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MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD L e c t u r a 1 León, R. J. M. (2004) Psicología de la salud y calidad de vida. Barcelona: Editorial UOC. Cap. 5. pp. 131-151. El campo de acción de la Psicología de la Salud...........................2 1. Promoción de la salud y prevención de la enfermedad ..........2 Carteles ..........................................................................................3 2. Diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de la enfermedad ...5 3. Mejora del sistema de cuidado de la salud.............................7 Conclusiones ............................................................................10 ÁÁ MM BB II TT OO SS DD EE AA PP LL II CC AA CC II ÓÓ NN YY MM EE TT OO DD OO LL OO GG ÍÍ AA EE NN PP SS II CC OO LL OO GG ÍÍ AA DD EE LL AA SS AA LL UU DD UU NN II DD AA DD II II .. MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD EELL CCAAMMPPOO DDEE AACCCCIIÓÓNN DDEE LLAA PPSSIICCOOLLOOGGÍÍAA DDEE LLAA SSAALLUUDD El campo de acción de la Psicología de la Salud viene determinado, en gran medida, por sus objetivos. Éstos fueron formulados en el “Definición y delimitación conceptual de la Psicología de la Salud” y de acuerdo con ellos, consideramos que el campo de acción de la Psicología de la Salud, es decir, las áreas de aplicación de sus conocimientos y técnicas son: • La promoción de la salud y la prevención de la enfermedad. Lo que supone capacitar a las personas de las comunidades para aumentar su control sobre los determinantes psicosociales de su salud y, por tanto, conservarla y mejorarla. • Diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de la enfermedad. Ello implica el análisis y modificación, en su caso, de los factores psicosociales asocia dos al padecimiento de una enfermedad en cada una de sus fases (etiología, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación). • Mejora del sistema de cuidado de la salud para lograr una mayor eficacia y calidad de sus prestaciones y servicios. En este capítulo, vamos a presentar algunas de las aportaciones más características o comunes de la Psicología de la Salud a cada una de estas áreas. Los objetivos del presente capítulo de esta obra son: - Ejemplificar la aplicación de los principios y técnicas de la Psicología de la Salud para la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad. - Ejemplificar la aplicación de los principios y técnicas de la Psicología de la Salud para el diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de la enfermedad. - Ejemplificar la aplicación de los principios y técnicas de la Psicología de la Salud para la mejora del sistema de cuidado de la salud. 1. Promoción de la salud y prevención de la enfermedad Tanto la promoción de la salud como la prevención de la enfermedad tienen por objetivo capacitar a los individuos y a la comunidad para controlar los de terminantes de la salud, entre los cuales se encuentran el comportamiento y el medio ambiente, tanto físico como social. En el primer caso, instaurando o aumentando aquellos comportamientos que sabemos están asociados, de forma positiva, con la salud (promoción de la salud). En el segundo caso, reduciendo o eliminando aquellas conductas que su ponen un riesgo para nuestra salud, así como modificando los factores ambientales que pueden ponerla en peligro (prevención de la enfermedad). Para estos fines la estrategia más utilizada es la educación para la salud que podríamos definir, como cualquier combinación de actividades de información de formación dirigidas a examinar de una forma crítica los problemas de salud, informar, motivar y ayudar a las personas y los grupos a adoptar prácticas estilos de vida saludables, propugnar los cambios ambientales necesarios para facilitar estos objetivos y dirigir la formación profesional y la investigación a los mismos objetivos. 1) Objetivos de la educación para la salud De forma más específica sus objetivos son: -Difundir en la comunidad un concepto integral de salud y la idea de que ésta es un valor fundamental para su desarrollo. -Proporcionar a la población conocimientos sobre los factores determinantes de la salud, los riesgos para la salud y los medios para evitarlos. -Aumentar su capacidad para resolver sus problemas de salud mediante el cambio de comportamiento, el desarrollo de hábitos y costumbres sanas, y la eliminación de los nocivos. Los comportamientos que más suelen ser objeto de los programas de educación para la salud son: -La actividad física regular: -Las prácticas nutricionales. -Los comportamientos de seguridad e higiene en el trabajo. -El consumo de todo tipo de drogas. -Los comportamientos orientados a la autoexploración como medio de detección precoz de enfermedades. -Estrategias para minimizar la tensión y el estrés de la vida cotidiana. -Donación de sangre y órganos. -Conductas orientadas a establecer relaciones sociales y resolver problemas interpersonales. -Adherencia a los regímenes y prescripciones médicas. -Favorecer el desarrollo de los servicios sanitarios, potenciando su correcta utilización, así como su talidad y nivel de eficacia. 2) Metodologías para la educación para la salud Los programas de educación para la salud pueden adoptar muy distintos formatos, pero todos ellos tienen en común su metodología, cuyos pasos podríamos resumir del siguiente modo: 1) Análisis de necesidades de salud en función de los problemas de salud identificados y del análisis de los servicios y recursos disponibles en la comunidad. MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD 2) Establecimiento de prioridades y elección de los problemas objeto de intervención. 3) Definición de objetivos en términos operativos o de comportamiento a lograr. 4) Selección de la metodología que se considera más oportuna para lograr los objetivos planteados. Suele incluir la definición del grupo diana, la elección de las técnicas, procedimientos a seguir y recursos que serán empleados. 5) Ejecución del programa. 6) Evaluación del desarrollo y de los resultados del programa. 7) Formulación de las conclusiones y reformulación del programa. Uno de los aspectos más importantes de la metodología es la selección de la técnica que emplearemos para hacer llegar el mensaje a los educandos. Éstas pueden clasificarse en directas o indirectas según la relación que facilitan entre el educador y el educando. Las primeras se utilizan en la educación de individuos y grupos, y las más habituales son la entrevista y la discusión en grupo. Las segundas se usan en la educación a grupos y comunidades, siendo las más habituales las campañas de salud y la publicidad mediante distintos medios de comunicación. Cuando utilizamos técnicas directas para informar sobre los factores de riesgo para la salud y persuadir a favor del cambio de conducta, un elemento clave que debemos considerar son las condiciones que facilitan la comprensión, el re cuerdo y el cumplimiento de los mensajes de salud. Costa y López1 las resumen del siguiente modo: • Presentar el mensaje de forma inteligible. Evitar la “jerga” técnica. • Dar nociones elementales de salud. • Ilustrar la información con ejemplos cercanos al individuo. • Comprobar si los mensajes van siendo entendidos a través de preguntas. • Enfatizar la importancia del mensaje. • Usar palabras y frases cortas. • Usar pocas frases. • Utilizar categorías explícitas y claras (por ejemplo, causas del problema, curso de éste y acciones a emprender). • Repetir.• No dar muchos mensajes de salud al mismo tiempo. • Dar normas específicas, detalladas y concretas acerca de cómo llevar a efecto la prescripción de salud. • Mostrar una actitud amistosa y cercana. • Utilizar métodos educativos bidireccionales. Enfatizar el carácter de diálogo y acuerdo. En el caso de que utilicemos la discusión grupal, debemos tener en cuenta que uno de los elementos más determinantes de la eficacia de esta técnica es la competencia del animador del grupo para cumplir las siguientes funciones: a) Clarificación de las tareas, lo que supone promover una definición común de los objetivos perseguidos, reformular la intervención de un participante si cree que ésta no ha sido interpretada del mismo modo por los diferentes miembros del grupo, enlazar las intervenciones entre ellas y con la línea general de las ideas expresadas por el grupo y, por último, puntualizar la situación en la que se encuentra el grupo respecto al objetivo planteado. b) Estimulación de los miembros del grupo. Para ello, deberá suscitar la participación de los miembros del grupo formulándoles preguntas o provocando respuestas reflejas, estimular la discusión y valorar la marcha de ésta. c) Control de la discusión, es decir, mantener ésta dentro del marco propuesto, proponer procedimientos de discusión, favorecer que todos los miembros tengan iguales oportunidades de participar y restablecer un mínimo de orden y coherencia en los momentos de confusión o excitación. d) Mantenimiento de un clima favorable. Ello implica evitar que el grupo ignore o rechace, de forma prematura, una idea expuesta. Tomar en consideración los sentimientos personales que experimenten los miembros del grupo a lo largo de la discusión y guiar al grupo de forma constructiva y segura frente a los conflictos, esforzándose para que se llegue a la unanimidad. Si nuestra opción es la aplicación de una técnica indirecta, es decir, cualquier estrategia mediática, un tema fundamental será la elección del medio más adecuado, lo que podemos facilitar comprobando cuál de ellos se ajusta más a una serie de criterios como, por ejemplo, el coste por persona expuesta al mensaje, grupos socioeconómicos más fácilmente alcanzados, edad promedio alcanzada y la eficacia por persona expuesta (véase la tabla 5.1). Tabla 5.1 Tabla de determinación del medio más adecuado Coste por persona Grupos alcanzados Edad promedio Eficacia por persona CCAARRTTEELLEESS Medio Media Niños y jóvenes Media-Baja Vallas Bajo Media-Baja Todas las edades Baja MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD Folletos Bajo Todas las clases Todas las edades Media Cartas Alto Todas las clases Todas las edades Alta Periódicos Alto Media-Alta Adultos de edad media y ancianos Media Revistas Medio Media-Alta Jóvenes, adultos de edad media (mujeres) Media-Alta Radio Bajo Todas las clases Adolescentes (mujeres) adultos y ancianos Media Cine/video Alto Todas las clases Todas las edades Media-Alta Televisión Alto Media-Baja Adultos de edad media y ancianos Media 1) Ejemplo de técnicas directas El trabajo de Galindo y Galindo2 ejemplifica la aplicación de técnicas directas de educación para la salud al objeto de promocionarla. En concreto, este estudio tenía por objetivo implantar hábitos de higiene buco-dental en treinta y tres niños con retraso mental escolarizados en un centro de educación especial. La intervención se fundamentó en dos estrategias: a) Planificación y programación de antecedentes. En este caso se emplearon cinco estrategias complementarias: -Exposición de mensajes persuasivos (carteles, montajes audiovisuales, sesiones de títeres, dramatizaciones y canciones diseñadas a tal efecto). -Exposición a modelos de salud de higiene buco-dental. Se emplearon tres procedimientos: -Utilización de la técnica de modelado, para la realización de la actividad de cepillado dental en el colegio, en grupos de tres niños dirigidos por un compañero-modelo, preparado a tal efecto por los investigadores, entre los niños mayores más capacitados. -Sesiones de aprendizaje colectivo mediante ritmos musicales con vistas a la incorporación en el cepillado de diferentes zonas bucales. -Asimismo, el personal laboral del centro comenzó a exhibir, de forma paulatina, conductas de ingesta de fruta a la hora del recreo. -Implantación en el ambiente de señales discriminativas para la acción. • Configuración de un contexto físico y social adecuados. Preparación atractiva del cuarto de baño del colegio y creación de un centro de interés general: la existencia de un personaje imaginario, el monstruo Cariosón, ideado con el objetivo de motivar y posibilitar diferentes actuaciones previstas. • Inclusión de aspectos de higiene buco-dental en el currículum escolar. b) Planificación y programación de condiciones estimulares consecuentes. De forma fundamental, refuerzos materiales (pegatinas, pósters y fotografías), sociales (alabanzas y apoyo social y contextual e inmediato por parte de todo el personal laboral del centro) y de actividad, en concreto, la ejecución práctica de la principal conducta meta que se pretendía implantar; esto es, el cepillado dental diario en el colegio tras el almuerzo. Los resultados demostraron que dichas estrategias fueron eficaces para lograr los objetivos del programa. 2) Ejemplo de técnicas indirectas Para ejemplificar la aplicación de las técnicas indirectas, podemos valernos de los programas de prevención del tabaquismo, destacando por su carácter psicosocial, aquellos que, basados en la teoría del aprendizaje social de Bandura3, tratan de ofrecer modelos de conducta asociados al rechazo del hábito de fumar o que emplean estrategias eficaces para resistir las presiones sociales que nos in vitan a fumar. En esta línea, cabe citar, como ejemplo, el proyecto de investigación: Efectos del esta tus del modelo sobre la conducta de fumar y las actitudes hacia el tabaco, que tenía por objetivo averiguar qué modelos eran más efectivos para modificar la conducta de fumar y las actitudes hacia el tabaco. Los modelos de prestigio (deportistas y cantantes famosos de ambos sexos) o los modelos semejantes a los observadores (estudiantes universitarios). Para ello, los investigadores elaboraron grabaciones, en formato publicitario en las que actuaban como modelos de rechazo de la conducta de fumar con sujetos semejantes al observador o personajes de prestigio. Los sujetos fueron expuestos veinte veces a dichas grabaciones, que se presentaron al inicio y al final de una serie de películas que formaban parte del programa de actividades del curso en el que estaban matriculados en la universidad. Los resultados indicaron que la exposición a modelos de prestigio redujo el consumo de tabaco que declaraban los sujetos. Sin embargo, las actitudes hacia fumar y hacia el tabaco4 (medidas por me dio de escalas de diferencial semántico) no mostraron variaciones significativas. MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD La educación para la salud no sólo persigue el cambio de la conducta de las personas, grupos o comunidades, sino también la modificación de factores ambientales que suponen un riesgo para la salud. La educación para la salud se con vierte ahora en educación ambiental. Se incluyen aquí una gran diversidad de estrategias que tienen por objetivo sensibilizamos sobre la influencia del ambiente en nuestra salud y calidad de vida, de modo que seamos capaces de crear condiciones ambientales saludables. Para el logro de este objetivo, es necesario identificar antes los factores ambientales que actúan como determinantes, directos oindirectos, de nuestra salud. La mayoría de los estudios realizados en esta línea vienen a concluir que el elemento clave o de riesgo son los procesos psicológicos asociados a ciertas características del ambiente: la interacción persona- ambiente. En este sentido, se ha comprobado que las respuestas de estrés ante un entorno insatisfactorio5 son normales, conduciendo tan sólo a la si las posibilidades de modificar dicho entorno están bloqueadas o tenemos la percepción de que éste es inmodificable. Por tanto, para mitigar o eliminar los efectos nocivos que sobre la salud pueden ejercer ciertas características del ambiente, se requieren nuevas políticas públicas de planificación y diseño urbanístico que fomenten la participación comunitaria en la gestión y modificación del entorno. Pasando así de una situación de alienación o indefensión, a otra en la que se ven incrementadas las expectativas de las personas respecto a que su comportamiento puede producir los resultados deseados. Sin duda alguna, para el logro de dicha participación es necesario desarrollar nuevas competencias en el ciudadano, para lo que suelen diseñarse programas de educación ambiental que tienen por objetivo promover en las personas actitudes y comportamientos para el uso adecuado del medio ambiente natural y construido, así como para proveer a éste de estrategias de afrontamiento del estrés inducido por la percepción de riesgos ambientales e instaurar en nuestro repertorio de conducta respuestas ecológicamente responsables. 2. Diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de la enfermedad La competencia del psicólogo de la salud para intervenir en este ámbito está justificada por los siguientes hechos: a) Los factores de riesgo de algunas enfermedades son de carácter psicológico. Por consiguiente, el psicólogo de la salud debe intervenir para identificar, evaluar y modificar tales factores. Es el caso, por ejemplo, del tabaquismo o del patrón de conducta tipo A. b) El diagnóstico de una enfermedad grave o incurable (por ejemplo, cáncer o si da) y la aplicación de procedimientos médicos dolorosos o limitadores de nuestra capacidad de funcionamiento (por ejemplo, la quimioterapia del cáncer, amputaciones o un largo proceso de hospitalización) son situaciones amenazantes ante las cuales el paciente suele experimentar: • Ansiedad o angustia. • Sensación de indefensión. • Desorientación. • Sentimientos de incapacidad. • Percepción de vulnerabilidad, etc. Cuando un individuo es diagnosticado de sida, se producen una serie de cambios importantes en su ámbito psicosocial, que irán asociados más tarde a trastornos somáticos desagradables como dolor, malestar, cambios en el aspecto físico, etc. Además, aparecen toda una serie de componentes agravadores del proceso, corno el miedo de los portadores ante la posibilidad de contagiar a personas cercanas, unido al temor por el posible rechazo social. Esto genera en los individuos unos sentimientos de culpabilidad angustiantes. Por otro lado, aparecen también conductas de autoaislamiento, los afectados por el VIH tienden a evitar contactos interpersonales o lugares públicos en don de las posibilidades de intercambio de gérmenes son mayores. Así, existen para ellos pocos apoyos psicosociales. En todo caso, estos apoyos se circunscriben a los más allegados al sujeto o a equipos institucionales. Por si todo esto fuera poco, al aparecer el sida, el sujeto se ve sometido a una serie de pruebas de laboratorio, chequeos, hospitalizaciones, etc., que no hacen sino añadir elementos estresantes a la situación. Además, este cuadro se ve acompañado con frecuencia por reacciones de ansiedad que pueden llegar a cronificarse, haciendo más vulnerable al sujeto. A lo que hay que añadir las conductas depresivas que también aparecen con una gran frecuencia y en un número elevado de casos. En definitiva, el sujeto se encuentra en una situación de profunda indefensión. Según sostienen las más recientes teorías psicosociales sobre los procesos de salud y enfermedad, esta última genera en los sujetos una sensación de in controlabilidad. En la medida en que el individuo sea capaz de desarrollar estrategias que le permitan un cierto control de la situación, los efectos perniciosos de las enfermedades lo serán menos. El sida se comporta conforme a la anterior concepción teórica: genera en los sujetos un alto grado de indefensión/incontrolabilidad. Si el paciente MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD de sida toma conciencia de que puede tener un cierto control sobre la situación y puede desarrollar actividades para cuidar su salud, los efectos del sida serán algo menos devastadores y la reacción al tratamiento médico será mejor o más eficaz. Sin duda alguna, los problemas que acabamos de mencionar ilustran la aplicación de las técnicas psicológicas como tratamiento complementario de los procedimientos médicos. c) Las técnicas psicológicas pueden aplicarse como tratamiento de base de algunas enfermedades como la hipertensión, la parálisis facial o la incontinencia fecal. Es el caso de la aplicación de la biorretroalimentación o biofeedback para el tratamiento de un amplio rango de trastornos psicofisiológicos. Formular una definición de biorretroalimentación no es una tarea fácil, pues los modelos teóricos propuestos para explicar el fenómeno son varios y cada uno de ellos ha desarrollado una terminología propia. No obstante, y al igual que ocurre en otros campos de la Psicología, se puede optar por una formulación descriptiva del fenómeno en la que coincidan especialistas adscritos a diferentes orientaciones teóricas. Dicha formulación podría ser la siguiente: “La biorretroalimentación es aquel procedimiento por el que se informa al sujeto, mediante métodos electrofisiológicos, acerca de su funcionamiento biológico, con el fin de que pueda participar activamente en el control y modificación del mismo” 6. Los orígenes de la biorretroalimentación y sus bases experimentales se encuentran en: • Los trabajos experimentales sobre el condicionamiento operante de respuestas autonómicas. • Los estudios sobre el control voluntario de las ondas eléctricas del cerebro. • La investigación sobre el control aprendido de unidades motoras individuales. Estos trabajos dejaron bien sentado que, con ciertas limitaciones, era posible controlar una respuesta biológica mediante el aprendizaje y la retroalimentación. Tales estudios, aunque centrados en sistemas de respuesta y en objetivos diferentes, pueden ser agrupados en función de las dos características siguientes: • Las respuestas que estudiaron no podían observarse de forma directa (presión sanguínea, ritmos electroencefalográficos, actividad electromuscular, etc.). • Todos ellos tenían por objetivo entrenar al sujeto para que controlase la respuesta biológica, presentando de forma contingente con ésta algún estímulo análogo a la misma, que el sujeto sí que podía observar. Principios comunes a todos ellos que conforman la base metodológica de esta técnica que ha sido aplicada con éxito desigual a un gran número de problemas de salud7. d) El padecimiento de una enfermedad crónica y las incapacidades que producen algunas enfermedades exigen un proceso de reajuste psicológico y social. Tanto la aceptación como la rehabilitación de la enfermedad son procesos que implican la adquisición de nuevas destrezas físicas, psicológicas o sociales que contribuyan a un mejor y mayor ajuste psicosocial. Uno de los factores más importantes, en este caso, es la motivación para el cambio de conducta y la persistencia en el esfuerzo rehabilitador. Las teorías actuales sobre la motivación mantienen que, para iniciar una conducta y persistir en ella, es fundamental plantearse metas y tener la esperanza de que tal comportamiento conduciráa dichas metas. Desde este punto de vista, la falta de motivación respecto a la rehabilitación está relacionada con las expectativas del paciente acerca de que las conductas que ha de llevar a cabo durante el proceso rehabilitador no serán útiles para obtener los resultados deseados, lo que puede ser un reflejo de una creencia generalizada en la incapacidad de sus actos para provocar cambios favorables en su entorno. Este tipo de expectativas generalizadas de externalidad parecen producir más respuestas desadaptativas que las expectativas de internalidad8. A ello hay que añadir que los sujetos con tendencia a la externalidad suelen percibir su mundo como un lugar cruel en el cual las cosas pueden ir mal con mucha frecuencia, lo que contribuye a que las personas tengan una baja autoestima y, por consiguiente, una respuesta inadecuada a la rehabilitación. Otra creencia acerca del yo (self) que ha demostrado tener un papel significativo en la forma de afrontar el problema y en los resultados de la rehabilitación, es la percepción del yo como inicio de la cadena causal del acontecimiento que provocó la incapacidad. Así, está demostrado que las personas que perciben dicho acontecimiento como la consecuencia lógica e inevitable de una conducta de libre elección son los que mejor lo afrontan. Es decir, la capacidad para percibir una relación ordenada entre nuestra conducta y los resultados es importante para poder llevar a cabo un afrontamiento efectivo del problema que afecta al paciente. En fin, los sentimientos de responsabilidad ante la mala fortuna de uno mismo son constructivos para el proceso rehabilitador, en cuanto suponen cierta capacidad de controlar los acontecimientos. Todo lo contrario que la sensación de que la mala fortuna se ha cebado en pc Resaltado MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD nosotros, pues ésta supone que carecemos de control sobre lo que nos acontece. De todo lo expuesto, se deduce que a la hora de diseñar un programa de re habilitación y calcular la posibilidad de que sea cumplido por el paciente, se deben dar los siguientes pasos: 1) Evaluar las expectativas que tiene el paciente de que los esfuerzos se verán recompensados. 2) Examinar los sentimientos de desamparo o indefensión que siguen a los acontecimientos que son juzgados por el paciente como ajenos a su control. De existir éstos, la acción rehabilitadora deberá comenzar por su erradicación, ya que éstos serán un obstáculo para el progreso de ésta. 3) Analizar los sentimientos de culpabilidad y autorreproche que reducen la expectativas para actuar en el futuro, de forma eficaz, pudiendo bloquear el programa rehabilitador e impedir su progreso. Al igual que en el caso anterior, si existieran esos sentimientos, la acción rehabilitadora debería comenzar por modificarlas o disminuirlas. 4) Además, dado que los marcos donde suelen llevarse a cabo los procesos rehabilitadores (hospitales, etc.) reducen los sentimientos de control de los pacientes, sería conveniente establecer los objetivos del programa rehabilitador de acuerdo con el paciente, asegurándose de que han sido bien entendidos por éste, y negociando con él indicadores objetivos del progreso. 5) Por último, se ha de indagar acerca del número, frecuencia y satisfacción del paciente con las relaciones sociales, pues son muchos los estudios empíricos en los que se ha puesto de manifiesto que las personas que pertenecen a redes sociales amplias, en las que los contactos sociales son frecuentes y satisfactorios son las que mejor reaccionan ante la enfermedad crónica o incapacitante. En consecuencia, cuando sea necesario, debemos fomentar la constitución y desarrollo de grupos de autoayuda, sobre todo en aquellas situaciones en las que la enfermedad ha perturbado el equilibrio de roles familiares y laborales. 3. Mejora del sistema de cuidado de la salud Las aportaciones que los psicólogos pueden hacer para la consecución de un sistema de cuidado de la salud de más calidad y eficacia son muchas, valgan como ejemplo las siguientes: • Elaborar modelos integrados de organización y gestión de los servicios de salud. • Crear equipos de apoyo comunitario (participación ciudadana) para hacer frente a las necesidades más urgentes de la comunidad. • Desarrollar programas que generen actitudes favorables hacia el uso racional y solidario de los servicios de salud. • El entrenamiento en habilidades de dirección y gestión a los responsables de los distintos centros de salud para que puedan lograr un adecuado clima organizacional que facilite la ejecución de las tareas y funciones del centro, así como optimizar los recursos del mismo. • Facilitar la coordinación y funcionamiento del equipo sanitario. • Formar al personal de salud en las modernas técnicas de organización y aprovechamiento de recursos, materiales y humanos, con el objeto de mejorar las prestaciones del sistema sanitario. • Desarrollar programas para el cuidado del cuidador. Partiendo del supuesto de que una mayor calidad de vida laboral de los profesionales sanitarios contribuye a la mejora de la prestación de sus servicios y, por tanto, redunda en beneficio no sólo de dichos profesionales, sino también de los usuarios de los servicios de salud. En este sentido, se han diseñado programas de asesoramiento o counseling, que suelen abarcar dos objetivos; reducir el estrés ocupacional e incrementar la competencia profesional mediante el aprendizaje de procedimientos no sanitarios que son útiles para el desempeño de su profesión en un contexto organizativo que tiene unas características peculiares. Un tema transversal a todos los apuntados y muy relacionado con esto último es el entrenamiento en habilidades sociales y de comunicación en el ámbito Diferentes estudios han puesto de manifiesto que la problemática de las relaciones interpersonales es el área más frustrante y estresante de la vida cotidiana en el marco hospitalario, por lo que realizar entrenamientos en habilidades sociales y de comunicación debería ser una parte fundamental en a formación integral del futuro profesional de la salud. De esta forma, aparte de mejorar el nivel de salud laboral de estos profesionales, evitaríamos las consecuencias negativas que para la función asistencial tienen los estados emocionales asociados a la frustración y distrés de éstos. En el ámbito de los servicios sanitarios, son muchos los problemas que se originan cuando la comunicación es mala, apresurada e impersonal, como queda reflejado en la literatura al respecto, cuya revisión permite formular las siguientes conclusiones: • La causa más importante de insatisfacción de los pacientes hospitalizados es la falta de comunicación con el personal del hospital, lo que les lleva a percibir el ambiente hospitalario como un estresor, con las consiguientes consecuencias negativas que ello supone para la recuperación y restablecimiento de su nivel de salud. MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD • Entre un 30 y un 50% de los pacientes no muestran adhesión al trata miento a causa de una deficiente comunicación con el profesional sanitario de la salud. • La falta de información sobre los procesos de enfermedad provoca un retraso en la búsqueda de tratamiento y un agravamiento de dichos procesos. • Una deficiente comunicación entre el profesional y el usuario suele dar lugar a que este último olvide las instrucciones del primero, en detrimento como es lógico, de su recuperación. • Por último, está demostrado que el establecimiento de una adecuada interacción entre el profesional y los usuarios de los servicios sanitarios garantiza la adopción de medidas y estrategiaspreventivas por parte del usuario, evitando así problemas futuros. Estas conclusiones avalan la importancia que tiene el análisis de la relación profesional de la salud-usuario, tanto desde un punto de vista preventivo como para la mejora del proceso terapéutico, pues éste no es más que un proceso de interacción e influencia social, cuyo objetivo es la curación o rehabilitación del enfermo y cuyo logro va a depender en gran medida de dicha relación. Es necesario que el profesional de la salud asuma el hecho de que las relaciones interpersonales son una parte básica o fundamental del proceso de atención y, por consiguiente, parte integrante de los cuidados que presta. Partiendo de estos supuestos generales y considerando los problemas con los que debe enfrentarse día a día el profesional de la salud, como por ejemplo, las dificultades manifestadas para establecer unas relaciones interpersonales que optimicen los efectos benéficos de su intervención, se ha propuesto abordar esta problemática desde la perspectiva, bien contrastada, del entrenamiento en habilidades sociales, obviando caer en el tópico (muy extendido en el área de salud) que el saber comunicarse es un arte más que una técnica y, por tanto, no susceptible de encuadrarse dentro de un proceso de enseñanza- aprendizaje, sino que depende de la idiosincrasia personal de cada cual, así como de la experiencia que se pueda adquirir de forma casual. Entre las aplicaciones más sugerentes y prometedoras de los entrenamientos en habilidades sociales se encuentran las orientadas a la formación de los profesionales sanitarios. El aprendizaje del rol profesional exige e conocimiento y dominio de un conjunto bien delimitado de habilidades específicas, bien cognitivas (conocimientos sobre la materia), bien técnicas (manejo de técnicas, instrumental, etc.); pero asimismo requiere, en mayor o menor medida, determinadas habilidades sociales o comunicativas, de carácter general (como puede ser saber mantener una conversación) o específicas (por ejemplo, desarrollar empatía). La importancia que puedan tener estas habilidades sociales guarda relación con la cantidad y calidad de las interacciones sociales, y también con el papel que éstas puedan tener en la consecución de distintas metas profesionales. No es extraño que la ausencia de habilidades sociales por parte de un profesional provoque la insatisfacción del paciente, y que esta relación insatisfactoria afecte de forma negativa al resto de las competencias técnicas (el paciente pone en duda la competencia profesional del sanitario). Tampoco es raro lo contrario: una buena relación profesional-usuario de los servicios de salud puede suplir deficiencias técnicas y convertirse en el principal método para alcanzar determinados objetivos profesionales, como puede ser la recuperación del paciente. La aplicación de los entrenamientos en habilidades sociales a la formación de los profesionales de la salud exige tener en cuenta varios contextos de interacción, y dentro de éstos, diferentes objetivos. De este modo, los entrenamientos en habilidades sociales pueden enfocarse a la relación del profesional: - con el usuario del servicio de salud, y - con el resto de los miembros del equipo de salud. A su vez, el primer contexto puede incluir dos objetivos diferenciados: - mantener una interacción satisfactoria y eficaz, y -dotar al usuario de determinadas capacidades, para que éste mantenga una línea de comportamiento coherente (v.g. con un tratamiento) y pueda, además, instruir y capacitar a otras personas, cercanas a él o que están a su cargo. A continuación, vamos a revisar algunas de las habilidades que conforma rían el logro de estos objetivos. En ambos casos será fundamental la adquisición de distintas habilidades de comunicación y técnicas asertivas. Entre las primeras, la corrección de los pensamientos distorsionados que conducen a estados emocionales negativos y el manejo de los facilitadores de la comunica ión. En la tabla 5.2, se define y exponen ejemplos de corrección de los pensamientos distorsionados más habituales en la interacción social. Tabla 5.2 Diálogos interiores positivos Pensamiento original Error Pensamiento corregido Nunca me hacen caso. Generalización. De una situación particular se Algunas veces no me hace caso (piense en MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD hace una ley. porcentajes). Hoy, en relación con tal asunto, no me has hecho caso (sea específico). La culpa es mía. Culpabilidad, autocastigo Soy responsable de haber hecho tal cosa (piense desde el punto de vista de la responsabilidad personal, ello le permitirá dar soluciones y aprender de los errores). No soy tan buen profesional como otros. Negativismo, ver las cosas por el lado oscuro, por el que no tienen solución. Hay cosas que los demás hacen mejor que yo (no exagere). No soy tan bueno como otros para esto (relativice). Me mira como si fuese un demonio. Personalización o pensar que lo que los demás hacen o dicen tiene que ver con uno mismo. ¿Te he molestado? (Compruébelo y saldrá de dudas). No hay nadie a quien pueda recurrir, lo tengo que solucionar yo. Hiperresponsabilidad, que le conducirá a sentirse agobiado y a no contar con los demás. Desearía resolver esto por mí mismo. Tener responsabilidades no supone tener todas las soluciones (piense más en lo que desea que en lo que debería hacer y cuente más con los demás). Me siento mal porque estoy rodeado de inútiles, Razonamiento emocional, creer que lo que uno siente depende exclusivamente de la situación o de los demás. Me siento mal porque no hago o digo lo que deseo (nuestras emociones y estados de ánimo dependen más de lo que hacemos y nos decimos que de circunstancias externas). . En cuanto a los facilitadores de la comunicación, en la siguiente lista presentamos los principales: • Elija el lugar y el momento oportuno para asegurarse que será escuchado. • Muéstrese sereno y relajado. • Demuestre, verbal y corporalmente, que escucha a su interlocutor. • Pregunte ordenadamente, de lo general (preguntas abiertas) a lo específico (preguntas cerradas). • Pida la opinión de su interlocutor. • Hable en primera persona, autoafirmándose. • Sea consistente con lo que dice, no se contradiga. • Busque los puntos de acuerdo con su interlocutor, sea positivo. • Hable de forma que el otro le entienda. • Si tiene que reprocharle algo que haya hecho o dicho, haga referencia a ello de forma concreta y específica, sin caer en generalizaciones. • Exprese sus sentimientos y estados de ánimo de forma directa. En cuanto a las técnicas asertivas, decir que éstas están orientadas a la adquisición y desarrollo del comportamiento asertivo. Éste implica ser capaz de expresar sus deseos, sentimientos, necesidades, derechos u opiniones, pero nunca a expensas de los demás. Significa ser comprensivo con los puntos de vista del otro, tener un punto de vista positivo y comportarse de forma íntegra, madura y racional. Las personas asertivas son capaces de controlar situaciones difíciles, con lo que se reduce su estrés, dado que se anticipan a las situaciones conflictivas tratándolas de forma habilidosa. Esta actitud, sin lugar a dudas, les hace sentirse satisfechas con los resultados que obtienen. Además, durante el desarrollo de la interacción nadie pierde su integridad, por lo que ambos interlocutores consiguen satisfacer alguna necesidad. Las personas asertivas suelen hablar en primera persona y preguntar a su interlocutor, por lo que su lenguaje está lleno de palabras y expresiones del tipo: • opino • siento • quiero • necesito • qué piensas • qué deseas • qué quieres MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍADE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD Expresiones que suelen ir acompañadas de un lenguaje corporal acorde con ellas, caracterizado por: • postura relajada • mirada directa • expresión de la cara acorde con las circunstancias • voz modulada • brazos y manos con movimientos fáciles y relajados Además, las personas asertivas suelen responder de forma directa, fluida y sin alterarse. Los tres pasos necesarios para lograr la asertividad son: Tabla 5.3 Pasos para lograr la asertividad Pasos asertividad Expresiones indicadoras 1) Escuchar de forma activa Te entiendo...; Me pongo en tu lugar ...; Comprendo lo...; 2) Decir lo que piensa u opina Sin embargo, yo ...; No obstante, yo ...; A pesar de, yo...; 3) Expresar lo que quiere que ocurra Por tanto me gustaría ... Es por ello que quiero ..; Así que desearía...; Conclusiones Partiendo de la idea de que el campo de acción de la Psicología de la Salud viene determinado por sus objetivos, hemos considerado que éste está conformado por las siguientes áreas de aplicación de sus conocimientos y técnicas: • La promoción de la salud y la prevención de la enfermedad. • Diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de la enfermedad. • Mejora del sistema de cuidado de la salud para lograr una mayor eficacia y calidad de sus prestaciones y servicios. Como aportación característica a la primera de estas áreas, hemos presentado la educación para la salud, las campañas de salud y la educación ambiental. En el segundo caso, hemos contemplado las siguientes situaciones: • La identificación de factores psicológicos de riesgo de enfermedades cardiovasculares. • La intervención psicológica para prevenir los efectos negativos del diagnóstico de una enfermedad grave o incurable o de la aplicación de procedimientos médicos dolorosos o incapacitantes. • La aplicación de técnicas psicológicas como la biorretroalimentación como tratamiento de base de algunas enfermedades tradicionalmente de competencia exclusiva del médico. • Las líneas generales de cualquier proceso de reajuste psicológico y social como consecuencia del padecimiento de una enfermedad crónica o incapacitante. Por último, hemos enumerado algunas de las posibles aplicaciones de la psicología a la mejora del sistema de cuidado de la salud y hemos puesto el énfasis en el entrenamiento en habilidades sociales a los profesionales de la salud. MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD L e c t u r a 2 León, R. J. M. (2004) Psicología de la salud y calidad de vida. Barcelona: Editorial UOC. Cap. 4. pp. 71-129. Peculiaridades metodológicas de la Psicología de la Salud ..........2 1. Diseños de investigación más utilizados en Psicología de la Salud...........................................................................................2 1.1. Estudios de caso..............................................................2 1.2 Correlacionales .................................................................3 1.3. Cuasi-experimentales ......................................................4 1.4. Experimentales ................................................................5 Tabla 4.1 Eficacia de los programas de tratamiento del hábito de fumar ..............................................................................................7 2. Conceptos clave e indicadores de salud en la investigación epidemiológica............................................................................9 2.1 Razones o índices.............................................................9 2.2 Tasas ................................................................................9 2.3. Riesgo ............................................................................10 3 Clasificación de los estudios epidemiológicos.......................10 3.1. Estudios observacionales descriptivos...........................11 3.2. Estudios observacionales de asociación........................12 3.3 Estudios de casos ...........................................................16 4. Evaluación de programas de salud.......................................16 4.1. Características definitorias de la evaluación de programas .............................................................................17 4.2. Guías para la evaluación en el ámbito de la salud.........17 Conclusiones ............................................................................18 ÁÁ MM BB II TT OO SS DD EE AA PP LL II CC AA CC II ÓÓ NN YY MM EE TT OO DD OO LL OO GG ÍÍ AA EE NN LL AA PP SS II CC OO LL OO GG ÍÍ AA DD EE LL AA SS AA LL UU DD UU NN II DD AA DD II II .. MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD PPEECCUULLIIAARRIIDDAADDEESS MMEETTOODDOOLLÓÓGGIICCAASS DDEE LLAA PPSSIICCOOLLOOGGÍÍAA DDEE LLAA SSAALLUUDD Extender la estructura conceptual de la Psicología al campo de la salud, implica responder a un amplio rango de problemas que pueden ser abordados también por una gran variedad de estrategias o diseños de investigación, ninguno de los cuales merece el calificativo de “mejor”; su elección depende del modo en que uno mismo se plantee las cuestiones que se pretenden resolver. El diseño es el plan global que integra de forma coherente los objetivos o hipótesis que se persiguen, la asignación de las personas a los tratamientos, si los hubiere, las técnicas de recogida de datos a utilizar y los análisis que se tengan previstos. La elección del diseño estará condicionada por 1) las garantías que nos ofrezca en cuanto a la validez interna y externa se refiere, 2) los propósitos de la investigación, y 3) su practicidad. Por tanto, depende de las decisiones que el investigador haya tomado respecto al tipo de problema investigado, las hipótesis que pretende contrastar, las variables que analizará, etc. En definitiva, no existe un conjunto de principios universales que nos permitan tomar una decisión automática a la hora de elegir un diseño; salvo el que éste permita la obtención de la máxima información inequívoca posible respecto a los objetivos de la investigación. Al elegir un diseño lo importante es que éste permita obtener la máxima información inequívoca posible respecto a los objetivos de la investigación. Teniendo en cuenta estas observaciones y considerando que lo fundamental es conocer las condiciones de aplicación de cada diseño, a continuación exponemos los diseños más utilizados por los psicólogos de la salud y por los epidemiólogos. Disciplinas éstas que, aunque comparten algunos métodos para el análisis de los comportamientos relacionados con la salud, han realizado sus propias contribuciones a la metodología científica. Por último, exponemos los principales aspectos de la praxis de la evaluación de programas de salud. Los objetivos de este capítulo son: — Definir los diseños de investigación más utilizados en Psicología de la Salud y ejemplificarlos. — Establecer la importancia de la investigación epidemiológica para la construcción de la Psicología de la Salud. — Explicar los principales diseños utilizados en los estudios epidemiológicos e ilustrarlos. — Enumerar las principales características definitorias de la evaluación de programas de salud. — Exponer los modelos más utilizados en la evaluación de programas de salud. 1. Diseños de investigación más utilizados en Psicología de la Salud Os presentamos los diseños más utilizados en Psicología de la Salud, organizándolos de menos a más validez interna en los siguientes tipos: 1) estudios de caso, 2) correlacionales,3) cuasiexperimentales, y 4) experimentales. 1.1. Estudios de caso Los casos de interés en Psicología de la Salud pueden ser personas o programas, sin embargo, la mayor parte de los estudios realizados se han centrado en la intervención con personas y se han utilizado, por lo general, para documentar la eficacia de un tratamiento con alguien que tiene una enfermedad grave, desconocida o poco frecuente. En un estudio se describe un caso de una paciente de 22 años afectada de alopecia y pústulas en la cabeza que recibía tratamiento dermatológico desde hacía ocho meses sin obtener resultados. Se estableció la hipótesis de que la ansiedad que sufría la paciente en MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD situaciones sociales le llevaba a tocarse el pelo y a rascarse la cabeza hasta hacerse sangre, y que esto era debido a su ausencia de habilidades sociales. Se evaluaron las habilidades sociales de la paciente y se diseñó un programa de entrenamiento que, de acuerdo con la evaluación realizada, se orientó al desarrollo de habilidades sociales en las situaciones ansiógenas. Los datos obtenidos permitieron establecer que, a medida que iba superando sus déficits sociales, su problema dermatológico iba mejorando hasta llegar a desaparecer. Una de las preguntas más importante que se nos plantea a la hora de realizar este tipo de estudios es: ¿cómo se deben seleccionar los casos? Los criterios de selección pueden ser los siguientes: — casos fáciles de abordar, y — que pertenezcan a contextos donde las indagaciones realizadas tengan buena acogida, quizá aquellos en los que se puedan identificar informa dores y que cuenten con personas dispuestas a dar su opinión. Por otro lado, es muy importante valorar el progreso del caso en los primeros momentos del estudio, dicha evaluación nos orientará sobre si conviene o no continuar el estudio. La cuestión más problemática que plantean estos estudios es la de la generalización de los resultados obtenidos. Al estudiar casos concretos, se magnifican los errores muestrales, aunque, cuando se opta por realizar este tipo de estudios, no es para generalizar los resultados, dado que su cometido real es la particularización. Se elige un caso particular para llegar a conocerlo y comprenderlo bien; y ésta es su principal ventaja, que permiten analizar casos especiales con gran detalle, por tanto, son muy útiles como fundamento de dudas o preguntas acerca de los supuestos teóricos de la intervención, para el estudio de fenómenos raros de los que se desconoce casi todo, para el desarrollo de nuevas destrezas técnicas y para perfeccionar las que ya se poseen 1. Otro aspecto muy debatido en torno a los estudios de casos ha sido el del énfasis que ponen en la interpretación. Prestar tanta atención a la interpretación puede suponer errores, por ello, los investigadores de casos han propuesto estrategias que les permitan alejarse de la mera intuición, de las buenas intenciones de hacer bien el trabajo y de la simple repetición de la recogida de datos. Estas estrategias que persiguen aumentar la validez de las interpretaciones se denominan triangulación. Las más empleadas son la triangulación de las fuentes de datos y de la teoría. La primera de ellas consiste en observar si el caso sigue siendo el mismo en otros momentos, en otros espacios o cuando las personas interactúan de forma diferente. La segunda consiste en comprobar si distintos observadores, que pueden tener puntos de vista teóricos alternativos, describen el fenómeno de forma similar (descripción triangulada) y están de acuerdo sobre su significado (interpretación triangulada), en cuyo caso diremos que la teoría está triangulada. Sin embargo, los autores que abogan por el constructivismo, consideran que resulta difícil creer que la observación o interpretación compleja se pueda triangular, para ellos, estas estrategias sirven para buscar interpretaciones adicionales más que para confirmar un significado único. 1.2 Correlacionales Aportan información acerca del grado de relación que existe entre las variables estudiadas. Tratan de responder a preguntas tales como: ¿qué relación existe entre el estrés, la depresión y la enfermedad física?, ¿qué relación existe entre el apoyo social y la salud?, ¿existe relación entre el nivel de información sobre una enfermedad y los hábitos de vida?, etc. Por ejemplo, se trataron de analizar las posibles relaciones de la percepción de control con el uso de servicios y el consumo de medicación en pacientes con Síndrome Fibromiálgico2. La muestra estuvo compuesta por 100 pacientes diagnosticados de fibromialgia, que fueron atendidos en los servicios de reumatología MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD de los hospitales de San Juan (Alicante), Elche, Elda, Orihuela y Villajoyosa. Las variables del estudio hacían referencia a dato sociodemográficos (edad, estado civil, nivel educativo, y situación laboral), historia clínica y dolor (tiempo de padecimiento del problema, servicios consultados por el problema en los últimos 12 meses, consumo de medicación en los últimos 7 días, número de fármacos diferentes y percepción de intensidad de dolor), y percepción de control (locus de control de dolor, expectativas de autoeficacia y competencia percibida en salud). Los resultados apoyaron la existencia de una relación entre la creencia de control, el uso de servicios y el consumo de medicación. Por ejemplo, el análisis de correlación indicó que: — la autoeficacia en el manejo del dolor se asocia significativa y negativa mente con el consumo de analgésicos; esto es, a mayor autoeficacia menor consumo de analgésicos, y — las creencias de control interno se relacionan con el consumo de somníferos, en el sentido de que los sujetos que poseen un locus de control interno consumen menos somníferos. Las investigaciones que emplean este método adoptan el siguiente esquema: • Formulación del problema de investigación; por ejemplo: ¿existe relación entre la salud y el estatus socioeconómico? • Formulación de las hipótesis que van a ser sometidas a prueba; por ejemplo, cuanto más elevado sea el estatus socioeconómico, mejor será el nivel de salud”. • Recogida de datos siguiendo un proceso sistemático y de control de las posibles variables contaminadoras; por ejemplo, elegir las pruebas adecuadas para medir el nivel de salud y determinar el estatus socioeconómico, seleccionar una muestra representativa de los sujetos de la población a la que se quieren generalizar los resultados y administrar las pruebas elegidas a todos los sujetos de la investigación en las mismas condiciones. • Cálculo del coeficiente de correlación más adecuado entre las variables que se estudian. La elección del coeficiente va a estar determinada por las características de las variables: continua o discreta, nivel de medida, etc., y por el tipo de datos obtenidos. Éste es el principal problema que se le plantea al científico al llevar a cabo una investigación correlación dado que la elección de un coeficiente inadecuado puede invalidar los resultados. • Elaboración de conclusiones y difusión de los resultados. La principal limitación que presentan estos estudios es que no permiten establecer relaciones causales entre las variables estudiadas. Sin embargo, con la información que aportan es posible establecer predicciones (fundamentadas en el grado de correlación hallado) acerca de los resultados que se pueden encontrar en una variable (criterio) a partir de los resultados obtenidos en la otra (predictora). Como ya se ha dicho, esta información puede ser exactamente el dato que busca el investigador, o serutilizada como herramienta exploratoria antes de diseñar un estudio de carácter experimental. 1.3. Cuasi-experimentales Las principales características de este tipo de investigaciones pueden ser re sumidas en los siguientes términos: • Utilizar escenarios naturales, generalmente de tipo social. • Carecer de un control experimental completo; la restricción más común suele ser la incapacidad para asignar los sujetos de forma aleatoria a las diversas condiciones. • Usar procedimientos que minimicen o eliminen las fuentes de invalidez interna como sustitutos del control experimental. • Se pueden utilizar cuando no es posible realizar una investigación experimental o cuando es necesario ayudar a analizar alguna situación social dada. Dentro de este grupo, los diseños más utilizados en el ámbito de la salud son los diseños expost facto, aquéllos en los que el investigador no asigna a los sujetos de forma aleatoria a los MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD distintos valores de la variable independiente, sino que los selecciona por poseer ya un determinado valor en dicha variable. Los sujetos son elegidos para la investigación por presentar una serie de características. Se utilizan cuando el interés de la investigación se centra en variables del organismo tales como el sexo, la edad o cuando por distintos motivos resulta imposible manipular la variable independiente, lo que es bastante frecuente en Psicología de la Salud, donde el interés se centra en variables como el peso, la diabetes, etc. Los participantes son asignados a los distintos grupos según los distintos valores de la variable independiente. En función del tipo de estrategia que utilizan se pueden clasificar en diseños ex post facto prospectivos y retrospectivos: • Los primeros miran hacia delante en la vida de las personas, seleccionan do grupos de personas con diferentes valores en la variable independiente que a posteriori serán comparados respecto a la variable dependiente. • En los retrospectivos, la muestra es seleccionada en función de las características de la variable dependiente y, de forma retrospectiva, se buscan posibles variables independientes explicativas. 1.3.1. Ejemplos de diseño ex post ipso prospectivo y retrospectivo Un ejemplo de diseño ex post facto prospectivo es conocer qué efectos tiene el consumo de alcohol en personas sanas (no bebedoras, bebedoras moderadas y grandes bebedoras) sobre las muertes producidas por enfermedad coronaria. Como ejemplo de diseño ex post facto retrospectivo hemos elegido un estudio de VanOss y colaboradores3; estos autores utilizaron la teoría de la acción razonada como marco para determinar ciertas creencias y componentes culturales de fumadores hispanos que pudieran influir en una campaña antitabaco. El trabajo tuvo dos propósitos: — identificar diferencias entre hispanos y blancos no hispanos, respecto a las consecuencias y personas normativas que predicen la intención de abandonar el hábito de fumar, y — explorar las diferencias entre los hispanos que intentan dejar de fumar y aquellos que no lo intentan. Los sujetos fueron 263 hispanos y 150 blancos no hispanos, fumadores, residentes en San Francisco, California. Se encontró que la intención de dejar de fumar estaba más marcada por el componente actitudinal que por el normativo del modelo, y se pudo identificar un patrón de diferencias culturales entre los dos grupos, las posibles consecuencias relativas a la familia y la preocupación por el mal aliento contribuyeron más a la hora de dejar el tabaco en los hispanos, que en los blancos no hispanos, mientras que los posibles efectos secundarios del abandono del tabaco condicionaron más las actitudes de los no hispanos blancos que las de los hispanos. El mal olor de los cigarrillos, la mejora de las relaciones familiares, el aumento de peso, tener mejor sabor de boca y respirar mejor, fueron las consecuencias que discriminaron más entre los hispanos que intentaban o no dejar de fumar. En cuanto a sus limitaciones, presentan amenazas potenciales a la validez interna y externa. Si la muestra es elegida mediante un procedimiento que maximice su representatividad, la validez externa estará garantizada; sin embargo, no siempre es posible seleccionar la muestra de forma adecuada, por ejemplo, muchos trabajos se realizan con voluntarios, lo que implica un sesgo que limita la posibilidad de generalizar los resultados. Pese a estas amenazas potenciales, tienen la ventaja de ser más flexibles que los diseños experimentales, lo que permite estudiar fenómenos que no pueden ser analizados de forma experimental. 1.4. Experimentales Se utilizan para comprobar con rigor el efecto de un fenómeno determinado sobre el comportamiento: ¿de qué manera la empatía MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD mostrada por el médico determina la conducta de cumplimiento del paciente?, ¿cómo se logra una mayor adherencia a una campaña de salud, mediante una estrategia de interacción cara a cara o dando mensajes de salud a través de los media?, ¿en qué medida la autoeficacia predice la resistencia a la recaída en un comportamiento considerado de riesgo?, etc. Sus características distintivas son: • sistematización del proceso; • elicitación de los fenómenos a estudiar; • control del ambiente y de las características que no se desean investigar, y • variabilidad provocada del hecho que se desea investigar. Por tanto, su escenario natural es el laboratorio. Dentro de este grupo podemos diferenciar entre diseños: intergrupos, intragrupos e intrasujeto. 1.4.1. Diseños intergrupos o de comparación entre grupos Se suelen emplear para comparar la efectividad de distintas intervenciones, por lo que tratan de responder a la pregunta: ¿cuán efectivas son las intervenciones psicológicas y de comportamiento realizadas? Se selecciona a una muestra de personas que con posterioridad son divididas de forma aleatoria en dos o más grupos homogéneos que recibirán distintos tratamientos, que también son asignados de forma aleatoria a cada uno de los diferentes grupos. El azar nos permite esperar que la influencia de todas las variables se distribuya por igual entre los diferentes grupos. Otra estrategia utilizada con frecuencia es la inclusión de grupos control. Las personas que conforman el grupo experimental reciben el mismo tratamiento que las del control, excepto en un factor: el grado de exposición a la variable independiente. Los más utilizados en Psicología de la Salud han sido los siguientes: a) Cuando en la investigación sólo se manipula una variable independiente. Entre los numerosos tipos que existen los más utilizados en Psicología de la Salud han sido: • diseño de grupo control pretest-postest; • diseño de grupo control con sólo postest y • diseño de Solomón. Un ejemplo de este tipo de diseños lo constituye el trabajo realizado por León Rubio y colaboradores4 con el objetivo de poner a prueba la hipótesis de que después de entrenar en habilidades sociales a profesionales de la salud (facultativos y administrativos), mediante un sistema de instrucción personalizada multimedia, mejoraría su competencia para establecer, mantener y reforzar relaciones interpersonales positivas, tanto con el usuario de los servicios de salud como con los compañeros. Para ello, se aplicó un diseño experimental pretest/postest con grupo control. Se procedió del siguiente modo: • Los sujetos fueron asignados de forma aleatoria a uno de dos grupos. • A cada uno de estos grupos se le asignó también de forma aleatoria la condición experimental o control. • Evaluación pretest de las habilidades sociales.• Las personas asignadas a los grupos experimentales recibieron el entrena miento en habilidades sociales, mientras que las de los grupos controles recibieron información sobre la importancia de la interacción profesional de los servicios de salud-usuario y modos de comportarse frente al usuario para lograr su colaboración. • Evaluación postest de las habilidades sociales a todas las personas. Dos meses después de finalizar el entrenamiento de los grupos experimentales, todas las personas fueron evaluadas de nuevo, siguiendo el mismo procedimiento que en la fase de evaluación pretest. Los resultados confirmaron la hipótesis propuesta. MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD b) Diseños factoriales. Permiten estudiar la influencia de dos o más variables independientes (factores) sobre la variable dependiente. Para ilustrar este diseño hemos elegido un trabajo realizado por Bermejo, Ros, Olivares y Méndez5. Estos autores utilizaron un diseño factorial mixto 2 x 2, con un factor intersujetos y un factor intrasujetos con medidas repetidas, para evaluar un programa conductual de educación diabetológica dirigido a padres de niños diabéticos menores de ocho años. Para ello, seleccionaron una muestra de 18 personas (15 mujeres y 3 hombres), que fueron asignadas al azar a las dos condiciones experimentales establecidas (experimental frente a tradicional). A continuación, se realizó la evaluación pretest consistente en la toma de medidas fisiológicas (nivel de hemoglobina glucosilada) y psicológicas (respuestas a cuestionarios sobre pautas educativas y pruebas de observación sobre insulinoterapia), tras la cual se procedió a aplicar los tratamientos (cada grupo recibió un tratamiento distinto). Por último, se volvieron a tomar medidas de las variables dependientes. Los datos reflejaron que el entrenamiento experimental se mostró más eficaz que el tradicional. 1.4.2. Diseños con medidas repetidas o diseños intragrupo Establecen comparaciones sobre los mismos individuos en diferentes momentos del tiempo o tras haber sido sometidos a diferentes tratamientos. Al comparar entre silos distintos valores que ha adoptado la variable criterio en un mismo grupo de personas, se elimina la posible influencia de las diferencias individuales, principal fuente de error de los diseños de comparación entre grupos. Además, permiten alcanzar la misma potencia probatoria que los diseños intergrupos con un menor número de personas. La lógica que sigue una investigación en la que se emplea este tipo de diseños es la siguiente: — elegir una muestra de personas; — construir tantas secuencias como exijan el número de tratamientos experimentales o las diferentes medidas; — aplicar una secuencia a cada sujeto, y — tomar la medida postratamiento correspondiente tras la aplicación de cada tratamiento. Uno de los principales inconvenientes que presentan estos diseños es el posible efecto del orden de los tratamientos, pues al ser aplicados en una secuencia temporal al mismo grupo de personas, pueden producir errores progresivos que invaliden sus resultados; por tanto, éstos sólo pueden ser utilizados en aquellas investigaciones donde los efectos de un tratamiento desaparecen antes de aplicar el siguiente, es decir, cuando los tratamientos no tienen efectos irreversibles Ahora bien, puede que el interés esté en analizar los efectos acumulativos de diferentes tratamientos, en cuyo caso estos diseños serán los adecuados. Para eliminar los efectos de orden, se han propuesto soluciones tales como administrar de forma aleatoria los tratamientos a cada persona o contrabalancear los tratamientos. Froján Parga6 comparó la eficacia de diversos programas de tratamiento del hábito de fumar, combinando una estrategia intragrupo con una intergrupo (diseño de medidas repetidas con cuatro condiciones experimentales). En la tabla 4.1 re presentamos cómo se procedió. Se realizaron seis sesiones de seguimiento mensuales, donde se evaluaban las mismas variables. Todos los grupos modificaron su conducta de fumar sin que se presentaran diferencias significativas entre ellos. TTAABBLLAA 44..11 EEFFIICCAACCIIAA DDEE LLOOSS PPRROOGGRRAAMMAASS DDEE TTRRAATTAAMMIIEENNTTOO DDEELL HHÁÁBBIITTOO DDEE FFUUMMAARR Tratamientos Evaluación Información/Sensibilización Autocontrol/Resistencia a la presión Grupo 0 XXX Grupo 1 XXX XXX MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD Grupo 2 XXX XXX Grupo 3 XXX XXX XXX 1.4.3. Diseños intrasujeto, de caso único o N=1 Permiten la evaluación experimental de tratamientos individuales. Suponen un avance respecto a los estudios de caso, el control de las potenciales variables contaminadoras permite poder realizar inferencias causales respecto al efecto producido por la variable criterio. Las características que los definen son: • Cada persona o grupo actúa como su propio control; los datos se obtienen de las repetidas y continuas medidas de la conducta. • Su capacidad de generalización limitada; por lo que requieren de la repetición sistemática del mismo estudio en otras personas. • Especifican de forma clara y objetiva las conductas de interés, los instrumentos para su registro y la evaluación a realizar. • Suelen comenzar por un período de observación o línea base (fase A) en la que se registra la frecuencia de ocurrencia natural de la conducta o conductas objetivo (la excepción la representan los diseños B-A-B). En esta primera fase, debe tomarse un número de medidas suficiente hasta que surja un patrón de comportamiento estable que será utilizado como punto de comparación del cambio producido por el tratamiento. • La variable independiente suele ser una intervención que se aplica en la fase B para modificar la conducta. Sólo permiten modificar una variable cada vez que se pasa de una fase a otra. Si se manipulan dos variables o más, resulta imposible diferenciar cuál de ellas ha contribuido al cambio. En este grupo, los más empleados son: • los diseños A-B; • los de línea base múltiple a través de sujetos, • las situaciones o conductas, y • los de criterio cambiante. Fernández y colaboradores7 utilizaron un diseño de línea base múltiple entre conductas con el objetivo de investigar la efectividad de un entrenamiento en habilidades conversacionales en cinco pacientes anoréxicas. La muestra se eligió al azar de entre un grupo de once pacientes que cumplían los siguientes criterios: no haber pasado más de seis meses tras el alta, motivación para participar y disponibilidad de tiempo para asistir a las sesiones. Las conductas entrenadas, siguiendo el orden secuencial, fueron: contacto visual, preguntas, respuestas y reforzamientos conversacionales. El procedimiento seguido fue 1) selección de la muestra, 2) establecimiento de la línea base para cada una de las conductas objetivo, y aplicación secuencial del entrenamiento. Éste fue realizado en grupo, una vez por semana, a lo largo de 15 sesiones de hora y media de duración. Las tres primeras fueron de línea base y las doce restantes terapéuticas, no se trató a las pacientes con terapia individual adicional. La primera conducta (contacto visual) comenzó a ser entrenada en la cuarta sesión, la segunda (preguntas) en la sexta, la tercera (respuestas) en la novena, y la cuarta (reforzamientos) en la sesión doce. Las líneas base de las distintas conductas meta reflejaron independencia entre ellas, y el programa resultó ser efectivo, pues las pacientes no presentaron problemas para su aprendizaje y mejoraron en todas las habilidades entrenadas. Otra investigación que nos permite ilustrar este tipo de diseños es la realizada por Hartmanny Hall8, se empleó un diseño de criterio cambiante para evaluar la eficacia de un programa para disminuir el hábito de fumar. El nivel de la línea base de la conducta de fumar se fijó en 48,5 cigarrillos por día, en la siguiente fase la tasa del criterio se estableció al 95% (46 cigarrillos por día). Se determinó un coste de respuesta creciente por el cual se pagaba 1 dólar por cada cigarrillo que se fumara por encima del criterio establecido,’ un bono escalonado de 10 centavos por cigarrillo cuando el consumo era MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD inferior al criterio marcado. El criterio para cada fase sucesiva fue establecido en el 94% de la fase previa. El tratamiento resultó ser eficaz al disminuir el consumo de cigarrillos en un 2% o más en cada fase con relación a la fase anterior. El experimento se replicó en seis ocasiones, y en todos los casos hubo una reducción del consumo de tabaco. 2. Conceptos clave e indicadores de salud en la investigación epidemiológica La epidemiología es una rama de la medicina que investiga 1) los factores que contribuyen a incrementar los niveles de salud de la población, y 2) el grado de recurrencia de un trastorno en una determinada población. Su fundamento es la observación de poblaciones humanas para determinar el origen y la distribución de los problemas de salud o, dicho de otro modo, descubrir qué tipos de personas desarrollan una enfermedad particular y los facto res que lo explican. Sus funciones son: 1) el diagnóstico del estado de salud de la comunidad o grupo para ayudar a planificar los servicios sanitarios; 2) la ayuda a la investigación, arrojando luz sobre la etiología, la historia de la enfermedad y su crecimiento y desarrollo, y 3) la evaluación de los programas y servicios de salud. Para lograr estos fines y cumplir estas funciones, la epidemiología se sirve de diferentes medidas denominadas indicadores de salud, valores que dan cuenta de los aspectos cuantitativos de la ocurrencia de un fenómeno. Las principales medidas utilizadas por los epidemiólogos son: 2.1 Razones o índices Relación entre el número de casos y el total poblacional. Es un cociente de dos frecuencias absolutas, compara a dos grupos diferentes, de forma que el numerador no está incluido en el denominador. Es un concepto estático que refleja la situación en que se encuentra una comunidad en un momento dado. A través de su cálculo, se pueden obtener relaciones, según se compare: • El mismo fenómeno en dos grupos o poblaciones diferentes; por ejemplo, comparar la mortalidad por consumo de tabaco en relación al sexo. • El mismo fenómeno en dos momentos diferentes; número de personas que fuman en el año 1990 y número de fumadores en el año 2000. • Dos grupos que pertenecen a una misma población; número de fumado res y de no fumadores de una población dada. 2.2 Tasas Relación entre la frecuencia absoluta de casos del fenómeno estudiado y el total poblacional. Las más utilizadas son: a) Prevalencia, indica el número de casos registrados en una población determinada, en un momento dado, con respecto al total poblacional. En función del momento estudiado, se puede diferenciar entre prevalencia instantánea o de puntos (ofrece los datos relativos a una fecha determinada), o prevalencia anual, mensual, quincenal, etc., según el período concreto estudiado. Se calcula sumando los casos existentes en la fecha inicial del intervalo de estudio (prevalencia de punto al inicio del período) más los casos nuevos producidos a lo largo del tiempo del estudio. b) Incidencia, se refiere a la frecuencia de casos nuevos aparecidos en un período determinado. Existen dos tipos de medidas: • La incidencia acumulada es una proporción en cuyo numerador se contabilizan los casos nuevos que aparecen durante un periodo de tiempo determinado y en el denominador la población sin la enfermedad estudia al inicio del estudio (población con riesgo de MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD enfermar). Para su cálculo se excluyen los casos que ya existían al inicio del estudio, por lo que es necesario conocer el período de seguimiento. • La tasa de incidencia hace referencia al número de casos nuevos que ocurren por unidad de personas-tiempo. La unidad de personas-tiempo es la suma del conjunto de los periodos de tiempo que han permanecido cada uno de los individuos en el estudio durante el seguimiento, libres de la enfermedad estudiada. En resumen, la prevalencia indica la carga que sufre una comunidad con respecto a una determinada enfermedad, mientras que la incidencia ofrece la imagen de cómo se desarrolla el proceso en el ámbito de la colectividad. 2.3. Riesgo Cualquier característica o condición que está presente con mayor frecuencia en la gente que tiene un determinado trastorno en comparación con la frecuencia con que aparece en gente que no sufre dicha enfermedad. Hay que considerar dos tipos de riesgo: -el absoluto hace referencia a la tasa de ocurrencia de una enfermedad, y -el relativo, a la comparación entre la incidencia en un grupo de sujetos con factores predisponentes o mantenedores y la incidencia en un grupo que no está bajo esas condiciones. Un riesgo relativo de 1,60 indica que el grupo expuesto tiene un 60% más de probabilidades de desarrollar el trastorno que el grupo no expuesto. Por tanto, el riesgo relativo se refiere a la frecuencia con que ocurre el daño entre los sujetos que presentan la característica de riesgo y los que no la presentan, expresan do de esta forma la fuerza de la asociación entre la exposición y la enfermedad. El riesgo relativo del grupo no expuesto es siempre 1,00. Una muestra de la importancia de distinguir entre estos tipos de riesgos es el trabajo de Lubin9 y colaboradores, evidenciando que un fumador tiene un riesgo absoluto de morir de cáncer de pulmón, en cualquier periodo de un año, de 0,01, es decir, uno entre mil fumadores morirá de este tipo de cáncer, lo que su pone un riesgo absoluto muy bajo; sin embargo, el riesgo relativo que tienen de morir de cáncer de pulmón es de 9,0; es decir, tienen nueve veces más posibilidades de morir de esta enfermedad que los no fumadores. 3 Clasificación de los estudios epidemiológicos Atendiendo a la finalidad que persiguen, podemos distinguir: • Estudios descriptivos. Pretenden identificar el problema de salud objeto de interés, la detección de los casos y sus características, dicho de otro modo, describir el fenómeno de salud estudiado, su magnitud, su tendencia, su modo de aparición, etc. • Estudios analíticos. Permiten establecer asociaciones causales analizando la fuerza de la asociación entre determinados factores y un determinado efecto sobre la salud. • Ensayos experimentales. Intentan demostrar relaciones directas entre determinados factores y el desarrollo de un efecto sobre la salud, controlando la asignación de personas, de forma aleatoria o no, a las condiciones experimentales. Los estudios han de ser entendidos como diferentes etapas de la investigación. Una vez terminado un estudio descriptivo, en el que el investigador constata una situación, identifica el problema, hace la descripción de los casos conoce cómo se distribuye la característica o el agente en la población, se suele preguntar acerca de las causas e hipotetiza cuáles pueden ser las relaciones causa- efecto. Para ello, realiza estudios analíticos, que a veces implican el paso una fase experimental. MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LASALUD 3.1. Estudios observacionales descriptivos Describen el nivel de salud en una población o grupo, estableciendo su distribución según diversas variables de persona, lugar o tiempo. Permiten medir la importancia de un problema de salud, identificar posibles factores responsables conocidos e identificar grupos de riesgo. La asignación de los sujetos a las diferentes categorías está determinada por las observaciones realizadas, por tanto, a través de ellos no es posible demostrar la existencia de relaciones causales. Sin embargo, pueden ser muy útiles, como muestra el trabajo realizado por John Snow en Londres durante la epidemia de cólera de 1854.10 Snow observó cómo se distribuían las muertes por cólera en la zona sur de la ciudad. En aquella época, eran dos las compañías que distribuían el agua en aquella zona, una de las cuales bombeaba el agua desde una zona contaminada del río Támesis. Las tuberías de agua de ambas compañías se distribuían de tal modo que residencias del mismo lado de la calle recibían el agua de distintas fuentes. Snow observó qué casas recibían agua de cada compañía y calculó que la tasa de muerte por cólera era más de cinco veces superior en aquellos hogares que recibían el agua de la parte contaminada del río. Después comparó ambas tasas de mortalidad con las del resto de Londres, y observó que el patrón de muertes se relacionaba con la distribución del agua. Este investigador sugirió que existía un veneno que provocaba el cólera, exponiendo cómo comenzó la enfermedad y cómo se extendió, y propuso clausurar la fuente de agua contaminada. Treinta años después, Koch aislaría el bacilo causante del cólera, apoyando de esta forma las observaciones realizadas por Snow. Sus observaciones no permitieron establecer relaciones causales, aunque sí que fueron necesarias para poder controlar la enfermedad. Otro criterio que hay que tener en cuenta a la hora de clasificar los estudios observacionales es cómo se realiza la observación en el tiempo, de este modo podemos distinguir entre estudios retrospectivos y prospectivos. Los primeros comienzan con un grupo de sujetos que sufren una enfermedad determinada, por ejemplo la hipertensión, e investigan su pasado, buscando una serie de características o condiciones que hayan experimentado y que sean diferentes de las que experimenta la gente que no ha contraído dicha enfermedad (consumo de alcohol, de tabaco, etc.). Los segundos empiezan con una población sana, y siguen su desarrollo a lo largo de un período de tiempo determinado; para comprobar si una determinada conducta o situación, por ejemplo, el consumo abusivo de alcohol o el tabaquismo, está relacionado con una enfermedad posterior, la hipertensión. Los estudios observacionales descriptivos más utilizados son: a) Series de casos. Se trata de la observación de un número elevado de casos, cuando una determinada enfermedad presenta un excesivo número de casos en una población concreta. Se inician sin plantear una hipótesis a priori y permiten generar hipótesis etiológicas. Por tanto, suponen el primer paso para conocer las características de un fenómeno de salud, recordemos el estudio de Snow. b) Estudios transversales o de prevalencia. Pretenden medir la frecuencia de la exposición a una variable determinada y la enfermedad (prevalencia) en un momento dado. Se adaptan al estudio de enfermedades de larga duración y no letal o a la búsqueda de efectos biológicos de la exposición a un factor. Sus principales ventajas son: • están indicados para el estudio de enfermedades crónicas y frecuentes en la colectividad, • sus resultados son generalizables, • se realizan en menos tiempo y con menos coste que los estudios de cohortes, y • gran utilidad en la planificación sanitaria y en la descripción de características de la población. MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD c) Estudios de mortalidad proporcional. Se utilizan cuando los registros de casos son deficientes y no se puede disponer del dato personas/año para el cálculo de tasas de incidencia. En este caso, el índice se puede obtener mediante la comparación de las proporciones de mortalidad en la población de referencia, calculando la razón de mortalidad proporcional (RMP). Para su cálculo se aplica la siguiente fórmula: RPM=A/(A+C):B(B+D) •A = número de muertes en la población expuesta debidas a la causa de estudio. •B = número de muertes en la población de referencia debidas a la causa de estudio. •C = número de muertes en la población expuesta debidas al resto de causas. •D = número de muertes en la población de referencia debidas al resto de causas. Permiten obtener resultados de forma rápida y son muy útiles para detectar excesos de muertes por una determinada causa en una población determinada, con objeto de formular hipótesis que podrán ser comprobadas mediante otros estudios de carácter experimental. d) Estudios de vigilancia epidemiológica. Por vigilancia epidemiológica se entiende el conjunto de actividades que permiten reunir la información indispensable para conocer las tendencias de la conducta y las características de la enfermedad, detectar o prever cualquier cambio que pueda ocurrir por alteraciones en los factores condicionantes con el fin de recomendar, sobre bases firmes, las medidas que lleven a la prevención y control de la enfermedad. Los sistemas de vigilancia cambian de una comunidad a otra, dado que de penden de la infraestructura (servicios de salud, laboratorios, registros) de que se dispone y de la política de salud vigente, aunque todos comparten una serie de características comunes, son sistemas de información que realizan las siguientes funciones y actividades: • reunir información necesaria y actualizada; • procesar, analizar e interpretar datos; • hacer las recomendaciones que permitan controlar el problema de salud, prevenirlo y divulgar la información. Una variante de estos estudios, muy utilizada por los epidemiólogos, es la metodología centinela. Se basa en la explotación sistemática de los datos existentes en los registros oficiales de morbilidad y mortalidad, con el objeto de detectar patologías (sucesos centinela) y establecer redes de notificadores centinela; profesionales sanitarios situados en lugares estratégicos del sistema de salud, que notifican a los organismos competentes la aparición de un problema determinado de salud que se esta vigilando. Los datos se notifican de forma anónima e individualizada a un centro coordinador, donde se pasan a bases de datos y se procesan de forma periódica. Los resultados del análisis de los datos de toda la red son puestos en conocimiento de todos sus componentes, respetando siempre la confidencialidad de la información y del informador. Se utilizan para conocer la magnitud de los problemas, describir la situación y vigilar su evolución 11, sobre todo en aquellos problemas de salud que no son objeto de declaración obligatoria o que difícilmente quedan registrados. 3.2. Estudios observacionales de asociación Intentan demostrar la asociación entre un determinado factor y una o varias enfermedades, así como la magnitud de esta relación. En unos casos se opta por seguir el desarrollo natural del proceso de enfermar y clasificar a los individuos según la presencia o ausencia del factor de exposición a estudiar y, una vez definido el periodo de seguimiento, observar si dicha exposición influye en la aparición de la enfermedad (estudios de cohortes). En otros casos, se elige la MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD estrategia de clasificar a los individuos, según la presencia o ausencia de una enfermedad,e investigar con posterioridad si hubo exposición al factor estudiado (estudios de casos y controles). Estos estudios dan respuesta a dos cuestiones diferentes. Supongamos que es necesario realizar una investigación para determinar si el parto con fórceps puede llevar a lesiones cerebrales que se manifiestan en la epilepsia infantil. Un estudio de caso control supone comparar los historiales del parto de un grupo de niños con daño cerebral con los de un grupo de niños sin daño. Si la proporción de niños con historial de fórceps en el parto es mayor entre los que tienen daño, el parto con fórceps se asociaría al daño cerebral. A partir de estos datos puede estimarse la contribución relativa del parto con fórceps a las frecuencias totales de daño cerebral. En un estudio de cohortes se compararía un grupo de niños nacidos con fórceps con un grupo de niños nacidos en un parto normal. Si se encuentra que la proporción de niños con daño cerebral es mayor entre los primeros, entonces los fórceps se asociarían al daño cerebral. Durante la elaboración de estos estudios es necesario tener en cuenta los siguientes factores: • población a la que se aplica; • personas afectadas; • factor de riesgo o posible causa de enfermedad, • efecto o enfermedad; • dosis-respuesta (cuando un factor de riesgo actúa con mayor intensidad o duración sobre el colectivo, se produce con mayor frecuencia el efecto o la enfermedad) y • secuencia entre el factor de riesgo y la producción del cuadro patológico. Estos trabajos se apoyan en algunas propiedades de la relación factor de riesgo-efecto, como son: • la fuerza de asociación o demostración de que la tasa de enfermedad en una población expuesta al factor de riesgo (morbimortalidad) es mayor que la tasa de enfermar en otra población no expuesta al riesgo; • la consistencia del fenómeno o comprobación en repetidas ocasiones que existe esa relación entre el factor de riesgo y el efecto, y • plausibilidad biológica o compatibilidad con los conocimientos científicos. 3.2.1. Estudios de cohortes Persiguen valorar y cuantificar la posible relación existente entre el factor y la enfermedad a través de la comparación entre grupos: uno expuesto a un factor de riesgo (cohorte expuesta) y otro sin exposición (cohorte no expuesta). Un ejemplo: analizar la asociación entre el consumo de cigarrillos y la mortalidad por enfermedad coronaria en una cohorte de profesores universitarios fumadores y otra de no fumadores. Suelen definirse como prospectivos, no obstante, a veces también pueden hacerse retrospectivos bajo determinadas circunstancias. En los prospectivos, el investigador planifica la recogida de datos del siguiente modo. En primer lugar, exigen eliminar a las personas enfermas y dividir después a las sanas en dos grupos: los expuestos al factor de riesgo y los no expuestos. Sobre ambos grupos se efectuará un seguimiento a lo largo de un período de tiempo que será determinado en función de los objetivos del estudio y de la propia enfermedad. Al final del seguimiento, cada uno de los grupos se habrá subdividido de forma natural en dos, los que han enfermado y los sanos. La fase de seguimiento tiene como objetivo principal la detección del efecto, pero también permite la valoración de las fluctuaciones que se produzcan en la exposición. El tiempo total de duración de las cohortes dependerá de la historia natural de la enfermedad y de la longitud del periodo de tiempo entre la exposición y el comienzo de los síntomas de la enfermedad. MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD Los estudios retrospectivos o de cohorte histórica siguen el mismo procedimiento, con una salvedad, en los estudios prospectivos el seguimiento se inicia al comenzar el estudio, en los de cohorte histórica el periodo de seguimiento se inicia antes de comenzar el estudio; por lo que su realización depende de la disponibilidad y fiabilidad de los registros del factor de riesgo, la mayoría de estos estudios son de mortalidad, pues obtener otro indicador en los registros resulta muy complicado. Como ya se ha dicho, los estudios de cohorte son muy utilizados para determinar los siguientes indicadores: a) Riesgo relativo o frecuencia con que padece la enfermedad el grupo de expuestos en relación con el de no expuestos. Es una razón en la que en numerador se encuentra el riesgo de enfermar de los expuestos y en el denominador el riesgo de enfermar de los no expuestos. Refleja la fuerza de asociación entre el riesgo y sus consecuencias. Volviendo al ejemplo de la epilepsia y su relación con el parto con fórceps. Si A hace referencia a la proporción de niños epilépticos nacidos con fórceps, y B a la proporción de niños epilépticos nacidos en parto normal, la fuerza de la causa sospechada puede expresarse mediante A/B. b) Riesgo atribuible o riesgo de los sujetos expuestos debido a la exposición. Sólo puede ser aplicado a la cohorte expuesta. Se calcula mediante una sustracción, al riesgo de enfermar de los expuestos hay que restar el riesgo de enfermar de los no expuestos. De este modo se obtiene el riesgo de enfermar que podemos atribuir a la exposición en estudio. Permite conocer el beneficio que obtendremos si se elimina de un determinado ambiente la exposición a un factor de riesgo, por lo que es muy útil desde el punto de vista preventivo. En el ejemplo anterior, el parto con fórceps no conduce de forma inevitable a la epilepsia, ya que ésta ocurre sólo en una proporción de los niños nacidos de esta forma. La diferencia entre la proporción de niños epilépticos nacidos con fórceps (4) y la proporción de niños epilépticos nacidos en parto normal (B), es el riesgo atribuible (A-B). Las principales ventajas de este tipo de estudios son: • Facilitan una buena planificación. • Se obtienen estimaciones directas de la incidencia de la enfermedad, tanto en expuestos como en no expuestos. • Permiten una mejor valoración del estado de exposición, al estar controlados los sujetos participantes durante el periodo de seguimiento. • Existe menor posibilidad de cometer sesgos, por lo que el riesgo de conclusiones falsas o inexactas es menor. Entre los inconvenientes: • Tienen un coste económico elevado. • Necesitan para su desarrollo mucho tiempo. • Son difíciles de reproducir. • No sirven para investigar enfermedades raras o poco frecuentes. 3.2.2. Estudios de casos y control Son de carácter retrospectivo. Exigen comparar dos grupos: • Uno conformado por casos que padecen la enfermedad en estudio. • Otro compuesto por casos que no padecen la enfermedad. Los grupos pueden estar constituidos por la población que padece una enfermedad determinada o por una muestra representativa de las personas que son atendidas por la enfermedad en estudio en una o varias instituciones sanitarias durante un cierto período de tiempo, o por el total o una muestra representativa de las personas que sufren la enfermedad a escala comunitaria durante un tiempo definido. Por ejemplo, en un estudio de este tipo, los casos pueden estar formados por los pacientes atendidos en el área hospitalaria Virgen Macarena de Sevilla por hipertensión durante el año 2001. Ahora bien, ¿este grupo es representativo de todos los hipertensos de Sevilla? Hay una población teórica que comprende a todos los pacientes con el trastorno (hipertensos que residen en la provincia de Sevilla), de este modo, aunque el investigador no utilice MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD técnicas de muestreo al seleccionar el grupo de pacientes, ha de evaluar en qué grado el grupo es representativo de la población, y si hay diferencias, determinar hasta quépunto pueden influir en los resultados. Un aspecto crucial es definir los criterios diagnósticos necesarios para incluir un caso como tal. El criterio de elección se establece para restringir el estudio sólo a aquellos sujetos que potencialmente estuvieron expuestos al factor o factores de riesgo (fumar o abusar del alcohol.), y debe ser aplicado tanto a los casos potenciales, como a los controles, estableciendo al mismo tiempo los criterios de exclusión, en concordancia con la definición que se haya hecho de caso expuesto. Otro aspecto fundamental se refiere a la selección de los controles, éstos han de ser elegidos de forma que reflejen la distribución de la exposición a los factores de riesgo (fumar o abusar del alcohol). A la hora de seleccionar, existen diversas posibilidades o fuentes de controles, de forma que se logren las semejanzas entre éstos y los casos. Algunas estrategias empleadas en el caso anterior han sido: • extraer los controles de entre todos los pacientes admitidos en esta misma área hospitalaria durante el mismo año afectados por enfermedades distintas a la hipertensión; • seleccionar los controles entre los parientes de los individuos afectados por la enfermedad, dado que éstos suelen ser similares genéticamente y comparten un ambiente similar; • elegir a personas que viven en casas próximas a las del paciente y que tienen un ambiente similar, y • utilizar la población total, lo que permite establecer comparaciones entre los pacientes y la población. Como ya se ha dicho, se utilizan para valorar el riesgo de adquisición de la enfermedad y el análisis de sus diferentes factores etiológicos, aunque pueden tener otras finalidades, como la formulación de hipótesis de prevención. Resultan útiles en el estadio preliminar de una investigación, en el estudio de las enfermedades raras y crónicas y cuando los recursos disponibles son escasos. El esquema general que siguen es el siguiente: • Selección de casos y controles. • Información sobre la exposición al factor de riesgo. La información sobre la exposición al factor de riesgo se puede obtener de encuestas higiénicas, fichas epidemiológicas, reconocimientos médicos, registros clínicos, etc. • Análisis o estimación del riesgo relativo para analizar la fuerza de la asociación entre la exposición y la enfermedad. Zaldívar 12 y colaboradores realizaron un estudio de casos y controles con el objetivo de identificar los factores de riesgo y los factores protectores implicados en el maltrato infantil, es decir, presentes en familias maltratadoras y ausentes en las no maltratadoras. Los criterios de inclusión de los casos fueron los siguientes: — niños registrados en la Comisión de Tutela o en el hospital con el diagnóstico de maltrato infantil, y — niños residentes en el área urbana y metropolitana de la ciudad. Para los casos, el criterio de exclusión fue la existencia de abuso sexual. En los controles, el criterio de exclusión fue la existencia de una sospecha de maltrato, ya fuese por la información de la fuente de selección o por la recogida en el momento de la entrevista. Al utilizar como fuente principal de identificación de casos la Comisión de Tutela, se limitó la definición de caso de maltrato a la tipificación legal española de desamparo. La muestra final quedó constituida por 56 casos apareados con 104 controles. El procedimiento de recogida de información utilizado fue una entrevista estructurada y un cuestionario autocumplimentado por un miembro de cada familia de cada caso o control, así como los datos de archivo sobre los casos de maltrato. Los resultados mostraron diferencias significativas entre casos y controles en el nivel sociocultural, el económico, la satisfacción residencial, la red MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD y apoyo social, el ajuste marital, el estado percibido de salud general y la autopercepción de síntomas depresivos y ansiosos. • Ventajas. Entre las principales ventajas de estos estudios, podemos citar: — Son fáciles de diseñar y económicos, por lo que exigen poco esfuerzo. — Se necesitan pocas personas, por lo que pueden utilizarse para el estudio de enfermedades raras (de baja incidencia) y de las que tienen un corto periodo de latencia13. — No suponen riesgos para los participantes, ni para los epidemiólogos, ya que no interactúan con los sujetos. — Permiten estudiar a la vez varios factores de riesgo (multicausalidad). — Se pueden replicar con facilidad. — Requieren poco tiempo para su ejecución, si se comparan con los de cohortes. • Desventajas. Sus principales desventajas son: — Lo difícil que resulta encontrar individuos con características similares a las de los casos para conformar los grupos de control. — No permiten determinar ni la incidencia, ni la prevalencia, por lo que tienen más sesgos que los de cohortes. — No permiten estudiar el mecanismo que origina la enfermedad. —Al estudiar enfermedades raras, requieren establecer criterios diagnósticos para la inclusión y exclusión de casos. 3.3 Estudios de casos Estos estudios tienen las siguientes características: — existencia de una sistematización del proceso; — el investigador manipula las condiciones de la investigación introduciendo elementos nuevos y modificadores del fenómeno natural, y, — variabilidad provocada del acontecimiento que se investiga. Aunque permiten establecer relaciones causales entre variables, no siempre se pueden utilizar, por lo que son poco frecuentes. Su principal limitación es el problema ético que plantea la decisión sobre qué grupo de sujetos van a recibir el tratamiento experimental (por ejemplo, un fármaco reductor de la hipertensión) o van a ser expuestos al factor de riesgo (por ejemplo, una dieta rica en sal). Los estudios epidemiológicos experimentales más conocidos son: a) Los ensayos clínicos. Tratan de comprobar los efectos de la variable independiente sobre grupos de sujetos. Un ejemplo de ensayo clínico es probar la eficacia de un determinado fármaco para controlar la hipertensión. Personas con hipertensión serían asignadas al azar al grupo experimental que recibiría el fármaco o a un grupo control que tomaría un placebo. Las diferencias existentes entre los grupos podrían ser atribuidas al fármaco. b) Los ensayos comunitarios. También tratan de constatar los efectos de la variable independiente, aunque no sobre grupos, sino sobre diferentes comunidades. Uno de estos estudios de ensayo comunitario es el Stanford Five City Project, en él las personas que residían en una de las comunidades del experimento recibieron un gran número de mensajes educativos acerca del valor que supone controlar los factores de riesgo coronario, mientras que las personas que residían en la otra comunidad sólo recibieron información están dar acerca de estos factores de riesgo. Seis años después, las personas de la comunidad que recibieron los mensajes educativos habían reducido la tensión arterial y el nivel de colesterol de forma significativa respecto a la comunidad control. 4. Evaluación de programas de salud Es innegable la importancia que tiene la evaluación de las políticas, los pro gramas, los proyectos y los servicios de salud para la MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD obtención de información sobre su funcionamiento y para su posterior mejora. Por tanto, no podíamos dar por terminado este capítulo sin hablar de la forma de realizar evaluaciones en el campo de la salud. Con este objetivo, exponemos las principales características de la evaluación y los modelos más utilizados. 4.1. Características definitorias de la evaluación de programas Las distintasdefiniciones que se han formulado de la evaluación permiten identificar tres elementos que delimitan este concepto: — es un juicio de valor sobre un objeto o evaluando (el qué); — al servicio de una toma de decisiones (el para qué), y —requiere una especificación de los criterios de valoración y un procedimiento sistemático para la recogida de información (el cómo). 4.2. Guías para la evaluación en el ámbito de la salud 4.2.1. Modelo de la Organización Mundial de la Salud Para este organismo, la evaluación es un medio sistemático de aprender empíricamente y de utilizar lo aprendido para mejorar las actividades en curso y lograr una planificación más satisfactoria de las acciones futuras. La evaluación debe incluir los siguientes pasos: 1) Especificación del tema de evaluación: determinar qué debe evaluarse, a qué nivel, qué decisiones pueden tomarse a la vista de los resultados y a quién comunicar los resultados. 2) Recogida de información: decidir acerca de qué información se necesita cuáles son las fuentes de información disponibles y si éstas son suficientes. 3) Verificación de la pertinencia: ¿está justificada la política, el programa, el proyecto o el servicio?, ¿responde a las necesidades de la comunidad? ¿Se basa en métodos costeables y aplicables?, ¿se puede lograr un servicio análogo por un medio alternativo?, ¿qué consecuencias tendría no llevarlo a cabo?, ¿hay razones convincentes para ponerle fin? 4) Resolución de la evaluación. Si se resuelve que el evaluando es pertinente, entonces debería determinarse si está bien proyectado o es suficiente para sol ventar el problema que justifica su formulación. 5) Evaluación de la suficiencia: ¿se han definido con claridad los problemas?, ¿se ha formulado de forma adecuada el evaluando?, ¿se han fijado objetivos y metas a largo, medio y corto plazo?, ¿las metas están definidas en términos mensurables?, ¿las responsabilidades orgánicas y administrativas están definidas claramente?, ¿se han establecido los medios, el plan de acción y el calendario para el logro de dichos objetivos? y por último, ¿se han escogido indicadores y criterios para su evaluación ulterior? 6) Suficiencia o insuficiencia de los resultados. Si los resultados de la evaluación muestran que la política, el programa, el proyecto o el servicio no están bien formulados o son insuficientes, se debe proceder a su reformulación. Por contra, si son suficientes se impone seguir con la evaluación del mismo en los términos que se especifican a continuación. 7) Evaluación de progresos: las actividades y los recursos utilizados, ¿han satisfecho el plan trazado?, ¿se está cumpliendo el calendario establecido?, ¿existe algún desfase entre los fondos utilizados y los presupuestados? 8) Evaluación de la eficiencia: comprobar si el evaluando es efectivo con relación al coste del mismo, es decir, a qué precio se están logrando los objetivos planteados. 9) Evaluación de la eficacia: verificar en qué medida se han logrado los objetivos propuestos. 10) Evaluación de los efectos: especificar qué efectos ha tenido el evaluando u objeto de evaluación en la situación sanitaria de la población atendida, así como la magnitud de la demanda y si los servicios existentes pudieron responder a ésta. MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD II. ÁMBITOS DE APLICACIÓN Y METODOLOGÍA EN LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD 11) Formulación de las conclusiones y las propuestas de acción futura. La evaluación es entendida como el proceso consistente en determinar y aplicar criterios y normas con el fin de realizar un juicio sobre los diferentes componentes del evaluando en sus distintas etapas. Puede ser resumido así: • Planificar. Establecer qué se va a evaluar o qué quieren quienes demandan la evaluación. 4.2.2. Modelo de planificación sanitaria La evaluación es entendida como el proceso consistente en determinar y aplicar criterios y normas con el fin de realizar un juicio sobre los diferentes componentes del evaluando en sus distintas etapas. Puede ser resumido así: • Planificar. Establecer qué se va a evaluar o qué quieren quienes demandan la evaluación. • Evaluar la ejecución implica: — comprobar o verificar los hechos y los resultados obtenidos; — comparar lo hecho con lo que se quería hacer; — formular juicios sobre lo realizado y definir los factores que influyen en los resultados; — entregar los resultados. • Concluir. Realizar los reajustes y las modificaciones oportunas que garanticen el logro de los objetivos propuestos. Conclusiones En este capítulo hemos expuesto los principales diseños de investigación utilizados por los psicólogos y los epidemiólogos en el campo de la salud, con objeto de ilustraros respecto a cómo se construye el conocimiento en este ámbito. Además, hemos hecho una breve referencia a cómo conducir las evaluaciones de las políticas, los programas o los proyectos que se realizan en el campo de la salud. La única conclusión posible después de lo expuesto es que el psicólogo tiene a su disposición un amplio rango de diseños de investigación para construir su disciplina y que su elección depende del tipo de problema objeto de estudio. MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD III. LA FORMACIÓN PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO DE LA SALUD L e c t u r a 1 Ballester, A., R. (1997) Introducción a la psicología de la salud. Valencia: Promolibro. Cap. 4, pp. 207-241. LA FORMACIÓN Y EL EJERCICIO PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO DE LA SALUD .........................................................2 1. LA FORMACIÓN DE LOS PSICÓLOGOS DE LA SALUD .....2 1.1 Directrices respecto a las exigencias y los itinerarios posibles de formación .............................................................2 1.2. Instituciones responsables de la formación .....................7 1.3. La formación del psicólogo de la salud en España..........8 2. EL EJERCICIO PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO DE LA SALUD........................................................................................9 2.1. Funciones y puestos de trabajo de los psicólogos de la salud........................................................................................9 2.2. Habilidades profesionales técnicas y de carácter social deseables en el psicólogo de la salud ..................................12 2.3. Aspectos éticos en la actividad profesional y en la investigación .........................................................................14 LL AA FF OO RR MM AA CC II ÓÓ NN YY EE LL EE JJ EE RR CC II CC II OO PP RR OO FF EE SS II OO NN AA LL DD EE LL PP SS II CC ÓÓ LL OO GG OO DD EE LL AA SS AA LL UU DD UU NN II DD AA DD II II II .. MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD III. LA FORMACIÓN PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO DE LA SALUD LLAA FFOORRMMAACCIIÓÓNN YY EELL EEJJEERRCCIICCIIOO PPRROOFFEESSIIOONNAALL DDEELL PPSSIICCÓÓLLOOGGOO DDEE LLAA SSAALLUUDD En este capítulo se van a abordar dos cuestiones fundamentales para la disciplina que nos ocupa, a saber, la formación que deberían recibir los psicólogos de la salud que, a su vez, es la responsable de la calidad de los futuros psicólogos; y los aspectos relacionados con su ejercicio profesional, del que depende el prestigio de la disciplina y su implantación en nuestra sociedad, incluyendo en este apartado las funciones que deberían desempeñar, los ámbitos de actuación en los que pueden realizar su trabajo, las habilidades que deberían poseer, y finalmente, los aspectos éticos más relevantes implicados en su trabajo. 1. LA FORMACIÓN DE LOS PSICÓLOGOS DE LA SALUD Dentro de este epígrafe dedicado a la formación de los psicólogos de la salud,se abordará en primer lugar, las directrices derivadas de la Arden House Conference respecto a las exigencias y los posibles itinerarios de formación, así como las opiniones que, a este respecto, tienen los autores de mayor relevancia en este campo; en segundo lugar, se tratarán las distintas instituciones que podrían proporcionar tal formación, con las ventajas e inconvenientes asociadas a cada una de ellas; y finalmente, el estado actual de la formación en Psicología de la Salud en nuestro país. 1.1 Directrices respecto a las exigencias y los itinerarios posibles de formación El primer programa de formación en psicología de la salud fue creado en 1975 en la Universidad de California en San Francisco. La importancia de plantearse la formación adecuada que deberían recibir los psicólogos de la salud, una de las primeras cuestiones que debe plantearse cualquier disciplina en su nacimiento, ya fue expresada por Adler, Cohen y Stone (1979) en el primer manual sobre psicología de la salud, como lo reflejan sus propias palabras: “Puesto que en el pasado no han existido programas de educación formal en Psicología de la Salud todos los que actualmente funcionan en el campo provienen de alguna de las especializaciones preexistentes. Ahora, sin embargo, es importan te considerar el tipo de formación que es apropiada para los que serán la siguiente generación de psicólogos de la salud” (pág. 583). Además, estos autores ya dieron algunas ideas sobre cómo pensaban que debería ser esta formación, ideas que después aparecerían recogidas Arden House Conference: “Si cada uno de los campos de la Psicología es relevante para la Psicología de la Salud, entonces necesitamos una formación que adapte las teorías y los métodos de esos campos a los requerimientos del trabajo en el sistema de salud. La formación postdoctoral puede ser la más apropiada como un medio de preparar a los psicólogos ya formados en una especialización a utilizar sus habilidades en áreas relacionadas con la salud. Los departamentos universitarios pueden facilitar los esfuerzos de los estudiantes que deseen llevar a cabo su trabajo de investigación sobre un problema de salud, preparándose así para una carrera en el sistema de salud y pueden ofrecer cursos y seminarios centrados en aspectos relacionados con la salud.” (pág. 584). También Olbrisch y Sechrest (1979) recomendaron que las personas interesadas en seguir la carrera profesional de psicología de la salud deberían recibir cursos relacionados con los contenidos básicos de todas las áreas de la psicología, además de algunos de especialización en el campo de la salud. Olbrisch, Kurtz y Matarazzo (1981) aconsejaban la implantación de programas formales de “residencia” en centros sanitarios, programas que fueran específicos para psicólogos de la salud y no incardinados dentro de programas destinados a la formación en otras áreas como psicología clínica, que era lo más habitual. De hecho, en una revisión de Belar, Wilson y llugues (1982) se identificó en los Estados Unidos 42 programas que ofrecían formación predoctoral en psicología de la salud, de los cuales, sólo 6 eran programas específicos, y el 70% eran programas en los que la psicología de la salud se enseñaban en el marco de la formación en otras áreas, como psicología social, escolar o clínica. El primer programa especializado en psicología de la salud fue el programa aplicado en el Centro Médico de Palo Alto (Matarazzo y Carmody, 1983). En estos momentos, son 46 los programas centrados en psicología de la salud (Belar y Deardorff, 1995). Swan, Piccione y Anderson (1980) protagonizaron uno de los primeros intentos de trazar sugerencias específicas respecto a la formación de los psicólogos de la salud. Sus ideas incluían los siguientes aspectos: 1. Formación en un programa de doctorado aplicado en psicología, que incluya conocimientos de evaluación e intervención comportamental, así como principios científicos generales acerca de la conducta humana 2. Epidemiología 3. Anatomía, fisiología y Psicofisiología MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD III. LA FORMACIÓN PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO DE LA SALUD 4. Farmacología, especialmente en las áreas del tratamiento del dolor y del estrés 5. Intervenciones médico-quirúrgicas ante distintas enfermedades 6. Instrumentación en el área de registro de datos psicofisiológicos y técnicas de evaluación 7. Tratamientos especializados como biofeedback e hipnosis, entre otros 8. Aspectos clínicos generales respecto a los pacientes médicos, y 9. Neuropsicología En mayo de 1983, un grupo formado por más de 50 líderes en Psicología de la Salud se reunieron en la Arden House en Harriman, Nueva York para discutir acerca de la formación estándar que deberían recibir en el futuro los psicólogos de la salud. Los participantes en esta reunión, conocida formal mente como la National Working Conference on Education and Training in Health Psychology trataron dos grandes cuestiones (Boll, 1987): La primera era la naturaleza del programa general en psicología que deberían recibir los psicólogos de la salud. La segunda era si éstos deberían o no formarse para poder prestar servicios sanitarios. En caso afirmativo, si deberían establecer dos itinerarios formativos, uno para los que fuesen a prestar servicios sanitarios y otro para los investigadores y docentes o profesores (Sheridan y Choca, 1991; Brannon y Feist, 1992). Con respecto a la primera cuestión, los participantes acordaron que los psicólogos de la salud deberían recibir un cuerpo sólido de formación general en áreas tales como últimos avances en la investigación y diseños experimentales; metodología y análisis estadísticos; bases biológicas, cognitivas y sociales de la conducta; y diferencias individuales. En definitiva, por lo que se refiere a la primera cuestión planteada, en la Conferencia se acordó que los programas que tomaran por nombre “Psicología de la salud” deberían incluir conocimientos estandarizados sobre psicología general (Boll, 1987). Con respecto a la segunda cuestión, los participantes mostraban mayores divergencias de opinión. Algunos consideraban que no todos los psicólogos de la salud tenían por qué ser profesionales sanitarios, por lo que todos los estudiantes no necesitaban ser formados para prestar este tipo de servicios (Elliott, 1983). Otros participantes, sin embargo, defendían la idea de que los psicólogos de la salud necesitan un fuerte bagaje clínico y se basaban en el modelo del científico/profesional surgido a partir de la Conferencia de Boulder celebrada el año 1949. Más tarde, Istvan y Hatton (1987) examinaron con detalle los programas de formación existentes hasta el momento, encontrando que cerca de la mitad consideraban que era necesaria la formación clínica para crear psicólogos que pudieran prestar servicios profesionales. Los autores del informe sugerían la idea de que los psicólogos de la salud necesitan recibir una formación que los capacite para ejercer como profesionales sanitarios, debido al fuerte incremento de empleo en los hospitales, facultades de medicina y facultades de ciencias sociales. En esta reunión, además, se trató una ligera discrepancia acerca de si los psicólogos de la salud necesitaban ser formados, al menos, hasta el grado de doctores. Esta polémica ya había sido señalada por Adler, Cohen y Stone (1979) unos años antes, junto a un posicionamiento muy claro: “Algunos psicólogos dudan de la deseabilidad de dirigir programas de doctorado de psicólogos en contextos médicos... Expresan su preocupación acerca del número escaso de facultades de Psicología... Con respecto al número de psicólogos disponibles, hay suficientes psicólogos presentes en muchas facultades de Medicina para permitir el desarrollo de programas en Psicología de la Salud.” (pág. 584-585). En la Conferencia, algunos expertosconsideraban que, si los estudios de doctorado estaban pensados con el fin de preparar a los estudiantes para seguir un proceso continuado de autoformación, entonces una formación postdoctoral “formal” podía resultar innecesaria. Además, como señala Bishop (1994), algunos participantes en la conferencia temían que prolongar excesivamente la formación de los psicólogos de la salud, los colocaba en una situación de inferioridad en el mercado laboral. Sin embargo, la mayoría recomendaron formación postdoctoral, que incluyese al menos, dos años de formación especializada en psicología de la salud, después de una licenciatura o graduación en psicología general (Belar, 1987; Matarazzo, 1987a). Según los participantes en la Conferencia, esta formación debería ser necesaria para poder obtener la licencia para ejercer como profesional sanitario, idea que también es apoyada por algunos autores europeos (Jansen, Methorst y Kerkhof, 1990), pero que todavía aparece poco reflejada en la práctica en estos países, en los que la tendencia es a realizar un máster aplicado al finalizar la licenciatura, como se aprecia en la revisión realizada por Methorst, Jansen y Kerkhof (1990) sobre el panorama internacional en la formación del psicólogo de la salud. Matarazzo (1987a) y Shendan (1988) defendían el doctorado en psicología general enfocándolo hacia la psicología de la salud, que incluyese un año predoctoral de residencia. Después, esta formación pc Resaltado MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD III. LA FORMACIÓN PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO DE LA SALUD sería seguida por una residencia postdoctoral de dos años centrada en el desarrollo profesional con una orientación más bien amplia respecto a los servicios sanitarios, justificando esta orientación por los diferentes tipos de pacientes que se puede atender en un hospital general. Además se preocuparon en matizar que estos dos años no deberían considerarse como un extra deseable, sino como un componente esencial para ejercer profesionalmente con licencia en este ámbito (Sheridan y cols., 1988). Matarazzo recomendaba que cada estudiante en formación debería trabajar profesionalmente con distintos tutores o supervisores, tanto psicólogos como médicos, con el fin de adquirir una experiencia semejante a lo que se iba a encontrar en su futuro profesional. Estos supervisores de la formación de los psicólogos deberían reunir algunas características que recientemente han sido señaladas por Belar y Deardorff (1995): 1. Competencias especiales en psicología clínica de la salud 2. Sensibilidad respecto a los aspectos éticos en la supervisión 3. Claridad y especificación del modelo de supervisión que se va a seguir con sus metas y metodología 4. Disponibilidad respecto al estudiante supervisado 5. Perspectiva y conocimiento del campo de la psicología clínica de la salud 6. Conocimiento del sistema sanitario 7. Afiliación a grupos profesionales adecuados Finalmente, a pesar de la predicción de que los puestos de trabajo para los psicólogos de la salud iban a aumentar rápidamente en los Estados Unidos, y probablemente en muchos otros países, casi todos los expertos en el campo sugerían que el tiempo de formación no debía acortarse y que el nivel debía mantenerse alto. Los psicólogos de la salud que hubieran recibido una formación doctoral en el modelo del científico/profesional y además, hubieran realizado dos años de residencia adicionales serían capaces de desempeñar trabajos muy variados relacionados con el campo de la salud (Brannon y Feist, 1992). Según Miller (1987), los dos aspectos del modelo del científico- profesional (Conferencia de Bouder, 1949) son especialmente importantes para la Psicología de la Salud, especialmente en sus primeras fases de rápido desarrollo. Como el autor ya afirmara anteriormente (Miller, 1983): “Existe una interacción recíproca y simbiótica entre el laboratorio y la clínica. La clínica sugiere y plantea nuevos y significativos problemas para su investigación en el laboratorio, y ésta produce nuevos conocimientos que proporcionan la base para aplicaciones clínicas innovadoras. Los profesionales necesitan una profunda comprensión de las técnicas y procedimientos de investigación para ser capaces de evaluar críticamente los resultados de los estudios publicados en la literatura, con el fin de aprovecharse de los buenos trabajos y no dejarse guiar por los trabajos inadecuados. Los clínicos han descubierto que la formación en investigación es muy valiosa también para conseguir introducirse en los nuevos centros médicos convirtiéndose en asesores para sus colegas médicos. Esta formación también es útil en el desarrollo y evaluación de nuevos procedimientos. La recogida sistemática de datos clínicos por parte del profesional puede ayudarle a evaluar sus propias técnicas y refinar su habilidad. En mayor escala, los estudios cooperativos de costes-eficacia pueden convencer a los administradores, que están cada vez más presionados para frenar la rápida escalada en gastos médicos, de que les interesa pagar por los servicios de un clínico con formación comportamental” (Miller, 1987, pág.5-6). Finalmente, concluye Miller (1987): “La formación en investigación de los psicólogos ha sido, y continuará siéndolo, una de las mayores fuerzas a la hora de abrir nuevas áreas de aplicaciones. Pero, además de asegurar nuevas ideas acerca de problemas significativos que surgen del contacto con el fenómeno clínico, el psicólogo cuyo interés primario se centra en la investigación necesita a menudo algunas de las habilidades y la sensibilidad del clínico con el fin de tratar eficazmente a las personas en un centro médico” (pág.6). Además, parece interesante y pertinente la reflexión de este autor, de que con la multitud de cosas que es deseable conocer, existe un peligro considerable de diseñar un curriculum para los psicólogos de la salud que sea tan amplio como superficial. Según Miller (1987), se puede esperar que los licenciados formados en psicología de la salud tengan por delante una carrera profesional de al menos 30 o 40 años. Dado que en ese tiempo, lo más probable es que se produzcan cambios importantes y que resulta difícil anticipar qué tipo de cambios se producirán, los estudiantes de psicología de la salud tendrán que estar preparados para continuar aprendiendo de su propia disciplina y de otras MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD III. LA FORMACIÓN PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO DE LA SALUD relacionadas en las próximas décadas. Para conseguirlo, el autor da algunos consejos muy concretos: - Transmitir a los estudiantes confianza en el aprendizaje por sí mismos sin la presencia de un profesor - Que los estudiantes dominen la lectura y escritura en lengua inglesa, así como conocimientos en matemáticas, biología, ciencias sociales y psicología a ser posibles aprendidos en relación con el ámbito de la salud - Que los estudiantes tengan una comprensión global de cómo la ciencia se desarrolla y progresa - Que aprendan a juzgar la calidad de una investigación con ejemplos de investigaciones en las que se cometieron errores - Que tengan a su disposición artículos originales de la literatura que ilustren cómo una explicación comúnmente aceptada puede ser rebatida - Que conozcan y dispongan de estudios de caso que reflejen la correcta e incorrecta aplicación del conocimiento y técnicas psicológicas a casos prácticos - Que los profesores intenten individualizar al máximo la formación teniendo en cuenta las capacidades e intereses de los distintos alumnos. En resumen, la formación ideal de los psicólogos de la salud surgida de la Arden House Conference, consiste en un primer nivel predoctoral en el que el estudiante adquiere una buena base en psicología general y metodologíade investigación complementada con algunos cursos o asignaturas especializados en psicología de la salud, en los que los estudiantes tienen la oportunidad de aplicar los principios generales de la psicología a aspectos relacionados con el sistema de salud y de adquirir habilidades de evaluación e intervención en este tipo de problemas. Seguidamente, se recomiendan experiencias de “aprendizaje” o prácticas en las que los estudiantes puedan aplicar lo que han aprendido a problemas prácticos, lo cual puede llevarse a cabo a través de residencias en instituciones que presten servicios sanitarios con supervisión de otros psicólogos que trabajen en el centro. Se prevé que puedan existir dos itinerarios de formación distintos para los estudiantes interesados en ejercer su profesión como investigadores básicamente y los que están interesados en la clínica atendiendo pacientes. La experiencia de las prácticas tendría un contenido acorde con tales intereses. Para los primeros, se trataría de diseñar, dirigir, publicar investigaciones y realizar proyectos de investigación con el fin de obtener becas o financiación para sus proyectos. Para los segundos, se trataría más bien de hacer que se enfrentaran al mayor número de situaciones clínicas posible. Finalmente, y en tercer lugar, los participantes a la Conferencia en general defendieron la necesidad de profundizar todavía más en la formación, a través de dos años de estudios postdoctorales, también con la posibilidad de proseguir en los dos diferentes itinerarios de formación comenta dos anteriormente. En cuanto a los contenidos, en la Conferencia de Arden House se acordó que la formación de los psicólogos de la salud debería incluir los siguientes aspectos (Stone, 1983, pág. 15-17): 1. Ofrecer dos grandes opciones de formación: científica y profesional 2 Las instituciones responsables de la formación deberán tener los suficientes recursos para asegurarse de que los estudiantes reciben una formación global no limitada a una única metodología ni orientación teórica 3 Experiencias y contenidos que enfaticen el papel de diversas características (culturales, étnicas, de género, estilo de vida, edad, etc.) tanto en los profesionales como en los usuarios del sistema de salud 4 Combinación de teoría y práctica incluida la participación en alguna investigación bajo la dirección de un supervisor 5. Énfasis en la metodología de investigación, incluyendo métodos bioestadísticos, además de los habitualmente usados en psicología 6. Entrenamiento de habilidades para la colaboración con otros profesionales 7. Énfasis en el impacto del psicólogo de la salud en los pacientes, las familias, la institución sanitaria... 8. Instrucción en aspectos profesionales, éticos y legales. 9. Instrucción sobre la organización del sistema sanitario y la administración sanitaria 10. Entrenamiento en habilidades de evaluación e intervención 11. Para los psicólogos de la salud que se dedicarán a tareas clínicas, una residencia de al menos un año de duración en un programa interdisciplinar llevado a cabo en un centro sanitario, con énfasis tanto en aspectos psicológicos como médicos MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD III. LA FORMACIÓN PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO DE LA SALUD 12. Los supervisores deberían ser preferentemente psicólogos de la salud con una formación adecuada que les permita la práctica profesional de la psicología de la salud y ser un modelo de profesional científico-aplicado. A pesar o además de todo ello, sería conveniente que se dotara a los alumnos a lo largo de este proceso con las habilidades necesarias para seguir autoformándose en el futuro, con el fin de, así, poder ir adaptándose a las demandas cambiantes de la sociedad respecto a nuestra disciplina. Finalmente, desde mi punto de vista, creo que una formación óptima de futuros psicólogos de la salud debe incluir e integrar tanto aspectos que pueden resultar más teóricos desde una primera aproximación como aspectos más aplicados que pueden dar sus frutos en el buen ejercicio profesional. Estos aspectos más aplicados, además de incluir los conocimientos acerca de los principales problemas de salud tratados y de las principales técnicas terapéuticas, están referidos al dominio de las habilidades necesarias para aplicar estas técnicas haciendo especial énfasis en la necesidad de adaptarlas a las características de quien o quienes las reciben. También, se trata, dentro de estos aspectos más aplicados, de que el estudiante se forme (no sólo se informe y mucho menos se deforme) en las principales actitudes que resultan aconsejables si no imprescindibles para el buen ejercicio profesional, entre las que cabe destacar las siguientes: - Afán investigador y espíritu crítico. Teniendo en cuenta que el profesional debe estar en un proceso de continuo reciclaje, tan importante como los conocimientos que el estudiante adquiera en relación con la Psicología de la Salud lo es el interés y la motivación por seguir formándose y por investigar en el campo o área en que vaya especializándose con el tiempo. Empatía. Como ya defendió Rogers, la empatía constituye una de las actitudes clínicas básicas que se traduce en el interés y la capacidad por ponerse en el lugar del paciente o cliente, intentando colocarse en su mismo campo fenomenológico. La empatía se convierte en una actitud aconsejable, necesaria y ética no sólo cuando el psicólogo se enfrenta a los distintos tipos de pacientes que pueden necesitar un apoyo psicológico (sobre todo en aquellas enfermedades, como el SIDA, que generan rechazo entre la población y suelen ir acompañadas de un fuerte sentimiento de soledad), sino también cuando el psicólogo entra en contacto con “posibles futuros pacientes” en los programas de promoción de la salud y prevención de la enfermedad, con el fin de entender las razones que les lleva a mantener determinadas conductas relacionadas con la salud. - Flexibilidad, para aplicar las distintas técnicas a los grupos diana en educación para la salud o a los pacientes en el tratamiento psicológico ante determinadas enfermedades teniendo siempre en cuenta las características personales o del grupo y las circunstancias que concurren. El fin último es evitar a toda costa la actuación automatizada del psicólogo como un mero aplicador rígido de “recetas”, al estilo de una máquina de coca-colas. En educación para la salud y también en la clínica, en muchas ocasiones el psicólogo debe saber reajustar su estrategia en apenas unos segundos. - Tolerancia. La tolerancia debería ser una actitud de uso obligado para todo ciudadano, ya que su contraria, la intolerancia es una de las armas más peligrosas en la convivencia. Sin embargo, en un psicólogo que va a trabajar con personas que se sienten rechazadas, cuando el estigma social es más o menos real, ya estemos hablando de un drogodependiente, de una prostituta o de una persona con SIDA, esta actitud se hace imprescindible y también la transmisión de esta tolerancia en cuantos actos educativos participe, siempre que le sea posible - Actitud de trabajo abierta y de colaboración con otros profesionales de la salud: médicos, personal de enfermería... La actitud de colaboración con otros profesionales, acorde con el modelo biopsicosocial, también implica cierta tolerancia, pero esta vez no hacia los pacientes, sino también hacia los propios colegas. Si tenemos en cuenta que el psicólogo de la salud ejerce su profesión en una institución sanitaria donde los médicos, como consecuencia de su presencia ancestral como figuras legitimadas socialmente para sanar a la población, tienen el mayor estatus, el psicólogo, que resulta una figura relativamente nueva, debe aprender a ser tolerante respecto a algunas actitudes de prepotencia médica, lo que no implica que abandone una actitud beligerante en cuantoa la inmersión progresiva del psicólogo en nuestro sistema de salud. Asimismo, la actitud de tolerancia hacia otros profesionales, debe ir acompañada del dominio progresivo de algunos conocimientos y términos de mayor relevancia para hacer posible la colaboración imprescindible en el ámbito sanitario. Obviamente, el psicólogo de la salud no tiene la obligación de ser un especialista en medicina. Tampoco el médico tiene porqué especializarse en psicología, pc Resaltado MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD III. LA FORMACIÓN PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO DE LA SALUD pero, junto con Cott (1986) parto de la idea de que para comenzar a operacionalizar el modelo biopsicosocial es necesario que los distintos profesionales de la salud creemos un vocabulario común con el que comunicamos, y tengamos una idea general de en qué consiste el trabajo de los otros profesionales. No hace falta decir lo conveniente que sería que esta misma sensibilidad se extendiera por las Facultades de Medicina. - Reconocimiento y aceptación de los propios límites. Para finalizar esta exposición de las actitudes que considero deseables en un psicólogo de la salud, y que por lo tanto, deberían ser tenidas en cuenta a la hora de planificar la formación de los futuros profesionales, me parece que una de las más importantes es el reconocimiento y aceptación de los propios límites, dado que la psicología de la salud, por su objeto de trabajo puede enfrentar fácilmente a los profesionales a situaciones, como el tratamiento de personas con enfermedades infecciosas, de personas que se mueven dentro de un ambiente absolutamente marginal, que han cometido algún tipo de delito como es el caso de las agresiones sexuales, o simplemente el caso de los enfermos termina les, a las que, por una diversidad de motivos, el profesional puede no sentirse capaz de ayudar con la mayor eficacia. Ante estas situaciones, al psicólogo de la salud y en general, al psicólogo, le honra el reconocer sus limitaciones y saber derivar un determinado caso a otro colega. 1.2. Instituciones responsables de la formación Otra cuestión relevante es cuáles serían los lugares o instituciones ideales para la formación de los psicólogos de la salud. El autor de este libro con cuerda con Singer (1987) en que, dado que no existe un único modelo de formación que incluya completamente todo lo que cualquier psicólogo de la salud debería conocer, debido a la amplia gama de actividades que éstos pueden desempeñar, tampoco necesariamente existe una única institución que sea mejor que las demás para formar a todos los psicólogos de la salud que la sociedad precisa. Sin duda, existe una gran diversidad de instituciones que pueden hacerse responsables de esta formación, cada una de las cuales cuenta con sus ventajas y desventajas. Kaplan, Sallis y Patterson (1993) señalan como las principales instituciones en que un psicólogo de la salud puede recibir su formación, los departamentos universitarios, las facultades de Medicina y las facultades de Salud Pública. Así, la formación en los departamentos universitarios (Rodin y Freedman, 1987), la más habitual por el momento, tiene las ventajas de: - Reforzar la identificación y la participación de la psicología de la salud en la psicología como disciplina, haciendo comprender su naturaleza intradisciplinar - Facilitar el contacto con otros departamentos de interés como los de sociología, etc. - Enfatizar, quizás mejor que en ninguna otra institución, la investigación básica y la actividad académica, que son puntales muy importantes para una futura psicología de la salud - La existencia de una financiación estable para los programas, y - La movilidad que permite entre los distintos departamentos. A cambio, también existen desventajas como: - La “compartimentalización” o “departamentalización” de los conocimientos - La tendencia a seguir pedagogías conservadoras - Su ubicación en ocasiones lejos de instituciones sanitarias, y - La dependencia o falta de autonomía que provoca no poder autofinanciarse y tenerlo que hacer a través de órganos de gobierno o entidades privadas. La formación en centros académicos médicos (Levin y Swencionis, 1987) compuestos por una facultad de medicina, su hospital u hospitales universitarios y en ocasiones, otros hospitales afiliados, tiene grandes ventajas relacionadas sobre todo con: - La posibilidad que brinda al estudiante de aprender el vocabulario médico - Asimilar los elementos de su cultura en la propia identidad profesional al compartir las clases con estudiantes de medicina - Permitir el aprendizaje del mundo sanitario a través de una residencia - Ofrecer una amplia variedad de oportunidades para investigar y para colaborar con otros profesionales, y - La facilidad para conseguir ayudas económicas, por ejemplo, de labora torios que financien trabajos de investigación. MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD III. LA FORMACIÓN PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO DE LA SALUD Sin embargo, el ritmo de trabajo en un centro sanitario y la presión asistencial lleva en ocasiones a algunos aspectos negativos para la formación del psicólogo de la salud, como por ejemplo: - La rapidez y urgencia del trabajo - El recibir presiones para atender pacientes y casos para los que todavía no se está suficientemente formado, y - La falta de atención a la investigación básica por las intensas demandas en la aplicación de los conocimientos, que puede convertir al estudiante en un técnico más que en un psicólogo de la salud, por lo cual, sería conveniente que el estudiante mantuviera algún contacto formativo con un centro académico. Finalmente, la formación del psicólogo de la salud puede ser llevada a cabo en Escuelas de Salud Pública (Matthews y Siegel, 1987) donde los estudiantes pueden beneficiarse especialmente de: - La comprensión de la historia de la investigación e intervención en gran des problemas de salud que han azotado a la humanidad - Su acercamiento orientado al problema - El énfasis en la prevención - Un modelo de intervención centrado en el cambio ambiental - La consideración como unidad de análisis del grupo, la comunidad o la población - Su acercamiento interdisciplinar, y - Las excelentes oportunidades para investigar. Todo ello, a través de una formación que incluye aspectos de epidemiología, bioestadística, ciencias de la salud ambiental y ocupacional, nutrición, servicios de salud, ciencias comportamentales y educación para la salud, y salud familiar y de la población. 1.3. La formación del psicólogo de la salud en España En nuestro país y a nivel de estado todavía no disponemos de un programa oficial de la especialidad de psicología de la salud. Otros profesionales de la salud, como los médicos o los farmacéuticos vienen formándose en España como especialistas desde comienzos de 1970 mediante un sistema estatal homologado, el sistema de Internos Residentes (Reig, 1989). Durante el gobierno de la UCD se planteó y se aceptó un programa a nivel estatal para psicólogos internos residentes (PIR) realizándose esta primera y única convocatoria en 1977. Más tarde, en noviembre de 1981 se presentó un proyecto de ley de regulación de la formación de los psicólogos por parte del grupo socialista que se encontraba en la oposición, pero no llegó a concretarse en ley. Mientras tanto, las comunidades autónomas han intentado suplir esta ausencia de programas de especialización, como es el caso de Asturias donde la Consejería de Sanidad ha realizado varias convocatorias para cubrir el Programa de Formación en Salud Mental para postgraduados en psicología; o el caso de Andalucía, Comunidad en la que se aprobó en 1986 la creación del programa de Formación Postgraduada para psicólogos para la salud mental. Más tarde se hanllevado a cabo programas en casi todas las comunidades autónomas, como el País Vasco, Cantabria, Castilla-León, Cataluña... La duración de estos programas suele ser de dos años, tras los cuales se obtiene un diploma de capacitación, que no obstante no es reconocido por el Ministerio de Educación y Ciencia como titulación de especialista. Sus contenidos suelen tener un objetivo prioritario, el de la formación de psicólogos clínicos en la red de salud mental pública. Desde hace muy pocos años, se dispone de un programa de formación postgraduada de especialistas en psicología clínica y un sistema PIR (Psicólogos Internos Residentes) que diseña las bases de la formación de estos profesionales. Por tanto, la vía de especialización que se apoya en la actualidad para el ejercicio profesional de la psicología de la salud es a través de la especialidad en psicología clínica y no de la psicología de la salud por sí misma, si bien en la definición que se hace de la primera se incluyen gran parte de los aspectos que hoy consideramos propios de la psicología de la salud (Reig, 1989). El programa PIR cuenta con un temario general común para todo el Estado Español. Los contenidos teóricos generales se engloban en los siguientes temas: 1) Psicología clínica: conceptos generales, concepciones teóricas y modelos de atención en salud mental; 2) Psicodiagnóstico y Evaluación psicológica en salud mental; 3) Psicoterapias y técnicas de intervención psicológica (individual, grupal, pareja y familia); 4) Técnicas de intervención psicosocial, institucional y comunitaria; 5) Psicopatología infanto-juvenil, de adultos y tercera edad; 6) Evaluación de programas y servicios de salud mental, y; 7) Psicología clínica legal y aspectos jurídico-normativos en salud mental. El programa práctico se apoya en rotaciones por distintos dispositivos asistenciales de la red pública, entre los cuales se encuentran unidades de salud mental, hospital de día, centros de planificación familiar,... pc Resaltado MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD III. LA FORMACIÓN PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO DE LA SALUD Paralelamente, se está intentando reformar el Estatuto del Personal Sanitario del Instituto Nacional de la Salud. En esta reforma se prevé que el psicólogo sea considerado, junto con otros profesionales, personal facultativo y sanitario. No obstante, parece que existen una serie de inconvenientes por parte del Colegio Oficial de Médicos para que este proyecto se apruebe en estos momentos (Reig, 1989). A nivel universitario, hay que decir que pocos departamentos universitaríos españoles han establecido programas para formar a estudiantes en Psicología de la Salud (Rodríguez-Marín, 1991). Aunque es probable que la situación cambie en el futuro con la plena implantación de los nuevos planes de estudio de las diferentes universidades, hasta hace poco no había ninguna enseñanza de psicología de la salud a nivel pregraduado. Sin embargo, a nivel de postgrado han proliferado los cursos de Psicología de la Salud. Por un lado los denominados cursos máster y, por otro lado, cursos de postgrado sin esta denominación en muchas universidades como las de Granada, Madrid, Santiago de Compostela y UNED. También en algunas universidades existen programas de doctorado en Psicología de la Salud como la de Alicante, Granada, La Laguna y la Universidad Autónoma de Madrid. En otras universidades como la de Valencia también ha existido un curso de estas características en períodos anteriores. Aunque el objetivo de los cursos de doctorado es básicamente la dotación de las habilidades básicas para investigar en lo que se denomina la “suficiencia investigadora”, cada vez se pone mayor énfasis en su relevancia para una posible práctica profesional (Rodríguez-Marín, 1991). Su estructura es común: dos años para cursar un total de 320 horas tras las cuales hay que realizar una tesis doctoral. Los contenidos suelen coincidir en una primera parte que contiene aspectos metodológicos, experimentales y bases biológicas, cognitivas, afectivas y sociales de las conductas de salud... y una segunda parte con asignaturas acerca de temas más específicos relacionados con la Psicología de la Salud. Además, como es lógico, cada programa enfatiza unos temas y no otros relacionados con los intereses del departamento que los lleva a cabo. Para finalizar hay que recordar que la formación en Psicología de la Salud no sólo se debería dirigir a profesionales de la Psicología, sino también a otros profesionales de la Salud como médicos, enfermeros y trabajadores sociales. 2. EL EJERCICIO PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO DE LA SALUD Si la Psicología de la Salud es una disciplina científica, también es una profesión, y parece importante resaltar ambos hechos, así como los aspectos relacionados con el estado actual de la psicología de la salud en tanto que ciencia y en tanto que práctica aplicada. Precisamente una de las características que definen la psicología de la salud es el gran crecimiento que ha experimentado desde su constitución, evidenciado no sólo por el número de investigaciones que los psicólogos han llevado a cabo en torno a los temas relacionados con la salud, sino también, por el aumento en el número de psicólogos que trabajan en los centros sanitarios. Concretamente, respecto a este segundo aspecto, hay que decir que en el monográfico de Octubre de 1990 del APA Monitor, más de 70 anuncios buscaban psicólogos para trabajar en centros de salud, frente a los 27 que Altman y Cahn (1987) encontraron como media mensual en 1982-1983 (Brannon y Feist, 1992). De los 70, quince incluían en la descripción de la persona necesitada el término “psicólogo de la salud” y los otros describían un centro o un trabajo que sugería un puesto relacionado con la salud, incluyendo facultades de medicina y universidades, investigación postdoctoral, residencias predoctorales y empleo en hospitales, clínicas, práctica privada, organizaciones de promoción de la salud y clínicas del dolor. En el presente epígrafe se abordan las cuestiones más importantes relacionadas con la profesión de la psicología de la salud: en primer lugar, las funciones y puestos de trabajo de los psicólogos de la salud; en segundo lugar, las habilidades y el estilo profesional deseables en el psicólogo de la salud; y finalmente, los aspectos éticos más relevantes que deben impregnar su quehacer profesional. 2.1. Funciones y puestos de trabajo de los psicólogos de la salud El objetivo de que los participantes a la Conferencia de Arden House propusieran una formación que combinara la formación científica y las habilidades clínicas en la evaluación y la terapia, era que los psicólogos de la salud pudieran ocuparse de trabajos necesarios y existentes en las distintas instituciones sanitarias: hospitales, clínicas, organizaciones para la promoción de la salud y clínicas privadas (Tulkin, 1987). Ya desde hace bastante tiempo los psicólogos clínicos han aportado sus conocimientos y sus habilidades prácticas al tratamiento y evaluación de pacientes en consultas privadas, clínicas y hospitales especializándose en los trastornos mentales. Sin embargo, su trabajo en hospitales con pc Resaltado MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD III. LA FORMACIÓN PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO DE LA SALUD pacientes aquejados de enfermedades orgánicas es relativamente reciente. Y también lo es el tener que introducirse en la dinámica de colaboración de los equipos multidisciplinares que son la base de la asistencia sanitaria moderna (Tulkin, 1987). Una de las primeras declaraciones sobre las actividades propias de los psicólogos de la salud se puede encontrar en el capítulo de Adier, Cohen y Stone (1979) en el que al hablar de la formación de los psicólogos de la salud se afirma: “Talesprogramas en Psicología de la Salud formarían a los estudiantes para llevar a cabo todas las principales actividades en las que los psicólogos se compro meten: investigación básica y desarrollo de la teoría; enseñanza de conocimientos y teoría en cursos introductorios y prácticos en Psicología; asesoramiento e investigación aplicada con gente y organizaciones... y la aplicación directa de habilidades psicológicas a los problemas individuales de los pacientes.” (pp 584). Para estos autores, las cuatro grandes actividades en las que se espera que los psicólogos de la salud se impliquen son: la investigación, la enseñanza, el asesoramiento a otros profesionales y la provisión de servicios directos a los pacientes. Los lugares donde probablemente encontrarán empleo son: las facultades de Medicina, de Psicología, hospitales y clínicas, organizaciones de mantenimiento de la salud, centros asesores y práctica privada (Adler, Cohen y Stone, 1979). A nivel general y de modo introductorio, hay que decir que las funciones de los psicólogos de la salud vienen ya dadas en la propia definición de la disciplina, según la cual, éstos se ocuparían de: - La investigación acerca de los correlatos etiológicos de la salud y la enfermedad - La promoción de la salud y la prevención de la enfermedad - La formación y el ejercicio profesional - La intervención psicológica en la enfermedad, y - La mejora de las políticas de salud Kaplan, Sallis y Patterson (1993) en su manual clasifican las funciones de los psicólogos de la salud en: la asistencia a los pacientes, el trabajo comunitario y la enseñanza. Por lo que respecta a la actuación de los psicólogos de la salud en los centros sanitarios, según Tulkin (1987), por el momento, el modo de acceder como tales a la mayoría de estos centros es a través de los servicios que podemos ofrecer como psicólogos clínicos. En la medida en que las contribuciones de la psicología de la salud se perfilen más claramente, los psicólogos de la salud obtendrán un mayor reconocimiento y credibilidad y se establecerán descripciones específicas para el trabajo de estos profesionales así como procedimientos para obtener sus credenciales. Mientras tanto, Tulkin (1987) clasifica los servicios prestados por los psicólogos de la salud que trabajaban en clínicas y hospitales en varias categorías: 1) Proporcionar alternativas al tratamiento farmacológico, como por ejemplo, el biofeedback como alternativa a los analgésicos para los pacientes con cefaleas 2) Asistencia primaria a los pacientes con enfermedades físicas que responden favorablemente a los tratamientos psicológicos, como por ejemplo, el dolor crónico y algunos problemas gastrointestinales 3) Servicios relacionados con la psicología clínica tradicional, incluyen do el tratamiento psicológico auxiliar de pacientes hospitalizados 4) Ayudar a los enfermos hospitalizados a afrontar problemas y procedimientos médicos o a pacientes crónicos a adaptarse a su enfermedad 5) Ayudar a incrementar la adherencia de los pacientes a sus tratamientos médicos. Belar y Deardorff (1995) enumeran algunas de las actividades propias del psicólogo clínico de la salud: 1. Evaluación de candidatos para la implantación de prótesis de pene, fecundación in vitro, transplantes de órganos. 2. Desensibilización de los miedos producidos por tratamientos médicos y dentales, incluido la anestesia, el parto o procedimientos de resonancia magnética. 3. Tratamiento para incrementar el afrontamiento del dolor. 4. Intervenciones para controlar los síntomas tales como el vómito en la quimioterapia, el rascado en la neurodermatitis o la diarrea en el síndrome del colon irritable. 5. Grupos de apoyo para las enfermedades crónicas, rehabilitación cardiaca, pacientes seropositivos o familias de enfermos terminales. pc Resaltado pc Resaltado pc Resaltado pc Resaltado MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD III. LA FORMACIÓN PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO DE LA SALUD 6. Entrenamiento para superar handicaps físicos después de un trauma, reentrenamiento cognitivo después de un infarto... 7. Programas de cambio conductual para los factores de riesgo tales como fumar, peso excesivo y estrés. 8. Tratamiento de problemas de los equipos médicos tales como el burnout, problemas de comunicación y conflictos de role. 9. Programas de desarrollo de la adherencia de los pacientes. 10. Consultas para desarrollar programas de promoción de la salud en el lugar de trabajo y tratamiento del estrés ocupacional. 11. Desarrollo de servicios psicosociales para pacientes oncológicos 12. Evaluaciones neuropsicológicas para el establecimiento de línea base, diagnóstico y planificación del tratamiento. Además, Tulkin (1987) denuncia y alerta de la existencia de una serie de barreras institucionales para la práctica de la psicología de la salud en los centros sanitario, que resume en los siguientes puntos: 1) El psicólogo de la salud pretende ocupar un campo y atender unos problemas, que aunque son reconocidos en su existencia por parte de los administradores sanitarios, dejan entrever las deficiencias del trabajo del personal médico, que al ocupar puestos de poder en un sistema basado en el modelo de enfermedad, tenderá a resistirse a nuestra entrada en el campo de la salud 2) La derivación de casos a los psicólogos de la salud puede cambiar dramáticamente el papel de los médicos como “dispensadores de curación”, lo que puede afectar seriamente el autoconcepto de la profesión médica 3) Para poder ser eficaces, los psicólogos de la salud deberían formar parte de la estructura del sistema sanitario, no sólo físicamente trabajando en los centros médicos, sino colaborando con idéntico estatus al de los médicos en equipos multidisciplinares 4) Los psicólogos de la salud precisan conocer los valores que se mantienen en el ámbito sanitario, y ser muy cautos ya que, por ahora, somos huéspedes en un sistema sanitario dirigido por otros profesionales 5) Con la entrada en el sistema sanitario, nos introducimos en un ambiente laboral del que forman parte distintas profesiones: médicos, enfermeros, asistentes sociales..., la única concesión que no es posible hacer es que la psicología de la salud pierda su estatus como profesión autónoma. Tulkin (1987) también habla en su trabajo de los servicios de los psicólogos de la salud relacionados con la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad y afirma en relación con estos psicólogos, que pueden ser fácilmente contratados por organizaciones que tengan por meta la promoción de la salud, programas de prevención en la escuela o programas de bienestar en el lugar de trabajo. Finalmente, este autor se refiere a la investigación defendiendo la idea de que los psicólogos de la salud deben tener algún conocimiento en bioquímica y fisiología con el fin de poder contribuir en la investigación biomédica básica, como integrantes de equipos de investigación. Las aportaciones de la psicología de la salud al conocimiento de la influencia entre las variables médicas y psicológicas deben provenir de la: Investigación básica de laboratorio (Schneiderman, 1987), para la que resulta necesario el bagaje obtenido en la formación como psicólogo en general, pero además es necesario complementar esa formación con información acerca de las ciencias biomédicas, epidemiología, medicina comportamental y bases fisiológicas de la salud y la enfermedad. Investigación básica de campo (Adier, Taylor y Wortman, 1987), lo que capacita al investigador a aportar un apoyo teórico a algunos de los problemas más frecuentes de investigación con los que se encuentra un psicólogo de la salud y a refinar las bases teóricas a la luz del feedback proporcionado por el ambiente natural en el que se desarrollan las conductas, e Investigación aplicada para la que Singer (1987) recomiendauna formación compuesta por: 1) metodología general; 2) contenidos centrales para la psicología de la salud; 3) información acerca de las instituciones y organizaciones sanitarias; y 4) habilidades para la prestación de servicios psicológicas. Además de estas actividades y ámbitos de trabajo, el psicólogo de la salud también tiene otros campos de actuación potencial en: - El lugar de trabajo (Follick, Abrams, Pinto y Fowler, 1987), considerado un lugar en el que los programas de promoción de salud pueden ser aplicados idóneamente por su accesibilidad a un amplio segmento de la población - Su actuación a nivel comunitario, desde una perspectiva ecológica (Trickett, 1987) MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD III. LA FORMACIÓN PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO DE LA SALUD - En el ámbito de la salud pública (Faden, 1987) por lo que respecta a la evaluación e intervención en los estilos de vida, los riesgos para la salud y la distribución de recursos, y La política sanitaria (DeLeon y VandenBos, 1987), que incluye las leyes, normativas, directrices, estrategias, prioridades y metas relacionadas con la provisión de servicios sanitarios, la dirección de la investigación relacionada con la salud, y la formación de profesionales para los organismos locales, autonómicos, nacionales e internacionales, cuerpos legislativos, fundaciones, asociaciones y otros grupos privados y públicos. Finalmente, como un dato importante relacionado con las actividades que los psicólogos de la salud ya han estado llevando a cabo en los Estados Unidos en la década de los 80, la División 38 de la APA, cuenta con dos informes básicamente. Un estudio, realizado en 1983 por Altman y Cahn (1987) encontró que el 28% de la División estaba empleado en las Universidades, el 25% en centros médicos y el 20% en la práctica privada. El segundo, llevado a cabo por Houston (1988), mostraba que el 55% de los que respondieron a las encuestas, trabajaban en centros educativos. Los sujetos que contestaron en el estudio de Altman y Cahn (1987) afirmaron dedicar el 25% de su tiempo de trabajo a hacer terapia, el 15% en la investigación, el 10% en cuestiones administrativas, el 9% en la docencia y el 9% en labores diagnósticas. Los resultados del estudio de Houston (1988) enfatizaban más su trabajo clínico, con aproximadamente el 50% de los que trabajaban en centros educativos y el 95% de los que desempeñaban su actividad laboral en centros sanitarios. Resumiendo, se puede decir que los psicólogos de la salud que trabajan en centros educativos suelen combinar la enseñanza y la investigación. Los que lo hacen en centros médicos pueden enseñar a estudiantes de medicina, dirigir investigaciones, llevar a cabo actividades clínicas o alguna combinación de estas actividades. Y finalmente, los que ejercen en centros sanitarios suelen dedicar prácticamente la mayor parte de su tiempo en labores diagnósticas y de terapia, y más bien poco en enseñanza e investigación (Brannon y Feist, 1992). 2.2. Habilidades profesionales técnicas y de carácter social deseables en el psicólogo de la salud Dentro de las habilidades profesionales aconsejables para el psicólogo de la salud, habría que distinguir entre las habilidades de tipo técnico necesarias para llevar a cabo algunas de las actividades asignadas a estos profesionales, y habilidades de tipo social, aconsejables teniendo en cuenta el contexto en que se desarrolla su trabajo. Por lo que respecta a las habilidades técnicas, según Tulkin (1987), en general, el psicólogo de la salud debería recibir formación en: - Conocimientos médicos acerca de trastornos específicos y del sistema sanitario - Conocimiento de psicología básica y de cuestiones relevantes de personalidad y psicopatología relacionadas con la salud - Conocimiento de acercamientos biopsicosociales a la evaluación y la intervención - Experiencia real en la prestación de servicios sanitarios como parte de un equipo interdisciplinar, y - Comprensión de los métodos de investigación para una evaluación continua de la eficacia de los servicios prestados. Respecto a las habilidades que serían más útiles para el psicólogo de la salud en el ejercicio de su profesión, Tulkin (1987) enfatiza las: - Técnicas de tratamiento breve - Intervenciones cognitivo-comportamentales - Terapia de grupo - Habilidades para hacer intervención en crisis y, - Conocimientos y habilidades para realizar evaluaciones comportamentales y neuropsicológicas. Además, tanto Tulkin (1987) como Weiss (1987) proponen que es necesario que los psicólogos de la salud que trabajen en centros sanitarios aprendan a formar parte de los equipos médicos, ya que el asesoramiento a médicos y personal de enfermería constituye una parte importante de su trabajo. En general, casi todos los participantes de la División 38 de la APA consideran que los psicólogos de la salud deben conocer al menos la terminología médica para poderse introducir eficazmente en unos centros que hasta ahora han sido dominio de los médicos, para poder comunicarse con ellos, y de este modo ser cada vez más aceptados en hospitales y clínicas. También, como se ha indicado anteriormente, Tulkin (1987) enfatiza la necesidad de que los psicólogos de la salud tengan conocimientos sobre bioquímica, fisiología y metodología de investigación con el fin de poder contribuir en la investigación biomédica básica, como integrantes de equipos de investigación. pc Resaltado pc Resaltado pc Resaltado pc Resaltado pc Resaltado MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD III. LA FORMACIÓN PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO DE LA SALUD Más recientemente Belar y Deardorff (1995) han destacado la enorme heterogeneidad de las actividades en evaluación, intervención y asesoramiento. Tanto es así que ningún psicólogo clínico de la salud es un experto en todas las áreas posibles de su profesión, debido a la diversidad y al volumen de información que engloba esta disciplina. Para estos autores, los psicólogos clínicos de la salud utilizan todo el rango de técnicas diagnósticas y terapéuticas de que se dispone en Psicología Profesional. Sus orientaciones teóricas incluyen pero no se limitan a la psicodinámica, comportamental, sistémica, existencial y acercamientos derivados del aprendizaje social. Y sus áreas de competencia deberían ser, al menos, seis de las siguientes: 1. Terapias de relajación 2. Psicoterapia individual breve 3. Terapia de grupo 4. Terapia familiar 5. Habilidades de asesoramiento 6. Habilidades de coordinación 7. Evaluación de poblaciones específicas de pacientes 8. Evaluación neuropsicológica 9. Técnicas de modificación de conducta 10 Biofeedback 11. Hipnosis 12. Habilidades para la promoción de la salud 13. Habilidades para el desarrollo de grandes programas de tratamiento 14. Habilidades para incrementar la motivación y adherencia Sin embargo, además del dominio de una serie de técnicas necesarias para llevar a cabo la actividad encomendada a los psicólogos de la salud, también habría que destacar la necesidad de que los psicólogos de la salud que va a trabajar en el contexto médico cuenten con una serie de habilidades profesionales de carácter social que facilitarán su integración en un contexto dominado por los profesionales médicos desde hace muchos siglos. Pérez (1993), basándose en los consejos de Belar, Deardorff y Kelly (1987) y Belar y Deardorff (1995) divide estas habilidades en, por un lado, las características personales del psicólogo y, por otro lado, su estilo profesional. Por lo que respecta a las características personales que podrían hacerse cómplices del éxito profesional cabría destacar las de: 1. Tolerancia a la frustración. En general la práctica de la Psicología de la Salud es poco reforzante para el entusiasmoque se invierte en ella si se tiene en cuenta que el psicólogo debe introducirse en un ambiente en el que la figura del médico es dominante. 2. Aceptación de la dependencia. Sobre todo en los primeros tiempos de interacción con el sistema sanitario el psicólogo de la salud tendrá que asumir ciertas dependencias de otras profesiones que llevan tiempo trabajando en el contexto sanitario: médicos, personal de enfermería,... 3. Funcionamiento flexible. El psicólogo de la salud tiene que integrar diversos tipos de datos (biológicos, psicológicos y sociales) sin contar con una teoría unificada de la conducta que permita englobar todos esos datos. En este sentido tendrá que ser flexible en la medida en que tenga que operar con modelos locales, dependiendo de cada caso. Además, el psicólogo de la salud tiene que convivir con modelos médicos que a veces pueden parecer intimidantes por ser presentados de forma más precisa de lo que realmente son, a pesar de que los médicos no se priven de criticar la inexactitud de los modelos psicológicos. 4. Acostumbrarse a la enfermedad. Debido al entorno en que se lleva a cabo su trabajo, el psicólogo de la salud debe acostumbrarse a convivir con pacientes de todo tipo, desde condiciones poco graves hasta situaciones terminales, procedimientos médicos aversivos, etc. 5. Simpatía. Es muy importante tanto por lo que respecta al rapport con los pacientes, como por la relación con otros profesionales que suelen ver a los psicólogos y psiquiatras como personas raras y excéntricas, que el psicólogo de la salud sea activo, asertivo, abierto, agradable, práctico, con sentido común, cooperativo, sensible, comunicativo y reforzante. En lo que respecta al estilo profesional cabría hacer dos categorías: el estilo aconsejable en relación a los profesionales, y el estilo aconsejable en relación a los pacientes. Respecto a la relación con los profesionales, los autores aconsejan: 1. Ser concreto, práctico y breve en la información, especialmente dada la fama que tienen los psiquiatras de ser personas poco prácticas y pc Resaltado pc Resaltado pc Resaltado pc Resaltado pc Resaltado MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD III. LA FORMACIÓN PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO DE LA SALUD dadas a informaciones demasiado generales acerca de los motivos de la gente basa das en teorías de dudosa validez. 2. Aceptar los límites del propio conocimiento. El psicólogo debe evitar la imagen de un experto general en la conducta humana para lo que puede contribuir el pedir ayuda e información cuando sea apropiado, por ejemplo, al médico que remite el paciente. 3. Evitar el fanatismo profesional. A pesar de que resulta positivo el entusiasmo en la propia profesión, hay que evitar mostrar a los médicos que nuestras técnicas constituyen una panacea. 4. Cuidar el ego de los médicos. 5. Estar dispuesto a defender al paciente. No obstante lo dicho anterior mente y dada la posición intermedia del psicólogo, a veces éste tendrá que tomar parte activa en la defensa del paciente ante el sistema sanitario y ante clínicos en particular. En la relación con los pacientes sería aconsejable: 1. Evitar la mimetización con el médico. 2. Tratar de establecer una relación amigable, basada en el contacto personal, la comunicación abierta y la comprensión de los modelos explicativos del paciente. 3. Intentar no psicologizar los síntomas, ya que para muchos pacientes que se encuentran en una institución sanitaria resulta muy amenazante simplemente la sospecha de que se padece un trastorno mental. Más bien habría que enfocar el tema al paciente desde el punto de vista de la posibilidad de que exista algún factor psicológico que esté interfiriendo en su tratamiento o curación. 4. Ser razonablemente optimista, esto es, es importante alentar la esperanza en los pacientes sometidos a condiciones críticas, aunque también lo es ofrecerles una visión realista de su situación y de la mejoría que pueden alcanzar a través de la intervención psicológica. En definitiva, se trataría de que el psicólogo de la salud, en su ejercicio profesional fuese capaz de aplicar una serie de habilidades técnicas que son indispensables para llevar a cabo las funciones que le son propias, pero además, que su estilo profesional o sus habilidades profesionales de tipo social, le ayuden a incardinarse, adaptarse y ser aceptado en un contexto tradicional mente dominado por los médicos, que pueden ver en la incorporación de los psicólogos al sistema sanitario, una amenaza para su prestigio y su poder. 2.3. Aspectos éticos en la actividad profesional y en la investigación En ausencia de una ética natural, de unas normas que guíen nuestro comportamiento que nos vengan dadas innatamente desde instancias superiores, el ser humano no tiene más remedio que plantearse y decidir cuáles son los límites que él mismo se impone a su comportamiento. A pesar de que, desde siempre, las distintas sociedades y culturas han creado sistemas de normas acordadas o aceptadas por el grupo para hacer posible la convivencia, creo que podemos decir que uno de los mayores logros de la humanidad ha sido el progreso en la creación de códigos cada vez más respetuosos con la libertad y la integridad de los seres humanos. Un ejemplo de estos códigos, a un nivel universal, es la Declaración de los Derechos Humanos. Otro ejemplo de código, que se refiere a un ámbito mucho más restringido, son los códigos deontológicos profesionales. Concretando en lo que se refiere a nuestra disciplina, creo que el comportamiento ético constituye una parte consustancial de la propia práctica del psicólogo de la salud, y en general, de cualquier psicólogo y profesional sanitario. Con esto se quiere decir que la ética no constituye un adorno deseable a la actividad profesional e investigadora, sino que, ninguna actividad profesional, es realmente “profesional” si de forma intrínseca, no lleva incorpora da la dimensión ética. Y esto todavía es más cierto, si cabe, cuando estamos hablando de disciplinas y actividades “clínicas”, es decir, basadas en la idea de ayudar a otras personas con el fin de aliviar su sufrimiento. Lo cierto es que cada vez son más frecuentes las denuncias de pacientes a sus psicólogos, como resultado de la interacción del propio comportamiento de los últimos y de una mayor conciencia en la población sobre los derechos de los usuarios del sistema sanitario. Los principales motivos de estas denuncias en los Estados Unidos durante el año 1991 fueron las siguientes (Belar y Deardorff, 1995): conducta sexual inadecuada del terapeuta (19% de las quejas, 50% del dinero gastado en indemnizaciones); tratamiento incorrecto (15% de las quejas, 13% del dinero en indemnizaciones; evaluación (11% de las quejas, 5% de las indemnizaciones; quebranto de la confidencialidad (7% de las quejas, 3% de los gastos en indemnizaciones); diagnóstico incorrecto (6% de quejas, 6% de gasto); y consecuencias relacionadas con el suicidio (6% de quejas, 11% de gastos en indemnizaciones). MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD III. LA FORMACIÓN PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO DE LA SALUD Tanto en la investigación como en la práctica de la profesión, los psicólogos americanos han estado interesados desde hace tiempo por el tema de la ética profesional. Concretamente, a principios de los años 50 se llevó a cabo un estudio empírico con el fin de desarrollar el primer código deontológico formal. El trabajo dio como resultado la redacción de un conjunto de normas que adoptó oficialmente la APA y se publicó por vez primera en 1953. En España, en el 1 Congreso del Colegio Oficial de Psicólogos celebrado en Madrid en 1984, la Junta de Gobierno se comprometió a elaborar un código deontológico para los profesionales de la psicología. Tras variosaños de trabajo, se aprobó el actual Código en marzo de 1993 (Moro, 1996). Por lo que respecta concretamente a los psicólogos de la salud, el hecho de que éstos se ocupen de personas enfermas que se encuentran en una situación de gran vulnerabilidad, entre otros factores, respecto a los errores o comportamiento médico, significa que deben ser especialmente sensibles respecto a un nuevo abanico de problemas éticos y legales. En el conocidísimo libro de Stone y cols. (1987), Swencionis y Hall (1987) comentan los problemas o cuestiones éticas más relevantes para el psicólogo de la salud en torno a los diez principios fundamentales que conformaban anteriormente el Código Deontológico de la APA: responsabilidad, competencia, estándares morales y legales, declaraciones públicas, confidencialidad, bienestar del consumidor, relaciones profesionales, técnicas de evaluación, investigación con seres humanos y cuidado y uso de los animales. Este Código fue revisado en un proceso que duró desde 1986 hasta 1992, año en que se publicaron los “Principios Éticos de los Psicólogos y Código de Conducta” por parte de la APA. De los seis principios éticos incluidos en esta revisión, Belar y Deardorff (1995) comentan en su libro las cuestiones a destacar en torno a cinco de ellos, que recogerían los problemas más frecuentes para los psicólogos de la salud, así como la guía ante esas situaciones conflictivas. Según Belar y Deardorff (1995), la práctica de la Psicología Clínica de la Salud, debido al tipo de pacientes y a las instituciones en que se lleva a cabo comporta aspectos éticos únicos. Eso no significa que no sean aplicables los principios éticos y el código de conducta aprobado por los colegios profesionales de psicólogos. Estos principios deben ser conocidos y aplicados, pero además el psicólogo de la salud debe ser especialmente sensible a los problemas más frecuentes con que se puede encontrar en su trabajo. El estudio más reciente acerca del tipo y la frecuencia de los problemas éticos que se suelen dar en la práctica de la Psicología de la Salud es el realizado por Pope y Vetter (1992) con los psicólogos pertenecientes a la APA. A partir de este estudio se comprobó que los tipos más frecuentes de incidentes éticos en los Estados Unidos giraban en torno a los siguientes aspectos: Confidencialidad (18% de los incidentes), relaciones ambiguas, diádicas o conflictivas (17%), recursos y métodos de pago (14%), instituciones académicas: enseñanza y formación (8%), psicología forense (5%), intervenciones cuestionables o perjudiciales (3%), competencia (3%), aspectos médicos (1%) y grabación del tratamiento (1%). Belar y Deardorff (1995) comentan las principales cuestiones éticas que debe tener en cuenta el psicólogo de la salud en su práctica asistencial, siguiendo el esquema de los siguientes principios éticos básicos incluidos en el código deontológico aceptado por la APA: a) competencia, b) integridad, c) responsabilidad profesional y científica, d) respeto por la dignidad y los derechos de las personas y e) preocupación por el bienestar de los demás. Más adelante, se comentará algunos principios a tener en cuenta, cuando consideramos la ética en la investigación. a) Competencia Respecto a la competencia, estos autores consideran como aspectos relevantes para el psicólogo clínico de la salud su deber de mostrar la competencia adquirida a partir de su formación, el reconocimiento de los límites de la propia competencia, mantener actualizados los propios conocimientos, competencia para trabajar con personas de diferentes backgrounds, para usar métodos de evaluación y tratamiento apropiados, para aplicar pruebas psicológicas computerizadas y para reconocer los problemas personales que pueden interferir con la práctica. Por lo que se refiere al primer aspecto, ya se ha comentado cuáles son las directrices surgidas de la conferencia de la Arden House celebrada en 1983 respecto a la formación de los psicólogos de la salud. Por lo tanto, un psicólogo no debería identificarse como psicólogo de la salud de no ser que cumpliera todos los requisitos señalados por los participantes en esta conferencia. En cuanto al reconocimiento de las limitaciones en la propia competencia, los autores remarcan que este aspecto es especialmente necesario en los casos de pacientes con trastornos psicológicos en los MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD III. LA FORMACIÓN PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO DE LA SALUD que el psicólogo debe conocer las distintas alternativas terapéuticas tanto psicológicas como médicas disponibles para ese tipo de problemas. Por otra parte, dado que como ya se ha señalado, el ámbito de intervención de los psicólogos de la salud es tan amplio, es prácticamente seguro que estos profesionales se encontrarán en multitud de ocasiones ante la necesidad de derivar a un paciente por la falta de habilidades para tratarlo, o cuanto menos de recabar información de otros profesionales con el fin de saber abordar el caso. La actualización de los conocimientos, por su parte, es básica en un campo que está evolucionando tan rápidamente como lo está haciendo la Psicología de la Salud. Algunas formas de asegurarse en esta línea son acudir a congresos, charlas, conferencias, pertenecer a organizaciones profesionales o suscribirse a revistas de Psicología de la Salud. Como indican los autores se ha dicho que la vida media de los conocimientos adquiridos a lo largo de la licenciatura en lo que se refiere a la Psicología es de cerca de 10 años. Cuan do hablamos de la Psicología de la Salud este plazo puede ser mucho menor debido al alto nivel y al rápido desarrollo de la investigación y la actividad clínica en este campo. Por lo que respecta al trabajo con personas de diferentes bagajes socioculturales, todos los psicólogos deben ser conscientes de que las diferencias de edad, género, raza, etnia, país de procedencia, religión, orientación sexual, incapacidad, idioma o estatus socioeconómico afecta de una forma muy significativa a su trabajo. Si todas estas variables tienen que ser tomadas en cuenta por cualquier psicólogo, quizás para los psicólogos de la salud todavía son más importantes ya que probablemente estos profesionales trabajen con poblaciones en las cuales estas diferencias estén más marcadas que en las poblaciones propias de los psicólogos clínicos tradicionales que atienden problemas de salud mental. Además, la comprensión de los modelos explicativos acerca de la salud es básica para una intervención efectiva no sólo cuando hablamos de grupos de diferente bagaje cultural sino también entre las personas que, influidas por sus circunstancias, su historia o incluso su propio trabajo tienen una concepción muy particular de las causas de las enfermedades y el modo de tratarlas. En este sentido, existen muchas concepciones erróneas por parte de los pacientes que a menudo se hacen evidentes en la práctica médica y psicológica. Por ejemplo, en lo que respecta a las ideas acerca de los tratamientos médicos es frecuente encontrar personas que consideran que si una píldora es buena, dos o más serán mucho mejor; que si los síntomas han desaparecido, las pastillas ya no son necesarias; y que si se prolonga el uso de una medicación acaba generándose una dependencia de la misma. Kleinman y cols (1977) sugieren los siguientes consejos para incorporar el modelo de creencias de un paciente en la práctica sanitaria: 1) elicitar el modelo de creencias del paciente con preguntas sencillas; 2) formular el modelo del médico en términos comprensibles para el paciente; 3) comparar abiertamente los modelos para identificar las contradicciones; y 4) ayudar al médico y al paciente a participar en una negociación respecto a los modelos relacionados con el tratamiento. En lo que concierne a la evaluación psicológica con pacientes médicos,el psicólogo clínico de la salud debe intentar utilizar los baremos, en caso de que existan, extraídos a partir de muestras médicas, por los sesgos que se pudieran derivar de la práctica contraria; ser consciente de la existencia de diferencias en la interpretación de un test cuando se ha aplicado a un población de pacientes con enfermedades físicas en comparación con las poblaciones psiquiátricas; comprender el riesgo que entraña el uso de los resultados de los tests por parte de profesionales sanitarios que no sean psicólogos; cuidar mucho el lenguaje utilizado en la interpretación de los tests, que debe ser muy claro para evitar la mala interpretación por parte de otros profesionales; y, finalmente, velar por los aspectos relacionados con el derecho del paciente a ser informado de los resultados del test. Dentro de esta enumeración, es muy importante enfatizar, sobre todo, la importancia que tiene utilizar un lenguaje muy claro y muy concreto en la interpretación de los resultados de las pruebas psicológicas ya que en manos de profesionales no psicólogos pueden llevar al grave error de pensar que los problemas psicológicos de un paciente explican por completo sus síntomas físicos; y no hay que olvidar que las personas con ese tipo de problemas psicológicos enferman al menos tanto como las que no los tienen. Lo mismo ocurre en el sentido contrario. El psicólogo de la salud debe conocer los síntomas psicológicos que se derivan de un cuadro médico con el fin de no incurrir en un diagnóstico erróneo que lleve a un tratamiento erróneo y por ende, a una práctica profesional poco ética. Por lo que respecta al uso de pruebas psicológicas computerizadas, el psicólogo de la salud debe estar muy alerta avisando al personal médico de los peligros que se derivan de la escasa comprensión de los resultados cuando no son enmarcados por una explicación dada por el psicólogo. Además, existen datos (Cummings, 1985) que demuestran que el número de diagnósticos erróneos realizados por los médicos MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD III. LA FORMACIÓN PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO DE LA SALUD aumenta significativamente en proporción con la cantidad de información de la evaluación psicológica interpretada por ellos mismos. Finalmente, dentro del principio de la competencia, el reconocimiento de que los problemas personales pueden interferir con la práctica clínica es fundamental para el psicólogo de la salud. Belar y Deardorff (1995) recogen a este respecto, los siguientes deberes por parte del profesional: a) Los psicólogos deben darse cuenta de que sus problemas personales y sus conflictos pueden interferir con su eficacia. De acuerdo con esto, deben abstenerse de llevar a cabo una actividad cuando saben que sus problemas personales probablemente les llevarán a dañar al paciente, cliente, colega, estudiante, participante en una investigación u otras personas con las que tenga una relación científica o profesional. b) Además los psicólogos tienen la obligación de estar alerta y buscar asistencia ante los primeros signos de que padecen problemas personales, con el fin de prevenir lo más posible una actuación inadecuada. c) Cuando los psicólogos sean conscientes de que sus problemas persona les interfieren en su actividad profesional deben tomar medidas apropiadas tales como buscar asistencia profesional y determinar si deberían limitar, suspender o concluir su actividad profesional. Además, el psicólogo de la salud puede tener una tendencia a negar el impacto de su propio trabajo, que en ocasiones puede ser bastante aversivo como en el caso de las unidades de enfermos terminales, en su bienestar emocional y tratar con el estrés de una forma destructiva. Por ejemplo, Pope, Tabachnick y Keith-Spiegel (1987) encontraron que muchos psicólogos bebían alcohol en ocasiones e incluso, un 5.9% reconocían hacer sesiones de terapia mientras se encontraban bajo su influencia. En el mismo estudio, el 59.6% de los sujetos reconocían trabajar menos eficazmente cuando se sentían mal. Por otra parte, investigaciones recientes (Skorupa y Agresti, 1993) sugieren que las creencias del profesional acerca de si es ético o no ejercer en un estado de burnout influyen en los pasos que sigue el profesional cuando se da cuenta de que padece problemas personales, como por ejemplo, disminuir el número de visitas semanales, etc. El problema es que en los lugares en los que los psicólogos de la salud suelen ejercer su profesión resulta bastante fácil seguir ejerciendo aunque no se esté en condiciones debido a la difusión de la responsabilidad. b) Integridad La cuestión de la integridad se refiere a aspectos tales como la imposición de valores propios al paciente, el anuncio de los servicios prestados, la clarificación de roles, la evitación de relaciones diádicas potencialmente perjudiciales y el atender pacientes que están siendo atendidos por otros profesionales. Respecto al primer aspecto, la imposición de valores sobre el paciente, especialmente importante en el ámbito de la promoción de la salud, el psicólogo de la salud debe tener buen cuidado de no imponer criterios rígidos sobre las conductas saludables en sus pacientes, optando más bien por el análisis del modelo de creencias de salud del paciente y sus expectativas respecto a la intervención como base para el diseño de las metas de ésta. Por lo que se refiere al anuncio de los servicios prestados, éstos pueden contener información exacta como el nombre, grado académico alcanzado, tipo de certificado o licencia, diploma como miembro del Colegio Oficial de Psicólogos, servicios ofrecidos, honorarios, lenguas extranjeras habladas y resultados o grado de éxito en sus servicios. Además el psicólogo de la salud puede incluir en sus anuncios su especialización en el tratamiento psicológico de aspectos relacionados con las enfermedades orgánicas o con alguna en concreto. Lo que está prohibido en el anuncio como profesional es la exageración acerca de la particularidad de los servicios ofrecidos o la eficacia de los tratamientos propuestos, como por ejemplo, los tratamientos que ayudan a dejar de fumar en dos sesiones. Las promesas excesivas acerca del contenido y la eficacia de materiales impresos o productos tecnológicos relaciona dos con el tratamiento de algún problema deberían también ajustarse lo máximo posible a la realidad. En lo que respecta a la clarificación de roles, el psicólogo de la salud debe tener especial cuidado en informar al paciente, que a menudo está siendo tratado por diferentes profesionales, acerca de cuál es su formación y su cometido, para no ser confundido con el médico. La siguiente cuestión importante, dentro de este principio ético, es la relacionada con el evitar relaciones diádicas impropias y potencialmente perjudiciales para los pacientes. Las relaciones diádicas se suelen clasificar en dos categorías: sexuales y no sexuales. Las relaciones sexuales con pacientes están prohibidas tanto en el código deontológico como en muchas leyes, incluso cuando se trata de ex-pacientes puede ser difícil demostrar que el trata miento psicológico había finalizado. Este pc Resaltado MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD III. LA FORMACIÓN PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO DE LA SALUD aspecto es igualmente relevante en la Psicología Clínica de la Salud como en otras áreas aplicadas, pero un aspecto que nos concierne a nosotros en particular es la frecuencia con que interactuamos con otros profesionales en cuyos códigos deontológicos no se contempla ninguna prohibición de las relaciones sexuales con pacientes. Finalmente, en la práctica de la Psicología de la Salud es relativamente frecuente atender a un paciente que ya está siendo atendido en psicoterapia por otro profesional. No sería condenable,desde el punto de vista ético, llevar a cabo una intervención con un paciente en esta situación siempre y cuan do la intervención tuviera un objetivo diferente de la intervención que está recibiendo por otra parte. Sin embargo, es cierto que esta situación puede llegar a ser confusa y conflictiva si no se maneja correctamente, lo cual su pondría informar claramente al paciente acerca de la naturaleza de la intervención y mantener una conversación con el otro profesional con el fin de evitar que el trabajo de ambos pueda solaparse y, más bien al contrario, potenciar que tengan un efecto complementario. c) Responsabilidad científica y profesional Para el psicólogo clínico de la salud el principio de la responsabilidad incluye aspectos tales como la calidad asistencial, la responsabilidad mayor por tratar pacientes con problemas físicos, el riesgo de difusión de la responsabilidad por trabajar en una gran institución sanitaria, la cooperación con otros profesionales, el consultar con otros colegas para evitar un comporta miento que sería poco ético y la conducta personal. Respecto a la calidad asistencial, Delar y Deardorff (1995) aconsejan la evaluación institucional o la evaluación recíproca por parte de grupos de profesionales con el fin de mantener un alto nivel, lo que a veces resulta difícil cuando estamos hablando de la práctica privada. La responsabilidad respecto a la salud física constituye uno de los pocos aspectos peculiares de los psicólogos clínicos de la salud en lo que respecta a su comportamiento ético. La pasividad o la d de la responsabilidad es una tentación favorecida por la estructura del sistema sanitario contra la que debe luchar el psicólogo de la salud. Por otra parte, la comunicación con otros profesionales de la salud constituye un aspecto fundamental habida cuenta de que, cada vez más, el trata miento de los pacientes se lleva a cabo desde equipos multidisciplinares en los que resulta conveniente que la comunicación sea lo más fluida posible. En este sentido, una de las quejas más frecuentes de los médicos es que, en ocasiones, cuando derivan un paciente a un psicólogo no reciben ningún tipo de feedback sobre su evaluación o el curso del tratamiento, frente a lo cual habría que considerar la importancia de realizar informes, incluso por escrito a los distintos profesionales implicados en el cuidado del paciente. En ocasiones, el ejercicio de la Psicología de la Salud facilita el encontrarse con situaciones en las que se plantean importantes dilemas éticos. El código deontológico obliga en estos casos a consultar a otros compañeros e, incluso, a comisiones éticas que pueden encontrarse en distintas instituciones con el fin de minimizar el riesgo de un comportamiento que no sería ético. Finalmente, dentro de este principio, se podrían incluir los comportamientos personales que, dado el carácter público de nuestra profesión, sería conveniente cuidar siempre que se considere que pueden tener un impacto negativo para un paciente en concreto o para el prestigio de nuestra profesión. d) Respeto a la dignidad y los derechos de las personas Este principio, sobre todo, se refiere a la tenencia de información privilegiada por parte del psicólogo, la confidencialidad y la existencia de diferencias individuales que llevan a la obligación de evitar imponer los valores del terapeuta sobre los de los pacientes. Respecto al conflicto entre el hecho de tener información privilegiada y la obligación de mantener la confidencialidad hay que decir que el psicólogo, en todo momento, debe proteger la información que ha recibido de su paciente, si bien en algunos casos, como aquéllos en los que está en peligro la vida del propio paciente o de otras personas, este derecho del paciente puede verse cuestionado. En general, el psicólogo no debe transmitir ninguna información que le ha dado su paciente si no cuenta con su consentimiento. Además, se puede plantear un conflicto entre estas dos cuestiones cuando el terapeuta tiene que proporcionar información a la fuente que le ha derivado al paciente, en las discusiones de casos dentro de un equipo multidisciplinar e incluso en la discusión del estado psicológico del paciente con miembros de su familia. Ante el dilema, en general, el psicólogo de la salud siempre debería intentar mantener la confidencialidad, a pesar de que desde el principio del tratamiento, se debe informar al paciente de los límites de esta confidencialidad que, en ocasiones, están establecidos por la ley o incluso por la organización de una institución. En otras ocasiones, el psicólogo de la salud debe entrevistar al paciente en una habitación de hospital en la que hay distintas camas, con lo que pc Resaltado pc Resaltado MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD III. LA FORMACIÓN PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO DE LA SALUD es difícil mantener la confidencialidad. Al paciente se le debe decir explícitamente que tiene la opción de rechazar los servicios del psicólogo si no se encuentra cómodo con la situación, ya que de lo contrario, el paciente podría dejarse llevar por la presión de la figura de autoridad del profesional a pesar de no sentirse cómodo. Asimismo, en el caso de que la información del paciente tenga que ser discutida con un equipo clínico o interdisciplinar, el paciente debe saber qué tipo de información es comentada y qué material es compartido. Finalmente, en los casos en que la familia demanda información del paciente, el psicólogo de la salud debe, como en otros casos, pedir un consentimiento escrito por parte del paciente para facilitar dicha información a sus familiares, excepto, como es lógico, en el caso de pacientes que presentan distinciones cerebrales o graves problemas de adherencia al tratamiento, como ocurre en los trastornos alimentarios. e) Preocupación por el bienestar de los pacientes o clientes Dentro de este principio se incluyen la protección del cliente de una posible explotación, la obtención del consentimiento informado, conflictos de intereses entre el tratamiento del paciente y los de las instituciones que han contratado los servicios del psicólogo, ofrecer servicios a petición de una tercera parte y el caso de los pacientes que no se benefician del tratamiento. La doctrina del consentimiento informado se desarrolló con el fin de que los pacientes pudieran sopesar los riesgos y los beneficios de un tratamiento y determinar por sí mismos si desean participar en él. El paciente debe comprender la naturaleza del tratamiento propuesto, los riesgos y la probabilidad de éxito y los tratamientos alternativos que tiene a su disposición. Esta doctrina además ha surgido en el marco del movimiento que defiende los derechos de los consumidores. El concepto legal de consentimiento informado incluye tres aspectos: la capacidad, esto es, que el paciente sea capaz de tomar decisiones racionales; información, es decir, que el profesional le comunique de una manera comprensible en qué consistirá el tratamiento; y voluntariedad, es decir, que el paciente sea capaz de ejercer una elección libre sin coerción. Respecto al conflicto de intereses, es relativamente frecuente que en la interacción con el sistema médico se cree una situación en la que los derechos y los deseos del paciente entren en contradicción con los del hospital o la institución sanitaria en la que el psicólogo trabaja. Ante esto, el psicólogo debe recordar siempre que es responsable del paciente, tener en cuenta sus necesidades respecto a las del equipo o institución y clarificar la naturaleza de sus lealtades y responsabilidades. Cuando los servicios del psicólogo clínico de la salud son requeridos por otro profesional para realizar tareas de evaluación o intervención psicológica, el médico y, en su defecto, el psicólogo tiene la obligación de aclarar al paciente los motivos de la derivaciónasí como la naturaleza de la evaluación, sus objetivos, para qué serán utilizados los resultados, quién demandó la utilización y quién pagará por ella. Finalmente, cuando el paciente no se beneficia del tratamiento después de un intento razonable, el psicólogo está éticamente obligado a terminar el tratamiento y ayudar al paciente con una derivación adecuada. Es frecuente que los psicólogos de la salud reciban pacientes que les llegan como última opción, ya que en ellos han fracasado todos los intentos anteriores. Estos casos constituyen retos clínicos en los que el psicólogo debe comprometerse con mucho cuidado en una negociación realista con el paciente. Además, la finalización de la terapia debe realizarse con mucho cuidado para prevenir los efectos de deterioro yatrogénico como, por ejemplo, dejar al paciente con una sensación de fracaso, entre otras cosas, enfatizando los aspectos positivos que, aunque insuficientes, habrá tenido el tratamiento. Por otra parte, me parece importante, recordar las directrices éticas a seguir en la investigación. Según el código publicado por la APA en el año 1976 respecto a los “Principios éticos en la realización de investigaciones con sujetos humanos”, los siguientes aspectos éticos deberían ser considera dos en el trabajo de investigación de cualquier psicólogo (Delclaux, 1987a): Principio Primero: Al planificar un estudio el investigador tiene la responsabilidad personal de llevar a cabo una cuidadosa evaluación de la ética del mismo, teniendo en cuenta estos principios para la investigación con sujetos humanos. En la medida en la que al llevar a cabo esta evaluación y tener en cuenta tanto los valores científicos como humanos, surja una desviación de cualquiera de los principios, el investigador tiene la obligación de buscar asesoramiento al respecto y llevar a cabo las precauciones más rigurosas para proteger los derechos humanos del sujeto participante en la investigación. • Principio Segundo: La responsabilidad para el establecimiento y mantenimiento de una práctica ética aceptable en la investigación reside siempre en el investigador que la lleva a cabo. El investigador es también responsable del tratamiento ético de los participantes por parte de sus colaboradores, asistentes, estudiantes, empleados, todos los cuales incurren igualmente en obligaciones paralelas. pc Resaltado pc Resaltado MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD UNIDAD III. LA FORMACIÓN PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO DE LA SALUD • Principio Tercero: La práctica ética requiere que el investigador informe al participante en el experimento de todos aquellos aspectos del mismo que puedan de alguna manera influir en su deseo de participar, así como de explicar todos los demás aspectos de la investigación que el sujeto desee saber. El dejar de manifestar abiertamente todos estos aspectos acentúa aún más la responsabilidad del investigador respecto al bienestar y dignidad del sujeto participante. • Principio Cuarto: Las características esenciales de la relación entre el investigador y el participante son la sinceridad y la honestidad. Cuando los requerimientos meteorológicos de un estudio hagan necesario el engaño o la ocultación de algún aspecto, el investigador debe asegurarse de la comprensión por parte del participante, así como de la reanudación de la buena relación de éste con el investigador. • Principio Quinto: La ética de la práctica investigadora requiere que el investigador respete la libertad individual de declinar la participación en una investigación o de interrumpir su participación en la misma en cualquier momento. La obligación de proteger dicha libertad supone una especial vigilancia cuando el investigador esté en una posición de poder sobre el sujeto. La decisión de limitar esta libertad incrementa la responsabilidad del investigador con respecto a la protección del bienestar y la dignidad del sujeto. • Principio Sexto. Cualquier investigación éticamente aceptable comienza con el establecimiento de un acuerdo claro y equitativo entre el investigador y el sujeto que clarifique las responsabilidades de cada uno. El investigador tiene la obligación de cumplir todas las promesas y responsabilidades incluidas en tal acuerdo. • Principio Séptimo: La ética del investigador debe preocuparse de proteger a los participantes de cualquier molestia tanto física como mental, así como de cualquier daño y peligro. Si existe algún riesgo de consecuencias de este tipo, el investigador debe informar al sujeto de los hechos, asegurarse de su consentimiento antes de comenzar y tomar todas las medidas posibles para minimizar los aspectos desagradables. No se deberán llevar nunca a cabo procesos de investigación en los que se pueda causar un daño serio y duradero en los sujetos. • Principio Octavo: Después de la obtención de los resultados, la práctica ética obliga al investigador a dar todo tipo de explicaciones al sujeto participante para la clarificación de la naturaleza del estudio y para la eliminación de cualquier equívoco que haya podido surgir. Cuando existan razones tanto científicas como humanas, que justifiquen el retrasar o evitar la información, el investigador tiene una especial responsabilidad de que este hecho no su ponga consecuencias que sean dañinas para el sujeto. • Principio Noveno: Cuando el proceso de la investigación pueda dar como resultado consecuencias indeseadas para el participante, el investigador tiene la responsabilidad de detectar y evitar o corregir tales consecuencias, incluyendo cuando sea preciso los efectos posibles a largo plazo. • Principio Décimo: La información obtenida acerca de los participantes en un proyecto de investigación es confidencial. Cuando exista la posibilidad de que terceras personas puedan tener acceso a tal información, la práctica requiere que tal posibilidad sea explicada a los sujetos, junto con los posibles planes para obtener el carácter confidencial, en el momento de obtener el consentimiento de éstos. Para finalizar, puede ser interesante hacer notar y reflexionar acerca de que la mayoría de investigaciones (Wilkins, McGuire, Abbott y Blau, 1990; Smith, McGuire, Abbott y Blau, 1991) indican que los clínicos, generalmente, tienen una alta capacidad para tomar decisiones éticas, pero que lamentablemente esta alta capacidad es puesta en práctica en menor grado.