El mecanismo que relaciona el ejercicio físico con la salud mental y cognitiva se basa en varios factores. Uno de ellos es que el ejercicio físico aumenta la circulación sanguínea, lo que permite que más oxígeno y nutrientes lleguen al cerebro. Esto puede mejorar la función cerebral y el rendimiento cognitivo. Además, el ejercicio físico estimula la liberación de endorfinas, que son neurotransmisores que generan sensaciones de bienestar y reducen el estrés y la ansiedad. Estas endorfinas pueden tener un impacto positivo en la salud mental y emocional. También se ha demostrado que el ejercicio físico promueve la neurogénesis, es decir, la formación de nuevas células cerebrales. Esto puede ayudar a mejorar la plasticidad cerebral y la capacidad de aprendizaje y memoria. En cuanto a la proteína IGF1 mencionada en tu descripción, aunque desempeña un papel importante en el crecimiento y desarrollo celular, no está directamente relacionada con el mecanismo que vincula el ejercicio físico con la salud mental y cognitiva. En resumen, el ejercicio físico puede tener efectos positivos en la salud mental y cognitiva al mejorar la circulación sanguínea, estimular la liberación de endorfinas y promover la neurogénesis.
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