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M I C R O C U E N T O S En una ciudad de eterna noche, las personas aprendieron a jugar con las sombras. Creaban figuras y cuentos, llenando la oscuridad con su imaginación. Un niño, fascinado por el juego, decidió crear la sombra más grande y hermosa. Pasó días y noches, jugando con la luz y las sombras, hasta que finalmente lo logró. Su sombra era tan grande y hermosa que parecía tener vida propia. Las personas de la ciudad quedaron asombradas y el niño se llenó de orgullo. Pero con el tiempo, el niño se dio cuenta de que la verdadera belleza no estaba en la sombra, sino en la luz que la creaba. Y aunque su sombra era grande y hermosa, lo que realmente importaba era la luz en su corazón que la había creado.
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