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¿Cuál es su valoración de la historia clínica aportada por el paciente? Ante un enfermo con astenia el diagnóstico sindrómico es muy amplio y engloba procesos neoplásicos, infecciosos, hormonales, gastrointestinales, insuficiencia de órganos, en- fermedades inmuno-inflamatorias, anemia y cuadros psi- quiátricos. En principio, su asociación con disnea de mode- rados esfuerzos debe cuestionar un origen funcional. Este síntoma sugiere una afectación cardiopulmonar, sin embar- go, no existe ningún otro hallazgo clínico que sustente esta hipótesis diagnóstica. La ausencia de fiebre y pérdida de peso después de meses de evolución son datos en contra de un proceso neoplásico, infeccioso, digestivo o inmunopatoló- gico, aunque enfermedades tan graves como una endocardi- tis bacteriana subaguda puede que se manifesten predomi- nantemente con astenia, sin fiebre ni pérdida de peso llama- tivas. Probablemente la mejor explicación del cuadro clínico del paciente, con la información que disponemos en este mo- mento, sea un síndrome anémico sin insuficiencia cardíaca asociada, que no parece estar relacionado con una enferme- dad de trastornos crónicos. ¿Qué protocolo de estudio complementario solicitaría? La investigación básica de laboratorio en un paciente con as- tenia progresiva debe comprender hemograma con veloci- dad de sedimentación globular (VSG), urianálisis elemental, Medicine 2004; 9(5): 383-385 38371 CASOS CLÍNICOS Mujer de 55 años con astenia progresiva y disnea de esfuerzo R. Redondo Fernández, D. Sánchez Mateos y L. Manzano Espinosa Servicio de Medicina Interna. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Departamento de Medicina. Universidad de Alcalá. Exposición clínica Paciente de 55 años de profesión comercial, con antecedentes de síndromede intestino irritable y diabetes mellitus tipo 2 diagnosticada hace 5 años, sin repercusión visceral conocida. Estaba en tratamiento con glibenclamida (5 mg/día), una dieta rica en fibra y loperamida ocasionalmente. Consulta por un cuadro lentamente progresivo de 2-3 meses de evolución que consiste en astenia de predominio vespertino y disnea de moderados esfuerzos. No refe- ría pérdida de peso significativa, ortopnea, disnea paroxística nocturna, edema en miembros inferiores, dolor torácico, claudicación intermitente, tos, expec- toración, fiebre, autoescucha de sibilancias ni fluctuaciones significativas de la disnea. En la anamnesis por órganos y aparatos no manifestaba otra sintoma- tología, salvo las alteraciones del hábito intestinal de años de evolución atri- buidas a colon irritable, sin cambios recientes significativos. Mantenía su acti- vidad laboral y negaba historia previa de etilismo o consumo de tabaco, así como hipertensión arterial o dislipidemia. En la exploración física sus cons- tantes y su estado nutricional eran normales, no se palpaban adenopatías en te- rritorios accesibles y no se objetivaron lesiones cutáneas significativas. La pre- sión venosa yugular, la auscultación cardiopulmonar y el examen abdominal, incluido tacto rectal, fueron normales, y no se evidenció edema ni debilidad en miembros inferiores. A partir de la exposición clínica, ¿cuál sería el diagnóstico sindrómico inicial? ¿Qué pruebas complementarias estarían indicadas? ¿Cuál sería la sospecha diagnóstica actual y el diagnóstico diferencial? ¿Cuál fue el procedimiento diagnóstico de certeza? ¿Cuál sería el planteamiento terapéutico? 09 Caso clínico 383-385 23/3/04 15:22 Página 383 Documento descargado de http://www.doyma.es el 20/12/2007. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. bioquímica sistemática, espectro electroforético (EEF) séri- co, pruebas tiroideas y sangre oculta en heces, que se com- plementará con la información morfológica aportada por la radiografía (Rx) de tórax y ecografía abdominal. Teniendo en cuenta la presencia de disnea de esfuerzo, conviene así mismo practicar una gasometría arterial y una espirometría forzada. Los resultados del hemograma fueron: Hb 8,5 g/dl (VCM 114 fl, CHCM 34 g/dl), leucocitos 3.500/µl (N 50%, L 45%), plaquetas 125.000/µl y la VSG de 45 mm/1a hora. El resto del estudio analítico fue normal excepto la concentración de LDH que era de 1.000 U/l y el EEF sérico que demostró una leve hipoalbuminemia e hipergammaglobulinemia. En la Rx de tórax únicamente se observó discretas imágenes lineales apicales residuales, no existiendo signos de fallo cardíaco ni afectación pleuropulmonar significativa. La ecografía abdo- minal y la espirometría forzada fueron normales. A la la luz de los resultados obtenidos ¿Cuál es su presunción diagnóstica? Se comprueba la existencia de una anemia moderada macro- cítica que, ante la ausencia de hepatopatía, ingesta de alcohol e hipotiroidismo y, por otra parte, la presencia de leucopla- quetopenia leve y aumento de LDH, muy probablemente sea de origen megaloblástico. Los otros datos de laboratorio fue- ron negativos o de escasa relevancia y permiten descartar convincentemente otras causas de astenia y un proceso car- diopulmonar. En este momento la hipótesis etiológica más plausible es una anemia megaloblástica por déficit de B12. No existen indicios de trastornos en la ingesta alimentaria que apoyen una carencia de ácido fólico. Se realizó un frotis sanguíneo en el que se observaron abundantes macroovalocitos con marcada anisocitosis. La ci- fra de reticulocitos fue de 80.000/µl, la concentración sérica de B12 de 30 pg/ml (valor normal entre 200 y 900 pg/ml) y la de ácido fólico de 10 ng/ml (6-20 ng/ml). Una vez confirmada la presencia de anemia megaloblástica por déficit de vitamina B12 ¿Qué actitud diagnóstica plantearía? El estudio debe continuar hasta conseguir clarificar la causa de la carencia de B12. En el contexto del caso que analizamos la principal etiología a investigar es la anemia perniciosa por falta de secreción de fáctor intrínseco secundaria a atrofia gástrica. En principio, no hay razones fundadas para inferir un trastorno intestinal en la absorción de B12, y tampoco existen antecedentes de gastrectomía. Para esclarecer esta duda solicitaríamos la prueba de Schilling. Tras la administración oral de 1µg de vitamina B12 mar- cada con 58Co, seguida dos horas después de una dosis intra- muscular de 1.000 µg de la vitamina sin marcar, se objetivó en la orina recogida durante las 24 horas siguientes una can- tidad de B12 marcada del 1% de la dosis oral. Posteriormen- te se suministró una nueva toma de 58Co-B12 unida a factor intrínseco, no modificándose la proporción de la vitamina eliminada por la orina. ¿Cuál es su interpretación de los resultados obtenidos en la prueba de Schilling? Los hallazgos de la prueba de Schilling ponen de manifies- to la existencia de una alteración en la absorción de B12, re- conocido por la escasa eliminación de la vitamina adminis- trada oralmente. Sin embargo, esta alteración no se corrigió con el aporte conjunto del factor intrínseco. En consecuen- cia, el déficit vitamínico no puede ser atribuído a una ane- mia perniciosa, sino a un trastorno en la absorción intestinal de B12. Ante la sospecha de un trastorno en la absorción intestinal de B12 ¿Cuál sería su siguiente enfoque diagnóstico? Los datos de la prueba de Schilling nos obligan a replante- ar de nuevo el caso, centrándose nuestra investigación en la búsqueda de enfermedades de localización intestinal que conlleven un defecto en la absorción de la vitamina B12. Estas enfermedades podemos englobarlas dentro de dos grandes categorías: a) por sobrecrecimiento bacteriano y b) por afectación del íleon terminal, en el contexto de un cua- dro de afectación difusa intestinal con malabsorción global (celiaquía, esprue tropical, linfoma intestinal difuso), o de afectación limitada al íleon terminal con malabsorción pre- dominantede B12 (enfermedad de Crohn, tuberculosis in- testinal, amebiasis, linfoma intestinal). Ante este nuevo en- foque etiológico, conviene revalorar la historia médica del paciente, intentando encontrar manifestaciones clínico- biológicas de utilidad diagnóstica que hayan podido pasar inicialmente inadvertidas. En este sentido, debemos obte- ner una información clínica más detallada sobre las altera- ciones crónicas del hábito intestinal, que según el enfermo fueron imputadas a colon irritable, y que hemos asumido de antemano como un diagnóstico confirmado. Por otra par- te, la revisión de los datos analíticos no sugiere un cuadro de malabsorción global, por lo que la sospecha de un cua- dro de afectación difusa intestinal no parece probable. Para el diagnóstico diferencial es necesario complementar el es- tudio con la determinación de grasa en heces, la prueba de la D-xilosa, la prueba del aliento con xilosa-14C (actual- mente de elección para el diagnóstico de sobrecrecimiento bacteriano), examen de parásitos en heces (3), intradermo- rreacción de Mantoux y un tránsito intestinal baritado. Ob- viamente, además de la investigación etiológica iniciaremos un tratamiento con vitamina B12 por vía parenteral. ENFERMEDADES DEL APARATO DIGESTIVO (V) 384 Medicine 2004; 9(5): 383-385 72 09 Caso clínico 383-385 23/3/04 15:22 Página 384 Documento descargado de http://www.doyma.es el 20/12/2007. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Desde hacía aproximadamente tres años el paciente pre- sentaba diarrea leve de 2-3 deposiciones/día, de volumen moderado y de consistencia blanda, sin elementos patológi- cos, acompañada de moderado dolorimiento en forma de re- tortijones, que ocasionalmente alternaba con períodos cortos de estreñimiento. Al inicio del cuadro otro médico le efectuó una estudio de sangre oculta en heces que fue negativo y un enema opaco que no mostró alteraciones significativas, esta- bleciéndose el diagnóstico de colon irritable. El cuadró ape- nas se modificó durante su evolución y reconocía haber pér- dido unos 6 Kg de peso desde el inicio de los síntomas. Desde el punto de vista epidemiológico no refería ningún antecedente de interés. Aparte de esta información clínica rescatada, la prueba de Mantoux fue positiva y no se objeti- vó parásitos en heces ni alteración de las pruebas de malab- sorción solicitadas. El tránsito baritado puso de manifiesto la presencia de engrosamiento y ulceración de la pared del íleon terminal con zonas estenóticas de pequeña longitud, y afectación de la válvula ileocecal. ¿Cuál es su diagnóstico etiológico de sospecha y qué prueba solicitaría para su confirmación? Con los datos obtenidos la sospecha diagnóstica más sólida claramente es la enfermedad de Crohn. En esta enfermedad existen formas de presentación, similares a este caso, con un comportamiento clínico indolente durante años de evolu- ción. Otras posibilidades como una amebiasis intestinal o un linfoma intestinal prácticamente se descartan por los datos epidemiológicos y microbiológicos, y el curso evolutivo. La tuberculosis intestinal también es poco probable por su in- frecuencia actual, sin embargo, el cuadro clínico y los hallaz- gos radiológicos son indistinguibles de la enfermedad de Crohn con afectación ileal. Con relación a esta causa, con- viene comentar que el antecedente de diabetes mellitus, la discreta alteración de la radiografía de tórax y la prueba de Mantoux positiva son datos orientativos, aunque de valor etiológico ciertamente limitado, a favor de un proceso tu- berculoso. Teniendo en cuenta el compromiso de la válvula ileocecal, el siguiente procedimiento diagnóstico indicado sería una colonoscopia, que nos permitiría una exploración visual exhaustiva del colon e incluso de la mucosa ileal adya- cente a la válvula ileocecal, complementada con toma de biopsias. El estudio endoscópico evidenció una mucosa cecal fria- ble con aspecto nodular y lesiones ulcerosas circunferencia- les (transversales al eje mayor del colon). Estos hallazgos también se visualizaron en la región ileal. El examen anato- mopatológico de las biopsias obtenidas demostró la existen- cia en la mucosa de un abundante infiltrado mononuclear, apreciándose en una de las muestras cecales granulomas ca- seificantes. No se identificaron bacilos ácido alcohol resis- tentes. Con el diagnóstico virtual de tuberculosis intestinal el paciente fue tratado con tuberculostáticos, presentando una respuesta clínica significativa después de 3 semanas de ini- ciado el tratamiento. Un nuevo tránsito intestinal practicado a los dos meses demostró una mejoría llamativa de las lesio- nes ileales. Se aisló M. tuberculosis en los cultivos realizados en medio de Lowenstein. Conclusiones La tuberculosis gastrointestinal es una enfermedad hoy día infrecuente en nuestro medio, aunque no excepcional. Clási- camente su presentación se asociaba a lesiones tuberculosas pulmonares activas. Sin embargo, actualmente la mayoría de los casos diagnosticados en países occidentales se desarrollan con mínima o ausente expresión clínico-radiológica pulmo- nar. Afecta en más del 90% de los casos a la región ileocecal y su cuadro clínico suele ser indolente con diarrea, dolor abdominal y afectación del estado general en grado variable, que en ocasiones se asocia a malabsorción de B12 y/o otros nutrientes. No obstante, puede complicarse con obstrucción o perforación intestinal que exige una intervención quirúrgi- ca urgente. Los hallazgos clínicos, radiológicos y endoscópi- cos son superponibles a los de la enfermedad de Crohn, y ca- recen de suficiente poder discriminativo para diferenciar con fiabilidad ambas entidades. Algunos datos pueden orientar- nos en la sospecha de un proceso tuberculoso como la in- competencia de la válvula ileocecal, la formación de úlceras circunferenciales y la afectación masiva de los ganglios me- sentéricos. Los únicos hallazgos que permiten el diagnóstico etiológico es la identificación de granulomas caseificantes y del bacilo tuberculoso en las muestras tisulares, que en mu- chos casos sólo se obtiene tras la práctica de una laparotomía exploradora. El tratamiento antituberculostático es altamen- te eficaz y rara vez es necesario recurrir a la cirugía con in- tención terapéutica por problemas de estenosis residual fi- brocicatricial. En un paciente con enfermedad de Crohn ileocecal que evolu- cione insatisfactoriamente debe siempre considerarse la posibilidad de una tuberculosis intestinal. Bibliografía • Importante •• Muy importante ✔ Metaanálisis ✔ Ensayo clínico controlado ✔ Epidemiología •• Marshall JB. Tuberculosis of the gastrointestinal tract and perito- neum. Am J Gastroenterol 1993;88:989-99. •• McGee GS, Williams LF, Potts J, Barnwell S, Sawyers JL. Gas- trointestinal tuberculosis: resurgence of an old pathogen. Am Surg 1989;55:16-20. •• Babior MB. The megaloblastic anemias. En: Beutler E, editor. Wi- lliam’s Hematology (5a ed). New York: Mac Graw-Hill, 1995; 471-95. •• Scholmerich J. Inflammatory bowel disease. Endoscopy 2003;35: 164-70. •• Papadakis KA, Tabibzadeh S. Diagnosis and misdiagnosis of in- flammatory bowel disease. Gastrointest Endosc Clin N Am 2002;12: 433-49. MUJER DE 55 AÑOS CON ASTENIA PROGRESIVA Y DISNEA DE ESFUERZO Medicine 2004; 9(5): 383-385 38573 09 Caso clínico 383-385 23/3/04 15:22 Página 385 Documento descargado de http://www.doyma.es el 20/12/2007. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
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