ncuromuscular 33. Neurosífilis 34. M;mifestacioncs neurológicas del SIDA 35. Malformaciones del sistema nervioso 36. ~eurogenética: la neurología del siglo XXI 37. Internet en In información neurológica f ndice analítico 229 237 243 251 257 261 267 271 277 283 Capítulo 1 Breviario semiológico El instrumenta l para el examen se compone de un martillo de reflejos, un of- talmoscopio, una pequeña linterna, un bajalcnguas, un alfiler de gancho, un diapasón y una brizna de algodón o un pincelito. El método que debe segu irse cuando se sospecha una afección neurológica es el siguiente. EXPLORACIÓN DE LOS PARES CRANEANOS l. Olfatorio. Se explora a través del interrogatorio y las pruebas específicas. El interrogatorio puede informarnos sobre trastornos en la percepción olfatoria. Posteriormente se Je solicita al paciente que identifique, con los ojos cerrados, un olor agradable (perfume) y uno desngradable (asa fétida), y se investiga ca- da narina por separado. 11. Óptico. a) Agudezn visunl. Se evalúa con escalas especiales u optotipos, pe- ro si no se dispone de ellas puede utilizarse cualquier impreso legible, compa- rando Ja agudeza del observador con la del paciente. Si éste padece un vicio de refracción, el examen se efectúa con los anteojos puestos. Se explora cada ojo por separado. Cuando el paciente no es capaz de leer los optotipos grandes, se le pide que cuente los dedos que se le presentan extendidos a diferentes distan- cias, y si es incapaz de ello, se prueba si distingue la luz de la oscuridad. b) Cnmpo iiisual. Se le solicita al paciente que se tape un ojo y que mire con el otro directamente al ojo del examinador; éste coloca un dedo por detrás de la cabeza del paciente, a >inos 30 a 40 cm de distancia, y lo va llevando paulatina- mente hacia adelante; el paciente debe indicar en qué momento lo percibe. El procedimiento se repite para los cuatro cuadrantes y para cada ojo por separa- do. Existen métodos más precisos, como el del campímetro. c) Fo11do de ojo. Se estudia med iante el ofta lmoscopio, a veces con d ilatación previa de las pupilas y en un ambiente oscuro. Se inspeccionarán el estado de la papila, las características de la retina, lns condiciones de las arterias y las ve- nas y la presencia de hemorragias y exudados. d) Visión de los colores. Se investiga con lanas de distin tos colores, que el pa- ciente debe identificar; también pueden utilizarse las láminas de Ishihara, que están compuestas de números formados por círculos pequefios de diferente coloración. 111, IV y VI. Motor ocular común, patético y motor ocular externo. lner- van la musculatura extrínseca del ojo. Se exploran a través del interrogatorio, educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 2 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS la inspección y las maniobras específicas. El interrogatorio permite determinar la presencia de diplopla (visión doble). La inspecciónpermite observar la situación de los párpados, la simetría de los globos oculares o la inclinación compensado- ra de la cabeza. Para el examen de la motilidad extrínseca del ojo se le pide al pa- ciente que, sin mover la cabeza, siga con la vista la punta del dedo del observa- dor, que éste desplaza lateralmente de lado a lado y luego verticalmente de arri- b_a hacia abajo; en el extremo terminal del movimiento y con la mirada del pa- aente en esa posición, se efectúa una pausa para verificar si se produce 111stag11w. D~ben compararse el diámetro de ambas pupilas, su tamaño, la forma y la re- gulandad. La reacción de las pupilas a la luz (reflejo fotomotor) se investiga ilu- minando cada ojo en forma directa mientras el otro permanece tapado. En con- diciones normales, la pupila se contrae con la luz y se dilata en la oscuridad. A continuación se explora la reacción a la acomodación y la convergl'ncia, para lo cual el exam inador aproxima un dedo desde una distancia dt' un metro hasta pocos centímetros de la nariz del paciente, observándose, con IJ convergencia ocular, la contracción pupilar correspondiente. Por último se investiga el reflejo consensual iluminando a lternativamente un ojo y observando e l o tro. V. Trigém ino. Se explora la sensibilidad de la cara mediante el tacto, e l pin- chazo (dolor) y la temperatura. Se investiga en ambos ojos el reflejo córneo, y también el reflejo mascterino. Se palpan los músculos masetero y temporal mientras e l paciente mantiene los maxilares fuertemente cerrados. Se verifica la fuerza del cierre de la boca solicitando al enfermo que apriete entre sus dien tes un bajalenguas. En condiciones normales, la sensibilidad, los reflejos señalados y la fuerza dC'I cierre de la boca deben estar conservados. VII. Facial. Se ordena al paciente que arrugue la frente, eleve las cejas, cierre los ojos con fuer7a, muestre los dientes, desvíe las comisuras bucales, sople y silbe. Se observa si existe asimetría de los rasgos faciales, para lo cual se repara en la abertura palpebral de uno y otro lado, en la ausencia de pliegues fronta- les, en el borramiento de uno de los surcos nasogenianos, en la simetría del ori- ficio bucal cuando el enfermo muestra los dientes, etc. El sentido del gusto co- rrespondiente a los dos tercios antenores de la lengua se investiga utili1:ando los cuatro sabores: amargo, dulce, salado v ácido. VIII. Auditivo. Se exploran la ramá coclear (audición) y la vestibular (senti- do del equi~ibrio). El interrogatorio nos permite investigar la pre!>encia de sorde- rn, /11ponc11s1a o parnarnsin, o bien la existencia de vértigo y ac1ífe11C1!'>. Para explorar la rama coclear el examinador aproxima un reloj o emite una v?; cuchicheada a cierta distancia de cada uno de los oídos del paciente. Tam- b1en se llevan a cabo las pruebas de Weber, Schwabach y Rinne utilizando el diapasón. Para l~ rama vestibular se debe investigar el nistagmo espontáneo y provo- cado, el signo de Romberg, la desviación del índice de Bárány y la marcha. IX. Glosofarí~geo. Se explora la sensibilidad gustativa del tercio posterior de la lengua, investigando los cua tro sabores: amargo, dulce, salado y ácido; y la contracción de la pared posterior de la faringe. X._Neumogástri~o. Se explora º!denando al paciente que abra la boca y pro- n_unctc In lctrn A mien tras se depnme la lengua con un bajalenguas; en condi- c1ones.~or_ma!cs, el velo d:l paladar se eleva simétricamente. Se completa la ex- plorac1on_10v1tando al paciente a beber un vaso con agua. El examen de la larin- ge se realiza escuchando la voz (nasal, bitonal) y por laringoscopia (movilidad de las cuerdas vocales). XI. Espinal. Se explora por Ja inspección del cuello, buscando la simetría de los hombros y las escápulas. Se examina la contracción del esternocleidomastoi- deo y del trapecio y se observa si hay fasciculaciones o no. BREVIARIO SEMIOLÓGICO 3 XII. Hipogloso. Su exploración se realiza por la inspección y la palpación del trofismo de la lengua, la búsqueda de movimientos involuntarios en ella y or- denando al paciente que efectúe diversos movimientos: sacar la lengua, llevar- la hacia distintos lados, etc. MOTILIDAD La exploración de la motilidad comprende varias etapas sucesivas: 1) explo- ración de la motilidad activa o voluntaria; 2) de la fuerza muscular; 3) de lamo- tilidad pasiva, o sea del tono muscular; 4) de la coordinación muscular o taxia; 5) de los reflejos; 6) del trofismo muscular; 7) de los movimientos involuntarios. Examen de la motilidad activa voluntaria: es la que realiza el sujeto per se. Se ex- plora ordenándole al paciente que efectúe movimientos activos específicos pa- ra cada grupo muscular: por ejemplo, en la mano, juntar y separar los dedos, flexionarlos y extenderlos, tocar la yema del pulgar con la yema de los otros de- dos, movimientos de oposición del pulgar; en la muñeca, flexión, extensión, in- clinación sobre el radio y sobre el cúbito; y así sucesivamente con los diversos grupos musculares de la economía. Lns maniobras de Mingazzini y Barré com- pletan el estudio de las perturbaciones de la motilidad. Fuerza 11111scular: se explora con el paciente ejecutando movimientos semejan- tes a los utilizados en la exploración de la motilidad activa, pero el examinador sujeta el miembro que interviene en el movimiento oponiéndose a su realiza- ción. Esta exploración de la fuerza muscular se realiza en forma comparada en uno y otro lado. Las alternciones de la motilidad comprenden la paresia y la parálisis. La parálisis. es la abolición del movimiento correspondiente; la paresia consiste en un grado menor y se evidencia por la disminución de la fuerza muscular. Las parálisis, de acuerdo con su topografía, se denominan: hemiplejía (pérdi- da de la motilidad voluntaria de una mitad del cuerpo), monoplejía (parálisis li- mitada a un miembro), paraplejía (parálisis de ambos miembros inferiores) y rna- driplejía (parálisis de los cuatro miembros). Si se deben a una lesión que se asien- ta en la neurona motora central, se denominan corticoespinales, mientras que cuando se trata de lesiones de la neurona motora periférica, se designan con el nombre de espinomusculares. La paresia o parálisis corticoespi11nl configura el denominado síndrome pirami- dal: paresia o parálisis polimuscular, hipertonía piramidal, hiperreflexia profun- da con arreflexia superficial, clonus y signo de Babinski. La paresia o parn?isis es- pinomuscular tiene la característica, en cambio, de que puede afectar a músculos aislados y por hipotonía o flaccidez, arreflexia profunda, atrofia muscular y au- sencia del signo de Babinski. TONO MUSCULAR Se denomina tono muscular a l estado de semitensión del músculo volunta- rio determinado por un fe nómeno reflejo. Se explora por medio de la inspección, la palpación y el examen de la moti- lidad pasiva. A través de la inspección se observa la actitud que presentan los miembros y el relieve de las masas musculares. Mediante la palpación se apre- cia la consistencia de los músculos. Las maniobras para el examen de la motili- dad pasiva son: la prueba talón-isquion y su similar para el miembro superior y las pruebas de pasividad de André-Thomas. educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 4 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS Las alteraciones del tono muscular consisten en: a) J Iipertcmín: es el aumento del tono muscular. Se divide en piramidal (con- tractura) y extrapiramidal (rigidez). La contractura piramidal predomina en los músculos distales de los miembros, es irreductible, se exagera con el movimien- to activo y cede con el reposo, presentando el "signo de la navaja": al extender pasivamente el codo, previamente flexionado, el examinador percibe una gran resistencia al iniciar el movimiento, que va cediendo a medida que éste transcu- rre. La riRide::. extrap1ra111idal afecta sobre todo a los músculos proximales de los miembros, es reductible, cede con los movimientos activos y se exageracon el reposo, y presenta el signo de la rueda dentada de ·egro: el examinador perci- be que la extensión se hace con resaltos como si fueran escalones, etapas o los dientes de una rueda de engranaje. b) llipolo11ín: consiste en la disminución del tono muscular. Se caracteriza por pérdida del relieve muscular, consistencia blanda a la palpación y am- plitud exagerada al examen de la motilidad pasiva (el talón contacta con el isquion). TAXIA La taxia consiste en la coordinación de los músculos agonistas, <1ntagon istas y sinergistas pnra logrnr un movimiento eficaz. La tnxia se explora en posición de reposo, coordinación estática, y durante la ejecución de los movimientos, coordinación dinámica. La coordi11ació11 estática se explora mediante la maniobra de Romberg. Su a l- teración consiste en la P.érdida del equilibrio con tendencia a caer y '>e denomi- na signo de Romberg. Este revela un déficit en la conducción de los estímulos propioceptivos a través de las vías de la sensibilidad profunda o laberíntica. Por ello el signo de Romberg está presente en las afecciones de los nervios periféri- cos, de los cordones posteriores de la médula y del laberinto. La coordi1111cuí11 di11á111ica se explora con una serie de maniobras o pniebas es- pecíficas: 1) prueba del talón-rodilla; 2) prueba del índice-nariz; 3) pruebas pa- ra revelar ataxia del tronco, como solicitarle al enfermo que marche siguiendo una línea determinada, y 4) ejercicios a la Foumier. Debe observarse en la marcha del paciente si aumenta la base de sustenta- ción y si se desvía hacia un lado u otro (marcha zigzagueante). La alteración de la taxia se denomina ataxia. Las principales variedades de ataxia son: a) Ataxia 111ed11/ar: se caracteriza por la presencia del signo de Romberg; pre- senta, asimismo, trastornos de la sensibilidad profunda. b) Ataxia cere/?e/osa: no presenta signo de Romberg ni trastornos sensitivos; suele ir acompañada de nistagmo, temblor, alteraciones de la palabra y desv ia- ciones posturales. c) Atnxin ln/lcrí11ticn: el signo de Romberg aparece después de un corto inter- valo y ocurre hacia el Indo opuesto de la fase rápida del nistagmo; suelen asociar- se fenómenos auditivos: vértigo y <1cúfcnos. La marcha es típica (marcha en es- trella de 13abinski-Weil). d) Ataxia periférica: puede presentar o no signo de Rombcrg; se asoci<1 con arreflexia, hipotonÍél y alteraciones tróficas. Las masas musculares y los trayec- tos nerviosos suelen doler a la presión. Otras variedades de <1taxia se ven en casos de lesiones bulbopontopcduncu- lares (síndrome de Wallenberg, por ejemplo), talámicas (configurando el síndro- me talámico) y corticales (ataxia frontal de Bruns). BREVIARIO SEMIOLÓGICO 5 REFLEJOS Se denomina reflejo a la respuesta motriz, secretoria o nutritiva, involunta- ria, brusca e inmediata despertada por la acción de un estímulo periférico. El re- flejo puede ser consciente o no, es ajeno a toda experiencia del sujeto y siempre es igual a sí mismo. Si el estímulo obra sobre una estructura tendinosa u ósea, el reflejo se denomin<1 osteotendinoso o profundo; si lo hace sobre la piel o la mucosa, cutaneomucoso o superficial. En todos los pacientes deben explorarse los siguientes reflejos profundos: a) Cabeza: superciliar, nasop<1lpebral y maseterino. b) Tronco: mediopu biano. c) Miembro superior: bicipital, trícipital, estilorradial y cubitopronador. d) Miembro inferior: patelar y aquiliano. Debe conocerse la respuesta normal de cada reflejo profundo y la localiza- ción de su correspondiente centro en el sistema nervioso central. Las respuestas anormales consisten en: a) Híperreflexia: es una respuesta más amplia e intensa que lo habitual, que va acompañada del fenómeno de d ifusión del estímulo (el reflejo se produce cuan- do se estimu la más allá del s itio habitual) y de policinesia, o sea, el reflejo por cada estímulo suministra varias respuestas sucesivas. Podemos diferenciar, así, la hiperreflexia del reflejo vivo (respuesta exagerada pero no patológica) por no presentar este último policinesia. b) Hiporreflexia: es una respL1esta de menor intensidad que la normal. Pue- de recurrirse a maniobras de facilitación para su obtención (maniobra de Jendrassik). c) Arreflexia: es la abolición del reflejo. Traduce un compromiso del arco refle- jo del segmento medular correspondiente. d) ln11ersió11 del reflejo: la rc-spuesta al estímulo es inversa a la norm<1l por au- sencia del reflejo, reemplazado por un reflejo de automatismo medul<1r. Los reflejos superficiales que deben explorarse en todo paciente son: a) Cabeza: conjuntiva!, córneo y vclopalatino. b) Tronco: cutaneoabdominales, cremasteriano, bulbocavernoso y anal. c) Miembro inferior: plantar. Debe conocerse Ja respuesta normal de cada reflejo y la localización de su co- rrespondiente centro. Las respuestas anormales consisten en: a) Híperreflexia: es una respuesta más amplio e intensa que lo habitual. b) Arrejlexia: es la abolición del reflejo. Puede indicar lesión piramidal por compromiso del arco reflejo superior. c) lnversió11 del reflejo: tiene particular significado la inversión del reflejo plan- tar. La respuesta normal del reflejo plantar es la flexión de todos los dedos; la res- puesta constituid<1 por la extensión lmta y sostc11ida del dedo gordo y, a veces, la apertura de los otros dedos en abanico constituye el signo de Babinski, que tam- bién puede obtenerse friccionando la tibia (Oppenhcim), comprimiendo la pan- torrilla (Gordon) o pellizcando el tendón de Aquiles (Schafer). El signo de Ba- binski indica, cuando es constante, una alteración orgánica de la vía piramidal. Deben explorarse, por último, ciertos reflejos que únicamente aparecen en condiciones p<1tológicas. Se buscarán los siguientes: a) Cabeza: de succión y de hociqueo. b) Miembro superior: de prensión forzada, palmomenton.iano y signo de Hoffmann. c) Miembro inferior: cuboideo (Mendel-Bechterew), de Rossolimo y plant<1r tónico. educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 6 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS Clonus. Se denomina clonus a una serie de contracciones involuntarias, rítmi- cas, que se producen en un grupo muscular cuando se realiza una extensión brusca y pasiva de los tendones en forma sostenida. Si el clonus persiste mien- tras dura la estimulación, se dice que es inagotable. El clonus se explora a nivel del pie, la rótula y la mano. TROFISMO MUSCULAR El trofismo se explora mediante la inspección y la palpación. La inspección permite reconocer: a) alteraciones de la piel y faneras cutáneas, como atrofia, presencia de ulceraciones o escaras, pigmentaciones, etc.; b) movimientos invo- luntarios: fasciculaciones, o sea, movimientos involuntarios breves producidos por contracciones aisladas de los haces de fibras integrantes de un músculo; c) deformidades articulares y fracturas espontáneas. La palpación explora la elas- ticidad y la humedad de la piel y el estado de las masas musculares y las arti- culaciones. Las alteraciones del trofismo consisten en: a) atrofia de la piel (glossy ski11 o piel luciente); b) ulceraciones (mal perforante, úlcera de decúbito) y escaras; e) ampollas o panadizos (panadizo analgésico de Morvan); d) atrofias musculares (neuropáticas, miopáticas o por mecanismo reflejo); e) hipertrofias musculares (enfermedad de Thomsen), y f) deformidades osteoarticulares. MOVIMIENTOS INVOLUNTARIOS Constituyen movimientos ajenos a la voluntad del individuo, que general- mente desaparecen durante el sueño y se presentan en forma transitoria o per- manente. Se exploran a través de la inspección y recurriendo a maniobras espe- cíficas. Las características fundamentales de los movimientos involuntarios son: 1) Temblor. Está constituido por sacudidas musculares de diferente amplitud, oscilatorias, rítmicas y de rápida sucesión, que se producen en ciertas partes del cuerpo, por lo general en los miembros superiores, pero también lo hacen en lacabeza y en las extremidades inferiores. Deben observarse su amplitud (temblor fino o grueso) y la frecuencia de sus oscilaciones (rápido o lento). El temblor puede producirse en el reposo, y se designa temblor de reposo o estático, en el mantenimiento de una actitud determinada, temblor de actitud, o bien en el curso de los movimientos voluntarios, temblor intencional o cinético. 2) Movi111ie11tos coreicos. Son movimientos desordenados de gran amplitud, irregulares, rápidos y sin finalidad aparente. Pueden abarcar todo el cuerpo o un 11emicuerpo (hemicorea). 3) Discinesins bucolingualcs. Son movimientos lentos, estereotipados y continuos que afectan la lengua, los labios y Ja mandíbula. La discinesia bucolingual tardía es aquella que aparece luego de tratamientos prolongados con ncurolépticos. 4) Atetosis. Son movimientos lentos, como de reptación, observables única- mente en los dedos de las manos y de los pies. 5) Mioclcmíns. Son contracciones bruscas y rápidas a nivel de un músculo o varios, que pueden causar desplazamientos del miembro o de un segmento de él. Su presentación más frecuente es en los miembros inferiores, pero pueden asentarse en cualquier parte. 6) rasciculariones. Son contracciones que abarcan solamente haces de fibras musculares. Aparecen en músculos atrofiados o con paresia por lesión nerviosa BREVIARIO SEMIOLÓGICO 7 (compromiso l~n_to de la neuro~a m?lora periférica o segunda neurona) o, mu- chas veces, anticipando la atrofia misma. 7) Convulsiones. Son contracciones musculares bruscas, paroxísti~a~, a veces generalizadas y que de~plazan segmcn.t?s corpo.ral~;>· Pued~n ser torneas (con- tracción sostenida) o clonicas (contracc1on y relapc10n sucesivas). 8) Calambres. Son contraccio~es prolongadas y tónicas de m~sculos aislados, por Jo habitual dolorosas. Se asientan de manera preferente a ruvel de la panto- rrilla y cesan durante el sueño. 9) Tics. Son movimientos de caráct~r convulsivo, evitables por Ja voluntad transitoriamente, que afectan a un mismo grupo muscular y se suceden, con más o menos brevedad de tiempo, con características similares. Generalmente remedan una mueca o expresión. 10) Miocimias. Son contracciones persistentes de haces de fibras musculares en músculos sin atrofia. Afectan por lo común al orbicular de Jos párpados. Ca- recen de significado patológico. 11) Distonías. Son movimientos lentos, realizados contra resistencia de losan- tagonistas. Se asientan en cualquier parte y dan la impresión de trasuntar un es- fuerzo intenso. SENSIBILIDAD La sensibilidad es la percepción de estímulos originados en el propio indivi- duo o en el medio ambiente. En general, las condiciones propias de un buen examen de la sensibilidad son: 1) Requerir buena atención por parle del enfermo, explicándole previamen- te la forma en que deberá contestar tan pronto como experimente Ja sensación consecutiva a la aplicación del estímulo. 2) El enfermo no debe ver lo que hace el médico al explorarlo. Para ello se le hace cerrar los ojos o se le cubre la vista. 3) La exploración deberá SN sencilla y metódica (cara, tronco y miembros), en forma simétrica y scgmentaria, sin fatigar al paciente con sesiones prolongadas. EJ examen comprende la exploración de la sensibilidad superficial y profun- da. La sensibilidad superficial incluye la táctil, la térmica y la dolorosa. La sen- sibilidad profunda incluye la sensibilidad a Ja presión (barestesia), a la aprecia- ción de pesos (barognosia), a la vibración (palestesia), al sentido de las actitudes segmentarías (batiestesia) y al dolor profundo. La sensibilidad táctil se explora mediante toques suaves con una torunda de algodón; Ja sensibilidad al dolor, con la punta de un alfiler, y la sensibilidad tér- mica, por medio de tubos con agua fría y caliente. La barestesia se investiga ejerciendo presión en distintos sectores del cuerpo, con la yema de un dedo, preguntando al enfermo en qué punto se ha presiona- do más; la ba rognosia, mediante pesas de diverso valor; la palestesia, mediante un diapasón de 128 ciclos por segundo que, después de hacerse vibrar, se apli- ca sobre superficies óseas como la tibia o el sacro, verificando entonces si el pa- ciente percibe la sensaci6n; la baliestcsia, movilizando un dedo de la extremi- dad del paciente, dejándolo en una posición determinada -arriba, abajo o a un costado- y solicitando al sujeto que indique el sentido en que se lo movió y la posición en que quedó. La exploración de Ja sensibilidad se completa con la investigación del sen- tido estereognósico, para lo cual el enfermo debe reconocer objetos por palpa- ción sin verlos. Se utilizan monedas, llaves, etc.; cuando el sentido está con- servado, el paciente es capaz de describir correctamente el objeto. Finalmente, educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 8 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS la sensibilidad táctil epicrítica o discriminación táctil de dos puntos se explora mediante el compás de Weber con su abertura graduada, aplicando los extre- mos aguzados simultáneamente sobre la superficie cutánea. El paciente debe- rá decir sí percibe una o dos puntas. Las alteraciones de la sensibilidad superficial consisten en: a) A11estt•sin: abolición de la sensibilidad. b) Hipoestesia: disminución de la sensibilidad. c) Hiperestesia: aumento de la sensibilidad. d) Parestesias: sensaciones sin estímulo (p. ej., hormigueos, pinchazos, ador- mecimientos). Las alteraciones correspondientes a la sensibilidad profunda consisten en su disminución (p. ej., l1ipopalestesin) o en su abolición (apnlestesia). Las alteraciones de la sensibilidad pueden agruparse característicamente en síndromes sensitivos. Éstos son de dos clases: los de disocinciá11, en los cuales están ~ornprometidas unas formas de sensibilidad y respetadas otras, y los to- pográf1cos, que i,e hallan relacionados con la distribución de las alteraciones sen s i ti vas. FUNCIONES MENTALES SUPERIORES Palabra y lenguaje. La exploración de la palabra se efectúa escuchando Ja conversaci0n ordinaria del enfermo o invitándolo a leer cualquier texto en voz alta. Parn ciertas perturbaciones se Je pide que repita frases como artillero de ar- tillería, anticonstitucionalidad de la constitución, ministro plenipotenciario. Las alteraciones de la palabra consisten en: a) Disa~tri~: dificultad en la pronunciación de la palabra. b) B~nd1/a/!a: lentitud en la pronunciación de la palabra. c) Idt08losin: es el lenguaje de los niños cuando comienzan a hablar. d) Pnlilnlin: consiste en la repetición involuntaria de una misma frase o de al- gunas palabras de la mi<>ma frase. La exploración del lenguaje se lleva a cabo haciendo hablar espontáneamen- t~ ~I enfermo (examen de la palabra espontánea), presentándole objetos y pi- d~e~dolc que los nom.bre (ex~men de la denominación), o haciendo que repita d1st~ntas palabras, primero simples, luego más complicadas y por último pe- quenas frases (e'a.m~n de la ya labra repeti?a); orden~ndo al enfermo que eje- cute algunos m.ov1m1entos s1mpl~~' luego ordenes mas complejas u otras quC' conteng.an la misma palabra, o utilizando la prueba de los tres papelitos de Pie- r~e Ma;u.> (explora~ión de la comprensión de la palabra); presentándole una se- ne de ordenes escntas como las empicadas en el examen de la comprensión de la palab~a, haciéndoselas leer en voz baja y en voz alta (exploración de la lec- t~ra) y, fmalme,nt~, haciendo gue el pacie~te escriba espontá~eamente, luego al dictado y P.or ultuno que copie un texto impreso (exploracion de la escritura). La p~mc1pal alteración del lenguaje consiste en la afnsia (véase Afasias). . P.rax1a. Es la facultad de realizar más o menos automáticamente ciertos mo- v1m1entos habituales adaptados a un fin determinado. Se explora pidiéndole al paciente que ejecute diversas órdenes: hacer la señal de la cruz, ~ac~r I~ ~enia, encend~r un cigarrill?, beber un vaso con ngun, abro- char un .boton, 1nv1.tan_dol~ p(~st~normentea 1m1tar algunos actos renliz.1dos por el c~ammador. Se inv1lara asimismo al enfermo a hacer dibujos cspont,incos o copiados. .. La imposibilidad del paciente de realizar adecuadamente las maniobr,1s so- hc1tadas se denomina aprnxia. BREVIARIO SEMIOLÓGICO 9 Gnosia. Es la facultad de reconocer estímu los que obran por vías aferentes cerebrales en individuos con recepción primaria adecuada. Se examina la capacidad de reconocimiento de imágenes, formas, colores (gnosia visual); de tonos, melodías y son idos (gnosia auditiva), y la correspon- diente a la noción de esquema corporal (somatognosia). La imposibilidad del paciente de reconocer dichos estímulos se conoce con el término de ag11osin. SIGNOS MENÍNGEOS La rigidez de la nuca se explora mediante movimientos de extensión y fle- xión de la cabeza. Cuando se flexiona la cabeza del paciente, buscando la rigi- dez de la nuca, puede producirse un movimiento de flexión de los muslos (sig- no dé Brudzinski). Cuando se eleva uno de los miembros inferiores extendidos del paciente y se produce la flexión de la rodilla, se tiene el signo de Kernig, que también puede observarse cuando, al sentar pasivamente al enfermo, el exami- nador se opone a la flexión de las rodi llas; si el signo existe, pese a esa oposi- ción, el enfermo doblará las rodillas. EXÁMENES COMPLEMENTARIOS l. Diagnóstico por imágenes. La to111osrnfía co111putariznda cerebral es de suma utilidad para visualizar las estructuras encefálicas, incluyendo los ventrículos y las circunvoluciones cerebrales. En las lesiones de la fosa posterior, la objetiva- ción es incompleta, y en la fase inicial de los infartos isquémicos el estudio es negativo, a pesar de existir signos tomográficos precoces que permiten sospe- charlos (véase Accidente encefalovascular [stroke], cap. 20). En muchos casos el contraste yodado puede facilitar la detección anatómica más precisa de algunas lesiones. La tomografía computarizada de la columna vertebral y su contenido es importante para establecer el diagnóstico de lesiones vertebrales y periverte- brales. La tomografía por emisión de posilmm·~ t?s un método que permite valorar el metabolismo cerebral, mediante la utili;ación de isótopos radiactivos o radio- núclidos que decaen por la emisión de una pequeña partícula con la misma ma- sa de un electrón pero de carga opuesta (positrón). Esta metodología se ha apli- cado particularmente en el estudio de ciertos cuadros psiquiátricos, donde es muy útil (actividad metabólica en la psicosis maniacodepresiva y en la esquizo- frenia). La tomografía por e111isió11 de Jotá11 IÍ11ico presenta la misma ventaja pero utiliza radiofármacos de vida más larga (tccnecio 99 melaestable) y su costo es menor. La reso1inncin magnética permite objetivar las imágenes no sólo en los planos transversales sino también sagitales, revelando lesiones que son inaccesibles a la tomografía computarizoda. Se prefiere la resonancia para investigar la médu- la cervical, el tronco cerebra l y, en caso de enfermedad desmielinizante, para po- ner de manifiesto posibles <Íreas de desmielinización con una resolución y efec- tividad mayor que en la tomografía computarizada. En ocasiones se emplea sustancia de contraste (gndolinio OTPA), introducida con el fin de poder dife- renciar modificaciones a nivel de los tejidos que aumenten el valor diagnóstico del estudio. La sustancin mencionada ha demostrado utilidad en neurología pa- ra la separación de los tumores y otrc1s patologías, de los tejidos cerebrales y me- dulares normales. educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 10 NEUROLOGfA EN ESQUEMAS La mielografía es útil, en caso de compresión medular, para establecer la altu- ra de ésta y además determinar si es única o si existen otras a alturas diferentes. Por otra parte, facilita la diferenciación entre una compresión extramcdular e in- tramedular. El efecto Doppler es la valoración del flujo en un vaso determinado, mediante la utilíLación de un haz ultrasónico y su interacción con la columna de flujo in- travascular. De esta interacción se obtiene y se registra una imagen sónica que varía según la columna se acerque o se aleje del punto en donde se aplica el haL ultrasónico, y con motivo de obstrucciones o malformaciones vasculares Algu- nos aparatos ofrecen la posibilidad de registrar un ecograma del vaso compro- metido. Este método se utiliza en neurología para la valoración no invasiva de estenosis u oclusiones arteriales de los vasos del cuello: arterias carótida primi- tiva, carótidas interna y externa, subclavia y vertebral. El Doppler transcra11ea110 permite examinar las arterias carótidas, silvianas, ce- rebrales anteriores y posteriores, las arterias vertebrales y el tronco basilar. El método emplea un Doppler pulsado bidireccional, que atraviesa el cráneo por las ventanas óseas temporales, orbitarias y el foramen magno. La a11giografía permite establecer la morfología del árbol vascular (presencia de placas ateromatosas ulceradas, estenosis, oclusiones), en un paciente afecta- do de enfermedad isquémica cerebral. También permite la objetivación de una malformación vascular aneurismática o arteriovenosa, y precisar las caracterís- ticas de la vascularización de masas ocupantes cerebrales evidenciadas en la to- mografía computarizada. La angiografía intravenosa por sustracción digital es particularmente útil cuando sólo se desea explorar las arterias del cuello; para el árbol intracraneano sigue siendo más útil la inyección intraarterial. La angio:.;rafía por resonancia magnética (angiorresonancia), incorporada en los últimos años, permite visualizar los vasos sanguíneos, tanto arterias como ve- nas, sin la necesidad de administrar sustancia de contraste por vía intravascu- lar, y resulta de particular importancia en el estudio de la patología vascuJoen- cefálica. 2. Neurofisiología. La electroencefalografía adquiere especial importancia en el diagnóstico de la epilepsia o en el estudio de otros estados convulsivos (cn- cefalopatías de cualquier origen). La polisomnografía es útil para el estudio de las parasomnias (alteraciones del sueño). La electro111íografia se emplea en el estudio de los trastornos neuromusculares determinando el diagnóstico de afectación de la motoneurona, radiculopatía, neuropatía y miopatía; la detección de la velocidad de conducción motora y sensitiva que permite la discriminación entre neuropatías que comprometen la conducción axonal de aquellas que producen desmielinización, y el diagnóstico de los cuadros miotónicos, seudomiotónicos, miasténicos y de ciertas manifes- ta~iones. por atrapamiento o co~prcsión ne~viosa .. ~n los cu.ad ros miasténi~os o miasteniformes se recurre al metodo de eshmulac10n repetitiva y al estudio de fibra única. Los potenciales evocados se han revelado de particular utilidad en el estudio de la esclerosis múltiple coadyuvando al diagnóstico de lesiones clínicamente ine- xistentes; asimismo, en el estudio de disturbios auditivos y visuales de diversa etiología. 3. Punción lumbar. La punción lumbar permite estudiar las características del líquido cefalorraquídeo. Permite la confirmación de un proceso inflamato- r!~ (meningitis, síndrome de Guillain-Barré, esclerosis múltiple, mielitis, vascu- htis autoinmunes), la comprobación de anticuerpos específicos en el líquido cef~l?'.raquídeo (borreliosis, síndrome de Garin-Bujadoux-Bannwarth, neu- ros1f11ts, encefalopatía del SIDA, polineuritis parainfccciosa o posinfccciosa) BREVIARIO SEMIOLÓGICO 11 a veces, la confirmación o exclusión de una hemorragia meníngea o de un ~roceso tumoral con participación. meníng.ea. Está .c,ontraindicada en el caso de lesiones supratentoriales no conocidas o hipcrtens1on cndocranean~. 4. Estudios biópsicos. La biopsia de nervio y músculo es de particular valor en el diagnóstico etiológico de ci~rtos cuadros ncuromuscul~es y sistémic<?s. La biopsia a nivel del sistema nervioso central, aun9ue excepcional,en ?~as1ones es importante en ciertas enferm~d~dcs dcgenerahv~s cu)'.'~ cuadro d~co ~u chas veces no permite su diagnostico o para la confirmacion del tipo histologi- co de un tumor cerebral. BIBLIOGRAFÍA Brandt-Zawadzki M, Norman D. M.1gnetic n.'son.mcc imaging of the central nervous system. New York: Raven Press; 1987. De Jong RN. The.ncurological examin,~tion. l l~•bcr ~; 1950: . • . Fustinoni O, Fushnoru O (h.), Fustino111 JC. &•m1olog1a del sistema nervioso. 13- ed. Buenos Ai- res: Editorial El Ateneo; 1997. Landau WM. Strategy, tactics and accuracy in neurological evaluation. Ann Neurol 1990;27:86-7. Mayo Clinic, Section of Ncu rology. Clinical cxamination in ncurology. 3..i ed. Philadclphia: WB Saunders; 1971. Taveras JM, Wood EH. Dingnóst ico neurorradiológico. Buenos Aires: Editorial Médica Pana- mericana; 1991. Walton JN. Esscntials of ncurology. 4•h cd. London: Putnam Med ica!; 1975. Wartenberg R. Thc cxamination of rcflexes. The Yl'ar 13ook Publishcrs; 1945. educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Capítulo 2 Enfermedades de los pares craneanos (con excepción de los neurooftalmológicos) Nos referiremos a continuación a las enfermedades de los pares craneanos. NERVIO OLFATORIO (1) Su función es el sentido del olfato. La pérdida de este sentido -anosmia- puede depender de causas locales (rinitis aguda alérgica, sinusitis, obstruccio- nes nasales), lo que se designa con el nombre de anosmia respiratoria. Desde el punto de vista neurológico tiene mayor importancia la anosmía unilateral que la bilateral. La 1111ilaternl se observa en los tumores de la cara inferior del lóbulo frontal, en las meningitis basales (tuberculosa) y en los traumatismos craneanos. Las alucinaciones olfatorias, que consisten en la percepción de olores sin que haya estímulos olorosos, pueden cons tituir un aura de las crisis epilépticas por irritación de la circunvolución del hipocampo o del lóbulo temporal. NERVIO TRIGÉMINO (V) El nervio trigémino preside la sensibilidad de la cara, los ojos, la lengua y parte de la sensibilidad nasofaríngea (véase fig. 2-1); es el nervio motor de los músculos masticadores: temporal, masetero y pterigoideos. Fíg. 2-1. Inervación sensitiva de la cara. En 1, territorio del nervio oftálmico; en 2, territorio del nervio maxilar superior; en 3, territorio del maxilar inferior; en raya- do: territorio del nervio intermediario de Wrisberg. educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 14 NEUROLOGiA EN ESQUEMAS La afección más característica de este par craneano es la neuralgia. Consiste en dolores espontáneos localizados en el trayecto de una o varias ramas del ner- vio. El dolor es intenso, de iniciación y terminación bruscas, de duración breve (pocos segundos), que se repite por accesos, entre Jos cuales el paciente perma- nece asintomático. La más común es la neuralgia del maxilar superior, luego la del maxilar inferior y, finalmente, la de la rama oftálmica. Cada una de estas neuralgias tiene sus puntos dolorosos característicos (puntos de Valleix). A ve- ces basta realiLar un simple roce en determinadas zonas cutáneas de distribu- ción del nervio para desencadenar el dolor, que, con frecuencia, suele acompa- ñarse de contracciones musculares de la cara en forma de tics. Las neuralgias se dividen en sintomáticas o esenciales, según se encuentre o no una etiología. Puede servir el hecho, para diferenciar unas de otras, de que en las sintomáticas el dolor no aparece y desaparece súbitamente sino que es más len- to y prolongado, y hay alteraciones de la sensibilidad y de los reflejos, que no sue- len estar presentes en las esenciales. Las causas de neuralgia sintomática pueden ser las siguientes: alteraciones dentarias, glaucoma, sinusitis, tumores de cavum y del ángulo pontocerebeloso, tumores del ganglio de Gasser o compresión por tumores 6seos o meníngeos. Es de destacar que el 1 % de los pacientes afectados de esclerosis múltiple pueden presentar una neuralgia del trigémino. Los pacientes con neuralgia del trigémino deben estudiarse cuidadosamente con tomografía axial computarizada y politomografía de la base del cráneo. A veces es mejor recurrir a la resonancia magnética por imágenes. Si se sospecha una malfor- mación vascular en la génesis del cuadro debe solicitarse una angiografía. El tratamic11to de la neuralgia esencial se efectuará con carbamazepina (400- 800 mg/ día) en dosis crecientes y con control hematológico. La amilriptil ina también puede ser beneficiosa (50-75 mg/ día). Si no se obtiene éxito, se puede recurrir a la termocoagulación de las raíces afectadas, realizar una rizotomía percutánea retrogasseriana o bien la descompresión microvascular del nervio, separando los vasos aberrantes que eventualmente lo comprimen. En la figura 2-2 se da la pauta de tratamiento de la neuralgia del trigémino Diagnóstico de NT t Tratamiento farmacológico r (empezar con carbamazepina) t Control del dolor Sin control del dolor ' Mantener un mínimo de 1 mes r T<atam;eoto q";,o,g;'° l t Reducir progresivamente Mal estado general Buen estado general ' Cirugía periférica t Sin evidencia de compresión y Cirugía en el ganglio de Gasser ' Evidencia de compresión y Puede plantearse la descompresión microvascular Fig. 2-2. Pauta de tratamiento de la neuralgia del trigémino (según Peraire). ENFERMEDADES DE LOS PARES CRANEANOS 15 A B Fig. 2-3. Diferencias entre la parálisis facial periférica y central. A. Parálisis facial periférica: el ojo permanece abierto (lagoftalmos) por participar el facial superior en la parálisis. B. Parálisis facial central: la oclusión del ojo es posible por hallarse respetado el facial superior. NERVIO FACIAL (VII) El nervio facial inerva todos los mLJSculos cutáneos de la cara, las glándulas salivales y lagrimales, el músculo del estribo, y brinda la sensibilidad gustativa de los dos tercios anteriores de la lengua. Las principales alteraciones están dadas por la parálisis facial periférica y central, la parálisis facial bilateral y el hemiespasmo facial clónico. La parálisis facial periférica es producida por lesiones que afectan al nú- cleo de origen o al trayecto periférico del nervio. Es homolateral a la lesión y compromete los territorios facial superior e inferior de la cara. Al investigarse los movimientos de la cara se nota que, en el lado paralizado, el enfermo no puede arrugar la frente ni cerrar el ojo que se encuentra más abierto que el del lado sano (lagoftalmos u ojo de liebre). Al solicitarle al paciente que cierre los ojos, se observa que el globo ocular del lado paralizado se dirige hacia arriba y adentro (signo de Bel/) e invitándolo a mirar hacia arriba, el globo ocular de ese lado se eleva más que el del lado sano (signo de Negro). La comisura bucal está desviada hacia el lado sano, desviación que se acentúa al comer, reír o ha- blar. Si se le solicita que desvíe la boca no puede hacerlo o lo hace en un gra- do mucho menor en el lado paralizado con respecto al sano. La parálisis del buccinador le impide soplar y silbar. Las causas de la parálisis facial periférica son las siguientes: neuritis dia- bé~ica, meningitis basales de evolución subaguda, compresiones por tumores o infiltrados leucémicos, tumores del ángulo pontocerebeloso, síndrome de Ramsay-Hunt, traumatismos, otitis media o mastoiditis, entre otras. A veces puede ser esencial. Desde el punto de vista terapéutico, en la forma esencial se ha sugerido el uso de prednisona 1 mg/kg/día durante una semana o diez días, terapéutica que otros han contraindicado. El cuidado del ojo, imposible de cerrar completamen- te, debe hacerse con lágrimas artificiales u ocluyéndolo con gasa. Puede inten- tarse la rehabilitación kinésica. . El pronóstico depende de la causa. Con la electromiografía suele tenerse una idea aproximada. La esencial puede evolucionar hacia la curación en días o se- manas, dejar una paresia persistente uoriginar un hemiespasmo facial. educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 16 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS A B Fig. ~-4. Paráli~is facial. A. Parálisis. central: musculatura de la frente no comprometida; B. Parálisis penfénca: frente comprometida con borramiento de los surcos frontales. De: Duus P. Topical diagnosis in neurology. Thieme-Stratton; 1983. Con autorización. . La parálisis facia l central o supranuclear, producida por lesiones que interesan las fibras supra nucleares que van a inervar el núcleo motor del fa- cial, es co11tmlnternl a la lesión. Difiere de la parálisis facial periféricn en que, e1.1 este caso, el e~fermo puede mover los músculos frontal, supercilinr y or- bicular de los parpados (puede entonces cerrar el ojo, aunque con menor fuerza que en el lado sano). El motivo por el cual la lesión de las fibras su- pranucleares afecta únicamente el territorio facial inferior contralnteral es el siguiente: el núcleo motor del facial puede descomponerse en un núcleo motor del facial superior y en un núcleo motor del facial inferior. Ahora bien, mientras el primero recibe una doble inervación motora, lto1110/ataal y co11trnlat('m/, lac.; fibras que inervan el núcleo inferior son predo111i11a11ft'111e11fc cruzadas, es decir, prácticamente exclusivas del hemisferio contralateral. Por ello la paráli!>is facial central acompa11a a la hemiplejía suprapontina de di- versa ctiolosía: infartos -isquémicos o hemorrágicos-, hematomas, trauma- tismos, tumores. En las figuras 2-3 y 2-4 se analizan las características dife- renciales entre la parálisis facial periférica y central. La par~lisis facia l bilate_ral, ta~bién denominada diplejía facial, se debe al compromiso de ambos nervios faciales. Puede deberse a lesiones protuberancia- les, polirradiculoneuritis o síndrome de Guillain-Barré, porfiria, borreliosis o le- pra (diplejía facial superior). El hemiespasmo facial clónico se caracteriza por la producción de contrac- ciones alternativas, rápidas, en los músculos inervados por el facia l. SL1elc11 li- mitarse a un determinado músculo, como el orbicul.ar de los párpados originan- do _el blefarospas1110. Pue~e observarse como una complicación de una parál isis facial Cllrada en forma incompleta. En otros casos se relaciona con una causa definida: malformación de la chamela, tumor del ángulo pontocercbeloso, tu- mor troncal, aneurisma, megadolicotronco basilar, compresión del nervio facial por vasos aberrantes. En el espasmo del orbicular de los párpados se puede in- tentar la infiltración con toxina botulínica; en otros casos, aunque pocos, se re- curre a la descompresión del nervio en la base del cráneo. ENFERMEDADES DE LOS PARES CRANEANOS 17 NERVIO AUDITIVO (VIII) El nervio auditivo presenta fibras cocleares qlle transmiten las sensaciones auditivas percibidas en el caracol, y fibras vestibulares, del equilibrio, que pro- ceden de los conductos semicirculares, del utrículo y del sáculo (conforman el laberinto membranoso). Las alteraciones de la rama coclear son fundamentalmente la pérdida o dismi- nución de la audición (sordera o hipoacusia) y la percepción subjetiva de ruidos variados (acúfenos, alucinaciones). Cuando las lesiones afectan el órgano auditi- vo pueden causar sorderas de conducción; si afectan el aparato receptor y el ner- vio auditivo, sorderas de percepción. Cada una obedece a distintas causas. Con el nombre de acrífenos se designa la percepción subjetiva de ruidos variados, zum- bidos o silbidos, va sean intermitentes o continuos. Suelen traducir afecciones de- generativas del Óído medio o trastornos circulatorios del oído interno, y pueden ser el primer síntoma de un tumor del ángulo pontocerebeloso. Las alucí11acio11es audítims, por irritación de la corle7a temporal, tienen - a veces- una organización elevada: timbres, sonidos, gritos, y se observan en las epilepsias temporales. El síntoma común de las lesiones vestibulares es el vérligo. El signo que lo acompaña es el 11istag1110. Deben diferenciarse siempre el s índrome vestibular periférico y central, ya que sus callsas de origen son d iferentes. NERVIO GLOSOFARÍNGEO (IX) Es un nervio mixto; la parle motora inerva los músculos faríngeos de la de- glL1ción; la sensitiva preside la sensibil idnd del oído medio, la faringe, la raíz de Ja lengua y el gusto del tercio posterior de ésta. Su parálisis rara vez es aislada y por regla general se asocia con la de los pa- res craneanos X y XI que pueden lesionarse simllltáneamente a nivel del aguje- ro rasgado posterior. Se evidencia por trastornos del gusto que radican en la ba- se de la lengua, alteraciones de la deglución y abolición del reflejo velopalatino. Sus causas son prácticamente similMcs a las que dan origen a la parálisis del X par y las describiremos junto con éste. NERVIO NEUMOGÁSTRICO (X) Jnerva el velo del paladar, los múc.;culos laríngeos y aporta fibras parasimpá- tico-vegetativas. Su lesión unilateral da lugar a una pará lisis de la mitad del ve- lo del paladar y de la cuerda vocal del mismo lado. La parálisis bilateral se tra- duce porque el velo pende como una cortina flotante -hay reflujo nasal de líqui- dos- (véase fig. 2-5)1 por inmovilidad de las cuerdas vocales y la existencia de trastornos cardiorrespiratorios. Las causas pueden ser neuritis, traumatismos, compresiones, síndrome bulbar debido a esclerosis lateral amiotrófica, y síndro- me seudobulbar. NERVIO ESPINAL (XI) Inerva al esternocleidomastoideo y parcialmente al trapecio. Su lesión pro- duce la parálisis de los mencionados músculos, que se pone de manifiesto con las pruebas semiológicas correspondientes. Sus causas pueden ser neuritis, trau- matismos, compresiones. educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 18 NEUROLOGiA EN ESQUEMAS Fig. 2-5. Parálisis del neumogástrico. El velo pende como una cortina flotante. NERVIO HIPOGLOSO (XII) lnerva los músculos de la lengua. La parálisis unilateral se caracteriza por des- viación de Ja lengua hacia el lado paralizado, con atrofia o no y fasciculaciones, según la causa sea nuclear y periférica, o bien central. En este último caso la pa- rálisis unilateral acompaña a la hemiplejía: la desviación de la lengua es hacia el lado de la hemiplejía mientras que la comisura de los labios, por compromiso del facial inferior, lo hace, como ya se dijo, hacia el lado opuesto al hemipléjico. SÍNDROMES ASOCIADOS DE LOS ÚLTIMOS PARES CRANEANOS Están constituidos por el síndrome del agujero rasgado posterior, yugular o de Vernet, el síndrome conjunto del agujero condíleo anterior y del agujero ras- gado pos terior (o síndrome de los cuatro últimos pares craneanos o síndrome de Sicard-Collet), y el síndrome del espacio retroparotídeo de Villaret. El síndrome del agujero rasgado posterior comprende la parálisis de los pa- res craneanos IX, X y XI debida a traumatismos, compresiones tumorales (car- cinomatosis meníngea, metástasis) o aneurismáticas, o a neuritis de diversa etiología que comprometen los mencionados pares a nivel del agujero yugular o rasgado posterior por donde salen. Otras causas están dadas por las meningi- tis infecciosas y el g lomus yugular. La semiología es la correspondiente al com- prom iso de estos pares. El síndrome conjunto del agujero condíleo anterior y del agujero rasgado posterior tiene como causas las mismas del sú1drome anterior. La sintomatología también es similar, a la que se agrega hemiparálisis lingual por estar englobado en la lesión causal el nervio hipogloso. Este mismo síndrome, asociado con la paráli- sis del simpático cervica l, o sea al síndrome de Claude Bernard-Horner, recibe el nombre de s índrome del espacio retroparotídeo y es causado por lesiones exocra- neanas que actúan en dicho espacio y en el sector correspondiente al agujero ras- gado posterior (tumores de parótida, metástasis, traumatismos de cuello). ENFERMEDADES DE LOS PARES CRANEANOS 1 9 BIBLIOGRAFÍA Adams RD, Victor M. Principies ofncu.rology. S•h cd. ~cw York: McGraw-Hill; 1993. Adour KK. Medical managemcnt of 1d10path1c (Bell s) palsy. Otolaryngol Clin North Am 1991;24(3):663. Asbury AK, McKa~nn GM~ McDonald WI. Discascs of thc ncrvous system. Clinical neurobio- Iogy. 2nd ed. Philadelphia: VV'B Saunden;; l<J?2. . . Baloh RW. The essentials of neuroothology. Ph1ladelph1a: ~A Dav1s Co; 1984. . Dyck PJ, Thomas PK, Criffin JW, Low PA, Podu~lo JF. Penpheral neuropathy. 3"' ed. Phtladel- phia: WB Saunde~; 1993. . . . . . _ . fustinoni O, Fustinom O (h.), Fustmom JC. Scm1olog1a del sistema nervioso. 13' ed. Buenos Ai- res: Editorial El Ateneo; 1997. Peraire M. Diagnóstico y tratamiento del paciente con neuralgia del trigémino. Neurología 1997;12:12-22. Samii M, Jannetta P. l he cranial ncrves. Berlín, Heidelberg: Springer-Verlag; 1981. educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Capítulo 3 Neurooftalmología Los pares craneanos afectados a la visión y a la motilidad extrínseca e intrín- seca del ojo son el JI, llJ, lV y VI. Nos ocuparemos de cada uno de ellos. 11 PAR (NERVIO ÓPTICO) Suministra el sentido de la visión. Las rnusns que lo lesionan están dadas por las neuritis ópticas (bulbar y retrobu lbar), los tumores (glioma) y los traumatis- mos. Los síntomas dependen de si se altera el tronco del nervio óptico o el resto de la vía: quiasma, cintilla y radiaciones ópticas o lóbulo occipital. En el primer caso se produce ambliopía o amaurosis nomolateral, en la que puede quedar abolido el reflejo fotomotor del lado afectado y conservados el reflejo consensual y el fotomotor del lado opuesto. La lesión del quiasma óptico da una hemianop- sia heterónima (mitades ciegas distintas para el campo visual de cada ojo) bi- temporal y se debe a tumores de la hipófisis, craneofaringiomas y meningiomas. la binasal es de muy rara observación. Por último, toda lesión retroquiasmática produce una hemianopsia homónima (lado., homólogos ciegos del campo vi- sual de cada ojo) contralateral, designándose toda hcmianopsia de acuerdo con la parte ciega del campo vbual y no con la parte de la retina que no ve. En el ca- so de la hemianopsia homónima, las cn11sas más frecuentes que la producen es- tán dadas por compresiones tumorales, lesiones inflamatorias y accidentes ence- falovascularcs; finalmente, en la hemianopsia homónima por lesión del lóbulo occipital, la visión central (111nrnlar) está conservada (véase fig. 3-1 ). Las lesiones objetivables en el fondo de ojo pueden ser la neuritis óptica bul- bar (papilitis) o retrobulbar, la atrofia del nC'rvio óptico y el edema de papila o papiledcma. La atrofia óptica primaria se caracteriza por l,1 decoloración de la papila, des- apareciendo el color rosado de la mitad nasal y tomando toda la papila un co- lor blanco azulino; la papila consNva sus límites netos. Otro tipo de imagen of- talmoscópica da la atrofia óptica secundaria (a neuritis óptica o edema de pa- pi la), que presenta los bordes pcripapilares borrados y la papila de color blan- co. La atrofia primaria de papila se observa en c¡:¡sos de compresión por tumo- res (glioma del nervio óptico), embolia de la ¡:¡rteria central de la retina, diabe- tes, intoxicación alcohólico-tab.iquica, idiocin familiar amaurótica, intoxicacio- nes por talio y arsénico. El edema de papila se caracteriza por una prominencia edematosa del disco Y alteraciones pronunciadas de las arterias y las venas papilorretinianas. Puede educa https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 22 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS Retina Nervio óptico Quiasma "'-----C1nt1lla óptica Temp. Nasal A B e D Fig. 3-1. Izquierda: Vía óptica. A, lesión a nivel del nervio óptico; 8 , qu1asmática; e y O, retro- qu1asmáticas. Derecha: campo visual correspondiente a las lesiones localizadas a las alturas A, 8, C y D de la vía óptica. observarse como signo incipiente el borramiento del latido venoso centropapi- lar que, a veces, existe normalmente. Clínicamente, la agude.a1 visual tarda mu- cho en comprometerse. El edema de papila se observa en el síndrome de hiper- tensión endocra neana, cualquiera que sea su causa; también en la hipertensión arterial maligna idiopática o secundaria y en algunas hemopatías (leucemias, policitemia, anemia grave). La neuritis óptica bulbar o pnpilitis, cuya imagen al fondo de ojo suele ser si- milar a la anterior, se diferencia porque la papila no hace saliencia y adquiere un tono rojo o grisáceo debido al edema. A veces es muy difícil esta diferencia- ción. Desde el punto de vista clínico su inicio es brusco (no lento y progresivo C~)".1,º ~n_e! edema de papila), es unilateral, se le asocian dolor y pérdida de la \ t<;ton 1ruc1al_m<:nt~ central (e_scotoma centrocecal). Se observa en las compresio- nes del nervio opttco (aneunsmas, tumores), meningoencefolitis, sífilis. Se aso- cia con mielitis aguda en la neuromielitis óptica o enfermedad de Devic. La neuritis óptica retrobulbar produce la pérdida brusrn de la visión en for- ma unilateral o bilateral, que puede llegar a ser completa. Los síntomas prodró- micos habituales son oscurecimientos de la visión y dolores oculares que se exa- cerban al mover los ojos. El fondo de ojo puede, en estas circunstancias, ser nor- mal'. pero si está afectada la parte inicial del nervio suelen apreciarse signos de paptl1t1s. Este cuadro afecta a menudo a adolescentes o adultos jóvenes, que ven dis~inuir su visión en uno o en ambos ojos. En unas pocas semanas la .1gude- za \'1sual se r<.'Cobra por completo aunque -oftalmológica1Til'nte- quede desco- lorido el disco óptico en la región temporal. A menudo Ja causa de la neuritis óptica queda ignota y se ha atribuido a sinus itis esfenoida!, focos sépticos den- tarios, sífilis, enfermedades carenciales, etc. La etiología firme, que se observa en un tercio de los casos, es la esclerosis múltiple, que puede manifestarse más NEUROOFTALMOLOGÍA 23 florida tiempo después. No obstante, en t?da t11m1_u_rosis de este tipo es necesa- rio completar el estudio con una resonancta _magnetica que puede de~(~St1~ar ~as 1 ·ones típicas de esta enfermedad. Tamb1en puede observarse neuritis opttca cst~buJbar en la atrofia óptica de Leber, la enfermedad de Charcot-\1aric-Tooth re f I' . y en los estados posence a 1hcos. 111 PAR (NERVIO MOTOR OCULAR COMÚN) Este nervio inerva el elevador del párpado superior, la musculatura ocular extrínseca (con excepción del oblicuo mayor ine;vad? por el patéti~o y el recto externo inervado por el motor ocular externo - vease f1g. 3-2 ) e intnnseca: cuer- po ciliar y pupila (fibras circulares que llevan a la contracción correspond iente -miosis-). En la parálisis del motor ocular común de carácter total se produce ptosis del párpado superior y desviación del globo ocular hacia afuera, el que no puede ser llevado hacia adentro, hacia arriba ni hacia abajo. La pupila está dilatada porque predominan las influencias simpáticas que nacen en el hipotá- lamo, se dirigen al núcleo intermediolateral de la médula con el que eo.,tablecen sinapsis, para ascender a través de los rnmi co1111111111icn11te.; de las últimas raíces cervicales y primeras dorsales a los ganglios cervicales, yendo con los filetes pe- rica rotídeos y los nervios ciliares largos al esfínter de la pupila, inervando las fi- bras radiadas, que la dilatan (111idrinc;is). El paciente presenta diplopía con ima- gen falsa que se sitúa en el plano horií'ontal y se desplaza hacia el lado opues- to. El reflejo fo tomotor está abolido, lo mismo que el consensual cuando se ilu- mina el ojo del lado sano. La parálisis pnrcinl puede limitarse a tomar un solo músculo, por ejemplo existe sólo ptosis palpebrnl, sólo par,íl is is de la aducción, o bien sólo parálisis de los músculos de Ja pupila y acomodación del cristalino, en la cual la pupila está dilatada sin reacción a la luz ni a la acomodación. En el caso de ptosis palpebral por paresia o parálisis del elevador del párpa- do superior se deberá descartaruna lesión del llJ par craneano (véase más ade- lante), miaslenia gravis o cnfermednd muscular. El síndrome de Claude Bernard-Horner que resulta de la parálisis del s im- pático da lugar a miosis, seudoptosis por compromiso del músculo liso de \fü- ller -coadyuva nte del elevador del párpado superior-, enoftalmía e invección conjuntiva!. Es 1101110/nteml a la lesión, que puede obrar sobre el hipotálamo (ac- cidente enccfalovascu la r, tumor), tronco cerebrnl (síndrome de Wallenberg), el núcleo intermcdiolateral e.Je la médula (siringom iclia, compresiones de la mé- dula espinal ccrvicodorsal) o a nivel del ápex pulmonar (carcinoma del vértice, pleuritis), pericarotídeo u orbitario. En el signo de Argyll-Robertson, que suele ser bilaternl, el reflejo fotomotor está abolido pero se conserva el de acomodación-convergencia. Las pupilas son mi6ticas. Este signo se observa en la sífilis nerviosa (período terciario) pero tam- bién en el ,1lcoholismo crónico, las neuropatías degenerati\'as hereditarias (en- fermedad de Oéjerine-Sottas, de Thévenard) o metabólicas (diabetes). El signo puede observarse con ca rácter unilateral en algunos casos. La pupila de Adíe generalmente es unilateral y se caracteriza por ha llarse más dilatada a la luz que la sana, y por lo tanto existe anisocoria. Estimulada por la lu.t su reacción es nula o perezosa; cuando se explora el reflejo a la aco- modación la pupila se contrae rápidamente, pero persiste contraída (¡111piloto11ín) d_uran te unos minutos para después relajarse lentamente; en cambio, en condi- ciones normales o al buscar el signo de Argyll-Robertson, In pupila se dilata en cuanto cesa el esfuerzo acomodativo. La pupila ce; anormalmente sensible a las drogas colinérgicas (colirios diluidos), lo que no ocurre en una pupila sana. edUCl!IP https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 24 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS OJO DERECHO Oblicuo menor t ~-A~to ~ interno t Oblicuo mayor OJO IZQUIERDO Recto superior ~ ~--~:~~. ~. Recto inferior -------------------------- -------------------- Recto superior Oblicuo menor t • ~<cY Recto~ externo .~ ) Recto~~~ interno ~ ;...__.- • + Recto inferior Oblicuo mayor Fig. 3-2. Funciones de los músculos oculomotores en los movimientos de lateralidad izquier- da (arriba) y derecha (abajo). De: Cambier J y col.: Propedéutica neurológica. Toray-Masson· 1980. Con autorización. ' Se observa predominantemente en mujeres y con carácter familiar. Puedt.> aso- ciarse con abolición del reflejo patelar y del aquiliano u otros, en cuyo caso cons· tituye el smdrv111c dt' Holmt's-Adie de causa desconocida. · IV PAR (NERVIO PATÉTICO) La lesión aislada .del patético es rara. El ojo se encuentra más alto que lo nor- mal y d0sv1ado hacia adt.>ntro. El enfermo no puede dirigir el ojo hacia abajo y afuera y cuando rnira en esta dirección le aparece diplopía. También le t's mu\.· difícil intentar b<ijar una escalera. • VI PAR (MOTOR OCULAR EXTERNO) En esta parálisis el ojo se desvía hacia adentro, o sea, hacia el lado nas<il. El ojo no puede ser llevado hacia afuera y coexiste con la diplopía, que se acc-nttía cuando ~l enfc:mo intenta mirar en esa dirección. Cuando estéÍ detcrm in<idil por una ot1t1s ffil'd1a propagad<i al pet'íasco constituye el si't1dro111e de Gmdc11igo. CAUSAS COMUNES DE PARÁLISIS DE LOS NERVIOS OCULOMOTORES La p.ucilisis de.' los pares craneanos Ill, IV v /o VI obligará a descartilr un,1 oftal- moplejfo e>..temn progrec;ivcl, miastenia gravis, diabetes, nipertiroidismo, accidente NEUROOFTALMOLOGÍA 25 encefalovascular, vasculitis, aneurismas o malformaciones arteriovenosas, sín- drome de Miller-Fisher, traumatismos, meningitis y tumores de. la .i;asofar!nge. Las lesiones supranucleares producen generalmente desviac1on conjugada de Ja mirada. la parálisis de la mirada hacia arriba constituye el síndrome de Pa- rinaud. Son causa de lesión supran~1clear. los accide_ntes en~efalova~cular,es (in- fartos, hemorragias), tumores o leswnes inflamatorias de d1\•ersa eholog1a. OFTALMOPLEJÍA INTERNUCLEAR Es un síndrome producido por una lesión del haz longitudinal medio (cinti- lla longitudinal posterior) que vincula los núcleos oculomotores con el sistema vestibular. Una lesión homolater.11 produce, en la e\.trema mirada hacia el lado opuesto, la imposibilidad de aduc,ción del ojo del la~o enfermo y simultán~,'1- mente nistagmo en el opuesto. El smdrome suele ser bilateral. Es signo de les1on del tronco cerebral y puede observarse en la esclerosis múltiple. Se ha descrito asimismo en casos de pequeñas lesiont•s vasculares (lupus eritematoso sistémi- co, hipertensión arterial). SÍNDROMES ASOCIADOS DE LOS NERVIOS OCULOMOTORES Están constituidos por el síndrome de la hendidura esfenoida! de Rochon- Duvigneaud, el síndrome de la pared externa del seno cavernoso de Charles Foix y el síndrome del vérlin' orbitario. En el síndrome de la h end idura esfenoidal se produce la parálisis de los tres nervios oculomotores y el compromiso de la rama oftálmica del trigémino. Su causa puede ser un tumor (meningioma del ala menor del esfenoides, tumor se- lar), una osteítis, un aneurisma micótico de la oftálmica (endocarditis infeccio- sa), un traumatismo. El sujeto presenta ptosis palpebral, el ojo irtmóvil con mi- driasis, anestesia en el territorio del oftálmico con reflejo córneo abolido)~ a \'e- ces, exoftalmía irreductible. Cuando también abarca el nervio óptico en el agu- jero óptico vecino se constituye en el síndrome del vértice orbitario y sus cau- sas son similares a las del anterior. El síndrome de la pared externa del seno cavernoso se produce a consecuen- cia de un aneurisma carotídeo, un<i fístula carotidocavernosa, flebitis del seno ca- vernoso, un traumatismo o un tumor s0lar o paraselar que lesiona los nervios que van en el espesor de su pared cxt0rna o en su interior y que son el motor ocu- lar común, el patético, el motor ocular <.'\.terno, la rama oftálmica y la rama ma- xilar superior del trigémino (a veces t<irnbién la inferior). Como en el caso ante- rior, se produce una oftalmoplejía tot<il con .mestesia en el territorio de la oftál- mica, que asimismo puede afectar las otras ramas y, a veces, causar exoftalmía. Se denomina sí11dro1J1e de Tolosn-111111/ a lc1 inflamación granulomatosa en la zona del seno cavernoso que ocasiona oftalmoplejía externa dolorosa con com- promiso ocasional de la primera rama del lrigémino. L<i recuperación espontá- nea es la regla, en el plazo de días n seman<is, aunque el dolor responde rápida- mente y de manera caractcrístic<i a los corticoides. PRONÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LAS PARÁLISIS OCULOMOTORAS Fl pronóstico depende de la reversibilidad de la causa. El tratamiento se ha- rá en base a esta última. educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 26 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS BIBLIOGRAFÍA Ad.irm. Rl), Victor M. Principie~ ot neurology. 5'h ed. Ncw York: 'vfC'Graw-1 lill; 1993. D,1m,1 ... io A Ct•ntr,11 ,1tw1n.1topsia: bchavioral, anatomic and physiolog1c aspcds. Nt•urology 1980;10:10<H. Frisen L. lht' nt•urolog\' of tlw visual acuity. Brain 1980;103:639. Fustinoni O, Íll'itmoni O (h.), Fustinoni JC. Semiología del sistC'ma nervioso. n• t•ll. 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Desde el punto de vista neurológico, los síndromes clínicos son complejos e n cuanto a su forma de aparición, lo que hace que de acuerdo con la profundiza- ción del cuadro podamos observar distintas formas evolutivas de hemiplejía que estudiaremos a continuación. 1 . EVOLUCIÓN LENTA EN EL CURSO DE MESES O AÑOS Las hemiparesias que aparecen en el mom ento del nacimiento muchas ve- ces se ponen de manifiesto cuando el lactante comienza la deambulación, aun- que es dable apreciar diferencias tróficas entre Jos miembros afectados y los nor- males (menor grosor y longitud en los primeros). Estos cuadros también pue- den presentar trastornos del desarrollo psicomotor y epilepsia. Ciertos tumores cerebrales presentan un crecimiento muy lento (meningio- ma, astrocitoma, oligodendroglioma) y pueden manifestarse con un cuadro de hemiparesia p rogresiva. la progresión de los demás síntomas (crisis epilépticas, c~falea, hipertensión cndocraneana, cnmbios cond uctuales) hará sospech ar el diagnóstico que se confirmarcí a través de la to mografía computarizada. Los meningiomas de la convexidad en las áreas motoras rolándicas son causa de ac- ce~os epilépticos focales (epilepsia brnvnis-jnckso11ii111n) con eventual genera liza- aon secundaria. _Otras causas de hem iplejía de insta lación lenta en un lapso de meses o a~os pueden estar dadas por la escl e ros is múltiple (que ocasiona un hemi- s1ndrome lentamente progresivo), las lesio nes m edulares cerv icales altas (en est~ caso la hemiplejía es del mismo lado de la lesión y generalmente esboza el Stndrome de Brown-Séqunrd) motivadas por un neurinoma o un meningioma Y( l?s cuadros lentamente evolutivos que se asientan en el tronco ce rebral ghomas o angiomas). educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 28 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS H E M 1 p L E J í A Parálisis facial central (1nfenor) H1pertonía (espashcidad) Atrofia tipo piramidal (no degenerativa) Refle¡os +++ (profundos) Existe parálisis o paresia en el lado afectado Clonus de la rótula Hipertonia (signo de ta nava¡a) Atrofia no degenerativa Refle¡os prolundos · ++ (Respuesta pohc1néhca, d1lusión del estímulo) Clonus del pie \ Signo de Babinski y sucedáneos (reflejos cutáneos) Hem1p1e¡1a sin trastornos del lengua¡e (afasia) si la lesión asienta en el lado del hemisferio no dominante Cutáneos abdominales abolidos (en el lado hemiplé¡ico) Cutáneos abdominales normales (lado sano) Signo de Babinski (repuesta extensora) Fig. 4-1. Hemiplejía capsular (lesión de la neurona motora central). Signo de Babinski Las lesiones del tronco cerebral se caracterizan por causar una hemiplejía a/- t~~11a: la lesión del ha1 pir.1mid.al determina la parálisis del lado opuesto, y la Je- s1~m del p~~ ~ra_neano, cuyas fibras emanan por la parte anterior del tronco o pie, la parahs1s 1ps1/aternl u lwmolnteml de los músculos por él inervados. Obvia- mente, ~e acuerdo con el par comprometido se razonará: t•s un síndrome del pie del pedunculo _si _el afectado es el 111 par, de la protuberancia si lo están el VI y el Vil (en este ultimo caso díl por resultado una pílrálisis facial periférica) y del bulbo s1 los afectados son los pares bajos. Un<1 última causa de hemiplejía de instalación lenta eo; líl debida a atrofia ais- lada _de la corteza cerebral en la región precentral (¡mresin de Millsche de obser- vac10n muy rara). Debe d~stacarse el hecho de que algunos cuadros hemiparkinsonianos pue- den dar la u:npresi_ón de "hemiparesia" que no se debe a un trastorno motor pro- piamente dicho: sino que es la consecuencia del síndrome acineto-rígido de es- tos pacientes. o obstantc, en todo cuadro parkinsoniano unilateral debe dco;- cartarse la existencia de una masa expansiva contralatcral (tomografía). HEMIPLEJIA 29 Fig. 4-2. TAC Hematoma subdural derecho. Paciente con hemiplejía y obnubilación. 2. EVOLUCIÓN SUBAGUDA DE DiAS O SEMANAS Este tipo de evolución se observa sobre todo en el accidente encefalovas- cular en evolución, disf1111ció11 aguda que se i11stala grnrl11a/111enfe o en etapas y pro gresa de este modo n lo larxo de 24 horas o 111ás. Así sucesivamente, en una serie de idas y venidas, el paciente puede terminar al final de un día o más encon- trándose con una hemiplejía constituida. Este tipo de manifestación orienta hacia el infarto isquémico por embolia con punto de partida en ca,·idades car- díacas izquierdas (estenosis mitral, fibrilación auricular, infarto de miocardio anterior). Es patrimonio excepcional de los tumores (primitivos o metastásicos) que, de acuerdo con su ubicación y crecimiento, pueden desarrollar un cuadro hemiplé- jico en a lgunas semanas. Con e l mismo carácter de rareza puede vincularse es- ta evolución a la escleros is múltiple, con su típica sintomatología en brotes y remisiones parciales (el paciente podrá presentnr asimismo, como parte del cua- dro clínico correspondiente, palidez del sector temporal de la papila, nistagmo, oftalmoplejía internuclcar, síndrome cordonal posterior, signos cerebelosos, con demostración por resonancia magnética de lesiones encefálicas desmielinizan- tes en más del 90% de los casos -véanse figs. 15-2 y 15-3-). La evolución subaguda en días o semanas puede verse en el hematoma sub- dural crónico que afecta con frecuencia a los ancianos que han presentado un traumatismo craneoenccfálico, a veces de poca import<1ncia, y a los pacientes con trastornos de la coagulación espontáneos o terapéuticos (véase fig. 4-2). Es- te cuadro puede cursar con alteraciones de la conciencia fluctuantes y confu- sión. También en est<l forma puede presentarse un absceso cerebral. La presen- cia de un foco infeccioso (otitis, mastoiditis, bronquiectasias o abscesos de pu l- món, sinusitis), eritrosed imentación acelerada, trastornos de la conciencia y, a veces, de cuad ros convu lsivos conforma la clínica de estos enfermos. La existen- cia de crisis epilépticas concomitantes hará sospechar también la posibilidad de un tumor cerebral. Finalmente, este síndrome puede corresponder a una encefalitis, especial- mente hemorrágica por herpes (véase Enfermedades infecciosas), y a ciertos cuadros de vasculitis. e<!UCl!!P https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 30 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS Fig. 4-3. TAC Infarto !acunar paracapsular izquierdo. Paciente con hemiplejía derecha (acci- dente encefalovascular constituido). 3. EVOLUCIÓN AGUDA CON CONCIENCIA CONSERVADA Es la forma más frecuente de presentación de la hemiplejía. Una de las for- mas de aparición es estando el paciente en plena salud y el cuadro se desarro- lla de manera aguda o se completa en el curso de una hora. Así se observa en el accidente en cefalovascular constituido o completado, disfunción aguda que se ~lesarro//a rápidamentc, no progresa más allá de un lapso corto (~eneralmente no 1nns de 1111n hora) y no rctrograda en forma franca transcurridas las 24 Izaras. Mu- chas veces puede ser la expresión de un infarto ]acunar (véase fig. 4-3). Es de enorme importancia no solamente la semiología neurol6gicn al p ie de Ja cama del enfermo, sino también t>I examen neu rovascular (exploración de pulsos, búsgue_da de s~plos vasculares, pruebas fu ncionales, fondo de ojo)* que p ue- de arro¡ar, precisamente, la presencia de u n soplo estenótico en la carótid a in- terna o la existencia de una arritmia cardíaca y estenosis mitra l. La sospecha de un hematoma intracraneano es válida cuando la hemiplejía se acompañe de una cefalea unilateral de aparición brusca, así como la de he- morragia subaracnoidea en el caso de que se acompañe de cefalea intensa y me- ningismo. Sí se asocia con dolores intensos en el cuello y Ja cara y síndrome de Claude Bernard-Horner se deberá pensar en disección esp ontáneade la arteria carótida interna. El paciente puede haber presentado ciertos trastornos previos a la paráli- sis. Tal es el caso de la hemiparesia gue prosigue a una epil epsia bravais- jacksoniana precedente (parálisis de Todd) o a la migraña acompañada (la he- miparesia puede presentarse después de la cefa lea, pero también antes o con- juntamente. Del mismo modo son importantes los antecedentes del paciente). A veces en medio de unn cefalea progresiva, la hcmiplcjÍél puede ser la con- secuencia de un sangrado intratumoral, un absceso cerebra l o un hematoma su bd ural crónico. ,. Vease Fustinoni: Semiotosin dt'I si>te111a nervioso. HEMIPLEJIA 31 Otros procesos que pueden desarrolla~ un~ hemiplejía. ~e evolución agu- da con indemnidad del estado de la conoenc1a son: arten hs temporal, arte- 'tis cerebral homolateral al herpes zoster oftálmico en ancianos, embolia ~~ptica en el curc;o de una .e~docarditis ba~t.eriana, empiema subdural o absceso extradural, encefahhs aguda, artcnt1s cerebral en el curso d_e lll1íl colagen opatía, y ciertos cuadros vasc~lares del tro?co cereb~a l por 1sq_ue- mia 0 hemorragia y con'>ecutivos a lesiones de la m~dula cerv1c~ l supenor. Ya hemos dicho qut' los síndromes de tronco dan s11~to~~ato l ogia a lterna y que los procesos mt'du larcs altos cursan con una ht'm1p lepa homolateral a la lesión. 4. EVOLUCIÓN BRUSCA CON HEMIPLEJÍA Y COMA Este tipo de evolución es la resultante de una hemorragia subaracnoidea, por la rotura dt' un aneurisma arterial, o de un infarto cerebral extenso. En el primer caso el enfermo pn•senta una paresia unilateral _del III pa.r, _signos m('- níngeos gue sit•mprt' dt•bt•n buscarse y/ o una hemorraglíl prerretm1ana supN: ficial. Tanto en uno como en otro caso la tomografía computanzada dcbNa efectuarse con rapidt•1 .. Es dable comentar que aunque pueden recabarsC' sig- nos tomográficos pn•con·<> de isquemia (vénse cnp. 20) en el mfarto cerebra l las imágenes no son inmediatas, sino que npnrec~n rcc.ién 48 horas d0spu~s del episodio (igualmente con ello se descarta In existencia de una hemorragia cerebral cuya manifestación en tomografín sí es preco7 y cursa as1m1smo con hemiplejía y coma). . . . . ., Hemos mencionado que la epilepsia puede ongmar una hem1plepa .en for- ma aguda con conciencia conservada. También puede hacerlo con perdida dC'I estado de conciencia: en estos casos la mordedura de la lengua con el an!C'C('- dente convulsivo del paciente hacen suponer una hemiplejía después de la cri- sis. Deberá deslindarse adecuadamente si esn crisis es la consecuencia de una epilepsia esencial o bien si es sintomática, es decir, secundaria a tumor, absc<.'SO, hematoma intrncerebral o malformación artcriovenosa. fuera de estos cnsos, una hemiplejía en un paciente comatoso puede ser la consecuencia de un hematoma extradural o subd ura l agudo (traumatismos craneoenccfálicos con contusión cerebral), hematoma subdural crónico o tu- mor cerebral con dcscompensación secundaria, absceso cerebral u ocl usión vascular arterítica. ELEMENTOS PARA TENER EN CUENTA EN EL DIAGNÓSTICO DE LAS HEMIPLEJÍAS De acuerdo con la clasificación esbozada es necesario tener en cuenta que determinadas causas son proclives a dar por resultado un tipo de síndrome dado que orientarc.í a l neurólogo o el intcrnbta en el n:omcnto d? la c<;>nsul- ta. Así, una evolución len ta podrá orientar al diagnóstico de henupnresw co11 1111fn/1 una evolución aguda con conservación dt• In conciencin indicará en su mayoría accid1'11tc c11ntalm•ascular completado, n~il'ntras que. la h?miplejía con estado de coma oblig.1rá a pensar en henwrragia :.11/inrarno1dm, mtraccrc:bral o i11f11rto art'liral extc11~0. . Se insiste en l.i semiología razonada al pie de la cama del enfermo, en ~I 111 terrogatorio prolijo y sistematizado al paciente o t'Vl'ntuales test;gos, que, ¡u.nto con los exámenes complementarios correspondicntt's (tomografia computanza- e<!UCl!IP https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 32 NEUROLOG!A EN ESQUEMAS d~, re~o~ancia magnét~ca, punción lumbar, arteriografía), permiten arribar al diagnostico y el tratamiento correctos, en beneficio del paciente. BIBLIOGRAFÍA fustinoni O, f ustinom O (h), Fustinoni JC. Semiología del sistema nervioso 13-. cd Bueno A. res· b.l1torial l.I J\!t'neo, 1997. · · s 1- Gilman S, \.l•wm,rn S. Mantcr & Gatz's Essentials of dinical neuroanatomv and neuroph)";io- logy 7• cd Ph1ladclph1a: FA Davis; 1987. ' \.tdl.udv J..... Wl•akne.s. Br Med J 1984;1288:1591-1594. \1umenth,1ler M Exploracion íísic,1 y análisis de los síndromei. ncurológKos. B.un•loiH· Edº- c1om•~ Dovm,1; 1990. '· · 1 Roland PE. Órganization oí motor control by the normal human br'i·n 11 m N b. 1 1984;2:205-216. · ' " · nll ' l'llíO 10 Capítulo 5 Vértigo Se entiende por vértigo la sensación subjetiva de que las cosas giran en el en- torno del enfermo (vértigo rotatorio) con la apreciación de inestabilidad e impo- sibilidad de mantener la posición de pie (1111rtigo oscilntorio). Durante la crisis es común notar la presencia de nistagmo. Sin embargo, el paciente muchas veces describe como "marco" a un conjunto de trastornos del equilibrio, o sea la capa- cidad de mantenerse y moverse en el espacio. Su funcionamiento correcto está basado en: l. El aparato vestibular y su sistema central. 2. La vía óptica. 3. Los órganos de la propiocepción y sus vías aferentes. 4. El aparato motor eferente. 5. La integración del sistema nervioso central, sobre todo los sistemas extra- piramidal y cerebeloso. 1 . VÉRTIGO ROTATORIO AGUDO POR AFECTACIÓN DEL APARATO VESTIBULAR El paciente nota que el entorno gira alrededor de él y puede definir (casi siempre) hacia qué lado lo hace. Consecuentemente, manifiesta inestabilidad y no puede sostenerse en pie. a. Vértigo como fenómeno único Comprende varios tipos. En primer lugar, por su frecuencia, el vértigo pos- tura! paroxístico benigno que se manifiesta bruscamente cuando el paciente cambia la posición de la cabeza en un sentido determinado (incorporarse de la cama en forma rápida, girar, acostarse). La crisis cede con el reposo y hace que deba evitar ciertos movimientos. Este vértigo puede desencadenarse solicitán- dole al paciente que se siente C'n la cam illa, siguiendo el eje mayor de ésta y lo más cerca posible de su borde, y dcctuando la siguiente maniobra semiológica: sosteniéndolo por los hombros, se desciende bruscamente el tronco y la cabeza, rotada hacia el mismo lado, a un nivel por debajo de la camilla (prueba de Nylen- Biíniny). Esta maniobra lo desencc1dcnJ, a lo que se agrega -~orno característi- ca-, luego de 5 segundos, un nist.1gmo con el componente rápido hacia el lado sano. El vértigo desencadenado es intt.'nso y de muy corta duración; pueden existir antecedentes de traumati<;mo crnneocnccfálico y desde el punto de vista fisiopatolágico se deberfa a la existenciil de fragmentos libres (cupulolitiasis) en educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1 1 1 1 34 N EUROLOGfA EN ESQUEMAS la endolinfa o al depósito de material cálcico en las vell osidades sensitivas. Los episodios son intermitentes y pueden estar separados por largos períodos de remisión, y no existen síntomas cocleares agregados. Su l rnta111 i1•11/o consiste en enseñarle al paciente a realizar los movimientos que lo provocan en forma lenta (ejercicios de Caw/11orne-Cooksey, véase cu ad ro 5-1 ). En algunos casos se re- curr irá a la terapéutica con antiv er tiginosos. O tras noxas pueden causar vértigo como fenómeno ünico. La otitis media purulenta crónica provoca un cuadro de larga duración. Diversas drogas como la qui11i11a, los barbitúricos, la dife11ilhidnntoí11n, los snlicilatos, la estrepto111ici11n o el alco/10/, que actüan sobre el oído interno, también lo desencadenan. La diátesis hemorrágica, que favorece la extravasación sanguínea en el interior de los con- ductos semicirculares, constituye otra causa. b. Vér tigocon sensaciones auditivas En este caso la pérdida progresiv a de la audición, la sensación de oído " ta- pado" o acú fenos pueden acompañar al vértigo. Una variedad cl ínica, quizá la más frecuente de este tipo de vértigo, está dada por el síndrome de Méniere. Se trat¿¡ de un cuadro que se caracteriza por la presentación en forma de acce- sos. Cada acceso se compone de una sensación vertiginosa de apari ción bnrs- ca, asociada con :wmbidos intensos en un oído (acúfenos), a la que en alg unos casos se agreg;m náuseas y vómitos, fotofobia y cefalea con diplopía. El enfer- mo se cae, a veces, perdiendo momentáneamente la conciencia lfor111n npopléti- ca., síncope vestib11/nr) y necesita guardar cama y ocupar la posición de decúbi- to dorsal; precisam ente los cambios de decübito Y, l as tentativas para sentarse pued en ocasionar la reaparición de los accesos. Estos duran clásica mente de mi1~utos a algunas h~ras (a veces días) y se repiten ~on intervalos igunlme~1t.e vari ables de h oras, d1as o semanas. Cada acceso deJa como secuela un déf1c1t unilateral de la audición, que aumenta en forma paulatina y pued e llegar a una sordera de percepción completa, momento en que desaparecen los acce- sos. l'isiopatoló~ica111ente, se debería a edem a paroxístico de la endo linfa que d i - lata el laberinto membranoso y degenera progresivamente los órganos recep- tores. Por ese motivo se han ensayado - con éxito disímil- la restr icción sód i- ca. y los. di.uréticos. En el acceso agudo deben suministrarse antiver tiginosos (d1111e11h1dn11nto) y eventualmente antinauseosos (metocloprm11idn) y relajantes musculares. En el síndrome de Lermoyez, una variante del anterior, el vértigo es prece- dido por una d isminución progresiva y unilateral de la audición que se corrige pasado el episod io de vérti90. En el neurinoma del acustico u otra lesión tumoral que afecte el citado par existen crisis aisladas de vértigo junto con hipoacusia progresiva. Las cr isis sue- len acompañarse de una sensación de inestabilidad. 2. VÉRTIGO OSCILATORIO EN CRISIS En este caso el pDciente rw nota sensación de movimiento de su entorno sino de inestabilidad u oscilaciones. Este cuadro aparece bruscamente. a. Con trastornos visuales Puede comprobarse en la convalecencia de una e1úcrmedad infecciosa o una intoxicación y con el nistagmo que aparece al dirigir la mirada en sentido late- ral (via je en tren ). También puede presentarse en las diplopías intermitentes y en la migraña clásica con escotomas centelleantes. VÉRTIGO 35 cuadro 5-1 . Principios e instrucciones de los ejercicios de Cawthome-Cooksey Los centros del equilibrio de ambos oídos se complementan mutuamente enviando impulsos iguales al cerebro que son esenciales para el mantenimiento del equi- librio de la cabeza y del cuerpo. Si alguno o ambos centros se alt~ra.n , se produce un trastorno del equilibrio. Como consecuencia se producen vert1gos o mareos que pueden acompanarse de náuseas y vómitos. Si bien esto puede alarmar mucho al paciente, no se trata de un trastorno serio, ya que no entraña, de por sí, grave peligro. Por lo demás, puede superarse po~ f!ledio de ejerc.icios especi~les. . El objeto de estos ejerc1c1os es construir un mecanismo de tolerancia en el cerebro que compense el desequilibrio de ambos oídos. Los ejercicios estimulan el desarrollo de este mecanismo de tolerancia, y cuanto más diligente y regular- mente se practiquen, más rápido desaparecerá el vértigo. Los ejercicios deben hacerse rigurosamente, por lo menos durante cinco minutos tres veces por día, y mientras el vértigo persista o se reitere (de uno a tres meses). Se debe hacer un esfuerzo consciente para buscar y hallar las posi- ciones-y movimientos de la cabeza que causen vértigo y puedan ser tolerados, porque cuanto más frecuentemente se provoque vértigo má.s rápido se estable- cerá el mecanismo de compensación cerebral. Se debe continuar tomando la medicación antivertiginosa durante el período de ejercicios. Se aconseja un régimen de vida normal (trabajo, deportes, etc.), ya que contribuye a la rehabilitación. Cuanto más temprano y regularmente se instaure la práctica de estos ejercicios, más rápida y completa será la vuelta a la normalidad. EJERCICIOS DE CAWTHORNE-COOKSEY A. ENCAMA 1. Movimientos oculares - primero lentos, luego rápidos- . a) Hacia arriba y hacia abajo. b) De un lado a otro. c) Fijando la vista en un punto (dedo o lápiz) que se acerque y se aleje entre 5 y 15 cm de la cara. 2. Movimientos de la cabeza - primero lentos, luego rápidos- y luego con los ojos cerrados. a) Inclinando hacia adelante y hacia atrás. b) Girando de un lado a otro. B. SENTADO 1 y 2. Como en A. 3. Encogerse de hombros y retarlos repetidamente. 4. Agacharse a levantar objetos del suelo. C. DE PIE 1. Como A.1. y 2. y B.3. 2. Pasar de la posición sentada a la de pie con los ojos abiertos y cer_rados. 3. Arrojar una pequeña pelota de una mano a la otra por encima del nivel de los ojos. . . . 4. Arrojar la pelota de una mano a la otra por debajo de la rodilla. 5. Pasar, dándose vuelta, de la posición sentada a de pie. D. DESPLAZÁNDOSE 1. Caminar alrededor de una persona que arrojará y a quien se le volverá a arrojar una pelota repetidamente. 2. Atravesar la habitación con los ojos abiertos y luego cerrados. 3. Subir y bajar una cuesta con los ojos abiertos y luego cerrados. 4. Subir y bajar una escalera con los ojos abiertos y luego cerrados. 5. Juegos que impliquen agacharse, saltar. mirar hacia arriba (bolos, etc.). https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 36 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS b. Con alteraciones de la conciencia En las de corta duración que aparecen en el petit mal epiléptico y en las crisis crepusculares d,e la epilepsia del lóbulo temporal, así cot?o en Ja t~!ania por hiperventilacion que, no obstante, generalmente cursa sm alterac1on de la conciencia. En este último caso el paciente suele concurrir a la consulta acusando sólo sensación de vahído o desmayo, que suele acompañarse de sofocación, opresión torácica e incapacidad para realizar inspiraciones profundas. Las parestesias son frecuentes así como el hallazgo en el examen físico de reflejos vivos genera- lizados y signos de Chvostek y de Hoffman~ bilateral. La hipervent~Iac~ón (~; neralmente inconsciente) con niveles sangurneos baJOS de PC02 y d1sm111uc1on del flujo sanguíneo cerebral provoca precis.amente esta sensación. Se le debe pe- dir al enfermo que hiperventile al máximo durante tres minutos: cuando esta maniobra reproduce exactamente las ma1úfestaciones del paciente, su_giere que la hiperventilación y la ª!1gu~tia _subyacente .pueden es.t?r desempenando un papel importante en su genes1s (smdrome de hzperven ttlacwn). Finalmente, las crisis de inestabilidad u oscilaciones con trastornos de la con- ciencia ocurren en diversos cuadros sincopales, ya sean ne11rogé11icos (véase Sín- copes neurogénicos) o cardiogénicos. c. Con alteraciones cardiovasculares La sensación de oscilaciones acompaña a ciertas manifestaciones de índo- le cardíaca (precordialgias, taquicardia, palpitaciones, asistolia, que pueden deberse a angina de pecho, crisis de taquicardia paroxística o bloqueo auri- culoventricu lar con episodios de asistolia prolongada). Se relaciona también con movimientos o giros de la cabeza (elevación o rotación). Éstos son res- ponsables de la compresión o "tironeamien to" de las arterias vertebra les que transcurren por una columna cervical artrósica (espondilosis avanzada). Fi- nalmente se observa en casos de ataque isquémico transitorio, al incorporar- se o sentarse en forma rápida o puede ser provocado por el movimiento de un brazo (en el síndrome del robo de la subclavia con insuficiencia vertebrobasi- lar secundaria a la estenosis de la arteria subclavia, próxima al origen de la arteria vertebral). Incorporamos en este grupo a la anemia, por el hecho de que su presencia puede agravar un vértigo debidoa otra causa. No obstante, por sí misma, por la disminución de los eritrocitos y, por ende, del transporte de oxígeno, puede originar un vértigo oscilatorio de poca duración. Un mecanismo sim ilar, por in- suficiencia de flujo cerebral, es el que tiene lugar en la hipotensión arteria l que puede conducir a un cuadro sincopal con sensación vertiginosa o de inestabili- dad como síntoma premonitorio. 3. SENSACIÓN VERTIGINOSA E INESTABILIDAD SIMULTÁNEAS En este grupo se engloban los trastornos de las vías aferentes con sensación de falta de eq uilibrio que produce inseguridad y a veces lateralización en la marcha, debida en muchos casos a diversas formas de ataxia (polineuropatíns, mielopatías) (en estos casos es útil preguntar al paciente dónde localiza el ori- gen del vértigo: "en las piernas", "en el cuerpo", "en la cabeza"); los cuadros de disfunción cerebelosa; los trastornos motores piramidales y extrapiramidales -el paciente puede describir dichas manifestaciones como "vértigo"-, y final- mente la inestabil idad que aparece sólo en determinadas circunstancias (subir una pendiente, caminar en la penumbra). Un vértigo más o menos prolongado VÉRTIGO 37 que acontece también en reposo puede presentarse sin sustrato fisiopatológico o tras una crisis prolongada de ausencias. CONCLUSIONES El vértigo es un síndrome de presentación frecuente en la práctica méd ica co- tidiana. Bajo este término los pacientes engloban no sólo el giro del entorno al- rededor de ellos, sino también variadas sensaciones de inestabilidad u oscila- ción que pueden responder, a su vez y como ya hemos visto, a cuadros moto- res, extrapiramidales, atáxicos o cercbelosos. La agrupación en síndromes faci- lita el diagnóstico en estos pacientes que, reiteramos, necesita de una anamne- sis detallada y una prolija semiología. BIBLIOGRAFÍA ..... Baloh RW, Ho~1rubia V, Jncobson K. Bcnign positional v<'rtigo. Neurology 1987;37:371. Brandt T. Vertigo: lis mult1scnsory synd romcs. London: Springer-Vcrlag¡ 1991. Davis EA. Emergency department approach to vcrtigo. Emerg Med Clin North Am 1987;211. Zee DS. Perspectives on thc ph<irmacolhcrapy of vcrligo. Arch Otolaryngol 1985;111 :609. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Capítulo 6 Síncopes neurogénicos El síncope es una situación clínica que obedece a distintas etiologías. Entre ellas se destacan los síncopes neurogénicos a los cuales nos referiremos a conti- nuación. La pérdida transitoria de conocimiento es frecuente en la p ráctica clínica dia- ria. Las principales causas y frecuencias aproximadas de episodios breves de in- consciencia se analizan en el cuadro 6-1. A pesar de que en el mayor número de casos puede arribarse a un diagnós- tico correcto, no es posible establecerlo en más o menos la tercera parte de los episodios no presenciados por un testigo. En efecto, cuando la pérdida transitoria de la conciencia es debida a una isquemia cerebral difusa, se conoce con el término de síncope. Puede estable- cerse que éste se prod uce por un descenso relativamente rápido del flujo san- guíneo cerebral, que puede originarse en una caída de la presión arterial s is- témica por pérdida de las resistencias vasculares periféricas o esplácnicas (síncopes neuroJ?é11icos), o bien será la resultante de un descenso del volumen cardíaco de eyección de causa mecánica (obstrncción al flujo de salida, mio- cardiopatía, hipertensión pulmonar, cardiopatía congénita) o eléctrica (bra- diarritmias y taquiarritmias). Éstos constituyen, por el contrario, los síncopes cardiogénicos. Dentro del síncope neurogénico se engloban el síncope vasovagal, la hipo- tensión ortostática con síncope y el denominado síncope reflejo. SÍNCOPE VASOVAGAL Constituye el tipo más común de desmayo. Es más frecuente en adolescen- tes de ambos sexos, más comúnmente mujeres, aunque se describe en todos los grupos etarios. Un factor desencadenante como la visión o la extracción de san- gre, un susto o una situación emociona l produce un descenso de las resistencias v~sculares periféricas que se asocia con una hiperactividad vaga! brusca. Sobre- viene una caída progresiva de la tensión arterial con manifestaciones premoni- torias (sensación de mareo, transpiración fría, náuseas, manchas visuales o vi- sión borrosa) y síncope posterior. La recuperación suele ser inmediata después de la caída, al desaparecer el efecto gravitacional sobre la circulación cerebral. El ayuno o un ambiente caluroso y la excesiva fatiga son factores que pueden coadyuvar al desencadenamiento del cuadro. educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 40 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS Cuadro 6-1. Episodios breves de inconsciencia Síncope Vasovagal/psicofisiológico 55% Cardiovascular 10% Sistema nervioso central Primera convulsión 10% Otras 5% Metabólicas-medicamentosas 5% Sin diagnóstico, incluida la histeria 15% SÍNCOPE POR HIPOTENSIÓN ORTOSTÁTICA Es el sfocope que se observa como consecuencia del paso repentino de lapo- sición de decúbito horizontal a la posición erecta. La hipotensión causante del síncope es el resultado del llenado brusco de sangre a nivel de las extremidades inferiores y las vísceras como consecuencia, a su vez, de la pérdida de los refle- jos compensadores de vasoconstricción periférica. Las principales causas de hipotensión ortostática son: a) ocasional, que se observa tras un largo tiempo de permanencia en cama, en el estado de emba- razo, el ayuno prolongado y la intoxicación alcohólica aguda; b) neuropatías periféricas (síndrome de Guillain-Barré, polineuropatía autonómica pura, po- lineuritis diabética, alcohólica y por amiloidosis); c) medicamentosa (medica- ción antihipertensiva -guanetidina, pargilina, prazosin, Jenoxibenzamina, Jentola- mina, alJametildopa, clonidina, labetalol- , tiazidas y otros diuréticos, fenotiazinas -clorpromazina- 1 antidepresivos tricíclicos - amitripti/ina, imipramina- , butirofe- nonas -haloperidol- , barbitúricos, levodopa, bromocriptina y antihistamínicos); d) insuficiencia autonómica primaria (hipotensión ortostática idiopática, sín- drome de Shy-Drager, hipotensión ortostática familiar y disautonomía familiar o síndrome de Riley-Day); e) depleción del volumen intravascular (hemorra- gias, diarreas, diuresis excesiva, vómitos persistentes). Otras causas de hipo- tensión ortostática están dadas por la existencia de venas varicosas y en pacien- tes a quienes se les ha efectuado una simpaticectomía. Por último debemos destacar que en Jos ancianos de 75 años o más la incidencia de hipotensión or- tostática es del 30 al 50%. SÍNCOPE REFLEJO Es aquel que resulta de un déficit en el llenado cardíaco de las cavidades de- rechas, motivado muchas veces por un aumento de la presión intratorácica e in- traabdominal que causan una disminución del retorno venoso. Síncope miccionaf. Ocurre en hombres jóvenes y ancianos luego de la evacua- ción de Ja vejiga. La contracción vesical produce un reflejo espinal que causa un cese de la actividad simpática con vasodilatación de la vascularización periféri- ca, disminución del flujo sanguíneo cerebral e incremento de la acción vaga!. Síncope deglutorío. El cuadro sincopal acontece durante la ingestión alimen- taria o Juego de ella. Los pacientes pueden presentar patología esofágica co- mo divertículos o estrechez benigna o maligna. El cuadro sincopal se acompa- ña de bradicard ia -por descarga vaga!- debida a bloqueo auriculoventricular o asistolia. SÍNCOPES NEUROGt:NICOS 41 Síncope tusígeno. Aparece tras varios accesos de tos, sobre todo en pacientes con bronconeumopatías crónicas. Se debería al aumento de las presiones intra- torácica (200-300 mm Hg) e intraabdominal, con disminución del retorno veno- so y la consiguiente disminución de la frecuencia cardíaca y del flujo sanguíneo cerebral. Raramente puede ser causado por tumores intracraneanos o del fora- men magno. Síncope doloroso. Un estado doloroso agudo puede producir un cuadro sinco- pal pordescarga sobre el núcleo del nervio vago con la consiguiente bradicar- dia y vasodilatación esplácnica. Se describe en la neuralgia del glosofaríngeo (síndrome de Wilfred Harris), en el caso de migraña, en el cólico biliar y en las perforaciones viscerales. Hipersensibilidad del seno carotídeo. En ciertos adultos y ancianos, frecuente- mente hombres, pueden sobrevenir manifestaciones debidas a hipersensibili- dad del seno carotídeo. Éstas consisten en vértigo, confusión mental o fenó- menos focales. Estos síntomas se atribuyen a enfermedad cerebrovascular concomit-ante. La pérdida de conocimiento ocurre sólo en un tercio de los pa- cientes (síncope del seno carotídeo). Pueden presentar crisis sincopales al anudarse el cuello de la corbata o bien al girar la cabeza en determinada di- rección. La estimulación del seno carotídeo por presión externa produce no sólo una disminución de la frecuencia cardíaca -vía vagal- sino también una vasodilatación periférica. Debe destacarse que algunos enfermos pueden te- ner hipersensibilidad del seno carotídeo de un solo lado. La hipersensibili- dad puede estar relacionada con enfermedad coronaria . Se presenta también en casos de fibri lación auricular y se asocia con tumores del cuello o metas- tásicos, divertículos esofágicos, espondilosis, mielopatía y lesiones del tron- co cerebral. Sincope en trompetistas y levantadores de pesas. En los músicos trompetistas, la emisión prolongada de notas graves se acompaña de un aumento de la presión intratorácica. Esto puede determinar un síncope luego de 12 segundos. Asimis- mo, se describen cuadros sincopales en personas que levantan pesas y se debe- rían al aumento de la presión intratorácica combinado con vasodilatacióo mus- cular y cutánea que tiene por objeto eliminar el calor producido. DIAGNÓSTICO El diagnóstico etiológico del síncope choca con la dificultad que tiene el médico en la obtención de un antecedente preciso. El interrogatorio debe ser dirigido (véase más adelante) ya que constituye un arma fundamental. Cuan- do se sopecha que una causa cardíaca (arritmia) puede estar en juego, debe- rá solicitarse un monitoreo electrocardiográfico ambulatorio de 24 horas. Cabe co- mentar que en los pacientes de edad avanzada es difícil relacionar las anor- malidades electrocardiográficas episódicas, presentes con frecuencia, con los cuadros sincopales, ya que esas anormalidades pueden ocurrir sobre todo fuera de los episodios de pérdida de conciencia. Asimismo, el paciente pue- de presentar síntomas premonitorios en ausencia de trazados patológicos. En ocasiones, el tratamiento de una arritmia o la colocación de un marcapaso a~aba con los cuadros sincopales. Como ya se señalara anteriormente, el d.1agnóstico de la hipersensibilidad del seno carotídeo, con pérdida de cono- cimiento o no, se realiza a través del masaje del seno y la comprobación elec- trocardiográfica correspondiente. El diagnóstico de la hipotensión ortostática se establece con la medición de la tensión arterial en decúbito y en posición erecta, hallándose que Ja educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1 42 N EUROLOGÍA EN ESQUEMAS presión sistólica se reduce en al menos 20 mm Hg, o la presión diastólica en al menos 10 mm Hg, dentro de los 3 minutos de adoptada la posición erec- ta. Se puede recurrir a diversas pruebas funcionales autonómicas. Entre ellas se citan Ja función vasomotora de termorregulación, la presión nega- tiva en la porción inferior del cuerpo (lower body 11egative pressure) y el de- nominado tilt-test. En este estudio, también conocido como prueba en cami- lla de i11clinación con la cabeza elevada, se verticali za pasivamente al paciente hasta una angulación de al menos 60° y se miden las respuestas de la pre- sión arterial y la frecuencia ca rdíaca. En caso de hipotensión ortostática, los valores de la presión arterial se reducen de acuerdo con lo anteriormente establecido. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL Aunque generalmente un interrogatorio o anamnesis adecuado puede ser importante para certificar el diagnóstico, existen varios trastornos que pueden atribui rse erróneamente a un síncope. Ellos son, entre otros, l<1 epilepsia, la hi- poglucemia, la insuficiencia vertebrobasilar, la histeria y el síndrome de hiper- vcntilación. Epilepsia. El diagnóstico difcrenc inl en tre síncope y epilepsia puede tornarse d ifi cultoso en la práctica médica. El síncope presenta, como se dijo, síntomas premon itorios y factores precipi tantes. Entre los primeros se citan: debilidad, palidez, diaforesis, visión borrosa. Aunque pueden presentarse espasmos clóni- cos e incontinencia (véase fig. 6-1 ), no es lo común. El enfermo que ha tenido un síncope presenta palidez y frialdad cutánea, y si existe diaforesis, también es fría y viscosa, a diferencia del epiléptico inconsciente que suele tener la piel ru- bicunda o cianótica, y húmeda y caliente. Lo característico del síncope es labre- vedad de la inconsciencia, con recuperación casi irunediata, con persistencia, a veces, de una sensación de debi lidad o astenia, mientras que en la epilepsia la recuperación es lenta y va seguida de cefalea, somnolencia y confusión. Por otra parte el síncope acontece casi exclusivamente en la posición erecta; la epilepsia en cualquier posición . En el cuadro 6-2 se analizan las características difcrencin- les del síncope y la epilepsia. Debe destacarse el hecho de que en algunos pacientes el diagnóstico diferen- cial puede resolverse mediante el monitorco ambu latorio simultáneo elcctroen- cefalográfico y clectrocardiográfico continuo, aunque el electroencefalograma siempre debe correlacio11arse con el cuadro clínico que presente el enfermo, ya que puede ser anormal o patológico, incluso en pacientes que no tienen epilep- sia (véase fig. 6-2). Histeria. El histérico se "desmaya" en presencia de familiares u otras perso- nas (expresión "teatral") y en forma espectacular. Evita conscientemente lesio- narse y busca dónde cae1~ y puede resistirse a la apertura de los ojos o al movi- miento pasivo de las extremidades, adoptando actitud es polimorfas. A veces se producen convulsiones atípicas con movimientos desfasados, s in lateralidad ce- fá lica, que llegan a lo grotesco; no hay mordedura de la lengua ni relajación es- finteriana. La conservación de los reflejos pupilares y la ausencia del signo de Babinski asimismo es importante. Debe destacarse también que, a diferencia del síncope, la histeria no origina sudación, palidez o bradicardia. La preservación de la conciencia durante el episodio, la asociación con fenómenos motores im- propios de un ataque epiléptico - como ya se comentó y la recuperación in- mediata de la reactividad al entorno constituyen rasgos incuestionables en fa- vor del diagnóstico de histeria. SíNCOPES NEUROGÉNICOS 43 Fig. 6-1. Electroencefalograma y electrocardiograma antes de la compresión ocular, durante ella y después. Luego del período de asistolia de 12 segundos sobreviene un paroxismo ge- neralizado de ondas lentas, seguido de espasmos clónicos (modificado de Gastaut, 1974). TRATAMIENTO Durante el acceso sincopal, sobre todo si es de naturaleza vasovagal, el levan- tamiento de las extremidades inferiores estando el sujeto acostado o la colocación de la cabeza más abajo (entre las rodillas) si está sentado, acelera la recuperación. El ayuno, los ambientes calurosos y los espacios cerrados, el alcohol, la fati- ga excesiva, las emociones, la inactividad y, en ciertos casos, los fármacos sedan- tes deben evitarse. Se restringirán los antihipertensivos y los diuréticos. Las me- dias elásticas y el aumento de la ingesta de sal son de utilidad. La efedrina pue- de utilizarse en dosis de 25 mg tres o cuatro veces al día. En el síncope miccio- nal se evitará que el enfermo orine en la posición erecta. La fludrocortisona en do- Cuadro 6-2. Diagnóstico diferencial del síncope y la epilepsia Semiología Síncope Epilepsia Síntomas premonitorios Debilidad, palidez,diafore- sis, visión borrosa "Aura" frecuente Espasmos clónicos A veces Presentes Incontinencia Rara Frecuente Cambios vaso motores Palidez con piel y transpi- Rubor o cianosis con trans- cutáneos ración frías piración y piel calientes Recuperación y nivel de Rápida con lucidez. Puede Lenta con cefalea, somno- conciencia posataque persistir debilidad o as- lencia y confusión resi- tenia duales Posición Generalmente ortostática Indiferente educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 11 44 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS 11-13 ~~ 13-9 ~~~~~~¡~~~ 9-10 ..__-,.._,_.-"~"-"-"""....].....,._;.-'H'-"'~,,......_.,,,.....,.ol.Jt.r-.,..,.,..,.,.,._."lY'."V'-...,-.'-l••V'fM<~~ 10-14 M~"""...tr+'*"""""l{hj~~"""~'Mfi.~~· 14-12 12-2 ._,___._..__ .............. ,,_,_,,___.,,_,____,~rwv-f\~,,.,.,..,. ~-----~ Fig. 6-2. Puntas polifocales mezcladas con ondas lentas (ba n.das theta y delta). Paciente con clínica de s íncopes vasovagales fuera del acceso correspondiente. sis de 0,2 a 1 mg/ día suele mejorar la hipotensión ortostática evitando la apari- ción del s íncope. Debe aconsejarse al enfermo que se incorpore lent~mente de la posición de decúbito y que permanezca sentado durante algunos minutos. Otros fármacos útiles en el tratamiento de la hipotensión ortostática son la midodrif/(/ (a"'onista alfa-1 adrenérgico), la des111opresina (que actúa sobre los receptores V2 d~Jos túbulos renales, mediadores del efecto antid iurético de la hormona), la eritropoyetina co111binante (que al estimular Ja médula ósea produce un aumento del hematócrito y la tensión arterial) y la dihidroxifrnilserina. La indometaci11a y la c/onidi11n son menos eficaces. REGLAS PRÁCTICAS PARA TENER EN CUENTA En vías de realizar un d iagnóstico adecuado que evite toda causa de error se deberá recordar siempre lo siguiente: a) Tomando como referencia la pérdida de conocimiento como motivo de Ja consulta, el 65% de ellas obedecen a cuadros s incopales, sobre todo de natura- leza vasovagal. b) El in terrogatorio al paci~ntc y a Jos testigos es una llave 9u~ siempre debe util izarse para no perder el hilo protector que lleva al d iagnostico y a Ja cura- ción del enfermo (véase cuadro 6-3). c) Siemp re deberá deslindarse adecuadamente el diagnóstico de síncope del de epilepsia. d) Los cuadros sincopales, al igual que la epilepsia, pueden mejorar notable- mente con Ja terapéutica correspondiente o a veces con s imples conscíos o, in- cluso, con la eliminación de determinado tipo de medicación que puede gene- rar su aparición. SINCOPES NEUROGÉNICOS 45 Cuadro 6-3. Interrogatorio del paciente y de tos testigos para la valoración del sín- cope. Tomado de Stein JH. Medicina Interna. Barcelona: Salvat Editores; 1983 Preguntas al paciente: 1. ¿Qué hacía durante las horas o minutos previos al desmayo? 2. ¿Hacía tiempo que no dorm ía? ¿Había ingerido alcohol, alimentos, drogas o fár- macos? 3. ¿En qué postura se encontraba? 4. ¿Cuál fue la primera alteración que notó? 5. ¿Qué síntomas notó después, en qué orden se presentaron y cuánto tiempo duraron? 6. ¿Recuerda si se cayó al suelo? 7. ¿Qué fue lo s iguiente que recuerda y en qué posición se encontraba cuando reco- bró la conciencia? 8. ¿Se lesionó en la caída? a) ¿Se lastimó la boca o la lengua? b) ¿Le dolían la espalda o los músculos? c) ¿Le,dolía la cabeza? d) ¿Perdió el control de la vejiga o del intestino? e) ¿Cómo se encontraba al despertarse y cuánto tiempo tardó en recuperarse completamente (segundos, minutos o más)? Preguntas a los testigos: 1. Repetir las preguntas realizadas al paciente. 2. ¿Hubo giro de los ojos o de la cabeza? 3. ¿Vio algún espasmo de la ,cara o de las extremidades? 4. ¿La piel estaba sudorosa, pálida, enrojecida o azul? 5. ¿Respondió el paciente a los testigos de alguna forma durante el tiempo en que estuvo inconsciente? BIBLIOGRAFÍA Fustinoni JC. Sú1copes neurogénicos: su d iagnóstico. Prensa Médica Argentina 1992;79:61-72. Gastaut H, Fischcr-Williams M . Electrocncephalographic study of syncope: its d ifferentiation from epilepsy. Lancct 1957;ii:IOJ8-25. Giménez-Roldán S, l lípola D, de Andrés A, Mateo D, Orengo F. Fenomenología crítica motora en pacientes no epilépticos con crisis psicógenas. Rev Neurol 1998;27(157):395-400. Grubb BP, Temcsy-Armos P, Hahn H, Elliott L. Util ity of upright tilt-table tes ting in the evalua- tton and managcmenl of syncope of unknown origin. Am J Med 1991;90:6-10. Johnson RH, l<lmbic DG, Spalding JMK. Neurocardiology. London: WB Saunders Company; 1984. 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Recent ad\'ance!. in the treatment of orthostatic hypotension. l\curo- logy 1995;45(5uppl 5):526-532. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1 1 i Capítulo 7 Alteraciones del sueño ' El sueño es la interrupción fisiológica y cíclica de la vigilia. Corresponde a una suspensión de la actividad a nivel del sistema activador reticular ascenden- te y se caracteriza por el predominio de las manifestaciones de origen neurove- getativo, tanto del sistema parasimpático como del sim pático, a la vez que por una depresión de la actividad cortical y medular. Se distinguen dos tipos de sueño: el sueiio de ondas le11/'as o sueño 110 REM y el sueño de actividad rrípida o sueño RCM (de "rapid ei;e movement", o sea, de movi- mientos oCLtlares rápidos). Estas fases se alternan en períodos de alrededor de una hora y media cada uno. El sueño de ondas lentas es aquel donde predomina la actividad colinérgica. Inicia el sueño normal y se asocia con disminución de los ritmos autonómicos (pulso, presión, respiración), hipotonía muscular y lentificación del electroence- falograma. Durante este sueño los individuos son difíci les de despertar. Se des- criben cuatro etapas dentro del sueño no REM (etapas l, rt, TII y IV). El sueño de ondas rápidas o suefio REM sigue a un período no REM. Se ca- racteriza por la reactivación de las funciones autonómicas y del electroencefalo- grama. Sin embargo, durante este sueño la hipotonía muscular alÍn es mayor que en el sueño de ondas lentas. En el sueño REM se producen movimientos oculares muy rápidos de tipo nistágmicos. El individuo puede ser despertado fácilmente y contar, en forma más o menos detallada, los sueños que se produ- jeron durante esta fase. Los cambios de postura durante el sueño ocurren cuando el individuo pasa de una fase a otra. A medida que avanza el período de sueño se acortan las fa- ses no REM y se alargan las fases REM. Por esta razón, en un período de sueño nocturno normal, el individuo tiende a soñar más hacia la madrugada. Una falta de regulación entre ambas poblaciones neuronales, aminérgica y colinérgica, puede producir algunos de los trastornos característicos del sueño. La Asociación de Centros para el cstud io de los Trastornos del Sueño de los Es- tados Unidos ha clasificado las anomalías intrínsecas del sueño en cuatro grandes categorías: a) Insomnios, b) Hipcrsomnias, c) Desfases, y d) Parasomnias. INSOMNIOS Los insomnios constituyen un trastorno de la iniciación o del mantenimien-to del sueño, que da lugar a un sueño nocturno cualitativamente alterado y re- ducido en su duración total. Las causas del insomnio son mültiples: el alcohol, https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 48 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS el café, las bebidas con colas, consumidos en exceso, pueden fragmentar el sue- ño. El uso habitual de hipnóticos y sedantes produce un estado de tolerancia que altera el sueño y conduce a un círculo vicioso. Además, son causa de insom- nio la depresión endógena, los estados de ansiedad, la psicosis de agitación, los trastornos emotivos de diversa índole, la apnea del sueño y el síndrome de mio- clonías nocturnas. El tratamiento del insomnio es el de sus causas. Los hipnóti- cos deben utilizarse muy selectivamente en casos extremos y puntuales, y por cortos períodos para evitar el hábito. Debe destacarse que las técnicas de relaja- ción mental y el apoyo psicológico pueden ser útiles en algunos casos. HIPERSOMNIAS Se caracterizan por somnolencia excesiva d urante las horas de vigilia. Síndrome de Gelineau (narcolepsia) La narcolepsia se traduce por accesos paroxísticos de sueño tipo REM, de du- ración variable (término medio, de 10 a 15 minutos). Tiene factores desencade- nantes (miedo, rabia, sorpresa). Estos accesos se alternan con ataques de catnple- jín, que consisten en la pérdida brusca del tono muscular en los que el paciente cae si está de pie, en ausencia de todo trastorno de la conciencia; alucinnciones ltipnagógicns (vivencias intensas con contenido generalmente desagradable y an- gustia) durante la fase inicial del sueño, y parálisis del sueí"io, que consiste en que el paciente está totalmente incapacitado en su motilidad en los primeros instan- tes de vigilia posterior al sueño (este último es fácilmente reversible cuando se intenta despertar al enfermo). Este síndrome se observa en el adulto joven, de sexo masculino; su etiología se desconoce. Puede remitir súbitamente en forma espontánea. Algunos casos de narcolepsia pueden ser una manifestación de le- siones periacueductales y del m venh·ículo (tu.mores, traumatismos). El diag11óstico de narcolepsia se confirma mediante la polisomnografía, que constata la presencia de sueño REM a los pocos minutos de haberse iniciado el sueño nocturno, a diferencia de lo que ocurre en el sujeto normal que sólo lo presenta luego de una hora y media de haberse dormido. Por otra parte, el es- tudio polisomnográfico diurno demuestra la aparición de sue11o REM durante él, un dato sumamente significativo por lo anormal y que se observa sólo en es- ta enfermedad. El trntn111ie11/o se hace con anfetaminas para estimular la vigilia y con medi- camentos que inhiben el sueño REM, como la imipramina y la protriptilina. Apnea del sueño La apnea del sueño se caracteriza por pausas respiratorias durante el sueño. Se describen dos tipos pri ncipales: la apnea obstructiva que cursa con dificultad para el paso del aire por la orofaringe, y la apnea central, no obstructiva, que se debe a inhibición del oscilador respiratorio. En la primera, las pausas respiratorias, que pueden ocurrir hasta en un nú- mero de hasta 300 por noche, duran entre 20 y 90 segundos, durante las cuales el esfuerzo inspira torio no puede vencer la obstrucción y el aire queda bloquea- do a nivel superior. Cuando cede, el aire entra en forma turbulenta y produce el clásico ronquido. Los enfermos, generalmente obesos, tienen un sueño muy al- terado y pueden caerse de la cama, una manifestación para tener en cuenta en el diagnóstico de esta entidad. Suelen desarrollar asimismo actividad motora ALTERACIONES DEL SUEÑO 49 :j - -¡~-- 1 ' 1 · ' 1 1 :-' · ; . "' -{ 9"' <!J <!J o <!J <¡:: o o e o <O ., .. ó w w 08 w o o a:: ...J :?e UJ (i) E <O g co .o ;::¡ (/) rFelgg .. 7 1 ·1. Trazado poiísomnográfico con protocolo de la apnea del sueño e _t. e -A o -O is ran la 1· ·d d 1 · · · 3 ''2• • 1 • 1 2 dad ac _1v1 a e ect~1~a cerebra~, REOG y LEOG los movimientos oculares. EMG, activi- Adern~uscular,. ECG, act1V1?ad card1~ca; ~ariz, ventilación nasal; Boca, ventilación oral. va un as se registran ex_curs1o_nes resp1raton~s y saturación de oxígeno en sangre. Se obser- Ob a pau~a respiratoria de tipo no obstruchvo (flecha doble). Al término de cada episodio se serva ca.da de la curva de saturación de oxígeno en sangre. oduc.ap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 50 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS Su paciente se queja ¿Se trata de un pa- NO ¿El paciente utilíza NO ¿Tiene el paciente difi-de que no puede dor- ciente anciano? ~ tranquilizantes, hipnó- ~ cultad severa para que- mir bien tices, alcohol u otros darse dormido? i psicotrópicos? SÍ tsí NO ' Interrogue sobre as- Asegúrele que la ne- pecios generales en oesidad de dormir de- El insomnio frecuen- ¿El paciente se despier- cuanto a los pairo- clina con la edad. Es- temente resulta del ta varias veces durante nes de sueño del pa- té alerta respecto a las desarrollo de toleran- la noche o muy !empra- ciente, respecto a si señales de depresión cia a los somníferos, lo no en la mañana? tiene dificultad para y de los trastornos or- mismo que de su brus- conciliar el sueño o gánicos, los cuales ca suspensión, aun- si despierta frecuen- pueden alterar aún que este efecto de re- NO temente. Sólo haga más el sueño bote desaparece. Con- • exploraciones espe- sidere la posibilidad de cíficas después de interacción entre dos o Cuando las quejas del que surjan los datos más drogas, incluyen- paciente no son específi- do las no prescriptas cas o simplemente sien- te que no ha descansa- do bien, discuta su pa- Sospeche apnea du- trón de dormir con su es- rante el sueño. Sus- ~ poso o esposa penda los hipnóticos sí ¿Ronca ruidosa, pe- - y, si la causa no pue-~ sada e irregularmen- NO de ser encontrada, te durante la noche? solicite polisomno- grafía El tratamiento deberá Considere la depresión. NO incluir psicoterapia en si ¿Informa el paciente cam- adición a un antidepre- - bios en sus hábitos in-testinales, apetito o pér- sivo dida de peso, pequeños dolores o disminución Sospeche mioclono SÍ ¿Se estremece osa- del deseo sexual? nocturno. Confírmelo, cude rítmicamente si es necesario, me- I~ una o ambas piernas diante registros poli- durante el sueño? No todas las personas NO somnográficos se ajustan al nuevo ci- clo. Sugiérale, cuando ¿Ha cambiado el ciclo sea posible, un progra- del sueño debido a una NO ma de sueño regular ¡...e_____.... - alteración en las horas para reforzar la asocia- SÍ de trabajo o por viajar a 1 ción entre el momento ¿Son crónicos los de acostarse y la som- disturbios del sueño nolencia o interfieren seria- mente con las fun- Proporcione apoyo psi- -cienes cotidianas del paciente? cológico. Anímelo para que incremente el ejer- SÍ '~ cicio durante el día. Ad- viértale que debe evitar actividades excitantes, Considere la posibi li- mentales o físicas (ex- cepto las sexuales), in- dad de polisomno- mediatamente antes de grafía acostarse , . F1g. 7-2. Investigando las causas de insomnio. Modificado de. 100 Diagramas Cltmcos. México. lnteramericana; 1979. través de los husos ho- rarios? Si es necesario, prescrí- _)-----. bale un hipnótico ligero y planee suspenderlo gra- dualmente, después de dos a cuatro semanas ~ ALTERACIONES DEL SUEÑO 51 si ¿El paciente sufre de dolor o de molestias de- NO - - rivadas de condiciones como artritis, cefalea o trastornos neurogénicos, los cuales son tolerables durante el día, pero no al acostarse? SÍ \ Si es factible, inicie el tra- ta miento médico. Haga que el paciente le infor- me si persiste el insom- nio SÍ ¿El paciente sufre de trastornos tiroideos o de condiciones que se exa- cerban durante la no- che, tales como angor pectoris, úlcera duode- NO nal, asma o epilepsia? ~ ¿Las presiones por ne- gocios, las dificultades maritales o el cambio ~ de trabajo causan exce- sivas preocupaciones al paciente?NO - SÍ w Sospeche que el insom- nio está causado por an- siedad o "estrés" emo- cional - Envíelo para evaluación psiquiátrica si persisten los disturbios del sueño o si no se descubren evi- ciencias de trastornos médicos, psicológicos o situacionales ... https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1 111 1 1 52 NEUROLOGiA EN ESQUEMAS automática (sonambulismo). Esta enfermedad se asocia ~o~ hipertensión arte- rial y arritmias cardíacas que pueden llevar a la muerte su_b1ta. ~l trast?:no pre- domina en hombres de mediana edad. A veces las adeno1dcs h1pertrof1cas, los tumores faríngeos y la micrognatia so~ responsables de~~ obstrucción faríngea, pero genera_ln:ente no existen causas c~ertas de ob_strucc1on. , . El diagnostico de la apnea obstruchva se confHma a traves de la polisom- nografía noctu ~n~ que comprueba I~ existencia de sucesos de bloq_ueo inspi- ratorio con actividad motora del diafragma respetada. Estos pacientes son pasibles de traqueotomía permanente que suprime la_ obstrucc_ión farínl?;ª durante el sueño. En algunos casos la uvulopalatofanngoplasha (resecc1on del tejido blando o hipertrofiado de la orofaringe) mejora el cuadro. En_ epi- sodios moderados, la protriptilina (hasta en el 50% de los casos) puede aliviar el p roblema. . . . Por el contra rio, las ap11cas 110 obstructwas se caracterizan en la pol1somnogra- fía por la presentación de pa usas respira torias con inhibición del oscilador res- piratorio (véase fig. 7-1); clín ica mente, el en,fermo no ronca y por lo tanto no ~s candid ato para efectt1arle una traqueotom1a. Esta apnea se observa en las si- guientes entidades: narcolepsia, enfermedad de Parkii:son y enferm~dad de Steinert (distrofia miotónica). Este trastorno puede marnfesta rse exclus iva men- te por interru pciones constantes del sueño noctur!'o.(insomnio) y so~no lencia d iurna de va riable intensidad. En estos casos es tan indicados los eshmulantes centrales para mantener un tono de, vigilia a?ec~ado . . . Los hipnóticos y los sedantes estan contramd1cados en los pacientes en qu ie- nes se sospecha este síndrome. Síndrome de Kleine-Levin Se caracteriza por accesos esporádicos de hipersomnia, hiperorexia y trastor- nos del comportamiento (agresividad, hipersexuali~ad) de una.~ varias s;ma- nas de duración, que aparecen dos o tres veces por ano para rem1hr esponta~ea mente en la adulteL:. Este cuadro comienza generalmente en la adolescencrn y afecta de manera predominante al sexo masculino. En estos casos se utilizan la imipramina y el litio. DESFASES Los desfases del sueño se caracterizan por la asincronía entre el comporta- miento sueño-vigilia y el ciclo noche-d ía. Los viajes rápidos en avión entre si- tios con distintos husos horarios (síndrome del jet-lag) o los trabajadores guE> cambian frecuentemente e l turno de su trabajo constituyen causas de desfase. Otras veces es la consecuencia de madrugar o trasnochar. En casos extremos el cuadro puede dar luga r a insomnio por la incapacidad de conciliar e l sueño en horas convenciona les, o hipersomnia en la que el sueño aparece en horas no ha- bituales. Cuando los sujetos duermen, sin embargo, presentan un sueño de morfología y duración normal. Existen técnicas que permiten restablecer e l mar- ca paso interno con el ritmo noche-día. PARASOMNIAS Las parasomnias consisten en trastornos de la condu~ta durante el sueño. Es- tán relacionadas con la edad, el sexo y la etapa del sueno. A LTERACIONES DEL SUEÑO 53 En u res is L~ enuresis es la relajación del esfínter vesical durante el sueño. El paciente se onna mientras duerme. Se observa predominantemente en varones antes de la a~ol~scen~ia. La causa de la enuresis puede ser psicógena y suele responder a la im1pram111a. Mioclonías nocturnas (sleepi11g jerks) Ocurren en pacientes de edad, generalmente de sexo masculino que presen- tan mioc!onías, de las piernas, con i nt~rvalos de 20 a 40 segundos, e~ forma alter- nada o s1i;nultanea. Cons1stc12 en flex iones de la rodil~a y el tobillo que en casos extremos interrumpen el sueno del enfermo y de su conyuge. No revisten grave- dad y suelen responder al clonazepam o a la carba mazepina en dosis bajas. Terrores nocturnos J:?~rante_ el sueño _Ie~1to profund.o (pasaje de la etapa llI a rv del sueño no REM), el runo emite un ch1ll1do_ escalofriante, seguido de llanto y agitación motora. El Cl;Iadro P~,ede du~ar 1~ mmutos. El paciente presenta midriasis, sudación profusa, piloereccron, resp1raaon estertorosa y taquicardia. Característicamente existe am- nesia posterior del ~pisodio. El diazepam y la imipramina, a l eliminar el sueño Ien- t~ suelen ser benefiaos?s· Estos episodios tienden a desaparecer con el paso de los anos, pero cuando persis ten en el adu lto se conocen con el nombre de íncubo. Es- tos pacientes suelen tener trastornos de conducta y personalidad neurótica. Sonambulismo Es la alteración neurológica en la cual el paciente se desplaza durante el sueño. <?curre predommantemcnte en hombres y con frecuencia existe una historia fami- liar y una asociación con la enuresis. La mayoría de los casos ocurren en niños. Se ~bserva en las etapas UI Y. IV del sueño ~o ~EM. Desde el punto de vista terapéu- tico, suele responder al diazepam y a la im1pramina, que reducen el sueño lento. Bruxismo Consiste en el rozamiento de los dientes durante el suei1o. Ocurre en las eta- pas Il, III y IV del sueño no REM. Como en los cuad ros anteriores, en caso ex- tremo, p~ede responder a la medicación que reduce este tipo de sueño. f En la figu ra 7-2 se analizan las pri ncipales causas de insomnio v la conducta rente al paciente. ' BIBLIOGRAFÍA Ant~H~Ü;~~S,1 CP, Mitler MM. Slecp: a scicntific pcrspcctivc. Englewood Cliffs, f\IJ: Prcn- Diafo'~stic_ Classifica tion Steering Commütcc. JCSD-lnternational Classification of Slccp Di- cia\i~r~. D 9 ia 0 gnost1c and Codmg Manual. Rochcster, MN: American Sleep Disorders Asso- Gi!Ii n, 19 . . . Gu¡lfi JC! Byerley WF. The diagnosis and managemcnt of insomia. N Engl J Med 1990;322:239-48. 19~Smault C, Dement WC, edito(s. The sléep apnc,1 syndromes. r\lew York: Alan R. Liss; kryMe~ MH, Roth T, Dement WC, editors. Principies and practice of sleep medicine· 2nd ed Ma ew York: WB Saun<l;ers; _1992. . . ' · tMhesobn ]K. Sleep and 1ts d1sordcrs. En: Stem JH, editor. lnternal Medicine, 41h ed. St Louis: os y; 1993. p. 1003-14. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Capítulo 8 Comas El estado de conciencia normal implica la normalidad de los estados de en- tendimiento y vigilia. A través del entendimiento el sujeto puede comprender y comunicarse con el medio que lo rodea. /l. su vez, es necesario un estado de vi- gilia adecuado (el estar despierto) parn que se establezca ese entendimiento nor- mal. El entendimiento depende de la normalidad de la corteza mientras que la vi- gilia depende de la indemnidad del tronco cerebral (mesencéfalo y protuberan- cia). Cuando se compromete la corteza habrá alteración del entendimiento con vigilia conservada. A la inversa, cuando hay compromiso del tronco cerebral ha- brá alteración de la vigilia y secundariamente del entendimiento. Los trastornos de la conciencia son Jos siguientes: a) El enturbiamiento de la conciencia consiste en una depresión incompleta del entendimiento y la vigilia. El paciente está desorientado y somnoliento pe- ro se mantiene despierto. Puede ser Ja expresión de un grado avanzado de de- mencia, o bien traducir un compromiso incipiente del estado de conciencia. b) La obnubilación es la depresión completa de la vigilia de la cual el pacien- te puede ser despertado sólo con estímulos leves. c) El estupor es la depresión completa de Ja vigilia de la cual el paciente pue- de ser despertado pero sólo con estímulos intensos. d) El coma es la depresión completa de la vigilia de la cual el paciente no puede ser despertado. Hay ciertos estados en los cuales el paciente mantiene la vigilia pero hay tras-tornos severos del entendimiento. Se los conoce con Jos términos de coma vigil, estado apálíco o, mejor llamado, estado vegetativo. Este cuadro suele presentarse ~n enfermos que sobreviven períodos prolongados después de un da11o encefá- lico severo, a consecuencia de lesiones corticales y/ o en la sustancia blanca sub- cortical. ti El mutismo acínético de Cairns consiste en un estado similar al estado vegeta- . vo, pero, a diferencia de este ú ltimo, en el mutismo acinético el paciente está ;nmó'.'il, sin expresión oral y sin movimientos oculares, y en general no se ha- lan signos que revelen compromiso severo de las vías motoras descendentes (ue P~dieran explicar la inmovilidad. Suele deberse a lesiones que comprome- en la integridad reticulocortical con preservación de las vías motoras. En la llamada escala de Glasgow (1976) se ha propuesto una gradación delco- lll.a. Toma en consideración tres parámetros: apertura ocular, respuesta motora y respuesta verbal. A cada respuesta se le asigna un valor numérico, que luego se suman para dar lugar a un resultado determinado. Puede afirmarse que https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1 1 56 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS Cuadro 8-1. Gradación del coma. Escala de Glasgow APERTURA OCULAR Espontánea A la orden Al dolor Ausente RESPUESTA MOTORA Obedece Localiza Retrae Flexión anormal Respuesta extensora Ausente RESPUESTA VERBAL Orientada Conversación confusa Palabras inapropiadas Sonidos incomprensibles Ausente Gradación (E+ M +V) = 3 a 15 E4 3 2 1 M6 5 4 3 2 1 V5 4 3 2 1 cuando el paciente tiene un resultado de 8 puntos o menos está en estado de co- ma. Esta escala puede abarcar no sólo el_ coma. sin~ t~dos l?s trastornos de la conciencia, lo cual le da una mayor amplitud diagnostica (vease cuadro 8-1 ). EXAMEN DEL PACIENTE EN COMA Los parámetros para tener en cuenta en la semi?l_ogía del paciente en _c?ma son: el ritmo respiratorio, el estado pupilar, la motilidad ocular y la motilidad general. . . . l. Respiración. El ritmo respiratorio puede ~dop~ar las. ~i~u1entes vanan- tes. a) Respiración de C/1ey11e-Stokes: es una resp1rac1on penod1ca. en la que se producen ciclos ventilatorios, en donde la amplitud de los movuruentos c:e- ce llega a un máximo y luego decrece gradualmente hasta llegar a un pcno- d~ de apnea de algunos segund~s, luego del cual se re~n.icia el ciclo. Se re.la- ciona con trastornos supratentonales y supramesencefahcos. b) Hzp.erventi/a- ción neurógena central: respiración rápida, re&ular, du~adc~a y rel~tivament.e amplia. Es frecuente en los trastornos metabohcos (a~1do.s,is); se _vmcula, asi- mismo, con lesiones mesencefálicas. c) Apneus1s o resp1rnnon apneustzca: msp1- raciones muy amplias que se mantienen por varios segundos hasta gu.e so- breviene la espiración. Se vincula con lesiones pontinas (protubera~c1ales) mediales o caudales. d) Ataxia respiratoria: respiración completa~ei:te mcoor- dinada y anárquica que determina, sin ningún orden, ta~to rcs~irac1ones pro- fundas como superficiales. Depende de lesiones pontmas ba¡as o bulbares dorsomediales. 2. Pupilas. El examen del estado pupilar es de v.ital impor.tancia en la ~em~o logía del paciente en coma. Su examen puede ~r_ro¡ar lo s1&u1:~t.e: a) Pupilas 1t~ termedias y reactivas: lesiones supramesencefal1cas. b) M1drzat1cas y no reac~1- vas: lesiones mesencefálicas. c) Mióticas y reactív~s (debe h~cers~ el ~stu?!º del reflejo fotomotor con la ayuda de una lupa): lesiones pontmas, mtoXIcaaon COMAS 57 por opiáceos. d) Midriasis reactiva (en el comienzo) o no reactiva unilateral: her- niación uncal homolateral. 3. Motilidad ocular. ~a motili~ad ocular se. investigará luego. La semiología puede demostrar: a) Desv1ac1ón con¡ugada de la mirada: hada el lado de la lesión - la- do opuesto a la hemiplejía-: daño frontal; hacia el lado opuesto de la lesión - mis- mo lado de la hemiplejía-: daño protuberancial. Desviación de la mirada hacia aba- jo~ ~uede verse en los casos de lesiones talárnicas, mesencefálicas y en comas meta- bolicos. b) Mirada descon¡ugada: se observa en caso de parálisis de músculos indivi- duales u oftalmoplejía internuclear. c) Reflejos oculocefálicos: antes de estudiarlos de- ben descar~arse l~iones cervicales. La respuesta consiste en la desviación conjuga- da d~ i?s ?Jºs. haaa el. lado opuesto al del movimiento pasivo de la cabeza. Su pre- senaa mdica mdemmdad del tronco cerebral (coma supramesencefálico). En casos de lesión mesencefálica o pontina se producen asimetría (reflejo positivo desconju- gado) o falta de respuesta, respectivamente. La intoxicación por barbitúricos tam- bién puede abolir la respuesta. d) Reflejos oculovestibulares: se irriga el conducto au- ditiv? externo cor~ ~gua ~ía y W: peq:ieño, catéter, con la cabeza inclinada a 30º y previa comprobac1on de mdemrudad tímparuca. La respuesta consiste en la desvia- ció~ de la mirada hacia el lado estimulado y nistagmo con el componente rápido haaa el lado opuesto. En caso de coma el nistagmo siempre desaparece. En las le- siones supramesencefálicas se mantiene presente la desviación de la mirada (res- puesta no~al); ~uando el coma se debe a lesión mescncefálica o protuberancia! se produce asrmetrra o falta de respuesta, respectivamente. 4. Motilidad general. Aplicando estímulos nociceptivos a diferentes partes del cuerpo y observando las respuestas motoras, se comprueba que éstas po- drá~ s~r aprol:'iadas, estarán abolidas cuando hay lesión de la vía piramidal o seran maprop1adas, lo cual determina trastornos de la motilidad (rigidez de deco~cació~ y desc~rcbraciói~). La rigidez de decorticación se caracteriza porque el paaente tiene flexión de miembros superiores y extensión de los inferiores. S~ debe ~n general a compromiso supramesencefálico. La rigidez de descerebra- c16n consiste en la extensión y la pronación de ambos miembros superiores y Ja ex.tensión de los inferiores. Su aparición constituye la expresión de un compro- miso infratentorial (mesencefálico ). ~n la fi~ra 8-1 se sintetizan los principales signos clínicos y sus alteraciones, segun el ruvel lesiona! y el momento evolutivo. Siem~r~ es conveniente. difcr~nci~r el coma verdadero del fingido (histeria). En est~ último caso, el paciente 1mp1de la apertura de los ojos, los reflejos ocu- lovestibulares muestran la presencia de nistagmo y el electroencefalograma suele ser normal. !:ªY ciertos elementos semiológicos que permiten diferenciar los comas por les1on estruct:ural del sistema nervioso de aquellos debidos a causas metabólicas. Las pupilas simétricas, los reflejos fotomotor y oculovestibulares conservados ha~ta estadios terminales, la ausencia de asimetría en las reacciones motoras, unidos a manifestaciones clínicas de cada coma en particular, abonan a favor de compromiso metabólico. CAUSAS DE COMA Las causas de coma serán divididas en supratentoriales e infratentoriales res- pectivamente. Por lesión supratentorial: traumatismo de cráneo, hematomas extradura- les, subdurales o intracerebrales, neoplasias, abscesos de cerebro, empiema https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 58 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS COMAS ORGÁNICOS SIGNOS CLÍNICOS NIVEL LESIONAL Y MOMENTO EVOLUTIVO Pupilas Respiración Supramesencefálico ~ <©> <8> A Cheyne-Stokes Posición intermedia RFM + Mesencefálico NN#NIM <@:> <@> A Hiperventilación Midriasis neurógena central RFM - _f1S1SlIL A Pon tino Apneusis <0> <()> (protuberancial) o Ataxia ~ Miosis bilateral respiratoria RFM + Hernia uncal ~ ®<8> A (estadio precoz) Normal Midriasis homolateral a la lesión RFM ± ~ ~~ Hernia uncal Rara vez, Cheyne- <l!P <8> Stokes (estadio tardío) o Midriasis+ ~ Ptosis Hiperventilación homolateral neurógena a la lesión RFM - Fig. 8-1. Principales signos clínicos y sus alteraciones, según el nivel lesiona! y el momento evolutivo. COMAS 59 COMAS ORGÁNICOS SIGNOS CLÍNICOS Motilidad ocular Respuestas motoras en reposoy a la estimulación (compresión dolorosa del borde supraorbitario) ~ ~ e e e Inmovilidad ~C??x:JI Decorticación Respuesta normal (piernas extendidas, antebrazos en flexión) ® 0 e ~ Inmovilidad ~ ?Gii Rigidez de descerebración Reflejo + Reflejo + desconjugado (piernas y antebrazos extendidos) ~ e e e ~r-;:-~¿J Inmovilidad y flaccidez Falta de respuesta ~ ~ e e e Babinski contralateral a la lesión ~ Respuesta normal Falta de respuesta (lado opuesto) ~ e e ~ ~:di Decorticación unilateral Falta de respuesta lado Reflejo + Reflejo + desconjugado opuesto a la lesión https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 60 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS subdural, in fartos cerebrales extensos, hemorragias cerebrales, trombosis del seno longitudinal. Por lesión infratentorial: trombosis de la arteria basilar con infarto de tron- co, hematomas extradurales y subdurales de la fosa posterior, hemorr~gia pon- tina primaria, hematoma cer~belos?, infarto ce!ebeloso agudo,_ a~g~~n:ias de tronco, aneurismas de la artena basilar, neoplasias de tronco, miehnohs1s cen- tral pontina, abscesos y granulomas de tronco, esclerosis múltiple con desmie- linización troncal. DIAGNÓSTICO En el paciente en coma debe detectarse, a través de una semiología adecua- da, si su causa obedece a una lesión supratentorial o infratentoria l, a una causa metabólica o si es de naturaleza psicógena. Los estudios de laboratorio son de significativa trascendencia: glucemia, ure- mia, determinación de 0 2 y PC02, estudio del equilibrio ácido-base, ionograma plasmático, hepatograma, etc. El exa~en del líq~ido cefal_orraquídeo e~ ~igllffi cativo si se sospecha un cuadro infeccioso de ongen memngeo. La dos1f1cac16n de alcohol, bromuros u otros fármacos sedantes puede ser importante. De acuerdo con la sospecha diagnóstica, pueden ser decisivos el estudio clcc- troencefalográfico, la tomografí? computarizada y la, resonancia magn.ética, es- pecialmente en los casos de lesion estructural en la genes1s del coma. Finalmen- te, los potenciales evocados de tronco y la angiografía cerebral pueden ser de utilidad, esta última insustitu ible en el diagnóstico de aneurismas o malforma- ciones arteriovenosas. TRATAMIENTO El tratamiento del paciente en coma requiere varias medidas terapéuti- cas hasta tanto se realice el diagnóstico definitivo. Estas medidas son las si- guientes: asegurar una vía permeable y la oxigenación adecuadas, mante- ner la circulación, administrar glucosa si existe h ipoglucemia (50 mL de glucosa al 50% por vía intravenosa), restaurar el equilibrio ácido-base. y os- molar (corregir la acidosis sistémica), controlar las posibles convulsiones, tratar las infecciones y las eventuales alteraciones de la temperatura corpo- ral, administrar 50 a 100 mg de tiamina por vía intravenosa (muchos pa- cientes con trastornos de la conciencia, en estado de coma o no, están des· nutridos, lo que los hace proclives al desarrollo de encefalopatía de Wernic- ke si se les admin istra mucha glucosa) y, finalmente, considerar la necesi- dad de antídotos específicos (en la sobredosis por narcóticos se inyectará 0,4 mg de naloxona intravenosa cada cinco minutos hasta que el enfermo re cu pe re la conciencia). MUERTE CEREBRAL La necesidad de lleva r a cabo trasplantes de órganos hizo que se buscara un conjunto de criterios fidedignos de muerte cerebral. Se integraron entonces los siguientes signos: . . . 1) Coma producido por enfermedad cerebral estructural urevers1ble no in- ducido por drogas, hipotermia o trastornos metabólicos. COMAS 61 Fig. 8-2. Silencio electrocerebral. Paciente con criterios de muerte cerebral. 2)_Ausencia total de respuesta a los estímulos nociceptivos en los derrnato- mas mervados por los nervios craneanos . . 3) Ausencia de respiración espontánea, con necesidad completa de respira- oón artificial. 4) Ausencia de reflejos córneos. 5) Ausencia de respuesta a la estimulación vestibular. 6) Ausencia de reflejo fotomotor con pupilas generalmente midriáticas. 7) Ausencia de reflejo oculocardíaco de Ashner. 8) Electroence_falograma que demues~ra silencio electrocerebral persistente du,rante_ 30-60 mmutos y 6 horas despues de establecidos el coma y la apnea (vease 6g. 8-2). 9) Si los hallazgos clínicos de muerte cerebral se han determinado y se com- pr~eba que 1:º hay circul_ación cerebral demostrable angiográficamente o que existe au~encia de potenciales evocados del tronco cerebral y somatosensitivos de latencia corta, se concluye que se está en presencia de m uerte cerebral. BIBLIOGRAFÍA ANA <;ornmitte~ on Ethical Affairs. Persisten! vegctativc state: Report of the American Ncuro- log1cal Associabon Comm1ttec on Ethical Affairs. Ann Neurology 1993;33:386-90. B~tes D. The management o.f medical coma. ] Ncurol Ncurosurg Psychíatry 1993;56:589. F1sher CM. The neurolog1cal evaluation of the comatosc patient. Acta Neurol Scand 1969;1(Suppl 36):56. Plum F, Posner JB. Diagnosis of stupor and coma. 3n1 cd. Philadelphia: Davis; 1980. Ropper AH, editor. Neurological and neurosurgical intensive care. 3.i ed. New York: Raven Press; 1993. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org I' Capítulo 9 Afasias, apraxias y agnosias AFASIAS La afasia es el defecto o pérdida del poder de expresión por medio del habla, la escritu ra o los signos y/ o del poder de comprensión del lenguaje hablado o escrito, debido a lesión o enfermedad de las áreas cerebrales correspondientes. En la corte:Ga cerebral del hemisferio dominante (hemisferio izquierdo en el 99%) existen cuatro áreas circunscriptas, que corresponden a las cuatro varieda- des del lenguaje: lenguaje expresivo oral y escrito, lenguaje comprensivo oral y escrito. Estas cuatro áreas comprenden dos áreas motoras verbales: el área moto- ra de la palabra y el área motora de la escritura, y dos áreas sensoriales verbales: el área de la comprensión de la palabra hnblndn y el área de In comprensión de la pnlnbra escrita. El área motora de la palabra se sitúa en el pie de la tercera circunvolu- ción frontal. El área motora de la escritura, en el pie de la segunda circunvolu- ción frontal (por delante de las áreas motoras de los dedos). El área de la com- prensión de la palabra hablada se sitúa en l« parte media de !él primera circun- volución tempora l (por delante de la zon« de proyección de l«s fibras cocleares). Finalmente, el área de la comprensión de la palabra escrita, en el pliegue curvo (alrededor de la terminación del primer surco temporal, por delante de la zona occipital periestriada). Se remite al lector a la figura 9-1. A su vez, estas áreas, aunque independientes, están vinculadas entre sí por haces asociativos, como el fascículo arcualo, y además están unidas a áreas mo- toras o sensoriales propiamente d ichas. La destrucción o la lesión de las áreas del lenguaje o sus conexiones engendra diversos tipos de afasia. Se ha visto que el hemisferio izquierdo es do111ina11te para el habla en el 99% de los casos. Por otra parte, la dominancia en sujetos :¿urdos radica en el 75% de los ca- sos en el hemisferio izquierdo. Estud ios recientes demuestran que en algunos p~cientes zurdos el área motora del lenguaje está laterali?.ada en un hemisferio, mientras que la comprensión está lateralizada en el hemisferio opuesto. Por otra parte, se ha demostrado que hasta el 5% de las personas diestras tienen repre- ~ntado el lenguaje en el hemisferio derecho (la aparición de afasia por una le- sión derecha se denomina en estos casos "afasia cruzada"). Las principales variedades afásicas son las siguientes: l. Afasia de Broca, motriz o de expresión (Broca, 1861). Es una afasia no fluente. El enfermo no habla o sólo emite algunas palabras (2 a 10 por minuto); son comunes las parafasias (sustitución, deformación de la palabra hablada). El lenguaje a veces es telegráfico, con omisión de palabras o sílabas termi- na les. La denominación se compromete. La repetición de palabras simpleseducap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 64 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS AFASIAS, APRAXIAS Y AGNOSIAS 65 di Q) I§ <O ~ E Q) -º -~ u <O e e Área motora (J) o. ce Q) :J é 3: de la escritura <O Q) Q) s u o "O Q) ~ o. "O .Y E <O u <O (J) l!:? <O e:: <O ·¡: :J ~ l!:? e: :Q u 2 ·~ '<0 Área de e ..... o ·et! :Q ~ Q) <O :5- et! 3: e: <O o - ce .2 oiC'· g ·13 ·5 ~~ Q) Q) :J e <O e e "O "O .!:2 ctl.2 Q) Q) Área motora :.::: Q) w:O e u u ~ \::) <O et! u -o <O ~ de la palabra Q) Q) (J) 2.0 "iñ >-o ..... ..... ~ a Q) "O "O -J •<l:: ·<l:: _J <l:: <l:: e: <O e e <O :Q "O <O •O ·O et! "O <O "O ·13 ·13 "O <O (/) t) ~ <O t) Área de comprensión e:: ~ ~ ~ ~ 2 2 2 <O de la palabra hablada Q.. <O -¡¡¡ 2 2 -¡¡¡ <O "O E o >- -¡¡¡ -¡¡¡ o ~ u >. u 2 Fig. 9-1 . Corteza cerebral del hemisferio dominante: áreas correspondientes a las cuatro 8 &. :J e e ::J o ~ U) U) ~ a. <( variedades del lenguaje. e ·O :§ puede ser correcta; la repetición de frases se encuentra alterada. Se observa Q) que el paciente aumenta su esfuerzo para hablar. La comprensi6n del lengua- o. e e e Q)- et! ·O ·O -o ..... (J) "O je se conserva, aunque en ocasiones hay dificultades para órdenes más com- e: ....... Q) ~ ·13 ·13 ·5 ~ (J) ~ ~ ~ plejas. El enfermo escribe con paragrafías. Esta afasia puede acompañarse de <O <O et! 2 et! .g "O ~ "O -¡¡¡ 2 "O Q) 2 hemiparesia o hemiplejía en el hemicuerpo contralateral (mayor en el brazo que (/) Q) «! Q) ~ -¡¡¡ ~ ~ -¡¡¡ en la pierna), dada la proximidad de las áreas motoras de las extremidades su- .!!! ~ ~-o 2 >- 2 (/) :J e e e periores al área de Broca. Es interesante destacar que el enfermo se da cuenta ~ a: <( <( ~ U) <( U) U) Cl:l e: de su déficit, se siente con una gran frustración y frecuentemente está depri- ~ <O :Q "O mido. La lesión, en general córtico-subcortical, se sitúa en el área de Broca (pie (.) et! (/) Cl:l t) de la tercera circunvolución frontal del hemisferio dominante). ~ .s <O <O <O «! <O 2 <O 2. Afasia de Wernicke (1874). Es una afasia fluente. El paciente habla mucho {g E "O "O "O "O "O <O "O o ~ <O ~ ~ <O o @ (verborrea) y mal (parafasias, neologismos y jergafasia). La denominación es inco- ·~ e: ..... ..... 2 2 2 2 ~ -. u 2 Q) o rrecta. La repetici6n también se compromete. Hay imposibilidad para comprender el ~ a <( <( <( <( <( a. <( lenguaje hablado y escrito. La escritura está igualmente perturbada (paragrafías). (/) o Es frecuente la existencia de hemianopsia hom6nima por afectación o compromiso de ~ Q) Cl:l e: las fibras retroquiasmáticas. Los pacientes pueden no darse cuenta de la naturale- .9- 'Cl:l Q) Q) Q) Q)-o ·iii'g e: e: e: za de su déficit y generalmente no se encuentran deprimidos en el momento agu- ·~ Q) Q) Q) Q) Q) Q) Q) ::J Q.. e: e: e: e: do. Esta afasia resulta de una lesión del área de Wernicke (parte media de la pri- Q.. O)(/) ¿ ¿ ¿ e: Q) Q) Q) Q) Q) mera circunvolución temporal del hemisferio d@minante y pliegue curvo). (/) ::J ~ Q) o ::J ::J o o ::J -.J z ü: ü: ü: z z ü: 3. Afasia d e conducción. En ella la repetición se encuentra severamente ~ afectada, sobre todo Ja repetición de frases cortas. Aunque el lenguaje es (/) ~ fluente (diferencia con la afasia de Broca), las parafasias son frecuentes. Tam- ~ ~ o bién hay dificultad en la denominación de objetos. El paciente comprende el o (J) ..!!? o e lenguaje hablado y escrito. La escritura puede estar comprometida. La afasia ..... Q) .!!! e E ·O (J) de conducción es producida por una les ión del fascículo arcuato que une el o Q) ·13 ~ -¡¡¡ í!I ~ área de Wernicke a la de Broca y transcurre profundamente a nivel del opér- (.) (.) ~ (3 «! ·¡: ::J <O culo parietal. u "O o e ..... e u o Q) o .E -¡¡¡ u u 4. Afasia anómica. El síntoma cardinal está dado por la imposibilidad del pa- - ce 3: (J) (J) a, u •O .o e e ciente en la capacidad de denominación. El lenguaje es fluente pero existen parafa- Q) Q) Q) e o ~ ~ o "O "O "O <O O> sías (el lenguaje escrito presenta paragrafías). La repetición y la comprensión son nor- ... <O «! <O <O <O <O 'tJ <O males aunque a veces esto puede ser difícil de establecer en pacientes confusos. La <O ·¡¡; ·¡¡; ·¡¡; ·¡¡; ·¡¡; ·¡¡; ·¡¡; :::J ~ $ ~ $ $ «! ~ afasia anémica se presenta como consecuencia de pequeñas lesiones del girus (.) <: <l:: ~ < educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 66 N EUROLOGÍA EN ESQUEMAS angularis y en ciertas lesiones que, aunque lejos de las áreas. del lenguaje, ejerce,n efectos presores sobre ellas. Se describe c?n m?y?r frecuenc_ia.en la encefalopatía tóxica o metabólica. En el caso de una afasia anomJCa, con la uruca salvedad de que junto con otros elementos haga pensar al ex~ador que se está frente al ;?mien- zo de un síndrome demencial, siempre se debera buscar una causa metabolica, re- versible. La anomia es un signo que puede observarse en pacientes c?nfusos. 5. Afasia global. Este tipo de afasia se ve como resultado de lesiones exten- sas que afecten o comprometan las áreas de Broca y de Wernicke. El !?~ciente, por ende, no habla, no lee, no escribe ni comprende. A veces puede emJtJr algu- nos fonemas carentes de significado. Se asocia, como es dable suponer, con la existencia de una hemiplejía. La afasia global se describe en infartos extensos del territorio de la arteria cerebral media. 6.- Afasias transcorticaJes. Se deben a lesiones que, sin dañar las áreas de Broca, de Wernicke o sus conexiones, afectan partes de sustancia blanca adyacentes a ellas. Se caracterizan por ser afasias en las cuales la repetición ?e la palabra o fra~:s persis- te intacta, a pesar de tratarse de pacientes con falta casi total de co'.npre11s10n (trans- cortical sensorial) o con palabra poco fluente y parafasias (transcortica~ n:t0tora). . En el cuadro 9-1 se sintetizan los principales hallazgos en las d1stmtas varie- dades de afasias. Reglas útiles para tener en cuenta en el examen del paciente afásico Ante un enfermo afásico es útil seguir los siguientes pasos: l. Realizar el examen de la palabra espontánea. ¿Es fluente o no fluente? Si esta- mos en presencia de una afasia fluente, la lesión es posterior; si es no fluente, la lesión casi siempre es anterior. 2. ¿El paciente lee y escribe sin errores? Si es capaz de hacerlo, el enfermo no presenta una afasia. 3. ¿Hay he111iparesia o hemiplejía? Si existen t~astomos mot?res, la lesi?~ es an- terior ya que compromete las areas motoras situadas en la circunvolucion fron- tal ascendente. 4. Para caracterizar seguidamente los varios tipos de afasia fluente, se debe- rá examinar la denominación, la repetición y la comprensión del lenguaje. La se- miología podrá arrojar lo siguiente: a) El paciente no puede denominar, repetir o compre~1der: afasia de Wernicke; b) el paciente nomina con dificultad, no puede repetir y comprende correcta- mente: afasia de conducción; c) el paciente puede repetir y comprender, aun- que su denominación está comprometida: afasia anómica. Las causas de afasia son las siguientes: 1º, infartos y hemorragias; 2ª, tumo- res, primiti vos o metastásicos; 3!:!, demencia tipo Alzheimer u otras; y 4°, lesio- nes postra umáticas (heridas de bala, accidentes automovilísticos). Una afasia en el contexto de un cuadro infeccioso debe orientar hacia un absceso del cerebro o una encefali tis (particularmente la encefalitis herpética). Debe tenerse presente que el establecimiento brusco de una afasia sin trastor- nos motores sugiere a la embolia de cavidades cardíacas izquierdas como el me- canismo fis iopatológico causante. . .. Existen afasias trans itorias que se observan en el curso de ciertas cns1s tem- porales (crisis parciales complejas), durante acces9s de jaqueca, o bien com? manifestación de ataques isquémicos trans itori~s. Ultin:rnmente s~ ha r;actuah- zado un síndrome de afasia lentamente p rogresiva debida a atrofia de arcas pe- risilvianas (véase fig. 9-2). A FASIAS, APRAXIASY AGNOSIAS 67 Fig. 9-2. Afasia progresiva primaria. La TAC muestra atrofia de áreas perisilvianas izquierdas. APRAXIAS La apraxia consiste en la pérdida de la facultad de realizar ciertos movi- mientos adaptados a un fin determinado, en presencia de una fu nción motora y sensitiva adecuada, y con buena atención, comprensión y colaboración por parte del paciente. En la ejecución de un movimiento complejo entran en ac- ción: lº, la evocación y la elaboración de los movimientos elementales para el cumplimiento del acto global (fórmula cinética o melodía práxica) que es una fun- ción parietal del hemisferio dominante, y 22, la ejecución de dicho acto (áreas premotoras frontales). En la apraxia ideatoria el enfermo no tiene la representación mental precisa del acto a ejecutar, y en la ideomotora, el individuo, a pesar de tener la repre- sentación men tal correcta de los movimientos que componen ese acto, nota que los miembros encargados de ejecuta rlo no pueden hacerlo. Ambos tipos de apraxia se asocian con lesiones parietales izquierdas. Con el nombre de apraxia constructiva se reconoce una varied ad que se ma- ~fiesta en el dibujo por la imposibilidad de establecer, entre los elementos grá- ficos, relaciones espaciales correctas. Esta apraxia puede vincularse tanto a le- siones parietales izquierdas como derechas (véase fig. 27-1). La apraxia de la marcha es la "disminución o pérdida de la facu ltad de dis- poner convenientemente las piernas con el fi n de caminar, independientemente de toda paresia o trastorno funcional". Se produce por lesiones frontales para- centrales bilaterales. Todas estas apraxias son bilaterales; por el contrario, una apraxia unilateral de la mano izquierda será la consecuencia de una lesión de la porción anterior del cuerpo calloso que compromete la vía de asociación transcallosa interhemis- férica (apraxia callosa). Las causas de apraxia generalmente son de origen vascular; otras están dadas por los tumores primitivos o metastásicos, las demencias y las lesiones traumá- ticas del encéfalo. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 68 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS Con la denominación de dispraxia diagonística o conflicto intermanual se conoce un cuadro en el que la mano izquierda se desempeña en forma opuesta a la otra; por ejemplo, la mano derecha abrocha los botones de un pantalón y la izquierda los desabrocha, o la mano derecha abre una botella y la izquierda la cierra. A veces el enfermo encuentra su mano ajena o extraña y hasta puede lle- var a cabo con ella actos incontrolables (síndrome de la mano ajena). Estos fenó- menos se observan en las lesiones del cuerpo calloso y comprometen el lado iz- quierdo. El síndrome de la mano ajena se ha descrito también en casos de lesio- nes de la corteza frontal medial. AGNOSIAS La agnosia es la dificultad o imposibilidad de reconocer los estímulos presentados por vías aferentes cerebrales en individuos con recepción pri- maria adecuada. Cuando el estímulo le es presentado en otra modalidad, el reconocimiento ocurre normalmente. La agnosia visual de objetos y de co- lores se presenta en lesiones que se asientan más frecuentemente en el lóbu- lo occipital izquierdo. La prosopagnosia es la incapacidad del individuo pa- ra reconocer los rostros de sus allegados o personas conocidas; la lesión a menudo es occipital derecha. La heminegligencia espacial, inatención o descuido visual consiste en la virtual ignorancia por parte del paciente de una de las mitades de su campo visual. Esto se pone de manifiesto de la si- guiente manera: explorando simultáneamente ambas mitades del campo vi - sual, un lado pasa desapercibido (esto no acontece en la exploración alterna- tiva). Siempre debe descartarse la existencia de hemianopsia homónima. Pa - ra ello se tendrá en cuenta lo siguiente: la presentación de estímulos inten- sos en un hemicampo produce, en caso de inatención y al cabo de un perío- do de latencia, una desviación de la mirada hacia el lado opuesto; por el con- trario, en Ja hemianopsia el enfermo dirige su mirada hacia el lado ciego, movimiento que se encuentra ausente en caso de inatención. Las inatencio- nes más frecuentes son izquierdas, porque las lesiones causantes se asientan preferentemente en áreas parietooccipitales derechas. La parálisis psíquica de la mirada de Balint se caracteriza por la imfosibilidad que presenta el enfer- mo de dirigir Ja mirada hacia un punto de campo visual periférico, sin tras- tornos de la moti lidad ocular (ante un estímulo auditivo pi.tede desviar la mirada). Se asocia con ataxia óptica y trastorno atencional. El síndrome se observa en casos de lesiones parietooccipitales bilaterales relacionadas con compromiso frontal. "' En el sistema auditivo puede ocurrir un trastorno si milar: agnosia verbal que consiste en la falta de comprensión de la palabra hablada mientras que la escrita se comprende verbalmente. Finalmente, el lóbulo parietal preside la noción del esquema corporal, sornatog- nosia o reconocimiento del cuerpo. La hemiasomatognosia es la falta de reconoci- miento de un hemicuerpo. La anosognosia es la negación por parte del enfer- mo de su hemiplejía. La autotopoagnosia es la falta de reconocimiento de seg- mentos o partes del cuerpo: una variedad está dada por el denominado síndro- me de Gerstmann (agnosia digital, agrafia, acalculia, pérdida de la noción dere- cha-izquierda). Las agnosias del esquema corporal son provocadas comúnmen- te por lesiones parietales derechas; la autotopoagnosia puede observarse en le- siones parietales izquierdas, al igual que el síndrome de Gerstmann. Las causas generales de agnosia son similares a las que dan origen a las afa- sias y las apraxias. AFASIAS, APRAXIAS Y AGNOSIAS 69 BIBLIOGRAFÍA Benson DF. Aphasia! alexia and a~raphia. New York: Churchill Livingstone; 1979. Benson DF, Geschwmd N. Aphasia and related disturbances. En: Baker and Joynt, editors. Clí- nica! neurology. New York: Harper & Row; 1988. Cummings JL. Clinical neuropsychiatry. New York: Grune & Stratton; 1985. Fustinoni O, Fustinonj O (h.}, Fustinoni JC. Semiología del sistema nervioso. 13• ed. Buenos Ai- res: Editorial El Ateneo; 1997. Fustinoni O (h.}. Primary progressive aphasia. Clinical subtypes with one post-mortem study. Neurology 1994;44(Suppl 2}:A387. Hecaen H, Albert ML. Human neuropsychology. New York: John Wiley; 1978. Heilman KM, Valenstein E. Clinical neuropsychology. 2"d ed. New York: Oxford University Press; 1985. Kertesz A. Aphasia and associated disorders. New York: Grune & Stratton; 1979. Leiguarda R, Nogués M, Berthier M, Starkstein S. Paroxysmal alíen hand secondary to a me- dial frontal cortex lesion. Neurology 1991;91:302. Tanaka Y, lwasa H, Yoshida M. Diagonistic dyspraxia: case report and movement-related po- tentials. Neurology 1990;40:657-61. educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Capítulo 10 Epilepsia La epilepsia es una afección crónica caracterizada por la aparición paroxísti- ca de crisis de breve du ración, generalmente convulsivas, con pérdida o no de conocimiento, recuperación ulterior y tendencia a la repetición. Puede haber amnesia del período crítico. Se cita la existencia de predisposición genética. Su incidencia es del 1 al 2% en la población general. En más del 75% de los casos, las crisis aparecen antes de los 18 años de edad. FISIOPATOLOGÍA Desde el punto de vista fis iopatol.ógico, el foco epileptógeno está compues- to por neuronas que presentan una actividad eléctrica espontánea anormal, siendo hiperexcitables, sensibles a diversas afcrencias y con tendencia a sincro- nizar y generalizar sus descargas a otros grupos neuronales. Esta actividad anormal sería debida a alteraciones de la bomba de Na/ K, de Jos canales de Ca o de neurotransmisores inhibitorios (CABA). ETIOLOGÍA Las causas de la epilepsia son: a) epilepsia primaria, idiopática o esencial, cuando no se halla una causa orgánica que la determine. Pueden existiran- tecedentes familiares con un tipo de crisis si milar. Generalmente responde bien al tratamiento. Cuanto más precozmente aparezca la crisis, más pro- babilidad tendrá de ser esencial; b) epilepsia secundaria o sinlonuítica, cuan- do hay un trastorno encefál ico adquirido que la determine. La exploración neurológica puede arrojar, en este caso, datos concretos. Las crisis suelen ser más difíciles de contrarrestar. Las causas pueden ser las siguientes: tu- mores encefálicos, infecciones del sistema nervioso central, traumatismos, enfermedades encefalovasculares, malformaciones neurocutáneas (faco- matosis), vasculitis. Teniendo en cuenta la época de la vida en que la epilepsia aparece por pri- n:er~ vez, las causas que pueden estar en juego con más probabilidad son las siguientes: En el recién nacido: traumatismos durante el parto, hipoxia, trastornos me- ltduc•p tabólicos, malformaciones cerebrales y causas genéticas. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 72 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS En la infancia: convulsiones febri les, enfermedades infecciosas -meningitis, encefalitis y abscesos-, epilepsia idiopática, enfermedades metabólicas congéni- tas traumatismos y facomatosis. Entre los 10 y los 25 años: epilepsia idiopática, traumatismos, infecciones y maJformaciones cerebrales. Entre los 25 y los 60 años: abstinencia aJcohólica, tumores cerebrales primi- tivos o metastásicos, traumatismos, epilepsia idiopática, vasculitis, encefalitis. Más allá de los 60 años: enfermedades encefalovasculares, metástasis cere- brales. Los trastornos metabólicos asociados con insuficiencia renal o hepática, hipoglucemia o hiperglucemia o debidos a desequilibrio hidroelectrolítico pue- den ser la causa de Ja crisis en todos los grupos etarios. CLASIFICACIÓN Las crisis epilépticas se clasifican en generalizadas y parciales. En las prime- ras existe una generalización inicial de la descarga a ambos hemisferios cerebra- les. En las segundas, por el contrario, hay un comienzo focal de la actividad eléctrica anormal, que puede quedar así localizada o propagarse al otro hemis- ferio (crisis parcial secundariamente generalizada). La objetivación clínica, el in- terrogatorio del paciente o de Jos testigos presenciales y el electroencefalograma ayudan a diferenciar unas de otras. La clasificación internacional de las crisis epilépticas (1981), parcialmente modificada con fines didácticos, es la siguiente: l. Crisis generalizadas (con convulsiones o sin ellas) A: l. Ausencias típicas (pequeño mal). 2. Ausencias atípicas. B: Ataques mioclónicos. C: Ataques clónicos. D: Ataques tónicos. E: Ataques tónico-clónicos (gran mal). F: Ataques atónicos. II. Crisis parciales (focales) A: Crisis parciales simples (sin alteración de la conciencia). l. Con síntomas motores (epilepsia jacksoniana). 2. Con síntomas sensoriales (somatosensoriales, visuales, auditivos, ol- fatorios, gustativos). 3. Con síntomas ve~etativos. 4. Con síntomas ps1quicos. B: Crisis parciales complejas (con alteración de In conciencia). 1. Crisis parcial simple con posterior trastorno de la conciencia . 2. Con trastorno de la conciencia desde el comienzo. C: Convulsiones focales con generalización secundaria. III. Crisis epilépticas no clasificables Crisis generalizadas Ataques tónico-clónicos trsran mal). Son precedidos comúnmente por un au- ra. El paciente pierde el conocimiento, cae al suelo y de inmediato se inician las convulsiones, primero de carácter tónico, duran 10 a 20 segundos y el enfermo EPILEPSIA 73 9 o o ~~ Flg. 10-1. Paroxismo de ondas agudas e hipersincronías theta generalizadas espontáneas. Paciente con clínica de gran mal epiléptico (fuera del acceso). puede mor?erse la _Je_ngua y emitir saliva espumosa por la boca. Luego siguen las convulsiones clorncas, que duran alrededor de 30 segundos; en este período puede haber emisión involuntaria de orina. Luego el paciente queda en un esta- do c?ma~oso de duración variable (15 a 60 minutos), posteriormente recupera la conoenoa y se halla entonces muy cansado y confuso. Existen anomalías elec- troen:e~aJográficas ~iur~n~e el acceso_r fuera de él (véase fig. 10-1). , <;ns1s de ausencias típicas (peq11e110 mal). Se presentan como una interrupción sub1~a Y_ b~eve del estado de conciencia, de 5 a 30 segundos de duración, sin caí- da ru perdida del tono muscular. El enfermo, generalmente un niño o un adoles- c~nte, permanece inmóvil, con la mirada fija y a veces desarrolla un parpadeo a 3 ocios por segundo -que se corresponde con las descargas generalizadas de pun- ta Y onda a 3 e/ s del electroencefalograma (véase fig. 10-2)- o a veces movimien- tos automáhc?s (bucales, frotam~enlo de manos). El paciente recupera rápida- mente la conaenoa para proseguir con su tarea previa como si nada hubiese pa- sado. En el día pueden producirse desde unas pocas a varios centenares de crisis. Los otros ~pos de crisis general izadas son mucho menos frecuentes y ocu- ~r~n i:r~dommantemente en la infancia. Los ataques mioclónicos pueden ser 1d_1opat1cos y de buen pronóstico o ir asociados con la enfermedad de Unve- rn~t-Lafora o gangliosidosis. Los ataques tónicos consisten en espasmos que flex10nan la nuca y pueden interesar el resto del cuerpo; se observan en el sín- drome de We_st, que aparece en el 90% de los casos antes del primer año de vida. se. aco~pai;ia de retraso mental y de un patrón electroencefalográfico típico (hipsarntrnia). Los ataques atónicos se manifiestan con caída por relajación bre- ve Y brusca del tono postura!; a veces puede observarse sólo caída de la cabeza o d~ los brazos. En el síndrome de Lennox-Gastaut puede existir cualquier combi- na?ón de crisis generaJizadas con ausencias atípicas. Suele existir además retra- so ~telectu~l y la causa está en relación con lesiones cerebrales adquiridas en el penodo pennataJ o determinada genéticamente. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 74 NEUROLOGIA EN ESQUEMAS Fig. 10-2. Complejos punta-onda con frecuencia de 3 c/s. Paciente con clínica de pequeño mal ausencia. Crisis parc iales En este caso la descarga ictal se limita a un solo hemisferio cerebral. En las cri- sis parciales simples motoras (epilepsia jacksoniana) las convulsiones se limitan, en su iniciación, a partes del hemicuerpo opuesto al lado de la lesión, que pueden per- manecer así o propagarse después a toda esa mitad del cuerpo, sin que el pacien- te pierda en ningún momento el conocimiento. Se describen los tipos facial, braquial (el más frecuente) y crurnl. A veces las crisis simples cursan con descargas hemipa- restésicas o manifestaciones sensoriales (sensaciones de mal olor o sabor), vegeta- tivas o psíquicas. Generalmente, tras una crisis parcial motora sobreviene una pa- resia o parálisis transitoria que se conoce con el nombre de parálisis de Todd. En las crisis parciales complejas (epilepsia psicomotora) la conciencia se alte- ra. Pueden existir manifestaciones automáticas: movimientos masticatorios, temblores palpebrales, frotamiento de manos, episodios de angustia o extrnñe- za, risa inmotivada, emisión de palabra incoherente y hasta fugas. La recupera- ción de la conciencia es gradual, con un período de confusión residual, que es un elemen to diferencial con respecto a las ausencias con automa tismos del pe- queño mal, en donde la recuperación de la conciencia es inmediata. Dicho en otras palabras, en las crisis parciales complejas existe un estado posictal, e l nurn es frecuente y la duración del fenómeno es de 1 a 3 minutos. El electroencefalo- grama generalmente revela la presencia de ondas agudas o lentas tempora les. Ambos tipos de crisis parciales, simples y complejas, pueden evolucionar a una generalización secundaria con ataques tónico-clónicos. DIAGNÓSTICO El diagnóstico se hace en base a un prolijo interrogatorio, tanto del pacien- te como de los testigos presenciales (es la llave que conduce a un diagnóstico EPILÉPTICO Actividad clónicai en fase J Clónicos en fase No Movimiento de lado a lado EPILEPSIA 75 PSICOGÉNICO Movimientos desfasados Desfasados Sí Sin movimiento de lado a lado Fig. 10-~. Signos clínicos para diferenciar las crisis epilépticas convulsivas de las psicogéni- cas, al pie de la cama (por Resor y Kutt). Con autorización. oducap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1 1 76 NEUROLOGIA EN ESQUEMAS correcto), y a una exploración semi o lógica completa. Siempre deben diferenciar- se las crisis convulsivas epilépticas de las psicogénicas (véase fig. 10-3). No de- be pasarse por alto la pesquisa de estigmas cutáneos (facomatosis). El electroen- cefalograma es de enorme valor: ayudará a precisar la existencia o no de asime- tría, paroxismos francos o patrones característicos, aunque puede ser normal en muchos pacientes epilépticos. En caso de duda puede recurrirse al monitoreo electroencefalográfico de 24 horas o a la videoelectroencefalografía (111011itoreo electroe11cefalográfico en circuito cerrado de televisión), método complejo que permi- te visualizar en forma simultánea al paciente y su electroencefalograma, regis- trándose la información en video para su análisis ulterior. El tiempo de registro varía según los casos: 6 a 24 horas. En ciertas ocasiones serán necesarios perío- dos de 2 a 4 semanas. El porcentaje de pacientes que requieren este tipo de es- tudio asciende al 5%. Tiene su indicación en el diagnóstico diferencial con las crisis psicogénicas (el 25% de los pacientes epilépticos las presentan) y para cla- sificar ciertas crisis, lo cual no puede realizarse por medio de otros métodos. No existe consenso sobre la utilidad del mapeo cerebral en la actualidad. Es más, con este estudio no se obtiene mayor información que la que arroja el electroen- cefalograma convencional. La metodología de los estudios neurofisiológicos en la epilepsia con su por- centaje de efectividad (demostrando la existencia de actividad epil.eptiforme in- terictal) se cita en el cuadro 10-1. La tomografía computarizada cereb ral o la resonancia magnética por imá- genes siempre se impondrán para descartar organicidad, más aún si exis ten crisis focales, focalidad elcctroencefalográfica o evidencias en el exa men clí- nico. Los estudios de laboratorio se basarán sobre la historia clínica y la ex- ploración. Trataremos de sentar algunas conclusiones útiles para tener en cuenta: a) to- da epilepsia debe ser rotulada como secundaria o sintomática y agotar todos los medios a nuestro alcance para descartar una causa orgánica que la produzca; b) el interrogatorio preciso y adecuado es fundamental para que el diagnóstico evi- te toda causa de error; c) el electroencefalograma siempre debe correlacio11arse con el cuadro clínico que presente el enfermo (no se "medican" trazados anormales singue el paciente tenga una clínica con la cual se correlacione), y d) los estudios radiológicos correspondientes siempre deben descartar enfermedad. TRATAMIENTO El tratamiento brinda un buen control de las crisis en Ja mayoría de los pa- cientes. La elección del fármaco depende del tipo de crisis. En los casos de ata- ques tónicó-clónicos se utilizan la difenilhidantoína (dosis: 3-8 mg/kg/ día) o el fenobarbital (1 -5 mg/ kg/ día). Para las crisis focales, simples o complejas, se pre- fie re la carbamazepina (5-20 mg/kg/ día) o la oxcarbazepina (15-45 mg/kg/ día). En el pequeño mnl la droga de elección es la etosuximida (10-30 mg / kg /día). Cuan- do los ataques de gran mal se asocian con ausencias, la droga de elección es el ácido valproico (20-40 mg/kg/ día), o bien el clonazepam (0,03-0,25 mg/ kg/ día). En los últimos años se han introducido nuevos fármacos, con buena toleran- cia y resultados favorables en las crisis rebeldes, con uso preferencial en las epi- lepsias infantiles y en las crisis parciales y generalizadas tónico-clónicas. Se ci- tan al respecto el topiramato, la gabapentina, la lamotrigina, el felbamato, la zonisamida, la tiagabina y la vigabatrina. Sus mecanismos de acción son varia- dos y a veces múltiples, aunque tienen menos efectos adversos y no interactúan con otras drogas. EPILEPSIA 77 cuadro 10-1. Metodología de estudio neurofisiológico en la epilepsia Métodos de estudio 1. EEG de rutina (e/activación+ deprivación de sueño) Hasta 4 EEG 2. EEG prolongado (1-8 horas) 3. EEG de sueño (diurno o nocturno) 4. Monitoreo EEG de 24 horas 4 canales 8 canales 16 canales 5. Video EEG Actividad epileptiforme interictal 50% 90% 60% 70% 70-93% 90-95% 90-95% 100% Antes de administrar el fármaco deben recordarse sus posibles efectos adver- sos. Es de buena práctica recurrir siempre en primera instancia a la monoterapin. La posible suspensión de la medicación debe realizarse en forma gradual. Siem- pre deben <losarse en plasma los niveles correspondientes de la droga para eva- luar el cumplimiento y su posible toxicidad. En los casos de estado de gran mal epilfptico, donde los ataques se suceden sin interrupción y sin recuperación del sensorio, se recurri rá al diazepam, 10 mg lV en forma lenta, que se repiten con intervalos de diez minutos hasta 2 ó 3 veces si es necesario, o bien difenilhidantofna, 20 mg / kg IV ( < 50 mg /minuto). Si no está controlado a la hora, se recurrirá al fenobarb ital lV en dosis altas o a la anestesia general. En el estado de ausencias se utiliza el clonazepam, 2 mg IV en forma lenta. En el estado de crisis parciales complejas o en el estado de crisis parciales moto- r~~ contin~as se administra difenilhidantoína en la misma forma y dosifica- c10n antenor. E! 80% de_ los pacientes responden al tratamiento médico. En la pequeña fi:~Jª de pacientes que no lo hacen y la enfermedad se torna invalidante, ha- b1endose agotado todos los recursos médicos disponibles, puede meditarse la posibilidad q uirúrgica. Ésta tiene su clara indicación en presencia de un fo- co epiléptico que no se encuentra en una región noble de Ja corteza cerebral Y, q~e se ha puesto en evid encia mediante técnicas neurofisiológicas y radio- l<;>91cas complejas (resonancia magnética por imágenes, tomografía por emi- s1on de fotón único - SPECT- y, eventu<1hncn te, registro con electrodos intra- cere~rales) . En un alto porcentaje de pacientes -especialmente en epilepsias parciales- la cirugía puede lograr la desaparición de las crisis o brindar una mejor calidad de vida. La estimulación vagal crónica intermitente puede constituir una última al- ten~ativa terapéutica en pacientes epilépticos que no son candidatos para la ci- rugia y que son refractarios al tratamiento médico. La dieta cetogénica - que consiste en el SL1rninistro de un alto contenido de ~asas, con una restricción severa de los restantes componentes básicos de la dieta- puede controlar el 20 a 30°,{, de las crisis, pa rticu larmentc en epilepsias re- fractarias de la niñez. En el adulto la dieta rinde menos beneficios. Por otra par- te, se citan complicaciones importantes. El mecanismo de acción -que genera una cetosis persistente- se desconoce. Durante el estado de embarazo, en lo posible, debe recurrirse a la monoterapia e~_dosis bajas. No debe utilizarse el ácido valproico en el primer trimestre (posi- bilidad de anomalías en el canal neural). Si se toma carbamazepina es necesario https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 78 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS abstenerse de amamantar. Las drogas de sustitución parecen ser los barbitúricos las benzodiazepinas, aunque estas últimas no deben emp~earse durante la_lac- fancia. Debe darse ácido fólico en forma profiláctica en dosis de 2,5-5 mg/ d1a. BIBLIOGRAFÍA Brodie MJ. Status epilepticus in adults. Lancet 1990;336:551-2. . . . Callaghan N, Garrett A, Goggin T. Withdrawal of anticonvulsant drugs Ul pabents free o( se1- zures for two years. N En$,1 J Med 1988;318:942. _ Chadwick D. Diagnosis oí epilepsy. Lancct 1990;~6:291-.:>. Dam M, Gram L. Comprehensive epileptology. i'\ew York: Ra.venPress; 1991.. Engel ¡ ¡r, Pcdley TA. Epilepsy: a comprehens1ve textbook. Plúladelph1a: L1ppmcott-Raven Pu- b lishcrs; 1998. _ Engcl J Jr. Surgery for seizures. 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Capítu lo 11 Cefalea y algias craneofaciales Las cefaleas constituyen un síntoma frecuente en la patología humana y es, quizá, la molestia más común del hombre. La lnternational Headache Society de la OMS reconoce 13 grandes tipos, lo que da cuenta de las dificultades que existen para clasificar este síntoma clínico. La mitad de Jos individuos ha padecido el dolor y se considera que, de ellos, el 20% requirió al facultativo. Aunque en su mayor número responden a causas triviales, en algunos casos son la expresión de enfermedades serias. Precisamente, la tarea del méd ico es distinguir el dolor frecuente y benigno del más grave. El diagnóstico por lo general se hace a tra- vés de la historia clínica y la exploración; raras veces dependerá de otros proce- dimientos. Para su clasificación, simple desde un punto de vista fisiopatológico, siguien- do a Posner, las dividiremos en cefaleas vasculares Qaqueca o migraña, cefalea en racimos, cefaleas vasculares diversas), cefaleas por contracción muscular (cefalea de tensión, equivalente de depresión, reacción de conversión, disfunción de la articulación temporomandibular -síndrome de Costen- , dolor facial atípico y osteoartritis cervical), cefaleas por trncci611-i11fln111ació11 (arteritis temporal, aumen- to o disminución de la presión endocraneana, lesiones de estructuras extracra- neanas -oídos, ojos, senos paranasales, etc.- y tumores de la hipófisis) y, final- mente, las neuralgias craneanas. Nos ocuparemos de las más frecuentes. CEFALEAS VASCULARES En estos casos el dolor es a consecuencia de la dilatación de una o más ramas de la carótida por estimulación de las terminales que inervan el vaso. Jaqueca o migraña La jaqueca afecta al 20% de la población. Se ca racteriza por presentar una P_redisposición familiar en el 50% de los casos, repetición del síntoma con pe- riodos de acalmia, comienzo juvenil e incidencia en mujeres con una relación 3:1 respecto de los hombres. El período premenstrual suele ser desencadenan- te. Un pequeño número de pacientes puede presentar antes del acceso una al- teración del estado de ánimo, hambre o sed progresivos o somnolencia. En otros, la ingesta de determinados alimentos (chocolate, quesos), el alcohol, la fatiga o el estrés pueden iniciarlo. Los síntomas neurológicos, que pueden o<1uc.p aparecer sin el dolor en pacientes añosos, consisten en fotopsias o escotomas https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 80 NEUROLOGIA EN ESQUEMAS centelleantes (teicopsias o figuras luminosas con bordes dentados que se mue- ven en el hemicampo visual contralateral respecto del hemicráneo en donde luego va a aparecer el dolor), anomalías monoculares o incluso pérdida de la visión de tipo hemianopsia en lugar de los escotomas o luego de ellos. Estos síntomas duran 10 a 30 minutos. Posteriormente comienza el dolor frontotem- poral, unilateral y pulsátil (hemicrania pulsátil), acompañado de náuseas, foto- fobia e intolerancia al ruido (fonofobia). La cefalea dura cuatro a seis horas, pero a veces puede persistir por uno o más días. El dolor suele acabar con el vómito o luego del sueño. Ésta es la sintomatología de la denominada jaque- ca clásica. Es más frecuente todavía (2:1) la forma sin síntomas neurológicos denominada jaqueca común. El diagnóstico de migraña se hace por la historia clínica; la exploración se- miológica no arroja haflazgos y los estudios de laboratorio son negativos. Cuando la jaq ueca es atípica, intensa o las manifestaciones neurológicas son persistentes, será necesa ria Ja tomografía computarizada o la angiografía pa- ra descartar lesiones orgánicas eventuales (malformaciones arteriovenosas, tumores). Las variantes de la jaqueca están constituidas por la jaqueca oftalmopléjica con parálisis oculomotora y ptosis palpebral (debe descartarse un aneurisma de la carótida interna o una fístula arteriovenosa del seno cavernoso) que aparecen 12 o 24 horas después y desaparecen en horas o días; la jaqueca acompañada, don- de la afasia, la hemiplejía o las hemiparestesias acompañantes pueden esta r al inicio, durante el cuadro o persistir una vez finalizado éste; y la jaqueca compli- cada, en la que el daño neurológico permanece en forma de secuelas, como lo de- muestran los infartos cerebrales observados con tomografía en mujeres jóvenes. El tratamiento debe tener tres vertientes: supresión de los factores predis- ponentes mencionados con anterioridad, la crisis aguda y la prevención. El ataque agudo de migraña se puede yugular cuando el tratamiento se efectúa precozmente: la droga de elección es el tartrato de ergotamina en dosis de 1 mg, que se repetirá a la hora y así sucesivamente, hasta que el dolor ceda y sin su- perar los 6 mg/ día. También puede administrarse por vía rectal o inhalatoria. Es un potente vasoconstrictor que puede ocasionar cefalea y vómitos per se y conducir -por ingestión crónica- al ergotismo (famoso en la Edad Media por el consumo de centeno con cornezuelo), que produce necrosis distal (dedos, nariz, orejas) y alucinaciones. En los últimos años se han incorporado los ago- nistas 5-HT: sumatriptán, riwtriptán, zolmitriptán y naratriptá11. Estas drogas pueden administrarse por vía oral, inyectable subcutánea o en forma de supo- sitorios. La acción más rápida se logra con la inyección subcutánea, que se prefiere en el momento agudo. La dosis oral del sumatriptán es de hasta 300 mg/ día y por vía subcutánea de hasta 12 mg/ día. Debe emplearse con su- mo cuidado en pacientes con antecedentes de angor e hipertensión arteria l no controlada. Los enfermos con problemas arteriales deben recurrir~ por ello, a los antiinflamatorios no esteroidcs que son débilmente eficaces. La aspirina debe usarse en primer término. El tratamiento preventivo se rcservai:á para aquellos pacientes con crisis frecuentes. Pueden utilizarse tres grupos de fárma- cos: 1) bloqueantes betaadrené.rgicos: propranolol desde 40 hasta 240 mg/ día; 2) bloqueantes cálcicos: nifedipinn 60 mg/ día o verapamilo 240 mg/ día; y 3) an- tiserotonínicos: pizotifeno 0,5 a 1,5 mg/ día (o ciproheptadina o metisergida, au~ que éstas son menos usadas porque el tratamiento prolongado produce f1- brosis retroperitoneal y pleuropericárdica); es de destacar que estos fárma- cos causan somnolencia y aumento de peso. Deben observarse cuidadosa- mente los efectos secundarios de estas drogas ya que su empleo puede ser por muy largo tiempo. Fig. 11 -1. Cefalea en racimos. Dolor retro- ocular acompañado de lagrimeo, inyección conjuntiva!, rinorrea y enrojecimiento facial. Cefalea en racimos CEFALEA Y ALGIAS CRANEOFACIALES 81 Es otra hemicrania vascular pero menos frecuente que la jaqueca. Es casi ex- clusiva del sexo masculino (85% de los casos). Comienza recién en la tercera o cuarta década de la vida y su nombre de cefalea en racimos o acuminada pro- viene de su aparición en crisis durante un lapso de 3 a 8 semanas y luego un largo período asintomático de meseso años. El comienzo del dolor es noctur- no (despierta característicamente al paciente), toma la zona retroocular y se propaga a la frente, va acompañado de lagrimeo, inyección conjuntiva!, rino- rrea y enrojecimiento y rubor de la hemicara correspondiente (véase fig. 11-1). En el 25% de los casos hay síndrome de Claude Bernard-Horner que puede persistir hasta 48 horas después de acontecido el episodio y constituye un ele- mento importante en el diagnóstico diferencial con otras algias. La crisis dolo- rosa dura 25 minutos a 2 horas. Puede haber 1 a 8 crisis en el día. El alcohol puede desencadenar el cuadro. Los sajones la conocen como cluster headaclze y se llamó clásicamente cefalea hista111í11ica de Horton, debido a que durante el ac- ceso existe un aumento en la histamina plasmática. Puede haber historia fami- liar en el 20% de los casos. Se distingue de la jaqueca porque ocurre preferentemente en hombres, cur- sa en agrupamientos, hay lacrimación, ausencia de fotopsias y durante el acce- so doloroso el paciente no suele estar acostado sino con ansiedad intensa. A:lguno.s pacientes hacen abortar la cris is con la inhalación de oxígeno puro o la ingestión de tartrato de ergotamina. Otros se benefician con la administración de 50_ mg/ día de amítriptilina. La pred11.isona en dosis de 60 mg/ día puede resul- tar eficaz; también el carbonato de lil'io manteniendo concentraciones plasmáticas de 0,6-1,2 mEq/L. Existe una variedad de la cefalea en racimos que es la hemicrania paroxísti- ca crónica; se observa predom inantemente en mujeres, presenta una frecuencia mayor de ataques diarios (6 a 30), el horario en que aparece es indeterminado, no presenta remisiones, la duración del dolor es menor y responde característi- camente a la indometacina en dosis de 75 a 150 mg/ día. La cefalea conocida como SUNCT (short-lasting, unilateral, neuralgiform, headache attacks with conjunctival injecfion and tearing) constituye un tipo de dolor de cabeza de muy infrecuente presentación (desde su descripción origi- nal en 1978, se han publicado menos de 30 casos en la bibliografía internacional), https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 82 NEUROLOGiA EN ESQUEMAS Fig. 11-2. Cefalea tensional. De carácter constricti- vo, en casco o vincha, que toma la región fronto- témporo-occipital. que comparte características clínicas con la cefalea en racimos y con la neu- ralgia trigeminal. Su etiología se desconoce y el dolor es de muy difícil tra- tamiento; en ocasiones con la carbanwzepina puede obtenerse buena res- puesta. CEFALEAS POR CONTRACCIÓN MUSCULAR Cefalea de tensión Es una cefalea continua, unilateral o bilateral, constrictiva (el paciente refie- re que es como si le apretara la cabeza un casco o una vincha) y a menudo toma las regiones frontal y temporal, con sensación de tensión en los músculos de la nuca (véase fig. ·11-2). Generalmente cotidiana, comienza por la tarde y el dolor constante se extiende por espacio de días, semanas o incluso años. Se observa sobre todo en mujeres tensas y ansiosas. Desde el punto de vista terapéutico, los relajantes musculares de tipo natu- ral suelen ser beneficiosos (magnesio). Si no, puede recurrirse al dinzepam o el lo- razepnm en dosis de 1-2 mg, dos o tres veces al día, que alivian el dolor por sus efectos miorrelajantes. La aplicación de calor local y la masoterapia -deben evi- tarse los proced imientos de tracción- pueden resultar útiles. Disfunción de la articulación temporomandibular También llamada síndrome de Costen, se trata de una neuralgia ocasionada por una disfunción de la articulación temporomaxilar. El dolor se localiza en el oído y en la zona del maxilar inferior, es unilateral y aumenta con la mastica- ción. La palpación de la articulación es dolorosa, sobre todo cuando se le pide al paciente que abra y cierre la boca. Puede depender de un proceso artrósico o reumático de la articulación, o de mala oclusión dentaria. Debe tratarse la causa. Las benzodiazepinas suelen ser beneficiosas. CEFALEA Y ALGIAS CRANEOFACIALES 83 Fig. 11-3. Arteritís temporal. Ingurgitación de la arteria temporal con dolor a la palpación o la presión de ésta. CEFALEAS POR TRACCIÓN-INFLAMACIÓN Arteritis temporal Es una cefalea que se observa en personas mayores de 60 años. Cursa con do- lor temporooccipital o frontooccipital, unilateral o bilateral. Hay dolor exquisi- to a la palpación o la presión de la arteria tempora l (véase fig. 11-3). Casi siem- pre se acompaña de compromiso de la cintura escapular y más raramente la pel- viana (polimialgia reumática). La complicación más frecuente es la amaurosis, de aparición brusca e irreversible, por compromiso de la arteria central de la re- tina. Un elemento frecuente que ayuda a confirmar la enfermedad es la eritro- s~~entación acelerada, a veces por encima de 100 mm en la primera hora (ca- si siempre mayor de 50). La biopsia de la arteria temporal puede confirmar la lesión correspondiente. Fig. 11-4. Neuralgia del trigémino (rama maxi· lar superior). Propagación del dolor que nace en el canino superior {1) hacia el ojo (2). https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 11 84 NEUROLOGiA EN ESQUEMAS El paciente se queja de cefalea persisten-~ te o recurrente ¿La cefalea es de aparición gradual, de 4 a 6 horas de duración y asociada con náuseas, vómi- tos y trastornos vi- suales? l SÍ T Sospeche jaqueca o migraña, espe- cialmente si existen antecedentes fa - miliares ' Examine la cabeza, el cuello y los ojos del paciente en bus- ca de patología y realice una inspec- ción neurológica y de los campos vi- suales Prescriba pizotifeno o betabloqueantes como profilácticos y ergotamina para los ataques agudos NO ~ Investigue los ante- cedentes respecto al inicio, duración y sín- tomas asociados Descarte traumatis- mos craneanos re- cientes y cefalea pospunción lumbar ¿Las cefaleas son de aparición súbita, de menos de dos horas de duración y asociadas con lagri- meo, rinorrea y con- gestión nasal? SÍ Sospeche cefaleas paroxíst icas (cefa- lalgia en racimos), especialmente si los ataques son noctur- nos Examine la cabeza, el cuello y los ojos del paciente en bus- ca de signos físicos anormales y realice una inspección neu- rológica y de los campos visuales Prescriba corticoides o litio para reducir el número de ataques. La periodicidad de éstos hace difícil la evaluación de la te- rapéutica NO i--... ¿Las cefaleas son continuas y persisten- tes? ¿Se localizan en el occipucio o son co- mo una banda de ten- sión alrededor de la cabeza? ~sí Sospeche cefalea ten- sional, especialmente si se agrava con las preocupaciones, la an- siedad u otras altera- ciones emocionales Investigue la presen- cia de rigidez o de hi- persensibilidad en la nuca, en la región su- perior de los hombros y en los músculos cer- canos al occipucio Examine la cabeza, el cuello y los ojos del pa- ciente en busca de sig- nos físicos anormales y realice una inspección neurológica y de los campos visuales NO ¿Han aumentado las cefaleas en duración y ~ severidad, sin periodi- r-----...-----~I cidad específica o in- tervalos entre los ata- ques? sí ¿Acusa el paciente fiebre sin causa apa- rente y además rigi- dez de la nuca? SÍ Sospeche encefal itis o meningitis Hospitalice al pacien- te y ordene punción lumbar Fig. 11-5. Diagnóstico de la cefalea crónica. Modificado de: 100 Diagramas Clínicos. México: lnteramericana; 1979. CEFALEA Y ALGIAS CRANEOFACIALES 85 NO -----.. ¿Acusa el paciente dolores músculo-arti- culares y disturbios vi- suales? -------~sí NO -----.. Si el dolor es unilateral y ocurre siempre en la misma región, sospe- che una lesión localiza- da como neurinoma, aneurisma, meningio- ma o tumor cerebral Realice un examen neurológico. Investi- gue signos neurológi- cos focales como ani- socoria y ausencia de reflejos córneos ' Pida tomografía com- putarizada cerebralo resonancia magnética. Si hay sospecha de aneurisma, ordene ar- teriografía Si no se descubren al- teraciones orgánicas, sospeche cefalea de origen psicosomático r Examine los ojos, oí- dos, nariz y dientes del paciente en busca de hi- persensibilidad u otras evidencias de patolo- gía local. Descarte al- teraciones en los cam- pos visuales o hiper- tensión arterial severa ¿Se encuentran ele- vadas la tasa de sedi- mentación globular y la cuenta leucocitaria? ~SÍ Sospeche arteritis tem- poral educa.p https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org l 1 11 I 86 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS El tratamiento, que debe ser precoz para no exponer al enfermo a la compli- cación mencionada, se efectúa con prednisona en dosis de 40-60 mg/ día, que se mantendrá durante un tiempo prudencial y luego se reducirá cuidadosamente hasta lograr la dosis de mantenimiento (5-10 mg/día). El tratamiento no debe ser inferior a 6 meses. NEURALGIAS CRANEANAS Neuralgia del trigémino Ya fue analizada en el capítulo referido a pares craneanos (véanse fig. 11-4 y cap. 2). Neuralgia del glosofaríngeo La neuralgia del glosofaríngeo o síndrome de Wilfred Harris se caracteriza por la producción de accesos álgicos que se extienden a la parte posterior de la len- gua y se irradian hacia la amígdala, la laringe y a veces al oído. El dolor es desde el comienzo muy intenso y de corta duración, para desaparecer y volver a aparecer varias veces en el día. Siempre es unilateral. La neuralgia en general es idiopática; otras veces puede ser la manifestación inicial de una neoplasia de las amígdalas, la lengua o la faringe, de tumores del ángulo pontocerebeloso o de la base del cráneo. La carbamazepina puede aliviar los accesos. REGLAS ÚTILES PARA TENER EN CUENTA EN EL PACIENTE l. En la migraña clásica o común, en la cefalea en racimos y en la cefalea de ten- sión, el diagnóstico siempre es clínico. Por ello, en principio, la tomografía computarizada cerebral resu lta innecesaria . 2. La cefalea de comienzo reciente, atípica, persistente, en individuos sin ante- cedentes de historia familiar, debe ser, por el contrario, estudiada adecuada- mente (tomografía, resonancia magnética). 3. El electroencefalograma es poco útil en el estudio de las cefa leas. Por el con- trario, la radiografía de cráneo o la misma tomografía se practicarán si se sos- pecha anormalidad de la base del cráneo, lesiones selares o supraselares y luego de traumatismos craneoencefálicos. 4. La punción lumbar se practicará en casos de cefalea aguda con fiebre y pue- de indicarse en cefaleas fulminan tes o intensas en donde la sospecha de he- morragia subaracnoidea sea franca (previa tomografía que, por otra parte, puede obviarla). En otros tipos de cefalea (rigidez de nuca sin fiebre) debe posponerse hasta después de la tomografía, ya que precisamente estos ele- mentos pueden indicar que se está ante la presencia de una hernia de las amígdalas cercbclosas en el agujero occipital por un tumor. 5. Debe tenerse en cuenta que un grupo importante de drogas son causa de ce- falea (analgésicos, antirreumáticos, timolépticos, ergotamina como ya se mencionó, reserpina, calcioantagonistas, anovulatorios, corticoides, nitratos, antiarrítmicos, entre otros). Puede existir una exacerbación del dolor al cesar la medicación, que suele mejorar con betabloqueantes o amitriptilina. Suele aso- ciarse con palidez, caída del pelo, anorexia y náuseas, que en el 90% de Jos casos se observan en pacientes mujeres. CEFALEA Y ALGIAS CRANEOFACIALES 87 En l~ fig~ra.11-5 se esquematiza la forma de conducirse frente a un pacien- te con diagnostico de cefalea crónica. BIBLIOGRAFÍA A_iello PO, et ~l. Visual prognosis in giant cell arteritis. Ophtalmology 1993;100:550. BJller J .. (ed .) l rnct1cal. neurology. Philadelph1a: L1ppmcott-Raven Publishers; 1997. Daless~o DJ: Sllberstem SO. Wolff's headache and other hcad pain. 61h ed. New York: Oxford Umvers1ty Press; 1993. Diamond S. Headache. 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Reliab il ity o( an illncss severity m.easure for headache m a population sample of m1gramc sufferers. Ccphalalgia 1998;18:44-51. educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Capítulo 12 Radiculitis, polineuritis y plexopatías RADICULITIS Con el nombre de radiculitis se conocen los síndromes sensitivos o sensitivomo- tores, caracterizados por la distribució11 rndiculnr (véase fig. 12-1) y ocasionados ge- neralmente por una compresión de las raíces nerviosas en los agujeros de conjun- ción, que está motivada por hernia de disco intervertebral, hiperostosis o tumores. Las hernias discales más frecuentes se producen en la columna lumbar. Su lo- calización más común es a nivel de los espacios entre la 4~ y s~ vértebra lumbar (comprime la raíz L4) y entre las~ lumbar y la P vértebra sacra (comprime la raíz L5). Por consiguiente son causa de un cuadro ciático radicular. Se inicia con dolores lumbares o ciáticos, o ambos a la vez, que se exacerban con los esfuerzos y mejoran mucho con el reposo; estos dolores suelen recrude- cer también con la tos y el estornudo y, lo que es muy importante, con los es- fuerzos defccatorios. En el examen físico se comprueba la existencia de paresia con hipotonía y, eventualmente, atrofia de los grupos musculares afectados. El signo de Lasegue* se encuentra presente. Puede haber dolor a la presión de la apófisis espinosa de la vértebra vecina a la raíz comprimida. Si la raíz afectada es la L5, el dolor se irra- dia por la cara externa del muslo y anteroexterna de la pierna, para llegar a la ca- ra anterior y el borde interno del pie, hasta el dedo gordo. La flexión dorsal del pie está perturbada: el enfermo no puede caminar sobre sus talones. Si la raíz comprometida es la S1, el dolor se irradia por la cara posteroextcrna del muslo y la pierna, al borde externo del pie inclL1yendo el último dedo. El reflejo aquiliano en estos casos está abolido; la fuerza de flexión de los dedos y la flexión plantar del pie están disminuidas: el enfermo no puede caminar con la punta del pie con el miembro enfermo. El cuadro clínico se acompaña de hipoes tesia o anestesia que corresponde a los dermatomas afectados. La tomog rafía computarizada y la resonancia magnética de la columna lumbar ponen de manifiesto el pinzamiento o la reducción del espacio intervertcbral correspondiente. " El signo de Lasegue se investiga estando el paciente en decúbito dorsal y con el miembro inferior extendido. Se toma el miembro por el pie y se levanta suave- mente cuidando que la rodilla no se flexione, es decir, que el miembro permanez- ca siempre extendido. Aparece entonces un dolor vivo en el trayecto del ciático. Otros signos que se describen son los de Bonnet, Chiray, Gowers-Bragard, Turyn, .aucap Neri y Feuerstein (véase Fustinoni. Semiología del sistema nervioso). https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org I' 1 1 l 1 90 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS Cara anterior Cara posterior Fig. 12-1. Distribución radicular de la sensibilidad en caras anterior y posterior. Otra localizaciónimportante, aunque menos frecuente, es la de la column.a cervical baja, generalmente entre la 6ª y la 7il vértebra cervical o entre esta últi- ma y la 8il cervica l. Difiere de la localización lumbar en que puede provocar, además de la compresión radicular, un cuadro de compresión medular qu.c a veces puede simular esclerosis lateral amiotrófíca, pero asociada. con braqu~~l gias muy intensas que no presenta aquélla. A veces puede ocas1~:>nar tamb1e~ síndrome de Brown-Séquard incompleto. Mediante la tomografía computari- zada o Ja resonancia magnética puede asegurarse el diagnóstico. RADICULITIS, POLINEURITIS Y PLEXOPATÍAS 91 N. genito- crural N. abdomino· genital N. ciático Fig. 12-2. Distribución periférica de la sensibilidad en miembros superiores e inferiores. POLINEURITIS . Se designa así a una afección caracterizada por Ja inflamación de varios ner- VIos periféricos, aguda o crónica, simultánea, distal y simétrica, que afecta a la vez las fibras motoras y las sensitivas, a veces más a unas que a otras. Cuando co~r_ro.mete, por el contrario, varios nervios contiguos o separados, en forma as1metrica, se conoce con el nombre de mononeuritis múltiple. Sólo excepcio- n~l~ente son afectados los pares craneanos. En la figura 12-2 se esquematiza la distribución periférica de la sensibilidad . . La etiología de las polineuritis es la siguiente: a) infecciosa (SIDA, lepra, tnpanosomiasis, borrcliosis); b) in111u110/ógica (gammapatías monoclonales -m1eloma, macroglobulinemia de Wa ldenstrom, arniloidosis-, síndrome de Gu_illain-Barré, polineuritis infecciosa aguda, pMainfeccioncs virales o bac- tenanas - mononucleosis infecciosa, brucclosis-, paraneoplásica - en carcino- ~as ~e pulmón, mama o tracto gastrointestinal-); c) granulomatosa-inflanrato- rta (su:1dro.me de Melkcrsson-Rosenthal, sarcoidosis); d) por toxinas bacteria- n~s (difteria); e) de origen 111etab6lico (alcohólica-nutricional, u remia, porfiria, diabetes); f) de causa vascular (poliarteritis nudosa, lupus eritematoso disemi- hado ); ~) tóxica (arsénico, insecticidas clorados, plomo, oro, mercurio, talio); ) medicamentosa (sulfamidas, isoniacida, amiodarona difcnilhidantoína vin;ristina, _cisplatino). Finalmente existe un grupo impo 1 rtante de polineuro~ pat~as heredzt~rzas (en~ermedad .de S:harcot-Marie-Tooth y de_Déjerine-Sottas, polmeuropaha sensitiva hered1tana y otras) y que acompanan a ciertas en- fermedades metabólicas (enfermedad de Tangier, de Refsum y de Fabry, síndro- me de Bassen-Kornzweig y leucodistrofia metacromática). https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 92 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS Las mononeuritis miíltiples se observan en la diabetes, la lepra, algunas cola- genopatías como Ja periarteritis nudosa y en ciertas enfermedades de la sangre y del sistema reticuloendoteli al. Desde el punto de vista clínico, las polineuritis presentan los siguientes sín- tomas y s ignos: 1) trastornos motores: paresia o parálisis, tipo neurona motora pe- riférica, con hipotonía o flaccide~, y atrofia muscular (cuando la parálisis toma el ciático poplíteo externo, da lugar a la marcha en sf'eppnge); 2) trnstomos sensitivos: parestesias en forma de hormigueos, adormecimiento o sensación de pinchazos, dolor a la presión de las masas musculares y de Jos troncos nerviosos, perturba- ciones de la sensibilidad objetiva de distribución periférica (hipoestesia o anes- tesia primeramente distal en bota o en guante); 3) trastornos tróficos (es común la piel lisa y brillante -glossy ski11-) que aparecen en general luego de unas semanas de evolución; 4) ma11ifestacio11es atáxicas: por compromiso de la sensibilidad pro- funda consciente (no son muy comunes pero pueden presentarse sobre todo en la diabetes -seudota/7es polineurítica-); 5) trastornos reflejos (hiporreflexia o arrefle- xia profunda) en el área de distribucicín de los nervios afectados. Diagnóstico Podemos realizar el diagnóstico de polineuritis cuando un paciente presenta síntomas sensitivos en el pie, de evolución progresiva y s imétrica, pérdida de la sensibilidad distal que va disminuyendo hacia la raíz del miembro, ligera debi- lidad distal en las extremidades inferiores y ausencia del reflejo aquiliano. El síndrome polineurítico debe diferenciarse de los síndromes sensitivos me- dulares. Ambos pueden acompañarse de disociación de la sensibilidad, pero la pérd ida sensitiva en las lesiones medulares suele estar restringida a los segmen- tos corporales que se encuentran por debajo del nivel lesi(l1rnl. Por el contrario, cuando una polineuritis da lugar a la pérdida de la sensibilidad por encima de las rodillas, las fibras que inervan la yema de los dedos de las manos ya se en- cuentran también afectadas, mientras que en una lesión medular dorsal las ex- tremidades superiores suelen no comprometerse. Asimismo, la presencia de sig- nos pira midales y esfinterianos descartará una polincuropatín y abonará a favor de un compromiso medular. Lo más difícil en las polineuritis es identificar la etiología. Un interrogatorio adecuado (historia familiar, infección reciente, existencia de síntomas gastroin- testinales, antecedentes de drogas o de exposición a tóxicos, estado de nutri- ción) es fundamental. Por otra parte el examen clínico es de vital importancia y además de la semiología neurológica se recabará en lo sigu iente: existencia de rash cutáneo (porfiria, lepra, causa nutricional, lupus, enfermedad de Refsum), hipertensión arterial (poliartcritis nudosa, uremia), ribete de Burton (plomo), hipertrofia de amígdalas y esplenomcgalia (enfermedad de Tangier), líneas un- gu lares de Mees (arsénico), faring itis (difteria, mononucleosis infecciosa), linfa- denopatía (mononudeosis, sa rcoidosis, neoplasia), hepatomegalia y amaurosis (alcohol), alopecia (talio), disfagin (difteria), entre otros elementos. Cuando predominen lns alteraciones motoras, hay que descartar: síndrome de Cuillain-Barré, saturnismo, d ifteria, porfiria y enfermedad de Charcot-Ma- rie-Tooth; si predominan las sensitivas: diabetes, alcohol, nutricionales, para- neoplásica, toxicidad por arsénico o medicamentos, amiloidosis y enfermedad de Tangier. Si la polineuropatía afecta los nervios autónomos, manifestándose por hipotensión ortostática, impotencia sexual e incontinencia: diabetes, gam- mapatía monoclonal, enfermedades de Refsum y Fabry. Finalmente, la instala- ción brusca del cuadro hará sospechar el síndrome de Cuillain-Barré, porfiria o toxicidad arsenical. RADICULITIS, POLINEURITIS Y PLEXOPATÍAS 93 ~l labor~t,orio deb~ incluir lo siguiente: recuento sanguíneo completo, eritro- sedimentac1on, u_r~m1a, prueba de tolerancia a la glucosa, colesterol, protcino- grama el_ectroforet1co y C?la~enograma, serología luética, anticuerpos antiborre- lia, dosaJe.de hor~onas hr~1deas (~3 y T4), d?saje de vitamina 8 121 dosaje de plo- rno, arsernco y talio, aná l1s1s de orina (que mcluya porfobilinógeno, porfirinas totales y sulfuro). La electromiografía dem.uestra la existencia de desnervación pero también de- be medir la velocidad de conducción nerviosa, que nos permite hacer la discrimi- nación entre poli11e11ropnfí11s 11xo11nles con velocidad de conducción normal (toxico- medicamentosas, nutricionaJcs, metabólicas y en las e1úermcdades de Refsum, Thngier y leucodistrofia metacromática) y des111ieli11iza11tes con velocidad de con- ducción disminuida (toxicidad por plomo, hipotiroidismo, diabetes - también es causa de polincuropatía axonal-, poliarteritis nudosa y lupus eritematoso). No debe obviarse la radiografía de tórax (sarcoidosis, neoplasia). Por úl- timo, la biopsia del nervio puede contribuir al diagnóstico de polineuropa- tía por amiloidosis, sa rcoidos is, leucodistrofia metacromática y vasculitis. En las poi i neu ropa tías hereditarias (Charcot-Marie-Tooth, Déjérine-Sot tas) revela la ex istencia d e "b ulbos en catáfila de cebolla" (011io11 /7ulbs). Por otra parte, en estas últimas puede ser importante el estudio genético.Algunos ti- pos de enfermedad de Charcot-Marie-Tooth presentan mutaciones en el bra- zo corto del cromosoma l, aunque son más frecuentes las correspondientes al cromosoma 17. Tratamiento El pronóstico y el tratamiento dependen de la etiología, es decir, de la causa específica de la polineuJitis. Así se evitará el contacto con tóxicos y metnles pe- sados, se administrarán vitaminas o antibióticos, se hará un control ajustado de la glucemia en plasma, o bien se tratará el cuadro neoplásico con el cual se co- rrelaciona (inmunosupresores, radioterapia). POLIRRADICULONEURITIS O SÍNDROME DE GUILLAIN-BARRÉ El síndrome de Cuillain-Barré se caracteriza por la instnlación brusca de un cuadro de parálisis arrefléxica con escasas alteraciones sensitivas, una a tres se- manas después de un cuadro infeccioso respiratorio o gripal. Comienza con pa- restesias y paresia de los pies para evolucionar a una parálisis que va ascendien- do con el transcurso de los días. Es común la afectación del VII par que causa parálisis facial periférica bilateral. En un pequeño porcentaje de pacientes se producen fallas respiratorias mecánicas que requieren la terapia asistida. Luego de ,2 a 4 semanas se observa un incremento de proteínas en el líquido cefolorra- qu1deo con celularidad normal - disociación proleinocifológica- . Existe dismim1- ción de la velocidad de conducción en la mayoría de los ~asos. La recuperación es la regla en un gran porcentaje de pacientes y en el tra ns- cu_rso de hasta seis meses, aunque algunos requieren un tiempo mayor. Se rcco- nuenda el tratnmiento fisioterápico precoz. Los corticoides en dosis altas no de- m?~traron mayor beneficio. La plasmaféresis en etapas tempranas puede ser de utilidad, al igual que el suministro de inmunoglobulinas. . Un estudio reciente compara los resultados del tratamiento con plasmafére- s1s y con inmunoglobulinas intravenosas. La evolución de los pacientes tratados c_on inmunoglobulinas fue mejor en cuanto a la recuperación funcional y en el hempo de hospitalización, con respecto a la de los tratados con plasmaféresis. oducop https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1 1 1 1 ! 11 94 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS En la figura 12-3 se resume .el cuadro clínico del síndrome de Guillain-Barré. A veces diplejía facial Estado infeccioso previo Arreflexia profunda (-) LCR Disociación proteí no-citológ ica ~ \1 La parálisis se extiende a los miembros superiores Paraplejía fláccida (- ) Parestesias Fig. 12-3. Manifestaciones clínicas del síndrome de Guillain-Barré. RADICULITIS, POLINEURITIS Y PLEXOPATÍAS 95 ENFERMEDADES DE LOS PLEXOS NERVIOSOS Parálisis del plexo cervical. Etiología. Los traumatismos y las heridas del cuello y de la nuca, las lesiones de la columna cervical (hernia de disco, reuma- tismo), las adenopatías del cuello y los procesos inflamatorios que actúan por compresión o inflamación de las distintas ramas que constituyen el plexo cervi- cal pueden producir esta parálisis. Cuadro clínico. Se caracteriza por dolor en la región suboccipital, territorio del nervio occipital mayor, parestesias en esta zona, dolores en la base del hemitó- rax con las manifestaciones características de la neuralgia frénica y parálisis dia- fragmática. Pronóstico. Está en relación con la causa. Tratamiento. Depende de la etiología. · Parálisis del plexo braquial. Etiología. Traumatismos, compresiones tumora- les1 especialmente por carcinoma del ápice pulmonar (tumor de Pancoast), o por adenopatías, compresión por costillas supernumerarias, traumatismos obs- tétricos, procesos infecciosos o tóxicos. Cuadro clínico. La parálisis puede ser total o parcial; en el primer caso, todo el miembro superior incluido el hombro está paralizado; la parálisis se acompaña de hipotonía, atrofia muscular y arreflexia o hiporreflexia. Hay, además, aneste- sia de la mano, del antebrazo y a veces de la cara externa del brazo, y síndrome de Claude Bernard-Horner del mismo lado. En las parálisis parciales se distinguen el tipo superior o de Duchenne-Erb, en el que la lesión afecta la Sil y la 6~ raíz cervical, el tipo medio por lesión de la 7ª raíz cervical y el tipo inferior o de Déjerine-Klumpke, donde están afectadas la 8ª raíz cervical y la primera dorsal. En la parálisis de Duchenne-Erb están comprometidos los músculos deltoi- des, supraespinoso e infraespinoso, romboides, bíceps, braquial anterior y supi- nador largo, lo que ocasiona la imposibilidad de elevar el brazo y flexionar el codo, por lo cual aquél queda colgando a lo largo del tronco en rotación inter- na. Los músculos afectados se atrofian, hay hipoestesia o anestesia de la piel de la zona deltoidea y arreflexia bicipital y esti lorradial. ,. En el tipo de Déjerine-Klumpke se paralizan los movimientos de la mano y de los dedos. Hay atrofia de los interóseos y de las eminencias tenar e hipote- nar; la mano adopta Ja deformación en garra por predomin io de los flexores lar- gos; hay anestesia de la mitad interna de la mano y del antebrazo, y puede aña- dirse el síndrome de Claude Bernard-Horner. Pronóstico y tratamiento. Análogos a los de la parálisis del plexo cervical. Parálisis del plexo lumbosacro. Etiología. Es menos común el origen traumá- tico con respecto a las otras plexopatías. Puede obedecer a compresión tumoral Y en la mujer tienen importancia las neoplasias del aparato genital. También puede tratarse de tumores óseos de la pelvis. Hay causas inflamatorias de natu- raleza infecciosa, tóxica o carencial. . Cuadro clínico. Se producen dolores que siguen la cara posterior del miembro inferior, parálisis del cuádriceps, el psoas ilíaco, los aductores y del territorio del ciático poplíteo interno o externo, determinando -este último- la imposibilidad de extender el pie que se halla en equinismo. También pueden observarse alte- raciones tróficas de la piel y las uñas y trastornos de la sensibilidad que abarcan la parte externa y posterior de la pierna. Pronóstico y tratamiento. Como en el caso anterior. educa.p https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 96 NEUROLOGIA EN ESQUEMAS BIBLIOGRAFÍA Asbury AK, Gilliatt RW. Pcriphcral ncrve d isorders. London: Buttcrworth; 1984. Dyck PJ, Thomas PK, Criffin JW, Low PA, Poduslo JF, editors. Peripheral neuropathy. 3..i cd. Philadelphia: WB Saundcrs; 1993. Fustinoni O, Fustinoni O (h.), Fustinoni JC. Semiología del sistema nervioso. 13• ed. Buenos Ai- res: Editorinl El Atcm.'O; 1997. Lenemnn F. Thc Guillain-Barré syndrome: defüútion, etiology, and rcview of 1100 cases. Arch lnlern Med 1966;118:39. Martínez Yélamos A, Huerta Villanueva M, Olivé Plana M, Montero Homs J, Scrra Catafau ), Martínez-Malos JA. Tratamiento del síndrome de Guillain-Barré: ¿inmunoglobulinas o plasmaféresis? Neurología 1998;4:166-9. Schaumburg HH, Bergcr AR, Thomas PK. Disordcrs of peripheral nerve. 2"" ed. Philadclphia: FJ\ Oavis; 1992. Swash M, Schwart:t. MS. l\'euromuscular diseases. London: Springer-Verlag; 1988. Yu RK, et al. Autoimmune mechanisms in periphcral neuropathies. Ann euro! 1990;27 (Suppl):S30. Capítulo 13 Parálisis de nervios aislados Las parálisis de nervios aislados se presentan con relativa frecuencia en la práctica neurológica diaria. Desde el punto de vista fisiopatológico, general- mente obedecen a traumatismos, compresión o atrapamiento. En la extremidad superior suelen afecta rse los nervios serrato mayor, circunflejo, radial, mediano y cubital, y en la extremidad inferior, los nervios ciático poplíteo externo e in- terno, así como el crural, el obturador y el fe morocutáneo. Analizaremos suce- sivamente todos estos cuadros y sus causas. NERVIO SERRATO MAYOR Su lesión da lugar a la pará lisis del músculo serrato mayor. Cuando el enfer- mo lleva su brazo hacia arriba, se observa que la escápula se levanta y hace pro- cidencia en la parte inferior de su borde interno (esaíp11/n nlndn). La cnusn está da- da generalmente por heridas, traumatismoso compresione~ que lesionan el ner- vio en su trayecto. NERVIO CIRCUNFLEJO Su parálisis afecta el músculo deltoides. La abducción del brazo es imposi- ble. El músculo se atrofia y existen alteraciones de la sensibilidad a nivel del hombro y de la parte externa y superior del brazo. Esta parálisis suele ser secun- daria a afecciones traumáticas de la cabe:.i:a del húmero (fracturas, luxaciones). Otras veces se debe a mononeuritis diabética. NERVIO RADIAL Es el nervío de la extensión del 111ie111l1ro superior. Su lesión origina la pa rálisis de los músculos extensores del antebrazo y de la mano que cuelga doblada sobre el antebrazo (muñeca caída). Los dedos están semidoblados en la palma de lama- n? y su extensión es imposible, lo mismo que levantar la mano. Pueden existir diversos trastornos de la sensibilidad según el nivel de la lesión (hipoalgesia del dorso del pulgar, del índice, de la mitad externa del medio -con excepción de l~s dos últimas falanges del índice y el medio- y del lado radial de la mano s1 la lesión es alta, o del pliegue entre el pulgar y el índice si la lesión es baja) https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 11' 98 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS 2 Fig. 13-1. Trastornos sensitivos por lesión del radial. 1, por lesión alta; 2, baja. (véase fig. 13-1). Si obedece al saturnismo, la parálisis es simétrica, bilatera l y respeta siempre el supinador largo. En la parálisis saturnina, el segundo y el cuarto dedos pueden quedar indemnes y conservar la capacidad de extensión (la mano adopta la actitud de "hacer los cuernos"). La parálisis radial puede de- berse a una fractura de la diáfisis del húmero, un traumatismo en codo, tumo- res de la vaina de los supinadores (fibromas, ganglión), la fractura del radio con desplazamiento o queiralgia parestésica. NERVIO MEDIANO El 11ervio media110 es el neruio de la oposición del pulgar y comparte co11 el cubital In función de flexión de la 111nno sobre el antebrazo. Su lesión origina la parálisis de la pronación del antebrazo, de la flexión de la última falange del pu lga r y de los dedos índice y mayor. La flexión de la muñeca produce su desviación hacia adentro, o sea hacia el lado cubital. Hay parálisis de los músculos de la eminen- cia tenar, lo que impide el movimiento de oposición del pulgar. Esta pará lisis se pone de manifies to por las pruebas de Froment. La eminencia tenar se aplana a consecuencia de la atrofia de sus músculos. También existe anestesia de la carn palmar del pulga1~ del índice y del dedo medio, la mitad externa del anular y los dos tercios externos de la palma de la mano. En la cara dorsal, las dos últi- mas falanges del índice, del dedo medio y del borde externo del anular (véase fig. 13-2). Cuando el nervio está lesionado a nivel de la muñeca sólo se observa la parálisis de la flex ión de la mano y de los dedos ya indicados. La lesión r,ue- de esta r situada en la cara interna del brazo (intervención quirúrgica, apofisis supracondílea), el pliegue del codo (luxación y fracturas, presión por vendaje), el antebrazo proximal (síndrome interóseo anterior por fibrosis ligamentosa -Kiloh Nevi11- ), el antebrazo distal y la zona flexora de la muñeca (fracturas, lu- xaciones), el túnel carpiano, la palma de la mano (yeso). PARÁLISIS DE NERVIOS AISLADOS 99 Palma Dorso Fig. 13-2. Trastornos sensitivos por lesión del mediano. En negro, pérdida de sensibilidad protopática; en grisado, pérdida de sensibilidad epicrítica. El área de anestesia epicrítica es mayor que la protopática. El síndrome del túnel carpiano se caracteriza por la presencia de parestesias y a veces dolor, casi siempre nocturnos, localizados en la mitad externa de la mano, debilidad muscular y atrofia de los músculos de la eminencia tenar. A veces existe hipoestesia objetiva de la mitad externa de la cara palmar de la mano, la c~a palmar de los tres primeros dedos y la mitad externa del anular. La percu- sión del nervio mediano a la altura del ligamento anular del carpo produce pa- res~esias en la zona de distribución sensitiva del mediano (signo de Tinel). La ve- loadad de conducción del nervio mediano está retardada a nivel de la muñeca. Baker y Baker reconocen 25 causas de síndrome del túnel carpiano: espontánea, traumática, neuropatía ocupacional, preñez, artrosis, artritis reumatoidea, dia- be.tes, ganglión, anomalía congénita, mixedema, acromegalia, lupus, escleroder- m~a, gota, lepra, tuberculosis, infecciones piógenas, sarcoidosis, arniloidosis y m1eloma múltiple, mucopolisacaridosis, insuficiencia cardíaca congestiva, en- f~rmedad de Paget, fístula arteriovenosa del antebrazo, familiar y tumores be- nignos. NERVIO CUBITAL El nervio cubital es el nervio de In prensión y de los movimientos de abducción -r¡ ad~cción (movimientos laterales) de los dedos. La parálisis total del cubital se carac- ten::~ por la imposibilidad de flexionar la mano, la tercera falange de los dedos n:i;.mque y anular, y de realizar el movimiento de abanico de los dedos (separa- c1on y aproximación alternada de éstos). La mano adopta una actitud en garra (garra cubital): los dos últimos dedos, a veces también el índice y el medio, pre- ~entan sus primeras falanges en extensión y sus dos últimas en flexión. Existe la imposibilidad de realizar Ja aducción del pulgar. Hay aplanamiento de la emi- nencia hipotenar por atrofia de sus músculos. La anestesia toma la cara dorsal .OUcap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 100 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS Dorso Palma Fig. 13-3. Trastornos sensitivos por lesión del cubital. En negro, anestesia protopática; en grisado, epicrítica. de la mitad interna de la mano y de los dedos hasta el eje del dedo medio, sal- vo las dos últimas falanges del anular. En la cara palmar toma el tercio interno de la mano, el dedo meñique y la mitad interna del anular (véase fig. 13-3). Exis- ten d iferencias scmiológicas según la lesión se asiente en el antebrazo o en la muñeca. Las causas de la parálisis cubital están dadas por lesiones en el antebra- zo o en el codo (traumatismos, luxación, compresión), la mu11cca (compresión, estrechamiento de la vaina de Guyon) y la pal ma de la mano (compresión). El estudio clectromiográfico puede poner de manifiesto un retardo en la velocidad de conducción nerviosa a diversas alluras. NERVIO CIÁTICO POPLÍTEO EXTERNO La lesión de este nervio origina la imposibilidad de extender (flexión dorsal) el pie sobre la p ierna, por lo que el enfermo al caminar levanta la pierna en alto que roza el sucio al andar (111nrcha e11 steppnge). Asimismo, hay imposibilidad de exten- der el dedo gordo del pie y de abducirlo. La anestesia toma el dorso del pie y Ja cara externa de la pierna. A veces esta parálisis puede estar disociada, es decir, afectar sólo el musculocutáneo o el tibia! anterior. En el primer caso, el pie se des- vía hacia adentro; en el segundo, ha}' cquinismo pero es posible Ja abducción del pie. Esta parálisis puede estar dada por mononeuritis de diversa etiología, com- presión del nervio, traumatismos, exostosis de la cabeza del peroné o procesos quirúrgicos diversos (prótesis articulares, osteotomías modificadoras). NERVIO CIÁTICO POPLÍTEO INTERNO Cuando se lesiona este nervio, el enfermo no puede flexionar el pie ni los de- dos. Estos últimos adoptan una actitud en garra similar a la cubital. El paciente PARÁLISIS DE NERVIOS AISLADOS 101 marcha apoyándose sobre el talón La . diéndose por la porción externa d~I d ane~tes 1a toma la planta del pie, exten- del dorso de los tres restantes Las 1 .orso as~a los dedos 42 y 5!!, y el extremo t . · es1ones estan dadaspo. vos, raumat1smos, enfermedad reumáti ( . . ' r. procesos comprcsi- túncl tarsiano (la vaina comprime el ca. art,ntis reumato1dea) o síndrome del nervio p antar). NERVIO CRURAL Su lesión produce parálisis de la e t . , . ra anterior del muslo que se extic d x ens10n de l~ pierna y anestesia en la ca- Si la lesión es más t1lt~ el enfcrmonoc pordla ~ar~ interna de lt1 pierna y el pie. Las cnusns de la pt1rá lÍsis están da~ pue e .ex1onar el m~slo sobre la pelvis. pe~vi,an<;>s múltiples, lesiones en Ja ~ feºre:es1oncs retrop.enton~ales, procesos qmrurgICas divers<1s). g ' muslo 0 la pierna (mtervenciones NERVIO OBTURADOR Su compromiso produce la anest . d ~ 1 • sis de los músculos aductores. Es\~ ~:~s e ' a c~ra mte.rna del m':1slo y la paráli- (tumores, traumatismos). ect enc1<1 de diversas Ies10nes pelvi<1nas NERVIO FEMOROCUTÁNEO Su lesión da lugar a hipoestesia de la cara , . tarse asimismo por compromiso neurál i cxt.e1 na_ del mu~I?. Puede manifes- de parestesias, hormigueo y piel tirante g ~~ t~~rn¡gza pnrestes1cn) con senst1ción puede ser provocada o exacerbarse o f . ~ a misma zona, sensación que perior. Puede originarse por c01~prer r a ~rcsd1?11 de la .espina ilíaca anterosu- cada crural. rones e iversa etiología a nivel de la ar- TRATAMIENTO . El tratamiento de todos estos cuadr d d . . , mtenta, cuando obedece a causas com os . cpen _e de la eh?}ogta, pero lo que se so correspondiente mediante técnicaf re~~;~s, es la hber~c:ron del t~~nco nervio- fundamental en Ja rehabilitación de cst q . rg1cas propicias. La fisioterapia es tará estrictamente relacionado 1 ~ pacientes. Otras veces el tratamiento es- con a e crmedad de base (diabetes). BIBLIOGRAFÍA Aids to the lnvcstigation of p · ¡ 1 B ce; 1986. enp \era Nerve Injuries. London: Her Majesty's Stationery Offi- D~~~BÓ~~~~k~t ~li~~f¡~~~uro¿Í{'.")'É I larper & Row; 1982 .. 1990. ' er · ntrapment neuropath1es. 2nJ ed Boston· L1'ttle B F · . · · · rown; ust1no111 s:>, F.ustinoni O (h.), Fustinoni JC. S . . , . . Ro:ees: Ed1tonal El Ateneo; 1997. cnuolog1a del sistema ncrv10so. 13" ed. Buenos Ai- nbaum R13, Ochoa JL. Carpa! tunnel syndr d h .. S Boston: Buttcrworth-Heinemann; 1993. ome an ot er d1sorders of the median ncrve. underland S. Nerves and nervc ¡11· · L d JUncs. on on: Churchill Livingstone; 1978. • llduc..p https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1 / 1 , Capítulo 14 Enfermedades vertebromedulares COMPRESIÓN MEDULAR La médula espinal puede verse afectada por distin tos procesos que lesionen Ja columna vertebral, la envoltura dural, el espacio subaracnoideo y las raíces y la médula misma (síndromes vertebromedulnres). En la figura 14-1 se estudia la sis- tematización de la médu la espinal. Asta posterior Asta lateral Conducto del epéndimo Asta anterior Comisura Surco medio pos· gris posterior terior Raíz anterior Surco medio anterior Haces propios de la médula Haz espinocere- beloso dorsal Haz piramidal cruzado Haz espinocerebe- loso ventral Haz piramidal directo Haz espinotalámico Fig. 14-1. Esquema de un corte de la médula. De Cambier J y col. Propedéutica neurológica. oduc.p Toray-Masson; 1980. Con autorización. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 104 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS Las causas más frecuentes son: a) traumáticas (fractura, luxación vertebral, objetos penetrantes); b) trastornos esqueléticos (espondilosis cervical, hemiación disca1, estenosis adquiridas del canal, malformaciones); c) procesos expansivos ex- trndurales o intradura/es (mieloma, metástasis de pulmón, mama, tiroides o prós- tata, linfomas, neurinoma, meningioma, carcínomalosís meníngea, angioma, epcndirnoma, astrocitoma); d) procesos infecciosos (mal de Pott, abscesos, epidu- ritis, aracnoiditis). Todos estos cuadros pueden originm una compresión de la médula. Se dis- tinguen así dos tipos fundamentales de compresión medular: la compresión medular brusca, generalmente de origen traumático, en donde la lesión medu- lar, prácticamente total, ocurre en forma súbita, y la compresión de manera len- ta, originada por distintos procesos que van aplastando, en forma crónica y pro- gresiva, un determinado sector medular. La compresión medular brusca presenta dos fases, una inmediata o de shock medular, caracterizada por parálisis fláccida, absoluta, con abolición completa de los reflejos por debajo del nivel lesiona!, hipotonía muscu lar, trastornos de los esfínteres, anestesia tota l hasta el nivel de la lesión (véase fig. 14-2) y fenó- menos tróficos de aparición precoz; y otra tardía, que se produce una a seis se- manas después del accidente, en donde reaparecen los reflejos profundos abo- lidos precedentemente y aun se exageran, a lo que se agrega clon us, signo de Babinski y sucedáneos, y la presencia de ciertos fenómenos dependientes del automatismo medular: fenómeno de los acortadores, mass-reflex. No obstante, la parálisis y Ja anestesia persisten. La parálisis de los esfínteres, cua ndo se tradu- ce por retención de orina y materias fecales, en la fase inmediata, se manifiesta en la fase tardía por incontinencia. Cuando la compresión medular evoluciona, por el contrario, en forma lenta y progresiva, la clínica no es la de shock medular, sino la de una lesión de lamo- toneurona superior, como es el caso de la compresión paulatina de Ja médula por ~in tumor extrínseco o espondilosis cervical. Por debajo del nivel de afecta- ción medular se producen paresia, hipertonfa piramidal, reflejos profundos exaltados, además de los característicos trastornos de la sensibilidad con nivel sellsitivo, es decü~ con nivel transversal corpora l por debajo del cual se encuen- tra alterada en grado diverso; también existen trastornos esfinterianos -reten- ci6n o bien incontinencia- (véase fig. 14-3). Por el contrario, en el nivel de la lesión se produce dolor radicular, primero unilateral y luego bilateral, al principio de duración breve y posteriormente pre- sentándose varias veces en el día, que se irradia hacia las extremidades o el tron- co y que empeora al toser, estornudar o realizar algún esfuerzo. Luego aparecen los trastornos más característicos: fascicu laciones, atrofia muscular y abolici6n de los reflejos segmentarios. Cuando se comprometen los segmentos medulares L5 y SI sobreviene el sín- drome del epicono, caracterizado por parálisis de las piernns con atrofia de Jos grupos musculares correspondientes, reflejos aquilíano y planta r abolidos, anestesia con distribución L5-S5 y compromiso esfinteriano. Por último, el síndrome del cono medular (segmentos medulares 52 a SS) se caracteriza por anestesia en silla de montar, trastornos esfinterianos, impoten- cia sexual y ausencia de signos motores. Existe asimismo abolición de los refle- jos bulbocavernoso y anal. La médula acaba a nivel de la primera vértebra lumbar, pero todas las raíces lum- bares (con excepción del primer par) y' sacras, que van emergiendo del canal ra- quídeo por debajo de esta vértebra, forman la denominada cola de caballo que o o o o a o a -ca ¿;; Q s& tJ C) () 8 tJ o ~ 8-010 a o ()_ -L1 o o o o o ~o () b io a ENFERMEDADES VERTEBROMEDULARES 105 ~iivge.l 1d4e-21a· SI ec~ió(n _meldular. ~om)pl eta a diversas alturas. Anestesia absoluta por debaJ·o del es1on nrve sens1t1vo . educop https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 106 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS LCR Disociación proteino- citológica Alteraciones eslinterianas Anestesia superficial y profunda Hipertonía - +++ /~ \ Anestesia con nivel sensitivo (a veces sólo hipoestesia) Paraparesia o paraplejía espástica +++ Hiperreflexia profunda (reflejos profundos exaltados por debajo del nivel lesiona!) +++ +++ Si sólo se afecta una mitad de la médula: síndrome de Brown-Séquard (hemiplejía o monoplejía crural espástica y trastornos de la sensibili- dad profunda del lado de la lesión. Del lado opuesto, anestesia superficial -ter- moalgésica-) Signo de Babinski bilateral Fig. 14-3. Compresión medular lenta y progresiva que afecta la totalidad de la médula dorsal. ENFERMEDADES VERTEBROMEDULARES 107 "" 9 ó "' ¡;: ¡: - ), r Fig. 144. Médula y cola de caballo R 1 '6 • Duus P. Topica/ diagnosis in neurology. ~~~mne~t~itt~~ ~a~~~~ Y los cuerpos vertebrales.De oduc.p https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 108 NEUROLOGIA EN ESQUEMAS Lesión en raíces L2 a LS y S1 a SS (corresponde a vértebras L2, L3 y L4) Anestesia con to- H pografía rad!cular (toma penne, nal- gas. muslos, pier- nas y pies) Intensos dolores (paraplejía dolorosa) A Esfínteres generalmente ~r \ ( Impotencia sexual H Arrettexia patelar Paraplejía fláccida radicular (-} Arreflexia aquiliana , enes • • 1 cola de caballo. B. RM (foto). lmag • Fíg. 14.5_ A . Signosintomatolog1a delds11n~r~~; ~;;aballo y filum terminal~ ~cor~e~ P.º~~~:e nodulares acrecentadas en CC)íl0 mde U ? mbrOS inferiores y parestesias (chrnca e Slíl dos en T1): paciente con debilidad e m1e de la cola de caballo). ENFERMEDADES VERTEBROMEDULARES 109 realizn un trayecto intrarraquídeo hnsta llegar a los agujeros de conjunción co· rrespond icntes, por lo que puede, en tonces, ser comp rimida por lesiones de la columna si tundas por debajo de la primera vértebra lumbar (véase fig. 14-4). Se origina así el s índrome de la cola de caballo. Está constituido por paraplejfo fl áccida rnilic 11 /ar con d olores intensos (pa raplejía dolorosa), refl ejos rotulianos y aquil ianos nbolidus, anestesin que toma el periné, las nalgas, los muslos, las piernas y los pies, trastornos csfintcrianos e impotencia sexual (véase fig. 14-5). En ciertos casos la com presión medular se present<l adoptando la forma de claudi cación intermi tente medula r, o sea, de un déficit motor que sobreviene después de cierto trecho de la marcha, para ir constituyéndose lenta y progresi- vamente un sínd rome piramidal progresivo, al que pueden nsociarse un síndro- me sensitivo con n ivel y trastornos esfi nteriM1os. También exis te claudicación inte rmitente por compresión de la cola de caba llo, pero en este caso los sínto- mas que interrumpen la marcha son parestesias o dolor. El diagnóstico d l' la com presión medular se hac<' con líl tomogrílfía com- pu ta rizada, la resona ncia magnélic<l por imágenes y la mie lografía, que sue- len complemen tarse en el d iagnóstico no sólo topogr.Hico sino también etio- lógico de la mayoría de las compresiones medu lares. El estudio del líqu ido cefa lorraquídeo revela disociac ió11 prolci11ocitolúgica (aumento de las p rote ínas con cclu laridad normal por encima del proceso bloqueante), xantocromía y coagulación masiva, que constituyen el sí11clro111e de No1111C'-froi11. En los tu- mores, las proteínas p ueden llegar a 300 miligramos o más po r ciento. El lí- quido cefalo rraquídeo tamb ién puede a rrojar u n aumento de la cifra de lgG en caso de enfermedad dec;;mielinizante, presencia de celularidad atípica - neoplasias- o bien la existencia de li nfocitos si se trata de mielopatías infla- matorias. Si se sospecha una malformación vascu la r potencialmente q uirú r- gica, se efectua rá una angiografía. El dingnóstico debe establecerse lo más rápido posible en todos los casos ya que la eficacia del tratamiento tiene re- lac ión directa con ello. La terapéutica dependerá obviamente de la causa que haya originad o el cuadro. En los tumores malignos sólo pueden reali7arse intervenciones palia- tivas, que irán seguidas de trntamicnto con radioterapia o quimioterapia. Los abscesos pod rán drenarse, mientras que los hematomas ep id ura les y los tu- mores benignos pueden extirparse. En los cuadros de mielopatía cervical por espondilosis (canal medular estrecho), el tratamiento dependerá del cuadro clínico; si el enfermo, en buen estado generil l, presenta unn mielopn tía p ro- gresiva que se limita a un segmento med ular determ inado, la laminectomía descompresiva puede brindar un beneficio ildecuado. Si el paciente es añoso y presenta varios segmentos afectados, se prefiere la inmovilización parciíll con coll a r ce rvica l, cnlor loen! y ana lgésicos no narcóticos s i el dolor fuera im- portante. Es de destacar que una vez establecida la fase de shock medular la cirugía no tiene cabida. la~ malformaciones vasculares pueden intervenirse. Los cuadros metastásicos son pas ibles de ter'1péutica '1 nliedemalosa, quimio- terapia o rad ioterapin que complementan o muchas ''eces sustituyen la des- compresión quirúrgica. Determinación de correspondencia topográfica entre los segmentos medulares y las vértebras Como ya hemos dicho, la médula espinal termina a la a ltura de la primera vértebra lumbar. Los segmentos med ulares no corresponden a las vértebras que llevan su número. Verbigracia, el 7° segmento cervical no corresponde a la 7'' vértebra cervical, ni el 5° segmento lumba r corresponde a Ja s~ vértebra lumbar. educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org l 1' 110 NEUROLOGiA EN ESQUEMAS Siguiendo a Insausti, Morete de Pardal y Ferreiro, para determinar la vérte- bra que corresponde a los distintos segmentos med ulares debe hacerse el si- guiente cálcu lo (regla de Cfiípault): Región cervical, se resta 1 al segmento. Ejemplo: segmento CS - 1 = 4~ vérte- bra cervical. Región dorsnl, del 1 ºal 6° segmento dorsal, se resta 2 al segmento. Ejemplo: seg- mento 05 - 2 = 3~ vértebra dorsal. Región dorsal, del 7° al 12º segmento dorsal, se resta 3 al segmento. Ejemplo: seg- mento 0 12 - 3 = 9~ vértebra dorsal. Los segmentos lut11bares 1 ºy 2° están a la altura de la 10~ vértebra dorsal. Los segmentos lut11bares 3º y 4° están a la altura de la 1 P vértebra dorsal. Los segmentos lumbar 5° y 1 ºsacro (epicono) están a la altura de la 12il vértebra dorsal. Los segmentos sacros del 2° ni 5° (cono) están a la altura de la 1ª vértebra lumbar. SIRINGOMIELIA Esta enfermedad se caracteriza por la existencia de una cavidad guística en la sustancia gris medular (atravesada por las fibras termoalgésicas que van a conformar el haz espinotalámico lateral), que afecta con preferencia la médula cervical inferior o dorsal alta. Es más frecuente en los hombres y se presenta ha- cia la tercera o la cuarta década de la vida. Desde el punto de vista clínico, el paciente presenta a trofia muscu lar de la eminencia tenar e hipotenar con fasciculaciones y disminución o aboli- ción de los refl ejos cuyos centros corresponden a l segmento medular invo- lucrado, a lo gL1e se agrega la disociación siri11go111iélica de la sensibilidad, es decir, abolición de la sensibilidad térmica v dolorosa, con conservaci6n de la sensibilidad táctil y profunda. Estas manifestaciones adoptan el carácter suspendido (una franja) en su localización, o sea, limitado hacia arriba y ha- cia abajo por sensibilidad normal. Esto se debe al hecho de que sólo se com- prometen las fibras que van a constituir los haces espinotalámicos, y, por ende, la anestesia está limitada a las mctámerns que co rresponden a In cavi- dad. Si ésta toma las vías motoras ocurrirá una parap lej ía espástica, y .s i in- vade los cordones posteriores, pueden aparecer ataxia con signo de Rom- berg y trastornos de la sensibilidad profunda, es decir, un cuadro cordon~l posterior. A veces la cavidad toma el bulbo raquídeo, que da lugar a la s1- ri11gobulbin; entonces el cuadro clínicamente se presenta con disociación ter- moalgésica de la sensibilidad en la cara, parálisis bulbar y nistagmo y, en a~ gunos casos, malformación d e Arnold-Chiari o impresión basilar. En la fi- g ura 14-6 se esquematizan los principales hallazgos clínicos de la siringo- mielia. El diagnóstico de siringomielia se efectúa por resonancia magnética de la columna cervicodorsal; debe destacarse el hecho de que muchos tumor~s intramedularcs, astrocitomas y ependimomas sobre todo, y ciertas aracno1- ditis espinales pueden producir un cuadro de disociación siringomiélica y suspendido de la sensib ilidad, lo que obligará a realizar el diagnóstico d_1- ferencial y en esto estriba precisamente la importancia de la resonancia magnética; por otra parte, el desarrollo de estos cuadros es más rápido en el tiempo. En cuanto al tratamiento, se recurrirá a la Jaminectomía posterior con drena- je de lacavidad quística. Atrofia de la eminencia te- nar e hipotenar (-) TRASTORNOS TRÓFICOS Panadizo analgésico, mano s~cul enta, "glossy-skin", 1e- ~1ones ampollosas, artropa· has, mal perforante plantar ENFERMEDADES VERTEBROMEDULARES 111 ~ \ ( ! Anestesia trigeminal (casos de siringobulbia) (- ) ANESTESIA TÉRMICA Y_ D?LOROSA "suspen- dida (una franja); con- servación de la sensibi- lidad táctil y profunda a ese nivel Reflejos profundos abolidos cuyos centros correspon- den al segmento medular involu- crado La paraparesia espástica con hiperreflexia profunda y signo de Babinski se presenta en es- tadios avanzados de la enfer- medad y revela que Ja cavidad ha comprometido al haz pira- midal Fig. 14-6. Cuadro clínico de la siringomielia. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1J 112 NEUROLOGIA EN ESQUEMAS OTRAS MIELOPATÍAS Mielopatías vasculares Se destacan la hematomielin y la mielomalacia, es decir, la hemorragia o colec- ción sanguínea dentro del parénquima medular que se asien ta con predilección en la sustancia gris, preferentemente de la región cervical, y el infarto medular en el territorio de la arteria espinal anterior y sus ramas, o bien en el correspon- diente a la arteria radicular magna o de Adamkiewicz. Los infartos pueden ser Ja consecuencia de aterocmbolia con punto de partida aórtico, de la d isección de esta última arteria o de compresiones tumorales de los vasos. Mielitis transversa aguda Se trata de un cuadro que se relaciona con enfermedades autoinmunes, de origen infeccioso (tripanosomiasis, triquinosis, esquistosomiasis), viral o posva- cunal, lupus eritematoso sistémico, esclerosis múltiple o sarcoidosis. Puede de- berse a SIDA, en cuyo caso cursa con un cuadro piramidal y síndrome cordonal posterior. El líquido cefalorraquídeo arroja la existencia de pleocitosis acompa- ñada de hiperproteinorraquia; el diagnóstico se realiza por exclusión de otros procesos. La esclerosis múltiple es causa de mielopatía; ya se hará referencia a su diagnóstico clúuco y a la importancia de ciertos exámenes complementarios (potenciales evocados, resonancia magnética) en él. Mielopatías paraneoplásicas Los síndromes paraneoplásicos pueden dar lugnr a una mielopatía necró- tica subaguda o a un cuadro similar al de la esclerosis lateral amiotrófica. La primera se relaciona con el carcinoma pulmonar de células pequeñas (oat- cell) y la esclerosis lateral ami otrófica no sólo con el carcinoma bronquial si- no también con linfomas y tumores mamarios y gastrointestinales. Estos cua- dros específicos pueden preceder en meses a la identificación del tumor pri- mitivo, lo que hará sospechar la existencia del proceso oculto pero responsa- ble de la sintomatología. Cuando la mielopa tía se asocia con encefalitis lím- bica se encuentran autoanticuerpos específicos en el suero y en el líquido ce- falorraquídeo (anti-hu). Mielopatía tras radioterapia Después de la radioterapia convencional, con dependencia de la dosis recibi- da, puede presentarse, con un períod o de latencia de meses o años, mielopatía transversa y progresiva. BIBLIOGRAFÍA Ditunno JF, Formal CS. Current concepts: chronic spinal cord injury. N Engl J Med l 994;330:550-6. Fustinoni O, fustinoni O (h.), f.ustinoni )C. Scmiologí;i del sistema nervioso. l3~ ed. Buenos Ai- res: Editorial El Ateneo; 1997 Insausti T, Mocete de Pardal 'VIL, Ferrciro JL Compendio de neurología. Buenos Aires: López Libreros Edi to res; 1981. Jcffery DR, Mandlcr RN, Da vis LE. Trnnsverst> myeli tis. Retrospcctive annlysis of 33 cases, w ith d ifferentia tion of cases associatcd with mulhple sclcrosis and parain!ectious events. Arch Neurol 1993;50:532-5. ENFERMEDADES VERTEBROMEOULARES 113 Nog~é~ MA. Syringomyclia. and syringobulbia. En: M rianth . chmcal neurology. Elscvrer Science Publishcrs 198{ 50 . opoulos NC, editor. Handbook of Portcnoy RK, Lipton RB Foley KM Back ·. . 1 ' .443-64. Rodríguez M, Dinapoli R. E idural.co~·d cpai~ 1111.1e cai:cer pati.ent. Neurology 1987;37:1 34. dura! tumors. 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La anatomía patológica revela la existencia de placas de dcsmielinización, de un diámetro variable, dispersas en el sistema nervioso central: sustancia blanca de los hemisferios cerebrales, nervios ópticos, tronco cerebral, cerebelo y médula espinal. Microscópicamen- te se produce desmielinización periaxial y degeneración de los oligodendroci- tos, dilatación vascular e infiltración de linfocitos y mononucleares. En fases avanzadas existe proliferación de los astrocitos, constituyéndose las placas an- tes descritas. CLÍNICA Desde el punto de vista clínico, la enfermedad se caracteriza por Ja aparición de síntomas neurológicos que se instalan en el curso de minutos, horas o días y que retrogradan dura nte las sema nas siguientes. A veces la instalación es pau- latina, insidiosa, grad ual. Las manifestaciones son diversas, generalmente de carácter motor en forma de monoparesia o para paresia. En otras ocasiones exis- te ~isminución de la agudeza visual, diplopía por paresia de los oculomotores o bien parestesias o trastornos de la sensibilidad. Un número menor de enfer- mos presentan síntomas de carácter ccrcbeloso o vestibular (incoordinación, a~axia, vértigo), y otros, disuria o disminución de la función sexual. La neural- gia del trigémino puede presentarse como síntoma inicial (1 % de los casos). El período de estado se caracteriza por varios órdenes de síntomas y signos: 1) Motores. Paresias que se inician por un solo miembro, generalmente uno de los inferiores, o por ambos (paraparcsia), acompañadas de signos de pi- rarrudalismo (hipertonía, hiperreflexia profunda, arreflexia cutaneoabdominal, oducap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 116 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS clonus, signo de Babinski); es la afección en la que puede observarse en su plenitud toda la serie de signos piramidales. A veces, hemiparcsia o hemi- plejías. · · p · d 1 , · 1 · d Lh · 2) ens1t1vos. arestesias, a veces o ores errahcos; e signo e erm1tte, gue consiste en la sensación de descarga eléctrica que el enfermo tiene a lo largo del raquis cuando el médico le flexiona la cabeza, se observa en las localizaciones de ln médula cervical (no es exclusivo de la esclerosis mültiple, ya que puede presentarse en la mielop<ltía cervical y en traumatismos de la columna); pueden encontrarse asimismo trnstornos de la sensibilidad profunda: abaticstesia, hipo- palestesia. 3) Visuales . Pueden presentarse visión borrosa, disminución de la agudeza vi- sual, comprobándose neuritis óptica retrobulbar con palidez del sector tempo- ral de la papila, nistagmo (muy frecuente), diplopía por paresias oculomotoras, oftalmoplejía internuclear que se caracteriza por nistagmo del ojo abductor y parálisis del aductor cuando el enfermo lleva la mirada en sentido lateral (lesión unilateral o bilateral del fascículo longitudin<ll medial). 4) Cerebelosos. Ataxia con dismetría, temblor intencional, adiadococinesia, di- sartria caracterizada por un hablar arrastrado, monótono y escandido, separan- do las sílabas por pausas. 5) Vesicales y sexuales. Tras tornos dela micción de tipo incontinencia, micción imperiosa o retención. A veces, impotencia sexual. 6) Vestibulares. En forma de vértigo. 7) Psíquicos. Emotividad exagerada y tendencia a la euforia pese a hallarse en pleno padecimiento. En la figura 15-1 se resume el cuadro clínico de la esclerosis múltiple. Todos estos síntomas y signos pueden intrincarse en forma muy variada, ca- racterizándose entonces la enfermedad por cuadros dispares de un paciente a otro. En la mayoría de los casos, las manifestaciones dominantes corresponden a la esfera medular, cerebelosa LI ocular, ya sea en forma aislada o combinada. Hesulta rara la presencia de afasia, crisis convulsivas o síncopes. DIAGNÓSTICO El diagnóstico de la esclerosis múltiple se basa en el hallazgo de signos y sín- tomas de afectación multifocal del sistema nervioso centrnl, que aparecen y re- miten en forma intermitente en el curso de meses y años (evolución caracterís- tica en brotes seguidos de remisiones). En el líquido cefalorraquídeo de dos tercios de los pncientes se encuentra un incremento de las gammaglobulinas y de la inmunoglobulinn G, que en el es- pectro electroforético aparecen formadas por bandas oligoclonales; el aumento de lil proteína básica mielínica indica la existencia de un proceso activo de des- trucción de la mielina. Los potenciales evocados visuales se encuentran alterados en el 70% de los individuos afectados de esclerosis múltiple (prolongación de la latencia y defor- mación del potencial}, mientras que los somatosensitivos (PESS) o auditivos (PEA) sólo son anormales en un 50% de los casos. La tomografía computarizada cerebral puede demostrar la presencia ~e imágenes hipodensas, muy frecuentemente periventriculares en la sustanoa blanca. La resonancia magnética de cerebro evidencia en más del 90% de los ca- sos la presencia de placas (véanse figs. 15-2 y 15-3). La prueba del baño caliente, que consiste en sumergir al paciente en un ba- ño de agua hasta el cuello, cuya temperaturas~ va incrementando dentro de Neuritis óptica retrobulbar Nistagmo Diplopía/ Oftalmoplejía internuclear Tríada de Charco!: nistagmo. temblor intencional, palabra escandida Síndrome cordonal posterior PEV PESS PEA [ Prolongacion de la latencia Deformación del potencial [ Prolongación de tiempo de latencia Deformación del potencial [ Prolongación de latencias entre picos Reducción de amplitud de la onda V LCR Discreta mononucleosis Elevación de las gammaglobulinas Y de la 1nmunoglobulina G con hallazgo de banda oligoclonal. Aumento de proteína básica mielínica \ I / \ ESCLEROSIS MÚLTIPLE 117 Alteraciones psíquicas Vértigo Parestesias Paraparesia o paraplejía espástica RMN Muy importante. En más del 90% de los casos evidencia placas de desmielinización D Lesión piramidal Signo de Babinski y sucedáneos Fig. 15-1. Manifestaciones neurológicas de la esclerosis múltiple. oducap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 118 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS Fig. 15-2. RM Áreas de desmielinización paraventricular en la sustancia blanca frontal izquier- da y en la protuberancia derecha. límites tolerables, generalmente hasta 38,3-39ºC, puede poner de manifiesto la aparición de signos y síntomas latentes de la enfermedad: signo de Babinski, diplopía, nistagmo u oftalmoplejía internuclear (formas subclínicas de la en- fermedad). Poscr establece el diagnóstico clínicamente definitivo o probable de escle- rosis múltiple tomando los siguientes parámetros: número de brotes, n1ide11cia clí- 11icn, evidencia pamclí11ica (potenciales evocados, tomografía computarizada o re- sonancia magnética) y bandas oligoclonales (BO) o inmunoglobulina C <1umen- tad<1 en el líquido cefalorraquídeo (véase cuadro 15-1). DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL El di<1gnóstico diferencial debe re<1lizarse, entre otros nwdros, con la compre- sión de la médula cervica l por un tumor o espondilosis, degeneración combin<1-' da subagud<1 de 1<1 médula, heredodcgencraciones espinocerebelosas, anoma- lías óseas de la unión craneorraquídc<1, malformación de Arnold-Chiari (véase fig. 35-2) y gliom<1s del tronco cerebral. La encefalomielilis aguda diseminada es una entidad que se presenta a r<1íz de un<1 vacun<1ción (viruela o rabia) o de enfermedades virales (sarampión, pape- ras o varicela) que normalmente no afectan el sistema nervioso central. Clínica- me nte puede asemejarse a un brote agudo de esclerosis múltiple, por lo que el diagnóstico diferencial a veces es difícil. La evolución determinará este último ya que en 1<1 encefalomielitis no se producen nuevos ataques como se observa en la esclerosis múltiple. ESCLEROSIS MÚLTIPLE 119 Fig. 15-3. RM Múltiples áreas de desmielinización en la sustancia blanca periventricular. PRONÓSTICO Y TRATAMIENTO El pr~móstico quond vita111 es bueno en general, salvo en las formas agudas; el fronosti~o quoad smzntwnem es .malo ~or la progresividad e invalidez que aca- rea .. El tiempo de supervivencia med1<1 del enfermo es de 35 años a partir del co_m1enzo de la e~ermed<1d; el 66% de los pacientes siguen recibiendo trata- nuento ambulatono durante unos 25 años. Cuadro 15-1. Criterios de Poser para el diagnóstico de Ja esclerosis múltiple Categoría Clínicamente definitiva Probable Brotes 2 2 2 1 1 2 1 1 2 Evidencia Evidencia clínica paraclínica 2 1 1 2 1 1 2 1 y o y y 80/lgG LCR + + + + https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 120 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS Kurtzke (1983) propone la siguiente escala de déficit neurológicos en la escle- rosis múltiple: O. Exploración normal. 1. Variantes neurológicas funcionales sin significado patológico. 2. Alteraciones leves (p. ej., ligera espasticidad o paresia). 3. Ateraciones moderadas como, por ejemplo, monoparesias, ligera hemip<1- resia o asociación de varios trastornos leves. 4. Trastornos que suponen incapacidad para la vida laboral y cotidiana, aun- que no la impidan por completo. 5. Incapacidad laboral total; marcha sin ayuda no superior a 500 m. 6. Marcha en cortos trayectos y solamente con ayuda de bastones o muletas. 7. El enfermo utiliza una silla de ruedas que puede movilizar por sí mismo. 8. Imposibilidad de abandonar la cama; persiste la función de los brazos. 9. Enfermo postrado en cama, incapacidad total. 10. Muerte por esclerosis mú ltiple. El tratamiento de la esclerosis múltiple se lleva a cabo med iante la administrn- ción de ACTH intramuscular o corticoides. La ACTH no altera el cu rso total de 1<1 enfermedad pero acorta los períodos de desmielinización activa. A dosis de 80 uni- dades/ día se recomienda en la fase aguda y exacerbaciones. También puede utili- zarse la prednisona a dosis de 40-80 mg/ día, que se irá disminuyendo progresiva- mente en el curso de 2 o 3 semanas. Otros tratamientos incluyen ciclofosfamida, interfcrón y plasmaféresis. El intcrfcrón inhibe la producción de antígenos de his- tocompatibilidad tipo 2 (HLA DW2-DR). Actualmente se dispone del interferón beta-lb, del interferón beta-la y del acetato de glatirama (copolímero). La terapéutica sintomática es útil en ciertas ocasiones. La hipertonía puede mejorar con diazepam, baclofeno y dantroleno. La carbamazepina suele indi- ca rse en caso de crisis tónicas. Los derivados de la imipramina tienen indicación en los estados depresivos. La íisioterapia puede beneficiar un sinnúmero de pacien tes. El reposo sólo está justificado en caso de brote. OTRAS ENFERMEDADES DESMIELINIZANTES La esclerosis concéntrica o encefalitis periaxial concéntrica de Balo afecta a am- bos sexos y se presenta en todas las edades. Suele comenzar con crisis focales, segui- das de paresias y demencia progrl>siva. Su evolución es paulatina. Desde el punto de vista anatomopatológico, existen zonas de desmielinización, en forma de envolturas, alrededor de un centro, conservándose siempre capas miclinizadas entre ellas. La neuromielitis ópticao enfermedad de Devic se caracteriza por la afecta- ci6n rápida y sucesiva de la médu la y el nervio óptico. La enfermedad se inicia, • en ni11os o en jóvenes, s imu ltáneamente o en sucesión temporal. Por lo general son afectados ambos nervios ópticos, que desarrollan neuritis rctrobulbar o p¡¡- pilitis. El pronóstico es reservado. Debe comentarse el hecho de que ciertos 111- vestigadores consideran la entidad como un síndrome, que, entonces, no s_ólo puede deberse a esclerosis múltiple sino también a encefalomielitis aguda dise- minada, lupus eritematoso sistémico o sarcoidosis. La adrenoleucodistrofia afecta a \'arones en el primero y el segundo decenio de la vida. Cursa con trastornos psíquicos, pérdida de visión, disartria y cuadripare- sia espástica progresiva. Suelen observarse trastornos en la marcha. Los signos de insuficiencia suprarrenal son más pronunciados en la forma de la edad adulta. ESCLEROSIS MÚLTIPLE 121 Autores japoneses dcs:ribcn una neuropatía mieloóptica subaguda (NMOS) que es frecuente en su pa1s. BIBLIOGRAFÍA \ Beer S, Ros ler KM, Hcss C~'· .S i ag~1ostic vnlue ?f p_arncl inica l. tests in multiple sclerosis: rcl<lli- v_e sens1t1v1ttes ilnd spccif1cit1es for reclass1f1Cat1on accordmg to thc Poscr committee cri le· na.) Neurol Neuro~urg Psych1_,11ry "1995;59:152-9. Farlow MR, el ni. Mult1pl~ sclcros1s: magnetic rcsonancc imaging, evokcd responses and spi- nal fluid el ectrophor~s1s. Ncurology (Mirn1eapolis) 1986;36:818. ' Kappos_ L. MS therapy. l~n: Kesselring }, editor. Multiple sclerosis. l'\t•w York: Cambridge Uni- vers1tv Press; 1996. Ku7~:~Jj; 1~4~~q. neurological impairment in multiplc sclerosi~. 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Curr ;'\eurol 1993;13:167. educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Capítulo 16 Esclerosis lateral amiotrófica La esclerosis lateral amiotr6fica, t<imbién denominada enfermed ad de Char- ~t (1874), es una afección dcgC'ner<itiva que altera las neuronas motoras de la corteza cerebral, lesionnndo la vía piramidal; también hay pérd ida de neuronas en las astas anteriores de la médu la espinal y en los núcleos motores de los pa- res· craneanos inferiores. Afecta a la neurona motora c~1 y a la periférica a la vez. Su prevalencia es de 2 casos por 100.000 hab itantes, predomina entre la quinta y la séptima década de la vida y sigue una evolución progresiva que puede ser de dos a seis años. La evolución de la forma bulbª-r es más malig- na. La enfermedad se presenta en forma esporádica, aunque se han observa- do grupos familiares con esta entidad, lo que implicaría cierta predisposi- ción genética para la afección o una exposición común a un agente causal desconocido. ETIOLOGÍA La etiología de la enfermedad se desco.noce. Se citan algunos factores de riesgo: tr~matismos previos, exposición QJ.óxicos (plomo, mercurio, arséni- co, manganeso), intervenciones ~úrgicas previas. Se han descrito casos de la enfermedad en pacientes que previnmentc h<1bínn padecido paJ:Qtiditis, po- lioraj_elitis y encefalitis por garrapatas. J\. veces puede ser la manifestación de una neoplasia sistémica ocu Ita (síndrome.. pa raneop lásico). Estudios inmuno- lógicos recientes en cu ltivo de tejidos han detectado en el suero de estos enfer- mos la presencia de anticuerpo§ _sirculan les. Nuevos hallazgos en la fisiopa logen ia de la enfermedad han puesto de manifiesto q ue la degeneración neuronal es una consecuencia de la excitoto- xi~dad de los receptores del ácido glutámico. f'or experiencias llevadas a ca- bo con cultivos de neuronas de ratas, se llegó a la conclusión de que el líqui- do cefalorraquídeo de los pacientes con esclerosis lateral amiotrófica resulta- ba tóxico a través de los receptores del ácido glutámico. Por otra parte, se de- mostró que la concentración de g lutamato y de glicina se encuentra elevada. Las hipótesis permiten deducir que el aumento de estos neurotransmisores excitatorios contribuye a la muerte celular de la neurona motora. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 124 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS CLiNICA Desde el punto de vista clínico, el paciente presenta dificultad para Ja rea- lización de pequeños movimientos de una o de ambas manos. En el examen puede observa rse atrofia de los músculos de las eminencias tenar e hipote- nar, precedida y acompañada de Jasciculaciones. l labitualmcntc, !ns atrofias son simétricas y se van extendiendo al antebrazo y a veces al brazo, aunque en algunos casos se desarrollan en forma francamente asimétrica. El paciente puede presentar con bastante frecuencia calambres musculares y parestesias distales leves. Posteriormente aparecen las manifestaciones piramidales: espasticidad, en particular de las extremidades inferiores, hiperreflexia profunda y, aunque con menor frecuencia, clonus. El signo de Bnbinski no es cons tante y puede estar au- sente en el 50% de los casos. Esta combinación de signos de la primera y la segunda neurona motora es característica de Ja esclerosis lateral amiotrófica. Cuando el proceso se encuentra más avanzado aparece un síndrome bulbar: dificultad en la deglución, reflujo nasa l de líquidos, voz gangosa, disartria, atro- fia de la lengua con fasciculaciones. En algunos casos el síndrome bulbar pue- de abrir la marcha del proceso, situación en la que el pronóstico es más sombrío. Es de destacar que no suele haber manifestaciones esfinterianas, oculares ni de la sensibilidad, hecho de gran valor en el diagnóstico diferencial con otros procesos. A veces los enfermos pueden presentar signos de labilidad emocional. Las funciones intelectuales pueden estar comprometidas en el S'Y., de los cnsos. No se producen alteraciones del líquido cefalorraquídeo. Por el contrario, la electromiografía demuestra Ja presencia de fibrilaciones y potenciales gigantes de unidad motora, con velocidad de conducción normal (véanse figs. 16-l y 16-2). Una forma más rara de comienzo es Ja llamada seudopolineurítica de Marie- Patrikios. En este caso, la amiotrofia puede localizarse exclusivamente en los miembros inferiores; como los grupos anteroexternos de la p ierna son los más afectados, el individuo adopta una marcha de tipo steppage s imilar a la de las polineuritis. En la figura 16-3 se resumen los hallazgos clínicos de Ja enfermedad . DIAGNÓSTICO El diagnóstico debe tenerse presente ante un enfermo de edad mediana que se presenta en la consulta con debilidad muscular progresiva, atrofia, fascicula- ciones, signos piramidales (espasticidad e hiperreflexia profunda) y carencia de manifestaciones sensitivas. La aparición precoz de fosciculaciones, más exten- sas e intensas que en cualquier otra enfermedad de la neurona motora periféri- ca, tiene importancia diagnóstica. El clcctromiogrnma con.firmará desnervación que puede incluir la lengua. Las categorías diagnósticas de Ja esclerosis lateral amiotrófica se estudian en la página 128 (cuadro 16-1). DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL El diagnóstico diferencial se planteará con la espondilosis cervical y los tu- mores intrarnedulares. ESCLEROSIS LATERAL AMIOTRÓFICA 125 1 - . .. - - l 1 1 1 1 1 Fig. 16-1. Ondas agudas positivas (fibrilaciones).oducap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 126 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS ( Fig. 16-2. Potenciales positivos de desnervación. +++ Hiperreflexia profunda Calambres +++ Signo de Babinski y sucedáneos (50% de los casos) J ' ESCLEROSIS LATERAL AMIOTRÓFICA 127 +++ Si se agrega compromiso bulbar: dificultades deglutorias, reflujo nasal de líquidos, voz gangosa, atrofia de lengua con fasciculaciones, disartria +++ Fasciculaciones +++ Paraparesia espástica f Fibrilaciones Potenciales gigantes EMG de unidad motora 1 Velocidad de conducción '-normal Fig. 16-3. Cuadro clínico de la esclerosis lateral amiotrófica. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 128 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS Cuadro 16-1. Categorías diagnósticas 1. ELA definida . Signos de NMS y de NMI (incluidas alteraciones EMG) en 3 regiones· 2. ELA probable S " · " Signos de NMS y de NMI en 2 regiones, con los s ignos de NM por encima de los de NM I 3. ELA posible . Signos de NMS y de NMI en una región, o signos de NMS en 2 o 3 regiones 4. Sospecha de ELA . Signos de NMI en 2 o 3 regiones (p. ej., atrofia muscular progresiva y otros sin- dromes motores) • Región: tronco cerebral, médula cervical, médula dorsal. médula lumbosacra. . . NMS: neurona motora superior; NMI: neurona motora inferior; ELA: esclerosis lateral am1otrofica; EMG: electromiografía. La espondilosis cervical puede pro~ucir manif~s tai;iones en las cuatro ext~e midades que llegan a simulnr e~c lcros1s lateral ,mrnotr~f~ca. No obstant~,, se dis- tingue de ésta por el dolor cerv1cnJ, las anomahas sens1 t1vas, la d1sfuncion ves1- cal y Ja ausencia de signos bulbares. . . . , Un tumor intramedular puede remedar as1m1smo la smtomatolog1a de la en- fermedad. Existen trastornos esfinterianos y, aunque no es constante, la presen- cia de una disociación sensitiva de tipo siringomiélico y de topografín s11spe11d1dn permite afirmar la localización intramedular de la lesión. En caso de duda, de- be plantearse la resonancia magnética por imágenes de la columna. , Finalmente en los casos de síndrome bulbar debe recordarse que este puede ser una manif~stación de siringobulbia, tumores bu lbares o peribulbares, últim.a etapa de la parálisis ascendente aguda y puede asoc!arse, ª. vcc:s, aunque la f1- siopatología es obviamente diferente, con la m1astenia grav1s. Siempre debe h<i- cerse el d iagnóstico diferencial con el síndrome seudobulbar. En el cuadro 1 n- 2 se exponen diferentes purámetros para tener en cuenta. PRONÓSTICO Y TRATAMIENTO El pronóstico es reservado; la muerte se produce en un pla7o no .r:'ªYor de 6 años (generalmente de 2 a ~ años). E~ el transcurso .de su c.voluc1on, los pa~ cientes presentan comphcac1oncs rcsp1ratonas (paresia del diafragma y de los Cuadro 16-2. Diagnóstico diferencial del síndrome bulbar y seudobulbar Lesión Parálisis labioglosolaríngea Atrofia de la lengua Fasciculaciones Crisis de llanto y de risa espasmódicos Reflejo maseterino Manifestaciones piramidoextrapiramidales Síndrome Síndrome bulbar seudobulbar Núcleos bulbares Presente Presente Presentes Ausentes Disminuido o abolido Ausentes Haz geniculado (bilateral) Presente Ausente Ausentes Presentes Exaltado Presentes generalmente BREVIARIO SEMIOLÓGICO 129 músculos intercostnlcs) y pueden sufrir asimismo trastornos de la deglución, que provocan con frecuencia bronconeumopatía aspirativa y ésta es la causa más frecuente de muerte. En cuanto al tratamiento se refiere, el riluzole -droga que bloquea la neu- rotransmisión glulam11érgica-, en la experiencia con estudios aleatorizados en el hombre1 ha dcmostr11do que es de utilidad, con prolongación de la vida y disminución del riesgo de muerte en un 30'1<" De todos modos, el tratamiento dista de ser curativo y habrá que buscar la solución definitiva a través de una estrategia global. OTRAS ENFERMEDADES DE LA NEURONA MOTORA Es dable mencionar que también existen otras enfermedades que comprome- ten la segunda neuronn motora. Se analizarán brevemente a continuación. Enfermedad de Werdnig-Hoffmann. Es una afección hereditaria que co- mienza en la primera infancia, casi siempre antes del ai'ío de vida, iniciándose por la raíz proximal de los miembros no obstante ser de origen neuropático; pri- mero ataca los inferiores, pa ra luego pasar a los superiores. En general los pares craneanos no son afectados salvo los bulbares que pueden ser tomados. Existe compromiso de los músculos respiratorios, aunque habitualmente respeta el diafragma. Tiene una evolución relativamente rápida. Atrofia muscular progresiva del adolescente. En este cuadro, denominado enfermednd de Kugelberg-Welnnder, también hay atrofias que se asientan en la par- te proximal. La raíz de los miembros inferiores es la que se afecta primero. Su evolución es lenta. También es hereditaria. Síndrome escapuloperoneo de Stark-Kaeser. Se trata de una afección he- reditaria que comien¿a en la adultez con asociación de atrofia distal de los miembros inferiores y atrofia proximal de los miembros superiores. Comien- za por la atrofia de los músculos de la pantorrilla y de la flex ión dorsal del pie y se extiende posteriormente a los músculos de la cintura escapular. Su evolu- ción es lenta. Al lado de estas formas bien definidas, existen otras atípicas que constituyen formas intermedias entre la enfermedad rápidamente evolutiva de Werdnig- Hoffmann y Ja forma de Kugelberg-Welander. Parálisis bulbar progresiva. También denominada síndrome labiogloso- laríngeo, es de etiología desconocida, a veces comprobable con carácter he- redofamiliar, y consiste en la atrofia degenerativa de los núcleos motores de los últimos pares crane<inos: trigémino, facial, ambiguo e hipogloso. Co- mienza por trastornos de la palabra, especinlmente dificultad para articul<ir algunas letras como la r, la t, la e, la ch, la j y la s. lgualmente para masticar Y traga r; la voz se lorn<i disfónica y el enfermo se atraganta con faci li dad. El examen del paciente muestra la boca entrcnbicrla por donde mana abundan- te saliva; los labios tienen poca fuerza y no pueden ser protruidos hacia ade- lante. Los maseteros se atrofian, lo mismo que el trapecio y el esternocleido- mastoideo. El velo del pa ladar pende fláccido y se eleva muy poco. La len- gua presenta atrofia y fasciculaciones. El reflejo maseterino se encuentra abolido. Evoluciona en forma progresiva y lleva a la muerte después de uno o dos años del comienzo, por trastornos respiratorios y cardíacos. Este cua- dro puede observarse en pacientes mayores de 65 años, en los que su evolu- ción es más lenta. En el adolescente constituye la enfermedad de Fazio-Lo11de. Enfermedad de la neurona motora asociada con neoplasias. Se describen cuadros similares al de la esclerosis lateral amiotrófica, como manifestación de https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 130 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS una neoplasia sistémica oculta (síndrome paraneoplásico): li.n f~mas, carcinoma renal, de pulmón, esófago y estómago. Pueden obse1:varse as1n;1s.mo en cnsos de paraproteinemias y gammapa lías monoclonales (m1eloma multtple, macroglo- bulinemia de Waldenstrom). BIBLIOGRAFÍA Brooks BR. El Escorial World Fedcr,1tion of Ncurology criteria for the diagnos!s of amyotro· phic lateral sclcrosis. SubcommittC'C' on Motor Neuron D1scascs/ Amyotroph1c L<1ll'r~l Sdc- rosis of the World Fedecation of Neurology Ri.>sca rch Crm1p on Neuromuscular.D1sea~cs and El Escorial "Clinical limits oí amyotrophic late ral sdcrosis" workshop contnbutors. J Ncurol Sci 1994;124(Supp1):96-107. . Gutmann L, Mitsumoto H. Adv<111ccs in amyotrophic lnteral scleros1s. Neurnlogy 1996;47(Suppl 2):4. . . . . . . Ludolph AC, editor. Therapeutic advanccs in amyotrophic latl•r,11 sclcros1s: focus on nlll/Olc. Neu rologv 1996;47(Su ppl 4 ). . \fackay RP. eoursc and progriosis in amyotrophic lateral sclcros1s. ~rch Neurol 1963;8: '.' 7. \ilitsumotoH, Hanson \llR, Chad DA. Amvotroph1c lateral sclcros1s. Recent advane<,><; 1n p.1- thouenesis and thcrapcutic trials. Arch Neurol 1988;45:189·202. Plaitaki's A. 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ETIOLOGÍA Su etiología se desconoce pero fisiopatológicamente se relaciona con una defi- ciencia de dopamina en el cuerpo estriado, que resulta de una degeneración neu- rona I que afecta principalmente la zona compacta de la sustancia negra (locus 11i- ger), el locus coerulc11s y otras estructuras que contienen catccolaminas en las que aparecen inclusiones eosi nofílicas conocidas con el nombre de cuerpos de Lewy. Una hipótesis sobre la etiología de la enfermedad de Parkinson se relaciona con el complcx 1, un sistema enzimático mitocondrial requerido para el meta- bolismo oxidalivo. Un defecto en el metabolísmo podría acentuar los efectos del estrés oxidativo, tornar a la mitocondria particularmente susceptible y llevar a la agresión neuronal. En exámenes post 111ortem, pudo comprobarse la actividad reducida del complex 1 en los pacientes parkinsonianos, pero no pudo estable- cerse si es ésta l.a causa o sólo una anoma lía asociada con la enfermedad . . La frecuencia supera los 100 casos por 100.000 habitantes, puede tener pre- disposición hereditaria y se observa en la segunda mitad de la vida con una li- gera predominancia en el hombre. Se citan ciertos factores de riesgo: vivienda rural, beber agua de pozo, realizar trabajos agrícolas, exposición a químicos in- dustriales o bien a herbicidas o pesticidas. A la luz de nuevos conocimientos, hoy se sabe que la hiperactividad del nú- cleo subtalámico de Luys - con el consiguiente aumento de la inhibición gabaér- gica del globo pá lido in terno y de la pars reticulatn del locus niger sobre los nú - cleos talámicos ventrola tcral oral, ventral anterior y centromediano, que dirigen normalmente una excitación tónica a la corteza fronta l motora y premotora y al área motora suplementaria- es la "llave fisiopato lógica" de la enfermedad de Parkinson. CLÍNICA El comienzo es, generalmente, impreciso e insidioso. Dolores mal sistemati- zados, diagnosticados muchas veces como artrósicos, un cuadro depresivo que llducop https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1 i 132 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS puede preceder al temblor ha~ta en 11 años, y constipación, dermatitis seborrei- ca, disestesias urentes y aumento del umbral olfatorio (hiposmia) hasta en rn o 20 años pueden anteceder los signos motores. Sin embargo, el temblor de reposo es el síntoma inici<il y característico del 70°,{, de los pacientes afectados de enfermedad de Parkinson. Las manifestacio- nes motoras se producen cuando hay pérdida de células nigroestriadas que lle- ga al 60 a 70% y cuando la concentración de dopamina en el cuerpo estriado se ha reducido en un 80 a 90%. Las características del temblor de reposo parkinson iano son bien conocid as: frecuencia de 4-8 c/ s, relativamente amplio, que se inicia en la parte distal d0 los miembros (primero el superior, luego el inferior o viceversa). Inicialmente puede estar limitado a un solo lado antes de hacerse bilateral al cabo de meses o incluso años; precisamente, el paciente suele tener su enfermedad limitada a una mitad del cuerpo por años. El temblor es particularmente acentuado a nivel del pulgar y 01 índice y está constituido por movimientos de flexoextensión y pronosupinación, que reme- dan actos corrientes: así, cuando el índice se flexiona y se extiende en contacto con el pulgar, adopta la actitud de "contar dinero". Puede propagarse a los labios y a todo el cuerpo. El temblor de la cabeza y la lengua es menos común. Es interesante destacar que el temblor parkinsoniano puede presentarse sólo en la actitud y 0n 01 transcurso de los movimientos o junto con el componente de reposo. Inicialmente, el temblor de reposo causa una incapacidad leve o modesta. Con el transcurso del tiempo la enfermedad progresa y aparecen rigidez (difi- cultad por examen o interrogatorio de realizar movimientos de rotación y fle- xoextcnsión) y bradicinesia (retardo en la iniciación de un movimiento volun- tario, lentitud o inhibición involuntaria durante el curso del movimiento), que al principio constituyen un síndrome hemiparkinsoniano que posteriormente se generaliza. El paciente presenta entonces amimia y bradilalia características y aparece acinesia franca. Hay falta de balanceo en la amplitud del movimiento de los bra- zos durante la marcha, que se realiza, por otra parte, con pequeños pasos y a ve- ces con festinación. La alteración de los reflejos postu rales es ostensible y causa caídas frecuentes. La enfermedad continúa su evolución hasta que, al cabo de 10, 20 o más años, el individuo queda en un estado de gran postración e invali- dez, confinado en el lecho. En un pequei1o porcentaje de pacientes el temblor no se manifiesta y el pri- mer síntoma está constituido por la torpeza o la dificultad en la realización de movimientos alternativos de pronosupinación (adiadococinesia) debida a la ri- gidez simultánea de los músculos agonistas y antagonistas. La escritura puede tornarse ilegible y pequeña (micrografía). Otros signos que suelen encontrarse en la enfermedad son la actitud en fle- xión del tronco, del antebrazo sobre el brazo y de las rodillas, los trastornos ve- • getativos (seborrea, diaforesis, rubicundez facial, sensación de calor), la excita- bilidad e inagotabil id ad del reflejo nasopalpebral, de gran valor diagnóstico, y la presencia de los reflejos palmomentoniano de Marinesco y de hociqueo. Una pequeña proporción de pacientes desarrollan trastornos menta les en es- tadios avanzados (demencia subcortical). Existen dos grandes subtipos clínicos: a) con predominio del temblor, y b) con predominio de los trastornos posturales y de la marcha. Las formas juveni- les -el 5 a 10% de los casos- constituyen un grupo aparte; los elementos distó- rucos precoces dificultan el diagnóstico correcto. En la figura 17-1 se señalan los halla:,;gos clínicos salientes de la enfermedad. Facies parkinsoniana (amimia) Trastornos vegetativos Dificultad de la palabra, escritura y marcha Falta, disminución o asimetría del balanceo de los brazos Signo de la rueda dentada (en codo, muñeca y hombro) Reflejo palmomentoniano de Marinesco y de hociqueo Rigidez Marcha a pequeños pasos Actitud parkinsoniana r---- 1 \ / \ ENFERMEDAD DE PARKINSON 133 Reflejo nasopalpebral exaltado e inagotable Hiposmia Alteración de reflejos posturales (maniobra del empellón) Micrografía Temblor de reposo y de actitud (puede continuar en el movimiento) Signo de la rueda dentada en extremidades inferiores Acinesia Fig. 17-1. Signosintomatología de la enfermedad de Parkinson. educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 134 NEUROLOGiA EN ESQUEMAS SEMIOLOGÍA Los casos avanzados no ofrecen dificultad en el diagnóstico, p~ro al.c?mien- zo de Ja enfermedad, los signos clínicos son sutiles. En los est~d 1os m1cial~s el tono muscular puede estar au mer:itado en una o en amba:,muneca~. La ac~1va ción del miembro contralateral - sigm> de Ford- o Ja extens10n del nue~bro mf~ rior homolateral -maniobra de Noica- pueden ser útiles para ~etectar ,h1pertoma mínima que, de otro modo, hubiera pasadoinadvertida. La h1pertorua de~er¡m na una resistencia al estiramiento pasivo que es vencida en forma mter1:111 tente, como si fueran escalones, etapas o los d ientes de una rueda de engrana¡e (s1g110 de la rueda dentada). . El temblor clásicamente de reposo es principalmente, distal, qu? ca.usa en las manos una flexocx tensión y pronosupinación cara~tensh~~' y ~ 1smmuye. du- rante el movimiento. La bradicinesia, que es la mamfestac10n mas Jf'.c~pac1tai; te, puede explorarse a través de la realiz.ación de mo".'imientos repeti tivos '( ra- pidos de pronosupinación en las extremidades ~uper~ores; despues de un t~em po, el patrón rítmico se interrumpe.por fluctuaoone~ 1rre~lares en.la velocidad del movimiento. Es interesante reiterar que el refle¡o nasopalpebral suele tor- narse tempranamente inagotable. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS 1 lasta no hace mucho, la enfermedad de Parkinson se diagno~tic~b~ en base al hallazgo de 2 o 3 de los signos cardin~ les (tem~~or, bradicinesrn, ng1.dez y al- teración de los reflejos de postura), previa excl~s1on de los casos con signos. se- m iológicos atípicos (véase Diagnóstico diferencial) o con una causa reconocible de pa rkinsonismo s_ecunda~io.. . . .· . . , , .· _ En los últi mos anos, vanos investigadores han sugcudo propu~stas d<; ente rio diagnóstico de enfermedad de Parkin~on, con el fin de categonzar mas ~de cuadamente a estos pacientes. \1erccen citarse al respecto las propuestas diag- nósticas y los criterios de inclusión para el CAPIT (Cor~ Asse~s111ent Progr.m1.1 fo; Intracerebral Transplantatio11s) y los de la UKPDSl3B (U~11ted ,K111Kdo111 Pnrk1.11~~11 s Oisease Society Brain Bank; véase cuadro 17-1). La aplicac1on de estos critc11os mejora la exactitud diagnóst.ica d; l.a enfermedad. 0 . _ La exactitud del diagnóshco clínico se halla cercana al 80 y., en general. La 111 cidencia de diagnóstico positivo incorrecto oscila del 20 al 24%. Los falsos nega- tivos se sitúan entre el 5 y el 10%. Los diagnósticos positivos,ii:i~orrectos suelen estar dados sobre todo por la atrofia multisistémica, la para l1s1s supranuclear progresiva, la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad cerebrovascular Y el temblor esencial. Posibles marcadores biológicos. Son cambios mensura~lcs. en el cu~rpo que constituyen un resultado directo o ind i~·ecto del procesc; morb1do por s1 sol,o. SJ • -como sabemos- existe un largo pcnodo pres111tomatico de Ja enfermeda (cuando aparecen las primeras manif~~taciones mot~ras, la enfermedad puede tener ya unos 10 a 20 años de evoluc1on), es con~eb1ble que estos marcadores puedan identifica rse antes de que aparezcan los smtomas. . La pérd ida de l sentido del olfato (hiposrnia) es un pos1b le marc.ad.or que ya se ha mencionado. Diversos autores so~tiencn guc pueden existir ª1:º: malías mitocondriales en el cerebro, los muscules y las plaquetas. Otros 10 vestigadores han enc~ntrado en el líquido cefalorraquíd~o de pacient~s Parkinsonianos la presencia de un anticuerpo a la dopamma, que .podna · ·, ' ·· p ' lt mo la constituir un marcador potencial de degenerac1on mgnca. or u l ' ENFERMEDAD DE PARKINSON 135 Cuadro 17-1. Criterios clínicos del Banco de Cerebros de la Sociedad de enfermedad de Parkinson del Reino Unido Paso 1. Diagnóstico de síndrome parkinsoniano • Bradicinesia (lentitud en la iniciación del movimiento voluntario, con reducción progresiva en la velocidad y la amplitud de las acciones repetitivas) • Por lo menos uno de los siguientes: Rigidez muscular Temblor de reposo de 4-6 c/s Inestabilidad postura! no causada por compromiso visual, vestibular, cerebe- loso o propioceptivo Paso 2. Criterios que apoyan el diagnóstico de EP (se requieren tres o más para el diagnóstico definitivo de EP) • Comienzo unilateral • Temblor de reposo • Cuadro progresivo • Asimetría persistente que comprometa más el lado donde comenzó • Excelente respuesta (70-100%) a la levodopa • Corea severa inducida por levodopa • Respuesta a la levodopa de 5 años o más •Curso clínico de 10 años o más electroneurofi siología resultaría útil en el diagnóstico presintomático de la enfermedíld (temblor subclínico). La tomografía por emisión de positrones -con fluorodopa- demuestra que en la enfermedad de Parkinson existe una reducción de la captación predominante- mente en el putamen, mientras que en este mismo lugar los receptores dopaminér- gicos 0 2 se encuentran en niveles normales o en un número ligeramente elevado. Hay ciertíls situaciones en las que la tomografía por emisión de positrones puede demostrar una reducción de la dopa mina estriatal en individuos asintomáticos. Todo esto permite abrigar la esperanza de que en un futuro no muy lejano puedan tabularse estos posibles marcadores biológicos para el diagnóstico pre- ciso de la enfermedad de Parkinson. Es más, estos marcadores eventua lmente podrían detectílr la fase prcclínica o temprana de la enfermedad. Por ahora, el diagnóstico sigue siendo cl ínico. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL La siguien te enumeración detalla la signosintomatología que descarta el diagnóstico de enfermedad de Parkinson y a continuación de cada una, entre paréntesis, la entidad nosológica con la que puede asociarse: • Signos pirn111ida/es (parkinsonismo vascular o hidrocefálico; atrofia multi- sistémica, particularmente degeneración estrionígrica) • Discinesia bucolingunl (parkinsonismo medicamentoso, temblor tardío) • Temblor de actitud o inte11cional predo111i11m1te (temblor esencial) • Parálisis de In mirada vertical - hacia abajo- o lateral (parálisis supranuclear progresiva) • Ataxia cerebe/osa (atrofia multisistémica, particularmente atrofia olivopon- tocerebelosa) • Inicio por trastornos de In marcha (síndrome de Hakim-Adams, enfermedad de Binswanger) • Incontinencia urinaria precoz (síndrome de Hakim-Adams) l<lucap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 136 NEUROLOGiA EN ESQUEMAS • Hipotensión ortostáticn nce11tundn (atrofia multisistémica, particularmente síndrome de Shy-Drager) • Trastornos cog11itivos discordantes por su grnvednd o preemi11e11cin en relación co11 In rigidez, In bradici11esia o el te111blor (demencia tipo Alzheimer) • Fenómeno de In mano ajena (degeneración corticobasal ganglionar) • Mioclontns (degeneración corticobasal ganglionar, enfermedad de Creutz- feldt-Jakob) • Movimientos coreoatetósicos (enfermedad de Wilson, enfermedad de Creutzfeldt-Jakob) Otros rasgos atípicos que, si son predominantes o se presentaran en forma temprana, pondrán en duda el correspondiente diagnóstico-y, entre paréntesis, la o las entidades con las que podrán asociarse-son los siguientes: a) temblor atí- pico (degeneración corticobasal ganglionar, atrofia olivopontocerebelosa), b) i11esta/Jilidad postura/ (hidrocefalia con signos parkinsonianos, parálisis supra- nuclear progresiva, atrofia multisistémica), c) 11europntín (hemiatrofia-hemi- parkinsonismo), d) comienzo simétrico (degeneración estrionígrica, parkinso- nismo vascular, hidrocefalia con signos parkinsonianos) y e) nsi111etrín 1110/ora pronunciada (hemiatrofia-hemiparkinsonismo, degeneración corticobasal gan- glionar). Es dable comentar asimismo que si bien se describe el Parkinson juvenil, en estos casos se impone descartar enfer111rdad de Wilson y enfermedad de Hunti11glo11 (forma juvenil de la enfermedad en donde la semiología hipcrtónica y acinélirn es predominante). En caso de rigide/. unilateral debe descartarse una masa cae bral expansiva. PRONÓSTICO Y TRATAMIENTO El pronóstico quoarl vita111 es bueno, porque los pacientes pueden vivir dece- nios, pero la enfermedad es incurable. Hoehn y Yahr (1967) describen los siguientes estadios evolutivos de la enft'r- medad de Parkinson: Estadio 1: Sintomatología unilateral, sin incapacidad o escasa. Estadio 11: Sintomatología bilateral, sin trastornos de la estabilidad postural. Estadio lll: Incapacidad escasa o moderada. Reflejos de postura alterados con inseguridad al girar elcuerpo y ante estímulos externos. Capacid,1d laboral (en torno a la profesión) en parte no alterada. Estadio IV: Cuadro de incapacidad completo. El enfermo, no obstante, puede mantenerse de pie y caminar. Estadio V: El enfermo está obligado a guardar cama o pcrmanecN en un sillón de ruedas y precisa ayudn ajena. El tratamiento es sintomático. La levodopa, combinada con un inhibidor de la dopadccarboxilasa periférica, es el med icamento más dicaz. Su eficacia tien- de a disminuir al cabo de algunos años; por otrn parte, su uso prolongado pue- de determinar la aparici6n de ciertos efectos secundarios como discinesias y fluctuaciones motoras (fe11á111eno 011-off, deterioro de Jiu de dosis). Los anticolinér- gicos ayudan a los pacientes en los que predomina el temblor, aunque hay que ser cautos cuando se prescriben a enfermos de edad avanzada porgue son causa de síndrome confusional con bastante frecuencia. Los agonistas dopaminérgicos (bromoergocripti11n, lisuridn, per8olidn) son particularmente útiles. A ellos se le han ENFERMEDAD DE PARKINSON 137 Cuadro 17 ·2. Tratamiento de la enfermedad de Parkinson Nombre Posología Efectos genérico Presentación recomendada Indicaciones secundarios L-dopa +ben- Tabletas de 250 1 a 4 comprimi- Reposición serazida mg dos/día de DA Discinesias L-dopa + carbi· Tabletas de 250 1 a 4 comprimi- En todas las eta· orolinguofaciales dopa mg dos!día pas del parkin- Distonía sonismo; tem- Hipotensión pranamente ortostática asociado con Diaforesis bromoergo- Arritmia criptina Bromocriptina Glaucoma Tabletas de 7,5 a 30 mg Asociado con Náuseas 2,5 mg y 5 mg L-dopa tempra- Vómitos namente. lnto· lerancia a Insomnio L·dopa Confusión Ropinirol Tabletas de 0,75 a 12 mg Solo o asociado Manía 0.25, 0,50, 1 con L·dopa Depresión y2 mg Propranolol Tabletas de 10, 40-80 mg Temblor Broncoespasmo 40 y 80 mg Insuficiencia car- díaca Bradicardia Bloqueo AV Amantadina Tabletas de 100-300 mg Parkinsonismo Confusión 100 mg leve o mode· Náuseas rado Livedo reticularis lmipramina Tabletas de 25-75 mg Buen coadyu- Sequedad de la 25 mg y cáp- vante en cual- boca sulas de quier etapa Confusión 75 mg Constipación Trihexifenidilo Tabletas de 5·15 mg En todas las eta- Sequedad de la Smg pas del parkin- boca sonismo Constipación Biperideno Tabletas de 4-1 2 mg Intolerancia a Confusión 2 mg y cápsu- L-dopa Alucinaciones las de 4 mg Parkinson1smo Visión borrosa inducido por Retención urinaria neurolépticos Insomnio agregado recie~t~mente la cabergoli11a, el pm111ipexol y el ropi11iro/. La amantadi- na puede ª.dm.m1strarse en los períodos .iniciales. Se ha sugerido que el L-de- ¡re~yl, un rnh1,b1dor de la monoarn1noox1dasa B, asociado con dosis altas de vi- camma E ~odna retrasar el avance de la ,enfermedad, aunque hoy en día existe dontrovers1a acerca del uso de aquélla. Ultimamente han aparecido Jos inhibi- ore~ de la COMT (catecol-o-metiltransfcrasa): el to/capone y el c11tacnpo11e que coi;~.htuyen un nu~vo rccur~o t~rnpéutico para la enfermedad. La inhibició;1 e- rifenca d~ i;sta enzima permite rncrementar los niveles plasmáticos de levogo- pa, obtemendose de esta forma concentraciones más estables de la droga. La https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org l . 138 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS decisión sobre el momento de comenzar el tratam iento, la elección del fármaco y su correspon~icnte dosis es mat~ria de discusión. En el ~uadro 17-2 se, detalla el nombre genenco de algunos farmacos, su presentaoon, la posolog1a reco- mendable, las indicaciones y los efectos secundarios. En los últimos años se han perfeccionado ciertas estrategias quirúrgicas en la enfermedad de Pa rkinson (talamotomía y estimulación talámica, palidotomfa y estimulación del pálido, subtalamotomfa y estimulación subtalámica), hecho pa- ra tener en cuenta en el paciente severamente incapacitado que no responde a la medicación. Cada una de ellas tiene su "área blanco" y su indicación específica. Respecto de los trasplantes de tejido fetal, en la actualidad aún existen innume- rables problemas por resolver. Constituye una enorme expectativa la posib ili- dad de usar células de ingeniería genética de cultivos de tejido en reemplazo de células embrionarias de tejido fetal. Otras fuentes alternativas de tejido dom1n- te incluyen: microcápsulas poliméricas que contienen tejido cro.mafín, fibroblas- tos modificados por vectores retrovirales con capacidad de producir lcvodopa o dopamina y líneas celulares tumorales productoras de dopamina (PCJ2). To- das estas técnicas se encuentran en plena etapa de investigación, al igual que las técnicas de terapia génica (introducción de genes - a través de vectores virales co- mo el virus del herpes simple tipo 1 lHSV-1], el virus adenoasociado [AAV] y los adenovirus- que codifican enzimas responsables de la síntesis de dopamina, o de factores neurotróficos pasibles de retrasar la degeneración nigroestriada o de faci li tar su regeneración). BIBLIOGRAFÍA CAPlT Committee: Core Assessment Program for Jntracerebral Transpl.antations (CAPJT). Mov Oisord 1992;7:2-13. Doty RL, Deems DA, Stcllar S. Olfatory disfunction in parkinsonism: a general deficit unrela- ted tu neurologic signs, disease stage, ur diseasc duration. 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TEMBLORES Temblor esencial Es el más común de los movimientos involuntarios de la neurología y se tra- ta de una afección beni9na que se_ observa en adolescentes, adultos y ancianos (temblor sernl), con caracter hcrcd1tano en hasta el SOo/., de los casos. Los dedos y las manos son los afectados particularmente, pero también otras p~tes del cuerpo suelen estar comprometidas. Puede ser primero unilateral por anos antes de hacerse bilateral y simétrico; cuando es unilateral se observa con m~yor frecuencia en el lado derecho. El temblor se presenta en la actitud y, asi- ~smo, en el curso de los movimientos, incluso es más evidente en algunos pa- cientes; cuando es severo puede acontecer en el reposo. El componente intencio- nal altera laescritura, que con el correr de los años suele tornarse dificultosa e im- p.osible. Es importante destacar que no hay micrografía; por el contrario, los pa- cientes pueden aumentar característicamente el tamaño de su letra. La frecuencia se halla entre 3 y 12 c/ s. El temblor es fino o amplio; la amplitud del temblor ge- neralmente es asimétrica y es mayor la correspondiente al lado dominante. El temblor cefálico puede presentarse solo o en combinación con el temblor de las extremidades superiores, y ser lateral (negativo) o con movimientos si- multáneos de flexoextensión (positivo). Puede acontecer además temblor de la voz, que a veces hace incomprensible la palabra, sm que se presenten temblores en las extremidades o en la cabeza. También se describe compromiso diafragmático. Otras variantes están dadas por el temblor mentoniano y por el llamado temblor ortostático, que se presenta en las extremidades inferiores única- mente cuando el enfermo adopta la posición erecta (aunque hoy en día el temblor ortostático tiende a considerarse una entidad nosológica separada; véase más adelante). educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 140 N EUROLOGIA EN ESQUEMAS El examen neurológico suele ser normal aunque debe recalc~rse, sin ei:nbar- go que el signo de la rueda de11tada puede verse en el temblor esencial, en particular en' el codo. El curso de la enfermedad es lentamente progresivo y no acorta el tiempo de vida. El diag11óstico definili<JO de temblor esencial se basa en: 1) presencia de tem~lo~ de actitud -o postural-en las manos o en los antebrazos que empeora con el mov1m1en- to, en ausencia de cualquier situación o fármaco pasible de causar una exacerbación del temblor fisiológico (se especifican más adelante), en ausencia de signos y sínto- mas cercbelosos y en ausencia de distonía parkinsoniana, hipertiroidismo, alcoholis- mo crónico, neuropatía periférica y estado de ansiedad. Las medicaciones -que se sn- be que son trcmorogénicas- incluyen: a) a_gonista_s beta,_ ~or ejemplo, ~e~butal!n~, b) litio, c) neurolépticos, d) valproato, e) antidepresivos tnc1chcos, f) antih1stam1mcos, g) anticolinérgicos, h) corticosteroides, e i) ag?nistas dopaminérgicos; o 2) temblor de actih.1d de las manos o de los antebrazos sm componente intencional, a lo que se agrega temblor cefálico, en ausencia de cualquier estado o fá rmaco pasible de cnu- sar una exacerbación del temblor fisiológico, y en ausencia de síntomas y signos cc- rebelosos, y de enfcrmedéld de PMkinson y distonía. . El temblor esenciéll debe diferenciarse del parkinsoniano y pa ra e llo llenen mayor importancia la presencia o la ausencia de algunos signos asociados (mar- cadores) que las carncterísticas semiológicas del temblor mismo. Así, la fa lta, la disminución o la asimetría en la amplitud del movimiento de ba lanceo de los brazos durante Ja marcha, la ad iadococinesia, la amimia y/ o la excitnbi lidéld e inagotabilidad del reflejo nasopalpebral, entre otros, se asocian en forma sign~ ficativa con el temblor parkinsoniano y permiten diagnosticar esta última enti- dad. Por otra parte, aunque los parkinsonianos también presentan temblor de actitud, en esta posición la amplitud del movimiento dis111i1111ye en formn franca (a la inversa que en el temblor esencial). Finalmente, cuando haya que hacer una distinción entre el temblor parkinsoniano y el temblor esencial, el co111pom•11- te cefálico orientará al diagnóstico de esta última entidad (en la serie de Factor)' Brown, sólo el 1 % de los parkinsonianos lo presentó). La causa del temblor esencial no se conoce claramente pero se cree que pue- de responder a cierto grado de desequilibrio del sistema nervioso autónomo. Además, no está determinada la naturaleza de las lesiones características. Desde el punto de vista terapéutico el propmnolol y la pri111ido11a -a veces usa- dos en combinación- suelen ser beneficiosos, aunque un número pequeño de pacientes no responden y la remisión, por otra parte, no siempre es compl~ta. Se están llevando a cabo procedimientos de estimulaci611 cerebral profunda a mvel del tálamo con resu ltados promisorios. Temblor ortostático Tiende a considcrnrse una entidad independiente. Desde el punto de vi~ta semiológico, los p<icicntes encuentran dificultad creciente en la P?Sición de pie, ' ya que ni cabo de 10 segundos de estar qmetos, les resulta 1mpos1ble mantene~ se, tornándose insegu ros, por lo que deben dar un paso para recupera~ el equi- librio. Sin embargo, las caídas d istan de ser frecuentes, ya que el pac1e~tc co- mienzél a moverse tan pronto ocurre el temblor. El diagnóstico puede conf1rma_r- se por medio de la elcctromiografía de superficie, que ~emuc~tra 1~ existencia de una activación rítmica de los músculos de las extremidades mfcnores, a una frecuencia de 14- 18 c / s, que es mayor que la hallada tanto en el tcmbl<:>r fisioló- gico como en el temblor esencial propiamente dicho. La edad d_e comienzo del cuadro puede variar desde la tercera a la séptima década de la vida, pero!ª m~ yoría de los pacientes lo desarrollan en la sexta o la séptima década. La historia MOVIMIENTOS INVOLUNTARIOS 141 Cuadro 1.8-1. Díagnóstíco díferencíal entre el temblor ortostátíco y el temblor esencial Semíología Edad de comienzo Antecedentes hereditarios Ocurrencia Compromiso de las extremidades inferiores Frecuencia del temblor Respuesta al: Alcohol Propranolol Clonazepam Fenobarbital Primidona Temblor ortostático Tardía Raros En posición de pie Siempre 14-16 c/s Ausente Ausente Buena Buena Buena Temblor esencial Temprana (adultez) En el 50% En la postura Raramente 6-8 c/s Excelente Excelente Relativa Buena Buena familiar - a la inversa de lo que acontece en el temblor esencial- es rara, y Jos hombres y las mu¡eres son afectados por igua l. Hasta el año "! 992, sólo se habfon comumcado 28 casos en la bibliografía ~m~n~ in l (Th~mpson). La etiología se des.conoce y -so~o ya se corpentara ;ll prmc1p10- hoy tiende a considerarse una entidad nosolog1ca aparte del temblor esencial (véase cuadro 18-1). Existe bue- na respuesta al clonazepnm, el fe1wbarhital, la pri111ido11a y el ácido valproico, pero no responde al alcohol ru al propranolol (como el temblor esencial). Temblor tardío Es un t~mblor predomii;an_temente ?e actitud ~ intención que ocurre luego d~l trn,tam1ento c~n neurolepticos, persiste despues de la suspensión de la me- cti~ac1on y no me¡ora con fármacos antiparkinsonianos o destinados al trata- n_uento del temblor esencial. Se asocia con una típica discinesia tardía en ausen- c1_a, po~ otra part~, de signosintomat_ología parkinsoniana (a la inversa del par- kmsornsmo medJCamentoso). No existen antecedentes hereditarios u otra etio- logía que ex~liquc el temblor, que característicamente mejora con tetrabe11azi11a, droga deplec1onante prcsináptica dopaminérgica. Otros temblores . Otra_s causas de temblor esttín dí'ldas por el hipcrtiroidismo, la ansiedad y la fa- ti~a, la mg~s_ta de anfetam inas, litio y antidepresivos tricícl icos, e l alcoholismo cró- nico, el delm um tremens y la _c1_1fermed<id_ de ~i!son (t1~mblor de actitud) y las enfer- medades c~rebelo~as_y la tox1c1dad por d1fe111 lh1dantomí'I (te111blor i11te11cional). _El algontmo (f1g. 18-1) sirve de bnse para realizar un diagnóstico certero que evite cualquier causa de error. COREAS Enfermedad de Huntingt on . E_s una ~nfermedad hercdi_taria, ~utosómica dominante, que hace su apa- nc1on hacia la cuarta o la qumta decada de la vida y se manifiesta por corea oduup https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 142 N EUROLOGIA EN ESQUEMAS M OVIMIENTOS INVOLUNTARIOS 143 ·Hay antecedentes de trau- Algoritmo Temblor ~ fTiatismo craneoencefálico ~I Sospeche: previo sin pérdida de conocr- Temblor postraumático miento? ¿El pacie~te prese~ta m?: - [{;Hay antecedentes de ~nges- 1 vimientos 1nvoluntanos, nt ;ón de alcohol y estigmas s · sospeche: micosy oscilatorios, ~lre~e- dor de un eje de equ1hbno? ~ enólicos_ y/o el tem_~lor se~ Alcoholismo crónico acompana de ag1tac1on, de· Delirium tremens -¡ sorientación, alucinaciones e hipertermia? l Diagnostique: Temblor ¿El _temblor coe.xi:;te con mo- Sí Pida: Dosificación de 1 de~ ___.. vim1entos d1stonrcos y co- ~ ceruloplasmlna, cupre- 1 .... ¿Existe componente -.- reoatetósicos y manifestacio- mia y cupruria ... - nes hepáticas? - actitud? ----- ¿El temblor es lino y rápido y ~[Descarte: Hlpert1ro1-___,,_ se asocia a taquicardia, suda- dismo ción y enflaquecimiento? + + ¿El temblor se in-Sí crementa luego -----;- Sospeche: Parkinsonismo j Pida: Determinación ...-- de la suspensión de la medicación de hormonas tiroideas neuroléptica? en plasma (T4, T3 y T4 ~ - Sospeche: Lesión cerebe- libre) ~ . El examen demuestra losa o de sus vías Sí - {á presencia de temblor - intencional? - ~ L de 1 - Descarte: Enfermedad 1 . . . . L.!. Sospeche: Wilson j¿Existe disc1nes1a bucohngual? Temblor tar- l sr + dio ~ r ~ ¿Hay antecedentes de drogas ~ Sospeche: Temblor ' (neurolépticos. bloqueantes cálcicos -cinarizina, flunarizi- farmacológico Sospeche: na-, reserpina, antidepresi- ---~ Sí Sospeche: Temblor Temblor vos tricíclicos, litio. amiodaro- ortostático na, difenilhidantoína) o tóxi- ~tóxico cos (alcohol, manganeso, mo- Si t nóxido de carbono, MPTP, ¿Existe temblor en la ,...---" ~ plomo, arsénico, mercurio. posición de pie? fósforo)? ____../ ~~ ¿Existe el fenómeno de ~I Sospeche: Temblor esen· la rueda dentada en el ~ cial examen clínico? ' Si ___./ ~ ¿El temblor adopta la actitud de ~ "contar dinero" y/o se asocia a No ¿Hay antecedentes heredi- ~ ___./ falta, disminución o asimetría r--.. tarios y temblor de voz y/o . El paciente presenta Sí en la amplitud del movimiento Sospeche: ~ ? ~ ·- de balanceo de brazos durante de cabeza? Sí ~ Temblor - componente de reposo. la marcha, adiadococinesia, Sí esencial amimia y/o exaltación del refle-~I Sospeche: Parkinsonismo ~ • JO nasopalpebral? No ¿ ~ ~ T "'=:::: - Fig. 18-1. Algoritmo del paciente con temblor. ., l oducap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 144 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS y demencia. El gen causante está ligado al cromosoma 4. Los movimientos co- reicos afectan la cara y los músculos del tronco y las extremidades; el coreico no puede conservar una contracción sostenida, como mantener el pu11o uniforme- mente cerrado (sig110 del ordelindor). La demencia suele aparecer con posteriori- dad a la corea pero a veces la antecede y se revela por cambios emocionales y de personalidad - no son raros los suicidios-, seguidos de alternciones mnésicas y de la capacidad intelectual. La enfe rmedad progresa len tamente, con una du- ración de alrededor de quince años desde el momento de su inicio. En los casos avanzndos los estud ios por neuroimágenes muestrnn atrofia bi- lateral del núcleo caudndo con configuración de los ventrículos laterales en "alas de mariposa". Desde el punto de vista anatomopatológico hay pérdida de las pequeiias neuronas del núcleo caudado, del putamen y de la corteza cerebral. El análisis genético en la enfermedad de Huntington adquiere cada día ma- yor importancia y resulta una Ctyuda inestimable en el rfin,~11óslico clí11ico de la enfermedad, al poner de manifiesto - en el brazo corto del cromosoma 4- la r('- pctición del trinucleótido CAC (citosina, adenina y guanina) de 40 veces o más (el número normal osci la de 1l a 34). Las hulirofenonas (ha loperidol) y lasfe11otiazi1111s disminuyen los movimientos coreicos; su uso debe plantearse teniendo presentes los posibles efectos adver- sos. También puede recurrirse a la tetrabenazina o a Ja rcserpi1111. Debe destacarse, por último, que en pacientes jóvenes la enfermedad no se revela por movimientos coreicos y lo que domina el cuadro es un síndrome aci- neto-rígido. Otras coreas Otras ca usas de corea para tener en cuenta están dadas por Ja ataxia telan- giectásica, la enfermedad de Wilson, el síndrome de Lesch-Nyhan, la coreo- ncnntoci losis (coreas hereditarias) o bien la corca de Sydcnham, las encefalitis (corcas infecciosas), los medicamentos (lcvodopa, estrógcnos, difenilhidantoí- nn, an tipsicóticos), la gravidez, la tirotoxicosis, el lupus eritcmntoso y ln polici- temia vera. La corea senil es de cnusa degenerativa. HEMIBALISMO Cuando la corea toma una mitad del cuerpo, manifestcíndos(' como un mo\'i- miento de contorsión v lan7amiento de lns extremidades, se denomina hemiba- lismo y es secundario' a un accidente vnscular que afectc1 el núcleo subtalámico de Luys. El tratamiento con lrnloperidol suele ser eficaz. DISCINESIA TARDÍA Esta entidad aparece en un gran número de pacientes que han sido sometj- dos a un tratamiento prolongado con neurolépticos y frecu('ntemente despues de la suspensión de estos medicamentos. Clínicamente, (') t•nfcrmo presenta movimientos lentos, estereotipados v continuos que afectan la lengua, los labios )'In mandíbula; asimismo se ven peÍ:1ueños movimientos de fle>.ión y extensión de los dedos de las manos y los pies, mientras que los músculos proximales no participan. Se comprueban también movimientos del tronco que adoptan un patrón repetitivo de flexión y extensión. MOVIMIENTOS INVOLUNTARIOS 145 Cuadro_ 18-2. Diagnóstico diferencial de la discinesia tardía y la enfermedad de Huntmgton Signos clínicos Acatisia Balanceo de los brazos Marcar el paso Sacar intermitentemente la len9ua Movimientos de pronosupinacion Movimientos reptantes Corea de la frente Protrusión de la lengua "Signo del ordeñador" Marcha Discinesia tardía Presente Presente Presente Presente Presentes Ausentes Ausente Se mantiene Ausente Normal Enfermedad de Huntington Ausente Ausente Ausente Rara vez presente Ausentes Presentes Presente No se mantiene Presente Atáxica, balbuceante La discinesia tardía debe diferenciarse, entre otros cuéldros, de la enfermedad de Huntington (en est<l última hay falta de antecedentes de ingestión de neuro- Jépticos ). A veces res u Ita, ~ifíci l hacer el diagnóstico diferencia 1, pero, sin embar- so, hay algunos signos uttles para tener en cuenta (véase cuadro "18-2). El sustrato fisiopatológi_co de la. ~i~cinesia tardía se desconoce, aunque se cree qu~ puede de?ers~ a h1persens1b1hdad de los receptores postsinápticos a la dopamma y a su_smtcs1s aumentada, secundaria al bloqueo en el cuerpo estria- do. La ~etrnbenawrn o la rcsap111n pueden ali\·iar el movimiento; la clozapi11a o la olnnzapma (con menos efectos adversos), se utilizan en algunos casos en los que en el enfermo se reanuda su psicosis. MIOCLONÍAS Las contra~ciones brusca~ y rápidas, de tipo fásico o clón ico, que se asientan en un solo musculo o en vanos, son la consecuencia de una amplia variedad de procesos. las sacudidas mioclónicas benignas se observan en el sueño, el mio- clono ~senci?l, familiai: ~ esporád ic?, y asociadas con el pequeíio 111af epiléptico. Las ~1oclomas s1_ntomat1cas se asocian con epilepsia mioclónica familiar de Un- verncht, demencias de Creut;1fcldt-Jakob y de Alzheimer (en su último estadio), d~gen_erac~ones del cerebelo, lipoidosis, panencefalitis esclerosante subaguda, hipox1a -s111dro111e de úmcc-Adams-, causa medicamentosa (levodopa, tricíclicos) Y enfermedades sistémica'> (encefalopatía hepática, urémica y por diálisis). Des- de_ el punto de vista terapéutico, el c/011azepa111, el ácido val¡iroico, el pimceta111, la prnnidona y el 5-hidroxitripl<Ífmio son particularmente útiles; con frecuencia es necesario recurrir a diversas asociaciones para rnejornr el cuadro. TICS Son m~vimientos rápidos, habitualmente coordinados y complejos que to- m~n ~n mismo grupo muscular y se repiten siempre de igual forma; suelen su- pn~use voluntariamente P?r cierto tie':11po, lo que lleva al paciente a una sen- sac1on de malestar o angustia que termma por llevarlo a la reiteración del mo- vimiento.Pueden ser simples o complejos, motores o verbales. En el síndrome de Gilles de la Tourette los tics se asocian con trastornos psíquicos (comportamiento ritualístico, fóbico y sexualmente agresivo) y educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 146 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS automutilación y puede observarse la existencia de ecolalia y coprolalia. l a enfermedad suele comenzar entre los 5 y los 15 años de edad. Muchos pa- cientes mejoran con bloqueantes dopaminérgicos (hnloperidol) y antagonistas cálcicos (jlunarizí1rn). Otros medicamentos que pueden ensayarse son el clo- nazepa111 y la cl0Hiái11a. DISTONÍAS Las contracciones musculares sostenidas que imprimen a ciertos segmentos de los miembros, o a una parte del cuerpo, actitudes extremas de contorsión se dividen en primarias y secundarias. Las primeras pueden ser hereditarias (he- rencia autosómica dominante o rcccsiva) o idiopáticas. Las segundas suelen re- lacionarse con la enfermedad de Huntington o la enfermedad de Wilson; asi- mismo, pueden exteriorizar encefalitis, traumatismo craneano, lesión cerebral perinatal, accidente encefalov<lscular, toxicidad por manganeso o monóxido de carbono, o bien una ca Lisa medic<lmentosa (fenotiazinas, levodopa). La forma idiopática de comienzo infantil -distonía de torsión o muscular deformante- se caracteriza por la presencia de espasmos extensos que se ma ni- fiestan sobre todo durante el movimiento; afectan en primer lugar las extremi- dades inferiores y luego el tronco y las extremidades superiores. El tratamiento es sintomático. Los anticolinérgicos, particularmente el lrihexifc11iái/01 brind¡¡n alguna mejoría. Ejemplos de distonía focal son el tortícolis espasmódico, el blefarospasmo (hemiespasmo facial clónico), la distonía oromandibular (síndrome de Meige), el calambre del escribiente y la disfonía espástica. Estos cuadros pueden bene- ficiarse con lisurida y trihexifenidilo -a veces usados en combinación- o median- te inyecciones locales de toxi11a botulé11ica que producen cierto grado de paresia reversible en los múscu los inyectados. SÍNDROME DE LAS PIERNAS INQUIETAS Los pacientes presentan, genera lmente en el momento previo al suciio, una sensación desagradable en las piernas (parestesias), que obliga a mover- las para c¡¡lmar la molestia y acontece únicamente en el reposo (en la cama o en un sillón blando). Este movimiento puede cesar por la influencia de lavo- lunt¡¡d (como los tics), pero reaparece en forma involuntaria. Casi siempre afecta a individuos añosos y es probable que esté relacionado con una lesión radicular posterior - anormalidad del disco intervertebral o lesión osteoartrí- tica- o con un canal lumbosacro estrecho; debe diferenciarse del síndrome de "pies ardientes" (burning jf'('f) en el marco de una polineuropatía. T(lmbién puede asociarse con anemi¡¡ ferropénica, cuadro que mejora con la correspon- · d iente administración de hierro, o con insuficiencia venosa en los miembros inferiores. Los criterios diaRnósticos son los s iguientes: a) sensación desagradable en las piernas a la noche, con dificultad para iniciar el sueño, b) disestesias u "hormigueo" en la profundidad de las pantorrillas, malestar habitualmente asociado con algias gcneraliL:ildas en las extremidades inferiores, c) alivio de los síntomas con el movimiento de las piernas y d) polisomnografía, quepo- ne de manifiesto la existencfa de movimientos en los miembros al comienzo del sueño. Este cuadro puede responder al clo11azepam y a la levodopa. MOVIMIENTOS INVOLUNTARIOS 14 7 BIBLIOGRAFÍA Brodeur C, l\~ontplaisir ), Marinice R, Godbout R. Treatment of RLS nnd PLMS w"tl L-d . . doubl.c-b_!md .conti:oll c~I study. l~eurol.ogy l988;35:l84S-S. 1 1 opa. a Diagnosttc Class1f1cat10n Stcenng Comm 1ttec Thor~ MJ c1-n· 1 t · l CI · · ti f SJ, o· ·d, .. ¡y , · · . ' " 1rmiln. n ernat10na ass1fica- d~;.: ~sso~~fitio:~o~99os. ingnos1s and Coding t anual. Rochcstcr: American Sleep Disor- Ekbom KA. Restless lcgs s¡' 1~drome .. N~uro logy 1960;10:866-73. Facto 9 r 9 SA, Brown D. Clm1cil l vanahons of trcmor in l'arkiiwHi's d i'ºease Mov o· d l 1 ;6(3):273-7. ' ~ · ISOr Findl~y LJ,,Koller WC, De Witt J~ et al. Cla.ssification and definition of tremor. Citado or Find- 11~} LJ, en Lor 1 d Walton of DctdMnt, editor. Tndications for and cliniC"al implicationf of botu- 1!1um toxm t icrapy. Londo_n:. Royal Society of Medicine; 1993. . 22-23. 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Tolosa E, Kulisevsk1 J. 1ic<; and myoclonus. Curr Opin eurol J.urosurg 1992;5:314-20. oducop https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Qc;rpftu10 · 19 Enfermedades del eer.ebelo El cerebelo puede afectarse por noxas de distinto tipo: vascu lares, infeccio- Sa!i, tóxicas, degenerativas y tumorales. En la figura 19-1 se estudian los princi- pales elementos consti tutivos del síndrome cerebeloso. ENFERMEDADES VASCULARES Consisten fundamentalmente en la hemorragia cerebelosa y el infarto. Hemorragia cerebelosa Casi el 10% de las hemorragias intracraneanas tienen lugar en el cerebelo. La etiología es la hipertensión arterial en el 70% de los casos. Estas hemorra- gias suelen ubicarse en los hemisferios cerebelosos; las no h ipertensivas (a nti - coagulación, malformaciones arteriovenosas) lo hacen en el vermis y en la re- gión subcortical. Clínicamente, el enfermo presenta cefalea nuca! y vómi tos, acompañados de una sensación de vértigo. En el examen semiológico se com prueba la existenci a de ataxia en la marcha s i se afecta el vermis y un hemisíndrome cerebeloso cuando existen lesiones hem isféri cas. La hemorragia puede com- primir el IV ventrículo, lo que lleva a hidrocefalia secundaria que motiva qu e el paciente deba ser intervenido quirúrgicamente y en forma rápida. La tomografía compu tari zada cerebral permite objetivar la lesión con nitidez y certeza. Infarto cerebeloso El paciente se presenta con vértigo, cefalea, náuseas y vómitos. Clí11icn111ente se constatn la existencin de ataxia de la marcha, nistagmo y, a veces, abolición del reflejo córneo y paresin facial homolateral a la lesión, por compresión del tronco encefálico. En otras oportunidades hay alteración del estado de la con- ciencia y rigidez de nuca por compresión del tronco y tumefacción del cerebe- lo, lo que puede llevar asimismo a una hernia a través del agujero occipital. El dingn6sfico se confirma a través de los exámenes complementarios (tomografía computarizada, resonancia magnética - véase fig. 19-2-). ..tu cap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 150 NEUROLOGiA EN ESQUEMAS f · · f ndamental del cerebelo es la coordinación muscular (taxia o sinergia) La unc1on u . . 1 y el contralor indirecto del tono muscu ar ASINERGIA Aumento de la base de sustentación Marcha de ebrio Marcha en "cuatro patas". Para tocar con el talón la región glútea, flexiona primero el muslo sobre la pelvis. levantando mucho el pie sobre la cama Del lado afectado separa y levanta demasiado la piernaf( . .. •Wl , I ,,.,..,, Ñ. 1 ~ .. ..,, ... J1.=-'-'"'" ' .... ,,,., ... ~ ~ .. ¿ - ,,,~ .. t. ... 1 ~"' P".J:JÚ ... ~ t~ Escritura. Sobrepasa el límite ll¡ado para deten~r el trazo (hipermotna) Adiadococinesia. El enfermo no puede hacer este movimiento alternativo Prueba de la pasividad de And~é-Thomas. Reflejos pendulares El brazo afectado en un hem1s1ndrome se mueve desmesuradamente Un hem1síndrome cerebeloso puro corresponde a lesiones homolaterales Fig. 19_1_ Síndrome cerebeloso. (Cont.) HIPOTONÍA MUSCULAR ENFERMEDADES DEL CEREBELO 151 La patología cerebelosa se traduce fundamentalmente por tres condiciones: A) Asinergia (o ataxia cerebelosa) que determina la hipermetría B) Hipotonía muscular (pasividad) C) Temblor intencional y rnslagmo Falla de flexión compensadora en miembros inferiores Prueba de la flexión combinada. Haciendo sentar al enfermo con los brazos cruzados, los talones se levantan Ataxia cerebelosa (hipermetría). Ataxia cerebefosa (hipermetría). Ataxia que no se corrige con la visión como ocurre con la ataxia medular. En ef síndrome cerebefoso puro no hay signo de Romberg Prueba del vaso. La mano se abre desmesuradamente Dejando caer el brazo, el lado enfermo oscila como péndulo (pasividad) Prueba de fa resistencia de Stewart y Holmes. Af soltarle la mano se golpea contra el brazo Fig. 19-1. (Cont.) https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 152 NEUROLOGIA EN ESQUEMAS Fig. 19-2. Infarto en el territorio de.la arteria cerebelosa anteroinfenor 1z· quierda, visto en tomografía computa- rizada (nivel protuberancial) y en re- sonancia magnética con administra- ción de gadolinio (corte ponderado en T1 a nivel protuberancia!) . ENFERMEDADES INFECCIOSAS Absceso cerebeloso Es una colección supurada unilocular o multilocular'. simple o mú.ltiple, cons- tituida en el interior del cerebelo y generalmente motivada por lesiones supu- radas del oído y la mastoides. _ . . . . El pílcicnt~ presenta cef~ lea, a lo qu~, se an.aden m~ ni1·esta~1ones prop1D~ de localizacion cerebclosa: 1ncoord 1nac1on, ad1adococmes1a, h1potonia, tem blor, nistagmo. A veces el síndrome cerebel?so es exclusivamente unilateral. Se comprueba leucocitosis con polinucleos1s y aumcn~o de, la. velocidad de eritrosed imentación. Los gérmenes responsables, _e l diagnostico y el trata- miento son simi lares a los considerados en el capitu lo sobre enfermedades infecciosas. ENFERMEDADES DEL CEREBELO 153 Tuberculosis cerebelosa Es una localización sumamente rara de Mycobacferium tuberculosis. Como es lógico suponer, su frecuencia ha disminuido en las últimas décadas. Afecta más a los niños y a los adolescentes. El segmento central del cerebelo es el más com- prometido y el germen coloniza a partir de un foco pulmonar~ ganglionar u os- teoarticular, por vía hcmatógena. Se forma un tejido de granu lación con focos de caseosis, rodeado de una cáscara esclerosa más o menos gruesa, de un tama- ño que oscila de 1 a 3 cm de diámetro, que se ha denominado tuberculoma. Es frecuente que curse sin sintomatología. El diagnóstico es entonces difícil s i no puede relaciona rse con un foco tuberculoso activo en otro lugar del organismo. El tratamiento es el mismo de la meningitis tuberculosa que será considerado. Otras causas infecciosas Diversas infecciones pueden ocasionar un síndrome cerebeloso. Además del caso de la tuberculosis, que puede hacerlo al extenderse y no controlarse la in- fección (por d iagnóstico tardío o resistencia del germen), los agentes involucra- dos son virus (grupo del herpes, Coxsackie, ECHO, HIV), enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, Kuru, criptococosis, toxoplasmosis y leptospirosis. ENFERMEDADES TÓXICAS Las causas tóxicas que pueden dar lugar a un cuadro de sintomatología ce- rebelosa son lns siguientes: J) n11tico11vulsivn11les (difeni lhidantoína, carbamaze- pina); 2) citostríticos (cisplahno, arabinósido de citosina, 5-fluorouracilo); 3) into- xicnciones por metales (plomo, talio, mercurio}, DDT, disolventes inorgánicos; 4) litio, isoniacida, nitrofurantoína, nitrazepam, alcohol eh1 ico. ENFERMEDADES DEGENERATIVAS Comprenden un grupo importante de enfermedades heredofamiliarcs, como la enfermedad de f. riedreich, la heredoataxia cerebelosa de Pierre Marie, la atrofia oli- vopontocerebelosa y la atrofia cerebclosa tardía de Pierre Marie, Foix y Alajouanine. En los últimos años todos estos cuadros -englobados bajo la denominación de ataxias hererlilarias- han presen tado avances importantes desde el pL1nto de vista diagnóstico, por la descripción específica de los genes involucrados, ubi- cados en loci cromosómicos determinados. En orden de mantener el perfil y los alcances de este libro, se remite al lector al capítulo 36 -Ncurogenética- para brindarle no sólo la mutación cromosómica halladél en cada una de estas enti- ~adcs, sino también un breve pero actualizado anális is del avance que la gené- tica ha impreso a las neurociencias, de cara al siglo XXI. Enfermedad de Friedreich Descrita por Friedreich en 1863, su herencia es reccsiva autosómica. Se inicia entre los 6 y los 15 años de edad, más comúnmente en hombres y no es de ob- servación muy frecuente. Anatornopatológicamente hay degeneración en las raíces y los cordones posteriores, los haces cspinocerebelosos directos y los ha- ces piramidales. Los síntomas indican precisamente una combinación de lesio- nes radiculocordonales posteriores, cerebelosas y piramidales: https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 154 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS cuadro 19-1. Enfermedades degenerativas del cerebelo Entidad Presentación Clfnica Evolución Tratamiento Enfermedad Herencia re- Ataxia de las Progresión Dieta pobre en de Refsum cesiva auto- extremidades, lenta, en de- ácido filánico sómica nistagmo, poli- pendencia con sustitu- Trastorno del neuropatía, re- con el trata- ción de vita- metabolismo tinitis pigmen- miento minas A, C y del ácido ti- ta ria E; a veces tánico plasmaféresis Abetalipopro- Herencia re- Ataxia de las Progresión Sustitución de teinemia cesiva auto- extremidades, lenta, en de- vitaminas E, (Bassen- sómica arreflexia, poli- pendencia A y K. Dieta Kornzweig) Trastorno del neuropatía, con el trata- con pocos metabolismo deformidades miento ácidos grasos lípido óseas de cadena larga Oisinergia ce- Herencia auto- Epilepsia, mio- Progresión 5-hidroxitriptó- rebelosa sómica do- clonías de ac- lenta fano, valproa- mioclónica minante o re- ción, ataxia, to, clonaze- (Ramsay- cesiva demencia pam Hunt) Ataxia telan- Herencia re- Ataxia, coreoa- Imposibilidad Profilaxis an- giectásica cesiva auto- tetosis, déficit de deambu- ti infecciosa (louis-Bar) sómica de lgA lación en la edad infantil Síndrome de Herencia re- Trastorno míe- Progresión a Fludrocortiso- Shy-Drager cesiva auto- cional, hipo- lo largo de na, midodrina sómica o es- tensión ortos- años porádica !ática, ataxia, parkinsonismo 1) Trnstomos motores. Ataxia tabctocerebelosa con dcambulación del mismo ti- po. El signo de ~omberg existe.ª ~~ces. . , . . 2) Trastornos se11sit1vos. De la sens1b1hdad profunda (abatiestcsia, apalestes1a, abarestesia) y táctil cpicrítica. . . . . . 3) Trastornos reflejos. Arreflexia patelar y aquihana co.n signo de Ba_bin.sk1 bila- teral (su aparición algunas veces puede ser poster_ior a l?s demas s1g:ios); 4) SiRnos cerebelosos. Temblor intencional, nistagmo, d1smetrw, ad1adococines1a. 5) T;astornos de la pnlabr~. Pnlabra. len!a y escandi~a. . _ 6) 'frastornos tróficos. Ciloescohos1s, pie de Fncdre1ch (varo equmo y cavus). Evoluciona lentamente y en forma progresiva. La dificultnd para cnminar ya se baila a los cinco nños del inicio. La muerte se produce por ~~fermedades pul- monares o cardíacas intercurrentes a los 15 años de la evoluc1on. Heredoataxia cerebelosa Descrita por Pierre Marie en 1893, se trata de un proceso heredita~io do- minante autosómico. El cuadro comienzapor el cerebelo y luego se extien~c a la médula. La sintomatología es muy semejante a la enfermedad de Fnedre1ch. ENFERMEDADES DEL CEREBELO 155 Sin embargo, en la heredoataxia son más frecuentes la exageración de los re- flejos, las alteraciones tipo atrofia óptica y las oftalmoplejías. Además puede tener un comienzo más tardío, entre los 30 y los 40 años, generalmente fal- tan la cifoescoli osis y el pie cavo y no suele haber trastornos de la sensibi- lidad profunda. Su evolución es más lenta que la de la enfermedad de Fried re i ch. Atrofia olivopontocerebelosa Esta enfermedad, de herencia dominante autosóm ica o esporádica, pre- senta lesiones degenerativas de las olivas, los núcleos del puente y los pe- dúnculos cerebelosos medios. De comienzo tardío, hacia la quinta década, cursa con un síndrome cerebeloso progresivo, un cuadro grave de deterioro psíquico (demencia) y, en la mitad de los casos, con signos cxtrapiramidales (parkinsonismo). Hay asimismo trastornos del l0nguaje y la escritura. Las neuroimágenes demuestran la existencia de atrofia cerebclosa y del tronco encefálico. La muerte ocurre a Jos cuatro o cinco años del establecimiento de Ja enfermedad. Atrofia cerebelosa tardía La atrofia cerebelosa tardía, descrita en 1922 por Pierre Marie, Foix y Alajoua- nine, se caracteriza por una atrofia que compromete la parte superior de la cor- teza cerebclosa, con predominio en el vermis y las porciones adyacentes de los hemisferios. Se observa sin carácter hereditario en la 5ª y la 6ª década de la vi- da. La instalación de ataxia de la marcha y de trastornos del equilibrio es pro- gresiva y a veces se observan nistagmo, hipotonía y manifestaciones piramidn- fes. las neuroimágenes permiten visualizar la dilatación de las cisternas cerebe- losas. Tiene buen pronóstico de vida. Otras enfermedades degenerativas En e l cuadro 19-1 se ana lizan otras entidades. TUMORES DEL CEREBELO Los tumores cerebelosos tienen su asiento en los hemisferios, en la línea me- dia o vermis, o en el ángulo pontocerebeloso. En el adulto están dados por he- mangioblastoma, astrocitoma y metástasis; en e l niño por meduloblastoma, as- trocitoma, hemangioblastoma y quiste dermoide. Desde el punto de vista clt11ico, aparecen signos de h ipertens ión endocranea- na y signos de localización, con la particularidad de que por localizarse en la fo- ~a posterio1~ los signos de hipertensión endocrnneana son precoces y de rápida instalación: cefalea de localización nuca!, disminución de la agudeza visual y edema de papila. Los tumores del vermis presentan trastornos del equilibrio y de la marcha con aumento de la base de sustentación, asinergia de tronco y tendencia a la retro- pulsión. El nistagmo y la disartria suelen coexistir. Los tumores de los hemisferios cursan con un síndrome ccrebeloso homolateral: incoordinación motriz de los miembros, lateropulsión e hipotonía muscular. El diagnóstico se corrobora a través de los exámenes complementarios (tomo- grafía, resonancia). El tratamiento es análogo al de los ttimores cerebrales. lducap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 156 NEUROLOGfA EN ESQUEMAS Síndromes cerebelosos paraneoplásicos Una atrofia cerebclosa puede preceder con mucha anticipación a la neopla- sia. Se observa en el carcinoma bronquial de células pequeñas (oat-cell), en el carcinoma ovárico y en ciert~s li.nfomas malign?s. Existen aut_oanticue~pos es- peáficos en el suero y en el hqmdo cefalorraqu1deo que permiten la bus9L1eda orientada del tumor primario (anti-yo, anti-hu, anti-ri). El opsoclono o bailot<'O ocular (da11ci11g eye) generalmente refl~j~ disfunción ? alt~ra,ci~n cerebelosa; a veces puede aparecer como manifestacion de neoplasias. s1stem1~~s (neuroblas- toma en los niños). La macroglobulinem1~ ~e Waldenst~om tamb1en puede pro- ducir un síndrome cerebeloso paraneoplasico. Su pronostico se relaciona con el tratamiento del proceso primario y la posible exéresis del tumor. BIBLIOGRAFÍA Adams RD, Victor M. 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Es ta disfunción puede deberse a una reducción brusca de flujo en el árbol arterial encefálico, o sea a una isquemia, o bien a la ruptura de la pared vas- cular en algún punto de ese árbol, con lesión producida por la hemorragia se- cundaria. ETIOLOGÍA Las isquemias pueden deberse a varias causas, pero Ja ateroembolia y la em- bolia de origen cardíaco conforman más del 70%, aunque este porcentaje dismi- nuye en los pacientes menores de 40 años. La ateroembolia consiste en el desprendimiento de material plaquetario y ate- romatoso de placas ulceradas de arterias de Ja circulación encefálica, ya sean in- tracraneanas o extracraneanas. Este material, una vez desprendido, es arrastra- do por la corriente sanguínea hasta que su avance se vea detenido por la estre- chez del calibre del vaso. Esto produce su obstrucción, con caída del flujo distal a la obstrucción, o sea una isquemia. La embolia proviene de las cavidades cardíacas izquierdas. Las causas embolí- genas más frecuentes son: estenosis mitral, fib1ilación auricular y cambios brus- cos del ritmo cardíaco, zonas de acinesia miocárdica (particularmente la produci- da por infartos anteriores), aneurisma ventricular, endocard itis bacter iana . . Otras causas de isquemia están dadas por la hipertensión arterial, e l meca- nismo hemodinámico (el hipoflujo posterior a una lesión estenosante, que pue- de ser agravado o precipitado por un episod io de hipotensión arterial), el va- soespasmo, la anemia, la hipoglucem ia y los cuadros de hiperviscosidad (poli- gJobulia, hiperproteinemia). Por el contrario, las h emorragias se deben a hipertensión arterial o a malfor- maciones vasculares (aneurismas, angiomas). Otras causas están dadas por dis- crasias sanguíneas, tumores primarios o metastásicos, angiopatía amiloide y consumo de tóxicos, como anfetaminas o cocaína. Asimismo, debe tenerse en cuenta la terapéutica anticoagulante y la transformación de un infarto isquémi- co en hemorrágico. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 158 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS CLÍNICA Isquemia La isq uemia puede man ifcs l<irsc como una disfunción cncefalovascular agu- da que se resuelve o desaparece espontáneamente en forma completa en no más de 24 horas -accidente o atar¡ue isquémico transitorio- (AIT, véase fig. 20-1). Esto permite la posibilidad de diagnosticar y tratar a los p<lcien les que lo presentan antes de que sobrevenga un nccide11te encefalovascular co11stit11irlo o co111pletado, en donde el cuadro encefálico agudo se desarrolla rápidamente, no progresa más allá de un corto lapso (generalmente no más de 1 hora) y no retrograda en for- ma franca luego de pasadas las 24 horas, con la consiguiente secuela inevitable - infarto encefálico- (véase Hemiplejía). Los síntomas característicos de isquemia en el territorio carotídeo están da- dos por la existencia de amaurosis fugaz (pérdida brusca y fugaz de la visi ón de un ojo, que puede estar revelando la éllcroembolia homolaleréll de las arterias of- tálmica y central de la re ti n<l, con pun to de partida en p lac<is ulceradas carotí- deas), embolias de colesterol en el fondo de ojo, compromiso piramidal y facial central,cuadros directos y no <l itemos, trastornos neuropsicológicos (afasiéls, apraxias y agnosias, con la única excepción de las agnosias visuales), y por el hallazgo de alteraciones de los pulsos y los soplos carotídeos. Por el contrario, los signos y los síntomas que revelan la existencia de isque- mia en el territorio vertebrobasilar son aquellos que producen manifestaciones en el tronco cerebral: vértigo, diplopía, compromiso de los pares craneanos (ex- cepto el facial central cuando coincide con una hemiparcsia directa), drop aflacks, ataxia, trastornos sensitivos disociados del trastorno motor y cuadros alternos. La semiología puede poner de manifiesto la presenciél de soplos vertebrales o subclavios. Hemorragia Lél hemorragia hipertensiva suele ocasionar, amén de la signosintomatolo- gía propia de cada área lesionada, su tamaño y eventual ext<msión en el sistema ventricular, la presencia de signos de hipertensión endocraneana (cefalea, vómi- tos) y <ilteración del nivel de conciencia de grado variable. La hemorragia por malformación vascular suele ir acompañada de una ce- falea súbita e intensa con confusión, obnubilación, estupor o coma posterior. Es frecuente, asimismo, la existencia de signos meníngeos y de irritabilidad corti- cal (bajo la forma de crisis epilépticas foca les que muchas veces pueden antece- der a la hemorragia en sí). DIAGNÓSTICO En todo accidente encefalovascular debe realizarse el triple diagnóstico al pi_e de la cama del enfermo: diagnóstico de la forma clínica, diagnóstico del terri- torio vascular comprometido y, finalmente, diagnóstico de la lesión. Las formas clínicas que pueden adoptar los accidentes encefalovasculares son las siguientes: accidente o ataque isq11émico transitorio, déficit neurológico isqué- mico reversible (DNIR), accidentl' encefalomscular en evoluci611 y accidente encefalo- vascu/ar constituido o completado. Del° primero y últi mo ya hemos hablado al refe- rimos a la clínica de la isquemia. El D IR es una disfunción encefalovascular En las lesiones del lado derecho no hay trastornos del lenguaje Hemiparesia o mono- paresia transitoria del lado opuesto de la isquemia ACCIDENTE ENCEFALOVASCULAR (STROKE) 159 Amaurosis fugaz (lado de la isquemia) Afasia transitoria ,_ ___ _,! Estenosis carotídea --- --"'. /\ I izquierda (soplo auscu ltatorio) La insuficiencia vertebrobasilar se caracteriza por diplopía y disartria transitorias, vértigo y drop attacks. A la auscultación, soplos vertebrosubclavios Fig. 20-1. At~que isquémico transitorio (AIT) en territorio carotídeo izquierdo. oducap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 160 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS aguda que desaparece o se resuelve en un término mayor que el de 24 horas, ge- neralmente en pocos días (es, por así decü~ un AIT que dura más de 24 horas) y, finalmente, el accidente enccfalovascular en evolución es una disfw1ción aguda que se instala gradualmente o en etapas y de este modo progresa a lo largo de 24 horas. Recordemos que en el diagnóstico del territorio vascular comprometido, co- mo se estableció anteriormente, hay signos y síntomas que orientan hacia el compromiso del territorio carotídeo o vertebrobasilar y es necesario tenerlo en cuenta. El tipo de lesión producido puede ser un infarto o una hemorragia. A su vez, el infarto puede ser de origen isquémico o embólico. El diagnóstico del tipo dl' lesión se hace, por supuesto, por medio de la tomografía computari;¿ada o la re- sonancia magnética por imágenes, pero es importante sospecharlo clínicamen- te, para obtener una orientación clínica más precoz. Los factores que orientan hacia el diagnóstico de infarto isquémico son los siguientes: hiperli pidemia, arlcriopatía coronaria o periférica, tabaquismo, d ia- betes, antecedentes o forma clínica de AIT o DNTR, presencia de soplos <irteria- les, embolié1S de colesterol en el fondo de ojo y poliglobulia. Aquellos que permiten sospechar, por el contrario, la posible existencia de un infarto embólico de origen cardíaco son: presencia de foco embolígeno, acci- dente encefalovascu lar en evolución que con frecuencia se vincula a las embo- lias como mec<lnismo causa l y accidente encefalovascular constituido severo, genernlmente, con expresión de hemiplejía severa. Por último, recordemos que los elementos clínjcos que orientan hacia el diag- nóstico de hemorragia son: signos de rupertensión endocraneana, s ignos me- níngeos y de irritabilidad cortical y crisis hipertensiva. EXÁMENES COMPLEMENTARIOS La tomografía computarizada y la resonancia magnética por imágenes son obligatorias para confirmar los diagnósticos clínicos preestablecidos. La tomografía puede mostrar la presencia de lesiones isquémicas o hemorrá- gicas. Los infartos se exteriori;¿ai1 en la tomografía pasadas las 48 horas de su instalación y su contenido hemorrágico, que es indicio de embolia como meca- nismo causal, puede aparecer enh·e la segunda y la tercera semana de aconteci- do el episodio. Sin embargo, a través de este método pueden recabarse los s ig- nos tomográficos precoces de isquemia: a) borramicnto de los márgenes del nú- cleo lenticu lar (diferenciación entre putamen-cápsula externa y globo pálido· cápsu la interna) y b) d isminución de la densidad cortical con aplané1miento de las circunvoluciones. Lesiones isquémicas Las lesiones producidas por las isquem ias son los infartos. Éstos pueden te- ner distintas características, aspecto rad iológico y localización, que dependen de la fisiopatología gue los origine. Infartos de zo11as ter111i11ales (watershed infarctions). Se as ientan en las zo- nas limítrofes entre las arterias cerebral anterior v cerebral media, o entre ésta y la cerebral posterior. Su causa más frecuenté es hemodinámica y, por lo tanto, se deben a hipotensión arterial, estenosis hcmodinámicamente significativas de los grandes troncos arteriales o a la asociación de ambas (véase fig. 20-2). ACCIDENTE ENCEFALOVASCULAR (STROKE) 161 Fíg. 20-2. Infarto limítrofe entre las ar terias silviana Y cerebral posterior izquierdas. d 11:/artos lncwrnres .. Se visualizan como pequerios infartos profu d d ea o_s 1:1 ovoides, b1lat~rales. Se asocian con el mecanismo hem id·n ,os'. re' on~ ractenstJcan~ente con hrrertensión arterial (véase fig. 4-3). e marmco ) ca _lfnfn:tos corflco-subcort1cafes. Suelen ser lesiones amplias fre t h nus eneas y con t' · d" t ·b . . , cuen emente e- extem , . . ip1ca is n uoon vascular más o menos triangular con base de cavfla~:;t~~~~Z~~;~(~i:.,~~~;ª2~~i).siempre es la atcroembolia o la embolia Infartos de h'o11co. Son difícilmente objetivables por tomografía no as' nanoa· es probable q e fi · 1 , . , e 1 por reso-, u su siopato ogia sea similar a los del resto del encéfalo. ~ig. 20-3 . • . . · Gran ~nfarto cort1co-subcorhcal con efecto de masa en territorio silviano izquierdo. ..iucap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 162 NEUROLOGIA EN ESQUEMAS Fig. 20-4. Hematoma profundo lenticular izquierdo. Lesiones hemorrágicas Hematomas profundos. Se asientan en las regiones putaminal o putaminocap- sular (véase fig. 20-4). Otros pueden observarse en las regiones talámicas y fre- cuentemente tienen extensión ventricular. Otros hematomas profundos se asientan en el tronco (mesencéfalo y protuberancia). Esta ubicación es poco fre- cuente pero fatal. Se asocian con hipertensión arterial. Hematomas lobares. Su asiento más frecuente es el lóbulo parietal, aunque pueden producirse en otros lóbulos, especialmente el frontal y el occipital. Pue- den asociarse con hipertensión arterial, malformaciones vasculares, tumores o angiopatía amiloide (asociada, a su vez, con la enfermedad de Alzheimer). Otros liematomas. Merecen destacarse los hematomas cerebelosos de la fosa pos- terior, porque suelen provocar un síndrome brusco de hipertensión endocraneana, io que impone la cimgía descompresiva. Suelen ser hipertensivos en su mayoría. El estudioDoppler con ecotomografía se utiliza para la valoración no inva- siva de los vasos del cuello. El Doppler transcraneano permite exami nar .las ar- terias intracraneanas, atravesando el cráneo por las ventanas óseas tempornlcs, orbitarias y foramen magno. Este método permite asimismo la detección de se- ñales microembólicas, su correlación clínica y su confirmación patológica (/JIO· ' ni/oreo de 111icroé111bolos en caso de estenosis intracraneanas). La angiografía se p lanteará en el estudio de las hemorragias cuya causa no sea clara, aquellas pasibles de tratamiento quirúrgico ante el hallazgo de una malformacion vascular, y en ciertos casos puntuales de e1úermedad carotídea. Por otra parte constituye el diagnóstico concluyente en caso de arteriopatías no ateromatosas (enfermedad de Takayasu, displasia fibromuscular, enfermedad de Moya-Moya). La angiorresonancia, incorporada en los últimos años, permite la visualiz~ ci_ón de vasos ~anguíneos, tanto arterias como venas,.sin la necesidad de adm1- rustrar sustancia de contraste por vía intravascular (fig. 20-5). \ ACCIDENTE ENCEFALOVASCULAR (STROKE) 163 Fig. 20-5. Angiorresonancia. Estenosis del sifón carotideo derecho. El examen cardiovascular (ecocardiografía en modos By M, ecografía trans- esofágica) será necesario ante la sospecha de accidente embolígeno. Estos exámenes a veces deben completarse con estudios inmunológicos, se- rológicos y de coagulación, entre otros, en pacientes cuyo cuadro no resulta cla- ro y en pacientes jóvenes en quienes la ateromatosis no es la regla. TRATAMIENTO De la isquemia cerebral Medidas generales: inclL1yen la corrección de los factores de riesgo de la aterosclerosis, el más importante de los cuales es la hipertensión arterial, que debe controlarse en forma gradual. En caso de accidente encefalovascular completado se respetarán las presiones de 180/110 y 170/100, en pacientes hi- per~ensos y normotensos, respectivamente. La sueroterapia debe utilizarse en P~c~en~es con ~rasto~nos d~ .la conciencia y/ o dcglutorios. Se debe controlar la d~nar;n1ca resp1ratona y utilizar en caso de que sea necesario una sonda naso- gastnca para evitar la broncoaspiración. El cuidado de las escaras y los esfín- teres e~ de p~r~ic1;1lar importancia. Puede recurrirse a la heparina subcutánea en dosis proftlachcas (5.000 Ul cada 12 h) para evitar el riesgo de tromboem- boha de pulmón; las heparinas de bajo peso molecular (nadroparina) tendrían menores efectos adversos que la heparina, con una eficacia similar. En caso de ~ecesidad pueden administrarse anticonvulsivantcs. El uso de corticoides no hene asidero fisiopatológico ni justificación científica. Se debe insistir en la re- habilitación precoz del enfermo. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1.64 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS Tratamiento con a11tiagrega11tes plaqrtetarios: la aspirina, que inhibe la ci- clooxigenasa -enzima involucrada en la síntesis del tromboxano A2 de las pla- quetas-, en dosis de 325 mg/ día reduce considerablemente la incidencia de AJT. También se ha mostrado eficnz la asociación de aspirina y dipiridamol. La ticlopidi11n con acción antiadhcsiva-antiagregante plaquctaria, de diferente meca nismo, se prefiere a la anterior en casos de infarto isquémico o an te el ha- llazgo tomográfico de secuelas de esta índole. El clopidogrPI -d roga incorpora- da en los últimos años-ha demostrado igual acción antiagregante, pero sin los efectos adversos de la ticlopidina, en estudios controlados llevados a cabo re- cientemente. La seguridad del fármaco hace innecesaria la realización de con- troles hematológicos periódicos. Tratamiento anticoagula11te: este trntamiento puede plantearse ante la exis- tencia de AIT repetidos y no controlados con antiagregantcs, y en caso de ncci- dente encefalovascular en evolución, recordando siempre sus contraindicacio- nes sistémirns y neurológicas. Tratamiento fibrinolltíco: el tratam iento con rt-PA (aclivador del plasmincí- geno tisulnr recombinante) por víD intravenosa, cuando se administrn dentro de las tres primeras horas del evento isguémico, ha demostrado eficacia en aumen- tar el número de pacientes funcionalmente independientes a los tres meses. Se administra en dosis de 0,9 mg/kg, el 10% en bolo y el resto en la hora siguien- te. El objetivo del tratamiento en el infarto cerebra l es prccisnmente la recupera- ción de la función neurológica a través del aumento de la perfusión en la zona isguémica. La utilidad de la trombólisis está limitada por la estrechez de la ven- tana terapéutica y por la transformación hemorrágica del infarto. Por otra par- te, los pacientes que se han de tratar deben ser seleccionados adecuadamente. La utili.1.ación del fármaco en unidades especializadas (unidades de stroke) ha lo- grado una disminución considerable de las complicaciones del tratamiento fi- brinol ítico. Tratamiento quirúrgico: en la enfermedad oclusiva atcrosclcrótica se limita a la e11dnrterectomía carotídm. Puede tener su indicación en casos de estenosis carotí- deas cxtracraneanas hemodinámicamen te significativas (75% o más) que presen- ten una correlación clín ica adecuada (carótidas sintomáticas). Sigue siendo moti- vo de controvcrsin la cirugía en el caso de estenosis rnrotídcas asintomáticas. Otra modalidad quirúrgica incluye la angioplnstia tra11s/11111i11al, procedimien- to que se completa con la colocación de un stent (de este modo se fragmenta el atcroma que comprime la pared arterial, expandiendo la lu.1. del vnso cstenóti- co). Este método está indicado en los casos de lesiones inaccesibles y extensas, reestenosis y en pacientes con elevado riesgo quirúrgico para la técnica conven- cional. Del infarto embólico Se conoce el uso de los anticoagulantcs para prevenir la recurrencia de la cm- ' bolia cerebral de origen cardíaco. El enfermo está expuesto a un nito período de reembolización (estimado en el 15% en las dos primeras semanas), pero la con- trapMtida de esto es que puede haber una transformación hemorrágica espon- tánea del infarto isquémico en alrededor del 25% de los pacientes (véase fig . 20-6). El uso de estos agentes en el primer caso disminuiría el riesgo, pero podría agra- var el cuadro clínico en el segundo. Rey (1989) propone una escala de puntuación, tomando criterios cardiológi- cos, tomográficos y cliniconeurológicos, como guía para decidir el inicio de la anticoagulación, una vez descartadas sus contraindicaciones generales (véase cuadro 20-1). ACCIDENTE ENCEFALOVASCULAR (STROKE) 165 Fig. 20-6. Gran infarto cór1ico-subcortical silviano izquierdo con contenido hemorrágico. Se suman Jos criterios tomográficos y cliniconeurológicos, se Jes restan los cardiológicos y se obtiene un puntajc para el paciente. Se comienza la anticoa- gulación según el s iguien te esquema: O o menos puntos: .iniciar anlicoagulació.n a las 48 horas del in farto. 1 o 2 puntos: esperar 7 díns, repetir Te antes de empezar lD anticoagulacicín. 3 o 4 puntos: esperar 14 días, repetir re antes de empeza r la anticoagulación. 5 o más puntos: esperar 21 días, repetir re antes de empezar la anticoagulacicín. Las mismas considerncioncs respecto de la terapéutica con fibrinolíticos son válidas en el tratamiento del infarto embólico. De todos modos, la mejor forma de tratar una embolia cerebral es su preven- c_ión, teniendo presente todas las cardiopatías que son pasibles de embolización (infartos de miocardio, cardiopatías reumáticas, fibrilación auricular de origen no valvular, entre otras). De la hemorragia Los hematomas intracerebrales se tratan con med idas de sostén y dirigidas a controlar, en el caso necesario, Ja presión intracraneana. Se debe consultar al neurocirujano cuando el paciente haya sobrevivido al episodio agudo, no pre- sente s ignos de lesión cerebral irreversible pero sí s ignos de empeoramiento progresivo, que hagan meditar la posibilidad de extraer el hematoma, sobre to- do en el caso de que sea lobar y accesible.Los hematomas cerebelosos que desarrollan un síndrome de hipertensión endocraneana (por hidrocefalia obstructiva) y signos troncales generalmente son quirúrgicos. La hemorragia subaracnoidea es pasible de tratamiento quirúrgico inme- diato, si ciertas condiciones lo permiten (aneurisma accesible comprobable educap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 166 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS Cuadro 20-1. Escala de puntuación para iniciar la anticoagulación Cardiológicos A) evidencia de trombos murales= -2 B) si son protruyentes y/o móviles = -3 C) ecolucencia central del trombo = -1 D) válvula mecánica= -2 E) importante segmento acinético ventricular = - 2 F) frecuentes entradas y sali- das del ritmo sinusal = - 1 Tomográficos A) infarto hemorrágico = +5 B) infarto mayor de 3 cm = +3 C) infarto entre 1 cm y 3 cm= +1 D) infarto menor de 1 cm o TC normal = O E) refuerzo poscon- traste = +1 Cliniconeurológicos A) trastorno de la con- ciencia = +5 B) déficit masivo = +4 C) déficit moderado = +2 D) déficit leve o transito- rio = O E) TA> 180/100 = +2 angiográficamente, ausencia de vasoespasmo, buen estado de la conciencia y defecto neurológico mínimo), o se pospondrá recu rriénd ose previamente al tratamiento médico. Una de las complicaciones más temid as, el vasoes- pasmo, puede trata rse mediante el suministro de expa nsores plasmáticos (dextrán), eventualmente dopnmínn intravenosa con monitoreo de la tensión arterial o bien recurriendo al empleo de los bloqueantes cálcicos (nímodípína, 2 mg/hora intravenosos durante dos semanas, continuando luego con poso- logía oral). Por úl timo, las malformaciones arteriovenosas pueden extirparse tras la li- gadura de las arterias que las nutren o recurriendo a la cmbolización arterial co- rrespondiente. Conducta futura La ed ucación sani taria de la comunidad, el adecundo entrenamiento profe- sional (neurólogos y demás especial is las involucr<ldos en el cuidado del strokc, personal para médico, neurointensivistas), la provisión de información específi- ca sobre el diagnóstico y manejo del accidente enccfolovascular, el desarrollo de protocolos adecuados y de las unidades de ictus, y el abandono de ciertas acti- tudes (la prevención y el tratamiento no son efectivos, la unidad de stroke es de- masiado costosa1 la mortalidad se reduce a expensas de la calidad de vida, la re- habi litación no es adecuada, etc.), constituven la alternativa más ambiciosa en el tratamiento del accidente encefalovascular. BIBLIOGRAFÍA Barnett HJM, Mohr JP, Stcin BM, Yatsu FM . Stroke pathophysi1>logy. Diagnosis and managc- , mcnt. Ncw York: Churchill Livingstonc; 1993. Diencr l IC, Cunha L, Forbcs C, et al . European Stroke Prcvention Study 2. 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J Nl'urosurg Rey ~C, MontC'vc>~dl' DA, Espinol><l Rl\I, Villa J\.\11, Vilari1io D. ¿Cuándo iniciar la antico.1gula- c1on en un pacwnte con un.1 t•mbolia ce:ebral de origen cardíaco? t.:n,1 propuest,1. rr.1bajo presentado en <' I XXIX Congn'~o Argentmo de Ncun>logía, Libro dl• Resúmenes de Ternas Libres, 1989. Sharis PJ, Cannon CP, Loscalzo J. Tlw antiplatelet cffccts of ticlopidinC' and clopidogrel. /\nn ln- tcrn Med !998;129:304. The Europe?n Ad l loc Consensus Croup. Optimizing intcnsive care in stroke: An Europcan perspcctive. Cerebro,·asc Dis 1997;7:113-28. Toole JF. Cercbrova~cular disorders. 4'~ cd. Ncw York: Ravcn Press; 1990. Wahlgren >JG, Yama.guchi T, cd itors. Acutc strokc thcrnpy: optima! care of the strokc pnlicnt. Cerebrovasc ü 1s l997;7(Supp l 3). https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Capítulo 21 Facomatosis Bajo el término facomatosis se incluye una serie de malformaciones que se manifiestan tanto en el sistema nervioso como en otras partes del organismo, particularmente ln piel. Se describirán la ncurofibromatosis o enfermedad de v::m Recklinghauscn, la angiomatosis encefa lotrigeminal o enfermedad de Stur- ge-Wcber-Dirnitri, la esclerosis tuberosa o enfermedad de Bourneville, la enfer- medad de von Hippcl-Lindau y la ataxia telangiectásica o enfermedad de Louis-Bar. NEUROFIBROMATOSIS DE voN RECKLINGHAUSEN La neurofibromatosis se caracteriza por la presencia de múltiples neuro- fibromas cutáneos extendidos y de anomalías de pigmentación de Ja piel que dan Jugar a las clásicas "manchas de café con leche". Estas manchas apa- recen característicamente en el tronco y las axilas y siempre deben buscar- se cuando se sospecha la enfermedad, pues más de seis manchas mayores de 1,5 cm de diámetro son ampliamente sugestivas de la entidad. Los neu- rofibromas pueden desarrollarse asimismo en el tejido conjuntivo de las vainas nerviosas y afectar tanto los nervios periféricos {paresias periféricas progresivas) como las raíces nerviosas, que secundariamente, por expan- sión intraespinal, pueden conducir a un cuadro de compres ión medular. Los nervios craneanos suelen afectarse, sobre lodo el auditivo produciendo u_n síndrome del ángulo pontoccrebeloso y el ópt ico que ll eva a la amauro- sis a causa de su atrofia. Los ncurofibromas pueden degene rarse maligna- mente. En estos pacientes también suelen encontrarse meningiomas. Asi- mismo, se describe compromiso del trigémino, facia 1 y ncu mogástrico, que causa debilidad de los músculos faciales y debi li dad y atrofi a de los mús- culos masticatorios. Pueden presentarse cuadros convulsivos y el síndrome de hipertensión endocrnneana debido a hidrocefa liél. Las fracturas espontá- neas, aunque no muy frecuentes, son secundarias a fibrodisplasiél o forrna- c~ón ósea quística. En Ja figura 21-1 se señalan los principales hallazgos clí- nicos de la enfermedad. El diagnóstico de ncurofibromatosis se lleva a cabo por la presencia de estos tumores y las características lesiones pigmentadas en la piel. Los tumores son sésiles o pediculados y pueden palparse a lo largo de un trayecto nervioso pe- riférico. El diagnóstico es definitivo cuando existen por lo menos dos de las ma- nifestaciones que se enumeran en el cuadro 21-1. https://booksmedicos.orghttps://booksmedicos.org 170 NEUROLOGIA EN ESQUEMAS Mancha café con leche periorbitaria (buscarlas en axilas y tronco) Convulsiones Amaurosis ... . . ,. . .-/ . :;:.~: ·1 . .. o :~···-:.. • f .... ht J • ~, Síndrome del ángulo pontocerebeloso Compromiso del VII y X par Neurofibromas cutáneos Compresión medular Radiculalgias I ' A veces paresias periféricas Fracturas espontáneas Fig. 21-1. Cuadro clínico de la neurofibromatosis. La enfermedad carece de tratamiento específico; sin embargo, los rncningio- mas del ángulo pontoccrebeloso y los tumores de Jos nervios ra9uídcos o cra- neanos pueden ser pasibles de cirugía, sobre todo cuando sobreviene una com- presión medular que amenace la integridad del parénquim~ o en casos de com- promiso progresivo del tronco cerebral. A veces debe recurrirse a la descompre- sión de la hidrocefalia. ' ANGIOMATOSIS ENCEFALOTRIGEMINAL (enfermedad de Sturge-Weber-Dimitri) Desde el punto de vista clínico se manifiesta por un nevo facial de color roj? vinoso en el territorio de una o más ramas del trigémino, déficit intelectual, ep1• lepsia focal y eventualmente un cuadro herniparético contr~lateral, acom~ana do de atrofia y acortamiento de las extremidades. Se descnbe la presencia de glaucoma, exoftalmos, atrofia óptica, así como de angiomas retinianos. No se fACOMATOSIS 171 cuadro 21-1. Criterios diagnósticos en la neurofibromatosis 1. Seis o más maí!chas café con leche (de 0,5 cm de diámetro en prepúberes y 1,5 cm en pospuberes) 2. Manchas c~fé con leche en las a~ilas o las ingles (zonas no expuestas al sol) 3. Dos neurof1bromas de cualquier tipo o uno plexiforme 4. Glioma óptico 5. Dos o más nódulos de Lysch en el iris 6. Lesione~ óseas. características: displasia del ala mayor del esfenoides o seu- doartros1s congenita 7. Un familiar de primer grado con diagnóstico definitivo de neurofibromatosis ~ispo~1: de tratamiento e~pecífico¡ l~>s antico,nvulsivant:s pueden paliar las cri- sis ep1lept1cas. La anatomw patolog1ca revelo la presencia de una malformación vascular similar en las men inges y la cortezíl cerebral. ESCLEROSIS TUBEROSA (enfermedad de Bo11meville) La esclerosis tuberosa presenta una tríada caractcrísticíl : debilidad mental crisis epilépticas y adenomas sebáceos. Casi todos los nilios presentan retras~ n:ental )'.ªen los p_rimeros años y las tres cunrtas partes de ellos desarrollan le- siones hipomelanot1cas o manchas acrómicas - son necesarias más de tres, ma- y_ores de _1, cm, para _realizar el diagnóstico precoz de la enfermedad-. La epilep- sia tamb1en so~rev1ene en una etapa tempraníl. Varios años después pueden apare~;r las les10nes cutáneas faciales que se distribuyen simétricamente sobre la reg.ion malar y nasal y cuyo tamaño varía de varios milímetros a un centíme- ~o. A veces pueden observarse manchas de color café con leche y, también, le- s10nes hamarton~atosas subungulares características de la enfermedad, que Ja emparentan g~nettcamente_ :on la neurofibromatosis. Se describen tumores que a~e~tan otros organos: los rmones presentan en su superficie o en la corteza cre- cmue~tos nodulares y en el corazón aparecen rabdomiomas. En el cerebro se descnbe la presencia de tumefacciones nodulares de las circunvoluciones con- formadas por grandes astrocitos anormales. Estas masas también pueddn ha- llarse en la médula o en el interior de los ventrículos cerebrales. Puede ocurrii~ como en el caso de la neurofibromatosis, degeneración maligna. En la retina suelen hacerse presentes tubérculos conformados por neuroglia anormal. ENFERMEDAD DE VON HIPPEL-LINDAU . Est~ entidad se caracteriza por la presencia de hemangioblastomas en los he- m1sf~.:1os cerebek;sos con angiom.atosi~ .~e la retina y alteraciones quísticas en los nnones y el pancreas. Hace su apanc1on en lél cuarta a sexta década de la vi- da Y se m~nifiesta con signos de estirpe ccrcbclosél, hemorragia infratentorial, malformacwnes vasculares del tronco cerebral o angiomatosis retiniana. Es de destacar que en esta enfermedad no existen alteraciones cutáneas. Se relaciona c?n la policiternia y el feocromocitoma, particularmente cuando existen heman- gtomas ce~ebelosos . Ante _todo enfermo que presente una hemorragia encefáli- ca no exphcable, acompanada de aumento del hematócrito, siempre debe sos- pecharse es.ta enfermedad. Tampoco tiene tratamiento específico. Los operados de hemang.ioblastoma cerebeloso pueden tener un buen pronóstico. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org r 1 1 172 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS ATAXIA TELANGIECTÁSICA (enfermedad de Lo11is-Bar) La enfermedad de Louis-Bar es una ataxia cerebelosa que comien¿a en la pri- mera infancia, de curso lento, que lleva al niño a una invalidez progresiva an- tes de que alcance la adultez. Se describen manifestaciones coreoatetósicas. Po- co después suelen aparecer las clásicas telangiectasias conjuntivales que más tarde se extienden a otras partes del cuerpo, sobre todo a los puntos de flexión. Clínicamente, el enfermo presenta ataxia del tronco y las extremidades, disar- tria, nistagmo y, además, convulsiones mioclónicas, arreflcxia, signo de Babins- ki y pérdida de la sensibilidad profun.da di~tal, que recuerda a la de l_a enferme- dad de Friedreich. Son frecuentes las mfecoones pulmonares y otornnolanngo- lógicas. La frecuencia de neoplasias del sistema linforreticu loendotelial es ele- vada; en el p lnsma de estos enfermos puede encontrarse una disminución de las gammaglobulinas y un aumento de la alfafetoproteína. HERENCIA EN LAS FACOMATOSIS La neurofibromatosis de von Recklinghausen, la esclerosis tuberosa y la en- fermedad de von J.-Jippel-Lindélu presentan herencia autosómica dom inante. La ataxia telangiectásica es autosómica recesiva y la angiomatosis encefalotrigemi- nal es esporádica (la existencia de transmisión genética no se ha demostrado). La delimitación de la mutación responsable de algunos de estos cuadros en el gen y en el cromosoma involucrados se estudia en el capítulo 36. Remitimos al lector a su búsqueda. BIBLIOGRAFÍA Gutmann OH, Coll ins FS. Rt.-ccnt progrcss towards undcrstanding the molecular biology oí von Recklinghauscn·~ ncuroíibromatosis. Ann Ncurol 1992;31:555-61. Martu.a1 l~L. Fldridgt' R. Ncuroíibromatosis 2 (bilateral acoustic neurofibromato>.i<>). N Engl J Mcd 1988;318:68-l-8. :\lational lnstitulL'S oí Hcalth Conscnsus Development Coníerence. Neurofibrom,1to~is. Confc- rcn~ statcmcnt. Arch Ncurol 1988;45:575-8. Riccardi \'Yf. Ncuroíibromatosis. Phenotype, natural history, and pathogcnesis, 2••' cd. Balti- more: Johns Hopkins l.:niversity; 1992. Rodríguez Gómcz M, editor. Ncurocutaneous discases. A practica] approach. Bo~ton: Buttcr- worth; 1987. Capítulo 22 Síndromes lobares En neurología, el internista se encuentra con una serie de síndromes encefá- licos que corresponden a una lesión determinada, que, obrando sobre uno u otro lóbulo cerebral, provoca una d isfunción que puede ser puesta de manifies- to a través de una semiología razonada <11 p ie de la cama del enfermo. En esto estr iba otro de los grandes capítulos de la ncurologfo: los síndromes tobares. Se estudi~rán seguidamcn~: los sír;dromcs fronta l, parietal, temporal y occipital y se hara una breve menc1on,del sindromc del cuerpo ca lloso, las marúfestaciones psiquiátricas focales y el síndrome scudobL1lbar. SÍNDROME FRONTAL Síndrome prerrolándico o frontal ascendente Origina, en general, un cuadro de epilepsia jacksoniana por irritación, que no se acompaña de pérdida de la conciencia a menos que se generalice. Podrá a~optar los tipos facial, braquial o crurnl según la convulsión afecte la cara, co- mience por los dedos de la mar10 o por los dedos del pie. También puede mani- festarse por monoparesia o monoplejía, o bien hemiplejía. Síndrome del área precentral Corresponde a las áreas 6, 8, 9, JO y 11 de Brodmann. Su lesión da luga r a la aparición de los siguientes fenómenos:1) Trastornos psiquiátricos. Se manifiestan por cambios de personalidad, apa- tía, bradipsiquia, fal ta de iniciativa, alteraciones de la conducta social (exhi- bicionismo sexual, micción pública) o bien, raramente, por un cuadro de al ie- nación mental, con tendencia a decir chis tes, lo que se denomi na maria. 2) Aparición de reflej~s patoló~icos. El _reflejo de prensión forzada (grnsp reflex) es normal _en los pnmeros anos de vida pero luego desaparece. Consiste en que al excitar la palma de la mano del enfermo, ya sea con un objeto o con los _dedos, ésta s~ cierra sobre ellos y se mantiene cerrada, dando trabajo abnrla. Este refleio generalmente es del lado opuesto a la lesión frontal, pero también puede ser homolateral. Un fenómeno similar puede hallarse en la planta de los pies (reflejo plantar tónico). https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 174 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS Puede verse asimismo un reflejo de aproximación o imantación: movimien- to de la mano del enfermo que s igue la dirección de determinado objeto que entra en contacto con ella. 3) Apraxias. Puede observarse la denominada apraxia simpática y, asimismo, apraxia de la marcha. La aprnxia simpática se produce del lado izquierdo y se asocia con af,1sia de Broca. Se debe a lesiones frontales izquierdas que comprometen la vía dl' clSO- ciación transcallosa con el hemisferio derecho, lo que motiva la apraxia del mismo lado de la lesión. La apraxin rle In marcha "consiste esencialmente en una disminución o pérdida de la facultad de disponer de manera conveniente las piernas con el fin de en minar, independientemente de toda paresia u otro trastorno funcional". La d ificultad mayor acontece en la iniciación del movimiento. Se produce por les iones fronta- les paracentrales bilatera les que también se asocian con incontinencia. Otra manifestación que puede observarse es la llamada ntnxin fro11t11/ de Bru11s. Consiste en un trastorno postura! con retropulsión, acompañad<1 o no de lateropulsión. Cuando el trastorno es ligero, el pélciente, estando ele pie, tiene el cuerpo echado hacia atrás¡ cuando es importante, no puede man te- nerse en pie y cae hacia atrás o le es imposible la postura erguida. 4) Trastornos afásicos. La lesión del pie de la tercera circunvolución frontal del hemisferio dominante produce afasia de Broca o de expresión. 5) Ataques de caída. Los pacientes suelen sufrir caídas por pérdida súbita del temo postura!. 6) Alteraciones del tono muscular. El paciente presenta rigidez del hemicuer- po contralateral, adquiriendo muchas veces una actitud parkinsonitma uni- lateral. Se debe a desconexión con los ganglios basales. Pueden observarse asimismo convulsiones de tipo tónico que suelen co- menzar con crisis ocu lógiras (desviación de la mirada hacia el lado opuesto a la lesi6n) o conformando una crisis adversiva (rotación cefálica, también hacia el lado opuesto, con abducción del braw y flexión del antebrazo sobre éste). 7) Manifestaciones seudocerebelosas. Pueden ocurrir en el hemicuerpo contra- lateral, por desconexión frontopontocerebelosa (hemibraditeleocinesia). 8) Trastornos vegetativos. Son múltiples los trastornos que pueden presentarse, como diaforesis, modificaciones del pulso, sofocos y la ya mencionada incon- tinencia urinaria. Síndrome de la región orbitaria Los procesos lesionn lcs de la base o de la región orbit<iria pueden ca usar el dc- nomiMdo sí11rlro111e rle Foster-Ke1111edy: neuritis óptica retrobulbar con escotoma cen- trn l y atrofü1 ópticn en e.l lado de la lesión y edema de papila del oh·o lado. T¡¡mbién suelen ocasionar onosmia homolateral por presión directa sobre el nervio olf<1 torio. ' En ln figura 22-1 se resumen las características clínicas del s índrome fronta l. SÍNDROME PARIETAL 1) Trastornos sensitivos. El paciente puede manifestar crisis de parestesias (epi- lepsia somatosens itiva) y hemianestesia contralaterales (la sensibilidad pro- funda se altera más que la su perficial). Es frecuente la perturbación del sen- tido de discriminación táctil, la astereognosia (pérdida del reconocimiento de los objetos por el tacto) y la agrafcstesia (pérdida del reconocimiento de un Lesiones frontales para- centrales: Apraxia de la marcha Incontinencia urinaria Paraparesia espástica Monoparesia o monoplejía Reflejo de prensión forzada (puede ser homolateral) Signos seudocerebelosos y seudoparkinsonianos Epilepsia focal motora (bravais-jacksoniana) ~--/ \ \ L Reflejo plantar tónico SíNDROMES LOBARES 175 En lesiones del hemisferio dominante, afasia de Broca asociada a apraxia simpática Epilepsia jacksoniana Crisis tónicas Cambios de personalidad: apatía, bradipsiquia, falta de iniciativa, alteraciones de la conducta, moria Trastornos vegetativos Ataques de caída Síndrome de Foster-Kennedy (lesiones de la cara inferior): Anosmia homolateral Atrofia de papila homolateral Edema de papila contralateral Fig. 22-1. Manifestaciones semiológicas del síndrome frontal. TAC Hematoma subdural dere- cho en un paciente con confusión y manifestaciones frontales. dibujo hecho ~n 1~ superficie cut~nea por el observador). Suele verse el fenó- meno de la ext111cio11 : et enfermo s iente una punta aplicada alternativamente en uno y otro lado de su cuerpo, pero al aplicarlas simultáneamente, recono- ce sólo el hemicuerpo sano - mismo lado de la lesión-. 2) Trastornos práxicos. Pueden presentarse apraxia idcatoria, ideomotriz, cons- tructiv~ o del vestido, según se anali1:ó en el capílulo correspondiente. 3) Alte~ac1ones del esq~ema corporal. Pueden existir heminsomntognosia, negli- gencta u olvzdo_ del he1111c1~erpo (el pacie~te cuando se viste, no se calza el zapa- to, la media 111 el pantalon en ese hem1cuerpo, no se afeita la hemicara corres- pondiente, o bien, cuando camina, a tropella los objetos con ese hemicuerpo que pareciera no pertenecerle) y n11osog11osia o pérdida del reconocimiento de la enfermedad (p. ej., el paciente desconoce que tiene una hemiplejía y trata de caminar). Asimismo se describe la autotopoagnosia, es decir, el enfermo ol- vida o no puede señalar o nombrar partes de su cuerpo, que el examinador nombra o toca. oducap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1 1 176 NEUROLOGÍA EN ESQUEMAS La autotopoagnosia se observa en las lesiones del hemisferio izquierdo; la hcmiasomatognosia, la negligencia y la anosognosia, en las lesiones del he- misferio derecho. Es de destacar que cuando la lesión se asienta en la parte posterior parieto- temporooccipital del lado izquierdo se observa el síndrome de Gerstnwnn, que C"Onsiste en agrafia, acalculia, agnosia digita l (incapacidad de nombra r los de- dos o de identificarlos) y pérdida de la noción derecha-izquierda del esquema corporal. El elemento más importante es Ja agnosia digital. Esta asociación también se ha observado en lesiones del hemisferio derecho, de modo que el síndrome de Gerstmann tiene un valor localizador sólo relativo. 4) Otras alteraciones. Pueden existir movimientos seudoatetósicos que se ma- nifiestan en los dedo~ al extender la mano y, también, atrofias que suelen ver- se en los miembros del hemicuerpo contralateral y aun en la cara (atrofia pa- rietal). Es de destaca1~ por último, que las lesiones del lóbulo parietal pueden cursar con afasia de conducción. En la figura 22-2 se ana liza en forma esquemática la semiología de la disfun- ción del lóbu lo parietal. SÍNDROME TEMPORAL Si se afecta el tercio anterior, la manifestación clínica que presenta el enfermo se traduce por epilepsia psicomotora, crisis vegetativas y trastornos de la con- ducta: agresividad, impulsividad. Si, por el contrario, se comprometen los dos tercios posteriores se manifiesta por hemianopsia lateral homónima (a veces cuadrantopsia superior homónima) y afasia de Wernicke véase Afasias- si la lesión se halla en el hemisferio dominante. Se describen agnosias y alucinaciones auditivas, estas últimasúnicas o consti- tuyendo el aura de una crisis comicial, trastornos gustativos, <l itern.ciones olfatorias en las lesiones del uncus (no debe olvidarse la cacosmi<l como aura de una crisis psicomotora -crisis uncinadéls segú n las describiera magistralmente Hughlings Jackson-), alucinaciones visuales complejas y trastornos vestibulares (nistagmo, desviación del índice, alteraciones del equilibrio -scudontnxin te111pornl de Knnpp-). SÍNDROME OCCIPITAL Estando situada el área visua l en la cara interna de este lóbulo, a 1úvel de la cisura calcarina, las lesiones del lóbulo occipital se traducen por cuadrantopsia, hcmianopsia homónima que respeta la visión central (macular) y, en ocasiones, por alucinaciones visuales como mérnch<lS, líneas, estrellas o círculos de luz (fo- topsias). Ta mbién por agnosia visual, es decir, por dificultad o imposibilidad en ' el reconocimiento de la imagen, de las formas, de las proporciones, de los c?lo- res y del lugar; son comunes los trastornos de la memoria visual. Suele ex1st1r asimi~mo alexia agnósica sin agrafia. Debe comentarse el hecho de que las alu- cinaciones visuales pueden constituir un aura de epilepsia focal occipital. SÍNDROME DEL CUERPO CALLOSO /\.los intensos signos de hipertensión endocraneana se les agregan trastornos psíquicos como apatía, indiferencia, períodos de exaltación y depresión, falta de Apraxia ideatoria, ideomotriz. constructiva y del vestido En las lesiones parietales izquierdas, autotopoagnosia (en las derechas, hemiaso- matognosia, negligencia, anosognosia) Epilepsia somatosensitiva Astereognosia, agrafestesia Atrofias Parestesias Perturbación del sentido de discriminación táctil {entre dos puntas, el compás debe abrirse más del hemicuerpo enfermo que del sano) Síndrome de Gerstmann (lesión parietal posterior): agrafia, acalcuha. a~nos1a digital. pérdida de la nocion derecha-izquierda \ SiNDROMES LOSARES 177 Fenómeno de la extinción (al estimular dos puntos simétricos percibe sólo el lado sano; si se estimulan alternadamente, percibe ambos estímulos) Fig. 22-2. Clínica del síndrome parietal. TAC Glioma parietal derecho. conc~?tración y, además, ~praxia idcomotora de la mano izquierda y signos de esc1s1on cerebr~I (split-brn111 de Sperry): anomia táctil, agrafia, anosmia verbal (todas ellas umla~erales .izquierdas), trastornos en la tnrnsfcrencia somestésica, aprax1a.construct1:-ra u.nilatcra l derecha y discalculia espacial, síndrome de Ja man? ªJen~, conflicto mtermanual (dispraxia diagonística) y autocriticismo y marufestac1ones de desconexión visual. MANIFESTACIONES PSIQUIÁTRICAS FOCALES En los últimos años se ha tratado de correlacionar las distintas áreas cerebra- les con las funciones psíquicas correspondientes, describiéndose un sinnúmero de cuadros que se considerarán a continuación en forma muy somera. La depresi6n educa.p https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 178 NEUROLOGiA EN ESQUEMAS constituye una manifcstaci6n presente en el 50% de los pacientes que han sufri- do un accidente encefalovascular, de observación inmediata después de aconte- cido el episodio; los síntomas pueden incluir tristeza, trastornos en la capacidad de concentración, aislamiento, irritabilidad, negación, hasta pérdida de peso, anorexia e, incluso, ideas de suicidio y muerte. La depresión se asocia con lesio- nes hemisféricas i7quierdas (la incidencia es más alta, cuanto más cercana al po- lo frontal es la ubicación) corticales o subcorticales (sobre todo la cabeza del nú- cleo caudado). Se vincula, aunque con menor frecuencia, a lesiones parietales derechas. La manía se describe en lesiones que afectan la porción orbitaria del lóbulo frontal (traumatismos, tumores) y la porción inferior del lóbulo tempo- ral (accidentes enccfa lovasculares, tumores, traumatismos); asimismo, se asocia con lesiones caudadas y talámicas que comprometan más frecuentemente el he- misferio derecho. Las manifestaciones clínicas consisten en euforia, fuga de ideas, verborragia, megalomanía, insomnio y trastornos perceptivos. La co11f11- sión ng11dn se describe en asociación con lesiones parictotemporales y frontnles basales del hemisferio derecho. Suele evolucionar en forma satisfactoria. Estas lesiones también pueden causar síntomas de psicosis atípica que nparecen dt•s- pués del cuad ro o aun arios más tarde; suelen asociarse convulsümes focales y a trofia cerebral. SÍNDROME SEUDOBULBAR Aunque no es propiamente un síndrome lobar, lo estudiamos en este capítu- lo porque es de vital importancia. Este síndrome se denomína así por su semejanza con el síndrome bulbar, pe- ro es el resultado, no de una lesi6n nuclear de los últimos pares craneanos, si- no de una lesión suprn1111clear y bilateral, es decir, situada en una región más ele- vada que la de los núcleos bulbares y que interesa, por lo tanto, las fibras que allí terminan (haz geniculado) o a los centros superiores que los rigen de am- bos lados. El síndrome se origina por infartos cerebrales bilaterales de tipo !acunar (véase fig. 22-3); por ello el síndrome se designa también con el nombre de estado /acunar de Pierre Mnrie . Los focos múltiples isquémicos afectan áreas subcorticalcs y encefálicas con compromiso de ambos haces geniculados en su trayecto corticobu lbar y, muy frecuentemente, de ambos núcleos optoes- triados, en especial e l lenticular. Para que aparezca el síndrome se requie- ren lesiones bilílternlcs, ya que los pares d e origen bulbar tienen una repre- sentación corticíl l doble, es decir, que s us fi bras supranucleares proceden, para cada lado, de ambos hemisferios cerebrales. Con mucha frecuencia hny lesiones, a la ve:l, de la corte:líl, del haz geniculado y de los núcleos lenticu- lares. El cuadro clín ico se caracteri:la por parálisis labioglosolaríngea, es decir, di- sartria, dificl1llad en la deglución, reflujo nasal de líquidos, voz nasal, a veces pares ia asimétrica de los músculos faciales, risa y llanto espasmódicos, trastor- nos motores e intelectuales y marcha con pequeños pasos. El síndrome seudobulbar se diferencia del bulbar por la falta de atrofia y fas- ciculaciones en los músculos paralizados, por la existencia de crisis de risa Y llanto espasmódicos, por la existencia, además, de hiperreflexia mascterina Y aun genera lizada. Como se ve, hay en el síndrome seudobulbar una mezcla de manifestaciones piramidales y extrapiramídales, estas últimas producidas por las lesiones del cuerpo estriado, que se traducen asimismo por un cuadro SíNDROMES LOSARES 179 fii9d· 2 1 2-3. 1 R!V1 1 1 nta 1 rtos lacunares múltiples (y secuela de lesión hemorrágica en el polo occipi- a e ven ncu o ateral derecho). Paciente con síndrome seudobulbar. de hipertonía mix_ta (signo de la n~vaja asociado con el signo de la rueda den- tada). Ya lo analizamos a l estudiar la esclerosis lateral amiotrófica (vénse cuadro 16-2). ' BIBLIOGRAFÍA Adams R?, Victor M. Principie~ of n~ur~logy. 5•~ l'~I. >Jew York: \JlcCraw-Hill; 1993. ~ra.z_is P\'.', Masdeu Je;, Biller J. Locah1_ahon 1n chmcal neurologr. Little, Bmwn and Co; 1985. ustmom '?' ~ustmorn O (h.), Fushnoni JC. 5<..•miología del sistema nervioso, J3! ed Buenos Ai- res: Ed1tonal El Ateneo; 1997. · Haymaker W. Bing's lo~al diagnosis in neurologic¡1) disease. CV Mosby Co; 1969. Marsel-Mesulam M. Prmoplcs of beh.ivioral neurology. Philadelphia: FA Davis Co; 1985. oducap https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Capítulo 23 Tumores encefálicos Los tumores encefálicos comprenden todas las neoplasias, primarias o secun- darias, que afectan al encéfalo y cuyo denominador común, aunque pueden ini- ciarse con otros síntomas, es la hi pertensión endocrnneana. Su incidencia anual se ha calculado en 4 a 10 casos cada ·100.000 habi.tantes y en la infancia constitu- yen -después de la leucemia- la causa tumoral más frecuente. Después de la edad media de la vida vuelve a mostrar un nuevo ascenso. Todavía resulta