Hace 50 millones de años, Uno de los antepasados más lejanos que podemos hacer mención es el caballo cuyo nombre es denominado científicamente Eoce...

Hace 50 millones de años, Uno de los antepasados más lejanos que podemos hacer mención es el caballo cuyo nombre es denominado científicamente Eoceno Hyracotherium leporinum apareciendo durante el Eoceno, este mejor conocido como Eohippus del cual no se parecía al caballo actual ni en tamaño, tampoco en características a la de los actuales, entre sus rasgos podemos apreciar una medida de 35 cm, pesaba 5.5 kilos, era aproximadamente a lo que mide un perro en la actualidad, tenía el dorso arqueado y en vez de tener un dedo protegido por un casco, tenía una mano con plata carnosa, con 4 dedos en las patas delanteras y 3 en las traseras, todos ellos terminados en unas fuertes uñas corneas. Los dientes de estos mamíferos estaban adaptados para el consumo de hojas tiernas de los arbustos y sus ojos también era diferentes, pues estaban situados más al centro de la cabeza impidiéndole una buena visión lateral la cual sirve como sistema defensivo, pero el Eohippus no lo necesitaba ya que el ambiente selvático en el que habitaba, el camuflaje era más efectivo para evadir a los depredadores. Oligoceno eslabón Mesohippus (Hace aproximadamente 30 millones de años), Durante el transcurso del Oligoceno, la regresión de los bosques forzó una nueva evolución de los caballos, que afectó también a los dedos, generándoles una reducción progresiva del número de dedos, la almohadilla plantar desaparece para dejar sitio a un único casco sólido, al mismo tiempo, la talla y la potencia de estos mismos aumentaría. Además, podemos